P E N S A R
C A R A C A SModos de intervención
en la transformación urbana
CONVERSATORIO
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Alcaldía Mayor de Caracas
Distrito Metropolitano
Juan Barreto, Alcalde Mayor
Conversatorio Pensar Caracas
Modos de intervención en la transformación urbana
Alcaldía Mayor de Caracas. Distrito Metropolitano
Caracas, 2004
Producción general: Eleonora Silva
Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela
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�CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Contenido
Prólogo ................................................................................................... 7
1. Apertura del conversatorio
Pensar Caracas desde sus problemas ................................................... 13
Juan Barreto | Alcalde Mayor
La ciudad como problema ....................................................................23
Rigoberto Lanz | Centro de Investigaciones Postdoctorales – UCV
2. Caracas autoconstruida
Democratización de la ciudad y producción del espacio urbano
Plan Urbano Metropolitano ................................................................. 31
Mikel Menéndez | Coordinador del Taller Caracas
La ciudad excluyente ............................................................................ 41
Andrés Antillano | Psicólogo social. Profesor e investigador de la UCV
Democratización de la ciudad ............................................................. 48
Franco Manrique | Representante del Comité de Tierra Urbana del Barrio
León Droz Blanco
3. Caracas identitaria
Identidades culturales urbanas y comunicación
La nueva sociedad urbana revolucionaria ...........................................59
Carlos Cañas | Secretario de Cultura, Recreación
y Turismo de la Alcaldía Mayor
Con intervenciones de Alexis Moros, Julio Mora y Dayana Hernández
Cuidad inevitable ................................................................................. 68
Miguel Márquez | Director de Literatura del Consejo Nacional de Cultura
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�ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
Formación para la comunicación ......................................................... 75
Ricardo Márquez | Director de Catia TV
Caracas global y local .......................................................................... 82
Carlos Colina | Fundación Alejandro Colina
Ciudad y crítica del arte ...................................................................... 89
Carmen Hernández | Colectivo Cultural Pueblo Soberano
4. Constituyente Metropolitana
Ideas preliminares para la construcción participativa de la ciudad
Constituyente Metropolitana ...............................................................97
José Manuel Iglesias | Dirección de Planes y Proyectos Especiales
de la Alcaldía Metropolitana
Fortalecimiento del poder constituyente popular ............................. 109
Elio Hernández | Coordinador de los Comités de Salud
de la parroquia San Juan
Materiales complementarios
Discurso durante la Toma de Posesión ...............................................117
Alcalde Mayor Juan Barreto
Democratización de la ciudad y transformación urbana
Propuesta de los Comité de Tierra Urbana a la Misión Vivienda ... 127
El arte contemporáneo, la actividad crítica contextualizada
y el rol de las instituciones ................................................................. 141
Carmen Hernández
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�CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Prólogo
I.
Este libro recoge los planteamientos y debates que se reali-
zaron en el marco del conversatorio Pensar Caracas. Modos de interven-
ción en la transformación urbana, realizado el 16 de diciembre de 2004
en la Alcaldía Mayor. Se trató de un primer encuentro entre actores del
movimiento popular, investigadores del campo urbano y el Alcalde Ma-
yor Juan Barreto, junto a directores y secretarios de su gabinete.
El objetivo del encuentro y de la publicación es iniciar un debate pro-
fundo, incluyente, participativo, en el cual se reflexione desde las diferen-
tes miradas, prácticas y saberes (académicas, populares) en torno a una
interrogante que nos parece central: cómo intervenir, cómo actuar y
cómo incidir en los procesos de transformación urbana que están tenien-
do lugar en estos tiempos.
Este es un reto que evidentemente se plantean aquellos que tienen a
su cargo la gestión de las políticas de la ciudad. Los alcaldes tienen la res-
ponsabilidad de intervenir y orientar esas transformaciones. No obstan-
te, las ciudades crecen y trasmutan, muchas veces independientemente
de estas iniciativas de gestión y su desarrollo y crecimiento parece a veces
difícil de controlar.
Pero estas transformaciones y problemas urbanos también son pen-
sados y debatidos por otros actores no directamente vinculados a la ges-
tión pública. Tanto por académicos e investigadores que trabajan la cues-
tión arquitectónica, urbanística, las identidades, la comunicación o la
cultura urbana. Como por los propios pobladores que en su práctica dia-
ria son los encargados de construir esa ciudad y de desplegar soluciones
para enfrentar sus deficiencias. Especialmente importante nos parece la
opinión y experiencia de organizaciones populares como los Comités de
Tierra Urbana, los Comités de Salud y los medios de comunicación comu-
nitarios, que en los últimos años se ha fortalecido en el marco de la demo-
cracia participativa contemplada en la Constitución Bolivariana, y algu-
nos de cuyos miembros han estado presentes en este encuentro.
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�ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
II.
Nos hemos planteado pensar la ciudad. Pero pensar la ciudad no es
una cuestión estrictamente abstracta e intelectual. Pensar la ciudad es
pensar cómo gobernarla. En torno a ello, el Alcalde Metropolitano Juan
Barreto ha realizado una elocuente disertación sobre las dificultades,
problemas y retos que supone la gestión de una ciudad caótica, violenta y
excluyente como Caracas, identificando como áreas prioritarias de su
plan de trabajo el tema de la seguridad, la salud y la planificación urbana.
Pero pensar la ciudad es también debatir cómo construirla y por eso
hemos trabajado e incorporado el eje de discusión de la cuestión urbana.
Para hablar sobre ese tema hemos invitado al arquitecto Mikel Menén-
dez, responsable del Plan Urbano Metropolitano y coordinador del Taller
Caracas, a Andrés Antillano, profesor e investigador de la UCV y a Franco
Manrique representante de los Comités de Tierra Urbana.
Pensar Caracas es también buscar cómo comprenderla, cómo dotarla
de sentido, como producir y transmitir valores y significaciones por lo que
hemos traído a colación el tema de lo cultural y lo comunicacional, que en
estos tiempos ha pasado a ser una dimensión central en la constitución de
lo urbano. Sobre este tema hemos incorporado los aportes de Miguel
Márquez, director de literatura del Conac; Carmen Hernández, por parte
del Celarg y del Colectivo Cultural Pueblo Soberano; Carlos Colina, presi-
dente de la Fundación Alejandro Colina e investigador del Ininco; Ricar-
do Márquez, comunicador popular y director de Catia TV y Carlos Cañas,
Secretario de Cultura, Turismo y Recreación de la Alcaldía Mayor, junto a
parte de su equipo.
Por último, hemos introducido en el debate sobre la transformación
de la ciudad, la discusión sobre la Constituyente Metropolitana, propues-
ta que ha sido impulsada por la gestión actual para generar un amplio pro-
ceso de participación que permita a las comunidades tomar el control de
las decisiones y acciones fundamentales sobre el espacio público urbano
y su gestión. En torno a ello giran las propuestas de Elio Hernández, coor-
dinador de los Comités de Salud de la Parroquia San Juan y José Manuel
Iglesias, director de Planes y Proyectos Especiales de la Alcaldía Mayor.
A cargo del doctor Rigoberto Lanz, investigador y académico de am-
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PENSAR CARACAS
plia trayectoria, hemos dejado la presentación general de los temas, di-
mensiones y objetivos de este encuentro.
También incorporamos al cuerpo del texto las palabras que Juan Ba-
rreto ha pronunciado en el marco de su nombramiento y toma de pose-
sión como Alcalde Mayor, en la Plaza Bolívar de Caracas el día 14 de no-
viembre del 2004, así como otros documentos complementarios que
fueron presentados durante el evento.
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Apertura del conversatorio
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PENSAR CARACAS
Pensar Caracas
desde sus problemas
Juan Barreto
Alcalde Mayor
Tengo ahorita una reunión, pero no quiero perderme la
oportunidad de escucharlos por lo menos un poco y compartir reflexio-
nes con ustedes.
Hay varias ciudades en una y no podemos pensarla en una sola dimen-
sión. Yo comentaba allá afuera en el pasillo, un poco bromeando, que Ca-
racas es a la vez la ciudad de los proxenetas, de los locos, de los solitarios,
de los despechados, de los que no creen en la participación, también de los
que odian las familias y de los que tienen mucho dinero y odian su ciudad
–esos también son ciudadanos. También existe una ciudad que es la ciu-
dad de los problemas; por ejemplo, si no hacemos la represa Tuy IV Cara-
cas se queda sin agua cinco años, pero si hacemos la represa Tuy IV el de-
sastre ecológico sería inconmensurable. ¿La hacemos o no la hacemos? Es
un debate, ¿no? Mudamos la ciudad, o la hacemos de nuevo. También
Caracas es la ciudad que en diez años podría quedarse sin energía eléctri-
ca porque la Electricidad de Caracas hace treinta años que no invierte un
bolívar. ¿Se acuerdan que la iban a vender a los españoles?, y como la iban
a vender simplemente no le invirtieron plata. Por eso Caracas es tan lúgu-
bre de noche y la intensidad de su luz es muy tenue –y más en los barrios–,
porque la generación de energía es muy baja. Entonces, la ciudad sin
agua, la ciudad sin luz.
Y tenemos también la ciudad contaminada, la ciudad en la cual han
proliferado las líneas de autobusetes –que como son cooperativas hay que
darles el permiso–, y que en algunas de ellas prácticamente hay más ca-
mionetas que usuarios. Trancada la avenida Baralt a partir de las cuatro
de la tarde y las camionetas vacías.
Pero también está la ciudad de la inseguridad, donde nueve mil poli-
cías no se dan a basto, pero si crece el número de policías crecería la carga
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� �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
vegetativa de los impuestos, del gasto del Estado, etcétera. La ciudad de la
salud, donde la Alcaldía Mayor tiene seis ambulancias para tres millones
y medio de habitantes. La ciudad de la basura, donde la Alcaldía del mu-
nicipio Libertador gasta once mil millones de bolívares por recoger la ba-
sura al mes, lo cual son ciento treinta mil millones de bolívares al año,
equivalente a dos veces el presupuesto del estado Guárico, equivalente al
presupuesto del estado Vargas con todo y Fides y LAEE, y sigue creciendo
el gasto y la basura. Nosotros, recogiéndola, sin los instrumentos necesa-
rios, con tres o cuatro camiones. Hablamos de una ciudad que fue expro-
piada de la posibilidad de recoger su basura porque eso no era rentable ni
productivo y ahora los franceses y los españoles se matan por ver quién
tiene la concesión.
Entonces Caracas es la ciudad donde telefonía, luz eléctrica, buena
parte del agua y aseo urbano son privados, la ciudad privada también, la
ciudad privatizada. Y las dos ciudades más graves y terribles: la ciudad del
hambre y la desnutrición y la ciudad del desempleo, es decir la ciudad de
la exclusión, esa otra ciudad terrible.
Es así que cuando oigo, por ejemplo, algunos planes sobre hacer cine
(que está bien, es divertido hacer cine, estoy de acuerdo; es más, nosotros
estamos pagando unos muchachos aquí en la Plaza Bolívar para que rea-
licen actividades de ese tipo), me pregunto cómo pensar la ciudad más
allá de una visión bucólica y romántica, no perder sus elementos tibios,
cálidos y generosos y, a la vez, hablar de ellos transversalizando los gran-
des problemas sociales y políticos que tiene la ciudad, donde el hambre y
la exclusión son los problemas fundamentales. Porque Caracas es tam-
bién la ciudad del hambre.
Nosotros tenemos doscientas casas de la alimentación donde todos los
días comen gratis seiscientas personas, o sea que ahora estamos dándole
alimentación a ciento veinte mil personas gratis y todos los días hay moti-
nes en esas casas porque se queda gente sin comer. También nosotros te-
nemos casi ocho mil niños en la calle, y ¿cómo los recuperamos? ¿Saben
lo que es ese ejército? Con esa cantidad de niños llenamos la mitad de la
avenida Bolívar. También tenemos casi dos mil ancianos en la calle, ¿qué
hacemos?, ¿les recitamos poesías? También, yo no digo que no, está bien.
Pero entonces, ¿en función de qué jerarquizamos, cómo rompemos los
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PENSAR CARACAS
nudos que impiden la concreción de los sueños, de las utopías, de las son-
risas?
Bueno, para eso estamos aquí, hemos asumido las responsabilidades
que nos tocan y por eso nosotros pensamos el problema de otro modo –¡a
ver si de verdad es otro modo, ojalá lo sea!–. El hecho de que sea de otro
modo tampoco garantiza que sea el modo correcto. También nos atasca-
mos a veces porque no tenemos la posibilidad de pensar demasiado o de
hacer experiencias pilotos que prueben nuestras prácticas porque los pro-
blemas son tales.
También están los retos de las exigencias, y pensar todo eso en térmi-
nos de austeridad, sin dinero –la oposición ha hecho una gran campaña
diciendo que estamos boyantes, ricos, buchones y eso es mentira. Si los
precios del petróleo en el reinado del primer Carlos Andrés Pérez estuvie-
ron a treinta y dos dólares (llegaron a noventa y nueve por barril pero se
estabilizaron entre treinta y dos y treinta y cinco dólares, y veinticinco
años después vuelven a estar en treinta y dos), y si les descuentamos la
inflación internacional, están a tres o cuatro dólares; entonces tampoco
es verdad que nosotros estemos en una buena situación económica. Bue-
no, estamos mejor que si el barril estuviera a dieciséis dólares, claro, pero
como los precios del petróleo tienden a estabilizarse hacia abajo porque
hay un ciclo recurrente de corrección de la curva de precios, entonces po-
drían estar entre veintiséis y veintiocho dólares en la cesta venezolana.
Eso significa una situación dramática, porque ¿cómo sostenemos las mi-
siones, cómo sostenemos los megaplanes estratégicos?
Además, cuando montemos un mimo en una esquina no perdamos de
vista que existe algo que se llama imperialismo, y que hay una cosa fáctica
que son los poderes mundiales, y que nosotros tenemos que armar el país,
tenemos que comprar helicópteros, metralletas antiaéreas, porque eso
viene. Eso está escrito en el porvenir.
De manera pues que pensar la ciudad también es pensar en todos los
problemas que la atraviesan en todas las dimensiones, es pensar lo que sig-
nifican la nacionalidad, la memoria, las formas de participación, etcétera,
pero también pensarla en el marco del proyecto político que estamos
construyendo y de sus amenazas y sus riesgos. No podemos pensarla fue-
ra de ello, ese es el contexto. No podemos pensarla entonces de manera
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DE CARACAS
desagregada de los problemas. Nosotros hemos intentado pensarla des-
de un paradigma que es el poder popular y la autogestión –que el presi-
dente Chávez, en ese proceso de rebautizar las cosas, de renombrarlas, ha
dado por llamar desarrollo endógeno. Entonces todos los problemas que
yo he enumerado, he enunciado, los resumimos en ese paradigma: poder
popular y autogestión o desarrollo endógeno.
En ese terreno hemos jerarquizado tres áreas de intervención. La pri-
mera, la seguridad –ya les voy a explicar por qué–; la segunda, la salud; y
la tercera, la urbana. Sepan que eso no es una prelación pero, como el len-
guaje no es simultáneo sino sucesivo, diría Borges, entonces tengo que de-
cir una cosa primero y otra después, aunque ocurran en el mismo tiempo.
Porque es que el problema de la seguridad no es un problema pura-
mente mediático, es un problema verdadero, es cierta la cuestión de que
uno no puede salir por la calle de noche porque tiene miedo. Y en los ba-
rrios es peor, en los barrios la gente se encierra a partir de las siete de la
noche. Es una situación verdaderamente crítica y dramática. Tal vez no-
sotros somos más o menos clase media y entonces vivimos en la zona de
strike, ahí donde no pasan muchas cosas y cuando lo atracan a uno es un
acontecimiento y entonces uno tiene algo que contar; pero es que a la gen-
te la matan, y los que quedan vivos llegan apuñalados y quedan lisiados
para toda la vida. Es terrible. Y esa es una cuestión que nosotros tenemos
que resolver si queremos tener ciudad.
La otra cosa, entonces, la salud. Nosotros nos hemos metido en esos
barrios y hemos encontrado tanta gente con problemas, todo el mundo
con un problema de salud. Lo vemos aquí mismo, en el barrio Las Brisas,
en la Cota 905, eso queda en el centro de la ciudad, y vemos gente que tie-
ne tres y cuatro años que no ha salido, que no ha bajado a Caracas, y ¿por
qué no ha bajado a Caracas? Bueno porque no tiene dinero. Y uno se pone
a pensar que ciertamente todos hemos estado desempleados alguna vez,
y sabemos que uno se deprime y se queda en su casa. Bueno, hay gente que
pasa tres años en eso. Qué exclusión tan fuerte cuando uno se topa con
una persona y cruza una conversación más o menos como esta: “—¿Y qué
haces tú? —Bueno, yo vivo aquí. —¿Y qué estás haciendo? —Yo tengo tres
años desempleado. —¿Y por qué no vas a la oficina para que hablemos? —¿Y
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PENSAR CARACAS
dónde queda eso?, ¿voy a tener que ir hasta allá?”... Se le van haciendo
como lejos los caminos, ¿no? Se resignan, se tiran al abandono, a su suerte.
El otro día me llevaron para la casa donde vivían tres viejitas ciegas y
solas, en una casa de cartón con un techo de zinc agujereado por los tiros
de las balas frías que caen. La viejita que está más cuerda –porque las
otras dos no lo están– tenía dos hijos, a uno lo mataron unos malandros
en la esquina llegando a la casa por cobrarle el peaje, y la otra hija se fue y
no volvió, ella no sabe si está viva o si está muerta; ¿y de qué viven?, de
comer la basura que recogen.
Entonces, cuando uno ve esos dramas humanos, uno se pregunta: ¿la
ciudad de qué?, ¿de qué ciudad estamos hablando? Y ese drama tiene que
estar en el discurso nuestro, el sueño tiene que estar poseído del drama
que significan la miseria y la exclusión. Eso no podemos perderlo de vista.
Y el presidente Chávez siempre nos lo dice: “Bueno, ¿qué hacemos aquí,
para qué vinimos, para hacernos ricos?”.
Por eso yo digo que pensemos también desde los problemas, y si a mí
me piden dinero para un remedio o para un cine, yo sé por dónde escoger.
Pero hay compatriotas que no lo entienden porque creen que su pequeño
mundo y su pequeño proyecto es el proyecto. Entonces pensemos tam-
bién como los cubanos, ¿cómo han hecho ellos las cosas? Las han hecho
sin medio.
Nosotros somos absolutamente clientelares, siempre estamos pen-
sando que los proyectos pasan por el Estado, y no. Los proyectos no nece-
sariamente pasan por el Estado, el Estado es un actor más que debe disol-
verse en la ciudadanía, el Estado no es el actor. Nosotros tenemos que
hacernos de los recursos por la vía que sea, resolviendo los problemas al
menor costo y con la mayor eficiencia. Cuando nosotros vemos el presu-
puesto de la Alcaldía Mayor nos asombramos porque creemos que es
mucho dinero un billón doscientos treinta y seis mil millones, de los cua-
les ochenta y tres por ciento se va en gastos de personal y lo demás son
gastos operativos. Nos quedan cuarenta y dos mil millones de bolívares
para gastos operativos (para que la cosa funcione) y para pagarle el resto
del dinero a los empleados, que además muchos están contra nuestro pro-
yecto. Es decir, hablamos también de la ciudad de la burocracia, de la bu-
rocracia ineficiente, improductiva, parasitaria, inconciente.
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DE CARACAS
Entonces, ¿qué hacemos? No es para que nos frustremos y entremos
en llanto, es para que evaluemos la dimensión del compromiso que tene-
mos. Estamos hablando nada más de Caracas, pero si nos vamos a reco-
rrer el país, nos metemos plantación adentro.
Pero les estaba hablando del barrio Las Brisas. Allí uno ve muchachas
lindas, jóvenes, que no saben hablar, con enfermedades y envejecidas, y
con dos muchachitos agarrados, que también están enfermos, y un mari-
do que no existe. Pero no es un caso, son muchos como ese, infinitos. En-
tonces también es la ciudad de los niños sin padre, sin familia, del aban-
dono profundo y eterno, del resentimiento y de la delincuencia. El nido
terrible de la delincuencia.
En estos días estaba yo sentado aquí y me llama el presidente Chávez a
reclamarme por el problema de la basura de la ciudad. Y me plantea que
tengo que resolverlo de inmediato. Se trata de un problema que no está
entre mis competencias, y para el cual no tengo presupuesto. Pero ¿qué
voy a hacer? Para eso estamos aquí. Entonces yo tumbo todas las reunio-
nes que tengo en la semana porque tengo que resolver. Agarro todos los
carros que tenga, los camiones que tenga y, bueno, en este caso llamé a la
gente, porque ese no es un problema burocrático. Llamé a los líderes co-
munitarios, a la gente de los comités de tierra, y a las doce de la noche te-
níamos una poblada aquí de dos mil y pico de personas y con ellos salimos
a recoger la basura mano a mano. Y tenemos un mes recogiéndola (di-
ciembre, que es el mes más crítico) y es así que la ciudad se ve menos sucia.
Todo esto sin recursos.
Hay que aprender a hacer las cosas sin recursos. Esa es la cuestión. Eso
se lo digo a mis compatriotas que desfilan pidiendo recursos, porque no
hay y no va a haber. Entonces tenemos que hacerlo con la gente, y por eso
dije que las dos líneas son el poder popular y la autogestión. Pienso que
poder popular y desarrollo endógeno son un solo término, son una mis-
ma palabra, y todos los problemas nosotros tenemos que solucionarlos
con la gente, desde la gente, porque de lo contrario no tienen solución, no
tienen solución técnico-administrativa ni burocrática.
Y el problema de la seguridad no se va a resolver con el Plan Bratton,
que decía que en vez de tener nueve mil policías había que tener veintiséis
mil, tres veces más, y bien armados, no con esas que ahora tienen; o sea,
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PENSAR CARACAS
como que si el problema de la seguridad fuese un combate olímpico entre
vaqueros a ver quien dispara más rápido y quien tiene la pistola más gran-
de. Yo no creo eso, nosotros estamos hablando de la policía vecinal y so-
cial, de las redes sociales de inteligencia, de la incorporación de los
reservistas de la Fuerza Armada a ese problema, además para crear unas
red primaria de seguridad y defensa nacional en los barrios que tenga
como punto de partida y núcleo de articulación la policía, pero que pueda
entrompar a la hora de una guerra, porque tenemos que pensar los pro-
blemas, es decir, cómo una solución soluciona veinte problemas y una in-
versión en un sentido es una inversión en varios, porque de lo contrario
no nos alcanzan los reales. Pensamos que esa policía vecinal tenga una
radio comunitaria y que atienda los problemas de la Casa del Poder Popu-
lar, por eso nuestras primeras inversiones van en sentido de crear las Ca-
sas del Poder Popular en los barrios, en las comunidades, para no seguir
creyendo en la ciudad blanca, en “la ciudad se divierte”.
La oligarquía cree que ellos son la sociedad, pero la sociedad somos
todos. Cuando otros rostros aparecen en lo social ellos se aterran porque
sienten que están siendo expropiados del espacio social, cuando lo que
está ocurriendo es que el espacio social se está ampliando.
Entonces no pensemos la ciudad solamente como la ciudad blanca,
como la ciudad urbana; pensemos la ciudad desde sus problemas, más
desde el margen. Por ejemplo, lo cultural no solamente –estoy diciendo
no solamente, lo que no lo niega– como animación cultural, porque la ani-
mación cultural tiene un problema y es que gasta mucho dinero pero no
siembra nada; lo cultural tiene que ser también lo permanente, y lo depor-
tivo tiene que ser lo permanente, no podemos dejarnos atrapar por la cul-
tura del evento y del espectáculo; que eso sea la manifestación terminal
de un proceso pero no creamos que eso por sí mismo genera proceso.
Las nuevas formas de socialidad, de organización, de participación, de-
ben venir también en esas puestas en escena, en esas puestas en práctica,
pero no al revés. Por ejemplo, ahí está la gente de la comunidad de San
Agustín que agarró el Teatro Alameda porque tuvo un impulso hace unos
dos o tres meses, pero ahora como que tiende a languidecer y los que si-
guen ahí perseverando corren el riesgo de convertirse en los conserjes de
un edificio viejo. ¿Qué puede hacerse con eso? Hay otros casos en el área
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cultural en los cuales se diseñan proyectos, pero no se comienzan a ejecu-
tar hasta que el Estado no aporte los recursos. Es que el paternalismo ha
llegado también al campo de la cultura.
Y yo me pregunto: ¿dónde está la comunidad?, ¿dónde la gente?,
¿dónde la participación?, ¿dónde está el poder popular allí? No... ¡ellos
son artistas!, ¿ves? Y la crítica es sana, pero son cosas que nosotros tam-
bién tenemos que resolver. Yo quisiera ver ya ahí todos los días un evento
y que eso se vaya convirtiendo poco a poco en una cosa material; pero no,
hasta que no tengamos hecho el primer nodo no podemos hacer nada. ¿Es
que ahí no pueden montar una pantalla con una sábana que le roben a la
mamá y pasar unas películas todas las tardes bajo la lluvia? ¿Qué es lo que
pasa? Por el contrario, ahí está la gente metiéndose en los hospitales ha-
ciendo contraloría social, una compatriota estaba reclamando medicinas
y que nombrara rápido a un nuevo director. Le dije “¡Cálmate!”. Hay unos
que hay que calmar y hay otros que hay que apurar.
Esos también son problemas de la ciudad, los tiempos de la participa-
ción, los tiempos de la apropiación; es decir, los tiempos políticos de la
ciudad. Otro de los problemas, el último que pongo, es el de la burocracia.
Ustedes saben que la burocracia –dijera mi maestro Rigoberto Lanz– es
un destino, la burocracia es como un virus negro, que todo lo que toca lo
convierte en escritorio, en pluma fuente, en corbatas de cuadritos, en or-
ganigrama. Eso es horrible.
Es un problema que nosotros tenemos; no solamente se expresa en ese
crecimiento vegetativo insoportable del aparato de Estado sino que todos
los cuadros sociales quieren ser funcionarios políticos del Estado, en el
“¿cómo quedo yo ahí?”, y “¿tú no me vas a dar un carguito pa’...?”. ¿Y quién
genera entonces procesos sociales autónomos, si todos estamos pegados
de la teta y somos empleados?
Yo pienso que los movimientos sociales, que a veces los adulcoramos y
los embellecemos, también están contaminados de eso y nosotros tene-
mos que generar la autonomía de la gente sobre la base de la gente pro-
ductiva y participativa. Entonces la ciudad que queremos tiene que ser
también la ciudad de la producción y la participación, porque la ciudad
tiene que generar empleo. Hablamos mucho, mientras tanto la gente
come, duerme y hace muchas otras cosas; entonces éstas tienen que tener
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PENSAR CARACAS
espacio de realización, y nosotros tenemos que darle trabajo a la gente
pero no puede ser trabajo alrededor del Estado ni puramente de servicio.
También esta ciudad tiene que generar pensamiento por sí misma y los in-
telectuales entonces tienen que ir a la gente y encontrarse con el pensa-
miento de la gente. Creo que eso lo saben bien ustedes. Entonces, ¿cómo
creamos esa red intelectual colectiva? Por eso este taller se llama Pensar
Caracas. Podría llamarse también Caracas se piensa, Caracas se piensa
porque el pensamiento no está desde fuera de Caracas. Así como nosotros
somos el universo pensándose a sí mismo, comprendiéndose, también
somos los caraqueños pensándose a sí mismos, porque cuando pensamos
la ciudad no estamos pensando en una entelequia que existe fuera de no-
sotros (esa es una visión de exterioridad que supone que cada vez que lle-
ga una Semana Santa o un Carnaval pasamos a pensar en otra cosa, y Ca-
racas se queda ahí esperando que regresemos a pensarla). No, pensar
Caracas es que Caracas se piense, que la ciudad se piense. Es así que noso-
tros no podemos pensarla como un espacio sin conflicto ni en los térmi-
nos románticos de la bonita vecindad.
Va a seguir siendo una ciudad del tercer mundo, va a seguir siendo una
ciudad terrible, hermosa, contradictoria; va a seguir siendo una ciudad
pesada, una ciudad de tráfico, una ciudad de oportunistas, una ciudad de
burocracia, va a seguir siendo eso durante mucho tiempo y resolver eso
no es fácil ni es inmediato y creo que lo primero que hay que atacar y resol-
ver –y con esto termino– es el problema de la gente que no come, el ham-
bre, la exclusión, los chamos que no tienen escuela, la gente que sigue
analfabeta y que no hemos encontrado porque no se deja asir, la gente que
no tiene hospitales, el problema de los servicios cada vez más caros y que
pueden seguir siéndolo. Es una ciudad que está al borde del colapso prác-
ticamente.
Ahora los colapsos y los momentos apocalípticos de las ciudades son
lánguidos y largos, las ciudades no se mueren de una sola vez, son proce-
sos de necropsis y de descomposición que llevan mucho tiempo. Creo que
nosotros tenemos una ciudad que está en ese estado hace mucho rato.
¿Cómo abordar la ciudad? Yo no lo tengo listo, no lo tengo pensado ni
quiero tenerlo, yo pienso que estos espacios tienen que ser traducidos en-
tonces a un gran debate ciudadano que salga de esas redes espesas y pro-
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� �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
fundas del más allá del pecado, de ese pecado que significa ser ciudadano.
Pensemos entonces un modelo de ciudad que esté en armonía y sintonía
con los cambios que deben ocurrir; esa es una de las grandes deudas que
tiene este proyecto revolucionario de cambio que huele a sabana, que hue-
le a mastranto y a ganado, que huele a pupú de vaca, a Florentino y el dia-
blo y que creemos que sólo ese pasado existe. También tenemos otros pa-
sados. El 19 de abril de 1810 es un hecho urbano, la rebelión de Gual y
España también lo es, cuando pensamos en el 5 de julio de 1811 estamos
pensando en los ciudadanos de la primera ciudad. Si nos preguntaran,
tendríamos una visión de lo que debe ser el campo, hay una política agrí-
cola, hay una política de semilla, los fundos zamoranos, hay unos minis-
terios que tienen que ver con eso; pero cuando hablamos de la ciudad no
hay nada. ¿Por qué no puede haber un Ministerio de la Ciudad? Sería más
burocracia, pero sí un ministerio desde donde el Estado aborda, enfrenta
y confronta la ciudad, la autoridad única, pues, de la ciudad.
Entonces, bueno, vamos a pensar Caracas para que Caracas se piense.
Gracias.
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� �CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
La ciudad
como problema
Rigoberto Lanz
Centro de Investigaciones
Postdoctorales – UCV
Pensar Caracas no es un nombre gratuito pues no está cla-
ro que pensar y gestionar vayan parejos, mucho menos en el seno de un
Estado como el venezolano que no está hecho para pensar; al contrario,
puede estar hecho para que el pensamiento no entre, no quepa por las
puertas del sistema institucional. Eso va desde Miraflores hasta la última
alcaldía desperdigada en el territorio nacional. Pensar y hacer gestión de
Estado no es obvio que vayan juntos. Al contrario, nos parece que el dra-
ma de hoy (después de cinco años de experiencia), es una tensión vivida
por muchos colegas, desde ministros hasta funcionarios de todos los ni-
veles, en la que no hay forma de pensar mientras se gestiona, mientras se
atienden del modo como se atienden los problemas del Estado venezola-
no y su traducción en políticas públicas. No hay tiempo, no hay espacio,
las urgencias son dramáticas y la función de pensar está permanente-
mente excluida; se hace “como si” se pensara pero no hay manera real de
pensar. Pensar requiere un tiempo, requiere unos modos, requiere unas
condiciones, requiere incluso unos hábitos que el Estado no está en con-
diciones de proveer (porque ello no está en su naturaleza). O sea que las
ideas puede que no habiten estos lugares. Lo digo de frente para transmi-
tirles un poco la angustia que recibo de parte de los amigos que están al
frente de diversas responsabilidades de Estado y que están concientes de
estos problemas. Pensar en estos ambientes no es obvio, entonces hay que
forzar la barra; presionar fuerte para hacer de estos lugares también un
lugar de reflexión, un lugar para que el debate conviva, un lugar de medi-
tación, de reflexión constante sobre lo que se hace (sin lo cual corremos el
gravísimo riesgo de que en efecto la gestión vaya haciéndose cada vez más
raquítica y más ausente de toda densidad, de complejidad y de calidad).
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.23
� �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
En esas condiciones la gestión termina siendo un accionar pragmático
que va girando al ritmo de ensayo y error, según las habilidades del ges-
tor, según sus capacidades y sus intuiciones.
Entonces, la primera conclusión es que en efecto hay que forzar la ba-
rra contra la corriente para habilitar espacios donde se puedan pensar los
problemas y los asuntos que nos interesan, y que, a diferencia de otros
ámbitos donde esto sería natural (como las universidades e institutos),
estos lugares, por naturaleza, no fueron hechos para eso. Y una de las pri-
meras transformaciones que hay que lograr instalar es que estos lugares
sean también lugares de pensamiento, lugares de las ideas, lugares de la
reflexión, lugares del debate.
Esto lo digo no solamente como un comentario externo, es más bien
interpretando dramáticamente la experiencia de los compañeros que es-
tán al frente de estas cosas, que obviamente están condenados a la prag-
mática pura si no se ponen las pilas desde temprano para que eso no ocu-
rra fatalmente. Una salida es hacer de estos lugares, también, lugares de
reflexión, de pensamiento, de debate, tal como el que estamos hoy inten-
tando inaugurar. Que esto no sea la excepción. Claro, no puede vivir la
Alcaldía Mayor en un seminario permanente pero hay que inventar algu-
na forma para que las ideas penetren por las paredes de la burocracia del
Estado. Esa es la primera inquietud que transmito para darle un poco de
sentido a lo que estamos inaugurando hoy.
En segundo lugar, es importante percatarse de que en efecto hemos
heredado un cascarón llamado “estructura administrativa” (en el cual
muchos de ustedes están ahora colocados: directores, gerentes, etcétera),
que no fue hecho ni para gestionar en clave del tiempo contemporáneo ni
mucho menos para gestionar transformando la sociedad. El Estado, en
grande y en pequeño, no fue hecho para eso; no hay otra manera que habi-
tar inteligentemente esa estructura que hemos heredado (la estructura de
esta Alcaldía Mayor, por ejemplo). El modo como está conformada su pla-
taforma gerencial no hay que creer que sea apropiado para lo que estamos
pensando. Hay allí un reto descomunal que es justamente cómo hacer de
la plataforma de gestión en la cual estamos instalados también un asunto
a ser pensado (no solamente para cambiar el organigrama, modificar los
nombres de “director” por “gerente”, y cosas parecidas), cómo replan-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.24
� �CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
tearnos la propia plataforma de gestión que ha sido heredada (es en parte
el drama en este momento del gobierno en su conjunto: cómo hacer para
transformar un Estado que no fue concebido para su autotransformación
radical). Eso se expresa en pequeño también en esta Alcaldía Mayor, don-
de existe una plataforma de gestión que en su forma y en su contenido
debe ser repensada a fondo (a fondo es a fondo), instalando progresiva-
mente otras prácticas, otras formas organizacionales, otras estructuras,
otros modos de relacionamiento. Pero al mismo tiempo, y esto es parte
importante de los nuevos desafíos, generando resultados para la gente, de
cara a los inmensos problemas de la ciudad. Esto no puede hacerse como
un laboratorio puramente privado, digamos, donde la Alcaldía Mayor se
“paraliza” porque está pensándose; así no puede ser. El reto es justamen-
te hacerlo simultáneamente: atendiendo los problemas del día a día, in-
tentando obtener resultados tangibles, dándole visibilidad a la gestión, lo
cual es un desafío demasiado exigente.
Aquí tenemos que asumir desde el primer día la tarea de empezar a
repensar la Alcaldía Mayor como plataforma de gestión y, al mismo tiem-
po, intervenir de la forma más audaz y efectiva en todos los espacios don-
de corresponde intervenir a este organismo; pero simultáneamente. Eso
genera un reto enorme en el cual suele perderse alguno de los dos polos:
la gente se fatiga de tanto intentar cambiar la plataforma de gestión y ter-
mina haciendo las cosas “como Dios manda”, es decir, haciendo lo que el
sentido común indica, o al revés, pasa demasiado tiempo regodeándose
en los cambios estructurales y la actividad de la calle pierde visibilidad.
Así que entonces esa es una preocupación que percibo como esencial; hay
que acompañarla con toda la seriedad de los compromisos de fondo, con
toda la energía política disponible. El asunto es intentar, al mismo tiem-
po, repensar el modo como se va a gestionar la Alcaldía Mayor con la ne-
cesidad de tener visibilidad en los resultados que la gente está esperando
ansiosamente.
Ya para finalizar, me parece que de lo que se trata, aparte de los temas
ya comentados en la propia convocatoria de este Conversatorio, es que en
efecto hay un potencial muy grande en el laboratorio de la ciudad que
debe ser procurado de todas las maneras posibles para potenciar todo lo
que haya que hacerse de aquí en adelante, eso pasa por las sinergias ele-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.25
� �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
mentales que habría que ir generando con todo el entramado institu-
cional que habita Caracas (los ministerios, las instituciones públicas de
todo género que tienen sede en esta ciudad). El alto gobierno y muchísi-
mas instituciones privadas tienen una presencia en la ciudad que repre-
senta un enorme potencial para el desarrollo de programas concertados,
sólo para indicar un campo que no puede dejarse solo, que hay que aten-
derlo, es una ejemplificación del tipo de mentalidad y de sensibilidad con
las cuales hay que interpelar al conjunto del entramado estatal que habita
la ciudad de Caracas. Lo cual no es igual para otro estado, no es lo mismo
para otra ciudad, esta es una cosa peculiar de Caracas: buena parte del en-
tramado institucional es de carácter nacional, es del gobierno central, no
de esta o aquella alcaldía. Hay allí pues un enorme potencial de posibili-
dades que hay que trabajarlo voluntariosamente, eso no va a venir solo,
eso no es automático, al contrario, ahí hay inercias que van en sentido
contrario, que van en sentido del desencuentro, que no van en la dirección
de multiplicar lo que de potencial existe aquí. Es preciso desarrollar una
política deliberadamente pensada para el máximo aprovechamiento de
estas ventajas que están dadas de hecho por la mera existencia de estos
sistemas organizacionales.
Este Conversatorio intenta inventariar una agenda común para pen-
sar Caracas. Una de las cosas que más nos estimula a acompañar esta ini-
ciativa con toda la energía que podemos aportar es que en efecto creemos
que hay condiciones en este momento, tanto de la acumulación de acervo
intelectual en el mundo como de experiencias en muchas partes, de las
ciudades que están pensándose (hay buenos ejemplos en todo el globo)
como para que Caracas sea una ciudad que se viva de otra manera. Hay
demasiada experiencia y demasiado acervo, un repertorio inmenso de po-
sibilidades para que Caracas y esta Alcaldía Mayor puedan recolocar un
pensamiento nuevo sobre la cultura urbana, una reflexión que no sea so-
lamente la de la sobrevivencia, la de la elemental gestión de las catástro-
fes, sino que al contrario, al final de este período uno pueda demostrar vi-
siblemente en Caracas una cosa que cambie de calidad y de naturaleza lo
que es la tradicional gestión de la ciudad, tal como la hemos heredado y la
hemos visto en el pasado. Creo que podemos ir forjando un mecanismo
que le permita a los compañeros que están al frente de la gestión de la ciu-
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!CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
dad un permanente alimentador y suministrador de iniciativas, un vive-
ro de proyectos, tormenta de ideas, que sistemáticamente sea capaz de
vitalizar el día a día y armar permanentemente nuevos horizontes, una
fuente de animación de proyectos que efectivamente se ejecutan y que ob-
viamente no se abandonan en el camino. El asunto es que esas ideas que
circulan en estas cuatro paredes y en estos ambientes burocráticos se
transformen efectivamente en proyectos tangibles. Para que eso sea posi-
ble tiene que haber un vivero de proyectos, tiene que haber una labor sis-
temática que recupere ese pensamiento creador, que lo transforme en pa-
lanca práctica, que lo haga cristalizar; para ello no bastan sólo estos
fructíferos encuentros que hay que continuarlos; hay que hacer de estos
conversatorios un mecanismo sistemático de trabajo de la Alcaldía Ma-
yor, que tenga visibilidad, que tenga su propio cuerpo, que tenga la capa-
cidad de intervenir las instancias que son las encargadas de ejecutar cada
iniciativa. Aquí estamos inaugurando hoy un mecanismo sistemático y
permanente de debate, de discusión, de alimentación de las prácticas que
han de ir moldeando los nuevos dispositivos de gestión para la Alcaldía
Mayor, los nuevos hábitos organizacionales, las nuevas formas de relacio-
narse con la gente, los nuevos discursos que dan cuenta de la voluntad
transformadora que da vida a todo este esfuerzo.
La ciudad es el ámbito donde se plasma todo cuanto puede imaginar
nuestro espíritu creador, es allí donde se juega lo más preciado de “la vida
como obra de arte”. Pensar Caracas desde el talante crítico de una ética
emancipatoria acarrea el compromiso de afrontar los dramas que atravie-
sa este espacio vivo (violencia, pobreza y exclusión) con la fuerza de un
horizonte esperanzador, es decir, con convicción de que otro modo de vi-
vir es posible. Sin este espesor utópico el síndrome de la conserjería ter-
mina ganando la batalla. Estamos aquí justamente porque apostamos
duro a otra cosa: transformar las relaciones perversas que están en la base
de la ciudad carcelaria que heredamos. El reto es inmenso… pero qué si
no eso puede estimular mejor el raro oficio de pensar.
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Caracas autoconstruida
Democratización de
la ciudad y producción del
espacio urbano
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" #CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Plan Urbano
Metropolitano
Mikel Menéndez
Coordinador del Taller Caracas
Debemos comenzar por tener claro hacia dónde vamos. No
tener claro hacia dónde vamos es uno de los problemas más graves que
afrontamos cuando iniciamos una gestión de cualquier tipo. Al no estar
claros nos empezamos a perder. Nos perdemos precisamente en la mez-
cla de lo cotidiano con la teoría, en una relación aparentemente dicotó-
mica entre lo práctico y lo teórico que surge si no tenemos claros nuestros
objetivos.
Quizás no todos los presentes tengamos tan clara la idea de hacia dón-
de vamos, como sí la tienen otros aquí, como la tiene el presidente Chávez,
como la tiene la gente que se ha ido politizando en estos cinco años y que
es la base del poder popular, respaldo que tiene que tener cualquier ges-
tión. Por ello considero que uno de los temas más importantes que debe-
mos debatir hoy es justamente éste: hacia dónde vamos. Lo considero un
problema de convicción ideólogica.
Segundo, no debemos tener miedo del para dónde vamos; no debemos
temer a las discrepancias que puedan producirse entre los distintos fac-
tores en el proceso de toma de decisiones.
Y tercero, debemos ser muy tercos en que para allá es a donde vamos;
que no nos desviaremos del camino hacia una vía que nos parezca más
conveniente o porque nos parece más fácil. Porque adonde hemos llega-
do, lo hemos hecho básicamente por terquedad, también por trabajo por
supuesto, pero sobre todo por terquedad.
Dentro de este contexto, quiero entrar en el tema sobre la ciudad, re-
cordando tres aspectos que están en el programa de Juan Barreto:
El primero es clave: para dónde vamos. Y el eje principal de este aspec-
to es la Constitución, la cual hay que leerla y comprenderla bien. No reci-
tarla, sino comprender el sentido de lo que contiene. Puede ser que tenga
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.31
$ %ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
algunos errores, pero hay aspectos de ella que son vitales, como el siguien-
te que voy a señalar con respecto a la vivienda.
Durante el proceso constituyente un grupo de comunidades hizo un
lobby importante para colocar en la Constitución cinco artículos acerca
de la vivienda; por otro lado, los banqueros también hicieron su lobby
para colocar otras alternativas; y el problema de la vivienda terminó con
un solo artículo, el artículo 82, que trata la vivienda en una forma bastan-
te genérica. Por supuesto, no menciona la dignidad, pero sí la calidad y
otra cantidad de aspectos, aunque en forma genérica. Entonces las comu-
nidades nos coleamos a través del artículo 86 y metimos la vivienda como
un servicio no lucrativo del Estado, asegurando que la vivienda fuese par-
te de lo social –una reivindicación social– y no de lo infraestructural, tal
como se ha venido manejando durante todos estos años y en todos los paí-
ses del mundo. El artículo 86 dio lugar a la Ley Orgánica de Seguridad
Social en donde se contempla la vivienda; y esta Ley, aprobada el 31 de di-
ciembre de 2002, es una de las leyes más avanzadas que tiene país alguno.
La gran pelea de la Ley Orgánica de Seguridad Social es justamente el pro-
blema del dinero: quién manejará el dinero de la vivienda y quién mane-
jará el dinero de las pensiones. Porque ahí están los bancos como “caima-
nes en boca e caño”, en espera.
Acabamos de preparar la Ley del Régimen Prestacional de Vivienda y
Hábitat que entra en discusión en enero de 2005; y se acaba de aprobar la
Ley de Protección al Deudor Hipotecario, la cual ha sido protestada por
los bancos ante el Vicepresidente de la República para que no la firme el
Presidente. Esta ley es la punta de lanza de la Ley de Vivienda y Hábitat
que plantea por primera vez intereses sociales. Esto quiere decir que el
dinero que está bajo la tutela del Estado, que son el ahorro de los trabaja-
dores manejados por el Estado en calidad de tutela, tienen que destinarse
para créditos en función social, en función de intereses sociales. Porque
ustedes saben perfectamente bien que una cosa es pagar una vivienda de
veinte millones de bolívares en veinte años al seis por ciento de interés,
que pagarla a casi dieciocho por ciento, que es el mínimo interés que está
planteando el Conavi en este momento. De aquí que la titularización de la
deuda de los bonos de la deuda de la vivienda hecha sobre la base de inte-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.32
& &CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
rés social tiene que hacerse sobre otro criterio económico que no es el ban-
quero tradicional.
Señalo esto como ejemplo simplemente de la importancia que tiene el
que conozcamos esa Constitución y esas leyes, ya que son el eje funda-
mental de cualquier gestión, llámese la de Juan Barreto o de cualquiera
en Venezuela. El segundo eje es aquel que nos liga con todo lo que plantea
el Ministerio de Planificación y Desarrollo.
Ahora bien, hay otros tres ejes que pertenecen a la gestión de Juan
Barreto. Uno, en el ámbito de lo político; otro, en el ámbito de lo económi-
co; y el tercero en el ámbito de la gestión urbana, el Plan Urbano.
El Plan Urbano, en el caso de lo que estamos hablando, no es el resul-
tado de sino que es parte de. Lo cual es importante porque se sale del pa-
radigma tradicional de que la ciudad no es más que el resultado de tales o
cuales cosas. No, la ciudad es parte del resultado y, a su vez, también pro-
duce resultados dentro de los ámbitos político y social-económico.
Ahora bien, el hacia dónde vamos tiene que ver con estos cinco ejes, y
el aspecto fundamental que se deriva de ellos es la pregunta que surge:
¿cómo vamos a hacerlo? A través de la creación de las redes del poder po-
pular. Lo cual quiere decir que aquí gobierna el pueblo y el alcalde es el fa-
cilitador. El alcalde y todo el equipo de la alcaldía facilitan la acción de
gobierno del pueblo. Y por facilitación entendemos que los recursos los
maneja el pueblo, en cogestión, pero los maneja el pueblo.
Aclaro, es muy fácil referirse al poder popular, es muy fácil decir “go-
bierna el pueblo”, pero si el pueblo no tiene recursos no gobierna. Si yo me
reúno, hablo con los Comités de Tierra Urbana, ellos se reúnen y discuten
y pasan la información a la comunidad; quienes se reúnen y discuten, en-
tonces, plantean los problemas, discuten entre ellos y deciden y luego no
se ejecuta lo decidido por ellos, sino que viene Mikel Menéndez con su
equipo de arquitectos y les dice: “Mire pana, la cosa es así, yo tengo un
contrato del Ministerio que les va a decir cómo es que ustedes van a armar
su barrio; la cosa es así, el barrio se pone así, las casas son así y asao”. Re-
sulta que la gestión es chucuta, esa gestión no existe, así el poder popular
no se ejerce.
El poder popular se ejerce cuando existen recursos para poder ejercer-
se, si no los tiene no se puede ejercer; y el centro de esta gestión de gobier-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.33
' (ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
no es que el poder popular decida y ejecute. Por supuesto, en un proceso
de cogestión donde el gobierno de la Alcaldía es el facilitador para que eso
ocurra.
La estructura de toma de decisiones es otra; tiene que enlazarse con la
estructura de gobierno a través de los diferentes mecanismos que se están
diseñando, que se han diseñado y que se continuarán diseñando. Porque
es un proceso que va de la práctica a la teoría y de la teoría a la práctica; o
sea, no hay teoría sobre la praxis del gobierno del pueblo, sobre eso no hay
teoría; no hay teoría que sea válida si no hay práctica que sea válida. La
práctica que es válida en este muy extraño proceso que hemos seguido du-
rante estos cinco años está basada en dos contradicciones fundamentales
que nos planteó el Presidente: una revolución pacífica y el capitalismo
humanista.
Ustedes saben que revoluciones pacíficas no existen, por lo menos his-
tóricamente no han existido. Aunque aquí vamos en una, ya tenemos cin-
co años en una revolución pacífica de lo más curiosa y de lo más extraña.
Es una de las grandes contradicciones de nuestro proceso revolucionario.
Y lo que el Presidente llamó “el capitalismo humanista”, tampoco existe,
pues el capitalismo es salvaje y desgraciado. Pero bueno, el Presidente lo
plantea y aquí vamos en esta cosa de núcleos de gestión endógena y nú-
cleos no-sé-qué-cosa, haciendo uso de una cantidad de elementos que se
están planteando y que constituyen nuestro proceso y que están en nues-
tra Constitución.
En este proceso, que para su avance parte del aspecto bien interesante
que es el rompimiento de estas dos contradicciones principales, seguirá
sobre la base de otros rompimientos, de otras contradicciones que van
apareciendo y que tendremos que ir rompiendo también, porque de eso
trata el avance de la humanidad: rompimiento de las contradicciones.
En ese avance encontramos un problema de estructura de gobierno,
un problema de estructura de producción en nuestra ciudad, y es clave.
Esta estructura de producción está pensada en una forma totalmente di-
ferente de cómo han sido tradicionalmente pensadas y, además, dentro
de una estructura urbano-arquitectónica con unas características dife-
rentes a las actuales. Ésta es la visión general del asunto.
Dentro del Plan Urbano nos hemos planteado trabajar en varias esca-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.34
) *CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
las. Como era lógico, existen algunas escalas sobre las cuales no podemos
tomar decisiones en este momento; por ejemplo, el eje Norte-costero.
Además de los tres ejes que plantea el Ministerio de Planificación, el eje
Orinoco-Apure, el eje Occidental, el eje Oriental, existe histricamente un
eje Norte-costero donde está el ochenta por ciento de la población vene-
zolana. Hay que trabajar este eje.
Aunque al Ministerio no le gusta mucho esta opción –ya que su priori-
dad son sus otros tres ejes–, nosotros tenemos una realidad concreta y
ésta es la inmensa población ubicada en el eje Norte-costero, desde
Maracaibo hasta Güiria; solamente en Caracas, que es prácticamente el
centro geográfico de ese eje, tenemos a más de cinco millones de perso-
nas, casi siete millones y pico si tomamos en consideración lo que se en-
tiende como Región Metropolitana. Geográfica y culturalmente, este eje
se caracteriza por su marcada heterogeneidad, existe una clara diferencia
entre las diversas regiones que lo componen: Barlovento, los Valles del
Tuy, los Altos Mirandinos, el Litoral (lo que desde hace unos años para acá
constituye el estado Vargas), los valles de Caracas, Guarenas y Guatire.
Es, en líneas generales, parte del territorio metido dentro de las dos cade-
nas montañosas en las que se divide la Cordillera de la Costa. Una que va
paralela al mar y la otra que sale por detrás y nos separa de los altos llanos.
Caracas, como capital de la República, es un reto y la Alcaldía acepta
ese reto. El concepto de Región Capital existe desde los años sesenta. La
Región Capital es una región y nosotros intentamos que exista como tal,
por lo que se hace necesaria una reestructuración. Aunque en este mo-
mento no están dadas las condiciones para una reestructuración política,
sí podemos comenzar a pensar esta reestructuración desde el punto de
vista de las dinámicas regionales; por ejemplo, en términos de transpor-
te, en términos de economía, en términos de población, en términos de
recreación, en términos de dónde ir y cómo ir.
Asimismo, es importante discutir sobre cómo se organiza Venezuela.
Si vamos a seguir manteniendo nuestra organización territorial, como en
la época de la independencia a través de los estados o, más bien, pensarla
como regiones. Estoy seguro de que cuando el Presidente hablaba de una
división territorial –basándose en la Constitución, específicamente en el
artículo referente a la división politico-territorial–, establecía claramen-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.35
+ ,ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
te que hay una división politico-territorial, y una estructura de munici-
pios, que es la base de la estructura de la Nación. Concebía a los munici-
pios como el centro fundamental del proceso de toma de decisiones, y que
lo demás era una cosa que había ocurrido así históricamente y que en el
tiempo lo podemos ir resolviendo de otra manera.
Por lo tanto, tenemos dos escalas de discusión, una, a nivel del eje Nor-
te-costero; la otra, a nivel del territorio que conforma la Región Metropo-
litana.
Otro nivel de discusión que tenemos que retomar es la relación entre
Caracas y Vargas, donde pensamos que sí debemos empezar a actuar di-
rectamente. La relación entre Caracas y Vargas es fundamental. Nosotros
no podemos apartarnos de nuestro litoral. Vargas es el litoral de Caracas,
los Valles del Tuy, la zona de los Altos Mirandinos, Guatire y Guarenas.
Por lo tanto, uno de nuestros planteamientos es completar la Cota Mil.
Es un proyecto muy concreto: completar la Cota Mil en Caracas y formar
un circuito con otra “Cota Mil” en Vargas, que en este caso sería la “Cota-
cien”, ambas serán conectadas a la altura de Izcaragua mediante un túnel
y una carretera montañera. Este circuito de tránsito rápido permitirá que
la población detrás del Ávila acceda con facilidad a las playas de Vargas.
Antes del trágico deslave en 1999, Vargas tenía un potencial para reci-
bir un millón de habitantes los fines de semana. Actualmente, este poten-
cial se reduce a treinta o cuarenta mil personas por la dificultad del trans-
porte. Pensemos en los beneficios que reportaría un millón de visitantes
al litoral todos los fines de semana; además de ser una recreación popular
importante, masiva, significa un empleo masivo para los doscientos o-
chenta mil habitantes del estado Vargas; así como una posibilidad de des-
concentración de Caracas. Esto se logra con la intervención de la Alcaldía
Metropolitana a través de un plan agresivo importante de accesibilidad al
litoral. Este es un tema importante de conversación donde lo urbano, en
este caso el transporte, incide en el empleo productivo y en la posibilidad
social de un turismo o recreación colectiva y popular.
Ahora bien, el Plan Urbano específicamente para el Distrito Metropo-
litano plantea cuatro grandes líneas de acción:
La primera, es la que nosotros llamamos la línea de acción amigable.
Consiste en arrancar el Plan por lo más fácil, por lo que podemos hacer
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.36
- .CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
más rápidamente, son espacios amigables, son los espacios abiertos. Es-
tos espacios abiertos pertenecen a todos, no son propiedad privada.
El Ávila, por ejemplo, es de todos los caraqueños y de todo el que quie-
ra subir al Ávila –a pesar del Disney World que están montando allá arri-
ba–; simplemente, ha habido un criterio conservacionista a ultranza que
impide la subida al Ávila; o sea, que el Ávila, a fin de cuentas, no es un par-
que sino un reservorio de algo, será de piedras que pueden venirse abajo
con un próximo deslave. En definitiva hay que intervenir el Ávila, porque
si no lo hacemos no lo vamos a poder mantener como un espacio ecológico
ni lo vamos a poder mantener como un parque. Es imprescindible inter-
venir el Ávila con criterio conservacionista, por supuesto, pero es impres-
cindible intervenirlo. Aunque el Ávila se encuentra en la zona protectora
de la ciudad está siendo objeto de un proceso de invasión.
Caracas es una ciudad lineal, situada sobre un valle muy largo que es el
Valle de San Francisco que tiene veintidós kilómetros de largo y varios va-
lles que se separan, a saber: el valle de Condusa-Caricuao, que es el valle
de El Valle; la zona Suroeste que son varios valles que se concatenan; y,
finalmente, la salida de Petare hacia Guarenas-Guatire.
El valle tiene un río que lo atraviesa, el río Guaire, en donde desembo-
ca otro río que es el río El Valle y veinte y pico de quebradas que bajan de
una forma u otra al río El Valle o al río Guaire. Este sistema hídrico –lla-
mado el sistema hídrico del Valle– ha unido en una forma un poco curiosa
a todos los grandes parques que tenemos en la ciudad. Uno de los temas
que planteará la Alcaldía es el armado de todo ese sistema hídrico tan im-
portante como los parques. No es que podamos recorrer los vientidós ki-
lómetros, pero sí lograr que todo esté conectado. Esto es posible, es una
situación bastante sencilla porque son espacios amigables. De hecho aquí
hay ya dos países europeos que están dispuestos a prestarnos plata a fon-
do perdido para recuperar el Guaire.
Dentro de esos espacios abiertos están también los espacios que lla-
mamos sendas y nodos. Las sendas son los espacios de conexión y los
nodos son los espacios de paradas. Caracas es una ciudad que está organi-
zada a partir de la conurbación de los núcleos de fundación, que son: el
casco central (primer núcleo de fundación), Chacao, Los Dos Caminos,
Petare; luego están El Hatillo, Baruta, El Valle, Catia. Todos esos sitios se
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.37
/ 0ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
fueron conurbando a través de sendas; por ejemplo, la avenida Miranda
que se conecta con el Boulevard de Sabana Grande, que se empata con el
Parque Los Caobos y que a su vez se empata con la avenida Bolívar. Ésta
conforma la gran senda de Caracas.
Esta senda de Caracas la podemos recuperar y convertir en un gran
espacio urbano para la gente. Eso es lo que llamamos nosotros democra-
tizar los espacios abiertos. Esas son las cosas que no son difíciles. Hay
otras cosas que son mucho más difíciles. Sacar a los buhoneros es compli-
cado, pero organizar la senda es relativamente fácil. En todo caso ésta es
una –y lo planteo como uno de los ejemplos– de las líneas de acción.
La segunda línea de acción es lo que hemos llamado los sectores de la
ciudad. Caracas es una ciudad que está organizada en forma lineal, fíjen-
se que lo físico influye en la organización. Esa linealidad es la que ha es-
tructurado las parroquias, o sea, las parroquias se arman a partir de esas
líneas, hacia el norte, este y sur de la ciudad hay parroquias o urbanizacio-
nes. Lo mismo ocurre cuando entramos en los valles secundarios. Las pa-
rroquias son como unos bolsones que se van pegando de esa senda y
pegadito a la senda está el centro.
Por ejemplo, ustedes tienen El Valle que es un vallecito; en el fondo de
El Valle está el centro de la parroquia El Valle, luego están los cerros de El
Valle, que van paralelos a la intercomunal, lugar donde se desarrolla el
resto de la parroquia. Esta parroquia tiene ciento cincuenta mil habitan-
tes, ubicados ciento diez mil en los barrios, y más o menos treinta mil en el
fondo de El Valle, en las urbanizaciones populares que se desarrollaron
en los últimos cuarenta años. Este sector a su vez está dividido en dos sec-
tores: la parte del fondo de El Valle, donde están las urbanizaciones po-
pulares a las cuales hay que entrarles, conjuntamente con el Ministerio de
la Vivienda y del Hábitat, y los cerros, en donde están los barrios. Tam-
bién a éstos hay que entrarles conjuntamente con tal ministerio, que es el
organismo que tiene los recursos. Esto significa diseñar una política para
entrar en uno de los sectores más importantes de la ciudad, porque en ese
sector de la ciudad vive el sesenta y cinco por ciento de la población de
Caracas en una forma infrahumana, hacinados, en situación de urgencia
crítica, etcétera. Y para lograrlo hay un mecanismo: el poder popular, que
se ejerce a través de los compañeros de los Comités de Tierra Urbana, que
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.38
1 2CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
existen por toda el Área Metropolitana –en toda el Área Metropolitana
mapeada, organizada, estructurada– y es a través de ellos que los recur-
sos pasan a sus estadios de ejecución.
Tenemos otro tipo de sectores, como puede ser La Candelaria, por
ejemplo. Los españoles quieren meterle plata a La Candelaria porque
ellos consideran que es un pedacito de España en Caracas. Bienvenida la
iniciativa de los españoles, haremos un proyecto con ellos para recuperar-
la aun más. Y así, pues, los diferentes sectores que hay en la ciudad.
El otro eje de la otra línea de trabajo es la infraestructura de servicios.
Obviamente, la infraestructura de servicios en Caracas es deficitaria. En
Caracas, por ejemplo, no hay un plan de drenaje. Éste no existe, porque si
existiera no se acumularía el agua cada vez que llueve. En enero comenza-
remos a implementar el proyecto de drenaje de la ciudad, y así el año que
viene cuando vuelva a llover habremos ya resuelto los problemas más crí-
ticos de drenaje.
Igualmente, ya el alcalde dio luz verde para comenzar a trabajar en el
proyecto de tránsito y transporte de la ciudad. He aquí otro proyecto cuya
implementación es indispensable. Durante las horas pico en Caracas, cin-
cuenta por ciento de los cupos de los carros por puesto van vacíos. Lo que
quiere decir que hay sobreabundancia de carritos, dando como resultado
una congestión innecesaria y un tremendo esfuerzo que se pierde. La Al-
caldía llevará a cabo un proyecto de transporte para la ciudad junto con
un equipo venezolano que viene de implementar el Plan de Transporte en
Bogotá y el de México. Confiamos que al final del año entrante tendremos
por lo menos cuatro canales de movimiento fluido en la ciudad, así como
la activación de un proceso de modernización de los equipos de transpor-
te. En este último participarán los dueños de los carritos, como lo hicie-
ron en Bogotá. Allá era peor la cosa, porque sobraban sesenta o sesenta y
cinco por ciento de los carritos, y actualmente está andando satisfactoria-
mente el plan de Bogotá. Me imagino que los bogotanos no deben ser más
difíciles que nosotros en términos de sindicatos, paros, etcétera; pero
ellos tienen problemas de orden público mucho más agudos que nosotros.
Es más, como éstos hay muchos otros proyectos en el área de infraes-
tructura. Otro eje donde comenzaremos a trabajar es el de servicios co-
munitarios. Incluye todos aquellos servicios que tienen que ver con la sa-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.39
3 4ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
lud, la educación, el deporte, etcétera. Nuestro objetivo es coincidir desde
el punto de vista del diseño y de la planificación, conjuntamente con el sis-
tema, con las redes del poder popular e interactuar con los maravillosos
profesionales que están a cargo (médicos, educadores, deportistas, etcé-
tera) de cada una de esas secretarías.
En síntesis, el Taller Caracas no pretende hacer un plan sino un proce-
so. El Taller Caracas trabajará con todos en un proceso interactivo, donde
vamos a construir una sala de intercambio, con ramificaciones en todas
las parroquias, y de las parroquias a todos los barrios, con los equipos de
los Comités de Tierra Urbana, quienes tendrán un espacio físico en cada
parroquia para poder funcionar desde allí; en esta sala de intercambio po-
dremos recibir y mandar información, intercambiarla para que se pueda
discutir y el plan se vaya construyendo.
Entonces, la idea no es hacer un plan tradicional al estilo —¿por qué
no decirlo?– del Instituto de Urbanismo de la Universidad Central de Ve-
nezuela, en donde se recoge información durante tres años, la procesan
dos años más, pasan tres años pensando el plan, lo proponen y ya la data
se venció. Se trata de lo contrario. Se trata de líneas de acción que tienen
que estar muy claras, que todos tenemos que llevarlas en el cerebro y en el
corazón y ser suficientemente tercos para no apartarnos de ese camino.
Se trata de que el plan lo podamos hacer entre todos, sin miedo a que cual-
quiera puede decir “No me gusta su edificio, arquitecto. Me parece que es
mejor que esas columnas sean de otra manera”, y uno tener la humildad
para oír y la valentía para contestar. Entonces, ahí está el plan, ese es: el
Plan que es proceso, proceso dialéctico de discusión permanente.
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.40
5 6CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
La ciudad excluyente
Andrés Antillano
Psicólogo social
Profesor e investigador de la UCV
Entiendo que llamar a este encuentro Conversatorio le da un
cierto sentido de intercambio informal del cual me voy a aprovechar impu-
nemente, para compartir algunas ideas sueltas sin mayor pretensión.
En primer lugar, diría que quizás sea necesario –por lo menos desde
los comités lo hemos visto así– situar la discusión de la ciudad en térmi-
nos de exclusión, en términos de una ciudad que excluye. Así como ha
habido en conjunto una dinámica de exclusión –exclusión económica y
exclusión social– de la mayor parte de la población, a ésta corresponde
también, en el contexto del espacio de la ciudad, la exclusión espacial, la
exclusión urbana que ha dado lugar a un sesenta por ciento de la pobla-
ción viviendo en asentamientos precarios con un déficit de servicios,
equipamiento, etcétera.
Diría que esa exclusión es funcional pero no necesariamente estructu-
ral; es decir, es funcional porque habla de déficit de servicios, déficit de
equipamiento, déficit de inversiones del Estado, lo que ha supuesto una
ciudad para pobres y una ciudad para ricos; pero en razón de esta exclu-
sión los barrios no son ajenos a la ciudad y que en el fondo es una relación
dialéctica, utilizando ese término un poco en desuso que planteaba Mikel.
Es decir, hay una exclusión funcional pero los barrios son parte de la ciu-
dad, estructuralmente son parte de ella e, incluso, de algún modo son
utilizados en las dinámicas mismas que excluyen a los habitantes de los ba-
rrios (suponen asentamientos baratos para la mano de obra, por ejem-
plo). Es decir, hay que ver esta relación con la complejidad que supone
una relación que excluye pero al mismo tiempo incluye, o sea, incluye ex-
cluyendo: los barrios son parte de la ciudad, pero al mismo tiempo son in-
cesantemente excluidos, marginados de ella.
A esta exclusión material, exclusión espacial, le corresponde una ex-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.41
7 8ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
clusión simbólica, una aniquilación simbólica; es decir, los barrios son in-
visibles. Hay una estrategia de invisibilización de los barrios. Aun cuando
en los barrios de Venezuela vive el sesenta por ciento de la población ur-
bana, los barrios son minoritarios, no existen, no son tangibles, porque
hay una estrategia retórica de invisibilización sobre lo cual quiero dete-
nerme.
Primero, los barrios o la exclusión urbana es tan vieja como la ciudad,
aunque no está registrada en la historia ésta. La historia de la ciudad es la
historia anodina, una historia ajena sin conflictos, apacible, del orden ur-
bano que no registra, no da testimonios de la periferia de la ciudad –que
es generalmente la ciudad de los pobres– desde el mismo momento de la
fundación de Caracas. Esa famosa grilla, esa famosa representación de la
Plaza Mayor rodeada por unas ocho manzanas, perfecto sueño colonial,
expresión de las cortes romanas, el campamento militar romano que in-
cluso sigue siendo la representación primera de la ciudad –por ahí debe
haber un cuadro de una representación de este plano. Mientras esto se da-
ba en el imaginario de los españoles que fundaban Santiago de León, alre-
dedor de ella había innumerables rancherías indígenas que nunca fueron
representadas. Por ende, la ciudad se funda sobre la exclusión y sobre la
invisibilización de la mayor parte de sus habitantes.
De esa misma manera, en la historia de la ciudad –incluso en la histo-
ria más reciente– hay una labor de hacer invisible –de no contar, de no re-
gistrar– la historia de la exclusión porque, en definitiva, la historia de los
barrios es la historia política de la ciudad, no esa historia de cronista de la
Plaza Bolívar, la de los hechos anecdóticos. Hay que reconocer que la his-
toria de la ciudad es una historia cruenta, una historia terrible, una histo-
ria de exclusión; la ciudad está hecha a sangre y fuego desde el principio.
Este concepto equivocado de la historia lo revela la idea del patrimo-
nio. El patrimonio de la ciudad oficialmente reconocido alude fundamen-
talmente a los símbolos del poder efectivo. Ya sean las iglesias, las casas
señoriales, las casas de los mantuanos, las casas de la oligarquía, las em-
presas tradicionales o los símbolos del poder civil. Es decir, el patrimonio
de la ciudad –la ciudad que gusta, la ciudad histórica– representa los sím-
bolos del poder que ha constituido la ciudad como proyecto excluyente.
Nosotros desde los Comités hemos planteado que debe revisarse esa
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.42
9 :CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
idea del patrimonio y es una propuesta que puede estar incluida en la nue-
va forma de comprender y gestionar la ciudad: reconocer como parte del
patrimonio de la ciudad aquello que ha sido excluido, como son los ba-
rrios, los lugares obscuros, en fin, los lugares que han sido segregados de
la ciudad.
Incluso, en todo esto de la historia, hasta el registro de las luchas urba-
nas es terrible; es evidente la exclusión de las luchas en los barrios de los
expedientes que registran los movimientos urbanos; cuando, en realidad,
aquí las luchas urbanas han sido fundamentalmente las luchas de los ha-
bitantes de los barrios por el barrio, por el derecho a la ciudad, por la in-
clusión, por el agua, etcétera. Pero cuando todos los registros sobre los
movimientos urbanos refieren, qué se yo, la lucha de los vecinos de La
Castellana por un parquecito que le iban a demoler, demuestra que hasta
en la hora de presentar la resistencia los barrios son excluidos.
Además de esto, la concepción, la visión, la lectura que se hace de la
ciudad, sea desde el punto de vista urbanístico, sea desde el punto de vista
sociológico, también refuerza la idea de la exclusión; pues si bien echan
una mirada sobre el barrio, lo definen en término negativo; como ejem-
plos tenemos la idea de la marginalidad en el discurso propio de los años
sesenta y las categorías marxistas que apuntaban al lumpen (esto no era
plenamente obrero, esto era un residuo desde el punto de vista de la lectu-
ra de clases).
Hoy en día en una perspectiva neofuncionalista, dentro de esta retóri-
ca de la informalidad versus la formalidad –que de nuevo define el barrio
en términos negativos– nosotros consideramos que tan informal o más
informal es todo el frente del Sureste de la ciudad –que se construyó sin
ningún tipo de planificación, sin ningún tipo de factibilidad de servicios y
que son en buena parte la causa de la crisis de servicios, El Cafetal, Maca-
racuay, toda esta zona– que los barrios. La retórica de lo formal e infor-
mal es una retórica política más que técnica, más que neutral, porque en
la ciudad como en las otras áreas del saber no hay neutralidad en los con-
ceptos.
El reclamo o el intento que hemos venido haciendo es muy balbucean-
te porque se trata de un proceso colectivo desde los excluidos, desde los
excluidos que son los excluidos de la ciudad, los excluidos de la palabra,
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.43
; ;ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
los excluidos del saber; pero estamos intentando construir una perspecti-
va distinta. Por ende, quizás el desafío es cómo restituir la visibilidad de
los barrios para lograr el proyecto de su inclusión, de su integración. Y la
restitución de la visibilidad de los barrios pasa –pienso y lo hemos debati-
do– por construir una lectura política de la ciudad, sustituir la idea ano-
dina de la ciudad ciudadana, de la ciudad sin drama, de la ciudad como el
desarrollo del progreso, la civilización, por la comprensión de la ciudad
como proyecto político; proyecto político que excluye a unos mientras in-
cluye a otros. Es una tarea pendiente dentro de la posibilidad de pensar la
ciudad –como creo que se llama este conjunto de conversaciones–, pero
también hay que tener una lectura política de la ciudad; porque las ciuda-
des no son espacios neutros, son espacios cargados de consideraciones
políticas, de valores, de ética. Y sobre esto queremos discutir. En tal senti-
do, he aquí algunas claves que nos parecen interesantes para aproximar-
nos al tema comenzando desde nuestro lugar, desde los barrios.
En primer lugar, la génesis de los barrios. Los barrios no aparecen
aleatoriamente, incluso hay una especie de discurso de izquierda que en-
tiende los barrios como el resultado de la vagabundería de los campesi-
nos que se vinieron a la ciudad y del clientelismo del Estado venezolano,
de los gobiernos puntofijistas que propiciaban las invasiones. Este con-
cepto, en realidad, es otra de las estrategias –desde la izquierda, en este
caso– para invisibilizar a los barrios y no descubrir que el problema de los
barrios es el resultado de la feroz exclusión espacial.
Cuando cambia el modelo económico de la sociedad agro-exportadora
a la sociedad rentista, miles, decenas de miles de familias arruinadas del
campo, familias de nuestras comunidades, se vienen a la ciudad porque
no hay donde vivir. Los traen como mano de obra barata y descubren que
en la ciudad no hay espacio para ellos.
La historia de los habitantes, de los fundadores de nuestros barrios es
esa. Es decir, la gente que se vino a construir la ciudad de los otros; la gen-
te que vino a construir las avenidas, que vino a construir los estadios, que
vino a construir los grandes monumentos de la ciudad, ...pero era la ciu-
dad de los otros porque ellos no cabían en ella. Así que la gente de los ba-
rrios construyó la ciudad dos veces, la ciudad de “los otros” durante el día
y la ciudad propia durante la noche. (Por cierto, hablo también de la po-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.44
< =CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
tencialidad técnica que tienen los barrios como sujeto de transformación
de la ciudad porque son sus excluidos quienes la hicieron; la hicieron, y
así que la podrían transformar.)
Entonces, el barrio nace de la resistencia a la exclusión. Mejor dicho,
de la exclusión y de la resistencia a ella, del esfuerzo colectivo para
enfrentarla. La historia de nuestros barrios es la historia de la lucha con-
tra esta exclusión que enfrenta los desalojos, es también la lucha por el
agua, la lucha por el derecho a la ciudad –derecho que no contaba, que no
se contaba– frente a la incapacidad programada del Estado para incluirlo
en ella (el Estado venezolano ha construido algo así como setecientas mil
viviendas en cien años, en los barrios sus habitantes han autoconstruido
dos millones y medio de viviendas, lo que demuestra la superioridad téc-
nica del barrio frente al actor público, pero también frente al actor priva-
do, que ha estado muy por debajo de la producción de los barrios). Enton-
ces, había que hacer resistencia a la incapacidad programada del Estado,
pero también resistencia frente a la mercantilización de la ciudad por par-
te de los capitales, de los que convirtieron la ciudad en mercancía.
¿Cómo se construye la ciudad? A fines de los años cincuenta, como
consecuencia de lo que se llamó el Pacto de Punto Fijo, se produce una
alianza entre sujetos políticos, entre el Estado y el capital, en lo concer-
niente a permisos de construcción, planeación e inversiones que resulta
perfectamente reveladora. Los barrios quedaron afuera y se convierten en
una forma de resistencia a la exclusión de la ciudad. De esta resistencia
puede construirse un mundo distinto. Ésta es la idea que me parece parti-
cularmente importante destacar. Es decir, los barrios suponen no sólo la
resistencia a la ciudad sino una especie de contra-ciudad, de ciudad alter-
nativa. Ésta es una relación compleja porque a veces se copia la lógica de
la ciudad, pero existe una lógica en el barrio que es contraria a la ciudad,
específicamente a la ciudad formal –para utilizar un término traído por
los pelos, de acuerdo con nuestra lectura– que responde a una lógica de la
ciudad capital.
Tomemos como ejemplo la discusión actual sobre las vías de comuni-
cación. Lo primero que se les ocurre a los arquitectos y a los urbanistas
cuando van a los barrios es tumbar un poco de casas para ampliar las vías,
porque, según su criterio, la vialidad es lo que hace la ciudad. De algún
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.45
> ?ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
modo tengo la impresión que para muchos arquitectos pensar el espacio
urbano es un problema de trazar calles. Y, ¿para qué sirven las calles?
Para circulación de mercancía, para circulación de mano de obra, es de-
cir, la circulación en la ciudad responde a un proyecto de ciudad para el
dinero. No es una ciudad para los habitantes sino para el capital. En ella
los habitantes utilizan las calles para circular como mercancías, como una
forma particular de mercancía.
En cambio, en el barrio las calles no están para eso. En un barrio la ca-
lle, además de ser calle, es otro montón de cosas: es lugar de encuentro, de
intercambio, es espacio de solidaridad, es espacio público; incluso esa
distinción formal entre el espacio público y el privado se rompe en el ba-
rrio, porque la gente transita sin solución de continuidad entre la sala de
la casa y la calle; la calle es plaza, la calle es lugar para jugar, etcétera. En
fin, las calles en los barrios no están hechas para la circulación de vehícu-
los, son calles cortas, calles ciegas porque están hechas para el encuentro.
Es más, existen muchos otros elementos que indican –contrariamente a
lo que se piensa desde cierta lectura técnica del barrio– que el barrio no
solamente no carece de un plan, sino que responde a un plan del espacio;
el barrio no es caos, no es desorden, no es crecimiento descontrolado, res-
ponde a un proyecto. En el barrio hay una construcción política del espa-
cio que habla de valores, valores que pueden ser entendidos como distin-
tos a los valores que definen la ciudad. Y esa es una lectura que para
nosotros es fundamental entenderla, porque tiene que ver con la forma de
intervención del Estado en los barrios.
Existe una tesis, de algún modo liberal, que se ha planteado sobre los
barrios, en cuanto a su remodelación física. Se trata de una especie de cas-
cada de planes para incorporar los barrios a la ciudad, por medio de los
cuales se les quiere imponer una serie de criterios citadinos que para no-
sotros no son otra cosa que la incorporación de los barrios al mercado in-
mobiliario. Contrariamente, para nosotros el plan del barrio y su relación
con la ciudad debe construirse desde el barrio, asumiendo sus nociones y
valores característicos, porque en los barrios existen valores que son
indeclinables. Por supuesto que el barrio necesita agua, necesita mejorar
la vialidad en algunos sectores, necesita intervenciones de riesgo, pero no
queremos lograrlo a costa de la solidaridad, de los espacios de organiza-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.46
@ ACONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
ción y la calidad del espacio inherentes al barrio. Por eso la construcción
del plan debe partir desde el barrio porque, repito, el barrio no carece de
planificación, no carece de plan, no carece de orden.
Una tercera idea es entender que la ciudad no está dada, que hay una
producción permanente de la ciudad –por eso me gusta la idea de Mikel
del plan como proceso. La ciudad por ser un proceso político está inmersa
en la lucha política, por lo cual debe hacerse una lectura política –no mo-
ral ni técnica– de la ciudad y su transformación.
El problema de los buhoneros no es un hecho fortuito, no tiene que ver
con la negligencia de las autoridades el que la buhonería haya aumentado
en estos tiempos, ni siquiera con un problema de economía; pero sí tiene
que ver con el uso de la ciudad. Requiere de una renegociación de la ciu-
dad por parte de sujetos que han sido excluidos de ella. Esto no supone
ensalzamiento al problema de la buhonería, pero hay que hacer una lec-
tura en este contexto y estos tiempos de transformaciones. Estos son
tiempos donde hay una intensa producción o redefinición de la ciudad,
desde nuevas ocupaciones, pasando por el problema de la buhonería has-
ta la destrucción iconoclasta de los símbolos de la ciudad tradicional, es-
tilo estatua de Colón, por ejemplo.
Aclaro, hay una redefinición, una producción de la ciudad que es muy
intensa en estos momentos y que hay que entenderla, potenciarla y defi-
nirla desde el gobierno de la ciudad, en este caso desde el gobierno
metropolitano. Y nosotros estamos en ese juego. Necesitamos enfrentar
el problema de hábitat y vivienda, debemos transformar la ciudad,
democratizarla, y para ello debemos reconocer esa capacidad productora
de la ciudad que tienen los sujetos que han sido excluidos. Tenemos algu-
nas propuestas sobre este tema que Franco expondrá más adelante.
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.47
B CALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
Democratización
de la ciudad
Franco Manrique
Representante del Comité de Tierra
Urbana del Barrio León Droz Blanco
Gracias por esta invitación. Después de ese marco que nos
dio Andrés vamos a abordar cómo toda esa discusión que se ha dado en el
seno de los CTU (Comités de Tierra Urbana) se convierte en un programa,
en una propuesta. La nuestra se llama “Democratización de la ciudad”, y
es la propuesta de los CTU a la Misión Vivienda.
Uno de los eslogans que estamos manejando es pensar la ciudad de
otra manera, a saber, desde lo pequeño; abandonar la macromanía de los
dirigentes puntofijistas y aterrizar en lo local. En general, esa es la pro-
puesta.
Cuando Andrés refería al barrio como patrimonio no es una retórica,
no es un discurso bonito, es cierto, es verdad: los barrios son patrimonio
nacional, ni siquiera de la ciudad. Y podemos dar cuenta de esto, por
ejemplo, cuando estudiamos el origen de los pobladores de un barrio; son
gente que viene del campo, que no sólo se traen sus costumbres, su mane-
ra de hablar y sus santos, sino también la semilla que sembraban y que
luego enterraron en su patio del barrio. Fíjense ustedes la importancia de
los barrios que en ellos hemos encontrado semillas que ya han desapare-
cido en su lugar de origen, que se han erosionado en su lugar de origen.
Entonces, los barrios son bancos de semillas que han desaparecido y que
hemos logrado reintroducir a través de procesos... Vean ustedes entonces
la importancia que tienen los barrios como patrimonio nacional en el or-
den biológico, por no hablar de la música, de tradiciones folklóricas que
luego se mezclan con las de otras personas que vienen de otros sitios y se
genera así un sincretismo que va produciendo manifestaciones cultura-
les únicas en el país. Por eso sostenemos y decimos que los barrios son
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.48
D ECONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
patrimonio, y todo lo que está sobre él son patrimonio (desde las casas
hasta la forma de ver el mundo).
Y es cierto, siempre hemos permanecido invisibles. Basta con buscar
los planos en Cartografía Nacional, en el Centro Simón Bolívar, y buscar,
por ejemplo, “Barrio León Droz Blanco”, y nos encontramos con “Zona
verde”; “Barrio Los Sin Techo: Zona verde”. No existen geográficamente.
No existían hasta que comenzamos a catastrarlo nosotros mismos, por-
que tampoco el municipio tiene capacidad de catastrar los barrios, técni-
camente me refiero. Hasta eso hemos generado, hasta la capacidad técni-
ca de comenzar a hacer visibles geográficamente a los barrios y colocarlos
en los planos oficiales, para que puedan usarlos luego para planificar.
Cuando hablamos de la regularización de la tierra, que supuestamen-
te por eso fueron creados los CTU, en las asambleas y en muchos talleres y
convivencias que hemos realizado en la ciudad, hemos rediscutido esto de
la regularización. Nosotros hablamos de una regularización integral, que
pasa no solamente por una regularización de la tenencia de la tierra, ese
es un aspecto nada más; hablamos de regularización geográfica, históri-
ca, patrimonial, de salud, de servicios, de infraestructura, de educación;
hablamos de una regularización integral. Es la única forma de poder vin-
cularnos con la ciudad formal y poder con el tiempo hacer una sola ciu-
dad, democrática; por eso la propuesta que presentamos a la Misión
Hábitat se llama “Democratización de la ciudad”.
Esta propuesta es de participación fundamentalmente. Se habla de la
participación, se nombran los artículos de participación y protagonismo,
pero cuando aterrizamos en los programas comunitarios no hay mecanis-
mo, por la estructura misma del Estado, que permita una relación donde
se dé la participación; no hay un espacio donde realmente la gente pueda
participar. Entonces nuestra propuesta es una contribución para ir gene-
rando esas nuevas estructuras, esos nuevos espacios políticos para la con-
figuración de un nuevo Estado, si lo que queremos hacer es un nuevo Es-
tado.
La propuesta está cruzada por cinco líneas fundamentales: 1. la orga-
nización centrada fundamentalmente en los CTU y en las organizaciones
populares, 2. la planificación participativa, 3. la producción comunitaria,
4. la contraloría social y 5. la formación permanente. Estas son las cinco
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.49
F GALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
líneas fundamentales que atraviesan la propuesta y que van tomando for-
ma en tres programas fundamentales, que son: 1. democratización del
suelo, 2. transformación integral del barrio y 3. nuevos asentamientos.
Tenemos también un proceso de instrumentación de esta propuesta a
través de lo que nosotros llamamos CPTH, que son centros de participa-
ción para la transformación del hábitat; la organización de las familias
para la creación de nuevos asentamientos, que llamamos “organización
de la demanda”; y la producción comunitaria. Esos serían los mecanis-
mos para llevar a efecto esta propuesta.
Cuando hablamos de la democratización del suelo nos referimos jus-
tamente a eso, un poco lo que nos comentaba Andrés y que también men-
cionó el arquitecto Mikel Menéndez: sacar de la lógica del mercado capi-
talista al suelo, que debe estar al servicio del pueblo, de la gente. Y para
ello, la propuesta fundamental es iniciar un proceso de inventario de los
suelos que tenemos, tanto en lo interno de nuestras comunidades como
alrededor y al margen de la ciudad, y llevar toda esta información a un
banco de tierras. Ese banco de tierras que estamos coordinando con la Mi-
sión es una de las propuestas concretas de instrumentación de esto, es
para saber con qué contamos (suelo privado y suelo público, ya que no
solamente estamos hablando de los suelos pertenecientes a la Nación,
sino también estamos hablando de los suelos privados). Inclusive esta-
mos proponiendo la creación de un impuesto que peche a las tierras ocio-
sas, que están en la ciudad y que están engordándose allí. Eso es injusto.
No puede ser que un grupo de personas necesiten vivienda y tengan que
encaramarse en un cerro donde es más difícil llevar los servicios, habien-
do suelos en zonas planas, en zonas accesibles, en zonas con servicios. En-
tonces, parte de nuestra propuesta de democratización del suelo es justa-
mente eso: hacer accesible esos espacios que hasta ahora han estado
privatizados, que hasta ahora han estado simplemente sirviendo a un
mercado inmobiliario.
Lo otro es continuar con el proceso de adjudicación de tierras, de re-
gularización de la tierra, pero en este sentido estamos realizando una can-
tidad de propuestas para que ese proceso de regularización, ese proceso
de legalización de la propiedad de los suelos a las familias que viven en los
barrios, no se convierta en el talón de Aquiles de este proceso, o sea, no
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.50
H ICONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
queremos regularizar tierra para que entre a un mercado inmobiliario.
No queremos regular tierra en propiedad privada para que luego sean
comprados por los terrófagos de siempre para construir centros comer-
ciales, edificios, etcétera. Entonces estamos dándole una lógica distinta a
este proceso de regularización, estamos planteando como ejemplo nues-
tro caso: el barrio de donde venimos es una adjudicación colectiva, esta-
mos tratando de ir sentando los antecedentes para construir nuevas for-
mas de propiedad. No puede estar cimentado este proceso sobre la
propiedad privada; propiedad privada es cimiento del Estado capitalista.
Queremos transformar esa realidad e ir generando nuevas formas de pro-
piedad y la estamos ensayando, la estamos haciendo realidad. Mi barrio
tiene una forma de propiedad colectiva en este momento, y en ese sentido
queremos que el proceso de regularización y democratización del suelo
también sea con esa figura. Por un lado, el suelo se adjudicaría de forma
más rápida, masivamente, pero también invitaría a las comunidades a or-
ganizarse para regularizar todo este proceso de uso de sus espacios comu-
nes e individuales, en lo que nosotros llamamos la Carta del Barrio, que
no es más que un proceso constituyente originario.
Nosotros creemos –y lo sosteníamos en nuestra propuesta durante el
proceso constituyente– que las calles, los barrios, las manzanas, deberían
participar en ese proceso constituyente y desde ahí crear la plataforma
para la discusión de la nueva Constitución. El modelo finalmente fue re-
presentativo, tenemos una Constitución de la que no nos quejamos, es
buena, tiene suficiente espacio para todos, pero nosotros ahora retoma-
mos de nuevo el planteamiento, es decir, activemos el proceso constitu-
yente de la Carta del Barrio que para nosotros es un proceso constituyen-
te originario.
Ahí comenzamos a elaborar las bases de convivencia, las normas de
uso, el plan urbanístico del barrio, el futuro, la definición de nuestro pa-
trimonio, la regularización de nuestra historia. Cada historia que surge en
la Carta del Barrio tiene que estar entregada y además aceptada por el cro-
nista de la ciudad. Los barrios como patrimonio de la ciudad deben tener
espacios verdaderos, debe incorporarse la historia de estos barrios a la
ciudad (por cierto, tradiciones de muchas parroquias populares se man-
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J KALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
tienen todavía en los barrios y han desaparecido de la ciudad, han perdi-
do esos espacios). Eso es con relación a la democratización del suelo.
Con relación a la transformación integral del barrio, nos referimos,
primero, a la densificación del barrio, o sea, la mejora de la infraestructu-
ra habitacional actual y, donde los servicios y los suelos lo permitan, au-
mentar la capacidad. También con la transformación integral del barrio
hablamos de mejora de su infraestructura, creación, construcción de nue-
va infraestructura como parte de las aspiraciones de una comunidad. Por
ejemplo, hay comunidades que desean fervientemente tener una casa
donde atender a los niños después que llegan del colegio o a los abuelos
del barrio, etcétera; o un sitio donde pueda estar permanentemente la
Defensoría del Pueblo para resguardar la seguridad de la familia en con-
tra del maltrato de la mujer y los niños. Eso es un pedimento que hemos
recogido en Asamblea, y eso debe ser parte de la infraestructura del ba-
rrio. También los servicios, mejorar los servicios. No tiene sentido mejo-
rar el aspecto físico si tenemos filtraciones permanentes en la comunidad,
y mucho menos tiene sentido dar la propiedad en ese sitio. O sea, necesi-
tamos entonces abordar la problemática del barrio de manera integral, y
a esto se refiere la transformación integral del barrio.
En cuanto a los nuevos asentamientos, rechazamos y nos negamos
contundentemente a los mecanismos perversos que hasta ahora han pre-
valecido para la organización de la demanda de viviendas. Ustedes dense
cuenta, sale la Misión Hábitat y Vivienda e inmediatamente comenzaron
a generarse un montón de planillas por allí, gente cobrando, gente esta-
fando, gente haciendo colas, etcétera. Ese mecanismo lo rechazamos.
Generalmente las personas llenaban una planilla y luego a esperar a ver
cuando le salía una vivienda y a pagar corrupción y a pagar alcabalas...
Después no le adjudican la vivienda, entonces volver a pagar, etcétera.
¿Cuál es nuestro planteamiento en este sentido? Nosotros queremos
emular, imitar, recordar inclusive, cómo nacieron nuestras comunida-
des, ¿cómo hicimos? Nos organizamos. Bueno, en mi caso mis padres se
organizaron junto con toda esa gente, tomaron un terreno, lo parcelaron
y empezaron a construir. Bueno, queremos hacer lo mismo, pero con
aquellas cosas que no tuvimos, con aquellas cosas que nos faltaron. Estu-
vimos más o menos once años abriendo todo el barrio porque estaba lleno
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L MCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
de filtraciones, tubos fantasmas, tuberías de aguas negras insuficientes...
Tuvimos que remodelar y cambiar todo y aprovechamos entonces para
meter gas y todo eso. ¿Por qué? Porque cuando se ocupó el barrio no se
pensó en los servicios, no se dejó espacio para la infraestructura del ba-
rrio, no se definieron los corredores de servicios, etcétera. Bueno, ahora
queremos ocupar la tierra pero organizadamente y con planificación, con
parcelas con servicios; si no están con servicio por lo menos con el espacio
para ello y bien diseñadas y planificadas.
Yo llevo cuarenta y pico de años viviendo allí y todavía no hemos ter-
minado de construir la casa, es una eterna construcción. En los barrios
cada vez que la gente cobra los aguinaldos le mete algo a la casa, le pone la
cerámica al baño, arregla la entrada, cambia las escaleras, ¡yo no sé qué
más! Bueno, ahora no, ahora queremos que eso que nos ha costado cua-
renta años dure cinco, máximo diez, que tengamos parcelas con servicios
y financiamiento, ya que eso fue lo que nos faltó originalmente, al igual
que la asistencia técnica para eso (asistencia técnica financiera para efec-
to de los créditos, y asistencia técnica para la planificación de la ocupación
y de los servicios).
Estos son, pues, los tres programas que estamos proponiendo a la Mi-
sión Vivienda. Para ello estamos proponiendo los CPTH, que son Centros
de Participación para la Transformación del Hábitat.
Los Comités de Tierra Urbana –y este es uno de los aspectos más inte-
resantes que tenemos– se conforman en un ámbito de acción poligonal,
así lo llamamos. Una poligonal que está establecida por un espacio que va
desde cincuenta hasta trescientas casas. Ese número de viviendas no es
caprichoso, ese número de viviendas es más o menos el ámbito de vecin-
dad donde hay relación permanente entre miembros de una comunidad,
donde se establecen lazos reales de solidaridad, de familiaridad y se gene-
ran puntos de identidad en esa densidad.
Las familias que se agrupan para una lucha más o menos tiene esa can-
tidad (cincuenta a trescientas), los que viven en barrios lo saben. Eso es
una poligonal. Una poligonal no es un trazado geográfico caprichoso des-
de una oficina. No. La poligonal la establece libremente el CTU hasta don-
de siente que llega su comunidad. Nosotros hablamos de diez unidades
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N OALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
así, diez poligonales de mil a dos mil familias más o menos, para la crea-
ción de un Centro de Participación de Transformación del Hábitat.
Estamos hablando de una escala que nos permite, primero que nada,
la participación desde cada CTU en un ámbito superior, ya que de mil a
dos mil familias más o menos es lo que se moviliza a la hora de un gran
problema en una comunidad, en un barrio. Eso es lo que más o menos se
moviliza, entonces para nosotros es una unidad de planificación un poco
más grande que la poligonal pequeña, de lo íntimo. Esa unidad de planifi-
cación es lo que vendría a atender un Centro de Participación de Trans-
formación del Hábitat. Esa es nuestra propuesta.
Frente a las maneras tradicionales de planificación donde se consti-
tuía un consorcio o le daban un contrato a una empresa y más allá de la
comunidad planificaban desde arriba grandes zonas, ahora nosotros es-
tamos poniendo una escala de planificación donde se garantice la partici-
pación, donde –como decía el arquitecto Mikel Menéndez– podamos no-
sotros decir a los técnicos qué queremos y cómo lo queremos –aquí van a
participar cuatro técnicos contratados por la comunidad.
Vean pues que la lógica de invierte: antes nos contrataban los técnicos
como obreros para las obras, ahora lo que queremos es que la comunidad
contrate a sus obreros y responda a sus necesidades, dentro de una lógica
de planificación, por supuesto armonizada y acorde a los planes que tene-
mos en el municipio, tampoco divorciada ni con sectores aislados. Eso es
un CPTH.
Lo otro es la producción comunitaria, organización de la comunidad
para que construya sus obras para la transformación integral del barrio
hasta las nuevas viviendas y los nuevos asentamiento, a través de formas
organizadas comunitarias, empresas comunitarias, cooperativas de
construcción, etcétera.
Hubo otra propuesta que hicimos a la Misión Vivienda, aparte del ban-
co del tierras que ya lo mencioné, y fue la creación de una instancia donde
pudiéramos comprar los materiales a más bajo costo; de otra manera en
todo este proceso se llenan las ferreterías, que ya son lo suficientemente
especuladoras como para darles más. Ya el Ministerio de Hábitat tenía
previsto eso y se anunció la creación de los Mercon –así se llaman–, que
son como un Mercal ferretero. Eso nos parece bueno. Lo que queremos
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P PCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
ahora es que ese Mercon no solamente responda a los planes de la Misión
sino que sean de venta libre a la comunidad completa, porque la comuni-
dad sigue construyendo mientras llega la Misión Vivienda.
Entonces necesitamos que parte de la Misión sea esa: que atienda a la
iniciativa autogestionaria también, y eso parte del hecho de vender al
detal con precios justos, inclusive de regular a los especuladores de las fe-
rreterías. Ese es un poco la lógica de la propuesta que le entregamos.
Ahora bien, ¿a qué acuerdo hemos llegado con la Misión? Aceptó la
propuesta, estamos ahorita arrancando con la creación de doscientos
Centros de Participación para la Transformación del Hábitat a nivel na-
cional, cien para Caracas y cien para el resto del país. Vamos a iniciar la
organización de la demanda de vivienda ya que tenemos los censos he-
chos de los comités de tierra y sabemos quiénes van a ir a un nuevo asen-
tamiento.
¿Cuáles son los criterios? Estos son los criterios: 1. las nuevas parejas
que viven arrimadas en casa de sus padres; las nuevas parejas que ni si-
quiera pueden vivir arrimados y todavía están separados cada quien en su
casa; 2. los inquilinos que no pueden tener hijos porque fastidian en una
habitación alquilada y que no pueden acceder a una vivienda y pagan al-
quiler en un barrio; 3. los hacinados, las familias numerosas dentro de
una vivienda; y 4. los que están en zonas de riesgo.
Esos son los prioritarios para nosotros y los vamos a organizar, y un
barrio parirá una comunidad, así lo estamos viendo, un barrio engen-
drando otro. Ya van con lazos, con puntos de identidad, con familiaridad,
o sea, no parten de cero desde el punto de vista cultural. Así queremos re-
fundar nuevas comunidades, sobre esa base, con historia ya. Entonces esa
es un poco la lógica. El CPTH los acompaña desde la organización en algu-
na cooperativa de vivienda (Organización Comunitaria de Vivienda – OCV)
hasta la construcción de sus viviendas, hasta ahí queremos. No es una lis-
ta donde se anotan y luego a esperar. No señor. Es la movilización de la
gente para que fabrique, para que cree su propio hábitat, para que funde
nuevas comunidades. Así lo estamos viendo. Eso lo vamos a arrancar, ya
arrancamos con el inventario de suelos, en la actualidad estamos discu-
tiendo un programa de mejoramiento de viviendas que se incorporaría a
través de los CPTH.
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.55
Q RALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
Ya tenemos un miembro de los Comités de Tierra Urbana (elegido en
Asamblea) incorporado en el Directorio de la Misión Vivienda y de la Mi-
sión Hábitat, esto es importante ya que nos permite, primeramente, una
relación directa con el Directorio y, en segundo lugar, la garantía de
implementación de las propuestas. Pero también se está discutiendo la
presencia de un representante de CTU en los directorios de los organis-
mos que van a ser transformados, por ejemplo el INAVI, Fundabarrios,
Fundacomún, porque si bien es cierto que en muchos casos van a ser eli-
minados o transformados, estas instituciones entorpecen también los
trabajos de la comunidad, así que queremos un representante del CTU
dentro para desentrabar, para desanudar, para agilizar procesos, por
ejemplo de adjudicación de tierras del INAVI, de culminación de proyec-
tos en CONAVI, de culminación de proyectos en el caso de Fundabarrios.
Para ello se aceptó la propuesta que estamos ahorita construyendo de un
representante en esos directorios.
Siento que la Misión Vivienda va bien, está generando una nueva es-
tructura en función de las necesidades que se van presentando y de las co-
yunturas que se dan en ese proceso. Con esto termino. Eso es más o me-
nos, a nivel general, la propuesta que hemos entregado y que ha sido
aceptada y que también la Alcaldía Mayor ha recogido con interés.
Muchas gracias.
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Caracas identitaria
Identidades culturales urba-
nas y comunicación
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S TCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
La nueva sociedad
urbana revolucionaria
Carlos Cañas
Secretario de Cultura, Recreación
y Turismo de la Alcaldía Mayor
La urbe encierra en sí misma una concepción del mundo,
constituyendo un espacio habitable. “Un lugar para la vida del hombre y
los grupos humanos. Un lugar concebido en términos existenciales”, en el
cual podemos identificar y encontrarnos con familias étnicas vecinales.
Estas etnias son propietarias de una cosmovisión que se traduce en una
determinada e histórica fisonomía cultural. Ello nos permite hacer refe-
rencia al binomio identidad-diversidad.
Las identidades culturales urbanas tienen su base en la diferencia-
lidad étnica, geográfica y cultural, dando lugar a la coexistencia de lo ru-
ral en lo urbano, que se visualiza en nuestra metrópolis en tránsito de la
Caracas del Sambil a la Caracas de techos de zinc y paredes de cartón, en
ese paisaje mixto de la naturaleza atrapada en el gris del concreto y las lu-
ces de neón.
La urbe en cuanto espacio geográfico se transforma en espacio habita-
ble en el cual se incorpora el tiempo cultural de las familias étnicas veci-
nales, donde cada calle tiene su propia historia y forman juntas un con-
junto que vive, respira, crece y adquiere un rostro peculiar, cuyos gestos
representan la historia psíquica de la cultura caraqueña.
Desde la agrupación primaria a la unión de voluntades; desde la unión
instintiva a la unión del fin común; desde el agrupamiento natural a la
constante y conciente subordinación de las partes (que constituye el gru-
po humano) a la autoridad. El municipio es una sociedad necesaria, cuya
base es la familia vecinal. La génesis asociativa en las relaciones de los se-
res humanos da paso a relaciones sociales, reflexivas, de conocimiento,
voluntarias y consignadas. En primer término, se forma la comunidad.
Luego, se organiza la sociedad y, finalmente, la sociedad al conferirse po-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.59
U VALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
deres convenientes para alcanzar sus fines se transforma en municipio. A
través de esta línea de desarrollo tiene su génesis la ciudad. La urbe mo-
derna es el resultado del desarrollo de la ciudad concreto.
Al pensar a la urbe como Venezuela entera y buena parte del mundo
nos asoma su carácter multiétnico y pluricultural. La urbe es mestiza. La
primera necesidad de comunicación entre las familias étnicas vecinales
viene signada por un impostergable proceso de conculturación. En otras
palabras, se requiere establecer un proactivo diálogo cultural que nos per-
mita reconocernos e identificarnos; así como cultivar nuestra otroriedad,
es decir reconocer al “otro”, en tanto nos diferenciamos.
Una política cultural instrumentada para una urbe cosmopolita,
mestiza, pluricultural y multiétnica, requiere el acompañamiento de pro-
cesos de comunicación que superen el modelo vertical y clásico funda-
mentado en un grupo reducido que se dirige a una gran masa de recepto-
res. Superar el carácter unidireccional y fragmentado de la comunicación
pasa por una praxis en la cual ya no existe una mayoría silenciosa y
pasiva. En ese sentido, el paradigma de la democracia participativa echa
las bases para el encuentro de identidades culturales urbanas y el diálogo
de la diversidad cultural propia de esta urbe.
El alcance de un sistema de diálogo cultural horizontal, requiere de la
articulación de una nueva estrategia de comunicación que consolide el
empoderamiento popular, la defensa de la identidad socio-histórica del
caraqueño, así como el diseño de una política cultural metropolitana que
se inserte en el nuevo mapa estratégico de la revolución bolivariana, para
la superación de la exclusión política, social y económica, que sólo será
posible si la integración inicial se da desde el proceso cultural, tejiendo
hilos finos con sus componentes educativos, deportivos, recreativos, eco-
nómicos, turísticos, de salud integral y de prevención social.
Adueñarse la cultura de la gestión pública metropolitana, significa
que el vecino tome por asalto el proceso revolucionario y así transformar-
se en vanguardia cultural desde sus espacios habitables: el barrio, la vere-
da, las urbanizaciones, los sectores. En una palabra, el vecino hace suya la
ciudad como espacio creador en construcción permanente desde la
cotidianidad.
Avanzar, aceleradamente, en la construcción del nuevo modelo demo-
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W XCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
crático de participación popular, implica definir una política cultural co-
herente y en sintonía con el proceso bolivariano desde las parroquias has-
ta la metrópolis. De igual manera, pasa por reconocer y valorar las histo-
rias locales y dignificar la dimensión de los conocimientos tradicionales y
autóctonos, así como la interculturalidad y diversidad cultural. Las iden-
tidades urbanas en franca comunicación horizontal significan un nuevo
mapa estratégico de la revolución cultural.
En tal sentido hemos diseñado nueve líneas estratégicas básicas sobre
política cultural metropolitana, articuladas en el Plan Nacional de Desa-
rrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, con los diez grandes
Objetivos Estratégicos planteados por el Presidente, en el marco de la
Nueva Etapa de la Revolución Bolivariana, además contempla ele-
mentos del Mapa Estratégico del Gobierno Revolucionario Metropoli-
tano; estas líneas se presentan como: investigación cultural, formación
permanente de recursos humanos culturales, promoción y difusión de la
diversidad étnica-cultural, comunicación social (en su más amplio sen-
tido), estímulo a la creación artística cultural, legislación cultural, reha-
bilitación y creación de los espacios e infraestructuras culturales y pro-
moción y defensa del patrimonio cultural metropolitano.
Las líneas propuestas están orientadas a contribuir con el nuevo mo-
delo productivo; a desarrollar el paradigma de la democracia partici-
pativa y protagónica cultural y crear las condiciones estructurales y legis-
lativas de la nueva sociedad urbana revolucionaria, mediante un proceso
de autodeterminación comunitario, cuyo escenario es la Constituyente
Metropolitana, y que tendrá su arraigo en la Constituyente Cultural Me-
tropolitana, para definir el marco jurídico político de desarrollo cultural,
proceso este que debe desarrollarse en paralelo a las acciones de transfor-
mación cultural, con especial énfasis en las actividades organizativas de
las Casas del Poder Popular.
* * *
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.61
Y ZALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
Alexis MorosDirección de Cultura
Primero que nada muy buenos días. Después de esas bellas palabras
que escuchamos anteriormente uno se siente un poco cohibido. Estoy en
representación de la Secretaría de Cultura y vengo a traer nuestras líneas
estratégicas dentro de la Dirección de Cultura, la Secretaría, y el trabajo
que hemos venido realizando en los últimos meses.
Primero que nada la Secretaría tiene entre sus metas principales la
creación de alguna carta de barrio, un poco tomando la palabra de los
amigos de los Comités de Tierra Urbana. Nosotros consideramos necesa-
rio partir de allí, que la memoria histórica de los barrios y de la ciudad es
bien importante porque eso nos da un sentido de pertenencia y, al tener
ese sentido de pertenencia, nos da la posibilidad de incorporarnos en to-
das las actividades y procesos de cambio que se vienen dando.
Es ahí que entonces planteamos la memoria histórica de la ciudad a
través de las treinta y dos parroquias y aprovechar así la oportunidad para
crear el registro cultural de todo lo que es el área metropolitana. Conside-
ramos importante eso porque forma parte también de la memoria; allí se
inserta el planteamiento de que se incluya otras culturas que se han incor-
porado a nosotros, las españolas, las francesas, las portuguesas; en fin,
toda la gama de culturas que nos acompañan en esta metrópoli. Tal es la
primera línea de entrada dentro de nuestra propuesta cultural.
Dentro del programa de formación de recurso humano cultural,
planteamos el rescate de esos espacios de encuentro en donde se abren
abanicos de discusión y se plantean espacios eco-culturales. Tomar los
parques, las áreas verdes como espacio en donde se den esas manifesta-
ciones; fortalecer un poco la infraestructura cultura, digo un poco porque
existen algunos casos pero en total abandono. Tenemos aproximadamen-
te seis casas culturales que están bastante deterioradas y es imperativo el
rescate de ellas, asimismo la incorporación de algunas más dentro de las
zonas populares, dentro de las barriadas caraqueñas, para la generación
de lo que llamaríamos espacios de encuentro, como mencionaba el amigo
de Droz Blanco. Serían lugares donde no hay límites, en donde se pueden
incorporar distintas culturas y hacer intercambio entre ellas, pero real-
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[ \CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
mente es una excusa para que las comunidades se fortalezcan y organi-
cen.
También planteamos los módulos culturales endógenos. Tenemos al-
gunos planes pilotos en donde está el de El Valle, planteamos también
uno en el Parque Arístides Rojas en El Recreo, queremos fortalecerlo y
destinarlo hacia el área de los niños menos favorecidos, e incorporar en-
tonces un proyecto de recreación allí. Ya tenemos el dinero y lo que nos
toca entonces es trabajar fuerte dentro de esos módulos culturales
endógenos.
En la red metropolitana de cines proponemos dos vertientes: una son
los cines digamos itinerantes (para lo cual vamos a hacer unas pruebas
pilotos con camiones), de ahí también se abren dos, una que tenemos
planteado con camiones que se trasladen hacia las comunidades y otra
que sean rotativos en las parroquias, en donde se haga una dotación míni-
ma para que se pueda dar la experiencia del cine (ya avanzamos conversa-
ciones para traer el cine que ya existe, el cine de la Cinemateca, que es cine
realmente con contenido); y en cuanto a la otra vertiente es la propuesta
que hay de la creación de cines en la zona oeste de Caracas, que está, diga-
mos, un poco desfavorecida en ese aspecto, realmente no existen cines en
la zona oeste. Está planteado que sean con infraestructura ya existentes,
por lo menos en la Casa Cultural de La Pastora existe la infraestructura
para eso, pero está en abandono y la idea es activar y reactivar ese y otros
espacios.
Con respecto a la parte de promoción y discusión de la diversidad
étnica cultural, planteamos la profesionalización de los creadores popu-
lares, o sea darles a todos estos creadores populares el valor que ellos tie-
nen y que se reconozcan como profesionales tanto en el área cultural
como en el área de recreación.
El Simposio de Legislación Cultural Municipal tiene que ver con el
área legislativa; tenemos una nueva Constitución, tenemos unas nuevas
leyes y, realmente, la legislación cultural no tiene consonancia con estos
nuevos tiempos en los cuales nos venimos desarrollando. Entonces es
importante adecuarnos a esta gran necesidad de fortalecer la legislación
cultural planteando, por ejemplo, una constituyente cultural metropoli-
tana, un anteproyecto para las ordenanzas culturales o el impulso a la Ley
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.63
] ^ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
de la Ordenación Cultural. En cuanto a esto de la legislación, creo que
pudiéramos hablar un poquito más, pero quiero dar la palabra a mis com-
pañeros. Dayana Hernández nos va aportar unos tips de lo que viene a ser
el área de recreación y Julio Mora en cuanto a la parte comunicacional
que va a impulsar la Dirección de Cultura.
* * *
Julio MoraDirección de Cultura
Buenos días. Básicamente, es muy importante saber que lo que esta-
mos manejando en cultura es un concepto que, si bien viene a crear una
nueva vanguardia en lo que se llama gestión cultural, tiene dos líneas de
ataque, fundamentalmente una que es forma y la otra que es fondo, en-
tendiéndose que la de forma es la que normalmente todas las gestiones
realizan en lo que es eventos, programación cultural permanente, pero
asimismo tenemos pensado la parte de fondo que es ese sembrar la auto-
gestión, el cooperativismo, la solidaridad en función de proyectos defini-
dos que marcan ese nuevo planteamiento del sistema económico-social
que se corresponde con el mensaje del Presidente, que se corresponde con
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Con lo que tiene que ver en sí con la creación artística cultural hay fac-
tores fundamentales como lo es el reconocimiento, tal como lo había di-
cho el compañero, de la pluriculturidad, de la otredad. Fundamental-
mente nos proponemos preparar ese cultor que está ya, que es parte de
nuestras raíces, que es parte de nuestras comunidades, de nuestras regio-
nes, darle las herramientas necesarias tanto académicas como materia-
les para que se fortalezca y pueda generar su autogestión, de forma que no
se reproduzca una economía paternalista en lo que se refiere al ámbito
cultural, sino que sea, por el contrario, apoyo para la autogestión.
Para ello tenemos planteado el estímulo a la creación artística con fes-
tivales, bienales, arte en la vía (tomar las calles, tomar los espacios que son
naturales de la cultura). Hablamos de la cultura festiva residencial, es de-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.64
_ `CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
cir, tomar en cuenta esas raíces, esas celebraciones que muchas veces no
son reconocidas y que se hacían por antonomasia en las mismas localida-
des; no solamente vamos a reconocerlas sino fortalecerlas.
Tenemos también la red editorial comunitaria, que se refiere a tomar
esos talentos que están en las comunidades, buscar esa poesía que ya está
en las comunidades, tomarlas, editarlas y lograr pues que ellos se puedan
autogestionar.
Con respecto a la producción discográfica –punto que a nosotros nos
parece bastante importante pues se trata de la parte de fondo–, no existe
actualmente una plataforma determinada dentro de este patrón de eco-
nomía social que le dé respuesta a los músicos, al aspecto musical; para
ello tenemos pensado lograr la primera discográfica cooperativista de
músicos; para este caso piloto del área metropolitana ya hemos avanzado
conversaciones con algunas personas encargadas del Núcleo Endógeno
de Pdvsa, por el Ministerio para la Economía Popular y también del
Conac, para lograr impulsar a los músicos pero no en función del modelo
tradicional capitalista, sino en función del nuevo modelo de economía
social donde sea fundamentado el cooperativismo entre los músicos. Pa-
rece que es la mejor respuesta que podemos dar en el caso específica-
mente de la música como parte de lo que es la industria cultural. Plantea-
mos que la música sería el eslabón que puede relanzar todo el movimiento
cultural, porque en sí mismo tiene ciertos atributos que se diferencian del
resto de las manifestaciones para poder proyectarse a las otras.
La creación del Museo del Poder Popular es un planteamiento que to-
mamos a petición del Alcalde, con respecto a que la sede de la actual Al-
caldía se convierta en Museo del Poder Popular y darle participación a ese
artista y creador que nunca ha sido tomado en cuenta. Vamos a difundir
nuestra historia en murales, tenemos que tomar los diferentes espacios
que han sido perdidos durante el tiempo y llenarlos de pintura, de arte,
con nuestra historia, nuestra historia real y no la historia que nos impu-
sieron durante mucho tiempo, hablamos es de la historia que está plas-
mada en las comunidades, que está plasmada en nuestras raíces
autóctonas.
Con relación a la parte de comunicación social pensamos lo siguiente:
como gestión cultural debemos darle fundamental importancia a lo que
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a aALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
es la difusión, debido a que muchas veces la parte cultural se deja solapa-
da, debemos darle full impulso a través de los medios masivos comunita-
rios y a través de las páginas web, utilizando la tecnología para darle par-
ticipación y al mismo tiempo difusión a todas las actividades que van a
realizarse y que se realizan en las diferentes parroquias.
Gracias.
* * *
Dayana HernándezSecretaría de Cultura, Recreación y Turismo
Partimos del principio de que la recreación debe ser para todos, y en
Venezuela por muchísimos años hemos visto y hemos sido víctimas del
turismo y la recreación. ¿Por qué? Porque han sido actividades converti-
das en elitescas para el consumo. Un gran porcentaje de nuestra pobla-
ción no puede disfrutar del turismo ni de la recreación (incluso llevar a
nuestros niños al Parque del Este sale muy costoso), entonces nosotros en
la Secretaría de Cultura, Recreación y Turismo tenemos actividades
multidisciplinarias que se enlazan unas con otras.
En el área de recreación queremos desarrollar planes, programas y
proyectos sociales con apoyo logístico en los museos, casas culturales,
teatros y otros, para que realicen visitas guiadas, encaminadas a los sec-
tores más vulnerables y los ancianatos, las escuelas, las poblaciones que
no tienen el apoyo para disfrutar, ¡qué sé yo!, de una orientación en cuan-
to a la recreación se refiere.
Queremos organizar a las comunidades para que ellas mismas reali-
cen los planes vacacionales a sus niños y no tengan que depender de una
empresa privada que sólo está inclinada a hacer recreación a los entes gu-
bernamentales y a otras empresas privadas, o sea que las mismas comu-
nidades se organicen y sean ellas mismas, por medio de cooperativas, las
que realicen los planes vacacionales para su gente.
Por otro lado, queremos realizar algún convenio con el Ministerio de
Planificación y Desarrollo, o con algún ente gubernamental o empresa
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b cCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
privada que dirija la recreación a niños en situación de abandono. Pode-
mos realizar planes de recreación donde se hagan actividades de inser-
ción al hogar, o sea que sea la recreación la que los guíe a ellos y los saque
de ese mundo de perdición. Creo que muchas veces tenemos la recreación
inclinada hacia los niños de las comunidades, pero a estos niños en situa-
ción de abandono muchas veces les pasamos por un lado y no les damos el
privilegio de darles recreación y turismo. También queremos hacer pla-
nes guiados hacia las personas de la tercera edad.
Queremos también la formación de guías turísticas que en su mayoría
estén preparadas en seguridad social para que le brinden al turista nacio-
nal o internacional seguridad dentro de la zona metropolitana y que se
sienta seguro acá en Caracas; ese guía no debe ser solamente un guía co-
mercial sino un guía amigo que le preste un buen servicio en la zona me-
tropolitana.
Queremos desarrollar el turismo alternativo tomando como referen-
cia el turismo peruano, que de unos años para acá ha venido haciendo tu-
rismo sin costo alguno porque toma, por ejemplo, los parques nacionales,
o hace turismo de aventura, que es un turismo que no tiene costos y no
está inclinado hacia lo comercial. Y, por último, es necesario tomar tam-
bién en cuenta el turismo ambiental que viene enlazado con el turismo
alternativo.
Gracias.
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.67
d eALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
Ciudad inevitable
Miguel Márquez
Director de Literatura del Consejo
Nacional de Cultura (Conac)
Me siento especialmente complacido de informar sobre el
trabajo que estamos haciendo desde la Dirección de Literatura del Conac
con miras a la celebración del Festival Mundial de Poesía de Venezuela
que se realizará en marzo del 2004. A diferencia del al año pasado cuando
sólo abarcamos seis ciudades (Caracas, Valencia, Maracay, Mérida, Ciu-
dad Bolívar y Puerto La Cruz), para esta ocasión incluiremos a dieciséis
ciudades del país. Es más, no solamente ampliaremos el radio de acción
de las ciudades, sino que también trabajaremos con las comunidades en
los barrios, en las parroquias. La semana pasada iniciamos un encuentro
con las misiones en La Pastora, hace dos días estuvimos en San Agustín, y
ayer en Caricuao. Tendremos una actividad continua de aquí hasta marzo
en cuanto a la promoción de la poesía y la sensibilización de la gente a par-
tir de la palabra poética.
Por otro lado estamos llevando adelante el concurso Cada día un li-
bro, donde ciento sesenta y nueve autores resultaron ganadores, y entre
quienes un setenta u ochenta por ciento, más o menos, son nuevas firmas
–gente desconocida completamente– cuyas obras serán publicadas des-
de ahora a marzo. También tenemos la Biblioteca Básica Temática. Este
esfuerzo consiste en la producción de libros por temas y su distribución a
través de los órganos específicos según los libros se refieran. Pongamos
por caso un libro sobre el ambiente se distribuye a través del Ministerio
del Ambiente; y un libro de la ciudadanía a través del Ministerio del Inte-
rior y Justicia. Es más, también hemos realizado distribuciones masivas
en las plazas Bolívar de más de cien ciudades del país, incluyendo las vein-
ticuatro capitales de estado.
Desde esta Dirección de Literatura quiero ponerme a la orden en lo
que sea necesario para la divulgación de estas jornadas. Ya hemos reali-
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f gCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
zado varios talleres de crónicas urbanas, por lo que podríamos pensar en
la manera en que la Alcaldía y el Conac implementen juntos una experien-
cia de este tipo en algunos barrios de Caracas –incorporar la historia local
de estas comunidades a las publicaciones; de pronto, organizar concur-
sos entre la diversas comunidades–, en fin, pensar cómo generar este tra-
bajo de promoción, información, y formación.
Considero que tenemos un escenario y una plataforma ideal para tra-
bajar en común, tenemos semejanza de propósitos. Y como poeta, presen-
te en Miguel Márquez, deseo leer unas palabras que espero sirvan de estí-
mulo a esta reunión, desde lo que es la poesía misma que ejercito; y por
otro lado evocar a un poeta urbano que viene muy al caso, un poeta exce-
lente de nuestra literatura que es William Osuna. Él ha sacado una poesía
conversacional de la poesía del hombre caraqueño, particularmente con
una concepción muy específica de lo que son las letras insertas en la vida
política. Porque también la política literaria existe, la historiagrafía lite-
raria existe, así como muchos otros temas que han sido dejados de lado –al
igual que muchos escritores– por aquellos cuyos criterios se tornan nor-
mativos de lo que es o no poesía o de lo que es o no literatura.
Creo justamente que esta línea de trabajo, la de la poesía urbana, poe-
sía conversacional, poesía más directa o poesía comprometida –por lla-
marla también con nombre preciso– no es la que ha contado con la mayor
aceptación por parte de las editoriales del Estado venezolano. Lo vemos
en editoriales como Monte Ávila Editores donde –si nos dedicamos a ha-
cer un estudio de los autores preferidos por ese catálogo– uno podrá ha-
cer una clara lectura de cuáles han sido los criterios de selección y de ac-
tualización, así como los criterios para promover determinadas lecturas
del país o del mundo. En ese sentido estamos hablando de lo que acontece
dentro de órbitas cercanas, no exactamente dentro del espacio físico sino
en el espacio de las ideas. Y en ese espacio de las ideas también participa el
mundo de la poesía, la narrativa y el cuento; en definitiva, toda forma es-
crita o toda forma de la imaginación.
Paso a leer las palabras preliminares del libro de William Osuna, que
es una antología que se llama Miré los muros de la patria mía.
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.69
h iALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
Miré los muros de la patria mía
I.
Este libro de William Osuna es una ciudad, una arquitectura eléctri-
ca cuyo tono, coloratura y prosodia ofrecen sitio y arraigo de las perso-
nas que van al cine solas, a la esquiva vida trunca de inquietudes
ermitañas, a la carta astral que una adivina pordiosera lee con lujo a la
final arbitraria asociaciones para que el destino de repente abandone su
hermética caligrafía y se regale abierta, pulcra, fatalmente sobre la
mesa olorosa a cigarrillos y las carambolas que dan cuenta de los billa-
res y de la medialuna.
Una ciudad verbal obsesiva en la crónica puntual, el registro imagi-
nario de las circunstancias y de los personajes, una ciudad donde un
dramaturgo fragmentado inscribe las imágenes con una fidelidad amo-
rosa, copiosa e inevitable, con la fiebre de los espejos y de los relámpa-
gos, murciélagos y sollozos.
Miré los muros de la patria mía no es sólo un título que reúne los libros
publicados y otros inéditos de este poeta, sino que también nos coloca
ante el mundo con un ardor en los ojos, con una advertencia que inven-
tará una y otra vez las mil formas de diseñar un pacto más allá de las
prohibiciones sacrosantas, de las sentencias descriptivas que sueñan
con castillos inexpugnables de entramados, encaramados en exclusio-
nes, de muros aberrantes y jurisprudencias legitimadoras de la sarna
social y el vasallaje.
Paredes poderosas y articuladas del desamor, naturalezas muertas
que se instalan, que se adhieren, que se acomodan en la cotidianidad
como sopas congeladas en los rostros de tanta indiferencia, de tanta
violencia, con aires de señora o de burócrata, con cara de policía o legu-
leyo; por eso se gesta el lío que este libro trae a cuento, el lío o la trifulca,
la bronca, la pelea.
Estos poemas parecen estar cercanos al cuento, al relato, a las confe-
siones, parodias, uppers, ganchos de izquierda en mitad de composicio-
nes rítmicas que hacen del testimonio voluntad ganada por la precisión,
por el retrato o la caricatura viva animada por los vaivenes de la histo-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.70
j kCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
ria y donde un cuentacuentos se anima con los apodos, con el brinco in-
terminable de las esquinas, con el año y el mes de tanto desasosiego
amable o desdichado, pero siempre desde la franja roja de unos ojos
atentos que entre la congoja, la fiesta, el amor, la rabia y el delirio graba
sus inscripciones en el altar del sentido.
Tal vez al modo de un Cristóforo Colombo de la mala calle y a quien
por favor se le debe preservar de cualquier profanación deshonrosa. Un
Colón que bien pudiera llevar más bien por nombre Willie en lugar de
William y salir con un trombón entre las páginas para recrear una sen-
sibilidad urbana y caraqueñísima, donde no queda títere con cabeza ni
ley de truhanes con turbantes.
Hablamos entonces de una mirada que aliña sus vocablos con pólvo-
ra, que aceita su sistema nervioso para reventar los lugares comunes,
los lugares consagrados por falsas legitimidades; mitos de clase a lo que
ciertos versos le caen a martillazos o a puño limpio, de aquí que a menu-
do aparezcan estas poesías el espacio escenográfico del cuadrilátero.
En estas páginas hablan y con la voz templada en las calles de El Ce-
menterio los ejecutados, los fusilados, los que hasta hace poco andaban
sin patria ni arraigo, sin voz pública ni calles para hacer sentir el dis-
curso polifónico de los lateros, de los maltratados, de los que pasean su
locura por las autopistas; hablan mucho desde la humilde humildad ilu-
minada desde un animal herido desde Santiago León de Caracas.
Debemos incrustar aquí a la madre de los demonios, la que atolon-
dra la risa con las naves donde viajan los guiños, el guiso gustoso que
prepara con esmero el humor para esa espléndida legión que alguna vez
será de príncipes, para esas almas desenvueltas y con la risa y con los
pies desnudos, la risa benigna que se burla de uno mismo y que no deja
de pasar en ocasiones por el cielo oscurecido de las formas.
Habría que comentar también el mosaico pasional que se deja escu-
char en estos cuentos como figuras principales y que pasan a cuerpo de
rey por los botiquines con Julio Jaramillo al frente de las Panteras Ne-
gras, que pasean por la City en los Cadillacs del bolero y la ranchera, así
como no podemos olvidar a John Lennon ni a ese muchacho de oro que
salió de Maracaibo para llamarse de pronto Felipe Pirela. Y bueno,
cuando ya llegan el rock o la rockola, sabemos que nos toca a la puerta
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l mALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
la inevitable despedida y es entonces cuando voy hasta la H-5, la tecla
que está al lado de Sandro o de los Beatles para dejar que sea el mismo
William quien diga su bienvenida con una pieza que dice así:
“Glorifíquenme
Putas de Santo Domingo y de Grecia
hicimos los números de la vida
una corola de fuego
detrás del corazón
Comimos clavos en secreto
No fueron en vano
las caricias y el oro compartido,
como un sablazo de amor nos fuimos en las perradas del siglo
respetamos nuestras banderas
duro fue el oficio
dura la vida
en estiércol hundimos
nuestras ganancias.”
II.
“[d]uro fue el oficio / dura la vida” dice el poeta y es la trasgresión la
que graba estas líneas en el cráneo pues sólo gracias a la fractura de los
modos convencionales se logra sintetizar una salamandra como ésta en
la recia bondad del universo, en el óvalo oculto que en una tarde más
indecorosa que bella perfila su voluptuosa epifanía en el eco seco de una
sentencia que repetirá su afán como el acoso brillante de una serpiente
ante su víctima.
Esta “antología” de William Osuna es parte de nuestra vida, del cal-
do sustancioso de la poesía venezolana, de la fe en el hervidero de la
imaginación como pozo primigenio del mundo, en la retahíla de oracio-
nes encabalgadas entre las sonoridades de la urbe, en la auténtica exi-
gencia y la fidelidad a las exploraciones ambiciosas en la radical conju-
gación de la trama con las estampas sometidas a una implacable puesta
en escena.
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n oCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Nervios y sistemas arteriales, ciudades y pintas y voces en la grafía
del asombro, en el papel para dibujar la cadencia, el jadeo, las exclama-
ciones, el esplendor del idioma que se enrosca y se lanza sobre su presa,
los relámpagos donde la noche se demora para partir en dos la memo-
ria, la oscuridad desierta, las calles vueltas episodio, conspiración, cri-
men, elegía, ternura.
William Osuna, has escrito estos poemas como si regalaras pala-
bras, como peces ahumados para un festín inolvidable, como si al seguir
inevitablemente la senda que alguien te inventó de antemano, no hubie-
ses hecho más que darte con el látigo del timbre y de la imagen que exal-
tan la pasión por las figuras y los diálogos y los colores entre el difícil
bello oficio sobre la faz de la tierra y el ejercicio minucioso de una curio-
sidad diestra en los asuntos mundanos.
Este libro parece un trago soberbio en una tasca de españoles, con-
centración entre la multitud, anís cristalino en el más dispendioso azar,
hoy incrustado en el agua cóncava de tus claras ferocidades. El poema
se te ha venido como regalo y consecuencia y ha sido franco, ducho y
paciente para merecerlo, para darle a la luz y a la sombra el lecho que
les pertenece. Pasan por ti los ríos que irán a dar a la mar, que irán a dar
a la mar incluso el Guaire, el fuego sagrado de las cavernas, el aire de los
diálogos que ventila la atmósfera de ese gerundio superlativo al que lla-
mamos la gente.
Así te has mantenido siempre, con tus camisas blancas y el reloj azul
marino para espantar los ladridos que pretenden acuchillar tu lectura
iconoclasta de los asfodelos y de los comerciantes y de los políticos ban-
didos y de los terroristas y de los hambreadores. Entre las pezuñas y las
preguntas de la poesía gracias a Dios que te bendice y digámoslo con Él,
ya que lo dice mejor que cualquiera de nosotros, el resto es nuestro aulli-
do, las algas que se mueven en el sueño, la ciega e indecible Luna, la on-
dulación fugaz de la fiebre, el prolífico ocultismo del incienso, los deseos
que despeinan a las arañas de la aurora.
Tú, William, y para ti, la luz desmelenada, los símbolos inexactos de
la medianoche, el precipitado follaje del presentimiento, la piel lozana
de los venenos, la indecisa intromisión de los peces, las muchachas ge-
melas que se acuestan desnudas sobre las piedras a tomar sol. En oca-
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p qALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
siones lo has dicho, pensar duele mucho y despertar es peor, pero sin ese
par de ojos qué hubieras hecho tú, cuál cuento o nostalgia para la elegía
o el sudor o la caída libre de los cristales. Miré los muros de la patria mía
es una ciudad inevitable para todo el que venga a visitar nuestra ciudad
letrada y cuestionada, una sensibilidad donde abundan las no pocas
veces confusas peripecias de lo humano y también el dibujo, la alegoría
o el repentino hallazgo que más allá de todo, y sobre todo, vienen a decir
con la palabra aquí estamos en el combate y vivos para siempre.
Muchas gracias.
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r sCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Formación
para la comunicación
Ricardo Márquez
Director de Catia TV
Pensar Caracas no es fácil, no, como pensar tampoco estar
aquí el día de hoy. Creo que en esta misma sala se fraguó con Alfredo Peña
el cierre de Catia TV, el allanamiento, quitarnos los equipos, sacarnos del
Hospital de Lídice. Que hoy estemos aquí y podamos conversar sobre
Pensar Caracas es algo que me retraía mientras el Gordo hablaba y me
hacía pensar sobre todas las cosas por las que ha tenido que pasar nuestra
ciudad. Diego Arria, Ledezma, Asdrúbal Aguiar, ...todas las cosas malas
que le han pasado a Caracas.
Venimos del área de la comunicación, desde Catia TV específica-
mente, pero también desde el cineclubismo, desde la proyección de pelí-
culas en el barrio (Catia TV nace en las barracas de Simón Rodríguez de
La Pastora), y hoy vemos que logramos ese sueño y ese pensamiento que
un día tuvimos en la comunidad del barrio Simón Rodríguez de fundar
una televisora –aunque las televisoras aquí no son de pelabolas sino de
gente que tiene mucho dinero–, cuando todos pensaban que era imposi-
ble que desde un barrio podíamos hacerla. Lo logramos. Y lo logramos
porque somos un grupo humano grande y porque trabajamos muchísimo,
porque hemos sido constantes. Aunque de alguna manera el inicio fue du-
rísimo, lo logramos y hoy tenemos una señal que cubre un sesenta o se-
tenta por ciento de Caracas. Para el año que viene pensamos cubrir un
cien por ciento la ciudad capital con más equipos, con más fuerza.
Pero el trabajo más duro de Catia TV no está en la señal o en el trans-
misor, está en la capacitación que hacemos permanentemente de la gen-
te, porque una televisión comunitaria, una radio comunitaria no es comu-
nitaria porque se llame de esa manera, es comunitaria porque lo haga la
gente y eso pasa por formar obreros, albañiles, amas de casa, costureras,
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.75
t uALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
latoneros, mecánicos, a cualquier persona de la comunidad, que se con-
vierte en un comunicador.
Algunas veces nos conseguimos a mucha gente que sin tener nada de
experiencia es un comunicador nato, natural; nos conseguimos también
a personas que, aunque son comunicadores potenciales, tienen limitacio-
nes técnicas cuando hay que enfrentarse a la cámara, a la editora, a las lu-
ces, a los micrófonos, al sonido... Es una lucha constante, no es fácil y real-
mente cuando comenzamos los talleres mucha gente se va a mitad de
camino porque piensa que es imposible. Bueno, diariamente, permanen-
temente, estamos trabajando en función de ver cómo la formación la va-
mos sistematizando de manera que sea un contenido muy bueno pero que
sea muy fácil de digerir por la gente y no lo vea como un problema. La vi-
sión de la comunicación que tenemos es la de llamarnos (“Llama a Negro
Primero y que venga a cubrir”, “Llama a Catia TV y que venga a cubrir”,
“Tenemos el Día del Palo”, pero también del padre, del árbol, del niño...),
también organizamos la inauguración, la escuela, la tomamos. Pero el te-
ner muchas actividades que cubrir, hace que personas de Catia TV se pre-
paren en talleres y se conviertan en un spike, en un equipo comunitario de
producción audiovisual independiente. Ese equipo no tiene que llamar a
Catia TV para que resuelva, sino que como comunidad llaman a Catia TV,
para pedir una pauta, van, retiran la cámara, luego graban, después van y
editan, hace el programa la gente como comunidad, porque no podemos
operar como un canal comercial de tener cincuenta carros, ciencuenta
motos, cincuenta cámaras, cincuenta camarógrafos, cincuenta periodis-
tas que van a cubrir cosas. No se hace fácil, creo que es un proceso y ade-
más, siempre lo hemos planteado, no es un decreto: formar a la gente para
la comunicación no se hace por decreto, es un proceso, es un trabajo, es
una constancia diaria.
Si hay algo en lo que hemos estado trabajando en Catia TV es precisa-
mente en formar a la gente, porque realmente para que la comunidad sea
un órgano comunitario permanente tiene que formarse y tiene que apren-
der a manejar los equipos y tener una formación técnica mínima, no aca-
demicista nada más (profesional, estética), sino que nosotros considera-
mos más importante el ser humano, el individuo, la gente, nuestro barrio;
mostrarnos tal cual somos pero sin exagerar tampoco, sin mostrar única-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.76
v vCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
mente lo malo, sino también todas las cosas buenas que tenemos en la co-
munidad.
Hemos estado hablando con la gente de los Comités de Tierra para ver
si empezamos a hacer la memoria histórica de Caracas a través de todo ese
gran trabajo que vienen haciendo, y ver cómo formamos equipos de los
Comités de Tierra para que empiecen audiovisualmente a retratar la his-
toria de las comunidades. Juan lo decía y me parece importante: pensa-
mos a Caracas desde ahorita pero no la pensamos desde ayer, desde hace
años, desde cómo han venido pasando las cosas.
Mucha gente tiene expectativa de que ahora con esta administración
Caracas va a cambiar (no vamos a tener más tráfico, no vamos a tener más
colas, no vamos a tener más buhoneros...). Y realmente no es así, es un
proceso donde tienen que estar la radio y la televisión comunitaria, los
Comités de Tierra, las Mesas Técnicas de Agua, los alcaldes, los conceja-
les, los diputados, todo el mundo, para que podamos de alguna manera
impulsar un pequeño cambio que veremos en un largo plazo. Al menos yo
lo veo así. No se trata de varitas mágicas que resuelvan la cosa.
Desde Catia TV de verdad que estamos interesados en apoyar todo
este proceso que se vive, y queremos que desde Carmen (que también ha
tenido la posibilidad de estar en Catia y de apoyarnos), hasta el amigo que
estuvo aquí de literatura, también la gente de los Comités de Tierra, toda
la gente, nos integremos de verdad en el trabajo de pensar a Caracas, y ver
qué punto de vista podemos dar aportes.
En el caso de Catia TV nuestro aporte puede ser por supuesto con la
señal que mantenemos al aire con nueve horas diarias de transmisión. Al-
guna gente dice “¿Por qué Catia TV sale nada más nueve horas diarias?”,
así como despectivamente, y no sabe el gran problema que es hacer nueve
horas diarias de televisión, con la gente, con pocos recursos a veces, con
pocos equipos. Sin embargo lo hacemos, y aspiramos que ahorita en ene-
ro o febrero aumentar a diez o doce horas diarias. Pero algunos no saben
de verdad el gran problemón en que estamos metidos porque hacer me-
dia hora de televisión es difícil. Creo que algunos aquí lo saben, y también
de qué televisión queremos hacer, porque tal vez hacer Ají picante o Vi-
deo loco sea fácil, pero cuando queremos tener búsqueda dentro del ba-
rrio con la gente, con nuestra realidad –que no es precisamente mostrar
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w xALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
la basura y las cosas feas que pasan en el barrio, sino de la gente que estu-
dia, trabaja, las misiones, lo que están haciendo, las esperanzas y los sue-
ños que tiene esta gente en función del proceso que vive hoy día el país a
partir de la nueva Constitución–, que es lo más interesante, estamos en-
frentándonos a un proceso difícil por supuesto.
Estamos ubicados cerca de Caño Amarillo, a cuatro o cinco cuadras de
aquí, en una casa que estuvo abandonada veinticinco años y con una cons-
trucción de ciento cincuenta. Cuando Peña nos sacó del Hospital de
Lídice nos dijeron “Miren, les vamos a dar una casa en comodato” y noso-
tros estábamos felices, pero cuando fuimos a ver la casa casi nos ponemos
a llorar y tuvimos que echar a correr porque estaba tomada por
indigentes. Indigentes echando a indigentes. Éramos unos indigentes,
nos habían echado del hospital y no teníamos equipo, pero además de que
nos echaron del hospital, igual nos echaron de la Biblioteca Nacional.
Aunque en un caso nos echaron Peña el fascista y el profesor Aristimuño
(del Hospital de Lídice), el profesor Arístides Medina Rubio de la Biblio-
teca Nacional, que lo respeto mucho, también nos echó de la Biblioteca,
en paralelo.
Fuimos a tener a Caño Amarillo y allí el equipo de Catia TV nos plan-
teamos que mal que bien teníamos una casa, la primera tarea era ver en-
tonces cómo negociábamos con los indigentes su salida, de tal manera
que no sintieran que le estábamos arrebatando su espacio de consumir,
de dormir, de hacer tantas cosas. Además teníamos la tarea de recuperar
la casa.
De alguna manera lo hicimos trabajando, realmente no hemos tenido
el apoyo directo tipo “Bueno muchachos, les vamos a dar estos recursos y
transformen la casa”; sino que nos endeudamos, pedimos fia’o, pedimos
prestado, martillamos, le tiramos un saqueo, digamos, a Pdvsa en mue-
blería, lámparas, cables viejos que, según ellos, no funcionaban. Si uste-
des hoy en día van a Catia TV se sorprenderían y dirían que esto está nue-
vo. No, esto era de Pdvsa y según ellos no servía; nosotros les pedimos
muebles, sillas, hasta el plafón, el cielo raso, y de esa manera logramos
recuperar una casa que en un principio era imposible. Recuperar la casa
de Catia TV era imposible, de hecho yo tenía miedo de que se fuese a caer,
sólo hasta cuando vinieron los ingenieros, los arquitectos y nos dijeron
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y zCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
que la casa aguanta doscientos años más, no me quedé ni un pelo tranqui-
lo. Pero realmente por el deterioro, las filtraciones, la humedad que tenía
esa residencia eran para pensar que era inhabitable. Pero lo logramos, con
mucha constancia, trabajo, dedicación de cada uno. Hoy día pienso que si
pudimos recuperar la casa, podemos recuperar la ciudad y el país.
Realmente en ese plano andamos todos, sólo si nos incorporamos,
participamos, trabajamos. En Catia TV no existe Semana Santa, en esos
días no existe sino el trabajo, lo mismo que Navidad y Fin de Año, cuando
eres televisora no puedes tener vacaciones, no puedes decir que Catia TV
saldrá del aire porque nos vamos a tal lado, sino que cuadramos y planifi-
camos de manera que algunos podamos tener un rato. Los invito a todos a
conocer la sede de Catia TV, a que conozcan un poco lo que hacemos.
Dentro de la casa de Catia TV decidimos hacer un cine, una sala de cine
con cien butacas, ya tenemos los proyectores de 35mm que nos cedió la
Cinemateca Nacional en comodato, y que estaba antes en el Celarg. Pen-
samos que, además, ese cine será gratuito, y entonces nos tuvimos que dar
de palos con la Cinemateca porque las salas de cine asociadas cobran en-
tradas. Nosotros nos planteamos que la entrada a las salas de cine de Catia
TV no puede tener costo porque tenemos que empezar a adentrar a nues-
tro pueblo, al más humilde, en la cultura del cine, porque en el Este la cul-
tura cinéfila es grande pero en el Oeste no; nuestra gente no va al cine y si
va al cine va a ver el cine comercial gringo. Entonces si tendremos una sala
de cine alternativa tenemos que ofrecer una sala de cine gratuita y la pro-
puesta es “Cómprate tu ida y vuelta y vienes a ver cine gratis aquí a Catia
TV”.
Pero así también tenemos un estudio grande, tenemos equipos, hemos
ido creciendo, hemos logrado pagar deudas y volvernos a endeudar para
volver a pagar, para volver a endeudar, pero poco a poco lo hemos ido ha-
ciendo y creo que –y lo digo desde el punto de vista más humilde– eso que
está allí y que hemos podido hacer podemos mostrarlo como ejemplo. No
lo ha hecho Ricardo, no lo hizo Blanca, no hay nadie del que podamos de-
cir “Lo hizo Fulano”, sino que lo hemos hecho un equipo humano que está
allí, que está trabajando, que está permanentemente pensándonos.
Ahora Catia TV quiere tener una guardería porque mucha de la gente
que va a hacer televisión son mujeres con hijos y no tienen dónde dejar-
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{ |ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
los. Vienen de Tamanaquito, El Limón, Nueva Tacagua, ¿y dónde dejan
sus hijos? Catia TV puede tener una casa para que las madres vengan, de-
jen a sus hijos allí y puedan desarrollarse plenamente como productoras
audiovisuales de Catia TV.
Bueno, yo creo que poco a poco vamos haciendo el trabajo. Carmen,
desde las trincheras culturales, está en el Celarg ahorita pero estuvo allí
en el MACCSI; la gente que está haciendo la parte cultural, la gente que
está haciendo la parte de la radio comunitaria, de la televisión comunita-
ria, creo que es vital, yo creo que este encuentro de hoy es bien importante
y ojalá no se quede aquí. Ojalá esto trascienda y podamos estar perma-
nentemente pensándonos todos.
Quien va a desarrollar el Barrio Adentro a Cruz Alta tiene una visión
de ese sector apartado, alejado, que es donde tiene las antenas Catia TV.
Allí parece que impera la ley del oeste, donde llega agua cada diecisiete
días y los jeeps no suben si no se les paga una tarifa especial. Estamos ha-
blando de una zona que está a treinta minutos sin tráfico de aquí, dentro
de la ciudad, en las Brisas de Propatria. Y allí están los equipos de Catia
TV, debido por supuesto a la altura, y era una zona tan desconocida que
cuando llevamos a los burócratas de Conatel para allá, descubrieron que
esa zona tiene más altura que El Volcán, que está en el Ávila y es un punto
de poner las antenas y que creían era el más alto; resulta que no, que es
Cruz Alta.
Bueno, volviendo al tema, una visión puede tener Catia TV de Cruz
Alta, pero otra visión la puede tener el de Barrio Adentro, otra el de
Hidrocapital y otra el de Fundarte; y creo que si todas esas visiones las lo-
gramos unificar en un solo criterio y que podamos ir a Cruz Alta –digo
Cruz Alta porque es un sitio en el que tenemos una relación directa, pero
puede ser cualquier sector de Caracas, de cualquier barrio– y podamos
ponernos de acuerdo y trabajar en función de construir con la gente (por-
que no es sólo resolverle populistamente la cosa con recursos) y, sino con
la participación de la gente, sí para la resolución de sus problemas pero
con el apoyo de todos.
Creo que podemos lograrlo de verdad. De Catia TV hablo de un colec-
tivo de más de cien personas que estamos totalmente a las órdenes, pode-
mos planificar en conjunto; creo que es importante el enlace con otras co-
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} ~CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
munidades. Nosotros queremos desarrollar para el 2005 algo que se lla-
me la Misión Comunicación, que es que no haya un sector de Caracas don-
de no tengamos una generación de producción audiovisual. Ya lo hemos
tocado con Izarra, ya hemos hablado con alguna gente para ver qué posi-
bilidad hay de conseguir una camarita, una camarita que vale dos millo-
nes trescientos, una HC-65 Sony, exactamente como la que usa la compa-
ñera. Debemos conseguir un lote de cámaras de éstas en gran cantidad
para formar los spike en las comunidades, para que no haya un sector de
Caracas sin una generación de producción audiovisual de programas des-
de la gente y desde sus barrios, y que permita llenar el horario de Catia TV,
aunque también para Vive y para VTV.
Creo que le vamos a dar un buen golpe a los medios de comunicación
comercial. Además, creo que con la Guerra de los sexos, con Ají picante y
esas cosas nuestra población no va a tomar conciencia de la ciudad, del
ciudadano, del habitante que necesitamos. Sólo con Negro Primero, Al-
ternativa, Catia TV, TV Caricuao, Radio Perola, es que vamos a poder de-
cirle a la gente de las comunidades de Caracas que tienen una ciudad de la
cual ellos son dueños, habitantes, que tenemos que preocuparnos todos
por solucionar los problemas de la ciudad, dar aportes, participación,
para lograr la ciudad que queremos y ojalá evitar la muerte de ella.
Gracias a todos.
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.81
� �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
Caracas
global y local
Carlos Colina
Fundación Alejandro Colina
Buenas tardes. Mi nombre es Carlos Colina, de la Funda-
ción Alejandro Colina y de la Coordinación de la Maestría en Comunica-
ción Social. De modo que mi aproximación a la ciudad es desde la pers-
pectiva de su arquitectura y desde la comunicación social.
Considero que el manejo del concepto de Estado constituye una de las
grandes carencias de la clase política del país (tanto del Gobierno como
de la oposición). Pienso que pueden establecerse áreas de intersección
para construir país y siento que aquí hay mucha gente construyendo país;
aplaudo estas iniciativas, sobre todo las locales. He aprendido mucho en
la sesión de hoy.
Se me solicitó una ponencia para un posible libro, dentro de un tono
conversatorio. Por lo tanto, mi intervención será una mezcla de ambos.
Pensar Caracas desde su diversidad: desde su igualdad y desigualdad
cultural, ideológica y política. Me fascinó el título del texto citado por Mi-
guel Márquez, Miré los muros de la patria mía, yo creo que ahí se podría
parafrasear: “miré los muros de la ciudad mía”, “miré los muros del ba-
rrio mío”, “miré los muros de la urbanización mía”.
Yo siento que Caracas tiene que ser pensada en el contexto global, en
el contexto de la glocalización que vivimos. ¿Qué significa eso? Es la
mundialización de la cultura –planteada por Renato Ortiz–, que se en-
cuentra tanto en los centros comerciales (McDonald’s, etc.), pero tam-
bién el resurgimiento de las identidades culturales, aspecto que hay que
apuntalar, como el movimiento zapatista entre otros, movimientos socia-
les que tienen un carácter global. Hablamos entonces de la emergencia de
nuevos sujetos sociales. Por lo tanto, debemos conectar las iniciativas lo-
cales con un actuar y pensar global. Por ejemplo, el movimiento
indigenista tiene sentido si se conecta con los zapatistas en México, con
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PENSAR CARACAS
los mapuches en Chile, con los indígenas de Perú y Bolivia, es lo que lla-
man sociedad civil global –en este caso no tiene la connotación que habi-
tualmente le damos aquí en Venezuela.
Entonces, pensando en el caso concreto de Caracas dentro del contex-
to de la glocalización –porque no es un movimiento unilateral tipo
McLuhan, sino un movimiento bifronte con muchas oportunidades don-
de existe la mundialización y el resurgimiento de las identidades cultura-
les–, comparada con otras ciudades latinoamericanas que encaran el
mismo proceso, Caracas vive problemas que no son muy diferentes a los
que puede tener Ciudad de México, Sao Paulo y otras ciudades latinoame-
ricanas. A continuación incluiré algunos elementos de diagnóstico.
Es una ciudad que conjuga intensamente premodernidad, moderni-
dad y posmodernidad. Es una ciudad múltiple. Entre su multiplicidad
encontramos –aunque no me gusta el término– la Caracas del subdesa-
rrollo, por ejemplo, la Caracas donde falta el agua. (Yo viví cuatro años en
Madrid y allí, aunque la ciudad está ubicada en un meseta desértica, nun-
ca faltaba el agua; y yo decía “Bueno yo vivo en Caracas y falta el agua, no
sé por qué”.) Ésta es la Caracas del subdesarrollo, vivida desde la pobreza
extrema, desde la pobreza, desde la medianos recursos, desde la riqueza.
Es la Caracas real e imaginaria, vivida y soñada desde distintas perspecti-
vas.
Luego encontramos la Caracas territorial e histórica. Por ejemplo, en
este contexto, podemos señalar fundamentalmente al Ávila como algo
que está relacionado con nuestra identidad como caraqueños y que ha
sido reflejado en el arte.
También, la Caracas comunicacional mediática. Porque desde la co-
municación masiva y alternativa se construye ciudad. En Latinoamérica
después de la segunda década de los años cincuenta se comienza a cons-
truir ciudad partiendo de la comunicación televisiva. Así aparece la Cara-
cas virtual, la Caracas que no es material, las comunidades virtuales: los
cybers, los cyber café, etcétera. Esa Caracas cargada de múltiples
temporalidades, de flujos comunicativos, que no ocupa un espacio físico
sino un espacio virtual y que debemos incorporar a las políticas culturales
y urbanas. Es más, quiero señalar la necesidad de incorporar en estas po-
líticas, sin prejuicios, a los actores privados. Por ejemplo, el papel que han
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� �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
jugado los cyber, cyber café en la democratización del país ha sido mayor
que el de los infocentros. Los infocentros son muy importantes en el ám-
bito nacional, pero los cyber son superior en cuanto a número.
Luego tenemos a la Caracas multicultural. Compuesta por la Caracas
mestiza, fundamentalmente, de la que somos la mayoría (afrocaribeña,
indígena), por la Caracas española, portuguesa, árabe, italiana, etcétera.
En este sentido encontramos iconos y emblemas de cada una de esas Ca-
racas que son parte de nuestras historias de vida; por ejemplo la tasca es-
pañola, el bar portugués, la zapatería italiana. Cuando estuve en Lisboa,
me asombró la similitud de los bares portugueses con los bares de los ba-
rrios o del centro de Caracas. Es más, por medio de sus prácticas cotidia-
nas podríamos identificar a cada una de esas Caracas, ya sea la árabe, la
portuguesa, la italiana, etcétera.
También existen la Caracas barrial, la Caracas urbanizacional y la Ca-
racas híbrida, sin rigideces. Esa segmentación Este-Oeste, así rígidamen-
te, es una farsa. Vivo en Las Palmas y los fines de semana voy a Catia. Yo
conozco a esas dos Caracas y no somos tan diferentes, aunque hay cultu-
ras diferentes, matices.
Apruebo el trabajo que aquí se hace en pro del barrio, reconozco los
elementos positivos que éste tiene, especialmente de convivencia, pero
rechazo su idealización, la rechazo porque conozco el barrio y estoy en
contra de la reivindicación de las carencias. En las ciudades latinoameri-
canas encontramos la segregación social y la violencia. Tenemos que re-
parar esta división social, es una deuda latinoamericana, no solamente
venezolana. Debemos solventar esa división entre sectores medios/privi-
legiados y sectores excluidos/incluidos –porque también hay que mati-
zar el término exclusión del cual se ha abusado, ya que también puede ser
inclusión tal como se señaló anteriormente en otra intervención–, y para
ello hay que asumir el concepto de equidad en las políticas, no hay que ver
las cosas solamente desde nuestra acera. Muchos sectores medios, y no
solamente en Caracas, se han transformado en ghettos, lo que conlleva el
problema de las vigilancias privadas; porque de verdad en Caracas se ha
impuesto una especie de vigilancia cuasi panóptica donde el conurbano
es sospechoso de delito, de agresión, el que está al lado tuyo te puede agre-
dir, te puede robar. Todos somos sujetos de esta vigilancia.
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� �CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Estas ciudades están inmersas dentro de procesos de desterrito-
rialización, descentramiento y fragmentación. Cuando hablamos del pro-
ceso de desterritorialización nos referimos, por ejemplo, a los centros co-
merciales. Los centros comerciales son espacios que se encuentran en
cualquier parte del mundo, funcionan igual aquí como allá, son los llama-
dos no lugares; el Sambil es un ejemplo. Sin embargo, este fenómeno no
es unidimensional y se produce un proceso dialéctico de reapropiación de
esos espacios, entonces ya el Sambil es el Sambil de Caracas. Descentra-
miento, flujos y redes comunicacionales, de eso hablo.
Otro elemento en el diagnóstico es el desmantelamiento, degradación
lastimosa y secuestro progresivo de los espacios públicos en Caracas, así
como la destrucción del arte público por el vandalismo. Los ciudadanos
tenemos derecho a transitar por espacios públicos, por los bulevares, a
pasear: ser peaseantes. Actualmente los caraqueños no somos paseantes,
somos presidiarios porque no podemos salir ni transitar por los espacios
públicos, debido a que están tomados por la economía informal. Hay que
romper esa dicotomía falsa que existe entre la cultura formal y la cultura
informal. En ésta última existe un orden, una forma establecida de co-
rruptela y clientelismo político que tiene mucho tiempo. Ahí hay cliente-
las y hay lucro también. No digo que todo sea así, por eso este sector debe
ser reubicado respetando sus derechos humanos y su derecho al trabajo,
pero también procurando canalizar sus potencialidades hacia otras acti-
vidades.
Los protagonistas de las ciudades globales y formacionales son: las
clases medias, las comunidades transnacionales de consumidores, los jó-
venes y los sectores populares. Tenemos que aceptar a las comunidades
transnacionales de consumidores como un hecho irreversible; no pode-
mos partir del concepto de pureza cultural, nunca ha existido la pureza
cultural, siempre ha habido procesos de hibridación, hay comunidades
transnacionales e identidades transnacionales; por ejemplo, hoy día ha
surgido un rock en castellano que forma parte de la cultura universal, ¿y
por qué no apoyarlo? Es un fenómeno universal y somos seres universa-
les. Mariano Picón Salas –y no hay duda de su amor por Venezuela– afir-
mó: “Somos una provincia de la Historia Universal”. Yo creo que eso no
hay que olvidarlo.
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� �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
También mencionamos a los jóvenes como los protagonistas de las
nuevas formas de socialidad –de esa tribalidad de la que hablaba
Maffessoli– y a los sectores populares. Con respecto a éstos últimos, rei-
vindico aquellos autores que hablan de los sectores populares sin exclu-
siones –no se refieren sólo a los pobres–: pueblo somos todos. Apegados
a este concepto escriben distintos autores de Latinoamérica, entre ellos
Renato Ortiz y García Canclini. Me parece absurdo apoyarnos en unas
exclusiones para imponer otras; pueblo: todos.
Como último punto incluyo la pregunta: ¿qué esperamos de las políti-
cas culturales y urbanas?
Esperamos marcos de referencia amplios y acordes con los tiempos de
la globalización. A veces vemos unos marcos de referencia muy restringi-
dos y eso me preocupa.
Esperamos que sea plausible la incorporación del concepto de espacio
cultural latinoamericano, así como la política económica y la política in-
tegracionista. En el ámbito cultural tenemos que cultivar esa identidad
latinoamericana, me parece propio y tenemos precedentes que no cabe
mencionar aquí.
Esperamos políticas culturales y urbanas coherentes y explícitas. Co-
herentes, porque por ejemplo en el Conac si uno presenta un proyecto –y
por allí tengo un artículo al respecto– que trasciende el ámbito de lo
estadal, no te lo aceptan. Eso me parece pobre. Por otro lado, la Ley Re-
sorte o de Contenidos tiene un ámbito nacional en lugar de regional, tal
como planteé anteriormente. Pienso que la respuesta debió ser regional
como lo hizo la Unión Europea. La Unión Europea ante el predominio de
la producción holywoodense no estableció una política reactiva naciona-
lista, sino que respondió protegiendo los contenidos europeos y la identi-
dad europea como plural. Es más, en Europa existen más de doce idio-
mas, en Latinoamérica, aunque también hay bastantes idiomas, son
pocos los predominantes en la mayoría de la población. Además, la políti-
ca europea es integral y abarca no solamente una cuota de difusión sino
una cuota de estímulo a la distribución, a la promoción y formación de
recursos humanos, a la vez que cuida el usuario, la calidad y la
competitividad.
Esperamos que toda la ciudad sea dotada de servicios públicos. No so-
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� �CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
lamente para el sesenta y cinco por ciento como se ha hablado aquí. Insis-
timos en la equidad: servicios públicos para todos los públicos.
Esperamos que se apuntalen las identidades culturales, siempre en
plural, entre las cuales se debe incluir la identidad de género. Si estamos
hablando de democracia y de respeto a las minorías, debemos incluir, por
ejemplo, entre los movimientos de identidades culturales al movimiento
zapatista, al feminismo y al movimiento gay, entre otros.
Esperamos que la participación no soslaye la institucionalización y
profesionalización de las decisiones. Debemos aplicar criterios profesio-
nales y transdisciplinarios para evitar la improvisación que es típica y des-
graciadamente venezolana. Con respecto a los criterios profesionales, en
el Conac se ha implementado un nuevo sistema de evaluación: ahora los
proyectos los evalúa el pueblo. A mí me parece un desastre esta práctica.
Yo creo que los criterios tienen que ser evaluados por comisiones técnicas
ad hoc. Creo en la profesionalización, sobre todo de algunos proyectos.
Anteriormente presenté al Conac dos proyectos que fueron financiados.
Pero ahora, el tercer proyecto no lo presenté porque el proceso que se si-
gue para su evaluación me pareció un irrespeto, desde la desorganización
del acto hasta la evaluación, era un mercado.
Tamién esperamos que se combata la provisionalidad y la amnesia
colectiva concomitante. Voy a publicar una entrevista inédita a Cabrujas
sobre este tema. No podemos continuar con la provisionalidad, por ejem-
plo, cambiar el nombre a una ciudad porque se llame Rómulo Betancourt,
etcétera. Debemos respetar el sentido de la memoria histórica, debemos
combinar los cambios que produce la dinámica social con el respeto a la
memoria de la ciudad.
Esperamos que se detengan, sin ninguna connotación negativa, la
marginalización de los espacios urbanos, y urbanizar los barrios. A mí me
parece que aquí se han presentado algunos proyectos en ese sentido. Des-
de un tiempo para acá, yo asisto tristemente, como usuario del Metro, a
su decadencia. Antes era ejemplo de ciudadanía ahora es ejemplo de inci-
vilidad y de malos criterios estéticos, realmente no sé cómo adjetivarlos.
Señalo aquí el rescate del sentido de la estética, yo sí creo en la Caracas del
imaginario de los artistas y de los caraqueños. Yo sí creo en la estética,
conceptual, personal y profundamente.
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DE CARACAS
Esperamos que se interrelacionen comunicación y educación en fun-
ción de la construcción de una ciudadanía multicultural y transnacional
latinoamericana –latinoamericana, no solamente me refiero al pequeño
sector donde vivo– acabando con la anarquía de la ciudad, principalmen-
te, mediante políticas de cambio estructural en pro de la equidad.
En primer lugar, destaco equidad y políticas que cambien
socioeconómicamente. Aunque paralelamente agrego control e inteli-
gencia policial en contra de la delincuencia común y organizada, porque
según informe de Provea vivimos desgraciadamente entre la impunidad
y los ajusticiamientos. La vigilancia policial hay que intensificarla unida
al pleno respeto de los derechos humanos.
Resumo. Inclusión social y diálogo sin restricciones, reivindicación
del concepto de Estado, negación del elitismo de ciertas élites, pero no su
exclusión. Aquí hay una diferencia.
Esperamos también gestión e implementación de actores públicos y
privados. La creación es muchas veces maravillosamente individual, por
lo tanto considero que la gestión cultural pública y las políticas culturales
deben incluir conjuntamente a los actores públicos y privados.
Muchas gracias.
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.88
� �CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Ciudad
y crítica del arte
Carmen Hernández
Colectivo Cultural Pueblo Soberano
Debido a la hora voy a tratar de ser muy breve, muy puntual.
Mi nombre es Carmen Hernández, tengo experiencia en museos hace
mucho tiempo y por lo mismo soy muy crítica de lo que es la institución
museística, soy muy crítica de lo que es el arte moderno y estoy a favor del
arte contemporáneo.
Como soy mala para improvisar, voy a leerles varios tips para poder
plantearles cuál es mi reflexión. Son tips que a veces a la gente no le gus-
tan, ayer estuve hablando sobre esto mismo en una reunión de medios co-
munitarios y a varias personas no les gustó mucho cuando yo les dije que
la categoría arte era una construcción burguesa.
A efectos de esta reflexión vale la pena recordar que el concepto arte es
una construcción etnocéntrica que ha sido aplicada en la práctica y en lo
teórico en la llamada civilización occidental, incluyendo América Latina.
Esta expansión epistemológica representa la visión de algunos grupos so-
ciales dominantes que han favorecido unos rasgos por sobre otros, espe-
cialmente aquellos basados en el culto a la individualidad creativa soste-
nida sobre una estética heroica y clásica que define un modelo de belleza
que se cree universal y trascendental.
Digo todo esto porque cuando hablamos de arte, nosotros, todos, nos
imaginamos que eso fue algo así que existió toda la vida en la historia de la
humanidad. No, existe algo que está bien claro y definido por algunos teó-
ricos que se llama sistema moderno del arte, que fue constituido a partir
del siglo XVIII, sí, a partir de elementos muy específicos.
Primero la categoría de arte, después la noción de artista y después la
noción de estética, y todo eso articulado a la creación de los museos; en-
tonces cuando hoy en día a mí me hablan de museos a mí me da, realmen-
te, como un escozor. ¿Por qué? Porque estamos reproduciendo esos vie-
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DE CARACAS
jos modelos, estamos reproduciendo todo eso y creo que justamente en
este momento nosotros en el país en que estamos refundando la idea de
nación y la queremos realmente activar de una manera efectiva, tenemos
que pasar por allí, no podemos seguir repitiendo y creando esos modelos.
Tengo aquí un epígrafe de un artista latinoamericano, un artista polí-
tico colombiano muy importante que yo quería justamente traer al
MACCSI cuando estaba dirigiendo esa institución y que no pude, que es
Antonio Caro. Dice: “Creo que la última utopía que no se ha derrumbado
totalmente es el arte”. Yo defiendo es al arte contemporáneo, al arte
conciente de sus propias condiciones de existencia.
Bueno el museo, para hablar mal del museo, con su estrategia positiva
selectiva es un dispositivo disciplinatorio que complementa las labores
ejercidas por las constituciones y los manuales de urbanidad y las gramá-
ticas de la lengua, es la configuración de la ciudadanía en el siglo XIX se-
gún nos ha advertido Beatriz González Stephan, y que tuvieron como pla-
taforma la labor escrituraria de diferentes instituciones como los
aparatos del Estado, la escuela y la familia.
En este proceso las exposiciones constituían estrategias para agluti-
nar los elementos constitutivos de una nueva nacionalidad, incluyendo la
educación cívica y la organización social que contribuía a crear imagina-
rios colectivos articulados alrededor de unidad de nación supuestamente
común, pero en realidad era de una élite. Por medio de este mecanismo
que Castro Gómez llama taxonomía pedagógica se delinearon las dife-
rencias entre lo propio y lo otro; según este autor la construcción del ima-
ginario de la civilización exigía necesariamente la producción de su con-
traparte, el imaginario de la barbarie.
Es decir, los museos han sido parte de la construcción de lo imagina-
rio, la barbarie, y por supuesto a partir de la construcción de lo imagina-
rio, lo propio. ¿Cuáles son sus mecanismos?, la descontextualización de
cualquier elemento cultural y sobre todo que vaya a ser perturbador.
Entonces, ¿vamos a seguir creando museos?, más bien vamos a redefinir
los que ya existen y vamos a crear otro tipo de proyecto. Eso yo lo digo por-
que a mí me da de verdad mucho escozor cuando me hablan de esa proble-
mática.
Otro tip. Hoy en día, ¿qué pasa hoy en día? El diseño de la política
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PENSAR CARACAS
museística y cultural en general ha favorecido la noción de patrimonio
tangible, instituido según el tradicional sistema moderno del arte si-
guiendo las pautas que han constituido los museos europeos, asumiendo
así una realidad teórica y práctica exógena; se privilegia lo cultural o lo ar-
tístico incluso como un bien y servicio, es decir como un recurso capaz de
ser medido y por ello finalmente se ha hecho énfasis en el archivo, dejan-
do de lado los otros objetivos como investigar. Esto demuestra debilida-
des en el propio sistema o en el propio seno institucional.
Las reflexiones que se dan sobre toda esta problemática del campo
cultural se producen en los bordes. ¿Por qué?, porque, por ejemplo, el
propio campo del arte no reflexiona sobre eso, aquí no hay seminarios que
planteen eso, no hay crítica sobre cómo se ha constituido el sistema mo-
derno del arte. Cuando yo en el MACCSI decía que ese era un museo de
arte moderno y no de arte contemporáneo, la gente ponía el grito en el cie-
lo; o sea, nadie entendía que yo estaba hablando de un punto de vista teó-
rico reflexivo y que ni siquiera lo estoy inventando yo, ya existe mucho
material sobre eso desde el punto de vista etnográfico, antropológico,
pero no desde el propio sistema del arte.
Y digo que esto está vivito y coleando porque no hace mucho leí en la
prensa algo que a mí realmente también me dio escozor, y se los voy a leer:
“Un ejemplo de la vigencia de esta perspectiva que se inscribe en el plan-
teamiento modernista lo representa la afirmación de Luis Pérez Oramas
recientemente publicada en El Nacional y que plantea la presencia
esclarecedora de Reverón en la colección permanente del MOMA, funda-
mental para la definitiva consagración de nuestro artista en la historia ca-
nónica del arte moderno occidental, ha sido obra de un oficio de multitu-
des, pero tiene por encima de todo dos autores cuya sensibilidad es un
acto de generosa inteligencia: Patricia Phelps de Cisneros y John
Elderfield. Sepa la comunidad en sus días de tiniebla y en sus días de glo-
ria reconocer la gracia de este gesto y seguir la estela enorme de su res-
plandor.”
Bueno, Luis Enrique Pérez Oramas es una persona que realmente for-
ma parte del canon de las instituciones culturales, es lo más respetado que
hay; entonces ¿es eso lo que nosotros vamos a seguir reproduciendo?
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DE CARACAS
Creo que si Reverón se entera de cuáles son los objetivos por los que va al
MOMA también le daría escozor.
Para cerrar. En realidad yo había preparado una ponencia. Sí, quería
decir básicamente que lo que me interesa del arte contemporáneo es esa
reflexión que se da a partir de los años sesenta y que tiene que ver con el
neoconceptualismo y con lo que Arthur Danto habla de arte posthistórico
(y que para algunos también es arte postmoderno). Él justamente cues-
tiona esa tautología que representó el moderno sistema del arte, que se
basó fundamentalmente en su propio sistema de representación; el arte
moderno se basa en la luz, el color, la forma, el volumen, en sus propios
elementos, ya que tenía que alejarse de lo anecdótico porque eso era bur-
gués, y resulta que convirtiose teniendo otras visiones de una burguesía
de otra índole, que es cuando el arte se convirtió en algo elitesco y que ha-
bla de su propia forma.
¿Qué pasa con el arte contemporáneo a partir de los sesenta? Se vuel-
ve más político y quiere trabajar con lo social, eso es lo que yo creo que no-
sotros tenemos que reflexionar aquí y estimular.
Quería citar a un artista y crítico español, Marcelo Expósito, que dice:
“Se requiere, asimismo, cobrar conciencia de que es precisamente a tra-
vés de la cultura y de las políticas institucionales que afectan al ámbito del
arte, a través de los solapamientos entre cultura, política y economía, que
muchas de las mutaciones de nuestro tiempo se efectúan. Reconocer este
hecho en toda su consecuencia implica para todos nosotros un tipo de res-
ponsabilidad social ineludible, tales mutaciones que en sí mismas consti-
tuyen una complejización de la forma de sociabilidad y de cooperación en
la producción de la vida pueden ser profundizadas en un sentido
emancipatorio o, al contrario, conducidas hacia formas hasta ahora im-
pensables de sobrexplotación y dominio. El arte y la cultura no pueden
dejar de sentirse afectadas por el hecho de que es en su espacio como ins-
tituciones sociales donde se libra decididamente este conflicto”.
Es decir, todo lo que nos habló aquí Juan Barreto, que me parece bien
importante, es un conflicto meramente cultural y que tiene que ver tam-
bién con lo artístico. No con lo artístico como el cuadro puesto en la pa-
red, como la acción contemplativa que justamente fundamentaron nues-
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PENSAR CARACAS
tros museos y que fueron de la mano, como dice Beatriz González, de los
manuales de conducta, como el Manual de Carreño.
O sea, tenemos que empezar a ejercer una actividad crítica constante y
permanente y yo creo que sin eso nosotros no podemos repensar ni la ciu-
dad ni nada. No podemos estar solamente pensando en las políticas for-
males; ¿vamos a crear un lugar, una casa, el dinero para esto, para aque-
llo, si no sabemos cuál es el objetivo real, el para qué de eso?; o sea lo
cultural tiene que ser la configuración de un nuevo modelo de ciudadanía.
Cuando se habla de las ciudades yo invito a que lean de Ángel Rama La
ciudad letrada, porque él habla ahí de tres ciudades: la ciudad real, la ciu-
dad simbólica, y la ciudad letrada (que es la escritura, que es la de los inte-
lectuales, los que diseñan su ciudad). ¿Y cómo se diseñaron estas ciuda-
des?, bajo una retícula muy organizada donde quedó, según Ángel Rama,
el habla o la oralidad y, en fin, toda una cultura residual quedó de lado.
Entonces se formó solamente aquello que respondía a determinados ob-
jetivos de una clase social.
Hoy en día estamos en eso, tenemos que refundar nuestra ciudad a
partir de una nueva ciudad letrada, con conciencia de las condiciones de
posibilidad como decía, autorreferenciales de lo que es América Latina,
de cómo hemos constituido nuestras representaciones sociales y cultura-
les. Si nosotros no tenemos conciencia de eso, de que el arte es una cons-
trucción, que la noción de cuadro es muy excluyente, entonces, no hace-
mos nada.
Bueno, por un lado no tengo un proyecto específico, pertenezco a un
colectivo que se llama Colectivo Cultural Pueblo Soberano, tenemos una
página web llamada Debate Cultural, la hacemos realmente con muy po-
cos recursos. Hace poco hicimos un foro en el Celarg, aprovechando que
yo trabajo allí, de nueve sesiones sobre Derechos Culturales. Nosotros
trabajamos realmente con muy pocos recursos pero creemos básicamen-
te en el debate constante, ponemos a la orden nuestra página web, se es-
cribe debate-cultural.org, para cualquier publicación que quieran hacer
circular; tenemos un banco de datos más o menos significativo que que-
remos aumentar.
Por otro lado, nuestra consigna básica es impulsar la constituyente
cultural originaria, creemos que es clave, sobre todo después de los foros
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DE CARACAS
que hicimos sobre Derecho Cultural, sobre todo después que ya se aprobó
la Ley de Responsabilidad Social de los Medios, que a nuestro entender
tiene muchas deficiencias. Creemos que es una ley madre, pero necesita-
mos una ley cultural que aborde todos estos problemas porque no pode-
mos separar lo comunicacional de lo cultural, eso es como una aberra-
ción; entonces tenemos que reflexionar cuáles van a ser nuestras políticas
tanto estatales como privadas y personales. En ese sentido, invitamos a
todas las personas que están aquí a que impulsemos la constituyente cul-
tural originaria.
Y bueno, por último, un NO grande a cualquier posibilidad de crear
museos. De verdad les digo, yo. Espacios culturales, llámenlos como de-
cía Juan Barreto, Casa del Poder Popular; una compañera nuestra del co-
lectivo, Ninoska Lazo, con un grupo de personas escribió lo que se llama
La Ley del Poder Popular, la tenemos en la página web, que de alguna
manera viene a sustituir lo que sería un proyecto de Ley Orgánica de Cul-
tura.
Entonces, sí, lo cultural hay que verlo como el poder popular, pero
¿por qué vamos a llamarle museo?, museo implica otra vez un montón de
taxonomía muy específica, el conservador, el restaurador, el objeto total-
mente descontextualizado. ¿Por qué no podemos archivar documentos,
testimonios, otro tipo de cosas? Cuando nosotros decimos museo, vienen
entonces con “¿Dónde está el cuadro?, ¿dónde la escultura?, ¿esto es
museable?”, entonces “No, esto no es museable”. Realmente tenemos que
superar esa experiencia.
Una parte que es importante. Nosotros con un grupo de personas que
trabajamos en el Museo, personas con experiencia museística, creamos
una ONG y queremos activarla, que hemos llamado Plataforma de Arte
Contemporáneo, también tenemos una página web que todavía no la he-
mos terminado de dinamizar, con la consigna PAC, ¡pac! como un golpe,
se llama plataformadearte.org, la página web está recién iniciándose,
pero lo quiero dejar aquí como un proyecto a ver si podemos hacer una
alianza y trabajar en vías de activar un trabajo cultural más orientado ha-
cia la configuración de lo que son representaciones sociales políticas
contextualmente referidas.
Bueno eso es todo. Muchas gracias.
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Constituyente
Metropolitana
Ideas preliminares
para la construcción
participativa de la ciudad
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PENSAR CARACAS
Constituyente Metropolitana
José Manuel Iglesias
Dirección de Planes y Proyectos Especiales
de la Alcaldía Metropolitana
Vengo del trabajo con los medios alternativos y comunita-
rios, y actualmente me encuentro prestado a la Dirección de Planes y Pro-
yectos Especiales de la Alcaldía Metropolitana para llevar adelante algu-
nas ideas en términos económicos, políticos, etcétera.
La idea de realizar una Constituyente Metropolitana la venimos ma-
nejando desde el inicio de la campaña electoral por la Alcaldía, como una
manera de reactivar ese espíritu de participación, de construcción de una
nueva visión que se generó durante el año 1999 y que dio como resultado
la redacción de la Constitución Bolivariana, pero que obviamente siguió
su curso invisible, por decirlo de alguna manera, en un conjunto de prác-
ticas constituyentes. Para mucha gente el proceso Constituyente del año
1999 terminó en la redacción de la Carta Magna; nosotros creemos que
no, que el poder constituyente es permanente, existe, está ahí; y lo que
estamos haciendo con la convocatoria a la Constituyente Metropolitana,
es una manera de visibilizar de nuevo ese conjunto de prácticas de demo-
cracia directa.
La idea de Constituyente no es nueva ni es propia. Desde el año 1992,
ante la crisis de legitimidad del Pacto de Punto Fijo y del sistema demo-
crático representativo que se instauró aquí durante cuarenta años, los
mismos sectores de poder de aquel entonces se planteaban la necesidad
de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que redefiniera el
espacio de lo político, y que de alguna manera relegitimara el pacto de dis-
tribución y de dominación que fue el Pacto de Punto Fijo. Por supuesto –
en este caso–, introduciendo un conjunto de valores, prácticas y concep-
tos neoliberales que afectaban sobre todo la transformación del Estado,
la privatización de un conjunto de competencias públicas para reoxigenar
a un sistema que en ese momento se estaba desmoronando de manera
bastante acelerada.
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DE CARACAS
Las mismas pugnas internas de esos sectores de poder impidieron la
convocatoria a esa Asamblea Constituyente, porque en sí misma era una
idea demasiado arriesgada por lo que pudiese devenir y obviamente in-
controlable, dada la poca efectividad de los mecanismos de control que
para ese momento ellos mismos tenían. Tenemos que recordar que desde
el año 1989, desde El Caracazo, aquí se resquebrajó el sistema de pacto
negociado entre élites que mantenían el orden social, la única forma de
control social existente era la represión masiva y directa de la gente –creo
que todos los que estamos aquí vivimos esa época del lado de los reprimi-
dos–, y al mismo tiempo, desde un poco antes de 1989 (aunque con gran
fuerza a partir de ese año), se vino generando un conjunto de mecanismos
de lucha, resistencia, desde la base popular que hacían poco controlable
una propuesta de constituyente desde las grandes alturas del poder y los
grandes esquemas neoliberales que se estaban tratando de imponer en
esa época.
Una estrategia de lucha, una estrategia de resistencia que fueron
deviniendo poco a poco en visiones de nuevo orden social, ya no sólo de
resistencia o de reivindicación de un conjunto de derechos conquistados
durante el Pacto de Punto Fijo, sino ya una ruptura abierta con el sistema
imperante. Prácticas embrionarias, algunas débiles, que se reflejaban
más que todo por la vía de la insurrección urbana del disturbio, pero que
efectivamente prefiguraban ya un esquema de visiones alternativas de so-
ciedad desde la base social, a partir de las comunidades populares.
Obviamente en ese maremagnum o nebulosa que se estaba gestando a
principio de los años noventa, la propuesta de Constituyente desde las
élites de poder de ese entonces era una idea muy arriesgada. Se intentó
durante el gobierno de Rafael Caldera apelar a otros mecanismos de re-
constitución del pacto social, por vía de la represión directa, mientras se
intentaba aplicar un modelo neoliberal acelerado implementando la
Agenda Venezuela.
Y entre 1997-1998, por iniciativa de Hugo Chávez, llegamos a la
retoma de la idea de Constituyente como mecanismo de ruptura. Muchos
creyeron que era la misma propuesta de recomposición del pacto de dis-
tribución socialdemócrata, por decirlo de alguna manera, pero, con el
paso de los años hemos visto que, efectivamente, era una propuesta de
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ruptura. Así lo entendieron quienes venían desde las bases populares,
desde las comunidades, desde los movimientos de lucha y resistencia en
todas las ciudades del país; pero sobre todo en la ciudad de Caracas, don-
de desde finales de los ochenta venían luchando y desarrollando otras vi-
siones de sociedad.
Por eso decimos que ese proceso constituyente que empieza y que se
convoca en el año 1999, por parte del Presidente de la República, lo que
hizo fue –y es lo que pretendemos hacer nosotros ahora a nivel de la ciu-
dad de Caracas– hacer visible y darle beligerancia pública a un conjunto
de luchas, a un conjunto de prácticas, que ya se estaban desarrollando.
Consecuentemente, en este momento hablar de Constituyente es básica-
mente una consigna que permite darle voz e imagen a unas prácticas, que
ya venían desarrollándose con distintos niveles de organización en todos
los ámbitos de la vida y de la sociedad.
Ahora, si bien nosotros utilizamos la Constituyente como consigna,
obviamente es conveniente precisar un poco qué entendemos realmente
por Constituyente. Actualmente, para muchos sectores constituyentes,
tal como sucedió en el año 1999, el proceso constituyente se limita a reali-
zar una Asamblea Constituyente del Distrito Metropolitano de Caracas
que redacte una nueva ley especial y unas ordenanzas en el plano jurídico
formal o en el plano abstracto. No es así como nosotros concebimos el
proceso constituyente.
Nosotros, el equipo que ha asumido la gestión desde la Alcadía Metro-
politana de Caracas, pensamos la Constituyente como un poder perma-
nente que abre la posibilidad de algo que todavía no existe pero que tiene
que dársele existencia. Toni Negri dice que el Poder Constituyente es el
acto de la elección, es la determinación puntual que abre un horizonte, el
dispositivo radical de algo que no existe todavía y cuyas condiciones de
existencia prevén que el acto creativo no pierda en la creación sus carac-
terísticas. Entonces, es la creación de algo nuevo, de una nueva sociedad,
sin que esa creación quede fija después, sino que permita efectivamente
la innovación permanente y la creación constante de visiones, modelos
sociales y de futuro. El mismo Negri dice: “En el concepto de poder cons-
tituyente está pues la idea de que el pasado no explica el presente, sino que
únicamente el futuro podrá ser”.
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En ese sentido, el poder constituyente es una propuesta de futuro. La
Constitución o el constitucionalismo clásico conoce solamente del pasa-
do, es una continua referencia al tiempo transcurrido, a las potencias ya
consolidadas y a su inercia, al espíritu replegado. Por eso generalmente
las normas constitucionales se ejercen sobre lo que podemos denominar
un Poder Constituido, sobre lo que ya está hecho, y fija en un conjunto de
órdenes de ordenamiento jurídico, un conjunto de inercias, de prácticas
que se autorreproducen a sí mismas y tratan de fijarse como norma per-
manente, sin permitir precisamente esa innovación constante que es base
y principio de lo que uno ha denominado poder popular. Por el contrario,
el Poder Constituyente siempre es tiempo fuerte y futuro.
Por lo tanto, la Constituyente es, según estos términos, un poder om-
nipotente, expansivo, ilimitado y no finalizado. Es algo que existe perma-
nentemente y que está siempre ahí. Es la no delegación de la soberanía, es
la no delegación de la representatividad. Y, obviamente, se ejerce y se es-
tablece a partir de una relación de comunicación que constituye el espa-
cio público, entendiendo espacio público efectivamente como una rela-
ción de comunicación de sujetos autónomos; y un sujeto es autónomo en
la medida en que al tiempo que enfrenta la opresión o la dominación que
se ejerce sobre él, acumula, expresa y organiza el poder propio que posee.
A continuación concretaré este conjunto de definiciones un poco teóricas
y filosóficas sobre lo que entendemos como Constituyente.
El Poder Constituyente es un conjunto de prácticas y de acciones que
se desarrollan a partir de unos sujetos. Por lo tanto, más que como un he-
cho puntual –como una asamblea o como un ordenamiento legal, entre
otras cosas– hay que entenderlo como un proceso social que se constitu-
ye a sí mismo y que proporciona las condiciones que hacen posible la exis-
tencia de otra realidad, de otra sociedad, de otra forma de organización
social. Por eso el proceso Constituyente no busca la generación de una
nueva institucionalidad sino algo más fundamental, busca la constitu-
ción del ser ético, del ser social, la Constitución de lo común, de la comu-
nidad.
El objetivo de un proceso constituyente no es una estructura de go-
bierno o gestión, sino la comunidad. Ontológicamente hablando, es el ser
quien permite efectivamente el ejercicio del poder. En ese sentido, al ver
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esto como un proceso social, tenemos que entenderlo no como –repito de
nuevo– hechos puntuales, sino como el conjunto de procesos y como el
despliegue de las subjetividades en términos espaciales y en términos
temporales, que permite el advenimiento de unos horizontes que ya están
prefigurados materialmente en la sociedad.
Esto implica que un proceso constituyente debe comenzar por recono-
cer dentro de su seno cuáles son las condiciones de posibilidad que impul-
san la construcción de ese horizonte de libertad, de democracia absoluta,
de igualdad, etcétera. Y empezamos por ahí.
¿Cómo llevar a cabo entonces una Constituyente? Lo primero es la de-
terminación y el autorreconocimiento de que existen unos sujetos consti-
tuyentes que se saben poseedores de poder, como practicantes de un po-
der que no es delegable ni es representable sino que tiene que ser ejercido
directamente.
Es esencial reconocer el conjunto de prácticas que son las que permi-
ten el advenimiento de esas posibilidades de nuevo orden social que se
vislumbra a partir de la misma práctica. En ese sentido, el poder constitu-
yente es un poder inmanente, donde lo trascendente –el horizonte que se
plantea– es incluso inmanente al mismo ejercicio del poder que se des-
pliega. Esas prácticas constituyentes deben ser reconocidas también a la
hora de plantearnos metodológicamente el desarrollo de un proceso
constituyente en Caracas.
Establecer el horizonte. ¿Cuál es el horizonte? El horizonte obviamen-
te es una ciudad pensada para el ejercicio del poder popular, para el dis-
frute, para el trabajo productivo. Es decir, para una vida digna de ser vivi-
da, como diría el ministro Elías Jaua. Y, obviamente, empezar a
determinar y a visualizar cuáles son las estrategias de poder que permiti-
rán el logro de esas metas fijadas por los propios sujetos constituyentes. A
partir de ahí se puede empezar a establecer actos de Constitución más for-
males que fijen en el tiempo el avance y el despliegue de ese proceso de
discusión y de ejercicio de poder.
Fuera de estas paredes, de esta estructura de gobierno metropolitano
que se llama Alcaldía, existe un grupo de sujetos que desde hace ya mucho
tiempo han venido planteándose nuevas visiones de sociedad, y las han
venido ejerciendo desde las pocas o muchas limitaciones de recursos que
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tienen. En la mañana Mikel Menéndez hablaba que el poder popular sólo
puede ejercerse si cuenta con recursos. Efectivamente, pero los recursos
también se establecen en la misma dinámica de ejercicio de ese poder y en
la fijación de esas metas, así como en la estructuración de las vías necesa-
rias para lograrlo en términos de determinar cuáles son los poderes pro-
pios que hay que ejercer para llegar al cumplimiento de las metas que se
han propuesto los sujetos sociales.
Efectivamente, hay un conjunto de sujetos y prácticas que debemos
reconocer. Estamos hablando en términos concretos de comités de tierra
urbana, de comités de salud, de medios comunitarios alternativos, de
grupos culturales, teatro de calle, malabares, cirqueros, de mesas de agua.
Son grupos que se han organizado asociativamente, cooperativamente,
para resolver sus problemas en forma autónoma y con sus recursos. Re-
cursos no solamente financieros sino recursos de relaciones, o sea, los re-
cursos relacionales a los que pueden acceder o pueden construir. En defi-
nitiva, esos son los sujetos que visualizamos para el proceso
constituyente.
A partir de la práctica que esos sujetos han llevado a cabo, en este mo-
mento se plantea una profunda discusión sobre cómo encauzar todos esos
esfuerzos hacia una nueva visión de sociedad y hacia la estructuración de
lo que nosotros llamamos comunidad, como relación de comunicación
entre sujetos autónomos. Eso es la Constituyente, la generación de un es-
pacio público necesario que potencie las prácticas existentes en el seno de
la sociedad para permitir un despliegue, definitivo o no –porque ya diji-
mos que el poder constituyente no es definitivo sino que es ilimitado. Un
despliegue que permita generar los espacios para la innovación perma-
nente de la sociedad, de las estructuras de gobierno, de las estructuras de
poder, de la producción, del saber, etcétera.
¿Qué tenemos que transformar entonces en el ámbito de lo que es esta
ciudad y en el ámbito de lo que significa esta estructura de gestión y de go-
bierno de la ciudad que se llama Alcaldía? En primer lugar, transformar
una estructura disociada y segmentada de los sujetos sociales que se re-
lacionan con el nivel de gobierno o de gestión. La estructura de esta Alcal-
día está diseñada de manera tal que los sujetos primeramente tienen que
venir para acá; quiero decir, salirse de su espacio de comunidad, de su es-
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pacio de relación social para venir hacia un espacio ajeno, burocrático,
que los segmenta de acuerdo a los problemas que deben resolver: “Esto lo
tengo que canalizar por Infraestructura, esto me lo resuelve Salud, esto
me lo resuelve la Secretaría de Educación, esto me lo resuelve la Dirección
de Proyectos Especiales, esto me lo resuelve tal, ¿y entonces?”. En sínte-
sis, la comprensión integral el sujeto tiene sobre su vida cotidiana queda
fragmentada y segmentada en los mecanismos de resolución de los con-
flictos y en los problemas que hay que enfrentar. Esa es la primera cosa
que tenemos que transformar: cómo hacer para que no sean los sujetos
los que se fragmenten, sino que sea la estructura la que se fragmente para
dar resolución a un problema que es integral y completo, dar paso a un
pensamiento de forma de vida y organización que tiene que ser entendido
con toda la interrelación interna que pueda tener entre todos sus compo-
nentes. Por lo tanto, tiene que ser la estructura de gobierno de la Alcaldía
la que vaya a las comunidades y sea ella la que se fragmente para poder
lograr una atención integral de todos los espacios y de todas las comuni-
dades.
En relación a lo dicho anteriormente, acerca de que actualmente son
las personas, sujetos y comunidades quienes deben venir a una estructu-
ra para fragmentarse en ella, es necesario romper con el tiempo y el espa-
cio de lo burocrático. No son los tiempos de la burocracia los que deben
determinar el desarrollo de las soluciones a los problemas de la vida; una
estructura de gobierno tiene que ser una estructura flexible y dúctil que se
amolde y se adecúe a los tiempos de cada uno de los procesos que los suje-
tos sociales impongan, y asimismo los espacios. No es en las distintas de-
pendencias de una alcaldía donde se van a solucionar las cosas o donde se
tienen que discutir las soluciones o las visiones de solución de lo que la
vida cotidiana genera, sino precisamente es en las comunidades y en los
espacios donde esos problemas o esos sueños se producen.
Eso implicaría obviamente recomponer o combatir lo que ha sido uno
de los pilares fundamentales de la estructura de dominación actual que es
la separación entre lo político y lo social. Eso implicaría efectivamente
que no hay gobierno de la ciudad que no sea en sí mismo ejercicio cotidia-
no de la vida social, de lo social. Lo social y lo político no están separados
dentro de la propuesta hacia donde queremos avanzar. Lo político y lo
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social están unidos y forman parte de un todo, del ejercicio del poder po-
pular.
Al mismo tiempo, estamos atacando la separación entre lo público y lo
privado. Como les venía comentando, la diferencia entre el espacio de lo
público y el espacio de lo privado se diluye –partiendo de la dinámica del
ejercicio del poder popular– en la medida en que esos sujetos constitu-
yentes unidos a una comprensión integral de sus metas en el ejercicio del
poder por parte del sector público permitan que esa separación entre pú-
blico y privado se rompa. No lo estoy explicando muy bien, pero bueno,
queda ahí.
Eso implica también una ruptura de la división social del trabajo, en el
sentido de trabajo manual, trabajo intelectual, representantes, represen-
tados, etcétera. Otra cosa que tenemos que transformar y tenemos que ir
hacia allá.
Por lo tanto, nos toca discutir cómo establecer una estructura de ges-
tión acorde a una estructura de decisiones, donde las decisiones no están
en un lugar específico, sino que estén descentradas en todos los puntos
donde los mismos sujetos empiezan a ejercer el poder. Es algo bastante
nebuloso todavía, pero es nebuloso porque lo estamos viendo desde lejos,
porque en la medida que uno se introduce efectivamente en la dinámica
de los sujetos constituyentes o del movimiento popular, para decirlo en
términos más clásicos, es más fácil visualizarlo porque uno como que está
dentro de la ola.
Esto es lo que nosotros en un principio queremos transformar; trans-
formar el modelo de gestión, transformar la estructura de decisiones, la
estructura de gestión, transformar el lugar y el espacio y el tiempo en que
las decisiones son tomadas, para que efectivamente se pueda ejercer el
poder popular.
¿En qué tenemos que transformar eso o en qué creemos que se puede
transformar eso? Yo creo que el primer paso es, y lo había dicho antes, el
reconocimiento de ciertas prácticas y ciertos sujetos que ya existen y
preexisten, a nuestra incorporación a esta estructura.
Segundo, a partir de aquí establecer instancias, mecanismos y condi-
ciones materiales para comenzar a pensar el autogobierno de Caracas, y
el autogobierno yo creo que sólo debe ser pensado en la medida en que sea
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ejercido; es decir, en la medida que uno esté dentro de la espiral interna
del ejercicio del autogobierno, puede ir pensando o prefigurando mejor
todo eso.
Yo creo que nuestra función para impulsar una Constituyente Metro-
politana es generar espacios públicos de comunicación y de realización de
los proyectos que la gente tiene, de las visiones que la gente tiene para
poder permitir el despliegue y la liberación de las potencialidades que ya
se vienen desarrollando. A eso ayudaría efectivamente lo que les decía
hace rato, que sea la Alcaldía la que vaya al encuentro de las comunidades
y se amolde a los tiempos y espacios que las comunidades poseen, a sus
saberes, a sus proyectos y también a los sueños y a los deseos que esa gen-
te tiene. Eso implica obviamente la conformación de una nueva racionali-
dad que anteponga la creatividad ante la medida, eso no es una manía, es
un paradigma (cuantificar, medir y uniformizar todo, porque si todo no
entra dentro de los mismos moldes entonces no es viable, etcétera). Aquí
lo que tenemos que hacer es precisamente establecer otro tipo de pensa-
miento que no permita uniformizar las distintas prácticas que existen
sino precisamente diversificar los mecanismos de resolución desde una
estructura de gestión para eso.
Asimismo establecer mecanismos para anteponer la multiplicidad a la
uniformidad, y la igualdad sobre el privilegio. Pero no la igualdad enten-
dida como la igualdad al final del asunto, en la redistribución de las rique-
zas o de las decisiones o de la participación, sino la igualdad como princi-
pio constituyente, como principio fundamental.
Nosotros, efectivamente, no tenemos todas las soluciones a la mano
ni pretendemos tenerlas, lo que sí tenemos es esta propuesta. La propues-
ta sencillamente es: generar los espacios, reconocer los sujetos y recono-
cer las prácticas. Generar los espacios para que se exprese, se organice y
acumule el poder que ya viene ejerciendo la gente; y a partir de ahí saldrá
la visión de sociedad, de la estructura de gobierno, el autogobierno de la
ciudad, etcétera. Somos bastante reacios a pensar en un modelo prefigu-
rado de estructura de gobierno, de autogobierno o de participación, sino
que ese modelo debe salir de la participación. Pero nosotros sí podemos
permitir y generar los espacios para esa participación, y de ahí visualizar
la reactivación de un proceso constituyente. Y para ello se han plantado
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algunas propuestas que en varios lugares ya se están llevando a cabo, que
tienen que ser operativizadas en espacios y tiempos cortos; es la construc-
ción de casas del poder popular como espacios comunitarios de discu-
sión, de elaboración de los planes, de encuentros del movimiento popu-
lar, de las necesidades o de las condiciones materiales necesarias y
suficientes para que eso se empiece a desarrollar, líneas de trabajo, de dis-
cusión y de producción permanente, de creación, de innovación de es-
tructuras de gobierno, de estructuras de producción material, de estruc-
turas de seguridad y defensa, estructuras comunicacionales, culturales,
etcétera.
Estamos pensando en la conformación de unos gobiernos
parroquiales a partir de esos debates por comunidades. En principio esto
no es una camisa de fuerza, hablamos de parroquiales en el sentido de te-
ner una institución político-jurídica-territorial, de la ciudad en parro-
quias, pero obviamente la dinámica del proceso de discusión constituyen-
te puede alterar eso. En todo caso, el concepto del gobierno parroquial es
la idea de que la estructura de decisión tiene que estar lo más cerca posi-
ble de la decisión y ejecución, lo más cerca posible a los sujetos concretos
en las comunidades. Asimismo un sistema de planificación participativa
y un sistema de contraloría social que sean competentes, que permitan
estudiar un poco más esa prefiguración de gobierno, y una asamblea del
poder popular que tenga sobre sí todo el proceso de definición legal, nor-
mativas jurídicas, de lo que sería el gobierno de esta ciudad o el
autogobierno de la ciudad.
Éstas son apenas unas iniciativas que permitirían sentar las bases para
la discusión, para la materialización del conjunto de proyectos, sueños,
prácticas de la gente; pero es como el motor de arranque, nada más lo
prende, después tiene que desplegarse y, efectivamente, en ese despliegue
es donde empezarán a surgir nuevas estructuras, nuevas propuestas, nue-
vas estrategias, nuevos mecanismos, nuevos dispositivos que permitan el
ejercicio cada vez más pleno y absoluto de eso que se ha denominado po-
der popular.
¿Cómo hacer esto? Obviamente, estas son unas propuestas puntuales
que permiten sostener materialmente un proceso de discusión entendido
como constituyente metropolitana, espacios de encuentro y
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° ± ²CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
metodologías para esa participación. Nosotros creemos que tenemos que
empezar a establecer las bases de esas discusiones. Las bases no son los
temas que vamos a discutir, esto primero y esto después. No; eso no se
puede determinar ni imponer. Las bases que aludimos se refieren a cuá-
les son las condiciones materiales existentes ahorita, qué puede ser posi-
ble en estos momentos y qué necesitamos; o sea, cómo hacerlo viable para
que esa existencia posible haga posible otras cosas más adelante.
¿Cuáles son los espacios para hacer eso? Éstos son algunos: asambleas
del poder popular, gobiernos parroquiales y muchos otros espacios múl-
tiples que deben ser considerados para avanzar en este proceso; además
de una priorización en colectivo de las metas inmediatas –en términos
más concretos: salud, seguridad, gestión urbana, etcétera. Claro, ésta es
una concepción bastante pragmática de algo que significa la presunción
del salario social. Cuando hablamos de salario social, hablamos de estruc-
turar qué es lo que debe regresar a la gente, al pueblo por su trabajo: eso es
salud, eso es educación, eso es seguridad social; es un salario social que
no se cuantifica monetariamente, pero tiene que pensarse cuál es la for-
ma de adecuar ese salario social, cuáles son las viabilidades para que se
cumpla plenamente para todos.
La soberanía política, en término de estructuras de decisión, seguri-
dad y defensa, y proceso de ciudadanización –entendido como el proceso
de inclusión dentro de la trama de lo que se puede considerar ciudad–,
más o menos lo que estábamos hablando esta mañana, Mikel Menéndez,
Andrés Antillano, Manrique. Estas son prioridades de este proceso que
queremos dinamizar desde aquí y, ciertamente, redundará en una Asam-
blea Constituyente con cierto nivel de responsabilidad y delegación que
permita la estructuración de un conjunto de ordenanzas, de leyes que
apoyen a su vez el proceso de legislación colectivo desde abajo
Estábamos hablando del subsistema de planificación de base, asam-
blea del poder popular, de las ordenanzas, los decretos, cuyas normas tie-
nen que venir de una dinámica permanente de composición y recomposi-
ción de fuerzas desde la base de la sociedad.
Nuestro objetivo final es que el centro, el núcleo, por donde pase todo
lo inherente al gobierno –las estructuras de decisión, de poder y gestión
de una ciudad– esté en las comunidades y no en la estructura o institu-
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³ ´ µALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
ción que constituye la Alcaldía; y que la alcaldía sea simplemente un re-
curso o un instrumento de esa estructura de decisión de las comunidades
para la resolución de los planes que se deben tener.
Nosotros creemos que será fácil, en el sentido de que el poder consti-
tuyente, o el poder popular, no es algo que haya que construir, es algo que
ya está presente. En todo caso, lo que estamos haciendo es generar las
condiciones materiales y subjetivas que permitan que ese poder tenga
realizaciones prácticas, materiales y estructurales.
Hasta aquí lo dejo como una idea general, toca junto con organizacio-
nes populares –muchas de las cuales ya nombré– la estructuración más
concreta de discusiones, cronograma de realizaciones, definición de es-
pacios, definición de las mesas de discusión. Pretendemos que a partir de
la primera semana de enero podamos convocar a ese poder originario del
pueblo y tener las posibilidades materiales para que ese poder empiece a
expresarse, que comience efectivamente a ejercer el autogobierno de la
ciudad y a tomar cuerpo aquello de que todo el poder es para el pueblo.
Muchas gracias.
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¶ · ¸CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Fortalecimiento del poder constitu-
yente popular
Elio Hernández
Coordinador de los Comités de Salud
de la parroquia San Juan
Primeramente deseo agradecer la invitación que se me hace
para participar en este intercambio. La asumo como una invitación hecha
a una representación del modesto trabajo comunitario que desde el área
de salud se viene haciendo en la parroquia San Juan. Aun cuando esta la-
bor en la comunidad sanjuanera da para conversar largo y tendido acerca
de las múltiples experiencias de los trabajadores sociales de nuestras co-
munidades, de sus comités de salud, en lo referente a intentar transfor-
mar la realidad y las contradicciones y resistencias que este esfuerzo ge-
nera en las instituciones.
Sería extraordinario que las comunidades organizadas en comités de
salud tuvieran la oportunidad de relatar sus encuentros con esos mons-
truos de mil cabezas que no se dan ni se darán por vencidos y que aún ha-
bitan en las instituciones... pero no será tal el tema de la exposición, aun-
que es evidente que esa experiencia sirve para condimentar el
pensamiento sobre el tema al cual me quiero referir como aporte a esta
discusión que apenas comienza, pero que necesariamente debe ser tras-
cendente para ser realidad.
Tremendo reto el planteado desde la Alcaldía Metropolitana: ¡Trans-
formar la realidad urbana! Creo que semejante reto es una necesidad
impostergable para el desarrollo del proceso revolucionario que vive la
Patria. Es un deber pensar Caracas desde esa perspectiva. Otra cosa no es
revolucionaria. Pero pensar Caracas para intervenirla y transformarla no
es ni puede ser un acto voluntarioso. Llevar semejante pensamiento a la
acción genera reacciones sobre las cuales vale la pena pasearse, y tales re-
acciones no necesariamente provienen sólo de los que ya sabemos que
militan abiertamente en el campo de la reacción política conocida, es de-
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.109
¹ ¹ ºALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
cir, de los sectores vapuleados desde que la revolución comenzó a hacer
su entrada en el país precisamente por los caminos de “La Sultana del
Ávila”. Esos sectores que participaron y se beneficiaron de la calculada
planificación del deterioro de la metrópoli caraqueña vienen siendo de-
rrotados políticamente por un pueblo decidido a avanzar. Las reacciones
vienen cabalgando precisamente sobre los lomos de la propuesta
transformadora, con disfraces y retórica ajustados a los nuevos tiempos
pero, como bien lo dice el refrán, pese a las contorsiones que puedan disi-
mular sus orígenes ideológicos reñidos con las posiciones más
definitorias de estos tiempos de revolución, la participación protagónica
del pueblo, siempre “se les ve el bojote”.
Esta problematizada introducción al tema de la propuesta trans-
formadora para Caracas la hago porque considero necesario que los revo-
lucionarios no perdamos de vista que la lucha de clases no se detiene a las
puertas de ningún escenario social, por muy avanzado que éste parezca.
Mientras exista el interés de algún sector social de apropiarse de la rique-
za y el beneficio social existirán movimientos, manipulaciones e ideolo-
gías con esa finalidad. El propósito transformador, revolucionario, no es
una calle de una sola vía. Es la primera consideración que se debe poner
adelante para ubicar correctamente a los actores en la propuesta
transformadora. De allí a concluir que la estrategia adecuada es aquella
que una a todos aquellos que puedan compartir con el mismo interés co-
mún la batalla por transformar nuestra ciudad alrededor de una platafor-
ma que envisione una Caracas gobernada corresponsablemente por to-
dos los actores sociales, institucionales y políticos, en la que el principio
de la solidaridad y la inclusión social aplaste completamente a las inten-
ciones egoístas y excluyentes de cualquier grupo mal avenido, hay sólo un
paso. Por el mismo camino debo recordar que es una estrategia como esa
la que daría al traste con cualquier plan que pretenda repetir la vieja prác-
tica de utilizar la palanca del poder político para la acumulación de poder
económico y, por supuesto, de una incidencia clientelar, divisionista y ex-
cluyente sobre lo social. Esto último, que pareciera ser una hipótesis, no
lo es. De hecho, nada gana la revolución bolivariana en Caracas con ocul-
tar que al lado del enemigo declarado del avance popular, se arrastra sigi-
losamente un enemigo tan letal como aquél.
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» » »CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Esta primera consideración en la cual he querido destacar un primer
aspecto de la lucha, esencialmente ideológica por sentar las bases para
una transformación de la ciudad, deseo acompañarla por otra: la necesi-
dad de ir construyendo parámetros para la formulación de propuestas
urbanas con el pueblo organizado. Éste debe ser el eje de todo el pensa-
miento y la acción para reformular la ciudad. Es necesario partir del prin-
cipio de que son los ciudadanos los que conforman básicamente las ciu-
dades y que hay que aprovechar la coyuntura política abierta a partir del
triunfo electoral de la revolución en la Alcaldía Metropolitana para pro-
mover la organización social revolucionaria de los más amplios sectores
de la población; en la construcción de la organización social, avanza la or-
ganización y la conciencia revolucionaria y, con ellas, la organización de
la ciudad. No es una locura pensar que esto pueda hacerse paralelamente,
pero no es una labor que pueda materializarse desde las oficinas y los es-
critorios, de lunes a viernes y de 8:30 am. a 4:40 pm., es un trabajo políti-
co permanente en el campo, es decir, en el medio de la gente, facilitándole
todas las herramientas posibles para que el protagonismo popular se rea-
lice y, con él, la corresponsabilidad, la contraloría y la emergencia de un
nuevo sujeto social, de una nueva cultura política y de un nuevo ser colec-
tivo revolucionario. Es convertir esta jornada de transformación urbana
en una jornada de refundación de la ciudad, hacer de la metrópoli cara-
queña un territorio donde la revolución sea una forma de vida, una mane-
ra de relacionarse entre seres humanos, una concepción que sea respirada
por toda la ciudadanía. Tal visión requiere de una convocatoria
sociopolítica, sociocultural y socioeconómica impregnada de una dispo-
sición a trascender los espacios sociales, institucionales y políticos que
puedan limitar el máximo objetivo de transformar la ciudad. Entender
que no se trata tan sólo de una transformación física. Es una transforma-
ción integral a cuya vanguardia se ubicarán necesariamente aquellos sec-
tores sociales que ya saben que nada tienen que perder en una misión
como esa y en cambio hay todo un mundo que construir.
Evidentemente que semejante propuesta requiere de la asesoría y la
disposición de todas aquellas herramientas que la institucionalidad me-
tropolitana pueda proveer. Es decir, el requerimiento de poner las insti-
tuciones de la Alcaldía y todo su funcionariato al servicio de la organiza-
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¼ ¼ ½ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
ción social y política de las comunidades se pondría a prueba y con ella la
posibilidad de apresurar los necesarios cambios que deben darse en toda
la estructura del gobierno metropolitano. De todos es conocido que tal
estructura se encuentra en una crisis permanente que aparentemente
está asociada al presupuesto pero que en verdad tiene que ver con su con-
versión en una entidad que tiene como propósito, en general, vivir para sí
misma. Se presenta la oportunidad de resolver la crisis favoreciendo al
pueblo para el que deben funcionar las instituciones del Estado. Otra con-
secuencia es el carácter expansivo que tal dinámica tendría en el resto de
las instituciones que hacen vida en el Distrito.
Conjuntamente a la masiva acción social e institucional que la
refundación de la ciudadanía provocaría, cualquiera que sea la forma que
ésta tome, puede generarse el cambio que las organizaciones políticas,
electorales o no, que apoyan al proceso revolucionario requieren. Para
nadie es un secreto que las organizaciones políticas venezolanas arras-
tran parte de esa suerte de maldición que fue fumigada sobre los princi-
pales partidos que servían de apoyo político a la Cuarta República, que
tuvo el caché de hacerse de una izquierda y una ultraizquierda que pare-
cía actuar para legitimar al sistema sociopolítico dominante. Todo el es-
pectro político se dedicó, como de común acuerdo, a desvincularse del
cotidiano trabajo de organización social, político e ideológico del pueblo.
Esto, natural en las organizaciones políticas que apoyaban el status quo,
fue fatalmente asumido también por las izquierdas y aún no terminan de
pagar el pecado mortal de desligarse de la acción cotidiana en el seno del
pueblo, inserto en sus organizaciones. Si algunas han salido más airosas
que otras en la arena electoral no ha sido precisamente por su presencia
en la organización social y revolucionaria del pueblo. El único antídoto
contra el veneno ideológico que significa el alejamiento del pueblo por
parte de organizaciones llamadas a acompañarlo por el camino de la
transformación revolucionaria es la inserción social en las faenas que la
revolución dispone. Las organizaciones sociales que construyen la parti-
cipación protagónica del pueblo requieren de ayuda por parte de los lla-
mados “cuadros”, supuestamente más equipados en la formación políti-
ca que los activistas sociales, al mismo tiempo, a los cuadros dirigentes de
las organizaciones políticas les hace mucho bien esa vinculación con la
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¾ ¾ ¿CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
cotidianidad de la lucha social. Pensar Caracas, actuar Caracas,
refundarla, reorganizarla es la misión en la que pudiera establecerse un
acuerdo en la que sólo quien no esté identificado con los más altos intere-
ses de la revolución pierde. Sólo el espíritu de secta o el más dañino, el in-
terés egoísta y excluyente de quien desea ver en todo una oportunidad de
acumulación privada, puede oponerse al sentido que reclama la estrate-
gia antimperialista, democrática, popular y bolivariana que significa la
restructuración integral de la ciudad sobre bases humanas, una ciudad
para disfrutarla y vivir con ella.
Ahora, ya hemos establecido que el camino hacia la conversión de este
caos en un territorio en el que se fundamente el nuevo Estado que el pue-
blo requiere es un camino difícil. No es un decreto, pero por algo hay que
empezar y la mejor forma es llamar a la conformación de un vasto frente
de todas las organizaciones sociales de la ciudad por la refundación de la
capital metropolitana. Dotar el esfuerzo que despierte nuevamente el po-
der constituyente del pueblo de una legitimidad más allá de toda duda. Un
esfuerzo que no pueda resistir ningún cuestionamiento y que sólo pueda
acatarse. Un esfuerzo unitario cimentado fundamentalmente en la fuer-
za del liderazgo social probado en todas las misiones que pueblan la ciu-
dad. En el cual esté presente la mujer, el joven, el adulto mayor, el coope-
rativista, el deportista, el artista, el trabajador manual e intelectual, el
comerciante formal y el informal y el empresario que desee sumarse a la
fuerza viva de la ciudadanía productiva de la revolución. Un esfuerzo que
desde su inicio presente la fuerza social y política de un pueblo convenci-
do de que la única manera de avanzar en la conformación de una ciudad
distinta es su refundación, su proyección en otra dimensión, un producto
del pensamiento y la acción colectiva de contingentes humanos con inte-
reses comunes. Estamos hablando de una estrategia comunicacional que
contenga la razón y la instrumentación, el objeto y el sujeto de la acción
constituyente, cuya elaboración, seguimiento y evaluación sean parte de
la acción en la cual se den las manos la creatividad y la realización social,
en la que participen complementariamente todos los actores de la acción
que se propone. Un esfuerzo que sea tema constante de discusión en to-
dos los puntos de encuentro de la nueva ciudadanía en construcción. La
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À À ÁALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
nueva ciudad y el nuevo ciudadano conformándose dialécticamente. Es
eso lo que hace posible la revolución y sin lo cual ésta deja de serlo.
Finalmente, conviene recordar las experiencias. Se puede reconocer
que es ahora cuando la revolución viene teniendo un momento de respiro
que le permite apuntar a objetivos que vayan más allá de la defensa y que
trasciendan al terreno de la ofensiva. Pero recordemos que la revolución
es producto de la ofensiva en la que este pueblo se decidió, con diferentes
momentos y grados de conciencia, a lanzarse desde aquellos históricos
días de febrero de 1989. Después, en febrero y noviembre de 1992, las
elecciones de 1998, la Constituyente y la cadena de victorias populares
dirigidas por el comandante Chávez, el pueblo se empleó a fondo para cul-
minar con los triunfos del 15 de agosto y el 31 de octubre de este año 2004.
Esto significa que aunque es cierta la defensa que se ha tenido del proce-
so, también es cierta la disposición a vencer del pueblo. Y de vencer no
sólo a los enemigos externos y sus títeres. También el pueblo ha tenido
que, en medio de su ofensiva, defenderse de quienes desde más cerquita
han pretendido privatizar sus victorias. El pueblo, sus comités de salud,
sus comités de tierra urbana, sus cooperativas, sus organizaciones de
mujeres, sus gabinetes de obras locales, sus organizaciones comunitarias
de vivienda, en fin, el pueblo y sus múltiples organizaciones han venido
enfrentado esa dura lucha, esa obstinada lucha por seguir avanzando
pese a todos los obstáculos que, repito, no sólo se le han colocado desde el
exterior. Ha sido esa lucha callada contra esa otra privatización la que ha
entorpecido un avance en la construcción del poder popular, único cami-
no seguro a la consolidación de la revolución. La refundación de la ciudad,
con la participación de todas las formas de organización del pueblo en un
proceso de encuentro consigo mismo, es otra oportunidad para vencer. La
Alcaldía Metropolitana puede, empleándose con todo, ser un instrumen-
to eficaz para la organización y formación política e ideológica del pueblo,
la profundización de la revolución y el fortalecimiento del poder consti-
tuyente del pueblo en la capital metropolitana.
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...
Materiales
complementarios
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  ÃCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Discurso durante la
Toma de Posesión
Alcalde Mayor Juan Barreto
Plaza Bolívar, 14 de noviembre de 2004
A todos los que están aquí, amigos compatriotas, venezolanos to-
dos, gracias por haber asistido a este acto y por el apoyo que siempre nos han brin-
dado en los momentos duros y difíciles, y hoy estamos aquí compartiendo mo-
mentos alegres y felices.
Quiero agradecer al Ávila que nos mira, a Bolívar que nos contempla y nos pro-
tege, al Dios Todopoderoso, el de nuestros padres, de nuestros ancestros indíge-
nas, que también está aquí con nosotros en esta mañana de futuro, un futuro que
comenzó hace mucho tiempo y que se viene abriendo paso a todo lo largo y ancho
de la geografía nacional y, ¿por qué no?, de América Latina y el mundo.
El futuro que estamos prefigurando tiene como ejemplo la extraordinaria reu-
nión que sostuvimos los días 12 y 13 de noviembre con el Presidente de la Repúbli-
ca, el Taller de Alto Nivel, para marcar las líneas estratégicas del porvenir que es-
tamos construyendo. En ese sentido quiero agradecerle al presidente de la
República Hugo Chávez Frías la confianza que ha depositado en mí y en todos no-
sotros para la gestión del porvenir del área metropolitana de Caracas; aunque no
está aquí físicamente con nosotros, también quiero mandarle un saludo y darle la
hora buena y la bienvenida a mi hermano, a mi amigo, a mi padre político y orien-
tador de todos los días, José Vicente Rangel, vicepresidente de la República Boli-
variana de Venezuela, para quien pido un fuerte aplauso porque es un hombre que
no se consigue todos los días; al ciudadano Edgar Gavidia, amigo de lucha, hom-
bre de Catia, sembrado tierra adentro en esa parroquia tan difícil, vicepresidente
del Cabildo Metropolitano; a los concejales del Cabildo Metropolitano, que no los
nombro uno por uno; a Aníbal Lizardo, secretario metropolitano y vecino mío de
la parroquia Coche; a Carolina Fernández, subsecretaria metropolitana; a mi her-
mano Freddy Bernal, alcalde del municipio Libertador; a José Vicente Rangel
Ávalos, también hermano de lucha, de sueños, de noches de parranda, pero tam-
bién de compromisos y de sacrificio.
Al alcalde del municipio Chacao Leopoldo López, a quien le agradezco su pre-
sencia y para quien pido un fuerte aplauso; a Enrique Capriles, para quien tam-
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Ä Ä ÅALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
bién pido un fuerte aplauso, y para Alfredo Catalán, con quien vamos a trabajar
juntos para sacar adelante el municipio de El Hatillo. Nosotros estamos en una
nota de futuro, de reencuentro entre venezolanos, y creo que es un gesto valiente
que ellos estén aquí, es una oportunidad para que nos encontremos. Que otros pi-
ten, que otros bufen, nosotros no tenemos despecho, tenemos alegrías.
A Nicolás Maduro, mi hermano de toda la vida; a Cilia Flores; a Frasso; a
Calixto Ortega; a los diputados del Parlamento Latinoamericano; a Farruco, que
con su presencia nos enaltece y nos honra; a mi amigo, mi hermano, quien siem-
pre creyó en mí, Ismael García; y, por supuesto, a mis dos embajadores favoritos,
el embajador de la República de Cuba, una República digna, una República llena
de honor y de hombres bolivarianos y revolucionarios, señor embajador Germán
Sánchez Otero; y al nuevo embajador de España, un embajador de lujo –saben–,
un revolucionario, un hombre que ha vivido todos los conflictos del viejo conti-
nente y que hoy está aquí, para orientarnos también con su sabiduría, un intelec-
tual de primera fila de su país, que nos acompaña y nos seguirá acompañando
siempre, Raúl Murodó, el embajador del Reino de España.
Al general de división Miguel Ramírez González, comandante general de la
Guardia Nacional, hombre comprometido con este pueblo, y ejemplo de la unidad
cívico militar; a los concejales municipales, que también hay varios por aquí; se-
cretarios y directores de las distintas alcaldías y de la Alcaldía Metropolitana;
Gaby de Rangel, mi amiga, para quien pido un fuerte aplauso, una mujer trabaja-
dora por los barrios pobres de Petare; directores de los distintos espacios públi-
cos; prefecto Carlos Delgado, un hombre de Macarao, ahora al lado del alcalde
mayor, de Freddy, de Pepe, como prefecto del Distrito Metropolitano; presidente
de las Juntas Parroquiales; diputado al Parlamento Andino, Mario, que está por
ahí; miembros del Comando Táctico Nacional, del PPT, de Maisanta, de Podemos,
de la Liga Socialista; integrantes del Alto Mando Militar; miembros del Cuerpo Di-
plomático; mis amigos periodistas, colegas, algunos alumnos míos, algunos ex
colegas y compañeros de clase; en fin, todos miembros de este pueblo, y señores.
Ayer conversábamos sobre la muerte de Yasser Arafat, quien muere después
de casi cuatro años incomunicado, viviendo en un sótano, sin agua, alumbrado
por una vela, bombardeado todos los días por los misiles de la intolerancia. Arafat
ha podido aducir enfermedad –porque estaba muy enfermo–, o vejez, ir a vivir sus
últimos días de manera tranquila y morir feliz y en paz con todos los honores en
algún reino de los países árabes, sin embargo Arafat prefirió morir con las botas
puestas, prefirió morir en su ley, luchando por la dignidad de un pueblo, luchando
por lo que creía. La muerte de Arafat marca el curso de los acontecimientos mun-
diales. Por un lado, pueblos abriéndose paso por la dignidad, y por el otro lado un
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Æ Æ ÇCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
imperio insolente practicando el aplastamiento masivo. Ante esa disyuntiva no
queda otra que tomar partido. Estamos atrapados ante la posibilidad de construir
un mundo nuevo, un mundo libre, un mundo para los hombres y mujeres ciuda-
danos de este planeta, o dejarnos llevar por la corriente de un mundo insensible,
intolerante, que cree que el mercado, el comercio y la explotación del hombre por
el hombre es el único camino.
Afortunadamente nosotros venimos saliendo de ese laberinto y de esa disyun-
tiva; afortunadamente nosotros, que también pudimos haber sido aplastados, en-
tre los años 2000 y 2003 (porque sobre Venezuela se llevó a cabo una política de
guerra de cuarta generación, donde los medios de comunicación, grandes movili-
zaciones de personas y la intolerancia se hizo presente), estamos abriendo paso y
construyendo otro porvenir.
En un mundo globalizado, donde el sesenta por ciento de la economía está en
manos de empresas privadas. Donde, como lo refería anoche en el Taller uno de
nuestros más apreciados generales, el general Baduel, citando a Chomsky, el cin-
cuenta y uno por ciento de las principales economías del mundo son empresas
multinacionales y trasnacionales. Donde el cuarenta por ciento de los negocios del
mundo están vinculados al armamentismo, al narcotráfico, a la corrupción y a
otros negocios ilegales. En ese mundo nosotros ya tomamos partido, dejamos
atrás la disyuntiva y estamos construyendo el porvenir, un porvenir que ya huele a
futuro, un porvenir que ya prefigura hombres y mujeres nuevas, ciudadanos de la
Venezuela que queremos, que es la Venezuela Bolivariana. Pensar el mercado,
pensar el mundo globalizado, nos obliga a pensar global y a actuar local. A cons-
truir una nueva racionalidad, una racionalidad no burocrática, una racionalidad
no instrumental, una racionalidad política basada en la sensibilidad, en una sub-
jetividad que parte del imaginario, de nuestras tradiciones y de nuestros valores,
que se emparenta y se encuentra con la multitud de los ciudadanos libres que
creen en la Patria, que practican la diferencia y que creen que no hay otra demo-
cracia que no sea la democracia protagónica, participativa y de corresponsa-
bilidad.
La construcción de ese nuevo paradigma nos exige también una nueva lectura
y una nueva visión del poder, un nuevo espacio normativo para la nueva institu-
cionalidad republicana que se abre paso; es decir, la construcción del nuevo sujeto
social de la Revolución Bolivariana. Él es quien decide. Esta es una consigna que
en alguna medida refleja lo que es nuestro concepto de poder, que implica transfe-
rirlo al pueblo, para que el pueblo planifique, ejecute y controle su vida, condu-
ciendo de una vez y para siempre los destinos de la República, los destinos de la
ciudad sobre la base de la planificación estratégica colectiva, sobre la base del pre-
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È É ÊALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
supuesto participativo que desde hoy nosotros vamos a instaurar en la zona me-
tropolitana también llamada Alcaldía Mayor.
La contraloría social, junto con el presupuesto participativo, será parte y norte
fundamental de nuestra gestión. Las primeras ordenanzas que va a aprobar el
Cabildo Metropolitano van a ser discutidas en asambleas en los distintos barrios,
en las distintas comunidades, en las distintas parroquias. Y las primeras ordenan-
zas que vamos a aprobar están en la dirección del nuevo paradigma de poder que
tenemos que construir: presupuesto participativo en todos los niveles y contra-
loría social metropolitana en todos los niveles, memoria y cuenta colectiva... Eso
demuestra que somos un pueblo esforzado y valeroso. Gracias pueblo, por su con-
ciencia altísima. Gracias.
Estamos hablando entonces de un proceso que hemos llamado Constituyente
Metropolitana, donde el pueblo discute y participa, donde el pueblo organizado es
capaz de tomar decisiones, donde el pueblo organizado es, en fin, el poder. Sabe-
mos que no será fácil, hemos recibido una administración quebrada, deudas por
el orden de los seiscientos mil millones de bolívares, de los cuales doscientos trein-
ta y cuatro mil millones de bolívares son deudas a cancelar en términos inmedia-
tos (cesta ticket, aguinaldos, quincena, compra de uniformes para la Policía Me-
tropolitana, acondicionamiento de los Bomberos, deudas atrasadas al personal).
Pero en estas elecciones se cayó la Cuarta República. Sus últimos gobiernos
fueron arrasados por el pueblo en estas elecciones. Ahí tenemos el ejemplo del ex
alcalde Peña, que como todo buen cuartorrepublicano dice que no se va y después
huye. Parece que está en Argentina, o en cualquiera de esas Miamis que hay en el
mundo –porque desafortunadamente el mundo está lleno de Miamis. Está Enri-
que Mendoza, quien dijo que no se iba, y por ahí anda haciendo también las male-
tas. Últimas tristes figuras de la Cuarta República, corruptos, asesinos, ineptos,
incapaces, no solamente desde el punto de vista administrativo, sino también des-
de el punto de vista moral, incapaces de darle la cara al pueblo. Afortunadamente
de ellos salimos ya, y ahora nos toca la parte gruesa: luchar contra la exclusión, lu-
char contra la pobreza, que es lo que verdaderamente nos tiene aquí.
Ayer el presidente Chávez nos lo recordaba. Lo que nos tiene aquí, Nicolás, es
la lucha contra la pobreza, lo que nos tiene aquí es la lucha contra la exclusión.
Pienso mucho en Nicolás, ¿ustedes saben por qué? Nicolás es mi amigo de toda la
vida, conozco a Nicolás desde que tenía quince o dieciséis años, era pitcher y
altote; si no hubiera sido por culpa mía estaría en las grandes ligas. Cuántos sue-
ños, Nicolás, cuántas ideas habrán pasado por tu cabeza, cuantas desesperanzas,
desesperaciones, frustraciones, persecuciones, ¿cuántas veces estuviste preso Ni-
colás? Como ocho o diez veces, yo más o menos lo mismo, ¿no?, cuando el secues-
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Ë Ì ËCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
tro de Nihaus, esa ha sido la vida nuestra y ahora estamos aquí, siendo uno más de
este pueblo, y con el Chino Carías de los Tupamaros. A mí siempre me preguntan
“¿Y vas a gobernar con Lina y con los Tupamaros?”. ¿Por qué no?, son gente de este
pueblo, son luchadores, y ojalá pueda gobernar también con Radonski, con Ca-
priles. Ojalá lo entiendan, creo que ya lo están entendiendo y es muy bueno; los
felicito porque están aquí. Vamos a gobernar con el pueblo, pero particularmente
con las patrullas, con las UBEs, con los comités de tierra urbana. Vamos a gober-
nar es con el pueblo, desde el pueblo, para el pueblo, porque el pueblo debe ser
poder.
Decía que conozco a Nicolás hace tiempo, y siempre lo pongo como ejemplo y
paradigma, porque mucha gente se preguntará que de cuándo acá, el hijo de una
cocinera y costurera –la vieja Ana, que está por allá y que me levantó con tanto es-
fuerzo y sacrificio–, ahora es alcalde mayor, y Nicolás Maduro, un muchacho de
de Bello Monte, de por ahí, que era pitcher y que estudiaba en un liceo público por-
que su papá no tenía cómo pagarle uno privado, ahora es diputado. Bueno, por-
que somos del pueblo y ha surgido una nueva clase política que no llegó para apro-
piarse del poder ni para privatizarlo, que no llegó para expropiar a los más débiles
y a los más pobres de eso que llaman poder, que llegó para quedarse, eso sí, gober-
nando con el pueblo y dando una demostración de humildad, porque somos del
pueblo, porque del pueblo venimos. Nunca seremos Mendoza, nunca seremos
Peña, de eso sí pueden estar seguros, compatriotas.
En ese sentido no basta con las buenas intenciones. Eso significa que tenemos
que crear un nuevo modelo de gestión pública que debe estar inspirado en la par-
ticipación y que facilite un nuevo estado de gobernabilidad, donde ésta no es el
ejercicio despótico de la institucionalidad por la vía de la represión, sino que es y
debe ser el ejercicio directo de la democracia del pueblo en la toma de decisión y de
la planificación y ejecución de los recursos, eso es lo que nosotros llamamos “la
democracia bolivariana sustentable”, la materialización de nuestros sueños. En-
tonces, nuestra apuesta por el poder directo y protagónico del pueblo nos compro-
mete con mucha responsabilidad a activar inmediatamente los gobiernos parro-
quiales, las asambleas del poder popular en todos los niveles de abajo hacia arriba,
para la elección del poder constituyente metropolitano y la asamblea del poder
popular metropolitano. Tenemos que impulsar desde allí un nuevo modelo eco-
nómico y que el Presidente sabiamente ha llamado modelo de desarrollo endó-
geno, tenemos que ir construyendo las bases para que se abra paso poco a poco,
pero eso sí, sin retroceso alguno, una nueva posibilidad de construir la vida mate-
rial y espiritual del pueblo de Venezuela. El modelo de desarrollo endógeno no es
una moda, es un sueño, es una utopía que vamos a concretar con el esfuerzo de
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Í Î ÎALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
todos y eso significa que tenemos que comprometernos a fondo en la lucha contra
la corrupción y el burocratismo y que tenemos que producir colectivamente desde
el espacio constituyente, con la guía, con el norte, con la orientación de los conce-
jales metropolitanos, ordenanzas que luchen contra la corrupción y el burocra-
tismo. Desde hoy mismo, concejales, cuenten conmigo, vamos a emprender esa
tarea de acompañar y de alumbrar este pueblo en la construcción del instrumento
jurídico y político para la nueva institucionalidad metropolitana.
Significa también que tenemos que acelerar convenios con el Gobierno Nacio-
nal para la construcción de viviendas, para eso contamos con la Fundación Me-
tropolitana para la Vivienda (FUMVI); tenemos que impulsar un plan de seguri-
dad ciudadana que rescate a la Policía Metropolitana, que es una policía pensada
al término cuartorrepublicano para reprimir al pueblo y que debe ser transforma-
da en sus puntos de vista, en sus paradigmas. Nosotros hemos llegado aquí para
respetar a los ciudadanos, no para atropellar a nadie sino para estar con el pueblo.
De manera que nadie con ningún tipo de paranoia espere persecución de parte
nuestra, mano firme sí, mano dura, transparencia, honestidad, capacidad de tra-
bajo, evaluación permanente, esas son las reglas de juego de la nueva institucio-
nalidad. O corren o se encaraman. Aquellos que estén dispuestos a trabajar con el
pueblo y para el pueblo, bienvenidos, que se queden en las instituciones. De modo
pues que no pensamos perseguir a nadie, los cuartorrepublicanos son cobardes,
ellos mismos se van.
Esa policía que hemos venido preconizando tiene que tener una intención y
filón social, tiene que tener una visión de solidaridad, una visión bolivariana. La
policía vecinal y social debe incorporar a la reserva con una visión estratégica de la
seguridad y la defensa nacional, con una visión de la protección civil ante los de-
sastres, con una visión, en fin, de pueblo organizado para cualquier tipo de con-
tingencia.
Eso tiene que estar hermanado con el sistema público metropolitano de salud,
nosotros tenemos que trabajar con los comités de salud pública, con los comités
que se han creado en las comunidades alrededor de Barrio Adentro, con nuestros
vecinos y con el Estado en todos sus niveles para crear la mancomunidad del Ba-
rrio Adentro, para elevar la calidad de vida y para transformar los hospitales me-
tropolitanos en hospitales al servicio de la gente de Caracas, de toda Venezuela y,
¿por qué no?, de América Latina.
De igual modo, quiero dar las gracias a Germán Sánchez Otero, embajador de
Cuba. Germán, en nombre del pueblo de Caracas te doy un gran abrazo, amigo de
siempre, siempre dispuesto a escucharnos y aconsejarnos en las horas buenas y
en las horas malas. Igual que al presidente Fidel Castro, quien me dijo que iba a
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Ï Ð ÑCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
venir a la toma de posesión metropolitana, pero que no pudo. Si pudiera estaría
aquí con nosotros, porque la Revolución Bolivariana es también una Revolución
Continental, y no hay fronteras en esta lucha, como dijera el Che Guevara.
Nosotros vamos a recuperar los hospitales. Los que no recibían un paciente
remitido por Barrio Adentro, ahora estarán de puertas abiertas, no sólo los recibi-
rán sino que los irán a buscar, porque las ambulancias que tienen los Bomberos se
van a convertir en una red metropolitana de ambulancias para la atención de la
emergencia; y con Asia Villegas, una mujer luchadora, que montó la Defensoría
del Pueblo, el Sistema de Defensoría de la Salud, que se va de hospital en hospital,
luchando por una cama para un enfermo, nosotros tendremos un sistema metro-
politano de salud pública a la altura y envidia de los países más desarrollados en
esa materia. Estoy seguro que sí. Vamos a recuperar la red de ambulatorios, va-
mos a recuperar la atención inmediata y la emergencia (que en este momento está
cerrada en todos los hospitales); vamos a rescatar las farmacias para ponerlas al
servicio de la gente y vamos a convertir los hospitales metropolitanos en hospita-
les de primer y de segundo nivel para atender las emergencias y atender también
la hospitalización rápida.
Pero además de eso, nosotros hemos trabajado –no somos unos improvisa-
dos– en un plan de desarrollo urbano, para romper con los cuatrocientos años de
anticiudad que tiene Caracas. Esta ciudad se ha convertido en una ciudad del ca-
pitalismo tercermundista, una ciudad de la exclusión y la escasez, una ciudad que
aparta los ciudadanos en función de los negocios y restaurantes, una ciudad que
piensa primero en los centros comerciales que en los niños, una ciudad que no tie-
ne espacios para los ancianos, una ciudad que, en fin, hipotecó los espacios públi-
cos a favor del capital.
Nosotros, con los comités de tierra urbana, vamos a pensar en la ciudad inte-
gralmente, vamos a pensar la ciudad de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo,
incorporando a los habitantes del Este, pensando fundamentalmente en los más
humildes, en los excluidos y en el hábitat. En fin, en todo lo que tiene que ver con la
planificación urbana. En las próximas semanas será presentado ante ustedes, ciu-
dadanos, alcaldes, concejales, medios de comunicación, un plan maestro estraté-
gico para la recuperación del área metropolitana y para su puesta al servicio de
todos los ciudadanos. Presentaremos entradas y salidas alternativas para la ciu-
dad, no los desencuentros: parques ecológicos, recuperación del Ávila, participa-
ción de los ciudadanos en la toma de decisiones sobre el urbanismo y la ecología.
Todo forma parte de nuestras líneas maestras.
También estamos pensando en grandes obras para Caracas. Caracas tiene
treinta años que no se le construye nada, desde que se comenzó el Metro de Cara-
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Ò Ó ÔALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
cas, desde que se hizo el Teresa Carreño, nadie le pasa la mano y nosotros pensa-
mos que Caracas tiene que ser una ciudad que redefina su vocación, Caracas tiene
que ser la capital de las ideas de América Latina.
Lo que está ocurriendo hoy en Venezuela ha repercutido en América Latina y
en el mundo. Lo que está ocurriendo hoy en Venezuela tiene que tener un espacio
institucional para su realización, por eso nosotros creemos que Caracas tiene que
ser la capital de las ideas, una capital de cara al proyecto continental que se viene
desarrollando en distintos confines de América Latina, y tiene que ser un espacio
abierto de encuentro para todos los luchadores revolucionarios que enfrentamos
una visión imperial del mundo.
Este modelo alternativo tiene que pensar siempre en los derechos colectivos,
el embellecimiento de la ciudad no puede ser producto de soluciones inorgánicas
pensadas desde cenáculos de técnicos, que limpian y refaccionan una fachada sin
pensar en la colectividad, sin pensar en el entorno, sin pensar en la circulación de
la gente, en fin, sin pensar en dónde está el pueblo y cómo el pueblo se expresa
como poder. Nosotros tenemos una concepción urbanística alternativa y la vamos
a plasmar en un proyecto para el debate colectivo. Estamos comprometidos en las
próximas semanas en hacer una gran presentación sobre el nuevo modelo urba-
nístico para Caracas. Asimismo, Caracas tiene que ser una ciudad moderna, la pla-
taforma tecnológica de la Alcaldía Mayor tiene que estar al servicio del control so-
cial y de la planificación.
En el terreno deportivo nosotros tenemos que recuperar la jerarquía del Dis-
trito Federal. No puede ser que con la Cuarta República quedamos de penúltimo
en los últimos juegos nacionales, y que nuestros atletas emigren a otras entidades
federales simplemente porque no hay becas, porque no hay incentivos, porque el
área metropolitana no les ofrece ningún futuro y ningún porvenir. En esta área va
a estar con nosotros Jimmy López, un periodista deportivo con más de veinte años
de ejercicio, luchador social de La Vega, un hombre que ha viajado con la selec-
ción venezolana a todos los confines, que ha acompañado a nuestra selección
olímpica y que conoce los problemas, pero fundamentalmente un hombre humil-
de, un hombre trabajador que además es poeta. Nos encontramos en sus palabras
y en sus letras.
Y en Educación tenemos a Magaldy Téllez. Tiene veintisiete años como profe-
sora universitaria, diversos estudios de postgrados y numerosos libros escritos en
el área de educación. Realizó los pénsum de estudio de la Universidad Bolivariana
y ahora tenemos a esa funcionaria de lujo como directora de Educación de la Al-
caldía Metropolitana.
Como se dan cuenta, en el pueblo no hay bates quebrados, somos puros gran-
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Õ Ö ×CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
deligas, un pueblo de Bolívar lleno de intelectuales, de poetas y locos, como diría el
Chino Varela Mora, “de francotiradores de los sueños, capaces de dar la vida por el
proyecto revolucionario”. Los que nos han subestimado ya no nos podrán subesti-
mar más, está el pueblo, está la gente formada y preparada, pero por sobre todo,
está el compromiso revolucionario con la Patria de Bolívar y con el sueño de nues-
tro líder, el presidente Chávez.
En el área del niño abandonado a su suerte por la Cuarta República y por la mi-
seria humana y la indolencia está Anaís Arismendi, una extraordinaria mujer, es
la presidenta del Consejo Nacional del Niño y del Adolescente, tiene más de veinte
años trabajando en eso, es periodista, es luchadora social, y es una de las mujeres
más preparadas en el tema.
También trabajará con nosotros Francy Figuera de Morales que siempre ha
estado al frente de sus bomberos. Francy, cuentas con todo mi apoyo, solidaridad,
con mis respetos, también eres una grandeliga –estoy utilizando ese término por-
que me conmovió el acto que hizo el Presidente en Miraflores con todos esos vieji-
tos grandeligas.
Tenemos muchos otros hermanos, compatriotas que van a estar trabajando
para el desarrollo de una política integral para la ciudad. Las puertas de la Alcaldía
Mayor, compatriotas, siempre van a estar abiertas para el pueblo. En el área de
Desarrollo Social y Desarrollo Integral vamos a tener a Luis Vilchez, ex presidente
de Ceconave, y fue quien empezó hace treinta años el movimiento cooperativo en
Venezuela y es el que va a estar desarrollando la política de desarrollo social.
Y con Lina Ron vamos a montar una red de atención primaria a los ciudada-
nos, en cada calle, en cada esquina. La gente no va a tener que estar persiguiendo
al Presidente para entregarle un papelito; todas las demandas sociales las vamos a
atender y a todos vamos a tratar con los pocos recursos que contamos y con la cri-
sis económica estructural que nos dejó la Cuarta República de Alfredo Peña y En-
rique Mendoza. Con todo el esfuerzo y sacrificio les vamos a dar respuesta al pue-
blo, porque al pueblo no se le puede mentir, no se le puede dar la espalda y con el
dolor del pueblo no se juega ni se trafica.
Por supuesto, tenemos a Luis Martínez, un extraordinario periodista, dirigen-
te sindical del Colegio, del Sindicato Nacional; a Reinaldo García, mi hermano,
que va a estar en el área de Seguridad; por supuesto, a Jairo, uno de los hombres
que más sabe de planificación en este país; Pedro Carvajal lo conocí cuando era de
ese mismo tamaño, hace treinta años, siempre estuvo al lado del pueblo. Y el di-
rector general, un hombre también perseguido y vilipendiado, Eduardo Sentei.
¿Saben que Eduardo siendo dirigente del MIR, siendo revolucionario y presiden-
te de la FCU, se graduó suma cum laude en Economía y Administración, sacando
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.125
Ø Ù ÚALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
dos carreras simultáneamente? Él ha contribuido con Vielma Mora en el Seniat a
reestructurar todo el sistema de recaudación y ahora lo tenemos como director
general de la Alcaldía Mayor. De mi equipo presento también a Pisani, Leo Sa-
lazar, ¡cuántos otros!, hombres y mujeres de mi pueblo; Pedro Magallanes,
Fabiola, todos los que están por ahí; María Romero, que está en la parte urbanísti-
ca; Mikel Menéndez, un arquitecto que ha diseñado diecisiete ciudades en todo el
mundo y que nos está desarrollando también parte de la política urbanística, con
ese equipo, con los concejales metropolitanos; Inmer Ruiz, que montó el sistema
Barrio Adentro, pido para él un aplauso, un saludo de reconocimiento, porque uno
a veces no reconoce a la gente, gracias a Inmer y a sus trasnochos y a sus sueños
existe Barrio Adentro, fue él quien encabezó nuestra lista de concejales metropo-
litanos.
Todos esos hombres están aquí, todas esas mujeres son parte de ese equipo;
hay más, porque vamos a trabajar juntos, Nicolás, Desiree, Cilia y, por supuesto,
el diputado Darío Vivas que es una máquina de trabajo, es un tractor. Darío es para
adelante, lo que se le atraviesa se lo lleva por el medio con su capacidad de trabajo,
honestidad y modestia. Cualquiera de los que están aquí ha podido ser alcalde
mayor, siempre lo digo. En el pueblo hay talento, experiencia, capacidad de lucha,
memoria acumulada, fundamentalmente porque en el pueblo hay dignidad, la
dignidad que despertó aquel 4 de febrero cuando nuestro actual Presidente dijo
“Por ahora”, y que no se irá jamás, con ese fuego por dentro, con esa alegría de ser
revolucionario, con la esperanza que renace desde Venezuela y por todos los rin-
cones de América Latina.
Pueblo de Caracas, les doy muchas gracias por estar aquí y les juro que no los
vamos a defraudar, gracias a todos ustedes.
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Û Ü ÝCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Democratización
de la ciudad y
transformación urbana
Propuesta de los Comité de Tierra
Urbana a la Misión Vivienda
PENSAR LA CIUDAD DE OTRA MANERA, desde cada sitio, des-
de lo pequeño, el país no aguanta la MACROMANÍA de los gober-
nantes del Pacto de Punto Fijo. El sentido de PATRIA comienza en
nuestros barrios.
1. Presentación: Los CTU como movimiento de transformación
Los Comités de Tierra Urbana (CTU) nacimos con el Decreto Presidencial Nº
1.666 del 4 de febrero de 2002, aunque recogimos la vasta experiencia
organizativa y de lucha por el derecho a la ciudad que se ha librado en los barrios
durante décadas. La función, tal como se desprende del decreto, del Proyecto de
Ley Especial para la Regularización de la Tenencia de la Tierra en los
Asentamientos Urbanos Populares, y de sus desarrollos ulteriores, apunta a la de-
finición de un programa de transformación y democratización de la ciudad, des-
mantelando las dinámicas de segregación espacial que han implicado que más del
sesenta por ciento de la población del país vivan en asentamientos humanos pre-
carios. Esto a través de la regularización integral de los barrios, que supone, como
tareas:
– La regularización jurídica, democratizando la propiedad y brindando seguri-
dad jurídica a los pobladores de las comunidades populares, convirtiendo en
activo los únicos bienes con los que cuentan millones de familias.
– La regularización urbanística, estableciendo regulaciones y normas de convi-
vencia a partir del reconocimiento de la idiosincrasia de cada comunidad, sin
que ello signifique dejar de tomar en cuenta su relación con el resto de la ciu-
dad, apuntando a un proceso constituyente y al autogobierno comunitario. El
instrumento fundamental de este proceso es la Carta del Barrio.
– La regularización física, que va más allá de la simple infraestructura, pues su-
pone mejorar las condiciones de vida de los barrios, garantizando servicios,
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.127
Þ ß àALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
dotaciones y equipamiento, pero también implica lograr su desarrollo susten-
table e integral, promoviendo su revalorización productiva, la salud, la educa-
ción, el abastecimiento, etc.
Para el logro de tales objetivos, contamos con la inteligencia colectiva y la fuer-
za creadora que dieron lugar a los propios barrios como respuesta a la segregación
de la ciudad, construyendo verdaderas ciudades. Los CTU son expresión orgánica
de esta fuerza, pues nacimos de los propios asentamientos populares. Contamos
con legitimidad social, pues sus miembros son electos en asambleas de ciudada-
nas y ciudadanos, reconociendo un liderazgo emergente y local, y cultivamos
como valor esencial la participación y la democracia, que suponen altos niveles de
gobernabilidad, pues el ámbito de acción (poligonal) está definido por el sentido
de comunidad con que cuentan los pobladores, conociendo de forma directa nues-
tras realidades y necesidades. La actividad comprende el conjunto de prácticas y
necesidades de la comunidad, por lo que somos plataforma de las políticas de Es-
tado hacia los sectores humildes. Estos elementos nos convierten en el sujeto de la
transformación urbana que requiere la ciudad.
Actualmente existen en el país más de cinco mil CTU, de los cuales más de mil
son de Caracas. Existen distintos espacios de articulación y debate, desde el nivel
parroquial hasta espacios regionales (como es el caso de la Asamblea Metropoli-
tana de los CTU de Caracas), y un intenso grado de debate y formulación de una
comprensión común de los barrios, la ciudad y las políticas de vivienda y hábitat,
lo que configura el germen de un inmenso movimiento de pobladores que permi-
ten desarrollar la tarea de la transformación integral de la ciudad.
El anuncio de la implementación de la Misión Vivienda por parte del Presiden-
te de la República, anima a la Asamblea Metropolitana de CTU de los barrios de
Caracas, conscientes de nuestra responsabilidad política como movimiento social
en el proceso de conformación del hábitat popular urbano, a presentar la siguien-
te propuesta de transformación. La propuesta consiste esencialmente en la demo-
cratización del suelo urbano, la regularización integral de los barrios y la creación
de nuevos asentamientos. Procesos caracterizados por la participación
protagónica de las comunidades en cogobierno con las instituciones para la plani-
ficación, contraloría y producción de su hábitat, en un proceso de formación per-
manente y fortalecimiento de la organización del poder popular.
2. Introducción: Breve diagnóstico del hábitat venezolano
Ante la problemática de la vivienda en el país, el Estado venezolano venía ofre-
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á â ãCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
ciendo respuestas limitadas, cada vez de peor calidad e insuficientes ante la gran
mayoría de familias necesitadas. Desde el desconocimiento de los barrios hasta la
propuesta de “consolidación” de la pobreza con acciones superficiales y aisladas.
Por su parte, el sector privado busca invertir lo menos y ganar lo más en el ne-
gocio de la vivienda como mercancía y la especulación inmobiliaria, monopoli-
zando la propiedad de la tierra y determinando así la segregación urbana de la
población necesitada sin acceso a su costosa oferta.
Al menos diez millones de venezolanos viven en los barrios construidos por sus
familiares mediante procesos de ocupación cuya característica fundamental es la
construcción autogestionaria y progresiva a partir de ocupaciones de terrenos que
no pertenecen (de derecho) a sus pobladores. Esto demuestra la capacidad pro-
ductiva de las comunidades así como su potencial urbanizador cuya evidencia
más tangible ha sido la creación de barrios a lo largo de todo el país, a pesar de las
limitaciones de recursos y de planificación.
Los barrios son producto de un modelo de segregación social y espacial. Desde
el punto de vista “urbanístico” suponen una situación “irregular”. Irregularidad
jurídica, pues sus pobladores carecen de seguridad legal sobre la posesión de los
suelos en que habitan. Irregularidad urbanística, pues carecen de normas y regu-
laciones que controlen su desarrollo de manera armónica y equilibrada. Irregula-
ridad en las condiciones de vida, pues poseen servicios, bienes, dotaciones y
equipamientos deficitarios.
Sin embargo, más allá de consideraciones técnicas urbanísticas sobre las con-
diciones de vida en los barrios, han representado la solución habitacional para los
humildes, al margen del financiamiento y planes públicos o privados. En los ba-
rrios se han construido más viviendas que las construidas por todos los gobiernos
juntos a lo largo de la historia.
Los barrios son, en grado extremo, manifestaciones que expresan la diversi-
dad cultural de la ciudad. Y germinan en su seno las maneras y alternativas
creativas de relación social, organización, producción y comercialización consi-
deradas “informales” y que son el ejercicio de la sobrevivencia como principio y
valor comunitarios con base en la solidaridad.
Se trata de desarrollar, con la participación y protagonismo de los Comités de
Tierra Urbana, un proceso de Transformación Integral de los Barrios y de Demo-
cratización de la Ciudad.
3. Principios: Política de regularización integral del hábitat
Tanto en la Exposición de Motivos como en su articulado, la Constitución de la
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ä å æALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
República Bolivariana de Venezuela (CRBV) prevé el carácter social y de inclusión
para las mayorías de la población en relación con el tema de hábitat y vivienda dig-
nos, estableciendo la promoción de la justa redistribución social de la riqueza y,
más aún, contribuyendo a definir la orientación del Ejecutivo Nacional en el dise-
ño de políticas integrales para atender el drama habitacional que confronta la fa-
milia venezolana.
Se establece la satisfacción progresiva del derecho a una vivienda adecuada,
segura, cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que incluyan un
hábitat que humanice las relaciones familiares vecinales y comunitarias (art. 82),
a partir de los principios de integridad territorial, solidaridad y
corresponsabilidad (art. 4), así como de la participación y protagonismo del pue-
blo en cuanto a la autogestión, la cogestión y las cooperativas en todas sus formas
(art. 70) y de la protección del Estado a las familias como asociación natural de la
sociedad y como espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas
(art. 75).
Se reconoce el derecho de las comunidades para desarrollar asociaciones de
carácter social y participativo con carácter generador de beneficios colectivos des-
tinados a mejorar la economía popular y alternativa (art. 118), así como los dere-
chos y deberes que tiene toda persona, individual y colectivamente, a disfrutar de
una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado (art. 127).
Se crean los consejos locales de planificación pública (art. 182) y se define que
la ley creará mecanismos abiertos y flexibles para que los estados y municipios
descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados los
servicios que éstos gestionen en materia de vivienda y del ambiente (art. 184). Se
protege y promueve la pequeña y mediana industria, las cooperativas, las cajas de
ahorro, así como la empresa familiar, la microempresa y cualquier otra forma de
asociación comunitaria para el trabajo partiendo de la iniciativa popular, al tiem-
po que se prevé la capacitación, asistencia técnica y financiamiento oportuno (art.
308).
Así mismo, en concordancia con la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela se encuentran los principios del hábitat de la Organización de Na-
ciones Unidas, suscritos por la República, comprendiendo a los asentamientos
humanos como equitativos, garantizando acceso a vivienda, infraestructura, ser-
vicios comunitarios, recursos productivos, tecnología, desarrollo espiritual, cul-
tural y social, participación en las decisiones y conservación de los recursos natu-
rales. La salud y la calidad de vida son objetivos centrales para el desarrollo de
asentamientos humanos sustentables.
La nueva base legal que nos da la Constitución de la República Bolivariana de
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ç è çCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
Venezuela refuerza nuestros principios para una política de transformación inte-
gral del hábitat, consistentes en:
– La democratización de la ciudad, enfrentando las dinámicas segregadoras y
excluyentes y contrarrestando los desequilibrios territoriales, urbanos, eco-
nómicos y sociales. Ello supone que no sólo se trata de “conciliar” el barrio con
la ciudad “formal”, sino de transformar la ciudad, revertiendo las dinámicas
urbanas que han creado una “ciudad para ricos” y otra “ciudad de los pobres”.
– El sentido de la transformación debe ser integral, no centrada únicamente en
lo constructivo, pues debe incorporar la transformación productiva, el acceso
a bienes y servicios hasta ahora ajeno a los barrios, promover el desarrollo sus-
tentable de las comunidades populares y su participación política.
– Las políticas de vivienda y hábitat deben basarse en la participación
protagónica de los pobladores en la transformación de su propia vida. Esto
incluye la definición de las normas, objetivos y estándares de calidad de vida,
el reconocimiento de la diversidad y especificidad de los barrios, la incorpora-
ción de la cultura constructiva popular, el respeto por la autonomía de las co-
munidades y de sus organizaciones, la planificación y ejecución de las políti-
cas y la toma de decisiones.
– Promover la autogestión y corresponsabilidad entre comunidades e institu-
ciones. No creemos en la intermediación de técnicos y ONGs para que el pue-
blo asuma sus responsabilidades.
– La solidaridad y el cooperativismo como forma de producción de viviendas y
hábitat.
4. Propuesta: Participación de los Comités
de Tierra Urbana en la Misión Vivienda
La política de regularización, que inicia el Decreto 1.666, se propone saldar
una deuda histórica, hacer justicia y actuar sobre aquellos condicionantes que de-
terminan la situación “irregular” de los barrios, para reducir la segregación social
y espacial y democratizar la urbe.
En tal sentido, la regularización jurídica (acceso a la propiedad de la tierra), es
insuficiente si no se asume la regularización como hecho integral que permita la
efectiva consolidación de los asentamientos populares. La regularización integral
supone regularización jurídica, urbanística, geográfica, histórica, cultural, física
y social, con base en lo existente.
Debido a la responsabilidad de la MISIÓN VIVIENDA Y HÁBITAT, la cual no
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é ê ëALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
sólo se refiere a la construcción de viviendas, sino que debe establecer las maneras
y formas alternativas de cogobierno SIN INTERMEDIACIÓN, para la redefinición
de nuestros hábitat, para la producción y reproducción de la vida familiar y comuni-
taria, para la configuración de espacios convivenciales autónomos y articulados
que puedan compartir con el gran territorio urbano, con respeto a la diversidad y
especificidad de cada barrio. Proponemos que el Ministerio de Hábitat y Vivienda
junto a los Comités de Tierra Urbana acometer y fortalecer algunas tareas para la
regularización integral de los asentamientos urbanos populares existentes y por
fundar, más allá del reconocimiento de la propiedad de la tierra.
La Asamblea Metropolitana de los CTU propone al Ministerio de Hábitat y
Vivienda en el marco de la Misión Vivienda y Hábitat trabajar junto a los Comités
de Tierra Urbana en el proceso de implantación de políticas integrales de hábitat,
con base en la participación y protagonismo consagrados en la Carta Magna.
Definimos la participación y protagonismos en líneas fundamentales de nues-
tra propuesta: la organización, la planificación, la producción, la contraloría y la
formación permanente.
La propuesta para una política de transformación integral de los
asentamientos populares lo enmarcamos en tres grandes programas: 1. La de-
mocratización del suelo, 2. El desarrollo integral de los asentamientos populares
existentes y 3. La creación de nuevos asentamientos.
5. Líneas de participación protagónica
De los principios anteriores se derivan líneas de actuación necesarias para la
participación de los CTU en la Misión Vivienda, como proceso de organización,
planificación y producción del hábitat.
5.1. Organización autogestionaria
Apoyo a la organización social de las comunidades para su participación
protagónica en el desarrollo integral del hábitat. Esto implica el fortalecimiento
de las capacidades de gestión colectiva relativas a la organización necesaria para
la mayor participación de sus miembros, las relaciones para establecer alianzas
en la lucha por sus objetivos, la comunicación para la mejor comprensión del pro-
ceso, la formación ideológica para el crecimiento continuo de sus integrantes, así
como la obtención, manejo y contraloría de los recursos para su autonomía.
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ì í íCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
5.2. Planificación participativa
Propiciar la participación de las comunidades en las decisiones de la Misión,
sus programas y los distintos planes locales y proyectos comunitarios, articulan-
do el encuentro con las instituciones para el ejercicio de la corresponsabilidad, en
coordinación con los Consejos Comunales de Planificación Pública. Esto requiere la
asesoría para la realización de autodiagnósticos y la formulación, a través del diseño
participativo, de proyectos comunitarios que permitan a la comunidad obtener el
financiamiento necesario para su ejecución, ejerciendo la contraloría social.
5.3. Producción cooperativa
Desarrollar la economía social a través de la producción local, apoyando la ini-
ciativa popular de empresas comunitarias o cooperativas. Impulsar procesos so-
lidarios de construcción autogestionaria con el desarrollo de la cultura construc-
tiva popular, para la transformación integral de las comunidades
(infraestructrura de servicios, equipamiento urbano y edificaciones residencia-
les) que mejore las condiciones de vida de la población de acuerdo con los planes,
programas y proyectos en la ejecución de la política.
5.4. Contraloría social
Activación de la capacidad supervisora y vigilante de las comunidades, para el
uso eficiente, apropiado y transparente de los recursos del Estado y propios, en las
obras y acciones necesarias para la transformación integral del barrio. La
contraloría social garantizará que los recursos invertidos en la Misión Vivienda
cumplan con el objetivo fundamental de solucionar las necesidades sentidas de
miles de familias imposibilitadas de acceder a una vivienda decente y lograr
hábitat sanos y desarrollos integrales en nuestras comunidades, sin la costosa
intermediación empresarial o privada.
5.5. Formación permanente
Desde el nacimiento de los CTU hasta la fecha el camino recorrido en el proce-
so de regularización integral de los barrios ha sido inédito, hemos generado méto-
dos, técnicas, procedimientos, innovaciones jurídicas, conocimientos, instru-
mentos y mucha práctica, todo esto en sinergia con la Oficina Técnica Nacional
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.133
î ï ðALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
para la Regularización de la Tierra Urbana (OTN). Esta experiencia ha permitido
un proceso de autoformación y fortalecimiento ideológico y de las capacidades de
los miembros de los Comités. Pretendemos aportar nuestras prácticas, informa-
ción y conocimientos para el logro de la Misión Vivienda y Hábitat y que esta nue-
va etapa nos permita también iniciar un nuevo proceso formativo y capacitador
para la consolidación de los CTU y organizaciones populares en todas las áreas y
temas que abordamos en esta propuesta.
6. Programas de Hábitat y Vivienda
6.1. Democratización del suelo
La democratización del acceso a la tierra es un requisito fundamental no sólo
para hacer viable una política de vivienda de alcance masivo, sino que es un ins-
trumento esencial para lograr el equilibrio territorial. Por esta razón, la política de
vivienda debe afrontar como problema urgente la disposición y acceso al suelo
urbano, identificando los suelos disponibles –ocupados o no–, definiendo sus
usos reales y potenciales, levantando información catastral, enfrentando la espe-
culación de la tierra urbana, aumentando la oferta de suelo y garantizando el acce-
so de los sectores más necesitados.
Proponemos, como componente de una política de democratización del suelo
en el marco de la Misión Vivienda:
– Creación de un sistema georreferenciado de suelo urbano que comprenda
nuestra participación como Comité de Tierra Urbana tanto en su definición,
levantamiento y utilización de la información.
– Acelerar el proceso de levantamiento catastral de los asentamientos popula-
res, a través de la alineación institucional y la incorporación de actores comu-
nitarios tanto en los aspectos técnicos como sociales (CTU y cooperativas de
levantamiento catastral y catastro popular), así como la masificación de adju-
dicación a las familias propietarias de hecho, bajo la modalidad de propiedad
colectiva (adjudicación por poligonales).
– Crear un banco de tierras, que permita identificar, definir usos, sanear y adju-
dicar a proyectos de vivienda y rehabilitación de los suelos urbanos, privados
o públicos.
– Definir medidas impositivas para pechar la especulación del suelo urbano, (en
manos privadas, que estén desocupados o inutilizados).
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ñ ò óCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
– Impulsar la discusión y aprobación de la Ley para la Regularización de la Tie-
rra Urbana.
Creemos que es necesario prever políticas semejantes dirigidas a aquellas edi-
ficaciones, privadas o del Estado, que están desocupadas o abandonadas, para
darles un uso adecuado frente a la necesidad de vivienda e infraestructura de las
mayorías excluidas.
6.2. Transformación integral de barrios y “urbanizaciones populares”
La política de rehabilitación física de barrios, actualmente vigente,
instrumentada por el gobierno revolucionario a partir de la “Ley de Subsistema de
Vivienda y Política Habitacional”, si bien supone un avance importante en rela-
ción con las concepciones anteriores en la materia, aún es insuficiente, es
unidimensional: hace énfasis en los aspectos financieros y privilegia los aspectos
constructivos sobre las otras dimensiones propia de la vida y necesidades de los
barrios, no reconoce el acerbo e identidad de los asentamientos urbanos popula-
res, imponiendo una visión tecnocrática y ajena al barrio, favorece la
intermediación administrativa, política y técnica, relegando en la práctica a las co-
munidades a convalidar las decisiones de otros, son costosas y de poco impacto en
la calidad de vida de los pobladores, por sus costos, no son sustentables en el tiem-
po, fragmentan el espacio público (atendido por el actual Programa II de Habili-
tación Física) del espacio “privado” (Programa III de ampliación y mejoras de vi-
vienda). En tal sentido, nuestra propuesta responde a principios distintos a los
actuales:
– La rehabilitación física debe estar subordinada, ser un aspecto más, del desa-
rrollo integral de la comunidad, pues de lo contrario todo esfuerzo constructi-
vo tiende a ser inviable o a no conducir a resolver las necesidades reales.
– Es necesario reconocer el barrio y los asentamientos populares como formas
propias de vida social y ocupación del espacio, lo que supone que, distinto a la
premisa según la cual nuestros barrios deben ser “urbanizados”, y no cuentan
con ordenación urbanística, se reconoce que expresan un esquema básico y
primario de ordenación del espacio y de urbanismo, así como una idiosincra-
sia propia, que deben ser respetados y considerados, e incluso deben ser el
punto de partida en toda intervención urbanística.
– Los aspectos técnicos y constructivos deben subordinarse a la dimensión so-
cial y política de la transformación urbana, evitando la “dictadura de lo técnico”.
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ô õ öALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
– Los planes de rehabilitación y desarrollo integral deben partir de las necesida-
des e intereses de la comunidad.
– La participación de la comunidad debe ser directa y protagónica, sin
intermediación ni supremacía de los técnicos y especialistas.
– La escala de las unidades para el diseño y elaboración de planes deben ser ajus-
tadas a la comunidad, incluso decididas en consulta con ésta, para favorecer
su participación, el desarrollo de obras de bajo costo y amplio impacto, y para
consolidar el sentido de pertenencia.
– No deben manejarse, ni mucho menos imponerse, propuestas rígidas, sino
que éstas deben nacer de la misma comunidad.
– Debe privilegiarse la microplanificación y la planificación ascendente, par-
tiendo de lo más local (callejones, escaleras, calles, microcuencas, pequeñas
comunidades), hasta llegar a escalas mayores.
– Las formas de participación en los planes debe ser lo más democrática posible,
y que favorezca el control de la comunidad sobre todo el proceso.
– La comunidad debe decidir y definir la infraestructura y los servicios de acuer-
do a sus necesidades. Por ejemplo: casa de abuelos y niños de la comunidad,
casa de nuestros indigentes y alcohólicos, centros de procesamiento de ali-
mentos, centro alimentario o bodega (que mantenga una reserva de alimentos
para la comunidad en caso de emergencia o contingencia), casa de la alimen-
tación, módulo de salud, estacionamientos, áreas para la recreación, refugios,
etcétera.
– La ordenación urbanística, la rehabilitación física, la regularización jurídica y
la ampliación y mejora de viviendas no son momentos separados, sino articu-
lados y conjuntos. Es necesario abordar estos procesos de modo integral y
simultaneo.
Para la escala de planificación y diseño, proponemos sustituir las actuales
Unidades de Diseño Urbano por unidades más pequeñas y más cercanas al senti-
do de comunidades con que cuentan los pobladores de los barrios. Para esto, pro-
ponemos unidades de una escala entre mil a dos mil viviendas (que corresponden
aproximadamente a la agrupación de cinco a diez poligonales de CTU), que sean
definidas por la misma comunidad, atendiendo tanto a factores urbanos como al
sentido de pertenencia e identidad.
Asimismo, proponemos que la metodología de planificación y diseño sea de
carácter ascendente, partiendo de las necesidades locales para llegar a los proce-
sos de estructuración urbana de mayor alcance (ciudad-región), o bidireccional,
sustituyendo la actual metodología que –partiendo del PDUL y Planes Especiales,
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÷ ø ùCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
llega en última instancia al nivel local-comunitario– termina por imponer al ba-
rrio criterios y necesidades que son ajenos a su dinámica.
Por otra parte, los planes de rehabilitación deben incluir la ampliación y mejo-
ras de viviendas, de modo que se supere las intervenciones aisladas (estilo plan
“mosquito”), pero sin suponer la rigidez de esperar la rehabilitación completa de
un asentamiento para dar respuestas a este tipo de demanda.
Para operativizar esta propuesta proponemos la creación de los “Centros de
Participación para la Transformación del Hábitat” (CPTH) por cada unidad urba-
na propuesta.
6.3. Creación de nuevos asentamientos
La mayor parte de los planes de vivienda, más que resolver los problemas de la
población, han contribuido a crear distorsiones y desequilibrios territoriales, so-
ciales y urbanos, creando nuevos asentamientos fuera de las poligonales urbanas,
sin sustentabilidad, pues no incorporan elementos vitales para el desarrollo inte-
gral de los nuevos pobladores, y excluyen a éstos del diseño y ejecución de sus vi-
viendas y hábitat.
Tomando como modelo la formación y crecimiento de los barrios, propone-
mos que los nuevos desarrollos de vivienda sean progresivos e integrales, incor-
porando servicios comunales y la actividad productiva que los hagan sustentables,
favoreciendo tanto la densificación de las ciudades como la búsqueda de nuevos
equilibrios territoriales, reconociendo la heterogeneidad en las prácticas cons-
tructivas, e incorporando a los pioneros de nuevos asentamientos, en tanto de-
manda organizada, en las decisiones, diseño y producción de los asentamiento.
A partir de esto proponemos:
– La identificación y organización de las familias necesitadas de nuevas vivien-
das por parte de los CTU, dentro de sus poligonales.
– La formulación de proyectos de nuevos asentamientos con la asesoría y apoyo
integral de los “Centros de Participación para la Transformación del Hábitat”
(CPTH) y de los pioneros de nuevos asentamientos organizados.
– La identificación de terrenos disponibles para la creación de nuevos
asentamientos y su adjudicación a los pioneros organizados. Estos terrenos
deben estar dentro de las poligonales urbanas o, si los pioneros organizados
así lo deciden, en los nuevos ejes de desarrollos territoriales.
– El desarrollo de los nuevos asentamientos por medio de la producción coope-
rativa, en que participen los pioneros organizados.
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ú û üALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
– Participación plena de los pioneros organizados en la administración de los
recursos y contratación de los técnicos y profesionales si hiciere falta.
– Asesoría técnica y financiamiento oportuno y accesible en todas las etapas del
proceso.
Proponemos además diversificar la oferta de vivienda por parte del Estado,
incluyendo:
– Parcelas con servicios (urbanismos progresivos).
– Viviendas progresivas.
– Viviendas verticales de baja densidad.
7. Instrumentación de la propuesta
7.1. Centros de Participación para la Transformación del Hábitat (CPTH)
Los CPTH tendrán como objetivo estratégico ser la instancia de articulación
entre los CTU y la Misión Hábitat en los barrios. Ejercerán los siguientes objetivos:
– Apoyo en el autodiagnóstico de las necesidades de la comunidad para planes
de rehabilitación integral (análisis de sitio, estudios preliminares, identifica-
ción de necesidades, capacidades y fortalezas).
– Asesoría y apoyo integral para el diseño y ejecución del plan comunitario de
desarrollo integral. Diseño participativo como metodología para la elabora-
ción de las intervenciones urbanas.
– Apoyo de las gestiones y políticas locales en el marco de la democratización del
suelo.
– Asistencia para las mejoras y ampliaciones de viviendas.
– Organización de las familias para nuevos asentamientos.
– Asesoría para la planificación de los nuevos asentamientos.
– Sede de los CTU.
– Planificación de la asignación de las tierras y tomas legales.
– Sede de la formación y capacitación de las comunidades y los CTU para la eje-
cución de políticas de vivienda y hábitat.
– Centro de información para la producción comunitaria.
– Centro de sistemas de información georreferenciados de suelos, catastro, ba-
ses de datos de los CTU, entre otros.
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ý þ ÿCONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
7.2. Registro, organización y ordenación de la demanda
Las respuestas a la demanda de vivienda, (la llamada “elegibilidad”), se ha ca-
racterizado por ser individualizadas, creando profundas inequidades, favorecien-
do la corrupción y el clientelismo, imponiendo la competencia como relación en-
tre los necesitados, estimulando el individualismo y egoísmo, sometiendo a
quienes demandan vivienda a trámites humillantes y desesperanzadores, exclu-
yéndolos de las tomas de decisiones, creando comunidades de extraños, sin arrai-
go ni compromiso, y, finalmente, mostrándose ineficiente para dar respuestas a la
creciente demanda. Por esto proponemos que se favorezca la organización de la
demanda como mecanismo de acceso a los planes de vivienda (sean éstos nuevos
asentamientos o ampliación de viviendas existentes), lo que permitiría profundi-
zar la organización social, disminuir costos, lograr la participación de los destina-
tarios en las decisiones y acciones de su interés, sin intermediación, así como fa-
vorecer la cooperación y crear sentido de comunidad, a la vez que permite
masificar y hacer más eficientes las respuestas. A la vez, es necesario definir crite-
rios equitativos y socialmente pertinentes para ordenar y priorizar la demanda.
Proponemos que los CTU sean las organizaciones de base que apoyen la orga-
nización de las familias necesitadas de vivienda en los sectores populares. Los
CTU tienen información valiosa, recogidas mediante censos y por la relación di-
recta con los vecinos, que permite la elaboración de los criterios para la organiza-
ción y priorización de las familias necesitadas de vivienda y las cuales no pueden
acceder al suelo dentro de las poligonales de sus comunidades y carecen de recur-
sos para optar por una vivienda construida. Para ello proponemos las siguientes
actividades:
• Determinar en cada poligonal las familias que necesitan vivienda, bajo las si-
guientes consideraciones: ubicadas en zonas de riesgo, hacinadas, arrimados,
inquilinos y nuevas parejas.
• Promover la organización de las familias en OCV, cooperativas u otras formas
de organización de la demanda.
• Acompañamiento y asesoría técnica a los beneficiarios organizados en cada
etapa del proceso.
7.3. Producción comunitaria en vivienda y hábitat
Entender la vivienda como derecho y servicio público supone enfrentar la
mercantilización de su construcción, promoviendo la producción cooperativa y
abaratando costos, desarrollando las capacidades de las comunidades en la pro-
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DE CARACAS
ducción de bienes y servicios vinculados al hábitat, inscribiendo esta actividad
dentro de la concepción endógena del desarrollo.
En tal sentido, proponemos que se favorezca la participación de cooperativas,
empresas comunitarias y otras figuras de economía social en la ejecución de los
planes (cooperativas de construcción, de catastro, de diseño y otras), tanto en los
asentamientos existentes como en los nuevos asentamientos.
También proponemos que se estimule la creación de experiencias comunita-
rias de producción en vivienda y hábitat, que elaboren distintos elementos cons-
tructivos (bloques, tejas, herrería y otros) que puedan ser distribuidos por la Mi-
sión Vivienda, fomentando la invención tecnológica, a partir de la propia cultura
constructiva popular.
Igualmente, planteamos que se desarrolle una política de reducción de los cos-
tos de producción, reduciendo los intermediarios de los insumos, asumiendo la
misión el suministro directo a las comunidades (bajo la figura de “ferreterías po-
pulares”), así como la asesoría técnica y la dotación de equipos y maquinarias.
Asamblea Metropolitana de Comités
de Tierra Urbana de Caracas, octubre 2004
SINTITUL-16 05/09/2011, 07:54 p.m.140
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PENSAR CARACAS
El arte contemporáneo,
la actividad crítica contextualizada
y el rol
de las instituciones
Carmen Hernández
Creo que la última utopía que no se ha derrumbado total-
mente es el arte.
ANTONIO CARO1
Reflexionar sobre el rol del arte, la comunicación, las instituciones
culturales y el replanteamiento del modelo de nación en la actualidad, implica ela-
borar varios itinerarios. En primer lugar, es necesario entender que el arte forma
parte del sistema cultural y que contribuye a distribuir lugares de poder. En este
sentido, las teorías de las representaciones sociales2 brindan elementos interpre-
tativos y de método para identificar, analizar e interpretar los discursos y prácticas
de los actores claves en la constitución del campo institucionalizado del arte. Este
campo se comporta como un sistema autónomo porque ha definido sus propias
1. Cfr. Caro, Antonio y Víctor Manuel Rodríguez, 2003: 63.
2. He seleccionado el concepto de representaciones sociales empleado por Daniel Mato por-
que amplía la perspectiva que este concepto adquirió en la psicología social crítica y en la
llamada teoría socioconstruccionista. Mato aclara esta concepción: “He definido la idea de
‘representaciones sociales’ –de manera operativa y sin pretensiones generalizadoras–
como formulaciones sintéticas de sentido, descriptibles y diferenciables, producidas por
actores sociales como formas de interpretación y simbolización de aspectos claves de su de
experiencia social. En tanto unidades de sentido, las representaciones sociales ‘organizan’
la percepción e interpretación de la experiencia, del mismo modo en que lo hacen por ejem-
plo las categorías analíticas en las formulaciones teóricas –así, en mi concepción, las cate-
gorías analíticas constituyen un cierto tipo de ‘representaciones’. Podemos pensar en las
representaciones sociales como las palabras o imágenes ‘clave’ dentro de los discursos de
los actores sociales: son aquellas unidades que dentro de éstos condensan sentido. De este
modo, orientan y otorgan sentido a las prácticas sociales que esos actores desarrollan en
relación con ellas, y son modificadas a través de tales prácticas” (Mato, 2001: 133).
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� � �ALCALDÍA MAYOR
DE CARACAS
reglas de producción, circulación y consumo, que delimitan, afirman y reprodu-
cen un lugar privilegiado dentro del amplio campo de lo cultural.
La teoría de las representaciones sociales nos permite comprender el carácter
colectivo del imaginario y entender así que la realidad es una construcción simbó-
lica que se produce en la interacción entre el sujeto y el objeto. Esto quiere decir
que ambos se constituyen de manera recíproca. Por ello, las representaciones so-
ciales se abordan: “A través de un indisoluble y doble aspecto de la actividad men-
tal: como producto constituido y como proceso-constituyente” (Lozada, 2000:
122).
Por otra parte, para comprender la esfera de lo cultural como parte de lo so-
cial, y poder definir el arte contemporáneo como un “campo de tensiones”, me
parece apropiado recurrir a la imagen dinámica que ofrece Pierre Bourdieu, cuan-
do describe su comportamiento: “como un campo de fuerzas, cuya necesidad se
impone a los agentes que se han adentrado en él, y como un campo de luchas den-
tro del cual los agentes se enfrentan, con medios y fines diferenciados según su
posición en la estructura en el campo de fuerzas, contribuyendo de este modo a
conservar o a transformar su estructura” (Bourdieu, 1999: 49). Desde esta pers-
pectiva, el campo artístico se caracteriza por el hecho de seleccionar las produc-
ciones que ingresan a su territorio y se atribuye el derecho de emitir juicios valora-
tivos sobre los bienes simbólicos con el fin de reconocer su “artisticidad” por
medio de la aplicación de categorías diferenciadoras (como “arte contemporá-
neo”, “arte popular” y “artesanía”). El conjunto de estas “reglas”, producidas por
los agentes hegemónicos (las instituciones con sus individualidades representati-
vas), son reproducidas por todos los agentes del sistema y conforman un canon
articulado a los modelos privilegiados por el mercado transnacional de prácticas
artísticas.
El arte como categoría diferenciadora
Plantear que la idea del arte funciona como una categoría diferenciadora deri-
va del reconocimiento de que aquello que hemos “naturalizado” como “arte” es
una construcción que se ha sustentado sobre una escisión de la esfera de lo cultu-
ral, que ha privilegiado un segmento de la producción visual por sobre el resto de
la producción cultural entendida como el amplio mundo simbólico-social.
A efectos de esta reflexión, vale la pena recordar que el concepto arte es una
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� CONVERSATORIO
PENSAR CARACAS
construcción etnocéntrica3 que ha sido aplicada, en la práctica y en lo teórico, en
la llamada civilización occidental, incluyendo América Latina. Esta expansión
epistemológica representa la visión de algunos grupos sociales dominantes que
han favorecido unos rasgos por sobre otros, especialmente aquellos basados en el
culto a la individualidad creativa, sostenida sobre una estética heroica y clásica,
que define un modelo de belleza que se quiere universal y trascendental. Dentro
de la historia del arte existen pocas reflexiones que se preocupan de abordar el arte
como una categoría articulada a los cambios sociales que han fundado las institu-
ciones culturales. En general, el llamado “arte” es comprendido como una dimen-
sión autónoma, prácticamente un lenguaje que se basta a sí mismo. El abordaje
crítico sobre el sistema del arte ha encontrado mejor acogida en otras disciplinas
asociadas como las ciencias sociales, la antropología cultural y la filosofía, como
las investigaciones realizadas por Pierre Bourdieu, Clifford Gertz, Arthur Danto,
Larry Shiner y James Clifford4. Estos autores contribuyen a comprender que el
arte como lugar o segmento que se ocupa de una parte específica del quehacer
cultural solamente puede ser comprendido como un fenómeno histórico marca-
do por un proceso de secularización y autonomía que asumió esta condición ini-
cialmente como rechazo al gusto de la burguesía.
El sistema moderno del arte
La categoría “arte” forma un elemento clave dentro del moderno sistema del
arte y básicamente se constituye porque se le otorgó un poder dominante a la ma-
nera de elaborar (se privilegió el modo de representación) por sobre los referentes
(el sujeto de la representación), lo cual resulta evidente en la valoración de la lla-
mada “abstracción” en las artes visuales durante todo el siglo XX.
Lo que me interesa resaltar es que la categoría “arte”, además de definir un
segmento específico de la producción cultural, determinó un campo especializa-
do y asociado también con el gusto de determinada clase social que, en ocasiones,
le ha otorgado un carácter particular como instrumento de dominación y de con-
3. “El mecanismo primero que funciona en la valoración de la cultura es el etnocentrismo.
Etnocentrismo es el punto de vista según el cual el propio modo de vida de uno es preferible
a todos los demás. Como dimana del proceso primitivo de endoculturación, este sentimiento
es connatural a la mayor parte de los individuos, ya sea que lo expresen o no” (Melville
Herskovits citado por Mato, 1992: 41).
4. Cfr. Adorno, 1983; Bourdieu, 1995; Bourdieu, 1999; Clifford,1999; Danto, 1999; Gertz,
1994; Shiner, 2001.
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DE CARACAS
trol ideológico pues su objetivo final sería sostener las diferencias sociales que le
otorgan privilegio a la cultura “culta” o “docta” por sobre las demás prácticas cul-
turales asociadas al gusto popular.
Según Larry Shiner, el llamado “arte” es un sistema cultural que fue consoli-
dado sobre tres conceptos básicos que a su vez instauraron instituciones específi-
cas establecidas a mediados del siglo XVIII y estaban constituidas por: 1) la cate-
goría de arte constituida por la delimitación de disciplinas específicas que
privilegiaron prácticas menos manuales, dejando de lado la retórica, la óptica y
otras; 2) la noción del artista como un modelo; y 3) la experiencia estética como un
acuerdo común sobre “principio(s)” o criterios para distinguir este grupo de otros.
En esa época fue común que se describieran estas artes como “elegantes”, “nobles”
o “superiores” pero fue el término “bellas artes” de origen francés el que se impuso
y fue traducido a varios idiomas como el alemán, el italiano y el español.
La consolidación del sistema moderno de arte está determinada por la cohe-
rencia dada por la fundación de museos en toda Europa, la emergencia de un pú-
blico y un mercado que fortalecen los nuevos conceptos de “bellas artes”, de artis-
ta y de estética. Se reemplazó un sistema regulativo por otro como respuesta a las
exigencias de una nueva clase social en ascenso que requería identificarse con
nuevos modelos de representación que actuaban como reacción a un rol expandi-
do del mercado y a las nuevas instituciones y prácticas: “Las nuevas instituciones
de arte jugaron un rol clave como mediadores entre los cambios de conceptos y
contextos socioeconómicos. Instituciones como el museo de arte, el concierto se-
cular y la crítica literaria fueron el punto de encuentro entre lo social y lo ideático,
constituyéndose y reforzándose mutuamente entre sí” (Shiner, 2001: 76-77). En
esta consolidación del sistema moderno del arte y de la constitución del arte na-
cional en los países latinoamericanos, la ciudad letrada ocupó un papel funda-
mental.
La ciudad letrada y la constitución del arte nacional
El espacio público, como lo político y tradicionalmente considerado como la
dimensión evidentemente abierta a la administración ciudadana por medio de
mecanismos hegemónicos destinados a ordenar el comportamiento, está asocia-
do a la ciudad con su trama urbana que define los lugares de lo público y lo priva-
do. Pero puede plantearse que existen varias ciudades: la real, la simbólica o ideal
y la letrada. La ciudad real es la que se recorre físicamente mientras la simbólica
ordena e interpreta estos recorridos y, finalmente, la ciudad letrada es aquella
constituida por el contingente intelectual capaz de configurar la representación
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PENSAR CARACAS
de la ciudad ideal. Con sus parámetros dominantes, la ciudad letrada inscribe so-
bre los cuerpos de los sujetos el orden de un espacio urbano configurado por la re-
presentación simbólica de la modernización. Ángel Rama plantea que antes de su
construcción física, la ciudad debía existir como representación simbólica, y en
esta tarea la palabra escrita –representada por el orden cultural hegemónico– fue
la encargada de fijar las ordenanzas, desplazando a la palabra hablada a una si-
tuación de precariedad y de no legitimidad. El orden fijó así sus límites en la re-
presentación del deseo de un grupo intelectual dominante. En el centro de toda
ciudad real siempre hubo una ciudad letrada configurada por el orden de los sig-
nos, como representación capaz de activar modelos culturales públicos.
La ciudad letrada tuvo gran responsabilidad en la construcción de la cultura
nacional que se gestó a fines del siglo XIX como una disputa entre lo culto y lo po-
pular, y que terminó por diseñar posiciones hegemónicas encargadas de definir
los signos de lo local, pero dentro de los parámetros de la modernidad. El modelo
del estado-nación a fundar requería una compleja división del trabajo y una cul-
tura compartida, acuñada más allá del orden familiar y de los espacios destinados
a la educación. Además de la labor de lo escriturario, el campo visual de las estra-
tegias expositivas que antecederían la constitución de los museos, configura re-
presentaciones sociales porque distribuye lugares de poder por medio de meca-
nismos de selección que visibilizan unos rasgos mientras ocultan otros. Las
exposiciones internacionales5 forman parte del proyecto moderno de “invención
de la tradición” (según Hobsbawn) como del diseño de nuevos modelos asociados
al progreso, en la medida en que sus estrategias de selección trazan un camino que
conduce a la definición de valores culturales diferenciados –como el coleccio-
nismo– y contribuyen a la consolidación de “comunidades imaginadas” (Benedict
Anderson) o “modelos imaginarios de identificación” (Régis Debray). En este sen-
tido, la implementación de las ferias industriales y la fundación de los museos han
actuado como instituciones mediadoras entre las fuerzas económicas y sociales
que posibilitaron la definición de una élite capaz de ofrecer los signos identitarios
de una conciencia nacional y moderna.
5. Como antecedente a la creación de los museos, se deben considerar esta trayectoria
expositiva. En Venezuela el gobierno de Antonio Guzmán Blanco organizó en 1883, la Ex-
posición Nacional que conmemoraba el Centenario del Natalicio de Simón Bolívar y que era
la tercera exposición nacional en América Latina. Previamente el país había participado en
las exposiciones internacionales de: Londres (1862), París (1867), Viena (1873), Bremen
(1874), Santiago de Chile (1875), Filadelfia (1876), París (1878), y Buenos Aires (1882), lo
que posiblemente había estimulado el deseo de adquirir un aire cosmopolita al convertir a
Caracas en sede de un evento similar.
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DE CARACAS
La trayectoria expositiva a lo largo del siglo XIX, además de “legitimar la pros-
peridad” (Hobsbawm, 2002: 282), permitió ir instaurando la división del trabajo
que fundaría, con la creación del Museo de Bellas Artes6, una institucionalidad
especializada que ponía a Venezuela en una relación vis a vis con la cultura artísti-
ca europea, pues la creación de las colecciones, con las mismas obras que fueron
exhibiéndose a lo largo de este recorrido, logró la apropiación de un acervo consi-
derado “universal”, mientras se definían los parámetros de lo culto separado de lo
popular. El deseo de consolidar un arte nacional con la estructura de un sistema
de las artes sofisticado y complejo, según el modelo europeo, se asociaba a la
recomposición social de una clase burguesa con aires aristócratas. El museo como
institución que “visibiliza” un orden por medio de estrategias selectivas de des-
contextualización, responde a las exigencias de estas nuevas sociedades: la cons-
trucción de la memoria histórica reciente, el registro de la realidad natural y, por
supuesto, la representación artística capaz de registrar los nuevos valores socia-
les.
El museo con su estrategia expositiva selectiva, es un dispositivo disci-
plinatorio que complementa la labor ejercida por las constituciones, los manuales
de urbanidad y las gramáticas de la lengua, en la configuración de la ciudadanía
en el siglo XIX, según ha advertido Beatriz González Stephan7, y que tuvieron
como plataforma la labor escrituraria de diferentes instituciones como los apara-
tos del estado, la escuela y la familia. En este proceso, las exposiciones constituían
estrategias para aglutinar los elementos constitutivos de una nueva nacionalidad,
incluyendo la educación cívica y la organización social que contribuía a crear ima-
ginarios colectivos articulados alrededor de una idea de nación supuestamente
“común”. Por medio de este mecanismo, que Castro Gómez denomina “taxono-
mías pedagógicas”, se delinearon las diferencias entre lo “propio” y lo “otro”. Se-
gún este autor: “La construcción del imaginario de la ‘civilización’ exigía necesa-
riamente la producción de su contraparte: el imaginario de la ‘barbarie’”
(Castro-Gómez, 2000: 210-211).
6. En 1917 se decretó la creación del Museo de Bellas Artes y fue fundado en 1938, frente al
Museo de Ciencias, siguiendo las pautas de los demás museos en América Latina, diseña-
dos en espacios centrales de la ciudad, rodeados de parques o jardines y dentro del estilo
arquitectónico ecléctico del siglo XIX, con fuerte tendencia al neoclasicismo. En 1917 tam-
bién fue creado el Museo de Arqueología e Historia Natural que albergó la colección natu-
ralista y solamente hasta 1936 tuvo una sede definitiva, que es el actual Museo de Ciencias.
7. Cfr. González Stephan, 1996, pp. 16-47.
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PENSAR CARACAS
La naturalización que se ha hecho del coleccionismo –y del afán de conservar
todo vestigio de patrimonio cultural– ha hecho de los museos unos espacios total-
mente aceptados y válidos. En el libro ya clásico para la historia iberoamericana
de la museología: El museo. Teoría, praxis y utopía, Aurora León revisa la figura
institucional del museo desde una perspectiva crítica y, sin embargo, esencializa
la tradición y la historia, lo cual todavía parece imperar en muchas de estas insti-
tuciones: “El valor de tradición en el museo es una necesidad del hombre en su ac-
titud ante la historia, actitud basada en un profundo deseo por retener el pasado”
(León, 1978: 71).
La historia del Museo de Bellas Artes, o de los museos de arte en general en
nuestro país, como sistema de representación (Déotte) o dispositivo
disciplinatorio (González Stephan), está por hacerse pues hasta ahora contamos
con narrativas concentradas en la caracterización de sus objetos como entes autó-
nomos. En el diseño de las políticas museísticas y culturales en general, se ha favo-
recido la noción de patrimonio tangible, instituido según el tradicional sistema
moderno del arte, siguiendo las pautas que han constituido los museos europeos,
asumiendo así una realidad teórica y práctica exógena. Se privilegia lo cultural o
lo artístico incluso, como un bien y servicio, es decir, como un recurso capaz de ser
medido y, por ello, finalmente se ha hecho énfasis en el archivo, dejando de lado
los otros objetivos como “investigar”. Esto demuestra debilidades en el propio
seno institucional. Las reflexiones sobre las contradicciones del campo cultural se
producen en los bordes.
Podría señalar que en las últimas décadas se observa que la ausencia sistemá-
tica de perspectivas autocríticas inhiben el interés por atender problemas relati-
vos a la propia configuración del campo de las artes visuales y su alcance social.
Estas preocupaciones se tornan más comunes en zonas límites, como sucede con
algunas reflexiones sobre la fotografía y la publicidad del siglo XIX, o el paisajismo
de los artistas viajeros que se han elaborado desde el ámbito literario, y reciente-
mente se deben mencionar los trabajos realizados y coordinados por Beatriz
González Stephan que están abordando el estudio de las exposiciones del siglo
XIX. Mucho se ha advertido sobre el creciente dominio de lo visual propiciado por
el auge de la cultura tecnológica, especialmente mass-mediática y, sin embargo,
no parece despertarse el interés por abordar los cruces simbólicos de todas las
textualidades que conforman esa sensibilidad contemporánea, más allá de la di-
mensión de las bellas artes.
Un ejemplo de la vigencia de esta perspectiva que se inscribe en los plantea-
mientos modernistas, lo representa la afirmación de Luis Pérez Oramas reciente-
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DE CARACAS
mente publicada en El Nacional y que plantea: “La presencia esclarecedora de
Reverón en la colección permanente del MOMA –fundamental para la definitiva
consagración de nuestro artista en la historia canónica del arte moderno occiden-
tal– ha sido obra de un oficio de multitudes; pero tiene, por encima de todos, dos
autores cuya sensibilidad es un acto de generosa inteligencia: Patricia Phelps de
Cisneros y John Elderfield. Sepa la comunidad, en sus días de tiniebla y en sus días
de gloria, reconocer la gracia de este gesto y seguir la estela, enorme, de su resplan-
dor” (Pérez Oramas, 2004: B-8).
La cultura como recurso
Algunos de los reclamos que se le hace a la historia de las políticas culturales es
que no se han diseñado ni instrumentado políticas públicas que tomen en cuenta
implicaciones económicas, sociales y laborales de la producción cultural. La vi-
sión de lo cultural se sustantiviza como un recurso medible y cuantificable. Esto
también ocurre hoy en día cuando se plantea estimular las industrias culturales
sin hacer un análisis profundo de los objetivos a perseguir8.
Según Carlos Guzmán, en un texto publicado por la Organización de Estados
Iberoamericanos, el panorama no ha variado mucho desde los años setenta, sobre
todo desde el Primer Informe sobre el sector cultura 1973. Para esa época, se plan-
teaba que se evidenciaba dispersión de esfuerzos y recursos por la carencia de co-
ordinación en la ejecución, control, y evaluación de programas. También se acusa
de improvisación en la activación de procesos administrativos, reiteración de es-
fuerzos y concentración en desarrollar políticas en los centros urbanos, así como
escasa disposición de coordinar, integrar y regular acciones dirigidas a financiar
el sector. Como posible solución de diagnóstico, Carlos Guzmán propone la crea-
ción de estudios analíticos de orden estadísticos por medio del establecimiento de
un Sistema Nacional de Estadísticas Culturales, lo cual podría arrojar cifras capa-
ces de estimular el análisis. Las intenciones son buenas, pero es cuestionable la re-
currencia de una perspectiva cuantificadora de lo cultural.
Traigo esto a colación porque, así como lo cultural es una dimensión suscepti-
8. Se ha reclamado mucho que el llamado sector cultural no ha contado con recursos econó-
micos y que normalmente presenta un porcentaje muy bajo del presupuesto de la nación.
El incremento ha sido sostenido a lo largo de los años 70, 80 y 90 (en 1972 representaba el
0,21% del presupuesto nacional y en 1991 alcanzó el 1,29%) aunque desde 1994 presenta un
declive. Esta materia de discusión preocupa a muchos intelectuales pero es posible que ese
no sea el mayor problema, sino la definición de políticas diversificadas.
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PENSAR CARACAS
ble de revisiones, al igual que el arte, otros conceptos eurocéntricos como “desa-
rrollo” deberían también someterse a una conceptualización más enraizada en la
realidad local. Lo que es rescatable en las reflexiones de este sociólogo es su críti-
ca, que comparto, al privilegio de la política difusionista, que por su condición
meramente sostenida en poner a circular los productos, ha desatendido la produc-
ción de sentido. También Guzmán reconoce que tanto el INCIBA como el CONAC
se han sostenido sobre el modelo de bellas artes, y aunque desde su creación, el
Conac intentó superar la acción difusionista, finalmente no ha estimulado nuevas
perspectivas. Cuando se favorece el modelo de bellas artes de manera “naturaliza-
da” se está al mismo tiempo aceptando la división tradicional de arte /artesanía,
arte culto /arte popular ya mencionada.
El valor de las prácticas culturales o de la “cultura” se mide a partir de las esta-
dísticas que arrojan anualmente las instituciones existentes, sobre todo en lo rela-
tivo a la audiencia. Finalmente la inversión del estado termina asumiendo la con-
tradicción de estimular la cultura del espectáculo, que bien desarrollan las
industrias culturales masivas –como el cine, la televisión y las instituciones priva-
das en general– dejando de lado sus objetivos más centrados en estimular la inte-
gración latinoamericana desde una mirada contextualizada históricamente.
La visión museológica se ha ido transformando pero todavía existe una distan-
cia entre el deseo y la puesta en práctica. Armando Gagliardi, en un texto titulado
Los museos y el público, actualmente publicado en la página web de la Dirección
de Museos9, reconoce que actualmente estas instituciones han cambiado: “En la
actualidad, el museo es considerado como un medio de comunicación que tiene
que llegar a un público cada vez más amplio. El museo tiene una función educativa
y el público es su máximo cliente; por lo tanto, sus políticas deben estar dirigidas a
la captación y estudio de ese público” (Gagliardi). Considero que el análisis del
público de museos debe ir emparentado con un estudio de los imaginarios socia-
les de orden colectivo, porque de lo contrario, se seguirían implementando políti-
cas culturales “desde arriba”, a partir de previas visiones del arte o de la cultura
que deberían “culturizar” o “civilizar” a las masas supuestamente ignorantes. Si
esta es la premisa que continúa vigente, el estudio de público de museos se va a
parecer al raiting televisivo que simplemente persigue acondicionar a la audien-
cia hacia determinadas ofertas que responden a intereses mercantilistas bien es-
pecíficos.
Uno de los retos que se nos plantea hoy en día es revisar críticamente la histo-
9. http://www.museosdevenezuela.org/index.shtml
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DE CARACAS
ria del espacio público y el rol de las instituciones culturales sobre todo cuando
predomina la noción de “opinión pública” construida desde el poder de los medios
hegemónicos de comunicación social, que se han apropiado de la esfera política,
sustituyendo el rol de los partidos políticos. Son justamente los medios de comu-
nicación masiva como la televisión, los que activan lo político en las representa-
ciones contemporáneas más próximas al espectáculo, y “homogeneiza» los deseos
de los sujetos en una aparente neutralidad de los discursos periféricos, porque lo
público se ha ido orientando hacia la «exhibición» en puesta en escena de lo per-
sonal. Es decir, lo político y lo público se han subvertido como significado para ser
suplantado como simple dispositivo de exposición y así dejar que todo quede
igual.
Crisis del sistema moderno del arte
Pero hoy en día enfrentamos una crisis del sistema moderno del arte en la me-
dida en que se ha vuelto inestable y a partir de esta situación, parece necesario re-
pensar el rol del arte en nuestro contexto. Desde los años 70 del siglo XX, desde
diferentes ámbitos, y sobre todo desde el llamado “arte contemporáneo”, se vie-
nen realizando una serie de reflexiones sobre el campo representacional, cuestio-
nando justamente la supuesta autonomía del sistema del arte y ampliando el cam-
po de reflexión hacia lo social, sobre todo por un interés en superar la distancia
entre la producción y el público que cada vez se ha hecho más insondable.
Arthur Danto, estudioso del tema, fue uno de los primeros –junto a Hans Bel-
ting– que de manera explícita enunció la “muerte del arte”, inspirándose en el
enunciado realizado por Hegel, pero con la finalidad de elaborar una crítica a la
pintura de los años 80 del siglo XX. Este “fin del arte” describiría prácticas que
irrespetan la historia del arte como una progresión de formas y a la vez, apuntaría
a una disolución de la idea de arte moderno, concentrada en la configuración de
un campo autónomo. Según Danto: “Mi opinión no era que no debía haber más
arte (lo que realmente implica la palabra «muerte»), sino que cualquier nuevo
arte no podría sustentar ningún tipo de relato en el que pudiera ser considerado
como su etapa siguiente. Lo que había llegado a su fin era ese relato, pero no el
tema mismo del relato” (Danto, 1999: 27). Según este autor, alrededor de los años
70 del siglo XX comenzó a aparecer una conciencia capaz de diferenciar entre la
autorreferencialidad del arte moderno y las nuevas prácticas que intentaban
aproximar el arte a la vida cotidiana, y que podríamos definir como “arte contem-
poráneo” –o “arte posthistórico” para Danto–, que más allá de una caracteriza-
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ción temporal o estilística, insertan nuevos modos de producción que apuntan a la
interdisciplinariedad, amalgamando lo visual con lo lingüístico, así como con
otros aspectos de orden social y científico. A partir de estas experiencias cada vez
resulta más difícil hablar de “obra” y parece más pertinente describir “procesos”.
Y sobre todo, hay un rechazo a la tautología representada por el modernismo.
Para Arthur Danto: “el arte contemporáneo ha pasado a significar el concebi-
do con una determinada estructura de producción no vista antes, creo, en toda la
historia del arte. (...) En mi opinión no designa un período sino lo que pasa des-
pués de un determinado relato legitimador del arte y menos aún un estilo artístico
que un modo de utilizar estilos” (Danto, 1999: 32) y plantea esto porque considera
que este tipo de arte está marcado por las prácticas de la apropiación10 de la propia
historia del arte como un reservorio a explorar, a fin de construir nuevos significa-
dos, lo cual implica una ruptura con la historia del arte como una posible evolu-
ción de las formas sobre la base de una idea de progreso, y al mismo tiempo, repre-
senta una erosión de la figura de autoridad del artista y de la obra como objeto
trascendente.
El arte contemporáneo como rebeldía discursiva
o actividad crítica contextualizada
Muchas prácticas culturales contemporáneas que se inscriben en esta actitud
revisionista del sistema moderno del arte podrían definirse como rebeldía
discursiva o actividad crítica contextualizada, sobre todo en América Latina, don-
de los modelos no se han implementado de manera ortodoxa porque responden a
problemas socioculturales específicos que incluyen las asimetrías con respecto al
escenario de reconocimiento internacional. Esa trayectoria de lo artístico como
dimensión transgresora, que por sus distancias con los modelos hegemónicos ha
sido causante de que nos hayan tildado de “cultura secundaria adscrita a la copia”,
debería ser reforzada por las estrategias de apropiación que propone el arte con-
temporáneo. Personalmente considero que debemos asumir positivamente nues-
tra tradición crítica, incluyendo la experiencia de la antropofagia brasileña acti-
vada desde los años 1920 y: “Reciclar lo ajeno puede llegar a ser una estrategia
transgresora si su operación está orientada a confiscar para uso propio, mientras
10. La imagen “apropiada” apunta al hecho de: “apropiarse de imágenes con significado e
identidad establecidos y otorgarle nueva significación e identidad” (Danto, 1999: 37).
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cuestiona los cánones y la autoridad de los paradigmas hegemónicos”
(Hernández, 2002: 173).
En estos tiempos parece necesario considerar la rebeldía como una estrategia
cultural. Julia Kristeva, psicoanalista francesa, plantea que frente al nuevo orden
económico mundial “normalizador y falsificable” resulta pertinente activar una
actitud crítica:
“Hay urgencia de desarrollar la cultura-rebeldía a partir de nuestra herencia
estética y de encontrarle nuevas variantes. Heidegger pensaba que sólo una reli-
gión podía salvarnos; frente a los impases religiosos y políticos de nuestro tiempo,
podemos preguntarnos hoy en día si acaso una experiencia de rebeldía no sería la
única susceptible de salvarnos de la robotización de la humanidad que nos está
amenazando” (Kristeva, 1999: 21).
Esta rebeldía o crítica contextualizada pasa, como se ha planteado, por la pro-
pia revisión de las posibilidades de existencia y en este sentido, cada vez es más
visible encontrar relaciones entre el arte contemporáneo y la comunicación. Las
fronteras estrictas entre ambas disciplinas a veces se tornan confusas aunque
existen algunas diferencias.
Arte y comunicación: fronteras difusas
La comunicación tiene características específicas que obedecen a una
intencionalidad previamente fijada. La comunicación social “trata” la materia
informadora según dos objetivos específicos: la eficacia y la economía de medios
con la finalidad de que el mensaje alcance la mayor transparencia. Su mayor ejem-
plo de normalización estaría representado por las señales de tránsito. Aunque el
arte también puede emplear estos recursos, se diferencia básicamente porque su
codificación nunca alcanza una “universalización” explícita que no genere dudas
de reconocimiento de parte de los receptores. Y sin ánimo de adentrarme al terre-
no de la estética, que es la disciplina que se encarga de estos problemas, es necesa-
rio señalar que en el arte hay un “derroche” que rebasa cualquier funcionalidad
específica y unívoca, lo cual también roza los límites de la comunicación. Sobre
esto, René Berger aclara que además de orientarse a transmitir un mensaje deter-
minado por medio de la tendencia reiterativa y de economía de medios, la comu-
nicación también apunta a otro objetivo que no deja de ser importante: “la mani-
festación de la presencia en común. El intercambio, por denominarla con otro
nombre, es el fenómeno mediante el cual los seres, no sólo comunican, sino que se
sienten en instancia de comunicar. De modo que el mensaje pueda considerarse,
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o bien como un dato –así lo considera la teoría de la comunicación–, o bien como
un fenómeno en vías de constitución. En instancia de emisión, siempre es una ac-
ción personal, individualizada, dramática, vivida por un ser que le confiere un
momento único de su historia. De su fuente arranca la actividad artística” (Berger,
1976: 65-65).
El arte y las experiencias comunicacionales que reconocen las limitaciones del
sistema cultural, se relacionan con el mensaje en instancia de emisión y no expe-
rimentan el estado límite que sufre la información. Según René Berger: “la comu-
nicación llevada a su punto de inteligibilidad límite produce una
deshumanización que se caracteriza por una mengua progresiva de la presencia”
(Berger, 1976: 67). Frente a esta situación, la función del arte, es revitalizar la in-
formación porque no puede corresponder de manera totalmente adecuada a un
significado preestablecido.
A diferencia de los mecanismos estrictamente comunicacionales, el arte con-
temporáneo recurre a los medios –o técnicas de transmisión- para muchas veces
cuestionar sus capacidades comunicativas y no para ponerlas en función de cons-
truir su mensaje siguiendo una técnica que le facilitaría la adecuada transmisión,
y allí radica su diferencia con la propaganda.
Los sistemas de representación cambian de acuerdo a las transformaciones
que experimentan los imaginarios colectivos. Berger reconoce este fenómeno
cuando dice: “En cada época nacen aspiraciones que, al emancipar los mensajes
de su normalización, nos proponen sistemas de emisión y sistemas de transmisión
nuevos que construyen lo real” (Berger, 1976: 68). Con la modernidad se estable-
ció un continuo desgaste de los códigos en todos los ámbitos comunicacionales y
por ello asistimos a una renovación de códigos de manera permanente, represen-
tada por algunas prácticas artísticas innovadoras frente a la normalización
valorativa del mercado, y que influyen, en otras disciplinas como la publicidad.
Berger lo reconoce cuando dice: “Perpetuamente amenazados por el desgaste de
la «codificación», los signos vuelven periódicamente a refundirse por esa obra de
regeneración que es el arte. Así lo demuestra a su manera la publicidad, a condi-
ción de precisar que ésta se diferencia de la poesía por apuntar siempre a una fina-
lidad económica; pero, por lo que se refiere a las modalidades, está claro que la
publicidad persigue claramente el objetivo de revitalizar la información por todos
los medios” (Berger, 1976: 68).
La obra de arte es polisémica y por ello, toda reducción a interpretarlo como
una discursividad unívoca es una desnaturalización, tal como ha planteado el
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moderno sistema del arte que ha enfatizado una lectura historicista sustentada en
la evolución de las formas.
Dinamizar el campo del arte local
A partir de esta reflexión sobre el propio desenvolvimiento del arte contempo-
ráneo como rebeldía discursiva o crítica contextualizada, podríamos activar ex-
periencias que permitan dinamizar el campo del arte contemporáneo local y el rol
de las instituciones con la finalidad de revisar los modelos culturales con los cua-
les hemos constituido nuestro campo representacional, y así comenzar a superar
las viejas dicotomías o polaridades que han servido para crear lugares de discri-
minación (como mente-cuerpo, izquierda-derecha, masculino-femenino, centro-
periferia, etc,), lo cual pasa por la puesta en práctica y el reconocimiento de mode-
los híbridos, y cuestionar de manera activa y permanente todos aquellos estatutos
que hemos “naturalizado” como verdades establecidas.
El campo artístico en nuestro está marcado por el signo de una tensión que,
por una parte, aspira sostener la autonomía disciplinar, y por otra, desea expan-
dir su acción hacia la trama social de la vida cotidiana. El movimiento que ejerce
presión hacia fuera del sistema está marcado por la acción de una serie de artistas
–o agentes artísticos- que apuntan hacia la interdisciplinariedad, rompiendo con
los géneros tradicionales, por medio de la articulación de elementos de diversas
procedencias, para ir más allá de los temas del arte mismo, alejándose así de las
características del arte moderno con el objetivo de dejar una huella en lo social. De
alguna manera todos estos agentes producen discursividades que intentan am-
pliar tanto los códigos institucionalizados de las artes visuales como su sistema
valorativo, y la mayoría no ha hecho concesiones con el mercado. Varios de ellos
han logrado reconocimientos, incluso internacionales, pero mantienen su diálo-
go activo el campo de las representaciones sociales, lo cual contribuye a reconocer
en lo artístico una condición desafiante11. Estos planteamientos apenas mencio-
nados, trabajan sobre materialidades negadas u olvidadas y a la vez, cuestionan
modelos hegemónicos, desestabilizando así la autonomía del sistema artístico
11. Para los autores más comprometidos con los estudios latinoamericanos sobre cultura y
poder, la dimensión estética a valorar en estos tiempos es aquella que justamente cuestiona
los modelos dominantes y sobre todo, la homogeneización simbólica que favorece el mer-
cado (Cfr. García Canclini, 1999). Esta visión del arte también ha sido cuestionada por crí-
ticos inscritos en el mainstream como Robert Hughes quien ha comentado: “el mercado
nada tiene que ver con la vitalidad cultural” (1992: 30).
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moderno que se había concentrado en recrear un universo visual concentrado en
sus propios códigos, totalmente alejado de la referencialidad social, considerada
anecdótica.
Sin embargo, esta actividad transgresora queda absorbida por los mecanis-
mos de canonización que continúan dictando pautas sobre su comportamiento.
Se sostiene así una paradoja que marca a estas prácticas artísticas con la asimila-
ción de las normas hegemónicas, con el fin de asegurar su existencia, ya que los
espacios institucionales son los que se atribuyen la propiedad de su desenvolvi-
miento, puesto que es allí donde adquieren visibilidad. Esta situación es especial-
mente palpable en Venezuela, donde son prácticamente inexistentes e irrisorios
los espacios para plantear experiencias alternativas12.
La importancia que tiene hoy en día lo cultural y el campo artístico como posi-
bilidad de contribuir a la activación de nuevos modelos de ciudadanía, debe ser
tomada en cuenta. Las palabras del artista y crítico español Marcelo Expósito re-
sultan pertinentes: “Se requiere, asimismo, cobrar consciencia de que es precisa-
mente a través de la cultura y de las políticas institucionales que afectan al ámbito
del arte, a través de los solapamientos entre cultura, política y economía, que mu-
chas de las mutaciones de nuestro tiempo se efectúan. Reconocer este hecho en
todas sus consecuencias implica, para todos nosotros, un tipo de responsabilidad
social ineludible: tales mutaciones, que en sí mismas constituyen una
complejización de las formas de sociabilidad y de cooperación en la producción de
la vida, pueden ser profundizadas en un sentido emancipatorio, o al contrario con-
ducidas hacia formas hasta ahora impensables de sobreexplotación y dominio. El
arte y la cultura no pueden dejar de sentirse afectados por el hecho de que es en su
espacio como instituciones sociales donde se libra decisivamente este conflicto”
(Expósito, 2002: 56-57).
Frente a estas tensiones parece urgente estimular una actividad crítica que
desestabilice la autonomía del campo por medio del abordaje de las prácticas ar-
tísticas desde perspectivas transdisciplinarias capaces de poner en evidencia las
relaciones de lo icónico con otras textualidades. Este cuestionamiento crítico o
12. Durante un par de años funcionó un espacio alternativo denominado LAC (Laboratorio
de Arte Contemporáneo) , dirigido por la artista Diana López. Este se configuró como lugar
de encuentro y diálogo informal pero sistemático. También deben mencionarse las expe-
riencias realizadas por Dulce Gómez y Luis Romero en casas abandonadas, además de la
experiencia conocida como La Llama y las reuniones eventuales en La Junta, el taller de la
artista Sandra Vivas. Sin embargo, estas actividades no han dejado de pasar de una reunión
de amigos y no han contribuido a cambiar la sensibilidad del público ni de los propios artis-
tas, que siguen subsumidos por el poder institucional.
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desconstructivo podría contribuir a estudiar críticamente la constitución y rea-
firmación de nuestro sistema cultural y revisar la historia de las representaciones
sociales de lo que concebimos como América Latina, permitiendo así reconocer
discursividades transgresoras que pudieron ser mal interpretadas en su momen-
to y que no tuvieron la posibilidad de contribuir a promover otros saberes. En este
sentido, resulta importante reparar en la perspectiva de Román de la Campa
cuando plantea que: “estas relecturas, en última instancia, nos llevan a pregun-
tarnos si nuestro pasado no ha sido una mala construcción de malas lecturas o lec-
turas propensas a ciertas estructuras del pensamiento que forman parte de la con-
dición neocolonial y, por ende, lo producen” (de la Campa, 1999: 37). Esta
perspectiva puede contribuir a diseñar políticas culturales más acordes a las ne-
cesidades de estos tiempos.
En esta tarea crítica deberían participar todos los agentes que constituyen el
sistema cultural como artistas, críticos, investigadores, comunicadores, historia-
dores de arte, filósofos, funcionarios de las instituciones culturales, promotores,
así como las industrias editoriales, el disco y audiovisuales, a fin de ampliar las
políticas y diseñar nuevas categorías y posiblemente también nuevos estatutos es-
téticos más acordes con las necesidades socioculturales contemporáneas. El reto
es atender la existencia de un campo institucionalizado sobre un respectivo canon
que lo organiza, desenmascarando sus constantes mecanismos de exclusión, con
el fin de ejercer un movimiento liberador hacia dentro y fuera del sistema, mos-
trando sus quiebres, y contribuyendo a reformular los valores que siguen sostenien-
do desigualdades simbólicas que terminan afectando a todo el campo cultural.
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