HISTORIA DE LA
CULTURA
Trabajo Práctico
“Análisis de la Cultura
Guaraní”
Profesora: Victoria Accorinti
Alumna: Natalia Pizzolo
4 de Octubre 2010
INTRODUCCIÓN
El tema del presente trabajo se refiere a la cultura y cosmovisión de la “nación”
Tupí-Guaraní originaria de la inmensa floresta de la región centro-sudeste de
nuestro continente.
Esta cultura y cosmovisión que, si bien está en boca de la mayoría de los
habitantes de Latinoamérica y cuyo idioma es hablando por mas de diez
millones de personas, sin embargo, no deja de ser un fenómeno del cual en
general se conoce poco de su contenido histórico-cultural y de las
características vertebrales que lo identifican.
En general se habla de Tupí-Guaraní para englobar una cultura que se
extiende aproximadamente desde el Río Amazonas hasta el Plata. Hacia el
norte se ubican los llamados Tupí propiamente dichos y al sur los Guaranies,
considerados todos cazadores, recolectores y pescadores selváticos, con algo
de agricultura.
Se trata de una nación cultural sumamente extensa que adoptó diferentes
apelativos según la región y traducción surgida de los muchos estudios
existentes, entre ellos encontramos: tupí-guaraní, tupí-namba, guaraní, mbyá-
guarani, Mbyá, par-kaiová, chiripa-guarani y otros.
Es pertinente para el desarrollo del trabajo aclarar el concepto de cultura ya
que será utilizado en reiteradas ocasiones. Tomando las palabras de Magrassi,
“lo cultural, es nada mas y nada menos, que la propia naturaleza del hombre,
animal simbólico; la cultura es una aparente paradoja a la vez universal y única,
relativamente estable en tiempos y lugares y a la vez permanentemente
2
dinámica, que condiciona cada vida humana particular; siendo a la vez mas
inconciente que conciente (…)”1
A partir de estas palabras podemos ver que lo cultural abarca la totalidad de
nuestras vidas, nos antecede y nos precede. Es el resultado dinámico y
coherente del devenir de grupos humanos que a través del tiempo, van
generando y asumiendo estrategias simbólicas y de supervivencia.
Los Guaraníes constituyen una tradición milenaria, sus miembros se
organizaron política y socialmente en un inmenso territorio, crearon una
cosmovisión que trasformaron en una cultura, la cual desarrollaremos a
continuación.
1 Magrassi, Guillermo. Maya, Beatriz. y Frigerio, Alejandro. “Cultura y civilización desde Sudamérica”. Ed. Búsqueda de Ayllu. 1986. Pág. 31.
3
“La Tierra Sin Mal”
Por su intima relación con el medio en el que habita, toda cultura como la Tupí-
Guaraní, activa a través del tiempo una serie de estrategias se supervivencia
en el orden material y simbólico. Estrategias que le permiten satisfacer sus
necesidades primarias (el hambre, la sed, el refugio), filosóficas (explicación del
universo) y psicosociales (necesidades organizarse).
Para entender el tipo de tecnología a la que arribaron los Guaraníes es
necesario tener en cuenta los principios filosóficos y la cosmovisión en que se
basaban sus pensamientos y acciones. Para ellos el espacio vital donde
vivimos es de todos y no de una u otra persona que tiene derecho a ser dueño
de la tierra.
Lo natural y lo espontáneo entre ellos era y es la solidaridad en la búsqueda y
el consumo de los recursos, en el marco de un enorme respeto entre los
miembros de las grandes familias.
En el caso de la cultura Guaraní, que fue y es selvática desde su origen, es
producto original, de la relación del hombre con su medio ambiente particular.
Los guaranies en su hábitat desfavorable para la agricultura por tratarse de una
selva cerrada con superabundancia de humedad, desde hace unos dos mil
años cultivaban variadas especies, con el aprovechamiento espontáneo de
especies abundantes en el Amazonas, Manto Grosso, Paraguay y noreste de
Argentina.
Conservan técnicas ancestrales, inalterables en lo esencial, aun cuando no
desdeñan las técnicas y herramientas ya adoptados por el mundo entero.
El Guaraní actúa de forma colectiva, tanto en la producción como en el reparto
y el consumo de productos, esto es lo que hace a través de la estrategia del
“Pityvó”, la cual es una acción conjunta entre individuos de una misma toga,
tavá o de varias aldeas, en función de la procuración de recursos. El Pityvó
normalmente requería (requiere todavía) de un jefe o líder avezado y
reconocido en la especialidad de la acción que se proyecta realizar, ejemplo:
4
conocimiento de la construcción, hábil cazador o pescador, excelente estratega
de guerra, etc.
La participación en el consumo de alimentos era una ceremonia comunitaria.
Toda la Comunidad se alimentaba del animal que se cazaba, de los productos
cultivados y de aquellos que eran recolectados en el monte.
Su gran descubrimiento ha sido la yerba mate. Masticaban en sus andanzas y
correrías las hojas del caà para tener mas vigor. Las maceraban también en
agua fría dentro de una pequeña calabaza para absolverla con una pequeña
tacuara: el tereré (antecesor del mate criollo); solo lo conseguían en su lugar de
origen: al nordeste del Paraguay oriental hasta la zona vecina de Mato Grosso,
al norte del río Apa y al este del Paraná. La recolección se hacia de Febrero a
Mayo y las ramas cortadas se tostaban en el fuego y se molían en un
mortero.
Los Guaraníes constituyen una gran nación cimentada sobre las bases
culturales y no sobre en alguna estructura política que requiera la autoridad de
un jefe máximo.
La vivienda familiar, “Oga” o casa grande, trataba de una autentica vivienda
funcional, pensada desde los materiales que les ofrece el hábitat y teniendo en
cuenta la temperatura ambiente sumamente calurosa y húmeda. Es una
vivienda colectiva inspirada, en su filosofía de vida y su modo de ser.
Vivían en aldeas, específicamente en tribus que ocupaban en los claros de la
selva, las familias vivían en casas comunales que tenían su jefe, este tenía su
aposento en el centro de la cabaña, que era larga hasta 60 metros, de una sola
pieza donde cabían de 60 hasta 120 personas, los jefes de las casa comunales
5
formaban el consejo de jefes, en el que eran tratados y resueltos los principales
problemas de la comunidad, la aldea estaba dirigida por un jefe político llamado
Mburubichá, y un jefe religioso llamado Chaman, la familia y el matrimonio
constituían el núcleo básico de la sociedad.
El chaman para la América milenaria fue siempre un personaje clave que
desempeño y desempeña múltiples funciones positivas hacia la comunidad a la
que pertenece.
Los Guariníes llaman al chaman con distintos nombres de acuerdo a su
jerarquía y capacidades con relación a proferir palabras o cantos, a su poder
para comunicarse con sus héroes culturales y antepasados, a su sabiduría
para aconsejar, a su poder terapéutico frente a las enfermedades, es decir por
su prestigio y poder.
Las aldeas se ubicaban cerca de ríos, por expediciones de guerra y caza.
Fabricaban canoas, balsas, con maderas de árboles de la propia región; como
el timbó, el ubirapita entre otros. Algunos tenían velas, mástil y hasta una casa
con techo para resguardarse, en viajes largos. Pescaban con anzuelos de
madera y trampas.
Las mujeres ayudaban en la construcción de casas, limpiaban con escobas de
palmas la tierra apisonada, uno de sus mas importantes labores era encargarse
del cuidado de la casa. Fabricaban cestos de juncos, moldeaban y cocían las
vasijas de barro, hilaban el algodón y tejían hamacas, tipo y (especie de túnica
sin mangas), redes, etc. Tejían con dos palos horizontales y dos verticales en
un telar, y devanaban el algodón con huso de madera. Las telas obtenidas eran
teñidos con colorantes vegetales.
La principal ocupación de los hombres era la guerra o cazar venados, tapires,
osos hormigueros, seguida una fiesta, en donde todos participaban del festín.
Se reunían en las sombras de los árboles, por las siestas, o alrededor del fuego
por las noches para contar las historias, mitos, leyendas que nosotros hoy
conocemos. Los niños tenían sus canciones y trataban de imitar las tareas que
mas les interesaban de los mayores. Una actividad de dedicación era el
armado de ropas ceremoniales: combinando las diversas plumas de colores
más vistosos, que serian usados por los karaí, o por algún mburuvichà-guazú.
6
Los mayores transmitían todos los conocimientos a través de la palabra, que a
veces tomaba forma de cuento mitológico, otras veces era un cántico y otras
veces una danza. Las formas de contar las historias eran varias, pero todas se
encargaban de enseñarles a las nuevas generaciones la historia del pueblo, las
costumbres y la cosmovisión.
Mircea Eliade decía que el hombre primitivo concibe la vida arquetípicamente,
no posee, una memoria histórica, en donde los datos personales, fechas y
nombres cumplen el rol principal. Por el contrario, sus héroes pierden aspectos
personales para adquirir formas míticas.2
El fuego era y sigue siendo el sitio de las reuniones familiares. En torno a él, los
niños aprendían los mitos que forman la columna vertebral de la cultura
Guarini, aquellos que conforma su historia.
Alrededor de el se compartía el momento de ingerir las presas, el cual se
tornaba en un encuentro entre padres e hijos, como lo era la hora de dormir en
la que se colocaban unos sobre otros a un lado del fuego, como para lograr
calentarse y brindarse mutuamente con sus cuerpos una temperatura
agradable.
El niño aprendía a través de estos hechos, más que a dialogar a escuchar a
sus padres y familiares, a compartir el alimento, y el lecho, pues generalmente
todos comían de una misma porción que se iban pasando de uno en uno.
El fuego es muy importante para la cultura Guarini, por eso el proceso de
endoculturacion se daba alrededor del mismo. Delante de el comían, dormían,
se contaban los mitos y las historias, se les enseñaba a los mas pequeños
acerca del mundo Guarini. La endoculturacion según Marvin Harris, “es una
experiencia de aprendizaje parcialmente consiente y parcialmente inconciente
a través de la cual la generación de mas edad invita, induce y obliga a la
generación mas joven a adoptar los modos de pensar y comportarse
tradicionalmente”3.
Nos enfrentamos ante un ritual, en el cual encontramos un elemento central
que es el fuego, y el momento de transmitirle la cultura a las nuevas
generaciones. El observador puede vislumbrar a simple vista que el hecho de 2 Mircea Eliade, “El mito del eterno retorno”. Ed.Emecé. Buenos Aires, 1968.3 Marvin Harris, “Introduccion a la antropologia general”. Pag. 146
7
realizar todas estas tareas frente al fuego seria por el hecho de resguardarse
del frío, utilizando la cualidad de dar calor que tienen inherentemente el fuego.
Pero realizando un análisis mas profundo, saliendo de esa perspectiva etic, que
Marvin Harris la describe como esos conceptos y distinciones significativas y
apropiadas para el observador4, podemos adentrarnos en la perspectiva de los
participantes. Tomando un mito Guarini que explica el surgimiento del fuego,
podemos ir entendiendo más profundamente los significados que tenia el fuego
para la cosmovisión Guarini.
“El primer fuego (Leyenda Guaraní - Paraguay)
Después de la lluvia de cuarenta días y cuarenta noches, el Padre Primero hizo
una Tierra Nueva. Miró todo lo que había creado: montañas, ríos, selvas,
mares; se acercó a las cabañas donde vivían los hombres. Oyó un ruido
extraño y al asomarse vio que provenía de los hombres al masticar raíces y
carne cruda. Pensó que no tenían el fuego para cocinar y sentarse alrededor a
conversar y contar cuentos.
Miró las altas montañas donde sí había fuego. Los seres gigantes que allí
vivían eran malvados y sin corazón que se habían apoderado del fuego para no
compartirlo y poder cocinar a los hombres en las llamas de los volcanes.
Buscó quien le ayudara en su empresa de llevarse el fuego entre los seres del
agua. Llamó a Cururú, el sapo tan verde como la hierba. Como Cururú era
bueno cazando cosas que salieran volando, atraparía las brasas.
Ya en terreno de los gigantes, el dios tomó forma humana y se tiró al suelo de
espaldas, como desmayado. Cururú, corazón verde, se ocultó en el pasto. Los
gigantes celebraron el hallazgo de comida con una buena fogata. Pusieron al
hombre en la fogata pero éste no se quemaba, ni siquiera se calentaba.
Cuando las llamas lo cubrían, el Padre Primero dio una patada a las brasas
haciéndolas volar por el aire; los gigantes no se daban cuenta de nada. Cururú
se tragó una que pasaba junto a él y gritó: ¿cucururú! Entonces el Padre
Primero salió de las brasas tan tranquilo mientras los gigantes se quedaban
boquiabiertos sin comprender.
4 Marvin Harris, “Introduccion a la antropologia general”. Pag. 154
8
Estando lejos, el Padre Primero dijo a corazón verde que arrojara el fuego y
que buscara el arco y las flechas del dios. Aquel encendió la punta de una
flecha y la lanzó con el arco hacia el tronco de un árbol de laurel. Y el árbol no
se quemó pues el fuego quedó metido dentro de la madera.
El Padre Primero llamó a los hombres y les mostró el laurel. Les explicó que
para hacer una buena fogata había que cortar un trozo, fabricarle un agujero y
meterle allí una flecha haciéndola girar rapidísimo con las manos: entonces
saldrían llamitas para encender hojas y ramas más grandes.
De esta manera los guaraníes cocieron sus alimentos y nunca más metieron
ruido al comer.
El Padre Primero convirtió a los gigantes negros en unos pájaros del mismo
color y que sólo comen carroña; son los urubúes (buitres)”
Este mito nos muestra como es que la cultura Guarini arma una historia, para
ellos sagrada, para darle una explicación a la manera en que debían encender
el fuego. Su ritual diario era encender el fuego de la misma manera que “el
padre primero” les dijo que lo tenían que hacer. Mircea Eliade nos dice que
todo ritual tiene un modelo divino, un arquetipo: “Debemos hacer lo que los
dioses hicieron al principio”.5
Lo sagrado del fuego hace que la enculturación se encuentre desarrollada en
ese espacio. Un lugar de encuentro, que no solo tiene lo sagrado del fuego,
sino también, lo sagrado del circulo, de darle al fuego el lugar del centro; “el
centro es, pues, la zona de lo sagrado por excelencia, la de la realidad
absoluta”6
Recrear ese centro es volverle a dar realidad, a darle ser. El hombre de las
sociedades tradicionales se siente más real en tanto imita de manera más
perfecta el accionar divino. Las cosas cobran realidad en tanto fueron
constituidas de acuerdo a los cánones sagrados.
La cultura Guarini, como en casi todas las culturas, explicaba los hechos con
mitos que formaban historias que le daban un sentido a todo lo que los
5 Mircea Eliade, “El mito del eterno retorno”. Ed.Emecé. Buenos Aires, 1968. Pág. 286 Ídem. Pág. 25
9
rodeaba. “Sólo el hombre, como animal simbólico que es, posee y hace cultura
(…)”7
La faceta espiritual del guaraní constituye uno de los aspectos más llamativos y
atrayente de su cultura.
La cosmovisión Guarini contiene una gran religiosidad y una profunda
espiritualidad, a tal punto de no necesitar de templos ni de ídolos tallados.
Ñanderuvusu, nuestro padre grande, o Ñamandu, el primero, el origen y
principio, o Ñandejara, nuestro dueño, eran los nombres que hacían referencia
a una divinidad que era concebida como invisible, eterno, omnipresente y
omnipotente. Una entidad espiritual concreta y viviente que podía relacionarse
con los hombres, por ejemplo bajo la forma perceptible de Tupâ, el trueno. Se
manifestaba en la plenitud de la naturaleza y del cosmos, pero nunca en una
imagen material. Ñamandu no era el dios exclusivo de los guaraníes, era el
dios padre de todos los hombres.
Frente a Ñamandu, el padre bondadoso, el dador de vida y sustento del
equilibrio del orden universal, estaba la otra dimensión de la realidad espiritual,
el mal, expresado en el concepto de Aña. Esta fuerza maléfica era la
generadora de la muerte, la enfermedad, la escasez de alimentos y las
catástrofes naturales.
Para los guaraníes esta tierra y esta vida no eran la perfección. Existía un lugar
donde todo era perfecto, la Tierra sin Mal. La vida del hombre era un andar
hacia aquel sitio, al que se podía llegar luego de la muerte física, y en algunos
casos excepcionales corporalmente, sin pasar por el trance de la muerte. La
Tierra sin Mal no constituía un mito para los guaraníes. Era un lugar real,
concreto, que se ubicaba imprecisamente hacia el este, más allá del Gran Mar
(océano Atlántico). Esta creencia en la Tierra sin Mal generaba periódicamente
grandes migraciones en su búsqueda, inspiradas por el mesianismo de algunos
chamanes o paye.
En la cultura guaraní todas las manifestaciones míticas, sean de héroes
culturales o de relatos de variadas circunstancias, se complementan y parten
de un mismo dinamismo inmanente del cosmos. 7 Magrassi, Guillermo. Maya, Beatriz. y Frigerio, Alejandro. “Cultura y civilización desde Sudamérica”. Ed. Búsqueda de Ayllu. 1986. Pág. 31.
10
Las costumbres y tradiciones de los genuinos guaraníes constan de un
resplandor mágico y deslumbrador, gracias a la generosidad de sus
pensamientos, a la poesía en todas sus expresiones y a la profundidad de su
sencilla filosofía. Esto lo podemos observar en todo lo que ellos emprendían,
desde su economía hasta el arte, la música y la danza.
Las manifestaciones artísticas fueron múltiples y en distintas áreas de la vida
común. Todas cristalizaban espontáneamente en la fabricación de utensilios y
en el arreglo personal de mujeres y varones. No había una intención específica
de hacer arte, exhibirlo y venderlo como sucede en otras culturas, sobre todo
occidentales. Simplemente se expresaban y expresan en forma anónima con
fines prácticos o simbólicos, en todo aquello que tiene que ver con las
ofrendas funerarias, mitología y arreglos personales.
Tradicionalmente se destacaron en el arte cerámico, tejeduría con fibras
vegetales, en tallas de madera, cestería, diademas y todo tipo de adornos de
pluma. Como también se destacan en la construcción de instrumentos
musicales y ejecución de los mismos.
Los guaraníes llegaron a emplear con beneficio y arte los materiales del
bosque. Confeccionaron cosas como, el Ini (hamaca) llamada luego kyha, el
vona, el saingo, los diversos tipos de ajaka, cordones, mantas, bolsos, cintas,
vestiduras, cuerdas para transportar bultos o cruzar ríos. Fabricaron canoas,
arcos, flechas, lanzas, macanas y cuantos elementos necesitaran para el
descanso, la defensa, el transporte, las comodidades del hogar y adornos. En
la confección del vona y saingo se usaba principalmente el yvirá, con el
agregado de guembepi, para darle resistencia, realce y belleza, su color, negro
o marrón, destacaba los bordes o centros, igual que en los cestos y otros
trabajos. Las hamacas, de diversas fibras, presentaban varios tipos de trama
en su tejido, y borlas que adornaban sus costados. Todos los demás enseres,
cacharros, atavíos y armas, se distinguían por el agregado de la inspiración del
anónimo artista mediante alguna nueva aplicación que era copiada por otros
para quedar establecido su uso en la comunidad.
Los dibujos utilizados en cerámicas, vestidos, mantas, binchas, cesterías y
demás, eran sencillos y simétricos. Preferían colores negros con blanco; negro
con marrón o todo rojo.
11
También, se pintaban objetos con fondo blanco o crema haciendo que
resaltaran el color de los dibujos, rojo o negro. Todos eran de trazos simples,
geométricos o tomados de la naturaleza, imitando los diseños de la piel de las
víboras u otros animales, flores o líneas descubiertas en los bosques.
Mediante la combinación de sustancias, obtenían la variación de colores de los
dibujos.
Otros trabajos de anónimos artistas guaraníes, están presentes en las piedras
de las ruinas y en la madera de las imágenes. Las obras, los motivos, formas y
colores, surgidos en la comunidad, se han perdido con ella. No ocurre lo mismo
con la literatura. Sin escritura y sin escritores, de boca en boca, tiene vida la
tradición, en la tradición, la oratoria y la poética, aflora cada vez que se pulsan
las cuerdas de los sentimientos de su gente.
El guaraní es poeta desde niño, porque vive entre poetas, porque su gente es
cálida y de hablar poético, por acto de presencia en un entorno natural
desbordante y maravilloso que lo convierte en artista. Desde temprana edad,
ejercita ese oficio, creando y recreando cantos y danzas, viviendo en
permanente adiestramiento de bailes y canciones. Los cazadores también,
alrededor de sus fogones cantaban hasta altas horas de la noche.
12
Los Guaraníes cantaban y bailaban en las ceremonias de los bautismos, en los
encuentros entre grupos de vecinos o cuando iban a exorcizar la presencia de
espíritus malignos, o buscando propiciar la llegada de la lluvia. Ellos bailaban al
compás de los sones de la maráka, el takuapu y el mimby (flauta dulce). Con el
tiempo se agregaron tambores y tamboriles, cornetas y guitarras (a las que se
dio el nombre de mbaraka). También llegó el arpa, transformada en la
armoniosa arpa india; y el rabel, nombre antiguo del violín.
No solo se divertían danzando y cantando, la cultura Guarini también tenía sus
juegos. Son pocos los que se imaginan a los niños y jóvenes aborígenes
jugando con juegos tradicionales, de la misma manera que lo hacen los niños
de todo el mundo. Tienen una interminable lista de diferentes juegos, algunos
de ellos son la Kapichu’a, que es un juego similar a la payana que se practica
con granos de porotos, de maíz o piedritas, otro de sus juegos era el Porîrîri
que era la fabricación y el lanzamiento de trompos, y el Yayapí upé mbítépe
que consiste en el tiro al blanco con arco y flecha.
Dentro de la cultura Guarini, la medicina ocupaba un lugar muy importante y
hay mucho para aprender sobre ella. En general la medicina la practicaban y la
practican los payé o chamanes de la comunidad. No obstante hay que
remarcar que la automedicación, a partir del conocimiento que tienen los
guaranies de las variedades de vegetales, es bastante común. Los guaranies
tenían un conocimiento exhaustivo de botánica y zoología, incluso muchos de
los conocimientos y nomenclatura han sido adoptados por la ciencia moderna.
13
Es sorprendente la exactitud que tuvieron en la agrupación de ejemplares de
animales y plantas y en la clasificación zoológica y botánica en especies,
géneros, familias, etc.
La ciencia y experiencia de los payé eran logradas por una larga dedicación del
arte de curar. Los medicamentos eran tomados del bosque, que fue para ellos
una fuente terapéutica inagotable y lo sigue siendo.
El arte, la música, la danza, los juegos y la ciencia entran dentro de esta
categoría que Marvin Harris llama la superestructura, la cual consiste en
conductas y pensamientos dedicados a labores artísticas, lúdicas, religiosas e
intelectuales, junto con todos los aspectos mentales y emic de la estructura e
infraestructura de una cultura.8
Dentro de este conjunto cultural entra la literatura y la lengua. Es indiscutible la
importancia que tiene la comprensión de la lengua para el conocimiento de una
cultura. Sólo así el estudioso podrá penetrar a lo más recóndito del alma del
estudiado, desentrañando los conceptos íntimos que ligan al hombre con el
mundo, tan diversos en el tiempo y en el espacio.
El idioma Guarini se hablaba en el enorme territorio que hoy comprende el Este
de Brasil, el Paraguay, Noreste de Argentina, Sudeste de Bolivia, Uruguay, y,
en menor grado, en Perú, Ecuador y Guayanas.
La cultura Guarini no dejó vestigios monumentales de piedra, oro y plata pero si
dejo una lengua de gran expansión que fue factor aglutinante de muchas
parcialidades y pueblos. El Guarini brindó numerosas palabras a otros idiomas
y a la ciencia, a la toponimia y nombres genéricos y específicos de la historia
natural.
El origen de la lengua guaraní es esencialmente nominal y frecuentemente
onomatopéyica, porque forma palabras designativas de cosas que en la
naturaleza rodeaban al nativo, o que imitan fonéticamente los ruidos o sones
naturales: pirirí, sununú, guaruvá, pororó, etc.
La irrupción de los españoles en la cultura Guarini generó desordenes en todos
los ámbitos de la vida del pueblo Guarini, y el idioma Guarini no quedo exento.
8 Marvin Harris, “Introduccion a la antropologia general”. Pag. 157
14
El 25 de junio de 1769 a solicitud del arzobispo de México, el rey de España
dispuso que se generalizase por medio de la enseñanza el idioma de los
conquistadores, y se dictó en Aranjuaraz una real cédula para que “de una vez
se llegue a conseguir que se extingan los diferentes idiomas que se usan en los
dominios españoles de América y sólo se hable castellano”. El etnocentrismo
español fue tan implacable que intentó destruir toda cultura indígena, y todo lo
que ellas representaban. Este etnocentrismo que considera al propio modo de
vida como un patrón adecuado de juzgamiento para otros modos y formas,
ubica a la propia cultura, al propio grupo de pertenencia, como centro de todas,
como lo mejor, lo superior e incluso lo único.9
La invasión española en el pueblo Guarini no solo causo una aculturación, sino
una deculturación, “una alteración o destrucción de una serie de instituciones y
valores fundamentales que implica la pérdida de la identidad cultural étnica”10
En la lengua guaraní, se le otorga un valor económico en cuanto al uso de
significantes, por ejemplo, el sólo vocablo ñe´e nombra tres cosas: voz, palabra
y alma. Podemos ver que cuando forzamos una lengua con la técnica de
traducción logramos, por un lado, la ventaja de tener con el otro un mismo
dominio, pero esto no significa que podamos comprenderlo verdaderamente o
pensar como él lo hace. En la traducción de este vocablo guaraní al castellano
nos referimos a tres cosas a nivel morfológico y semántico bien diferentes,
mientras que ellos se refieren a sólo una y en un único sentido indivisible, dado
que utilizan un solo vocablo y no tres.
Este es un mito Guarini que explica la creación del lenguaje, al leerlo podemos
notar la importancia que tenía para el pueblo Guarini su lenguaje:
“El verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
de una pequeña porción de su propia divinidad,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
hizo que se engendrasen llamas y tenue neblina.
9 Magrassi, Guillermo. Maya, Beatriz. y Frigerio, Alejandro. “Cultura y civilización desde Sudamérica”. Ed. Búsqueda de Ayllu. 1986. Pág. 69.10 Ídem,. Pág. 116
15
Habiéndose erguido. [asumido la forma humana],
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el origen del lenguaje humano.
De la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano
e hizo que formara parte de su propia divinidad.
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas primigenias,
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano
e hizo el verdadero Primer Padre Ñamandu
que formara parte de su propia divinidad”
La lengua de una cultura nos cuenta acerca de su esencia, la manera de
nombras las cosas, los sonidos que se utilizan, los vocablos, todo el conjunto
que forma al lenguaje es una parte esencial de la cultura de cualquier pueblo
del mundo. Hoy en día, solo en el Paraguay se habla el guaraní como segunda
lengua, en los otros sectores de Latinoamérica en donde alguna vez fue
habitado por la nación Guarini, solo quedan restos de comunidades que siguen
hablando esta lengua y el resto quedo perdido en el tiempo, sepultado por la
intolerancia y etnocentrismo español.
Los españoles al desembarcar en suelo sudamericano no solo se encontraron
con una nueva lengua, sino con una nueva cultura, y con una nueva
cosmovisión.
La cosmovisión es la manera particular de uno o más grupos de ver, mirar e
interpretar el entorno cósmico y a sí mismos como un todo armonioso en su
contexto natural y social.11
11 Rossi, Juan José. “Los Guaraníes”. Ed. Galerna. 2010. Pág. 40
16
Es innegable que el hombre desde que es hombre con conciencia de si mismo
y de su entorno, ha producido y produce innumerables sistemas explicativos
del cosmos y de los fenómenos colaterales, tangibles y subjetivos.
El pensamiento y la palabra guaraní considera al cosmos y a todas sus
manifestaciones como una realidad única, latente y dinámica que va
apareciendo en el devenir gracias a la fuerza creadora presente en el mismo
cosmos, en todo lo que existe, en si mismos y su alrededor. Para ellos todo es
“eterno” (sin principio, ni fin) o nada es eterno. Juan José Rossi explicaba que
los guaranies no conciben en el universo dos dimensiones que no se tocan, la
de lo absoluto y lo “espiritual” por un lado y lo limitado y efímero por el otro.
“Para ellos el universo tiene una unidad profunda en el que se da un proceso
permanente expresado de muchas maneras en sus mitos, realidades,
personajes o héroes mitológicos.”12
Los mitos son las expresiones didácticas de las cosmovisiones, no surgen
como un producto especifico, sino que se van dando a lo largo de un proceso,
desde lo espontáneo y lo inconciente del pueblo.
Según Mircea Eliade los mitos constituyen “el fundamento mismo de la vida
social y de la cultura; sirven de modelo y, a la vez, de justificación de todos los
actos de los hombres”13
Los mitos a medida que surgen se van transformando en un patrimonio en el
que los grupos se apoyan para vivir con perspectivas y respuestas concretas a
los fenómenos naturales que los exceden y con normas de convivencia entre
los miembros de la comunidad.
El pueblo Guarini asume la realidad de la tierra, de su fauna y flora y de la
humanidad, con múltiples y ricos mitos que brindan alguna explicación
coherente de la experiencia de si mismos y del entorno. Los distintos héroes
mitológicos, emergentes a lo largo de miles de años, tienen la particularidad de
ser modelos de vida, espejos y creadores de códigos o normas de convivencia
en el ambiente selvático en que viven.
Podemos observar que existen una gran cantidad de mitos en la cultura
Guarini, hay uno en particular que explica su origen geográfico que es muy 12 Rossi, Juan José. “Los Guaraníes”. Ed. Galerna. 2010. Pág 37.13 Mircea Eliade. “Mitos, sueños y misterios”. Ed. Kairós, Barcelona. 2001. Pág.21
17
interesante: “dos hermanos, uno llamado tupí y el otro guaraní, junto con sus
esposas e hijos migraron hacia el sur a través de la selva. En el transcurso de
la migración las compañeras de tupí y guaraní tuvieron serias disputas por la
pertenencia de un papagayo (y otros motivos de la misma índole). Esta
circunstancia generó molestias y hasta odio entre ambas familias. Para evitar
más discordias, los dos hermanos resolvieron de común acuerdo separarse
hacia rumbos diferentes, cada uno con su familia. Así guaraní y su esposa e
hijos se dirigieron hacia el sur instalándose finalmente en Guayrá, mientras que
Tupí optó por el norte y la costa atlántica de Brasil. Ambos grupos prosperaron
hasta convertirse en la gran nación Tupí-Guaraní”.
Esta historia explica con es que el pueblo tupí-guaraní se separa y cada parte
se instala en un sector de Sudamérica diferente. No hay registros que nos
digan que esto haya sucedido de verdad, por lo tanto pasa a ser parte de los
mitos que conforman la cultura del pueblo, un mito fundacional.
La cultura guaraní explicaba la creación del mundo a través del mito del padre
creador de todo. Los guaraníes creían que al principio de los tiempos existía el
caos, formado por la neblina primigenia (Tatachina) y los vientos originarios.
Ñamandú, llamado también Ñanderurusú, Ñanderuguasu ("Nuestro Padre
Grande") o Ñanderu pa-patenonde ("Nuestro Gran Padre último-primero") se
crea a sí mismo en medio dicho caos.
El proceso de autocreación de Ñamandú sigue un proceso por etapas y lo hace
a la manera de un vegetal: se afirma sobre sus Raíces (las divinas plantas de
los pies), extiende sus Ramas (brazos con manos florecidas-dedos y uñas),
construye su Copa (diadema de flores y plumas- Yeguaka) y se yergue como
árbol, en postura de elevación celestial.
“Nuestro Primer Padre, el Absoluto,
surgió en medio de las tinieblas primigenias.
Las divinas plantas de los pies,
el pequeño asiento redondo,
en medio de las tinieblas primigenias los creó,
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en el curso de su evolución.
El reflejo de la divina sabiduría [órgano de la vista],
el divino oye-lo-todo [órgano del oído],
las divinas palmas de la mano con la vara insignia,
las divinas palmas de las manos con las ramas floridas [dedos y uñas],
las creó Ñamanduí en el curso de su evolución,
en medio de las tinieblas primigenias.”
Con estas palabras el pueblo Guarini relataba su mito teogónico, el cual nos
remite al origen de su “Primer Padre”.
En la cultura guaraní todas las manifestaciones míticas, sean de héroes
culturales o de relatos de variadas circunstancias, se complementan y parten
de un mismo dinamismo inmanente del cosmos. En su horizonte mítico
sobresalen, sin ser exclusivos, varias denominaciones de héroes mitológicos
“primigenios” que de algún modo prefiguran, encarnan o representan la
realidad tal cual se da y la experimentan los protagonistas de esta cultura.
Héroes o personajes míticos que serían los responsables de los positivo y
negativo, de las sensaciones y sentimientos, de las potencialidades y limites
del hombre y su medio. Los mitos y los héroes culturales, que para el ojo del
observador no son mas que producto de veleidades y cuentos para distraer
niños, para el nativo desde su perspectiva emic, desde el interior de la cultura,
son lentas cristalizaciones de fenómenos explicativos que están inmersos y
sobrevuelan la conciencia del grupo. Fenómenos transmitidos en relatos y
ceremonias que reflejan o explican a su manera todo lo que sucede en el
devenir del pueblo.
Para concluir nos acercaremos a una temática que dentro de la cultura Guaraní
ha sido tabú, y lo sigue siendo: el canibalismo.
Si se analizan exhaustivamente las fuentes directas o indirectas de las crónicas
de los colonizadores españoles y las conclusiones de sus obsecuentes
comentarios, se llega a la certeza de que los relatores, al menos la inmensa
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mayoría, de aquellos rituales canibalescos, no fueron testigos presenciales del
fenómeno. En todos los casos transmitieron lo que “otros” contaron,
generalmente después de haber transcurrido bastante tiempo y, sin duda, a
través de una visión subjetiva y condicionada por su propias ideologías
culturales.
Por lo tanto llegaron a nuestros días historias que nos presentaban a la cultura
Guaraní como una barbarie que hacia orgías y fiestas para comerse entre ellos
y a los extranjeros que caían en sus tierras. Desde su perspectiva etic y su
etnocentrismo nos relataban los rituales como sucesos desagradables, en
donde los habitantes guaraníes realizaban atrocidades a seres humanos.
Estos relatos llegaron a Europa y fueron la excusa perfecta para perpetrar una
invasión evangelizadora, para eliminar todas estos ritos, y junto con ellos a sus
culturas, que eran “a los ojos de dios” infamias y pecados.
Uno de los clásicos ejemplos que esgrimieron los invasores para justificar su
accionar devastador, fue el de Hans Staden, un sujeto muy especial que visito
las costa del actual Brasil a mediados del siglo XVI. El viajaba en un busque y
luego de una series de vicisitudes, incluyendo un naufragio, según su propio
informe fue capturado por los tupí-namba de la gran nación tupí-guaraní. Con
aforismos y exageraciones propias de el desconocimiento cultural relataba la
historia de su salvaje secuestro, como lo capturaron, lo tenían atrapado y lo
mantenían ahí hasta el momento del ritual: “durante un año a los cautivos se
los consideraba invitados de honor, bien alimentados y con mujer hasta el
momento de ser salvajemente asesinados y descuartizados por las mujeres y
luego devorados en un festín”. Estas son palabras tomadas del libro que nueve
años después del supuesto acontecimiento se publicaron en Europa.
Esta crónica fue tomada como un suceso real, aunque no existen pruebas de
que lo haya sido. Lo que importa es que, real o no, los colonizadores no
dudaron y exterminaron todo a su paso.
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Si estudiamos la cultura Guarini y entramos a este ritual desde una perspectiva
del propio participante, desde dentro, como una miembro mas de la cultura
Guaraní, podremos entender el verdadero significado de el canibalismo en esta
cultura.
El principio básico que sustentaba la antropofagia Guaraní era que la persona
acumula energía a lo largo de su existencia, y que esa energía puede ser
utilizada por otra persona para expandir la conciencia. El objetivo vital de los
guaraníes era trascender los límites de la existencia cotidiana accediendo a lo
que llamaban “La Tierra Sin Mal”; un estado vital en donde una persona
escapaba al daño, e incluso a la muerte (como supresión del nivel físico de la
existencia). En este contexto, consumir la personalidad de una persona primero
y su cuerpo físico después daba a el practicante un plus de energía imposible
de conseguir por otros medios. De allí que los guaraníes no comieran a
cualquiera, sino solo a los mejores. El canibalismo era parte del Camino de la
Perfección o Aguyé.
Dependiendo de que lado nos ubiquemos, si del observador o del participante,
nuestro análisis de las situaciones serán diferentes. Por esta razón es muy
importante que cuando estudiemos una cultura diferente no solo nos quedemos
con los aspectos etic, sino que vayamos mas allá y realicemos una análisis
mas profundo, que nos adentremos en los aspectos emic de la cultura para
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poder de esta forma entender los comportamientos, las costumbres y los
rituales de una manera mas cercana a la realidad de la cultura es cuestión.
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CONCLUSION
La identidad Guarini permanece hasta el presente a pesar del etnocidio
perpetrado por los europeos, una identidad basada en la palabra y en el
respeto por la libertad de las personas y múltiples aldeas, que por sobre todas
las cosas comulga con la solidaridad y el trabajo mancomunado.
La cosmovisión Guarini les permitió no solo vivir coherentemente frente a la
magnificencia del cosmos, sino también progresar e intercambiar como gran
nación que comparte una identidad común.
La cultura guaraní ha dejado un legado en los pueblos de Sudamérica, aunque
mucho se perdió con la conquista europea, las bases de su cosmovisión e
historia forman parte de nuestra identidad. En algunos pueblos mas que en
otros, se esconden pautas culturales guaranies.
Pertenezcamos al pueblo que pertenezcamos, sin importar nuestra
ascendencia, quienes sean nuestros antepasados, todos los latinoamericanos
compartimos la misma tierra, todos tenemos un poco de historia indígena
corriendo en nuestra cultura. Esta en nosotros habitantes de esta hermosa
tierra, y herederos de una historia llena de magia, no olvidar quienes fueron los
padres de este suelo.
No dejemos morir la historia Guarini, ni ninguna historia indígena. Los pueblos
originarios no deben solo estar en la memoria, deben seguir vivos, y eso
depende de nosotros, mantengamos la llama encendida de estas culturas
ancestrales que tanto nos enseñaron acerca del mundo.
“Es cultura lo que por una parte unifica, y por otra, y a la vez, diferencia a todos
los seres humanos”14
14 Magrassi, Guillermo. Maya, Beatriz. y Frigerio, Alejandro. “Cultura y civilización desde Sudamérica”. Ed. Búsqueda de Ayllu. 1986. Pág.42
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BIBLIOGRAFIA
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Rossi, Juan José. “Los Guaraníes”. Ed. Galerna. Bs.As. 2010.
Sampedro, Celia Laura. “La evangelización del pueblo guaraní y la re-significación de la realidad a partir del lenguaje”. Universidad de la Plata.
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