Pájaros en la Frente
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PÁJAROSLÓ EDITORA
Pájaros en la Frente Antología de Poesía 2011
Pájaros Locos
09/12/2011
Taller literario Pájaros Locos coordinado por Romina Freschi
[email protected] www.pajarolocos.blogspot.com
2
Pájaros en la frente
Antología de Poesía 2011
Pájaros Locos
3
Pájaros en la frente- Antología de Poesía 2011- Pájaros Locos
Edición a cargo de Romina Freschi – Taller de Poesía Pájaros
Locos
Pájaros Locos 2011- Marimé Arancet - Valentina Bonelli -
Violeta Cangianelli – Karina Cartaginese– Ana Claudia Díaz –
Carolina García – María Gutiérrez – Alina Muszak - Juan
Previgliano- María Laura Romano – Natalia Romero – Mónica
Rosenblum – Alicia Saliva- Romina Freschi
Crayones y Acuarelas: Luisa Pedreira Freschi
Tapa y Viñetas: Eduardo Zabala
Poema prólogo: Máscara de algún dios – Blanca Varela
pájarosló editora
www.pajaroslocos.blogspot.com
Buenos Aires, diciembre de 2011.
4
Máscara de algún Dios
Frente a mí ese rostro lunar.
Nariz de plata, pájaros en la frente.
¿Pájaros en la frente?
Y luego hay rojo
y todo lo que la tierra olvida.
Humedad con poderes de fuego
floreciendo tras las negras pestañas.
Un rostro en la pared.
Detrás del muro, más allá de toda
voluntad,
más lejos todavía que mirar y
callar:
¿qué?
¿Siempre hay algo que romper,
abolir o temer?
¿Y al otro lado? ¿Al revés?
Vuela la mano, nace la línea,
vibrante destino, negro destino.
Por un instante la melodía es clara,
parece eterna la tarde,
purísima la sombra del cielo.
Vuelvo otra vez. Pregunto.
Tal vez ese silencio dice algo,
es una inmensa letra que nos
nombra y contiene
en su aire profundo.
Tal vez la muerte detrás de esa
sonrisa
sea amor, un gigantesco amor
en cuyo centro ardemos.
Tal vez el otro lado existe
y es también la mirada
y todo esto es lo otro
y aquello esto
y somos una forma que cambia con
la luz
hasta ser sólo luz, sólo sombra
Blanca Varela
Todos los años
A fin de año, todos los años
aparece la inquietud de la
muestra, del corte y el balance
en el taller. A veces es una
revista, a veces un megafestival,
otras fue una performance,
varias veces, como hoy, es una
antología. Y sin embargo,
siempre es tan nuevo, tan
diferente. Aún cuando lxs poetas
sigamos siendo los mismxs, cómo
mostrar, qué mostrar, y sobre
todo, cómo hemos trabajado es
un derrotero siempre nuevo, un
surco marcado a fuerza de
elecciones puras, reales, por eso
mismo irrepetibles. Vuela la
mano, nace la linea, vibrante
destino, negro destino. Por un
instante la melodía es clara…dice
el poema a nuestro lado, y en ese
ir y volver del silencio, en el
vaivén del tal vez que proponen,
primero la vida, y después, la
poesía, vamos fundiendo una en
otra, como metales preciosos,
como alientos de amor y de
muerte.
Tal vez, dice Blanca Varela,
entre la luz y la sombra y entre
la luz en la luz.
A cada lado, su parte de verdad,
de amor, de muerte. Cada cual
verá y en ese cada cual está la
Antología. Y hoy es aquí flor
que es pájaro, que es montaña,
vaca, nabo, viento, madrugada,
brazo, padre, araña, hermana,
madre,trigo, rama, mapa, volcán
cumbia, refugio, santuario, reloj
de arena o de sol, gesto, costa,
té, caldo. A todos los pájaros,
gracias por el vuelo!
Romina Freschi
5
Índice
Máscara de algún dios – B. Varela/Todos los años – R. Freschi………….3
Marimé Arancet ……………………………………………………………7
Valentina Bonelli...………………………………………………………...11
Violeta Cangianelli………………………………………………………..15
Karina Cartaginese………………………………………………………..19
Ana Claudia Díaz....……………………………………………………….22
Carolina García…………………………………………………………...25
María Gutiérrez……………………………………………………………28
Alina Muszak…………………………………………………………….. 31
Juan Previgliano………………………………………………………….35
María Laura Romano…………………………………………………….39
Natalia Romero…………………………………………………………..43
Mónica Rosenblum……………………………………………………….47
Alicia Saliva……………………………………………………………… 51
Romina Freschi……………………………………………………………55
6
7
8
Marimé Arancet Ruda
Hospitalización de emergencia
Así ingresó la Paciente esta fría
madrugada, en la Unidad de Cuidados
Intensivos:
en silencio respirando, no hizo falta conectarla a pulmón artificial,
dedos con rastros de látex, algo de leche y remolacha en jugo,
espuma manando por la boca quieta, como el Endriago, toneladas
de tierra en el estómago, y pedazos de papel sobre los ojos pegados.
Aunque carente de documentación
personal, parecía ser la misma
imputada por comunicación
forzosa.
Una vecina la trajo.
Se creyó estaba en coma, sin embargo
el escaneo cerebral reveló
perfecta actividad incesante de ambos
hemisferios, increíble labor
de natura u oración.
Propusieron gran variedad de acciones
terapéuticas innovadoras según se detalla:
1/ Pasarle el viento Zondai por sonda
hasta reabsorber toda la pena salina
que obstaculiza la marcha.
2/ Diluyentes inyectables
9
por vía endovenosa,
líquidos que la rehidraten
-tratamiento prolongado-
hasta volatilizar
tan alta concentración.
3/ A fin de neutralizar
Inanizar acudiendo
al banco de donadores
de nada.
4/ Inmediatamente
para hacerla funcional
inducirla a desarrollar
consonancia con las plantas.
Bien regada amorosamente a diario
con base y humedad
se esperaría creciera
hasta
la completa
remoción
de todas las adherencias
añadidos y sobrantes
que la atascan.
5/ En pro de favorecer
la movilidad, rodearla:
de día con caracolas
circulares borrasombras,
cintas rojas
bordeaux fucsias y azules
ondulantes y rizadas;
ponerla
en un arnés continuado
roll adelante y atrás.
Y por las noches mecerla
en una hamaca vienesa,
arrullarla con Vivaldi
y Variaciones Goldberg.
6/ A media rehabilitación,
10
kinesioterapia y mensura espiritual
combinadas,
enseñarle a abrir y cerrar, a entrar y salir,
todo, en fin, para que asuma
el vaivén estacional.
Y brindarle -fase tres-
una silla topadora
que aplane toda excrecencia que le impida desplazarse
-se admite
que hay efectos
secundarios
peligrosos-.
7/ Para poder caminar, finalmente,
insertarle una prótesis
temporaria:
colocarle
pesados zapatos férreos
que la obliguen a aumentar
fuerza preciosa de avance
para apisonar terrones
justo en medio del desbaste,
hasta cambiar el pelaje
mudar plumas
y dejar,
por último,
los zapatos
ya enterrados
bien atrás.
Durante la Junta Médica en un
populoso nosocomio urbano,
debatiendo las terapias químicas
kinésicas, quirúrgicas o psi,
la flamante interna desaparecióii.
11
ILa penetración de masas de aire desde el oeste y la influencia de la cordillera
de los Andes originan el fenómeno regional conocido como viento Zonda. Este
viento sopla reseco y caliente, colándose por todas partes y afectando a
personas y cultivos al quitarles por completo la humedad. A su paso todo lo
cubre de tierra, al punto de que nada se distingue visualmente. Cuando la
tormenta (pl. del lat. tormentum > „tormento‟) viene tronando muy fuerte, sólo
el oído y el tacto permiten diferenciar entes, superficies y vacíos. „Zonda‟
significa „cielo alto‟, de donde viene.
II “Desapareció”. Se ha consultado el url http://www.missingpeople.org.uk/.
“Abran los ojos, porque son legión” dice el encabezado del mailing para
buscarla.
12
Valentina Bonelli
*
Gorka
Ahogada por fumar tus frustraciones
Lisiada por seguirte en tus tropiezos
Deforme por mirarme en tus errores
Me visto en mi traje de montaña y
con un triple salto mortal
salgo de tu pozo engualichado
Veo de lejos mi sombra que se alarga
tus piecitos que se achican
en mi huida hacia lo alto
Desde hace tiempo empecé a hablar otro idioma
Gorka te dije que me llames
No entendiste.
Una montaña amable
tierna pero amarga
Ahora buscás mi refugio
pero mis cuevas blandas
como las celdas de un loco
se hicieron negras y frías
Perdiste el camino a la salida
Rompiste todas las llaves
Las señales escritas
en otras lenguas
Yo me cansé de compartir
mi fuerza
Yo me cansé de explicarte
las palabras.
13
*
Te habías empeñado en ser más sabio
Para este año habías prometido
plantar un árbol
treparte a la copa
y dormir una siesta
en la rama más grande
Compraste un bonsái
que hoy se seca en la cocina
Conociste Nueva York por Woody Allen
París en un Powerpoint con Piaf
volaste en aladelta por youtube
Todo tu universo entraba
en veinte metros cuadrados con wifi
y habría sobrado espacio para
un piano de cola que usarías de perchero
Te miré después del ajenjo y te dije:
Me siento montaña
Con una carbonilla
hiciste un retrato de los dos
Vos eras vos
Yo, una montaña giottesca
de papel maché
en medio del living
*
Agotada de pisar mierda descalza
los abandonos
los amagos
de la muerte sentada en mi living
confianzuda
tomando mis cervezas
haciendo chistes malos
en las fiestas familiares
otra vez
calzarse el uniforme de toro
arremeter contra lo rojo
14
como me enseñaron
aunque sólo veo en blanco y negro
otra vez
avanzar y caerse
y levantarse bramando
avanzar y caerse
y levantarse bufando
cuando lo que más quiero
es hacer la gran Walt Disney
comprar un sommier con freezer
y dormir un par de años.
*
Limes
Dejo afuera mis gárgolas
marcando tu entrada.
Lamo el marco que te hace arte.
Beso la cáscara que guarda tu pulpa.
Juego en tus bordes,
donde el goce es menos obvio
y te desquicia.
Dibujo en tus contornos
monstruos y pesadillas.
Huyo de lo visto.
Voy a las orillas.
Bailo.
Soy la forajida que te arrastra
a mi desierto
Quiero que entiendas poco.
Causarte un placer raro.
Que moleste.
Muerdo tus huecos poplíteos
Lleno tus omóplatos de uñas
Tus ingles esconden
un idioma que yo invento.
Tus labios son frontera y purgatorio.
En tu lengua se posa un universo.
Lo rechazo y lo desato.
15
*
nunca tuviste una buena relación con la resaca
nunca entendiste
la importancia de ese caos sereno
después del otro caos
camino natural
hacia un orden certero
nuestro yo más despreciable
la borrasca deja su resaca
algo puede reciclarse
el olor a tierra mojada y su compost
vómito que limpia
migraña que esclarece
de ahí algo también brota
ese aroma a cosas vivas
que abre los poros
reconstruir en el día
los restos que caen de la noche
el retroceso mentiroso de las olas
que dejan secuelas en la arena
lo que dejó la crecida
perdido en las costas
tu empeño en rescatar algo
de nuestra resaca
el tesoro arrastrado
enredado en el limo
a medio camino
entre el mar y la tierra
podredumbre de la que puede salir algo digno
malestar que cura
hoy yo soy resaca
16
Violeta Canggianelli
Como el amor de la vida de un perro grande (Fragmentos)
*
Tercera ensoñación
“A mi lado, brotó un ser, del sexo femenino,
de cuatro o cinco años, el rostro redondo, oscuro, de pelo corto. Habló en un
idioma que nunca había oído pero que entendí. Me pregunto si yo existía de
verdad, si tenía hijas (…)”
Marosa Di Giorgio
El balanceo del caramelo en mi lengua me condujo ese verano a mi
ser perra negra.
Mi espalda de porcelana clarita quedó desolada y virgen los años
que estuve esperando algo de esos perales rosados. Como verdades
de pura crueldad, esa madrugada nacieron tres aceitunas del olivo
que sembré en mi balcón de bondades.
Los conductos hoy huelen a lavanda fresca. Brota de mi voz el
idioma brillante de las estrellas al aire libre que iluminaron mi
falda.
Son niñas que sueltan sus collares de hilos dorados y muestran algo
de mi amor desmesurado. Como el amor de las perras a solas con
sus hijas cachorras encima.
Y siendo suavizadas tanto por esos ecos risueños y selectos de
alguna otra perra más virgen.
La eterna calaña desmedida que no sueña.
El morir de perra sucede en ese instante y allí aparece la ausencia.
(…)
*
Los cierres de niña
De los cinco a los siete años me dediqué a coleccionar cierres en
variados colores, tamaños y calidades, siempre en sus bolsitas con
trampa de papel contrastante y con sus envoltorios cerrados que
dieran cuenta de su hermetismo y calidad. Nada de cierres sueltos.
17
Nada de cierres sin sus bolsitas. Todos comprados en negocios afines
y guardados en cajitas con tapa.
Como cualquier coleccionista, recuerdo detalles de esos momentos
de tocar y guardar esos cierres y distinguir sus cualidades. Cierres
verdes, marrones, rosados, juntos y atados. Ninguno abierto ni muy
gastado. Contados y cerrados para ser estudiados en sus paquetes.
Ninguno sacado de su sitio ni solo. Cierres marchitos.
Era mi vieja que me acompañaba a comprarlos y era algo del duelo
que me hacía guardarlos en esos estuches y cerrar la cajita con
tantos cuidados. Veo en su cara a mi niña. Veo en la entrada de la
galería a mis cierres guardados.
La otra cajita que guardo es la de los viernes: azul por fuera y sin
pintar por dentro. La vi cerrada, entreabierta y sin tapa pero
siempre mostrando alguna sorpresa. Algo secreto e inesperado, ella
me mostraba algo que todavía quedaba de mi inocencia.
(…)
*
Mas rosas doradas me acompañan
Fue la naturaleza la que me puso en este lugar en la historia.
Nunca se borró de mí la voz de mi padre llorando ni me salvó la
cobarde memoria de ver tanta injusticia por el túnel de la tragedia
en mi casa.
Supe quedarme callada en ese momento y a preguntar sólo cuando
me inquietó su ausencia y el dolor de los ojos de mi madre. La
ausencia de hermana nunca se me evidenció en algún gesto
premeditado.
Supe de la tragedia en el silencio de las noches del invierno que vino
más tarde.
Esa araña se suicidó en tanta bondad. La marca de su pierna quedó
picando en mi aire.
Yo la aplasto y la fulmino cada mañana con la palma de mi mano
desnuda. La entierro y la miro morirse. Ella picó su sangre y se
escondió en su líquido rosado oscuro. El pelo de su cabellera quieta
se volvió más negro y sin vida. Esa picadura se ponía cada hora más
oscura y arrugada y la miel de su piel se volvió su trampa.
Fue una mañana en la Plaza Alemania. Ella vino de juntar las
hojas para su herbario de segundo grado, ya picada. La misma
araña amenazante y protectora con veneno natural y con mirada
cómplice que ahora vive en mi azotea.
18
No hay mar que me devuelva a marina, no hay olas que me
devuelvan a mi hermana, ni que le borren la picadura en su pierna,
ni la araña pinchuda escondida que la atacó entre las hojas teñidas
de ese otoño.
Años dorados alegres que marcaron mi río y mi sal. Nunca se
interrumpió el amor compartido de hermanas desiguales, hermanas
violetas, hermanas de la naturaleza y del viento. Hermanas
hermanadas viviendo en otro país, en otra laguna y en otro mar.
Doradas de cada una, con su inicial bordada en la ropa, en el pan
servido, en el guardapolvo blanco planchado con apresto. Mi
hermana podría haberse llamado Margarita pero se llamó Marina y
su presencia marina me acompañó mis primeros cinco años de vida
acompañada.
(…)
*
Mi madre yendo a París en barco
“Caer en un vacío es señal del abandono de la madre”
Louise Bourgeois
Cuando tenía nueve meses mis padres decidieron cruzar conmigo y
mi hermana, el océano atlántico en barco: Eugenio C se llamaba el
buque y tenía varias piscinas con sus solariums en la cubierta. El
camarote donde dormíamos, tenía las obvias ventanas redondas que
estaban cerradas y mostraban la inmensidad del agua que tiene
muy lejos al mar y la costa de europa.
El relato de cuando aprendí a caminar al lado del Río Sena de la
mano de mi viejo, siempre me dio vergüenza de contarlo y ese
verano, me hizo pensar en la posibilidad de volver a caminar por
ahí, de la mano de alguien y con más agua al costado.
De ese viaje, sólo puedo recordar las imágenes de las fotos que
sacaba mi viejo, nuestras caras mirando vidrieras en las jugueterías
decoradas de navidad y la vuelta en avión llorando. Las
diapositivas de los recorridos que hacíamos los fines de semana por
las ciudades pegadas a Francia son imágenes de paisajes y castillos
en blanco y negro.
Cuando volvimos tuve un cuarto compartido lleno de muñecas con
vestidos remendados a mano con sus puntillas y cintas de encaje
planchados por mi vieja que parecían recién comprados. Tuve ropa
bordada a mano y una ventana llena de flores y cactus comprados
19
en el jardín japonés con sus piedritas coloridas para alegrar algunas
miradas.
Tuve vacaciones en la montaña, en la nieve y en el mar. Las únicas
vacaciones que recuerdo del mar, me encontré con la voz de mi
madre distinta. La voz de una mujer que enfrenta, que asume la
postura de un reloj de arena o la defensa que tienen los erizos.
Algo de todo esto así de borroso, tiene un tinte color rosa clarito y
cumple la función de un volcán que de noche, ilumina mi bosque.
(…)
20
Karina Cartaginese
*
Blanca
azalea
baila gitana
en la vereda
su sexo silvestre
de blancos pétalos
abiertos
en el calor de la tarde
un oasis
un espejismo
refleja los bailes
y los jardines
más deseados
más besados
azalea
baila gitana
en mi frente
ya no hay rejas
la tarde merienda
su pecho silvestre
y yo
ramo despabilado
me arrojo hacia ella
para que me alumbre
vegetal o animal
entre los pliegues
de su blancura
azalea
qué fantasías
de hombre o mujer
21
encierran tus capullos
cuando florecen en mis ojos
abiertos de blanco y flor
adhieren a la piel
de mis pensamientos
buscan la señal
excusa para arrancarme
de raíz
de mi maceta
*
Princesa
Debajo de una escalera
obscena intemperie
alas de mala muerte
sueña al margen
de los arrullos de un tren
Su ángel de la guarda
quedó pegado
en una bolsa de plástico
que hizo volar el soplido
de un espíritu dañino
Sin castillo
un sueño herrumbrado
la niña durmió
sola quedó la torre
sin princesa
con un insomnio de ladrillo enmohecido
perros de tristeza
aúllan
y un lenguaje fantasma
habla a viva boca
lo que ha vivido
22
*
Linda
La ventana de su Paraíso linda
con mi imaginación
Me manda un beso y una manzana
evoca al manzano que gira
y marea mi copa
tan cristalina su voz
que la veo a través
de todas las mujeres
*
Ella en una en muchas y en una de mis
orillas
Ella una anatomía de mi cuerpo
un cuerpo de mi cuerpo
puente donde cruzar es mirar sin los ojos
cruzar cruzar entretejer destejer
todos los hilos y las íes en el entre //dos pieles
Al final arena que se desliza y se va
como una hola que se despide en las ori//as
de mis ori//as
Y la frase clara que dice y repite Clara:
no te vayas
*
Es primavera
quiero sacar todo mi cuerpo
por la ventanilla del tren
lo voy sacando por partes
lo voy pariendo
para que lo arrebate el aire
con el abrazo más suelto
y más adherido que hay
siempre que es primavera
me dan ganas de estar embarazada
llevar a mi niño a pasear y a balancearse
23
Ana Claudia Díaz
*
Escasos animales miran
el galope de la amapola en el viento
o reconocen cuando algo
está roto para siempre.
Yo busco los signos faunos
en la estela que se desprende
de esa certeza.
*
Se entreabre el paisaje caído entre las hojas
bajo el amaranto color de las luces del tránsito
viajo en ese herbario
me desprendo de la calamidad polvorienta de las cosas
centelleos verdes me revuelan
me enredo en la hierba que se vuelve
puerto de aves.
*
Niños vistiéndose
Color uva el paladar del mar
su playa teñida
la espuma de las olas dispersó nuestras esporas por todos lados.
La bruma. Brizna.
Rompimos los hábitos de los perros de la madrugada. Frágiles
esquirlas desprendidas de la arena construyeron mi alma esta vez.
Los tamariscos parecían mandrágoras esmaltadas o un pilar de
/agujas.
No sé. El velo. El roce previo.
Aprender a espiar desde dónde es que cuelga la lluvia en invierno.
Mojado el cielo, en mi garganta la arena raspa y raspa
para esconder todas esas idas y venidas y vueltas y ya no hablar
/más.
24
Fabricantes arrancaron del hueco las espigas y las varas que
/quedaban. Dejaron solo calma
casi que estaba por caérsele a los pies
de pronto todo era un almacabra. Una bóveda.
Pasaban moros con una estrella en la frente. Trigo.
Éramos como niños. Habíamos estado vistiéndonos.
Antes de que el océano largara los cangrejos a las hierbas de las
/dunas. A la raíz
con la luz violeta podía verse el camino sembrado con migas de
/nueces
me eché a andar de espaldas gregaria de acá para allá
descubrí que en la aldea del tiempo el viento baraja
una población de diez mil huellas nuestras o más. Una manada.
Allá va lo que es lejos ¿Hay alguien perdido para confesar o
/prevenir la desventaja?
Aun no sé si se fue o si vino.
Hay que desfogar la ira y la demasía, cuando se teme llenarse
/de frutas
acomodar en la pared de arena el papel tapiz con la imagen
/del tren de fondo
cubrir el piso de flores
y ahí somos solo como dos manchas que se van con el limón
o con el sol de la mañana por un cuenco de sal
que es solo para irse.
*
De triángulos está hecho el mundo. Coloridos. Convulsiono en la
colectiva muestra que tiene como virtud, unir los lazos. El sendero.
El inconsciente que amaina, lo irregular.
Como dos ruedas que trasmiten mientras giran. Un holograma. La
cadencia. Eslabones enlazados entre sí que se funden y hacen una
superficie de corcho para flotar. Manos agarradas en la danza. Para
liberarse de los cables, de las ataduras. De una misma médula.
Opresión que permanece sola, dentro de un pozo, una torre o un
armazón.
Estábamos resguardados en la dársena del río. Desde ahí, surgir.
Subir. Signo rodado. Pez luna. Círculo abanico. Cada vez, es nuestra
vez. En lo próspero y en lo adverso siempre está el viento del sur
que se hace estampar en alguna parte del cuerpo. La cordillera: el
25
cisne blanco en su lomo. Libre. La voz es un molino de papel. Ando
con ella y mi grito se llena de pliegues, de delgados hilos de lana que
lo atraviesan, de cuerdas.
Los demás, también están asidos de la mano, dando vueltas en la
misma fiesta.
Yo intento seguir mi curso, caminar los ríos, los planetas. O
rodarlos. Avanzar hacia él. Caminito que calma mi ansia. Poblado
de calas acuáticas, de arándanos, de frutos con hojas cilíndricas.
Casi al final, una multitud de florcitas de color azul oscuro. Esto, no
corresponde a la idea que me había formado de vos o que te habías
hecho de mí. En el suelo se juntan nuestros pies y las huellas
sucesivamente, como un vuelo de aves. O el nadar conjunto de las
ballenas francas.
¿Cuántos eneros arrojados? Al enterarse que la claridad del día se
gobierna en el andar. Ahora sé, que a él lo agobian las penas, los
años pasados, las sábanas y la imagen líquida del diluvio. Mi
silueta.
De tanto en tanto, la trama se va haciendo de lava. Yo quería
asignarte solo la palabra pasamontañas. Hacerme cargo de eso.
Llegué, me rindo. Encorvo el cuerpo hacia la tierra para aliviar la
noche del tiempo en que aún falta el resplandor del horizonte, su
armonía. Una tribuna de oradores del pueblo juzga mi cesar,
remoto e impreciso.
Me mareo. De barro esta hecho el frío. El fin. Empecé a coleccionar
diademas. A rodearlo todo con la sombra de la arista de mi vestido
hecho de seda. Mis dilemas. La continuidad orgánica. Mi turno de
llevar las plumas del pavo real. O convertirme en calabaza. O
también, puedo dejarlo todo atrás y ser una pequeña niña hornera.
26
Carolina García
*
La extraña posa su peso un instante
como el pétalo que tiembla duda cae
luego sustenta todo
sostén
las ramas que vivas o muertas
aluden una y otra vez al origen
una niña que dio a luz a otra niña que da luz
y así nuestro árbol de niñas crece
aunque acaso desprenda o se arranque
una se desgaje en el intento se vuelva foránea
anhelar la lenta raíz de la caída nos salva.
Seamos
ese lince que insiste.
Veamos
* Madreselva
calma padre!
Por todo lo que crece
fuera del alcance de tu voz
A mi papá:
Algo hay que hacer
con el vacío o con todo
siempre?
te voy te fugo te abismo
y quedo con mi mitad huérfana
mi media medida de lente lenta tu muerte
veinte vueltas ha dado el mundo y yo con él
veinte cíclopes miopes de tanto cielo
así recibo el blanco y blasfemo
27
ira que venga la alojo en jaulas
arrojo y me jacto de pájaro audaz
te destierro te decanto y canto
lo que despabila mi jardín
madeja el pacto como el hilito un guante herido
a medio hacer me dejás y repueblo
saco del lodo la luna
la devuelvo entera yo creciente ya
en un cariz acuoso despliego el espacio abierto
los cálamos libres
para emplumarme y desenlutarme de una vez
*
El norte ha quedado atrás, pequeño y decidido en su rastro, como el
pasado que acumula y cuelga los objetos en desuso que
incesantemente rememoran la muerte. Esos extravíos que adrede
van haciendo lugar a lo nuevo, ínfimo hueco donde cabe un abrazo
de pájaros, un silencio de bocas rojas que nos dice: Ha habido un
cruce híbrido entre el olvido y el cielo.
A un lado se ovilla
oblicuo sol
amo y desarmo la casa
rieles en u sucumben
aún el eco de la estampida
¿Siguen recluidas las muñecas?
¿Qué hueco las despabila?
ostentación de estambres
no da lo mismo
altivas cavidades insaciables
cubrir el propio vacío
verdes o violetas
prendidas las cabezas
no de llanto
es temprano el mundo
matinal, fallido y fálico
La niña no habló
prefirió desconocer
saberse saborear
en el silencio
28
piedra libre!
pido!
(dedos en cruz)
quiso ser rama y así dar
nombre al árbol que tarareó.
Que ya no tema me decís.
¿Cómo? Si el miedo siempre es más veloz y nos alcanza, se desata de
los hilos que lo amarran, se hace presente. ¿Acaso habrá que
apaciguar el metálico roce que infunde su voz? Tal vez
simplemente abandonarla.
“Pero los miedos, las ilusiones infantiles no tienen evolución
ni progreso, son hálitos que sostienen la vida,
pequeños círculos de aire que nos rodean como una órbita
de la que no se puede salir porque no hay nada fuera de ella,
el vacío...”
Claudia Masín
Creí que la penumbra de tu abrazo calmaría el miedo a las olas,
sin embargo hallé la embocadura de todas las aguas gélidas del
mundo.
Sigo siendo la niña que busca en los azules pliegues de la casa,
que las miserias se guarden ajenas y propias en un saquito de tela, y
recuperar lo perdido en el doblez de la nube contra la nube.
Madre de todos los gestos, deseo que digas: la tormenta pasará
y remediar, volver a nombrarme en el medio del miedo
entre el rayo y el agua de un cielo borrascoso
de tu voz aprendí a contar: cuánto demora el relámpago hasta
encontrar su sonido
que la calma está en la diferencia, en ese breve lapso de tiempo
sólo unos segundos en que se gesta el amor
y así he construido
un terraplén
un redondel
un ventiluz.
29
María Gutierrez *
selvática la esencia
volar por los aires
se siente, múltiples horas
sin rumbo, sin lugar
aterrizamos en la grandilocuencia
cintas y más cintas transportan
cuerpos materiales, ilusiones inmateriales
las flores resplandecían
los tulipanes saludaban a la velocidad de las autopistas
unían un otro no lugar
inmenso
como los seis millones que lo transitan cada día
sonoridades, colores, verdes diversos
pájaros haciendo sonar su voz
faisanes a la orilla del lago
patos con picos se bañan y juegan en aguas estancadas
mosquitos, inseparables
del deseo de chupar sangre humana
exhuberancia
el otro lado del planeta
despierta incógnitas.
*
Gótica
miro el mapa
recorro con el dedo hasta un punto
el azar me detiene
¿ dónde estoy? ¿en qué ciudad?
30
es mi ciudad
invisible e invisibilizada
la recorro, la imagino
la transito lentamente hasta perderme
ese mapa, ese espejo
cartografía de mis ausencias
de caminos, confusos
mal trazados
me interno por las callejuelas
se transforman en laberintos,
no hay papel cuadriculado que pueda marcar milimétricamente ese
espacio
el intento de transitar
por lo imaginario de la Plaza del Rey encerrada
entre cuatro paredes góticas
iluminada en cada recoveco
sonidos y voces, tenues
por momentos atronadoras
me pierdo en la coreografía de los cuerpos
que se arman y desarman
a veces van
otras vienen
y yo me pierdo
¿dónde estoy?
agarro el mapa, la ciudad
fotografiada en papel
no es mi ciudad
divago
leo carteles, miro a los costados
obscuros, escucho idiomas
rostros, voces, miradas
y yo descendiendo
a un lugar, que por un túnel
me transporta, incesantemente, a algo
parecido a mí
31
*
espada y escalones
Siracusa
la Atenas del mediterráneo
tiranos, bárbaros, griegos, romanos, árabes
papiros egipcios, bahía azulada
el Etna mirando con clavada omnipresencia
cada tanto escupiendo fuego
y Siracusa allí, con Píndaro y Esquilo recorriendo sus calles
resquicio de la totalidad poética del ser y la naturaleza
Podría ser de otro modo en Siracusa?
el miedo a la lava casi evita el encuentro
Platón esclavo en sus correrías
y la espada de Damócles inventada por el miedo
el más puro miedo que despierta el Etna furioso
cómo no transitar entre Taormina y Siracusa sin perder el
/aliento
el alma se queda sin palabras
la emoción sin amor
la belleza es de esta vida
que lleva a subir miles de escalones, y cuerpo y vida se
/confunden
con la nada
el ir y venir
el Río de la Plata con la canoa golpeando el agua
refresca, recuerda, me lleva, te lleva, nos lleva.
32
Alina Muszak
*
La novia cumbia
sacudo la vértebra
excitada de hielo blanco
nariz gorda
el hombre adorado resbala su azul
azulado deviene un cosmos
algo chiquito
inmensa vibración del hueso
venera el músculo busca arena
la claridad es una sensación
un glaciar
y esfuma su trayecto
erosiona la mirada del prisma
cuerpo agua sólida
se mira la sangre
baila en el espejo ocre
remanso frágil su deshielo
en el estímulo
me abro
me inspiro
prima el aire en lo pequeño
el pulmón contrae
blando el tórax
presiento que el hielo esponjoso
dejará su huella en el reflejo
en el hueco de la luna que admiré
mientras soñaba
el mar era un tigre correntoso
yo nadaba fuerte lejos
el animal urgente penetraba
miedo blanco
cuando el algo parpadea
y me dejo gritar los médanos
el pasto
33
morder el tilo del verano
invierno glóbulos de aire seco
el corazón a golpecitos se sostiene
brilla elegante su línea delgada y roja
lleva el azar de viento lobo
curva cuando amanece
pulverizando el ocre de la lluvia del ojo
del pómulo que brota
sale la leche
con lluvia finita y tibia
haciendo ondas desnuda mi pelo
lista
mirando nubes irse
natural
para ir cantando mi cumbia
carne anémica
para apretarme la mancha
el pie los extremos
la realidad
o las dos cosas
ahora ondula el alma del cuerpo
esencial lengua
hematíes sin fiebre
la piel suelta como durazno
la semilla
lo nuevo
la pandemia
membrana de lo que soy
cuando suena suspendido el goce
abismo imponente
inmensa el movimiento
la serie de las cosas
de cierta relación
la proteína
el eslabón primario
la materia viva
enzimas
34
hormonas
anticuerpos
fluye la boca desea amor
si todo fluyera en partecitas
con murallas y otras fortificaciones
¿fluirá el hilo de la voz?
brilla el órgano
desnuda vitamina suave
glándula de noche
el hombre copula queriendo
acontecer
ahora ausente
galáctico
paralelo al don de los barcos naufragio
olas propias
carbono interior
la molécula intemperie blanca
sana
la pulsión
narciso se adorna
arando la tierra de mí
dejando la tempestad mi espalda
vertical
lunar del cuerpo
espejo que fue temporada
del vacío amplio solo
estelar
propio
35
*
Hay que sublevar el aire
con estilo
con lo propio
es bueno exponerse
alinear la piel
fuera del consumo
cerca del corazón
con los ojos
ver las defensas
soltar el pelo
el sentido
es la cuerda para llegar
36
Juan Previgliano *
Ni parques ni jardines
retribuya, retribuya
súbase al caballo
coseche su siembra
anticipe el desarrollo de la farsa
así es como todo se encarrila:
meses de penas
temporadas de amor
empareje los beneficios
coseche su siembra
nadie sabe dónde se esconde
la poesía sin personas
no se la busca
no es una virtud esotérica
el alma rimbombante de acá para allá
*
Refugios
Parece que todos se burlan de mí
me refugio en la casa de mis abuelos
está vacía
murieron hace tiempo
pero el fervor me acobija
pongo cebos para la rata
caliento mi cuerpo
con una estufa eléctrica
pongo la radio nacional clásica
37
recuerdo el cuerpo largo de mi abuelo
sus orejas grandes
los comentarios de los budistas en Asia
repetían Long Life, Long Life
mientras le golpeaban los lóbulos
con el dedo índice
la cama del escritorio
en la que dormía cuando los visitaba
rebosa de papeles
la despejo, la preparo
solamente con una frazada
vieja pero abrigada
con dibujos grises de tigres en la selva
la tranquilidad del piso de madera
del empapelado de ramas
de verdes pastel, de beige y de calma
pero en mi cabeza
no puedo evadir la invasión
los dichos del tumulto
busco a mi abuelo
en un retrato de Alvear
en una colección amarilla
del National Geographic
en su oficina de exportación de té
en el té
en sus remotos viajes a Rusia
la intoxicación desaparece
mi condición habitual no funciona
lóbrego en mi paz,
tengo que esforzarme para buscar el refugio
para pautar una tregua con el pensamiento
para abrigarlo
y susurrarle:
no tengas miedo de los terremotos
son llamas que no te tocan
no creas nada de lo que dicen
no creas en dios
38
no creas en la casa paterna
no creas en los triunfadores
hay en la palabra un efecto calmante
hay en la palabra un efecto tranquilizador.
*
Una tregua con las vacas
No sé cómo las desprecié
son gordas y suaves
pastorean todo el día
guardan secretos en los tréboles deglutidos
en sus circunferencias colosales
son el futuro
amo cada parte del cosmos
y las amo a ellas.
*
Informe sobre la flora de mi patio
Es primavera y el cactus (cada brazo del cactus) tiene un pequeño
brote verde, son sus hijos, hijos de los hijos del cactus como nació.
La albahaca sigue creciendo demasiado para arriba. Ceci aventuró
por teléfono que le falta sol, pero está en la zona más iluminada.
Las flores violetas de la prímula se murieron, pero la planta sigue
viva: similar a una lechuga. Parece que el jazmín bonsai va a dar
dos flores. No voy a estar seguro hasta que no las vea.
39
*
La riña descalza
dame, dame dame morir
dame dame descanso
dicha, dicha está la duda
tu palabra
no un cántaro de plañidos
ni la exactitud descarada
toneladas de besos
alucinaciones distantes
pausas: no respiros
toneladas de besos
dicha, dicha está la duda
trina, trina ya la duda y su palabra
bruma, bruma la elegida prepara
dicha
dicha está la riña descalza
40
María Laura Romano
*
Juliete
Que la vi
vi a una chica, Juliete, realizar meticulosamente “un” drenaje
no sé de qué
algunos decían que de yo misma
pero yo no lo creo
el mismo yo nunca existió
¿cuántas veces repitieron los poetas
yo es otro?
(También oí el aullido de su madre y les juro que no fue cosa
humana,
más bien parecía de pájaro)
Sí, vi a Juliete
la vi balanceándose rítmicamente
algunos decían que tenía rocking
pero yo no lo creo
yo la vi rockeando
abrazada por otros
quería mosh
en un lugar caluroso
con todos los cuerpos pegados, calientes y brillantes.
Transpirada bailaba, saltaba en cuero
revoleaba remeras
hacía círculos en el aire
sacudía sus brazos flacos.
Pero algunos también decían que Juliete aleteaba
y eso sí que lo vi un poco
bailaba bamboleando los brazos
como buscando a su madre
quería sacar sus alas
plagiarle el aullido
41
volverse ella misma pájaro.
Juliete no quería los brazos
quería que le salieran alas.
Juliete había visto algo así:
una vez en un cotolengo del sur
vio a una chica
con la espalda crecida de brazos.
*
AMOR
Me gusta el amor al perro del señor del quiosco
un amor que soporta la ausencia
que no pide nada
el quiosquero se sienta a tomar mate en la vereda
el perro se queda en la esquina
tirado, adormecido
su presencia es lejana
se asegura con la mirada
como cuando sacamos una foto
el visor en el ojo
un reflejo de luz que no encandila
los cuerpos amarillos de sol claro
el clic de la cámara que guarda
un rostro, un mar, las montañas.
Al perro le falta una pierna
fue tullido en una guerra
una guerra sin personas
que no se disfraza de leyes
fue lo real de huesos rotos,
solo tierra.
El quiosquero tiene una hija de rasgos hermosos
que a veces le da golpecitos en la panza
le advierte que no coma tanto
el colesterol, papá, le dice.
42
Hay dos fotos gigantes del perro en el quiosco,
en vez de una publicidad de cigarrillos
hay fotos del perro.
De la madre de la chica no hay nada
era hermosa y se murió
punto, se murió.
*
Aprovechar los sentires
Entender cierta dureza
como si hubiera que
escalar una montaña
enorme escarpada
empinada y exhausta.
El alcohol y los perfumes son
dos formas fluidas
complotadas contra el odio
de lo sólido, son
la conjura de los encantos
de las mujeres hechiceras
brujas capaces
de frenar con el movimiento
de los muslos
la peor de las matanzas.
Lo líquido
que se mezcla con
lo durísimo
de la piedra, el libro y la caminata
de la cucaracha. Se mezcla
con un militarismo
extremo que se hizo carne
íntima
la rigidez que conduce
una vida:
levantarse acostarse
y en el medio el trabajo
dignifica.
43
* Té rosa
Tomo té a sorbitos
en tazas de porcelana lila
con flores verdes.
La taza más el plato
y el color hermoso del té
son mi manera
de ablandar las cosas.
Algún día
voy a ser borracha
y tomar whisky
en vasos decorados por mí.
44
Natalia Romero *
Norte
La vicuña llama
sueño que tengo los ojos pegados con la sal.
Todavía en los pies algunos granitos de arena
alguna porción de la tierra que más queda en la planta del pie
/rozando.
Boca abajo al suelo de cabeza miraba la playa dada vuelta.
Con boca de niño.
Crece la sal hasta ser cumbre.
Somos norte.
Adentro de la chala del choclo la chala del alma aplasta.
Vuelan las cáscaras del aire.
Sobre las piedras nacen montañas.
La orilla bajita sobre el monte.
El mar calla bajo la luna.
Tengo los ojos mirando el foco justo.
Me parezco tanto a vos.
*
Creencia
Digamos que sí,
que sí.
Si te pregunto quién soy.
¿Podrías responder?
La luz del destello es muda
¿Y qué hay de mí cuando te percibo por primera vez?
¿Cuándo es que nazco?
Soy lo que hacen de mí.
Te miré a los ojos y bajé la mirada,
casi como si fuera a decir otro nombre.
Una península de agua aclara
un relámpago como un rayo.
45
*
Me miro las plantas de los pies, están floreciendo
La ola sobre nosotros.
Claro. Irrumpe el viento abre la ventana me vuela todas mis
/manos.
Flotan. Miro a Adela y está sentada sobre mí.
Salgo al patio el hijo señala el suelo.
Ahí está.
Se yergue el cielo
se levantan los tallos del río.
*
Tener razón
De los tiempos del retorno nadie sabe
Ni nadie puede decirnos.
dónde tomar del mejor sol.
Dónde pararnos para saludar al cielo.
El tiempo como un pájaro
como el saquito de té escurriendo tecito dulce.
Como el hijo que vendrá.
Frunzo mi cuerpo para que no se me escape.
Buscando el fondo del aljibe encuentro
mi propia piel.
*
El tope vuelto acantilado
En esa escama del río.
Entre el revés de tu sombra
y el espacio del cuerpo tibio,
Habita la lumbre el deseo aguerrido.
Como el sapo bajo el cielo quieto.
La presencia posible.
Después de la rotura de la especie
46
las campanas empotran al sol.
Casi como si pudiera dejar el cuerpo en flote.
Crucifica la luna la hora exacta.
Se duerme en pliego de plegaria.
Del cardumen de flores
corre el polen dejando polvo.
La luna se acerca hasta dar cuenta
de sus poros ocre violentos.
Salido el tope vuelto acantilado remado casi pulcro.
De lavas surgentes
de marinas pieles bordadas.
Sobre la cima el agua habla.
Dice todo lo que diremos.
*
No hay prudencia
Hay el azar.
Somos el punto alto del alta mar,
La estrella polar de la noche.
Lo álgido del mundo.
Como vino rojo bañándonos
las pieles celestes.
*
Cuerpos celestes
Esa cascada en medio de la montaña
se abre queda izada.
Como pino alto
se elevan tus brazos a través del agua.
Es la hora de la siembra
salís a la tierra con los pies descalzos.
Surge la ninfa como sapo de estanque.
Sale fuego del punto enérgico tuyo mío.
47
No puedo pisar el suelo con la planta del pie entera.
Fuerte la ola irrumpe corta despacito nuestras pieles.
Suena el canto de los grillos.
Saltan bajo la luna de planta grande
la luna de plata redonda.
Me toca tu mano.
Despierto.
Habremos logrado alcanzar la punta del cometa.
En el espacio como anillos de planeta tu boca
es ancha como una serpiente que devora.
Del fondo del río brotarán tus voces que aún no oigo.
Un león de garras finas punza el suelo.
Me amarro a la tierra.
Cabalgo.
Como quien escarba,
por la borda del río.
Se le hace un hueco al agua.
*
Descamación
De mí caían todas mis pieles.
De la mano tu cuerpo es como real.
De tu mano tu cuerpo es de agua.
Las olas del río traen cada vez más peces al sol.
48
Mónica Rosenblum
*
a mayor comparsa, mayor corso
¿soy una hebra, un punto
una partícula dorsal?
¿soy la faz de lo que no dije?
¿de lo que otros, ellos, no dijeron
no alcanzaron?
tejiendo se soltó un punto
¿soy yo?
tanto destejer para insertarlo
para insertarme
en qué
en cuál faz cuál dorso
en pertenencia a qué
a mayor faz, mayor dorso
soy la faz de lo que no dije
(biendije ni maldije)
y acá estoy
afásica
desfásica
adosada
endosada sin adobo
el dorso medio doblado
anverso
inverso a lo que grita
a mayor faz, mayor dorso
tan menor
tan mini dorso
corrigiendo la dorsal
como si se pudiera
creyendo acomodar
una vértebra cada tanto
y a veces reptando
en el dorso del cuello digno
49
-mentón a noventa grados-
reptil sudoroso
esquivando los mismos hoyos
holes, agujeros
sacando un pedacito
de faz cada tanto
para barajar y dar de nuevo
bajar lo viejo
a mayor faz, mayor dorso
a este hay que bajarlo
decía una nota manuscrita
de hace treinta y tantos años
y yo la vi
así decía la nota
y bajaron
casi todos
y yo barajé
y di de nuevo
de nuevo otra vez con lo viejo
sí, di ahí
donde se guardan las agujas
que por algo
no terminan de oxidarse
reptando siempre
añorando vaya uno a saber qué dorso
qué corso
pobre huerfanito de carnaval
se fue con la comparsa a otra parte
con su nónónónó
con su mudez a otra parte
a ser qué
parte de qué
proyecto de corso
a mayor faz, mayor dorso
la faz es una cool búsqueda y
-ya se sabe-
(voz pasiva con “se”, alerta rojo alertar ojo)
el dorso
-un dorso observado
cebado-
es lodo resbaladizo
50
perro que busca su cola
peregrino nabo
que caminó las jadeantísimas millas
en círculo casi casi sin saber
-pero casi-
que estaba en el mismo locus
céntrico concéntrico bien concentrado
en agrandar su faz y su dorso
y al final, pobre nabo peregrino
estaba el muy pretencioso
en el mismo
infimilímbico
particularísimo punto
del que
-oh casualidad que no existe
entonces, oh causalidad-
había partido
a mayor faz, mayor dorso
después de todo tú eres la única muralla
si no te saltas, nunca darás un solo paso
eso, eso le pasó
al peregrino nabo
no se saltó
y encima creyó que sí
creyó haberlo hecho
haber saltado
convencido de su valentía
orgulloso de su valor
a mayor faz, mayor dorso
oh pobre peregrino centrifugado
fugándose de su centro
fundó otro centro
una fundación de los ídems a él
con todo y miembros
además
a mayor faz, mayor dorso
gestoteca le puso
para consultar gestos adecuados para diferentes ocasiones
cualquier gesto dejado en el tintero
Luis Alberto Spinetta
51
en la punta de la lengua
en la yema de los dedos
en el suspiro de un deseo
o en el resoplido de un deber
a mayor faz, mayor dorso
cualquier gesto
con potencial suficiente
para cambiar cualquier historia
y cualquier Historia
gestos no concretados
y también por concretar
a mayor faz, mayor dorso
para que los miembros digan
ah, mirá vos
para que piensen ah, si yo hubiera
o para que admitan
no sé cómo saltarme
ni cómo voy a saber si me salté
para que digan
tampoco sé los pasos que di
no los medí
no sé qué me di
y qué debo medir o darme
a mayor faz, mayor dorso
tampoco sé si estoy desenfundado
o fundado todavía
o ya
tantos fondos
tengo fondos sin fondos
fundirme querría
tal vez fundando
a mayor faz, mayor dorso
52
Alicia Saliva
*
La hora errada del reloj de sol
… trazó camino en el mar
y vereda en aguas impetuosas
Is 43, 15-16
I
solensombra
lumbre olvidadiza
no diste la hora esperada
fallos, desaciertos milimétricos o +
monumentales errores o -
/no temas, temporales
¿clavan su aguja en la eternidad?
una
gota
sí
parece
que
cae
el sol del reloj
descuidó el avance de su frío hierro
se aferró a una hora de otro tiempo
donde la vida era dulce y cálida
/PERO (no temas, temporales)
53
II
unas manos viejas y buenas murmuraron:
manden agujas nuevas
de puntas redondeadas
para alcanzar lo magullado
tocarlo al menos,
rodearlo
palpar despacio tanta superficie morada
lo purpúreo no lo quiten
es lo único no alterado
el error bienvenido
si derrama coágulos como saltos en cascada
pongan debajo blancas toallas
que no se pierda ni una gota
son fracturas de caleidoscopio
un pedazo roto y otro al lado
giro, sólo hace falta un giro y se encajan
para mostrarte todos los colores, sanados
III
la sangre
y los colores
en la sangre los colores
en el desierto que comienza
/verás
alguien trazará veredas
54
*
Como en un antiguo ungimiento
-¡Loca!
como lobos devorando
pieles blancas de corderos
alma ágil de cierva enamorada
reptando por tablas quemadas para avivar un fuego
que se te apaga
-sí, loca
me decían que no aclararía y yo
esperaba lo que la muerte no puede deshacer
enredada en mis cabellos de extraña belleza
hundidos y negros como tengo los ojos
que viven de noche
yo,
mortecina
luz que apenas hace visible las cosas
enrareciendo el aire cuando todo va bien
en el lecho
pero siento el alma
inconclusa
alterada por el frío y el pago
que me hiela la sangre buena,
que era buena
como cuidada en vaso de alabastro
y espera volver a serlo
cuando llegue a la costa
hoy,
busco desquiciada
entre los mantos
55
un ser igual a mí
el día en que nos hicieron
que tema un mar sin costas
que no dimensione
lo que cuesta el más caro perfume
y al darlo le sobre anhelo
todavía
que vea
y quiera
limpiar de bruma
los pies del mundo
ahora
llego con mi figura casi cadáver
al hombre
que se deja ungir en sagrada ceremonia
que nadie ve
recitamos algo en silencio
olorosa el agua
pesa en el aire
él se va lejos
pero no tarda en volver con el alba
llena la costa de marejada
y ya no me parecen oscuros mis cabellos
ni las lágrimas donde los lavo
yo,
ciega de sol
en esta playa
56
Romina Freschi
:^+[]Caldo
Este caldo es.
No hay otra cosa.
Este caldo
así, esta receta, este aroma, estas proporciones
algo picantes por momentos
-ése es el costo del calor
que se anida, egoísta,
en el pecho- y hace latir
a buen ritmo-
en popa-
Camino por la calle siempre iluminada
por el sol o las luces del mundo humano
-calesita venida a menos-
y en mi interior siempre estoy llorando
o peleando o extrañando a alguien
alejándome de este entorno
que consumo como todos a mi alrededor
aquí en la misma fiesta
alegres y rasposos como yo
asistiendo a las breves mejoras
o al vencimiento inclaudicable
de todo, todo, sin remisión,
apenas contenido por
esta dura placenta
en la que cada cual da su pelea
y su mejor cara de niño
al juguete del mundo y su civilizada
alienación
En este caldo te veo
ahí morís mil veces
y algo empieza a nacer
57
se cría solo
como la alegría
no se cultiva
apenas lo pruebo, lo reconozco
claro, calórico, palpitante
papada suave y calurosa
donde escondo la cara
y que acaricio con devoción
Ah qué plancton luminoso…
No hay tenaza que me apriete "eso"
solo esta humedad se produce
fábrica de viento y lagos
microscópicos halos
del hábito
Detrás de esta grasa
el pasado vive con vos, futuro
no hay futuro que lo pueda quebrar
hilo luminoso de oro
sos mi tesoro,
persiste