CONTENIDO
“Se va la vida, compañera...”
Las empresas y su obtener Recursos De los Otros (RDO).
Los trabajadores y el petróleo.
“Sitlalmina” de Natalio Hernández.
Origen del Día Internacional de La Mu-jer Trabajadora.
No. 1 Año 2 Marzo 2015
“Se va la vida, compañera”
T odos los días vemos mujeres que apuradas o
tranquilas van y vienen en medio de labores de
todo tipo: desde sus trabajos en tiendas departamen-
tales, locales comerciales, oficinas, servicios públicos,
empresas de ventas y fábricas, hasta las tortillerías,
los mercados, los pequeños negocios y el ambulanta-
je en calles y cruceros. ¿Quiénes son? ¿Dónde viven?
¿Tienen hijos, familia? ¿Por qué y para qué trabajan?
¿Estudian o estudiaron? ¿Qué sueñan? ¿Qué pien-
san? ¿Qué quieren?
En México, y en Michoacán en particular, miles de
mujeres sobrevivimos en condiciones de pobreza y
violencia cotidiana tanto en nuestros hogares, como
en las calles, los transportes públicos, las escuelas y
nuestros espacios de trabajo. El acoso sexual es el
engusanado pan de todos nuestros días y noches.
Los bajos salarios, la violación constante de nuestros
derechos laborales y sociales (ausencia de contrato,
seguridad social, acceso a la salud, días de descanso
pagados, vacaciones), así como la obediencia a pa-
trones despóticos y abusadores, impiden que la ma-
yoría de las mujeres tomemos conciencia de nuestra
condición y exijamos respeto a nuestra dignidad hu-
mana.
El 8 de marzo es considerado mundialmente como
“el día de la mujer”. ¿Pero de cuál mujer? Ese día, las
millones de trabajadoras de nuestro país y del mun-
do no tenemos más que la misma friega de todos los
días: ser esposas, madres, hijas, hermanas, abuelas al
servicio de los varones; ser trabajadoras explotadas
en beneficio del enriquecimiento de los patrones. En
cambio, ese mismo día, las esposas de los políticos y
los empresarios, las funcionarias de los gobiernos,
salen en la televisión, dan entrevistas en los progra-
mas de radio y los periódicos, hacen declaraciones
públicas y discursos supuestamente reivindicando a
todas las mujeres, dizque defendiendo nuestros de-
rechos y exigiendo igualdad y justicia para nosotras.
¿Pero en verdad es así? ¿Acaso con eso basta? ¿Y al
día siguiente qué? ¿Hay que esperar hasta el 10 de
mayo para que se acuerden otra vez de nosotras, sea
que seamos madres o… “mamacitas”-como algunos
patanes exclaman?
¡No! ¡¡¡No, no, no y otra vez NO!!! La violencia, el
acoso sexual, la explotación, la injusticia, las burlas y
maltratos son de todos los días. Entonces todos los
días son el día de la mujer, pero no de cualquier mu-
jer, no de esa que está ahí bien bonita en su casota, en
su gimnasio privado y en el spa cuidando su piel y su
cabello para disfrute de su dueño-marido-novio acau-
dalado… Todos los días con sus noches deben ser
nuestros, de las mujeres que trabajamos y luchamos
por el respeto a nuestros derechos y nuestra vida. Pe-
ro no podemos solas: debemos juntarnos, platicar en-
tre nosotras, apoyarnos, organizarnos, luchar unidas.
Abramos los ojos y los brazos, mirémonos las manos
y los cabellos, reconozcámonos entre nosotras como
mujeres trabajado-
ras que somos. Ese
es el único camino
posible para vencer
el miedo, para que
la vida no sea como
una prisión, para
que no se nos vaya
“como la mugre en
el lavadero”.
Contáctanos.
Envía tus dudas, quejas, historias y denuncias.
MIR Jóvenes
@mirmexico
SITLALMINA Natalio Hernández
Bajó de la montaña altiva, sere-
na,
con paso firme y seguro;
sus cabellos semejaban
a los cabellos de Xilonen
la diosa joven del maíz.
Su piel morena
reflejaba el color de nuestra ma-
dre tierra;
sus manos, sin dejar de ser be-
llas,
denotaban trabajo, fuerza y mo-
vimiento.
Sí, era ella, Sitlalmina,
la flechadora de estrellas,
la mujer del Anáhuac,
bajaba de la montaña
decidida a luchar en defensa de
su pueblo.
Su presencia,
denotaba respeto y admiración;
su voz y su palabra
contenían la sabiduría ancestral
de sus abuelos.
Manifestaba con optimismo,
pasión y convicción
que era posible recuperar la
grandeza del Anáhuac
como lo hicieron hace muchos
años
sus abuelos y sus mayores.
Los hombres del Anáhuac, por
su parte,
poco a poco fueron creyendo en
el mensaje
y en la lucha de Sitlalmina,
para ellos, era como despertar de
un profundo sueño;
sueño que con el tiempo se iba
convirtiendo en realidad.
Desde entonces,
todo el pueblo empezó a cambiar
de actitudes
todos los hombres empezaron a
trabajar
pensando con optimismo en el
mañana;
trabajaron pensando en sus
hijos
y en los hijos de sus hijos.
Enseñaron a los niños a usar
sus manos
para cultivar la tierra,
nuevamente les enseñaron a
amar la naturaleza
y a sembrar árboles
para curar a nuestra madre
tierra
de las grandes devastaciones
que había sufrido en los últimos
años.
Todos los estudiantes del gran
Calmecac
abandonaron sus aulas,
salieron a contemplar lo que
sucedía
fuera de los grandes edificios;
y encontraron a todos los hom-
bres del pueblo
construyendo el tiempo nuevo
entre flores y cantos.
Conmovidos por la emoción
la alegría y la fuerza que irra-
diaban
los corazones de los hombres del
pueblo;
niños y jóvenes de todos los
Calmecac y Telpochcali
se sumaron a la construcción
del tiempo nuevo para el hom-
bre nuevo;
su trabajo y su canto
fue trascendiendo poco a poco
hacia todos los rumbos del Se-
manahuac.
Origen del Día Internacional de La Mujer Tra-
bajadora
E l día internacional de la mujer tiene su origen a
principios del Siglo XX con la lucha de las mujeres
por igualdad de derechos. Desde sus inicios siempre
tuvo un marcado carácter de clase y socialista. La prime-
ra celebración de esta fecha fue llevada a cabo en Esta-
dos Unidos en 1908, como una jornada internacionalista
de lucha obrera. En 1909 se declaró la huelga general de
mujeres obreras de la industria textil en la que treinta
mil obreras en los Estados Unidos fueron a la huelga en
lucha por mejores condiciones de trabajo. En 1910, una
conferencia internacional de mujeres socialistas decidió
la declaración del día internacional de la mujer trabaja-
dora. En la conferencia estaban representadas organiza-
ciones de mujeres socialistas de diecisiete países. La pri-
mera celebración internacional se produjo en 1911. Más
de un millón de obreras y obreros participaron en actos
públicos exigiendo el derecho de voto a la mujer, el de-
recho al trabajo y el fin de la discriminación en el em-
pleo. Así la lucha por la emancipación de la mujer nacía
como parte del movimiento socialista internacional. Una
semana después, más de ciento cuarenta mujeres traba-
jadoras del textil morían en el Incendio del Triángulo en
Nueva York, sin poder escapar de su lugar de trabajo. El
respeto a la memoria
de esas trabajadoras
se incorporó al Día
Internacional de la
Mujer Trabajadora.
Uno de los 8 de marzo
con más trascendencia
fue el de 1917 en Pe-
trogrado, cuando la
celebración del día
internacional de las
obreras se convirtió en
la chispa que hizo
estallar la revolución
de Febrero y el derro-
camiento de la auto-
Las empresas y su obtener Recursos De los Otros (RDO)
A ctualmente entrar al mundo del trabajo resul-
ta ser una laboriosa labor ya en sí misma. Y,
por si esa labor de dejar CV por toda la ciudad, sus
alrededores y otros estados fuera poco, una vez que
se entra a ese mundo (sabemos que eso sólo sucede
hasta después de una larga, angustiosa y costosa
espera), las condiciones que en él encontramos no
son las más favorables para nosotros, sino todo lo
contrario: encontramos explotación con largas jor-
nadas de trabajo, bajos salarios, incluso, muchas
empresas ya ni siquiera son capaces de brindarnos
un contrato laboral.
Pensemos que ya pasamos por todo ese proceso de
búsqueda de trabajo y estamos dentro de una de
esas empresas que abundan hoy en día en la ciudad
de Morelia. ¿Qué nos dicen éstas?
Primero, podemos apreciar que ya no se trata de las
fábricas abarrotadas de obreros produciendo obje-
tos, formas materiales y visibles, sino de empresas
atiborradas de personas dedicándose a… ¿a qué se
dedican?, ¿qué hacen en esas largas jornadas, en
esos pequeños espacios acondicionados que se ha-
cen llamar “empresas”?, ¿qué se produce?, ¿a quié-
nes beneficia lo que se realiza en esas empresas?...
¿a nosotros los trabajadores?
Después, las empresas tienen sus formas propias de
hacerse ricas, de crecer y explotar lo que encuentran
a su paso (para luego irse y explotar otros sitios y
personas y, entonces, dejarnos desempleados a mu-
chos). Hay una regla que ya sea explícita o implíci-
tamente se aplica en su trabajo diario. Se trata de
algo que llaman obtener Recursos De los Otros
(RDO) para agrandar sus carteras.
Expliquémosla un poco. Dentro de una de las jun-
tas que tienen los empleados de la empresa –esas en
las que se les motiva (en términos coloquiales: les
“lavan el coco”) para que sigan siendo explotados
sin pizca de humanidad pero con una sonrisa en la
cara y con esa esperanza torpe de que algún día lle-
garán a estar en la posición del “jefe” o “patrón” si
trabajan duro, se comprometen y se “ponen la ca-
miseta de la empresa” como diciendo “tú y yo so-
mos uno mismo”, enamorándose con la empresa,
claro–, el jefe también brinda, con todo cinismo pe-
ro con bonitas palabras llenas de convencimiento,
un discurso en el que enseña que para llegar a ser
grandes empre-
sarios y poder
ocupar un lu-
gar como el
que él tiene es
necesario ex-
plotar a los
otros, sacar to-
do lo que se
pueda de los
otros, por ejemplo: convencerlos de que lo que ellos
hacen como empresa es lo mejor, de que su produc-
to es el mejor sin importar nada más, de que si
quieren tener la casa en Tres Marías como la que él
tiene y el automóvil en el que él se desplaza con sus
caros trajes es necesario que obtengan Recursos De
los Otros, es decir, que los exploten.
Tenemos que hacer un importante paréntesis ahora
que mencionamos el tema del “patrón” o “jefe”,
para decir que ellos no son sino un eslabón más en
la cadena de explotación del capitalismo, por lo que
también ellos son explotados, sólo que de formas
distintas a nosotros.
Sabemos pues que ese RDO no es un “quita y pon”,
sino un “quita, quita, quita y pon una cara bonita y
sonriente con la falsa promesa de que algún día
vendrá ese poner”. Porque seamos sinceros, ¿acaso
estas empresas retribuyen a la sociedad a la que
explotan todo eso que le quitan?
Antes de terminar, se vale que nos preguntemos:
¿acaso podemos hacer algo ante el capitalismo dis-
frazado de esos grandes o pequeños empresarios
que llegan a nuestra ciudad con “oportunidades de
empleo”, oportunidades que no son más que pasa-
jeras en lo que logran sacar todos los recursos que
pueden de nosotros y de nuestra tierra? ¿Podemos
de verdad actuar si parecen ser nuestra única op-
ción? Y, entonces, ¿es verdaderamente nuestra úni-
ca opción el sobrevivir con lo mínimo, de forma tan
miserable? ¿Dónde está la clave para lograr ese
cambio que tantos políticos nos recuerdan y prome-
ten cuando las elecciones se acercan y quieren que
votemos por ellos?
Evidentemente la solución no la tenemos nosotros
en las manos, pero sí en las voces y palabras de to-
dos esos trabajadores que como nosotros también
están siendo explotados no sólo 5, ni 6 días a la se-
mana, sino 7, con salarios que no alcanzan ni siquie-
ra para las necesidades básicas como el alimento y la
vivienda, y ya ni hablar del tiempo libre. La organi-
zación de nosotros como trabajadores explotados es
necesaria en este momento que atraviesa la historia
y el país, donde nuestros derechos son extermina-
dos por los grandes capitalistas que están detrás de
políticos y empresas que sólo se interesan por sus
propios bolsillos.
En nuestras voces está la transformación y no en las
de los políticos que vienen a tomar el poder.
¡Comencemos a tomar la palabra, compañeros traba-
jadores!
Los trabajadores y el petróleo
E l 18 de marzo se conmemora…bueno, se con-
memoraría el 77 aniversario de la expropia-
ción petrolera, pero hasta el calendario de mi celu-
lar que siempre me indica los eventos más impor-
tantes del país, lo ha dejado de incluir. Y nos pre-
guntaremos ¿qué tiene que ver con nosotros los
jóvenes y/o trabajadores todo esto de la reforma
energética?
Bueno, tiene que ver mucho. Mencionaremos unos
ejemplos concretos que nos muestran cómo esto de
la reforma energética afecta a nuestra vida cotidia-
na más de lo que a simple vista se pueda apreciar.
En la actualidad el gobierno mexicano extrae por
un costo de 10 dólares un barril de petróleo, y este
barril se vende a 100 dólares, es decir, la ganancia
por cada barril de petróleo es de 90 dólares para el
gobierno y ¿por qué no decirlo?, para todo el pue-
blo mexicano, ya que recordemos que Pemex es de
todos los mexicanos.
Mucha gente se pregunta, incluso puedes ser tu
uno de los que válidamente se cuestionen, ¿el pe-
tróleo es de los mexicanos? Pues yo no tengo ni un
peso de esas ganancias. Probablemente monetaria-
mente este beneficio no se perciba, pero si te digo
que el 40% del presupuesto nacional viene del pe-
tróleo, entonces la situación es diferente.
Así es, de cada cien pesos que tiene el gobierno pa-
ra invertir en tu educación o en la de tus hijos, en
tu salud y en la generación de empleos, cuarenta
pesos vienen de las ganancias del petróleo. Y con
eso vemos que, efectivamente, el petróleo es de los
mexicanos y que sus ganancias sí nos benefician, a
pesar de toda la corrupción que sin duda alguna
permea en Pemex.
Con la reforma energética, el gobierno lo que pre-
tende es darle esas ganancias a las empresas priva-
das, y entonces ¿cómo recuperará el gobierno esos
cuarenta pesos que le van a hacer falta? La res-
puesta es muy fácil y
difícil de digerir: con
más impuestos. Sí, im-
puestos a los libros, a los
medicamentos, al trans-
porte, a la alimentación
y a la educación. La ga-
solina va seguir subien-
do y como seguramente
usted lo sabe, si sube la
gasolina, va subir todo.
En resumen, ese 40% del
presupuesto nacional que va hacer falta, lo vas a
poner tú. Y la corrupción que hay en Pemex, la re-
forma energética la va a dejar intacta.
Y bueno, seguramente te surgirá otra pregunta, ¿y
yo qué puedo hacer?, puedes hacer mucho, puedes
compartir esta sencilla información, puedes de esta
manera combatir todo lo que se dice en la televi-
sión y que seguramente ya te tienen hasta el can-
sancio sobre los “supuestos” beneficios del petró-
leo.
Es importante que divulguemos la información
que la televisión nos oculta, sobre las mentiras que
nos dicen sobre Pemex. No olvidemos que alguna
vez teléfonos mexicanos, es decir Telmex, nos per-
teneció a los mexicanos y el gobierno del PRI con
las mismas mentiras que ahora pretende conven-
cernos que lo mejor para los mexicanos es vender
Pemex, lo hizo con Telmex, y ¿cuáles fueron los
resultados? La empresa de Carlos Slim aporta un
0% del presupuesto nacional, ni siquiera paga im-
puestos y la cereza en el pastel es que la tarifa que
maneja Telmex en telefonía celular está entre las
tres más caras del mundo. Y todo eso gracias a la
privatización que fomentó el PRI. No dejemos que
pase lo mismo con el petróleo, infórmate y organí-
zate.