Juan Pablo González de Castilla RoldánEnfoque Centrado en la Persona IPsicología HumanistaSESIÓN 10: LA INEVITABLILIDAD DE LA MUERTE
“...fue la revelación de la muerte –de mi muerte- como certidumbre lo que me hizo
ponerme a pensar” Yo no recuerdo cuándo fue que me pasó eso, cuándo me di cuenta. Lo
que sí es que al parecer nunca me he preocupado mucho o le he dado tanta importancia, de
verdad es como si pensara que no me va a pasar a mí. Y si me pasa pues ya me pasó y no
puedo hacer mucho al respecto ¿verdad?. Recuerdo que antes de haberme enamorado, es
lo que decía que tenía que hacer o vivir para poder morir en paz, y ahora que lo he hecho
sí se me quita un pendiente de encima aunque me hacen figura otras cosas ahora y lo del
amor pasa a ser un poco como fondo. Cuando me pongo a pensar en que si ahorita fuese a
morir, pues claro que no me gustaría, pero de verdad hay momentos en los que estoy tan a
gusto y ratitos de felicidad en que pienso para mí “si en este momento me llegara la
muerte, no me angustiaría gran cosa”. Es difícil diferenciar entre el aceptar la muerte o el
sentir que me quiero morir, es algo muy interno. Si bien, no recuerdo cuándo me dí cuenta
de la inevitabilidad de mi muerte, lo que sí me dejó pensando cosas que antes o había
evitado o de verdad no me habían venido a la cabeza, fueron estas tres lecturas. Como que
me metieron el ‘gusanito’ y ahora lo contemplé con más calma, sin embargo se fue
pasando el efecto y ahora otra vez como si nada; a fin de cuentas no estamos pensando
todo el tiempo en la muerte, o bueno, al menos no yo. Creo que nunca de verdad me he
angustiado por ese tema, estoy bastante en paz en ese aspecto.
“Las plantas y los animales no son mortales porque no saben que van a morir”, “ignoran ¿o
parece que ignoran? la muerte”, “No es mortal quien muere, sino quien está seguro de que
va a morir” Me parece que aquí el autor dice una sarta de idioteces, puedo imaginar que
no lo dice literalmente, espero que sea así, y aún así, ¿desde qué postura dice esto?, ¿que
acaso nunca ha observado el comportamiento de los animales?, usando lógica: si no son
mortales, por lo tanto ¿son inmortales?, pues obvio que no. ¿Cuántas veces al morir el
amo, muere también su mascota a su lado?, o las especies que forman pareja de por vida,
al morir uno de ellos, rara vez se recuperan o consiguen otra pareja. De verdad no creo
que no estén conscientes de la muerte, obviamente no como nosotros, definitivamente no,
pero sí creo que existe algo de percepción sobre todo en ciertas especies más
desarrolladas.
“La muerte es necesaria (<<necesario>> es etimológicamente aquello que no cesa, que no
cede, con lo que no cabe transacción ni pacto alguno). Resulta absolutamente personal e
intransferible”.
“La muerte es lo más individualizador y a la vez lo más igualitario”
Muchas frases del texto me atraparon, también otras que leí en mi exposición y temas que
ahí mismo discutí. Sólo me resta pensar que a las lecturas les falta una parte esencial de lo
que es la muerte, pues si bien habla de la inevitabilidad y de lo individual, creo que es muy
importante la parte del qué nos pasa cuando algún ser querido muere, las etapas por las
que pasamos, cómo se va viviendo, etc. Y si bien no es el lo central, creo que se puede
haber mencionado algo, me hubiera gustado. Creo que el proceso de aceptar la muerte es
algo muy profundo, personal y un proceso lento, que viven un poco más rápido los que
sufren una enfermedad terminal. Lo único que me resta, que se me antoja y que sigo sin
poder responderme es qué prefiero para mis seres queridos; si morir en un instante o ir
haciendome a la idea con algo gradual. Pues yo por ellos probablemente una muerte lenta
para irme yo haciendo a la idea, lo sé, es egoísta; y por otra parte para que no sufra
mucho el otro una muerte rápida no sería malo. Creo que más que la inevitabilidad de la
muerte, lo que ronda mi mente a veces es cómo voy a morir y cómo voy a actuar al
respecto si tengo tiempo o unos instantes y mucho más, la curiosidad de lo que viene
después. Me apasiona la idea de poder saber, me inquieta. Me encantaría poder morir y
poder darme cuenta de mi proceso, y si llegara a reencarnar, que me quedara ese
conocimiento, no importa que sólo fuese para mí, pero saber cómo es. Y lo digo desde un
lugar más de curiosidad insatisfecha que de incertidumbre angustiante. En fin, para mí,
esos son los temas que me apasionan y captan más mi atención, por ejemplo, el porqué
pesa 21 gramos menos una persona justo después de morir que antes de, y cosas así.
Las lecturas de Irvin Yalom me parecen muy buenas, y más suavecitas, más cómodas, pero
no por eso menos profundas; más mi gusto de lectura, pues me gusta leer acerca de la vida
de las personas, y también de su muerte claro está. Espero con anticipación los demás
fragmentos del mismo libro que están más adelante en las sesiones.
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