Post on 22-Jul-2015
Fases del Alcoholismo
Psicólogo Adán Domínguez
LAS FASES DEL ALCOHOLISMO
Tabla de Jellinek
Tradicionalmente, el
alcoholismo ha sido
considerado como un
trastorno progresivo, con
aparición sucesiva de distintos
síntomas, manifestaciones y
complicaciones a medida que
la ingesta excesiva de alcohol
aumenta; reflejando así un
deterioro progresivo en
aspectos psicológicos,
sociales, fisiológicos. Jellinek
en 1952 dividió el curso de
alcoholismo en cuatro fases:
El primer contacto del futuro
enfermo con el alcohol es el
consumo ocasional de alivio, o sea
una afición en la que se considera
a las bebidas embriagantes como
una droga tranquilizadora. El
aficionado bebe unas cuantas
copas y se va a su hogar a
descansar tranquilamente sin
causar molestias. Es un camino
cómodo descubierto por él para
extraerle a la vida momentos de
felicidad y recreo.
A) FASE PREALCOHÓLICA
Sin embargo, el uso constante del alcohol va modificando el metabolismo químico del
organismo y aumenta la tolerancia para el mismo, o sea que el bebedor cada día acepta
mayores cantidades de licor y siente el mismo efecto que tiempos atrás le hacía una
copita. Es en esta fase que empieza a compararse él mismo con otros bebedores más
débiles que se emborrachan con menos copas que él. Se extraña de necesitar mayor
cantidad de alcohol para llegar a la embriaguez y está convencido que cada día está
aprendiendo más a beber bien.
TABLA DE JELLINEK
A) FASE PREALCOHÓLICA
• Consumo ocasional de alcohol
TABLA DE JELLINEK
A) FASE PREALCOHÓLICA
• Consumo constante de alcohol
TABLA DE JELLINEK
A) FASE PREALCOHÓLICA
• Aumento de la tolerancia al alcohol
(En esta fase, la persona aún no tiene problemas)
B) FASE PRODRÓMICA
Comienza con episodios cortos de amnesia, durante o después de la
borrachera. Los síntomas de abstinencia empiezan a aparecer y el sujeto
inicia cada vez más temprano la ingesta de alcohol. El bebedor empieza a
preocuparse por la bebida y por las situaciones que provoca su conducta,
se siente avergonzado y empieza a beber a escondidas para evitar la critica
social; así mismo se muestra muy defensivo y hace todo lo posible por
negar, a si mismo y a los demás, sus problemas con el alcohol.
1. Lagunas mentales. Recuerdos borrosos o nulos después de una
borrachera; el individuo no puede reconstruir exactamente lo que ha sucedido en
un periodo de borrachera. Las lagunas mentales son el primer indicio de los graves
problemas que se le avecinan al bebedor que la padece.
En muchas ocasiones, el individuo puede cometer actos antisociales e incluso
matar a alguien durante estas lagunas mentales, sin darse cuenta; aquello queda
olvidado en la más completa amnesia. Incluso puede aparentar en el momento de
sufrir estas lagunas, la más completa lucidez y control de sus movimientos y
ademanes.
2. Beber “de escondidas”. Tratar de ocultar que él bebe más de lo normal).
Pero ante el irresistible deseo de beber tiene que hacerlo a escondidas cuando va a una
fiesta, reunión social, etc. Se da cuenta el alcohólico que si bebiera descaradamente las
otras personas no comprenderían que él se siente diferente a los otros debido a que el
alcohol empieza a serle un artículo de primera necesidad. En su fuero interno sabe que
todavía no es un borracho descarado, pero se alarma ante la demanda alcohólica que le
hace su organismo.
3. Preocupación por el alcohol. Se preocupa por las fiestas a las que está
invitado dentro de quince días; piensa en lo alegre que estará rodeado de sus
amigos ingiriendo licor. Se preocupa, por ejemplo, del bautismo de su hijo y de
que probablemente no tenga el dinero suficiente para comprar grandes cantidades
de licor y celebrarlo dignamente.
Se preocupa de la fiesta de esta noche, donde se enteró se servirá poco licor y
por eso se previene tomándose unas cuantas copas antes…
4. Beber con avidez. La sed por el alcohol va aumentando y se
le hace imperativo tomarse de un solo impulso la primera copa, que
empieza con frecuencia a ser un trago doble para despertar el calor
físico y estimular el termómetro emocional de la alegría. Después de
este consumo ávido puede disminuir el tamaño de los tragos pero no
su deseo de ingerir más.
5. Sentimientos de culpa por su manera de beber. Se
comienza a dar cuenta vagamente de que bebe más de lo corriente y
que su vida moral, ante sus propios ojos, está bajando de precio.
Surgen los primeros desarreglos en el hogar y el resultado
problemático de las primeras faltas cometidas; todo ello se ahonda en
su sique y empieza a sentirse culpable y con pena y molestia interna.
Pronto descubre que todos estos conflictos internos los silencia y
ahoga, aunque temporalmente, el alcohol.
6. Evitar hablar de alcohol. No le gusta que le llamen alcohólic@ o
borrach@, porque lo toma como insulto. Si los familiares y amigos en sus
pláticas cotidianas se refieren a la conducta desordenada de los alcoholic@s
en general, prefiere no oírlos porque piensa que lo hacen por referirse a él
de una manera indirecta. Si se le ataca directamente, responde en forma
evasiva, que él no tiene problemas con la bebida y que se comporta como lo
haría cualquier bebedor social con la única finalidad de disfrutar de un
momento de alegría.
C) FASE CRÍTICA (es donde se
desarrolla el alcoholismo)
Empieza cuando en el sujeto
aparece el fenómeno de la
perdida del control sobre la
bebida, la dependencia física es
evidente, el sujeto que llega a
esta fase se ha convertido en un
adicto al alcohol. En esta fase
son característicos los conflictos
matrimoniales, separación y
divorcio, la perdida del trabajo,
problemas de relaciones
personales y aumento de la
agresividad. El individuo es
capaz de arriesgar todo lo que
ha conseguido a lo largo de su
vida para seguir bebiendo.
8. Pérdida del control. Una vez que el alcohólic@ bebe una pequeña
cantidad de alcohol, por ejemplo un trago mixto o un vaso de cerveza o de vino, se
despierta en él una apremiante necesidad de beber, la cual lo lleva a embriagarse
completamente, contrario a lo que sería la conducta de un bebedor social que
solamente busca una copa para sentirse alegre con sus amigos o para disfrutar de un
aperitivo.
9.Razona su comportamiento de beber. Racionalizar quiere
decir convertir los pretextos en razones lógicas para justificar cada una de sus
recaídas en el alcohol; al principio le es fácil porque las bebetorias no son frecuentes
e incluso él mismo llega a creer las razones que tiene, pero al transcurrir del tiempo
tiene que inventar mentiras para justificar su conducta de bebedor ante los demás y
él se da cuenta de que está mintiendo. Las personas de su medio social se
desconciertan y le creen muchas veces; esto le da seguridad para seguir mintiendo y
creerse él mismo sus propias mentiras.
10.Presiones sociales. Es evidente que su conducta ya es objeto de
recriminaciones en el hogar, comentarios y reproches de parte de los amigos y
llamadas de atención de los jefes y patrones en el trabajo. Ante este acosamiento o
presión social, el enferm@ acentúa sus racionalizaciones poniéndose a sí mismo
toda clase de excusas con las cuales trata de sacar a flote su personalidad.
11.Comportamiento grandioso y fanfarrón. Se empieza a dar cuenta
de que ya es menos apreciad@, y que sus familiares no le creen cuando él dice o
promete algo. En el trabajo no lo ascienden ni lo suben de categoría; más bien
consideran un favor el dejarlo donde está y no correrlo a la calle. Sus amigos
empiezan a hablar mal de su comportamiento desviado, etc. Todas estas actitudes
negativas de los demás lo hacen adoptar un mecanismo compensatorio defensivo
que consiste en una actitud fanfarrona respecto a sus posibilidades sociales y
económicas, así como de su capacidad para desempeñar su profesión u oficio. Si es
carpintero, etc.
12. Conducta
marcadamente agresiva.
Sus razonamientos lo inducen a
pensar que el resultado de su
conducta no es culpa de él sino
de los demás y ello lo hace
alejarse paulatinamente del
medio social donde se
desenvolvía y a presentar como
defensa a su personalidad en
peligro una conducta agresiva
como uno de sus últimos
cartuchos; conducta parecida a
la de un tigre acorralado
cuando ve que es impotente
ante sus enemigos. Esta
conducta puede ser de
desprecio o de agresión directa,
según sea el tipo temperamental
del alcohólic@.
13.Remordimientos persistentes. Se da cuenta el alcohólic@ que su conducta
ha cambiado ostensiblemente comparándola con el pasado y que su potencial
energético, físico y mental va en bancarrota hacia la disipación y el desprecio, esto,
naturalmente, son secretos internos que le producen remordimientos persistentes
que lo hacen reflexionar positivamente, haciendo probablemente su último examen
de conciencia. Más tarde, esa conciencia, aunque la tenga, no le servirá de nada.
14. Periodo de abstinencia total. El remordimiento y las presiones sociales lo
hacen reaccionar diciendo que va demostrar que tiene fuerza de voluntad y entonces
deja de beber durante cortos o largos períodos, pero tarde o temprano vuelve a caer
en manos de su amo, el alcohol. En el remoto caso de que lograra conservar su
abstinencia, su vida emocional se convertiría en un infierno, debido a que las
tensiones no tienen ningún escape porque el enferm@ usa el mecanismo de la
represión y este mecanismo puede dar origen a trastornos emocionales y
enfermedades de origen inexplicable; va donde un médico general y dicho
profesional nunca acierta con su padecimiento. El alcohólic@ es víctima de
deformaciones síquicas causadas por tensiones emocionales reprimidas.
15. Modifica sus hábitos de beber. Se da cuenta de que es imposible prescindir
del alcohol y empieza a formarse la idea de que su fracaso en la bebida se debe a
que ha usado las marcas de licor equivocadas y empieza de nuevo a experimentar;
que cerveza nacional o que cerveza extranjera; que tequila amarillo, que tequila
blanco; que Scotch caro, que Scotch barato; que licor de 65 grados oque de 90, etc.
Pero experimentos todos que, tarde o temprano, terminan en la embriaguez.
16. Alejamiento de las amistades. Su esfuerzo por dominar el hábito del
alcohol aumenta su agresividad y no es él quien toma la iniciativa para abandonar a
sus amigos, sino que son ellos los que casi siempre rehuyen su presencia. El
enferm@ empieza a hacerse la pregunta de si el trago estará interfiriendo con sus
amigos y sus actividades.
17. Deja empleos. El
alcohólic@ ve con
evidencia que su manera de
beber afecta sus actividades
cuando sus jefes o patrones
lo obligan a presentar su
renuncia por
irresponsabilidades en el
trabajo y en los casos
extremos el enferm@ es
despedido de su cargo sin
consideración alguna. Estas
experiencias funestas van
creando más sentimientos de
angustia e inferioridad en la
mente ansiosa del sujeto lo
cual, a su vez, prolongando
el círculo vicioso, lo incitan
más a la bebida.
18. Subordinación completa al alcohol. Llega el momento en que es
imposible concebir la vida sin alcohol. Se establece entonces una completa y
enfermiza dependencia emocional hacía el alcohol. Ya el enferm@ no se pregunta
¿cómo afecta la bebida mis actividades diarias? Sino ¿cómo afectan mis
actividades diarias la bebida?
19. Apatía hacia otros intereses. Pierde interés por lo que antes le causaba
distracción como practicar un deporte o ir al estadio a ver jugar su equipo favorito.
Renuncia a las actividades filantrópicas, culturales, literarias o científicas a que
pertenece por considerar que absorben mucho de su tiempo, para dedicarse a su
diversión principal, el alcohol. Como puede verse, a medida que avanza la
enfermedad va ocupando cada vez más la atención del enferm@ hasta que lo
entretiene completamente.
20. Nueva interpretación de sus relaciones interpersonales. Antes de ser
problema alcohólic@ conservaba relaciones cordiales y amistosas con toda clase de
personas, pero llegado este punto comienza a discriminar y establece casi un
divorcio con la sociedad de personas que no beben, y comienza a rodearse de
amigos que comparten su afición por el alcohol, en su afán inconsciente de aislarse
va considerando la gente normal como elemento de choque a la satisfacción de sus
tendencias alcohólicas, se siente criticado y amonestado aunque no sea así, hasta
tornarse en un individuo hosco y huraño en sus relaciones sociales y laborales. Esta
fase es el síntoma inicial de lo que más tarde será un total divorcio con la sociedad.
21. Conmiseración de sí mismo. Conmiseración significa sentir lástima de sí
mismo, y eso le sucede a nuestro enferm@ de tanto sufrir frustraciones y
hostilidades del medio ambiente. Llega a tanto su estado que empieza a
considerarse un desgraciado, sufre humillaciones en su trabajo, dentro de su
círculo social y familiar, y en parte de sus amigos que él aún considera sinceros; su
estado de salud en la mayoría de los casos es precario, todo ello viene a sumarse de
golpe y por ello siente lástima de sí mismo y vive en un constante lamento que
indudablemente lo hace desembocar en el alcohol.
22. Fuga geográfica (aparece, por ejemplo, en Acapulco o en algún
lugar a donde se haya ido a seguir bebiendo).
23. Cambio en las costumbres familiares (antes se llevaba bien
con la familia, ahora están en constante pleito, de mal humor, los
niños en lugar de respeto le tienen miedo o desprecio).
24.Resentimientos irrazonables (la "conmiseración de sí mismo"
avanza hasta convertirse en un resentimiento. Está resentido contra
muchas personas).
25. Protección de su abastecimiento de alcohol. Su constante preocupación por
no encontrarse desprovisto de su dosis necesaria, lo hace esconder provisiones de
licor en los lugares menos esperados, lugares apartados de su casa, jardín, empleo,
etc. Y así en el momento en que le apremie la compulsión por beber no sufre las
consecuencias de la cruda.
26. Descuido de su alimentación. El consumo constante de alcohol va
produciendo una irritación de las paredes gástricas lo que a la larga trae la falta de
apetito. Ahora va a necesitar un aperitivo para comer bien, y con el tiempo con sus
continuas bebetorias va a olvidar sus horas reglamentarias de alimentación o va a
establecer un desorden en las mismas. Llega el momento en que esta falta de
alimentación le puede producir trastornos por carencia de vitaminas o por
debilidad general. El organismo se va minando, iniciando así la aparición de
enfermedades graves.
27. Primera hospitalización. (debido al consumo constante de
alcohol, el enfermo puede llegar a requerir los auxilios de un
médico).
28. Disminución del impulso sexual. Uno de los primeros síntomas de
debilidad orgánica es la disminución del impulso sexual, la cual se da en una forma
completa, en alrededor de la mitad de los casos.Es oportuno indicar que el alcohol
produce una acción destructora sobre las células germinales y en muchos casos
produce esterilidad.
29. Celos de los alcohólicos. Ya sea la impotencia sexual, o la constante
desavenencia en el hogar, predispone al enferm@ a creer que su compañer@ de
vida le está siendo infiel, desencadenando así celos infundados la mayor parte de
las veces, en ocasiones originando serias tragedias pasionales, siendo estas de
mayores proporciones si ya el alcohólic@ padece de crisis alucinantes. Los celos
se apoderan de su mente como idea obsesiva, bebe más, complicando así la
posibilidad de un buen entendimiento con su cónyuge.
30. Beber en ayunas. El terrible estado de ansiedad, el malestar físico, las crudas,
los temblores y la inseguridad síquica, hacen imposible que el alcohólic@
empiece el día sin el auxilio de la primera copa al levantarse. Esta fase señala el
final de la etapa crítica y es el preludio de la etapa crónica.
D) FASE CRÓNICA
Supone la derrota total ante el alcohol y se caracteriza porque el sujeto pude
permanecer ebrio durante una semana o mas. El sujeto vive para beber. Hay
presencia de lesiones en el hígado y cerebro, que junto a la desnutrición y déficit
vitamínicos derivados por el cuidado personal, pueden finalmente abocar al como
etílico y a la muerte del sujeto.
31. Períodos de embriaguez prolongados. La ingestión constante de alcohol
debilita su capacidad física y de una vez por todas se encuentra bebiendo sin
interrupción; se le ve por las calles a todas horas; a través de estos periodos va
perdiendo sus salud física y mental, su poco prestigio laboral y el decoro social.
Económicamente la mayoría llegan a la quiebra, incluso los que poseen algo de
dinero, y se ven forzados a implorar la bondad de los amigos y en último caso la
caridad pública; la familia ha llegado a tal grado de desesperación, que es muy
difícil que los toleren.
32. Marcado deterioro moral. Estas experiencias han derrumbado su moral de tal
forma que lo hacen olvidarse de todo y andar por el mundo exhibiendo su miseria,
se niega a sí mismo, ni él cree lo que es ahora: un real bagazo humano, que en sus
pocos momentos de lucidez se remonta al pasado de lo que fue, de lo que pudo
haber sido y de lo que nunca ya será, acosado por el estupor alcohólico en que vive.
34. Psicosis alcohólica. Significa desorden mental en grado extremo o patológico;
prácticamente es un divorcio completo con la realidad ambiental, el pensamiento y
la acción pierden su hilo normal y se amoldan a un cuadro clínico patológico de
acuerdo con el tipo de sicosis.
33. Disminución de las
capacidades mentales. El
excesivo uso del alcohol durante
largos años ha producido estados
constantes de intoxicación en el
cerebro. Las neuronas son las
únicas células del organismo que
no se reproducen. A causa de la
intoxicación del alcohol, mueren
por millares, lo que explica
entonces como el cerebro del
alcohólico se va deteriorando. Su
concentración, atención, memoria,
juicio y raciocinio disminuyen y se
va apoderando de él una constante
fatiga mental, son ahora muy pocos
los chispazos de lucidez que tiene,
casi siempre bajo el estímulo del
mismo alcohol. De aquí en
adelante su sistema nervioso en
general irá en completa
decadencia.
35. Bebe con personas
socialmente inferiores. Con el afán de sentirse
siempre superior busca la
compañía de personas que han
caído totalmente en el fango
moral y material, con ellas
hace recuerdos de sus buenos
tiempos y se transporta al
pasado; se relaciona
decididamente con
drogadictos, delincuentes y
alcohólic@s que han caído
más bajo que él. Esta fase
puede complicar su
alcoholismo contrayendo
hábitos peores que el del
alcohol y llegando a
generaciones y perversiones
inigualables.
36.Consumo de productos industriales. Esas mismas compañías
de que hablamos lo inducen a ingerir sustancias que no son
preparadas especialmente para beber, sino que son alcohol
impotables y para usos industriales. Estas sustancias son más fuertes
que los licores autorizados por la ley y, desde luego, de un grado de
toxicidad a veces mortal (p. e. alcohol metílico, bario, etc.).
37. Disminución de la tolerancia al alcohol. El organismo se va minando y
ahora el enferm@ se embriaga y llega a la impotencia física y mental con poco
alcohol que consuma. Pasan el día con dos o tres traguitos de alcohol, cuando antes
necesitaban botellas enteras. El organismo sigue minándose a ritmo acelerado hasta
terminar en un deshecho físico.
38. Temores indefinibles. Su vida
síquica está totalmente enferma y
destruida, ahora aparecen las fobias o
miedos indefinidos, a veces por
motivos irreales casi siempre
alucinatorios originados en las ideas
delirantes propias de su delirio de
persecución social. Sufre sobresaltos y
dudas. Pierde la noción del tiempo. No
puede distinguir si está viviendo el
pasado o el presente. Le teme al futuro:
cada día que llega cree que es el último
y maldice su existencia y la de todos.
Ya para esta época ha desarrollado un
odio constante hacia la sociedad y por
ello cada momento cree que la misma
lo va a castigar, viviendo momentos de
terror y miedos acentuados por su
angustia, culpabilidad y
remordimiento.
39. Temblores persistentes. En su camino hacia la muerte, meta de su
autodestrucción total, el sistema nervioso del alcohólic@ depende del veneno que
bebe, así es que cuando le falta, lo pide en medio de gritos y temblores persistentes,
pues anatómicamente los nervios han perdido su capacidad de estar en reposo,
aparecen calambres que no son otra cosa que corto-circuitos nerviosos y todo este
infierno personal no se calma sin el auxilio del alcohol, que una vez ingerido,
tiende a empeorar las cosas.
40. Inhibición psicomotora. El alcohólic@ no puede apretar una tuerca, o
simplemente abotonarse la camisa porque sus movimientos han perdido la
coordinación y su voluntad ha perdido el control de sus nervios y músculos que
ahora se encuentran embotados. En esta etapa aunque el alcohólic@ deseara trabajar
no puede, su sistema nervioso no se lo permite.
41. El beber adquiere carácter obsesivo. Llegado a este punto el
alcohol se ha apoderado definitivamente de la mente del enferm@ de modo que su
ingestión debe de ser constante e ininterrumpida. Al no poder prescindir ni un
momento del alcohol, se expone a humillaciones de las más grandes por
conseguirlos; si tiene fuerza aún, lo roba, pero él no se queda sin su dosis, la tiene
que conseguir como sea porque su mente obsesiva le martilla que así debe ser, y
aunque esté vomitando el alcohol y ya no le quepa, sigue ingeniándose para
conseguir como comprarlo y tomarlo mientras esté despierto. La angustia es tan
terrible que no le permite pasar un momento consciente.
42.Vagas aspiraciones religiosas. Gran porcentaje de los casos
desarrolla un vago sentimiento religioso, cambia la religión o visita una iglesia o
capilla con el propósito de encontrar un oasis espiritual para su alma enferma.
Pocos, pero muy pocos, se salvan siguiendo métodos religiosos por sí solos.
43. Todo el sistema de
racionalizaciones fracasa. Llega el momento en que sus
razonamientos o pretextos son
objetos de pruebas tan duras ante la
realidad, que el mismo enferm@
comprende su triste estado y se
encuentra en un callejón sin salida.
Algunos podrían aceptar su
enfermedad alcohólica, pero otros
muchos todavía no lo aceptan. Si se
le pregunta por qué bebe, luego de
falsos pretextos iniciales como al
principio de su carrera alcohólica,
terminaría respondiendo que no sabe
por qué, que no le queda casi
ninguna de lo que es su alcoholismo
y se resignan a él. Su fin está
cercano y reconoce la verdad de la
ruina material de los pocos despojos
orgánicos que constituyen su cuerpo.
44.Hospitalización definitiva. (si tiene la fortuna de ser
aceptado en un hospital, allí pasará sus últimos días,
abandonado por la sociedad y totalmente desprestigiado)
45. Pérdida de la vida. La última FASE: al alcohólic@
lo espera la muerte en un hospital, en un manicomio o en la calle por un
accidente o muerte violenta debido a los peligros a que se expone.
Algunos terminan sus días en una cárcel por delitos cometidos bajo los
efectos de la embriaguez.
TIPOS DE ALCOHOLISMO El fenómeno del alcoholismo se caracteriza por su inmensa variedad. Las
diferencias entre alcohólicos son tan importantes que resulta difícil definir una
experiencia alcohólica única, pues hay alcohólicos de todas las edades, razas,
sexos, profesiones, niveles de inteligencia, estados de salud mental y niveles
económicos; y contrariamente a la opinión popular, no todos los alcohólicos beben
de la misma manera ni sus vidas tienen las características comunes.
En 1970 Barnes afirmo que los alcohólicos como grupo generalmente muestran
síntomas comunes que los diferencia tanto de las personas “normales” como de los
pacientes psiquiátricos.
Jellinek en 1960 estableció una tipología de los alcoholismos, dividiéndolos en
cinco tipos y nombrándolos con las primeras letras del alfabeto griego: Alfa, Beta,
Gamma, Delta, Epsilón, basándose en los criterios de perdida de control e
incapacidad de abstenerse. Mas tarde opta por una concepción mas general del
alcoholismo, donde los alcohólicos de la forma Gamma y Delta estarán agrupados
dentro de la categoría de “alcohólicos adictos” y los de la forma Alfa y Beta en la
categorización de “bebedores excesivos sintomáticos y habituales” precisando que
el concepto de enfermedad se aplica solo a los adictos al alcohol. Tal tipología se
describe como sigue:
Alcoholismo Alfa o alcoholismo neurótico con
problemas subyacentes previos: En esta categoría, la
persona tiene una continua confianza, puramente
psicológica, en el efecto para aliviar el dolor emocional o
corporal. Para estas personas el alcohol representa un
tranquilizante efectivo. No hay síndrome de abstinencia si
se interrumpe la ingestión de licor ni hay señales de
progreso del alcoholismo. Dentro de este grupo, no existe
falta de control sobre la bebida ni habilidad para abstenerse
de beber.
Alcoholismo Beta o no complicado: las personas
que se encuentran dentro de este grupo exhiben una
alcoholización habitual continua, aunque rara vez lleguen a
la embriaguez total. No es común el síndrome de
abstinencia, si se suspende la ingestión de alcohol y no
existe dependencia física del mismo.
Alcoholismos Delta o con incapacidad para
abstenerse de beber: Implica las tres primeras
características del alcoholismo gamma y en vez de la falta
de control hay incapacidad de abstenerse. En este
alcoholismo desempeñan un papel importante y principal
los factores socioculturales y socioeconómicos, los factores
psicológicos quedarían en segundo plano, su conducta se
caracteriza por la ingesta regular en grandes cantidades
(cuyo total se suele mantener uniforme) repartidas a lo largo
de todo el día, es incapaz de abstenerse, en cuanto al control
acerca de su consumo aunque puede mantenerse durante un
tiempo relativo, en consecuencia, destaca aquí la
dependencia física, a desarrollarse la psíquica relativamente
tarde. También la tendencia a la progresión es alta, las
secuelas psíquicas y somáticas son tan notorias como las
socioeconómicas, este tipo de alcohólicos se encontraría
sobre todo en las culturas tolerantes para el consumo de
alcohol (como en la nuestra).
Alcoholismo Epsilón: Caracterizado por
ingesta episódicas o la llamada también
dipsomanía, el bebedor no bebe todos los
días, sino que coge grandes borracheras de
forma imprevisible. Es importante señalar
que el alcoholismo alpha se convierte a
veces en alcoholismo gamma; y el beta
puede pasar a ser un alcoholismo delta,
explicado por la tendencia de la enfermedad
de ser progresiva.
Alcoholismo Gamma o alcoholomanía con
pérdida de control: Se observa en este grupo una
mayor tolerancia al alcohol; hay una progresión
definitiva de la dependencia física y de la
psicológica asociadas a alteraciones conductuales
marcadas. Los cambios destructivos intra e
interpersonales son graves. Los factores
socioculturales y laborales quedan relegados, la
pérdida de control es manifiesta; en primer plano
destaca la dependencia psíquica con la ulterior
tolerancia progresiva que cursa con la dependencia
física. Denota una notable tendencia a la
progresión y lleva a complicaciones físicas,
psíquicas y socioeconómicas.
racias