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RREEKKAALLDDEE
P r o y e c t o
Un diagnóstico social para avanzar en la participación
Elaborado por el equipo de investigación en prácticas de Parte Hartuz:
Jokin Artetxe
Igor López de Munain Ignacio Sanz
Rebeka Sanz Baz Ander Tarragona
Responsable de prácticas: Dominique Saillard
Coordinador del informe: Igor Ahedo
Documento realizado a partir de las aportaciones de las personas que viven y trabajan en Rekalde.
Para la población y las asociaciones de Rekalde
Para el Ayuntamiento de Bilbao
Abril de 2007
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1. INTRODUCCIÓN
1.1. Porqué el proyecto de prácticas en Rekalde
La historia, la tradición asociativa y participativa, así como el sentimiento compartido de
pertenencia existente hoy en día en el barrio de Rekalde han animado a Partehartuz a desarrollar a
lo largo del curso 2005/2006 las prácticas de participación ciudadana enmarcadas en el Postgrado
de la UPV-EHU “Especialista en metodologías y experiencias para la democracia participativa”. En estas
prácticas han participado, concretamente, 5 alumnos del curso –Rebeka, Ignacio, Igor, Joseba y
Ander- coordinados por los responsables de prácticas Dominique Saillard e Igor Ahedo.
Como veremos a continuación, la intuición inicial -el peso de la historia y la tradición asociativa y
participativa- se ha visto confirmada en el desarrollo del trabajo de prácticas, habiéndose
constatado que estos elementos constituyen la argamasa de la subsistencia de una fuerte identidad
compartida entre los vecinos y vecinas del barrio. Un elemento éste que ha facilitado el contacto
y la relación con las personas con las que se ha trabajado (ciudadanos/as representativos,
representantes de asociaciones e instituciones), posibilitando una sintonía entre estos y el equipo
de prácticas, y que se ha concretado en un importante caudal de información aportada por los
actores locales.
De igual forma, desde una perspectiva más estratégica, desde Partehartuz se considera que el peso
de la historia y la citada riqueza asociativa del barrio hacen de éste un espacio privilegiado para
profundizar en la revitalización de soluciones colectivas a los problemas cotidianos que afectan al
desarrollo de los barrios vascos. En este sentido, debe subrayarse que el objetivo de las prácticas,
además del formativo, es el de “intervenir en un entorno socio-político concreto para, a través del trabajo de
prácticas, socializar el debate sobre la democracia participativa y las oportunidades para el establecimiento de
mecanismos que incentiven la participación y acerquen a la ciudadanía del municipio el funcionamiento político
actual”. Como veremos, este objetivo se ha cumplido con creces.
Para la realización de estas prácticas, el equipo de alumnos/as del Master en participación
ciudadana ha contado con la colaboración de gran cantidad de vecinos y vecinas, responsables del
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tejido asociativo y responsables municipales en el Consejo de Distrito. De igual forma, las
prácticas han sido posibles gracias al convenio firmado entre la UPV-EHU y la Concejalía de
Relaciones Ciudadanas del Ayuntamiento de Bilbao.
1.2. Objetivos planteados para el estudio
Además de los objetivos estratégicos ya apuntados, y de los formativos específicos para el
alumnado -aplicación de las metodologías y principios teóricos expuestos en el Master-, el
objetivo práctico que se persiguen en el trabajo ha sido el de describir las relaciones entre tres
entes claves en el tejido social del barrio, como son las asociaciones, el consejo de distrito y los
ciudadanos no asociados, analizando el tipo de relaciones preexistentes entre ellos, los cambios
que en su relación se hayan podido dar como consecuencia del desarrollo de las prácticas y las
posibles estrategias a de futuro que permitan solventar los problemas detectados o mejorar las
relaciones existentes.
Para lograr los objetivos planteados, el grupo de investigación se ha centrado en el estudio de los
aspectos siguientes:
Relaciones entre el ayuntamiento y el movimiento asociativo u otras entidades prestadoras de
servicios.
• Relación entre el consejo de distrito y las y los ciudadanos.
• Relación entre las asociaciones y las y los ciudadanos.
• Relaciones dentro del movimiento asociativo.
1.3. Metodología
A la hora de realizar este informe de prácticas, el equipo redactor ha tenido presente de forma
constante la necesidad de contar con la opinión de los agentes implicados, de manera que los
resultados puedan ser de utilidad para estos.
En este sentido, entendemos que toda dinámica de investigación social debe superar la tradicional
lógica separada entre “expertos/as” y “objetos de estudio”. Más al contrario, creemos que el
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supuesto objeto de estudio que pudiera ser Rekalde, y más concretamente los actores -
ciudadanos/as, asociaciones, representantes institucionales- que en él interactúan, deben ser los
propios “sujetos” de la investigación.
Concretamente, la labor del equipo redactor ha sido la de facilitar relaciones pre-existentes -allá
donde ya existían- o la de mediación -allá donde estas relaciones no existían o eran muy débiles-,
así como la de recopilar información aportada por todos los agentes implicados, contrastándola.
Pero tanto lo primero -las relaciones entre los actores- como lo segundo -la información
recogida- es patrimonio -o “propiedad”, como se prefiera- del sujeto de la investigación; esto es,
del barrio y sus actores.
Efectivamente, la vocación de este trabajo desarrollado es la de aportar una visión externa que sea
capaz de facilitar contactos allá donde estos no existían o eran débiles; la de recoger gran cantidad
de información dispersa para sistematizarla y ordenarla; la de dinamizar un debate y una toma de
conciencia de las oportunidades de la participación ciudadana para la mejora de las condiciones
de vida de la ciudadanía del barrio, y más específicamente de las oportunidades de la participación
para empoderar -otorgar mayor poder- al conjunto de actores implicados: ciudadanos/as no
organizados, asociaciones y responsables municipales.
Por esta razón, el informe que presentamos se ha hecho por y para el barrio; por y para los
actores en el implicados, con el objeto de que sirva de ayuda, si estos lo consideran adecuado,
para reforzar sus relaciones y para trabajar conjuntamente en la satisfacción de las
necesidades y debilidades detectadas desde estrategias de participación ciudadana.
Las técnicas que se han aplicado en la elaboración del diagnóstico son las siguientes:
• Entrevistas en profundidad: dirigida a obtener las percepciones de una persona en
concreto sobre una situación. En este sentido, se han realizado 20 entrevistas a
diferentes ciudadanos, representantes asociativos, institucionales y personalidades
históricas
• Observación directa: sirve para diferenciar, percibir y distinguir el comportamiento y
las actitudes existentes en distintos ámbitos de la vida de los y las ciudadanas.
Concretamente, el equipo redactor ha tratado de impregnarse de las vivencias de
los y las vecinas del barrio analizando diferentes aspectos como las
comunicaciones existentes (accesos a los barrios, medios de transporte...), los
espacios de socialización (bares, espacios de ocio, espacios juveniles...), las
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características del tejido económico (densidad comercial, zonas en declive...). De
igual forma, al comienzo de esta investigación se ha realizado una visita histórica
del barrio acompañada de uno de los actores que han colaborado de forma
especial en este proyecto. Así, de la mano del historiador Joseba Egiraun se ha
conocido el Rekalde existente, pero poniendo la vista en un pasado de Rekalde
que tanto ha marcado a los vecinos y vecinas de esta barrio.
• Grupos de discusión: Dirigidos a percibir diferencias, perder el miedo al debate y
buscar puntos de encuentro para lograr objetivos comunes.
• Sociograma: Técnica utilizada para plasmar de una manera gráfica el entramado
social de un municipio. Se elabora como espejo de una realidad presente, pero
también se puede utilizar para definir una visión de futuro.
En cualquier caso, más allá de las técnicas que acabamos de enumerar, y habida cuenta de a) la
trayectoria histórica y madurez del tejido asociativo del barrio, b) la profesionalidad del equipo
dinamizador del Centro de Distrito, y c) el acceso obtenido a significativas personalidades
carismáticas gracias a las entrevistas realizadas, una vez que se constatado el interés de estos tres
actores por participar en dinámicas estables de debate, se decidió desde el equipo de prácticas la
constitución de una Comisión de seguimiento del proyecto. Esta comisión está formada por
personas voluntarias del barrio, ha intentado representar tanto al tejido asociativo, al equipo
municipal, como a la ciudadanía no asociada. Concretamente, en este caso se han realizado 4
comisiones de seguimiento en la que han participado 30 personas del barrio, con una asistencia
media de 17 vecinos y vecinas1. Estas comisiones de seguimiento se han convocado con dos
objetivos: incorporar a los actores como sujetos de la investigación y facilitar la recogida de
información:
• En primer lugar, como decimos, la función de las Comisiones de Seguimiento ha
sido la de informar a una muestra representativa de los actores presentes en el
barrio de las actividades a desarrollar por el grupo de prácticas, para que éstos
1 Entre los y las participantes destacan Esti (directora del Centro de Distrito), Maite (animadora socio-cultural),
Fermin (Comisión de Fiestas), Iñaki (Arraizpe), Ana (AMPA), Satur (Iglesia y Plataforma contra el Metro), Floren
(Zohardia), Zamora (Iturri), Joseba (historiador), Silvia (Gazte Leku), Fertxo (Skaut), Marijo (Onki-Xin), Manu
(Castilla y León), Txefo y Maite (Kukutza)...
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pudieran reorientar nuestras intervenciones garantizando una mayor profundidad
en el análisis;
• En segundo lugar, el objetivo de las comisiones de seguimiento era sentar cara a
cara a un número significativo de representantes de la ciudadanía no organizada,
de las asociaciones y del Ayuntamiento, para interpelarles sobre determinados
temas clave de forma que pudieran conocerse los diferentes discursos existentes
en el territorio en torno a determinado temas relevantes.
Sin embargo, el desarrollo de las Comisiones de Seguimiento ha permitido que desde la primera
reunión, de forma natural, se incorporase una consecuencia deseable en este tipo de procesos,
pero difícil de alcanzar:
• Esto es, que los actores, situados cara a cara por primera vez en muchos casos,
fueran capaces de visualizar que las desconfianzas previamente existentes
respondían en la mayor parte de los casos al desconocimiento mutuo. Un
desconocimiento, que unido a ciertos prejuicios y a una importante falta de
comunicación -así como un claro sentimiento de agravio y desconfianza existente
en el tejido asociativo- bloqueaban cualquier posible dinámica de trabajo
conjunto. Sin embargo, tras la primera de las reuniones, y después de un duro y
tenso debate en el que todos reconocieron su parte de responsabilidad en esta
incomunicación, los actores fueron capaces de ponerse en el papel del resto, de
forma que desde ese momento se ha generado un relativo clima de confianza que
ha posibilitado que muchas asociaciones comiencen a trabajar en colaboración
con el Ayuntamiento, que la ciudadanía conozca mejor el trabajo de las
asociaciones y de la administración, y que estos últimos conozcan y puedan
responder ante las críticas de la ciudadanía. De esta forma, las Comisiones de
Seguimiento han permitido que tejan unas tímidas, pero importantes relaciones
que han continuado y se han profundizado tras la finalización de la investigación.
Finalmente, y teniendo en cuenta que desde nuestra perspectiva la información recopilada
pertenece a los sujetos de la investigación, hemos adoptado mecanismos de devolución de la
información, tanto a las personas que han participado directamente, como al resto de la
ciudadanía del barrio.
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2. EL BARRIO DE REKALDE
2.1. Marco geográfico del diagnóstico (Rekalde plaza)
El barrio de Rekalde está situado en la zona sur de Bilbao, también al sur de la antaño anteiglesia
o república de Abando. Limita con Baracaldo y los distritos del Casco Viejo, Basurto-Zorroza y
Abando. Dentro de la delimitación administrativa de Rekalde se encuentran, de oeste a este, los
montes Arraiz, Errestaleku y Ganeta.
Bilbao consta de ocho distritos y Rekalde corresponde al séptimo junto a unidades de población
como Amézola, Iralabarri, Uretamendi, Iturrigorri-Peñascal, Rekaldeberri-Larraskitu.
Debemos aclarar que nos centraremos en Rekaldeberri-Larraskitu, pues las demás zonas son
diferentes y cada una tiene sus características y necesidades.
2.2. Características sociodemográficas
El distrito 7 de Bilbao correspondiente al de Rekaldeberri-Larraskitu tiene una población de
46.188 personas, una superficie de 696,29 (Ha.) y una densidad (Hab./Ha.) de 66.
En cuanto al ámbito geográfico de nuestro diagnóstico (Rekaldeberri-Larraskitu), decir que es la
zona con más población del distrito, 17.503 habitantes. Una superficie de 110,53 (Ha.) y una
densidad (Hab./Ha.) de 158.
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3. LA MEMORIA HISTÓRICA DE REKALDE
3.1. Eventos históricos de importancia según las personas entrevistadas
La lucha y las movilizaciones se constituyen en los principales eventos históricos que han
quedado en la memoria de las personas participantes en la elaboración de este diagnóstico.
Entre estas movilizaciones destacan las referidas a la demanda de semáforos, escuelas, autobús, el
modulo psico-social, el ambulatorio, la lucha contra la autopista…, cuestiones todas éstas que
sirven de hilo conductor en una de las obras referenciales para la ciudadanía del barrio: el Libro
Negro de Rekalde, especie de “talismán reverenciado” (Joseba) que ocupa un lugar privilegiado
en muchas de las librerías y estanterías de los y las Errekaldetarras. El comienzo de esta obra no
deja lugar a dudas sobre la importancia que el pasado juega y ha jugado en la socialización de
miles de vecinos y vecinas unidas en las duras condiciones de vida de un barrio inundado por el
barro:
Nuestro barrio, situado al sur de Bilbao, se encuentra “a este lado de las vías del ferrocarril”. El ferrocarril
siempre fue, para los de “este lado” una frontera que guardaba nombres con sabor a campo: Larrasquitu
(= pastizal suficiente), Uretamendi (= monte de aguas), Iturrigorri (= fuente roja), Artazo (= encinar),
Betolaza (= albergue de vacas)…
Construyeron un puente sobre el ferrocarril, y una calle (Gordoniz), que nace en el centro de Bilbao, invadió
estos campos, llenándolos vertiginosamente de barriadas (Genaro Riesta, Marinos Voluntarios de la
Cruzada,…).
Castellanos, extremeños, gallegos, andaluces, vascos de otras provincias…, que llegaban o llegábamos a
Vizcaya en busca de trabajo, solían o solíamos encontrar casa “más barata” del puente para acá… Y así
surgió esta Comunidad, el Barrio, al que el Municipio llamó “distrito dos”.
Recaldeberri (“la parte nueva del río”) recoge las aguas, y con ellas las gentes, que bajan de las colinas de
San Antonio, Peñascal, Artazu, Iturrigorri, Uretamendi y Betolaza. Pero estas colinas ya no son
castañales ni encinares; son bloques, son hogares de trabajadores, que convivimos formando nuestro Barrio.
Es decir, todos los que vivimos “a este lado del puente” somos “distrito dos”, somos “el Barrio”. Nada
puede dividirnos por nuestra comunión de vida y de trabajo. En nuestro barrio no hay clases sociales.
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Y este barrio, donde el 71,76% (según estadísticas de Urquijo Renteria, Universidad de Deusto) son o
somos emigrantes, vence el desarraigo que supone dejar la tierra-cuna, y se integra en grupos que nacen
espontáneamente del mismo Barrio: Orfeón Arraizpe, Grupos de Danzas (Batasuna, Arraizpe´ko
Gazteak…), Clubs de jóvenes, Ikastolas, Entidades deportivas (Iturri C.D., Peña las Nieves…),
Asociaciones de Familias, Asociaciones de Padres de Alumnos, Asociaciones de vecinos por Barriadas…
El Barrio se hace comunidad.
Un Barrio que nace “con prisas”; un Barrio que no tiene “influencias en las altas esferas”; un Barrio que
pertenece a los “económicamente débiles” (predomina de gran manera el peonaje); un Barrio que es “víctima
de la especulación”; un Barrio dónde sólo “hacen casas”, y se olvidan de las Escuelas, de los jardines, de las
instalaciones deportivas, de pavimentar las calles, de los niños, de los ancianos…; un Barrio sin voz ni voto
en el Municipio, TIENE QUE HACER FRENTE POR SI SOLO A SUS PROPIOS
PROBLEMAS. En esto, Recaldeberri tiene mucho que aportar” (Asociación de Familias de
Rekalde: Libro Negro de Rekalde, 1975).
Casi 30 años después de la publicación del Libro Negro, la obra de dos personas que han
colaborado en este trabajo, Javier del Vigo, ex-presidente de la Asociación de Familias de Rekalde
(AFR) y Joseba Egiraun, ex-párroco de Rekalde, presenta importantes similitudes:
El bilbaíno barrio de Rekaldeberri se ha ido configurando a partir de unas zonas que tuvieron gran
personalidad: Zugastinovia, Elejabarri, Iturrigorri, Rekalde, Rekaldeberri, Larraskitu, Eskurtze.
Posteriormente, Uretamendi, El Peñascal, Betolaza. (La fotografía y los planos son) elementos que van
constatando de forma visual los cambios de los lugares, de lo urbanístico, y que permiten evocar y recordar
momentos de nuestra historia, de los lugares en que hemos vivido y experimentado la infancia, la amistad, el
amor, las carencias y las necesidades. (Los lugares, los edificios, los montes y las calles) están sin duda
impregnados de muchas vivencias. Dijo un conocido poeta que su patria fue su infancia y juventud. Nuestra
patria, la de muchos, estuvo bien definida: este espacio al sur de Abando, entre vías, la vaguada del Elgera
y los montes Pagasarri y Arraitz. (Los testimonios de personas que han vivido épocas concretas, problemas
concretos,) nos refieren vivencias que nos implican, y que sin duda son representativas de la pequeña historia
de nuestro gran barrio.
Rekaldeberri también ha sido configurado por personas que tradiconalmente vivían aquí, y por personas que
llegaron de otros lugares. Todos ellos tuvieron que afrontar multitud de problemas: desinterés total de la
Administración, pérdidas de formas de vida, problemas de vivienda, de trabajo, de urbanismo, problemas de
escolaridad para los niños, problemas sanitarios, problemas políticos, morales y religiosos. La Asociación de
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Familias de Rekaldeberri aglutinó durante mucho tiempo a todos los vecinos que de una u otra forma
aportaron su esfuerzo para lograr un barrio mejor.
La configuración de Rekaldeberri ha ido encaminada desde la muerte del dictador por derroteros más
optimistas al poder participar los grupos políticos y los ciudadanos en las instituciones, hasta llegar a los
Consejos de Distrito.
Actualmente, es un barrio más de los que conforman Bilbao al que muchos se sienten vinculados, donde
habita la nostalgia por los buenos tiempos, y también de los tiempos pasados y vividos con gran dureza.
Dispone de equipamientos adecuados y hay problemas. Pero lo más importante es que está vivo y que es
dinámico” (Eguiraun y Del Vigo: Rekalde, historia y conflicto, 2002)
En ambos casos, como se observa, partimos de una concepción bucólica, casi mítica de los
espacios que paulatinamente, desde un origen eminentemente rural, van configurando el Rekalde
que reconocen los protagonistas. En los dos textos son constantes las referencias a una geografía
dominada por la naturaleza; lo rural como punto de partida de un barrio que, sin embargo,
transmuta en la década de los sesenta en un entorno urbano periférico degradado. En ese
momento, la administración se convierte la protagonista por omisión, de forma que ambos textos
convienen sobre el papel determinante que va a jugar el tejido asociativo local, convirtiéndose en
un referente de auto-organización popular. Un referente que, como refleja la última frase del
texto de Javier y Joseba, se mantiene en nuestros días en “un barrio que está vivo y es dinámico”.
De la misma forma, ambos textos destilan una identidad colectiva poderosísima, un auto-
reconocimiento del barrio como espacio auto-referencial (“Patria”, “Barrio” en mayúscula,
“Comunidad” en mayúscula), como espacio mítico (“en Recalde no hay clases”) y como espacio liminal
(“más allá del puente”, “el espacio al sur de Abando”): auto-referencia, mito y límites que se entienden
mejor por la desconexión del barrio del desarrollo metropolitano.
Desde una perspectiva geográfica, también, Rekaldeberri es la historia de dos viaductos. Ojalá ambos entren
pronto en la historia y sean solo un recuerdo del pasado del barrio. El primero, el puente de Gordóniz, o de
Rekalde, levantado en 1958, cuando “el mar de vías” de Amétzola era una barrera física entre el Bilbao
del ensanche y el sur de Bilbao. El “mar de vías” de Amétzola era una barrera que impedía a la avalancha
humana que llegaba a Bilbao buscando trabajo llegar normalmente al centro de la pujante villa. Se cumplía
así la vieja teoría de los urbanistas decimonómicos, que desarrollaban ciudades que diferenciaban físicamente
el espacio burgués del espacio proletario” (Eguiraun y Del Vigo, 2002).
Las similitudes son muchas, mostrando hasta qué punto resiste en algunos protagonistas la
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memoria a la que hacíamos referencia. Sin embargo, como comentábamos antes, los cambios que
en el Libro Negro de Rekalde no se vislumbraban a mediados de los 70 empiezan a hacerse
presentes a comienzos del nuevo siglo.
Parece claro que con el final del Actual Plan de Amétzola, aquel puente será una referencia del pasado del
barrio, cuando para llegar a él se cogían los “troles” número 4 de dos pisos, estilo Londres en los años
sesenta (Eguiraun y Del Vigo, 2002).
Y es que, como manifiestan muchos de los y las protagonistas de esta investigación, el Rekalde de
los 60 y los 70 revienta bajo las aguas de las riadas del 83. Las aguas que “recoge” Rekaldeberri en
el Libro Negro se convierten en un caudal de barro y lodo que sepulta el barrio. Dos años
después, la AFR tenía clara la respuesta al por qué: la venganza de la naturaleza a un modelo
capitalista de desarrollo urbanístico irresponsable, que siempre castiga a los más débiles.
Euria omen da errudun. Zakurraren putza!. Ez al du inioz euririk egin hemen ala? Euriak berekasa
ezin du horrenbestekorik egin; noski, errekak asfalto azpian gartzelaratzen baditugu delinkuenteen
gisan… lehertutakoan sanpedrok gorde dístala… auzo bati erantsita kanterak eraikitzen baditugu,
etor daitezela gero ziklopeak… errekak zikinkeriz betetzen baditugi urei beren martxa ostpatuz…
Natura menderati nahi izan dugu, eta horretarako beren legeak ezagutu eta kontutan hartu behar dira
(…).
Naturak kapitalismoak jarritako kateak apurtzen saiatu besterik ez du egin; zoritxarrez, beti bezala,
ez ditu errudunak harrapatu, herri xehea baizik, hau bait dago kapitalismoaren basakeririk
nabarmenak diren tokietan, gure jauntxoak ondo gorderik dauden bitartean (Asociación de Familias
de Rekaldeberri, Más allá del barro y las promesas, 1985).
En cualquier caso, como veremos también, parece que lo cierto es que partir de ese momento la
administración se hace presente en el barrio, iniciándose una serie de reformas de gran calado -
fundamentalmente de urbanización de las calles, nuevas infraestructuras, medios de transporte-
que mejoran sensiblemente las condiciones de vida de sus habitantes (Partehartuz, La historia de
Rekalde y Deusto contada por sus protagonistas, 2007, en prensa).
3.2. Agentes sociales históricos
El agente social histórico identificado como más significativo con mucha diferencia ha sido la
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Asociación de familias, considerado como aglutinador y catalizador de las reivindicaciones del
barrio. Una reivindicación que se liga a las duras condiciones de vida de los vecinos del barrio y al
peso tradicional de la izquierda, que va a encontrar en Rekalde una especie de ática en la que
encontrar el “buen salvaje” de Rousseau en su versión roja. Así lo reflejan la práctica totalidad de
los protagonistas.
Yo... a veces, cuando me pregunto por qué Rekalde, por qué Rekaldeberri?... es que es un poco curioso y
raro. Yo... realmente vine a estudiar a Bilbao y trabajaba para ganarme para mis estudios... Pero... en el
Colegio mayor invitamos una vez a unos obreros a que nos dieran una charla... que eran hombres de Acción
Católica, de la OAC... que en aquél momento estaba perseguida porque luego me acuerdo de hacerles las
hojas a multicopista y las hacíamos con guantes de goma para no dejar las huellas dactilares... y eran de la
OAC. Entre ellos estaba Juanjo Palacios, que era el marido de Begoña... y una serie de gente de
Rekaldeberri.
En aquella charla yo recuerdo echar una bronca (los obreros) a los universitarios de Deusto... de mi curso
era Mario Conde, Almunia, de mi curso era Rodríguez Colorado... Era una época... y llegar allí esos
obreros... y delante de los jesuitas decir “de vosotros no esperamos absolutamente nada... de aquí ha salido
Oriol, Iturmedi Ullastres y toda esa mara de sinvergüenzas y ladrones que nos están explotando a la clase
obrera” (con gran énfasis).
A mi... me impactó aquello,... aunque venía del campo, de Castilla... me impacto aquella primera..., casi
clase de la lucha obrera..., que yo la desconocía. Tomé contacto con ellos: “oye, dónde vivís vosotros?, en qué
barrio estáis?”. Y así hice contacto con Begoña y con su marido., Y llegamos a aquí, al barrio de
Rekaldeberri... yo veía que en mi curso, de 160... había dos hijos del campo... y 4 hijos de obrero... Y dije...
“todo esto que tengo alrededor, ¿de dónde han salido?... ¿Dónde están los hijos de la clase obrera de la que
me hablaban estos hombres?”...
Llegas aquí al barrio, hablas con estos..., con Begoña y compañía y te dice... “es que aquí no ha habido
escuelas, es que aquí no hay instituto, es que”... ¡Si de aquí no puede salir ni un bachiller, cómo va a salir
de aquí un universitario!. A partir de allí es como conecto con este barrio, me vengo a vivir a este barrio con
mi familia... nacieron aquí mis hijos... todos ellos... y yo veía como el caldo de cultivo de la revolución que
entonces queríamos hacer todo el mundo... el que la clase obrera llegara a la universidad para hacer la
revolución. Y de allí vino el montar aquí una academia gratuita para los hijos de clase obrera..., para que
en un futuro fueran los dirigentes de la clase obrera también para...
Luego igual no ha ocurrido, se han desclasado... no sé qué ha pasado... Pero la intención era buena... y de
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ahí vino luego toda la experiencia de la biblioteca, la Universidad Popular... y el contacto con ellos fue así...
Es decir, que aterricé... (Jesús Omeñaka, en entrevista a TVE, 2005).
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La lucha, sin duda. Rekalde siempre se ha caracterizado por ser un barrio muy muy, muy
luchador y prácticamente todo lo que se ha arrancado en este barrio ha sido de esa forma. Los
primeros semáforos que se consiguieron en Rekalde fueron después de unos años de lucha, unas
movilizaciones impresionantes en el barrio, desde luego son las que más recuerdo de mi vida...
para conseguir los primeros semáforos.
Cuando empezó la política, cuando empezaron los partidos políticos también a Rekalde se le conocía como el
rincón de Lenin, porque era un barrio considerado muy rojo, cosa que sigue siendo ¿no?. Las elecciones
demuestran que la izquierda sigue ganando, lo que pasa es que ya no tiene nada que ver. Hay mucho
inmigrante y hay mucha opción de todo tipo.
La agrupación de familias de Rekalde fue pionera en las luchas de todos los barrios y sobre todo, no
olvidemos algo muy importante, hoy en día en Bilbao hay bastantes módulos psicosociales que se atiende a
gente sin recursos etc. etc. . El primer módulo que se construyó en Bilbao fue el de Rekalde, gracias a las
luchas que hubo que fueron pioneras en Bilbao en todos los aspectos. (Zamora, Iturri Futbol)
Otros agentes históricos importantes han sido la Iglesia, el club de fútbol Iturrigorri o el
Arraizpe... Pero sobre todo los vecinos y vecinas, muchos de ellos anónimos para los libros de
historia oficiales, pero cuyo recuerdo está grabado en la memoria de muchos errekaldetarras
El Iturri porque dentro de poco va hacer 100 años de historia, es uno de los clubes más
históricos de Bilbao y en su seno moviliza desde siempre a un montón de gente, tiene un montón
de equipos, con lo cual hace que el barrio sienta mucho, mucho, mucho los colores del Iturri.
Siempre se ha asociado Iturri-Rekalde, es algo como indisoluble.
Otro grupo muy importante es el “Arraizpeko Gazteak”, que es el grupo de danzas, historia pura de
Rekalde (Zamora, Iturri)
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Posiblemente los grupos parroquiales. Yo no me atrevía en el libro a destacar la importancia que yo creo que
tienen (los grupos parroquiales)... porque hubiera sido contraproducente a juicio de la gente (Joseba fue
Párroco de Rekalde y todavía se le conoce por “el cura”)... Pero yo creo que (han sido) muy importantes,
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muy importantes en el plano humano... con sus lacras... por que había también cada cura de la ostia... Pero
bueno, la gente no era cura..., la gente que practicaba y que se movía... no era cura. Y luego los grupos
políticos que ha habido... Unos han tenido una actividad efímera por que la represión se cargó todo...
muchos de ellos a veces funcionaban un poco amparados bajo el permiso de la Iglesia,... era una especie de
sombra que podía hacer para que no tuvieran mala fama ante el Gobierno Civil... y yo creo que son esos
grupos. Personas concretas yo no diría ninguna... no me atrevo. Yo si podría mencionar a los Palacios, o a
Begoña Linaza... esos han sido la ostia aquí, han sido la ostia, la ostia... con un alto coste, porque alguno
de ellos ha acabado alcoholizado... pero de levantarse la boina; su hermano Carlos, que vive en Elorrio, que
es una persona que tiene mucho que decir de todo esto; Longarte... esos son los que yo he conocido y que
podría destacar sobre otros. Santamaría que murió, que curraba tremendo. (Joseba Egiraun,
Historiador).
3.3. Espacios de encuentro históricos
Los protagonistas también destacan como espacios de encuentro retenidos en la memoria
histórica -entendiendo por espacio tanto los lugares físicos como los proyectos capaces de reunir
o aglutinar a las y los vecinos del barrio- aquellos que han sido fruto de su esfuerzo (la
universidad popular, la biblioteca de la Asociación de familias…), así como los lugares de ocio, de
disfrute y diversión.
Entonces todo esto... yo creo que creó una sensación de vivir el mismo sitio, la misma gente,... Y luego
económicamente no había mucho dinero, las fiestas que se celebraban, se celebran un poco en el ámbito de
Rekalde, en la Cervecera, o en la campa de Garrote, o en la campa de San Justo..., O sea que volvían otra
vez a los mismos sitios, las mismas personas a celebrar las fiestas. Yo creo que todo esto a dado una
sensación de grupo, de solidaridad, y de pertenencia igual a un colectivo (Joseba Egiraun, Historiador)
Lugares para recordar:
Era la cervecera, la Campa de Donato... porque yo tengo 5 hijos, y entonces nuestra... nuestro escape era el
monte, era el monte... Todas las laderas del monte, hasta el Pagasarri... íbamos por Arrigorriaga, por
Alonsotegi... Luego volvíamos en el tren... y así lo pasábamos... los fines de semana era monte... Y sino a
algún txakoli, como te he dicho... el de Donato, el Carbonero... Nos juntábamos 15, 20, 30... no sé...
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todos juntos... todos juntos!...Y allí hacíamos la gran amistad, la gran amistad!... (Satur, Plataforma por el
Metro)
Lugares para olvidar
El primer engendro eran las vías... porque si venías de noche te metías hasta el tobillo en el barro...
Personas… que no se olvidan…
Y me acuerdo que veníamos... nacieron los hijos... y al mayor lo traíamos en el coche... y la amabilidad de la
gente, ¡sin vernos la cara!... “espere, espere, que le voy a ayudar a pasar el coche...” para superar ese trocito
de vía... Y no nos veíamos la cara!, porque era noche oscura... ¡qué amabilidad!, ese es un detalle grande,
grande, grande... Tengo esos recuerdos que no se me olvidarán... Pero, es que había muchas dificultades...
¡los barrizales que había!, es que ¡había unos barrizales!... impresionantes, impresionantes... si, hasta que se
fue acondicionando todo el suelo... eso fue una de las cosas, para mi de las más duras... (Satur, Plataforma
por el Metro).
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4. LAS FUENTES DEL BARRIO:
LA MEMORIA HISTÓRICA
4.1. Percepción de la gente sobre el pasado de Rekalde
Se observa una doble percepción entre las y los vecinos de Rekalde sobre el pasado de su barrio.
Por una parte, entre los actores y protagonistas se observa un cierto sentimiento de nostalgia por
una época de unidad, lucha que se valora como pasada, aunque todavía siga presente:
Hoy en día la gente protesta pero no lucha por nada, antes la gente no protestaba tanto pero luchaba por
todo, la gente aunque esta en contra de algo no lo denuncia de ninguna manera, igual protesta en su entorno
familiar , en la escalera... pero nada mas.
Eso si, si pasa algo gordo en Rekalde la gente si que se va a juntar pero las cosas del día a día que son
también importantes se dejan de lado. Por ejemplo cuando se cerro el gazte. La gente reaccionó muy bien
apoyando (Txefo, Kukutza)
********
La gente lucha menos por que ya no hay canales de comunicación como antes. Ya la gente no tiene la calle,
hay muchas prohibiciones, no hay posibilidad de hablar en los comercios, no hay tanta comunicación, la
gente vive en su entorno mas cercano, en su mundo, con su casa, su hipoteca... (Maite, Kukutza)
*******
¿Qué fue de nuestro Rekaldeberricito (Nandi, Txikitero)
*******
Como dije el otro día (la primera comisión de seguimiento) yo hecho en falta muchísimo la unión que existía
antes. Hay algo que pasa y no sólo en Rekalde. Los grupos es muy difícil que sean independientes totales de
los partidos políticos, entonces, cada uno sigue una perspectiva determinada y antes... pues, no existía eso... y
si existía no era tan larvado como ahora. Vamos a ver si se puede conseguir... pero yo es lo que más hecho
en falta. Hay muchas rencillitas (Zamora, Iturri).
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*******
No, a mí lo que si me preocupa de Rekalde..., que habéis hablado y que antes ha hablado X... Yo me
pregunto... si ahora viviera en este barrio... y me preocupara por mis hijos que están aquí para que vayan a
una sociedad de cultura, de solidaridad y de entrega... ¿Qué se puede hacer?... porque, entonces..., ya te
digo... un semáforo nos unía!... una pasarela nos unía!... Y a partir de allí... otras cosas que hacíamos...
Pero como ahora... ¿Qué le puedo transmitir yo a mis hijos si vivo en Rekaldeberri para que adquieran ese
concepto de solidario, de barrio y de...?. Lo veo mucho más difícil... porque no tienen el semáforo por el que
luchar todavía...
Y allí si que yo... a los que viven ahora y están preocupados, como antes hablaba X... porque este barrio
siga con su identidad de barrio... y darle a los hijos ese concepto de solidario... ¿Cómo hacerlo?... porque lo
vemos difícil... como padres lo vemos difícil para educar... Como sociólogos o politólogos... o como se llamen...
a ver qué hacen para que un barrio de estos se levante culturalmente...! (Jesús Oñeñaka)
Por otra parte, se observa una cierta “mitificación”, especialmente entre la gente joven, que a
pesar de no haber vivido esa época, y reconocer que no la conocen bien, la sienten como un
periodo vital del barrio.
La identidad de Rekalde se inició desde los primeros acercamientos de las personas del barrio para construir
sus casas. El barrio lucho unido por la vivienda, la construcción de las escuela. Es el orgullo de un barrio
que ha luchado unido por sus derechos. Es un barrio referente de Bilbao, luchador y obrero que ha hecho
mella al ayuntamiento. No extraña que hoy en día se intente mantener esa memoria (Maite, Kukutza)
*******
La identidad del barrio se mantiene, la gente siente el barrio y eso se refleja en el día a día y en fiestas.
Pensándolo bien, creo que el elemento que más alimenta esa identidad es el legado que hemos recibido de
lucha y movilización social. Ciertamente, se han podido perder ciertos aspectos de esa identidad por la
pérdida de la vida de barrio, algo totalmente ligado a los cambios urbanísticos y al cierre de muchos
pequeños comercios por el establecimiento de diversos supermercados... y, desgraciadamente, esto tiene pinta
de ir a peor... (Iratxe, Euskarri)
*******
Rekalde es un barrio de inmigrantes, de gente muy currela que llegó de Galicia, Andalucía, Asturias, como
mi familia para tratar de encontrar otro futuro. Fue gente que tuvo que luchas para tener algo que fuera
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suyo. A mi me habría encantado poder haber vivido esa época, esa solidaridad (Marijo, Onki-Xin).
4.2. El sentimiento de identidad
Si algo es unánime entre los actores y protagonistas es la existencia de un claro sentimiento de
identidad de barrio tanto entre las personas que vivieron las luchas y movilizaciones de los años
70, como entre las personas jóvenes que sólo conocen ese periodo de oídas y de manera un tanto
difusa.
Pues yo no sabría definir las razones del sentimiento de pertenencia exactamente pero sí puedo decir que
tengo 53 años y cuando era un chaval a Rekalde se le conocía por sus cuadrillas. Sus cuadrillas eran las
más así de Bilbao, bajaban a la casilla se pegaban con unos, con otros... no se hablaba muy bien, más que
nada se hablaba de las cuadrillas. De hecho yo también pertenecía a una que fue muy conocida en sus años.
También se nos conocía por broncas por aquí, por allá pero curiosamente lo mal que se hablaba por ahí de
Rekalde como que era un barrio conflictivo, a nosotros sin embargo nos volvía locos decir que éramos de
Rekalde. Lo decíamos con mucho muchísimo orgullo. Es como cuando alguien dice soy del Athletic con ese
orgullo que nos dice a todos ser del Athletic. Pues ser de Rekalde para nosotros es muy importante, nos
transmitía una fuerza para estar, para movilizarnos, para estar unidos por la lucha del barrio. Rekalde
siempre ha sido un barrio que se ha movilizado muchísimo, muchísimo (Zamora, Iturri)
***********
Si, Rekalde ha sido un barrio con identidad propia... igual a partir de ahora... el Barrio... su “solera” va
a quedar en la memoria. Pero ahora queda en la vivencia de mucha gente. Y ¿cuáles son las
características?..., pues yo lo primero que diría es que la gente de Rekalde ha tenido que vivir junta... y ha
tenido que vivir junta... porque ha estado aislada del resto de Bilbao desde un punto de vista económico,
social, o de clase..., como lo quieras llamar. Ha sido gente bastante afín, ha sido gente que ha establecido
muchas relaciones durante una época en lugares emblemáticos de Rekalde, ha establecido muchas relaciones,
ha habido grupos, grupos que se han creado, algunos fuera de lo que es el ámbito Parroquial..., muchos a
nivel de ámbito Parroquial..., otros fuera de lo que es el ámbito Parroquial... grupos culturales como uno del
PCE..., la Encartada que tenía también cuestiones culturales; otro como la Peña Villabaso que era un
grupo cultural, otro como la Biblioteca que prestaba libros, y hacía elementos culturales. (Joseba Egiraun,
historiador)
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Todas estas personas coinciden en identificar el origen del sentimiento de identidad en el carácter
inmigrante, obrero… de la mayoría de las y los habitantes del barrio, y en la lucha desarrollada
por mejorar sus condiciones de vida.
Eso es lo primero... solidaridad. Ver que, pues... que nuestros niños, o hijos... pues tenían que ir a La
Casilla... o no podían venir a la escuela porque caía agua... o porquenoseque o nosecuantos... había un
montón de problemas... y eran nuestros hijos!... de forma que había que defenderlos a capa y espada!... Y
con razonamientos... no a capa y espada... lo digo de una forma figurada... con tesón, con tesón... y no se
paró y no se paró... hasta que se consiguió. Y de allí, pues... te sientes, eso... solidario, te sientes unido, haces
un equipo del barrio... Porque la verdad es eso... la Asociación de Familias, en principio fuimos casi todos...
Todas las familias, se entiende. Fuimos todas las familias de Rekalde. Y se luchó, y muy bien, por cierto...
a parte de las escuelas, los semáforos, los medios de comunicación (se refiere al transporte)... lo más
importante (Satur, Iglesia)
Es fácil percibir también un orgullo por pertenecer a un barrio que ha luchado por sus derechos,
que se ha constituido en un referente para muchas otras luchas, y que hasta la década de los
ochenta ha logrado buena parte de los servicios, equipamientos… de los que disfruta hoy en día,
a través de la movilización.
Nadie ha regalado nada a este barrio. Todo, todo lo más importante con lo que se cuenta, el ambulatorio, la
plaza, la cooperativa de consumo, el módulo psicosocial, todo se debe al trabajo de nuestros antecesores. A
ellos se lo debemos (Marijo, Onki-Xin)
Además de la extracción social y las movilizaciones, hay otros elementos que han contribuido a
configurar este sentimiento. Entre estos aspectos podemos destacar la ubicación del barrio en la
periferia de Bilbao (y el consiguiente aislamiento), y el mantenimiento a lo largo del tiempo del
sentimiento de sentirse tratados por el Ayuntamiento y muchos vecinos de Bilbao como
“ciudadanos de segunda”.
Yo lo que he recogido de todo el asunto que hicimos del libro Javi y yo... Rekalde es una población que ha
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pasado de un mundo rural a un mundo periférico. La ciudad de Bilbao se constituyó con unos planes del
Ensache de los cuáles quedaron fuera todos los barrios y uno de ellos fue Rekalde. Rekalde, al hacerse un
barrio periférico... era un barrio sin equipamientos sociales, sin escuela, sin urbanización... carecía de un
plan de urbanismo y esto ha condicionado mucho a Rekalde... Porque, por otra parte, los viejos recuerdan
que Rekalde era un barrio muy aislado. Era un barrio muy aislado porque... transporte... no había ningún
sistema de público hasta el año 58... y había como cuatro mares de vía,... decían que había..., entre la
Casilla y Rekalde... y eso aislaba mucho al barrio. Hacia el 29 el Ayuntamiento decidió unir el barrio de
Rekalde con la Casilla... Y decidió, en vista de que había muchísima población y el aislamiento era muy
intenso..., decidió urbanizarlo. Comenzó a urbanizarlo... pero desistió... y las razones que daban es que no
sabían cómo solucionar el problema de las vías... y otra... que a ver quién pagaba... esto es cierto, eh!,.. que a
ver quién pagaba la caseta del guardabarreras y al guardabarreras?. Con esos dos argumentos se anuló ese
plan. Es decir, que no había una mentalidad municipal..., no se si ahora la hay, pero supongo que sí... No
ha habido tradicionalmente una mentalidad municipal de equipar a los barrios. Ha sido... considerarles una
cuestión periférica y abandonarlos un poco a su suerte... (Javier del Vigo, escritor)
******
Hombre..., en primer lugar ya sabes que a los de mi quinta les llamaban “coreanos”... eso, tenlo en cuenta...
Pero en Rekalde, a mí, por lo menos, que yo me haya enterado... nadie me lo ha dicho, nadie me lo ha
dicho... y tengo unas grandes amistades... Nadie me ha acusado el venir de fuera... ¿Qué si me he sentido
minusvalorado por ser de Rekalde?... Te voy a decir lo que nos decían... “no tenéis más que navajas!”... Y
es que hubo muchas peleas... había dos o tres cuadrillas que bajaban a la Casilla... y casi siempre había
algún lío... y entonces estábamos catalogados todos... para algunos, eh!... Estábamos catalogados todos como
navajeros!... y hemos discutido mucho... Tengo... esas cosas, decía, “las tenéis que demostrar” y una vez que
se demuestren... tendremos que aceptarlas..., pero... menospreciar... sí! (Satur, Iglesia)
**********
Por lo visto sí hay un cierto sentimiento de ser ciudadanos de segunda, por lo visto hay gente que lo tiene...
Alguno lo tiene. Lo que no se es si lo han analizado, si lo han analizado... Sí es cierto que hay una
ciudadanía de segunda en los barrios..., porque en las grandes obras... los grandes paseos siempre se hacen en
el centro. Yo he visto que las farolas que hay por Perez Galdos, las que han puesto en Marcelino Oreja...
son farolas bonitas, estéticas... aquí no. Y si hay cierta... cierta... cierto desprecio... Yo creo que es así...
institucional... porque el Alcalde es así y la administración es así... Ahora, de ahí a que cada uno se sienta
más o menos víctima... eso ya es muy personal. Hay gente que no se siente para nada víctima. Lo que pasa
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es que pesa un poco lo que se entiende como prestigio social en la gente... gente que vive en Rekalde y no le
gusta mucho decirlo... vive allí, en la calle Jaen (En la mitad del Puente de Rekalde) y dice que es
Amézola... Hay cierto prestigio social... es como cuando llevas al crío a la escuela, o al colegio privado...
parece que te juegas algo... y luego no te juegas nada... Pero... hay una actitud humana... pues, eso... necesita
prestigio... pero, en fin... (En los 70) Aquello si era muy intenso.... Gente de fuera que vino a vivir a
Rekalde... y la familia le despreciaba, le achacaba... Yo creo que hoy en día eso es menos, y que la gente
joven pasa de eso bastante... La gente... afirma, si es que alguien le dice algo sí que afirma que es de
Rekalde...y que le den por culo, que no tiene importancia... pero, puede haber gente que viva así (con
vengüenza) porque somos (las personas) así. En mi familia... por ejemplo Rekalde lo tienen atravesado. No
entienden que se pueda vivir en Rekalde... y así hay muchos.... te consideran menos, ¡te consideran menos!...
(Joseba Eguiraun, historiador)
******
La identidad del barrio está vinculada al vinculada al carácter obrero y trabajador de los y las vecinas del
barrio. Ciertamente, ahora existen otros barrios más marginales, en peor estado que Rekalde, pero se sigue
manteniendo cierto sentimiento de formar parte de la periferia frente a Bilbao/Centro (Javier del Vigo,
escritor).
Tanto las movilizaciones iniciales para lograr unas condiciones de vida dignas para Rekalde y sus
habitantes, como los conflictos con el Ayuntamiento mantenidos a lo largo del tiempo han
supuesto un elemento unificador del barrio y revitalizador periódicamente de la movilización y la
identidad. Todo esto se plasma, aún hoy en día, en una persistencia de una cierta desconfianza y
rechazo hacia lo institucional por parte de buena parte de las y los habitantes de Rekalde.
Una cuestión que como se verá se hace patente en la primera de las reuniones de la Comisión de
Seguimiento, en la que por primera vez se ven cara a cara representantes de asociaciones y del
Ayuntamiento que hasta ese momento habían mantenido una calculada distancia. Una distancia
que a la pregunta de la Directora del Centro de Distrito de por qué muchas asociaciones no
tratan de resolver sus problemáticas utilizando los recursos municipales, entre ellos el del Consejo
de Distrito, al menos 5 de los 7 representantes asociativos, además de dos personas cualificadas
responden con contundencia: por una histórica desconfianza respecto del Ayuntamiento.
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4.3. Pérdida del carácter reivindicativo del barrio: causas mencionadas
A pesar de que todas las personas participantes en la elaboración de este diagnóstico observan
con esperanza la vitalidad actual del tejido asociativo, paradójicamente, también coinciden en
afirmar que se ha producido un importante descenso tanto en la participación como en el carácter
reivindicativo del barrio.
Frente a aquella época que te comentaba, yo creo que ahora la gente ha rebajado mucho sus expectativas,
sobre todo la gente joven. Quizá no tanto la gente con la que me muevo, que trabaja en colectivos sociales,
asociaciones. Pero si miras ahora dónde está la gente joven, ves que los jóvenes se juntan en txokos, lonjas,
no se movilizan por el barrio. (Marijo, Onki-Xin)
Si bien es éste un fenómeno generalizado y que obedece en parte a procesos sociales, culturales,
políticos y económicos que desbordan el marco geográfico de Rekalde, también se han
identificado otros específicos del barrio.
Salta a la vista que el primero de estos elementos tiene que ver con la debilitación de los lazos de
solidaridad y pertenencia. Efectivamente, todos los actores afirman que los y las vecinos de
Rekalde mantienen una fuerte identidad. Sin embargo, también son conscientes de que este
sentimiento de pertenencia está siendo erosionado por múltiples factores:
En cierta medida el barrio ha perdido parte de su identidad. Es resultado de que cada vez hay más
variedad de gente, ya no sólo solo tenemos personas de extracción obrera. También se nota más el
individualismo de la gente. De la misma forma, la presencia de muchas personas extranjera al barrio hace
que se está diluyendo la identidad común que antes se mantenía. Ahora se están juntando en Rekalde
grupos con identidades distintas (de otros países, gitanos, etc.), lo que está transformando el barrio (Jose
Barandalla, vecino)
La inmigración ha sido uno de los elementos que más han configurado la identidad del barrio
históricamente. Rekalde en un barrio de inmigrantes y la necesidad, unida a que todos éramos de fuera,
probablemente hizo que el sentimiento de unidad fuese mayor. A estas cuestiones, claro, se uno el hecho de
que el barrio ha estado separado físicamente de Bilbao. Y sobre todo su mal estado. Yo creo que ese
sentimiento de identidad persiste. Pero aunque sigue existiendo es menos importante, es más bajo. Uno de
los elementos que más han afectado son los cambios que ha vivido Rekalde... La mejora de las
infraestructuras... Esta mejora de la vida ha hecho que el sentimiento común sea menor. Además hay
nuevos problemas. A los vecinos de siempre se unen nuevos colectivos, inmigrantes, gitanos... Colectivos que
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no se involucran en la vida del barrio (Iñaki, Arraizpe)
De igual forma, esta cuestión del debilitamiento de los lazos comunitarios está unido a otros
factores generales y específicos de Rekalde. Entre los más generales destaca un consenso entre los
protagonistas en torno a cuestiones tales como el creciente individualismo en los modos de vida
más actuales, el menor nivel de ideologización e implicación del agente; el menor peso de las
asociaciones en la vida de las personas; una menor preocupación por los demás, por lo colectivo;
una clara reducción del entorno en el que vive la gente: familia, cuadrilla…
Más concretamente, pueden detectarse una serie de cuestiones específicas y que explicarían esa
cierta sensación de pérdida del carácter reivindicativo y del sentimiento comunitario del barrio.
Entre ellas destaca la división existente en el tejido asociativo en comparación con el carácter
unitario de las primeras luchas de la AFR, aunque también se subraye la potencialidad de acción
unitaria existente.
La identidad se mantiene, si, es lo que he dicho antes. Se mantiene sin duda ninguna. Si Rekalde tiene que
movilizarse se moviliza. Lo que pasa es que todo está fragmentado. Juntar a todos los grupos del barrio
para luchar por una causa por muy justa que sea es un poco difícil al día de hoy. Hoy por hoy sin duda, lo
veo muy difícil pero sí, sí, claro que existe esa lucha y esa unión (Zamora, Iturri)
De igual forma, los elementos anteriores se unen a algunos cambios significativos para explicar
esta sensación de reflujo identitario y del activismo social. Entre estos cambios cobran fuerza
algunos ya enumerados como las mejoras en las infraestructuras; los cambios urbanísticos; la
llegada de gente nueva al barrio; el cierre de pequeño comercio.
En cualquier caso, los actores insisten en que a pesar de haber descendido el peso de la
reivindicación en el barrio, ésta se mantiene. Al comienzo del trabajo será muy recurrente el
recuerdo a las movilizaciones protagonizadas por la comisión de Fiestas ante la decisión del
Ayuntamiento de Bilbao de suprimir uno de los dos fines de semana de las fiestas de los barrios.
Esta decisión se topó con el rechazo de la Jai Baztorde, que en respuesta planteó una dinámica de
movilización y de presión que incluía la celebración de un fin de semana de fiestas alegal con un
concierto del músico de Rekalde Kepa Junkera. Este conflicto es importante, tal y como se nos
ha transmitido por los protagonistas, desde dos puntos de vista. En primer lugar, como luego
comentaremos, porque visualiza la máxima distancia entre el tejido asociativo y un Consejo de
Distrito que decide no apoyar a la Comisión en sus demandas. De hecho, este será un tema
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recurrente en las primeras comisiones de seguimiento y la respuesta (o excusa) de muchos
representantes sociales y ciudadanos a las preguntas e interpelaciones de la Directora del Centro
para descubrir las razones de porqué muchos colectivos deciden no participar en el Consejo de
Distrito. Pero, más allá de esta cuestión, a la que volveremos, este conflicto es importante para el
tejido asociativo ya que tras una dura dinámica de recogida de apoyos de los colectivos, de firma
de alegaciones municipales, de concentraciones y manifestaciones, finalmente el Ayuntamiento
decide “recular” aceptando la tradicional duración de las fiestas. Así, muchos de las personas
entrevistadas recordarán lo que es interpretado por ellos y ellas como una gran victoria ante una
decisión que se consideraba injusta. Marijo recuerda cómo empezó todo y cuál fue la respuesta:
A mi me toco ir a la presentación de un libro de la historia de Rekalde junto a los escritores, Felix Linares
y el Alcalde justo en pleno conflicto. Hasta ese momento nadie en el barrio sabía lo que podía pasar (que
eliminasen ese fin de semana) y nosotros no sabíamos cuál sería la respuesta de la gente cuando lo conociese.
Lo comprobamos ese día, porque cuando fue mi turno yo comenté a los presentes, la mayoría personas muy
mayores, habría unos 100, que todo lo que los jóvenes teníamos se lo debíamos a su trabajo. Y que una de
as pocas cosas que nos legaron, que eran las mejores fiestas posibles, se podían perder porque el
ayuntamiento había decidido eliminar el segundo fin de semana. Inmediatamente esas personas se levantaron
y fueron a donde el alcalde a decirle que eso no se podía hacer, que no era posible. Nos dimos cuenta
entonces de que el barrio seguía despierto (Marijo, Onki-Xin).
Muy relacionada con esta cuestión serán las referencias que los colectivos realizan a otro
conflicto, en este caso protagonizado por Gazte-Leku, originado por los problemas existentes
para la renovación del convenio entre esta asociación y el Ayuntamiento. En este caso,
nuevamente el barrio parece responder a las interpelaciones de esta asociación, de forma que
finalmente, tras un periodo de movilización se logra la renovación del convenio.
El segundo de los hitos se produce en el periodo de esta investigación. A finales de junio se
convoca una manifestación a favor del metro –una demanda presente en la mayor parte de los y
las entrevistados- que sorprende por su amplia asistencia hasta a los convocantes:
Pregunta: Cómo te sentiste el día de la manifestación... creías que iba a haber tanta gente...?
Respuesta: No, que va!... Yo a la salida sufrí mucho..., lo pasé muy mal en la salida... Y luego cuando
subíamos el puente y me volví y vi a tanta gente... joder!... Y jugando el Atletic! Yo... lo que pasa es que no
quise decir nada, cuando Maite leyó el manifiesto de despedida... iba a decir “y tener en cuenta que si no
hubiera habido partido, aquí tendríamos a otras 2000 más que están animando al Atletic!... Me sentí muy
bien, pero muy bien... Me acordé de la manifestación por los servicios de urgencias... la última... la más
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próxima... Salvo esta manifestación pocas recuerdo si quitamos las de los setenta (Satur, Plataforma por el
Metro)
Ciertamente, a los y las asistentes sorprende el éxito de la convocatoria, que finaliza con gritos de
vecinos y vecinas en una Plaza de Rekalde abarrotada, demandando que la próxima movilización
se realizase frente al ayuntamiento. Sin embargo, también destaca la composición de los presentes
en la convocatoria, mayoritariamente personas de edad avanzada. Al margen de que la falta de
asistencia de los sectores más jóvenes pudiera responder a una menor preocupación que los
ancianos en torno a la necesidad de las mejoras de las comunicaciones –estos jóvenes no ven la
cuestión como tan problemática al contar con mayores recursos para la movilidad-, lo cierto es
que esta situación reproduce en la vía pública una cierta fractura entre “los históricos” y los
“jóvenes”: fractura a la que volveremos más adelante.
4.4. Persistencia de las demandas
No obstante, tanto en las entrevistas, como en las comisiones de seguimiento (la segunda de ellas
se centró en esta cuestión) refleja cómo la población de Rekalde, cree y así lo apunta, en la
necesidad clara de un cambio y una renovación en muchos aspectos claves para el propio
bienestar del barrio y de sus vecinos. No extraña, en consecuencia, que muchas necesidades se
conviertan en demandas explícitas hacia las instituciones así como para los propios agentes
sociales que constituyen el barrio, retroalimentando la sensación de que el barrio está vivo,
aunque las formas de movilización y las demandas se hayan modificado sensiblemente.
Espacios:
Algunas de las demandas y necesidades que se han recogido de diferentes agentes sociales del
barrio, son aquellas que abogan por una creación de espacios, locales, para el desarrollo de las
diferentes actividades propias de los barrios, con el fin de hacer frente a las demandas tanto
culturales como sociales. La percepción generalizada es que los espacios que actualmente se
encuentran habilitados son escasos. Estos entienden que las asociaciones del barrio necesitan
locales en donde llevar a cabo su actividad, para de esta manera reforzarse como tales, ya que la
mayoría de asociaciones se encuentran absortas en la precariedad a causa del pago del alquiler de
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los locales en los que se reúnen. Además, se cree que hay una falta de espacios en los que
organizar actividades destinadas a niños /as o incluso para los jubilados del barrio. Finalmente,
algunos entrevistados echan en falta la existencia de equipamientos comunitarios que fueran
capaces de “llenar de vida” un barrio que, según perciben, se “vacía” los fines de semana, a pesar
del núcleo de ocio y socialización que se sigue manteniendo en torno a la plaza y determinados
ritos como el poteo mañanero y la degustación de “champis” y “rabas” los domingos.
Curiosamente, y en torno a este tema se produce un contraste de pareceres entre representantes
del Consejo de Distrito y de varias asociaciones, centrados en torno a la reutilización de los
locales de la antigua biblioteca. Así, representantes de Kukutza manifiestan cómo en un primer
momento, al ver un local de estas características abandonado, y ante la falta de viviendas para las
personas jóvenes o excluídas, se decidió la ocupación de estos locales para cedérselos a una
familia en situación de riesgo. Sin embargo, al tener constancia Kukutza de que se estaba
trabajando en reformar ese local para que fuera de uso para el barrio, Kukutza decidió abandonar
el proyecto de ocupación, para evitar su “privatización” ante la posibilidad de una reutilización
pública “para el barrio”. De hecho, la Directora del Consejo de Distrito explica en esa misma
reunión cómo se ha abierto un plazo de propuestas a las asociaciones para que aporten ideas a la
gestión de ese recurso, ahora en desuso. Concretamente, la representante de Gazte-leku toma la
palabra para informar de que su grupo ha elaborado ese proyecto y esperan que pronto puedan
utilizar las asociaciones esos locales. En última instancia, como ese debate ejemplifica, los tres
actores, casi sin ser conscientes de ello, reflejan posiciones que aunque a priori pudieran parecer
excluyentes, sin embargo, en la práctica son complementarias. Una cuestión ésta redunda en un
consenso en torno a otra acuciante necesidad existente en el barrio: la información transversal.
Información:
La convocatoria de la comisión de seguimiento, como ya hemos comentado, posibilita que por
primera vez se sitúen cara a cara actores que habían trabajado en paralelo durante años, pero por
caminos inconexos. De hecho, la primera de las reuniones debe modificar la dinámica de trabajo
prevista, para permitir que los participantes sigan debatiendo y conociéndose. De esta forma, se
constata cómo la mayor parte de las asociaciones y ciudadanos presentes desconocían las
potencialidades de la participación en el Consejo de Distrito. Y aunque se visualizan también los
límites, son capaces de constatar la voluntad de la Directora del Centro y de la Animadora para
que su opiniones estén presentes de forma que garanticen una mayor representatividad de
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sensibilidades, problemáticas... En paralelo, los representantes institucionales tomarán conciencia
del peso que el sentimiento de agravio presente en las asociaciones y la ciudadanía tiene para
incrementar la credibilidad y potencialidad del Consejo de Distrito. Y si bien consideran que esas
son cuestiones de “la historia”, de una “historia de la que ellas no fueron responsables ni
protagonistas”, y aunque incluso consideren que sintiéndose “ciudadanos de segunda”, los
errekaldetarras reproducen esta situación, actuando y demandando también como si vivieran en
una situación de inferioridad, sin embargo, como decimos, reconocen la parte de responsabilidad
que les toca y muestran una clara voluntad de cooperación y de integración de demandas que
hasta ese momento habían sido excluidas o auto-excluidas. Finalmente, los representantes de los
y las vecinas, la mayor parte de ellos históricos y personalidades “ilustres”, modifican una cierta
percepción previa de que el tejido asociativo era débil o excesivamente sectario. Nuevamente, el
caso de Kukutza puede ser significativo. Así, su representante presenta a su colectivo haciendo
referencia a las cooperativas de trabajos verticales y de gastronomía existentes, recordando cómo
en Kukutza participan colectivos de deportistas minusválidos, de artistas, etc... señalando cómo
se celebran eventos que incluso son noticia en los telediarios estatales (Encuentro de
malabaristas...). Esta presentación sorprende, como decimos, a vecinos y vecinas que manifiestan
su alegría por conocer esta realidad, ya que, señalan, no sabían “qué había detrás de esas paredes”.
De esta forma, el representante de Kukutza reconoce que ellos mismos son conscientes de una
posible imagen “oscura” que puede haber detrás de ellos, y aunque explica que las condiciones de
alegalidad del edificio dificultan una relación más “natural” –hablan de ocupaciones policiales que
deterioran premeditadamente su imagen ante el barrio-, expresa el compromiso de su colectivo
por abrirse al barrio, citando como ejemplos comidas populares con la asociación de
comerciantes, jornadas de puertas abiertas, etc...
En última instancia, todos los presentes consideran que uno de los mayores problemas existentes
en el barrio es el de la falta de comunicación entre los actores. Cuestión esta que es tratada en las
otras tres comisiones de seguimiento, y que será analizada más en profundidad.
Comunicaciones
El tema de las comunicaciones en Rekalde ha sido un asunto recurrente en las movilizaciones
ciudadanas. Baste recordar que allá por los 70 fueron los vecinos y vecinas las que tuvieron que
presionar a las autoridades para que se garantizase la comunicación entre Bilbao y los barrios
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altos. La forma más contundente fue la del secuestro de un autobús de línea, ahora conocido con
el nombre del 27.
El “4” era y es otra de las referencias de la memoria colectiva del barrio. Es el bus por excelencia
de Rekalde, el primero en conectarlo con Bilbao, y su dibujo aparece durante décadas en el
encabezamiento de la revista de la Asociación de Familias. Todavía hoy ,a la rotonda donde se
ubica Kukutza, se la sigue denominando como “allá donde daba la vuelta el 4”.
Actualmente los consensos son otros. Muchos entrevistados llaman la atención sobre la falta de
organización del tráfico en Rekalde, se señala cómo las aceras para autobuses siempre están
ocupadas por camiones, coches aparcados: “todo el mundo aparca en doble fila en la carretera a
Larraskitu”, etc. Se considera que esta no es una cuestión baladí, sino que afecta directamente a la
calidad de vida en el barrio. El segundo de los consensos hace referencia a una demanda candente
en el momento de realizar las prácticas. La demanda del Metro, y por extensión cierto rechazo a
la alternativa del tranvía, está muy relacionado con el tráfico y la calidad de vida en Rekalde. Para
muchos de los entrevistados el tranvía profundizaría el caos de tráfico, al estrechar todavía más el
espacio de circulación en el barrio. Se considera que no hay sitio suficiente y que su construcción
obligará a reducir la superficie de la plaza central -una plaza por la que se luchó mucho, señalan-.
Creen que el metro aseguraría además una mucha mejor conexión con las demás zonas de la
ciudad.
Unida a esta cuestión, algunos de los representantes de los vecinos no organizados destacan la
importancia que supondría la apertura de una línea de bus que conectase a los barrios de Rekalde
con el Hospital. Se cree que es mucha la gente que vive en zonas inaccesibles para las que el
acceso a una sanidad digna les resulta complicado. Se considera que es una demanda obvia, pero
se rechazan técnicas “de manipulación” utilizadas para restarle importancia, como la realización
de encuestas para conocer el potencial consumo de esta línea en paradas como la del puente;
obviamente, señalan, “si estás en el puente esperando el bus, es que vas a Bilbao”; “qué
pregunten en la tremenda cuesta que da acceso a Basurto!”, “qué pregunten en las paradas de
taxis!”. “Allí está la gente que va al hospital, no en las paradas de los buses, porque ningún bus va
al hospital y en consecuencia es normal que si se pregunta a los que están allí, nadie diga que va a
Basurto”.
Esta cuestión retro-alimenta el mencionado sentimiento de agravio, o de consideración de ser
ciudadanía de segunda. Automáticamente se evoca la presencia de la autopista, que todo el
mundo exige sea demolida aunque nadie cree que se haga en el plazo previsto. De hecho, se
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redunda en que primero se empiece por Sabino Arana, y que Rekalde, donde el impacto es más
brutal -dicen- se relegue para después.
Percepciones:
La historia del barrio, la falta de presencia histórica de la administración en Rekalde -cuando
menos hasta las inundaciones del 83- y la memoria del enfrentamiento de la Alcaldesa Careaga
con la Asociación de Familias ha marcado entre muchos de los vecinos del barrio un sentimiento
de inferioridad, de agravio y de formar parte de una especie de “ciudadanía de segunda” en
Bilbao.
En estos momentos se han hecho todo tipo de demandas al ayuntamiento a través de la asociación de
comerciantes. Y si se ha conseguido algo es porque el que está de presidente ha dado muchísima, muchísima
tralla. Sino, todo lo que llega de la parte de abajo al señor alcalde... su actitud es hacer oídos totalmente
sordos. El señor alcalde... para estas zonas no quiere saber absolutamente nada, es como si no existiéramos
(Manu, comerciante)
*******
Yo hablo ya como ex miembro de la comisión, hasta hace 6 años era secretario de la comisión y las
relaciones que tuvimos con el ayuntamiento fueron dificilísimas. No nos pusieron más que dificultades,
entonces es muy muy negativa. Yo era precisamente la persona encargada de bajar al ayuntamiento y aunque
tuve una excelente relación con el ya fallecido Zarraga, pero nos hicieron muchas putadas, muchas patadas.
Entonces lo que queda no es muy positivo pero pienso desde luego que hay que apoyar a la gente que está en
el consejo de distrito porque en definitiva todos trabajamos en el mismo carro (Zamora, Iturri)
Es desde esta concepción de “ciudadanía agraviada” desde la que se entiende, dicen, el éxito de la
demanda del Metro y el rechazo a un tranvía que se considera una solución “de segunda”, que
podría estar bien, pero que en la práctica supondría la excusa perfecta para no acometer las obras
del Metro.
De igual forma, por parte de muchos se valora de forma totalmente negativa -aunque con
excepciones- el traslado del Centro de Distrito a un nuevo Centro Cívico que será ubicado en
Ametzola
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La decisión de cerrar el centro actual y moverlo a Amezola no nos parece bien porque deja a Rekalde
todavía más marginado. Rekalde parece tercer mundista. (Mikel, Asociación de Comerciantes)
Esta percepción de “ser ciudadanos de segunda” es conocida por las representantes de Consejo
de Distrito; son conscientes de que muchos de los vecinos y vecinas del barrio se sienten así.
Incluso, reconocen, observan cómo muchos de los equipamientos que llegan al barrio son, como
es el caso de los columpios, infraestructuras viejas que se han retirado de otras zonas para poner
otras nuevas. Sin embargo, se insiste en los efectos negativos de esta percepción, que desinhiben
una participación responsable e incluso la exigencia de la igualdad en el respeto de los derechos.
No obstante, aunque el resto de actores puede reconocer este carácter esclerotizante, un tanto
“paralizante” del sentimiento de agravio, se rechaza su carácter ficticio, y se ponen innumerables
ejemplos (aceras, falta de papeleras, falta de control en la Plaza, goteras en la zona de juego
infantil, delincuencia...) que ejemplificarían esta situación, cuya punta de lanza se alimenta de la
consideración de que la alternativa del tranvía es una alternativa de “segunda” frente a un Metro
que conectaría a Rekalde con las redes de comunicación existentes de forma inmediata. De
hecho, algunos de los participantes en la Comisión de Seguimiento señalan que esta percepción
de “ciudadanía de segunda” no es negativa, sino que es un importante recurso de movilización. E
incluso abundan más señalando que si Rekalde es de “segunda”, zonas como el Peñascal, etc...
“son de cuarta categoría”.
A pesar de todo, también hay personas que analizan críticamente esta concepción de ciudadanía
agraviada. Así, consideran que los problemas que existen en Rekalde hoy en día son los propios
de todas las periferias de Bilbao. Creen que “las farolas de la Gran Vía” no tienen nada que ver
con las de Rekalde, pero tampoco con las de otros barrios. En definitiva, ven las diferencias entre
la periferia y el centro como normales, aunque no las justifiquen, y consideran que poca gente las
vive con dramatismo. Veamos el argumento de Joseba Egiraun:
(Pregunta) Si colocamos en una balanza las relaciones entre Rekalde y Bilbao, para valorar las relaciones
entre el centro y Rekalde... El balance de estas relaciones entre Bilbao y Rekalde han sido igualitarias, de
desequilibrio...
Creo que en algún tiempo sí fue una relación de subordinación... porque donde estaba el bienestar era en
algún sitio determinado... era en Bilbao... Y porque los que creaban Bilbao, las empresas de los prohombres
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de Bilbao estaban fuera de Rekalde. En ese sentido, puede haber habido algún tipo de inferioridad o de
subordinación, etc... Lo urbano, lo que más se ve... pues también... es distinto... el bienestar de las calles y
todo eso... Pero yo creo que al mismo tiempo, eso (esa diferencia, ese agravio) ha servido de acicate, en el
sentido de que la diferencia molesta y entonces hay que igualarse con el que tiene... con Bilbao. Y en ese
sentido, pues, igual... la reivindicación podía hacerse con alguna referencia... la de los que ellos tienen y lo
que aquí no se tiene. Subordinación, sí... en ese sentido, de desatendido... en un tratamiento despectivo.
(Pregunta) Eso sigue siendo así...?
Yo creo que no. Yo creo que aquí... a lo mejor hay un victimismo también... Y sobre todo en las personas...
Hay un victimismo de que “siempre estamos tirados”, de que “siempre estamos marginados”... Sin embargo,
eso lo podemos decir nosotros y lo podrán decir otros... los de Deusto... Incluso los de Bilbao la Vieja, los de
el Casco Viejo, los de San Mamés... Hay cierto victimismo... dada la historia, que se ha vivido así... Pero
yo creo que ese es menos de lo que es. Sí es cierto que hay muchas carencias aquí, urbanísticas... En el centro
de Rekalde no hay grandes carencias... puedes decir que hay suciedad, que es una mierda, que es feo... pero
no hay... no hay... Creo que hay restos de lo que hubo y de lo que vivió la gente, (sobre todo) en la
mentalidad de la gente.
(Pregunta) Eso se mantiene... se oye mucho que la gente se siente en Rekalde ciudadana de segunda...
¿Crees que hay ese sentimiento?
Por lo visto sí (se refiere a la reunión de la Comisión de Seguimiento de las Prácticas, en la que salió con
fuerza este tema), por lo visto hay gente que lo tiene... Alguno lo tiene. Lo que no se es si lo han analizado,
si lo han analizado... Sí es cierto que hay una ciudadanía de segunda en los barrios..., porque en las grandes
obras... los grandes paseos siempre se hacen en el centro. Yo he visto que las farolas que hay por Perez
Galdos, las que han puesto en Marcelino Oreja... son farolas bonitas, estéticas... aquí no. Y si hay cierta...
cierta... cierto desprecio... Yo creo que es así... institucional... porque el Alcalde es así y la administración es
así... Ahora, de ahí a que cada uno se sienta más o menos víctima... eso ya es muy personal. Hay gente que
no se siente para nada víctima. Lo que pasa es que pesa un poco lo que se entiende como prestigio social en
la gente... gente que vive en Rekalde y no le gusta mucho decirlo... vive allí, en la calle Jaen (En la mitad del
Puente de Rekalde) y dice que es Amézola... Hay cierto prestigio social... es como cuando llevas al crío a la
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escuela, o al colegio privado... parece que te juegas algo... y luego no te juegas nada... Pero... hay una actitud
humana... pues, eso... necesita prestigio... pero, en fin...
Nuevos y viejos problemas.
Surgen en los debates cuatro problemas capitales, que si bien trascienden las fronteras de
Rekalde, mediatizan la calidad de vida de sus habitantes. Estos son la vivienda, la inmigración, la
creciente sensación de mayores niveles de delincuencia y el declive del comercio.
- La problemática de la vivienda se aborda, obviamente, desde su dimensión más generalista,
relacionada con el crecimiento exponencial de los precios, la incapacidad de acceso de los
sectores jóvenes... Esta es una perspectiva presente en los discursos de los representantes
más jóvenes de las asociaciones. Sin embargo, a esta cuestión se le añaden una serie de
miradas transversales más específicas. Así se mencionan los graves problemas de
infravivienda existentes en el barrio, a pesar de dinámicas de regeneración puestas en
marcha y mencionadas por los representantes del Consejo de Distrito. Desde otros
sectores se abunda en la inexistencia de viviendas de tamaño medio-grande, lo que obliga
a salir del barrio a muchas familias que desearían vivir en el pero no pueden pagar los
precios de las nuevas viviendas. Desde otras personas se mencionan los riesgos de
hacinamiento, sobre todo de familias inmigrantes que deben alojarse en zonas más
accesibles como es el caso de Rekalde (se menciona de hecho que determinadas
inmobiliarias ya ofrecen servicios preferenciales a inmigrantes ofertando pisos en el
barrio). Se menciona la falta de vivienda de protección y se rechaza el poco gusto y la falta
de escrúpulos estéticos a la hora de levantar el nuevo emplazamiento de los desalojados
de la calle Rekaldeberri. La gestión municipal de estos realojos, en paralelo, parece un
tema importante en ciertos sectores –más vinculados personal o asociativamente con los
habitantes de esta zona- y se menciona la falta de transparencia y de participación en el
diseño de las nuevas viviendas. Finalmente, otras personas mencionan los posibles
efectos negativos que tendrá la próxima eliminación de las vías del tren en Amezola, lo
que previsiblemente aumentará la demanda y el precio de los pisos. En cualquier caso,
aunque Amezola se sitúa ya fuera de la zona de Rekalde en el sentido estricto para los y
las participantes, sirve como punto de referencia para contrastar cómo desde que se hizo
la plaza, Rekalde ha cambiado poco, comparado con la transformación de Amezola, por
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ejemplo.
- La inmigración no genera el mismo consenso entre los vecinos y las vecinas del barrio
entrevistadas. Aquí las miradas son variadas. Algunos reaccionan empatizando con “los
nuevos desposeídos”. La mayor parte simplemente apunta que la inmigración tendrá
efectos en el barrio, como ya hemos comentado, sobre todo en lo que al sentimiento de
pertenencia afecta. Los menos, pero también son significativos, explicitan un claro
rechazo a unos nuevos habitantes de Rekalde cuya llegada se asocian con una reducción
de los derechos (escolarización, vivienda, ayudas...) a los y las “autóctonos”. En paralelo,
en este discurso, se asocia a los y las inmigrantes con las personas gitanas, y se extiende de
unos a otros el estigma de su supuesto “rechazo a la integración en la sociedad local”. Sin
embargo, en la comisión de seguimiento, el tema de la inmigración es tratado sin
dramatismo y sin las anteriores cargas valorativas. Aún más, se abunda en la necesidad de
poner en marcha estrategias eficaces que posibiliten que los discursos racistas no
encuentren cobijo en los prejuicios o incultura de la gente. En cualquier caso, esta
cuestión es analizada críticamente, y la creciente llegada de inmigrantes se asocia con la
imagen periférica de Rekalde (“a los barrios ricos no llegan”). De igual forma, se llama la
atención sobre el comienzo de dinámicas de ghettización, en determinados núcleos del
centro (Goya, Gordoniz) y sobre todo en periferias como Peñascal que pronto –señalan
algunos de sus habitantes- pueden convertirse “en hoyas a presión que estallen en
nuestras manos”.
- La delincuencia es un tema que no está presente en los debates de la Comisión de
Seguimiento. Sin embargo está muy presente en las entrevistas a comerciantes y personas
anónimas del barrio. Curiosamente, y aunque sea una casualidad, puede servir de ejemplo
el hecho de que la misma noche en que se realizó una entrevista al tabernero de un bar de
Villabaso, éste fuese asaltado con una pistola por parte de un delincuente habitual. Desde
ese momento esta persona está de baja por depresión, pero a lo largo de las semanas
siguientes se precipitaron los acontecimientos con asaltos a los clientes de algunos bares
de Larraskitu, a una tienda de Goya, varias veces a una tienda del Puente,... En este
periodo, el grupo de investigación pudo observar un significativo incremento de la
presencia policial, y aparentemente éste es un problema que ha remitido. Sin embargo,
como decimos, a lo largo de nuestro trabajo fue mencionado en bastantes ocasiones
como una de las preocupaciones principales (Iñaki, Arraizpe; Marijo, Onki-Xin; Manu,
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Comerciante; Mikel, Asociación de Comerciantes; Esti, Directora del Centro de Distrito).
- La crisis del comercio también se refleja como una preocupación creciente en el barrio. A
simple vista destacan los procesos de concentración comercial existentes en Gordoniz, el
alto número de supermercados abiertos en los últimos 10 años, así como el desierto
comercial en zonas de gran vitalidad histórica como Villabaso. No extraña que ante esta
situación, hace 3 surgiese con fuerza una Comisión de Comerciantes que cuyo trabajo es
valorado muy positivamente por todos los entrevistados y miembros de la Comisión de
Seguimiento. Personalmente, los miembros de la Comisión de Comerciantes valoran
como clave para el desarrollo de la zona la apertura de la línea 3 del Metro, de forma que
Rekalde pueda entrar en los circuitos comerciales del Bilbao “ya que tiene mucho que
ofrecer y de calidad”. Sin embargo, también existen voces de personas que consideran
que esta línea 3 del metro podría afectar definitivamente al comercio, facilitando a la
ciudadanía de Rekalde el acceso a los circuitos comerciales de Bilbao, lo que podría
suponer un grave problema al comercio de Rekalde.
¿Qué hay de lo mío?
Con este título queremos agrupar muchas demandas dispersas que si bien son compartidas por
los actores, responden a las características específicas de las personas entrevistadas.
Tradicionalmente, en los procesos de participación ciudadana, éstas son las demandas que más
presencia tienen. Son cuestiones que cada uno las considera como las más importantes a partir de
sus expectativas. Pero como las expectativas de la ciudadanía son contextuales, en muchos casos
se convierten en una especie de diálogo de sordos en el que cada cual sólo se pregunta por el
“qué hay de lo suyo”. Sin embargo, una de las constataciones más interesantes de esta
investigación es que estas demandas específicas se sitúan en un segundo plano casi en la totalidad
de las personas con las que hemos trabajado. Son problemáticas importantes, particulares, que sin
embargo no impiden que se expliciten en un segundo nivel, por detrás de las antes mencionadas,
presentes más o menos de forma transversal.
En este sentido, estas demandas particulares no subsumen las anteriores –como sucede en
muchos procesos de participación en los que hemos trabajado- sino que acompañan y
complementan diagnósticos bastante unánimes y que discurren por los parámetros antes
descritos.
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- Así, muchas de las asociaciones se quejan de un sentimiento de discriminación al considerar
que sus actividades no son valoradas. En este punto, la escasa financiación de las
actividades de las asociaciones se convierte en un punto de contacto entre todas ellas.
Incluso aquellas que gozan de mayores niveles de financiación subrayan la agotadora tarea
de negociación y de solicitud de colaboración, que no siempre es la esperada.
- Esta cuestión se une a la debilidad del tejido asociativo. Así, aunque como hemos visto se
considera que el barrio “sigue vivo”, cada vez son mayores las alarmas sobre su deterioro.
Se menciona como un punto de inflexión la desaparición de uno de los grupos con mayor
historia del barrio, el Iturri Béisbol, que a pesar de haber sido campeón a nivel estatal ha
desaparecido ante la falta de ayuda institucional. Se destaca el hecho de que llegasen a ser
campeones de España teniendo que alojarse en camping los días previos a la competición.
De igual forma, aunque desde el Iturri Futbol se demande un campo propio, es
interesante apuntar que esta demanda se condiciona a que un mejor trato a su equipo no
vaya en menoscabo del trato a otros grupos de Bilbao.
- La comisión de Fiestas destaca, además de los problemas ya apuntados del conflicto de
2002, la exigua ayuda del Ayuntamiento, que aporta 100.000 pts, cuando las aporta, a un
programa festivo para el que solo los comerciantes ya ceden más de 700.000 pts.
- La limpieza, la falta de papeleras y equipamientos para la infancia, el hacinamiento de los
niños y niñas en espacios super-utilizados cuando cerca hay otros infra-utilizados por
carecer de instalaciones dignas, la imposibilidad de usar las zonas verdes como espacio de
ocio al estar inundadas de excrementos de animales... es mencionado por muchos de los
vecinos y vecinas.
- De igual forma se destaca el creciente deterioro de los equipamientos sanitarios,
problemas puntuales de prostitución, de ruido, de obras, de accesos dificultosos...
- Otro tema candente hace referencia a las expropiaciones de las viviendas de la calle
Rekaldeberri, que algunos de los entrevistados consideran que no se están realizando de
forma lo suficientemente justa.
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Podemos influir y/o están en nuestras manos:
La forma de abordar la identificación de estos problemas ha tomado dos recursos. Por una parte
se ha solicitado individualmente a los y las entrevistados que identifiquen los problemas más
acuciantes del barrio. Sin embargo, también consideramos interesante trabajar este diagnóstico de
forma colectiva. Para ello, en la segunda comisión de seguimiento se trató de ordenar los
problemas, intentando identificar gráficamente la percepción de si estos responden a cuestiones
de índole normativo/urbanístico, histórico o coyuntural. De igual forma se solicitó a los
participantes que se posicionasen sobre si consideraban que la solución de estos problemas estaba
en sus manos, podían influir o estaba fuera de control.
La tabla que adjuntamos es la que se consensuó entre los y las participantes. Podemos hacer
varias observaciones interesantes de este gráfico.
- En primer lugar se encuentra una actitud claramente proactiva y optimista. Como se
constata, ningún problema es identificado como si su solución fuese ajena a los y las
participantes. Esta cuestión denota una clara confianza en las potencialidades de trabajo
existentes, así como una clara asunción de la responsabilidad colectiva en su solución. Los
problemas pueden ser solucionados o se puede influir en su solución –en la de todos los
problemas- lo cual es un buen punto de partida para mostrar las potencialidades
existentes en este barrio en torno a la capacidad de futuros procesos de participación
ciudadana. En cualquier caso, esta cuestión remite a otro elemento de carácter más
simbólico. Normalmente, los actores tienden a considerar que los problemas no están
fuera de su control (“se pueden solucionar”), solo cuando el “nosotros” que puede
resolverlos o influir en su solución es un “nosotros” que integra a los tres tipos de
actores: instituciones, asociaciones y ciudadanía. Probablemente, si esta dinámica se
habría desarrollado sectorialmente, los resultados habrían sido diferentes. Es decir,
preguntados solo a los representantes asociativos, muchos problemas habrían sido
identificados como si estuvieran fuera de su control. Pero en la medida en que el nosotros
unifica simbólicamente a tres tipos de actores reunidos a la vez en el mismo momento, en
la Comisión de Seguimiento, todos visualizan que las potencialidades aumentan. En este
sentido, esta dinámica, probablemente inconscientemente, visualiza que los actores son
capaces de pensar en un trabajo colectivo y de común acuerdo entre instituciones,
asociaciones y ciuadadanos/as; y más aún, obliga a la unidad para que así ningún
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problema sea identificado como si estuviera fuera de control. Si a la pregunta de fuera de
control... ¿de quién?... se responde que “de todos”... entonces, las potencialidades del
trabajo colectivo crecen exponencialmente hasta que ya nada este fuera de control. Por
los menos, podemos influir en todo, como es nuestro caso.
- La primera de las columnas, sin embargo, refleja problemas cuya resolución,
principalmente recae en las instituciones. En este caso, al ser problemas de carácter
normativo (“que dependen de leyes o de normas”) parece que necesitan de un trabajo de
las instituciones para a) su “desbloqueo” (bajos presupuestos, problema de la vivienda); b)
su mejora (seguridad); c) para la satisfacción de las demandas existentes (mejora de la
sanidad, locales para asociaciones, equipamientos para jubilados, etc...); y c) para el
cumplimiento de los compromisos (demolición de la autopista)
- La segunda de las columnas presenta problemáticas históricas del barrio. Pero la solución
de la tres identificadas (percepción de ciudadanía de segunda, caos circulatorio y suciedad)
no parece que recaiga, en el debate, en ningún actor en particular. Parece de sentido
común que en los dos segundos casos, la ciudadanía y las asociaciones pueden trabajar
cambiando la cultura de los ciudadanos y ciudadanas de Rekalde, de común acuerdo con
las instituciones. Más compleja parece la primera de las cuestiones. Obviamente, parece
importante subrayar que al margen de la objetividad o no de este sentimiento de agravio,
éste existe (como equipo de investigación no queremos demostrar si Dios existe.
Queremos saber por qué la gente cree o no en él). De hecho, la reacción durante esta
dinámica de trabajo de los responsables municipales, solucionando problemas
identificados por parte del tejido asociativo (especialmente lo relativo a las Fiestas)
supone un cambio de actitud que no es identificado como fruto de un cambio en la
correlación de fuerzas, sino más bien como el resultado natural de la dinámica de trabajo
conjunto que se desarrolla en las comisiones de seguimiento. De igual forma, la voluntad
de los responsables municipales por garantizar que todas las demandas lleguen al Consejo
de Distrito para ser valoradas rompe con muchos prejuicios y desconfianzas previas,
sobre las que se sustentaba esta sensación de agravio. Ciertamente, este no desaparece,
pero se comienzan a tejer puentes entre los actores para que los hechos y el trabajo
conjunto pueda modificar esta sensación.
- Dos problemas se presentan como capitales: la falta de coordinación y la falta de
información. Su solución, sin embargo, se encuentra a medio camino entre el “está en
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nuestras manos” y el “podemos influir”. Esta cuestión refleja el importante peso
autocrítico de los actores, especialmente los asociativos, aunque también de los
representantes municipales. La falta de coordinación se considera algo propio de la
historia de Rekalde. Ciertamente, a la época gloriosa de la unidad de la AFR le sigue tras
la llegada de la democracia una división creciente, que solo parece mitigarse en la
actualidad. Finalmente, la falta de información se define como un problema más actual,
ligado a la especialización del tejido asociativo, a la falta de espacios de encuentro, a los
límites del Consejo de Distrito o de la Comisión de Fiestas para convertirse en núcleo de
trabajo conjunto, a los cambios sociales y a la individualización que dificulta el acceso a la
ciudadanía.
- La inmigración, la actual, se vincula con posibles brotes de racismo y en consecuencia se
considera que los actores tienen capacidad para influir en la resolución de las
problemáticas a ellos asociadas, evitando que esta relación se profundice.
- El Metro surge como una demanda bastante unánime, de carácter coyuntural, sobre cuya
resolución parece que los actores pueden influir. En este caso, se mira más a la
ciudadanía, en la medida en que se considera que es una demanda socialmente aceptada.
- Finalmente, se destaca como problema, por parte de los representantes municipales, la
falta de colaboración con el ayuntamiento por parte de muchos actores. Como ya hemos
comentado, esta apreciación precipita la reacción de parte de los representantes
asociativos, que explican las razones de su desconfianza. Lo interesante es que se
identifique como algo coyuntural, aunque haya voces que lo relacionen con lo más
normativo. Esta ubicación visualiza el margen de maniobra de los actores, que si bien no
pueden cambiar las leyes, sí que pueden influir con su práctica para superar el problema.
Como veremos a continuación, para nuestra ilusión, en el mes que media entre la
convocatoria de la 1ª y la 2ª comisión de seguimiento, de motu propio, representantes de
la Comisión de Fiestas y el Ayuntamiento trabajan de forma conjunta para desbloquear la
situación de incomunicación que se arrastraba desde 2002. Y lo hacen de forma tan
positiva que actualmente la dinámica de trabajo conjunto se mantiene.
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Demanda-respuesta: y un proceso dinámico
Antes de acabar este punto sería necesario señalar que, aunque sea difícil reflejarlo en un
documento como éste, no nos encontramos con un resultado petrificado e inalterado, sino con
una dinámica de interacción en el tiempo –articulada por medio de la Comisión de Seguimiento-
que permite y obliga a visualizar significativos cambios y reajustes en el discurso de los actores.
En este sentido, la actitud inicial de los representantes municipales fue de escucha activa en torno
a aquellas demandas que desconocían; interpeladora en torno a aquellas cuestiones que se
mencionaban y sobre las que estaba trabajando la administración –“¿No se nota más limpieza en
las calles?”-; y ejecutiva en aquellas cuestiones más problemáticas ante las que contaban con
capacidad de desbloqueo.
Este ha sido el caso de aquellas cuestiones que afectaban a la Comisión de Fiestas. En este
sentido, los responsables del Centro Cívico debieron escuchar en las primeras reuniones de la
Comisión de Seguimiento la sensación de malestar que mantenían los miembros de la Jai
Batzorde como consecuencia del conflicto de 2002 y la falta de financiación. Y a pesar de que los
responsables municipales manifestaron la voluntad del Ayuntamiento de modificar sus relaciones
con los barrios, tratando de responder mejor a sus necesidades; e incluso a pesar de que ellas se
comprometieran a tratar de mejorar las prestaciones del Ayuntamiento a un colectivo que
consideraban que merecía de cierta consideración, la respuesta de la contraparte asociativa era de
una matizada “expectativa recelosa”. De hecho, en la primera reunión de la Comisión de
Seguimiento se puso encima de la mesa un problema concreto –la instalación de un equipamiento
de electricidad- que llevaba algunos meses bloqueado y que podría provocar la suspensión de las
fiestas. A la salida de la reunión, cuando menos, los protagonistas asumieron el compromiso de
trabajar en común para solucionarlo. Para nuestra sorpresa, un mes después, en la convocatoria
de la segunda reunión de seguimiento se informa, no solo de que esa cuestión técnica de la
electricidad ya había sido solucionada, sino que el Consejo de Distrito se había comprometido a
la financiación de dos de las 4 verbenas de las fiestas. Se puede decir que desde ese momento se
paso página y las cuestiones del agravio, cuando menos en lo que al trabajo de la comisión de
seguimiento respecta, pasaron a un segundo plano. Desde ese momento, y aunque estas
cuestiones también siguieran saliendo, se empezó a hablar del futuro.
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5. ESPACIOS RELACIONALES
5.1. Las Relaciones inter-asociativas
Si tratáramos de representar gráficamente los núcleos asociativos del barrio podríamos identificar
cuatro sub-conjuntos claramente delimitados, que siguen lógicas en ocasiones inconexas, aunque
potencialmente complementarias. Se trata de tres nebulosas organizativas, cada una de las cuales
cuenta con un centro (o varios) de referencia, que si bien a penas comparten espacios estables de
contacto, mantienen ciertos lazos relacionales que a nuestro juicio deberían ser potenciados –sin
que ello suponga la fagocitación de un entorno por otro- sobre todo en un contexto por ellos
diagnosticado como delicado y de reflujo del asociacionismo. Estos tres espacios serían la Jai
Batzorde, Gazte Leku y la Iglesia. En los márgenes de estos espacios se encuentran otras muchas
asociaciones menos vertebradas con otras, o con un peso específico más débil como
consecuencia de su carácter sectorial. Pero entre todas ellas destaca con fuerza una: la Comisión
de Comerciantes.
Así, la mayor parte de los actores subrayan el peso que hoy en día juega la Comisión de Fiestas de
Rekalde como ámbito reconocido y privilegiado de intervención asociativa.
La Comisión de Fiestas se presenta como un espacio donde las relaciones entre las diferentes
asociaciones (11 colectivos) que la conforman son muy fluidas, pues comparten fines conjuntos
como es la preparación de eventos para el barrio y su trabajo es duradero en el tiempo y sus
reuniones son periódicas (semanales, durante todo el año). Esta Comisión de Fiestas se configura
por 11 grupos, 3 de ellos deportivos, 4 de corte social y otros 4 de corte cultural. Actualmente
cuenta con un programa de trabajo que incorpora un centenar de actividades en los 9 días de
fiestas, con un presupuesto que ronda los 5 millones de pesetas. Los actos de la comisión de
fiestas se reparten por todos los días de la semana, y como algunos de sus protagonistas señalan,
resulta curioso destacar que las tardes de los días de labor cuentan con algunas de las actividades
que gozan de mayor presencia de público o de participación de los vecinos y vecinas. De igual
forma se destaca la pluralidad de actividades dirigidas a todos los públicos (infancia, jóvenes,
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mujeres, tercera edad). Entre ellas destacan los talleres infantiles, los conciertos de rock, y las
Bilbainadas.
Desde la comisión de fiestas se es consciente de sus limitaciones. Por una parte, se valora como
positivo el derecho a la expresión de todos sus componentes, de forma que no extraña que la
política tenga cierta presencia en el programa y el recinto festivo. Por otra parte, la propia
comisión, a través del diálogo y la negociación constante de sus miembros, trata a su vez de evitar
una imagen excesivamente politizada de la expresión festiva. Esta cuestión, por ejemplo se refleja
en el tipo de carteles que se colocan en la Txosna de la propia comisión, que perfectamente
pueden abordar problemáticas sociales, pero no cuestiones partidistas. En cualquier caso, una
cierta presencia de la política no parece que desincentive la participación ciudadana en las fiestas,
que los vecinos y vecinas que han participado en este trabajo reclaman como suyas y considera el
evento más importante de los que se realizan.
De igual forma, la comisión de fiestas ha iniciado desde hace 5 años una dinámica de constante
vertebración interna orientada a la mejora de la calidad de las fiestas. De esta forma se han
establecido normas que obligan a la participación de todos los colectivos en el cumplimiento de
unos mínimos (labores de propaganda, participación en las reuniones de la comisión, labores de
financiación, participación en determinados actos festivos). Se han normativizado las vías de
acceso y se ha reforzado una dimensión de barrio que impida que en la Comisión participen
asociaciones ajenas al barrio que exclusivamente encuentran en los beneficios económicos la
razón de su participación. De hecho, las asociaciones están obligadas a participar en los gastos de
la Comisión de Fiestas, como forma de corresponsabilizar a todos sus componentes. En otro
orden de cosas, la asociación está tratando de descentralizar el programa festivo, intentando
responder a una crítica que consideran justa y que proviene de determinados comerciantes y
vecinos/as que consideran que las fiestas no tienen presencia más allá del entorno de la plaza. En
paralelo, la Comisión establece mecanismos de control en el recinto festivo, de forma que además
del compromiso de cierre de las txosnas en un horario racional, se añade el papel de
determinados miembros de la comisión encargados de “recordar” cada noche de fiestas la
necesidad de cerrar el recinto a la hora acordada.
Finalmente, la Comisión de Fiestas ha asumido el compromiso de la dinamización de la vida del
barrio más allá de las fiestas, y desde hace años viene trabajando por la realización de un
Olantzero conjunto, así como unos carnavales. En este sentido, la Comisión trabaja de común
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acuerdo con la Asociación de Comerciantes, Gazte-Leku y el movimiento Skaut. Sin embargo,
como consecuencia de estas prácticas, y este es un resultado de esta investigación, en 2006
celebrará el primer Olantzero conjunto de la historia de Rekalde, además en colaboración con el
Centro de Distrito.
Como ya hemos comentado, las Fiestas de Rekalde se convierten en el referente más y mejor
valorado por parte de la ciudadanía. De hecho, si algo es unánime en las entrevistas realizadas es
esta valoración.
- Así, los representantes del tejido asociativo destacan el papel de la Comisión de Fiestas,
más allá del trabajo específico de programación festiva, como espacio de encuentro y de
reflexión colectiva entre asociaciones. Parecería como si tras una etapa de tensión -
marcada como destacan algunos expresidentes de la Jai Batzorde como Zamora o
Barandalla, por luchas internas, personales y políticas- se hubiera pasado a una etapa más
fructífera de trabajo conjunto y de vertebración de sinergias de los diferentes colectivos
en un proyecto de mejora de la vida cultural del barrio.
- Algunos de los entrevistados cuyas asociaciones no forman parte de la Comisión
mantienen esta visión central de esta plataforma, destacando como positivo el trabajo
desarrollado por esta en defensa del segundo fin de semana de fiestas (Skaut).
- De la misma forma, los ciudadanos y ciudadanas no organizados entrevistados o
participantes en las Comisiones de Seguimiento subrayan también el peso de la Comisión,
y el papel de las Fiestas como evento central en la vida cultural del barrio. Sin embargo,
tras esta unanimidad se esconden diferentes matices, que reflejan una visión respetuosa
del trabajo realizado, pero también crítica. Algunos subrayan la menor participación
existente con respecto a otras épocas (Barandalla); otros destacan la injusta imagen
politizada que se tiene de ellas (Zamora); otros subrayan la concentración del programa
en la plaza (Ander, Tabernero). Pero, en general, se valora positivamente el trabajo: “es en
las fiestas cuando participa todo el pueblo” (Manu, Comerciante).
- En las entrevistas realizadas al comienzo de esta investigación, tanto la Directora del
Consejo de Distrito como la animadora sociocultural muestra su decepción por el escaso
contacto que mantienen con la Comisión de Fiestas. Sin embargo, desde la primera
comisión de seguimiento, ambas han mantenido una dinámica de trabajo conjunto con
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ésta que se ha concretado en el mencionado apoyo del Consejo a las Fiestas, y como
veremos más adelante, en la negociación de una programación conjunta que ha
posibilitado la convocatoria del primer Olantzero unitario en colaboración con el
Ayuntamiento de la historia reciente del Barrio.
Finalmente, creemos que resulta ilustrador el relato un interesante debate que se produce en la
tercera comisión de seguimiento, centrada como veremos en la identificación de los factores que
debilitan la participación ciudadana y el tejido asociativo. Así, tras una presentación del sentido de
la Comisión de Fiestas como espacio plural de trabajo inter-asociativo, y ante la ausencia de otros
espacios, se valora la posibilidad de que sea la propia comisión de fiestas la que se reestructurase
para dar cabida a otros colectivos, convirtiéndose de esta forma en una plataforma de trabajo
común entre las asociaciones del barrio. Finalmente, tras un interesante debate, se descarta esta
posibilidad, ya que se es consciente de que el ritmo de trabajo de la Jai Batzorde (una reunión
semanal durante todo el año) puede dejar fuera a colectivos más debilitados o con ritmos de
trabajo más dilatados en el tiempo. Además, desde algunos representantes de la Comisión no se
oculta que muchos de sus miembros -sino la mayoría- ven incentivada su participación gracias a
la fuente de financiación -para muchos de ellos la única- que supone contar con una txosna.
Finalmente la idea se descarta, pero se consolida el acuerdo sobre la necesidad de contar con
espacios autónomos -más allá de la Comisión y del Centro de Distrito- que garanticen el
intercambio de información, de experiencias y de proyectos. La necesidad de nuevos espacios de
encuentro es una idea sobre la que trabajaremos más adelante, pero es tan significativo el que se
detecte esta necesidad y como el que en un primer momento se aluda al hecho de que la Jai
Batzorde pudiera ser el embrión de esta plataforma colectiva; una cuestión que aunque se
descarte finalmente redunda en la valoración positiva del trabajo de la Comisión de Fiestas.
Por último, querríamos destacar en este apartado que el peso de la Comisión no solo reside en la
valoración del trabajo por parte del resto de los actores, o por la vocación de trabajo para y por el
barrio existente entre sus miembros, sino también por el peso de sus componentes. En este
sentido, en la Comisión de Fiestas se agrupan actores que son citados por su relevancia en el
tejido asociativo del barrio en las entrevistas realizadas.
- De todos ellos, quizá el más citado sea Kukutza, especialmente entre los entrevistados
jóvenes, comerciantes y personalidades. Absolutamente todos los entrevistados citan al
Gaztetxe como uno de los núcleos del tejido asociativo. Unos porque consideran que es
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un referente a nivel de Bilbao (Maite, animadora), otros porque consideran que tienen un
alto nivel de actividad (Skaut, Gazte-Leku, Onki-Xin, Zamora). Otros, finalmente
reconocen desconocer las actividades que realizan, pero se muestran abiertos a conocerlo
(Joseba, Satur). De igual forma, varias de las actividades realizadas por el Gaztetxe son
nombradas como actos referenciales en la historia reciente del barrio (conciertos como el
homenaje a las Vulpes, Encuentros de Malabares...). Paradójicamente, la primera de las
reuniones de la comisión de seguimiento será la primera ocasión en la que representantes
del Ayuntamiento y del Gaztetxe debatan cara a cara, algo que a la salida de la misma será
valorado como un salto cualitativo por parte de ambos. Finalmente, debe señalarse como
reflejo de la dinámica “responsable” de este colectivo el hecho de que todos los
conciertos que allí se celebran son anunciados de antemano a los posibles vecinos y
vecinas afectados, que todos finalizan a las 24:00 para evitar molestias, que se han
realizado 3 jornadas de puertas abiertas al barrio... Preguntados por la razón de por qué el
de Rekalde es uno de los pocos Gaztetxes que sigue abierto en Bilbao (a pesar que el
actual es el tercero de los emplazamientos, y de haber sido desalojado en dos ocasiones) la
respuesta no es otra que su “integración en el barrio”.
- Por supuesto, el peso de las asociaciones deportivas redunda en la buena imagen de la
comisión de fiestas. De entre ellas, tras la desaparición de Iturri Béisbol, destaca por su
historia y su reconocimiento en el barrio el Iturri Futbol “El Iturri a la mañana, el Atlethic a
la tarde: eso es sagrado” (Zamora). Curiosamente, a lo largo de la primera de las Comisiones
de Seguimiento se trasladó un debate interno de la Comisión de Fiestas. Concretamente,
el Iturri parecía pasar en aquel momento uno de los mayores momentos de debilidad de
su historia, con una Junta Directiva necesitada de renovación. Esta delicada situación
impedía la participación del Iturri en las reuniones de la Comisión, lo que en base a los las
normas acordadas años antes suponía el riesgo de salida forzada del mismo, y la
imposibilidad de poner Txosna en las fiestas de 2006. Tras unos “dimes y diretes”,
finalmente, los sectores implicados consideran que este es un debate interno que no tiene
porqué ser trasladado a esta comisión de seguimiento. Sin embargo, lo significativo es que
finalmente, y al margen de estas reuniones, ambas partes llegan a un nuevo acuerdo que
se concreta en el compromiso de participación estable del Iturri en el resto de reuniones,
y en consecuencia, su continuidad en la Jai Batzorde con derecho a Txosna. Sin embargo,
otro efecto colateral de la dinámica desarrollada por las prácticas será el hecho de que un
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ciudadano hasta ese momento no organizado (Jose Barandalla), ante la delicada situación
presentada en la reunión, decide incorporarse a la nueva junta directiva.
- Otro colectivo que es nombrado por bastantes de los entrevistados es la Asociación
Onki-Xin. Concretamente, la Feria Agrícola que realizan desde hace 9 años es valorada
como uno de los actos de mayor relevancia en la vida cultural del barrio. También se
destaca por parte de los entrevistados el trabajo de recuperación de la memoria histórica
del barrio desarrollado por este colectivo.
- De igual forma, se menciona la importancia de otros colectivos más sectoriales, como
Zohardia en el ámbito de la dinamización de la cultura vasca, de Euskarri en la
promoción y defensa del euskera; Arraizpe, que se valora como otra de las instituciones
históricas del barrio, etc...
En paralelo a esta nebulosa organizativa, encontramos toda otra red de colectivos que trabajan
bajo el amparo de Gazte-Leku, con el objetivo de la transformación del entorno mas cercano, la
mejora de la calidad de vida de la gente que vive en el barrio. Concretamente, la nebulosa de
Gazte-Leku cuenta con 9 proyectos de intervención, la mayoría de los cuales (8) giran entorno al
plano infanto - juvenil. Como estos señalan, cada programa tiene su propia oferta de actividades,
de tiempo libre, talleres, espacios de encuentro... Además, es destacable su participación en la
gestión del Bilbao gaua, un programa municipal, del ayuntamiento de ocio nocturno.
Entre los colectivos que forman parte de Gazte-Leku estarían Leizeko, equipo de intervención
socio-educativa y comunitaria; Xiliki, centro para menores y familias en desventaja social; Irikoi,
programa de promoción juvenil; Kalika, proyecto dirigido a población gitana, sociocultural, socio-
educativo; Auskalo taldea, destinado a la autofinanciación de la organización, mediante animación
sociocultural. Hasta fechas recientes habían contado con una sede social y taberna en la calle
Villabaso. Como sus responsables manifiestan, son unas 1300 personas las personas que en el
total participan de las actividades de estas asociaciones. De forma que no extrañe que su trabajo
sea reconocido por las personas entrevistadas, la mayor parte de las cuales ha tenido un contacto
directo con esta asociación, bien sea como usuario de sus servicios, bien sea colaborando en
alguna de sus actividades.
Actualmente colaboran con Gazte-leku 100 personas, 70 de ellos voluntarios y voluntarias y 30
profesionales. Cuenta con una dilatada trayectoria de más de 25 años de trabajo en el barrio, y la
media de edad de sus colaboradores/as es de unos 30 años, siendo el 58% de ellas mujeres.
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Actualmente cuenta con una amplia red de locales: en Uretamendi dispone de una de las plantas
del centro cívico, un local que era de la bbk es de centro de día, en peñascal en el colegio público
hay una planta que es ludoteca, .... Uno es alquilado y los demás cedidos por el ayuntamiento.
La dilatada trayectoria, la capacidad de trabajo de sus componentes y la gran cantidad de
programas de intervención social en el ámbito infanto-juvenil, especialmente dirigidos a los
sectores más desfavorecidos, permiten que Gazte-Leku se convierta en un referente fundamental
del tejido asociativo de Rekalde, mayoritariamente valorado de forma excepcional. Curiosamente
podría decirse que Gazte-Leku es una criatura de la Asociación de Familias de Rekalde, y a la vez
matrona de gran cantidad de colectivos y sobre todo militantes que trabajan actualmente desde
Kukutza hasta la Iglesia.
Ciertamente, no hemos encontrado en las entrevistas y en la investigación afirmaciones que
permitan establecer una continuidad estructural entre la AFR y Gazte-Leku (de hecho no
creemos que existe). Sin embargo, desde el punto de vista simbólico, podría advertirse que el
origen de Gazte-Leku se sitúa en el contexto del declive de la AFR, fruto de sus divisiones
internas. En ese momento, parecería como si el centro que nuclea la militancia del barrio pasase
de cabezas de familia (hombres y mujeres) que trabajaban en la asociación de Familias, a sus
descendientes, jóvenes y adolescentes socializados en los años negros de Rekalde.
Este relevo intergeneracional, sin embargo, mantiene otras continuidades simbólicas con el
anterior ciclo de movilización. Nuevamente el eje de las preocupaciones se sitúan en la infancia.
Si el centro de las demandas de la AFR en sus primeros tiempos se situaba en la defensa de los
derechos de los niños y niñas de rekalde (a la higiene –saneamiento y alcantarillado, a los espacios
públicos de ocio -plaza-, a la seguridad –semáforos, menor presencia de los camiones-...), Gazte-
Leku retomará esta dinámica promoviendo programas de intervención social y auto-organización
juvenil, que pronto comienzan a encontrar arrope institucional.
Desde una perspectiva histórica, podría señalarse que Gazte-Leku refleja en su evolución una de
las transformaciones más importantes y comunes del tejido asociativo vasco. Una dinámica que
como resumen Ibarra y De la Peña se concreta en “el paso de la confrontación militante a la
cooperación voluntaria”. Este proceso, que ambos autores observan como una continuidad
histórica en la evolución del ecologismo, del internacionalismo o del movimiento por la paz
vasco…, se puede rastrear también en Gazte-Leku, y especialmente en la composición de sus
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núcleos más militantes. Así, se observa cómo con el paso del tiempo se pasa de un modelo en
cierta medida politizado -muy vinculado a la fuerza histórica de los movimientos de izquierda en
Rekalde- a otro modelo de carácter más gestional. Este cambio, indudablemente se acompaña de
la capacidad de Gazte-Leku para lograr financiación pública para muchos de sus programas. Una
financiación que es considerada insuficiente por el propio colectivo, pero que sin embargo, dista
mucho de ser comparable a la que gozan otros grupos del barrio.
No obstante, debe señalarse que Gazte-Leku, a pesar de participar de forma activa y de colaborar
con las administraciones públicas, va a tratar de mantener cierta autonomía financiera -con
mecanismos de autofinanciación- y va a gozar de el suficiente margen de maniobra como para
reivindicar en la calle sus “derechos” en momentos en los que la relación con la administración se
torna más conflictiva.
Decíamos que Gazte-Leku goza de una imagen valorada mayoritariamente como muy positiva.
Su presencia y el valor de sus programas en la mejora de las condiciones de vida de los habitantes
menos favorecidos de Rekalde a penas es cuestionada. Sin embargo, existen diferencias sutiles,
pero importantes, en la percepción de los diferentes actores.
- La menor unanimidad en la valoración se encuentra en el tejido asociativo. Como los
propios responsables de Gazte-Leku entrevistados señalan, creen que en las percepciones
del resto de colectivos hacia el suyo “hay de todo, unos que creerán que somos unos
mimados por la administración, que estamos "forrados", que tenemos recursos... otros
que dirán que nos lo "curramos mogollón". Sin embargo, señalan que a la hora de la
verdad se sienten muy apoyados, citando como ejemplo el apoyo que obtuvieron del
tejido asociativo de Rekalde cuando “hace un año y medio tuvimos un conflicto con el
ayuntamiento y negociamos con este "pancarta en mano", a causa de la ruptura de un
convenio por parte del ayuntamiento que supuso que Gazte-Leku cerrase todos sus
locales durante un tiempo”... Concretamente, la mayor distancia entre colectivos se
observa en la relación entre Gazte-Leku y Kukutza. Estos últimos apuntan que mantienen
ciertas distancias por la dinámica de colaboración institucional estable que mantienen los
primeros, algo que ellos rechazan en su práctica cotidiana. En paralelo, otros
representantes asociativos critican la creciente profesionalización de este colectivo. De
igual forma, otros actores critican cierto “ensimismamiento” del colectivo, que destacan
que “ha dejado de currar en la calle”. Paradójicamente, otras asociaciones valoran de
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forma muy positiva actividades dinamizadas por Gazte-Leku en el espacio público, como
sucede con el caso de la “Feria de Asociaciones”, que es citada en varias comisiones de
seguimiento como ejemplo de un buen trabajo de socialización de la actividad asociativa
en el barrio. Finalmente, otro sector, aunque destaca con cierta “envidia” el volumen de
financiación que este colectivo recibe -más por una cuestión de “agravio comparativo”
que desde un punto de vista “filosófico”- subrayan su importantísimo papel en el ámbito
de la dinamización infanto-juvenil.
- Esta última percepción, en su versión positiva, es la que se destila de las entrevistas a
representantes de la ciudadanía no organizada. Destaca que todos y todas las entrevistadas
mencionan de forma natural a Gazte-Leku como uno de los grupos más conocidos por
su trabajo local. Llegados a este punto, sería interesante acercarnos a una cuestión
recurrente en este investigación y que pronunciaremos más adelante. Sintetizando, podría
señalarse la existencia de una fractura entre los “históricos” y los jóvenes en sus
percepciones mutuas. Así, si los últimos destacan unánimemente el peso de la AFR en la
historia de Rekalde, incluida la realidad actual, por el contrario, los “históricos”
subrayaban al comienzo de la investigación -injustamente a nuestro juicio- el “pasotismo”
actual de la juventud. Como veremos, esta percepción se ha modificado a partir del
conocimiento mutuo que ha supuesto la dinámica desarrollada. Sin embargo, los actores
que más criticaban la pasividad juvenil subrayaban el peso de Gazte-Leku como referente
fundamental de la dinámica asociativa. De igual forma, todos ellos inciden el peso del
Gaztetxe. Sin embargo, el conocimiento del segundo grupo era más intuitivo (“parece
que trabajan, aunque no se lo que hacen”), mientras que en el primer caso, las actividades
de Gazte-Leku eran conocidas y reconocidas, probablemente porque muchos de sus hijos
sean o hayan sido voluntarios o usuarios de los servicios de Gazte-Leku.
- Finalmente, esta percepción positiva se encuentra también en las valoraciones de los
representantes municipales, que conocen de primera mano el trabajo de Gazte-Leku
gracias a su participación estable en el Consejo de Distrito. De hecho, curiosamente, la
animadora socio-cultural de Rekalde reconoce cómo ha tenido que recurrir a los registros
de asociaciones de este colectivo, al estar bastante poco actualizados los del
Ayuntamiento. De igual forma, la valoración positiva se reafirma por su consideración de
grupo “neutral” y por una reconocida vocación de trabajo en busca del “interés general”.
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La Iglesia ha jugado un papel central en la vida asociativa de Rekalde, convirtiéndose en los años
de plomo en una especie de “paraguas” legitimidor que arropaba el trabajo de la AFR. De hecho,
podría decirse que la mayor parte de los núcleos militantes provenían de Acción Católica.
Actualmente, el peso de la Iglesia parece menor. Algo obvio habida cuenta de los cambios
sociales de las últimas décadas y de la creciente secularización social. Sin embargo, aunque de
forma quizá menos “pública”, la presencia de la Iglesia en la vida asociativa de Rekalde sigue
siendo importantísima. Cabe subrayar así la gran cantidad de colectivos que trabajan en pisos de
acogida, colaboran con los sectores más excluidos y dinamizan programas de inserción. Al
amparo de esta filosofía se entiende el peso de la Fundación Peñascal, que cuenta con un centro
de formación que recibe a futuros profesionales de toda la provincia. Sin embargo, el núcleo de
dinamización social más importante y de proyección pública es el movimiento Skaut.
El grupo eskaut de Rekalde lleva funcionando desde hace 28 años, con el objetivo general de
formar desde el punto de vista cristiano a personas comprometidas a diferentes niveles con su
entorno desde una educación en valores como el respeto, la solidaridad… Actualmente, el
grupo cuenta con alrededor de 140 chavalas y chavales (distribuidos de manera similar entre
chicas y chicos) y 14 monitoras y monitores (similares en proporción).
Probablemente, tras tomar conciencia de un cierto trabajo orientado internamente, como
reconocen sus responsables, desde hace 3 o 4 años están trabajando, además de su vinculación en
la parroquia y la relación con los diferentes grupos que existen en torno a ésta (grupo de tiempo
libre, catequesis, grupos de referencia…), en potenciar su imagen pública y su presencia en la vida
cotidiana del barrio. En este sentido, destacan varios tipos de trabajo desarrollado hasta la fecha
como la organización de talleres y actividades para niñas y niños en fiestas a petición de la
Comisión de fiestas; la organización de talleres y actividades para niñas y niños en Carnavales a
petición de la Comisión de fiestas; la organización de una fiesta y talleres a principio de curso en
la plaza (septiembre u octubre) con la intención de hacer algo para el barrio y, en menor medida,
dar a conocer el grupo; la organización del Olentzero; o la participación en diferentes propuestas
(charlas, actividades…) de otras entidades siempre que las fechas o los recursos humanos de los
que disponen lo permitan.
Como se observa, este colectivo mantiene una relación fluida con la Comisión de Fiestas, pero
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participa también de las actividades de otros grupos como Gazte-Leku (Feria de Asociaciones) y
Asociación de Comerciantes (dinamización infantil en determinados actos).
Curiosamente, a pesar de su carácter transversal, no es un grupo excesivamente reconocido por la
ciudadanía de Rekalde. Se nombra su existencia en varias ocasiones, pero los entrevistados no
profundizan de la misma forma que hacen con otros grupos como la Comisión de Fiestas,
Kukutza, Gazte-Leku, Iturri, Arraizpe,... Una cuestión que probablemente se debe a la
orientación más interna de su trabajo, a una dinámica de actividades menos visible en el barrio –
salidas, campamentos-... Sin embargo, para el tejido asociativo es una pieza fundamental y
reconocida. Ejemplo de ello sería el hecho de que tras la unificación de los Olentzeros para la
bajada de este año, se haya decidido que el total del dinero recaudado por los colectivos se
entregue al Skaut para que lo destinen a los proyectos de solidaridad a los que enviaban hasta la
fecha el dinero que obtenían con su Olantzero. De esta forma, todos los actores salen ganando.
Se logra un Olentzero unitario, y el Skaut obtiene más recursos económicos que antes –cuando lo
hacían solos- para sus programas de solidaridad.
No querríamos cerrar este apartado sin citar el creciente peso que viene jugando la Asociación
de Comerciantes en Rekalde. A pesar de su corta vida de trabajo, este colectivo ha saltado al
escenario asociativo con una gran capacidad de trabajo que redunda en beneficio de sus
asociados, pero también en la vida del barrio. Así, destacan 3 tipos de dinámicas de intervención.
Las primeras están orientadas a la defensa y promoción del comercio en el barrio con campañas
de sensibilización y promoción de sus servicios. Entre ellas podemos subrayar la exitosa Feria de
Comerciantes que no pudo tener continuidad por las trabas impuestas por el Ayuntamiento (algo
que generó un importante malestar, al considerar los comerciantes que es imposible una Feria del
Comercio en la que no vendan sus productos. De hecho veían en esta feria un simbólico balón de
oxigeno a su deteriorada situación, lo que generó importantes frustraciones). En esta línea, la
asociación está realizando un gran trabajo incentivando el consumo en el barrio por medio de
sorteos, etc...
Otras acciones vinculan directamente a la Asociación de Comerciantes con la vida asociativa del
barrio. Así, es subrayable el apoyo que aportan a las Fiestas. De igual forma, los comercios de
Rekalde se han convertido en un escaparate permanente de la demanda del metro. En paralelo,
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desde este colectivo se están haciendo importantes esfuerzos para la realización de eventos en el
barrio, como la concentración de coches antiguos y de tunning, pases de modelos, trabajo en
carnavales, etc...
Finalmente, queremos destacar una tercera línea de trabajo, quizá menos significativa desde el
punto de vista práctico, pero de una carga emotiva y simbólica importantísima. Concretamente
hablamos del papel de este colectivo en una dinámica de solidaridad que recuerda a los duros,
pero solidarios, años de plomo en Rekalde. Así, desgraciadamente, el pasado año, uno de los
representantes de este colectivo sufrió una grave enfermedad que le ha hecho perder por ahora el
habla y parte de su movilidad. Sin embargo, lo paradójico es que éste, Fernando, es un
importantísimo escultor del barrio, muchas de cuyas obras están en manos de Alcaldes,
empresarios, músicos como Junkera y hasta el propio Lehendakari. La voluntad de Fernando por
tirar para adelante se ha visto acompañada de una dinámica de solidaridad que ha sido
dinamizada, no solo como veremos, por la Comisión de Comerciantes. Así, los comercios del
barrio han estado recopilando fondos para sufragar parte de su costoso tratamiento. Algo que, a
nuestro juicio, honra a esta asociación en estos tiempos de creciente individualismo. No extraña
esta actitud, ya que Fernando es una de esas personas centrales en la vida del barrio. Conocido
por su locuacidad y por la calidad de sus obras, Fernando se ha volcado desde siempre en la
colaboración con los colectivos del barrio. Sus representantes nos manifiestan cómo éste siempre
se ha ofrecido a exponer sus obras en la Feria Agrícola de Onki-Xin, a cederlas a la Comisión
como fue el caso de la escultura que la Comisión de Fietas entregó a Kepa Junkera en 2002, a
colaborar en los programas de Gazte-Leku como Bilbo Agua. Por esta razón es comprensible que
el pregón de las Fiestas de 2006 fuera un homenaje a Fernando.
Voces trabajadoras, que se han labrado un futuro con esfuerzo, ilusión y orgullo de clase;
Voces inmigrantes, que antes y ahora dejaban su tierra para hacer de este barrio su nuevo hogar;
Voces de mujer, que alzan sus manos, unidas, reclamando su lugar en nuestra sociedad, en nuestro barrio;
Voces de niños y niñas que lanzan cometas de colores para disolver la autopista que no les deja ver el cielo;
Voces jóvenes que alimentan la utopía;
Voces ancianas que sueñan y añoran los tiempos pasados;
Voces agricultoras, que han mimado las faldas del Paga para recoger los frutos de la madre tierra;
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Voces comerciantes, que luchan día a día por mantener la vida del barrio;
Voces conocidas, que amenizan las noches de la televisión o nos deleitan con el orgullo de ver nuestra música
en el mundo;
Voces desconocidas, anónimas, que todas ellas constituyen el clamor, el runrún, el latir de este barrio que es
el nuestro.
Voces presas que atraviesan los barrotes cada año para tomar parte de nuestra fiesta, de nuestra lucha, de
nuestros sueños.
Voces euskaldunes, que se alimentan de los ecos mágicos del Petralanda
Voces gallegas, voces extremeñas, voces senegalesas, voces magrebís, voces, colores, edades, trabajos, sueños,
ilusiones...
Voces de Rekalde que este año confluyen en una sola.
Sueños, lucha, ilusiones, pertenencia... un solo barrio, una sola voz.
Este año quien habla no es la Comisión. Este año quien habla no es nuestro Errekatartalo. Este año
habla Rekalde. Rekalde, como uno solo.
Porque Rekalde siempre se ha unido ante sus necesidades, ante las necesidades de sus vecinos y vecinas.
Todos y todas destacamos. Cada uno somos un pedacito de este Barrio. Todos y todas somos necesarios.
Pero, este año, es muy especial. Uno de nosotros se enfrenta a un gran reto. El reto de su vida. Fernando,
Fernando el escultor, ha llevado el nombre de nuestro barrio por todo el mundo. Sus esculturas, las
esculturas de Fernando son la expresión de la fuerza de este barrio, brazos y manos titánicos, como titánica
fue nuestra lucha; gestos de fuerza, de esfuerzo, como son los gestos de un barrio que sigue reclamando que se
le considere ciudadano de primera, con los mismos derechos, los mismos recursos, entre ellos el Metro. Sus
esculturas, las esculturas de Fernando están en las estanterías de los personajes más ilustres, alcaldes,
Lehendakaris, cantantes....
Pero, para nosotros, el más ilustre es precisamente él. Por luchar por el barrio en la asociación de
comerciantes, por luchar por el barrio junto a la Comisión de Fiestas, por colaborar en la Feria Agrícola,
por simbolizar lo que todos sentimos: “Rekalde Bihotzean, Rekalde en el corazón”.
Por eso, este año, queremos que el comienzo de las fiestas sea para agradecer, para homenajear a una
persona a la que queremos decir que nos tiene a su lado, para lo que sea. Porque lo merece. Queremos que
sienta nuestras voces, nuestro aliento, nuestra ilusión, para que con su fuerza de titan, como la de sus
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esculturas, pronto pueda ser el quién lea este pregón.
5.2. Una primera autovaloración del tejido asociativo. Detectando los
primeros problemas.
Como decimos, la valoración de todos los actores es ampliamente positiva, aunque no exenta de
contradicciones.
Por una parte encontramos actores que reconocen en la fortaleza del tejido asociativo de Rekalde
en comparación con el de otros barrios. Así, destaca la valoración ampliamente positiva de la
fortaleza de las asociaciones, su capacidad de trabajo y esfuerzo colectivo. Concretamente,
encontramos esta apreciación en las entrevistas realizadas a las dos responsables municipales,
quienes encuentran en la inserción de las asociaciones en la vida del barrio la explicación de su
peso e importancia. Creen que el hecho de que estas asociaciones se conformen por gente del
“barrio de toda la vida”, “que se conocen entre ellos/as desde niños/as” facilita esta capacidad de
trabajo. De la misma forma, la Directora del Consejo encuentra en su carácter “histórico” y en la
“unidad del barrio” la semilla de esta potencialidad. Pero, de la misma forma, se subraya la
versatilidad del tejido asociativo, de forma que a asociaciones que beben de las fuentes de los
históricos problemas del barrio se suman otras nuevas que tratan de responder a los problemas
más actuales, como es el de la Asociación de Comerciantes.
Desde la óptica de la ciudadanía no organizada se encuentran apreciaciones más contradictorias.
Así, algunos destacan la continuidad de la trayectoria de trabajo de la AFR en el actual tejido
asociativo. Este punto de partida, el peso de la importancia de la lucha de la AFR, sirve, sin
embargo, de contraste para otros y otras que consideran que el movimiento asociativo “no está a
la altura de las circunstancias”. Incluso en algunos casos se detectan actitudes muy críticas. Sin
embargo, en ningún caso hemos detectado críticas destructivas. Más al contrario, las posiciones
más criticas no se asientan en la distancia, sino más bien en el deseo de que el tejido asociativo,
que se reconoce como rico e importante, desarrolle una dinámica que tenga mayor presencia en la
vida cotidiana. En este sentido, parece que estas opiniones críticas concuerdan con la asunción
que existe en las asociaciones de tratar de trascender sus espacios privilegiados de trabajo (locales)
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para “copar la calle”. Efectivamente, esta reflexión parece estar presente en todas las
asociaciones, y aunque se destaquen las dificultades existentes –necesidad de volcar la mayor
parte de los esfuerzos en la financiación interna, lo que impide concentrar fuerzas en la presencia
pública- todas ellas están tratando de aumentar su presencia pública. A pesar de las dificultades,
esta voluntad comienza a explicitarse: tal sería el caso de Gazte-Leku y los Skauts, con las fiestas
“de fin de curso” y otras; de Kukutza, con los encuentros de Malabares; de Onki-Xin, con la
Feria agrícola o el Txikitero Eguna; de la Asociación de Comerciantes con sus Ferias de
Comercio, eventos como la concentración de coches tuneados; y sobre todo de la Comisión de
Fiestas, que desde hace años está comprometida en la celebración del Olantzero y los
Carnavales....
Decíamos que al comienzo de esta investigación se observaba una clara fractura en la percepción
mutua entre los históricos y los jóvenes. Mientras que los segundos reconocían y reconocen el
papel de estos en la configuración actual del barrio, e incluso en el perfil de sus propios
colectivos, los primeros subrayaban la dejadez juvenil. Consideramos interesante reproducir la
reflexión que realizan Jesús Oñenaka (fundador de la Universidad Popular), Joseba Egiraun
(Historiador y expárroco de Rekalde), Begoña Linaza y Javier del Vigo (expresidentes de la AFR)
en el marco de una entrevista realizada por periodistas de TVE para la realización de un video
sobre la lucha vecinal de Rekalde.
Javier del Vigo: Pero... a mi me parece importante seguir con la idea de si la juventud de hoy en día se
parece a aquella juventud socializada, con conciencia de lucha de antes... o no?. Yo también estoy un poco
con la idea de que son bastante más autistas... el término no se si queda bonito..., pero autistas... Igual no es
su culpa..., igual es la propia sociedad en la que vivimos, en la que viven... Pero en cualquier caso... Habría
que decirles, habría que recordarles que un barrio como Rekalde consiguió lo poco que consiguió justamente
por la unidad. Y yo recordaba ahora, por que me tocó a mí, que era alguno de los que estábamos en esos
clubs que estábamos bajo tierra, casi, en una lonja... el club Goiko Mendian conseguíamos dinero con
cartones para pagar la lonja...
Primero parece que surgió en el entorno de la Iglesia... en aquellos tiempos parece que era lo único que
aglutinaba legalmente, cuando menos, no?... Pero después fuimos a la Asociación..., se convirtió en nuestra
protectora, legalmente nuestra avaladora... Y desde aquella unión de los jóvenes de aquella época con la
Asociación surgió toda una generación de jóvenes que pasamos a la asociación... que tuvimos trabajo en la
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asociación, protagonismo en la asociación...
Cuando comentábamos Joseba y yo, haciendo historia del barrio... recordábamos que excepto Juanjo
Palacios y Begoña Linaza... hubo otros 3 presidentes que fuimos miembros del club de jóvenes Goiko
Medía, Paco, Tomás y yo
Jesús Omeñaka: El mundo ha cambiado mucho.. es lo que habla Javier (Del Vigo). Estamos criticando la
falta de un trabajo de nuestros propios hijos (con énfasis). Es que nuestros hijos lo tiene todo!... tienen
instituto, tienen universidad, ya tiene autobús, ya tienen un montón de cosas... Ahora, ¿qué es lo que no
tienen?..., pues igual unos valores de solidaridad..., o de que... No se los hemos sabido transmitir, si no que
les hemos dado todo a huevo... Y entonces cada cual tiene su parcelita, su ordenador, su casa, su pisito, su...
No hay por lo que luchar colectivamente porque cada cual ha solucionado su problema individualmente.
Quizá los culpables seamos nosotros..., porque estamos criticando a nuestros propios hijos... Yo a mi hijo
¡qué le voy a decir!, a reivindicar qué?... si lo tiene todo!... Tendrá que reivindicar la solidaridad, sino lo es...
Pero eso cómo se consigue?... Creo que el individualismo es tremendo por la sociedad de consumo que nos ha
dividido de tal manera que ya no hay esa unión por luchar por algo común... mira que habría por lo que
luchar, eh!...
Begoña Linaza: Si... aquello fue... no os acordáis....
Jesús Omeñaka: Los semáforos...
Presentadora de TVE: Teníais manifestaciones casi todos los días.
Jesús Omeñaka: Es que había muertos cada dos por tres... que Begoña perdió un hijo en la carretera...! a la
puerta de su casa...!
Begoña Linaza: Bueno..., pero aquella (en referencia a una niña atropellada en Rekalde) fue especial...,
Jesús... Lo de la chavala fue especial... lo de Gordoniz...
Jesús Omeñaka: Y lo de tu hijo también...! y lo de todos...!
Begoña Linaza: Bueno..., pero ¡cómo salió el barrio!...
D: Una tarde en la que todo el barrio estaba en Gordoniz... Llegaban furgonetas de grises por todos los
montes... Caían desde todos los sitios, desde todas las ventanas y balcones... macetas, cuchillos, tenedores...
PARTE HARTUZ - Página 57
Jesús Omeñaka: Y esos jóvenes que tu decías, el Tintxo y todos estos... subidos a burriquitos y cantando el
“no nos moverán, no nos moverán...”.
Javier del Vigo: Si, si, si... la primera vez que en el barrio ha habido tanquetas antidisturbios... y echaban
aquellos líquidos que se pegaban en la piel y no había quién lo soltase
Jesús Omeñaka: (con incredulidad e ironía) Era por un semáforo...! ¡Cómo no va a ver conciencia de
unidad en aquella juventud... y de solidaridad...¡ Luego ya... lo mismo que para pedir un semáforo o para
montar una biblioteca o para lo que fuera... pero luego ya...
(...)
Joseba Egiraun: Yo creo que es muy complicado... Hoy día... con la globalización, con el movimiento de la
gente que vive en un sitio, trabaja en otro, se divierte en otro... Es tan extenso ya... Se han roto tanto las
cosas..., que igual lo único que puedes retener es que quede algún valor en algún sitio... o en algún
individuo... pero... no sé cómo...
Jesús Omenaka: Ya, pero, entonces, qué bien nos han hecho la jugada!... nos han machacado como...
Joseba Egiraun: O ha salido así... Bueno, alguien ha creado todo esto...
Jesús Omeñaka: Yo soy muy pesimista también... pero, ¡qué bien lo ha hecho el capitalismo para dejarnos
tan machacados...! ¡que ahora no podamos inculcar valores que nos den felicidad...!
Joseba: Puedes inculcar... lo que pasa es que ahora eres más débil que antes...
Jesús: ¿Por qué?
Joseba: Porque tus hijos, los míos... y los del otro y los del otro... tienen más influencias que la tuya y la
mía... Hoy día un chaval de 7 años ya está más influido por fuera que... en casa. Tiene cantidad de
estímulos fuera de casa que...
Jesús: Estímulos negativos, de consumismo...
Joseba: Habrá de todo, habrá de todo... según donde caigas,... si cae en una ONG o en un grupo de
noseque... igual vive algo parecido a lo que tu dices... no es muy complicado, no es muy complicado...
Fíjate, antes me decías que la gente no tiene razón de luchar... sí que tiene razón de luchar... por lo menos
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por su casa... por conseguir un piso... que está tremendo, pero nadie se aglutina para hacer una
reivindicación como las de antaño... Ahora van a Etxebide, hacen la solicitud... y se sientan a esperar...
Entonces... eso que es una cosa tan vital, tan importante, que condiciona tanto a la gente... pues tampoco
mueve demasiado... No se si pasaríamos todos hambre... volvería algo... pero hay pocas cosas que mueven.
Jesús: Por ejemplo, los jóvenes de Rekalde que van a la Universidad... me imagino que tienen un problema
tremendo de transporte... porque aquí no hay metro, ni tranvía, todavía no hay nada... Es un barrio...
luego..., ahí tienen una reivindicación..., pero yo no veo que surge... Bueno, yo no vivo ahora en el barrio...
pero no veo que surja ese grupo de juventud que la arma, como la armábamos entonces... “o nos ponéis el
metro... o nos ponéis el tranvía... o la armamos en la Universidad”... Porque ir a la Universidad tiene que
ser una peregrinación desde Rekalde...!
Joseba: No es tanto, eh (risas cómplices, Jesús ya no vive en Rekalde)... Es insuficiente... lo que dicen los
estudiantes es que es insuficiente... pero sí lo hay... Quiero decir que tienes tu razón por que no se reivindica
noseque... Seguramente la vivienda... porque fíjate... una persona que quiera casarse, tener unos hijos,
fundar una familia... necesita un espacio... Y no lo tienen... Y no se aglutinan...
Jesús: Antes hasta el más tonto se colocaba... se colocó Mario Conde.. hasta el más tonto se colocaba!...
porque salías de la universidad y no te costaba colocarte... es que ahora, manda narices!... o aquí sobre todo
en el País Vasco... y en los otros sitios me imagino que será igual... o eres del que gobierna o no entras en la
administración pública... aquí hay un favoritismo a favor de los que están dentro... y el que no lo es... ¿qué
hace?... Están emigrando, están yendo a Madrid, a Barcelona, a todos los sitios... Allí hay otra lucha muy
fuerte por el puesto de trabajo...
Javier Del Vigo: Estáis hablando del divide y vencerás... estáis hablando de cómo la administración, de
cómo el poder... Estaba pensando... Hay otro elemento muy definitorio de qué es “eso del divide y vencerás”
o del cómo antes atacábamos el problema y cómo se hace ahora... Yo no sé si es del todo cierto o no... pero
hay un tema que aún no hemos tocado del barrio que se llama la Plaza de Rekalde.
Joseba: De todas maneras, Jesús lo diría... Yo conozco... Tu no se si conoces... pero hay muchos jóvenes que
se alquilan un piso, paga el Ayunta casi el alquiler... se empadronan allí, y tienen unas subvenciones de
noseque... es decir, sino tienen muchas aspiraciones... se puede vivir sin trabajar... a cuenta de la
administración, a cuenta de los impuestos... eso también pasa... Hay gente que se busca su pareja, se alquila
un piso que no sea muy caro... y hay una serie de subvenciones... que si el salario mínimo, que si el salario
de integración, que si el alquiler... cosas que no había antes que tapan un poco también y que pueden quitar
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eso...
Paradójicamente, en el descanso, uno de los cámaras interviene y les pregunta si se han fijado que
a la entrada del Consejo de Distrito había carteles de la Gazte Asanblada convocando
movilizaciones sobre el tema de la vivienda. Esta cuestión les sorprende, y otro de los
participantes en la entrevista, de unos 30 años, interviene de forma informal señalándoles que
contrasta el cierto “desprecio” que destila sus palabras hacia una juventud de Rekalde, que
curiosamente les reconoce y admira el trabajo que desarrollaron. En ese momento el grupo se
sincera y acaban por reconocer que no saben lo que hace la juventud, que igual son un poco
“abuelos cebolleta” y que quizá influye cierta desconfianza, distancia por la politización... De
hecho, un mes después, Joseba, en la Comisión de Seguimiento de las prácticas pregunta
directamente al representante de Kukutza a ver qué hace y reconoce que se queda “flipado”. Por
ejemplo le llama la atención que haya un grupo organizado de minusválidos trabajando por el
deporte en el Gaztetxe, ya que el colaboraba hasta fechas recientes en el ámbito de los
discapacitados, y no conocía ese caso.
Resulta, de esta forma, interesante el desarrollo de la primera comisión de seguimiento.
Interpelados los sectores más históricos por el actual tejido asociativo, la primera y más intuitiva
respuesta es que actualmente se nota un menor perfil de movilización de la juventud. Sin
embargo, automáticamente comienzan a surgir comentarios en torno al papel desarrollado por los
colectivos más jóvenes. El primero en ser mencionado es Gazte-Leku. La respuesta inmediata es:
“cierto, pero es un caso excepcional”... Automáticamente se menciona a Kukutza y su
representante explica su dinámica. La respuesta de los históricos es similar: “es interesante, no lo
conocíamos... es otro caso excepcional”. Y después se sigue con el Skaut, y con otros colectivos
que se organizan desarrollado dinámicas como la Jeavi Jaia, etc... Después, superando el ámbito
juvenil, se menciona a la Comisión de Fiestas, al Arraizpe, a Onki-Xin, la Feria de Asociaciones...
La comisión de comerciantes irrumpe con fuerza... “Es un caso a parte...” etc... Paulatinamente,
lo excepcional comienza a hacerse habitual, de forma que de una primera interpretación
ciertamente negativa del panorama asociativo se pasa a una visión más positiva, destacándose la
vitalidad de la intervención social en Rekalde.
Como vemos, la primera comisión de seguimiento tiene un efecto práctico –antes ya hemos
mencionado el del desbloqueo de la interlocución entre actores que hasta ese momento no
habían trabajado en común (Jai Batzorde – Consejo de Distrito)- y es el del conocimiento mutuo
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del trabajo desarrollado por los actores. No hay ninguno que no se sorprenda, que no sea
informado de múltiples aspectos de la vida asociativa que no conocía y que le ensimismaban en
una posición a priori pesimista. En consecuencia, se asume que no es tanto que haya una crisis de
participación social como un cambio en las formas de participar. Este elemento sería el que
habría impedido el contacto entre los “históricos” y los “jóvenes”. Una distancia que se
acrecentaba por un elemento que todos consensuan como determinante en el panorama actual: la
falta de información y de coordinación.
Esta falta de información se observa desde dos puntos de vista:
- entre las asociaciones, que no conocen verdaderamente el trabajo que desarrollan las
otras, a excepción de las que se nuclean en torno a la Comsión de Fiestas, que tienen un
contacto más cotidiano; y entre las asociaciones y el Centro de Distrito, cuestión esta que
explica muchos prejuicios que se hayan ido desvaneciendo a lo largo de esta dinámica, a
pesar de que cada colectivo siga manteniendo su autonomía y criticando las cuestiones
que considera que la otra parte hace mal;
- De las Asociaciones y el Consejo de Distrito hacia la ciudadanía, de forma que en
ocasiones se es incapaz de saber los elementos que esta demanda, las formas de trabajo
que le parecen más adecuadas...
Volveremos sobre esta cuestión y la de la coordinación en la parte final del trabajo.
5.3. Relaciones entre el tejido asociativo y el Consejo de Distrito
A la hora de diagnosticar las relaciones entre el tejido asociativo y el Consejo de distrito debemos
diferenciar claramente dos momentos de este proceso de prácticas, que como ya hemos
adelantado tiene un carácter dinámico. Así, comenzaremos por identificar el diagnóstico que los
actores presentan -representantes municipales valorando su relación con las asociaciones y
viceversa- al comienzo de la dinámica desarrollada durante este año. Como veremos, los
resultados no parecían apuntar hacia el optimismo y reflejaban en unos casos una clara fractura,
en otros una distancia crítica, y en un sector importante un distanciamiento activo. Sin embargo,
fruto de la dinámica desarrollada, creemos que con el desarrollo de las comisiones de seguimiento
se modifica sustancialmente este diagnóstico inicial y comienzan a surgir puntos de contacto que
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se han mantenido y reforzado antes y después del verano.
Toma de contacto. El Consejo de Distrito y su percepción sobre las
asociaciones
Como los representantes municipales subrayan, el origen de los distritos está en la voluntad
política de descentralizar la administración y acercar a las y los ciudadanos la toma de decisiones.
La creación de distritos se apoya en dos normas: la Ley Reguladora de las Bases del Régimen
Local (1985) y otra ley que modifica ésta, del año 2003.
En el caso de Bilbao los distritos son creados por el pleno municipal y son 8, estando cada uno
de ellos presidido por un concejal. Existe un Reglamento que regula su funcionamiento.
El órgano de gobierno de los distritos son los Consejos de Distrito. Cada uno de ellos está
formado por 13 consejeras y consejeros con voz y voto, nombrados por los diferentes partidos
políticos en función de los resultados electorales en las últimas elecciones municipales. Al menos
dos de estas consejeras o consejeros han de ser concejales y ocupan los cargos de presidente y
vicepresidente de este órgano.
En el caso del Consejo de Distrito de Rekalde las 13 consejeras y consejeros se reparten de la
siguiente manera: 5 PNV-EA (4 PNV y 1 EA); 4 PP; 3 PSE-EE y1 EB. En el anterior Consejo de
Distrito también existía un representante de HB.
Además de éstos, en el Consejo de Distrito toman parte entre 1 y 5 representantes de
asociaciones familiares y/o vecinales, culturales, deportivas, de comerciantes… (con el nombre
de vocales, no de consejeros). En el caso del Pleno del Consejo de Distrito de Rekalde sólo hay
una asociación de Rekalde, Gazteleku.
Además del Pleno, el Consejo de Distrito tiene otras estructuras de funcionamiento: dos
comisiones –una técnica y otra cultural- que se encargan del estudio de asuntos, elaboración de
propuestas y elevación al pleno. En las comisiones participa un número mucho mayor de
asociaciones.
Como sus responsables señalan, hay una serie de temas que necesariamente han de pasar por el
Pleno: concretamente los relativos a Fiestas, actuaciones con cargo al presupuesto del Distrito,
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asuntos en torno a los que exista discrepancia en las comisiones, y decisiones de envergadura.
El presupuesto gestionado por el Distrito es de 1,5 millones de Euros (250 millones de pesetas), y
depende del Área de obras y servicios. La Comisión de Cultura no tiene asignado presupuesto
alguno y ha de elevar sus propuestas a la concejalía correspondiente.
Al hablar de las relaciones del Consejo de Distrito con el Ayuntamiento, la entrevistada señala
que la decisión última recae en el pleno municipal. Entre los casos de conflicto cita el referido a la
Línea 3 del metro, del que el Consejo es partidario, mientras que el Ayuntamiento no. El Consejo
de distrito elevar propuestas al pleno municipal y a las diferentes áreas municipales, así como
elabora informes no vinculantes a petición del pleno o las áreas…
Respecto a las relaciones del Consejo de Distrito con las asociaciones, en la entrevista realizada al
comienzo de esta investigación, la Directora afirma que cualquier asociación puede participar
tanto de manera puntual como de manera estable en él mismo. En general, en una primera
aproximación, la Directora del Consejo considera que las relaciones entre las asociaciones y las y
los representantes serían buenas. No obstante, como sucede en el caso de la animadora socio-
cultural reconocen que todavía están “aterrizando” en el terreno, al llevar poco tiempo en el
cargo.
Por lo que respecta a las relaciones de este organismo con la ciudadanía, las reuniones del Pleno
del Consejo son públicas, y de igual manera cabe la posibilidad de que las y los vecinos hagan
propuestas a las comisiones y acudan a ellas. Así todo, la Directora afirma ser consciente de que
la mayor parte de las y los vecinos no conocen ni el Consejo de Distrito ni su figura de directora
del mismo. En esta línea, señala la necesidad de poner en marcha una campaña de difusión de
este organismo, que haga partícipe a la ciudadanía de las potencialidades con las que se cuenta en
este organismo descentralizado, más allá de los servicios más comunes y utilizados por la gente:
empadronamiento, certificaciones, biblioteca y aulas de estudio.
A este respecto, en la entrevista realizada, la Directora señala que el Consejo de Distrito se ubica
físicamente en el Centro de Distrito, equipamiento que ofrece diversos servicios como una
oficina de atención ciudadana: información, padrón, registro, trámites…; servicios para
asociaciones: fotocopias, distribución de panfletos, etiquetas...; cesión de espacios: salón de
plenos y 2 salas de estudios; una biblioteca. Además de este centro, recuerda que en el distrito
existen otros como los Centros Cívicos de Irala, Uretamendi o Peñascal, que disponen de
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espacios para asociaciones. Finalmente, la Directora apunta que esta prevista la construcción de
un Centro Cívico en la zona de Amezola y el traslado a esta nueva ubicación del actual Centro de
Distrito.
Como ya hemos comentado, la primera comisión de seguimiento tiene efectos importantes. En
esta ocasión, probablemente por primera vez, los representantes municipales tienen la posibilidad
de escuchar de primera mano las razones sobre las que se sustentaba una cierta desconfianza
hacia el Consejo de Distrito por parte de importantes sectores del tejido asociativo; desconfianza
cuyos contornos presentaremos a continuación. No obstante, las dos representantes municipales
van a desplegar una interesante actitud proactiva durante este primer encuentro cara a cara con el
resto de representantes organizados y no organizados de Rekalde.
Lejos de considerar las críticas como una descalificación de su trabajo, van a tratar de mostrar
cómo muchos de problemas y agravios a los que aluden pueden ser ciertos, pero también afirman
que son propios de otra época. En este sentido, van a subrayar en este primer encuentro el
cambio de actitud municipal hacia los barrios, que tiende a darles mayor protagonismo y a
garantizar una más efectiva presencia del Ayuntamiento en la resolución de sus problemáticas.
Concretamente citarán dinámicas como la I Beca de estudio de la historia de los barrios, o la
recién creada figura del “asistente de barrios”; dos iniciativas desconocidas por el resto de
asistentes. De hecho, la Directora, ante las quejas del resto de representantes, contraataca
demandando de las asociaciones una visión que vaya más allá de sus propios intereses. De igual
forma, rechaza que el Consejo de Distrito se le pueda acusar de no solucionar problemáticas que
desconoce que existen. En consecuencia, insiste en la obligación que tienen las asociaciones y los
ciudadanos/as más comprometidos/as de trasladar sus demandas a uno de los órganos que
existen; precisamente para eso: para resolverlas en caso de que sean de su competencia, o para
canalizar su solución por parte del Ayuntamiento. Insiste en este hecho, señalando incluso que la
presencia de asociaciones con gran raigambre en el barrio, y que está muy insertas en la vida
ciudadana, pueden aportar una visión mucho más amplia de la que se transmite actualmente por
parte de algunas personas que participan en los plenos a titulo individual. Finalmente, y
provocando hábilmente a la otra parte, apunta cómo las asociaciones de otros barrios sí que están
más presentes en las reuniones del Consejo de Distrito, lo que puede provocar que muchos de los
recursos que podrían canalizarse hacia Rekalde si los colectivos participasen activamente, acaban
destinándose a otras zonas y barrios.
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Nuevamente, se insiste en esta primera comisión de seguimiento, por parte de la directora, en la
necesidad que ella personalmente tiene de conocer las razones de la distancia, máxime cuando es
nueva en el cargo y no es de Rekalde. Algunos de los representantes de los ciudadanos
reconocen, por ejemplo, que no sabían que se podía participar a título individual, algo que ven
con buenos ojos. Otros, que ya conocían esta posibilidad, sin embargo apuntan que la estructura
es excesivamente rígida, que un individuo “a penas pinta nada en cuestiones tan técnicas que no
entiende y ante grupos organizados que saben qué es lo verdaderamente importante”. No
obstante, el discurso de los representantes de las asociaciones es más contundente: insisten en
que la distancia se encuentra en la incapacidad del Consejo para responder a sus problemas.
Como ya hemos apuntado, se cita desde el representante de la Comisión de Fiestas el hecho de
que en ese momento las fiestas nuevamente estaban en peligro ya que el ayuntamiento no había
instalado el equipo electrógeno que se demandaba desde hace años por parte del Gobierno Vasco
para dar el permiso a la instalación de las barracas y txosnas. Inmediatamente la directora
responde que esta cuestión está en trámites de solución, y como ya hemos comentado, ese mes se
desbloquea, mostrando a los representantes de la Comisión de Fiestas que, “cuando menos,
ahora, no sé en los 80, pero ahora... se solucionan los problemas”. De igual forma,
inmediatamente, desde Kukutza se menciona el histórico abandono del local de la antigua
biblioteca, que ellos habían pensado ocupar, aunque desistieran al haberles avisado los vecinos del
inmueble que se iba a utilizar para el barrio. En ese momento, la Directora informa del proyecto
existente de convertir ese local en un centro para asociaciones. Algo que es abalado por Gazte-
Leku, que ya tenía avanzada una propuesta. En cualquier caso, la Directora conmina al resto a
hacer otras aportaciones para así poder alcanzar una solución plenamente satisfactoria.
Como se ve, la percepción de los representantes del Consejo de Distrito sobre las asociaciones -
se debe decir que ésta es muy limitada al comienzo de la dinámica, ya que tanto la Directora
como la Animadora llevaban a penas un año de trabajo en el barrio, era “casi un momento de
aterrizaje”- pasa de una consideración inicial de la potencialidad del barrio y de su tejido
asociativo (en las entrevistas), a la sorpresa por observar la distancia que la otra parte mantenía
hacia ellas (al comienzo de la Comisión de Seguimiento). Sin embargo, esta sorpresa, que se
explicita en un auténtico alubión de críticas, muchas de ellas asentadas en conflictos del pasado
(en las que ellas no habían tomado parte) es manejada hábilmente, de forma éstas, especialmente
la Directora, asumen su parte de responsabilidad respondiendo satisfactoriamente a los
emplazamientos (electricidad, financiación); pero también, y en paralelo, cargando sobre las
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asociaciones la responsabilidad de tomar parte de organismos que como el consejo no tienen por
qué conocer problemas que no se les transmite, pero que sin embargo sí pueden solucionarlos.
Toma de contacto: Las Asociaciones y su percepción sobre el Consejo de
Distrito
Como ya se ha apuntado la opinión de las asociaciones respecto del Consejo de Distrito está
cargada de grandes dosis de crítica.
Solo uno de los colectivos considera que el papel del consejo de distrito es muy interesante, que
está haciendo un importante trabajo cultural, y que su presencia está creciendo y se está haciendo
cada vez más importante en el barrio. Sin embargo, precisamente por ello, los representantes de
la Asociación de Comerciantes rechazan el traslado del Centro a Amezola.
Una opinión crítica, aunque muy matizada es la de Gazte-Leku. Esta asociación es la única del
tejido asociativo que participa establemente en el Consejo de Distrito desde que se creó y
manteniendo un vocal. Como estos señalan, su decisión de participar en este órgano estriba en su
deseo de acercar al consejo las demandas del barrio y pelear por una mayor calidad de vida:
“nuestro papel es estar allí y machacar sobre los temas en cuestión”.
Son conscientes de las limitaciones del consejo, e incluso consideran que la participación en él es
“un poco frustrante ya que hay demandas que llevan hasta cinco años de trabajo el que se
consigan” como sucedió con un acceso para minusvalidos, que citan como paradigmático. A su
juicio, este tipo de retrasos son intolerables, pero consideran que su papel es el de “trabajar como
hormiguitas” ya que así, “al final se consiguen cosas”
Sin embargo, por venir de dónde viene (de un colectivo que conoce desde dentro el
funcionamiento, las potencialidades y los límites del organismo), resulta muy interesante la
reflexión que los miembros de Gazte-Leku hacen del por qué otras asociaciones no participan,
tratando de encontrar salidas a esta situación. Así, consideran que la gente no asociada no conoce
el Consejo ni su función. Pero, de igual forma, subrayan que en Rekalde hay un rechazo a lo
institucional, como “una mini-cultura de barrio anti-institucional” que “responde a la historia del
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barrio, a sus características históricas, a la forma en que se construyó”. Entienden que hay una
identidad de barrio muy fuerte, y que fruto de la historia tiene un marcado componente anti-
institucional. “En Rekalde no es lo mismo que un proyecto sea marcado u organizado por una
institución que por un movimiento de la calle, por las asociaciones. Lo que viene del
ayuntamiento se percibe con rechazo, recelo...”, señalan.
Sin embargo, lo interesante es que tratan de ir más allá de esta situación. Así, entienden que para
que las asociaciones participen en el consejo de distrito este debería cambiar, debería dar mas voz
y voto a las asociaciones: “no se debería tener miedo de ello”. Consideran, fruto de su experiencia, que
debería, por ejemplo, haber un mismo número de asociaciones que de políticos, ya que no hace
falta ser técnico para conocer la realidad del barrio. De hecho, entienden que muchos voluntarios
y profesionales de asociaciones son técnicos, licenciados... “si es por eso no hay problema”.
Finalmente, consideran que el propio Ayuntamiento debería mimar más a los Consejos de
Distrito “ya que da la sensación de que no se les toma demasiado en cuenta. Ni al consejo de distrito, ni a los que
en él participan”. Y finalizan señalando que una buena forma de cambiar la cultura anti-institucional
de la ciudadanía y de las asociaciones sería satisfaciendo demandas históricas del barrio (accesos,
autopista, comunicaciones con el exterior...)
Muchos de los entrevistados de otras asociaciones reconocen no conocer el funcionamiento del
consejo de distrito de primera mano. Sin embargo, ello no impide tener una imagen negativa de
él. Entre las críticas más escuchadas está la distancia del Consejo de la realidad, (“no se conoce lo que
está en la calle”), la actitud de bloqueo ante iniciativas del barrio (“no se apoyó al barrio en el conflicto de
las fiestas”), el deseo de suplantar programas que nacen de la organización ciudadana (“que inventen
cosas nuevas, que no compitan o suplanten lo que hacemos”), los límites a la participación (“solo se tiene voz,
no se tiene voto”), la falta de recursos (“si no tienen nunca un duro para apoyar nada”), el sin-sentido de la
participación (“participar en el Consejo de Distrito es como no participar”), una identificación con el
Ayuntamiento (“ah, pero no es lo mismo?”)... Obviamente, como los representantes de Gazte-Leku
señalan, esta suspicacia podría beber de las fuentes de la dura historia del barrio y de la ausencia
de la administración cuando menos hasta las inundaciones. Pero creemos que esta explicación no
basta. De hecho, hemos podido comprobar como algunas asociaciones mantenían hasta
principios de 2002 un tímida pero continuada relación con el Consejo de Distrito, y más
concretamente con su animadora socio-cultural (como es el caso de Onki-Xin o Zohardia). Sin
embargo, creemos que el punto de inflexión se da ese año.
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Como ya hemos comentado, el conflicto de 2002 -que enfrentó al Ayuntamiento y al Consejo de
Distrito con la Comisión de Fiestas por la decisión de reducir la duración de las fiestas a un fin de
semana- ha marcado de forma clara la distancia de la mayor parte de los actores, especialmente
los que se mueven en la nebulosa de la Jai Batzorde, respecto al distrito. Preguntados los
protagonistas asociativos por la actitud del Consejo de Distrito ante este conflicto resaltan el
“desprecio” que vivieron. Mencionan cómo fueron capaces de llegar a pre-acuerdos con la
Directora de Cultura e incluso el Concejal, aunque finalmente no los aceptara el ayuntamiento,
mientras que el Consejo de Distrito y sus responsables los menospreciaban (“por qué no hacéis las
fiestas en el monte” respondió el Director del momento a la solicitud de ayuda, recuerdan). Detallan
con cierta amargura una anécdota: “decidimos concentrarnos ante el Consejo de Distrito con los niños y
niñas, tirando confeti, serpentinas, con una pancarta que ponía por unas fiestas de Rekalde como siempre... o
mejores. Cuando entramos a solicitar el apoyo del Consejo, empezada la reunión, la Presidente recibe una llamada.
La escuchamos decir.. si, estaban en la puerta... no, no eran violentos. Los tengo delante. Pero cómo es posible –
continua quien recuerda el acontecimiento- que se piense en la violencia!. Es un insulto!. Estábamos defendiendo
las fiestas!. Desgraciadamente, el Consejo de Distrito no apoyó a la comisión. Pero nosotros lo teníamos claro. Les
avisamos de que habría segundo fin de semana de fiestas, legal o ilegal, y que les hacíamos responsables de un
conflicto de orden público sin precedentes en Rekalde. Al final, dos semanas después de que el Consejo de Distrito
votara en contra, curiosamente sus jefes, el Ayuntamiento y alcaldía, aceptaron. Desde luego que no fueron muy
finos. Pero se les vio el plumero...”.
En este sentido, esta experiencia además de generar una distancia que en 3 años no se redujo,
provocó el repliegue de otros colectivos que como Onki-Xin si participaban o colaboraban con la
animadora socio-cultural. Desde ese momento, hasta este año, no han pedido siquiera
subvenciones –y de hecho, como señalan, el que las hayan pedido este año tiene mucho que ver
con las tímidas relaciones que se han ido tejiendo-. En este orden de cosas, uno de sus miembros
-encargado en representación de la Comisión de Fiestas de la negociación con el Ayuntamiento-
considera que, los delegados de los partidos en el Consejo de Distrito se mostraron más
conservadores que sus responsables. Y como ejemplo cita el caso de cómo el parlamentario
Larreina se comprometió a mediar en el conflicto, solicitando a la dirección de Bilbao que
apoyase a las fiestas, mientras que el representante de EA en el Consejo rechazaba el apoyo.
Señala –como decimos, él fue protagonista de las negociaciones junto con otro representante del
Béisbol- cómo la actitud de Sabas (Concejal de Cultura en esas fechas) o Marian Egaña
(Directora) fue mucho más respetuosa que la de un representante del PNV en el Consejo, que
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solo se quedaban de las fiestas con que “la plaza se llena de mierda durante una semana”.
Tras la toma de contacto. Tejiendo puentes.
Este era, pues, el contexto que salta a la palestra en la primera comisión de seguimiento.
Participación crítica en el Consejo de Distrito de unos, distancia de otros y rechazo de muchos.
Pero, si convenimos, como así señalan los entrevistados de los colectivos más distanciados, en
que el bloqueo se radicaliza como consecuencia del conflicto de 2002, también podemos
entender cómo se rompen muchos prejuicios cuando tras la reunión de la comisión de
seguimiento la directora y la animadora solucionan el problema de la luz y anuncian la decisión de
financiar dos de las verbenas.
De esta forma, desde ese momento es a los actores asociativos a quienes les toca mover ficha, de
forma a finales de verano, el equipo redactor recibió con alegría y como prueba de que las cosas
avanzaban por el buen camino la noticia de que la Comisión de Fiestas quería invitar a la
Directora y a al animadora a “potear” con ellos en el recinto festivo para que conocieran de
primera mano el ambiente de las fiestas. De igual forma, ahora, cerrando el informe, asistimos a
una interlocución estable entre el Consejo de Distrito y la Comisión de Fiestas. Y no es poco
señalar que el representante de la Comisión de Fiestas que se encarga de la cuestión sea el
miembro de Kukutza. De hecho, como acabamos de conocer, éste ya mantiene relaciones
estables no solo con los representantes del Consejo de Distrito, sino también con los de Cultura
del Ayuntamiento. ¡Curioso, pero cierto!.
Y la última prueba de esta dinámica de trabajo es la confluencia de intereses entre ambos sectores
en torno a la celebración del Olantzero. Así, tanto los representantes de la Comisión como los del
Consejo constataron que ambos deseaban, aunque sea por diferentes motivos, una unificación de
los Olantzeros que redundase en la realización de actos de mayor calidad. Este es el contexto en
el que nos encontramos, de forma que en Rekalde habrá un Olantzero unitario por primera vez
en su historia, apoyado por el Ayuntamiento.
Mirando hacia el futuro
Creemos que a lo largo de esta dinámica de trabajo se han comenzado a dar pasos que tratan de
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superar la situación de bloqueo que antes existía. Creemos que los tímidos, pero importantes
pasos dados, cuando menos han servido para romper ciertas barreras simbólicas, para tejer
relaciones personales donde no las había, etc...
En este proceso están ganando las dos partes. El Consejo de Distrito puede estar mejorando su
imagen ante las asociaciones. Ya hemos dicho que el rechazo de un sector importante del tejido
asociativo era más bien intuitivo, de oídas... Creemos que ahora, estos zurrumurrus pueden perder
parte de su componente crítico y difundirse en nuevas claves que redunden en una mayor
legitimación –o cuando menos “respeto y reconocimiento”- de este organismo. De igual forma,
las asociaciones también han salido ganando en esta dinámica, en la medida en que se sientan
precedentes que no tienen por qué tener marcha atrás. Así, es previsible que aunque sea
mínimamente, las asociaciones sigan recibiendo el apoyo financiero y técnico para sus actos, y
que probablemente éste se incremente –así, representantes de algunas asociaciones dejan
constancia de la ayuda de la Directora a la hora de realizar la solicitud de las subvenciones-.
Pero, cuando hablamos de dos partes, lo hacemos conscientemente. Es decir, siguen existiendo
dos espacios claramente diferenciados. Por un lado, a pesar de la voluntad de sus responsables,
parece obvio que por su configuración, sus limitados recursos, su ritmo y su carácter técnico, el
Consejo de Distrito no puede convertirse en el único espacio de encuentro de las asociaciones.
De igual forma, la red asociativa que se está reforzando -la convocatoria del Olentzero aglutina a
los 4 espacios asociativos que hemos enumerado- y que todos aspiran a estabilizar, como han
manifestado sus protagonistas, tampoco parece que por su carácter informal, sus características y
ritmos que pueda sustituir al Consejo de Distrito. Simplificando, ni el Consejo de Distrito se
ajusta totalmente a las necesidades de las asociaciones, ni una posible plataforma de asociaciones
puede suplir el papel del Consejo de Distrito. De hecho, ninguna de las partes admitiría
subsumirse, diluirse en la otra. Son dos partes diferenciadas, que por ahora están trabajando en
común, y que tienen claro una cosa: que no pueden estar aisladas, y que tampoco pueden
fagocitarse.
Ello obliga -porque todos los actores lo consideran necesario- a buscar nuevas formas de
coordinación. Que se mantengan los espacios, que se aumenten las relaciones y sobre todo, que
se coordinen. Esta es una apuesta sobre la que volveremos.
Sin embargo, dos sombras aparecen en el horizonte.
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- En primer lugar, y a pesar de que las relaciones se incrementen y los lazos de confianza se
asienten, parece difícil que las asociaciones, a excepción de Gazte-Leku, la única que
cuenta con liberados, puedan mantener una participación estable en el consejo de distrito.
Concretamente, como se nos ha manifestado, las asociaciones, en un contexto de
debilidad estructural, deben hacer frente a una serie de prioridades. La primera garantizar
la subsistencia de la asociación destinando la mayor cantidad de recursos de tiempo y
personal a la búsqueda de dinero para pagar sus locales, financiar sus actividades. La
segunda se refiere a la propia actividad de las asociaciones, que como ya hemos
comentado tiende a trasladarse al espacio público, de forma que se requieren mayores
recursos. La tercera es la colaboración y el trabajo en conjunto con otras asociaciones,
bien sea en la Comisión de Fiestas, bien sea en actos unitarios. Algunas asociaciones,
además cuentan con grandes problemas de relevo generacional. Unas pocas, tiene
bastante con “regeneracionarse”. Otras solo pueden centrar sus esfuerzos en la
financiación y realizar sus actos (recuérdese la imposibilidad del Iturri de participar en las
reuniones de la Comisión de Fiestas). Otras, además de lo anterior, agotan sus fuerzas
restantes en los trabajos unitarios. Pocas, muy pocas, aunque quisieran, podrían destinar
recursos a participar de forma normalizada en el Consejo de Distrito. Esta es la última
prioridad para casi todas... y es comprensible porque para poder participar, como
sabemos, no solo basta con las ganas... hay que poder. Y, desgraciadamente, a no ser que
se cuente con liberados, el resto de colectivos no tiene fuerzas para ello, a excepción de
las asociaciones con un perfil de activista cercano a la tercera edad, que en este sentido, a
nuestro juicio, cuentan con más tiempo para este tipo de procesos. En consecuencia, solo
una política de refortalecimiento del tejido asociativo más débil y menos profesionalizado
–pero no por ello de menor impacto y reconocimiento social- puede garantizar la
participación asociativa en el Consejo de Distrito.
- En segundo lugar, tenemos serias dudas de si el traslado del Centro de Distrito y la
apertura del Centro Cívico en Amezola no puede ser interpretado por el tejido asociativo
como una reedición del agravio. Si tenemos en cuenta que uno de los primeros problemas
detectados es la falta de locales, si a ello le añadimos la histórica demanda de un Centro
Cívico en el barrio, y lo sumamos con la fuerte identidad local (que entiende que las
fronteras de Rekalde están en las vías y “el puente”) y con un sentimiento de agravio que
se mantiene... Ciertamente puede argumentarse que las distancias son simbólicas, que son
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unos metros... Pero, precisamente, por eso, por su simbolismo, creemos ésta que sería
una decisión que podría volver hacer retroceder los tímidos pasos avanzados.
Recapitulando y adelantando temas clave
Como hemos podido comprobar, el tejido asociativo de Rekalde mantiene una posición
privilegiada entre la ciudadanía del Barrio. De igual forma, su capacidad de trabajo es reconocida
por los actores institucionales, conocedores de su trayectoria de lucha. Como hemos observado,
es un tejido plural, vertebrado en 4 sectores que aglutinan a la práctica totalidad de asociaciones
en diversas redes que tienden a confluir entre si. Son conscientes de la responsabilidad que tienen
y del alto listón impuesto por la historia y la trayectoria de la que sería su matrona simbólica: la
Asociación de Familias de Rekalde. Por esta razón, su propia visión es auto-crítica y son muy
permeables a las criticas de la ciudadanía. Ejemplo de ello sería el deseo de que sus actividades no
molesten a los y las vecinos (Comisión de fiesta y Kukutza en el tema de los horarios), de que se
descentralicen (Comisión de Fiestas y Onki-Xin realizando actividades fuera de la Plaza), de que
respondan a sus necesidades de ocio y sociales (Skaut, Gazte-Leku, grupos deportivos)...
Históricamente han mantenido una cierta vocación anti-institucional que se explica por el peso de
la historia. Esto eleva el listón del nivel de aceptación a la administración municipal, como nos
han manifestado algunos concejales sorprendidos de la negativa valoración ciudadana a la política
municipal en Rekalde, o como se refleja en la cantidad de llamadas de vecinos y vecinas del barrio
a los medios de comunicación cuando en éstos interviene el Alcalde.
Son conscientes de que el barrio mantiene viva la llama del pasado, como se reflejó en los
conflictos de la Comisión de Fiestas, de Gazte-Leku o ahora con el Metro. Sin embargo son muy
críticos con el panorama que se avecina. Del optimismo se pasa al pesimismo en instantes. El
tejido mantiene fuerza, pero con contadas excepciones (Gazte-Leku o Kukutza) se observa cómo
paulatinamente se agravan los problemas de falta de relevo generacional, de distanciamiento de la
ciudadanía, de movilización permanente –más allá de los acontecimientos más importantes o los
llamamientos ante situaciones extremas-. Destaca cómo a pesar de los importantes pasos dados,
siguen faltando mecanismos de información. La información no se transmite ni de asociación a
asociación, a excepción de las que trabajan en redes. Ello acrecienta el sentimiento de “soledad”,
de “gritar en el vacío”. De la misma forma, creen que fallan los mecanismos de información a la
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ciudadanía. Que faltan temas comunes de movilización y trabajo que sensibilicen a la población.
Por su parte, los actuales representantes de la administración mantienen una actitud proactiva
hacia el tejido asociativo. Entre sus prioridades está la de falicilitar la coordinación de programas
municipales y asociativos. En este caso, destaca la potencialidad que se observa en el espacio de la
mujer, que la dimanizadora socio-cultural ha conseguido vertebrar tímidamente. Pero sin
embargo, hasta el inicio de la investigación se topaban con la ausencia, en ese momento
incomprensible para ellas, de muchos e importantes actores. Fruto de esta dinámica de trabajo
han podido conocer las razones de esta distancia y desconfianza y han tratado de responder
eficazmente a demandas que todos consideraban justas. Este movimiento de ficha, a su vez se ha
acompañado de otros movimientos por parte del tejido asociativo, que parecen haber dado un
voto de confianza a los actuales gestores. De esta forma, el diálogo entre ellos ha sido cordial y
respetuoso a lo largo de las comisiones de seguimiento. Y esta ruptura de desconfianzas se ha
convertido en una sinergia que a puesto a los actores a trabajar de común acuerdo en temas ante
los que ambos –asociaciones y administración- tienen algo que aportar. Sin embargo, los lazos
siguen siendo débiles y la memoria histórica pesa demasiado. De forma que nada permite
presumir que no se vuelva a la situación anterior. De hecho, la demanda del Metro y la ubicación
del Centro Cívico serán dos “pruebas del algodón”.
Sin embargo, en este escenario, ambos actores –asociaciones y representantes del Consejo de
Distrito- comparten preocupaciones. Tanto las asociaciones como los representantes del Consejo
de Distrito necesitan –así lo aseguran- mejorar los mecanismos de coordinación mutuos. De igual
forma, ambos necesitan mejorar los canales de información con el tercero de los actores: la
ciudadanía no organizada. Y en ambas cuestiones –información y coordinación- una palabra se
presenta como relevante: la participación. La coordinación –interasociativa y del Consejo de
Distrito con éstas- y la información –interasociativa, entre estas y el Consejo, y entre ambos y la
ciudadanía-no tienen sentido sino es para potenciar una mayor participación ciudadana ¿Pero
cómo lograrla? ¿Cómo empezar? ¿Por dónde? Empecemos viendo qué entiende la gente de
Rekalde por participar.
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6. ASOCIACIONES, DISTRITO, CIUDADANÍA...
¿CÓMO MEJORAR LA PARTICIPACIÓN?
6.1. Cómo se percibe la participación
El término “participación” tiene diferentes significados y connotaciones dependiendo del sujeto
al que se le interpele. Por esta razón, en las dinámicas desarrolladas consideramos interesante
comenzar preguntando directamente a los ciudadanos/as entrevistados/as de Errekalde por su
percepción en torno a un concepto tan de moda como es la “participación ciudadana”.
Como era previsible, las respuestas han sido tan variadas como el perfil de los interpelados.
Encontramos así personas para quienes participar es tomar parte en los eventos que se organizan
en el barrio; otros que lo definen en términos similares, pero muy diferentes, al entender que
“participar” es trabajar en la organización de estos. A lo largo de las entrevistas se pasa de una
definición general como “... participar es tomar parte en la vida social del barrio...” a otras más poético-
políticas como “... la participación es vivir, pensar, decidir, denunciar...”. Otras personas entienden que
la participación es “tomar parte en los proyectos, en las decisiones que van a influir en la vida de la gente”.
Otros se limitan a identificarlo con una “presencia”. Para otros participar es “crear”. Finalmente
existe quienes consideran que participar es “una opción libre de la persona con un doble objetivo: social o
comunitario, y personal”.
Sorpresivamente, en los debates de la comisión de seguimiento surge una importante diferencia a
la hora de abordar la participación ciudadana. Así, mientras algunos ligan la participación a una
acción individual, otros tienen una visión más colectivista, en la que un grupo trabaja por el bien
común de un grupo mayor, en sintonía con este. Esta última interpretación es la predominante en
nuestro caso. Algo lógico teniendo en cuenta que la mayoría de los participantes en la Comisión
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de seguimiento son integrantes de asociaciones, institucionales o personalidades no asociadas
pero con una larga trayectoria de trabajo en el barrio. En este sentido, se considera que el
Consejo de Distrito puede ayudar a la participación individual. Pero se insiste en que la
responsabilidad de éste también es facilitar la participación colectiva. Por su parte, es esta la
fórmula que pretenden potenciar las asociaciones.
Aunque con diferentes visiones, hemos visto que todos tienen más o menos un concepto de lo
que es la participación. Pero cuando hemos dado un paso más en las entrevistas, y la pregunta ha
girado en torno a tipos de procesos participativos con palabras más técnicas o formales
(presupuestos participativos, planes comunitarios, Agenda Local 21...), lo que predomina el
desconocimiento general. El común de las personas a penas los conoce. Algunos suenan a algo,
pero no se sabe a qué. Por el contrario, los entrevistados/as con un oficio más técnico o ligado a
la administración sí que los conocían, pero son una minoría. Aún así, una breve explicación ha
sido suficiente para dar a conocer a grandes rasgos los pormenores de estos conceptos o formas
de participación que, como hemos podido concluir, no están realmente socializados. Sin
embargo, preguntados sobre si creen que algún tipo de mecanismos de este tipo podrían
funcionar en Rekalde, la mayor parte de las personas piensan que seguro que funcionarían.
6.2. El potencial de la participación: de los problemas a los instrumentos
Los problemas
Como decimos, preguntados por el potencial que puede tener el barrio para llevar a cabo
procesos participativos, la gran mayoría de los/las entrevistados/as lo han calificado de muy alto.
La base de esta afirmación, como es imaginable, se sustentan en la fuerte identidad de barrio que,
aunque se pueda estar diluyendo, existe; así como en la historia de movilización y lucha.
Por eso interesa conocer con más profundidad cuáles son los problemas que desincentivan la
participación. La tercera comisión de seguimiento se centró exclusivamente en ello.
El primero de los problemas que desincentivan la participación identificados es el ya mencionado
desconocimiento existente por parte de los actores de los proyectos del resto (Fertxo, Skaut). Su
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solución se considera que está en manos de los protagonistas y se piensa que es un problema
propio del momento presente. Entre las alternativas definidas por los protagonistas estaría la
recuperación de la experiencia de la Feria de asociaciones, así como la reelaboración de una guia
de colectivos presentes en el barrio. No obstante, el grupo reflexiona sobre la cuestión. Así se
considera que las dificultades de intercambio de información derivan de la fragmentación del
tejido asociativo. Una fragmentación que no es considerada negativa, pero que si contrasta con el
menor número de grupos existentes en épocas pasadas (Zamora, Iturri). De igual forma, se
considera que a pesar de las soluciones que se proponen, o de otras que pudieran consensuarse,
dificilmente se va a poder eliminar habida cuenta del frenético ritmo de los colectivos, de forma
que es comprensible que en el camino se descuiden los contactos inter-asociativos (Maite,
Animadora)
El segundo problema detectado como un desincentivo de la participación es la constatación de la
falta de interés de la gente por participar, especialmente en el caso de la gente joven (Marijo).
Nuevamente, la reflexión toma una derivada positiva en la medida en que se considera que la
solución del problema está en manos de los actores presentes en la Comisión de Seguimiento.
Esta cuestión denota una voluntad de reflexión autocrítica, en la medida en que la carga de la
prueba se invierte y se considera que deben ser los actores organizados los que deben dar el
primer paso, evitando descargar la responsabilidad en la ciudadanía, por considerarse una
argumentación tan sencilla como poco productiva. En cualquier caso, se considera que esta es
una cuestión de carácter más bien cultural e histórico (responde a una evolución global de la
dinámica social), aunque se haya profundizado actualmente. Entre las alternativas propuestas
encontramos nuevamente la realización de la Feria de Asociaciones entendida como escaparate
visual de la actividad social del barrio. Se considera que esta dinámica visualiza la pluralidad e
importancia del tejido asociativo, ofreciendo a la ciudadanía un interesante menú de grupos y
actividades que puedan animarles a la participación. De igual forma, también se subraya la
responsabilidad de los actores en el distanciamiento y desapasionamiento ciudadano.
En este sentido, surge la interrogante de si los colectivos organizados e instituciones son capaces
de desarrollar dinámicas creativas, más ajustadas a la actual sociedad mediática, o si por el
contrario se contentan con reproducir estrategias y dinámicas que ya se ha demostrado con creces
que o tienen un impacto reducido o no llegan a sensibilizar a la ciudadanía. En este sentido se
destacan actos como la exhibición de malabares (“la gente se siente impactada, se escucha en los
comercios...”). De igual forma, se relata cómo cuando Onki-Xin decidió hacer la primera Feria
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Agrícola, pensaban que la respuesta del barrio sería bastante floja, al ser un barrio poco euskadun.
Sin embargo, el éxito fue rotundo porque, en el fondo, después se dieron cuenta, la mayor parte
de los habitantes de rekalde, aunque son inmigrantes, provienen de ámbitos rurales en los que se
valora la actividad del campo. De esta forma, sin saberlo, se llegó a la sensibilidad de la gente, lo
que explica que el éxito se mantenga año a año.
Un tercer problema detectado es la dificultad existente entre las asociaciones de encontrar un
foro de coordinación adecuado, diferente al de la Comisión de Fiestas (Silvia, Gazte-Leku). Esta
cuestión se identifica como un problema propio del actual momento y cuya solución,
nuevamente esta en sus manos. En torno a esta cuestión surge un interesante debate en el que los
actores se posicionan en un primer momento en torno a tres propuestas: la potenciación y
apertura a más colectivos de la Comisión de Fiestas, encontrar amparo en las dinámicas de
coordinación iniciadas por el Consejo de Distrito o la búsqueda de nuevos espacios de encuentro.
Como ya hemos adelantado, las dos primeras propuestas son descartadas paulatinamente. Así, se
considera que un buen punto de partida podría ser el de la Jai Batzorde, pero que sin embargo los
ritmos frenéticos impedirían que muchos colectivos participasen. De igual forma se subraya que
este tipo de foros deben contar con resultados a corto plazo, para evitar desmarques o
desilusiones, o simplemente para evitar el “reunirse por reunirse”. En este sentido, se entiende
que la Comisión de Fiestas cuenta con una dinámica un tanto pesada y que sería difícil que
muchos colectivos que no cuentan con el incentivo de la txosna se incorporasen. Desde el otro
punto de vista, la propuesta de coordinación con el centro se asentaría en la necesidad de mejorar
la comunicación entre asociaciones, ver la posibilidad de coordinar algo la programación de
fiestas entre varios barrios, o ver si habría que equilibrar más el presupuesto del Distrito entre
Comisiones de fiestas. En cualquier caso, si bien no se descarta la coordinación para cuestiones
puntuales -como de hecho ya sucede en el caso del Olantzero- también se descarta como
solución para evitar “que el trabajo a nivel de distrito no suponga una pérdida de esencia del barrio”. De esta
forma emerge la necesidad de una estructura de coordinación nueva, cuestión ésta que es
trabajada más en profundidad en la Cuarta Comisión de Seguimiento.
No obstante, esta cuestión es retomada inmediatamente, cuando desde la Directora del centro y
la Animadora socio-cultural se detectan como problemas para la participación social asociados,
por una parte a la falta de confianza de las asociaciones hacia las estructuras municipales de
participación, y por otra a las características de la estructura de participación municipal. Se
considera que ésta es una cuestión sobre la que se puede influir y que se ubica tanto en el
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momento actual como en la costumbre. Entre las soluciones se subraya la necesidad de crear
espacios de encuentro del tipo de las Comisiones de seguimiento. De esta forma, se va dando
cuerpo a una alternativa de coordinación que ligue no solo a las asociaciones, sino también a las
instituciones. Como veremos en la última parte, se valora de forma positiva la existencia de
dinamizadores/as externos, en los que los actores confíen y que sirvan de mediación habida
cuenta de que aunque parece que se están abriendo canales de comunicación que regeneran la
confianza mutua, siguen siendo débiles. En este sentido, se valora que la dinámica “ha conseguido
romper el hielo”. Una segunda solución que se propone es la creación de canales participativos que
funcionen, aunque ello suponga la modificación por vía normativa o legal de los que ya existen.
En este sentido, todos los actores asumen que los canales existentes ligados al Consejo de
Distrito son limitados. Sin embargo, otros actores manifiestan una posición más radical ya que los
límites de estos mecanismos aumentan la desconfianza, en la medida en que se considera que
participando en ellos no se cuenta con la posibilidad de influir en las decisiones. No obstante, las
responsables municipales destacan la versatilidad y potencialidad de las Comisiones existentes, así
como otro tipo de mecanismos sectoriales -presentes no tanto a escala de barrio o distrito como
municipal-, que “tienen su origen en la ciudadanía”. Finalmente, y a la espera de una reforma en clave
más participativa del reglamento de los Distritos, se apuesta por la reutilización de los que ya
existen, y el establecimiento de mecanismos de difusión de las potencialidades de los ya existentes
Superado este debate, nuevamente la mirada se dirige a las asociaciones identificándose como un
grave problema la desconfianza y los “piques” existentes entre los grupos (Jose Barandalla). Se
considera que es una cuestión casi cultural, en la que se puede influir. La alternativa es obvia: las
asociaciones deben superar ciertas posturas “sectarias”, y ser más abiertas al otro. No obstante,
los presentes consideran que gracias al trabajo de la Comisión de Fiestas se está superando esta
situación, cuando menos entre los grupos que en ella participan. Así, se subraya cómo mientras
que hace 10 años la comisión era una especie de “campo de batalla” en la que se trasladaban las
rencillas personales y colectivas, ahora parece que los actores, al margen de que se traten más o
menos en la cotidianeidad, han aparcado sus disputas en pos de un trabajo colectivo.
Otro de los problemas señalados que afecta a las asociaciones es el de la falta de relevo
generacional (Zamora, Iturri). Como ya hemos apuntado, al comienzo de esta dinámica de
trabajo, el Iturri manifestaba la situación de debilidad en que se encontraba, no tanto desde el
punto de vista de sus actividades (seguían contando con gran número de asociados y de chavales
en los equipos) como por la poca voluntad de la gente para tomar relevo en la Junta directiva. El
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representante del Iturri considera que esta es una cuestión que es propia del momento actual y
que está fuera de control. Esta identificación del problema como una cuestión “fuera de control”,
probablemente respondía a la “desesperación” de los actuales directivos del equipo. En cualquier
caso, en el debate, algunos de los presentes, consideran que quizá haya fallado la comunicación de
la crítica situación al barrio, al considerarse que si muchos de los presentes a penas tenían
conocimiento de esta situación a pesar de estar integrados en la vida asociativa del barrio, es
probable que los vecinos y vecinas no organizados tampoco lo supieran. A pesar de todo, parece
que el problema se solventa pocas semanas después de este encuentro con la renovación de la
junta. De hecho, uno de los asistentes a las comisiones de seguimiento en calidad de ciudadano
no organizado se incorpora a la junta directiva. El problema, efectivamente, estaba en sus manos.
Otro paquete de problemas que se detectan tienen que ver con la creciente desmotivación
ciudadana, el individualismo (Floren) o el cambio de valores y una cierta “perdida del norte”
(Fermin, Comisión de Fiestas). Se consideran problemas del momento actual y sobre los que se
puede influir. Se valora un problema difícil de abarcar, excesivamente general, pero no por ello de
menor impacto. Pocas son las alternativas, y lo que sigue es más bien una reflexión más teórica.
En este sentido, en el grupo se debate sobre el peso que “el sistema” tiene en la potenciación de
tendencias al individualismo y a la desmotivación. Sin embargo, esta cuestión se vincula
inmediatamente a una interesante valoración en torno a la búsqueda de un “nuevo norte en la
dinámica social”. Se considera que una parte de esta “pérdida del norte” se encuentra en la
tendencia de los actores de echarse la culpa unos a otros. Se asume que el “sistema hipoteca el deseo
de participación”. Pero se entiende que no se puede mirar al cielo esperando que llueva, de forma
que se reflexiona sobre la responsabilidad colectiva en esta situación. La pregunta que surge,
centrada en el caso de los jóvenes, es por qué estos participan, por ejemplo, de forma tan activa
en el Gaztetxe mientras que apenas se acercan a otras asociaciones como las culturales. Se
entiende que la juventud valora al Gaztetxe como “un espacio de libertad, en el que existen unos valores”.
En este sentido, se abunda en que los colectivos y las instituciones deben dejar de dar tanto peso
a cuestiones como las económicas (falta de recursos), organizativas (falta de personal), al entender
que la dinamización social funciona allá donde se refleja que detrás de ella hay valores
ampliamente compartidos por la ciudadanía, como la citada sensación de “libertad”, la
“flexibilidad”, etc... De la misma forma, se destaca que existen cuestiones concretas que
movilizan a la gente en la medida en que a través de la acción colectiva se solucionan problemas.
Sin embargo, se abunda en que se debe dejar de lado una lógica más centrada en la actividad
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social e institucional como “prestadora de servicios”, ya que incentiva una participación solo
individual, para dar paso a otra lógica en la que los y las “usuarios” pasen a ser protagonistas.
Solo de esta forma se tejen redes que no sean “clientelares”, sino “sociales y colectivas”.
Finalmente, el debate sobre los problemas de la participación se vuelve a centrar en los límites
institucionales. Así, se destaca la inexistencia de cauces para la participación (Floren). Sin
embargo, se considera que existen alternativas que podrían solventar este problema, y entre ellas
se cita, por ejemplo, las potencialidades que para Rekalde supondría la apertura del Centro Cívico.
De igual forma, se introduce una nueva variable, a nuestro juicio determinante. Así, se alude a
que aunque las normas son claras, sin embargo, en este tipo de mecanismos, en muchas
ocasiones, la propia personalidad de los impulsores puede facilitar la participación. Esta es una
cuestión que se ha comprobado en la práctica. En este sentido, hemos tenido la suerte de contar
con actores o representantes de asociaciones con una gran capacidad de diálogo y de autocrítica.
De la misma forma hemos contado con personas comprometidas en la resolución de los
bloqueos existentes. En este sentido, debemos subrayar el papel de las profesionales que trabajan
en el Centro de Distrito. Creemos que es a ellas y a su actitud receptiva y responsable a quien se
debe gran parte del éxito de esta dinámica, de la continuidad que se observa, y sobre todo del
comienzo del establecimiento de relaciones de confianza, basadas en la autonomía de los actores.
De igual forma, debemos subrayar que tanto los y las ciudadanas que se han implicado en la
comisión de seguimiento, como los representantes del tejido asociativo han mostrado un alto
nivel de responsabilidad, al ser capaces de mirar hacia un futuro de trabajo colectivo, aunque sin
olvidar el importante peso del pasado.
Finalmente, como último problema que se detecta destaca la existencia de diferentes intereses
entre las instituciones y el movimiento asociativo. El punto de partida es la consideración (Maite,
Kukutza) de que el ayuntamiento se trata de organizar a la sociedad desde arriba, lo que explica
que en muchos casos se fagociten las iniciativas ciudadanas. No obstante, la reflexión pronto se
modifica, de forma que esta misma persona considera que si las asociaciones fueran capaces de
unirse, podrían analizar mejor y hacer un seguimiento más estricto de las actuaciones de las
instituciones. Desde esta perspectiva, se abunda en la necesidad de contar con espacios de
encuentro.
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Instrumentos
La cuarta comisión de segumiento se centra en la búsqueda de alternativas a las problemáticas
antes señaladas. A grandes rasgos, los ejes centrales del debate pueden resumirse de la forma que
sigue:
- Actualmente existen dos grandes espacios ya vertebrados en Rekalde: por una parte la
Comisión de Fiestas; por otra el Consejo de Distrito. Sin embargo, ninguno de ellos
parece que reúne las características suficientes como para encarar los problemas antes
detectados. En lo que a la Comisión de Fiestas respecta, su temática, composición y ritmo
de trabajo no parece ajustarse a las necesidades y expectativas de la totalidad de grupos.
De igual forma, por su configuración exclusivamente asociativa, difícilmente podría
contar con la presencia de representantes institucionales. De otra parte, el carácter
interbarrial del Consejo de Distrito se une a una composición que “desincentiva la
participación de las asociaciones” al carecer de medios de representación y voto paritarios
con los representantes institucionales y políticos. De igual forma, su carácter técnico y en
ocasiones excesivamente pesado, así como la apretada agenda de las reuniones, haría
prácticamente imposible que este órgano sirviera como puente para vertebrar el tejido
asociativo internamente.
- En consecuencia, los asistentes asumen la urgente necesidad de contar con un espacio
autónomo a ambos, intermedio, más flexible y orientado a la solución de las
problemáticas antes detectadas en la tercera de las comisiones de seguimiento. Entre ellas,
las más relevantes en el debate de esta cuarta reunión son las que hacen referencia a:
o La necesidad de un contacto estable entre asociaciones
o La necesidad de un contacto estable entre asociaciones y representantes
municipales
o La mejora de la comunicación de ambos hacia la ciudadanía
o El impulso del compromiso en la vida del barrio
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o La búsqueda de uno o varios temas aglutinantes de trabajo que permitan a las
asociaciones e instituciones intervenir de común acuerdo con el objetivo de
revitalizar la vida social en el barrio.
No obstante, los asistentes no son capaces de avanzar en esta idea. Pero, a pesar de todo,
nuevamente surge un consenso, en este caso centrado en el importante peso que la dinámica de
las prácticas desarrollada hasta ese momento había jugado para sus participantes. Así, se valora de
forma muy positiva la idea de la celebración de las comisiones de seguimiento, que a juicio de los
asistentes habría servido para romper con anteriores desconfianzas, para conocerse mejor entre
los actores que intervienen en el barrio, para hacerse conscientes de unas limitaciones que son
comunes a todos ellos, pero también para ilusionarse al conocer la importancia del trabajo que
cada uno de los actores desarrolla. Finalmente, se considera clave en esta dinámica de inicial
vertebración el hecho de que los dinamizadores hayan sido agentes externos al barrio, lo que ha
ayudado a evitar suspicacias.
Llegados a este punto, creemos que sería interesante arriesgarnos a proponer una alternativa que
puede satisfacer las expectativas y preguntas sin respuesta de esta cuarta comisión de seguimiento.
Concretamente, creemos que en Rekalde es perfectamente viable la puesta en marcha de una
iniciativa de cierto calado que permita vertebrar a los representantes asociativos, técnicos,
políticos y a ciudadanos y ciudadanas no organizadas en una estructura que se sitúe a medio
camino entre el Consejo de Distrito y la Comisión de Fiestas. Creemos, en este sentido, que
existe la posibilidad de que a medio plazo se pueda conformar en Rekalde un Plan de Desarrollo
Comunitario. Obviamente, por razones de espacio no podemos entrar en la descripción detallada
del origen y de los diferentes desarrollos de este tipo de procesos de participación. Sin embargo,
nos gustaría cerrar este informe con unas pinceladas que pudieran servir de aperitivo para animar
el debate entre todos los actores implicados, ya que, en última instancia, es a ellos a quién les
corresponde llevar a buen puerto esta o cualquier otra iniciativa que consideren que podría
resolver los problemas detectados.
Un Plan de Desarrollo Comunitario es un proceso de participación que pretende -a grandes
rasgos- articular en estructuras estables a los actores implicados en un determinado entorno
geográfico, potenciado diagnósticos locales, búsquedas de alternativas y proyectos de
intervención consensuados participadamente. Se trata, en última instancia, de vertebrar la
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comunidad a través de un sistema articulado de círculos concéntricos que faciliten la apropiación
por parte de la ciudadanía, de las asociaciones, de los y las técnicas y políticas de su
responsabilidad compartida en la mejora de la vida de sus barrios, ciudades, etc...
Este Plan Comunitario podría estar vertebrado por tres estructuras que se asemejan a un juego de
muñecas rusas.
- En el corazón de las mismas se situaría un grupo de profesionales encargados de la
dinamización, coordinación de los diversos trabajos, búsqueda de información. Se trataría,
por así decirlo, del motor de la dinámica, sobre el que descansaría el trabajo más pesado,
para así evitar sobrecargar a los servicios técnicos emplazados en el barrio y a las
asociaciones, la mayor parte de las cuales están conformadas en exclusividad por
voluntarios y voluntarias. Este grupo, no obstante, sólo se encargaría de facilitar el trabajo
y seguir las directrices marcadas por las otras dos estructuras.
- Así, el núcleo del Plan Comunitario estaría conformado por una Comisión de
Seguimiento constituída por una treintena de representantes asociativos, personalidades
históricas, vecinos y vecinas interesados, responsables técnicos y políticos. Se podría
reunir mensualmente y su función sería doble. Por una parte marcar las directrices
globales de la dinámica a desarrollarse, así como valorar las acciones ejecutadas. Por otra
parte, debería servir de contacto entre el Plan con el resto del barrio. En este sentido,
cada uno de los y las participantes debería convertirse en un emprendedor que fuera
capaz de aglutinar a nuevos sectores (por ejemplo, si participan una comerciante, ésta
podría servir de puente entre el Plan y el tejido comercial del Rekalde) e implicarlos en las
iniciativas del Plan.
- Finalmente, entre la Comisión de Seguimiento y el Grupo de trabajo existiría una
estructura intermedia, conformada por un máximo de 10 personas, representativas de los
sectores implicados en la Comisión de Seguimiento y en el Grupo de Trabajo. Su función
sería la de dinamizar el desarrollo de las tareas asumidas por la Comisión de Seguimiento.
Por esta razón, el nivel de implicación que se requeriría para formar parte de esta
estructura sería menor que el del Grupo de Trabajo, pero mayor que el de la Comisión de
Seguimiento.
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Estas tres estructuras podrían, en este sentido, desarrollar una dinámica ascendente de trabajo
que pudiera a medio plazo dar respuesta satisfactoria a muchas de las problemáticas definidas por
los actores. A modo de simple ejemplo de un posible desarrollo, podríamos establecer la siguiente
secuencia:
- Los actores implicados en el territorio consensúan y aceptan la puesta en marcha de una
estructura de vertebración comunitaria como la antes descrita. Como se puede intuir en
esta primera fase los actores deben ponerse de acuerdo sobre si quieren trabajar de forma
conjunta o no. Si es que no, punto final.
- Los actores implicados en el territorio asumen la parte de responsabilidad que les
corresponde (financiación, compromiso de asistencia, voluntad de trabajo cooperativo,
límites de la dinámica, nivel de participación, nivel de decisión, carácter vinculante o
consultivo de las propuestas que se pudieran hacer...). Como se puede intuir, en esta
segunda fase, los actores implicados que han decidido vertebrarse en una estructura
unitaria tienen que decidir sobre los límites políticos del Plan, sobre a quién le
corresponde la última decisión de las propuestas/diagnósticos que se definan, sobre a
quién le corresponde la implementación de las propuestas, sobre los medios financieros
que soporten la dinámica del Plan y sobre los recursos financieros para la puesta en
marcha de las propuestas que pudieran asumirse.
- Los actores ya vertebrados en las estructuras del Plan deben decidir el sentido de su
intervención. En la mayor parte de los casos, ésta se basa en la realización de un
diagnósitico participativo sobre necesidades y alternativas del barrio.
- Si este fuera el caso, una vez definidos los objetivos de la dinámica del Plan, se trataría de
concretarla a través de la realización de un trabajo que logre la mayor implicación
ciudadana a través de la celebración de talleres, grupos de debate, entrevistas,
observaciones participantes, fiestas, talleres infantiles, grupos de prospectiva, análisis
DAFO, flujogramas, sociogramas, etc... Una vez consensuado el diagnóstico se iniciaría
una nueva fase de apertura del Plan a la ciudadanía para con su apoyo identificar las
posibles alternativas a los problemas detectados. Estas alternativas deberían diferenciar el
diferente grado de responsabilidad que su implementación tendría sobre los diferentes
agentes: algunas podrían ser concretadas directamente por la ciudadanía (por ejemplo
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muchos de los problemas de tráfico) y sería función de las estructuras del Plan supervisar
y sensibilizar al resto de vecinos y vecinas para que colaborasen en la resolución de la
cuestión; otras podrían recaer en las asociaciones (por ejemplo mejorar su imagen ante la
ciudadanía), siendo función de las estructuras del Plan colaborar en esta tarea (por
ejemplo, facilitando el acceso en los comercios de las actividades de las asociaciones del
barrio); otras podrían recaer simplemente en los servicios técnicos (por ejemplo,
supervisar la ejecución de las propuestas asumidas políticamente); otras podrían recaer en
los políticos (por ejemplo el emplazamiento o la apertura de nuevos equipamientos);
finalmente, muchas de ellas requerirían del trabajo compartido de todos los actores
implicados (por ejemplo, si así se hubiera identificado en las propuestas del Plan, definir
compartidamente las formas de funcionamiento de los equipamientos existentes o de los
que pudieran crearse).
- Finalmente, esta estructura perfectamente podría incardinarse con las dos existentes. De
hecho sería perfectamente complementaria con el trabajo de la Comisión de Fiestas y el
Consejo de Distrito, en la medida en que representantes de ambas redes estuvieran
presentes en las estructuras del Plan.
No obstante, somos conscientes de que para llegar a una dinámica de este tipo todavía es
necesario avanzar un largo trecho en Rekalde. Por esta razón, creemos que es necesario ser más
humildes en una primera fase. Entre la realidad actual y el ideal que hemos presentado puede
existir un paso intermedio: la conformación de una Comisión estable que reúna mensualmente a
representantes de las asociaciones, técnicos/as municipales y, si fuera posible, ciertos
representantes políticos con varios objetivos:
- asentar las relaciones de confianza que tímidamente se han abierto camino a lo largo de
estas prácticas
- avanzar en el conocimiento mutuo de los actores
- servir de puente para que todos los actores conozcan las estrategias que se están
desarrollando desde el Consejo de Distrito y las asociaciones del barrio, evitando, por
ejemplo que las asociaciones se enteren por la prensa de intervenciones municipales, o
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que las técnicas del Consejo de Distrito se enteren por la prensa de las iniciativas
vecinales.
- hacer un mapa de recursos disponibles en el barrio, tanto en lo que a recursos
económicos, personales, de infraestructuras y de equipamientos respecta
- ordenar las iniciativas existentes para evitar solapamientos y descoordinaciones; así como
establecer un calendario consensuado que evite concentraciones de actos en momentos
concretos y “desiertos de actividades” en otros.
- fortalecer la unidad del barrio y su presencia en Bilbao, partiendo de un conocimiento de
su historia.
- diseñar estrategias comunes de información y movilización de la ciudadanía
- explorar la existencia de puntos de encuentro comunes que pudieran ser trabajados de
forma concertada
- experimentar dinámicas conjuntas de trabajo que incorporen a la máxima totalidad de
actores presentes en el barrio, en la línea de las experiencias iniciadas con el Olantzero y
los Carnavales.
Esta iniciativa, a nuestro juicio necesitaría, o mejor dicho, se vería facilitada a través de dos
condicionantes que podrían resolver dos graves problemas:
- Como se ha comentado, el tejido asociativo de Rekalde, aunque lleva varios años
embarcado en una tarea de vertebración interna, todavía presenta ciertas dosis de
“distancia calculada” entre los diferentes actores. Las suspicacias se mantienen aunque
haya voluntad de trabajo compartido. Y la mayor parte de las suspicacias estriban en la
desconfianza de intentos de cooptación de unas asociaciones por otras en un contexto de
creciente debilidad. De igual forma, como también ha quedado claro en el informe,
aunque gracias a las prácticas creemos que se han empezado a levantar históricas barreras
que distanciaban a las instituciones de las asociaciones, todavía hoy existen recelos
mutuos. Este problema creemos que puede solventarse con la existencia de un equipo
“externo” y profesional encargado de la dinamización y convocatoria de las reuniones.
Como se ha visto, la existencia de agentes externos parece que ayuda a evitar suspicacias
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sobre el patrimonialismo de una iniciativa de este tipo.
- Como también se ha comentado, actualmente las asociaciones se encuentran en un
situación de debilidad a todos los niveles que les obliga a priorizar en la forma de “gastar”
sus escasos recursos de voluntarios/as y tiempo. Ciertamente, en muchos casos, la
primera de las prioridades pasa por la búsqueda de financiación, mientras que la
participación y la coordinación con otros colectivos, a pesar de ser valorado como vital
para el tejido asociativo, se relega al último lugar. Una forma de solventar esta situación
podría ser primando a las asociaciones que asumen un compromiso estable de
participación en esta estructura de coordinación a través de subvenciones específicas.
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Hasta la vista...
Finalmente, no quisiéramos dejar de acabar estas páginas agradeciendo sinceramente a todas las
personas que habéis colaborado en este trabajo. Cuando comenzábamos esta dinámica nos
sorprendíamos al ver -muchos de nosotros por primera- vez un barrio con sombrero (un
sombrero un tanto raro, de cemento, serpenteante, ruidoso). Pero poco a poco hemos ido viendo
que debajo de ese sombrero, además de columpios, de una plaza, había una historia, personas
entrañables, raramente comprometidas con su entorno, orgullosas de sí mismas,
sorprendentemente ilusionadas con su trabajo, con una experiencia que va más allá de la edad y
que se asienta en un profundo amor a su barrio. Nos habéis encantado, encandilado, animado y
enseñado a sentirnos, nosotros también, un poco errekaldetarras. Esperamos haber estado a la
altura de vuestra ayuda.
Animo eta eskerrik asko!
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