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Sobre la Exposición de la Transformación de
los Valores-Mercancías en Precios de
Producción en el Tercer Volumen de El
Capital―Un Análisis Textual1 Jørgen Sandemose
Resumen: El artículo trata de la exposición del concepto de precios de producción
de Karl Marx en su obra principal El Capital. Se centra en la estructura del texto central
en cuestión, el capítulo 9 del tercer volumen, sobre la "transformación [Verwandlung]
de los valores de las mercancías en precios de producción". El contenido y la
estructura reales del capítulo han sido en cierta medida pasados por alto o
distorsionados en la literatura. El objetivo del artículo es establecer (o restablecer) una
visión sólida del capítulo, liberada de los prejuicios alimentados por -especialmente-
una teoría de la formación de los precios que, aunque "modernizada" por i.a. Walras,
se remonta a Steuart y Ricardo. Estos prejuicios han tenido una inmensa trascendencia
en la incomprensión de la teoría marxiana de la medida del valor y de la norma de los
precios reflejada en el texto del capítulo mencionado. Por esta razón, el artículo está
provisto de un apéndice, en el que se subraya la difícil situación de la investigación de
mentalidad marxista en la actualidad. Hay que señalar que no es un objetivo del
artículo discutir ninguna interpretación existente de la exposición de Marx. Sin
embargo, se utiliza como perspectiva el paradigma de la crítica introducido a
principios del siglo XX por Ladislaus von Bortkiewicz. Las referencias específicas -
aparte de los propios textos de Marx- se mantienen al mínimo en el artículo
propiamente dicho. He optado por tal modo de aproximación porque encuentro que
los malentendidos del capítulo se distribuyen uniformemente entre los autores,
independientemente de cómo colisionen sus puntos de vista sobre la
"transformación". Por otra parte, tal conciencia de "malentendidos" entre los
comentaristas implica ciertamente que el autor debería, al menos, aclarar brevemente
su propia visión de los principales problemas de la crítica paradigmática antes
mencionada. En la primera sección, señalo la importancia de la forma en que Marx
presenta su concepto de la composición del capital. En el siguiente, hago algunas
observaciones sobre el concepto de tiempo de trabajo socialmente necesario y su
1 Sandemose, J. (2016). On the Exposition of the Transformation of Commodity-Values into Production Prices in the Third Volume of Capital—A Textual Analysis. Theoretical Economics Letters, 6(05), 962. Traducido al español por Iván Salazar
2
relación con el trabajo abstracto. En la tercera y cuarta, investigo los diferentes
modelos de análisis de Marx. En la quinta sección, se mostrará cómo Marx, en contra
de lo que sostiene la crítica tradicional, pero en armonía con su tratamiento de la
composición del capital y del tiempo de trabajo necesario, opera con un doble punto
de partida: Trata los insumos de un período de producción como valores dados, es
decir, como entidades de valor de uso individual; paralelamente, los trata como
transformados en precios de producción. Sigue una sexta sección, en la que señalo el
núcleo de la crítica que Bortkiewicz presentó al capítulo, centrándose en la necesidad
de una expresión uniforme de las denominaciones económicas. Dado que la crítica
de Bortkiewicz contenía todos los gérmenes importantes de las objeciones contra
Marx refutadas en mi artículo, esta sección sirve también para arrojar luz sobre el resto
de mi argumentación. Tras la visión de conjunto mencionada, concluyo con un
resumen.
1. El Rol de la "Composición Orgánica del Capital"
A pesar de las interminables discusiones, la importancia del hecho de que el
capítulo 9 de El Capital III comience con la definición de la composición
orgánica del capital (COC), es principalmente pasada por alto. Al igual que
hizo en su capítulo principal sobre la acumulación, en el volumen I (donde
se introdujo el concepto por primera vez), Marx en este texto subraya el doble
carácter de esa composición:
La composición orgánica del capital depende, en cada momento
concreto, en primer lugar, de la relación técnica entre la fuerza de
trabajo empleada y la masa de medios de producción empleados; en
segundo lugar, del precio de estos medios de producción. Como hemos
visto, debe considerarse en su relación porcentual. La composición
orgánica de un capital que consta de 4/5 de capital constante y 1/5 de
capital variable, la expresamos a través de la fórmula 80c + 20v ([1], p.
164).
Para dar una ilustración inmediata de tal capital individual, reproduzcamos la
forma de una de las industrias que Marx investiga un poco más adelante en
3
el capítulo, donde está operando con un agregado de capitales con la
composición media de 78c/22v. Se incluye una depreciación estipulada sobre
el capital fijo (véase la diferencia entre la suma de las dos primeras columnas
(80 + 20 + 20 = 120) y 90 como "valor de la mercancía"). El precio de coste
(70), es decir, los gastos reales del propietario en la producción de la
mercancía, se añade a una masa invariable de plusvalía (20), de modo que el
resultado (70 + 20) arroja un equivalente al valor del producto de 90, que se
modifica a continuación a un precio de 92, ya que el capital en cuestión es
(ligeramente) superior a la media (tabla 1).
Volviendo a la COC: Como se puede imaginar, el peso que Marx pone en la
composición técnica, refleja la definición principal hecha en el Volumen I,
donde dice que para expresar la interacción entre el valor de uso y el valor,
"llamaré composición orgánica del capital a la composición del valor en la
medida en que está determinada por su composición técnica y refleja sus
cambios" ([2], p. 640, cursiva añadida). Esta debe compararse con un pasaje
de uno de sus borradores, donde se da la siguiente y llamativa definición:
La composición orgánica puede entenderse como sigue: Relación
diferente, en la que el desembolso en capital constante es necesario en
las diferentes ramas de la producción para absorber la misma masa de
trabajo. La conexión del mismo volumen de trabajo con el objeto de
trabajo requiere o bien más materias primas y maquinaria en un caso
que en el otro, o bien sólo en uno de los dos ([3], pp. 379-80).
Así, la COC es una categoría destinada a analizar la relación básica de
explotación en el capitalismo, donde los medios de producción se ponen en
marcha con el único propósito de succionar el trabajo de los productores
4
inmediatos. Este trabajo se mide no sólo como trabajo abstracto puro y
simple, sino simultáneamente como el SNLT (Tiempo de TrabaJo
Socialmente Necesario) contenido en cada producto. Marx introdujo la COC
como fundamento de su análisis de la acumulación, es decir, precisamente en
el punto en que declara que quiere "investigar la influencia que el crecimiento
del capital tiene sobre el destino de la clase obrera" ([2], p. 640). Este
"destino" depende del grado de succión del trabajo del trabajador individual,
así como de la tasa de desempleo y de pauperismo. Evidentemente, no es
casualidad que la COC se sitúe justo al principio de este capítulo de
"transformación". El análisis de la génesis de la "transformación" en el
sistema de precios capitalista no es ciertamente una cuestión secundaria. La
absorción del tiempo de trabajo, y su posterior división entre los capitales, es
su tema central. En consecuencia, no puede sorprender a nadie que Marx
busque una magnitud, el SNLT, que se remonta a la cuantificación del trabajo
concreto en cualquier proceso de producción. A este SNLT corresponden
exigencias técnicas que no pueden separarse de ella. El conjunto del tiempo
de trabajo real en cada una de las diferentes ramas (almacenado en las partes
c-, v- y s- de las mercancías) tiene que presentarse explícitamente en el
análisis, que es precisamente lo que ocurre cuando Marx nos dice que la
composición orgánica "la expresamos mediante la fórmula 80c + 20v", donde
los números elegidos al azar representan valores. Tomado como un precio
igual al valor, da la expresión exacta de la proporción. De este modo, tiene
sentido decir, por ejemplo, que un determinado capital "se compone de 4/5
de capital constante y 1/5 de capital variable".
2. Doble Carácter del Tiempo de Trabajo Socialmente
Necesario
Aunque la COC no fue tematizada como tal antes del capítulo principal sobre
la acumulación, su estructura interna, que se remonta a la diferencia entre
valor y valor de uso, y por tanto trabajo abstracto y concreto respectivamente,
está presente desde el principio de El Capital.2
2 Henryk Grossmann [4] ha presentado en un importante trabajo el doble carácter de las categorías económicas de Marx.
5
En este sentido, el punto de partida reside en la unidad del valor y del valor
de uso en cualquier mercancía: Dado que el trabajo es la sustancia del valor,
y el tiempo la medida de este trabajo, sabemos que la medida no puede ser
percibida en sí misma, sino sólo como aparece en una cosa material. De ello
se deduce inmediatamente (es decir, se da de antemano) que esta cosa tiene
que estar (más bien: está) en relación con otra cosa, una mercancía (o varias
de ellas), para expresarse como lo que es. Otro caso en cuestión es el capítulo
5 del primer volumen de El Capital, "Proceso de trabajo y proceso de
valorización", donde la producción capitalista se analiza en parte como un
proceso general de trabajo, en parte como un proceso de valorización y
creación de valor. Aquí, la "materia prima es sólo algo que absorbe una
determinada cantidad de trabajo" ([2], p. 204). Esto sucede porque todos los
medios de trabajo se conciben aquí como medios de absorción de ese mismo
trabajo, y el trabajo mismo, en consecuencia, como expresión de una fuerza
de trabajo que sólo existe para ser absorbida. El trabajo real realizado debe
funcionar de acuerdo con el SNLT, que es "el tiempo de trabajo que cuenta
como creador de valor" ([2], p. 204). Pero esto no puede significar que el
SNLT tenga en sí mismo una extensión lógica idéntica a la del trabajo
abstracto, ya que es un fenómeno válido sólo para el proceso de trabajo
dentro de una rama determinada en un momento dado, y no tiene la
universalidad de lo abstracto. Se trata (simplemente) de una creación de valor,
como señala Marx. Hay que tener en cuenta que Marx se cuida de utilizar una
terminología tan condicionada. Por ejemplo, en el capítulo 10 del tomo III
de El Capital, analizando la misma estructura de ramas que encontramos en
el capítulo 9, subraya que es condición que "la cantidad de trabajo presente
en una mercancía represente el tiempo de trabajo socialmente necesario" ([1],
p. 191). Esto implica, por supuesto, que el trabajo abstracto y el SNLT se
toman para indicar la misma cantidad numérica, pero al mismo tiempo, se da
a entender que son dos fenómenos diferentes. Es un hecho que Marx
describe el trabajo en la producción capitalista como de doble carácter: es a
la vez abstracto y concreto (cf. [5]). Hay problemas relacionados con esta
expresión. Uno está acostumbrado a hablar del trabajo industrial capitalista
como abstracto o concreto, pero no siempre está dispuesto a pensar en las
implicaciones que surgen cuando se presupone que un mismo trabajo tiene
ambas características. Se requiere un análisis más profundo, que no se va a
6
realizar aquí, para entender cómo una operación laboral adquiere una forma
tan contradictoria.3 Sin embargo, es más que probable que el SNLT sea el
"trabajo" en cuestión. Es natural suponer que denota una entidad
técnicamente determinada, aunque sólo en la medida en que la tecnología
puede emplearse como absorbente de un trabajo en general (trabajo
abstracto). Se trata, por tanto, de una entidad que resulta de una interacción
entre algo abstracto y algo concreto, y esto se pone claramente de manifiesto
en el COC. El SNLT debe considerarse como aquel carácter del trabajo
concreto que, junto con la potencialidad del trabajo de ser una magnitud
simple y media, es la entidad a partir de la cual se realiza la abstracción
denominada "trabajo abstracto"; esta última operación, a su vez, tiene que
estar presente en la mente del propio trabajador: Es, en realidad, un
incremento del proceso de trabajo (cf. [6], esp. sección 5.5, pp. 276-277).
3. El Presupuesto Metodológico de Marx de un ITC
(Capital Total Individual)
Ahora bien, en lo que respecta al procedimiento de transformación, no sólo
se ha pasado por alto la presencia de la definición de la COC y su implicación
para la interpretación de la SNLT, sino también el contexto de la ilustración
que nos presenta Marx.4 En su exposición (cf. [1], p. 166), el procedimiento
se ilustra a través del siguiente esquema:
Es característico de los malentendidos del punto de vista de Marx que en la
práctica no se haya visto que esta ilustración desde el principio no está
describiendo un conjunto de productores que reflejan un total social, sino
cinco ramas industriales construidas al azar. Esto significa que el autor no
3 Sólo hay que mencionar que la necesidad de una definición precisa bien podría estar detrás del persistente, pero no bien redondeado, trabajo de Marx sobre la categoría "trabajo productivo". Aquí, su objetivo original de escribir específicamente sobre "Lohnarbeit", también podría haber sido de importancia. 4 Lo mismo ocurre con Fine y Saad-Filho [7], donde el "problema de la transformación" se aborda en su capítulo 10. Aquí, los autores dicen que en la transformación, Marx hace uso de la COC "exclusivamente", siendo las composiciones técnica y de valor de menor interés. Al mismo tiempo, tratan la composición de valor como si hiciera superfluo otro índice. Pero en ese caso, no habría ninguna diferencia entre los dos tipos de composición. De hecho, los autores no intentan justificar su tesis.
7
presupone necesariamente que las ramas constituyan un sistema social de
producción. Por lo tanto, es evidente que el nivel de análisis es muy distinto
al que nos encontramos en los esquemas de reproducción del segundo
volumen de El Capital ([8], pp. 351-520).
El punto de vista contrario fue introducido por Bortkiewicz en su conocido
primer artículo crítico, segunda parte, impreso en 1907 ([9], p. 15 sq.). Paul
M. Sweezy la mantuvo viva y coleando en su aprobación [10] de ambos
artículos, y posteriormente ha rondado la literatura. Es una de las muchas
interpretaciones totalmente injustificadas de puntos esenciales del corpus
marxiano, interpretaciones que apenas podrían haber surgido si uno se
hubiera molestado en someter sus escritos a un examen serio.5
Veamos más de cerca la evidencia. El punto de partida de Marx es
explícitamente el siguiente: "Tomemos cinco ramas de producción diferentes,
cada una de ellas con distinta composición orgánica de los capitales invertidos
en ellas" ([1], p. 164). A medida que avanza, presupone que los cinco
"capitales" conforman un "capital total" (cf. 1, pp. 165, 166, 169), es decir,
una empresa, una ITC, un capital total individual. Esto también es algo muy
diferente de un total social. (Tanto más cuanto que aquí Marx parece pasar
de pensar en las ramas como tales, a presuponer capitales individuales en una
rama -tal vez su ejemplar medio-).
Al principio, este concepto de ITC es introducido junto con una tabla que es
algo menos complicada que la Tabla 2, ya que la diferencia en la depreciación
no es traída a colación. Cuando pasa a argumentar la necesidad de operar con
diferentes tasas de depreciación en la ilustración, Marx de hecho no suaviza
el modelo de ITC; y tan pronto como se hace el argumento, pasa a
"considerar... los capitales I - V una vez más como un único capital total (ein
einziges)" ([1], p. 166). En efecto, aunque habla de precios a lo largo de todo
el párrafo en cuestión ([1] , pp. 166-167), y define realmente el precio de
producción en medio de este escenario, no presupone el funcionamiento
inmediato de un mercado.
5 La necesidad de tal escrutinio es la razón por la que he optado por utilizar la edición original en alemán cuando hago referencias directas a las obras de Marx.
8
Tabla 2. Transformación a precios de producción en una ITC como conjunto de ramas recogidas al azar.
Capitales Plusvalor
Valor de
las
mercancías
Precio de
coste de las
mercancías
Precio de
las
mercancías
Tasa de
ganancia
Desviación del
precio respecto al
valor
I 80c + 20v 20 90 70 92 22% +2
II 70c + 30v 30 111 81 103 22% −8
III 60c + 40v 40 131 91 113 22% –18
IV 85c + 15v 15 70 55 77 22% +7
V 95c + 5v 5 20 15 37 22% +17
En la definición, Marx subraya principalmente la importancia de las tasas de
ganancia de las ramas separadas, que, como dice, son "= s/C en cada rama
de la producción, y deben desarrollarse a partir del valor de la mercancía" ([1],
p. 167). Estas tasas separadas son, continúa, la base de la ARP (Tasa media
de ganancia). Las ramas en las que se encuentran se caracterizan por las
diferencias recíprocas en cuanto a su "composición orgánica" ([1], p. 167).
Con todo, esto puede verse como una prueba de que Marx se centra aquí en
la importancia de la composición técnica del capital en la conformación de la
ITC, ya que implicar que la cantidad de trabajo abstracto ("el valor") de la
mercancía es una base, implica que el SNLT, y por tanto también el SNLT
considerado como trabajo concreto, es decisivo en la construcción de la base
de la tasa s/C y, por tanto, también de la ARP. Esta última es el resultado de
la competencia entre ramas con s/C específicos, dice Marx ([1], p. 167).
En rigor, esta referencia a la "competencia" es el único indicio en el texto de
Marx, hasta ahora, de la existencia de una STC (Capital Social Total) fáctica:
un capital que comprende todas las entidades industriales de la sociedad, en
la medida en que se basan en el trabajo asalariado. Como puede convenirse
fácilmente, la competencia (entre capitales) es un concepto imposible en el
análisis de lo que ocurre dentro de una ITC.
Podemos considerar estos hechos como indicios de lo que viene a suceder
en el párrafo siguiente, ya que allí Marx pasa a hablar de "el capital total de la
sociedad en todas las esferas de producción tomadas en conjunto" ([1], p.
9
168), dando a entender que el mercado está ahora en el centro de las
realidades analizadas. Subraya que todos estos "diferentes capitalistas se
comportan aquí, en la medida en que se considera el beneficio, como puros
accionistas de una sociedad anónima". Subraya su papel como clase social
opuesta a los trabajadores, y que la ganancia de cada uno se apropia en
abstracción de las COC individuales, y sólo como "puras partes del capital
social total".
Sin embargo, Marx en el siguiente párrafo reintroduce la posición original:
"Supongamos que las cinco inversiones I-V pertenecían a un solo hombre"
([1], p. 169). Aquí se compara y se identifica parcialmente la existencia de una
clase capitalista con una relación de propiedad que incluye a un solo
individuo. Marx concluye el párrafo y la comparación de la siguiente manera
Y así, en la sociedad misma -la totalidad de todas las ramas de la
producción- la suma de los precios de producción de las mercancías
producidas es igual a la suma de sus valores ([1], p. 169).
En definitiva, parece que a pesar de las aparentes contradicciones, e incluso
de la mezcla de dos modelos diferentes de ilustración, queda claro que este
texto marxiano (¿marxiano-engelsiano?) no ha abierto en ningún momento
la necesidad -ni, de hecho, la posibilidad- de analizar la génesis del precio de
producción a través de modelos de reproducción del capital social total. Tales
modelos, parece sostener Marx, deben estar constituidos por insumos y
productos que no sólo son determinables en principio, sino que realmente
pueden establecerse numéricamente con proporciones que se dan por
conocidas y específicas. Tal modelo se presenta en la última parte del
volumen II de El Capital ([8], pp. 351-520).
En el contexto de la transformación, el ITC sirve para enfocar el concepto
de SNLT tomado como tiempo de trabajo concreto.6 Como tal, Marx puede
haber querido que funcione como otra justificación para presentar los
6 En [11], encontramos que Marx hace una distinción implícita entre el tiempo de trabajo concreto y el abstracto. Véase [11], 313. Además, su uso de la expresión "tiempo de trabajo puro" ([11], 701) indica la misma distinción.
10
insumos como valores. Dentro de un capital único, el mercado no está
presente de forma inmediata. Dentro de tal modelo, los precios son
susceptibles de ser idénticos a los valores. Un tipo de presentación similar
puede encontrarse en el capítulo 1 del volumen I, cuando Marx emplea el
tiempo de trabajo como indicador de la magnitud del trabajo en las
estructuras no capitalistas.
4. La Estructura del STC
De hecho, también es posible encontrar un "punto de inflexión" en el
capítulo 9, que nos muestra los límites de la presentación de una ITC. Esto
ocurre cuando Marx está resumiendo los factores genéticos de la propia ARP.
Estos factores son dos. El primero actúa "a través de la composición orgánica
de los capitales en las diferentes esferas de producción, es decir, a través de
las diferentes tasas de ganancia de las esferas individuales" ([1], p. 172).
Depende directamente del concepto de relación intrasférica que
reconocemos como s/C.
Pero en segundo lugar, y simultáneamente, Marx introduce ahora la media
ponderada, un fenómeno perteneciente a la competencia interesférica, un
factor de trabajo
a través de la distribución del capital total social en estas
diferentes esferas, es decir, a través de la magnitud relativa del
capital asignado en cada esfera específica, y en consecuencia a
una tasa de ganancia particular: es decir, a través de la masa-
proporción relativa del capital total social que cada esfera
particular de producción absorbe (verschluckt) ([1], p. 172).
Tal distribución del capital implica directamente al STC, y en sí misma hace
que no tenga sentido seguir operando con ilustraciones limitadas a una ITC.
Si un determinado desarrollo dentro de la STC da lugar a que masas de
capitales se viertan en una rama de baja composición, engrosando
relativamente las partes de la STC invertidas en tales industrias, esto dará
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lugar a un ARP más bajo, presionando a la baja el COC medio social incluso
sin cambiar el COC en la propia esfera.
La ilustración del ITC es utilizada por Marx siempre y cuando cada capital en
las diferentes ramas tenga el mismo total c + v. Introduciendo la media
ponderada, renuncia a cualquier "modelo" de este tipo.
Sin embargo, el texto que se desprende del tratamiento de Marx de los
factores genéticos mencionados, nos lleva a una argumentación de facto de
la plausibilidad de construir tablas partiendo de insumos en forma de
magnitudes de valor. Esto sucede a través de su introducción de los
conceptos de ramas con composición orgánica "media", "superior" e
"inferior" ([1], p. 173sq).
Marx establece tres capitales diferentes, uno de ellos con una composición
media exacta, para ilustrar. Sería un error creer que esto se hace para formar
una imagen de un capital "medio" como auxiliar para el proceso de medición
de los precios, como podrían pensar los partidarios marxistas de una eventual
solución de tipo Bortkiewicz. Como veremos, a Marx no le sirve tal
dispositivo. Más bien, la ilustración sirve (como muestra el texto) para
subrayar una tesis en el sentido de que en cada rama se forma constantemente
un valor de mercado, correspondiente al SNLT por mercancía. En las nuevas
circunstancias, en las que "el precio de producción se ha desarrollado como
una forma transformada del valor de la mercancía" ([1], p. 173), cualquier
capital que represente el promedio de la rama, y por tanto el valor de cada
producto real de la rama, obtiene su valor de producto transformado en un
precio por la intervención del ARP (cf. [1], p. 174). Tal es la medida exacta
del precio de producción de la rama. Esto no es más que una consecuencia
lógica del punto de partida, diseñado ya en el primer capítulo ([1], pp. 33-50,
"Precio de coste y ganancia"), que opera con los valores-mercancía como
precios de coste, y sirve para subrayar cómo ese punto de partida es
conscientemente seguido por Marx. Sin embargo, como es característico, el
autor revela inmediatamente que el punto de partida tiene un doble carácter,
como veremos a continuación.
5. El Presupuesto de Marx de los Insumos Transformados
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Completando la ilustración de las tres ramas, Marx escribe:
Por otra parte, al emplear estas denominaciones (Bezeichnungen) en casos
concretos, hay que considerar, naturalmente, si no hay de hecho
ninguna diferencia en la composición técnica presente, y si es un puro
cambio de valor de los elementos del capital constante lo que lleva a
una divergencia de la media general entre c y v ([1], p. 174).
Este pasaje muestra la eminente importancia de la parte técnica de la COC, y
en consecuencia de su doble carácter. Además, parece que la forma de
plantear el problema confirma plenamente la teoría aquí expuesta sobre las
intenciones de Marx. De hecho, se podría incluso sospechar que la definición
de la COC fue formulada originalmente con situaciones como ésta en mente.
Lo que Marx señala, es la existencia de divergencias entre el SNLT, como
valor-producto determinado en relación con otros, y el "valor" (precio) que
este "valor-producto" tiene como consecuencia de la transformación a
precios de producción.7 Además, el SNLT parece ser considerado aquí
precisamente como una función de la composición técnica. No es de extrañar
que el texto de Marx continúe inmediatamente con una conocida observación
sobre el carácter real de los precios de coste. Dice que "a través del desarrollo
dado aquí... se introduce una modificación en cuanto a la determinación del
precio de coste de las mercancías" ([1], p. 174), ya que "el precio de
producción de la mercancía es... su precio de coste para su comprador, y en
consecuencia puede entrar como precio de coste en la formación del precio
de otra mercancía" ([1] , p. 174).8 En consecuencia, puede hablar de "la
7 Como es bien sabido por los lectores de Marx, el "valor-producto" designa tanto el valor como el valor de uso del producto total de un período de producción capitalista. 8 Aquí hay algunos problemas lingüísticos. Marx dice textualmente: "Der Produktionspreis einer Ware ist aber für den Käufer derselben ihr Kostpreis..."([1], 174). El último genitivo está mal colocado en cualquier interpretación de la frase. Debería estar claro lo que se quiere decir. Además, los pasajes consecutivos del texto de Marx han sido malinterpretados en otros aspectos. He comentado esto en un trabajo anterior (cf. [9], p. 47). El asunto no es importante en el presente caso, porque todo lo que necesitamos aquí, es la evidencia de que Marx, de hecho, piensa en los precios de coste como expresados a través de (diferentes conjuntos de) precios de producción. La dificultad se omite en la siguiente cita que traigo del texto de Marx.
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posibilidad de un error si se identifica el precio de coste de una mercancía en
cualquier ámbito particular con el valor de los medios de producción
consumidos en su producción" ([1], p. 174).
La referencia a tal "error" se ha tomado, una y otra vez, como una autocrítica,
o una autocontradicción, en el texto de Marx. Vemos ahora que el contexto
muestra que el "error", por el contrario, es por así decirlo constitutivo de la
forma en que Marx plantea la problemática misma de la transformación. Se
desprende de su doble punto de partida, y de la divergencia entre los valores
y los precios de producción de los "elementos del capital constante". Además,
Marx pasa a mostrar con cierto detalle cómo cualquier "precio de producción
de una mercancía" dentro de una rama puede cambiar (1) como consecuencia
de un cambio exógeno en el ARP, y (2) a partir de un "cambio técnico" dado
endógenamente y/o un "cambio en el valor de las mercancías que entran
como elementos de construcción (Bildungselemente) en su capital constante"
([1], p. 175). Sigue con una visión más larga de los fenómenos "macro"
relacionados con los cambios en el ARP (cf. [1], p. 176). A partir de aquí, las
últimas páginas del capítulo ([1], pp. 177-181) analizan el resultado
ideológico, y cómo "el capitalista práctico debe ser totalmente incapaz de
conocer la esencia y la forma (Gestalt) internas de este proceso" ([1], p. 178).
Como hemos visto, la COC se encuentra en el fondo del proceso de
transformación: La composición técnica ilustra la estructura necesaria para
succionar el tiempo de trabajo de los trabajadores. Esto sólo puede ocurrir a
través del SNLT, que corresponde a la medición en valores de cada
mercancía. Por otra parte, vimos que la composición de valor, en abstracción
de la técnica, está relacionada con "el precio de estos medios de producción"
([1], p. 164). Esto significa, una vez más, que tenemos que considerar los
"insumos" en cuestión de dos maneras diferentes, que deben pasar a primer
plano en el análisis.
Como aclara Marx, si llamamos a la tasa de ganancia en una esfera particular
s/C (plusvalía relacionada con el capital total en la esfera), esta tasa tiene que
ser "desarrollada a partir del valor de la mercancía". Continúa diciendo: "Sin
este desarrollo, la tasa de ganancia general (y, en consecuencia, el precio de
producción de la mercancía) sigue siendo una presentación sin sentido, sin
noción" ([1], p. 67).
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Está claro, pues, que Marx debe rechazar cualquier "solución" del proceso de
transformación que no haga más que operar con los insumos y los productos
medidos en precios de producción. Aceptar tal forma de pensar significaría
terminar en un sistema de ecuaciones sin solución determinada, y sin
fundamento teórico en el tiempo de trabajo.
Por otra parte, parece difícil aceptar una "solución" que pueda implicar que
algunas mercancías-elementos de capitales particulares se vendan a sus
valores, es decir, al precio-valor (una expresión en dinero que
cuantitativamente corresponde con precisión a su SNLT, es decir, que tiene
la misma relación con la masa total de SNLT en el sistema que su precio tiene
con el total de mercancías-valores de ese sistema) mientras que otras se
venden a su precio de producción. Se trata de una estructura contradictoria,
y conceptualmente se desprende de forma natural de la presuposición de que
los "insumos" se miden en valores, mientras que los "productos" se miden
en precios de producción. En consecuencia, en la práctica ha actuado como
un argumento contra la visión de Marx de la transformación.
La tradición nunca ha sido capaz de producir evidencia de que Marx haya
pensado alguna vez en líneas que pudieran ser rotas por tal crítica. De hecho,
como puede verse en nuestra exposición, él asume conscientemente que los
insumos, así como los productos, existen en forma de precios de producción.
Por otra parte, hay que admitir que esta característica de la construcción del
capítulo 9 de Marx señala una debilidad en la forma en que se introduce el
ITC en el capítulo: Debería haberse subrayado con más fuerza que el lector
tiene que pensar en ella como una unidad que no compra ni vende nada fuera
de sí misma. De lo contrario, el hecho de que sus productos puedan
considerarse compuestos por precios de coste o de producción, podría
indicar que esos precios se originan en el mercado exterior.
El hecho de que se haya pasado por alto el argumento general y estructural
del capítulo, parece deberse en parte a que la esencia de su método se ha
escapado a los lectores. Lo que Marx describió fue cómo un cierto volumen
-llamémoslo X- de SNLT, distribuido en tres entidades, a saber, en el
contenido material (valor de uso) del capital constante, el capital variable y la
plusvalía (c + v + s) (de cualquier mercancía producida) respectivamente, se
transforma -mediante la intervención de un ARP- en una masa de mercancías
15
distribuidas en tres agregados similares, cada uno con una denominación de
precio de producción correspondiente (cf. [12], esp. pp. 49-52).
Para aclararlo, recapitulemos la única rama del cuadro 1.
En el ejemplo, el precio de producción de la mercancía correspondiente a 80c
+ 20v + 20s (nótese que cada agregado se denomina en SNLT), es de 92.
Según esta configuración, somos libres de estipular un precio de producción
de los "insumos", es decir, de los mismos componentes materiales (80c +
20v), multiplicados con lo que hemos llamado el "indicador de precio", una
relación cuantitativa específica de valor-precio, por ejemplo como 75cπ +
25vπ, o por ejemplo 78cπ + 25vπ, etc. Cualquier otro cambio se debe a una
modificación determinada y presupuesta del nivel del ARP.
Un punto decisivo, que contrasta con la crítica tradicional de El Capital III,
9, es que no es necesario conocer en el análisis ni la magnitud del agregado
X, ni la de sus subagregados. Lo importante es que sepamos que todas las
entidades X tienen alguna magnitud de valor definida, en el sentido de que es
en principio evidente que esta magnitud es una cantidad objetiva y dada. Una
vez hecha esta presuposición, podemos ilustrar el caso con cualquier entidad
numérica para SNLT que queramos emplear, manteniendo las proporciones
adecuadas en la tabla. Del mismo modo, podemos introducir otros numerales
para ilustrar una magnitud relativa de los agregados medida en precios de
producción. Lo importante es, de nuevo, que sabemos que las mercancías de
los agregados dados de X deben poseer una denominación de precio de
producción. Esto es bastante evidente, ya que estamos tratando una
transformación de agregados distintos del SNLT a agregados π, donde el
SNLT se distribuye en nuevas proporciones. Como hemos visto, lo que hace
Marx, está (al menos) en línea con estos presupuestos metodológicos.
Debe quedar suficientemente claro que dentro de tal esquema, no tiene
ningún sentido específico hacer análisis de equilibrios o desequilibrios antes
16
o después de una transformación. Técnicamente, la razón principal de esto
es la imposibilidad de calcular el contenido exacto de la SNLT dentro de un
agregado como X, entre otras cosas porque este agregado -como Marx
implica claramente- en el hecho real y empírico se encuentra con nosotros
como una constelación de precios de producción. Tampoco los críticos de
Marx han producido nunca una argumentación convincente que sustente la
necesidad de tal cálculo. En los volúmenes precedentes de El Capital, Marx
ha logrado mostrar que deben existir cantidades exactamente determinables
de valor (y SNLT) dentro de cualquier agregado en la economía capitalista.
En el volumen III, ha mostrado cómo estas cantidades pueden ser
consideradas como cantidades igualmente determinables de los precios de
producción.
El capítulo, sin embargo, está mal organizado. Aunque parece natural
referirse al carácter problemático del precio de coste donde ahora lo hemos
visto, Marx introduce de hecho el tema mucho antes, a saber, después de su
primera mención del STC ([1] , p. 169). Esta categoría la introduce por
analogía con las cinco ramas del montaje (es decir, tomadas como "ramas"
intrafirma), no mediante ningún cálculo basado en proporciones numéricas
en esas ramas. Este antecedente en la ilustración intrafirma lleva entonces a
Marx a señalar que su forma de presentación "parece contradecir... que los
elementos del capital productivo por regla general se compran en el mercado,
de modo que sus precios contienen una ganancia realizada... es decir, que el
precio de producción en una rama industrial pasa al precio de coste de otra"
([1] , p. 169).
Cualquiera que sea el lío contextual, esa frase obviamente no puede (como se
ha supuesto en la literatura) significar una autocrítica del propio uso de Marx
de las magnitudes de valor en el esquema. Tal punto de vista parecería
presuponer una ignorancia del contexto de la ilustración. Por el contrario, la
observación pretende subrayar la diferencia entre las relaciones dentro de una
empresa (como la utilizada en la ilustración) y las relaciones en el mercado.
Después de haber aclarado esto, Marx continúa diciendo que "si colocamos
la suma de los precios de coste de un país en un lado, y la suma de sus
ganancias o plusvalías en el otro, entonces está claro que la cuenta se hará
17
bien" ([1] , p. 169). En otras palabras: Piensa que los precios totales deben
ser iguales a los valores totales como algo natural.
Concretamente, argumenta presuponiendo que una mercancía dada tiene un
precio de coste en el que pueden entrar una serie de magnitudes de ganancia
con procedencia de los productos entregados por los productores de los
medios de producción cuyas mercancías se consumen en la producción de la
mercancía en cuestión, participando en la suma de su precio. La suma de estas
ganancias Marx la llama p. Continúa:
Si a este precio de coste se le añade una ganancia p1, la ganancia total
es P = p + p1. El precio de coste total de la mercancía, abstraído de
todas las partes del precio que representan la ganancia, es entonces su
propio precio de coste menos P. Si este precio de coste se llama k,
entonces evidentemente k + P = k + p + p1 ( [1] , p. 170).
Marx ejemplifica la dinámica en juego diciendo que es bastante claro que el
producto de un capital, llamado B, divergirá de su valor. Sorprendentemente,
dice que esto se debe a que la plusvalía realizada en B divergirá de la ganancia
añadida (a través del ARP) (cf. [1], p. 170). El lenguaje indica que Marx está
pensando en el capital individual B como un productor que ha pasado por
una competencia intrasectorial, y "realizó" una plusvalía que es media en la
rama (es decir, = s/C), relativamente a la mera magnitud del capital.
Marx añade entonces que la divergencia aludida entre el valor y el precio (de
producción) va no sólo para los productos de B, sino también para "las
mercancías que componen la parte constante del capital B, y [que] también
[componen] su parte variable, indirectamente, como los bienes de consumo
de los trabajadores" ([1] , p. 170).
El autor explica esto con cierto detalle, que, para nuestros fines, no es
necesario comentar. Lo anterior es suficiente para mostrar que Marx hace
precisamente algo que sus críticos más o menos ardientes afirman que no
hace: Describe lo que los críticos tratan como un "lado izquierdo" de la
18
ecuación, como productos que -en lo que respecta a su magnitud de precio-
están construidos por los precios de producción.
6. Una Visión General
Esta revisión de la estructura real del capítulo 9 ha sido necesaria por el hecho
de que las objeciones, tanto formales como reales, que se han hecho contra
el texto durante más de un siglo, han pasado por alto puntos centrales en un
grado notable. En consecuencia, es necesario hacer aquí algunas
observaciones sobre el error más importante, que ha sobredeterminado la
mayoría de los demás.
Se trata de la tesis de Bortkiewicz de que para Marx "el valor es simplemente
un índice de una relación de intercambio" [13]. Para él, esto implicaba que
una mercancía específica funciona como tal índice, y a esta mercancía la llama
[13] la "medida del valor y de los precios" ("Wert-und Preismass"),
suponiendo que es simultáneamente dinero y objeto de intercambio.
Ahora bien, esto lleva a Bortkiewicz a sostener que un cambio en el valor (o
precio) de una pieza determinada de este "índice" llevaría a cambios
(intrincados) en todo el espectro de precios relativos del sistema
socioeconómico. El modelo aquí era la tesis de Ricardo sobre la conexión
entre los salarios, los precios de las mercancías y la composición de los
capitales. Sin embargo, Bortkiewicz ignoraba que Marx identificaba el
concepto de dinero con el de circulación. Para Marx, un cambio en el precio
del material monetario no afectaría a los precios relativos. La razón es que el
valor de las mercancías se expresa necesariamente en el material de la
mercancía (dinero). El "precio relativo" de una mercancía no es, pues, más
que un peso físico imaginario del oro. En consecuencia, el punto de vista de
Ricardo de que se necesita un capital de composición media como base para
medir las barras de la economía, es obsoleto. El quid de la problemática fue
señalado por Marx en Teorías de la Plusvalía, al criticar la conocida tesis de
Ricardo según la cual ciertos movimientos de los precios de las mercancías
dependen de la composición del capital en la industria monetaria-mercantil
(cf. [14], p. 29):
19
...aquí tenemos que ver con la falsa presuposición de Ricardo de que el
dinero, en la medida en que sirve de medio de circulación, se
intercambia como mercancía contra mercancía. [Al contrario:] Las
mercancías se valoran en él antes de circular ([3], p. 198).
Además, al exponer su teoría de la circulación, Marx dice: "Es... bastante claro
que un cambio en el valor del oro no afecta en absoluto a su función como
patrón de precios" ([2], p.113). También señaló, en una nota a la segunda
edición del volumen I de El Capital
En los escritores ingleses la confusión entre medida de valor y norma
de precio ('standard of value') es indescriptible. Sus funciones, y por
tanto sus nombres, se intercambian constantemente ([2], p. 113).
El hecho de que esta teoría marxiana del dinero apenas haya sido descubierta
por ningún "marxista", es vergonzoso. La crítica en cuestión es pertinente no
sólo contra Bortkiewicz y los primeros seguidores como Sweezy (por no
hablar de la crítica marginalista a Marx), sino incluso contra la "nueva
solución" del llamado problema de la transformación, tal como la plantean,
por ejemplo, D. Foley, R. Wolf, B. Roberts y A. Callari, por no hablar del
tratamiento "temporalista" ("TSSI") de la cuestión en cuestión. (Cf. [6],
sección 6.)
De hecho, el problema en cuestión fue disuelto por Marx ya en 1859,
escribiendo en su Crítica que nada puede ser más erróneo que la idea de que
el oro y la mercancía dentro del proceso de circulación pasan a una
relación de trueque inmediato, de modo que su valor relativo se
muestra (ermittelt) a través de su intercambio como simples mercancías
([15], p. 72).
20
De ello se deduce que, en lo que respecta al "problema de la transformación"
en su sentido estricto, cualquier sistema de ecuaciones simultáneas es
irrelevante. Tales modelos se han introducido en la discusión porque se ha
tomado cualquier cambio en el precio del material de la mercancía dinero
para llevar a los cambios en todo el sistema de precios relativos. Sin embargo
(tomando el oro como el material en cuestión), un cambio en el precio de
una determinada pieza de oro como consecuencia de la transformación,
conducirá sólo a un nuevo nivel de precios totales, mientras que no habrá
ningún cambio en los precios relativos. Cualquier cambio en el número real
utilizado para denominar el precio de una determinada pieza de oro, no
conducirá más que a un cambio (nominal) en la denominación del universo
total de precios (el nivel general de precios).
Lo que se ha subrayado ahora en relación con la teoría del valor y del dinero
de Marx, se refiere a la razón por la que se puede considerar con seguridad
los insumos en su esquema de transformación como entidades dadas, que no
necesitan ningún recálculo a los precios. También explica, por supuesto, por
qué no hay duda de que la suma total de los precios es igual a la suma total
de los valores, y que la suma del valor añadido es igual a la suma de los
"precios añadidos" (lo que implica que el tan debatido problema de "las dos
totalidades" en la transformación es obsoleto).
Todo esto está estrechamente relacionado con lo dicho anteriormente sobre
la necesidad de que el valor de la mercancía se exprese inmediatamente en
otra mercancía, y por tanto en su material. El hecho de que el valor sólo cobre
vida en su opuesto, un valor de uso material, es la raíz del doble carácter de
todas las categorías "económicas" de Marx. Como hemos visto, esto a su vez
hace comprensible que Marx introduzca un modelo de ITC. Sin embargo,
como esto se hace sin ninguna razón claramente formulada, el lector se
encuentra de facto en una situación en la que habría sido apropiado pensar
en el "valor" simplemente como un "índice". Porque esta es la consecuencia,
por supuesto, cuando se utilizan ejemplos que no implican circulación, ni
dinero, como es el caso del ITC.
Sin embargo, la circulación está presente en el modelo STC. Aquí, el dinero
hace circular mercancías, y no hay estrictamente ninguna excusa para los
21
errores bortkiewiczianos. Lo que circula son mercancías como productos del
SNLT, y la circulación misma representa su transformación en productos con
precios de producción. Esto es descrito de forma bastante racional por Marx,
ya que sus tablas operan con los SNLT de los elementos de c y v. Estos son
elementos del precio de coste que existen físicamente al inicio del período de
producción. Su magnitud (de valor) es, por tanto, susceptible de ser
transferida al producto terminado por el aspecto concreto del nuevo SNLT-
trabajo que se les añade en el período. Esta magnitud, así como los cuerpos
físicos que la portan, deben estar siempre presentes en el producto después
de la transformación, y la forma en que se transfiere debe formar parte del
modelo explicativo; por lo tanto, también deben hacerlo las magnitudes
SNLT de los insumos originales.
Por otra parte, la comprensión de estas necesidades analíticas por parte del
lector puede verse fácilmente empañada por el hecho de que Marx -
aparentemente- aborda con mucha ligereza la cuestión del estatus del capital
variable. El punto de partida metodológico, a saber, la identificación del
valor y el precio de coste, lo describe (como hemos señalado anteriormente)
como una situación en la que "el precio de coste de una mercancía se
identifica con el valor de los medios de producción consumidos en su
producción" ([1], p. 174). Esto deja indebidamente de lado la parte de la
masa física que representa el capital variable, es decir, las contrapartidas
materiales de los precios/valores de la fuerza de trabajo; evidentemente es
sólo un desliz, pero ha llevado a la confusión.
Para ilustrar este punto, utilicemos una serie de filas (A, B y C) divididas en
partes idénticas de tiempo de trabajo. Cada parte representa 4 horas.
A representa el valor del producto de un determinado proceso de trabajo
capitalista. El contraste (color) indica el trabajo concreto. Así, se trata de un
producto de 12 horas de trabajo. En principio, podría ilustrar dicho producto
incluso de un proceso no capitalista.
22
Si observamos este mismo producto únicamente en relación con su existencia
como resultado de un proceso capitalista de valorización, obtenemos:
La tasa de plusvalía es = 1. La jornada laboral es de 8 horas. En el período
anterior de producción se produce una cantidad correspondiente a 4 horas
de valor, es decir, consiste en el antiguo valor transferido de los medios de
producción -maquinaria y materias primas-. Mientras el producto se vea sólo
bajo el aspecto del valor, la v + s puede representar únicamente el trabajo
abstracto. Esos símbolos están ahí no porque representen b + c (que, por
cierto, lo hacen), un trabajo concreto, sino porque este trabajo concreto es
también trabajo abstracto. Por otro lado, c está presente únicamente porque
representa a; como magnitud de valor, está ahí únicamente porque ha sido
transferida por cuatro horas de trabajo concreto. En términos ajustados a las
relaciones capitalistas y a la terminología de Marx, c + v + s representa el
"valor del producto" del proceso, mientras que v + s representa el "producto
de valor".
Veamos ahora una tercera cifra:
En B, el capital variable está presente únicamente como una magnitud de
valores. Pero en C, tanto la parte c como la parte v se consideran como
trabajo concreto. Esto se hace sólo para denotar una situación en la que el
capitalista ha pagado por mercancías que están realmente presentes.
Reconocemos la estructura del precio de coste: c representa el desembolso
por los medios de producción, pero estos medios también están
concretamente en acción como entidades materiales; v representa el capital
variable, pero también la fuerza de trabajo realmente presente.
23
Visto desde el punto de vista de C, s parece ser el único valor nuevo presente,
y en consecuencia susceptible de ser atribuido a todo el resto del capital
indiscriminadamente. De hecho, así es como surge la categoría de la "tasa de
ganancia". Un factor genético importante es que, si bien el salario en el
capitalismo se paga necesariamente a posteriori (porque el trabajador no
posee ningún medio de producción y, en consecuencia, está obligado a dar
crédito al capitalista, que por su parte no tiene por qué disponer de ningún
medio de pago antes de que se realice la venta), el procesamiento continuo
de la producción hace que parezca que el trabajo también podría pagarse por
adelantado. Después del primer período de producción de un capital
determinado, la forma salarial se reproduce constantemente una y otra vez.
En el primer capítulo del volumen, Marx señala que "[l]a investigación
mostrará... que en la economía capitalista, el precio de coste adquiere el falso
espectáculo de ser una categoría de producción de valor en sí misma" ([1] , p.
37). Este es el caso que nos ocupa. Sin embargo, la situación real se recoge
en el punto B anterior: El nuevo valor es siempre la magnitud v + s. Lo que
aparece como nuevo valor, sin embargo, es sólo s. En esa forma, se acepta
bajo la apariencia de un ARP. (Véase el desarrollo en el cuadro 2). El capital
variable que figura en el precio de coste es el salario del período de
producción anterior.9
Por lo tanto, parece pertenecer a las debilidades del capítulo el hecho de que
esté compuesto como si el propio Marx olvidara aquí y allá la verdadera
conexión interna. En cualquier caso, su exposición debería haber sido
enmendada por algunas referencias al primer capítulo del volumen,
especialmente a su propio argumento en el sentido de que el capital variable
no puede entrar en la construcción del nuevo valor (cf. [1] , p. 38).
9 Las ilustraciones (A, B, C) utilizadas en este apartado inciden especialmente en los problemas relacionados con el hecho de que las formas de existencia del capital variable son aparentemente contradictorias en su interior. Para evitar malentendidos, hay que añadir que este autor encuentra probable que algún conjunto de ecuaciones simultáneas sea muy útil a la hora de presentar la reproducción social del capital de forma que se aclaren los movimientos propios del capital variable. Está claro, sin embargo, que tales ecuaciones deberían integrarse en un análisis insumo-producto que no implique la necesidad de presentar el producto de cualquier rama igual a 1, algo que, como se ha insinuado más arriba, significaría un malentendido de la teoría marxiana del dinero. En consecuencia, el conjunto de ecuaciones escaparía a los problemas que tradicionalmente llevan a los constructores de modelos a postular una variable exógena
24
Siguiendo con C, parece que la ARP es la verdadera forma que une las
diferentes ramas. Marx dice del capitalista que "sus precios de coste son
específicos. La ganancia añadida a este precio de coste es independiente de
su rama específica de producción" ([1], p. 169). El ARP es, por así decirlo, el
representante del trabajo verdaderamente abstracto, la abstracción hecha del
SNLT de las ramas. Simultáneamente, lleva consigo la naturaleza del dinero,
ya que su existencia implica una circulación y, por tanto, un "intercambio"
entre ramas. Por supuesto, esta forma de pensar pertenece a la imaginación,
pero, sin embargo, la ilustración es bastante adecuada, siempre y cuando no
se olvide que el trabajo abstracto siempre está ahí, ya que, como hemos visto,
los precios de producción pueden participar en la "formación de precios" de
otras mercancías (cf. [1], p. 174). Sin olvidar que, evidentemente, ¡fue una
intención primordial de Marx señalar este hecho!
7. Conclusión
La mayor parte del debate sobre el argumento de Marx relativo a la
transformación de los valores en precios tiene, en mayor o menor medida,
un trasfondo en el carácter provisional del noveno capítulo del volumen III.
Siendo así, se debe presentar un informe de las oscuridades y ambigüedades
que están presentes antes de cualquier crítica material de su contenido.
Espero que este artículo haya dejado razonablemente claro que los problemas
expositivos del capítulo son de carácter formal. No es improbable que si Marx
se hubiera esforzado más en hacer un capítulo legible, cualquier crítica
bortkiewiczeana habría sido refutada por los conocedores profesionales en
una fecha temprana.
El capítulo, tal como está en la construcción de Engels a partir de los textos
originales de Marx, contiene un par de casos de uso resbaladizo de términos
(sobre la realización de los valores de la mercancía, y sobre la naturaleza de
los elementos del precio de coste) que Marx debería haber eliminado como
notoriamente falsos.
Además, va para el texto en general que la conexión entre los párrafos no es
muy clara. Asimismo, algunos conceptos, como el de "rama"
25
(Produktionssphäre) siguen siendo ambiguos. Sin embargo, todo esto no
supone gran cosa. Y lo que es más importante, los modelos ilustrativos de
Marx no se mantienen adecuadamente separados unos de otros, lo que invita
a la confusión. No obstante, se puede reconocer un orden general: Concedido
el doble punto de partida, el texto nos da una exposición de "dos pasos en
uno": el modelo ITC se emplea para demostrar la necesidad de contabilizar
los precios de coste como valores, mientras que el modelo STC, más
"realista", se utiliza para mostrar la estructura real de la superficie de la
economía y la aparición de los precios de coste como (y construidos a través
de) los precios de producción. Con todo, incluso en este sentido, Marx se
ajusta a la promesa que hace en la introducción del primer capítulo:
Las formas concretas (Gestaltungen) del capital, tal y como se desarrollan
en este libro, se cierran consecuentemente paso a paso sobre la forma
en que se presentan en la superficie de la sociedad, en la acción de los
capitales entre sí, en la competencia y en la conciencia común de los
propios agentes de la producción ([1], p. 33).
Sin embargo, es difícil evitar la conclusión de que la falta de claridad existente
ha servido de excusa para una lectura insatisfactoria del capítulo 9, así como
para una crítica que no es del todo justa. La teoría básica de Marx sobre el
doble carácter de las categorías, especialmente de la composición orgánica
del capital, no ha sido aprehendida en absoluto. Además, esto último ha
llevado a los críticos a intentar justificar precisamente la teoría de la
formación de los precios, que era el objeto principal de la propia crítica de
Marx. Tales intentos parecen haber sido incluso la fuerza motriz de la crítica
inspirada por Bortkiewicz. Tal vez se haya pasado por alto que,
desgraciadamente, la "superficie de la sociedad" nos invita a la superficialidad.
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[25] Loranger, J.-G. (2011) The Value of the US Dollar in the Current
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[26] Yaffe, D. (1975) Værdi og pris i Marx’ Kapital. Modtryk, Århus. (Original
n.d.)
[27] Sandemose, J. (1976) Ricardo, Marx og Sraffa. Rhodos, Gyldendal, Bo
Cavefors, Copen- hagen, Oslo, Lund.
29
Apéndice: Los destinos de los artículos Habent sua fata epistolae. El texto publicado más arriba ha sido, por así decirlo,
utilizado en experimentos por el autor. Ha sido enviado, en versiones con
pequeñas variaciones, a varias aspirantes a revistas científicas como tela de
ensayo, y en su mayor parte ha sido rechazado por motivos que he
encontrado muy claramente relacionados con la falta de conocimiento del
corpus marxiano, y en concreto de la teoría del valor, la medida del valor y la
norma de los precios de Marx. Han sucedido cosas que han tenido un carácter
que merece la atención de la ética en los círculos académicos; me parece que
también apuntan muy directamente a una crisis potencial en la teorización
elemental sobre la economía, y en la teoría de la ciencia social en general.
Dos de los casos que tengo en mente son, sin embargo, de un tipo especial y
menos grave. En un caso, una revista de acceso abierto aceptó el artículo,
basándose en dos reseñas positivas, de las cuales una añadió que se podían
hacer algunas objeciones. Pedí esas objeciones, y como no aparecieron, decidí
no publicar. En el otro caso, uno de los revisores de History of Political Economy
(HOPE) dio un voto de rechazo ya que pensaba que no había ningún
elemento de historia de la ciencia en el texto. Esto simplemente me
sorprendió, ya que obviamente había pasado por alto la discusión de facto
dentro de la economía clásica británica desde Petty sobre el estatus y el papel
del material dorado. Curiosamente, otro incidente "menos grave" estuvo
relacionado precisamente con la HOPE, cuando esta revista publicó un
artículo de Øyvind Horverak, "Marx's View of Competition and Price
Determination" ([16]).10 Aquí, el autor respaldó expresamente mi punto de
vista sobre el "problema de la transformación", pero, sin embargo, se las
arregló para informar de mi argumento como si significara que el oro "podrá
funcionar como una medida de precios en la medida en que todas las demás
mercancías se midan con respecto a su valor, es decir, con respecto a
diferentes cantidades, de la mercancía" ([16], p. 286). Evidentemente, esto no
tiene sentido. "Medida del precio" es una categoría de facto no utilizada por
Marx.11 Además, ¡el "valor" no es la única forma de relación cuantitativa de
10 El artículo de Horverak [16] se reproduce en [17], es decir, en la edición de John Cunningham Wood Karl Marx's Economics: Critical Assessments I, Routledge 1996, pp. 106-128. 11 Para una visión general de las apariciones reales de dicho término en el corpus marxiano, véase [18], p. 54-55, nota.
30
una mercancía! Aun así, el punto principal es, por supuesto, que las
mercancías no se miden con respecto al valor del oro, sino con respecto al
material del oro, es decir, su valor de uso, expresado en unidades de peso (cf.
también [19], p. 228). La confusión de estas determinaciones es, por
supuesto, el rasgo fundamental y dominante de toda lectura burguesa
("ortodoxa" o "heterodoxa") de la teoría económica de Karl Marx.
Se puede encontrar al menos otro rasgo general que marca la estructura del
debate sobre la "transformación", rebajando su nivel de seriedad. Se trata de
la tendencia a utilizar el propio prejuicio que constituye el núcleo de la
discusión, convirtiéndolo en un argumento para su aceptación. Muchas veces
me he encontrado con la objeción de que los revisores simplemente no han
sido capaces de encontrar los términos de medida que el autor (yo mismo)
encuentra factibles de utilizar para caracterizar los "ejemplos de
transformación" con los que opera Marx; o para citar directamente a un
árbitro anónimo en 2014:
No he podido encontrar una formulación clara de la posición del autor
respecto a la cuestión de las unidades de medida que emplea Marx en
el ejemplo comentado.
Ahora bien, dado que una parte sustancial del artículo está dedicada a señalar
el significado de las dos únicas categorías utilizadas por Marx a ese respecto,
a saber, "medida del valor" y "numéraire" o "patrón de precios", es evidente
que hay algo sin sentido en tal pasaje. Su ocurrencia debe atribuirse al hecho
de que a raíz de la discusión entre los escritores marxistas, ha aparecido una
mayoría abrumadora para la aceptación de los puntos de vista de Bortkiewicz.
Como consecuencia, se han formado -más o menos inconscientemente- un
montón de nuevas expresiones auxiliares, de las cuales muchas, con el paso
del tiempo, han sido aceptadas como tan necesarias como la propia
modificación bortkiewicziana. La verdad es que más bien pueden merecer la
exclusión del campo de la ciencia.
La más frecuente de estas expresiones es, presumiblemente, "el precio del
dinero" de una mercancía. En el corpus marxiano, el precio del dinero sólo
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puede significar una cosa, a saber, el precio de un determinado volumen físico
(au fond, peso) de una mercancía que funciona como material monetario
inmediato. En otras aplicaciones, es simplemente confuso, ya que el precio
de una mercancía en Marx es su valor expresado en el material monetario.12
Otro término es "MELT (expresión monetaria del tiempo de trabajo)", una
expresión que no es en sí misma irracional (incluso es utilizada por Marx en
una ocasión), que, sin embargo, se utiliza erróneamente en el debate como
sustituto de la medida del valor, hasta el punto de que los autores ignoran
activamente el contenido de esta última expresión en la obra de Marx.
Ejemplos similares se encuentran en las construcciones de conceptos
auxiliares más complejos, como la insistencia, mencionada anteriormente, de
que cuando Marx, en el capítulo 9, está dando al lector una imagen de un
capital con un COC medio, está de facto involucrado en un experimento de
pensamiento relacionado con la Mercancía Estándar Sraffiana. El autor que
con más ahínco ha presentado tales puntos de vista, que -huelga decir-
carecen de todo apoyo textual en Marx, es probablemente Alejandro Ramos
([20]). En su artículo en cuestión, Ramos también fue aclamado por haber
supuestamente rastreado cierto texto marxiano "omitido" por Engels,
creando la impresión de que Engels había pasado por alto que la obra
contenía una formulación marxiana excepcionalmente clara de los conceptos
de coste-precio y valor. Esta afirmación, que pretende construir la opinión
de que Marx en el texto se esforzaba continuamente por superar una
dificultad relativa a la medida del valor, es eclatinamente errónea, ya que esa
formulación precisa está a disposición de cualquier lector del tercer volumen
de El Capital, y lo ha estado desde la edición de Engels en 1894 (Cf. también
[9], p. 56, nota 6). Sin embargo, los comentaristas siguen utilizando hasta hoy
las "conclusiones" de Ramos, confundiendo persistentemente las premisas
del debate.13
12 En una conexión polémica como ésta, podría mencionar que, hace algún tiempo, cuando se me pidió que actuara como árbitro para la edición de un libro, aclaré que la única razón que tenía para rechazar la sinopsis, era que el autor utilizaba la expresión en cuestión sin explicarla. El editor, muy activo en el campo, no me permitió un intercambio con el autor, que podría haber aclarado su significado. 13 Para ver las pruebas de puntos de vista similares e insostenibles que sostienen, entre otros, Patrick Murray, Fred Moseley, Gert Reuten, Riccardo Bellofiore y C. J. Arthur, véase [21].
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En realidad, y como se desprende de mi artículo, no hay ninguna razón para
pensar que Engels se haya comportado de manera especialmente "parcial"
durante la redacción de las partes del manuscrito marxiano que aquí interesa.
La mayoría de las acusaciones contra él tienen su origen en fantasías sobre
qué tipo de texto habría sido factible si Marx hubiera adoptado una teoría
ricardiana de los valores y los precios.
Un caso interesante es una discusión que tuve una vez con Jean-Guy
Loranger, a raíz de su "revisión por pares" de mi artículo "The
'Transformation Problem': Wage Form, Numéraire, and Value Transfer" [9].
Este intercambio se publicó en las páginas siguientes a dicho artículo, e
incluyó mi respuesta ([22]) a Loranger (cf. [23]).
Los puntos de vista de Loranger fueron reiterados por él en [23] y [25], sin
que se mencionara mi respuesta.
En [23] Loranger trató de ampliar algunos puntos de su "Comentario" ([21]).
Él va a
Demostrar que el numéraire walrasiano es idéntico al numéraire marxiano
-esto parece elemental, pero muchos economistas lo objetarían.
Y aquí, Loranger añade una nota, que dice: "Véase, por ejemplo, Sandemose
2004 y mi comentario (Loranger 2004)".
Ahora bien, en lo que respecta a los escritos distintivos sobre este núcleo del
"problema de la transformación", no conozco a nadie más que a mí
(excepción parcial: véase [26] más adelante) que haya retomado el punto en
cuestión, y me parece llamativo que Loranger no ofrezca más nombres.14
14 La crítica a Bortkiewicz y Sweezy la lancé en un seminario organizado por Jon Elster en la Universidad de Oslo en 1971, impreso en el libro mencionado en [18]. Puntos de vista similares fueron elaborados por David Yaffe ca. 1974 (cf. [26], y mi nota en [27], p. 23.) Para ilustrar la situación general en los debates sobre los conceptos marxianos avanzados, cabe señalar que Fred Moseley (cf. nota 11, arriba) se dirigió una vez a mí en relación con las citas de Marx sobre el numéraire y la medida del valor. Tras indicarle los fragmentos de texto pertinentes, me preguntó si los había encontrado yo solo y si había hecho la combinación pertinente "por mi cuenta". Le di la información necesaria, incluyendo por supuesto que Yaffe había hecho los mismos puntos.
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Tanto más cuanto que repite sus argumentos en la publicación de 2011, en
cuyo texto se refiere a "Loranger 2004", sin mencionar ese artículo (ni el mío,
por cierto) en su bibliografía.
En cuanto al argumento que Loranger trata de exponer, es sencillamente
insostenible, ya que sólo consiste en encontrar un símbolo para el "oro" ("G")
y dejarlo entrar en el conjunto de ecuaciones de las mercancías sin ninguna
explicación de cómo cualquier valor de uso material puede ocupar un lugar
en ese sistema sin tener precio. La existencia de precios es lo que combina las
mercancías en el sistema, pero una mercancía, en su función de medida de
valor, no posee un precio, funcionando sólo a través de su material físico.
Tales argumentos fueron señalados ya en mi comentario [22].
Ahora, en cuanto a los rechazos de mi artículo, se han encontrado algunos
medios escalofriantes. Uno de los peores casos individuales fue generado por
un revisor de una respetada revista norteamericana, que criticó al autor (yo
mismo) por desconocer la existencia del pasaje de ([1], p. 174) relativo a la
tesis de Marx sobre la "posibilidad de un error" en las identificaciones entre
sumas específicas de precios y de valores. Como mi texto relativo a ese
comentario era idéntico al que aparece aquí arriba (sección 5), por supuesto
hice una protesta al editor, un "profesor titular" de economía. Me respondió
con un comentario en el sentido de que tenía que respetar las críticas
presentadas por colegas de buena fe. No recibí ninguna explicación sobre
cómo se podía suponer que un revisor con esos modales fuera de buena fe.
Lo que más me entristece es que la parodia teórica es la norma y no la
excepción en los debates sobre el material relacionado con el tema de la
"transformación". En general, debería estar claro que la visión de
Bortkiewicz-Sweezy de la teoría de Marx está, con una claridad indiscutible,
construida sobre un malentendido fundamental de Marx y, además, sobre una
ruptura con la lógica elemental.
Inmediatamente después, en la página web de Moseley apareció un apoyo a "David Yaffe". Además, Moseley ha sostenido desde entonces que Yaffe practica el mismo método que él. Que un intérprete erudito como Yaffe haya aceptado las opiniones de Moseley sobre el "problema de la transformación", suena absurdo. El caso debería servir de recordatorio para que los editores y las editoriales controlen sus rutinas relativas a la garantía de calidad en lo que respecta a la economía marxiana.
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Está claro que incluso la ciencia burguesa puede reunir críticas avanzadas
sobre fallos lógicos e incoherencias metodológicas. Si, por ejemplo, un autor
propusiera un artículo sobre las categorías del entendimiento de Immanuel
Kant, junto con la afirmación de que no tienen correlación con la forma
temporal de una capacidad de intuición, entonces cualquier árbitro estaría
justificado en calificar el texto de basura. Pero cuando se trata de un texto
cuyo contenido tiene innegablemente repercusiones revolucionarias más
directas, las cosas cambian. En el mundo académico prevalece la tendencia a
negar el contenido real de una teoría de este tipo, incluso si la negación es
llamativamente absurda, y especialmente si no sólo se trata de antipatías
políticas, sino incluso de la posibilidad de que un determinado tipo de
contabilidad implique realmente ciertos presupuestos políticos, lo cual es
bastante fácil de sustanciar en el caso de la "transformación". Hoy en día, el
numéraire y el sistema de ecuaciones simultáneas walrasianos son,
aparentemente, las piedras angulares de lo que se llama "ciencia" económica.
Los pusilánimes pueden incluso pensar que la legitimidad de toda su
profesión está en juego si se eliminan estos "pilares".
La forma autocontradictoria del argumento utilizado por el editor de buena
fe mencionado se corresponde, de forma bastante típica, con la
autocontradicción del formalismo inherente a los modelos económicos que
deberían criticarse aquí. Es como "explicar" una realidad dada a través de
nada más que la existencia de esa misma realidad. El criticismo Bortkiewicz-
Sweezy de Marx, e incluso la confusión de Ricardo con sus lectores en "Sobre
el valor", no explican ni pueden explicar qué es el "valor" o el "precio"; ni
son compatibles con ninguna explicación racional de tales temas. Sólo
representan demostraciones chillonas de la conveniencia de difundir la
explicación marxiana de los mismos.
Sin embargo, como puede determinarse fácilmente, los pensadores burgueses
"heterodoxos" se erigen hoy en representantes de la teoría marxista
propiamente dicha, a los ojos de los lectores, las multitudes y las masas. Así,
los marxistas (sean quienes sean -usted mismo, su servidor, u otros que
albergan el deseo de encontrar una base científica para la actividad
revolucionaria-) se enfrentan a enormes dificultades para ser escuchados, por
lo que no es de extrañar que las imágenes más vívidas y sugestivas de su
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situación se encuentren en sus experiencias con editoriales que ni siquiera se
retraen de llamarse "marxistas".
Un ejemplo, en resumen: El artículo anterior fue presentado el año pasado a
una conocida revista inglesa "revisada por pares" que se centra en puntos de
vista "marxistas". Fue aceptado por varios árbitros, pero luego fue rechazado
por el editor por (entre otras cosas) "no ir nunca al grano". Una discusión
posterior con el editor le llevó a proponer que debatiéramos la cuestión
relativa a los conceptos económicos fundamentales de Marx en un
intercambio de correos electrónicos. Le proporcioné todo lo que me pidió
que le presentara: definiciones de intercambio frente a circulación, trabajo
abstracto y otros términos y cosas. Muy pronto, el buen editor simplemente
se retiró de toda la aventura, explicando que mi "comportamiento" era
inadecuado. Ese comportamiento se tradujo en una explicación amistosa de
mi punto de vista sobre las definiciones básicas.
Ahora bien, hay leyes no escritas que prohíben reprimir reacciones como las
que he expuesto en este apéndice. Pero ese mismo hecho, por muy justificada
que esté su existencia, también puede operar como tapadera de
comportamientos injustificables. De hecho, sería extraño que no fuera un
problema de ciertas dimensiones. ¿Quizás el uso del sistema de acceso
abierto, situándose en cierta oposición a los valores tradicionales del
"periodismo", podría aportarnos algo bueno aquí? ¿Quizás podría incitarnos
a no redactar nuestros informes de arbitraje con mayor negligencia que la que
nos atreveríamos a presentar en nuestras epístolas?
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