República Bolivariana de Venezuela
Universidad Nacional Experimental
Francisco de Miranda
Área de Ciencias de la Salud
Programa de Medicina ADI
Morfofisiologia II
Inmunología básica y clínica
Bachilleres: -Aguirre Carmen 24.823.623
-Alvarez Edymary 25.318.476
Doctora: -Becerra Loriana 23.469.350
Padilla Yanielbis -González Ángel 25.912.023
Sección 05 -Mendoza Bianca 24.145.166
-Ramos Andrea 24.143.711
-Somoza María 24.616.926
INMUNOLOGÍA BÁSICA Y CLÍNICA
1. Demostración ilustrativa de las porciones inmunoquímicas de un anticuerpo tipo Ig G. Los anticuerpos (también conocidos como inmunoglobulinas, abreviado Ig) son glicoproteínas del tipo gamma globulina. Pueden encontrarse de forma soluble en la sangre u otros fluidos corporales de los vertebrados, disponiendo de una forma idéntica que actúa como receptor de los linfocitos B y son empleados por el sistema inmunitario para identificar y neutralizar elementos extraños tales como bacterias, virus o parásitos.
El anticuerpo típico está constituido por unidades estructurales básicas, cada una de ellas con dos
grandes cadenas pesadas y dos cadenas ligeras de menor tamaño, que forman, por ejemplo,
monómeros con una unidad, dímeros con dos unidades o pentámeros con cinco unidades. Los
anticuerpos son sintetizados por un tipo de leucocito denominado linfocito B. Existen distintas
modalidades de anticuerpo, isotipos, basadas en la forma de cadena pesada que posean. Se
conocen cinco clases diferentes de isotipos en mamíferos que desempeñan funciones diferentes,
contribuyendo a dirigir la respuesta inmune adecuada para cada distinto tipo de cuerpo extraño
que encuentran.
Aunque la estructura general de todos los anticuerpos es muy semejante, una pequeña región del
ápice de la proteína es extremadamente variable, lo cual permite la existencia de millones de
anticuerpos, cada uno con un extremo ligeramente distinto. A esta parte de la proteína se la
conoce como región hipervariable. Cada una de estas variantes se puede unir a una "diana"
distinta, que es lo que se conoce como antígeno. Esta enorme diversidad de anticuerpos permite
al sistema inmune reconocer una diversidad igualmente elevada de antígenos. La única parte del
antígeno reconocida por el anticuerpo se denomina epítopo. Estos epítopos se unen con su
anticuerpo en una interacción altamente específica que se denomina adaptación inducida, que
permite a los anticuerpos identificar y unirse solamente a su antígeno único en medio de los
millones de moléculas diferentes que componen un organismo.
El reconocimiento de un antígeno por un anticuerpo lo marca para ser atacado por otras partes
del sistema inmunitario. Los anticuerpos también pueden neutralizar sus objetivos directamente,
mediante, por ejemplo, la unión a una porción de un patógeno necesaria para que éste provoque
una infección.
2. Descripción de la ontogénesis, maduración e importancia de los linfocitos B. La ontogenia de las células B es el proceso de desarrollo que conduce desde los primeros precursores reconocibles de linaje de B hasta las células plasmáticas secretoras de anticuerpos. Los linfocitos B son los leucocitos de los cuales depende la inmunidad mediada por anticuerpos con actividad específica de fijación de antígenos. Los linfocitos B, que constituyen entre un 5 y un 15% del total de linfocitos, dan origen a las células plasmáticas que producen anticuerpos. Los linfocitos se clasifican en dos tipos principales, según su origen y función: linfocitos T, que se diferencian inicialmente en el timo, y linfocitos B, que se diferencian en el hígado y bazo fetal, y en la médula ósea del adulto (la 'B' proviene del latín bursa fabricii, el órgano en el cual se desarrolla este tipo de linfocitos en las aves). Durante su desarrollo, los linfocitos T y B adquieren receptores específicos de antígenos; el de los linfocitos B se conoce como receptor de los linfocitos B (BCR).
3. Definición del Complejo Principal de Histocompatibilidad. Sinónimo: compatibilidad tisular o de injerto o de trasplantación. Relaciones entre los tejidos de un donador y los del receptor, de tal forma que pueda prender un injerto de órgano del primer individuo al segundo. El éxito depende de los patrimonios genéticos del donador y del receptor: el injerto prenderá si los patrimonios son idénticos (es decir, si comprenden los mismos genes de histocompatibilidad) o algo diferentes. Si estas diferencias son importantes, el injerto será rechazado por el receptor. Este rechazo es un fenómeno inmunológico debido a la presencia, en el injerto, de antígenos que faltan en el receptor. Algunos de estos antígenos condicionan una mayor incompatibilidad: antígenos del sistema eritrocitario ABO y ciertos antígenos leucoplaquetarios (sistema HLA); el recuento de los hematíes y de los leucocitos permitirá eliminar los donadores que lo transportan. Otros antígenos responsables de una incompatibilidad más discreta pueden ser neutralizados por métodos inmunosupresores. La histocompatibilidad podría, además, desempeñar un papel en la defensa del organismo contra ciertas células de este último que hubiesen presentado mutaciones, cancerosas o no, y que poseyeran antígenos diferentes de los del resto del organismo. Ver antígeno tisular, grupos tisulares, sistema HLA, fenómeno de rechazo de injerto.
4. Descripción de la distribución, estructura y función de las moléculas clase I y II de CPH. Grupo de proteínas situadas en la superficie externa de la membrana celular que permite la identificación de las moléculas propias y de las extrañas (invasoras). Las moléculas del CPH de clase I normalmente colaboran con el sistema inmune en la discriminación entre las células sanas del organismo y aquellas que pueden ser precancerosas o estar infectadas por virus. Las moléculas del CPH de clase II reconocen normalmente las
proteínas extrañas. Las moléculas del CPH de clase II se parecen a las moléculas gp120 de la superficie externa de la membrana de los virus VIH, dirigiendo a los anticuerpos confundidos para que ataquen a las células T colaboradoras del propio organismo. Los individuos con diabetes tipo I tienen una concentración de proteínas de CPH de clase I inferior a la normal, siendo un marcador de susceptibilidad. Su sistema inmunológico no puede reconocer sus propias células beta.
5. Deducción de la importancia del control genético de la respuesta inmune. La capacidad de respuesta inmune depende del fondo genético de cada individuo. Mediante experimentos genéticos se ha determinado la existencia de genes llamados en general Ir, que condicionan o modulan la respuesta inmune. Algunos de ellos están ligados al complejo MHC, mientras que otros residen fuera de esa zona. También la regulación genética, neuroendocrina, por anticuerpos, por citocinas y por células. Regulación del sistema inmune secretor. El antígeno desencadena la respuesta inmunitaria, activando células T y B, provocando la expansión clonal y la generación de mecanismos efectores humorales y celulares que van dirigidos a eliminar el antígenos. Una vez eliminado el antígeno, las células vuelven al estado de reposo. La naturaleza del antígeno tiene una influencia significativa sobre el tipo de magnitud de la respuesta inmunitaria que aparece. Estos efectos reguladores son de diferentes tipos: a) Antígenos diferentes, desde el punto de vista químico, estimulan diferentes tipos de respuestas inmunitaria, los antígenos proteicos inducen respuestas humorales y medida por células -T dependicentes-, los polisacáridos y los lípidos no pueden ser presentados asociados al MHC, de manera que no pueden estimular las células T restringidas por el MHC, ni inducir respuestas inmunitarias medidas por células -T independientes. Las respuesta de anticuerpos frente a polisacáridos y lípidos se componen de gran medida de anticuerpos IgM. Las proteínas estimulan el cambio de isotipo, la madurez de la afinidad y la generación de linfocitos B de memoria. B) La cantidad de antígeno a la que se expone un individuo influye en la magnitud de la respuesta inmunitaria generada. La dosis optima de inmunización varía dependiendo del antígeno. En general, dosis elevadas o la administración repetida de antígenos proteicos tienden a inducir la tolerancia especifica de célula T, y a inhibir las respuestas inmunitarias. Grandes cantidades de antígeno polisacáridos pueden inducir en la tolerancia de linfocitos B específicos y de este modo inhibir la producción de anticuerpos. C) La respuesta inmunitaria frente a un antígeno varía de acuerdo con su puerta de entrada. Los antígenos administrados por vía subcutánea o intradérmica suelen ser inmunogenos, mientras que en cantidades elevadas de antígenos administrados por vía intravenosa u oral suelen inducir la falta de respuesta especifica, generalmente debido a la inducción de tolerancia en los linfocitos T, B o en ambos, o la estimulación de células T supresoras especificas.
6. Definición y mecanismos de activación del Sistema de complemento. El sistema del complemento es uno de los componentes fundamentales de la conocida respuesta inmunitaria defensiva ante un agente hostil (por ejemplo, microorganismos). Consta de un conjunto de moléculas plasmáticas implicadas en distintas cascadas bioquímicas, cuyas funciones son potenciar la respuesta inflamatoria, facilitar la fagocitosis y dirigir la lisis de células incluyendo laapoptosis.1 Constituyen un 15% de la fracción de inmunoglobulina del suero.
7. Descripción de: procesamiento y presentación antigénica. En el proceso de formación de los linfocitos T y de selección del repertorio de células T se produce la destrucción del 98% de las células debido a los procesos de selección positiva y negativa que se producen en el timo. La selección positiva permite la supervivencia de las células T capaces de interactuar con células con receptores MHC de clase I o II. En la selección negativa se eliminan los linfocitos T autorreactivos capaces de reaccionar contra antígenos propios unidos a MHC. Los linfocitos supervivientes se desarrollan expresando los receptores TCR/CD3 y uno de los dos coreceptores CD8 o CD4. El CD3 y bien el CD4 o el CD8 son las principales moléculas de membrana que se encargan del co-reconocimiento para la activación de la célula en la sinapsis inmunológica, ya que no basta con el reconocimiento entre el TCR y el complejo antígeno-MHC, sino que se precisa una interacción más compleja para que se produzca la activación.
La presentación de antígeno es un proceso realizado por células presentadoras de antígeno del sistema inmune, tales como macrófagos y células dendríticas, que consiste en la disposición de antígenos procesados (generalmente, péptidos procedentes de la proteólisis de proteínas) en la superficie de moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad. Estas moléculas están típicamente presentes en los fagocitos. El proceso es de vital importancia puesto que las células T sólo reconocen al antígeno así presentado, y la actividad de estas células T es necesaria para que se dé una respuesta efectiva y se establezca la memoria imunológica.
8. Descripción de los procesos de: colaboración inmunológica, citotoxicidad, inmunosupresión, tolerancia, memoria inmunológica, hipersensibilidad retardada y reacción” injerto contra receptor” La colaboración, por lo tanto, es una ayuda que se presta para que alguien pueda lograr algo que, de otra manera, no hubiera podido hacer o le hubiera costado más. En medicina, la inmunidad es un estado de resistencia que tienen ciertos individuos o especies frente a la acción patógena de microorganismos o sustancias extrañas. Dicho estado puede ser natural o adquirido. Citotoxicidad: Tipo de reacción inmunitaria por la que una célula o microbio determinados se recubren con anticuerpos y son destruidos por ciertos tipos de
glóbulos blancos. Los glóbulos blancos se adhieren a los anticuerpos y liberan sustancias que matan esas células o microbios. También se llama CCMA y citotoxicidad celular
dependiente de anticuerpos. Inmunosupresión: Hablamos de inmunosupresión o, eventualmente de inmuno-inhibición, cuando el sistema inmunitario de un enfermo se inactiva de forma voluntaria. Para ellos se utilizan habitualmente los medicamentos inmunosupresores, por ejemplo, la ciclosporina. La inmunosupresión se realiza, especialmente, en caso de un trasplante de un órgano con el fin de evitar el riesgo de rechazo del órgano. Sin esta inmunosupresión el sistema inmunitario del paciente identificaría el órgano trasplantado como un cuerpo extraño e intentaría destruirlo. La inmunosupresión también puede utilizarse en el tratamiento de enfermedades auto-inmunes. Tolerancia: La tolerancia puede ser definida como el respeto y la aceptación que se tiene hacia opiniones, creencias, sentimientos o ideas de otros, incluso cuando difieren
o son antagónicas a las propias. Memoria inmunológica: La memoria inmunológica es una característica especial que presenta la respuesta específica del sistema inmune. Cuando un patógeno entra en contacto por primera vez con el sistema inmune, se activan células específicas. Esta activación consiste en la transformación de células naive en dos formas celulares; unas, son las células activas, que actuaran sobre antígenos. Las otras células de
memoria. La hipersensibilidad: clásicamente se refiere a una reacción inmunitaria exacerbada que produce un cuadro patológico causando trastornos, incomodidad y a veces, la muerte súbita. Tiene muchos puntos en común con la autoinmunidad, donde los antígenos son propios. Las reacciones de hipersensibilidad requieren que el individuo haya sido previamente sensibilizado, es decir, que haya sido expuesto al menos una vez a los antígenos en cuestión.
9. Definición, caracterización y función de Interleuquinas e Interferones según su nomenclatura actual. Las interleucinas son un conjunto de citocinas proteínas que actúan como mensajeros químicos a corta distancia que son sintetizadas principalmente por los leucocitos, aunque en algunos casos también pueden intervenir células endoteliales o del estroma del timo o de lamédula ósea. Su principal función es regular los eventos que atañen a las funciones de estas poblaciones de células del sistema inmunitario, como la activación, diferenciación o proliferación, la secreción de anticuerpos, la quimiotaxis, regulación de otras citocinas y factores, entre otras. Han sido descritas distintas alteraciones de ellas en enfermedades raras, en enfermedades autoinmunes o eninmunodeficiencias. Los interferones: son unas proteínas producidas naturalmente por el sistema inmunitario de la mayoría de los animales como respuesta a agentes patógenos, tales como virus y células cancerígenas. Los interferones son glicoproteínas de la clase de las citocinas. Reciben su nombre debido a su capacidad para interferir en la replicación de los virus en las células hospedadoras. Se
unen a receptores en la superficie de las células infectadas, activando diferentes vías de señalización en las que participan diversas proteínas antivirales (como la PKR), para impedir la replicación de una amplia variedad de virus de ARN y ADN. Cumplen, además, otras funciones: activan células inmunes, como los macrófagos y las células NK; incrementan el reconocimiento de células cancerígenas o infecciones al dinamizar la presentación de antígenos a los linfocitos T y, finalmente, incrementan la capacidad de las células sanas para resistir a nuevas infecciones víricas. Ciertos síntomas como el dolor muscular y la fiebre están relacionados con la producción de interferones durante la infección.
10. Definición y clasificación de la respuesta inmune y estado de inmunocompetencia. El ser humano siempre ante la presencia de agentes extraños dentro de su organismo produce una respuesta de defensa que le permite continuar en un estado de bienestar, pero que en ocasiones llega a ser patológica y sumamente mortal. Por eso el hombre ha tratado de buscar cómo controlar una respuesta inmunológica que permita restablecer el equilibrio perdido.
11. Descripción del proceso de síntesis y secreción de Anticuerpos.
La síntesis de los anticuerpos se produce cuando existe una eficaz colaboración entre los linfocitos B y los linfocitos T cooperadores (CD4+). La extirpación del timo a un neonato impide el desarrollo de la respuesta celular y de la mediada por anticuerpos (humoral). Los linfocitos B tienen, dos importantes misiones que realizar en la respuesta inmune humoral: 1-Actuar como células presentadoras de antígenos. 2-Producir los anticuerpos.
La producción de anticuerpos se inicia con la IgM y después, si sigue el estímulo antigénico, cambiara la región constante de las cadenas mu (IgM) por las gamma (IgG) y epsilon (IgE) o alfa (IgA), pero conservará sus regiones variables originales (las que se unen al antígeno). Este proceso es semejante al originado por la presentación del antígeno a través de células presentadoras, pero es más eficaz ya que los linfocitos B sólo reaccionan con el antígeno, mientras que los macrófagos fagocitan todo tipo de partículas, y además, requiere menor cantidad de antígeno. Las células productoras de anticuerpos poseen receptores específicos y cada célula solo fabrica copias de un anticuerpo. Cuando un antigeno encuentra su receptor correspondiente, se une a el e induce la multiplicacion de esa célula y la producción de mas receptores (Ac). Los receptores se desprenden de la superficie de la celula y pasan a la sangre como anticuerpos.
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