Principios que rigen la reforma de
salud
“Para preservar la salud, es necesaria la temperancia en todas las cosas- temperancia en el trabajo, temperancia en el comer
y en el beber. Nuestro Padre celestial envió la luz de la reforma de la salud para preservar de los malos resultados de un apetito degradado, para que los que aman la pureza y la santidad puedan saber cómo usar con discreción las buenas
cosas que él ha provisto para ellos, y para que ejerciendo temperancia en la vida cotidiana, puedan ser santificados por
medio de la verdad”. (La Temperancia, pág. 125).
Cómo entender los escritos de Ellen G.
White • Después de tres visiones, la escritora dejó casi 3.000
páginas sobre el asunto de la salud. El libro La Ciencia del Bueno Vivir es la primera obra. Los demás libros son compilaciones de sus escritos,
textos y cartas – muchas veces de carácter personal.
Por eso, atención: Esté atento al contexto de la época y la circunstancia en la que fueron escritos para no
generar malos entendidos.
• Podemos clasificar los escritos de Ellen White sobre salud en tres estilos de instrucción:
1. Instrucciones que presentan un ideal – aquello que es más positivo, más restringido, más deseable;
2. Instrucciones que reconocen las excepciones – lo mejor que la persona puede hacer en algunas circunstancias;
3. Declaraciones que parecen ser un resumen o conclusión de la materia. El principio que está involucrado en ese asunto.
Falsos principios de reforma
El cambio del estilo en la alimentación, no puede
ser considerado el único aspecto de la reforma de
salud. Es necesario considerar el todo. Dormir
suficiente, beber la cantidad necesaria de agua,
hacer actividades físicas, son tan importantes
como el cambio de alimentación.
Pensamientos equivocados sobre el cambio
alimenticio
– Cambiar de una alimentación rica a una
alimentación pobre.
– Cambiar de una alimentación pobre a una
alimentación cara.
– Cambiar de una alimentación sabrosa a una
alimentación sin sabor, sin sal y mal preparada.
• Una alimentación saludable debe ser muy sabrosa. Por más saludable que sea, si es
desagradable a los ojos y al paladar, no es apropiada para comer.
“Es un deber religioso que las personas que cocinan sepan preparar alimentos saludables en
una forma variada para que sean sabrosos y saludables (Christian Temperance and Bible Hygiene,
págs. 48, 49).”(Conducción del Niño, pág. 349)
La dieta orientada por Dios a su pueblo, es una
dieta lacto-ovo-vegetariana; simple, equilibrada
y balanceada.
¿Qué es una dieta ovo-lacto-vegetariana? La
persona que sigue esa forma de alimentación
hace uso de la leche y sus derivados. Permite
también el uso de huevos y se abstiene de carnes.
Cuidado con los modismos
Dios no recomendó la dieta vegetariana estricta,
ni macrobiótica o naturista. No prohíbe el
gluten, excepto en caso de enfermedades que
restrinjan su uso. No prohíbe los
carbohidratos o cualquier elemento
nutricionalmente importante.
Uno de los mayores errores de las personas y lo mismo
de aquellos que siguen la reforma de salud, es comer
en exceso y comer entre horarios.
Los consejos de Ellen G. White son fuertes en cuanto a
este aspecto:
“Los hábitos erróneos en el comer y beber conducen a
yerros en el pensamiento y la acción”. (Consejos sobre
el Régimen Alimenticio, pág. 73)
Atención a las falsas enseñanzas e ideas equivocadas que no se encuentran ni en los escritos de Ellen G. White ni en la Ciencia de la Nutrición.
• Solamente integrales
La creencia de que debemos ingerir solamente alimentos integrales o crudos, es un error. Cada comida debe tener una
cantidad apropiada de fibras, pero, el exceso de ellas perjudica la absorción de los nutrientes y causa
enfermedades.
Información: Adopte un cereal integral en cada comida, como por ejemplo, pan integral, avena, maíz, arroz, trigo etc. Esos, juntamente con frutas y ensaladas crudas, proporcionarán una alimentación saludable y una cantidad apropiada de fibras.
Mucha soja
Realmente, la soja es un excelente alimento, pero debe ser utilizada con moderación, pues su uso en exceso puede
traer descalcificación ósea en adultos, raquitismo en niños y otros trastornos nutricionales.
Cuidado mujeres! Los fitoestrógenos (hormonas femeninas) de la soja tienen bajo poder hormonal, e incluso, pueden
predisponer al cáncer en mujeres después en la menopausia al ser utilizados en exceso o concentrados.
Combinación de alimentos
No es fácil establecer una regla fija para regular los hábitos
de cada uno, pues no todos pueden comer las mismas
cosas. Como regla general, tenemos la siguiente
declaración:
“No tengáis una gran variedad en la misma comida. Tres o
cuatro platos son suficientes”. (Ibíd., pág. 130)
Azúcar
No se obtiene ningún beneficio con evitar alimentos carnívoros, y por otro lado, usar azúcar libremente. También es necesario cuidarse
con el uso excesivo de miel, azúcar negra, melaza, chancaca.
Los consejos de la Biblia, de Ellen G. White y de la Ciencia, son que su uso debe ser muy moderado.
– “Comer mucha miel no es bueno...” (Prov. las 25:27).
“El uso liberal de azúcar en cualquier forma tiende a congestionar el organismo”. (Ibíd., pág. 152).
Azúcar y leche
Grandes cantidades de leche y azúcar ingeridos juntos son prejudiciales a la salud.
Ejemplos: budines, helados, dulces de leche, leche condensada, chocolates, etc.
Un consejo a los padres: Niños que los ingieren con frecuencia, acaban perdiendo el gusto por alimentos más
simple y saludables. Sin embargo, los alimentos que contienen poca azúcar y poca leche serían aceptables si
son usados con moderación.
Pueden ser usados dulcificantes para dejar el alimento más sabroso. Pero siempre que sea posible, dé preferencia a
los alimentos en su condición natural.
La palabra ideal es la moderación. Ellen White escribió:
“Siempre hemos usado un poco de leche y un poco de azúcar. Nunca hemos denunciado tal cosa, ora sea en
nuestros escritos o en nuestra predicación.”. (Ibíd., pág. 393)
Leche y Huevos
Deben ser usados con cautela. Actualmente, los animales están muy enfermos; además sus criadores
les aplican abusivamente drogas, antibióticos y hormonas, que pasan al ser humano especialmente a través del consumo de la carne, pero también por la
leche y los huevos.
Consejo: Hierva bien la leche, sáquele la crema (use leche desnatada), busque si es posible, saber el
origen de los huevos y al mismo tiempo, aprenda a sustituirlos progresivamente.
Postres
Úselo solamente en ocasiones especiales. Dé
preferencia a las frutas como postre.
“Los postres que se consumen en forma de
natillas o flanes pueden hacer más daño que
bien. La fruta, si se dispone de ella, es el
mejor artículo de consumo”. (Ibíd., pág. 396).
Líquido en las comidas
El uso de bebidas y refrescos, desacelera el proceso de digestión del alimento. De preferencia, no tome antes para no diluir
los jugos digestivos; ni después, para no paralizar la digestión.
Sin embargo, en regiones muy calurosas, la necesidad de agua puede ser mayor. Por lo tanto, no use más de un vaso de
líquido en las comidas y sólo cuando sea necesario.
Las bebidas más recomendadas son el agua pura o aquellas elaboradas con frutas.
Si es necesario, ingiéralas poco durante la comida. Jamás las use para empujar el alimento.
Vegetarianismo
Cada día crece el número de personas que optan por eliminar la carne del menú. Sin embargo, es necesario prestar atención a la dieta para garantizar la cantidad y también la calidad de los nutrientes que el cuerpo
necesita.
“Entre los que esperan la venida del Señor, el comer carne finalmente se abandonará; la carne dejará de ser parte de su alimentación. Siempre debiéramos tener
eso en vista y esforzarnos para trabajar constantemente hacia ese fin”. (Ibíd., pág. 359,360)
En regiones muy necesitadas, Ellen White orienta
que la reforma alimenticia no debe ser
presentada con mucho rigor, pues eso causaría
más mal que bien. Aquellos, sin embargo que
pueden tener alimentos saludables y nutritivos,
deben empeñarse en ese cambio.
“Mientras predico el Evangelio a los pobres, se me
ha instruido a decirles que coman lo que es más
nutritivo”. (Ibíd., pág. 242).
¿Cómo cambiar?
“Los cambios deben hacerse con mucho
cuidado; y debemos obrar cautelosa y
sabiamente”. (Ibíd., pág. 393)
“Los cambios no deben hacerse abruptamente”. (Ibíd., pág.340).
¿Entonces, por dónde comenzar?
Corrija los principales errores alimenticios y controle el exceso de trabajo. “Los que comen y trabajan
intemperantemente e irracionalmente, hablan y actúan irracionalmente” (La Temperancia, pág. 122).
Inicie o retome un programa de ejercicios físicos. La falta de ejercicios puede ser tan peligrosa para el corazón
como fumar una cantidad de cigarrillos por día (Federación Mundial del Corazón – New Scientist,
25/09/2002).
• Elimine las drogas que afectan la mente. En caso que
use alguna (alcohol, cafeína y otras) busque, por la
gracia de Dios, modificar ese hábito que afecta
sutilmente la salud física y el crecimiento espiritual.
En lugar de ellas, use bebidas saludables.
Observación: Si es necesario, busque un médico para
orientar ese cambio. Algunas veces, ese hábito
esconde un trastorno en la esfera psicoemocional
que necesita de un tratamiento especializado
RECUERDE:
• La reforma de salud necesita comenzar por
dentro. Cambie primero su corazón. El plan de
iniciar por lo exterior, ha fallado y fallará
siempre.
• No permita que ese asunto traiga desunión o
discordia. Cada uno tiene su propio tiempo para
oír la voz de Dios y disponerse a cambiar.
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