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    Revista Humor: Reportaje a Atahualpa Yupanqui

    Entrevista de Mona Moncalvillo. Publicada en Revista Humor Nmero 69. Octubre 1981

    Voz sin estridencias la de Atahualpa YupanquiLa voz del cantor que lleva ms de medio siglo convirtiendo en poesa universal sus vivencias personales. Los foquitosluminosos de sus zambas, de sus chacareras, de sus vidalas, los pequeos personajes perdidos en las pampas, con sus miserias y virtudes a cuestas, forman una especie de constelacin del sentir de nuestra tierra, y, sin embargo, de todas las tierras. Al amparo de un Cosmos que camina conmigoEl tono intimista, casi de entrecasa, del reportaje, fue una consecuencia lgica de mi propia raz campesina. No pude, no quise, evitar que la voz de Atahualpa se convirtiera en mi voz. Es que sus relatos, sus ancdotas, sacudan los rincones de mimente, precipitando pantallazos de escenas y recuerdos que crea olvidados. El inesperado revivir de mi infancia pampeana, cuando ingenuamente crea que la vida noera ms que un campo grande, con arroyos frescos, rboles genero sos y animales quehasta tenan nombre, surga de la palabra calma y honda de Atahualpa.

    Por eso el cantor conmueve a millones, porque dice lo que todos quisieran decir. Amo la luz, y el ro, y el silencio, y la estrellaEso es Atahualpa, la vodel ms abuelo de los abuelos; la voz, imposible de silenciar, del abuelo de todos,de Juan Pueblo, para decirlo con sus palabras. Es la voz que no calla, que ante e

    l ruido sin eco de los que creen que la vida empez con ellos, contina inmutable, defendiendo un estilo de vida, una identidad ancestral. A lo mejor por eso, por haber encontrado la verdad de un camino y haberlo recorrido con la tenaz dignidaddel creyente, Atahualpa hace doce aos que se vio obligado a marcharse y a cantaren el marco de fronteras extraas. A lo mejor por eso, temas como El arriero, Elalazn, Coplas del payador perseguido, La olvidada, Luna tucumana, se escuchan muyde tanto en tanto en nuestras radios. Pero el canto de los pueblos es como el viento, va y viene, filtrndose aun entre los muros ms espesos porque tiene clavadaslas races en el tiempo insondable del origen del Hombre. Y florezco en guitarrasporque fui la madera.

    Qu representa usted para la msica argentina?Soy un simple soldado ras, al servicio de la cultura popular. No tengo ninguna jerarqua; una cosa es que me la adjudiquen y otra lo que yo entiendo que es la jerarqua. Tengo serios compromisos con la cultura nacional los he tenido siempre, y healcanzado alguna vez ms conciencia y estar ms esclare-cido, pero de esto hace muchos aos. Podra decir que toda mi vi-da, y soy casi Centenario.Bueno, recin tiene 73Pero falta poquitoy de gui-tarra tengo 72. Aprend a caminar agarrado de las guitarrsde sa que manejo ahora, la guitarra sen-cilla, la del paisano. Algunos dicen Atahulpa toca a la manera paisana. Y claro, cul va a ser?Yo no conozco otra maneraEst

    un poco de msica cuando nio, violn, guitarra pero poquitoVolviendo a lo del compiso, siento que tengo que honrar la tie-rra en que nac, pero no tanto por m sino porlos abuelos que tengo dentro, los abuelos criollos, desco-nocidos, los abuelos que me ma-nejan la sangre, los que cuando to-co una nota mal siento que me to-can el lomo como diciendo Qu pasa ah?Por eso no me he des-viado a otras formas musicales, le llaman de vanguardia, o con proyeccin. Para m la mejor proyeccin es proyectarmehacia la ameba, lo profundo, hacia el ms abuelo de los abuelos, que no es solamente el mo, es el abuelo de mucha gente, es el Juan Pueblo. Ese es mi camino. Quela gente se sien-ta representada, y cuando ya nadie se acuerde ni silbando cmo erala Zamba de Vargas, que hace mil aos que no se escucha por ningu-na audicin, quede

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    onces ah un recuerdo grabado de Yupanqui.Cmo nace el seudnimo Atahualpa Yupanqui?Yo me llamo Hctor Roberto Chavero Haram, soy hijo de criollo y vasco, mezcla de gente tozuda, y soy nacido en enero, por lo tanto soy acuariano y empujador. Mi nombre viene del quechua, soy un conocedor de esa lengua, porque en mi familia hahabido gente em-parentada y algunos hablaban el quechua; haba algunos originarios de San Luis, Santiago del Estero, de la parte de Loreto. De esa zona principalmente surgieron y despus se desparramaron por ah, por las sierras de Alta Gracia o por Merce-des, en San Luis. El ferrocarril emple varios Chavero, entre ellos mi padre. Haba otro que era, un guardahilos, que en las tormentas gran-des del sur arreglaba los hilos del telgrafo que se rompan, para que los porteos estancieros supieran cuntos terneros les pari la pam-patodos sos que usan unos cuantos apellidosY entrs guardahilos a caballo, que tenan todos apellidos muy criollos, haba varios Chavero, galopeadores de la soledad, medio parientes mos, pri-mos de mi padre.Su pap tambin era ferrovia-rio y bastante nmadeS, era ferroviario de cuarta ca-tegora, sin plata y con libros; viajaba con sus treshijos y dos bales de libros. Libros sencillos, de poesa, novela, esas cosas que despus yo le, cuando chico. Mi padre andaba de un lado a otro, estbamos dos aos en unlado y despus en otro. Era de esos pobres sin ninguna im-portancia donde quiera quepisara, solo frente a su propia conciencia o su propia decencia. Era un paisa-noy

    as era mi abuelo, aunque ms enseorado; pero mi padre era un criolloiA qu edad viene lo de Atahualpa?A los trece aos, cuando em-pezaba a ser mocito y escribir los primeros versos. A los15 aos fui corrector de pruebas en el diario La Verdadde Junn, donde mi hermana etudiaba y los dos varo-nes queramos ser bachilleres. Ah empec a usar el Yupanqui, pola historia de los doce incas.Yupanqui significa has de cantar. Eligi bienAjpero jams pens en eso. Lo llev durante muchos aos y despus de sacrificios, acorrer el mundo unas cinco ve-ces, los gringos se empezaron a anoticiar de este Yu

    panqui y me ofrecan, por conexiones que le di-cen, ir a Nueva Zelandia, Australia,Humahuaca, PehuajYo iba a cualquier ladoEra caminador, y si el mundo est lleno decaminos, son para recorrerlosEn estos lti-mos aos, me he dado cuenta de que antes levaba el apellido para imponerlo al mundo, o por lo me-nos solicitar con mi guitarra y sin mendigar nada, un reconocimiento hacia la msica argentina y hacia lo queyo poda representar tocando la msica de mi tierra; pero ahora el Yupanqui me lleva a m, a la rastra, de un lado a otro, y yo voya Colombia, Canad, Italia, Francia,y ahora vengo de BrasilEs la primera vez que acta en BrasilS, por primera vezNunca me haban hecho seas, yo no voy donde no me hagan seas, yme aparezco. No ando golpeando puertas. Pero Brasil me interes, unos lugares ms qu

    e otrosPor ejemplo Ro Grande. Es una tierra de paisanos como la provincia de Buenos Aires; ellos se dicen gachos, sin hablar en voz alta, sin gritos, y me han regalado sus libros y un mate y una bombilla hermo-sos. Tambin me han regalado, unos puales, nada lujoso, los que usan ellosLo usaban, lo limpia-ban un poco en la tierra,clavndo-lo despus en la bota, y me lo daban.Por qu empieza a cantar?Por nostalgia, me gustaba mu-cho desde nio la pampa que vivi mi padre, y me llegabannoticias de cmo, era la que vivi mi abuelo; ms me gustaba. Vale decir que me gustab

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    a la pampa sin alambrado. Eso fue creando en m un infinito horizonte de libertaddonde no hay valla que detenga al vientoPor eso admiro una frase que me hubieragustado que fuera nacida en este lado, pero naci enfrente, en el Uruguay; algo que alguna vez dijo Artigas y est en su estatua: Con libertad ni ofendo ni temo. Yo pensaba sa no es una frase poltica, eso lo ha dicho un gau-choeso lo ha inspirado uaisa-no. Despus empec a leer a Ger-vasio Artigas; era un paisano que se meti en el no poltico, pero todos sus discursos son de un paisa-no, por eso no me extraa esa her-mosa frase. Esa serenidad y profun-didad se fue deslizando en mis ver-sos sin que tuviera el propsito de hacer un verso de tipo social o pol-tico, me salan as porque ees lo que veaUna vez estaba hacien-do un asado, a la orilla de un ro chiquito, y pn paisano arrian-do una tropita de veinte vacas. Se llamaba Antonio Fernndez; yo nolo conoca, l iba tranquilo. Un viejo me traa las leas, mis amigos cazaban, cosa qua m nunca me gust, mientras yo preparaba des-pacito el asadito. El viejo le grit va, Anto?Y contest yaqu me ves, ajenas culpas pa-gando y ajenas vacas arriandoejYo saqu un papelito, anot lo que dijo y dos meses despus, pensando en la frase,mpuse El arriero; as naci. Despus la gen-te le da intenciones sociales, polti-casciones no soy yo quien las da, es de quienes las inter-pretan o de los que quierenentor-pecer un noble caminoMuchas de sus canciones tes-timoniales fueron llamadas de pro-testa; hubo una moda con eso.Estaba de moda ser protesta-dorDos por tres aparecen, las agarra un melenudo con barba y entonces parecen ms de protesta. Esos que hay que soplarles para verles los

    ojosPero qu culpa tengo yo?A quines recuerda como maestros o gente que lo ayud a seguir?Si tuviera que citarlos no nos va a alcanzar tu revista, todos me han ayudado deuna u otra manera. Pero alguien que me ayud de ma-nera especial fue Ricardo Rojas.Y, por supuesto, Ricardo Vera Vallejos, el riojanoEra un hombre inteligente, sabedor, profunda-mente cristiano, respetuoso de los sentimientos de los dems, simple-mente porquel se respetaba; proyectaba su santidad y su respeto hacia su progenie.El viva en La Rioja, yo estaba ah y lo vea, todos los das, pero ya haba sacado mileto para regresar. Un da, estbamos a las diez de la maana en la azotea, mirando elcerro del Velazco, y haba unas nubecitas que no iban ni para arriba ni para abajo, especie de algodoncitos pegados en las sierras, nubecitas enmadeja-das que no s

    e resolvanY este socarrn de don Ricardo, que fue el alumno predilecto de Joaqun V.Gonzlez en La Plata, me mira y me dice Dgame; sern nubes o se-rn vidalas olvidadastn es-perando que alguno se acerque por si tuvieran alguna palabra, una me-loda perdda? No estarn espe-rando a alguien entendido que se acerque y las escuche? No sern ciones olvidadas?Ah noms romp mi billete y me qued una semana en el VelazcoEvidentemente, lo conoca bien a usted.Clarome haba invitado pa-ra ir a La Rioja, estando yo en Cr-doba. Lo conoc siendoan abogado, tena sesenta aos y yo la mitad. Me invit a ir de esta mane-ra: Vea, yo un pobre abogado (y era un honorable abogado), soy casado, mi mujer es de La Plata, tengo varios hijos, tengo una casa con glicinas y laureles en la ciudad, yafuera, en Cochangasta, a unos seis kilmetros, tengo un viejo ca-sern de campo que h

    ay que re-mendar cada ao, porque se quiere ir cayendo. Ah tengo algunos oli-vos, unasparritas, se hace un vino lugareo de la casa, y un patio grande con la sombra dedos enor-mes algarrobos. No s por qu se me hace que ah debe sonar muy bien la guitara de Yupanqui, esas vidalas suyasEsa fue la forma de invitarme y yo le dije Cundoiere que visite el algarrobo?A l le agradecer toda mi vidame pial enseguidame ra ido a piel como si fuera una promesaY as me ha ocurrido con infinidad de gente, como Maximiliano Marcos Alurralde, en Tucumn, Romildo Rizo, en el Uruguay, el autor de la letra de Los ejes de mi carreta, un poeta muy humilde que cuando de-can presente con nosotros el poeta Rizo, todos se daban vulta y l se haba piantado. En as prime-ras peas del Hotel Castelar, hace aares, he tenido que excusarlo di-ciendo

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    va a veniry saba que no iba a aparecer ni por broma. Sala a buscarlo por las lecheras de la zona, porque no era alcohlico, y me quedaba con l. Yo tampoco aparecaSu padre fue su primer maestro?Ms bien me hice slito; a mi padre no le gustaba mucho que to-cramos la guitarra. Hana so-la, la de l, que tocaba los sbados para un par de amigos, de esos ami-gos sileniosos, que no aplauden; tocaba vidalas, algn valsPor qu no quera que to-cara?En aquel tiempo haba un con-cepto del tocador de guitarra medio peyorativo, el triste destino de los tocadores de guitarraToda per-sona que anduviese guitarra en ma-nopor esas pampas nuestras, por los boliches, las canchas de pelo-taAh estaba la caa,el aguar-diente, la ginebra, la burla, el chis-te torpe y la parada, de carro; siem-pre haba disgustos, y cualquier acontecimiento con guitarra era casi siempre peligroso. Haba ese culto al machismo entre gente si-lenciosa como era el paisano. Cuandouno le deca al otro Con usted tengo que hablaro Lo estoy esperando, haba grescauer-ta; haba algunos que no salan por dos das, tenan miedoPor eso mi padre decaon la guitarra!Y cmo es que despus lo mandan a estudiar guitarra?Bueno, para la guitarra culta s haba buena disposicin; por eso mi madre me manda de

    pus a es-tudiar con Bautista Almirn, a la ciudad; y aprovech bien, tambin estudi iHe ido a caballo hasta 16 kilmetros y volva de no-che con la guitarrita, y el maestro no me cobraba porque era muy amigo de mi padre, pero me haca regar las plantas.Tena un jardn de lindo, rosas, clavelesLe mata-ba los gusanos, siempre haba florena una casa muy sencilla de paisano pobre, y l era un honora-ble caballero, bien criollazo.Hace aos usted dijo, con re-ferencia a cmo se viva, que la civilizacin nos ha vuea cul-tura del peludoCmo estamos viviendo?No s cmo est viviendo la gente ahora, pero se me hace nece-sario que la juventud, qes la gen-te del futuro, recupere su paisaje. El paisaje se lo han ido arrebatandotodos los ruidos posibles, incluso los ruidos organizados desde afue-ra. Veo tant

    os slogans de lo for-neoestn tan instalados, como si fueran coterrneos nuestrosUcucha yo no me animo, sera una torturapero hay gente que escucha durante horas latelevisin o la radio y no encuentra mucha motivacin nacional o argentina. Sin quepor ello tenga que or el ruido de las espuelas, o las lanzas; ni rastra o rebenque, ni habla en guarangoComo deca Rizo la gente cree que para hablar en gau-cho hay ue hablar en guaso, y eso no es cierto. Se puede hablar mejor que Borges y ser tan paisano como Martn Fierro.Es verdad. A mi pap, que es un hombre bien de campo, jams le escuch decir Una mala alabraY yo, a mi padre, jams lo vi en camisetaCuando se quitaba su traje negro y se desprenda los 27 botones del chaleco (que tena que usar por ser jefe de estacin de cuar

    a categoraen medio del tie-rral de la pampa, ah aprendimos de la polucin), se quitese traje y se pona un saco de tela cruda, tipo pijama, y preparaba su amargo para ver la tardecita. Pero en man-gas de camisa, andar como anda el almacenero Fregosi de enfrente, ja-ms lo vi. Mi padre era un hombre que nunca bebi una copa de al-cool, nunca, y era gaucho, tiraba muy bien la taba, y bailaba muy bien el escondido y el lancero, una danza de esa pocaTena un re-frn que me hubiera gustado que fueley: De lo criollo me gusta todo menos sus viciosY mi to Gabriel, que era un analfbeto, cuando le preguntaban Qu es un amigo?responda: Pam, es uno mesmo con otora yo, que me he criado entre esos hombreshombres, con la me-moria que tengo, yel amor que ellos metieron en mi sangre, cmo voy a dudar entr un rock o una chacar

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    era dobleLa chacarera doble hasta el final de mis das, por-que estoy defendiendo laltima as-tilla de una flechitaQu importa ms en las can-ciones, el contenido o la forma?Las dos cosas. La forma tiene que ser nacional y el contenido universal. Siemprela msica debe tener una forma nacional, parecer-se a un estilo, un romance, una zamba, una cueca, segn el abuelo sea cuyano, salteo, pampeano, surero; debe parecersea la tierra que uno prefiere dentro del territo-rio nacional. Tenemos una riquezanacional musical inmensa, y mal sera empezar a bailar el mexicano, cubano o norteamericano, porque se pone de moda o es bonito, o porque puede ser un buen derecho autoralEsa es una manera de abaratarse y de perder la soberana dentro de uno mismo; la soberana se defiende primero en el corazn, en la conciencia de cada uno. Lo contrario, es venderle el alma al diablo. Entonces, la forma debe ser nacional, desde la vidalita ms pe-quea hasta l minu, el tango o la serenata. Hay mil formasables de los jvenes de decir su amor, o de imaginar el amor, son muy lin-das y con un saborcito criollo, sin necesidad de que sea folklore orto-doxo. En cuanto a losversos, pue-den ser universales, vale decir, los sentimientos universales son losque caben en todo ser humano: el amor, el dolor, la ausencia, la espe-ranza, la vida, la muerte, el da, la nocheY dentro de esos senti-mientos, el creer en Dios o elan-darlo buscando; nadie ayuda a bus-car a Dios con la mentalidad actual que hay. El que lo tiene alquilado, comprado y ostentado, piensa que quien no hace esa ostentacin es un anti Dios, un anticristo, o es un enemigo del sentimiento o el misti-cismoy en eso est profunda-mente equivocado. No tienen ga-nas de ayudar a que la g

    e en-cuentre a Dios, y entonces son los que ms ayudan a perder el ca-mino.Usted lo encontr a Dios?Ylo ando campeandoha-ce aos que lo ando campeandoA veces se me hace que conversmucho en lo que le alguna vez, de uno de los profetas ms allegados al idioma, castellano, Isaas, y la definicin que hace Isaas me gusta mucho, porque se parece a lode nuestros paisanos, nuestros abuelosDios es aqul a quien slo el silencio nombrale decir que aqul que usa mu-cho la palabra Dios, no ser como el gallego vendedor deyerba que nombra mucho la que quiere ven-der. .. ? Si tanto adoras a Dios, y tan-tobien te hace, no lo nombres muy seguido, sino en tu profunda inti-midad.Cuntos temas lleva com-puestos y publicados?

    Publicados, tal vez la mitad. Compuestos, unos mil doscientos, no alcanzanPara Tucumn ten-go 42 zambas, once vidalas y can-ciones sueltas.Hace doce aos que vive en Pars. Ha incorporado nuevos mo-tivos de inspiracin para ea-cin o todo siempre se remite a estas tierras?Me inspiro en lo mismo; he estudiado fundamentalmente el fol-klore, el sudamericanoy el argenti-no, tambin el uruguayo, el chile-noEl uruguayo es muy parecido al nuesro, muy lindo e interesante, y como es un pueblo chiquito se mantiene muy puro,ms apretadito, sale menos de la casaEs un pueblo pobre, por as decirlo, no es un pueblo que sale a mercantilizar cosasLinda tierra el Uruguay

    Por qu Pars?Porque est cerca de todo, simplementeCuando me fui de aqu alquil un departamento Madrid; estuve un ao, y me recorr toda Espaa. Despus dije qu ha-go, vuelvo a repeagoza, Sevi-lla, Asturias, Barcelona? No ser bueno que ahueque un poco? Hay un viejorefrn que me ayud como buen amigo, El husped y el pes-cado a los tres das apestani a Pars. Cmo vivi la experiencia en esa gran ciudad? No se sinti me-dio perdido?

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    Es muy agradable vivir en Pa-rs, por lo que se aprende de otros. Se aprende un nivelde civilizacin que no se encuentra en otros pases tan a la mano. Los gallegos discuten sobre cultura, todo el da hablan, no los para nadie, qu mquina de hablar sonno creas qu son muy cervantinosVoy siempre a Espaa; antes me quedaba en silen-cio scuchando sus Zetasy sus Be, despus escuchaba la incor-poracin de galicismos y bmos y me preguntaba Cervan-tes pas de largo por aqu o es me-dio forastero? Y me quecon nuestro paisano, con el que dice agora, que es cervantino; con el que dice pesadumbreen lugar de tristeza; algo que le pesa, umbreviene de sombratodas esas rapara la creacin del idioma. Pesadumbre: la sombra que pesaQu profundidad! Con estno quiero decir que en los versos voy a meter pesadumbrepor las cosas que he aprendido, pero me gusta, s, entenderlas. Y entonces, cuando fui a Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Zamora, Valladolid, Oviedo, toda esa tierra dura y hermosa,yo giraba la oreja entre los cultos. Me hice amigo de un hijo de del Valle Incln, Jaime, que es un glleg que habla muy bien su gallego y muy bien sus discursos enespaol. Pero no me deslumbr, porque yo esperaba otras palabras, otra cosa, esperaba ver hasta dnde se dan la mano el Quijote y CervantesSue-os de guaso pampero comoyo; slo un guaso espera escuchar esa simbiosisNo la escuch ni cer-caY encontr otsa, que Pa-rs crea una cultura, presume un poco y se olvida, porque al mes siguiente est creando otra cosa, y el ao siguiente cambia y hay un nuevo teatro, pintura,en discipli-nas filosficas, en sociologa, en la bsqueda del concepto. Me gust muchoo, me he encontrado con grandes sorpresas en conferencias, institutosLos conciertos, se escu-chan cosas que ayudan muchoGente que mueve la palanca de Arqumedes. Noquiere decir que sean perfeccionistas, ni que Francia sea mejor que Espaa, o superiores, pero veo que son muy patriotas y los hombres grandes luchan por su patr

    ia; el francs no es demagogo en su tierra, la ama. Por eso me qued all. Y tambin poque est cerca de Blgica, Londres, Colo-nia, Hamburgo, Espaa, Palma de Mallorca, tengmuchos amigos all, algunos vascosTengo un gran amigo, dibujante, artista, que toca muy bien la guitarra, nacido en Neuqun. Es Santiago Paz, casa-do con una entrerriana, tiene dos hijos. Vive dibujando y pintando, tranquilo y feliz y cada ao quepuede, cuando junta sus pinturitas, las vend y cobra bien, se viene a Gualeguaych, y a Angostura, a los campos de Ro Negro, a Cipolletti, a Tres Cruces, a Cinco SaltosNo va a BarilocheEs un hombre cul-to que est buscando el camino de la serenidd, a travs de ciertos, conceptos filosficos de la no vio-lencia; con Ghandi, anda enesa filosofa. Me escribe cartas kilom-tricas, no escribe al cuete, piensa y piensa.Me dijo una vez una cosa linda: Yo amo mucho a la gente pero siempre me escribocon ami-gos que me duelenYo soy un amigo que le duele

    Qu pasa con nuestra msi-ca folklrica?No la veo, porque no me la dejan ver, no me la muestran. Creo que actualmente nuestros compa-eros de camino estn desorienta-dos; estn haciendo temas continuamente, pechando mano a cualquier cosaAlguien que algu-na vez hizo una linda chacarera, ouna linda zamba, y ha grabado, y como ya tiene ese antecedente, o ha actuado cinco veces en Cosqun, cre que tiene autoridad para escribir sobre el barrilete, la lamparita elctrica, el amorAhora hay como una corriente barata y sensualista, coneso del amor de tu piel, el olor de tu piel, el color de tu piel, soando con tu pielcon rit-mo de zamba o lo qu sea. Y como est presentada y difundida por cantores riollos o que antes hicie-ron. o que hacen cosas folklricas, insisten metiendo esaspavadas, metindolas por si Frank Sinatra las escucha, le gustan y las grabaMe parece que estamos perdiendo nuestra soberana tradicional; el tradicionalismo tambin

    exige una ley de soberana profunda que no debemos perder. Si no, vamos a perdernuestra base.Qu persiguen los medios con la difusin de esa msica, que no representa nada, ni a ie?No sy es terrible por los nios que de ese modo no conocen ni el nombre del rbol qtienen en su puerta, ni la flora, ni la fau-naY se produce lo de aquel nio ingls, aque le preguntaron de dnde vienen las manzanas? De la frutera, respondiNunca hato un manzano, y eso pasa a lo largo de nuestra tierra

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    Se puede revertir esa situa-cin?Claro que se puede. Con educacin. Se debe hacer desde la es-cuela primaria, empezando por en-sear msica, no para hacer un pas de msicos, sino para que no sea un pas dorantes. En cual-quier pas de Europa, del este u oes-te, cualquier nio conoce solfeo,toca el piano, flauta, clarinetey juega con la msica. Despus toma el camino que quiere y se hace al-macenero, ingeniero o vagabundo, pero no desconoce las bases, lamsica. Todas las maanas estoy escuchando la msica digo a la maana porqu es cuandpa-san las cosas criollasy noto que las personas que tienen a cargo una audicin musical, salvo, el caso de Rivadavia que se salva, no tienen un sentido nacional. Msconcreta-mente, quisiera escuchar a Escolati Almeyda, a Flora Ugarte; a este profesor de armona del colegio nacional, Gilardo Gilardi, autor de cosas tan hermosas; a Alberto Wi-lliams en El rancho abandonadoque est grabado por orquesta, y en piao, por ocho o diez pianistas de ac, honorables; a Carlos Vega que tiene temas grabados por cin-cuenta orquestas, armonizados por Silvia Einsestein, su mujer. Nuncaescucho esoEscucho los muchachos que trabajan en los fes-tivales esta noche, el sbado que viene, los que van a Cosquno a festi-vales llevados por las empresas ac-tualesAhora, lo otro, la base cul-tural del folklore, es absolutamente desconocida. Yono la voy a olvi-dar, porque tengo la memoria gra-bada en el corazn; tengo un cora-znmorioso, pero pasa el tiem-po y creo que esos discos ya estarn rotos, esas colecciones estarn de-saparecidas o van camino a desa-parecer. Tengo amigos en el Museo de laPalabra, que est en el Cabil-do, y me han dicho que ha cado agua en el stano y ha etropeado discos de coleccin de 1910de Ana Cabrera, de 1922. Discos que no se pudi

    eron regrabar por falta de tiempoEn Tucumn, en la Uni-versidad, hay unos 25 mil libros en los stanos y ha llovido, hace dos aos, y estaban los libros nadando; me regalaron a m unos quince li-bros,, manchados, que se salva-ronSobre filosofa, de ManuGarca Morente (Lecciones Preli-minares de Filosofa, editado por la Universidad de Tmn). Todo ese material en un stano hmedo y descuidadoUno de los ordenan-zas me loso y los conservo con mucho cario. Por eso puedo decir que muchos documentos musica-les que tienen belleza, como la Cancin del Carretero, de Lpez Buchardo, que jamsscucha y est grabado por Isabelita Marengo, hay generaciones de jvenes que nunca la han escuchado. No es que sea el modelo de modelos, pero es un canto argentino.En cambi nos sabemos de memoria los nom-bres de los gritones que vienen de EstadosUnidos, no? Negros, blancos o colorados y, generalmente, viciosos.Quin cree qu puede ser un continuador de su msica? Larralde podra ser?

    No sSi tengo que decir la verdad nunca lo escuch cantary no creo que sea continor. Una vez hace unos 16 aos; en Adrogu, me lo presentaron en un festi-val de sos quhace Miguelito Franco; estaba con un nio en los brazos, lo salud, y con el do Bentz que estaba conmigo, actu y me volv. Despus haba unas jineteadas y actuaba LarraId, pero yo no me qued.Algunos cantores que le gustenAc hay muchos buenosMe gustan muchos. Por ejemplo, en al-gunas cosas Vctor Velzqucomo persona seria, tan seria que es poco conocida, me gusta ngel Linares, un paisano del sur, cerca de tus pagospor ah, bien sureo, toca la guitarra y canta y escamina-dor de nuestro pas. Otros no quie-ro nombrar; no quiero dar nombres de los ra

    iotelefnicos, porque una vez me gusta como cantan una chacarera y, en la prxima, tengo que pedir disculpas al mundoYo no tengo herederos, sabs por qu? Porque no dejonada. Hay una cosa que yo quisiera sembrar y es sobriedad y conciencia, y cul es el heredero de la conciencia y la sobriedad? Difcil, porque es mo-neda que no se recoge del suelo; lujos, preciosidades, fiorituras, ah es donde se anotan todosPor qu no prosper el boomfolklrico de la dcada del 60?Tal vez falt algoTuvo lin-das cosas, se formaban esas guita-rreadas radiotelefnicz sea por eso, no deben ser ni radiotelefnicas n i televisivas. Esa

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    s cosas tienen que hacerse y nacer en el hogar. No se aprende buenas maneras enningn canal de televi-sin; se aprende en las casas o no se aprende.Cul es la autntica filosofa del folklore?Es una bsqueda profunda. Una definicin que me gusta es la de Adolfo Salazar, que fue maestro mo, un espaol que viva en Mxi-co y vena a Chile a dar clases en la Unived de Verano. Daba cla-ses de praxis y filosofa, y asist co-mo alumno, hace unos 25 ao, ya saba tocar mis chacareras y no necesitaba que viniesen desde Espaa a ensearme, pero quera entender el por qu de los porqueses, por eso me arrimaba a los que saban ms que yo. Y encontr una definicin muy hermosa: Folklore es todo lo que el pueaprende sin que nadie se lo naya enseado. Tambin lo mismo deca la definicin de Ora y Gasset: El folklo-re es un inmenso rumor que va de casa en casa, de padre a hijoy Salazar le agregaba de corazn a corazn, de silencio a silencio. El folklore esa necesidad, como el lazo, que es un elemento folklri-coEs la prolongacin de un anho del hombre, las ganas de agarrar ese mancarrn antes que se me dispare y como elbrazo es corto, se toma una guasca, un lazo, pa pia-larlo. Lo ms profundo es as desencilloQu lugares prefiere para es-cribir, crear?Cualquier lugar es bueno. He hecho canciones como El rbol que t olvidaste(una canmuy mansa, muy tranquila), en Japn; me acord de un rbol mo, cuando era chico, dondeataba el caballo, donde pensaba cosasPero igual escribo en Pars, Buenos Aires, Tu

    cumn, Bogot; donde quiera que est, estoy conmigo y mi mundo y mis cosas. A m no me agocita o gana lo otroyo estoy acorazado. Adems estoy operado de vanidad. No voya un lugar sabiendo que me van a aplaudir; si cuando voy a ac-tuar a un lugar, hacen mucho bom-bo y gritan ac con nosotros, me pego una picada para la pampa y desapaco; no busco eso y creo que se notaPor qu vuelve siempre?Por mucho carioTengo necesidad del aire de mi tierra, que me llamaNo tiene lazos,pero ata. Por ejemplo, en Navidad S que puedo pasarla en cualquier la-do, si me pongo concretamente a pensar en el acontecimiento de la NavidadYa mis padres se hanmuertoY sin embargo siempre procuro pasarla aqu, donde se co-men las cosas que secomen en Eu-ropa, comida de invierno, pero siempre quiero estar aqu. Si voy,

    por ejemplo, a Cerros Colorados, viene Samuel Ramrez, un gaucho, que me dice s quela Navidad la respeta como yo. Pero el da anterior, como buen paisano, hace un lechn brbaro, con ese calorLe gustara volver definitiva-mente?Y s, claroPero ya he echado races definitivamente aqu; de tantas races ya estoy el mim-brecada vez que me pegan unas azotadas, tiran la red y me pego la vuelta enseguidaComo mi trabajo es tocar, puedo hacerlo en cualquier lado; aqu, msPero lo ue verdaderamente yo quiero es; que haya paz. Quiero paz y cuando no encuentro una paz saludable y esperanzada y dignacuando ten-go que pedir permiso a muchos, quisabe, vamos a ver, a muchos entesentonces me voy donde no haya entes que me dig

    o y tenga que rendir un examen de pureza entre impuros. No pue-do. Por eso caminopor el mundoAntes de irse estuvo como ocho aos sin poder trabajarEstuve, en tiempos de Pern, poco ms de siete aos sin tra-bajarMe acusaban de todl crimen de la semana que viene. Cualquier cosa, a m y otros tantos; la lista esmuy largaEntonces me fui a Montevideo a trabajar; me refugi enfrente para estar cerca. Adems estaba muy pobre y no te-na dinero para irme ni a Colombia, que es una tierra maravillosa. Pero en realidad yo quera quedarme.

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    Y ahora le va bien, econmi-camente?Estoy ms tranquilo, me va bien. Tengo la suerte de no ser un nombre rico, porque soy gastador. Gasto en viajes y gasto en libros. A m nadie me paga el viaje, no ledebo ni un boleto de tranva a na-die. Lo pago yo. Vengo dos y hasta tres veces alao a Argentina y siempre los pasajes los pago yo. Ahora, por ejemplo, empec una pelcula en Csqun y el empresario, ade-ms de que toque la guitarra, me pidi que; camiun sendero en el que aparece alguien que me pregunta: Qu le dice esta tierra, esteviento?, y yo deba contestar un libretoLe dije que no rotunda-mente, eso estaba escito por un mamadoEntonces me hicieron un privilegio, una gauchada; me dieron porescrito las tres preguntas qu me iban a hacer, para que yo inventase las respuestas. Bueno, to-do eso fue en enero y no pudimos completar la filmacin porque yo debacumplir un contrato en Blgi-ca. Los dej en el aire con el com-promiso de volver en aril, por mi cuenta. No le ped nada a nadie, yo no pido becasQu hace cuando no tra-baja?Escucho msica, y voy mucho al teatro. El teatro para m es uno de los misterios ms mravillosos de la transfiguracin; me encanta co-mo un hombre o una mujer se mete enla piel de otro individo y lo acta, lo goza, lo recrea, lo vive y se muere y se tortura y despus se recupera. Hay que ser muy fuerte y estudiar mucho para llegar aser un buen actor; nosotros tenemos se-ores actores, no esos besadores de televisin; y yo estoy muy orgu-lloso de la capacidad inmensa de nuestros actores. El teatro

    es supe-rior al cine, porque en el cine pare-ce que hablaran para todos; en cambioel teatro se presenta para cada uno individualmente. Eso es lo que hacen sentirlos buenos actores.Cmo son los reencuentros con el pblico argentino?Muy cordiales, no tengo ms que gratitud. Conmigo, y con mu-chos, el pblico argentinoes brba-ro. es muy generoso. Me ocurren cosas con choferes de taxi; soy ami-go de unoquince o veinte mucha-chos, que s quines son y hasta donde viven, porque me han lleva-do o esperado en un lugar. Les he regalado fotos para los chicos; otras veces me he subido a un coche y no hemos hablado nada y llego al lu-gar y no me quieren cobrar, insisto, pero no me cobran. A veces voy a un restaurante que no he ido nun-ca, a comer papas fritas, que me gustan mucho y cuando pregunto cunto es, me resp

    onden que ya est pagadoY esto no es ms que eso de Juan Pueblo, porque qu he hece dado zambas, chacareras, canciones, estilos con diversa fortuna, unas lindas,otras no, y nadie tiene por qu hacerme el aleluya, peroEsto me sucede en Crdoba, Mar del Plata, qu se yoY en el exterior?Es otra cosa. Me reciben bienHe notado que los pueblos son una sola cosa. La granmultitud es una hermandad no les entra nin-guna trampa, no les puede entrar; poreso veo sudamericanos en Pa-rs, Barcelona, en Blgica, que an-dan mal paradosTocan euer-tas de bolichitos, como quien dice pizzeras, haciendo sonar de a dos o tres laquenita, el charanguitoHacen el carnavalito, o EI cndor pasay no pueden hacer nigorrin vuelaEs un gorrin viejo y pulguiento que ni vuela ya, muy gastadito. Gente

    sin mensajeMe refiero a esto: cada uno tiene el de-rechode ganarse la vida, el pan es lo ms honorable, aunque sea lustrando zapatos. Yo Io hara. El da que no puedocar ms la guitarra y no tenga otros recursos, me voy a lustrar zapatos en la esqui-na de mi casa, donde me conozcan bien, pero no puedo vender el alma de mi tierraNo puedo decir, yo era esto o aquelloy vender zam-bas o carnavalitos como pidiendlimosna. Eso no lo hara jams, por criolloAntes, que se abra la tierra y me traguePor eso, ante la pre-gunta de cmo me va, contesto que la gente recibe lo que es autntico en m y en mis propias canciones. Cant poco en Europa por razones de idioma; no tengo por qu pertur-bar a la gente con 25 canciones, menos en Pars o Alemania, quees donde ms voy. Yo toco y explic que es una baguala, milonga, o lo que sea; cant

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    o unas seis pero toco unos 22 temas.Cmo los selecciona?Yo le digo al pblico: mi tie-rra se compone, musicalmente ha-blando de tres misteriorofun-dos y muy valederos. El misterio de la pampa y la gran llanura, el miste-rio de la selva, y el misterio de los Andes, de las montaas. En esos tres misterios viven criaturas que son argentinas, de diversa condi-cin, unos en el valle, otros ms arriba; unos pueden sembrar maz, otros tienen que comprarlo. Pero todos, sienten su tierra y se mani-fiestan de alguna manera; unos con tres gritos, la bagualita; ocon una copla que es ms bella, porque ha tenido aos de silencios y de pala-bras prestadas para madurar su co-pla es como el lujo del pobre de tener una copla en el norte, y en el sur la dcima, el que hace un floreo cuando canta algunoLes explic y doy cuenta que el p-blico toma los tres elementos fun-damentales de nuestro folklore,la baguala, el estilo de la pampa, la vidala y a veces el malambo, que lo deslumbra por la imitacin del ga-lope del caballo. Siempre lo pre-sento as, la cruz del subajo la noche oscura y un caballo galopan-do en la llanura. Y aparece el ma-lamboBueno, con esos tres o cuatro elementos el pblico ya se siente muy satisfecho; despus les he tocado T que puedes, vulve-te, El alazn, pero antes les he dado el ot, una verdad, dicindoles que no les vengo a en-sear nada, slo a cantarCmo va su libro de memo-rias?Va lerdo, porque tengo tanta pobreza que contar, que me est dando vergenzame estoy

    te-niendo lstima. Pero va. He termi-nado hace poco un libro de versos en Pars, tengo nos 50 poemas y lo voy a publicar; me gustara publicarlo en francs y espaol all, o i no drselo a un editor, para que lo edite ac.En esta visita no habr ningn recital. Nos da pena no poderlo es-cuchar aquA lo mejor es pa bienNin-guna fuerza se pierde, a lo mejor es que estoy juntando furzas para venir a cantar aqu. Anoche estuve con Romay, del Teatro El Nacio-nal, y mofreci la sala para cuando quiera.Cundo?Ahora, en esta visita, no. Tal vez los primeritos das de diciem-bre. El empresario m

    e dijo que no venga en Navidad, que la gente es-t juntando para el pan dulceEl es un comerciante, es su negocio, pero eso a m no me interesa; yo dir se presenta el negro Atahualpa con su guitarra, y nada ms. No tengo pretensiones, el que quiera ormeque vaya y el que no, que no vaya. Cost catorce pesos l da que nac, y una vez un tabuelo me dijo usted mhijo, el da que gane 18 pesos, ya est ganando cuatro, le estobrando cuatro; si le pa-gan diez pierde cuatroComo diciendo no ande con tantas pre-ensiones con eso del cachet que le dicen ahora.Cunteme algo de ese abuelo que usted tanto nombray quiereTe voy a contar algo. Era br-baro. Un da a las cinco de la maana me llev en el apsu caballo. Estaba clareando, y me lle-v a una laguna; me pregunt co-noce esos bichS, son garcitas dijemetidas en la laguna, otras buscando gusanos. Y a la luna la v

    se est yendo a dor-mir, le contestBueno, lo traje para eso dijo el abuelo mientremponchaba para que no toma-ra fro, las garcitas, hijo, son hijas de la luna; la luna se acuesta paparir las garzas, porque son hijas de la lunay me llev a casa a tmar el mate cocidoHan pasado mu-chos aos de eso y yo durante cua-renta aos siempre que las garzas eran hijas de la luna; no haba cavilacin, ni reflexin que me hi-cierapensar lo contrarioYo tena necesidad de creer en eso. Como dijo una vez Lugones,que era un gran matemtico y un gran maestro en lgica: yo s que cinco ms cinco son z, pero me da una rabiaY usted, cmo abuelo, qu les ensea a, sus tres nietos?

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    Poco les ense; los quieroHay otro problema generacionalellos saben ordear una cn Cerros Colorados, en verano, Ios echo a un corral y lo hacen por travesura, que es una buena forma de empezar a aprender; tambin saben montar en un petiso, cruzar el ro, volver, les gusta la mazamo-rra, buscan los piquillinesAl Emiliano, de sis aos, que es el ms chiquito, le gusta imitar los acentos, tiene imaginacin. Ellosme dicen Tata, y el otro da el nio quera decirme algo y como yo es-taba ocupado, coversando, me to-caba la pierna y me deca TataTataYo no le daba bolilla, insis-tiue le toqu el brazo como diciendo no moleste, chiquito. Entonces se cans de no ser tendi-do, me golpe el hombro y me dijo Che, Yupanquicmo dicien-do, me atends o , artista.Ese va a ser un peligroUsted que siempre le ha dado tanto valor al silencio, una vez, ha-ce muchos aos, record un viejo proverbio indio: Cuando hables, procura que tus palabras sean me-joresque el silencioNos queda algo?Qu hermoso que me lo recor-dasteCreo que no nos queda na-daNo s si el silencio snal de un sendero; puede ser una buena posta para ponerse a pensar co-sas e iniciarla otra vida, es posible que por ah sea la cosa, en finSoy muy respetuoso de lagente pero creo que los poetas no debieran tener una cruz sobre su tumba; ha-bra que plantar un rbol, porque algn da las aves haran nido y cada maana con ellas saldrespritu del hombre, el alma, los silencios guardados, las vibracio-nes del hombre,a tomar sol y a silbar por los camposY despus volveran, o s iran por esos ca-min

    MonaMoncalvilloLink: http://issuu.com/revistahumor/docs/reportaje_a_atahualpa_yupanqui._rev?e=9439271/9478903