Amanecer en la bahía

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Douce

Cristal feliz de mi niñez huraña,mi clásica y romántica bahía,

consuelo de hermosura y geografía,bella entre bellas del harem de España.

La luna sus mil lunas en ti baña-tu pleamar, qué amor de cada día-,

y te rinden reflejo y pleitesíamontañas, cielo y luz de la Montaña.

 

Mi alma todas tus horas, una a una,sabe y distingue y nombra y

encadena.De mi vivir errante fuiste cuna

nodriza, y de mis sueños madre plena.La muerte, madre mía, a ti me una,agua en tu agua, arena de tu arena.

Gerardo DIEGO

«"Y la bahía es oro bajo el viento. La escarcha de los montes de octubre

brilla en la perfumada siesta del mar. La nieblafinge tenues fachadas, humos tiernos. La brisastrae metal de campana”

Julio MARURI

El mar. La mar.El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste del mar?

En sueños la marejadame tira del corazón; se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste acá?

Gimiendo por ver el mar, un marinerito en tierra

iza al aire este lamento: ¡Ay mi blusa marinera;

siempre me la inflaba el vientoal divisar la escollera!

Rafael Alberti

Y ahora que yo pensaba en ticonstantemente, que creía...

( Las montañas que te rodeantienen hogueras encendidas.)

Y ahora que yo quería hablarte,saturarme de tu alegría...

( Eres un pájaro de nieblaque picotea mis mejillas. )

Y ahora que yo quería dartetoda mi sangre, que quería...

(Qué bello, mar, morir en ticuando no pueda con mi vida.)

De "Tierra sin nosotros" 1947

JOSÉ HIERRO

CUÁNTAS veces sueño y sueñocon una isla, mi isla,en medio de mi bahía.

La marea sube y bajay a los barcos da la vuelta.Y mi isla siempre quieta.

Isla con sola mi casa,árboles de sombra y prado,verde oscuro y verde claro.

Desde mi terraza escuchoa los pájaros del trópico.Vuelan y chillan los loros.

Cuántas veces vuelve el sueñoempalmo novela viva.Siempre la misma mi isla.

GERARDO DIEGO

LA ISLA DE MOUROA Julio Maruri

Adelantada tú en el mar violento,se estrella en ti el retumbo de la ola,que se abre y alza en férvida corolacon raíz de galerna y de tormento.

Sube el globo — tan blanco — sube lento,lento, moja el fanal de la farola— quieto, oh nivel, oh cumbre — y ya se inmola,ya se derrumba turbio y ceniciento.

La catapulta tu perfil socava,pero tú, isla de Mouro, te alzas brava,sobre el puntal de arenas y de espumas,

partiendo en dos la enfilación del viaje.—¿A dónde tú, alma mía, al cabotaje?—No. Al septentrión de las heladas brumas.

Gerardo DIEGODOUCE