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Page 1: Toque Crítico de Martín Esparza Flores: Injusticia Social

Siempre! • 31 de agosto de 2014

Martín Esparza FlorEs

Llevado a la palestra del escenario nacio-nal, el tema de los salarios mínimos re-presenta uno de los puntos neurálgicos

que el neoliberalismo siempre trata con pinzas y del que seguramente, llegado el algo momen-to de las explicaciones, buscará evadir huyen-do por la puerta trasera.

Empero, y en medio de la vorágine reformis-ta, debe abrirse el debate sobre un asunto que compete y afecta de manera directa a millo-nes de mexicanos cuya situación económica es cada vez más precaria, debido en gran medida a que el bienestar de la población dejó de ser, desde hace varios sexenios, una de las priori-dades de las políticas públicas de los gobier-nos en turno que hicieron letra muerta a lo es-tablecido en el artículo 123 constitucional, frac-ción VI, sobre la función social del salario, y que sin dobleces, señala:

“Los salarios mínimos que deberán dis-frutar los trabajadores serán generales o pro-fesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos aplicarán en ramas determinadas de la activi-dad económica o en profesionales, oficios o trabajos especiales. Los salarios mínimos ge-nerales deberán ser suficientes para satisfa-cer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijaran considerando, además, las condicio-

nes de las distintas actividades económicas”.Es decir, que muy alejado de lo que marca

la Constitución, el salario mínimo es insuficiente para satisfacer las necesidades de los mexica-nos en el orden material, en la educación de los hijos y ya ni que decir en lo social y cultural. Pre-cariedad de la que los políticos de los tres po-deres: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, han sa-bido ponerse a salvo, autorizándose desde el poder, altos sueldos y exclusivos privilegios que los exenta de conocer en su estilo de vida la palabra CRISIS.

Así, mientras millones de trabajadores de-ben laborar más de 10 horas diarias y sumar los sueldos de otros miembros de la familia para no morir de hambre, los sueldos de los altos fun-cionarios, empezando por el presidente de la república, suman en promedio más de cien sa-larios mínimos.

Esta política antisalarial, espejo de la injusti-cia social, ha seguido ciegamente los ordena-mientos de los organismos financieros interna-cionales, rehusándose a aceptar que un mayor poder de compra a los trabajadores tiende a fortalecer el mercado interno, generando mejo-res condiciones para enfrentar la actual crisis fi-nanciera y económica que tiene postrado el de-sarrollo nacional.

Bienvenido el debate de los salarios míni-mos que ha propuesto Miguel Ángel Mancera, y en el que, por supuesto, no deberá faltar como jaculatoria del sentir popular, aquella que reza: “salario mínimo al presidente, para que vea lo que se siente”. Y por añadidura, a toda la cla-se gobernante.

Salarios mínimos

Injusticia social

Siempre!

Raúl J

E

cepción

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