EL SENTIMIENTO NEGATIVO
RISTO MEJIDE
Si ests conmigo, ests contra m
ESPASA Risto Mejide, 2009 Espasa Calpe, S.A., 2009 Diseo de
cubierta: AFTERSHARE.TV Foto del autor: Jos Irn Depsito Legal: B.
27.924-2009 ISBN: 978-84-670-3228-4 Reservados todos los derechos.
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Va de las Dos Castillas, 33 Complejo tica - Edificio 4 28224
Pozuelo de Alarcn (Madrid)
Travesuras^^
Para Ruth, que est siempre conmigo. Y para lolanda, Tessy y Aida,
que jams estn contra m.
NDICE
Contra las dedicatorias................................ 212
Contra /El pensamiento negativo/ ..........................
208
Contra portada.............................................
206
Contra paginacin..........................................
204
Contra m mismo. Con lo que yo he sido................... 203
Contra la lucidez. Cantar de los cantares ................
201
Contra la comodidad. Quiero dar por culo ................ 197
Contra las relaciones sentimentales. Pensin compleja... 195
Contra las demostraciones de afecto. Instrucciones para dar un
abrazo ............................................ 193
Contra la risa. Teorema de una sonrisa................... 191
Contra la tontera. Cuarenta cosas que aprend de la
fama......................................................
189
Contra la alegra. Cuando quiere llover y no llueve...... 187
Contra u\ bondad. Noventa y nueve maneras de quererse
mal........................................................
185
Contra la fraternidad. Odio mo .......................... 182
Contra la ilusin. Magia potagia.......................... 180
Contra la certeza. Historia de una duda.................. 177
Contra la amabilidad. Qu (re)ocurrente (I)................
174
Contra el xito. Triunfando estrepitosamente (I).......... 173
Contra la humildad. Me molo.............................. 171
Contra la amistad. El da que te merezca ................. 168
Contra la pareja. Qu se debe ............................ 166
Contra la simplicidad. Preocupados, listos, ya ...........
163
Contra la obediencia. Deberas............................ 160
Contra la justicia. Esto te va a doler......................
157
Contra la familia. Tengamos un cro....................... 155
Contra la originalidad. Qu (re)ocurrente (II) .............
152
Contra las compaas areas. Jod-Air .................... 151
Contra el xito. Triunfando estrepitosamente (II) .........
149
Contra el pleno empleo. Las cuarenta afirmaciones menos crebles en
una entrevista de trabajo............... 147
Contra el servicio. Al fondo a la derecha .................
145
Contra la abstinencia. Sexo oral ..........................
142
Contra el presente. No deberas haberte molestado..... 140
Contra la consistencia. Ex machine ...................... 137
Contra la esttica. Cumplir aos.......................... 135
Contra la espontaneidad. Qu (re)ocurrente (III) ..........
133
Contra la navidad. Feliz vacuidad..........................
132
Contra el xito. Triunfando estrepitosamente (III).........
130
Contra el medio ambiente. Fin de dao.................... 128
Contra /El Mundo/...........................................
125
Contra la fiesta. Mi dulce da de navidad................. 124
Contra la iglesia. La sangre en paz .......................
121
Contra ciertas compaas. Lo peor que te puede pasar.. 118
Contra las elecciones generales. Odo cochina......... 115
Contra los candidatos. Candideitor 2.0.0.8............... 112
Contra el optimismo. No s de qu me extrao........... 109
Contra las colas. El ltimo de la tila ......................
106
Contra las vacaciones. Desaparece, que no es poco .... 104
Contra el xito. Triunfando estrepitosamente (IV)......... 101
Contra las postvacaciones. No me encuentro............ 99
Contra los premios. Enhorabuena a los preciados....... 97
Contra la identidad. Hay que ser muy nombre............ 94
Contra los medios. Pregntame a la respuesta........... 91
Contra la sociabilidad. Presenten almas.................. 89
Contra el prjimo. Apadrina a un quejica................. 87
Contra la estabilidad. Que llueva, que llueva............. 84
Contra el valor. T s que cuestas........................ 81
Contra el xito. Triunfando estrepitosamente (V) ......... 78
Contra el halago. Autobiografa para enemigos.......... 76
Contra la opinin. El prejuicio justo .......................
74
Contra la afirmacin. No, nunca, jams, tampoco, nada 71
Contra la promesa. Lo prometido es duda................ 68
Contra la urbanidad. Seamos sinceros ................... 66
Contra la necrofobia. En ocasiones veo vivos........... 64
Contra la comunicacin de masas. Mis diez asunciones de embudo
............... 61
Contra la publicidad. Maana lo dejo..................... 56
Contra la trascendencia. Uelga de aches calladas ...... 54
Contra la educacin. Para que aprendas................. 52
Contra la esperanza. Expectadivas ....................... 49
Contra la palabra. Te callo tanto ..........................
46
Contra la inspiracin. Delirios de gatillazo................
43
Contra la ocurrencia. Qu (re)ocurrente (IV) ............. 40
Contra la interactividad. Una crisis, dos crisis, tres crisis ..
39
Contra la generosidad. Envidias al roquefort............. 36
Contra la prudencia. El no ya lo tienes....................
33
Contra la continuidad. T por aqu........................ 30
Contra la tolerancia. Y yo con estos celos .............. 28
Contra la expectativa. Adioses paganos.................. 25
Contra la novedad. Soy un yonqui......................... 22
Contra el desapego. Todo en caja......................... 19
Contra la coherencia. Suicidas a domicilio............... 16
Contra la integracin. 2 G4 x 1 G5....................... 14
Contra la sinceridad. Te he mentido ...................... 10
Contra los principios. Lo poco que s de la vida......... 8
Contra el precio de este libro. Cuarenta cosas que podras haber
hecho con el dinero que cuesta este libro ............... 6
Contra el contenido de este libro ........................ 3
*CONTRA LAS DEDICATORIAS
1. Para__________________, con algo de afecto.
2. Para__________________, con algo de cario.
3. Para__________________, con lo que me queda de afecto.
4. Para__________________, con lo que me queda de cario.
5. Para__________________, con toda la estima que se le puede tener
a alguien que no conozco de nada.
6. Para___________________, con toda la admiracin y el respeto que
se le puede tener a alguien que me lee a m.
7. Para__________________, y porque una vez firmado, ya no lo podrs
devolver.
8. Para__________________, porque acabas de perder un boli de la
forma ms tonta.
9. Para__________________, por ser la primera persona que me
pregunta si yo realmente soy as.
10. Para__________________, por ser la primera persona que me dice
que slo vea OT por m. 11. Para__________________, por ser la
primera persona que me dice que en persona soy muy majo.
12. Para _____________, por ser la primera persona que me dice que
en televisin se me ve ms bajo, ms viejo, ms gordo, ms feo.
13. Para__________________, otra gran excusa para dejar de
leer.
14. Para___________________, otra gran excusa para seguir
escribiendo.
15. Para__________________ , gracias por hacerme un poco ms rico.
16. Para_________________, con todo mi estmago.
17. Para__________________, con mi alveolo derecho, que el
izquierdo lo perd entre unas piernas sin depilar.
18. Para__________________ , leme flojito, no te me vayas a
creer.
19. Para__________________, por pagar para pasar un tiempo conmigo,
haciendo realidad todas mis fantasas.
20. Para__________________, que est a punto de decepcionarse y an
no lo sabe.
21. Para___________________, y para esos amigos suyos que an no lo
han comprado.
22. Para__________________, por leerme a escondidas, que yo lo
s.
23. Para__________________, por haberme negado tantas veces en
pblico.
24. Para___________________, por llevarme en el metro con las
cubiertas de otro.
25. Para___________________, por ponerle buen precio de salida a mi
primer libro en eBay.
26. Para___________________, por bajarse mi primer libro gratis por
Internet.
27. Para___________________, por regalrselo a su pareja, con los
riesgos que ello comporta. 28. Para___________________, que cree
que este libro ser (an) peor que el primero.
29. Para___________________, que en su fuero interno sigue
esperando que este libro acabe bien.
30. Para___________________, porque le han contado que s conjugar
algunos verbos.
31. Para___________________, por pedirle una dedicatoria original a
la persona incorrecta.
32. Para___________________, la persona que ms se toca pensando en
m sin saber lo que me toco yo pensando en ella.
33. Para___________________, y por todo lo que podra haber hecho
con el dinero que le ha costado este libro.
34. Para___________________, y para la persona que se lo ha
regalado, que tiene un excelente gusto literario.
35. Para___________________, que est a punto de dedicarme un rato
de su vida que nadie le va a devolver.
36. Para___________________, que est a punto de descubrir que
cualquiera puede publicar un libro.
37. Para___________________, bellsima persona y mejor lector.
38. Para___________________, otra de las mujeres de mi vida, aunque
ninguno de los dos lo sepa todava.
39. Para___________________, el amigo al que siempre hubiese
querido engaar.
40. Para___________________, otra maravillosa persona de la que me
pienso olvidar inmediatamente despus de acabar esta
dedicatoria.
41. Para___________________, con ese cuerpo, mejor te leo yo a
ti.
42. Para___________________, el hermano que jams necesit.
43. Para___________________, si yo puedo, imagnate t.
44. Para___________________, que an pretende que le camelen.
45. Para___________________, un muerdo con lengua delante de su
pareja.
46. Para___________________, un achuchn de abuela.
47. Para___________________, besos negativos.
48. Para___________________, 1 abrazo < 0
49. Para___________________, algo parecido a un beso.
50. Para___________________,
*CONTRA EL PENSAMIENTO NEGATIVO
Despus de publicar mi primer libro, El pensamiento negativo, pas un
tiempo pensando que me haba equivocado en muchas cosas. Para
empezar, tena la impresin de que la decisin de la portada haba sido
una cagada. Desaprovech la maravillosa sesin que me dedic Outumuro
poniendo mi careto a tutipln, con un diseo ms que dudoso, y sin
demasiadas concesiones a la imaginacin. Ms tarde, no mucho ms,
llegu a pensar que la decisin de incluir captulos sobre
concursantes de OT olvidables y olvidados haba sido, cuando menos,
desafortunada. Para acabarlo de rematar, me tem que con el hecho de
incluir hartculos mos publicados en el diario gratuito /ADN/, igual
haba desmerecido el valor del libro, por el hecho de ofrecer
material que haba visto previamente la luz. Sin embargo, con el
tiempo, la portada se acab revelando como un test inicitico para
valientes, los captulos sobre triunfitos rindieron justo homenaje
al programa que me llev a poder publicar, y los hartculos de prensa
me demostraron que necesitaban el soporte de un libro para
sobrevivir al tiempo y, sobre todo, para llegar a ms gente. El
pensamiento negativo se convirti en uno de los libros de no ficcin
ms vendidos del ao 2008, y yo en uno de los pocos autores felices y
bien pagados de este pas. Los ms avispados an siguen pensando que
fue todo gracias a mi intervencin en OT. Y es posible que hasta
tengan razn. Aunque si todo el que sale en OT vendiese tanto como
mi primer libro, otro gallo nos cantara, nunca mejor dicho. En
resumen. Con mi primer libro, no aprend nada, porque fue todo un
xito. Esta vez vuelvo dispuesto a comprobar hasta dnde soy capaz de
aprender.
*CONTRA PORTADA
Ideas para la portada de este libro ha habido unas cuantas. La
primera, una foto de mi culo. Quedara bien al lado de los otros
libros, pareca la continuacin lgica de El pensamiento negativo, en
el que se vea mi cara, y tena bastante que ver con el ttulo, El
sentimiento negativo. De ah surgi la idea de un corazn al revs, que
recordaba a las posaderas ?o la delantera, para los muy enfermos?
de una mujer bien dotada. Si el icono del primer libro fue la gota
de sangre, en ste iba a ser un corazn invertido, algo as como el
smbolo del anti-amor, que no tiene nada que ver con el odio. Pens
que mientras el odio iba dirigido a una persona, objeto o concepto,
y es tremendamente pernicioso para el que lo profesa, el anti-amor
ira dirigido al sentimiento intermedio que se genera entre los dos,
y poda ser hasta beneficioso para el ser humano. Y es que una cosa
es odiar a alguien y otra muy distinta estar en contra de lo que
uno siente por ese alguien. Despus me di un garbeo por todo lo que
haba escrito pensando en este libro, y descubr que, efectivamente,
cada captulo estaba dirigido contra algo que senta por algo o por
alguien. De ese modo, de la idea de estar en contra, surgi el
subttulo. Si ests conmigo, ests contra m. Se lo ense a mi pareja, y
dio su visto bueno: En tu caso es muy real. Se qued tan ancha. En
fin, que de ah a la portada que al final sali slo haba un paso. No
iba a poner una portada. No tena sentido. Un libro sobre
sentimientos negativos no poda ser tan racional. Calla, ya lo
tengo. Dos contras. Que lo ponga como quiera el librero, que
siempre estar de culo. Y as qued la (contra) portada. Igual no es
la ms bonita, pero es la ms real. Mira, igual que mi cara.
*CONTRA PAGINACIN
Sigo odiando tener que mirar cuntas pginas me quedan para acabarme
un libro. Mi ta, que en el fondo no me quiere mal, un da me dej
caer que ese hecho denota un comportamiento digno de un
desgraciadlo, que siempre le veo el lado negativo a las cosas, que
a ese paso slo podra dedicarme a la poltica de altos vuelos y bajos
fondos. Qu grande eres, ta. Qu poco tendra que ver con eso, y
gracias al cielo, cunto te equivocaste. En fin, quizs por eso,
porque habla de sentimiento negativo, porque es ya el segundo libro
en el que lo hago, o porque vete a saber si habr un tercero, he
decidido paginar ste tambin hacia atrs. Para empezar, como
declaracin de finales. Y despus para que, como mnimo, al que lo
vaya a leer de rabo a cabo, le sirva de algo. Pero mira, a lo tonto
a lo tonto, ya he rellenado otra pgina ms. Perdn, menos.
*CONTRA MI MISMO
Con lo que yo he sido
Escribo estas lneas a punto de fracasar. An no s muy bien en qu, ni
por qu, pero s positivamente que va a suceder. Y lo hago ahora
porque, si lo hago despus, sonar a justificacin disonante. Un disco
(el de Labuat, con Virginia Maestro y The Pinker Tones, una
maravilla), un libro (esto que tienes entre tus manos), dos
programas de televisin (uno de cantantes que intentan salir por la
tele, otro en el que, para cuando leas esto, ya habr sido retirado
de emisin), varias campaas de publicidad, alguna campaa poltica,
contenidos para marcas... Todo antes de fin de ao. Imposible no
fracasar en algo, si no en todo. Para el que se haya credo mi tan
excesiva como aparente seguridad en m mismo, es todo mentira. Para
el que no se lo haya credo nada de lo que digo, es todo verdad. Yo
no s t, pero yo trabajo precisamente para eso. Para fracasar mucho
y muy bueno. Trabajo para levantarme constantemente, jams para
estar siempre de pie. Lo dice mi entrenador. Levantndose uno
ejercita mucha ms musculacin y riego sanguneo que estando
simplemente de pie. Y, como todo el mundo sabe, el riego es
gasolina para el cerebro. Adems, si existe el xito entendido como
reconocimiento pblico a tu trabajo, siempre lo he imaginado como un
rascacielos levantado piso a piso con el cemento cohesionador de la
tozudez y los ladrillos vista de cada uno de tus fracasos. Fracasos
estrepitosos, y fracasos que tuvieron toda la pinta de xito para
todo el mundo, salvo para ti. Fracasos pblicos que adornan la
fachada y fracasos privados, tan invisibles como necesarios, pues
normalmente sustentan los cimientos de lo que vendr. Si vale la
pena esto de vivir, en mi opinin, es para un da despertarse y decir
en voz alta la frase de mis verdaderos dolos. La frase de aquellos
que supieron estar en lo ms sublime e, inmediatamente despus, caer
a lo ms bajo con la misma dignidad. Esa frase de los que
demostraron que todo esto es mucho ms que un sueo. La frase que
espero poder pronunciar algn da entre sonrisa y recuerdo. Con lo
que yo he sido.
*CONTRA LA LUCIDEZ
Cantar de los cantares
Ella era negra. Lo digo porque seguro que hay quien empezara
diciendo que era de color. Pues no. Era de color, s, pero negra
negrsima. Y bellsima, tambin. No en vano era la modelo que habamos
elegido para nuestro spot. Yo era un capullo. No es que lo haya
dejado de ser, pero es que por entonces an no lo saba. Al revs, por
esa poca era cuando todava me crea el rey del mambo. Primera campaa
publicitaria que rodaba en mi vida, para uno de los principales
anunciantes de este pas. Campaa orientada a jvenes. No te digo ms.
Guapas y guapos felices de serlo, gracias al uso y disfrute del
producto. Bazofia /first class./ El caso es que no me preguntes
cmo, pero ese da, sin haberlo previsto, ella acab siendo la
estrella del anuncio, y yo, su chfer de madrugada. Me haba enrolado
como la que embauca a un bachiller en su primer burdel. Oye, cuando
acabe esto, si quieres, te invito a cenar. Con la sangre que me
quedaba en la cabeza y la mano derecha buscando a tientas un punto
de apoyo sobre el que parecer recostado y desganado, le haba dicho
que bueno, que vale, que de acuerdo. Que mi Smart Car biplaza
bicolor bipolar, mi falsa suficiencia y yo ramos todos suyos. El
caso es que cuando estbamos ya en ruta, me pregunt si, en vez de
cenar, me apeteca asistir con ella a una fiesta a la que le
acababan de invitar por el mvil. A m se me puso cara de gente, y se
me ocurri una genialidad para tratar de cambiar ese plan
improvisado por un planazo inverosmil. Le dije que me mora de
hambre, que no poda ir a ningn sitio sin algo en el estmago, y que
justo all al lado conoca un restaurante ntimo y tranquilo donde slo
servan mens afrodisacos a base de trufa y queso que slo quitaban un
sentido, el comn. Guio de ojo. Brillo en el diente. Clink. Paramos
en una gasolinera. Ella hizo un pis. Yo, medio bocadillo. La
fiesta, por llamarla de algn modo, era en uno de esos barrios en
los que las calles son ms conocidas por el nombre de quien las
habita que por la placa que brilla por su ausencia. Aparqu
calculando lo que me costaran los cuatro neumticos nuevos, en el
improbable caso de que el resto de mi coche siguiese ah cuando
volviese. Mientras nos acercbamos al edificio en cuestin, bamos
descartando edificios que tenan ms agujeros que ladrillos, mi ropa
ms bien normalita se iba tornando cada vez ms cara, y a m se me iba
quedando jeto de pasta fcil. Me cogi de la mano. Yo segua
aparentando la seguridad del que visita barrios como se cada fin de
semana y sale ileso, con cuatro denuncias, dos microcadenas y diez
nmeros de telfono. Morritos tan apretados como el culo y media
sonrisa vacilona cada vez que cruzbamos la mirada. Subimos en un
montacargas que ola a pescadera en traspaso, y all ya me atiz el
primer lengetazo. De pronto, todo aquello empezaba a valer la pena.
Al fin y al cabo, si de verdad quera jugar al chico malo, en algn
momento tendra que decidirme a serlo. Y qu mejor oportunidad que
subido a los labios de un ngel negro tan delicioso como se. Creo
recordar que la puerta del montacargas se abri justo cuando su
lengua exploraba mi garganta y mis manos le devolvan el cumplido a
la altura de sus nalgas. Lo recuerdo tambin porque el ruido de la
gente, que haba ido in crescendo desde que entramos en el edificio,
de pronto par en seco, dejando de fondo una msica /dance/ de esas
que ni tiene meloda ni tampoco lo pretende. Algo en mi educacin de
colegio de pago me hizo despegarme de ella y descubrir esas ciento
cincuenta personas vestidas para no parecerlo y mirando fijamente
hacia donde estbamos nosotros, guardando el ms intrigante de los
silencios. De repente, ella liber la hiena que llevaba dentro, y
con un grito totalmente desproporcionado para el tamao de sus
pulmones, entr bailando en aquel local, mientras era recibida con
una rplica igual de ensordecedora por parte de aquellos humanoides
que, hasta haca slo un momento, simplemente callaban y miraban. El
resto de la noche, fuimos de la mano mi /gintonic/ y yo, de paseo
haciendo slalom entre gente drogada y conversaciones sin sentido
interrumpidas por un quieres. De tanto en tanto, ella se me
acercaba, se rea de mi falta de integracin, me compensaba con un
lametn, un muerdo, un pellizco o directamente, un morreo de los de
vamonos que hace calor, y volva a desaparecer entre estupefacientes
bpedos con forma de ser humano. En una de sas, cuando cre que el
hielo de mi bebida sera lo nico que podra acabar masticando aquella
noche, di con un pastel de zanahoria que tena bastante buena pinta,
y que an estaba intacto. Empec slo probando un pellizco, muy tmido,
no fuese que no se pudiese tocar o que llevase algo raro y tuviese
que buscar un bao de urgencia en aquel tugurio. Al ver que no
pasaba nada, decid no cortarme un pelo y atiborrarme a base de
bien. Primero con trozos medianos, luego ms grandes, y al final,
con pedazos enormes arrancados con las manos, como si yo tambin me
hubiese convertido en animal, y aquel pastel fuese mi presa a la
que haba perseguido durante horas en cualquier sabana a medioda, a
pleno sol. De pronto, se volvi a abrir el montacargas, y de nuevo,
silencio. Yo, en pleno pastel a dos carrillos, par de masticar y
mir hacia donde miraban todos. Las puertas haban descubierto a un
semihumano de dos metros cuadrados, maquillaje blanco por toda la
cara, labios pintados de negro, todo el cuerpo enfundado en ltex,
una camiseta en la que se adivinaba la palabra Muerte, y un monsimo
collar de perro de esos de pinchos que antes llevaban los dber-man
y ahora creo que hasta estn prohibidos. Sorpresaaaaa, gritaron
todos. Ella se le acerc como se me haba estado acercando a m toda
la noche. Y tras hacerle las mismas cosas que me haba estado
haciendo a m, le dijo en tono bien sensual: Feliz cumpleaos, mi
amor. Espero que te guste el pastel de drogas que te he
preparado.
*CONTRA LA COMODIDAD
Quiero dar por culo
Quiero dar por culo. Quiero molestar. Siento decirlo de ese modo,
suena terriblemente homfobo, y te juro que nada ms lejos de mi
intencin. Por m, que cada uno copule con el agujero que encuentre.
Yo hablo de una actitud. De un /leitmotiv./ Quiero ser molesto para
aquel que creo que lo merece. S que eso me hace vulnerable, s que
eso me hace caduco, y tambin s que esta actitud desgasta al que la
profesa hasta dejarle seco. Pero me da igual. Creo que el
sacrificio es necesario, y sobre todo, que vale la pena. Me molesta
tanto que alguna gente est tan tranquila. Me molesta la gente que
no se molesta ni en dejar de molestar. Me molestan los fanticos,
los pedantes, los radicales, los intolerantes, los abusivos, los
sabelotodos, los profundos, los trascendentes, los especiales, los
elegidos, los superiores y los idiotas que se piensan menos idiotas
que los dems. Me molestan los apologticos, los cratas, los
rebeldes, los antisistema por sistema, los notas, los excntricos,
los alternativos, los independientes y los que necesitan decirle al
mundo constantemente lo diferentes que son. Ellos estn en su
derecho a molestarme y a comportarse como les d la gana, faltara
ms. El mismo derecho que me empuja a m a incordiarles todo lo que
pueda, y ms all. Su libertad es mi coartada para intentar joderles
hasta decir basta. Claro que s. Ya, ya s lo que estn pensando
algunos. Y no me sirve. No me sirve eso de que el no aprecio es el
peor de los desprecios. Me parece faciln, comodn y, sobre todo,
mentira. Y es que el da que yo no les moleste, dejar de ser incmodo
para ellos, y habr perdido, o lo que es peor, ellos habrn ganado, y
por tanto, ratificado, confirmado y consolidado su posicin.
*CONTRA LAS RELACIONES SENTIMENTALES
Pensin compleja
Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, haca mucho
tiempo que nadie se alojaba aqu, y menos an con la intencin de
quedarse. breme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que
entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le
suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos. Y hablando de
ponerse, vete poniendo cmoda, que ests en tu casa. Yo, por mi
parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya
ms. Puedes dejar tus cosas aqu, entre los aos que te busqu y los
que te pienso seguir encontrando. Los primeros estn llenos de
errores, los segundos, teidos de ganas de no equivocarme otra vez.
El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy
pequeo como para sentirse incmodo, ni demasiado grande como para
meter mentiras. Mis recuerdos, los dej todos esparcidos por ah, en
cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas.
No pises an, que est fregado con lgrimas recientes, y podras
resbalar. Yo te aviso. El interruptor general de corriente est
conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y
no rerte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetn. No
s si te lo haba comentado antes, pero la estufa la pones t. Y
hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre
estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de
agua fra, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y
vuelve a entrar pasados unos minutos. Disclpame si es la nica
solucin, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas
alturas ya no nos fabrican ni los recambios. Tampoco acaba de
funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarn
ms de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es
normal, se acabarn gastando de tanto lavarlas. La recomendacin,
ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso s, no te preocupes
por lo que pase con las sbanas, que las mas lo aguantan todo. Para
acabar, te he dejado un bao de princesa, una cama de bella
durmiente, un sof de puta de lujo y algo de pollo hecho en la
nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso s, siempre que sigas
reservando el derecho de admisin. Aqu no vienes a rendir cuentas,
sino a rendirte t. Aqu no vienes a competir con nadie, sino a
compartirte a m. Y lo de dar explicaciones, djalo para el seor
Stevenson. El resto, no s, supongo que est todo por hacer.
Encontrars que sobra algn tabique emocional, que falta alguna
neurona por amueblar y que echas de menos, sobre todo al principio,
alguna reforma en fachada y estructura. Dime que tienes toda la
vida, y voy pidiendo presupuestos. Dime que intentaremos toda una
vida e ir encofrando mis nunca ms.
*CONTRA LAS DEMOSTRACIONES DE AFECTO
Instrucciones para dar un abrazo
Cualquiera puede estrecharte entre sus brazos. No hay que ser muy
listo, ni muy fuerte, ni muy sabio, ni muy nada. Alguien va, abre
sus brazos de par en par y te envuelve de carne y huesos. Y qu. El
pavo relleno hace lo mismo y conozco a poca gente ansiosa por
meterse dentro. Desde que encima hay desconocidos que los dan
gratis por la calle, el valor del abrazo ha cado en picado. Y la
verdad que no me extraa. Puede que algunos abrazos no cuesten
dinero, pero lo que s tienen en comn todos los abrazos mal dados es
que siempre, a la no tan larga, salen muy caros. Quizs por eso
ninguno de los intentos que he podido leer por ah, tratando de
descifrar la aparentemente sencilla liturgia del acto de abrazarse,
me ha ayudado demasiado. Quizs por ello vaya a ser yo el prximo en
naufragar. El abrazo viene a ser a las relaciones humanas lo que el
cargador al telfono mvil. Mejor que nunca te lo dejes en casa, no
sea que lo acabes suplicando a las tres de la maana ante cualquier
recepcin de hotel. Para dar un abrazo en condiciones, en primer
lugar, hay que haberlo extraado mucho, hay que haberlo extraado
bien. Los que no tuvieron tiempo de despedirse saben perfectamente
de lo que estoy hablando. Los que nunca se atrevieron a pedirlo,
tambin. Su significado es siempre el mismo, bajo cualquier
circunstancia, en cualquier pas, de cualquier lengua, credo o
tradicin, y parte de la segunda condicin fundamental para dar uno
como dios manda. Necesitas lo que significa. Y significa, en
esencia, que no ests solo. A partir de aqu, los requisitos se van
complicando. Y es que todo depende de tener algo muy fuerte en
comn. Algo que, de pronto y sin haberlo previsto, sintis los dos
con la misma intensidad. Se trata de un momento, de un solo
instante. El tiempo justo para que ese algo tan real y tan verdico
no pueda dibujarse con palabras. No s si me explico. Pero si eso
ocurre, todo cambia. Desde ese momento, abrazarse ya es otra cosa.
Estis atrapando verdades. Una cacera de instantes. Un compresor de
realidad. Enzarzarse en las ganas del otro y apretar hasta que se
extingan. Me fascinan los abrazos bien dados. Creo que resultan an
ms memorables que cualquier palabra, gesto o relacin. La nica forma
fsica conocida que tiene el ser humano de parar el tiempo. El nico
punto y seguido entre todo lo que se puede llegar a sentir. No s
muy bien por qu hoy me ha dado por hablar de esto. Supongo que
porque creo que andamos muy faltos de abrazos reales. O quizs
porque a ms de uno hoy le vendra muy bien. El caso es que,
lamentablemente, a los abrazos les pasa como a los besos, las
caricias, los matrimonios, o las patadas en los huevos. Si no los
consumas a tiempo, acaban todos caducando.
*CONTRA LA RISA
Teorema de una sonrisa
A sonrer se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena
demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte
cualquier final. A sonrer se empieza en cuanto se aprende a soar
flojito. Es inefable. Psate varios aos con demasiadas ilusiones sin
cicatrizar, y a todos tus sueos les acabar saliendo una arruga. Y
como no los vayas revisando y actualizando de tanto en tanto, algn
da te vers explicndoles por qu ya no pueden salir a la calle
vestidos de marinerito. Pero hoy no quiero hablar de sueos. Sino de
sonrisas. Y hay muchsimas maneras de estirar la boca. Para empezar,
uno puede sonrer para s mismo o puede son-rerle a otro. Se trata de
sonrisas completamente distintas, sobre todo porque mientras la
primera es por donde se escapan ideas alegres y recuerdos
indelebles, la segunda constituye el smbolo universal de la
complicidad. En este ltimo caso, muchos aseguran que dedicarle a
alguien tus labios puede resultar tan contagioso como un bostezo en
el metro. Luego estn las sonrisas que ensean los dientes y las que
se hacen las interesantes. Nada que ver las unas con las otras.
Creo recordar haber ledo que el ser humano, junto a algunos
primates, es el nico animal del planeta que no ensea los dientes
como seal de defensa o agresividad, sino justamente de todo lo
contrario. A partir de ah, todas las dems. Sonrisas de idiota y
sonrisas de listillo. Sonrisas falsas, sonrisas malignas, sonrisas
tmidas, arrogantes, sonrisas payasas y sonrisas desesperadas.
Sonrisas que invitan a un primer paso y sonrisas que declinan toda
invitacin. Sonrisas verticales, horizontales, de medio lado, de
medio pelo y hasta en diagonal. El catlogo de sonrisas humanas se
complementa con formas de bocas, accidentes faciales y jardines
dentales, hasta crear las infinitas combinaciones que, en teora, y
slo en teora, deberamos estar presenciando continuamente. Y es que
una variable clave dentro de esta inusual ecuacin consiste en el
momento en el que decide hacerse presente. Para cualquier otra
expresin fsica, hay que tener muy en cuenta cundo se manifiesta.
Para la sonrisa, no. Da igual la situacin en la que te encuentres,
una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y
seguramente a los dems tambin. S, incluso en un tanatorio, en un
accidente y en una ruptura sentimental. Para terminar, matizacin
importante. No confundirse. Sonrer no tiene nada que ver con rer.
Simplemente comparten letras. La sonrisa crece. La risa estalla. La
sonrisa calla. La risa berrea. La sonrisa escucha. La risa habla.
Pero si se puede sonrer incluso mientras se llora. Con eso est todo
dicho. De cualquier modo, si hay algo que realmente me fascina del
acto de sonrer es lo mucho que se obtiene frente a lo poco que
cuesta. Lo poco que abunda frente a lo gratis que es. Lo bien que
conozco el teorema. Lo poco que me lo s.
CONTRA LA TONTERA
Cuarenta cosas que aprend de la fama
*1. *
*2. *
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*36. *
*37. *
*38. *
*39. *
*40. *
*CONTRA LA ALEGRA
Cuando quiere llover y no llueve
Cuando quiere llover y no llueve se secan los pantanos de ideas.
Cuando quiere llover y no llueve se agota la melancola, el agua de
los artistas, la sed de los solteros y de los que no estn cansados,
tambin. El cielo envida tormenta, el da nos miente sobre su edad y
entre tanto farol mal calibrado, todos acaban alumbrando sobre
mojado. Cualquier tarde huele a domingo, cualquier tontera suena a
cancin. Dos notas mal puestas, y ya recuerdan a un fado. Unos
acordes trasteados, y ya suenan a blues. Suerte que estn Chet,
Ella, Billie, Dinah, Louis y Frank. Suerte que estn Duke, Earl,
Miles, Sarah, Ninay Nat. Hay que ver qu pocos colores siguen vivos
cuando quiere llover y no llueve. La mayora de tonalidades reptan
moribundas hasta la retina, a medio camino entre el gris de los
banqueros grises y el negro de sus cuentos corrientes para no
dormir. Incluso a los ms agraciados se les sube el plido
fluorescente de ascensor, se que nos sienta a todos tan bien.
Vivimos de reojo cuando quiere llover y no llueve. Nadie se atreve
a hacer planes, se aplazan las ilusiones ms frgiles, que son las
cotidianas, y as no hay forma humana de sonrer, ni mucho menos de
sonrerse. Adems, en cualquier momento todo puede precipitarse, y
habr que buscar con urgencia ese sof que regale abrazos y esa manta
voladora que nos transporte tan lejos como lo permita un /the end./
En medio de tanto desfile de paraguas cerrados, los altos mandos
milibares parecen los nicos preparados para las altas presiones. Y
es que cuando quiere llover y no llueve, hasta los insignificantes
hombres del tiempo se vienen arriba en su minuto de fama,
deleitndose en ese momento de mxima audiencia en el que pronunciarn
sus tres palabras mgicas, ese fin, ese de, ese semana. Ese en fin.
Quizs por todo ello, cuando quiere llover y no llueve, uno desea
que, aunque jams vaya a ser a gusto de todos, descargue ya
violentamente o que suene de una vez un rayo de sol, pero que por
favor el clima se defina en toda su contundencia. Como aseguran los
expertos, cualquier ambigedad, empezando por la meteorolgica, es el
principio de toda ansiedad. Y a m, sta casi me est matando la ltima
oportunidad de pedirte perdn. El mundo a punto de todo, las cosas a
medio sentir y yo con estos celos. Celos de no estar contigo, de no
verte mucho ms. Celos de no sentirte mucho menos. Celos absurdos
incluso antes de estar en celo. Celos humanos de ti, divina. Y
mientras siembro este sinsentido, una borrasca cclica y
antci-clnica anticipa litros de chubascos bajo ese par de pupilas
tuyas rodeadas de nubes. Mientras me expongo a tanta inclemencia,
marejada t de tanta discusin, crecen bucles de inestabilidad con
tendencia a cualquier cosa menos a desaparecer. Todo esto cuando
quiere llover y no llueve. Todo esto cuando quiero querer y no
quieres. Cuando estoy suplicando que te quedes... y ya hace rato
que te vas.
*CONTRA LA BONDAD
Noventa y nueve maneras de quererse mal
Para llegar a quererse bien, hay que haberse querido mucho. Y de
muchos modos distintos tambin. Todos hemos mendigado cario alguna
vez, preguntando si nos queran e incluso cunto nos queran. Pero
rara vez nos planteamos qu tal se nos quiere. Qu tal se nos deja.
Cmo se nos recuerda. Qu tal se nos olvid. Como ya advirti la gran
Chvela y despus el mismsimo Trent Reznor, con los aos uno no
aprende demasiadas cosas, no nos vayamos a engaar. A lo sumo, que
amarse es un deporte de riesgo que admite todo tipo de disciplinas,
a cada cual ms jodida y peligrosa. Por cada forma que existe de
quererse bien, hay noventa y nueve maneras de quererse de mal en
peor. Ya, ya me imagino que hoy tambin hablo slo por m. Se puede
querer a cobro revertido, que es el amor de los especuladores. Para
stos, lo ms importante es el retorno a la emocin, por cada ilusin
comprometida esperan un rdito directamente proporcional al
sentimiento inicial que compense tanto esfuerzo. Nada que objetar,
salvo que siempre irn por detrs de lo que realmente les podra
llegar a pasar. Eso, y que el dficit es y ser siempre para el que
se les intente acercar. Se puede querer con el corazn entornado,
tpico de amores convalecientes. stos tambin se dan poco a poco,
pero no porque pretendan obtener nada a cambio, sino porque saben
que es fundamental haberse lamido las heridas antes de volver a
exponerse a toda piel. Si rehabilitacin y paciencia hacen bien su
trabajo, en este caso todo acaba siendo cuestin de mucho tiempo y ?
por qu no decirlo ya? alguna paja. Por ah muy cerca andan los
amores divos, los ms propios que existen, esos que se quieren mucho
a s mismos a travs de los dems. Narcisos vueltos cardo que se deben
nicamente a su pblico, alguien al que dar forma a su imagen y
semejanza, para multiplicar el placer que de forma natural se daran
con esas manitas ?por no volver a escribir paja? mientras utilizan
tus ms sinceras emociones como simple amplificador. Y a partir de
ah, decenas de despropsitos que, cogiditos de la mano, inundan los
paseos dominicales de toda ciudad. Amores taxidermistas, que matan,
ahogan y disecan todo aquello por lo que un da se enamoraron de ti.
Amores carceleros, que pretenden que, adems, jams vuelvas a ver la
luz del sol. Amores placebo, que intentan hacerte creer que sin
ellos estaras mucho peor de lo que viniste. Amores republicanos,
que si no ests con ellos, ests contra ellos. Amores demcratas, que
slo parecen triunfar donde los dems la cagan. Amores perros, como
ese Irritu, incapaces de superarse a s mismos. Amores taja, que
sirven mientras ayuden a olvidar. Amores puente, que slo te
preparan para la siguiente relacin. Amores escaparate, que varan
segn tendencia y temporada. Amores alfombra, que ocultan an ms
mierda de la que se ve. Amores cmoda, orgasmos fingidos a partir
del tercer cajn. Amores de primera, siempre con segundas. Amores en
oferta, slo hasta fin de mes. Quererse mal y pronto. Quererse tanto
por tan poco. Quererse mucho sin ser feliz. Qu coo, quererse al fin
y al cabo.
*CONTRA LA FRATERNIDAD
Odio mo
Tiempos de amor pasteurizado, besos que ni rozan las mejillas y
afectos de todo a cien. La calle se llena de enemigos ntimos con
amigos invisibles, malabaristas del presupuesto entre nuestro
propio debe y su temeroso haber. El amor hace tiempo que es slo un
eslogan, la familia feliz un buen /casting /y cualquier tipo de
aprecio ya lo encuentras limpio de toda a. Y a m, entre tanto
mariachi, cada vez me cae mejor la gente que sabe lo que odia y
?sobre todo? cmo, cunto y por qu lo odia. Supongo que es porque
estoy harto de la gente esa /flower power /que cree que lo
importante es amar a todos en todo momento. Si no sabes odiar, cmo
quieres que te crea cuando me dices que amas? Las monedas de una
sola cara han sido, son y sern siempre falsas, por bonitas que
sean. Tampoco aguanto a los que etiquetan el odio como sentimiento
a ocultar, reprimir e incluso aniquilar. Odiar es tan humano y
natural como defecar (no quiero escribir cagar, que queda feo), y
por muy desagradables que sean sus resultados, no veo justificado
tratar de suprimir actos tan sanos. Por eso, lo digo con la boca
bien grande. El odio hay que sacarlo todo, pero hay que sacarlo
bien. Para empezar, hay que pasarse un buen rato odindose a uno
mismo. Llmalo meditacin, oracin, iluminacin o examen de conciencia,
da igual. Pero el odio autoinfligido es algo as como una vacuna,
que en su justa dosis es necesaria para el progreso, la proteccin y
la evolucin, aunque en exceso podra llegar a resultar letal. O como
una lavativa, que ni gusta ni apetece. pero purga que da hasta
gusto. Seguramente no te valga de nada mi experiencia, pero slo
despus de odiarme mucho he aprendido cundo y cmo quererme bien. Ms
tarde hay que provocar ciertos odios y dejarse odiar por algunos.
Yo, hay determinada gente que espero francamente que me odie. Si no
igual me podra sentir hasta decepcionado. Hablando del tema, este
texto va dedicado a todos los que me odian (aunque te parezca
mentira, alguno hay, a que es increble?). Porque jams lo van a
leer. Y a los que s lo lean, tambin se lo dedico, por haber hecho
algo tan estpido como perder minutos voluntariamente con alguien al
que odias y por confirmarme as que tienen que seguir perteneciendo
a ese selecto grupo. Por ltimo, siempre he credo que haba que odiar
un nmero determinado de cosas. Como mnimo, una por cada persona a
la que se ame. De este modo, algo malo tambin nos abandonar el da
en que nos tengamos que despedir de ella. No arregla nada, ni te
hace sentir mejor, pero el resto de soluciones tampoco, y all estn,
escritas por todas partes. Al final, lo que nos permite amar lo que
queremos es lo lejos que nos encontramos de lo que odiamos. Lo que
nos sienta mal de lo que nos pasa es lo que mejor nos define. Lo
que ms nos define, ms nos molesta, es ms real. Y la realidad, en
definitiva, es como cualquier tipo de amor. Molesta de
cojones.
*CONTRA LA ILUSIN
Magia potagia
Nada por aqu, nada por all. Tu ltimo desahucio emocional y su
posterior embargo te han vuelto a dejar con lo puesto. Se te van
enfriando los reproches y ya se sabe que sos, fros, no valen nada.
Desaprendes rutinas ajenas, reconquistas las propias que recuerdas
y poco a poco vas iniciando una nueva mudanza de palabras vacas que
hay que enjugar primero con lgrimas de todo tipo, para volver a
llenarlas algn da de sentido, sensibilidad y as luzcan otra vez
como se merecen. Nadie por aqu, nadie por all. El mercado no ha
hecho ms que ir a la baja desde que t lo abandonaras. Qu pereza. Qu
decepcin. Que no, que te quedas en casa. No piensas volver a contar
tu vida en tu vida. Si eso, la publicas en un blog, y que se vayan
actualizando los nuevos. Pero qu nuevos. Siempre quisiste lo que no
podas tener, y ahora que podras tenerlo todo, no apetece ni
siquiera quererlo. Desempolvas tu agenda con la esperanza de seguir
desempolvando. Ms pereza. Dnde estn ahora todas esas oportunidades
que dejaste pasar porque estabas por otra cosa (s, ahora le llamas
cosa). Dnde las frases bonitas que cayeron en tu saco roto (a tomar
por dem). Dnde las gotas que jams colmaran tu vasc (lleno de
mitades vacas). Y as por aqu, y as por all. Parece que hoy slo sers
capaz de escuchar las mentiras que empiezan por nunca ms. Las nicas
que ests dispuesta a creerte. Las nicas que te hacen sentir que
ests aprendiendo. De pronto, cono, una chistera. A se qu le pasa,
por qu te sonre, igual tienes un moco y no te lo has visto. Y ahora
por qu empieza a decirte cosas que has odo ya cientos de veces. en
ms de mil y una noches, y sin embargo, a l le obsequias con una
cara de atontamiento generalizado, como si de repente tu cociente
hubiese decidido dividirse por su infinita torpeza. Tus ganas de
volver a ser incoherente o contradictoria o tonta del culo te hacen
ignorar tanta tradicin de chistes malos sobre polvos mgicos y
conejitos felices en el mismo instante en el que ese
prestidigitador de tres al cuarto decide jugrsela a una carta y te
pide que memorices su nmero. Quizs por tus ganas de olvidar ms que
por las de recordar. decides huir hacia delante y prestarte
voluntaria para ser su mano de todo menos inocente. Empezis a veros
con esa imposible mezcla de ilusin e incredulidad, una mezcla que
te resulta demasiado familiar, pero como cada persona es un mundo,
algo dentro de ti va repitiendo el mismo mantra. Que s, que esta
vez ser diferente. Te convences tanto a ti misma que hasta parece
que convences a los dems, y ya nadie te pregunta el porqu de tanto
birli ni de tanto birloque. Buscas los argumentos que apoyen tu
nueva tesis, y suenan cada vez ms maduros de pelar. Hoy te sientes
ms mujer que la de cualquier anuncio de compresas. Quizs por eso,
al final, sintindote la ms fina, segura, confundida y bipolar,
coges el telfono y te decides a hacerme la pregunta del billn. Cul
es el truco. Ja. A ti te lo voy a contar.
*CONTRA LA CERTEZA
Historia de una duda
Como toda duda, sta tambin naci certeza. Y como toda certeza, lleg
con varios kilos de ignorancia bajo el brazo. Haba que vestir tanta
desfachatez ante la intemperie de las posturas, as que, para
empezar, se hizo con algunos estereotipos. Ya sabes, atajillos
populares, baratos, /prt--porter /y muy trillados que hacen el
camino a la respuesta tan sencillo como falaz. La certeza no viaja
bien. Le tiene pnico a la gente nueva y a los espacios abiertos. No
es para menos. Cada vez que sale de casa, corre el altsimo riesgo
de tropezar con algn espejo en forma de contradiccin, evidencia
que, de pronto y sin avisarlo, podra convertirla en mentira. Y stas
s que, con el tiempo, se vuelven frgiles como el cristal. Por eso,
las certezas siempre se blindan de miedo. Dado un nmero suficiente
de fantasmas, rumores y peligros externos, una certeza puede
sobrevivir aos e incluso siglos en el invernadero de nuestra
conciencia. De ah que lo primero que buscara la certeza fuese
ponerse a salvo de toda experiencia, oportunidad y contaminacin. En
este caso, su primer gran aliado fue una mente que encontr cerrada
a cal y canto. Un cerebro un tanto desocupado, s, pero sobre todo
una masa donde no entraba aire fresco que arrojase ninguna luz. Y
ya se sabe que, sin luz, no hay manera de que existan gamas. En ese
lugar, la certeza, todo hay que decirlo, fue feliz. Por fin campaba
a sus anchas por un universo monocromtico, alimentado por una sola
fuente de informacin, donde poder pudrirse de purismo y tradicin,
tomadas como piedras fundacionales que validaron todas y cada una
de sus extradiciones mentales. Pero un da, sucedi lo inevitable. A
la certeza le naci una inquietud. Le sali justo en medio de la
cara, as que no hubo manera fsica de disimularla. Con toda la
contundencia, seguridad y aplomo que siempre haba demostrado, ahora
tena que enfrentarse al mundo de las ideas con esa pstula en medio
del jeto, que le restaba integridad y coherencia por todas partes.
A esas alturas, todo el mundo ya saba que la inquietud es una de
las patologas menos deseables, ms propia de burdas y vulgares
preguntas que de respuestas con pedigr. Por eso, no es de extraar
que, ante tanta inseguridad mal llevada, de pronto, empezase a
cambiarle la voz, volvindose menos sugerente y susurrada, con mucho
ms volumen y exclamacin. La inquietud, indiferente e ingenua como
slo la verdadera inquietud sabe ser, fue creciendo en tamao e
intensidad, llegando a inocular litros y litros de curiosidad en
esa certeza, que cada da se senta ms dbil. Un da, una preciosa
maana de agosto, a la certeza se le cay el miedo. Y descubri, bajo
la costra ptrida de cobarda, una preciosa, tierna y decidida duda.
Descubri tambin que no vala la pena resistirse, ni seguir
fingiendo. Que, como todas las dudas, pronto tendra la mana de
reproducirse. Y no me preguntes por qu, pero desde ese momento tuvo
valor para reconocer lo que saba, humildad para reconocer lo que no
saba, intuicin para descubrir lo que no saba que saba y paciencia
para seguir desconociendo todo lo que an no saba, y seguramente no
sabra jams. Se hizo duda y, con ello, se hizo eterna. Se hizo
humana y, con ello, se hizo bien.
*CONTRA LA AMABILIDAD
Qu (re)ocurrente (I)
SEORA: Pues en persona eres muy majo.
YO: Eso es porque usted no canta.
*CONTRA EL XITO
Triunfando estrepitosamente (I)
Corra el ao 2000 y yo me corra ms bien poco. Por aquel entonces,
haba dejado mi trabajo en mi ltima agencia y me ?mal? ganaba la
vida programando pequeas aplicaciones en Flash y haciendo jingles
para publicidad, ya sabes, las musiqui-llas esas que amenizan las
meadas de medio pas. La idea me sali como a quien le sale una
almorrana. De pronto y sin venir a cuento. Ya lo tengo, me dije.
Una serie de televisin sobre publicistas. Recuperar el espritu de
/Treinta y tantos, Melrose Place o Embrujada. /La publicidad como
/back-ground, /pero actualizada a da de hoy. Modelos, rodajes,
festivales, vuelos en primera clase, gente que no puede pagar el
alquiler, los /rock stars /del mundo de los negocios comportndose
como autnticos /enfants terribles /a cambio de su talento para
vender. Pero la idea sera ir ms all. Rodar el /CSI /de la
publicidad. Explicarle a la gente lo mucho que se deja manipular.
Ficcionar lo que ocurre realmente en los despachos de los
directores de mar-keting, de los jefes de comunicacin, de los
directores de campaa en periodo de elecciones. Todo para conseguir
que nosotros hagamos lo que ellos quieran. El consumidor ha llegado
a ser muchsimo ms poderoso que el votante, y eso era lo que
mostraramos. Para ms inri, haba que hacerlo con casos reales. Que
cada episodio mostrase el /making /of guionizado de un anuncio para
una marca real. Y al final de cada captulo, se estrenara en
primicia el anuncio de aquella marca, que a partir de ese momento
podras ver en el resto de cadenas. Llam a mi amigo Kilian, le
expliqu la idea, le molo, y como redactores hambrientos, nos
pusimos a escribir un piloto. Haba que venderlo como fuese y a
quien fuese. A travs de Jordi Vila, un estratega visionario con una
capacidad de anlisis fuera de serie, dimos con Raimon Masllorens,
productor de cine y televisin que ley el piloto, crey en la
historia y se puso a echarnos una mano. Creo recordar que fuimos
Raimon, Kilian y yo a Antena 3 y a Sogecable el mismo da. Nos
recibieron en sus despachos sendos directores de ficcin y nos
escucharon con la misma educacin con la que nos enviaron a casa.
Hasta ah habamos llegado. Eso fue todo. Bonito mientras dur. Y la
verdad que dur bien poco, pues mi insistencia tropez enseguida con
mi urgencia por ingresar algo de pasta.
*CONTRA LA HUMILDAD
Me molo
Me molo. Que s, que me molo mucho. Qu pasa. Es como un algo que me
supera, me apetece y que viene de m para volver a m mismo, pero
mejorado. Es como si una legin de ex modelos cirujanas hubiese
estado currando durante dcadas sobre mi cutis perfecto y mi tersa
piel, que ahora luce brillante y sedosa, cono, porque yo lo valgo.
Es como si las neuronas ms listas y empollonas estuviesen
continuamente celebrando un simposium internacional de sudokus en
nmeros romanos dentro de este lujossimo palacio de congresos que
sostengo sobre mis hombros. Me agoto a m mismo de tanta /mens, /de
tanto /corpore, /de tanto sano. De tanto yo, de tanto m, de tanto
me, de tanto conmigo. Y hablando de m, yo empec a rnolarme un 8 de
agosto de 1996 por la tarde. Lo recuerdo porque era jueves, y yo
los jueves siempre he tendido a quererme mejor. Bueno, me quiero
igual que siempre, pero como los jueves estn a medio camino entre
mis esplndidos lunes y mis espectaculares domingos, sos suelen ser
los das en los que ms me echo de menos. Con el tiempo, mi amor por
m fue evolucionando, desarrollndose, hasta alcanzar primero la
categora embelesamiento y luego, por fin, de adoracin. Cuanta ms
gentuza conoca, ms me daba cuenta de que si haba algo parecido a la
perfeccin, desde luego no haba que irse muy lejos. Mira que di
vueltas, mira que busqu entre intiles y al final la respuesta la
tena aqu mismo, dentro de este cuerpazo que dios me ha /dao /y que
yo tan injustamente valoraba. Hoy, por fin, soy la persona a la que
ms admiro, la mejor versin de m mismo, lo ms parecido a una deidad
hecha hombre. Y qu hombre, oiga. Yo no entiendo cmo puedo vivir
conmigo sin desmayarme. Intento evitar todos los espejos, porque
eso que me devuelven, si soy yo, entiendo que por un momento se
sientan cuadro. Y despus de sentirse as, a ver quin es el guapo que
vuelve a reflejar las cosas como si nada. Por su bien, intento
pasar desapercibido, rpidamente, como sin pasar. Pero como
entenders, rara vez lo consigo. T qu vas a entender. Lo mismo me
ocurre con mi belleza interior. Todo lo que me digo es tan creativo
y tan gracioso que a veces hasta me tengo que dejar de escuchar. Me
pasa poco, pero cuando me pasa, igual llego a or alguna de las
babosadas que tengis que decir los dems, que no hacis ms que
interrumpirme, para despus regresar con ms fuerzas y ansias
renovadas a la nica msica celestial que resuena tan aterciopelada y
temperada, tan sabia, inteligente e ilustrada. La nica voz que,
tras aos de incansable compaa, sigue iluminndome a travs de este
valle de nadies. La nica voz que ha logrado lo impensable, que es
captar todo mi inters. Mira que hay que ser humilde para darse
cuenta, pero una vez lo ves claro, oye, como que te rindes ante la
evidencia, e inclu- so vives mejor. Yo lo he conseguido. Me molo.
Me molo y an no s por qu me molesto en escribrtelo. Hala, ya puedes
dejar de leerme, que me agoto. Bueno, antes de irte, no te pierdas
mi ltimo CD barra libro barra espectculo barra mamonada. Te
encantar.
*CONTRA LA AMISTAD
El da que te merezca
El da que te merezca ser una persona increble. El da que te merezca
ser, de lo bueno, lo mejor. Me admirars casi tanto como yo te
admiro, me envidiars casi tanto como yo a ti hoy. Los pajaritos se
dejarn de cantar babosadas, las nubes se levantarn cachondas
perdidas y las vrgenes suicidas abandonarn sus dos vocaciones de un
polvazo y sin dilacin. Todo eso el da que yo te merezca, todo eso
el da que t te merezcas algo como yo. El da que te merezca habr
hecho tanto por ti como lo que t ya has hecho por m. Poner cara de
que ests conmigo cuando nadie ms lo est. Y ponerla hasta partrtela
si hace falta por cualquier tontera indefendible que se me caiga de
la boca. Hacer ver que tengo razn aun cuando ya hace rato que me la
quitan de las manos, oiga. Y aflojrmela un poco cuando ya haca
tiempo que se me estaba atragantando. Nuestra amistad dar por fin
balance cero, pero un cero con muchos unos a su izquierda y bien
relleno de aparentes sobras, como todo buen relleno. Y es que el da
que te merezca, al resto del mundo que le den. Esta sensacin de no
llamarte ni orte ni verte lo suficiente no creo que desaparezca,
pero como mnimo tendr claro que a ti tambin te compensa. Ya s que
nada cambiar demasiado por tu parte el da que te merezca. Seguirs
sin exigir tu cambio, como hasta ahora. Seguirs al otro lado de mis
cosas, como hasta siempre. Con la distancia prudencial del que
viaja todo el trayecto por el carril de al lado, exactamente a la
misma velocidad, seguramente hacia cualquier destino menos el mo.
Pero mira, igual para entonces ya me siento mejor, por estar dando
a la altura de lo que llevo recibiendo durante todo este tiempo.
Mientras tanto, tendrs que conformarte con lo que hay. Mientras
tanto, tendrs que perdonarme si sigo siendo fecha en tu calendario,
inversin al cero por ciento de inters, llamada perdida de tanto en
tanto que te recuerda que tenemos que quedar, y ese encuentro
espordico con todas las garantas de poder retomar las cosas justo
en el punto donde las dejamos. Ahora que lo pienso, es difcil que
llegue el da en que te merezca. La entropa no deja de ser la
religin de la naturaleza, la asimetra, su liturgia, y lo natural,
este equilibrio catico entre cosas muy desequilibradas que tienden
a desordenarse juntas. Y las personas, las relaciones, las
amistades y hasta las cosas ms des-cojonantes, como la pareja,
representan equilibrios jodidamente inestables, imposibles,
contradictorios... aunque necesarios. Corte al final de mi pelcula
favorita. Un tipo va al psiquiatra y le cuenta, oiga, mi amigo cree
que es una gallina. Y el psiquiatra le pregunta, y por qu no me lo
trae? El hombre contesta, no puedo, necesito los huevos. A lo que
iba. El da que te merezca te llamar amigo. El da que te merezca, te
llamar.
*CONTRA LA PAREJA
Qu se debe
Qu se debe jefe. Anda treme la cuenta. Te iba a pedir la dolorosa,
pero me temo que en este caso, adems de dolor, va a haber alivio.
Igual no nos viste, pero hace un tiempo entramos los dos jun-titos
de la mano, ella y yo. Yo que siempre cen solo en mesas de diez,
esta vez no haba hecho reserva, y ni mucho menos para dos. Elegimos
esta mesa porque pensamos que era la ms romntica, la ms apartada, y
la nica en la que cremos no haber estado jams. Igual no te fijaste,
pero vinimos con hambre de muchas cosas, dispuestos a apagar toda
sed. El hasto nunca fue opcin. Quedarse con las ganas no entr ni en
el ms barato de los mens. Durante un tiempo, todo estuvo
deconstruido, todo al revs. Comimos con los ojos, tocamos con los
labios, y saboreamos con la piel. Nos encontrbamos en todos los
turnos, por encima y por debajo del mantel, y no haba quien se
dejase recomendar. Sabamos cul era nuestro plato, en qu punto lo
queramos y hasta cunto lo bamos a degustar. Pero no hasta cundo.
Quizs por eso, recuerdo perfectamente el da en que ella empez a
pedir fuera de carta. El da en el que mi ensalada fres-quita de
manas se convirti en un pesado empedrado de defectos. El da en que
su revuelto de dudas leves se transform en empanada mental. Y
entonces lo vi. Se haba enamorado de m porque deseaba a ese otro en
el que pretendi convertirme. Como quien, a fuerza de ir, acaba
exigiendo sushi en un mexicano, burritos a un italiano o paella en
un japons. Fue estpido tratar de entenderlo. Intil tratar de saber
por qu. Tranquilo, que no te voy a pedir el libro de reclamaciones.
No es culpa de nadie. Simplemente pas, y antes de que nos diramos
cuenta, ella preguntaba lo que coman las otras mesas, los dos
bebamos para no charlar y yo miraba los mensajes del mvil mientras
intentaba disimular nuestra crisis de ganas de superar nuestra
crisis. Poco a poco, sin darnos cuenta, nos habamos transformado en
una de esas parejas que al principio mirbamos con mezcla de risa,
miedo y pena. sas que slo se hablaban para reprocharse cosas, sas
que transformaban cualquier ocasin en un silencioso y tenso cara a
cara, cualquier lugar en una salida, cualquier invitado en un menos
mal. Ahora que ya todo me sabe a tarde, y todo me sienta peor,
ahora ya todo me recuerda a un casino. Ms importante que saber
estar, es saber cundo largarse. Aunque aqu, como ves, el ltimo que
se levanta, la paga. Hazme un favor, descuntame todo lo que jams
ped y aun as tuve que tomar, como sus cenas familiares, sus
reproches a mis mejores amigos y mis pajas nocturnas a la luz de la
tele. Tampoco me pongas lo que ped y jams me trajeron. Como esa
vida juntos, esos planes hechos a mentira, esos hijos que tuvieron
nombre mucho antes que existencia, esa casa unifami-liar que jams
hubiera podido pagar. Descuntame todo eso y dime cunto te debo, que
yo te lo pago. Y no te preocupes si al final nada cuadra. No te me
apures si pago de ms. Con el cambio, me haces otro favor. Le envas
una botella del mejor champn a los labios de esa mesa.
*CONTRA LA SIMPLICIDAD
Preocupados, listos, ya
Introduzco la palabra preocupados en Google. Me salen 3.490.000. Y
en slo 0,22 segundos. No s si crermelo, tambin me salen 11.100.000
felices en slo 0,27. An no sabemos a travs de qu glndula, pero est
ms que comprobado. Los seres humanos segregamos preocupacin.
Constantemente. Varias veces al da. Es un hecho, es dato. Algunos
expertos aseguran que tiene que ver con las posesiones materiales.
Otros, con la responsabilidad adquirida. En lo que s coinciden
todos es en la constatacin del sntoma, sobre todo a medida que nos
adentramos en la edad adulta. Les llamamos problemas, pero yo creo
que es slo nuestra necesidad humana de externalizar la causa del
conflicto. En realidad, muchos de los problemas que sufrimos no
dejan de ser excusas que buscamos para saciar tanta capacidad ?por
llamarla de algn modo? preocupativa. De hecho, estoy convencido de
que soportamos tantos problemas como dicha capacidad nos permite
afrontar. Si slo tenemos tres problemas reales, y podemos admitir
hasta diez, deberemos inventarnos la diferencia, ya sea en forma de
un problema grande o de varios pequeos. Dicho de otro modo, a
grandes preocupaciones, grandes problemas. La mayora vamos de
listos y cada da nos hacemos los preocupados, como si fuese sinnimo
de importantes, con cosas que en realidad no tienen ningn sentido.
Hasta que descubres a un nio con fibrosis qustica, anemia de
Fanconi o sndrome de Asperger. Y te das cuenta del poco derecho que
tienes a quejarte o preocuparte ni por un segundo de tu afortunada,
inmerecida y caprichosa existencia. Que, en realidad, tu mayor
problema va a ser que no tienes verdaderos problemas. S, ya s que
cuesta mucho no dejarse jirones de conciencia entre tanta rutina.
Pero quizs por eso me sigue fascinando lo sencillo que resulta
complicarse la vida. Y lo difcil que se vuelve simplificar. La
gente ms inteligente que he conocido en mi vida no eran los ms
listos de la clase, ni los ms ricos del club de golf. La gente ms
brillante con la que me he topado hasta el da de hoy eran
simplificadores de vocacin, gente capaz de llegar a la claridad ms
absoluta y difana, como si todo fuese mucho ms obvio de lo que
parece. Y es que igual va y lo es. Los chinos tienen, como siempre,
una curiosa aproximacin a tanta tontera. La palabra problema /(wen
ti) /puede intercambiarse por la palabra pregunta en su traduccin.
O sea que, cuando dicen que alguien tiene muchos problemas, estn
diciendo tambin que tiene muchas preguntas. Y no s a ti, pero a m
me suena mucho ms fcil enfrentarme a una respuesta, que a una
solucin. Ms que nada porque hay respuestas tan modestas, que son
conscientes de que no solucionan mucho. En fin, por no dejar de
hablar de gente a la que admiro, acabo con una idea extrada de uno
de mis monlogos favoritos de George Carlin titulado /Little Things
That Make Us The Same. /Al principio del mismo, Carlin manda un
crochet directo al jeto de polticos y gobernantes cuando asegura
que la gente que g quiere aprovechar de ti, la que te quiere sacar
algo, slo te hablar de lo que nos separa. Sexo, raza, credo, nivel
socioeconmn co. Y a m me da entonces por pensar que la gente que
realmente se preocupa por ti, la que mira por tu bien, prefiere
siempre hablarte de todo lo que tenemos en comn. Miedos.
esperanzas, entendimiento y afecto. No sabes la de veces que he
estado a punto de envirselo s ms de un poltico. Pero es que est en
ingls. Dnde est Aznar cuando por fin lo necesito.
*CONTRA LA OBEDIENCIA
Deberas
Deberas ser un derecho fundamental. Estar recogida en la
constitucin. Obligada por decreto ley. Aprobada por minoras muy
absolutas. Deberas estar patentada. Registrada como propiedad
intelectual, industrial, personal y emocional. Dejar en ridculo y
evidencia tanta copia y falsificacin. Deberas estar protegida.
Parque natural. Maravilla del mundo. Reserva de la biosfera.
Patrimonio de tu Humanidad. A partir de cierta hora, deberas estar
prohibida. Slo para adlteros. Slo para ellos, y para mis ojos. La
menos apta para casi todos los mayores. En el resto del territorio,
deberas prodigarte por entregas. Darte de poquito en poquito,
perdona pero es lo que tiene ser t. Tambin deberas salir en las
pelculas. En todas las previsibles. En todas las que necesiten un
gran final. Y en las que vayan directamente a DVD. Deberas figurar
en los cuentos. Contra toda bruja mala, a por todo lobo feroz.
Deberas ser noticia. En todas las ediciones, justo despus de los
deportes, antes de cada temporal. Deberas estar en los sellos. Slo
en cartas de amor, de las que ya nadie escribe, de las que ya nadie
quiere leer. Deberas sonar todo el da, una cancin con tu nombre.
Una de esas que es casi imposible versionar sin cae
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