Yeshua y el séderDirijo este comentario a aquellos seguidores de Yeshua que no siendo judíos,
como yo, disfrutan de ver cómo Él cumplió con las fiestas de primavera en su
primera venida. Quiero compartirles lo que he aprendido en estos últimos años,
analizando las raíces hebreas de mi fe.Ya comenté en otro artículo como Yeshua
se identificó plenamente con el cordero de Pésaj. Y esta vez voy a compartir como
el Maestro, además, siguió el orden del séder de pesaj con un motivo
específico. Según he podido investigar, el orden de la cena -aunque hay algunas
diferencias entre distintos grupos de judíos, según el lugar de donde procedan-
básicamente ha cambiado poco con el que se seguía en el primer siglo. Quiero
destacar algunos de los elementos del Séder en relación a Yeshúa.
Les dijo en Lucas 22:14-15 “… Intensamente he deseado comer esta Pascua con
vosotros antes de padecer.”
¿Por qué dijo intensamente? Porque esa era la pascua de las pascuas, durante
siglos, el ceremonial que habían hecho los hebreos esa noche, tuvo su
cumplimiento en ese día.
Por lo que he podido estudiar, en el Séder de Pesaj, se acostumbra la bebida de
cuatro copas de vino (en el texto de Lucas 22 son mencionadas dos, la primera y
la tercera), comer el matzot o pan sin levadura, y la colocación de una comida
simbólica que incluye el hueso del cordero en memoria de aquel que se
sacrificaba en el templo, yerbas amargas y otros alimentos. Además la ceremonia
incluía un lavado ritual de las manos.
La primera copa es llamada de la bendición o santificación y viene precedida por
una bendición, por una oración. En el texto de Lucas, figura en el versículo 17:
“Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y
repartirlo entre vosotros”
Así pues, el Mesías tomó esta copa e hizo la siguiente oración:
“Bendito seas tú, Adonai nuestro Dios, rey del universo, quien creó el fruto de la
vid” y la repartió entre sus discípulos.
A la segunda copa se le conoce como la copa de las plagas o de la ira de Dios, el
objetivo es tener presente y ponerse por un momento en el lugar de los egipcios
que sufrieron la pérdida de los primogénitos, con tremenda angustia, por eso se
moja el dedo en la copa y se deja caer en el plato una gota por cada plaga. Esta
copa no es mencionada en el relato de la cena, pero es interesante observar,
cómo Jesús en Getsemaní dijo lo siguiente Lucas 22:42-44 “diciendo: Padre, si es
tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Entonces se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndole. Y estando en agonía,
oraba con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que
caían sobre la tierra”. Hay muchas interpretaciones de este texto, yo opino que el
Señor no quería sentir esta copa de la ira de su Padre sobre Él.
Después de esta copa, en el orden de la cena, tiene lugar un lavado ritual de las
manos. Sin embargo, el Maestro en esta pascua de las pascua, lavó los pies de
sus discípulos enseñándoles una lección de humildad –pues habían estado
discutiendo sobre quien de ellos debía ser considerado como el mayor-, de cómo
debían comportarse unos con otros. Juan 13:12-14.
“Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó su manto, y sentándose a la
mesa otra vez, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro
y Señor; y tenéis razón, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé
los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado
ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.”
El Señor cuidó cada detalle de la Cena, es muy interesante conocer que del
estudio de los textos, se deduce que judas se sentó (se reclinó) a la izquierda del
Maestro y Juan a la derecha. Los judíos tienen la costumbre de reclinarse sobre el
lado izquierdo, como hacían los antiguos reyes, recordando que ya no eran
esclavos en Egipto. Por eso Juan se reclinó sobre el pecho del Señor para
preguntarle quién era el discípulo que había de entregarle, y cuando Jesús
respondió “Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar” es porque sentó a
Judas a su izquierda en un lugar privilegiado, aun sabiendo que lo iba a entregar y
metían la mano en el mismo plato.
A continuación del lavado de manos, toma protagonismo el elemento más
importante de la cena, el pan sin levadura (en hebreo Matzot, que significa “pan de
aflicción”). Dice Éxodo 12:15, hablando de esta fiesta de Pascua y los panes sin
levadura:
“Siete días comeréis panes sin levadura, además desde el primer día quitaréis
toda levadura de vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado desde
el primer día hasta el séptimo, esa persona será cortada de Israel.”
La levadura representa al pecado, a la maldad del hombre. Es curioso que durante
la cena de pesaj se utilizan tres Matzot, que se almacenan en una bolsa llamada
“Ejad” que significa unidad. Algunos judíos creen que cada uno de los tres panes
simboliza respectivamente a Abraham, Isaac y Jacob.
En un momento de la cena, se saca el pan del medio y se parte en dos, una de las
mitades se envuelve en un trozo de lino y se guarda para el final de la cena. A
este trozo que se envuelve se le llama “Aficoman” que significa “yo ya he venido”.
Para los cristianos judíos representa el cuerpo del Señor que fue sepultado y
resucitó. Y muchos piensan que fue este pan el que el Señor partió y dio a sus
discípulos, antes de tomar la tercera copa, la de la redención, que luego
mencionaremos.
Lucas 22:19, dice: “Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo
partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto
en memoria de mí.”
Así pues Jesús pronunció la bendición sobre el pan “Bendito eres tú, Dios nuestro
Señor, Rey del universo, quien saca el pan de la tierra”, y se identificó con este
pan sin levadura, sin pecado, que fue partido por nosotros.
Después Lucas menciona la tercera copa de pesaj, que es llamada la copa de la
redención, se toma después de la cena para recordar la sangre del cordero
inocente, que untada en los dinteles de las puertas, libró del ángel destructor. Dice
Lucas 22:20:
“De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa
es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.”
¿A qué nuevo pacto se refería Jesús? Pues al que viene descrito en Jeremías 31:
31-34
“He aquí, vienen días –declara el Señor- en que haré con la casa de Israel y con la
casa de Judá un nuevo pacto, no como el pacto que hice con sus padres el día
que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos
rompieron, aunque fui un esposo para ellos- declara el Señor; porque este es el
pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días –declara el Señor-.
Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su
Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñar más cada uno a su
prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: “Conoce al Señor”, porque todos me
conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande –declara el
Señor- pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.”
Yeshua declaró esa noche el inicio de este nuevo pacto, en el que nos perdonaría,
no acordándose de nuestros pecados que serían limpiados por su sangre.
Para finalizar la cena, encontramos la cuarta copa, que se llama la copa de Hallel
(alabanza), y se recitan o cantan los salmos del 113 al 118.
Mateo 26:30, dice que después de la cena ..” Y después de cantar un himno,
salieron hacia el monte de los Olivos.”
Es decir, la cena se terminó cantando un himno, uno de estos salmos del 113 al
118. Y la verdad, es que resulta impresionante leer estos salmos, pensando en
que el Maestro los cantara en esa noche, especialmente el 116.
Y así terminó la cena, Jesús fue traicionado, apresado y fue llevado ante Pilatos,
este después de interrogarlo pronuncio casi sin saber lo que decía “no encuentro
delito en Él” (Lucas 23:14). Era el catorce de Nisán, en ese momento normalmente
el sumo sacerdote declaraba refiriéndose al cordero “no encuentro falta en él”, y
cuando se sacrificaban muchos corderos en el templo, Jesús fue crucificado. Ese
día hubo tinieblas desde las 12 a las 3 de la tarde, hora en que el cordero pascual
era sacrificado por el sumo sacerdote, quien decía la frase “consumado es”.
Exactamente a la misma hora nuestro Bendito Salvador pronunció la misma frase
“consumado es”. La tierra tembló, el velo del templo se rompió y el pecado fue
vencido en la cruz.
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