" ... sabès vieja que le encontramos dos piojos a Mateo ?! ". Desde el fondo una voz ,como arrancando, comentó : " Yo no se cómo hay mujeres que no atienden a esas criaturas ...
y las dejan tener piojos. Las muchachas tenían el pelo largo, largo ... y suelto lo llevaban a la escuela ....y nunca
tenían piojos ",boleò la Tika, mientras pitaba un mate dulce tibio. De inmediato tomé sus manos, una por una. Las venas marcaban ríos que atravesaban su piel papel
manteca. Acaricié hasta las yemas de sus dedos . Un siglo y tres años han ido componiendo su luz. Es talentosa para dar y tal vez su mèrito màs grande es seguir provocando
amor...”