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Edita HOAC - Nº 141 - NOVIEMBRE 2012 - III ª Época - 0,60 ! - Suscripción anual: 6 !

El «Resurgir»de las mujeresmarginadas

Luchas que dan fruto

NNNN uestro sistema educativo tiene serias carencias. El últi-mo disgusto nos lo ha dado la UNESCO con un infor-me en el que dice que el año pasado, un 26,3% del

alumnado entre 18 y 24 años dejó tempranamente sus estudiossin conseguir el título de bachillerato o FP. El Gobierno ha pre-sentado el Anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de laCalidad Educativa (LOMCE). Más allá de los aciertos o erro-res, la norma nace ya viciada de antemano, porque, de nuevo, seimpone el particular punto de vista del gobierno de turno.

Ante las graves disfunciones del actual sistema, las pro-fundas transformaciones sociales y culturales y los muchosproblemas que llegan cada día a la mesa de la Educación,

parece imprescindible impulsar un gran debate social quedebería comenzar por definir qué entendemos por educacióny qué papel debemos asignar al sistema educativo, especial-mente a la hora de ofrecer más oportunidades a las personasque parten con mayores desventajas.

Como cristianos nos sentimos en la obligación de recor-dar que «la educación consiste en ser el hombre cada vez máshombre, en que él pueda ser más y no solamente que puedatener más; y en consecuencia a través de todo lo que tiene,todo lo que posee, sepa él cada vez más plenamente ser hom-bre» (Juan Pablo II, Discurso a la UNESCO, noviembre1982).

Diálogopor la Educación

Diálogopor la Educación

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Quiénes hacemos el ¡Tú!Coordina: Mª Dolores Medina

Colaboran: José Ignacio Gámez, A. Berges, Roger Torres, A. A. Maestre, Chipola, Francisco Porcar, José Luis Palacios, Cristina López, Gregorio Burgos y Antonio Hernández.El ¡Tú! se imprime en papel couché de 100 gr/m2, ecológico, 100% libre de cloro y de otros compuestos sulfurosos.

Nuestra dirección: Periódico ¡Tú!, Alfonso XI, 4 -4º, 28014 Madrid, y nuestros teléfonos son: 91 701 40 80, y 91 522 74 03 (fax)Edita: Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Depósito legal: M.40919–1996

La tirada de este número ha sido de 12.000 ejemplares.

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LL a movilización ciuda-dana, después detodo, es una herra-

mienta democrática para ha-cer palpable el sentir de, almenos, la parte de la pobla-ción que la secunda y parabuscar conjuntamente solu-ciones a los problemas socia-les. No es menos verdad quea veces no resultan edifican-tes ni eficaces para conseguirlo que se proponen. Pero hayotras ocasiones en que sí. Esel caso de los ejemplos queenumeramos a continuación,conscientes de que son solopequeños pasos, ni siquierasoluciones perfectas y dura-deras.

Tasa TobinOnce países de la Unión

Europea, incluido España, sehan unido para poner en mar-cha la llamada tasa Tobin: unimpuesto sobre las transac-ciones financieras. La idea ini-cial pertenece a James Tobin,Premio Nobel. ATTAC (Aso-ciación por una Tasa a lasTransacciones Financieras ypor la Ayuda a los Ciudada-nos) nació en 1998 para recu-perar esta propuesta comocamino hacia la Justicia Eco-nómica Global. Los gobier-nos que la impulsan quierengravar levemente la comprade bonos, acciones y deriva-dos, para rebajar en algo lafactura del rescate al sector fi-nanciero en crisis. Los movi-mientos sociales van más allá,

piden que este impuestosirva, más que para atajar laespeculación, para financiarprogramas de lucha contra lapobreza. Pero es un buen co-mienzo.

Portugal frena losrecortes

El Gobierno de Passos Co-elho tuvo que retirar la subidade cotizaciones de la Seguri-dad Social para todos los tra-bajadores, lo que en la prác-tica significaba una bajadageneral de sueldos de un 7%,después de las masivas protes-tas que recorrieron el país. Elprimer ministro también tuvoque anunciar que los pensio-nistas y funcionarios que ga-nan más de 1.100 euros, a losque el Gobierno retiró haceun año las pagas extras, volve-rán a contar con una de ellas.Es verdad que a cambio, parapoder cumplir los objetivos dedéficit público, subirá el Im-

puesto de la Renta para todoslos trabajadores y gravará máslas transacciones de capital ylas tasas sobre el Patrimonio.Con todo, el sacrificio exigidoparece así, mejor repartido.

San Fernando deHenares

El alcalde Julio Setién inicióuna huelga de hambre paraexigir a Bankia que conce-diera una nuevo crédito a unaconstructora que había parali-zado la rehabilitación de 130viviendas, cuyos 200 propieta-rios habían sido desalojados alinicio de las obras. Los dueñosdebian haber vuelto a sus ho-gares a finales del año pasado,pero la falta de acuerdo entrela entidad bancaria, los pro-motores y diversos acreedoreshabían paralizado los traba-jos. Finalmente, las partes im-plicadas llegaron a «un princi-pio de acuerdo» y los vecinospodrán volver a sus casas.

Dación en pago en Murcia

José Coy, promotor deISOECO –ver «¡Tú!», nú-mero 140, páginas 5 y 6– y ac-tivista de la Plataforma deAfectados por la Hipoteca(PAH), también eligió elayuno voluntario para evitarel embargo del bajo que te-nía hipotecado con Cajamar.La protesta se desarrolló pri-mero en la parroquia de LosRosales, en la pedanía mur-ciana de El Palmar, aunquepor razones de salud y decercanía a su familia y ami-gos se trasladó a la iglesiamolinense de la Asunción.Mientras estaba ingresado enel Hospital Morales Mese-guer, después de 14 días dehuelga, la entidad financieraaceptó su propuesta de reba-jar la deuda contraida y losintereses devengados. Ade-más, pudo reunir dinero en-tre distintos colectivos con elque hacer frente a las nuevasobligaciones de pago y ahoraplanea dedicar el local, si-tuado en la parte inferior desu casa, a acoger actividadessociales.

A lo largo de la historia he-mos visto que las conquistassociales llegan después de in-tensas movilizaciones, a vecesy desgraciadamente, con gransufrimiento. Lo que está claroes que la sociedad no avan-zará, ni logrará transformacio-nes sostenibles y provechosaspara todos, si nos recluímos ennuestros propios egoísmos odejamos que unos pocos, a tra-vés de la violencia y olvidán-dose de los más desfavoreci-dos, impongan sus ideas a losdemás.

José Luis Palacios

Muchos se preguntan hoy para qué sirven tantas manifestaciones, protestas y re-clamaciones... Afectan al discurrir de nuestras poblaciones, suponen sacrificios ycrispan el debate público.

la calle

Luchas que dan fruto

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SS egún UNICEF, en España más dedos millones de niños (2.267.000) vi-

ven por debajo del umbral de la pobre-za. Ochenta mil más que el año anterior.

Ochenta mil niños pobres más en unaño quiere decir que la situación actualha producido NUEVE NIÑOS PO-BRES POR HORA, cada hora de cadadía de cada mes de todo el año.

Llamamos la atención sobre el térmi-no que hemos utilizado, «la situación ac-tual» y no la crisis, para señalar al posi-ble culpable de esta monstruosidad. No,el culpable no es la famosa crisis, a laque todo se le cuelga. Son decisiones po-líticas concretas unidas a una despreo-cupación de la mayoría las que han ori-ginado una situación social en la queesta noticia no genera una alarma social,política o institucional, una reacción. Nopasa nada.

El problema viene de la época delgran crecimiento, cuando el presidenteZapatero anunciaba, poco antes de lacrisis, que en riqueza habíamos adelan-tado a Italia y estábamos a punto deadelantar a Francia. Pues bien, en aque-lla época no se redujo la pobreza, la tasa

de pobreza se mantuvo y el número depobres creció al crecer la población to-tal. La riqueza producida no llegó a lospobres, porque el gobierno de Zapaterose encargó de realizar un trasvase derentas de los pobres a los ricos.

Ahora gobierna el Sr. Rajoy, y la po-breza producida sí ha llegado y continuallegando a los pobres por la misma razónque la riqueza no llegó: porque el go-bierno de Rajoy está realizando un tras-vase de rentas de los pobres a los ricos,exactamente igual que hizo Zapatero.

Cuando las decisiones de política eco-nómica de los gobiernos nos han con-vertido en pobres, o están a punto deconvertirnos, sin que pase nada, es nor-mal que los culpables sean una de nues-tras primeras preocupaciones. ¡Cómo novan a serlo!

A.A. Maestre

Nueve niños pobres por hora

SS e está extendiendo cada vez más la peligrosa idea deque los derechos de personas y familias a la sanidad,la educación, las pensiones de jubilación, las condi-

ciones decentes de empleo, las prestaciones por desempleo,las prestaciones sociales…, no son en realidad sino privile-gios, que a veces nos podemos permitir y a veces no. Y tam-bién la no menos peligrosa mentalidad de que esos «dere-chos» deben ser «merecidos», hay que hacer méritos paraobtenerlos: cotizar más, hacer más cursosde formación, aceptar trabajar comosea…, hasta el «mérito» de haber nacidoen un lugar y no en otro, porque ¿pue-den «los de fuera» tener los mismos de-rechos que «los de aquí»?

Esta mentalidad es muy peligrosa por-que niega en la práctica un fundamentoesencial de los derechos sociales y labo-rales: que pertenecen a toda personapor el simple hecho de serlo, porque es-tán vinculados al respeto a la sagradadignidad de toda persona. Una mentali-dad muy peligrosa que se utiliza para justificar lo injustifi-cable, la imposición del retroceso de los derechos laboralesy sociales que empobrece a tantas personas y familias. Y seutiliza también para culpabilizar a los empobrecidos de supropia situación: no hacen suficientes «méritos».

Pero, además, la extensión de esta mentalidad facilita laspolíticas que pretenden controlar la vida de las personas,someterlas a controles continuos, porque somos sospecho-sos de querer defraudar, engañar, no querer trabajar…Los pensionistas son sospechosos de acumular medica-mentos que no necesitan, los parados de no querer traba-jar, los estudiantes de no querer esforzarse…

Sin embargo, las personas necesitamos desarrollar nuestraresponsabilidad. Pero eso solo es po-sible desde la libertad, no desde laimposición. Desde la libertad pode-mos crecer en sentirnos y ser real-mente responsables los unos de losotros, del bien común de la sociedad.¿Por qué no intentamos formar esaresponsabilidad para la libertad? Elproblema es que en lugar de una cul-tura de la libertad y la responsabili-dad se está fomentando una culturadel miedo, la imposición, la sospe-cha, la culpabilización del otro.

¿Es esto una ingenuidad? Miremos a dónde nos condu-ce el otro camino. ¿Por qué va a ser una ingenuidad culti-var algo tan propio de nuestra humanidad como la res-ponsabilidad desde la libertad?

Francisco Porcar

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política en zapatillas

cultura

PPPPrrrriiiivvvviiii lllleeeeggggiiiioooossss,,,, mmmméééérrrriiii ttttoooossss yyyy rrrreeeessssppppoooonnnnssssaaaabbbbiiii llll iiiiddddaaaadddd

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EE ntre semana, todaslas tardes, acuden allocal alquilado en la

calle Músico Ziryab, en el ba-rrio de Cercadillas, entre 15 y20 mujeres para asistir a dis-tintos talleres: de costura, deorientación laboral, de ma-nualidades, de cocina, de hi-giene personal, de autoestima,de puericultura... También re-ciben ayuda con la alimenta-ción, gracias a las donacionesde Cruz Roja, empresas fami-liares locales, gente anónima yel Banco de Alimentos deCórdoba.Aquellas que, al me-nos, pasan por allí tres días se-guidos reciben 20 euros. Es laforma de animarlas a conti-nuar su lucha por dejar lamarginación y de hacerlaspartícipes de las ventas oca-sionales de lo que van confec-cionando.

En un principio, cuando laentidad dio sus primeros pa-sos encaminados a «retirar delas calles» a mujeres prostitui-das, la retribución servía paracompensar en algo las pérdi-das por dejar su trabajo. Perohoy en día, la labor de «Re-surgir» se centra en las muje-res excluidas: «Son mujeresmarginadas, ex drogodepen-dientes, víctimas del maltratodoméstico, sin recursos, conbaja autoestima, mujeres so-las con hijos a su cargo, conVIH...», explica su presidenta,Lola Castillo, quien comenzósu voluntariado con apenas 16

años. Hoy tiene más de 30 yconfiesa que estas mujeres«son hoy parte de mi familia».

La asociación nació graciasal impulso de un grupo depersonas entre las que se en-contraban religiosas adora-trices, trinitarias y merceda-rias. En 1998 se constituyó yacomo asociación indepen-diente dedicada a las mujeresmás desamparadas. En 2007,se puso en marcha un pro-yecto continuo, más a largoplazo, con el fin de ayudar aeste colectivo a lograr su au-tosuficiencia y su inserción

definitiva en la vida normali-zada. La mayoría de los vo-luntarios son creyentes y laasociación ofrece también,con mucho respeto, forma-ción cristiana. Lola Castillolo explica así: «a nosotros nosmueve la fe, es algo impor-tante en nuestras vidas y pen-samos que les puede ayudar,aunque no se obliga a nadie».De hecho, cuenta, hay muje-res gitanas que pertenecen alculto y que prefieren seguircon sus labores cuando hayuna misa o alguna charla so-bre religión católica.

Recortede la financiación

En tiempos mejores, conta-ban con subvenciones delAyuntamiento, Consejería deSalud, Instituto Andaluz de laMujer... Ahora el grifo se hacerrado, y con lo que recibende los organismos oficiales nopueden ni pagar el alquilerdel local, ni las becas semana-les a las mujeres. Las dona-ciones particulares se han vis-to también muy reducidas.«Si antes una persona nosdaba 10 euros, ahora nos dancinco», detalla la presidentade «Resurgir», quien confie-sa que a los voluntarios lestoca también rascarse el bol-sillo. Son casi una veintena depersonas, muchas, parientes.«Tenemos a nuestros familia-res pringados, funciona elboca a boca y lo cierto es quequien viene a echar unamano al final se engancha»,dice Lola Castillo. Otros co-lectivos, como la Asociaciónde Mujeres «Mega» de Cabra(Córdoba), organizan merca-dillos para financiar las acti-vidades de «Resurgir».

«Estas mujeres tienen gran-des valores, sus miradas estánllenas de cariño, te enseñanvida y tienen una gran forta-leza a pesar de su aparentefragilidad y de lo castigadasque llegan, son capaces de ti-rar para adelante en unas cir-cunstancias muy difíciles. Te

La Asociación «Resurgir» de Córdoba es pequeña. Sin embargo, su laborestá llena de grandeza. Mujeres golpeadas por la vida se afanan en resta-ñar los zarpazos del destino, atendidas por un minúsculo grupo de volun-tarios en un humilde local.

la ventana del mes

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Asociación de Mujeres «Resurgir», Córdoba: Cosiendo las heridas

«A los voluntarios nos mueve la fe,es algo importante en nuestras vidas

y pensamos que les puede ayudar, aunque no se obliga a nadie»

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dan mucho más de lo que lesdas», apunta la portavoz deResurgir, quien comenta conorgullo que muchos de los ni-ños de estas mujeres la aca-ban por llamar «tita». La ac-ción social abarca a toda lafamilia: a través del segui-miento de la escolarización olas clases de refuerzo para losmenores, que una vez por se-mana, se imparten. La fiestade Reyes del año pasado con-gregó a casi 100 niños que pu-dieron así marcharse a sus ca-sas con algún regalo.

A los maridos dispuestostambién se les va a ver en suscasas. Cuenta la joven volun-taria que «si al principio, lasmismas mujeres se muestranreticentes a enseñarte dónde

viven, con el paso del tiempoy una vez que surge la amis-tad, lo hacen encantadas.Ellas mismas están orgullo-sas de cómo han evoluciona-do, de las cortinas que hanconfeccionado y que hanpuesto en sus casas y quierenmostrárnoslo».

Milagros cotidianos

«Todos tenemos la necesi-dad humana de ayudar, de

sentirnos necesarios y comocristiana estoy llamada a ha-cer el bien, a llevar el mensa-je del Evangelio, cada cual ensu ambiente», confiesa Lola.Esta joven cordobesa ademásañade, «nunca sabemos loque nos va a pasar –lo dicecon conocimiento, pues hasufrido una enfermedad quela mantuvo en el hospital alque acudieron varias mujeresde la asociación a visitarla yacompañarla– y todos querrí-

amos que en esos momentosde bajón hubiera alguienpara ayudarnos». Lo dicequien conoce bien el sufri-miento humano, «en estosaños hemos perdido a 15 mu-jeres que han fallecido por di-versas causas», pero tambiénel milagro cotidiano de versanar las heridas gracias al ca-riño, la cercanía y la sencillez,«cuando ves que hay dos otres mujeres que salen paraadelante, que recuperan suautoestima, que son capaces,no ya de coser un bajo, sinode arreglarle la ropa a sus hi-jos, a pesar de arrastrar unavida llena de dolor, lo dastodo por bien empleado».

José Luis Palacios

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La autoayuda funciona«Resurgir» es un espacio donde sanar las heridas para volverbien pertrechadas al mundo real. Mientras cosen, fluye la con-versación animada entre las mujeres. Se escuchan, se aconse-jan, se citan para próximos encuentros...A veces la palabra di-cha resulta, en sí misma, terapéutica. Lo mismo pasa con lacompañía constante y la certeza de poder contar con alguien.«Van tejiendo lazos de amistad y de ayuda», confirma LolaCastillo, presidenta de la asociación cordobesa. «Es bonitover que la ropa de los niños que va quedándose pequeña nose tira sino que se guarda para otra compañera.Allí mismo laarreglan y la adaptan para sus hijos», apunta Castillo.

En época de recortes, de feroz individualismo y de sospe-chas sobre lo común, «Resurgir» demuestra que hay colecti-vos de voluntarios que sí funcionan, que cumplen con su co-metido e incluso consiguen bastante más de lo que las cuentasy las memorias son capaces de reflejar.

«Algunas mujeres, incluso, vienen más de los tres días obli-gatorios para recibir la ayuda económica y nos dicen que noquieren más dinero sino que vienen para echar una mano enlo que haga falta, para ayudar en algo a sus compañeras», re-lata la joven cordobesa. «Nadie es insustituible, pero todos so-mos necesarios», le decía la religiosa Teresa Godoy, ya falleci-da. Varias de las mujeres que acuden a «Resurgir» llevan yacasi 10 años en la asociación; otras, en cambio, han llegadoeste año, derivadas por las trabajadoras sociales. El númerode beneficiarias del proyecto es limitado, a la fuerza. Depen-de de la capacidad del local y del presupuesto. Su impacto enla terrible realidad de las mujeres marginadas inevitablemen-te es pequeño. No así en la vida de muchas de ellas.

«Cuando ves que hay dos o tresmujeres que salen para adelante, apesar de arrastrar una vida llena de

dolor, lo das todo por bien empleado»

Más información:Asociación Resurgir

Número de cuenta: 0237 0175 60 9159956718Email: [email protected]

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–¿Por qué fuiste a Alema-nia?

–Me quedé en paro y bus-qué trabajo en Madrid perono salía nada. Vi una buenaoferta en Alemania, meofrecían 1.600 euros y un lu-gar donde vivir. Ocho horasal día y dos días libres. Meatrajo la idea. Me propusie-ron hacer una prueba decuatro días. Fui allí y mevolví encantado. El 8 de fe-brero empecé a trabajar enun restaurante de una fami-lia chilena en Mainz (Rena-nia).

–¿Cuándo comenzaron losproblemas?

–Al principio me acogieronmuy bien y me acompañarona resolver el papeleo. Ya enla primera nómina me paga-ron 700 euros. Me explicaronque los dos primeros mesesme iban a dar 1.000 eurosporque estaba todavía aprueba y que me quitabanotros 300 euros por gastos dealojamiento y manutención.Y eso que vivía en la oficina,en condiciones no muy allá.Además, solo tenía un día li-bre, en no festivo.

–¿Cómo fue tu integraciónen la comunidad católica?

–A través de una chica bo-liviana que trabajaba en elrestaurante y cuyo maridoera teólogo de la KAB (Mo-vimentos de TrabajadoresCatólicos de Alemania) me

fui integrando en la comuni-dad cristiana hispanoha-blante y conseguí alquilar unapartamento de una amigacolombiana. Participé en laseucaristías, eran gentes muycomprometidas, muy abier-tos. Me gustó esa Iglesia queconocí, tenía mucho estiloobrero, de pueblo..., estabaen manos de los jesuitas. Seexplicaba la palabra deforma acogedora, en cincominutos, breve pero intenso.Había mucha gente sudame-ricana y también del Congo yluego había jornadas en co-mún, sin celebraciones, paraconocernos todos, tambiénlos alemanes.

–¿Por qué te despidieron?–A los dueños, le molestó

que me fuera a vivir a otro si-tio. No solo porque debíanpagarme más, sino porqueque dejaba de estar disponi-ble las 24 horas del día. Enagosto me puse malo, conuna gastroenteritis. Le dije almédico que no quería la bajapor miedo a perder el tra-bajo, pero finalmente memandó a casa. Al enterarsemi jefe, se enfadó mucho,pensaba que me estaba apro-vechando. Al tercer día vinoa casa, me entregó el sobrecon mi finiquito. Por lo queme contaron durante el pri-mer año, no tenía ningún de-recho, estaba a prueba y todoera legal.

–¿Ha resultado Alemaniacomo pensabas?

–He adquirido experienciapara manejarme fuera. Lapróxima vez, traduciré bienlas ofertas. El idioma es fun-damental. He hecho muchasamistades con los hispanoha-blantes. Al salir del trabajotenía otra realidad, no teníaque ir a casa a encerrarme,había gente que se preocu-paba por mí. En Alemania,piden mucha cualificación,además del alemán. Y no eslo mismo trabajar para em-presas alemanas que para fa-milias extranjeras, incluidas

las españolas. Se aprovechande la situación del extran-jero. He comprobado lo difí-cil que es encontrar un alqui-ler, le tienes que gustar alcasero. Y para eso es más fá-cil si hablas alemás, si eresdel norte, si alguna personate conoce de antes. En Ale-mania no he visto muchasofertas de trabajo, la verdad.No me creo que solo tenganun 8% de paro. Me sorpren-dió que el tiempo de pruebapudiera ser de un año y queentonces no se aplicaran lasnormas laborales.

José Luis Palacios

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¿quién es?

Joven Emigrante:

Germán Díaz Bolos, militante de la HOAC de Madrid, tiene 28 años de edad. Cocinerode profesión, con ocho años de experiencia, decidió irse a Alemania para labrarse unfuturo, como tantos otros jóvenes de nuestro país. Pero la experiencia no salió comoquería.

«No me creo que Alemaniatenga solo un 8% de paro»

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EE stamos sometidos a un continuobombardeo de noticias. Tenemosabundantes medios de comunicación

social y de información: televisión, radios, pe-riódicos, revistas, anuncios… Algunos, como lasrevistas y los periódicos, pueden ser leídos conmás o menos tranquilidad y nos pueden ayudara pensar. Otros obran con gran rapidez y nosllenan enseguida la cabeza de numerosas cosas.

Las reacciones de las personas ante estos me-dios de comunicación son diversas. Hay genteque traga todo lo que se le dice: «¡Lo ha dichola tele, ya está!». Otros leen y escuchan lo queya de antemano quieren oír para afirmarse ensus propias ideas. También hay los que, ante ladiversidad de interpretaciones de las noticias,se aturden y dicen: «¡Todos mienten!».

Conviene saber y tener en cuenta que losmedios de comunicación social también res-ponden y funcionan según los intereses econó-micos e ideológicos de las empresas propieta-rias. Por eso, en los medios se presentan másunos acontecimientos que otros, se insiste másen unos aspectos que en otros, se dan interpre-taciones interesadas, aparecen más unas cosas

y se ocultan otras, etc. Por ejemplo, con el jaleomontado con esta cruel crisis, se dan muchosnúmeros y estadísticas del paro y de los EREsque no somos capaces de retener, pero todoaparece como muy científico: la realidad es asíy así tiene que ser. No aparecen con fuerza lassituaciones y sufrimientos de las personas y delas familias que lo pasan mal ni las consecuen-cias que sufren.

La mirada justa de la enseñanza de la Iglesiapide la existencia de una opinión pública cons-ciente, activa y crítica que sabe pensar, discerniry participar. ¡Cuánta formación hay que darpara que tengamos una capacidad crítica y libre!

Habría que ir hacia medios de comunicaciónque faciliten la búsqueda de la verdad (los au-ténticamente buenos para las personas) y nomanipulen. Que promuevan la libertad y losderechos humanos como algo muy grande yrespetable de las personas. Que enjuicien des-de la justicia social pensando en los pobres.Que desarrollen actitudes y prácticas de soli-daridad social.

Si así fuera, todos ganaríamos.Gregorio Burgos

La mirada justa

Con las noticias, ¿nos comen el coco?

LL a Federación de Asociaciones de Pe-riodistas (FAPE) ha elaborado un ma-nifiesto en Defensa del Periodismo,

dado que nos encontramos en «la peor crisis desu historia». Los profesionales dicen que «nues-tro país pagará un alto precio si asiste al dete-rioro del sector periodístico sin tomar medidasque palien la situación». Categóricos, afirmanque «dejar morir el periodismo es como dejarmorir la democracia». La cosa no anda muybien, cierto. Desde 2008, los medios han des-truido 8.000 puestos de trabajo. Los últimos engrupos nacionales líderes, como EFE y losanunciados en «El País» y Unidad Editorial(«El Mundo» y «Marca»).

El descenso de los ingresos por publicidad y elnuevo ecosistema digital explican, en parte, lascuentas ruinosas que presentan los medios.Peroconviene insistir también en la pérdida de cre-dibilidad de muchas empresas editoras obsesio-nadas por la rentabilidad y los favores de la cla-se dominante. Su modelo tradicional de negociose está viniendo abajo, sin que por ahora apa-

rezca una alternativasólida para el futuro.Dicen los expertosque independiente-mente de los proble-mas de negocio, losmedios tradicionales,sobre todo los que di-cen querer contribuir al avance social, padecenuna crisis ideológica que les impide responder alas demandas e ideas nuevas que ya están sur-giendo entre los sectores más concienciados dela sociedad. La solución, en todo caso, pasa porservir a su audiencia (que no es lo mismo quedarle solo lo que pide).Volver a la vocación ori-ginal aprovechando las mejores herramientas,sean nuevas o viejas, para servir a su público yrenunciar a servirse de él. Parece oportuno tam-bién aquí un nuevo pacto, porque «las institu-ciones y los ciudadanos tienen que saber que sufuturo democrático y solidario necesita unosmedios de comunicación potentes e indepen-dientes, con periodistas que, con su credibilidad,aporten elementos que ayuden a la gente a for-marse su propia opinión».

Cristina López

En nuestro país la po-breza se está haciendo

cada vez «más extensa, in-tensa y crónica», según Cá-ritas.

El número de personasconsideradas pobres

llegó a 10,5 millones en2010, lo que supone el21,8% de la población.

La renta media de cadahabitante ha descendi-

do un 9% entre 2007 y 2010y el número de hogares sinningún ingreso ha pasadodel 2,12% en 2007 al 3,35 en2012, afectando a casi600.000 hogares.

La mitad de las personasdesempleadas llevaban

más de un año en esta situa-ción en 2011. Cuatro añosatrás el paro de larga dura-ción afectaba al 23%.

El 27% de los trabajado-res se encuentran en

riesgo de pobreza o exclu-sión social. La crisis ha he-cho aumentar el porcentajeen un 12%, según la Funda-ción 1º de Mayo.

El crecimiento económi-co anterior a la crisis

no redujo las tasas de po-breza. Ésta ha venido a agu-dizar los males de un mode-lo social y económico muyvulnerable. Para Cáritas nosencontramos en una situa-ción estructural, no coyun-tural.

¿Sabías que...?«Servir a» y «servirse de»

Aparato crítico

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evangelioen la calle

«No es que una nueva economía distinta a la capitalista seaposible, es que ya existe: es la Economía Social y Solidaria. Enlugar de buscar el lucro, son prácticas que persiguen satisfacernecesidades. En vez de organizarse de manera autoritaria entorno a la propiedad del capital, lo hace de manera democrá-tica y situando como centro el trabajo humano», dice SETEM,una federación de ONGs de solidaridad internacional, que hapublicado un libro con quince experiencias en África, Améri-ca Latina y España. Como dice el Foro Brasilero de EconomíaSolidaria: «La economía solidaria resurge hoy como rescate dela lucha histórica de los trabajadores, como defensa ante laexplotación del trabajo humano y como alternativa al modocapitalista de organizar las relaciones sociales de los sereshumanos entre sí y de estos con la naturaleza».

Así va el mundo

Conocer la realidad es el primer paso para disponerse a cambiarla

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2ª Edición

EE stos días pasados hacía una visita a una familiacompuesta por cuatro miembros: dos hijosjóvenes y sus padres. Hablamos de muchos

temas en un clima de cordialidad. En uno de losmomentos de la conversación uno de ellos dice losingresos totales de la familia: la prestación de 426euros. Lógicamente en aquel ambiente favorable pre-gunté, con mucha prudencia, que cómo se las arregla-ban para poder vivir con esa cantidad durante un mesy me fueron explicando con sencillez lo que compra-ban, lo que comían y, en general, lo que eran sus gastos.

Pero lo que más me sorprendió fue la cantidad deveces que en la descripción de esos gastos decían: gra-cias a Dios que disponemos de 426 euros porque otrosno tienen ningunos ingresos. La única queja que lesescuchaba era que en enero próximo podían quitarlelos 426.

Yo no sabía cómo reaccionar ante su acción de gra-cias. Por una parte, sentía rabia ante su resignación, porotra, me unía a su agradecimiento, por otra, se meremovían las entrañas y me preguntaba: ¿con eso sepuede vivir?, ¿cuántas familias viven con ese dinero?,¿tienen vergüenza los que nos han llevado a esta situa-ción?, ¿tenemos vergüenza los que vivimos con más?,¿y los que no tienen nada?... Ya todo para mí fueronpreguntas en un silencio estremecedor mientras ellosno salían de los 426 y de su acción de gracias.

Cuando salí a la calle de vuelta a mi casa me acordé,claro está, de las bienaventuranzas y malaventuranzasde Lucas (6, 20-26): «Dichosos los pobres, porque vues-tro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéishambre, porque Dios os saciará. Dichosos los que aho-ra lloráis, porque reiréis… En cambio, ¡Ay de vosotroslos ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!¡Ay de vosotros los que ahora estáis satisfechos, porquetendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porquegemiréis y lloraréis!».

No cabe duda que los 426 euros amasados con elmensaje evangélico citado son un fortísimo grito con-tra esta sociedad.

¿Cómo nos situamos tú y yo? ¡No demos rodeos!Antonio Hernández-Carrillo

426 !

2ª Edición