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PÁJAROSLÓ EDITORA

Pájaros en la Frente Antología de Poesía 2011

Pájaros Locos

09/12/2011

Taller literario Pájaros Locos coordinado por Romina Freschi

[email protected] www.pajarolocos.blogspot.com

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Pájaros en la frente

Antología de Poesía 2011

Pájaros Locos

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Pájaros en la frente- Antología de Poesía 2011- Pájaros Locos

Edición a cargo de Romina Freschi – Taller de Poesía Pájaros

Locos

Pájaros Locos 2011- Marimé Arancet - Valentina Bonelli -

Violeta Cangianelli – Karina Cartaginese– Ana Claudia Díaz –

Carolina García – María Gutiérrez – Alina Muszak - Juan

Previgliano- María Laura Romano – Natalia Romero – Mónica

Rosenblum – Alicia Saliva- Romina Freschi

Crayones y Acuarelas: Luisa Pedreira Freschi

Tapa y Viñetas: Eduardo Zabala

Poema prólogo: Máscara de algún dios – Blanca Varela

pájarosló editora

[email protected]

www.pajaroslocos.blogspot.com

Buenos Aires, diciembre de 2011.

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Máscara de algún Dios

Frente a mí ese rostro lunar.

Nariz de plata, pájaros en la frente.

¿Pájaros en la frente?

Y luego hay rojo

y todo lo que la tierra olvida.

Humedad con poderes de fuego

floreciendo tras las negras pestañas.

Un rostro en la pared.

Detrás del muro, más allá de toda

voluntad,

más lejos todavía que mirar y

callar:

¿qué?

¿Siempre hay algo que romper,

abolir o temer?

¿Y al otro lado? ¿Al revés?

Vuela la mano, nace la línea,

vibrante destino, negro destino.

Por un instante la melodía es clara,

parece eterna la tarde,

purísima la sombra del cielo.

Vuelvo otra vez. Pregunto.

Tal vez ese silencio dice algo,

es una inmensa letra que nos

nombra y contiene

en su aire profundo.

Tal vez la muerte detrás de esa

sonrisa

sea amor, un gigantesco amor

en cuyo centro ardemos.

Tal vez el otro lado existe

y es también la mirada

y todo esto es lo otro

y aquello esto

y somos una forma que cambia con

la luz

hasta ser sólo luz, sólo sombra

Blanca Varela

Todos los años

A fin de año, todos los años

aparece la inquietud de la

muestra, del corte y el balance

en el taller. A veces es una

revista, a veces un megafestival,

otras fue una performance,

varias veces, como hoy, es una

antología. Y sin embargo,

siempre es tan nuevo, tan

diferente. Aún cuando lxs poetas

sigamos siendo los mismxs, cómo

mostrar, qué mostrar, y sobre

todo, cómo hemos trabajado es

un derrotero siempre nuevo, un

surco marcado a fuerza de

elecciones puras, reales, por eso

mismo irrepetibles. Vuela la

mano, nace la linea, vibrante

destino, negro destino. Por un

instante la melodía es clara…dice

el poema a nuestro lado, y en ese

ir y volver del silencio, en el

vaivén del tal vez que proponen,

primero la vida, y después, la

poesía, vamos fundiendo una en

otra, como metales preciosos,

como alientos de amor y de

muerte.

Tal vez, dice Blanca Varela,

entre la luz y la sombra y entre

la luz en la luz.

A cada lado, su parte de verdad,

de amor, de muerte. Cada cual

verá y en ese cada cual está la

Antología. Y hoy es aquí flor

que es pájaro, que es montaña,

vaca, nabo, viento, madrugada,

brazo, padre, araña, hermana,

madre,trigo, rama, mapa, volcán

cumbia, refugio, santuario, reloj

de arena o de sol, gesto, costa,

té, caldo. A todos los pájaros,

gracias por el vuelo!

Romina Freschi

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Índice

Máscara de algún dios – B. Varela/Todos los años – R. Freschi………….3

Marimé Arancet ……………………………………………………………7

Valentina Bonelli...………………………………………………………...11

Violeta Cangianelli………………………………………………………..15

Karina Cartaginese………………………………………………………..19

Ana Claudia Díaz....……………………………………………………….22

Carolina García…………………………………………………………...25

María Gutiérrez……………………………………………………………28

Alina Muszak…………………………………………………………….. 31

Juan Previgliano………………………………………………………….35

María Laura Romano…………………………………………………….39

Natalia Romero…………………………………………………………..43

Mónica Rosenblum……………………………………………………….47

Alicia Saliva……………………………………………………………… 51

Romina Freschi……………………………………………………………55

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Marimé Arancet Ruda

Hospitalización de emergencia

Así ingresó la Paciente esta fría

madrugada, en la Unidad de Cuidados

Intensivos:

en silencio respirando, no hizo falta conectarla a pulmón artificial,

dedos con rastros de látex, algo de leche y remolacha en jugo,

espuma manando por la boca quieta, como el Endriago, toneladas

de tierra en el estómago, y pedazos de papel sobre los ojos pegados.

Aunque carente de documentación

personal, parecía ser la misma

imputada por comunicación

forzosa.

Una vecina la trajo.

Se creyó estaba en coma, sin embargo

el escaneo cerebral reveló

perfecta actividad incesante de ambos

hemisferios, increíble labor

de natura u oración.

Propusieron gran variedad de acciones

terapéuticas innovadoras según se detalla:

1/ Pasarle el viento Zondai por sonda

hasta reabsorber toda la pena salina

que obstaculiza la marcha.

2/ Diluyentes inyectables

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por vía endovenosa,

líquidos que la rehidraten

-tratamiento prolongado-

hasta volatilizar

tan alta concentración.

3/ A fin de neutralizar

Inanizar acudiendo

al banco de donadores

de nada.

4/ Inmediatamente

para hacerla funcional

inducirla a desarrollar

consonancia con las plantas.

Bien regada amorosamente a diario

con base y humedad

se esperaría creciera

hasta

la completa

remoción

de todas las adherencias

añadidos y sobrantes

que la atascan.

5/ En pro de favorecer

la movilidad, rodearla:

de día con caracolas

circulares borrasombras,

cintas rojas

bordeaux fucsias y azules

ondulantes y rizadas;

ponerla

en un arnés continuado

roll adelante y atrás.

Y por las noches mecerla

en una hamaca vienesa,

arrullarla con Vivaldi

y Variaciones Goldberg.

6/ A media rehabilitación,

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kinesioterapia y mensura espiritual

combinadas,

enseñarle a abrir y cerrar, a entrar y salir,

todo, en fin, para que asuma

el vaivén estacional.

Y brindarle -fase tres-

una silla topadora

que aplane toda excrecencia que le impida desplazarse

-se admite

que hay efectos

secundarios

peligrosos-.

7/ Para poder caminar, finalmente,

insertarle una prótesis

temporaria:

colocarle

pesados zapatos férreos

que la obliguen a aumentar

fuerza preciosa de avance

para apisonar terrones

justo en medio del desbaste,

hasta cambiar el pelaje

mudar plumas

y dejar,

por último,

los zapatos

ya enterrados

bien atrás.

Durante la Junta Médica en un

populoso nosocomio urbano,

debatiendo las terapias químicas

kinésicas, quirúrgicas o psi,

la flamante interna desaparecióii.

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ILa penetración de masas de aire desde el oeste y la influencia de la cordillera

de los Andes originan el fenómeno regional conocido como viento Zonda. Este

viento sopla reseco y caliente, colándose por todas partes y afectando a

personas y cultivos al quitarles por completo la humedad. A su paso todo lo

cubre de tierra, al punto de que nada se distingue visualmente. Cuando la

tormenta (pl. del lat. tormentum > „tormento‟) viene tronando muy fuerte, sólo

el oído y el tacto permiten diferenciar entes, superficies y vacíos. „Zonda‟

significa „cielo alto‟, de donde viene.

II “Desapareció”. Se ha consultado el url http://www.missingpeople.org.uk/.

“Abran los ojos, porque son legión” dice el encabezado del mailing para

buscarla.

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Valentina Bonelli

*

Gorka

Ahogada por fumar tus frustraciones

Lisiada por seguirte en tus tropiezos

Deforme por mirarme en tus errores

Me visto en mi traje de montaña y

con un triple salto mortal

salgo de tu pozo engualichado

Veo de lejos mi sombra que se alarga

tus piecitos que se achican

en mi huida hacia lo alto

Desde hace tiempo empecé a hablar otro idioma

Gorka te dije que me llames

No entendiste.

Una montaña amable

tierna pero amarga

Ahora buscás mi refugio

pero mis cuevas blandas

como las celdas de un loco

se hicieron negras y frías

Perdiste el camino a la salida

Rompiste todas las llaves

Las señales escritas

en otras lenguas

Yo me cansé de compartir

mi fuerza

Yo me cansé de explicarte

las palabras.

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*

Te habías empeñado en ser más sabio

Para este año habías prometido

plantar un árbol

treparte a la copa

y dormir una siesta

en la rama más grande

Compraste un bonsái

que hoy se seca en la cocina

Conociste Nueva York por Woody Allen

París en un Powerpoint con Piaf

volaste en aladelta por youtube

Todo tu universo entraba

en veinte metros cuadrados con wifi

y habría sobrado espacio para

un piano de cola que usarías de perchero

Te miré después del ajenjo y te dije:

Me siento montaña

Con una carbonilla

hiciste un retrato de los dos

Vos eras vos

Yo, una montaña giottesca

de papel maché

en medio del living

*

Agotada de pisar mierda descalza

los abandonos

los amagos

de la muerte sentada en mi living

confianzuda

tomando mis cervezas

haciendo chistes malos

en las fiestas familiares

otra vez

calzarse el uniforme de toro

arremeter contra lo rojo

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como me enseñaron

aunque sólo veo en blanco y negro

otra vez

avanzar y caerse

y levantarse bramando

avanzar y caerse

y levantarse bufando

cuando lo que más quiero

es hacer la gran Walt Disney

comprar un sommier con freezer

y dormir un par de años.

*

Limes

Dejo afuera mis gárgolas

marcando tu entrada.

Lamo el marco que te hace arte.

Beso la cáscara que guarda tu pulpa.

Juego en tus bordes,

donde el goce es menos obvio

y te desquicia.

Dibujo en tus contornos

monstruos y pesadillas.

Huyo de lo visto.

Voy a las orillas.

Bailo.

Soy la forajida que te arrastra

a mi desierto

Quiero que entiendas poco.

Causarte un placer raro.

Que moleste.

Muerdo tus huecos poplíteos

Lleno tus omóplatos de uñas

Tus ingles esconden

un idioma que yo invento.

Tus labios son frontera y purgatorio.

En tu lengua se posa un universo.

Lo rechazo y lo desato.

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*

nunca tuviste una buena relación con la resaca

nunca entendiste

la importancia de ese caos sereno

después del otro caos

camino natural

hacia un orden certero

nuestro yo más despreciable

la borrasca deja su resaca

algo puede reciclarse

el olor a tierra mojada y su compost

vómito que limpia

migraña que esclarece

de ahí algo también brota

ese aroma a cosas vivas

que abre los poros

reconstruir en el día

los restos que caen de la noche

el retroceso mentiroso de las olas

que dejan secuelas en la arena

lo que dejó la crecida

perdido en las costas

tu empeño en rescatar algo

de nuestra resaca

el tesoro arrastrado

enredado en el limo

a medio camino

entre el mar y la tierra

podredumbre de la que puede salir algo digno

malestar que cura

hoy yo soy resaca

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Violeta Canggianelli

Como el amor de la vida de un perro grande (Fragmentos)

*

Tercera ensoñación

“A mi lado, brotó un ser, del sexo femenino,

de cuatro o cinco años, el rostro redondo, oscuro, de pelo corto. Habló en un

idioma que nunca había oído pero que entendí. Me pregunto si yo existía de

verdad, si tenía hijas (…)”

Marosa Di Giorgio

El balanceo del caramelo en mi lengua me condujo ese verano a mi

ser perra negra.

Mi espalda de porcelana clarita quedó desolada y virgen los años

que estuve esperando algo de esos perales rosados. Como verdades

de pura crueldad, esa madrugada nacieron tres aceitunas del olivo

que sembré en mi balcón de bondades.

Los conductos hoy huelen a lavanda fresca. Brota de mi voz el

idioma brillante de las estrellas al aire libre que iluminaron mi

falda.

Son niñas que sueltan sus collares de hilos dorados y muestran algo

de mi amor desmesurado. Como el amor de las perras a solas con

sus hijas cachorras encima.

Y siendo suavizadas tanto por esos ecos risueños y selectos de

alguna otra perra más virgen.

La eterna calaña desmedida que no sueña.

El morir de perra sucede en ese instante y allí aparece la ausencia.

(…)

*

Los cierres de niña

De los cinco a los siete años me dediqué a coleccionar cierres en

variados colores, tamaños y calidades, siempre en sus bolsitas con

trampa de papel contrastante y con sus envoltorios cerrados que

dieran cuenta de su hermetismo y calidad. Nada de cierres sueltos.

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Nada de cierres sin sus bolsitas. Todos comprados en negocios afines

y guardados en cajitas con tapa.

Como cualquier coleccionista, recuerdo detalles de esos momentos

de tocar y guardar esos cierres y distinguir sus cualidades. Cierres

verdes, marrones, rosados, juntos y atados. Ninguno abierto ni muy

gastado. Contados y cerrados para ser estudiados en sus paquetes.

Ninguno sacado de su sitio ni solo. Cierres marchitos.

Era mi vieja que me acompañaba a comprarlos y era algo del duelo

que me hacía guardarlos en esos estuches y cerrar la cajita con

tantos cuidados. Veo en su cara a mi niña. Veo en la entrada de la

galería a mis cierres guardados.

La otra cajita que guardo es la de los viernes: azul por fuera y sin

pintar por dentro. La vi cerrada, entreabierta y sin tapa pero

siempre mostrando alguna sorpresa. Algo secreto e inesperado, ella

me mostraba algo que todavía quedaba de mi inocencia.

(…)

*

Mas rosas doradas me acompañan

Fue la naturaleza la que me puso en este lugar en la historia.

Nunca se borró de mí la voz de mi padre llorando ni me salvó la

cobarde memoria de ver tanta injusticia por el túnel de la tragedia

en mi casa.

Supe quedarme callada en ese momento y a preguntar sólo cuando

me inquietó su ausencia y el dolor de los ojos de mi madre. La

ausencia de hermana nunca se me evidenció en algún gesto

premeditado.

Supe de la tragedia en el silencio de las noches del invierno que vino

más tarde.

Esa araña se suicidó en tanta bondad. La marca de su pierna quedó

picando en mi aire.

Yo la aplasto y la fulmino cada mañana con la palma de mi mano

desnuda. La entierro y la miro morirse. Ella picó su sangre y se

escondió en su líquido rosado oscuro. El pelo de su cabellera quieta

se volvió más negro y sin vida. Esa picadura se ponía cada hora más

oscura y arrugada y la miel de su piel se volvió su trampa.

Fue una mañana en la Plaza Alemania. Ella vino de juntar las

hojas para su herbario de segundo grado, ya picada. La misma

araña amenazante y protectora con veneno natural y con mirada

cómplice que ahora vive en mi azotea.

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No hay mar que me devuelva a marina, no hay olas que me

devuelvan a mi hermana, ni que le borren la picadura en su pierna,

ni la araña pinchuda escondida que la atacó entre las hojas teñidas

de ese otoño.

Años dorados alegres que marcaron mi río y mi sal. Nunca se

interrumpió el amor compartido de hermanas desiguales, hermanas

violetas, hermanas de la naturaleza y del viento. Hermanas

hermanadas viviendo en otro país, en otra laguna y en otro mar.

Doradas de cada una, con su inicial bordada en la ropa, en el pan

servido, en el guardapolvo blanco planchado con apresto. Mi

hermana podría haberse llamado Margarita pero se llamó Marina y

su presencia marina me acompañó mis primeros cinco años de vida

acompañada.

(…)

*

Mi madre yendo a París en barco

“Caer en un vacío es señal del abandono de la madre”

Louise Bourgeois

Cuando tenía nueve meses mis padres decidieron cruzar conmigo y

mi hermana, el océano atlántico en barco: Eugenio C se llamaba el

buque y tenía varias piscinas con sus solariums en la cubierta. El

camarote donde dormíamos, tenía las obvias ventanas redondas que

estaban cerradas y mostraban la inmensidad del agua que tiene

muy lejos al mar y la costa de europa.

El relato de cuando aprendí a caminar al lado del Río Sena de la

mano de mi viejo, siempre me dio vergüenza de contarlo y ese

verano, me hizo pensar en la posibilidad de volver a caminar por

ahí, de la mano de alguien y con más agua al costado.

De ese viaje, sólo puedo recordar las imágenes de las fotos que

sacaba mi viejo, nuestras caras mirando vidrieras en las jugueterías

decoradas de navidad y la vuelta en avión llorando. Las

diapositivas de los recorridos que hacíamos los fines de semana por

las ciudades pegadas a Francia son imágenes de paisajes y castillos

en blanco y negro.

Cuando volvimos tuve un cuarto compartido lleno de muñecas con

vestidos remendados a mano con sus puntillas y cintas de encaje

planchados por mi vieja que parecían recién comprados. Tuve ropa

bordada a mano y una ventana llena de flores y cactus comprados

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en el jardín japonés con sus piedritas coloridas para alegrar algunas

miradas.

Tuve vacaciones en la montaña, en la nieve y en el mar. Las únicas

vacaciones que recuerdo del mar, me encontré con la voz de mi

madre distinta. La voz de una mujer que enfrenta, que asume la

postura de un reloj de arena o la defensa que tienen los erizos.

Algo de todo esto así de borroso, tiene un tinte color rosa clarito y

cumple la función de un volcán que de noche, ilumina mi bosque.

(…)

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Karina Cartaginese

*

Blanca

azalea

baila gitana

en la vereda

su sexo silvestre

de blancos pétalos

abiertos

en el calor de la tarde

un oasis

un espejismo

refleja los bailes

y los jardines

más deseados

más besados

azalea

baila gitana

en mi frente

ya no hay rejas

la tarde merienda

su pecho silvestre

y yo

ramo despabilado

me arrojo hacia ella

para que me alumbre

vegetal o animal

entre los pliegues

de su blancura

azalea

qué fantasías

de hombre o mujer

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encierran tus capullos

cuando florecen en mis ojos

abiertos de blanco y flor

adhieren a la piel

de mis pensamientos

buscan la señal

excusa para arrancarme

de raíz

de mi maceta

*

Princesa

Debajo de una escalera

obscena intemperie

alas de mala muerte

sueña al margen

de los arrullos de un tren

Su ángel de la guarda

quedó pegado

en una bolsa de plástico

que hizo volar el soplido

de un espíritu dañino

Sin castillo

un sueño herrumbrado

la niña durmió

sola quedó la torre

sin princesa

con un insomnio de ladrillo enmohecido

perros de tristeza

aúllan

y un lenguaje fantasma

habla a viva boca

lo que ha vivido

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*

Linda

La ventana de su Paraíso linda

con mi imaginación

Me manda un beso y una manzana

evoca al manzano que gira

y marea mi copa

tan cristalina su voz

que la veo a través

de todas las mujeres

*

Ella en una en muchas y en una de mis

orillas

Ella una anatomía de mi cuerpo

un cuerpo de mi cuerpo

puente donde cruzar es mirar sin los ojos

cruzar cruzar entretejer destejer

todos los hilos y las íes en el entre //dos pieles

Al final arena que se desliza y se va

como una hola que se despide en las ori//as

de mis ori//as

Y la frase clara que dice y repite Clara:

no te vayas

*

Es primavera

quiero sacar todo mi cuerpo

por la ventanilla del tren

lo voy sacando por partes

lo voy pariendo

para que lo arrebate el aire

con el abrazo más suelto

y más adherido que hay

siempre que es primavera

me dan ganas de estar embarazada

llevar a mi niño a pasear y a balancearse

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Ana Claudia Díaz

*

Escasos animales miran

el galope de la amapola en el viento

o reconocen cuando algo

está roto para siempre.

Yo busco los signos faunos

en la estela que se desprende

de esa certeza.

*

Se entreabre el paisaje caído entre las hojas

bajo el amaranto color de las luces del tránsito

viajo en ese herbario

me desprendo de la calamidad polvorienta de las cosas

centelleos verdes me revuelan

me enredo en la hierba que se vuelve

puerto de aves.

*

Niños vistiéndose

Color uva el paladar del mar

su playa teñida

la espuma de las olas dispersó nuestras esporas por todos lados.

La bruma. Brizna.

Rompimos los hábitos de los perros de la madrugada. Frágiles

esquirlas desprendidas de la arena construyeron mi alma esta vez.

Los tamariscos parecían mandrágoras esmaltadas o un pilar de

/agujas.

No sé. El velo. El roce previo.

Aprender a espiar desde dónde es que cuelga la lluvia en invierno.

Mojado el cielo, en mi garganta la arena raspa y raspa

para esconder todas esas idas y venidas y vueltas y ya no hablar

/más.

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Fabricantes arrancaron del hueco las espigas y las varas que

/quedaban. Dejaron solo calma

casi que estaba por caérsele a los pies

de pronto todo era un almacabra. Una bóveda.

Pasaban moros con una estrella en la frente. Trigo.

Éramos como niños. Habíamos estado vistiéndonos.

Antes de que el océano largara los cangrejos a las hierbas de las

/dunas. A la raíz

con la luz violeta podía verse el camino sembrado con migas de

/nueces

me eché a andar de espaldas gregaria de acá para allá

descubrí que en la aldea del tiempo el viento baraja

una población de diez mil huellas nuestras o más. Una manada.

Allá va lo que es lejos ¿Hay alguien perdido para confesar o

/prevenir la desventaja?

Aun no sé si se fue o si vino.

Hay que desfogar la ira y la demasía, cuando se teme llenarse

/de frutas

acomodar en la pared de arena el papel tapiz con la imagen

/del tren de fondo

cubrir el piso de flores

y ahí somos solo como dos manchas que se van con el limón

o con el sol de la mañana por un cuenco de sal

que es solo para irse.

*

De triángulos está hecho el mundo. Coloridos. Convulsiono en la

colectiva muestra que tiene como virtud, unir los lazos. El sendero.

El inconsciente que amaina, lo irregular.

Como dos ruedas que trasmiten mientras giran. Un holograma. La

cadencia. Eslabones enlazados entre sí que se funden y hacen una

superficie de corcho para flotar. Manos agarradas en la danza. Para

liberarse de los cables, de las ataduras. De una misma médula.

Opresión que permanece sola, dentro de un pozo, una torre o un

armazón.

Estábamos resguardados en la dársena del río. Desde ahí, surgir.

Subir. Signo rodado. Pez luna. Círculo abanico. Cada vez, es nuestra

vez. En lo próspero y en lo adverso siempre está el viento del sur

que se hace estampar en alguna parte del cuerpo. La cordillera: el

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cisne blanco en su lomo. Libre. La voz es un molino de papel. Ando

con ella y mi grito se llena de pliegues, de delgados hilos de lana que

lo atraviesan, de cuerdas.

Los demás, también están asidos de la mano, dando vueltas en la

misma fiesta.

Yo intento seguir mi curso, caminar los ríos, los planetas. O

rodarlos. Avanzar hacia él. Caminito que calma mi ansia. Poblado

de calas acuáticas, de arándanos, de frutos con hojas cilíndricas.

Casi al final, una multitud de florcitas de color azul oscuro. Esto, no

corresponde a la idea que me había formado de vos o que te habías

hecho de mí. En el suelo se juntan nuestros pies y las huellas

sucesivamente, como un vuelo de aves. O el nadar conjunto de las

ballenas francas.

¿Cuántos eneros arrojados? Al enterarse que la claridad del día se

gobierna en el andar. Ahora sé, que a él lo agobian las penas, los

años pasados, las sábanas y la imagen líquida del diluvio. Mi

silueta.

De tanto en tanto, la trama se va haciendo de lava. Yo quería

asignarte solo la palabra pasamontañas. Hacerme cargo de eso.

Llegué, me rindo. Encorvo el cuerpo hacia la tierra para aliviar la

noche del tiempo en que aún falta el resplandor del horizonte, su

armonía. Una tribuna de oradores del pueblo juzga mi cesar,

remoto e impreciso.

Me mareo. De barro esta hecho el frío. El fin. Empecé a coleccionar

diademas. A rodearlo todo con la sombra de la arista de mi vestido

hecho de seda. Mis dilemas. La continuidad orgánica. Mi turno de

llevar las plumas del pavo real. O convertirme en calabaza. O

también, puedo dejarlo todo atrás y ser una pequeña niña hornera.

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Carolina García

*

La extraña posa su peso un instante

como el pétalo que tiembla duda cae

luego sustenta todo

sostén

las ramas que vivas o muertas

aluden una y otra vez al origen

una niña que dio a luz a otra niña que da luz

y así nuestro árbol de niñas crece

aunque acaso desprenda o se arranque

una se desgaje en el intento se vuelva foránea

anhelar la lenta raíz de la caída nos salva.

Seamos

ese lince que insiste.

Veamos

* Madreselva

calma padre!

Por todo lo que crece

fuera del alcance de tu voz

A mi papá:

Algo hay que hacer

con el vacío o con todo

siempre?

te voy te fugo te abismo

y quedo con mi mitad huérfana

mi media medida de lente lenta tu muerte

veinte vueltas ha dado el mundo y yo con él

veinte cíclopes miopes de tanto cielo

así recibo el blanco y blasfemo

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ira que venga la alojo en jaulas

arrojo y me jacto de pájaro audaz

te destierro te decanto y canto

lo que despabila mi jardín

madeja el pacto como el hilito un guante herido

a medio hacer me dejás y repueblo

saco del lodo la luna

la devuelvo entera yo creciente ya

en un cariz acuoso despliego el espacio abierto

los cálamos libres

para emplumarme y desenlutarme de una vez

*

El norte ha quedado atrás, pequeño y decidido en su rastro, como el

pasado que acumula y cuelga los objetos en desuso que

incesantemente rememoran la muerte. Esos extravíos que adrede

van haciendo lugar a lo nuevo, ínfimo hueco donde cabe un abrazo

de pájaros, un silencio de bocas rojas que nos dice: Ha habido un

cruce híbrido entre el olvido y el cielo.

A un lado se ovilla

oblicuo sol

amo y desarmo la casa

rieles en u sucumben

aún el eco de la estampida

¿Siguen recluidas las muñecas?

¿Qué hueco las despabila?

ostentación de estambres

no da lo mismo

altivas cavidades insaciables

cubrir el propio vacío

verdes o violetas

prendidas las cabezas

no de llanto

es temprano el mundo

matinal, fallido y fálico

La niña no habló

prefirió desconocer

saberse saborear

en el silencio

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piedra libre!

pido!

(dedos en cruz)

quiso ser rama y así dar

nombre al árbol que tarareó.

Que ya no tema me decís.

¿Cómo? Si el miedo siempre es más veloz y nos alcanza, se desata de

los hilos que lo amarran, se hace presente. ¿Acaso habrá que

apaciguar el metálico roce que infunde su voz? Tal vez

simplemente abandonarla.

“Pero los miedos, las ilusiones infantiles no tienen evolución

ni progreso, son hálitos que sostienen la vida,

pequeños círculos de aire que nos rodean como una órbita

de la que no se puede salir porque no hay nada fuera de ella,

el vacío...”

Claudia Masín

Creí que la penumbra de tu abrazo calmaría el miedo a las olas,

sin embargo hallé la embocadura de todas las aguas gélidas del

mundo.

Sigo siendo la niña que busca en los azules pliegues de la casa,

que las miserias se guarden ajenas y propias en un saquito de tela, y

recuperar lo perdido en el doblez de la nube contra la nube.

Madre de todos los gestos, deseo que digas: la tormenta pasará

y remediar, volver a nombrarme en el medio del miedo

entre el rayo y el agua de un cielo borrascoso

de tu voz aprendí a contar: cuánto demora el relámpago hasta

encontrar su sonido

que la calma está en la diferencia, en ese breve lapso de tiempo

sólo unos segundos en que se gesta el amor

y así he construido

un terraplén

un redondel

un ventiluz.

Page 29: Pájaros en la Frente

29

María Gutierrez *

selvática la esencia

volar por los aires

se siente, múltiples horas

sin rumbo, sin lugar

aterrizamos en la grandilocuencia

cintas y más cintas transportan

cuerpos materiales, ilusiones inmateriales

las flores resplandecían

los tulipanes saludaban a la velocidad de las autopistas

unían un otro no lugar

inmenso

como los seis millones que lo transitan cada día

sonoridades, colores, verdes diversos

pájaros haciendo sonar su voz

faisanes a la orilla del lago

patos con picos se bañan y juegan en aguas estancadas

mosquitos, inseparables

del deseo de chupar sangre humana

exhuberancia

el otro lado del planeta

despierta incógnitas.

*

Gótica

miro el mapa

recorro con el dedo hasta un punto

el azar me detiene

¿ dónde estoy? ¿en qué ciudad?

Page 30: Pájaros en la Frente

30

es mi ciudad

invisible e invisibilizada

la recorro, la imagino

la transito lentamente hasta perderme

ese mapa, ese espejo

cartografía de mis ausencias

de caminos, confusos

mal trazados

me interno por las callejuelas

se transforman en laberintos,

no hay papel cuadriculado que pueda marcar milimétricamente ese

espacio

el intento de transitar

por lo imaginario de la Plaza del Rey encerrada

entre cuatro paredes góticas

iluminada en cada recoveco

sonidos y voces, tenues

por momentos atronadoras

me pierdo en la coreografía de los cuerpos

que se arman y desarman

a veces van

otras vienen

y yo me pierdo

¿dónde estoy?

agarro el mapa, la ciudad

fotografiada en papel

no es mi ciudad

divago

leo carteles, miro a los costados

obscuros, escucho idiomas

rostros, voces, miradas

y yo descendiendo

a un lugar, que por un túnel

me transporta, incesantemente, a algo

parecido a mí

Page 31: Pájaros en la Frente

31

*

espada y escalones

Siracusa

la Atenas del mediterráneo

tiranos, bárbaros, griegos, romanos, árabes

papiros egipcios, bahía azulada

el Etna mirando con clavada omnipresencia

cada tanto escupiendo fuego

y Siracusa allí, con Píndaro y Esquilo recorriendo sus calles

resquicio de la totalidad poética del ser y la naturaleza

Podría ser de otro modo en Siracusa?

el miedo a la lava casi evita el encuentro

Platón esclavo en sus correrías

y la espada de Damócles inventada por el miedo

el más puro miedo que despierta el Etna furioso

cómo no transitar entre Taormina y Siracusa sin perder el

/aliento

el alma se queda sin palabras

la emoción sin amor

la belleza es de esta vida

que lleva a subir miles de escalones, y cuerpo y vida se

/confunden

con la nada

el ir y venir

el Río de la Plata con la canoa golpeando el agua

refresca, recuerda, me lleva, te lleva, nos lleva.

Page 32: Pájaros en la Frente

32

Alina Muszak

*

La novia cumbia

sacudo la vértebra

excitada de hielo blanco

nariz gorda

el hombre adorado resbala su azul

azulado deviene un cosmos

algo chiquito

inmensa vibración del hueso

venera el músculo busca arena

la claridad es una sensación

un glaciar

y esfuma su trayecto

erosiona la mirada del prisma

cuerpo agua sólida

se mira la sangre

baila en el espejo ocre

remanso frágil su deshielo

en el estímulo

me abro

me inspiro

prima el aire en lo pequeño

el pulmón contrae

blando el tórax

presiento que el hielo esponjoso

dejará su huella en el reflejo

en el hueco de la luna que admiré

mientras soñaba

el mar era un tigre correntoso

yo nadaba fuerte lejos

el animal urgente penetraba

miedo blanco

cuando el algo parpadea

y me dejo gritar los médanos

el pasto

Page 33: Pájaros en la Frente

33

morder el tilo del verano

invierno glóbulos de aire seco

el corazón a golpecitos se sostiene

brilla elegante su línea delgada y roja

lleva el azar de viento lobo

curva cuando amanece

pulverizando el ocre de la lluvia del ojo

del pómulo que brota

sale la leche

con lluvia finita y tibia

haciendo ondas desnuda mi pelo

lista

mirando nubes irse

natural

para ir cantando mi cumbia

carne anémica

para apretarme la mancha

el pie los extremos

la realidad

o las dos cosas

ahora ondula el alma del cuerpo

esencial lengua

hematíes sin fiebre

la piel suelta como durazno

la semilla

lo nuevo

la pandemia

membrana de lo que soy

cuando suena suspendido el goce

abismo imponente

inmensa el movimiento

la serie de las cosas

de cierta relación

la proteína

el eslabón primario

la materia viva

enzimas

Page 34: Pájaros en la Frente

34

hormonas

anticuerpos

fluye la boca desea amor

si todo fluyera en partecitas

con murallas y otras fortificaciones

¿fluirá el hilo de la voz?

brilla el órgano

desnuda vitamina suave

glándula de noche

el hombre copula queriendo

acontecer

ahora ausente

galáctico

paralelo al don de los barcos naufragio

olas propias

carbono interior

la molécula intemperie blanca

sana

la pulsión

narciso se adorna

arando la tierra de mí

dejando la tempestad mi espalda

vertical

lunar del cuerpo

espejo que fue temporada

del vacío amplio solo

estelar

propio

Page 35: Pájaros en la Frente

35

*

Hay que sublevar el aire

con estilo

con lo propio

es bueno exponerse

alinear la piel

fuera del consumo

cerca del corazón

con los ojos

ver las defensas

soltar el pelo

el sentido

es la cuerda para llegar

Page 36: Pájaros en la Frente

36

Juan Previgliano *

Ni parques ni jardines

retribuya, retribuya

súbase al caballo

coseche su siembra

anticipe el desarrollo de la farsa

así es como todo se encarrila:

meses de penas

temporadas de amor

empareje los beneficios

coseche su siembra

nadie sabe dónde se esconde

la poesía sin personas

no se la busca

no es una virtud esotérica

el alma rimbombante de acá para allá

*

Refugios

Parece que todos se burlan de mí

me refugio en la casa de mis abuelos

está vacía

murieron hace tiempo

pero el fervor me acobija

pongo cebos para la rata

caliento mi cuerpo

con una estufa eléctrica

pongo la radio nacional clásica

Page 37: Pájaros en la Frente

37

recuerdo el cuerpo largo de mi abuelo

sus orejas grandes

los comentarios de los budistas en Asia

repetían Long Life, Long Life

mientras le golpeaban los lóbulos

con el dedo índice

la cama del escritorio

en la que dormía cuando los visitaba

rebosa de papeles

la despejo, la preparo

solamente con una frazada

vieja pero abrigada

con dibujos grises de tigres en la selva

la tranquilidad del piso de madera

del empapelado de ramas

de verdes pastel, de beige y de calma

pero en mi cabeza

no puedo evadir la invasión

los dichos del tumulto

busco a mi abuelo

en un retrato de Alvear

en una colección amarilla

del National Geographic

en su oficina de exportación de té

en el té

en sus remotos viajes a Rusia

la intoxicación desaparece

mi condición habitual no funciona

lóbrego en mi paz,

tengo que esforzarme para buscar el refugio

para pautar una tregua con el pensamiento

para abrigarlo

y susurrarle:

no tengas miedo de los terremotos

son llamas que no te tocan

no creas nada de lo que dicen

no creas en dios

Page 38: Pájaros en la Frente

38

no creas en la casa paterna

no creas en los triunfadores

hay en la palabra un efecto calmante

hay en la palabra un efecto tranquilizador.

*

Una tregua con las vacas

No sé cómo las desprecié

son gordas y suaves

pastorean todo el día

guardan secretos en los tréboles deglutidos

en sus circunferencias colosales

son el futuro

amo cada parte del cosmos

y las amo a ellas.

*

Informe sobre la flora de mi patio

Es primavera y el cactus (cada brazo del cactus) tiene un pequeño

brote verde, son sus hijos, hijos de los hijos del cactus como nació.

La albahaca sigue creciendo demasiado para arriba. Ceci aventuró

por teléfono que le falta sol, pero está en la zona más iluminada.

Las flores violetas de la prímula se murieron, pero la planta sigue

viva: similar a una lechuga. Parece que el jazmín bonsai va a dar

dos flores. No voy a estar seguro hasta que no las vea.

Page 39: Pájaros en la Frente

39

*

La riña descalza

dame, dame dame morir

dame dame descanso

dicha, dicha está la duda

tu palabra

no un cántaro de plañidos

ni la exactitud descarada

toneladas de besos

alucinaciones distantes

pausas: no respiros

toneladas de besos

dicha, dicha está la duda

trina, trina ya la duda y su palabra

bruma, bruma la elegida prepara

dicha

dicha está la riña descalza

Page 40: Pájaros en la Frente

40

María Laura Romano

*

Juliete

Que la vi

vi a una chica, Juliete, realizar meticulosamente “un” drenaje

no sé de qué

algunos decían que de yo misma

pero yo no lo creo

el mismo yo nunca existió

¿cuántas veces repitieron los poetas

yo es otro?

(También oí el aullido de su madre y les juro que no fue cosa

humana,

más bien parecía de pájaro)

Sí, vi a Juliete

la vi balanceándose rítmicamente

algunos decían que tenía rocking

pero yo no lo creo

yo la vi rockeando

abrazada por otros

quería mosh

en un lugar caluroso

con todos los cuerpos pegados, calientes y brillantes.

Transpirada bailaba, saltaba en cuero

revoleaba remeras

hacía círculos en el aire

sacudía sus brazos flacos.

Pero algunos también decían que Juliete aleteaba

y eso sí que lo vi un poco

bailaba bamboleando los brazos

como buscando a su madre

quería sacar sus alas

plagiarle el aullido

Page 41: Pájaros en la Frente

41

volverse ella misma pájaro.

Juliete no quería los brazos

quería que le salieran alas.

Juliete había visto algo así:

una vez en un cotolengo del sur

vio a una chica

con la espalda crecida de brazos.

*

AMOR

Me gusta el amor al perro del señor del quiosco

un amor que soporta la ausencia

que no pide nada

el quiosquero se sienta a tomar mate en la vereda

el perro se queda en la esquina

tirado, adormecido

su presencia es lejana

se asegura con la mirada

como cuando sacamos una foto

el visor en el ojo

un reflejo de luz que no encandila

los cuerpos amarillos de sol claro

el clic de la cámara que guarda

un rostro, un mar, las montañas.

Al perro le falta una pierna

fue tullido en una guerra

una guerra sin personas

que no se disfraza de leyes

fue lo real de huesos rotos,

solo tierra.

El quiosquero tiene una hija de rasgos hermosos

que a veces le da golpecitos en la panza

le advierte que no coma tanto

el colesterol, papá, le dice.

Page 42: Pájaros en la Frente

42

Hay dos fotos gigantes del perro en el quiosco,

en vez de una publicidad de cigarrillos

hay fotos del perro.

De la madre de la chica no hay nada

era hermosa y se murió

punto, se murió.

*

Aprovechar los sentires

Entender cierta dureza

como si hubiera que

escalar una montaña

enorme escarpada

empinada y exhausta.

El alcohol y los perfumes son

dos formas fluidas

complotadas contra el odio

de lo sólido, son

la conjura de los encantos

de las mujeres hechiceras

brujas capaces

de frenar con el movimiento

de los muslos

la peor de las matanzas.

Lo líquido

que se mezcla con

lo durísimo

de la piedra, el libro y la caminata

de la cucaracha. Se mezcla

con un militarismo

extremo que se hizo carne

íntima

la rigidez que conduce

una vida:

levantarse acostarse

y en el medio el trabajo

dignifica.

Page 43: Pájaros en la Frente

43

* Té rosa

Tomo té a sorbitos

en tazas de porcelana lila

con flores verdes.

La taza más el plato

y el color hermoso del té

son mi manera

de ablandar las cosas.

Algún día

voy a ser borracha

y tomar whisky

en vasos decorados por mí.

Page 44: Pájaros en la Frente

44

Natalia Romero *

Norte

La vicuña llama

sueño que tengo los ojos pegados con la sal.

Todavía en los pies algunos granitos de arena

alguna porción de la tierra que más queda en la planta del pie

/rozando.

Boca abajo al suelo de cabeza miraba la playa dada vuelta.

Con boca de niño.

Crece la sal hasta ser cumbre.

Somos norte.

Adentro de la chala del choclo la chala del alma aplasta.

Vuelan las cáscaras del aire.

Sobre las piedras nacen montañas.

La orilla bajita sobre el monte.

El mar calla bajo la luna.

Tengo los ojos mirando el foco justo.

Me parezco tanto a vos.

*

Creencia

Digamos que sí,

que sí.

Si te pregunto quién soy.

¿Podrías responder?

La luz del destello es muda

¿Y qué hay de mí cuando te percibo por primera vez?

¿Cuándo es que nazco?

Soy lo que hacen de mí.

Te miré a los ojos y bajé la mirada,

casi como si fuera a decir otro nombre.

Una península de agua aclara

un relámpago como un rayo.

Page 45: Pájaros en la Frente

45

*

Me miro las plantas de los pies, están floreciendo

La ola sobre nosotros.

Claro. Irrumpe el viento abre la ventana me vuela todas mis

/manos.

Flotan. Miro a Adela y está sentada sobre mí.

Salgo al patio el hijo señala el suelo.

Ahí está.

Se yergue el cielo

se levantan los tallos del río.

*

Tener razón

De los tiempos del retorno nadie sabe

Ni nadie puede decirnos.

dónde tomar del mejor sol.

Dónde pararnos para saludar al cielo.

El tiempo como un pájaro

como el saquito de té escurriendo tecito dulce.

Como el hijo que vendrá.

Frunzo mi cuerpo para que no se me escape.

Buscando el fondo del aljibe encuentro

mi propia piel.

*

El tope vuelto acantilado

En esa escama del río.

Entre el revés de tu sombra

y el espacio del cuerpo tibio,

Habita la lumbre el deseo aguerrido.

Como el sapo bajo el cielo quieto.

La presencia posible.

Después de la rotura de la especie

Page 46: Pájaros en la Frente

46

las campanas empotran al sol.

Casi como si pudiera dejar el cuerpo en flote.

Crucifica la luna la hora exacta.

Se duerme en pliego de plegaria.

Del cardumen de flores

corre el polen dejando polvo.

La luna se acerca hasta dar cuenta

de sus poros ocre violentos.

Salido el tope vuelto acantilado remado casi pulcro.

De lavas surgentes

de marinas pieles bordadas.

Sobre la cima el agua habla.

Dice todo lo que diremos.

*

No hay prudencia

Hay el azar.

Somos el punto alto del alta mar,

La estrella polar de la noche.

Lo álgido del mundo.

Como vino rojo bañándonos

las pieles celestes.

*

Cuerpos celestes

Esa cascada en medio de la montaña

se abre queda izada.

Como pino alto

se elevan tus brazos a través del agua.

Es la hora de la siembra

salís a la tierra con los pies descalzos.

Surge la ninfa como sapo de estanque.

Sale fuego del punto enérgico tuyo mío.

Page 47: Pájaros en la Frente

47

No puedo pisar el suelo con la planta del pie entera.

Fuerte la ola irrumpe corta despacito nuestras pieles.

Suena el canto de los grillos.

Saltan bajo la luna de planta grande

la luna de plata redonda.

Me toca tu mano.

Despierto.

Habremos logrado alcanzar la punta del cometa.

En el espacio como anillos de planeta tu boca

es ancha como una serpiente que devora.

Del fondo del río brotarán tus voces que aún no oigo.

Un león de garras finas punza el suelo.

Me amarro a la tierra.

Cabalgo.

Como quien escarba,

por la borda del río.

Se le hace un hueco al agua.

*

Descamación

De mí caían todas mis pieles.

De la mano tu cuerpo es como real.

De tu mano tu cuerpo es de agua.

Las olas del río traen cada vez más peces al sol.

Page 48: Pájaros en la Frente

48

Mónica Rosenblum

*

a mayor comparsa, mayor corso

¿soy una hebra, un punto

una partícula dorsal?

¿soy la faz de lo que no dije?

¿de lo que otros, ellos, no dijeron

no alcanzaron?

tejiendo se soltó un punto

¿soy yo?

tanto destejer para insertarlo

para insertarme

en qué

en cuál faz cuál dorso

en pertenencia a qué

a mayor faz, mayor dorso

soy la faz de lo que no dije

(biendije ni maldije)

y acá estoy

afásica

desfásica

adosada

endosada sin adobo

el dorso medio doblado

anverso

inverso a lo que grita

a mayor faz, mayor dorso

tan menor

tan mini dorso

corrigiendo la dorsal

como si se pudiera

creyendo acomodar

una vértebra cada tanto

y a veces reptando

en el dorso del cuello digno

Page 49: Pájaros en la Frente

49

-mentón a noventa grados-

reptil sudoroso

esquivando los mismos hoyos

holes, agujeros

sacando un pedacito

de faz cada tanto

para barajar y dar de nuevo

bajar lo viejo

a mayor faz, mayor dorso

a este hay que bajarlo

decía una nota manuscrita

de hace treinta y tantos años

y yo la vi

así decía la nota

y bajaron

casi todos

y yo barajé

y di de nuevo

de nuevo otra vez con lo viejo

sí, di ahí

donde se guardan las agujas

que por algo

no terminan de oxidarse

reptando siempre

añorando vaya uno a saber qué dorso

qué corso

pobre huerfanito de carnaval

se fue con la comparsa a otra parte

con su nónónónó

con su mudez a otra parte

a ser qué

parte de qué

proyecto de corso

a mayor faz, mayor dorso

la faz es una cool búsqueda y

-ya se sabe-

(voz pasiva con “se”, alerta rojo alertar ojo)

el dorso

-un dorso observado

cebado-

es lodo resbaladizo

Page 50: Pájaros en la Frente

50

perro que busca su cola

peregrino nabo

que caminó las jadeantísimas millas

en círculo casi casi sin saber

-pero casi-

que estaba en el mismo locus

céntrico concéntrico bien concentrado

en agrandar su faz y su dorso

y al final, pobre nabo peregrino

estaba el muy pretencioso

en el mismo

infimilímbico

particularísimo punto

del que

-oh casualidad que no existe

entonces, oh causalidad-

había partido

a mayor faz, mayor dorso

después de todo tú eres la única muralla

si no te saltas, nunca darás un solo paso

eso, eso le pasó

al peregrino nabo

no se saltó

y encima creyó que sí

creyó haberlo hecho

haber saltado

convencido de su valentía

orgulloso de su valor

a mayor faz, mayor dorso

oh pobre peregrino centrifugado

fugándose de su centro

fundó otro centro

una fundación de los ídems a él

con todo y miembros

además

a mayor faz, mayor dorso

gestoteca le puso

para consultar gestos adecuados para diferentes ocasiones

cualquier gesto dejado en el tintero

Luis Alberto Spinetta

Page 51: Pájaros en la Frente

51

en la punta de la lengua

en la yema de los dedos

en el suspiro de un deseo

o en el resoplido de un deber

a mayor faz, mayor dorso

cualquier gesto

con potencial suficiente

para cambiar cualquier historia

y cualquier Historia

gestos no concretados

y también por concretar

a mayor faz, mayor dorso

para que los miembros digan

ah, mirá vos

para que piensen ah, si yo hubiera

o para que admitan

no sé cómo saltarme

ni cómo voy a saber si me salté

para que digan

tampoco sé los pasos que di

no los medí

no sé qué me di

y qué debo medir o darme

a mayor faz, mayor dorso

tampoco sé si estoy desenfundado

o fundado todavía

o ya

tantos fondos

tengo fondos sin fondos

fundirme querría

tal vez fundando

a mayor faz, mayor dorso

Page 52: Pájaros en la Frente

52

Alicia Saliva

*

La hora errada del reloj de sol

… trazó camino en el mar

y vereda en aguas impetuosas

Is 43, 15-16

I

solensombra

lumbre olvidadiza

no diste la hora esperada

fallos, desaciertos milimétricos o +

monumentales errores o -

/no temas, temporales

¿clavan su aguja en la eternidad?

una

gota

parece

que

cae

el sol del reloj

descuidó el avance de su frío hierro

se aferró a una hora de otro tiempo

donde la vida era dulce y cálida

/PERO (no temas, temporales)

Page 53: Pájaros en la Frente

53

II

unas manos viejas y buenas murmuraron:

manden agujas nuevas

de puntas redondeadas

para alcanzar lo magullado

tocarlo al menos,

rodearlo

palpar despacio tanta superficie morada

lo purpúreo no lo quiten

es lo único no alterado

el error bienvenido

si derrama coágulos como saltos en cascada

pongan debajo blancas toallas

que no se pierda ni una gota

son fracturas de caleidoscopio

un pedazo roto y otro al lado

giro, sólo hace falta un giro y se encajan

para mostrarte todos los colores, sanados

III

la sangre

y los colores

en la sangre los colores

en el desierto que comienza

/verás

alguien trazará veredas

Page 54: Pájaros en la Frente

54

*

Como en un antiguo ungimiento

-¡Loca!

como lobos devorando

pieles blancas de corderos

alma ágil de cierva enamorada

reptando por tablas quemadas para avivar un fuego

que se te apaga

-sí, loca

me decían que no aclararía y yo

esperaba lo que la muerte no puede deshacer

enredada en mis cabellos de extraña belleza

hundidos y negros como tengo los ojos

que viven de noche

yo,

mortecina

luz que apenas hace visible las cosas

enrareciendo el aire cuando todo va bien

en el lecho

pero siento el alma

inconclusa

alterada por el frío y el pago

que me hiela la sangre buena,

que era buena

como cuidada en vaso de alabastro

y espera volver a serlo

cuando llegue a la costa

hoy,

busco desquiciada

entre los mantos

Page 55: Pájaros en la Frente

55

un ser igual a mí

el día en que nos hicieron

que tema un mar sin costas

que no dimensione

lo que cuesta el más caro perfume

y al darlo le sobre anhelo

todavía

que vea

y quiera

limpiar de bruma

los pies del mundo

ahora

llego con mi figura casi cadáver

al hombre

que se deja ungir en sagrada ceremonia

que nadie ve

recitamos algo en silencio

olorosa el agua

pesa en el aire

él se va lejos

pero no tarda en volver con el alba

llena la costa de marejada

y ya no me parecen oscuros mis cabellos

ni las lágrimas donde los lavo

yo,

ciega de sol

en esta playa

Page 56: Pájaros en la Frente

56

Romina Freschi

:^+[]Caldo

Este caldo es.

No hay otra cosa.

Este caldo

así, esta receta, este aroma, estas proporciones

algo picantes por momentos

-ése es el costo del calor

que se anida, egoísta,

en el pecho- y hace latir

a buen ritmo-

en popa-

Camino por la calle siempre iluminada

por el sol o las luces del mundo humano

-calesita venida a menos-

y en mi interior siempre estoy llorando

o peleando o extrañando a alguien

alejándome de este entorno

que consumo como todos a mi alrededor

aquí en la misma fiesta

alegres y rasposos como yo

asistiendo a las breves mejoras

o al vencimiento inclaudicable

de todo, todo, sin remisión,

apenas contenido por

esta dura placenta

en la que cada cual da su pelea

y su mejor cara de niño

al juguete del mundo y su civilizada

alienación

En este caldo te veo

ahí morís mil veces

y algo empieza a nacer

Page 57: Pájaros en la Frente

57

se cría solo

como la alegría

no se cultiva

apenas lo pruebo, lo reconozco

claro, calórico, palpitante

papada suave y calurosa

donde escondo la cara

y que acaricio con devoción

Ah qué plancton luminoso…

No hay tenaza que me apriete "eso"

solo esta humedad se produce

fábrica de viento y lagos

microscópicos halos

del hábito

Detrás de esta grasa

el pasado vive con vos, futuro

no hay futuro que lo pueda quebrar

hilo luminoso de oro

sos mi tesoro,

persiste