Plan Agrícola en la cosecha de nuevos logros
Hace tres meses, en El Salvador, Un Techo Para Mi País implementó la iniciativa llamada “Plan
Agrícola”.Esta arrancó en la Comunidad Santa Anita, en Cojutepeque, convirtiendo al país en el
pionero a nivel latinoamericano en desarrollarla. Las raices del proyecto van a expandirse a más
comunidades con las que la organización trabaja. El objetivo es enseñar a los pobladores una nueva
forma de producir alimentos para su consumo y para generar otro tipo de ingreso.
Redacción Fátima Cruz
Edición: Amir Leiva
Fotos:Jackeline Bonilla
Vicente Carranza Alfaro, Agrónomo graduado de la Escuela Nacional de Agrícultura, es el encargado de implementar el Plan Agrícola. El proyecto comprende tres fases: la primera es la plantación de un Huerto; la segunda, sembrar una Parcela Agrícola, esta beneficia a los pobladores que poseen un terreno amplio; la última es el Apoyo en Mercadeo, con la que se busca que la comunidad se una y decida un cultivo para comercializarlo, tomando en cuenta la demanda del mercado.
Al iniciar el proyecto, se le pregunta a los pobladores cuáles son sus principales problemas, entre ellos mencionan la falta de alimento. Entonces, se les orienta que una de las mejores formas de producir alimento a bajo costo es la Agrícultura orgánica. Se toma conciencia de que existen otras formas independientes de la producción con productos químicos.
En la comunidad Santa Anita se ha trabajado con la primera fase y se inició con la segunda del Plan. Se pretende que los pobladores continúen con el proyecto y se les seguirá apoyando con insumos. De un total de 18
familias que conforman la comunidad, 15 participan de la ejecución del proyecto, en el cual aproximadamente 19 personas están trabajando. Lo más interesante es que en este lugar el suelo es infértil, y se le denomina Talpetate, por eso se implementa es la técnica de sembrar en bolsa. El método que se está
utilizando es el Biointensivo, que consite en que las plantas están sobre compostaje y bocache. Estos los elaboran los pobladores. Los insumos que no se consiguen en la comunidad, Un Techo Para Mi País los proporciona. A pesar del poco tiempo que se lleva desarrollando el Plan, ya se cuenta con resultados positivos.
Las familias ya están cosechando las hortalizas que ellos sembraron. De sus huertos, entre otras, se
encuetran tomates, chiles, pipianes, pepino, cilantro y hierba buena; además de algunas hiervas aromáticas. Se les propone a los pobladores sembrar cultivos semi permanentes y permanentes. Los primeros, se pueden estar cortando cada ocho días. Los segundos, implican cultuvos que duran de tres a cuatro años, estos permiten ingresos
“Las
personas que han mostrado interés
han logrado el objetivo cosechando
hortalizas y sembrando árboles
frutales”.
Vicente
Carranza,
Imple-
mentador
del Plan
Agrícola.
constantes como loroco, maracuya y guisquil. También se les enseñará a fabricar viveros para mejorar el ambiente y el consumo de frutas.
Para intervenir en nuevas comunidades se está realizando un dignóstico. En este momento se
han preseleccionado las comunidades de Boca Poza, Las Vegas, San Chico, San Julian y Dos Amates. Estas están en analisis para que se inicie a trabajar este año, las otras se espera dar paso hasta el próximo año.
Familias sembrando sueños
La Comunidad Santa Anita, en Cojutepeque, es habitada por familias que perdieron sus viviendas y
pertenencias, en el terremoto de 13 de febrero de 2001, en un lugar conocido como “El Puente”. En ese
momento, el alcalde en funciones, compró un terreno para que estas personas pudieran volver a establecerse
en la zona; sin embargo, no les vendió los lotes ni les proporcionó escrituras de los mismos. La gente llegó con
lo poco que pudieron rescatar: unas cuantas láminas. Un Techo Para Mi País colaboró en la construcción de
viviendas en la comunidad.
Familia Ramos
María Esmeralda Ramos, 32 años, Ama de
casa, vive con su mamá Catalina Ramos, de 47
años y con sus cuatro hijas. Iniciaron a sembrar
cuando Vicente llevó las plantas. “Empezamos a
cosechar, hemos cortado como cuatro chilitos.
Antes no teníamos nada”. El problema que tienen
es que no hay agua “solo regamos en la mañana, si
no, pudiéramos tener más plantas”. Van a traer
agua a una pila, para lo que caminan dos
kilómetros cargando dos cántaros. También,
compran agua a 40 centavos el barril. “Este no
dura”, comentan. La jornada de la mañana
consiste en Regar las plantas, fumigarlas y
amarrarlas. Sin embargo, una labor que les ha
costado es abrir los hoyos para sembrar el loroco,
“el suelo es muy duro, porque la tierra que le
ponemos es prestada”. “Siento que hemos
aprendido mucho, antes no sabiamos la técnica de
sembrar en bolsa”.
Ellas explican que en el terreno, donde hoy está el
huerto, antes no había nada, y les ha sido útil para
realizar el proyecto. Cuentan que se interesaron a
sembrar porque en esta época sufren mucho, es
seco. “Las plantitas son una ayuda porque uno no
tiene dinero para ir a comprar, digamos al
mercado”. Sin duda, la familia Ramos posee un
sueño “Esperamos que crezca más el huerto para ir
a vender. También, queremos tener surcos más
grandes de tomate.
Familia Ramos: María, su penúltima hija y Catalina
Familia Hernández
Santos Raimunda Hernández, de 33 años,
posee una familia compuesta por sus dos hijos y una
hermana. Inició el huerto hace dos meses. Los
productos que ha obtenido son chiles, con esos hace
arroz, pollo y huevos. Siente fácil el trabajo de la
huerta. Todos lo días riega el huerto a las 6.00 de la
mañana y, a la misma hora, por la tarde. Espera ya no
comprar las hortalizas, “Es bonito tenerlos cerca para
ya no comprarlos. Es importante porque se ahorra”,
menciona. Explica que la familia ayuda a cuidar los
vegetales, los riegan, aproximadamente poseen 20
plantas.
Familia Ramos
German Wilfredo Ramos, con
28 años de edad, se dedica a cultivar
frijol y maíz en terrenos alquilados,
paga 15 dólares por cosecha. Junto a su
esposa poseen aproximadamente 30
plantas, entre estas hay tomate, chile,
loroco y maíz. El beneficio que tiene un
huerto es el ahorro, “Se pueden
comprar otras cosas con el dinero que
se utiliza en esto. Esta experiencia
también nos motiva a seguir echándole
ganas, porque también nos abre más
oportunidades” comenta. “Todo esto
es nuevo (señala el huerto), no
podíamos sembrar porque el suelo es
duro” explica. Menciona que Ahora ya
tienen la clave. Antes no sabían la
técnica de sembrar en bolsa. Con lo
aprendido dice que se debe de trabajar sin desanimarse. “Lo que tenemos que hacer con estos conocimientos
es seguir y seguir, no dejar nada atrás”.
Santos espera sembrar loroco.
German sobre el proyecto explica: “Lo que esperamos no solo es
dejar las hortalizas para el consumo, sino, también, para vender.”
Máximo Aquino Reyes
“Agradecemos a los jóvenes de Un Techo
Para Mi País porque ahora sentimos que va
cambiando la cosa”, menciona Máximo. Él esta a
cargo de una familia de ocho personas. Cuenta que
ve muy bien el Plan, “Nos dan otra visión y una
nueva idea de salir adelante. Lo que tenemos que
hacer es luchar. Tenemos que trabajar en
conjunto”. No hay duda de que la familia Aquino
posee grandes perspectivas: “La expectativa que
tenemos es que si nos siguen apoyando queremos
conocer más oportunidades para seguir laborando,
también que nos ayuden con otras cosas. Pero,
siempre con trabajo, porque el trabajo es sagrado”.
Cuidar el Huerto es tarea de toda la familia. Con los
cultivos también enseñamos a trabajar a los hijos
“esto es bueno, les enseñamos a trabajar a los
hijos, así ya no andan en la calle, porque esta a
veces trae malas orientaciones”. La familia percibe
que con los productos recogidos ahorran: “El
beneficio es que ya no compramos lo que
cosechamos, con el ahorro podemos comprar otras
cositas”. Antes del Plan Max, como todos le dicen,
comenta que también se iba a cortar, con los
amigos de la loma, y vendía dulces de panela en
San Miguel, Ahuachapán y Santa Ana.
José Inés Ramos
José se levanta a las 4.30 am. Se cambia,
mientras los nueve miembros de su familia
duermen, y toma la vereda que lo lleva a su
parcela. Riega sus cultivos un día si y un día no, solo
en las mañanas, con el agua del rio Jiboa. Con este
recurso se decidió a sembrar. “Tenemos cerca el
río, por esto me anime a pedir matas de tomate
para iniciar la parcela”, explica.
Ramos considera que las cosechas le
brindan ayuda. Menciona que posee entusiasmo de
trabajar porque ve los resultados y con estos se
genera expectativas para incrementar las
plantaciones. “Se ve la siembra y el desarrollo.
Primero Dios, la idea es vender. No quedarme solo
con esto sino seguir creciendo, ampliar”. Tomó la
decisión de trabajar en el Plan porque la propuesta
fue concreta, con la técnicas que explicó Vicente.
También cree que si la comunidad trabaja junta,
todos pueden salir adelante.
GLOSARIO:
Método de Cultivo Biointensivo:
Método de agricultura ecológica sustentable de pequeña escala enfocado al autoconsumo y a la mini-
comercialización. Aprovecha la naturaleza para obtener altos rendimientos de producción en poco espacio con
un bajo consumo de agua. Utilizando semillas criollas y solamente unos pocos fertilizantes orgánicos, el
método es casi totalmente sustentable.
El método brinda una solución a la seguridad alimentaria familiar y a la soberanía alimentaria frente a
los grandes problemas que amenazan a los pueblos de todo el mundo: la contaminación y destrucción del
medioambiente, el agotamiento de los recursos naturales, la dependencia de los combustibles fósiles y el
cambio climático. Con este énfasis, el método se ha desarrollado para poder cultivar todos los alimentos para
una dieta completa y nutritiva en el espacio más reducido posible.
Talpetate:
Del nahuatl tlalli, tierra, petlatl, estera. Terreno sólido, compacto y arcilloso, estratificado en capas
como petates. CM
Compostaje:
El compost es obtenido de manera natural por descomposición aeróbica (con oxígeno) de residuos
orgánicos como restos vegetales, animales, excrementos y purines (parte líquida altamente contaminante que
rezuma de todo tipo de estiércoles animales), por medio de la reproducción masiva de bacterias aerobias
termófilas que están presentes en forma natural en cualquier lugar. Posteriormente, la fermentación la
continúan otras especies de bacterias, hongos y actinomicetos). Normalmente, se trata de evitar (en lo posible)
la putrefacción de los residuos orgánicos (por exceso de agua, que impide la aireación-oxigenación y crea
condiciones biológicas anaeróbicas malolientes), aunque ciertos procesos industriales de compostaje usan la
putrefacción por bacterias anaerobias.
Bocashi: Materia orgánica fermentada. en buenas condiciones de humedad y temperatura. los microorganismos
empiezan a descomponer la fracción más simple del material orgánico como azucares, almidones y proteinas,
liberando sus nutrientes.
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