Elbert - comentario investigacion CSJN.pdf

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    AO III N 2 MARZO 2013 - Derecho Penal y Criminologa 301

    BIBlIOGRAFADPyC

    El Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema deJusticia de la Nacin ha hecho pblico este trabajo, con-cluido a nes de 2012, y que est llamado a marcar, sinduda, un hito documental en y para el estudio de la

    cuestin criminal en Argentina, aun cuando su alcancegeogrco se limita a datos de la Ciudad Autnoma deBuenos Aires, de San Martn en el Gran Buenos Aires,y de la ciudad de La Plata. El trabajo de recoleccin dedatos ilustra sobre numerosos detalles de las caracte-rsticas de los homicidios dolosos registrados en el reabajo estudio, adems de cruzar los datos obtenidos conlos recopilados en 2011.

    La intencin de la obra es la de avorecer la planica-cin de polticas pblicas, orientando la prevencin delos conictos violentos, y dar respuesta a los desaos queplantea en su prlogo el Ministro de la Corte Suprema

    Ral Zafaroni. All, el reconocido penalista y crimin-logo seala algunos puntos centrales del desao que larealidad actual plantea a los estudiosos de la cuestincriminal y a los uncionarios que deben diagramarpolticas pblicas; en primer trmino, seala sin eue-mismos que en Argentina carecemos de investigacin decampo para conocer datos ciertos sobre los delitos msgraves. Tambin, que esa alta de inormacin certeradeja el campo libre para que los medios masivos de co-municacin construyan la realidad con base emotiva ysensacionalista, y sta, a su vez, permita que polticos yresponsables administrativos orienten sus proyectos enbase al also sentido comn de los noticieros.

    Zafaroni indica tambin que nadie puede prevenirlo que desconoce, y como el conocimiento actual deldelito proviene de intuiciones, sensaciones e imgenesmanipuladas, todo lleva a repetir las mismas rmulas:reormas legales, endurecimiento de penas, supresinde garantas, etc.

    Por cierto, como criminlogo, me cuesta resistirme aincursionar someramente en los dos temas tericos un-damentales que despuntan en el prlogo: la injerencia delos medios masivos en la construccin de la realidad, y lanecesidad de contar con investigaciones empricas quepermitan analizar el mundo del delito y su control conun mayor nivel de objetividad. Dado el sucinto carcterde comentario en que deben permanecer estas lneas,me permito recordar los niveles reactivos alcanzados

    por el caso Blumberg, en 2004-2005. Tan ecaz uela presin instrumentada a travs de aquella persona,prototipo de vctima de clase pudiente, que un lder sinpreparacin, (motivado por lo que tiempo ms tarde se

    evidenci como un mero an de venganza combinadocon ambiciones polticas personales) se dio el lujo deintimar (e intimidar) a los tres Poderes del Estado, ob-teniendo en tiempo rcord engendros como el PlanNacional de Seguridad y diversas leyes, sancionadasde apuro en el Congreso, a su gusto y antojo. En ciertomomento, pareca un deber cvico de los uncionarios ylegisladores prestar obediencia ciega a los reclamos delHombre Providencial. Hoy ya nadie discute que aquelenmeno colectivo hubiese sido imposible de gestar sinun ormidable despliegue de medios de comunicacin,en especial de los audiovisuales. Las consecuencias detan distorsionada concepcin de una poltica criminal

    eciente se siguen pagando todava hoy, como pruebade que los eectos de la cruzada ueron, justamente (1),un racaso. No cabe duda de que si el eje de aquellos re-clamos (que se centraban en la prevencin del secuestroextorsivo en perjuicio de vctimas de clase media alta)hubiese podido ser conrontado en un debate serio,con relevamientos cuantitativos y cualitativos acercade la incidencia real de tales ormas delictivas, basadosen uentes serias y de base cientca, otra hubiese sidola historia. Y aquel caso permite relacionar, en un soloejemplo, la conrontacin desigual que media entre elsentido comn que impone el martilleo comunicativo,y la posibilidad de desplegar un mapa undado sobre

    lo que realmente ocurre en el conjunto social. Y ellotambin prueba que, realmente, la investigacin crimi-nolgica emprica es imprescindible.

    El libro Homicidios dolosos 2011 ha adoptado uncriterio que juzgamos como acertado, cual es escatimartexto y ser generoso en la grca. Est claro que los au-tores quieren poner ni ms ni menos que un mapa ante

    (1) Baste con sealar los reportajes a amiliares devctimas en el momento de su velatorio, o estribillos

    de que as no se puede vivir, habra que implantar lapena de muerte, entran por una puerta y salen por laotra y muchos ms, que orman parte de la abrumadoracotidianeidad de los noticieros televisivos con su visinmaniquea y eectista de la realidad.

    hoicidios doosos 2011. Ciudad Autnoa d Bunos Airs. la Pata.San martn

    cSJN. INStItUtO De INVeStIGAcIONeS

    POR CARlOS elBeRT

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    302 Derecho Penal y Criminologa - AO III N 2 MARZO 2013

    DPyC BIBlIOGRAFA

    los ojos del lector, para que lo recorran, obligndolo arazonar sin mayores esuerzos de abstraccin. Dicho seade paso, la presentacin grca es de excelente calidad,

    lo cual hace muy placentero y accesible el recorrido detodas y cada una de las pginas. En el trabajo se hanseparado los siguientes tems de inters estadstico:

    1. Datos reerentes a las vctimas y a los imputados;

    2. Datos del ilcito;

    3. Anlisis georeerencial de los homicidios;

    4. Anlisis especcos por comunas;

    5. Barrios de mayor concentracin homicida;

    6. Mvil del crimen;

    7. Mvil homicida segn sexo;

    8. Menores;

    9. Imputados;

    10. Mvil desconocido segn comunas;

    11. Anlisis comparativo interanual;

    12. Totales;

    13. Conclusiones.

    Cualquiera de estos acpites puede despertar deinmediato nuestra curiosidad, y llevarnos a muy in-teresantes o incluso sorprendentes constataciones,materializadas en la clarsima grca, que desmenuza

    por separado esos hechos en sus caractersticas diversas,tales como edad, sexo, poca del ao, vecindad de lasvctimas con los victimarios, etc. A modo de ejemplo,

    sealo la sorpresa que me provoc la predominante co-incidencia entre el barrio de origen de autores y vctimasrespecto al lugar del hecho, o tambin la circunstanciade que en un 34% de los casos vctimas y victimarios seconocan previamente, o que el 36% de los hechos hayanacontecido en barrios de emergencia, en algunos de loscuales la incidencia del homicidio doloso es altsimarespecto al resto de la ciudad, etc., etc.

    Los datos indicados sugieren el inters que despiertacada inormacin de las contenidas en el trabajo, queconorma un corpus contundente sobre la materia.Entiendo que quien hable, en 2013, del crecimiento

    del delito violento tendr al menos el deber deprudencia de consultar esta compilacin. Sin duda, elloprueba que el objetivo de los autores se ha cumplidoplenamente, en tanto permite disponer de unas cuantascertezas, que en comparacin con otras permiten, a suvez, pisar suelo rme en materia de prevencin del de-lito y representacin de conjunto de una de sus ormas,justamente la ms importante.

    Es posible que el trabajo que comentamos tenga al-guna alencia u omisin, voluntaria o involuntaria. Delo contario no sera material de este mundo. Pero lo queaporta positivamente supera, en mi criterio, cualquier

    crtica posible, y no hace sino suponer que la serie conti-nuar con otras clases de delitos, otros escenarios, otrascomparaciones nacionales e internacionales, que den,de una buena vez, base slida a las polticas criminalesen nuestro pas, y al progreso cientco que debe acom-paarlas. Por mi parte, elicito calurosamente a todosquienes dirigieron y realizaron tan valiosa tarea.u