Independencia del Perú
La Independencia del Perú corresponde a toda una época de levantamientos y conflicto bélico
que propició la independencia política y el surgimiento de la República Peruana como un
estado independiente de la monarquía española, resultado de la ruptura política y del ocaso
del Perú. Con la convergencia de diversas fuerzas liberadoras y la acción de sus propios hijos.
A lo largo del siglo XVIII, diversas fueron las manifestaciones indígenas respecto al trato de las
autoridades coloniales, algunas de las cuales devinieron en auténticas rebeliones. La aplicación
de las reformas borbónicas incrementó la desazón y la inconformidad tuvo su pico en la
revolución de Túpac Amaru II, la cual desembocó en la represión de aquella revuelta aunque
permaneció latente el germen del descontento indígena. Al acaecer las Abdicaciones de
Bayona, diversos puntos de la América española crearon juntas autónomas de gobierno, sin
pretender cambiar el orden colonial. Fue entonces que el virrey Abascal hizo del Ejército Real
del Perú y del virreinato peruano la base de la contrarrevolución sobre el Alto Perú, Quito y
Chile. Los primeras rebeliones autónomas peruanas surgieron desde 1811 en este contexto de
descontento indígena y colaboración criolla con la revolución rioplatense.
En 1820, la Expedición Libertadora procedente de Chile desembarcó en el Perú bajo el mando
del general José de San Martín. Éste proclamó en Lima la independencia del Estado peruano
(1821) y bajo su Protectorado se formó el primer Congreso Constituyente del país. Retirado
San Martín del país, el flamante Estado sostuvo una guerra contra los realistas de resultado
incierto hasta 1824, año en que tuvieron lugar las campañas de Junín y Ayacucho bajo el
mando del Libertador Simón Bolívar. La victoria de Ayacucho concluyó con la capitulación del
ejército realista y puso fin al virreinato del Perú.
La independencia del Perú fue otro capítulo importante en las guerras de independencia
hispanoamericanas. Finalmente en 1825 México consigue la capitulación del bastión español
de San Juan de Ulúa en América del norte. Ése mismo año concluye la campaña de Sucre en el
Alto Perú y seguidamente, en 1826, caen los reductos españoles del Callao y Chiloé en
América del sur. España renuncia en 1836 a todos sus dominios continentales
americanos.3
Lo que hay que destacar son tres aspectos, en lo político se cortó la dependencia de
España; en lo económico se mantuvo la dependencia de Europa y en lo social el
despojo de tierras a indígenas se acentuó en la era republicana. La ciudadanía abierta
en Perú se consiguió en el siglo XX.En pleno siglo XXI, se sigue luchando por una
sociedad, genuinamente democrática, y, que sea posible: la plena garantía y el respeto
de los derechos humanos.
Rebeliones durante la conquista y el período colonial
Rebeliones. Utopía andina
Las rebeliones durante la conquista y el período colonial del Perú se produjeron desde la
captura del inca Atahualpa en la emboscada de Cajamarca, el 16 de noviembre de 1532, y que
llevó a la conquista del Imperio inca por parte de Francisco Pizarro. Algunos pretendidos
sucesores de los incas trataron en varias ocasiones de retomar el país, reconquistar su imperio
e instalar de nuevo su gobierno. Unos intentos ocurrieron inmediatamente; otros, más tarde,
en los siglos XVII y XVIII. Desde 1536 hasta 1572, tuvo lugar la resistencia de los incas de
Vilcabamba; acción que había comenzado con la huida de Manco Inca de Cuzco y que terminó
con la ejecución de Túpac Amaru I.
Revolución de Túpac Amaru II
Posteriormente, en relación con las reformas borbónicas, se produjeron la rebelión de Túpac
Amaru II y la de Túpac Catari en el Alto Perú. Entre la revuelta de José Gabriel Condorcanqui y
la llegada del general José de San Martín al Perú, tuvieron lugar otras revueltas como las de
Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui, Francisco de Zela, la conspiración del Cuzco de José
Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde. En él siglo XVIII, se llevaron a cabo rebeliones de la más
diversa índole: Azángaro, Carabaya, Cotabamba y Castrovirreyna.
1. Protestas de Vicente M. Chimo Cápac.
2. Protesta de los caciques de Paita.
3. Rebelión de Cacma Condori y Orco Huaranca.
4. Juan Vélez de Córdova.
5. Juan Santos Atahualpa
6. Revolución de Huarochirí.
7. Movimiento de Quito.
8. Movimiento de Sicasica.
9. Movimiento de Pacajes.
10. Protesta de La Libertad.
11. Respuesta de los indios cusqueños.
12. Movimiento de Huanuco.
13. Movimiento en el Valle Sagrado.
14. Movimiento en las alturas del Valle Sagrado.
15. Movimiento de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, Inca Rey del Perú
Rebeliones en la independencia hispanoamericana
Guerra de independencia: territorios realistas en rojo y territorios independientes en azul.
Tres siglos después, además de las revueltas locales anteriores, se sucedieron otros hechos
fuera del Perú que tuvieron influencia en las ideas independentistas, tales como la
independencia de Estados Unidos en 1776 y la Revolución francesa de 1789; sin embargo el
principal detonante de la emancipación fue la invasión napoleónica a España en 1808. Desde
entonces, los patriotas, denominados así por sus ideas liberales, recurrieron a las armas con el
objeto de lograr la independencia de España.
Tacna y las expediciones rioplatenses al Alto Perú
Primera revuelta de Tacna de 1811
Los patriotas peruanos, conocedores del avance de los ejércitos argentinos en el Alto Perú
(actual Bolivia), organizaron en Tacna un movimiento libertario contra el virrey José Fernando
de Abascal y Sousa. El 20 de junio de 1811 (día de la batalla de Guaqui, en donde las tropas
realistas al mando del General José Manuel de Goyeneche vencieron a los independentistas
rioplatenses), los patriotas, dirigidos por Francisco Antonio de Zela, asaltaron los dos cuarteles
militares realistas de Tacna, proclamando a Zela comandante militar de la plaza, a Rabino
Gabino Barrios como coronel de milicias de infantería y al curaca Toribio Ara como
comandante de la división de caballería. El día 25 de junio se supo en Tacna de la derrota de
los patriotas argentinos en la batalla de Guaqui. Aprovechando el desconcierto provocado por
la noticia, los realistas desmontaron el movimiento y tomaron preso a Francisco Antonio de
Zela, a quien llevaron a Lima donde fue condenado a cadena perpetua en la cárcel de Chagres,
Panamá, donde falleció el 28 de julio de 1821, a los 50 años de edad.
Segunda revuelta de Tacna de 1813
El general argentino Manuel Belgrano reorganizó sus tropas derrotadas por Goyeneche y los
realistas del Virreinato del Perú en la batalla de Guaqui en la actual Bolivia. El 14 de
septiembre de 1812, se enfrentó a las tropas comandadas por el general Pío Tristán, las venció
y detuvo el avance del ejército realista sobre Tucumán. Más tarde, obtuvo otra victoria en la
batalla de Salta, por lo que Pío Tristán, capituló el 20 de febrero de 1813, con lo cual el Ejército
argentino volvió a emprender otra ofensiva y ocupó nuevamente el Alto Perú. El general
español Joaquín de la Pezuela, que había reemplazado a Goyeneche en La Paz por disposición
del virrey del Perú Abascal, reorganizó el Ejército Real del Perú y derrotó al argentino Manuel
Belgrano en la batalla de Vilcapugio el 1 de octubre de 1813 y seguidamente en la batalla de
Ayohuma, el 14 de noviembre de 1813.
El tacneño Juan Francisco Pallardelli fue emisario de Belgrano en las coordinaciones que el
general argentino pretendió establecer en Perú. Junto a Juan Francisco Pallardelli, su hermano
Enrique Pallardelli conspiraba en Tacna y Enrique Peñaranda lo hacía en Tarapacá. Enrique
recibió sus instrucciones de Belgrano en Puno. El plan consistía en concertar el alzamiento de
todo el sur del Perú. Bajo el liderazgo de Enrique Pallardelli, los patriotas tacneños, el 3 de
octubre de 1813, se apoderaron de los cuarteles tacneños y apresaron al gobernador realista
de la provincia.
El intendente de Arequipa, José Gabriel Moscoso, enterado de los acontecimientos, envió una
milicia realista al mando de José Gabriel de Santiago. Se produjo el combate de Camiara, el 13
de octubre, donde fueron derrotados los patriotas de Pallardelli que se replegaron a Tacna. A
los pocos días se supo de la derrota de Belgrano y los patriotas se volvieron a dispersar.
Enrique Pallardelli y unos cuantos seguidores huyeron hacia el Alto Perú, el 3 de noviembre de
1813, mientras que Tacna fue retomada por los realistas.
Rebelión de Huánuco de 1812
La rebelión indígena de Huánuco del 22 de febrero de 1812 se dirigió contra el régimen
colonial. Las tropas del virrey se organizaron en Cerro de Pasco y se dirigieron a Huánuco,
donde se produjo la batalla de Ambo el 5 de marzo de 1812. El intendente de Tarma José
González Prada reconquistó Ambo el 10 de marzo con un contingente colonial. Los rebeldes
abandonaron Ambo y Huánuco; los realistas entraron a ambas ciudades el 19 de marzo de
1812. González Prada salió de la ciudad en persecución de los insurrectos, que contaban con
2.000 hombres. Los indígenas se dispersaron y los cabecillas fueron capturados por González
Prada, entre ellos, a Juan José Crespo y Castillo, al curaca Norberto Haro y al alcalde pedáneo
de Huamalíes, José Rodríguez, quienes fueron enjuiciados sumariamente y ejecutados con
garrote vil. A otros sublevados se les desterró y muchos fueron puestos en prisión.
Rebelión del Cuzco de 1814
En 1814, se produjo la Rebelión del Cuzco que abarcó el sur del virreinato del Perú. La rebelión
de 1814 se inició con la confrontación política entre el Cabildo Constitucional y la Real
Audiencia del Cuzco: el primero era percibido como pro americano y el segundo como pro
peninsular. A raíz de este enfrentamiento, fueron encarcelados los hermanos Angulo a fines de
1813. Para agosto de 1814, los hermanos Angulo y otros criollos escaparon y tomaron el
control de la ciudad del Cuzco. En esos momentos, ya se habían aliado con el brigadier y
cacique de Chincheros Mateo Pumacahua. Este último personaje fue uno de los grandes
defensores de la monarquía española durante la rebelión de Túpac Amaru II y comandante de
los indígenas realistas en la batalla de Guaqui; sin embargo, había cambiado su postura
beligerante movido por imposición del virrey Abascal de no garantizar el cumplimiento de la
Constitución de Cádiz de 1812 en el virreinato del Perú.
Los hermanos Angulo y Pumacahua organizaron un ejército divido en tres secciones: la primera
de ellas fue enviada al Alto Perú, al mando de León Pinelo y del cura argentino Ildefonso
Muñecas. Estas fuerzas rodearon La Paz con 500 fusileros y 20.000 indios armados con piedras
y hondas, el 14 de septiembre de 1814. El 24 del mismo mes, tomaron la ciudad. Los realistas
fueron confinados en sus cuarteles, pero estos aprovecharon la situación para hacer volar el
polvorín; enfurecidos, los insurgentes paceños les dieron muerte. Para reconquistar La Paz,
marchó desde Oruro un regimiento realista de milicianos cuzqueños, con 1.500 fusileros al
mando del general español Juan Ramírez. Se enfrentaron en las afueras de La Paz, el 1 de
noviembre de 1814, y los insurgentes resultaron derrotados. Pinelo y Muñecas ordenaron
replegarse y una parte de la tropa quedó dispersa en la región en forma de guerrillas.
La segunda sección patriota se instaló en Huamanga, bajo el mando del argentino Manuel
Hurtado de Mendoza y tenía por lugartenientes al clérigo José Gabriel Béjar y a Mariano
Angulo. Hurtado de Mendoza ordenó marchar a Huancayo, ciudad que tomaron
pacíficamente. Para enfrentarlos el virrey Abascal envió desde Lima al regimiento español
Talavera, bajo el mando del coronel Vicente González. Se produce la batalla de Huanta, el 30
de septiembre de 1814, las acciones duraron tres días, luego de los cuales los patriotas
abandonaron Huamanga. Se reorganizaron en Andahuaylas y volvieron a enfrentarse a los
realistas el 27 de enero de 1815, en Matará, donde fueron nuevamente derrotados. Los
patriotas volvieron a reorganizarse gracias a las guerrillas formadas en la provincia de Cangallo.
Entre tanto, el argentino Hurtado de Mendoza conformó una fuerza con 800 fusileros, 18
cañones, 2 culebrinas (fundidas y fabricadas en Abancay) y 500 indios. Estas fuerzas estuvieron
bajo el mando de José Manuel Romano, apodado “Pucatoro” (toro rojo). Debido a la traición
de José Manuel Romano sobre Hurtado de Mendoza, a quien dio muerte y rindió a los
realistas, los patriotas se dispersaron y los cabecillas de la revuelta fueron capturados. Las
traiciones fueron un hecho común en la rebeliones independentistas de toda América. Las
biografías de los actores sociales muestran que los cambios de bandos no eran extraños. En el
caso de los líderes locales, sus filiaciones políticas estaban vinculadas a los conflictos locales
que se expresaban en una mayor dimensión. Los hermanos Angulo, Béjar, Paz, González y
otros sublevados fueron capturados, llevados al Cuzco y ejecutados públicamente el 29 de
marzo de 1815. La Corona tenía la política del escarmiento público como un mecanismo para
intimidar a la población y evitar futuros alzamientos.
El tercer agrupamiento patriota hizo su campaña en Arequipa y Puno, al mando del antiguo
brigadier realista Mateo Pumacahua, y contaba con 500 fusileros, un regimiento de caballería y
5.000 indios. Pumacahua, como curaca de Chinchero, tenía un gran dominio y liderazgo entre
la población indígena. Al Cuzco fueron enviados los hermanos José y Vicente Angulo, con algún
resguardo de indios y negros leales. El control del Cuzco era fundamental por motivos
ideológicos y de logística. Por múltiples motivos, Cuzco tenía una fuerte influencia sobre el Alto
Perú; y, a su vez, el Alto Perú mantenía un vínculo colonial administrativo con la ciudad de
Buenos Aires, uno de los grandes centros revolucionarios de los años 1810 en Sudamérica.
Mateo Pumacahua, se enfrentó exitosamente a los realistas en la Batalla de la Apacheta, el 9
de noviembre de 1814. Tomaron prisioneros al intendente de Arequipa Moscoso y al mariscal
realista Francisco Picoaga, antiguo compañero de armas de la batalla de Guaqui. Los patriotas
ingresaron a Arequipa. Por presión de las tropas patriotas, el cabildo de Arequipa reconoció a
la Junta Gubernativa del Cuzco, el 24 de noviembre de 1814. Pumacahua, enterado de la
aproximación de tropas realistas, abandonó Arequipa. El cabildo abierto de Arequipa se volvió
a reunir y se apresuró a acordar lealtad al rey, el 30 de noviembre de ese año. Tales cambios
de “lealtad” en los dirigentes locales fueron normales durante toda la guerra, pues se escogía
al sector que era dueño de la plaza fuerte, como una forma de garantizar la seguridad
personal, familiar y de los bienes, no necesariamente por una inclinación ideológica ni menos
una predisposición para la lucha a favor de cualquier bando.
Las tropas realistas al mando de Juan Ramírez ingresaron a Arequipa el 9 de diciembre de
1814. Luego de reponer fuerzas y de reforzar su milicia, el general Ramírez salió de Arequipa
en busca de los patriotas en febrero de 1815. Dejó como gobernador al general Pío Tristán.
Ambos ejércitos, realista y patriota, se desplazaron cautelosos por diversos parajes de los
Andes, buscando un lugar propicio para el enfrentamiento. El 10 de marzo de 1815, se
encontraron en Puno, en la batalla de Umachiri, saliendo vencedores los realistas. El triunfo
realista se debió al correcto equipamiento y mayor disciplina de sus tropas. Hubo más de un
millar de muertos en el curso de la batalla.
Surgimiento de la República Peruana
José de San Martín y la corriente libertadora del sur
José de San Martín
La pacificación interior del virreinato peruano permitió al virrey del Perú la organización de dos
expediciones contra los patriotas de Chile formado por regimientos realistas de Arequipa y
Lima y batallones expedicionarios europeos. En 1814 la primera expedición permitió la
reconquista de Chile en la Batalla de Rancagua. En 1817 tras el triunfo de las armas patriotas
en la Batalla de Chacabuco, otra vez se recurrió al Ejército Real del Perú para salvar la
monarquía, y una segunda expedición parte en 1818, obtuvo una victoria en la Batalla de
Cancha Rayada, pero finalmente fue destruida por José de San Martín en la batalla de Maipú.
Para llevar adelante la independencia del Perú se firmó el 5 de febrero de 1819 un tratado
entre Argentina y Chile[cita requerida]. El General José de San Martín creía que la independencia de
las Provincias Unidas del Río de la Plata no estaría totalmente segura mientras el Perú fuera un
importante bastión de las fuerzas realistas.4 En el año 1820, con la consolidación de la
independencia de Chile, se organiza una fuerza militar anfibia para independizar el Perú. Esta
empresa en un principio sería financiada conjuntamente por los gobiernos de Argentina y de
Chile, pero debido a la situación de anarquía en las provincias rioplatenses, el gobierno de
Buenos Aires se desentiende de los presupuestos, siendo la casi totalidad de los costos
asumidos por el gobierno de Chile dirigido por Bernardo O'Higgins. El gobierno de Chile
determinó que el mando del ejército recaería en José de San Martín y el mando de la escuadra
en el almirante Thomas Alexander Cochrane.
El 21 de agosto de 1820 se embarcó en Valparaíso la Expedición Libertadora del Perú bajo
bandera chilena. Contaba con un ejército de 4.118 efectivos . El 7 de septiembre la Expedición
Libertadora arriba a las aguas del Paracas, en la bahía de Pisco en la actual Región Ica en el
Perú, y el día 8 de septiembre de 1820, desembarca y ocupa Pisco. El 15 de septiembre de
1820, el virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela, proclamó la restauración de la Constitución de
Cádiz de 1812, y envió una carta a San Martín ofreciéndole entrar en negociaciones. El día 15,
San Martín aceptó, y a partir del día 25 de septiembre, los patriotas y realistas se reunieron en
las Conferencias de Miraflores que concluyeron el 4 de octubre sin llegar a ningún acuerdo.
Inicio de la campaña del Perú
Placa referente a la independencia de Huamanga
Bandera del regimiento independiente de Tacna formado por William Miller
El 9 de octubre de 1820 se produce el alzamiento del batallón realista de granaderos de la
reserva del Cuzco que culmina con la proclamación de la independencia de Guayaquil. El 21 de
octubre de 1820 el General José de San Martín crea la bandera del Perú.
Las acciones de guerra de la expedición libertadora comienzan con la Primera campaña de
Arenales a la sierra del Perú, y abarca todas las operaciones militares del general Juan Antonio
Álvarez de Arenales en la sierra entre el 4 de octubre de 1820 que parten de Pisco, hasta el 8
de enero de 1821 cuando se reúnen nuevamente con San Martín en Huaura. Arenales pasó por
la ciudad de Huamanga (Ayacucho) y declaró su independencia el 1 de noviembre de 1820. El 6
de diciembre tuvo lugar la Batalla de Cerro de Pasco, batiendo una división realista enviada por
Pezuela. El 23 de octubre de 1820 la expedición libertadora se reembarca con destino a Ancón
y seguidamente el 9 de noviembre al puerto de Huacho. El marino Cochrane captura en el
Callao la fragata Esmeralda el 9 de noviembre dando un golpe mortal a la marina realista en el
Pacífico. El 2 de diciembre de 1820 el batallón realista Numancia se sublevó pasandose a los
patriotas. El 29 de diciembre de 1820 marqués de Torre Tagle se declara la independencia de
Trujillo. El 4 de enero de 1821 se reunió el cabildo de Piura siguiendo el ejemplo de la
intendencia de Trujillo. El 8 de enero de 1821 la columna de Álvarez de Arenales regresa de su
incursión en la sierra central se reincorporó al Expedición Libertadora en la costa.
El 29 de enero de 1821 los jefes españoles dan un ultimatúm al virrey Pezuela para que
abandone el mando del virreinato peruano que recae en el general José de la Serna. En marzo
de 1821 se produce la incursión de Miller y Cochrane sobre los puertos de Tacna y Arica. El 5
de junio de 1821, el nuevo virrey del Perú anunció a los limeños que abandonaba Lima y
ordenaba una fuerza resistir en el Primer sitio del Callao, al amparo de la Fortaleza del Real
Felipe. El ejército realista al mando del general Cantérac deja Lima, rumbo a la sierra, el 25 de
junio de 1821. Álvarez de Arenales fue enviado en misión de observar el repliegue de los
realistas a la sierra sin empeñar su ejército en una batalla frontal por orden de San Martín. Dos
días después entraba en Lima el grueso del ejército patriota. Bajo el temor al pillaje o
rebeliones se solicitó a José de San Martín a ingresar en la ciudad.
Acta y proclamación de la independencia del Perú
Proclamación de la Independencia del Perú.
En Lima, el general José de San Martín invitó al Cabildo y población de Lima a jurar la
Independencia. La firma del Acta de Independencia del Perú tuvo lugar el 15 de julio de 1821.
Manuel Pérez de Tudela, letrado arequipeño, más tarde Ministro de Relaciones Exteriores,
redactó el Acta de la Independencia©. El almirante Cochrane fue recibido en Lima el 17 de
julio. El sábado 28 de julio de 1821, en una ceremonia pública muy solemne, José de San
Martín, enunció la célebre proclamación de la Independencia del Perú. Primero lo dijo en la
Plaza Mayor de Lima, después en la plazuela de La Merced y, luego, frente al Convento de los
Descalzos. Según testigos de la época, a la Plaza Mayor asistieron más de 16.000 personas[cita
requerida]. El libertador con una bandera peruana en la mano, exclamó:
DESDE ESTE MOMENTO EL PERÚ ES LIBRE E INDEPENDIENTE POR LA VOLUNTAD GENERAL DE
LOS PUEBLOS Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE. ¡VIVA LA PATRIA!, ¡VIVA
LA LIBERTAD!, ¡VIVA LA INDEPENDENCIA!.
José de San Martín. Lima, 28 de julio de 1821
Top Related