Fundamento.
La transmisión hidrostática es un sistema que permite el posicionamiento independiente de cada rueda para que cada una de ellas
esté siempre en contacto con el suelo, con independencia de los obstáculos que la máquina que lo monta se encuentre, y que
además cada una de ellas pueda ser motriz.
Transmisión Hidrostática: 6. Palanca que revierte el movimiento del flujo - 5. Motor convencional - 4. Circuito de ida en marcha adelante vuelta en marcha atrás - 3. Circuito de vuelta en marcha adelante, ida en marcha atrás - 2. Motores hidráulicos de las ruedas - 1. Bomba hidráulica. Gráfico: Citröen
Está constituida por un sistema hidráulico que consiste, a su vez, en un circuito cerrado por el que circula el líquido hidráulico,
una bomba hidráulica que transforma la energía del motor del tractor en energía hidráulica; es decir, el movimiento circular del
cigüeñal en presión sobre el líquido hidráulico del circuito, que hace que este circule por él con un caudal determinado; un
distribuidor de presión; que controla la presión para cada ramal del circuito; y un motor hidráulico para cada una de las ruedas
que convierte el movimiento lineal del líquido circulante -el caudal- en movimiento angular que se transmite a las ruedas.
Esta forma de transmitir la energía del motor a cada rueda, hace que se pueda prescindir del eje. Así, cada rueda se une al chasis
directamente o mediante un brazo, más o menos largo, que se inserta al chasis por uno de los extremos, que a su vez sirve de
articulación, y a la rueda por el otro. Por un punto cercano a la rueda se sitúa la suspensión, si es que la lleva.
Dibujo: V.M.B.P.
En rojo, brazo que une la rueda (gris) con el vehículo a través del eje (amarillo) y que es
accionado mediante el émbolo hidráulico (azul). Las flechas indican el giro que induce el émbolo
alrededor del eje.
En el caso de los tractores forestales que montan transmisión hidrostática, el brazo es basculante mediante la inclusión de
émbolos hidráulicos en un punto cercano a la rueda. Al dar o quitar presión al émbolo, éste se estira o recoge y el brazo bascula
por el eje de inserción al chasis.
En el caso de la retroaraña, el brazo, de mayor longitud, es controlado mediante émbolos que, en este caso, se sitúan cerca del
chasis en vez de cerca de la rueda (foto 5).
Con el sistema resultante de la combinación de ambos elementos -transmisión hidrostática y émbolos- cada rueda puede realizar
un basculamiento de forma independiente, por lo que cada una de ellas puede alcanzar una altura distinta, pudiéndose adaptar a
las características del terreno, con lo que se consigue una nivelación completa del chasis.
De esta forma, las posibilidades son muchas y muy variadas: las ruedas de un lado se recogen hacia el chasis y las del otro se
alejan de este para mantener el vehículo horizontal en curva de nivel -mejora la estabilidad transversal- (foto 1), las de delante se
estiran, las de detrás se recogen o al revés, para mantener el vehículo nivelado en línea de máxima pendiente -mejora la
estabilidad longitudinal- (foto 2), todas se levantan para salvar obstáculos (foto 3), cada una de las ruedas adopta una postura
para adaptarse a terrenos bacheados, rocosos, con muchos tocones (foto 4), etc... Todas las ruedas estarían en contacto con el
suelo y la cabina estaría nivelada, mejorando la estabilidad y la comodidad del operario...
Por Víctor M. Bajo Pérez
Fotos: 1,2, 3 y 4: CAT, 2 bis y 5: Menzi Muck