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TOPONOMÁSTICA DE SANT MATEU, SAN
JORGE, SAN RAFAEL DEL RÍO, XERT O CHERT,
LA SALZADELLA Y ROSSELL
JOSÉ VICENTE GÓMEZ BAYARRI
Historiador
Y
MARÍA DEL CARMEN AURA BUSÓ
Filóloga
INTRODUCCIÓN
El trabajo elaborado comprende los siguientes aspectos:
1º Unas consideraciones toponímicas de carácter general.
2º El origen y desarrollo de aspectos “diacrónicos” y “sincrónicos” de variantes
lexicográficas proporcionadas por la documentación histórica que facilita la elaboración
de un “corpus toponímico”.
3º Unas conclusiones genéricas, reflejo de las vicisitudes históricas y culturales de los
pueblos.
I. CONSIDERACIONES TOPONÍMICAS
Las fuentes arqueológicas, documentales, narrativas, filológicas, así como los aspectos
geográficos, dejan constancia de la intensidad de la Historia. Por ello, se puede
mantener, que en cierta medida, la historia de la colonización del suelo o de la
población viene reflejada en la investigación toponímica; de ahí el considerable valor
histórico que transmite esta disciplina, que estudia la justificación de los nombres
geográficos, su origen etimológico, su proceso de formación y las diversas formas o
grafías con que se han constatado en las sucesivas etapas históricas y,
consecuentemente, el por qué de su significado (1).
El nombre de la mayoría de los topónimos está inspirado, “grosso modo”, en alguna de
estas tres temáticas:
a) La configuración geográfica.
b) La geografía humana.
c) La onomástica.
Generalmente, su denominación está en función de una de estas características que
originó la base etimológica del significado del topónimo: repoblación, orografía,
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hidrografía, particularidades del terreno, naturaleza del suelo, vegetación, forma de
vida, relaciones socio-económicas, estamentos sociales, actividad profesional u oficios,
antroponimia, hagiotoponimia, etc.
La multiplicidad de particularidades que pueden originar el nombre actual genera la
dificultad del dominio de todas las fuentes. Sin embargo, “a priori”, conviene no
desdeñar ninguna de ellas.
Para aproximarnos a un estudio toponímico es preceptivo:
1º Acudir a las fuentes históricas, documentales, archivísticas, así como a las literarias y
cartográficas.
2º Proceder de manera sistemática y metodológica a la recogida de información, de
diversa procedencia, y valorar lo más objetivamente posible los datos que dispongamos.
3º Tener en consideración los aspectos físicos, humanos y culturales, componentes
probables del origen del topónimo.
4º Proceder al análisis de los estratos toponímicos, reflejo de la evolución socio-
histórica y sociocultural, y que han determinado los diversos nombres que han
identificado el lugar.
5º Estudiar la estructura lingüística de las diversas denominaciones con que se ha
plasmado. Esta estructuración debe recoger diferentes aspectos: etimología, grafías o
diacronía del topónimo, la semántica, elementos lingüísticos constitutivos, leyes
fonéticas de la toponimia, transcripción fonética, plasmación ortográfica actual correcta
o aceptada y reconocida o legal, etc.
De contrastar todos estos aspectos se deriva la dificultad de abordar los estudios
toponímicos y la conjetura y conflictividad, en ocasiones, de las denominaciones, ya
que al ignorarse, con frecuencia su significación, sólo la fonética histórica puede
conducir, junto con la historia, a descubrir el origen del topónimo o proponer hipótesis
fundamentadas.
El arraigo de las denominaciones corográficas y la resistencia a su sustitución es una
constante en la historia toponímica. El cambio de las estructuras dominantes,
consecuencia de las invasiones y su incidencia sobre la cultura en general y la lengua en
particular, en un área geográfica determinada, no conlleva, perentoriamente, la
eliminación o transformación total del panorama toponímico preexistente. Las
denominaciones toponímicas, con frecuencia, perduran y sobreviven a las convulsiones
históricas, aunque estas originen cambios socio-políticos y culturales, y reflejan su
origen, a pesar de presentar algunas alteraciones morfológicas. Fiel reflejo es el ejemplo
de la plasmación de formas fosilizadas de culturas anteriores en los “corpus
toponímicos”, trasluciendo la heterogeneidad toponímica al analizar su procedencia.
Por todo ello, al elaborar un “corpus” de las diferentes variantes de un topónimo
hallamos elementos que constituyen huellas lingüísticas del paso de diferentes pueblos y
culturas. Las leyes fonéticas impregnan las características de cada lengua. Diversos
factores pueden inferir en la configuración de los topónimos, entre los que podemos
mencionar los siguientes:
- Las concomitancias o cruces culturales.
- La acción del fenómeno de ósmosis cultural,
3
- Las repercusiones de la historia local,
- Los substratos sociolingüísticos,
- La etimología popular,
- Las preferencias cultistas, etc.
Las deformaciones que han sufrido las voces y su fijación en los documentos de
diversas épocas y distintas procedencias, con grafías vacilantes y variables,
consecuencia de la transmisión más oral que escrita, induce en ocasiones a errores
interpretativos y a hipótesis poco rigurosas. Estas deformaciones orales, junto a la
anarquía e ignorancia de gran número de notarios o escribanos medievales e incluso
posteriores, las deficientes transformaciones adaptándolas a las leyes fonéticas y
gráficas de las diferentes lenguas, la acomodación a éstas, la disociación entre los
distintos sistemas fonéticos y las alteraciones producidas en las formas gráficas de los
topónimos, constituyen una rémora para la investigación etimológica y una mayor
dificultad para superar con acierto las hipótesis etimológicas, a veces, caprichosas o
arbitrarias.
Las aportaciones genéricas de una pléyade de historiadores, geógrafos y filólogos, que
están actuando de manera interdisciplinar, y la preocupación actual por la ciencia
toponímica, está incidiendo en el afán de proceder a la regulación de nuestra toponimia,
recuperando correctamente una faceta del patrimonio cultural autóctono. Para
normalizar el topónimo es conveniente actuar con cautela y examinar las variantes
ortográficas constatadas, sobre todo, en los documentos medievales, para reconstruir la
historia y la base etimológica de cada topónimo.
El estudio de un topónimo debe combinar las perspectivas diacrónicas y sincrónicas,
siendo fundamental elaborar un “corpus” de variantes lexicográficas proporcionado por
la documentación histórica que ayudaría a averiguar, con mayores posibilidades de
acierto, la circunstancia que lo determinó, su origen etimológico, la lexicalización y la
explicación lingüística, y consecuentemente su historia, así como el mecanismo de
formación y clasificación dentro de la época que corresponda.
Ahora bien, la indeterminación en la fijación de los nombres, por una lado, y la anarquía
idiomática imperante hasta tiempos recientes, por otro, han incrementado el muestrario
de variantes y la dificultad de fundamentar la base etimológica y el origen de bastantes
topónimos. Estos condicionantes han determinado que mientras unas denominaciones
son producto de la evolución lógica y obedecen o reproducen con fidelidad el elemento,
circunstancia o causa que lo originaron otras pueden atribuirse a la frecuente
corrupción que ha sufrido la forma original con el transcurrir del tiempo.
F. Carreras Candi ya subrayó que los nombres toponímicos obedecen tanto en tiempos
pretéritos como actuales a un proceso natural simple de que todas las épocas han
plasmado cierto número de denominaciones, hijas arbitrarias de la voluntad del
propietario, fundador, colonizador o conquistador (2). Por su parte el arabista e
historiador J. Ribera y Tarragó resaltó el hecho sorprendente para las huestes de Jaime I,
que cuando llegan a tierras valencianas observan que gran parte de los nombres
geográficos son de origen romance y así se plasmaron en el “Libre del Repartiment del
Regne de Valencia”. Igualmente se justifica la perpetuación de topónimos de origen
árabe o mozárabe al protocolizarse gran parte de la toponimia valenciana y hallarse en
plenitud de vida en la documentación de notarios y escribanos medievales en ese
4
momento (3). N. P. Gómez Serrano trata esta temática, igualmente, entre otros trabajos,
en “De paleotoponimia. Pintarrafes”, “De paleotoponimia: Onda i Quartonda”, en
“Paleolingüística Valenciana” y en “De paleotoponimia histórica” (4).
Siguiendo los pasos de Engelman, R. Dozy y L. de Eguilaz, el arabista Asín Palacios,
al estudiar la toponimia árabe, establece tres grupos por razón de origen:
1. Topónimos de origen romance, impuestos por los cristianos durante la reconquista o
después de ésta a poblados nuevos o reedificados.
2. Topónimos de origen celtibérico, vasco, griego, púnico, latino o gótico legados a los
poblados o accidentes geográficos antes de la invasión árabe y conservados por los
conquistadores, aunque con alguna deformación.
3. Topónimos de origen árabe, bautizados de nuevo por los conquistadores para
designar ciudades, pueblos, accidentes geográficos, partidas rurales, etc. y que con
alguna variación fonética se han perpetuado hasta nuestros días (5).
Por su parte, el filólogo Sanchis Guarner, al analizar el “corpus toponímico
valenciano”, subrayó que los árabes admitieron muchos de los nombres de lugar
romano-visigodo, pero al adaptarlos al sistema fonético de su lengua los alteraron, a
menudo, de manera profunda. No obstante, la mayor parte de la toponimia menor no fue
establecida por los dominadores y experimentó la evolución propia de la lengua de los
mozárabes (6).
La toponimia de la Comunidad Valenciana presenta un fuerte componente de
castellanización de la toponimia autóctona. Esto es debido, entre otras circunstancias a
los siguientes hechos:
a) La repoblación medieval aragonesa, consecuencia de la conquista y repoblación de
las tierras valencianas.
b) La vecindad geográfica de las tierras castellanas.
c) Proceso de castellanización de las tierras valencianas a partir del siglo XVI, y
acentuado en el siglo XVIII, al dictarse los Decretos de Nueva Planta y producirse la
presión de la lengua oficial del Estado.
d) La implantación generalizada de nombres y linajes castellanos o de valencianos
castellanizados.
e) La movilidad toponímica originada por las modas o tendencias, y la progresiva
castellanización de la cultura autóctona.
E. Casanova ha subrayado la presencia de topónimos exógenos en la toponimia
valenciana que reflejan la convivencia de las dos lenguas oficiales de la Comunidad
Valenciana, haciendo caer en desuso una parte del “corpus” toponímico de la lengua
considerada vernácula (7).
Entre los rasgos específicos constitutivos de la toponimia valenciana podemos destacar:
a) La herencia de la toponimia ibérica
b) La abundancia de topónimos mozárabes.
c) La influencia del árabe en nuestra toponimia.
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d) La proclividad a la constitución de “hibridismos”, reflejo del contacto multisecular
entre musulmanes y cristianos y de una estructura toponímica configurada con
elementos formales del árabe y de lenguas romances.
e) La castellanización de la toponimia valenciana.
La pervivencia de una serie de voces sólo se explica por permanecer a una población
románica que las mantuvo, a pesar de la dominación musulmana de las tierras
valencianas durante cinco siglos (VIII-XIII).
En el marco territorial valenciano es frecuente en la investigación toponímica hallar
elementos léxicos que constituyen huellas lingüísticas del pasado de diferentes pueblos
y culturas. También podemos encontrar pertinentes rasgos extralingüísticos insertos en
la toponimia que denotan la proyección arqueológica que poseen algunos nombres de
lugar y testimonios de índole sociológica.
Las dificultades para abordar cualquier estudio de estratigrafía lexical se ven
incrementadas al carecer de una historia total del léxico hispánico por los problemas que
representan la afiliación toponímica, debido, en ocasiones, al enmascaramiento fonético
de muchos topónimos.
Se ha subrayado que los topónimos no son fruto de la sinrazón o capricho del azar, sino
que existe una razón de naturaleza geográfica, histórica, sociológica, onomástica, etc.
que la ha motivado (8). Al estudiar la documentación que constata cualquier topónimo,
su origen etimológico, composición y explicación lingüística del mismo, combinando
las perspectivas diacrónicas y sincrónicas, se observa la indudable proyección histórica
que encierran los nombre de lugar.
No valorar en su justo término la transcendencia y aportación que supone la ciencia
toponímica en la historia local significa la renuncia al conocimiento de una parte de
patrimonio de los pueblos e ignorar su origen y una parcela de su propia historia.
No entra dentro de nuestro objetivo un estudio en profundidad de los topónimos que
analizamos sino plasmar, con algunos ejemplos, algunas de las consideraciones que
hemos apuntado, y poner de manifiesto la interdisciplinaridad de la ciencia toponímica.
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1. Cfr. AA.VV. Material de toponimia, I y II. Estudios de toponimia valenciana. Valencia, 1995.
Compila numerosos estudios de diversos autores de un “Master de Toponimia”, impartido por la
Universidad Literaria de Valencia - Estudi General - y coordinado por ROSELLÓ VERGER, y
CASANOVA, E.
2. CARRERAS CANDI, F. “Toponimia Valenciana”. Capítulo insertado en Geografía General del Reino
de Valencia. Tomo I. Reino de Valencia. Barcelona, 1920-1927, p. 730.
3 RIBERA Y TARRAGÓ, J. De Historia Arábigo-Valenciana. Conferencia leída por su autor en el
Centro de Cultura Valenciana - actual R.A.C.V. -, el 22 de mayo de 1925, Valencia, 1925. Existe
reedición realizada por la R.A.C.V. Valencia, 1993, p. 23.
4 Cfr. GÓMEZ SERRANO, N. P. “De paleotoponimia. Pintarrafes”, “De paleotoponimia: Onda i
Quartonda”, en “Paleolingüística Valenciana”, “De paleotoponimia histórica” Artículos publicados en
6
“Anales” de la actual R.A.C.V. Años, 1947-1949. Algunos de estos artículos se publicaron, igualmente,
en separatas del almanaque “Las Provincias”, años 1948 y 1949.
5 ASÍN PALACIOS, A. Contribución a la toponimia Árabe de España. Madrid, 1944, pp. 9-10.
6 SANCHIS GUARNER, M. Introducción a la Historia Lingüística de Valencia. Prólogo de R.
Menéndez Pidal. Dicha publicación compila el contenido de un cursillo de cuatro conferencias
pronunciadas en el Palacio de la Generalitat Valenciana, en los días 14 al 17 de diciembre de 1948.
Valencia, 1950, pp. 106-107.
7 Cfr. CASANOVA, E. “La toponimia d’origen castellà: una proposta”. Material de toponimia II.
Estudios de toponimia valenciana. Valencia, 1995, pp. 1208-1225.
8 CABANES PECOURT, Mª. D., FERRER NAVARRO, R, HERRERO ALONSO, A. Documentos y
datos para el estudio toponímico de la región valenciana. Valencia, 1981, p. 22.
II ANALISIS DE TOPÓNIMOS
A. INTRODUCCIÓN
La toponimia, vocablo que deriva del griego “” lugar y “” nombre, es el
estudio del origen y significación de las denominaciones de lugar. Su análisis constituye
el objetivo fundamental de la toponomástica.
Un aspecto de la toponomástica está representado por la hagiotoponimia que se ocupa,
concretamente, de aquellas voces geográficas inspiradas en el santoral. López Santos ha
definido el hagiotopónimo como todo vocablo del léxico religioso convertido en
topónimo, vinculado a lo geográfico y que identifica nombre de lugar (1).
En cierta medida, la historia de la colonización del suelo o de la población viene
reflejada en la investigación toponímica; de lo cual se colige el considerable valor
histórico que encierra esta ciencia.
La protocolización actual de la mayoría de los topónimos de la comarca del Maestrazgo
se produjo al tiempo de la conquista y repoblación de estas tierras en el reinado de
Jaime I. Consecuentemente, será la “Carta-Puebla” o el “Libre de Repartiment del
Regne de Valencia”, por regla general, los primeros documentos que constatan la
rebautización del topónimo.
El análisis de un topónimo requiere el estudio de las variantes lexicológicas
documentadas y por tanto combinar aspectos diacrónicos y sincrónicos del “corpus
toponímico”.
A partir del siglo XIII se consolidará la toponimia románica valenciana, producto
esencialmente de la repoblación cristiana de gran parte del Reino de Valencia. El
proceso de verter los nombres a lenguas romances originó, con bastante frecuencia, la
necesidad de adaptar los nombres de lugar mozárabes a las leyes fonéticas de un léxico
cuya formulación tampoco era definitiva.
7
La implantación de una nueva cultura, que se asienta sobre la precedente, no conlleva,
necesariamente, la desaparición del panorama toponímico preexistente. Los topónimos,
con frecuencia, sobreviven a las nuevas lenguas o culturas imperantes aunque, a veces,
tengan que adaptarse a la nueva formulación lingüística, de ahí la heterogeneidad
toponímica.
Llama la atención en el “Libre de Repartiment” la escasez de hagiotopónimos que se
registran para designar localidades valencianas, hecho atribuible a que la población
cristiana del XIII se asentó especialmente sobre propiedades agrarias musulmanas y
sólo, en ocasiones, se tuvo que recurrir a la fundación de nuevas poblaciones que
tomaran el nombre del patrón de la iglesia creada.
Sin embargo, si en alguna comarca de la geografía valenciana aparecen hagiotopónimos
es en el Maestrazgo. A esta demarcación pertenecen tres de los seis topónimos que
analizamos: Sant Mateu, que se originó en el siglo XIII, San Jorge, cuyo topónimo data
del siglo XVIII, y San Rafael del Río, de época relativamente reciente.
Será el fervor religioso y la proliferación de los lugares de culto lo que llevó a que
algunas localidades inspirasen su nombre en santos, buscando un apelativo
diferenciador que identificara la población.
Los estudios toponímicos de una pléyade de historiadores y filólogos han servido de
fundamento para profundizar en el desarrollo de este aspecto cultural. Los ya clásicos
trabajos de Simonet, Meyer-Lübke, Ribera y Tarragó, Menéndez Pidal, Carreras Candi,
Asín Palacios, J. Corominas, N. P. Gómez Serrano, Sanchis Guarner, y los más
recientes de Mª D. Cabanes, R. Ferrer, A. Herrero, C. Barceló, Román del Cerro,
Roselló Verger, A. Casanova y un largo etc., han impulsado la ciencia toponímica y
lexicológica y han propiciado la reconstrucción del origen e historia de muchos
topónimos.
B. ESTUDIO DE TOPÓNIMOS
1. SANT MATEU
Nombre de población que identifica villa ubicada en el Bajo Maestrazgo y que
corresponde a la hagiotoponimia valenciana. El topónimo “Sant Mateu” -valenciano - o
“San Mateo” - castellano - refleja la plasmación de las dos lenguas del ámbito
lingüístico de la actual Comunidad Valenciana. Está inspirado en el fervor religioso que
indujo a bautizar poblaciones del antiguo Reino de Valencia con onomásticas de santos.
Las primeras grafías documentadas que constatan el topónimo están registradas en latín
o en lengua vernácula y en ésta se ha protocolizado.
Así, en la carta-puebla de Sant Mateu correspondiente a 1237 se cita “locum qui
nuncupatur Sanctus Matheus qui est in termino de Cervaria cum omnibus planis”.
Documento que recoge que Fray Hugo de Follalquer, castellán de Amposta, otorga
carta-puebla al lugar de Sant Mateu, en el término de Cervera, para Guillermo Colón y
otros, a fuero de Lérida (2) Unos años más tarde, el 24 de septiembre de 1274,
Berenguer de Almenara, castellán de Amposta, confirma y amplia la carta-puebla de
8
Sant Mateu de 17 de junio de 1237, “ Retinemus et dominicaturas nostras quas habemus
in Sancto Matheo, et in toto termino de Cervarie”, concedida según costumbre de
Lérida, (3). En una concesión del rey Jaime I de 1243 se hace constar “in loco dicitur
Sanctus Matheus” (4).
El capítulo XLI de la “Chronica, o commentari del gloriosissim, e invictissim rey
en Jacme ” lleva por epígrafe “De com lo rey vist lo missatge ana a Paniscola”; en él
se cita el topónimo al señalar “ e passam per lo pla de Sent Mattheu, qui era llavors erm,
e exim al riu Sech que va sobre Cervera ....”(5)
Son numerosísimas las fuentes que recogen protocolizado el nombre de este topónimo
que no encierra dificultades lexicográficas. Por ello, nos limitaremos, sólo, a recoger un
muestrario de este hagiotopónimo.
“El Primer Manual de Consell de la Ciutat de Valencia” constata el nombre de esta
villa en el acta de “Die veneris XIIº kalendas decembre” (1310) al aludir a una carta de
la villa de Sant Mateu “als molts honrats, savis e discrets, los jurats e.ls prohomens de
la ciutat de Valencia e dels altres lochs del regne de la cita ciutat, d’en Pere Roci, d’en
Domingo Narbones, n’Aguilo Negre, jurats de la vila de Sent Matheu ...” y
posteriormente al citar a “Ramon Goçalvo, notari e vehi de Sent Matheu portador de les
presents” y al afirmar que “la present letra fos sagellada ab los segells del consell de
Sent Matheu” (6).
La documentación que alude a las “Corts de Sent Matheu” es abundantísima. Cabe
recordar que se celebraron sesiones de Cortes forales valencianas en dicha villa en el
reinado de Pedro IV de Aragón – II de Valencia – en 1369-1370; con Alfonso el
Magnánimo, en 1421 y 1429; con Juan II en 1465-1466, y con Fernando II el año 1495.
Son numerosas las referencias a las “Corts de Sent Matheu” recogidas en las actas del
Consell de la ciutat de Valencia (7).
En el impuesto de morabatí correspondiente a los años 1373, 1456 y 1493 lo
documentan Mª D. Cabanes, R. Ferrer y A. Herrero con la grafía de “Sent Matheu” en la
sección del Maestre Racional, núms. 10.866, 10.874 y 10.879 del Archivo del Reino de
la ciudad de Valencia (8).
En los “Anales Valencianos” se narra que en 1409 a “XXIIII de abril dit any mataren a
micer Franch Tallat, pro de Cervera, en lo cami que va a Sent Mateu” (9).
En el “Dietari del capellà d’Anfos el Magnanim” se menciona en varias ocasiones la
población de “Sent Matheu”. Concretamente, en los capítulos LVIII, al registrar la
entrada del papa Benedicto XIII en Valencia el año 1414 y que originó que el Consell
del 20 de octubre de dicho año hiciera constar “ (...) fon deduit per los honorables Jurats
(...) que com lo Sant pare sia en la villa de Sent Matheu e la venguda de aquell en
aquesta ciutat sia molt honorosa e profitosa a les animes e als bens (...) (10); en el
capítulo LXXXIV que habla “Dels morts e presos de Tortosa” en el año 1463, y afirma
que “sabent com lo Maestrat era maltractat per los catalans, vench a Sant Matheu”(11);
en el capítulo CXXXII, titulado “ Parti lo senyor rey” que dice “Dissapte, a XV de juny,
lo senyor rey s’enbarqua (sic) en lo guerau per anar a Sant Matheu” (12); en el capítulo
CXLIV que lleva por epígrafe “Corts en Sant Matheu”, en donde constatamos que “En
l’any MCCCCLVII, lo primer dia de jener, lo senyor rey tench corts en Sent Matheu”
9
(13); en el capítulo CXLIX cuyo enunciado es “Lo senyor rey volc que juren son fill” y
que afirma “Tenint lo senyor rey les corts en Sent Matheu, vol que juren son fill don
Fernando per primogenit” (14); en el capítulo CLXIV se deja constancia que “Lo primer
dia de juny, lo senyor rey fonch a Sent Matheu per corts” (15), etc.
El “Aureum Opus Regalium Privilegiorum civitatis et Regni Valentie” de Luis Alanya
menciona en numerosos textos el topónimo que analizamos. Así, uno de ellos reproduce
la misma cita textual que la “Cronica” de Jaime I: “e passam per lo pla de sent matheu
(...)” (16). La “Ordinatio” “De iurati et probi homines civitatis (...) fue dada en dicha
villa como se hace constar “Data in villa sancti mathei octavo kalendas augusti. Anno
domini MCCCXXXVI”. Las “Ordinatio” “De iurati possint facere compulsiones contra
clericis” y la de “Custodia rerum prohibitarum” fueron otorgadas respectivamente “in
villa sancti mathei. XVI die aprilis anno a nativitate domini MCCCLVI” y “in loco de
sancto matheo. XVII die aprilis anno a nativitate domini MCCCLVI (17). Finalmente,
la que recoge “Que nullus sarracenus possit arma de ferre” fue estipulada por el rey
Pedro IV el Ceremonioso - Pedro II del Reino de Valencia – “in villa sancti mathei sub
nostro sigillo secreto XX, die febroarii anno a nativitate domini MCCCLXX” (18).
Entre los lugares que pertenecían a la encomienda de Cervera en el siglo XIII se cita a
Sant Mateu. Dicha población fue una de las posesiones de los caballeros hospitalarios,
como se recoge en la colección diplomática (19).
La Orden militar de los hospitalarios inició movimientos de repoblación en o cerca de
Cálig (1234), Cervera (1235), Sant Mateu y Rossell (1237), así como en otras
localidades del Maestrazgo, hecho que se plasma en la “colección de cartas-pueblas”.
El asentamiento de población en el Reino de Valencia se produjo aplicando cuatro
sistemas legales de repoblación. Tanto Gual Camarena (20) como Ubieto Arteta (21)
incluyen la repoblación de Sant Mateu entre las que fueron repobladas a “costumbres de
Lérida”.
Por su parte, Sarthou Carreras señaló que, el 12 de julio de 1255, Jaime I concedió a
esta villa el privilegio de poder celebrar una feria que había de empezar ocho días antes
de la fiesta de la Ascensión y durar los quince siguientes. Y el mismo Rey le había dado
ya privilegios de mercado el 12 de marzo de 1243. El señorío del Hospital cesó a 3 de
diciembre de 1317 y tomó posesión el de Montesa a 31 de agosto de 1319. Esta Orden
hizo construir aquí un palacio residencia del gran Maestre y en dicho edificio se celebró
el 25 de mayo de 1330 el primer capítulo general de esta religión.
El 14 de agosto de 1429 ocurrió en esta villa la extinción final del “Cisma de
Occidente” con la abdicación de Clemente VIII en manos del cardenal don Pedro de
Foix, legado de Martín V (22).
Antes, en 1414, había estado en Sant Mateu su antecesor, el papa Pedro de Luna -
Benedicto XIII - con todos sus cardenales y servidumbre pontificia, celebrándose aquí
las últimas sesiones del congreso cristiano-rabínico de la Corona de Aragón, que se
inició en febrero de 1413 en Tortosa (23).
El origen del hagiotopónimo de Sant Mateu es completamente conjeturable. El erudito
M. Betí apunta dos hipótesis: la primera, recogiendo un texto de Pere Antoni Beuter que
10
data de la época de Jaime I y que señala que el rey, al pasar por el llano donde hoy se
ubica Sant Mateu, recordó la celebración de la Santa Misa el día de Sant Mateu y
ofreció fundar allí una población si finalizaba con éxito la conquista del Reino; la
segunda hipótesis tiene como origen un texto de Martí de Viciana que afirma que se
hallaba inscrito dicho hagiotopónimo en una piedra que se encontraron los fundadores
de la población (24).
Aunque se celebra con gran solemnidad la onomástica del Santo, siendo el patrón de la
villa, no merece excesiva credibilidad ninguna de las dos hipótesis sugeridas.
En la relación de las denominaciones oficiales de los municipios de la Comunidad
Valenciana y trámite para su alteración, correspondiente a 1997-1998, se constata el
topónimo valencianizado con la forma lexicográfica de “Sant Mateu” (25).
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1 LÓPEZ SANTOS, “Hagiotoponimia” en Enciclopedia Lingüística Hispánica, (E.L.H.) I. Madrid
1960, p. 579.
2 BETI BONFILL, M. Castellón. B.S.C.C., 1959, tom. XXXV, p. 264. (Doc. núm. LXXXVI de la
Colección de Cartas Pueblas. Documento localizado en A.H.N. OO.MM: Montesa, cod. 542 C. fol. 3 vº.
En B.U.V. Sección Manuscritos, núm. 145, fol 13 (Copia de 21 de junio de 1309. En A.R.V. Clero, caja
2330 (Copia fehaciente del Archivo de Montesa de un traslado de 1309). Citado por GUAL
CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia. Valencia 1989, p. 112, asiento 20.
Edición preparada por Pérez Pérez Desamparados. También viene recogida en SÁNCHEZ ALMELA, E.
“El Llibre de Privilegis de la villa de Sant Mateu. Castellón, 1986, pp. 128-130. Asimismo, se puede
consultar en GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991,
concretamente, la catalogada con el número 21, pp. 120-125.
3 DÍAZ MANTECA, E. Castellón. B.S.C.C., 1983 p. 141. (Doc. núm. CI de la Colección, Cartas
Pueblas). PÉREZ FUERTES P. Reconquista de Morella y el Maestrazgo. Sus cartas pueblas y primera
repoblación (Benicarló) Centro de Estudios del Maestrazgo. 1986, p. 141. Op. cit. GUAL
CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia, p. 139, asiento 102, o bien, GUINOT
RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, concretamente, la
catalogada con el número 161, pp. 344-346.
4 HUICI MIRANDA, Documentos de Jaime I, vol. II, p. 157. Op. cit. CABANES, Mª D. FERRER, R.
HERRERO, A. Documentos y datos para un estudio toponímico de la Región Valenciana. Valencia,
1981, p. 401.
5 Chronica, o commentari del gloriosissim, e invictissim rey en Jacme. Facsímil, Valencia 1557-
1978. Prólogo de Sanchis Guarner, M. fol. LVI vº.
6 ANYÓ GARCÍA, V. El Primer Manual de Consell de la Ciutat de Valencia. Valencia, 1997, pp. 97-98.
7 Manuals de Consells de la ciudad de Valencia de 20 de febrero y 12 de abril de 1467.
8 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Documentos y datos para un estudio de la Región
Valenciana. Valencia 1981, p. 401.
9 CABANES CATALÁ, Mª L. Anales Valencianos. Colección Textos Medievales. Zaragoza 1983, p.
23. Estudio preliminar e índices realizados por dicha autora.
10 Introducción, notas y transcripción de SANCHIS I SIVERA, J. Publicado por Acción Bibliográfica
Valenciana. Valencia, 1932. p. 108. Esta obra ha sido estudiada, también, por CABANES PECOURT, Mª
11
D. Dietari del capellà d’Anfos V el Magnanim. Colección de Textos Medievales, 85. Edición e índices de
dicha autora. Editorial Anubar. Zaragoza, 1991. V. J. ESCARTI Dietari del capellà d’Anfos V el
Magnanim, con introducción, selección y transcripción. Edición de la Institución Alfonso el Magnánimo.
Valencia, 1988. Y recientemente han hecho otra edición de textos seleccionados del Dietari del capellà
d’Anfos V el Magnanim GÓMEZ BAYARRI, J. V. estudi i notes historiques, y GINER, J. seleccio, edicio
i notes llinguistiques. Editada por la editorial L’Oronella. Valencia, 1999.
11 Dietari del Capellà d’Anfos el Magnanim, op. cit. p. 324. Edición de Acción Bibliográfica
Valenciana.
12 Op. cit. p. 334.
13 Op. cit. p. 337.
14 Op. cit. p. 338.
15 Op. cit. p. 342.
16 Aureum Opus Regalium Privilegiorum civitatis et Regni Valentie de LUIS ALANYA. Ed. de
Cabanes Pecourt Mª D. Valencia 1972. p. 32.
17 Aureum Opus, op. cit. p. 306.
18 Aureum Opus, op. cit. p. 341.
19 Colección diplomática, doc. 1046 (año 1243), cit. por BURNS, R. I. El Reino de Valencia en el siglo
XIII. Valencia 1982, p. 434. Prólogo de R. Ferrer.
20 Cfr. GUAL CAMARENA, M. “Contribución al estudio de la territorialidad de los fueros de
Valencia”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, 3. Zaragoza 1947-1948, pp. 262-289.
21 UBIETO ARTETA, A. Orígenes del Reino de Valencia. Tomo I. Valencia 1976, p. 178.
22 Cfr. VI Centenari del Cisma d’Occident. El cisma a les terres valencianes. B.S.C.C. Tomo LVI.
Castellón, 1980. Contiene artículos de diversos autores que analizan o abordan cuestiones relativas al
tema del Cisma de Occidente y los papas Clemente VII y Benedicto XIII. Cabe citar entre ellos los
trabajos de SABORIT BADENES, P. “Documents de l’Arxiu Capitular de Sogorb relatius a Benet XIII”,
p. 193 y ss.; DEL POZO CHACÓN, J. A. “Bulas correspondientes a Clemente VII y Benedicto XIII en el
Archivo de la Catedral de Valencia”, p. 208 y ss; TRENCH ODENA, J y CÁRCEL ORTÍ, Mª
MILAGROS, “Regesta de documentos pontificios de la época del Cisma de Occidente del Archivo
Diocesano de Valencia (1405-1412”), p. 706 y ss”; HINOJOSA MONTALVO, LÓPEZ ELUM,
RODRIGO LIZONDO. “Relaciones de la ciudad de Valencia con el Pontificado durante el Cisma de
Occidente (1378-1423). Regesta de los fondos del Archivo Municipal”. p. 585 y ss. etc.
23 SARTHOU CARRERES, C. Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
Castellón 1989. Facsímil, p. 833. Cfr. MAGDALENA NOM DE DEU, J. R. La aljama hebrea de
Castellón de la Plana en la Baja Edad Media. Sociedad Castellonense de Cultura, LVI. Castellón,
1978, p. 57.
24 Cfr. BETI, M. Morella y el Maestrazgo en la Edad Media. Castellón de la Plana 1972, p. 125.
25 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. La grafía del nombre del municipio se aprobó
por Decreto del Consell Valencià 20/1987, de 2 de marzo de 1987 (DOGV, núm. 548, de 17 /3/ 87, y
BOE de 18/12/87). La obra mencionada contiene un anexo de legislación que recoge: 1) Denominación
oficial de los municipios de la Comunidad Valenciana 1997-1998 y fecha de los acuerdos de aprobación
por orden alfabético, 2) La Ley 7/1985 de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local, y
artículos relativos a la denominación de los municipios, 3) Decreto 58/1992, de 13 de abril del Gobierno
Valenciano por el que se regula el procedimiento para la alteración del nombre de los municipios 4)
12
Decreto 170/ 1985, de 28 de octubre del Consell de la Generalitat Valenciana, sobre procedimiento en la
creación de demarcaciones funcionales con incidencia territorial.
________________________________________
2. SAN JORGE
La incorporación al mundo cristiano de las localidades y tierras del Maestrazgo
castellonense en el siglo XIII fue decisiva para la actual población de San Jorge. Una
“almácera” o “almazara” sarracena pasará a denominarse “Mas dels Astellers”.
Topónimo cuya pervivencia se prolongará a lo largo de cuatro siglos, hasta que con el
proceso de autonomía municipal de 1655 tomará el nombre de San Jorge del
Maestrazgo según un Real Privilegio del rey Felipe IV (1). Tanto F. Mirallles Meseguer
como B. Mundina aseveraron que el origen del actual San Jorge hay que buscarlo en la
invasión musulmana al ser un lugar fundado por moros.
Sin embargo, el origen del hagiotopónimo que identifica actualmente a San Jorge se
atribuye a la Orden religiosa-militar de “San Jorge de Alfama”.
La carta-puebla de este lugar está concedida a nombre de “Mas dels Astellers” o de las
variantes lexicográficas “Estellers” o “Estellesos”, y fue otorgada el año 1261. Jaime I
concedió a los hermanos Esteve y Bonomar Asteller y a su amigo Domingo de
Montereal la masía que posteriormente tomará el “linage” de los “Astellers”. El
documento de compra a la Orden de San Juan del Hospital recoge que dicha escritura
pública confirma como propietarios a los caballeros anteriormente citados y que el
“Mas” lo ha adquirido en término del Castell de Cervera (2).
Un documento de 1281 confirma la existencia de un molino de aceite en el “Mas dels
Astellers” así como su donación y establecimiento. En dicho documento se obliga a los
vecinos de la población de Traiguera a moler las olivas en el nuevo molino, excepción
hecha de los habitantes del “Mas dels Astelllers” que podrán hacerlo en el suyo
“excepto tamen quod faciamus oleum olivari seu olivarium tamen de manso dels
astellers in molendino eiusdem dels astellers et nom de alio loco (3).
Uno de los interrogantes que se nos plantea es por qué al menos desde el siglo XVI el
“Mas de Astellers” pertenecía a Traiguera siendo que la carta de repoblación
corresponde al XIII y está dentro del “terme general de Cervera”, y en qué momento de
su historia el “Mas” perdió su autonomía municipal, recuperada, como estudió J.
Ferreres i Nos, con el Real Privilegio del año 1655. El mismo autor remarca en un mapa
la zona aproximada que ocupaba el término de “Mas de Astellers”, según los límites del
documento de posesión del año 1261(4).
El “Libre de Repartiments”,(5) fuente fundamental para analizar el proceso repoblador
no recoge este topónimo. Tampoco viene constatado ni en los “Furs” ni en las “Trovas”
de Mn. J. Febrer.
Según afirma J. A. Cavanilles el primitivo nombre de la localidad de San Jorge fue
“Mas de Estellers”, denominación que perduró hasta el siglo XVII (6). Topónimo que
estaría originado por pertenecer a un poblador que procedía de la localidad de Estella
(Navarra).
13
La creencia generalizada recoge la hipótesis de que el nombre de San Jorge fue dado
por ser conquistada dicha plaza por los caballeros Juan de Almenara y Martín Vidal,
cofrades de San Jorge de Alfama, dado que dicho lugar había sido otorgado ya en 1201,
antes por supuesto de la conquista y ocupación, a los caballeros mencionados. Lo que
significó el Real Privilegio de Felipe IV fue reponer el nombre original
hagiotoponímico.
Cabe recordar que San Jorge de Alfama fue una Orden Militar creada por Pedro II de
Aragón, el Católico, el 24 de septiembre de 1201, bajo la regla de San Agustín. En 1371
el rey Pedro IV de Aragón - II de Valencia – pidió al pontífice Gregorio XI que
confirmase la Orden de San Jorge de Alfama y le concediera alguno de los privilegios
de los que gozaban los de San Juan de Jerusalem para mitigar el rigor de la regla
agustiniana. Gregorio XI aprobó los nuevos Estatutos de la Orden en 1373 (7).
Al no poder sobrevivir dicha Orden por falta de recursos, el rey Martín I el Humano
obtuvo del Papa su incorporación a la de Montesa, Orden que fue creada por el papa
Juan XXII en virtud de la bula Fundacional “Pia Mater Ecclesia” de 10 de junio de 1317
(8).
Afirma Teodoro Llorente que la Mesa Maestral o patrimonio de la Orden de Montesa
comprendía el baylío de Cervera, con el fuerte castillo y villa de este nombre, y las
villas y lugares de San Mateo, Traiguera con San Jorge, Chert, Canet, La Jana y Cálig, y
además los lugares de Sueca, Moncada, Massarrojos y Borbotó. Entre las rentas de las
dignidades de Montesa, en tiempo del historiador Martín de Viciana, se asigna 100
ducados a San Jorge (9).
Asimismo, C. Sarthou Carreres señala que esta villa parece ser que es una fundación de
origen árabe. Llamándose antiguamente “Mas de Esteller”. Conquistada por los
cristianos en 1235, tenía carta otorgada de 24 de septiembre de 1201 a nombre de Juan
Almenara y Martín Vidal que le pondrían el nombre actual. Este hecho no lo tuvo en
cuenta B. Espinalt al aseverar que la fundación de esta localidad data de época muy
posterior a la conquista, fundándola unos carboneros que se apellidaban los
“Estelleses”. También afirma que con el nombre de “Mas de los Estelleses” fue
creciendo la población de modo tal que el Rey le concedió el título de villa, con el
nombre de San Jorge por privilegio de 8 de agosto de 1647 (10).
De lo analizado deducimos que coinciden plenamente casi todos los autores en sus
hipótesis en justificar el origen del antiguo topónimo “Mas dels Astellers o Estellers” o
bien “Mas de Estellers o Estelleses”, según variantes lexicográficas, o el nombre
posterior de “San Jorge”, según consigna la Generalitat Valenciana en la Denominació
oficial dels municipis i altres entitats locals de la Comunidad Valenciana 1997-1998
(11). El nombre de esta localidad es conocida, también, con el topónimo valencianizado
de “Sant Jordi del Maestrat”.
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1 FERRERES NOS, J. Procés d’Autonomia de Sant Jordi del Maestrat. Centre d’Estudis del Maestrat.
Butlletí núm. 7. 1984, pp. 65-74. La transcripción del Real Privilegio otorgado por Felipe IV en
14
1655 al “Mas dels Estellesos” para erigirla en la actual villa de San Jorge fue realizada por J. Ferreres
Nos y revisada por M. Milián Boix el año 1978. Corresponde a un documento procedente del
Archivo Municipal de San Jorge.
2 ESTELLER ESTELLER, Mª LUISA. Copias de diversos documentos originales del Archivo
Municipal de San Jorge del Maestrazgo. Las donaciones, confirmaciones, titulaciones y el libramiento
de los molinos constaban en los antiguos pergaminos que fueron aducidos por José Vicente Arnal,
antes de su destrucción en 1936.
3 GARCÍA EDO, V. “Document sobre llicència per l’establiment d’una arnissería de 1268 i un molí
d’oli de 1281 a la vila de Traiguera”. Revista, Traiguera. Juliol 1980.
4 FERRERES I NOS, J. “La Carta de Població del Mas del Astellers” (1261) en Vinaròs, I Congrés
d'Història del Maestrat. Vinaròs 1987, pp. 167-179.
5 Cfr. Libre del Repartiment del Regne de Valencia. Hasta hace unos años las ediciones
correspondientes a este interesantísima fuente eran debidas a Próspero de Bofarull, que realizó una
transcripción incompleta, publicada en el vol. XI de la Colección de Documentos inéditos del
A.C.A. en 1856. Posteriormente, el arabista valenciano Julián Ribera hizo una edición crítica
fotográfica en 1932. Más recientemente, dado el valor histórico y filológico que tiene esta obra, pues se
ha considerado como un registro de propiedad de parte del antiguo reino de Valencia, fundado por
Jaime I, se han realizado dos nuevas ediciones, una debida a la editorial Vicent García, dirigida por
A. Ferrando, que nos proporciona un facsímil, transcripción y comentario de la obra (Valencia,
1978), y otra más manual y práctica llevada a cabo por Mª D. Cabanes y R. Ferrer, en tres volúmenes,
correspondiendo el I al registro 5 de A.C.A., el II al registro 6 de A.C.A. y el III al 7 de A.C.A.
Zaragoza 1979-1980, editorial Anubar. Contiene breves e interesantes prólogos y lista de índices de
personas y lugares, de gran ayuda para un estudio histórico o filológico de la fuente. Esta última
publicación es la que nos ha servido para consultar “Els Repartiments” y seguimos en la numeración
de asientos.
6 CAVANILLES, A.J. Observaciones sobre la historia natural, geográfica, agrícola, población y
frutos del Reyno de Valencia. Tomo I. Madrid 1975, pp. 28-29. O bien, Las observaciones de Cavanilles
doscientos años después, reproducción facsímil de la edición de 1797 y comentarios actuales al margen,
con prólogo de J. Mª Piñero, introducción de J. F. Mateu Bellés y epílogo de V. M. Rosselló Verger.
Edición de Bancaja, en cuatro volúmenes. Valencia, 1996 y años siguientes.
7 Enciclopedia de la Región Valenciana (E.R.V.).Valencia 1973. Tomo 10 p. 174.
8 BAILA HERRERA, F. “Formación de los Clérigos y vasallos de la Orden Ecuestre de
Montesa”. Vinaròs, I Congrés d’Història del Maestrat. Vinaròs, 1987, pp. 289-300.
9 LLORENTE, T. Valencia. Sus monumentos y artes. Su naturaleza e historia. Tomo I. Barcelona
1887. p. 284.
10 SARTHOU CARRERES, C. Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
Castellón, edición de 1989, p. 994.
11 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. Llama la atención que siendo municipio
enclavado en zona valencianoparlante, el topónimo está protocolizado oficialmente sólo en castellano a
dicha fecha.
___________________________________________
3. SAN RAFAEL DEL RÍO
15
El nombre de este topónimo compuesto está inspirado en dos circunstancias: la primera,
la de verse identificado con el nombre de un ángel santo “San Rafael”,
consecuentemente es un hagiotopónimo, y la segunda, la de estar inspirado en una
circunstancia geográfica, concretamente hidrográfica, “del río”. Es un fenómeno usual
en la toponimia valenciana. Mª D. Cabanes, R. Ferrer, A. Herrero lo incluyen dentro de
la toponimia en lengua castellana, pero puntualizando que la castellanización
desarrollada a efectos oficiales en 1916 ha dejado en el aire la verdadera identidad de
algunas voces geográficas (1).
Ninguna fuente documental histórica de las consideradas clásicas registran el topónimo,
ni geógrafos ni historiadores de los siglos XVIII al XX como Cavanilles, Madoz, T.
Llorente o Sarthou Carreres en sus respectivas obras conocidas (2).
El erudito Sarthou Carreres, al estudiar la provincia de Castellón dentro de la
“Geografía General del Reino de Valencia” que dirigió Carreras Candi en la década de
los años veinte del siglo XX, no incluye la población de San Rafael del Río entre los
municipios de los partidos judiciales de Vinaròs o de Sant Mateu, lo que testimonia la
modernidad de este hagiotopónimo como municipio. La población está enclavada entre
Rossell y San Jorge que pertenecían al partido judicial de Vinaròs y las poblaciones de
Canet lo Roig y Traiguera que eran municipios del partido judicial de Sant Mateu, y es
limítrofe a su vez con la provincia de Tarragona.
San Rafael del Río fue un enclave que perteneció hasta tiempo reciente a Traiguera, su
antiguo capital municipal. Se erigió municipio independiente el año 1927, momento que
alcanzaba un población de 800 habitantes, repartidos entre diversas masías. Hasta
mediados del siglo XIX, San Rafael, había sido una masía Actualmente pertenece a la
demarcación judicial de Vinaròs.
Aunque San Rafael del río es una localidad protocolizada en el siglo XX, en sus
cercanías se han descubierto vestigios de lo que pudo ser alguna posada o villa
construida junto a la antigua calzada romana. Después su historia quedaría enmarcada
en la de Traiguera, villa conquistada en 1234 por Jaime I y entregada a la Orden de los
Hospitalarios el año siguiente, pasando posteriormente a la de Montesa, (3) y en 1927,
como hemos indicado, se independizó su jurisdicción municipal.
La advocación de San Rafael en cuyo honor se celebran las fiestas patronales y la
proximidad del río Cenia inspiraron el origen de este hagiotopónimo.
En la publicación de la Consellería de Administración Pública de la Generalitat
Valenciana, que recoge la documentación oficial actual de los municipios valencianos y
los trámites para su alteración, correspondiente al año 1.997-1998, viene reconocido
sólo escrito en lengua castellana “San Rafael del Río”, (4) aunque esta localidad es
conocida también con el topónimo valencianizado de “Sant Rafel del Maestrat”.
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1 CABANES Mª.D., FERRER, R. HERRERO, A. Documentos y datos para un estudio toponímico de
la Región Valenciana. Valencia 1981, p. 420.
16
2 Cfr. CAVANILLES, J. A. Observaciones sobre la historia natural, geográfica, agrícola, población
y frutos del Reyno de Valencia. MADOZ P. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico ......
LLORENTE T. Valencia. Sus monumentos y artes. SARTHOU CARRERES, Geografía General
del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
3 GÓMEZ BAYARRI, J.V. “Toponomástica de cinco municipios del Bajo Maestrazgo: Cálig,
Canet lo Roig, Cervera del Maestre, La Jana y Traiguera” Anales de la Academia de Cultura Valenciana.
Núm. 65. Segunda época. Valencia, 1990. pp. 191-211.
4 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 33.
__________________________________
4. CHERT O XERT
El nombre de “Chert” o “Xert” identifica municipio localizado en el Bajo Maestrazgo.
Corresponde a la toponimia prerromana, hecho que vendría testimoniado por los
vestigios epigráficos y numismáticos que han aparecido y por la existencia de un
poblamiento antiguo en esta área geográfica.
Sin embargo, la dificultad de precisar su origen etimológico nos lleva a interpretaciones
filológicas diversas. Su estructura lingüística debe relacionarse con el substrato de las
lenguas prerromanas, aunque resulte complicado establecer un vínculo directo con la
lengua concreta con la que se entronca.
La protocolización del topónimo “Chert” o “Xert” se produjo al tiempo de la conquista
cristiana del siglo XIII, durante el reinado de Jaime I, con la plasmación en documentos
que recogen la rebautización de este topónimo.
La forma gráfica de “Chert” o “Xert” la encontramos registrada en la “Confirmación de
la carta-puebla de Morella en 1250”, “(.... dividit terminum cum Chert...” (1); en “La
circulación monetaria en la diócesis de Tortosa y Segorbe-Albarracín en el Reino de
Valencia, según la décima de 1279-1280”, donde se hace mención entre otras iglesias a
la de este topónimo (2) etc.
Según Segarra i Roca en “Xert” en el siglo XIII, los hospitalarios parece que habitaron
un edificio ya existente durante algún tiempo. Más tarde al incrementar la población se
proyectó y comenzó a construirse una iglesia a mitad de dicho siglo (3).
R. I. Burns, al analizar las posesiones de la Orden de los Caballeros Hospitalarios en el
Reino de Valencia en el siglo XIII, concretamente las que abarcaba la encomienda de
Cervera, cita los lugares de Sant Mateu, Canet, Cálig Rossell, La Jana y Carrascal,
Xerer (Más de Xirosa), Traiguera, San Jorge, (Mas d’Estellers) y Xert con Molinar y
Barcella (4).
Fuster Bloch constata, en documentación relativa a cartas-pueblas, las formas gráficas
“Chert” (Catí,1239), “in termino de Chert” (Carrascal,1239), “Chert” (Morella, 1250)
(5).
17
Guinot Rodríguez, que estudió las cartas de poblamiento medievales valencianas,
recoge en una fechada el 25 de enero de 1239, que Blasco de Alagón, señor de Morella,
Culla y Les Coves, concede el lugar de Catí a Ramón de Bocona y a 40 pobladores más
para que la repartan entre ellos y la repueblen, constatando en dicha carta-puebla el
topónimo que analizamos al señalarse “... dividit terminum cum Chert ...”(6); en otra, de
17 de abril de 1239, se señala que fray Hugo de Follalquer, Maestre del Orden del
Hospital y Castellàn de Amposta dio a Pere de Capella, Bernat Guasch d’Abella y
Arnau de Castellbó el lugar de Carrascal, en el término de Cervera, recogiendo este
documento el nombre del topónimo al consignar “... ab occidente in termino de Xert
...” (7) y en una tercera de 16 de febrero de 1250, Jaime I confirma y ratifica la carta-
puebla de Morella, con todas las donaciones que se habían hecho a sus vecinos desde la
época de Blasco de Alagón y se constata “... et exit ad serram et transversat omnes
valles et dividit terminum cum Xert ...” (8).
Asimismo, Mª D. Cabanes, R. Ferrer y A. Herero registraron el topónimo “loch de
Xert” en el impuesto de morabetí de 1373 en la sección del Maestre Racional del
Archivo del Reino de Valencia - núm. 18666 - .
Las “Trovas”, de Mn. Jaime Febrer, mencionan este topónimo en la número 367, que
está dedicada a Bernando Olcina, en los siguientes versos:
“Puix vingué a la guerra ab la sua grey
Contra els sarrahins de Cervera é Gert”(9).
No encontramos documentada esta población en el “Libre de Repartiment”, ni en “Fori
Antiqui Valentiae”, ni en la “Cronica” de Jaime I. Tampoco viene constatada en la
regesta de cartas-pueblas del Reino de Valencia que elaboró M. Gual Camarena (10).
Todo parece indicar que el origen de la actual villa es musulmán. Estuvo integrada en la
jurisdicción del Castillo de Cervera que pasó a dominio cristiano en 1233, tomando
posesión del mismo el Maestre de la Orden del Hospital, por anterior donación de
Ramón Berenguer IV, mantenida por Jaime I. Otorgada la carta-puebla, algún tiempo
más tarde, en 1319, pasó a depender de la Orden de Montesa (11). Desde ese momento
estuvo vinculada a dicha Orden Militar.
El patrimonio de Montesa comprendía, entre otras posesiones, el baylío de Cervera, con
su fuerte castillo y la villa de su nombre, así como villas o lugares de Sant Mateu,
Traiguera, San Jorge, Chert, Canet lo Roig, La Jana y Cálig (12).
Según el “Diccionari Català, Valencià, Balear” el topónimo “Xert” es de origen
ibérico, probablemente relacionado con el nombre del río bético “Certis”, o bien con la
ciudad bética de Certina y con otros topónimos de la misma raíz. J. Corominas
considera que es nombre de origen prerrománico no vasco (13) y en su obra “Tópica
Hespérica” señala que “la villa de “Xerta y algo más al sur “Xert”, ambas en tierras
mozárabes, son topónimos que acusan la procedencia de “X” de “C” y los relaciona
con el nombre “Certa”.
Meyer Lübke sostuvo la generalidad del resultado [C] africada sorda para [C^] seguida
de palatal “e” “i” en el mozárabe hispánico, criterio rechazado por A. Alonso que dice
18
que “ni fonética ni fonológicamente se podría resolver el problema de interpretación tan
despistada de los datos ofrecidos (R.F. H. VIII, 1946) (14).
L. Peñarroja recoge que en documento de 1171 se cita “in loco que vocatur cherta”
(A.V.T. Cajón Riusech, 2º-41) y “ortum in Xerta de quo est exarico Aviamem (ibid, 1.
16). El topónimo proviene de un “cert” ibérico (Tópica Hespérica, 1, 17 (15).
Aún reconociendo la variedad de grafías y los diversos enfoques, L. Peñarroja, después
de analizar las diversas hipótesis planteadas sobre el fonema [C^] en documentos
medievales valencianos, se inclina por la grafía “Ch” para representar dicho fonema del
mozárabe de Valencia (16).
En la relación de la denominación oficial de los municipios de la Comunidad
Valenciana y de otras entidades locales, correspondiente a 1997-1998 se registran con
las formas “Xert” o “Chert” (17).
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1 HUICI, A. y CABANES, Mª D. Docs. Jaime I, p. 335 y en B.S.C.C, XV, 1934, pp. 115-117.
2 B.S.C.C, XXII, 1946, pp. 497 y ss.
3 SEGARRA I ROCA, M. Historia de Chert. Tortosa 1949, pp. 11-13.
4 BURNS, R. I. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Iglesia y Sociedad. Tomo II. Valencia 1982, p.
411. Prólogo de R. Ferrer.
5 FUSTER BLOCH, G. “Aproximació a la toponímia medieval de les comarques del nord de Castelló”.
Materials de topomímia I. Estudis de Toponímia Valenciana. Valencia, 1995, p. 290.
6 GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, p. 136
7 GUINOT RODRÍGUEZ, E. op. cit. p. 147
8 GUINOT RODRÍGUEZ, E. op. cit. p. 216
9 Mn. FEBRER, Trovas. Valencia 1848. Troba (sic) núm. 367, p. 200.p. 200.
10 Consultadas las obras citadas, no hallamos constatado dicho topónimo en ninguna de ellas.
11 E.R.V. , voz Chert o Xert. Valencia 1973. Tomo III, p. 311.
12 LLORENTE, T. Valencia. Sus monumentos y Artes. Su naturaleza e historia. Barcelona 1887.
Tomo I, p. 284.
13 Cfr. COROMINAS, J. Estudis, I. p. 227.
14 PEÑARROJA TORREJÓN, L. El mozárabe de Valencia. Madrid 1990, p. 320.
15 Cit. por PEÑARROJA, L. El mozárabe de Valencia. p. 332.
16 Cfr. PEÑARROJA, L. op. cit., pp. 320-333.
17 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 33. La grafía del nombre del municipio se aprobó
19
por Decreto del Govern Valencià 197/1992, de 23 de noviembre de 1992 (DOGV, núm. 1916, de 2 /12/
92, y BOE núm. 62, de 22/03/93).
___________________________________
5. SALZADELLA, LA
Topónimo que identifica municipio localizado en el Bajo Maestrazgo inspirado en la
circunstancia vegetal de la flora local.
G. Fuster Bloch, compila este topónimo bajo las formas “la Salnadella” (Morella,
1232), “Salçediella” (Tirig, 1238), “valles de la Salzadella/vallem de la Salçadella”
(Bell-lloc i Albario, 1262) (1)
Explícitamente se alude al nombre de “Salzadella” es su carta-puebla, otorgada por
Blasco de Alagón a Pedro de Olcina y Miguel de Ascón, a fuero de Zaragoza, en
diciembre de 1238, “(...) totum illum terminum qui dicitur Salzadella ad populandum”,
y que ha sido publicada, entre otros, por Gual Camarena, J. Miralles, P. Pérez Fuertes,
E. Guinot (2)
Aparece, igualmente, documentado el topónimo de dicha población en la “Confirmación
de la carta-puebla de Morella” de 1250 “(...) descendit de la Salsadella ...”(3). Las
variantes gráficas “Salsadellas” y “Salzadella” han sido constatadas en documentos de
Jaime I compilados por A. Huici y Mª D. Cabanes (4).
F. Mateu y Llopis al estudiar la circulación monetaria de 1279-1280 en el diezmo de
cruzada de la diócesis de Tortosa dentro del Reino de Valencia cita la iglesia de
“Salsadella” (5).
Como consecuencia del litigio entablado entre los Caballeros de Calatrava y el obispado
de Tortosa en torno a las posesiones situadas en la sección valenciana del obispado, el
arzobispo de Tarragona en 1248 tuvo que dictar un arbitraje por el cual la Orden retuvo
sus dos tercios decimales y la mayoría de las primicias, mencionándose, concretamente,
las localidades de Cuevas de Vinromá y las poblaciones de su comarca -Tirig,
Salzadella, Albocacer, Torre d’en Domenech y Villanueva de Alcolea -(6).
“El Primer Manual de Consell de la Ciutat de Valencia” constata el nombre de esta
villa en el acta de “Die veneris XIIº kalendas decembre” al aludir a una carta “Escrita e.l
loch de la Salzadella VIIº idus jannuarii anno Domini millesimo CCCº Xº. (7).
J. Miralles en su trabajo “La villa de Salsadella” cita la visita pastoral que se cursó a la
parroquia en 1314 y hace constar que fue el “Die sabbati. Salzadella (8).
Asimismo, se registra, entre otras fuentes, el topónimo en el impuesto de morabatí de
1499 en la sección del Maestre Racional del archivo del Reino (núm. 10.880) (9).
En las “Trovas” de Mn. Jaume Febrer aparece documentado en la núm. 367, dedicada a
Bernardo de Olcina:
“En la Salsadella restà poblador
20
En Bernat Olcina, cuant la rendí el Rey” (10).
La fundación de la villa de La Salzadella se atribuye a los árabes, aunque pudo haber
sido una primitiva posada junto a la senda romana. Después de la conquista cristiana,
Blasco de Alagón, como hemos señalado, la dio a poblar a Pedro de Olcina y Miguel de
Ascón, el año 1238, pasando posteriormente al Maestrazgo de Montesa y su historia
correría paralela a dicha Orden Militar.
Sarthou Carreras señaló que La Salzadella es fundación morisca, y su primitivo nombre
lo tomó de la abundancia de sauces que en sus cercanías crecían. Su escudo de armas
viene representado por un gran árbol con una cruz cuadrada a cada lado del alto tronco
(11).
Filológicamente deriva de la forma diminutiva “salzada” o “salsada”, bosque de sauces,
que procedería de la voz valenciana “salze”, sauce, de <salice, o bien de “salzereda”,
saucedal, que son de origen latino.
Según F. Simonet, el estudioso árabe medieval, I. Alawam registró la planta conocida
en “romí” por “xalich” (12). Por su parte, un botánico hispanomusulmán (s. XI-XII) cita
las voces romances “salich”, “salicho”, “salcho” para identificar el sauce. I. Walid (s.
XI) recoge en su obra “Libro de Medicamentos Particulares” esta misma planta.
Etimológicamente, procede de la voz latina “salix, “salicis”, dando en valenciano las
variantes formales de “sauce”, “salce”, “salze”, “salzer”, “salcer”, voces compiladas en
los diccionarios de Carlos Ros, J. Escrig, Fullana Mira, A. Mª. Alcover, etc., entre otros
(13).
L. Peñarroja mantiene, al estudiar el mozárabe de Valencia en el siglo XIII, que las
continuaciones actuales no palatalizadas de los topónimos con “s” y las palatalizadas de
los pocos casos así registrados en las fuentes antiguas corroboran que los cambios “s”>
[s] fueron meramente esporádicos en la aljama preliteraria y cita los casos de Sant
Mateu, Sarañena, Serella, Salsadella, etc. (14).
Al analizar el topónimo “La Salzadella”, Mª D. Cabanes, R. Ferrer, A. Herero resaltan
el influjo castellanizante a través de las formas documentadas y la estructura del
topónimo. Tanto algunas grafías como la estructura actual inciden en la transcripción
“s” por “z”, dada la equivalencia acústica de ambos fonemas (15).
La denominación y forma gráfica oficial, según la relación de municipios de la
Comunidad Valenciana de 1997-1998 es la de “La Salzadella” (16).
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1 FUSTER BLOCH, G. “Aproximació a la toponímia medieval de les comarques del nord de Castelló”.
Materials de topomímia I. Estudis de Toponímia Valenciana. Valencia, 1995, p. 287.
2 Cfr. GUAL CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia. Valencia 1989. Edición
preparada por Pérez Pérez, D. p. 113. MIRALLES, J. “La carta puebla de Salzadella” Boletín Centro
Estudios Maestrazgo, núm. 25, 1989, pp. 25-26. GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament
medievals valencianes. Valencia, 1991, la núm. 28, pp. 131-132.
21
3 HUICI, A. y CABANES Mª D. Docs. Jaime I, Vol. II, p.335.
4 HUICI, A. y CABANES, Mª D. Docs. Jaime I, Vol. III.
5 MATEU I LLOPIS, F. “La circulación monetaria en la diócesis de Tortosa y Segorbe-Albarracín en
el Reino de Valencia, según décima de 1279-1280”. B.S.C.C. XXII, 1946.p.497 y ss.
6 BURNS, R. I. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Tomo II. Valencia 1982, p.405.
7 ANYÓ GARCIA, V. El Primer Manual de Consell de la Ciutat de Valencia. Valencia, 1997, p. 98.
8 MIRALLES I SALES, J. “La villa de Salsadella”. B.S.C.C. núm. L. 1974, p. 321.
9 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Docs. y Datos.... Valencia 1981, p. 359.
10 Mn. FEBRER, Trovas. Valencia 1848. Troba (sic) núm. 367, p. 200. La troba núm. 367, dedicada a
Bernardo Olcina.
11 SARTHOU CARRERAS, Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
Castellón, edición de 1989, p. 859, o bien MUNDINA, B. Historia, Geografía y Estadística de la
Provincia de Castellón. Castellón, 1873, reedición facsímil, 1988, p. 481.
12 SIMONET, F. Glosario de voces ibéricas y latinas usadas entre los mozárabes. Madrid, 1888, p.
579.
13 Cfr. GÓMEZ BAYARRI, J. V. La transición del mundo musulmán al cristiano en el Reino de
Valencia. Publicada por la R.A.C.V. Vol. II. Valencia, 1991. p. 299.
14 PEÑARROJA, L. El mozárabe de Valencia. Madrid 1990, p 312.
15 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Docs. y datos... Valencia 1981, p. 359.
16 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. La grafía del nombre del municipio se aprobó
por Decreto del Govern Valencià 132/1993, de 30 de julio de 1993 (DOGV, núm. 2089, de 23/08/ 93, y
BOE núm. 255, de 25/10/93).
_____________________________________
6. ROSSELL
El nombre de “Rossell” identifica topónimo localizado en el Bajo Maestrazgo, cuyo
origen etimológico está inspirado en la flora.
La primera noticia documental que conocemos viene recogida en el texto de la
fundación del Monasterio de Benifassá. Corresponde a 1233 y alude a “... et terminis et
totam terram de Rosell ....”. Está contenida en documento publicado en la colección de
“Documentos de Jaime I”, compilados por A. Huici Miranda-Mª D. Cabanes (1).
La carta-puebla de Rossell es de 1237 y ha sido publicada, por Betí Bonfill, en la serie
de “Colección de cartas-pueblas”, B.S.C.C., núm. XXXVII (1961) (2) y por Guinot
Rodríguez en “Cartes de poblament medievals valencianes” (3), en la que se hace
constar que Hugo de Follalquer, Maestre de la Orden del Hospital, otorga a poblar el
lugar de Rossell, situado en el término del castillo de Cervera a favor de Guillermo de
22
Pellagra, Pedro Soler, Guillem Gras y otros, a usos y costumbres de Lérida, con ciertas
reservas de derecho señorial usuales en tales casos (4).
Igualmente Betí Bonfill registra dicho lugar en textos publicados en su trabajo “Morella
y el Maestrazgo en la Edad Media”, correspondientes a 1237 “... totum illum locum qui
nuncupatur Rosell, qui est in termino de Cervaria”(5)); y en 1238 “... super loco qui
dicitur de Rosello ...” (6).
El mismo autor en documento que describe el “Amojamiento entre los términos de
Cervera, Morella y Benifassá, por cuatro árbitros nombrados por el Maestre de
Montesa, el Consejo de Morella y Monasterio de Benifassá” constata: “Empero es ver
que roman comu per a us e ampriu a les universitats de Morella e del terme de Cervaria
del dit Mollo de cingle de Roqua tro a hun Mollo qui es daval lo dit cami de Tortosa ves
Rosel (...). ”, posteriormente se alude al “bovalar de Rosell”, documento “Datis en lo
loch de Rosell en la sglesia de sent Johan del dit loch (11 de marzo de 1323) (7).
F. Mateu i Llopis en “La circulación monetaria en las diócesis de Tortosa y Segorbe-
Albarracín en el Reino de Valencia, según décima de 1279-1280” cita una serie de
poblaciones pertenecientes al asentamiento parroquial de la diócesis de Tortosa dentro
del Reino, entre ellas aparece “... Rossell, Salzadella, Sant Mateu ...etc.” (8).
Entre las posesiones de los Caballeros Hospitalarios estaba la encomienda de Cervera
que abarca las villas y lugares de Sant Mateu, Canet lo Roig, Cálig, Rossell, La Jana y
Carrascal, Mas de Xirosa, Traiguera, Mas d’Estellers y Xert con Molimar y Barcella
(9).
Uno de los pleitos hospitalarios más renombrados, destacado en los anales de la
jurisprudencia europea, fue el que mantuvieron contra los cistercienses por el dominio
de Rossell. M. Betí Bonfill ha recopilado su historia en una monografía “Ros[s]ell :
pleito que por su dominio sostuvieron en el siglo XIII la Orden de San Juan de
Jerusalén y el real monasterio de Benifazá”. Dicho trabajo contiene más de cincuenta
páginas de documentos donde se haca constar con frecuencia el topónimo que
analizamos (10).
Los abades de “Benifazá” si bien veían la inclusión de Rossell en la dotación de su
Monasterio, no desconocían que esta localidad había sido considerada siempre como del
Castillo de Cervera y sabían del valimento que gozaba ante el Rey, D. Hugo de
Follalquer, Maestre del Hospital en Aragón y Cataluña y Castellán de Amposta y como
tal señor de Cervera (11).
En el pleito entablado, el Comendador Mayor de los Hospitalarios, D. Gonzalo de Pedro
y de Perera, que personalmente actuó en la concordia confesó y declaró que el lugar de
Rossell con su término y los molinos son y fueron siempre del Castillo de Cervera,
“quod dictus locus de Reosselo et Molendina predicta sunt et fuerunt de termino de
Castri de Cervaria (12).
Las “Trovas” de Mn. J. Febrer documenta esta localidad en la núm. 367, trova dedicada
a Bernardo de Olcina:
“Contra els sarrahins de Cervera é Gert
23
Aquest en Traiguera é en lo Carrascal,
Cálig é Rosell é també en Xivert” (13).
y también en la número 458, en honor de Pedro Sancho:
“ (......) Danáli á Rosell,
E á Canet lo Roig, perque ab sa prudencia
Poblá á Vinaroz, é ab gran dilitgencia
Reforzá en Cervera son antich castell (14).
Rossell es un topónimo cuyo origen etimológico encierra ciertas dudas. Lo más lógico
es relacionarlo con el aspecto cromático, siendo un derivado diminutivo de “ros” que
procedería de la misma voz latina “ros”. Según Mª D. Cabanes, R. Ferrer, A. Herrero la
base etimológica de dicho topónimo habría que buscarla en el latín tardío “rosellus” que
el latinista Du Cange definió como “juncus, “arundo”, identificando un mimbre de color
rojizo. La forma lexicográfica “resellus” entronca con el adjetivo latino “roseus” de
color rosa (15). Sobre estas apreciaciones debemos fundamentar las hipótesis de su
origen etimológico.
Su protocolización actual no ofrece tantas dudas. Se representa lexicográficamente con
la forma “Rossell”. Así la registra la relación oficial de municipios de la Comunidad
Valenciana, en publicación de la Generalitat de 1997-1998 (16).
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1 HUICI MIRANDA, A. y CABANES, Mª D. Documentos de Jaime I de Aragón, 1216-1236. Vol. I.
Valencia 1976, p. 325.
2 BETÍ, BONFILL, M. “Colección de cartas pueblas”, B.S.C.C. núm. XXXVII, 1960. pp. 127-129.
3 GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, la núm. 22,
pp. 123-125.
4 GUAL CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia. Valencia 1989. pp. 111-112.
Ed. preparada por Pérez Pérez, Desamparados. Dicha carta puebla se localiza en A.H.N. OO.MM.
Montesa. cod. 542, fol. 5 vº (traslado de 20 de febrero de 1336 de otro traslado de 15 de mayo de 1255).
Ha sido publicada también por PÉREZ FUERTES, P. Reconquista de Morella y el Maestrazgo. Sus
cartas pueblas y primera repoblación. Benicarló. Centro de Estudios del Maestrazgo. 1986 p. 138.
5 BETÍ BONFILL, M. “Morella y el Maestrazgo en la Edad Media”. Castellón 1972, p. 34.
6 BETÍ BONFILL, M. op. cit. p. 107.
7 BETÍ BONFILL, M. “Ros[s]ell: pleito que por su dominio sostuvieron en el siglo XIII la Orden de San
Juan de Jerusalén y el real monasterio de Benifazá”. Trabajo premiado con el “accesit” en los “Jochs
Florals” de Valencia, 1917, convocados por la entidad Lo Rat Penat. Trabajo publicado por la Sociedad
Castellonense de Cultura, 1920, pp 99-102. Parte de la sentencia arbitral de 11 de marzo de 1323 se halla
en el Cartulario de Sant Mateu, Archivo idem, folio 160 vº.
8 MATEU I LLOPIS, F. “La circulación monetaria en las diócesis de Tortosa y Segorbe-Albarracín en
el Reino de Valencia, según décima de 1279-1280”. B.S.C.C. XXII, 1946, p.497 y ss. citado,
igualmente, por BURNS R.I. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Tomo I. Valencia 1982, p. 199.
24
9 BURNS, R.I. op. cit. Tomo II p. 411.
10 BURNS, R.I. op. cit. Tomo II, p. 516, cita 15.
11 BETÍ BONFILL, M. “Ros[s]ell: pleito que por su dominio sostuvieron en el siglo XIII la Orden de
San Juan de Jerusalén y el real monasterio de Benifazá”. Sociedad Castellonense de Cultura, 1920, p.
32.
12 BETÍ BONFILL, M. op. cit. p. 41.
13 Mn. FEBRER, J. Trovas. Valencia 1848, p. 200.
14 Mn. FEBRER, J. Trovas. Valencia 1848. p. 245.
15 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Docs. y datos. op. cit. Valencia 1981. p. 357.
16 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. La grafía del nombre del municipio se aprobó
por Decreto del Govern Valencià 149/1993, de 17 de agosto de 1993 (DOGV, núm. 2.096, de 03 /09/ 93,
y BOE núm. 255 de 25/10/93).
_______________________________________
III ALGUNAS GENÉRICAS CONCLUSIONES
1. Introducción.
Desde hace más de medio millón de años el Pueblo Valenciano ha desarrollado
una singular cultura a través de una trayectoria histórica personal que se ha plasmado
en la transmisión de la toponimia, entre otros campos o parcelas del saber.
En bastantes ocasiones, la cultura de lo escrito, a pesar de ser indispensable, resulta
demasiado reciente para aplicarla, exclusivamente, a la cultura toponímica, incurriendo
en una falta de apreciación y perspectiva, pues las formas lingüísticas trascienden a las
culturas y a pesar de ser elementos vivos en desarrollo constante suelen mantener
fundamentalmente la morfemática o elemento mínimo de significación que denota el
origen del topónimo y la capacidad de permanecer y evolucionar a lo largo de la
Historia.
El dominio sociopolítico o implantación de una nueva superestructura dominante
no conlleva necesariamente la desaparición del panorama toponímico preexistente.
La colonización extintiva, prácticamente, no se suele producir.
Los topónimos sobreviven a las nuevas culturas y lenguas imperantes aunque se
adapten a ellas, generando la “heterogeneidad del corpus toponímico”.
Resulta esencial consultar la documentación medieval valenciana para observar
protocolizados, en la mayoría de los casos, las primeras manifestaciones que registran
los topónimos valencianos.
25
La investigación toponímica tiene un considerable valor histórico por el fuerte
arraigo de las denominaciones corográficas y porque el corpus hagiotoponímico
revela facetas socioculturales que contribuyen al mejor conocimiento de los pueblos.
2. Conclusiones.
- La toponimia refleja y ayuda a descubrir las vicisitudes históricas y culturales de los
pueblos.
- La evolución toponímica viene condicionada por los cambios sociohistóricos y
socioculturales.
- La protocolización de gran número de topónimos del Maestrazgo se produjo con la
incorporación de estas tierras a la cultura del mundo occidental a partir del siglo
XIII.
- Resulta fundamental acudir a la documentación medieval para registrar plasmados
los topónimos en las primeras fuentes escritas que conservamos.
- Muchos topónimos y sus variantes lexicográficas documentadas son un reflejo de
la dualidad lingüística valenciana.
- En general, las primeras causas inspiradoras de la ciencia toponímica son: la
configuración geográfica, la geográfica humana y la onomástica.
- El topónimo representa la plasmación concreta de una acuñación lingüística
realizada en un momento o circunstancia histórica.
- Para el estudio de un topónimo es esencial combinar el análisis de los aspectos
diacrónicos y sincrónicos de las denominaciones de la población a través de su
“corpus toponímico”.
Valencia, noviembre de 1999
________________________________________
NOTA.
SI SE OPTA POR PONER TODA LA BIBLIOGRAFÍA AL FINAL DE
ARTÍCULO, QUEDARÍA ASÍ.
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1. Cfr. AA.VV. Material de toponimia, I y II. Estudios de toponimia valenciana. Valencia, 1995. Compila
numerosos estudios de diversos autores de un “Master de Toponimia”, impartido por la Universidad
Literaria de Valencia - Estudi General - y coordinado por ROSELLÓ VERGER, y CASANOVA, E.
2. CARRERAS CANDI, F. “Toponimia Valenciana”. Capítulo insertado en Geografía General del Reino
de Valencia. Tomo I. Reino de Valencia. Barcelona, 1920-1927, p. 730.
3 RIBERA Y TARRAGÓ, J. De Historia Arábigo-Valenciana. Conferencia leída por su autor en el
Centro de Cultura Valenciana - actual R.A.C.V. -, el 22 de mayo de 1925, Valencia, 1925. Existe
reedición realizada por la R.A.C.V. Valencia, 1993, p. 23.
26
4 Cfr. GÓMEZ SERRANO, N. P. “De paleotoponimia. Pintarrafes”, “De paleotoponimia: Onda i
Quartonda”, en “Paleolingüística Valenciana”, “De paleotoponimia histórica” Artículos publicados en
“Anales” de la actual R.A.C.V. Años, 1947-1949. Algunos de estos artículos se publicaron, igualmente,
en separatas del almanaque “Las Provincias”, años 1948 y 1949.
5 ASÍN PALACIOS, A. Contribución a la toponimia Árabe de España. Madrid, 1944, pp. 9-10.
6 SANCHIS GUARNER, M. Introducción a la Historia Lingüística de Valencia. Prólogo de R.
Menéndez Pidal. Dicha publicación compila el contenido de un cursillo de cuatro conferencias
pronunciadas en el Palacio de la Generalitat Valenciana, en los días 14 al 17 de diciembre de 1948.
Valencia, 1950, pp. 106-107.
7 Cfr. CASANOVA, E. “La toponimia d’origen castellà: una proposta”. Material de toponimia II.
Estudios de toponimia valenciana. Valencia, 1995, pp. 1208-1225.
8 CABANES PECOURT, Mª. D., FERRER NAVARRO, R, HERRERO ALONSO, A. Documentos y
datos para el estudio toponímico de la región valenciana. Valencia, 1981, p. 22.
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1 LÓPEZ SANTOS, “Hagiotoponimia” en Enciclopedia Lingüística Hispánica, (E.L.H.) I. Madrid
1960, p. 579.
2 BETI BONFILL, M. Castellón. B.S.C.C., 1959, tom. XXXV, p. 264. (Doc. núm. LXXXVI de la
Colección de Cartas Pueblas. Documento localizado en A.H.N. OO.MM: Montesa, cod. 542 C. fol. 3 vº.
En B.U.V. Sección Manuscritos, núm. 145, fol 13 (Copia de 21 de junio de 1309. En A.R.V. Clero, caja
2330 (Copia fehaciente del Archivo de Montesa de un traslado de 1309). Citado por GUAL
CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia. Valencia 1989, p. 112, asiento 20.
Edición preparada por Pérez Pérez Desamparados. También viene recogida en SÁNCHEZ ALMELA, E.
“El Llibre de Privilegis de la villa de Sant Mateu. Castellón, 1986, pp. 128-130. Asimismo, se puede
consultar en GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991,
concretamente, la catalogada con el número 21, pp. 120-125.
3 DÍAZ MANTECA, E. Castellón. B.S.C.C., 1983 p. 141. (Doc. núm. CI de la Colección, Cartas
Pueblas). PÉREZ FUERTES P. Reconquista de Morella y el Maestrazgo. Sus cartas pueblas y primera
repoblación (Benicarló) Centro de Estudios del Maestrazgo. 1986, p. 141. Op. cit. GUAL
CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia, p. 139, asiento 102, o bien, GUINOT
RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, concretamente, la
catalogada con el número 161, pp. 344-346.
4 HUICI MIRANDA, Documentos de Jaime I, vol. II, p. 157. Op. cit. CABANES, Mª D. FERRER, R.
HERRERO, A. Documentos y datos para un estudio toponímico de la Región Valenciana. Valencia,
1981, p. 401.
5 Chronica, o commentari del gloriosissim, e invictissim rey en Jacme. Facsímil, Valencia 1557-
1978. Prólogo de Sanchis Guarner, M. fol. LVI vº.
6 ANYÓ GARCÍA, V. El Primer Manual de Consell de la Ciutat de Valencia. Valencia, 1997, pp. 97-98.
7 Manuals de Consells de la ciudad de Valencia de 20 de febrero y 12 de abril de 1467.
8 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Documentos y datos para un estudio de la Región
Valenciana. Valencia 1981, p. 401.
9 CABANES CATALÁ, Mª L. Anales Valencianos. Colección Textos Medievales. Zaragoza 1983, p.
23. Estudio preliminar e índices realizados por dicha autora.
27
10 Introducción, notas y transcripción de SANCHIS I SIVERA, J. Publicado por Acción Bibliográfica
Valenciana. Valencia, 1932. p. 108. Esta obra ha sido estudiada, también, por CABANES PECOURT, Mª
D. Dietari del capellà d’Anfos V el Magnanim. Colección de Textos Medievales, 85. Edición e índices de
dicha autora. Editorial Anubar. Zaragoza, 1991. V. J. ESCARTI Dietari del capellà d’Anfos V el
Magnanim, con introducción, selección y transcripción. Edición de la Institución Alfonso el Magnánimo.
Valencia, 1988. Y recientemente han hecho otra edición de textos seleccionados del Dietari del capellà
d’Anfos V el Magnanim GÓMEZ BAYARRI, J. V. estudi i notes historiques, y GINER, J. seleccio, edicio
i notes llinguistiques. Editada por la editorial L’Oronella. Valencia, 1999.
11 Dietari del Capellà d’Anfos el Magnanim, op. cit. p. 324. Edición de Acción Bibliográfica
Valenciana.
12 Op. cit. p. 334.
13 Op. cit. p. 337.
14 Op. cit. p. 338.
15 Op. cit. p. 342.
16 Aureum Opus Regalium Privilegiorum civitatis et Regni Valentie de LUIS ALANYA. Ed. de
Cabanes Pecourt Mª D. Valencia 1972. p. 32.
17 Aureum Opus, op. cit. p. 306.
18 Aureum Opus, op. cit. p. 341.
19 Colección diplomática, doc. 1046 (año 1243), cit. por BURNS, R. I. El Reino de Valencia en el siglo
XIII. Valencia 1982, p. 434. Prólogo de R. Ferrer.
20 Cfr. GUAL CAMARENA, M. “Contribución al estudio de la territorialidad de los fueros de
Valencia”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, 3. Zaragoza 1947-1948, pp. 262-289.
21 UBIETO ARTETA, A. Orígenes del Reino de Valencia. Tomo I. Valencia 1976, p. 178.
22 Cfr. VI Centenari del Cisma d’Occident. El cisma a les terres valencianes. B.S.C.C. Tomo LVI.
Castellón, 1980. Contiene artículos de diversos autores que analizan o abordan cuestiones relativas al
tema del Cisma de Occidente y los papas Clemente VII y Benedicto XIII. Cabe citar entre ellos los
trabajos de SABORIT BADENES, P. “Documents de l’Arxiu Capitular de Sogorb relatius a Benet XIII”,
p. 193 y ss.; DEL POZO CHACÓN, J. A. “Bulas correspondientes a Clemente VII y Benedicto XIII en el
Archivo de la Catedral de Valencia”, p. 208 y ss; TRENCH ODENA, J y CÁRCEL ORTÍ, Mª
MILAGROS, “Regesta de documentos pontificios de la época del Cisma de Occidente del Archivo
Diocesano de Valencia (1405-1412”), p. 706 y ss”; HINOJOSA MONTALVO, LÓPEZ ELUM,
RODRIGO LIZONDO. “Relaciones de la ciudad de Valencia con el Pontificado durante el Cisma de
Occidente (1378-1423). Regesta de los fondos del Archivo Municipal”. p. 585 y ss. etc.
23 SARTHOU CARRERES, C. Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
Castellón 1989. Facsímil, p. 833. Cfr. MAGDALENA NOM DE DEU, J. R. La aljama hebrea de
Castellón de la Plana en la Baja Edad Media. Sociedad Castellonense de Cultura, LVI. Castellón,
1978, p. 57.
24 Cfr. BETI, M. Morella y el Maestrazgo en la Edad Media. Castellón de la Plana 1972, p. 125.
25 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. La grafía del nombre del municipio se aprobó
por Decreto del Consell Valencià 20/1987, de 2 de marzo de 1987 (DOGV, núm. 548, de 17 /3/ 87, y
BOE de 18/12/87). La obra mencionada contiene un anexo de legislación que recoge: 1) Denominación
oficial de los municipios de la Comunidad Valenciana 1997-1998 y fecha de los acuerdos de aprobación
por orden alfabético, 2) La Ley 7/1985 de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local, y
artículos relativos a la denominación de los municipios, 3) Decreto 58/1992, de 13 de abril del Gobierno
28
Valenciano por el que se regula el procedimiento para la alteración del nombre de los municipios 4)
Decreto 170/ 1985, de 28 de octubre del Consell de la Generalitat Valenciana, sobre procedimiento en la
creación de demarcaciones funcionales con incidencia territorial.
________________________________________
1 FERRERES NOS, J. Procés d’Autonomia de Sant Jordi del Maestrat. Centre d’Estudis del Maestrat.
Butlletí núm. 7. 1984, pp. 65-74. La transcripción del Real Privilegio otorgado por Felipe IV en
1655 al “Mas dels Estellesos” para erigirla en la actual villa de San Jorge fue realizada por J. Ferreres
Nos y revisada por M. Milián Boix el año 1978. Corresponde a un documento procedente del
Archivo Municipal de San Jorge.
2 ESTELLER ESTELLER, Mª LUISA. Copias de diversos documentos originales del Archivo
Municipal de San Jorge del Maestrazgo. Las donaciones, confirmaciones, titulaciones y el libramiento
de los molinos constaban en los antiguos pergaminos que fueron aducidos por José Vicente Arnal,
antes de su destrucción en 1936.
3 GARCÍA EDO, V. “Document sobre llicència per l’establiment d’una carnissería de 1268 i un
molí d’oli de 1281 a la vila de Traiguera”. Revista, Traiguera. Juliol 1980.
4 FERRERES I NOS, J. “La Carta de Població del Mas del Astellers” (1261) en Vinaròs, I Congrés
d'Història del Maestrat. Vinaròs 1987, pp. 167-179.
5 Cfr. Libre del Repartiment del Regne de Valencia. Hasta hace unos años las ediciones
correspondientes a esta interesantísima fuente eran debidas a Próspero de Bofarull, que realizó una
transcripción incompleta, publicada en el vol. XI de la Colección de Documentos inéditos del
A.C.A. en 1856. Posteriormente, el arabista valenciano Julián Ribera hizo una edición crítica
fotográfica en 1932. Más recientemente, dado el valor histórico y filológico que tiene esta obra, pues se
ha considerado como un registro de propiedad de parte del antiguo reino de Valencia, fundado por
Jaime I, se han realizado dos nuevas ediciones, una debida a la editorial Vicent García, dirigida por
A. Ferrando, que nos proporciona un facsímil, transcripción y comentario de la obra (Valencia,
1978), y otra más manual y práctica llevada a cabo por Mª D. Cabanes y R. Ferrer, en tres volúmenes,
correspondiendo el I al registro 5 de A.C.A., el II al registro 6 de A.C.A. y el III al 7 de A.C.A.
Zaragoza 1979-1980, editorial Anubar. Contiene breves e interesantes prólogos y lista de índices de
personas y lugares, de gran ayuda para un estudio histórico o filológico de la fuente. Esta última
publicación es la que nos ha servido para consultar “Els Repartiments” y seguimos en la numeración
de asientos.
6 CAVANILLES, A.J. Observaciones sobre la historia natural, geográfica, agrícola, población y
frutos del Reyno de Valencia. Tomo I. Madrid 1975, pp. 28-29. O bien, Las observaciones de Cavanilles
doscientos años después, reproducción facsímil de la edición de 1797 y comentarios actuales al margen,
con prólogo de J. Mª Piñero, introducción de J. F. Mateu Bellés y epílogo de V. M. Rosselló Verger.
Edición de Bancaja, en cuatro volúmenes. Valencia, 1996 y años siguientes.
7 Enciclopedia de la Región Valenciana (E.R.V.).Valencia 1973. Tomo 10 p. 174.
8 BAILA HERRERA, F. “Formación de los Clérigos y vasallos de la Orden Ecuestre de
Montesa”. Vinaròs, I Congrés d’Història del Maestrat. Vinaròs, 1987, pp. 289-300.
9 LLORENTE, T. Valencia. Sus monumentos y artes. Su naturaleza e historia. Tomo I. Barcelona
1887. p. 284.
10 SARTHOU CARRERES, C. Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
Castellón, edición de 1989, p. 994.
11 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. Llama la atención que siendo municipio
enclavado en zona valencianoparlante, el topónimo está protocolizado oficialmente sólo en castellano a
dicha fecha.
29
___________________________________________
1 CABANES Mª.D., FERRER, R. HERRERO, A. Documentos y datos para un estudio toponímico de
la Región Valenciana. Valencia 1981, p. 420.
2 Cfr. CAVANILLES, J. A. Observaciones sobre la historia natural, geográfica, agrícola, población
y frutos del Reyno de Valencia. MADOZ P. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico ......
LLORENTE T. Valencia. Sus monumentos y artes. SARTHOU CARRERES, Geografía General
del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
3 GÓMEZ BAYARRI, J.V. “Toponomástica de cinco municipios del Bajo Maestrazgo: Cálig,
Canet lo Roig, Cervera del Maestre, La Jana y Traiguera” Anales de la Academia de Cultura Valenciana.
Núm. 65. Segunda época. Valencia, 1990. pp. 191-211.
4 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 33.
______________________________
1 HUICI, A. y CABANES, Mª D. Docs. Jaime I, p. 335 y en B.S.C.C, XV, 1934, pp. 115-117.
2 B.S.C.C, XXII, 1946, pp. 497 y ss.
3 SEGARRA I ROCA, M. Historia de Chert. Tortosa 1949, pp. 11-13.
4 BURNS, R. I. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Iglesia y Sociedad. Tomo II. Valencia 1982, p.
411. Prólogo de R. Ferrer.
5 FUSTER BLOCH, G. “Aproximació a la toponímia medieval de les comarques del nord de Castelló”.
Materials de topomímia I. Estudis de Toponímia Valenciana. Valencia, 1995, p. 290.
6 GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, p. 136
7 GUINOT RODRÍGUEZ, E. op. cit. p. 147
8 GUINOT RODRÍGUEZ, E. op. cit. p. 216
9 Mn. FEBRER, Trovas. Valencia 1848. Troba (sic) núm. 367, p. 200.p. 200.
10 Consultadas las obras citadas, no hallamos constatado dicho topónimo en ninguna de ellas.
11 E.R.V. Voz Chert o Xert. Valencia 1973. Tomo III, p. 311.
12 LLORENTE, T. Valencia. Sus monumentos y Artes. Su naturaleza e historia. Barcelona 1887.
Tomo I, p. 284.
13 Cfr. COROMINAS, J. Estudis, I. p. 227.
14 PEÑARROJA TORREJÓN, L. El mozárabe de Valencia. Madrid 1990, p. 320.
15 Cit. por PEÑARROJA, L. El mozárabe de Valencia. p. 332.
16 Cfr. PEÑARROJA, L. op. cit, pp. 320-333.
17 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 33. La grafía del nombre del municipio se aprobó
por Decreto del Govern Valencià 197/1992, de 23 de noviembre de 1992 (DOGV, núm. 1916, de 2 /12/
92, y BOE núm. 62, de 22/03/93).
__________________________________
30
1 FUSTER BLOCH, G. “Aproximació a la toponímia medieval de les comarques del nord de Castelló”.
Materials de topomímia I. Estudis de Toponímia Valenciana. Valencia, 1995, p. 287.
2 Cfr. GUAL CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia. Valencia 1989. Edición
preparada por Pérez Pérez, D. p. 113. MIRALLES, J. “La carta puebla de Salzadella” Boletín Centro
Estudios Maestrazgo, núm. 25, 1989, pp. 25-26. GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament
medievals valencianes. Valencia, 1991, la núm. 28, pp. 131-132.
3 HUICI, A. y CABANES Mª D. Docs. Jaime I, Vol. II, p.335.
4 HUICI, A. y CABANES, Mª D. Docs. Jaime I, Vol. III.
5 MATEU I LLOPIS, F. “La circulación monetaria en la diócesis de Tortosa y Segorbe-Albarracín en
el Reino de Valencia, según décima de 1279-1280”. B.S.C.C. XXII, 1946.p.497 y ss.
6 BURNS, R. I. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Tomo II. Valencia 1982, p.405.
7 ANYÓ GARCIA, V. El Primer Manual de Consell de la Ciutat de Valencia. Valencia, 1997, p. 98.
8 MIRALLES I SALES, J. “La villa de Salsadella”. B.S.C.C. núm. L. 1974, p. 321.
9 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Docs. y Datos.... Valencia 1981, p. 359.
10 Mn. FEBRER, Trovas. Valencia 1848. Troba (sic) núm. 367, p. 200. La troba núm. 367, dedicada a
Bernardo Olcina.
11 SARTHOU CARRERAS, Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Castellón.
Castellón, edición de 1989, p. 859, o bien MUNDINA, B. Historia, Geografía y Estadística de la
Provincia de Castellón. Castellón, 1873, reedición facsímil, 1988, p. 481.
12 SIMONET, F. Glosario de voces ibéricas y latinas usadas entre los mozárabes. Madrid, 1888, p.
579.
13 Cfr. GÓMEZ BAYARRI, J. V. La transición del mundo musulmán al cristiano en el Reino de
Valencia. Publicada por la R.A.C.V. Vol. II. Valencia, 1991. p. 299.
14 PEÑARROJA, L. El mozárabe de Valencia. Madrid 1990, p 312.
15 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Docs. y datos... Valencia 1981, p. 359.
16 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. La grafía del nombre del municipio se aprobó
por Decreto del Govern Valencià 132/1993, de 30 de julio de 1993 (DOGV, núm. 2089, de 23 /08/ 93, y
BOE núm. 255, de 25/10/93).
_______________________________________
1 HUICI, A. y CABANES, Mª D. Documentos de Jaime I de Aragón, 1216-1236. Vol. I. Valencia
1976, p. 325.
2 BETÍ, BONFILL, M. “Colección de cartas pueblas”, B.S.C.C. núm. XXXVII, 1960. pp. 127-129.
3 GUINOT RODRÍGUEZ, E. Cartes de poblament medievals valencianes. Valencia, 1991, la núm. 22,
pp. 123-125.
4 GUAL CAMARENA, M. Las Cartas Pueblas del Reino de Valencia. Valencia 1989. pp. 111-112.
Ed. preparada por Pérez Pérez, Desamparados. Dicha carta puebla se localiza en A.H.N. OO.MM.
Montesa. cod. 542, fol. 5 vº (traslado de 20 de febrero de 1336 de otro traslado de 15 de mayo de 1255).
31
Ha sido publicada también por PÉREZ FUERTES, P. Reconquista de Morella y el Maestrazgo. Sus
cartas pueblas y primera repoblación. Benicarló. Centro de Estudios del Maestrazgo. 1986 p. 138.
5 BETÍ BONFILL, M. “Morella y el Maestrazgo en la Edad Media”. Castellón 1972, p. 34.
6 BETÍ BONFILL, M. op. cit. p. 107.
7 BETÍ BONFILL, M. “Ros[s]ell : pleito que por su dominio sostuvieron en el siglo XIII la Orden de San
Juan de Jerusalén y el real monasterio de Benifazá”. Trabajo premiado con el “accesit” en los “Jochs
Florals” de Valencia, 1917, convocados por la entidad Lo Rat Penat. Trabajo publicado por la Sociedad
Castellonense de Cultura, 1920, pp 99-102. Parte de la sentencia arbitral de 11 de marzo de 1323 se halla
en el Cartulario de Sant Mateu, Archivo idem, folio 160 vº.
8 MATEU I LLOPIS, F. “La circulación monetaria en las diócesis de Tortosa y Segorbe-Albarracín en
el Reino de Valencia, según décima de 1279-1280”. B.S.C.C. XXII, 1946, p.497 y ss. citado,
igualmente, por BURNS R.I. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Tomo I. Valencia 1982, p. 199.
9 BURNS, R.I. op. cit. Tomo II p. 411.
10 BURNS, R.I. op. cit. Tomo II, p. 516, cita 15.
11 BETÍ BONFILL, M. “Ros[s]ell : pleito que por su dominio sostuvieron en el siglo XIII la Orden de
San Juan de Jerusalén y el real monasterio de Benifazá”. Sociedad Castellonense de Cultura, 1920, p.
32.
12 BETÍ BONFILL, M. op. cit. p. 41.
13 Mn. FEBRER, J. Trovas. Valencia 1848, p. 200.
14 Mn. FEBRER, J. Trovas. Valencia 1848. p. 245.
15 CABANES, Mª D., FERRER, R. HERRERO, A. Docs. y datos. op. cit. Valencia 1981. p. 357.
16 GENERALITAT VALENCIANA, Denominació oficial dels municipis i altres entitats locals de la
Comunidad Valenciana 1997-1998. Valencia 1998. p. 32. La grafía del nombre del municipio se aprobó
por Decreto del Govern Valencià 149/1993, de 17 de agosto de 1993 (DOGV, núm. 2.096, de 03 /09/ 93,
y BOE núm. 255 de 25/10/93).
Valencia, noviembre de 1999
JOSE VICENTE GÓMEZ BAYARRI
Y
MARÍA DEL CARMEN AURA BUSO
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