LA “GRACIA GRANDE” 150 años después
Fiesta de San Antonio María Claret Familia ClareCana -‐ Madrid, 22 Octubre 2011
JOSÉ CRISTO REY GARCÍA PAREDES, CMF
ESQUEMA
EL TESTIMONIO • El texto • El contexto
REINTERPRETACIÓN • Conservación Reserva • Las especies sacramentales • Las cuatro claves
PRIMERA PARTE: EL TESTIMONIO
EL TEXTO EL CONTEXTO
EL TEXTO
• “En el día 26 de agosto de 1861, hallándome en oración en la Iglesia del Rosario, en La Granja, a las 7 de la tarde, el Señor me concedió la gracia grande de la conservación de las especies sacramentales y tener siempre, día y noche, el San`simo Sacramento en el pecho” (Aut 694)
• “Por lo mismo yo siempre debo estar muy recogido y devoto interiormente; y además debo orar… hacer frente a todos los males de España, como así me lo ha dicho el Señor” (Aut 694).
“Glorificate et portate Deum in corpore vestro” (1 Cor 6,20)
“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros, y que lo tenéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis a vosotros mismos?
Porque habéis sido comprados a precio.
Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.” (1 Cor 6, 19-‐20).
• “En el día 16 de mayo de 1862, a las 4 1/4, estando en oración, [se] me ocurrió lo que en el día anterior había copiado aquí respecto del San`simo Sacramento del día 26 de agosto del año pasado. Yo ayer pensaba borrarlo, y hoy también; [pero] la San`sima Virgen me ha dicho que no lo borrase; y después en la Misa me ha dicho Jesucristo que me había concedido esta gracia de permanecer en mi interior sacramentalmente” (Aut, 700).
Los males de España
Descatolización,
República Comunismo
Los remedios
Trisagio
Devoción al San`simo Sacramento
Rosario
Los males y remedios “hoy”
EUCARISTÍA “MISSIO DEI”
Los males de la Iglesia
JusCcia, paz, ecología: los
grandes desatos
• M. Antonia María París: – “Actualmente están amenazando tres grandes calamidades a España… Hágalo Usted y las demás monjas”
• P. José Xifré – “Amigo, conviene no dormirse; el mal se dirige a su término a pasos agigantados. La jusCcia de Dios está muy irritada… Esto es obra de la gracia de Dios, que se vale como de instrumento de las santas Misiones… sin pérdida de Cempo trabaje usted en reunir y formar jóvenes”
• “Empezando por el día de mi profesión (27 Agosto 1855)… me llamó su Divina Majestad tres veces esposa mía con grandísimo cariño, dándome a entender que me amaba mucho el Eterno Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Y me dijo nuestro Señor: Hija mía, de aquí en adelante quiero estar sentado en medio de tu corazón como en mi propio trono. Y me pagó con tanta gracia el haber esperado por tantos años este sagrado desposorio que quiso su Majestad celebrarlo por ocho días seguidos conservando las especies sacramentales de una comunión para otra, gracia que me tenía el alma como fuera de mí y parecía que tenía su asiento o morada en el centro del Corazón Sagrado de mi Dios y Señor. Digo en el centro del Corazón de mi Dios, porque no me parecía que estaba Dios en mi corazón sino que vi cómo toda yo en cuerpo y alma estaba meCda dentro del Sagrado Corazón de mi Dios y Señor” RC, 9.
EL CONTEXTO
La conciencia de la presencia de Dios en los úlCmos años
Tiempo • Perpetua, conCnua, siempre.
Espacio • “Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella día y noche adoraré a Dios con un culto espiritual” (1857).
• “Pensaré que Dios está siempre en mi corazón” (1869) • “Pensaré que Dios está siempre en mi corazón… Procuraré andar siempre en la presencia de Dios, haciendo y sufriendo por su amor “ (1869)
La conciencia de la presencia eucarísCca (Aut 754-‐756)
“Después de la Misa estoy media hora en que me hallo todo aniquilado. No quiero cosa que no sea su san`sima voluntad. Vivo con la vida de Jesucristo. ... Yo le digo: ¡Oh Señor, Vos sois mi amor! Vos sois mi honra mi esperanza y mi refugio. Vos sois mi gloria y mi fin. ¡Oh amor mío! ¡Oh bienaventuranza mía! ¡Oh conservador mío! ¡Oh gozo mío! ¡Oh reformador mío! ¡Oh maestro mío! ¡Oh esposo de mi vida y de mi alma! No busco, Señor, ni quiero saber otra cosa que vuestra san`sima voluntad para cumplirla. Yo no quiero más que a Vos y en Vos y únicamente por Vos y para Vos las demás cosas. Vos sois para mí suficien`simo. Yo os amo, fortaleza mía, refugio mío y consuelo mío
La conciencia de la presencia eucarísCca (Aut 754-‐756)
Sí, Vos sois mi Padre, mi hermano, mi esposo, mi amigo y mi todo. Haced que os ame como Vos me amáis a mí y como Vos queréis que os ame. Padre mío, tomad este mi pobre corazón, comedlo, así como yo os como a Vos, para que yo me convierta todo en Vos. Con las palabras de la consagración, la sustancia de pan y vino se convierte en la sustancia de vuestro cuerpo y sangre. ¡Ay, Señor omnipotente! Consagradme, hablad sobre mi y converCdme todo en Vos”
La conciencia de la presencia eucarísCca
“Tengo que ser como una vela que arde; gasta la cera y luce hasta que muere. Los miembros gustan de unirse a su cabeza, el hierro al imán y yo a Jesús deseo unirme en el Sacramento y en el cielo” (EZ, 588).
“Si queréis tener acCvidad para las obras de caridad, aumentad en vuestros corazones el fuego del divino amor por medio de la recepción del sacramento de la Eucaris`a. El fuego hace fuego. Haced que este fuego prenda en vuestro corazón y se propague a todas vuestras cosas, como se exCende el incendio en medio de un cañaveral” (Bole`n de la Sociedad de S. Vicente de Paul en España, Madrid, t. 4 (1859), 20-‐24.)
El contexto apocalípCco del capítulo XVIII de la Autobiograta
• “Volarás por medio de la <erra o andarás con grande velocidad y predicarás los grandes cas<gos que se acercan” (Aut. 685).
El águila apocalípCca (Apc 8,13)
• baja del cielo -‐revesCdo de una nube, y sobre su cabeza el arco iris, y su cara era como el sol, y sus pies como columnas de fuego-‐ y que Cene en su mano un libro abierto y pone su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la Cerra (Aut 686).
• El ángel emite un grande grito, a manera de un león cuando ruge, y tras de él siete truenos arCculan sus voces. (Aut 687)
El ángel del Apocalipsis (Apc 10,1-‐4)
SEGUNDA PARTE: REINTERPRETACIÓN
LA RESERVA -‐ CONSERVACIÓN LAS “ESPECIES SACRAMENTALES”
LA RESERVA -‐ CONSERVACIÓN
Interpretaciones “ayer”
CelebraCva • Canonización • 100 años
MísCca • Fase del desposorio mísCco
Sacramental • El prodigio de la conservación de las “especies”
Silencio
Reinterpretación “hoy”
• La “gracia grande” es pos-‐celebraCva: “de una comunión a otra”
• Menos intensa desde el punto de vista sacramental.
• Reserva cuesConada
La reserva del San`simo Sacramento
La reserva del San`simo
La prácCca a parCr del siglo XII
• Teórica: la doctrina de la transustanciación • Existencial: confesar la fe en la Eucaris`a como adoración y comunión
La jusCficación:
• “Extra usum abusum” • La centralidad de la celebración eucarísCca
La contestación:
Eclesiología esponsal
• La EucarisJa sacramento pascual, Sígueme.
F.X. Durrwell
• “El Espíritu y la Esposa claman: ¡Ven, Señor Jesús! (Apc 22,17)
• “Mira, estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la pue|e, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Apc 3,20)
PerspecCva: Alianza de amor esponsal
Eclesiología esponsal
El Esposo le da a la Iglesia Esposa su Cuerpo y le ofrece la copa de la Alianza sin ningún Cpo de limitación
La Iglesia apela a sus derechos de esposa y dispone del cuerpo de su Señor para la oración, la adoración y la comunión y para mantener el “ite missa est”
¡Eclesiología de la Alianza! ¡clave mísCca!
La “gracia grande” en Claret como reserva y conservación
• Responde al “deseo” de la Esposa • Consagra el cuerpo de la Esposa • (segunda epíclesis: “Que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos parCcipamos del Cuerpo y Sangre de Jesucristo”)
• toma posesión de ella, • La hace fecunda en la misión: “vícCma viva para su alabanza”
La respuesta del Esposo al deseo de la Esposa
La “gracia grande” en Claret como reserva y conservación
• entra en un estado de transcendencia • Más pasión que acción • Más universal que individual
En su etapa mísCca el ser humano:
• Movido por el Espíritu Santo, siente el amor de la Iglesia-‐Esposa apocalípCca que anhela “las boda del Cordero”
• Claret se idenCfica con la Iglesia • La gracia no es un “privilegio”, sino una “anCcipación”
En su etapa mísCca Claret
María, la primera agraciada • Madre Ágreda, La MísCca Ciudad de Dios)
• “Ella me ha alcanzado una gracia igual” (A Don Carmelo Sala)
Madre Antonia París • El día de su profesión, 27 agosto 1855
• Ocho días seguidos
LAS ESPECIES SACRAMENTALES
Las cuatro claves
La Pascua
El Espíritu y la escatologización
Aparece “bajo otra forma”
No solo los dones trans-‐ ¡sobre todo la comunión trans-‐!
La Presencia EucarísCca a parCr de la Pascua
• “Todo ha cambiado / Totalmente cambiado / una terrible belleza ha nacido
W.B. Yeats, Eastern
• No tanto Dios – Trinidad presente en el mundo, cuanto el mundo presente en la Trinidad
• No tanto Jesús-‐Eucaris`a presente en los lugares, cuanto todo lugar presente en Jesús – algunos son “sacramentales” gracias al Espíritu
La Pascua:
“Lleno del Espíritu de Dios, Jesús resucitado ha recibido una nueva
libertad. Esta libertad no es libertad del cuerpo, sino más bien libertad en
el cuerpo, en el cuerpo “espiritualizado” del que Pablo habla en 1 Cor 15,44. El cuerpo de Jesús ha
sido transformado a través del Espíritu en el vehículo perfecto de su autoexpresión y comunicación. No se le impone los límites que en otro Cempo tuvo. Es libre para darse en absoluta libertad. Los relatos de la
resurrección tesCfican esta faceta de su nueva vida” (John H. McKenna)
El Espíritu Santo y la escatologización
El misterio de la Ascensión • Os conviene que yo me vaya… vendrá el Paráclito • El Señor presente en la Eucaris`a viene de la escatología
• La epíclesis sobre los dones: “para que sean cuerpo y sangre…”
• Presencia que es bendición y ausencia • La vivencia apocalípCca: “contra los males de nuestro mundo”: águilas, ángeles y truenos
Los dones: “bajo otra forma”
No “los accidentes” sino las “especies sacramentales” • “Son la visibilidad del Cristo pascual, la tangencia inmediata de la escatología con el mundo: una presencia, no ya bajo los accidentes”, sino bajo las apariencias de pan y vino”
¡No los dones, sino la comunión!
¡Gran misterio es éste! (Ef 5,32) Incorporación al Cuerpo Ser transformados en ofrenda permanente La presencia en los dones es transeúnte El creyente que acoge el don se convierte en apariencia del Cuerpo
Si Jesús le concede esta “gracia grande” ¿no es entonces Claret en su cuerpo y en su alma, un icono viviente del Señor resucitado?
¿No se aparece Cristo resucitado en él “bajo otra forma”? ¿No será ese el significado verdadero de aquello que Claret quiso transmiCr con la expresión “conservación de las especies sacramentales de
una comunión a otra? Cristo Resucitado que ha tomado posesión de él, sino también de la Iglesia-‐Esposa y aun de la misma humanidad.
El “eros” de la Esposa se ve recompensado con la presencia permanente del Esposo. Los mísCcos llaman a esta situación “desposorio espiritual”. El cuerpo de Claret
queda escatologizado gracias al Espíritu que lo incorpora al Cuerpo escatológico del Resucitado. La Alianza, suplicada
en la segunda epíclesis, llega en él a su culminación
ITE MISSA EST!
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