Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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LOS FRAUDES CIENTIFICOS
Pablo C. Schulz1 e Issa Katime2
1) Departamento de Qumica, Universidad Nacional del Sur, Baha Blanca, Argentina. Correo electrnico: [email protected] 2) Grupo de Nuevos Materiales. Departamento de Qumica Fsica. Facultad de Ciencias. Campus de Lejona. Universidad del Pas Vasco. Vizcaya. Espaa. Correo electrnico: [email protected]
In Memorian a Joseba Pagazaurtundua
INTRODUCCION
En ocasiones, diversos investigadores recurren a la distorsin de sus resultados, debida
a la presin por destacar en el medio cientfico. Pero esta motivacin no es necesariamente la
nica para producir distorsiones en la ciencia, como se ver en el desarrollo de este estudio.
Esto ha ocurrido en todos los tiempos, pero se ha intensificado con el aumento de la
importancia de la ciencia en la sociedad. Surge una pregunta: Qu tan extendida se ha vuelto
est prctica en nuestros das? (1).
Para el gran pblico resulta casi imposible poner en duda la rectitud del cientfico. La
ciencia representa la imagen propia del rigor y la objetividad. Por esta razn, los medios de
comunicacin social presentan muy a menudo las opiniones de los cientficos sobre tal o cual
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tema de actualidad (problemas sociales, problemas energticos, catstrofes diversas) como
argumentos indiscutibles, y hasta como argumentos de autoridad. La idea de deshonestidad
en ciencia es repugnante. Es un artculo de fe entre los cientficos tomar como garantizada
la integridad de sus colegas. Uno puede pensar que son locos, obtusos, simples, idiotas o
alucinados, pero nunca piensa que falten a la verdad en forma consciente.
La ciencia constituye un sistema cuyo objetivo es la comprensin de la naturaleza y
cuyo producto es el conocimiento. Este resultado de la actividad cientfica difiere de otras
formas de conocimiento en tres propiedades bien definidas: 1) no es absoluto, como son los
dogmas religiosos o los decretos reales, sino que ms bien es tentativo y perfectible; 2) est
basado en el estudio de la naturaleza, en lugar de ser producto del mero raciocinio o de la
obediencia a reglas generales arbitrarias; 3) permite hacer predicciones sobre acontecimientos
futuros, que si se confirman lo refuerzan y si fracasan lo ponen en duda (2). El conocimiento
producido por la ciencia no es ni completo ni permanente. Al contrario, se trata de una serie
de hechos, leyes y teoras que cubren segmentos restringidos de la realidad (los que han sido
accesibles a la metodologa y a los conceptos de cada poca) y que, adems, se han ido
modificando de manera ms o menos radical a travs de los tiempos. Sin embargo, toda la
majestuosa estructura de las ciencias se basa en un postulado: los cientficos dicen
solamente la verdad, tal como ellos la entienden. En otras palabras, los cientficos, cuando
hablan o escriben de sus experiencias cientficas, no dicen mentiras (2).
Conviene distinguir entre la mentira y el error. Errores cometen todos los hombres y
mujeres de la ciencia, humanum sum1. Los investigadores tienen conciencia de que el
conocimiento generado por su trabajo es probabilstico e incompleto, pero cuando lo
proponen estn convencidos de que, por el momento, es lo mejor que existe. La mentira es
otra cosa: es una afirmacin cuya falsedad le consta a quien la formula, sea porque la
invent o porque tiene pruebas de que no es cierta. El mentiroso sabe perfectamente bien
que lo que dice no es cierto, pero de todos modos lo dice, seguro de que los dems le van a
creer. Y por lo menos por un tiempo, que va de algunos das a milenios, se le cree.
El quehacer cientfico es arduo pero altamente gratificante y slo debe ejercerlo quien
encuentra ah su verdadera vocacin y sus razones para vivir. Ser investigador no consiste en
una elegante investidura para deslumbrar a la sociedad; es por el contrario, una actitud interna
de creatividad, honestidad y humildad. Es, parafraseando a Scrates, saber que poco o nada se
sabe (3).
1 ) Humanos somos.
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La ciencia est orientada a descifrar los misterios del Universo. La investigacin
cientfica y su instrumento, el mtodo cientfico, son los medios de que se vale la ciencia para
descubrir, paso a paso, la verdad de los fenmenos naturales. El cientfico, manipulador de
estos instrumentos, trabaja inmerso en un ambiente de imparcialidad, observando reglas
precisas, analizando datos, planteando hiptesis y estableciendo leyes generales. La ciencia
encuentra sus cimientos en una plataforma de objetividad para el anlisis y la interpretacin
del Universo, declara Jaques Monod (4). Por lo tanto, si el cientfico busca la verdad, resulta
paradjico suponer siquiera que en el mbito de su labor existiera un intento de falsearla.
Inventar una "verdad" que a priori se sabe que es falsa sera tanto como traicionarse a s
mismo. Sera, en otras palabras, una forma de pretender buscar la explicacin de los
fenmenos naturales por la va de la mentira.
Parecera entonces que un cientfico jams podra mentir. Es entendible y previsible
que se equivoque; o humanamente explicable que su interpretacin de los fenmenos sea
incorrecta o incompleta: es parte de la falibilidad del proceso. Pero, ser posible que en
forma deliberada se fabrique un experimento, se omitan datos relevantes o se plagien otros
para mrito propio? Un anlisis bibliogrfico e histrico pone de manifiesto que en el
quehacer cientfico existen el fraude y la deshonestidad, aunque su magnitud no se ha
establecido con precisin. Este hecho constituye a su vez un descubrimiento cientfico: la
ciencia puede ser objeto del falseamiento y de distorsin por parte de los investigadores sin
tica.
Bronowski (5) propone que la ciencia genera valores ticos y sociales como la
honestidad, la humildad y la necesidad de cooperacin e intercambio social. En la historia de
la poltica o en la de las finanzas se conocen numerosos fraudes. Pero son mucho menos
conocidos los que se producen en los medios cientficos y, sin lugar a dudas, son mucho ms
sorprendentes pues, acaso no es la bsqueda del saber una de las actividades humanas ms
desinteresadas y filantrpicas?. Sin embargo, la historia de las ciencias no carece de ejemplos
que demuestran que, a veces, los sabios tambin engaan. Encontrar algunas manzanas
podridas en el cesto de los frutos de la investigacin cientfica de nuestra poca es
indudablemente un toque de alarma, porque despierta la sospecha de que el fenmeno de
putrefaccin pudiera extenderse y minar as la slida estructura de la credibilidad cientfica.
Lo ms estremecedor (pero no demasiado sorprendente, como se ver en el anlisis
posterior) es el hecho de que las mentiras cientficas que han surgido en los ltimos aos
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provienen de centros de investigacin de reconocido prestigio internacional. Por esto resulta
oportuno hacer un anlisis y una reflexin de este fenmeno.
La gente no se imagina (o se figura mal) que los resultados cientficos son, a pesar de
todo, productos de una actividad humana que son sujetos a discusin y pueden concluir con
acuerdos o, en el peor de los casos, ser impuestas por la autoridad de una "eminencia
cientfica"; que colman las esperanzas de sus autores al confirmar sus convicciones
ideolgicas, polticas o religiosas o al satisfacer diversas ambiciones (ascenso, fama, etc.).
Debido a eso, la actividad cientfica no est a cubierto del escndalo de los fraudes en mayor
medida que la actividad poltica, financiera, etctera (1).
Algunos casos son clebres e incluso han saltado al primer plano de la actualidad muy
recientemente, tales como el affaire de la crotoxina en la Argentina. Otros slo se conocen en
el seno de crculos restringidos de especialistas. Los fraudes descubiertos -pues no siempre
puede el observador distinguir entre un trabajo mal hecho o un resultado anunciado
prematuramente y otro algo "arreglado" o incluso inventado- constituyen un captulo poco
conocido de la sociologa de las ciencias; tal como se ver, estos engaos desempean un
excelente papel revelador del modo como "funciona" la ciencia, tanto a escala epistemolgica
como a escala de "institucin". Salvo en casos muy raros, es difcil distinguir entre un fraude,
un trabajo mal hecho o un resultado enunciado prematuramente, como podra ser el caso de la
fusin fra.
La aparicin cada vez ms frecuente de artculos dedicados a la discusin de la
inconducta cientfica puede ser un indicio de su mayor difusin, o solamente de un
conocimiento ms difundido de unos pocos casos. En abril de 1991 hubo al menos cinco
conferencias sobre inconducta cientfica sostenidos por los National Institutes of Health en
Maryland, EE.UU. En febrero de 1991, la revista Science se refiri al fraude como una
industria en crecimiento. En 1992, slo en los EE.UU., 1500 cientficos han sido
considerados sospechosos de cometer fraude.
Todas las ramas de la ciencia tienen sus falsarios, desde la medicina hasta la fsica y
la matemtica pura. Sin embargo, los fraudes parecen ms frecuentes en las ciencias
relacionadas con la vida que en otras disciplinas, quizs por la importancia econmica de
esta ciencia, con la facilidad con que se puede aducir la difcil reproducibilidad por
diferencias biolgicas de los especimenes y por la fuerte componente emocional cuando se
trata de pretendidas curas milagrosas, que oscurece el raciocinio de quienes estn
involucrados directamente, los pacientes estafados y sus allegados. En 1997, la oficina de la
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integridad en la investigacin (ORI) del Department of Health & Human Services public en
su informe anual que haban cerrado 49 casos de inconducta cientfica en 1996 y recibido 196
acusaciones de fraude cientfico, principalmente relacionados con falsificacin de datos y
fabricacin de historias clnicas realizadas para ensayar tratamientos para enfermedades
serias.
En una profesin en la cual decir la verdad es la primera regla, la mentira no debe tener
ningn lugar. Si se trata de averiguar cmo es y cmo funciona el mundo real, en primer lugar
debe proscribirse lo falso, que no corresponde a la realidad. Sin embargo, la ciencia es un
producto del hombre. Somos nosotros los que inventamos y generamos el conocimiento
cientfico, y somos seres humanos. En tanto que humanos, los cientficos estamos sujetos a
pasiones, intereses, ideales, tormentos, ambiciones, odios, deseos, sueos y presiones. Aunque
la mstica de la ciencia predica que no se debe mentir, ocasionalmente los factores humanos
mencionados son difciles de conciliar y pueden sobrepasar la resistencia de una persona
generando una mentira.
Sin embargo, por su propia estructura, la ciencia cuenta con una serie de mecanismos
de seguridad que garantiza una corta vida a cualquier mentira: el espritu crtico y la
incredulidad propia de los cientficos, que si no son congnitas se adquieren rpidamente por
deformacin profesional: la tradicin de no aceptar nuevos hechos y/o teoras hasta que no
han sido puestas a prueba en laboratorios distintos al de su origen, preferiblemente con
mtodos diferentes; la capacidad analtica de los miembros de los comits editoriales de las
buenas revistas cientficas, quienes celosamente cuidan que lo que finalmente se publica
tenga buenas probabilidades de ser verdadero; la vigilancia no intencionada pero muy
eficiente resultante de la naturaleza abierta del trabajo cientfico; que casi siempre se realiza a
la vista de todo el mundo, etc. (2).
Para evitar que comunicados errneos, incorrectos o incluso fraudulentos sean
publicados, las revistas cientficas cuentan con comits editoriales formados por revisores,
que adems de evaluar la calidad y originalidad de los textos, se encargan de detectar posibles
plagios, publicaciones repetitivas, usurpacin de ideas, falsos juicios, etc. Pese a eso, el Dr.
Jerome Jacobsen testific en el Congreso de los EE.UU. que un 25% de los informes
cientficos (de medicina) podran estar basados al menos en parte en datos que han sido
ocultados o manipulados intencionalmente.
A los requisitos mnimos para que un trabajo no sea rechazado se suman otros que se
escapan de las manos de un investigador, como son la competencia despiadada entre las
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revistas de mayor prestigio, que reciben ms material aceptable para su publicacin que el que
pueden incluir en sus pginas. Determinadas publicaciones causan obsesin en los cientficos.
Aqullas cuyo ndice de impacto, es decir, el nmero que califica cuntas veces un artculo de
una determinada revista aparece citadas en otras, es muy alta, son bombardeadas con
artculos. La razn es que una publicacin en una revista de alto ndice de impacto suele dar
ms puntaje al autor, en ciertos modos de calificar a stos. Entonces, en las revistas ms
influyentes rigen a veces criterios subjetivos de aceptacin, como la coherencia del trabajo
con la lnea editorial, la nacionalidad de los firmantes o el hecho de que stos pertenezcan a
crculos dominantes del campo cientfico considerado, las materias de moda en el momento,
etc., lo que puede influir en el prestigio de los autores con factores ajenos a su trabajo y
seriedad.
Aunque por lo general terminan descubiertos, muchas veces con prontitud, tanto los
errores como las mentiras pueden tener una larga vida en la ciencia, pese a los mecanismos
de autocontrol existentes. La falta o la incorrecta utilizacin de un mtodo cientfico, el
respeto a los principios religiosos, el temor a contradecir a una eminencia e incluso la
misma ignorancia han provocado que muchas aberraciones cientficas intencionadas o no
se hayan mantenido durante siglos. La persistencia de los errores en la obra de Aristteles en
el mbito de la filosofa natural por casi dos mil aos es un ejemplo en que el respeto del
maestro mezclado con la autoridad religiosa se combinaron para mantener el equvoco. Se
lleg, por ejemplo, en la Universidad de Oxford, a castigar con multas a profesores que
ensearan materias distintas a las explicadas por Aristteles.
La mejor forma de ver las mltiples facetas de la inconducta cientfica es analizar
algunos de los (desgraciadamente) numerosos ejemplos que se han dado en la historia.
LA DEFINICIN DE LA INCONDUCTA CIENTIFICA
Antes de ver los distintos tipos de fraudes y sus motivaciones, es conveniente delimitar
el objetivo de este trabajo. Para ello, debemos definir qu es fraude o inconducta cientfica, y
qu no lo es, aunque sea una prctica reprobable. Esta no es una tarea fcil, como lo muestra
que luego de aos de discusin, an hay desacuerdos entre los expertos.
Obviamente, en cuanto ser humano, el cientfico puede realizar actos delictivos o al
menos reprobables. No es parte de la inconducta cientfica (o el fraude cientfico, segn
prefieren denominarlo algunas personas) por ejemplo, el desviar para uso personal el dinero
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que se le da para un proyecto de investigacin: eso es un simple hurto o una defraudacin. La
inconducta cientfica se refiere a acciones ms especficas. El gobierno federal de los EE.UU.
ha intentado por aos definir inequvocamente la inconducta cientfica. La White House
Office of Science & Technology Policy (OSTP) ha intentado establecer un consenso sin xito.
Segn la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU., una definicin bastante
acertada del fraude cientfico es: Se considera fraude la fabricacin, falsificacin y el
plagio en la propuesta, ejecucin o comunicacin de los experimentos. Se excluyen los
errores de juicio, los errores de registro, seleccin o anlisis de datos, las divergencias de
opiniones que afectan a la interpretacin de los resultados, y las negligencias no
relacionadas con el proceso de investigacin.
Otra definicin es: La inconducta cientfica significa la fabricacin, falsificacin,
plagio u otras prcticas que se desvan seriamente de la que comnmente son aceptadas en
la comunidad cientfica para proponer, conducir o informar una investigacin. No incluye
el error honesto o diferencias honestas en la interpretacin de los datos.
Existe una propuesta de modificacin de esta definicin, que expresa que el fraude
cientfico es plagio, fabricacin o falsificacin intencional de datos, procedimientos de
investigacin o anlisis de datos, u otras representaciones deliberadamente falseadas al
proponer, conducir, informar o revisar investigaciones (6).
Una definicin ms genrica de fraude cientfico es toda accin deliberada que
atenta contra la credibilidad de los informes cientficos.
Estas definiciones son las aceptadas corrientemente por el Public Health Service y la
National Science Foundation de los EE.UU. Uno de los paneles de discusin sobre el tema
que proliferaron hace escasos aos prefiere, en lugar de "otras serias desviaciones de las
prcticas aceptadas de investigacin", que incluira por ejemplo conflictos de inters o mal
uso de los fondos, "prcticas cuestionables de investigacin", lo que incluira acciones que
violan valores tradicionales de la prctica de investigacin, pero caen escasamente en la
inconducta, como mantener registros inadecuados, usar mtodos estadsticos o de medicin
inadecuados, dar autora de trabajos por contribuciones insustanciales o saltarse las revisiones
por pares antes de publicar los resultados (7). Algunos de estos ejemplos son ms trabajos
chapuceros que fraude, excepto si son efectuados intencionalmente. Es decir, entre la prctica
aceptada y el fraude flagrante, hay una extensa zona gris (8).
Debe distinguirse el resultado de la inconducta cientfica de los errores. Los errores
surgen frecuentemente de una interpretacin equivocada o de una sobreestimacin de
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resultados. Son inherentes de la ciencia y frecuentemente, necesarios para el avance de la
misma. Como dijera el famoso fsico ingls Joule, "la forma de no cometer errores es no
escribir trabajos".
Otra situacin que debe ser distinguida de la inconducta cientfica de la realizacin de
un trabajo chapucero. En este sentido, hay una zona gris de procedimientos cuestionables,
incluyendo fallas al obtener datos primarios, eliminacin de puntos o datos conflictivos,
deficiente definicin de parmetros relevantes, fallas en aleatorizar apropiadamente un diseo
experimental. Pueden deslizarse errores al escribir, revisar o editar trabajos. Los instrumentos
pueden haber perdido la calibracin o haber sido mal ledos. Las muestras pueden haberse
clasificado errneamente, o puede haber habido una mala percepcin debido a preconceptos.
La investigacin cientfica va desde una locura casual (que a veces consigue ser publicada)
hasta los estudios hechos con extremadamente altos estndares de control de calidad. Pero los
trabajos chapuceros o cuestionables no son fraude.
El sabotaje de experimentos de otros puede ser considerado un caso de inconducta
cientfica, y en muchos casos la sancin sera ms seria si se tratara de esta forma que como
un simple acto de vandalismo. Lo mismo ocurre con el uso incorrecto de los fondos de
investigacin, que se considera un fraude comn. Pero no entra en las definiciones habituales
de fraude cientfico.
TIPOS DE FRAUDE CIENTIFICO Y EJEMPLOS HISTORICOS
Invencin de datos y experimentos enteros Este es un tipo de fraude de caractersticas muy particulares: el falsario simplemente
informa experimentos que no realiz, o datos que no obtuvo. Muchos consideran este tipo de
fraude como el peor de todos. Veremos algunos ejemplos, y en algunos de ellos se puede
apreciar la dificultad inherente a la demostracin de la existencia del fraude. Aqu se
consideraran, ante todo, los fraudes espectaculares reconocidos.
Las encuestas de Burt
El mayor de los fraudes descubiertos recientemente es el de Sir Cyril Burt. Sus
trabajos se orientan hacia un aspecto particularmente importante de la psicologa, ya que se
trata de la herencia de las facultades intelectuales. Se hereda la inteligencia o se adquiere y
desarrolla a lo largo de la vida? Esta pregunta posee particular importancia social y poltica y
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las controversias son, en este campo, muy vivas. Ahora bien, el trabajo de Burt constituye el
principal argumento de los partidarios de la transmisin hereditaria de la inteligencia. La
exactitud de estos resultados es por lo tanto, esencial. Burt, que muri en 1972 a los ochenta y
ocho aos de edad, fue considerado durante toda su vida como uno de los grandes maestros de
la psicologa en Inglaterra. Slo despus de su muerte surgieron crticas, a veces virulentas,
contra sus resultados. Los trabajos de Burt se basan en el estudio del cociente de inteligencia
(C.I.) de los gemelos univitelinos2 separados, es decir, de los gemelos verdaderos que, por
diversas razones, han sido educados por familias distintas. Si los C.I. de tales parejas de
individuos -que tienen exactamente los mismos genes- son similares, se debe a que la
educacin en los distintos medios no repercute en las facultades intelectuales y por lo tanto, es
un argumento de peso a favor del carcter hereditario de la inteligencia. Y las conclusiones de
todos los trabajos de Burt apuntan en ese sentido: para l, los C.I. de los gemelos verdaderos
que viven separados son muy prximos y, por consiguiente, la inteligencia es, ante todo,
hereditaria.
Al final de su vida, Burt, anciano y sordo, no estaba ya en condiciones de efectuar las
pruebas del C.I. en las distintas localidades del pas donde se encontraban, separados, los
gemelos univitelinos. Entonces publicaba sus trabajos con dos colaboradoras, Conway y
Howard, de las que precisamente se supona que realizaban las encuestas. Pero en 1976,
Oliver Gillie, periodista del Sunday Times, de Londres, afirm despus de una ardua
investigacin que estas dos colaboradoras slo haba existido en la imaginacin de Burt, que
su nombre era desconocido en la Universidad de Londres, de la cual se consideraba que
dependan y que nadie recordaba haberlas visto nunca. Si esto era cierto, se comprobaba que
la obra de Burt era un fraude monumental y sus resultados amaados de pies a cabeza para
demostrar las tesis del autor.
La aclaracin de la inexistencia de las "colaboradoras" de Burt condujo a numerosas
anlisis de sus trabajos, en los cuales se hallaron entonces datos sospechosos. En sus clculos
estadsticos aparecieron extraas anomalas. Como es de suponer, los gemelos verdaderos no
son muy numerosos y Burt los fue "encontrando" poco a poco a lo largo de su vida. Por
consiguiente, sus sucesivos artculos que tratan sobre pares de gemelos cada vez ms
numerosos estn espaciados por largos perodos de tiempo: 15 pares en 1943, 21 pares en
1955, ms de 30 en 1958 y 53 en 1966. Pero, dato curioso, el coeficiente de correlacin entre
los C.I. resulta ser, en todos las casos, exactamente el mismo con los tres decimales siempre
2) Gemelos originados a partir de un mismo vulo, por divisin mittica de ste despus de la fecundacin. Los
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idnticos. Los coeficientes de correlacin eran de 0,944 para los gemelos criados juntos, y de
0,771 para los que haban sido criados por separado. Esos resultados sugeran que la herencia
jugaba un papel importante sobre la inteligencia: lo innato era ms importante que lo
adquirido. La permanencia de tal coeficiente de correlacin preciso deviene altamente
improbable cuando el tamao de la muestra es tan pequeo. El anlisis estadstico detallado
de una de las obras de Burt, "Inteligencia y movilidad social", realizado por el psiclogo
norteamericano D.D. Dorffman en 1978, demostr de forma muy clara que, sin duda alguna,
Burt "fabricaba" sus resultados.
Finalmente, la prueba definitiva del fraude, o an mejor de los fraudes de Burt, la
aport el psiclogo britnico Leslie Hearnshaw, en un libro publicado en 1979 (9).
Paradjicamente, la hermana de Cyril Burt haba encargado en 1971 a este cientfico, tambin
historiador de las ciencias, que escribiera la biografa de su hermano. Hearnshaw era, en esa
poca, un gran admirador de Burt y, adems, haba pronunciado la oracin fnebre del clebre
sabio. En el curso de su trabajo, Hearnshaw tuvo ocasin de consultar la correspondencia de
Burt y el diario personal que llev durante toda su vida: all encontr la confesin de sus
fraudes. As, en diciembre de 1968, Christopher Jencks, psiclogo de Harvard, escribi a Burt
para pedirle sus datos originales sobre los cincuenta y tres gemelos verdaderos que vivan
separados. En su diario, Burt consign que pas toda la primera semana de enero de 1969
"calculando" los datos sobre los gemelos para Jencks (esto significa, evidentemente, que
"construa" unos supuestos datos brutos a partir de las correlaciones que ya haba publicado).
Hearnshaw lleg a la conclusin de que, prcticamente Burt no haba hecho
observaciones reales despus de la Segunda Guerra Mundial: slo los datos acerca de los
quince primeros pares corresponden a observaciones verdicas.
Hearnshaw tambin encontr pruebas de otros fraudes cometidos por Burt. As, el
psiclogo invent totalmente sus resultados sobre el descenso del nivel escolar en Inglaterra,
publicados en 1969. El psiclogo deca haber realizado encuestas entre 1955 y 1965 en
decenas de escuelas; Hearnshaw no encontr ningn vestigio de que se hubieran realizado
estas encuestas que, por otro lado, habran requerido numerosas colaboraciones. Constituye
un tercer fraude, segn Hearnshaw, el que Burt atribua en sus escritos una importancia
exagerada al anlisis estadstico de los factores de la inteligencia. Por ltimo, en un cuarto
fraude, parece que, como jefe de seccin del British Journal of Psychology, invent ms de
una veintena de colaboraciones (cartas, reseas, notas) a dicha revista. Estos escritos, que
gemelos univitelinos son genticamente idnticos.
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firmaba con seudnimos y en que llegaba incluso a responder a una nota que l haba escrito y
publicado bajo otro nombre, le permitan sobre todo citar sus trabajos, exponer sus propios
puntos de vista y dar la impresin de que continuaba investigando, aunque se hallaba jubilado
desde 1950.
Por qu lleg Burt hasta ese extremo y cmo lo hizo? Una primera respuesta es que l
estaba ntimamente convencido de que su hiptesis -el carcter hereditario de la inteligencia-
era correcta. Segn muchos testigos era de naturaleza algo paranoica y sin duda este carcter
patolgico le condujo a anteponer sus convicciones personales a la objetividad cientfica, en
total contradiccin con la idea fundamental del mtodo cientfico y tambin con sus propios
propsitos. Prueba de ello y nueva paradoja es que, en 1967, el propio Burt analiz el modo
como la subjetividad individual puede falsear el trabajo cientfico: "La propensin a
incrementar la importancia de nuestras propias demostraciones... el deseo de evitar los
juicios o reserva y, quizs por encima de todo, el deseo incesante de conciliar nuestras
observaciones anteriores y las presentes de modo que se "ajusten" a nuestros principales
deseos, todo ello constituye tendencias naturales del espritu humano, tan inconscientes como
automticas. Esto pide mucho tiempo y disciplina para hacer de un hombre un observador
verdaderamente cientfico, objetivo y preciso"(10). Burt hablaba en este artculo de la medida
en que las mdium estn propensos al engao en el campo de la investigacin parasicolgica.
Despus de tal declaracin, quin poda imaginar que Burt haca precisamente aquello que
denunciaba tan sutilmente? Sin duda, hay que aadir semejante duplicidad a su personalidad
paranoica. Por la misma razn, Hearnshaw sugiere que, a fin de cuentas, los fraudes de Burt
se explican porque, a buen seguro, haba preferido engaar antes que ver triunfar a sus
adversarios. Quiz sea demasiado sencillo desembarazarse del caso Burt diciendo que se
trataba de un "loco" porque sino, cmo se explica que los siclogos no hayan criticado sus
trabajos hasta despus de su muerte?
Para complicar an ms la situacin, un libro publicado en 1991 por Ronald Fletcher
(11) sostiene que la acusacin de fabricar datos que se formul sobre Sir Cyril Burt no es
cierta, y que es un producto espreo de la poltica y la publicidad entrometida en la ciencia.
Sostiene que, por ejemplo, la inexistencia de las asistentes de Burt es desmentida por el
testimonio de los que las conocan y por registros escritos. Los cuadernos que registraban los
datos de Burt, que podra haber provisto evidencia directa sobre correlaciones arregladas,
fueron destruidos poco despus de su muerte por la secretaria de Burt por sugerencia de Liam
Hudson, uno de los ms vehementes adversarios de Burt. Las pruebas de fraude seran slo
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circunstanciales, segn Fletcher. Los coeficientes de correlacin eran 0,77 en los 15 pares de
gemelos homocigotos informados en 1943, 0,771 en los 21 de 1955, 0,771 en los ms de 30
de 1958, y 0,771 en la muestra de 53 en 1966. Algunos de los datos no son independientes, y
el nmero total de pares independientes sera 30. Segn Fletcher es posible que Burt haya
adicionado los nuevos casos a los anteriores sin preocuparse de recalcular sus coeficientes de
correlacin (que haca a mano), lo que podra ser interpretado slo como un trabajo hecho en
forma descuidada, y no un fraude. Teniendo en cuenta los 82 aos que Burt tena en 1966,
esto podra ser perdonable. Adems, varios estudios independientes actuales dieron resultados
similares a los de Burt. Aparte del escndalo que produce buenos dividendos a los periodistas,
podra ser un ataque de los partidarios de la influencia ambiental sobre los partidarios de la
hereditabilidad de la inteligencia, lo que tiene muchos componentes polticos mezclados con
los cientficos. El libro concluye que Burt era excntrico, a veces descuidado, pero es culpable
de desidia ms que de fraude. Claro que el mismo libro de Fletcher podra ser acusado de lo
mismo: un intento de los partidarios de la hereditabilidad de la inteligencia de rehabilitar a su
principal sostn, frente a los partidarios de la influencia ambiental...
Otra causa posible de todo el embrollo fue presentada por Isaac Asimov (12, pag.
316). Dice que puede haber un impulso apremiante por demostrar que la inteligencia de un
individuo, por ejemplo, est determinada por la herencia y que la educacin y el trato
civilizado poco pueden hacer para despejar la inteligencia de un idiota. Esta teora tiende a
perturbar un esquema social muy ventajoso para los que ocupan los peldaos superiores de
la escala social y econmica. Las clases altas se sienten tranquilizadas al pensar que
aquellos de sus congneres que viven en la miseria se encuentran en esta situacin a causa de
sus propias carencias hereditarias, y que es intil preocuparse demasiado por ellos. Ntese
que la posicin es totalmente coincidente con la teora de la raza superior y los
subhumanos, sostenida por la biologa y sociologa nazis. Por cierto, los trabajos de Burt
han sido usados por racistas para probar que los negros son sistemticamente menos
inteligentes que los blancos (esto no quiere decir que el mismo Burt fuera racista).
En ltima instancia, este caso es una muestra de la complejidad inherente a los casos
de investigacin de fraude cientfico.
El mtodo ha sido proseguido por los seguidores de Burt. El psiclogo norteamericano
Lewis Madison Terman escribi cinco enormes libros sobre los genios y los supergenios. Pero
un estudio de los protocolos de Terman descubri que los clculos de coeficiente de
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inteligencia (CI) fueron frecuentemente modificados al alza. Aparentemente, sus asistentes le
proveyeron simplemente los CI superiores que l deseaba (13).
Franz Moewus y los orgenes de la biologa molecular
En el captulo de los resultados y datos inventados, Franz Moewus tambin es
tristemente clebre. De su enorme y variada obra cientfica, realizada durante casi treinta
aos, hoy no queda prcticamente nada. A pesar de todo, en un "Cold Spring Harbor
Symposium", celebrado en 1951, el genetista norteamericano T.M. Sonneborn present a F.
Moewus como uno de los pioneros de la biologa molecular (14). En su exposicin, T.M.
Sonneborn afirm asimismo que, gracias a Franz Moewus, el alga unicelular Chlamydomonas
eugametos era el ser vivo mejor conocido desde el punto de vista gentico (al comprobarse el
fraude de F. Moewus, este ttulo recay de hecho en el bacilo intestinal comn; Escherichia
colli (1)).
El "xito" de Moewus consista en haber desmontado "pieza a pieza, por lo menos,
setenta genes y su accin sobre la morfologa, fisiologa y bioqumica de la clula de la
Chlamydmonas. T.M. Sonneborn incluso lleg a decir en su alocucin en este simposio de
1951 que Moewus mereca del todo las mayores recompensas (clara alusin, sin duda, al
premio Nobel). Del mismo modo, el botnico estadounidense J.R. Raper declaraba, en 1952,
que, "si se confirmaban los resultados de Moewus, habr que considerarlos entre los xitos
ms notables de la biologa del siglo XX" (15).
Para dar una idea de la extraordinaria complejidad de estos trabajos, aqu se limitan los
comentarios al caso de la sexualidad de la Chlamydamonas. Segn Moewus, la vida sexual de
la Chlamydomonas eugametos se poda describir as: clulas individuales expuestas a la luz
empezaban por adquirir flagelos, y pasaban a ser mviles; se caracterizaban como machos o
hembras; se atraan unas a otras para formar grupos de ms de 100 individuos; en el seno de
estos grupos adquiran la capacidad de copular dos a dos. Moewus "descubri" que una
hormona controlaba cada una de estas etapas: una permita la adquisicin de los flagelos; otras
dos, la determinacin del sexo (macho o hembra); dos ms la cpula de las clulas sexuales. En
1938, Moewus se asegur la colaboracin del bioqumico alemn Richard Kuhn, que acababa de
obtener el premio Nobel de Qumica de ese ao por sus trabajos sobre los carotenoides. Moewus
"descubri" que sus hormonas eran, precisamente, carotenoides. En 1940, su trabajo alcanz la
"cumbre" que sedujo a gran nmero de bilogos de la poca: las etapas hormonales y de
conducta de la sexualidad de la Chlnydomonas eugamentos se encadenaban exactamente como
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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etapas de la transformacin qumica progresiva de una molcula inicial, la protrocrocina. Un gen
regulaba cada una de las etapas de la transformacin qumica. Esto pareca tanto ms verosmil
cuanto que en aquel entonces, en Francia, Boris Ephrussi demostraba -y en esta ocasin de forma
autntica- que cada una de las etapas de la produccin de pigmentos responsables del color de los
ojos de la Drosophila est controlada por un gen (de ah procede la famosa idea de la biologa
molecular "un gen-un enzima"). Pero Moewus iba mucho ms lejos que Ephrussi: haba
"reducido", por vez primera en la historia de la biologa, toda una parte de la vida de un ser vivo
a sus mecanismos elementales: los genes y los factores qumicos. Por consiguiente, se trataba de
un trabajo pionero en el campo de la biologa reduccionista moderna que, segn las propias
palabras de F. Crick, tiene por objeto explicar todo lo biolgico desde el punto de vista de fsica
y qumica. Para todos los bilogos, la obra de Moewus presentaba, por lo menos, "una
apariencia de acabado y perfeccin muy raramente alcanzados en biologa" (16).
Pero hoy se sabe que este fabuloso sistema de genes y factores qumicos nicamente ha
existido en la imaginacin de Moewus. A decir verdad, las dudas sobre el trabajo de Moewus
surgieron en 1939. En esa fecha, el clebre genetista britnico J.H.S. Haldane advirti que en
ciertas publicaciones de Moewus los datos presentaban una dispersin estadstica
extraordinariamente pequea (17). En 1941, el bilogo alemn Karl Ptau tambin critic los
resultados estadsticos (18).
Pero todo esto ocurra durante la Segunda Guerra Mundial, y hubo que esperar a la
dcada de los 1950 para que la obra de Moewus volviese a estar en el "banquillo de los
acusados" ante la comunidad cientfica internacional. En el nterin las dudas crecan, e incluso
T.M. Sonneborn, durante su exposicin en el "Cold Spring Harbor Symposium" de 1951, tuvo
que admitir, a pesar de su profunda admiracin por Moewus, que estaban "ante trabajos muy
profundos, o bien ante una gigantesca superchera" (14). En 1952; J.R. Raper efectu un
balance riguroso de las numerosas incoherencias del sistema de factores qumicos "descubiertos"
por Moewus, y demostr que su sistema no poda poseer la significacin biolgica que le atribua
(15). En 1954, H. Frster y L. Wiese desmintieron totalmente el papel de las sustancias
carotenoides en la sexualidad de la Chlamydomonas (19).
Ese mismo ao, Moewus y su mujer fueron invitados por el genetista norteamericano
Francis J. Ryan a su laboratorio para volver a realizar sus experimentos bajo su control. Al
principio de esta estancia que dur diecisis meses, Moewus public un breve trabajo en que an
mantena que hay hormonas flavonoides que determinan el sexo de la Chlamydomonas (20).
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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Pero el equipo de F.J. Ryan, asociado a Moewus, no pudo volver a encontrar ni los
resultados correspondientes a este breve trabajo que, no obstante, se haban obtenido en aqul
laboratorio, ni los otros resultados importantes de Moewus (21). Igualmente, la investigadora
alemana M. Hagen-Seyfferth desminti el efecto de las hormonas sexuales, en una publicacin
de 1959 (22). La gentica de los determinantes del sexo, segn Moewus, no pudo ser confirmada
por los genetistas estadounidenses R.A. Lewin (Universidad de Yale) y C. Shields Gowans
(Universidad de Missouri) en los experimentos que se iniciaron hacia 1952 y se desarrollaron
durante ms de veinte aos (16).
Un botnico alemn, que conoca bien a Moewus desde antes de la guerra, redact, en
1958, el acta de acusacin (23). El artculo, publicado en alemn, quiz no tuvo la repercusin
que debera haber tenido en la comunidad cientfica internacional, pues demostraba
fehacientemente que Moewus no haba realizado las experiencias que pretenda haber
efectuado. Por ejemplo, para observar la aparicin de los flagelos bajo el efecto de la hormona
denominada crocina, Moewus deca haber realizado preparaciones microscpicas en que haba
fijado las clulas con alcohol, y despus clasificaba las clulas en flageladas y aflageladas.
Renner comprob que en esas condiciones todos los flagelos se separaban de las clulas.
Por otro lado, H. Frster y L. Wiese, y posteriormente M. Hagen-Seyfferth, verificaron
que las clulas aflageladas cultivadas en agar, cuando se las coloca en agua pura, desarrollan
flagelos espontneamente sin necesidad de luz ni de crocina. Entonces, Renner acusa: "La
excesiva presentacin de experimentos presuntamente realizados (en 1938-1939) bajo el efecto
de luz de diferentes longitudes de onda, de la crocina, de 15 glcidos, de otras 60 molculas
orgnicas y de 20 inorgnicas sobre clulas aflageladas, no tiene mayor fundamento que la
imaginacin del autor: a la Clamydomonas eugmetas le basta con el agua para recuperar sus
flagelos". Renner prosigue su acusacin sobre todos los dems aspectos de la obra de Moewus,
basndose en la correspondencia que mantuvo con l (desde 1939 hasta 1957), en que no le
responda o lo haca con datos insatisfactorios. Entre otras muchas imposibilidades tcnicas,
Renner cita el intercambio de opiniones que, desde antes de la guerra, sostuvo con Moewus
sobre los experimentos de fecundacin de Polytama, otra alga unicelular. Si Moewus hubiera
efectuado realmente los experimentos que haba publicado, debera haber observado 9600
acoplamientos al da, lo que slo requiere de 3 a 4 segundos para cada observacin. Por aqulla
poca, Renner le pidi que le comunicara su plan de trabajo. Moewus le respondi que con la
colaboracin de un ayudante y con varios microscopios, era capaz de realizar 5000
observaciones de acoplamiento por da de trabajo, ya que, como era zurdo, trabajaba ms aprisa
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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que nadie. Pero Renner le advirti que an faltaban 4600 observaciones para que la cuenta fuese
correcta. Moewus no respondi a esta objecin. Renner lleg a la conclusin definitiva de que
las experiencias de Moewus no merecan ni siquiera ser criticadas, pues eran, sencillamente,
inventadas, y por eso nadie poda volver a hallar los resultados de Moewus. Escribi esta
conclusin a Moewus el 24 de febrero de 1958 y le pidi que se defendiera. No obtuvo
contestacin.
La obra de Moewus, despus de haber sido considerada la ms brillante del siglo XX,
desapareci totalmente de las publicaciones cientficas. As, en el "Compendio de Biologa
General", de P.P. Grass, se formula esta triste observacin (24): "Los trabajos de Moewus sobre
la sexualidad de Chlamydomonas tuvieron una gran resonancia; desgraciadamente... los
resultados que l aport no han podido ser obtenidos de nuevo por los bilogos que han
intentado verificarlo. Por haberse convertido en sospechosa, la obra de Moewus no puede
figurar en un manual clsico".
Spector y el origen del cncer
En la primavera de 1981 una nueva superestrella de la investigacin del cncer hizo su
aparicin. Mark Spector, de slo 24 aos, bajo la tutela de su profesor, Efrain Racker, propuso
una elegante teora sobre el origen del cncer, basada en slidos experimentos que, muchos
pensaron, podra hacerlo merecedor del premio Nobel de Medicina. En tan slo 28 meses
Spector pretendi demostrar que la ATP-asa sodio-potasio dependiente es fosforilada por una
serie de cuatro enzimas conocidas como proteinocinasas, que se activan sucesivamente en la
clula cancerosa en un proceso de "cascada". Segn Spector en ese breve lapso haba aislado
y caracterizado los cuatro enzimas responsables del proceso (trabajo que generalmente toma
varios aos, an a investigadores avezados y en laboratorios bien equipados). Su hiptesis y
datos experimentales encajaban perfectamente con lo nuevos descubrimientos del cncer, en
especial con la demostracin de que algunos oncogenes codifican la sntesis de una
proteinocinasa. Los bilogos moleculares calificaron los descubrimientos de Spector de
espectaculares y unificadores: no obstante, cuando otros investigadores trataron de repetirlos
o aplicarlos, encontraron que no podan hacerlo. En la Universidad de Cornell, en el Instituto
Nacional del Cncer y en otros prestigiados laboratorios surgieron dudas sobre la probidad del
"genio" de las proteinocinasas (25). En poco tiempo se desenmara el acertijo: Mark Spector
haba falsificado sus experimentos. Nuevamente, un brillante investigador y una gran veta en
la investigacin cientfica se desmoronaban. Lo ms sorprendente, quiz, fue descubrir que el
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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joven genio no tena siquiera el grado de bachiller y que haba logrado engaar a todo el
sistema hasta obtener un puesto privilegiado que le permiti llegar a los estratos ms elevados
de la ciencia. Como dijera Richard McCany, bioqumico de Cornell, "si Spector hubiera
propuesto sus ideas slo como una hiptesis, podra ser reconocido como un genio" (25). En
verdad un muchacho sin estudios que logr infiltrarse en la elite cientfica del cncer y ser
considerado como un futuro candidato al premio Nbel debe considerarse como un genio
aunque fuera slo de la ciencia-ficcin.
Imanishi-Kari y Baltimore
El virlogo David Baltimore, presidente de la Universidad de Rockefeller y Premio
Nbel en 1975 por su descubrimiento de una propiedad fundamental de los virus oncognicos
protagoniz un escndalo en asociacin con la inmunloga Thereza Imanishi-Kari por haber
esta ltima alterado los resultados de un ensayo en el que los genes de un ratn imitaban
misteriosamente a los de otros. La parte del trabajo que fue cuestionada, no pudo ser
reproducida en otros laboratorios, y el trabajo sostena que un gene externo (transgene)
injertado en un ratn influy la actividad de los genes nativos en forma que simula a la del
transgene. Esto tiene singular importancia en el descubrimiento de cmo trabaja el sistema
inmunolgico. Intervinieron expertos forenses del servicio secreto (debido a que haba
involucrados fondos para investigacin del gobierno de los EE.UU.) analizando el papel, la
tinta y los diversos materiales incluidos en los cuadernos (bastante mal llevados) de
laboratorio de Imanishi-Kari, as como la letra de las notas manuscritas. Concluyeron que los
cuadernos haban sido alterados para ocultar el fraude (26). Ms de una docena de pginas
fueron escritas fuera del orden cronolgico, las fechas fueron alteradas en otras, y algunas
pginas que supuestamente fueron escritas en 1984 y 1985 realmente lo fueron en 1986,
despus de la publicacin del trabajo en cuestin, y despus de la denuncia de la posible
falsificacin. Esta inmunloga de la Universidad de Tufts haba fabricado los datos
publicados en Cell (27) y tratado de cubrir sus acciones con ms falsificaciones. Baltimore,
aunque no fue acusado de fraude, debi renunciar a su presidencia de la Rockefeller
University debido a la controversia sobre su responsabilidad en el affaire. El caso fue
denunciado por una joven estudiante posdoctoral, Margot OToole, no como un fraude, sino
como un error en la literatura que debera ser corregido, e inicialmente no fue tomado en serio
por dos prestigiosas universidades, Tufts y el Massachusetts Institute of Technology, que
concluyeron que no era necesario hacer nada. La acusadora fue expulsada del grupo de
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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investigacin (dirigido por Imanishi-Kari) y encontr por mucho tiempo dificultades en
conseguir trabajo en el medio acadmico. Este se dio prisa en conceder ms credibilidad a los
investigadores con mayor status, en lugar de la posdoctoranda, y consecuentemente la
sancion. Esto hace que muchos fraudes no sean denunciados por quienes los detectan, debido
a que es mal visto quien los denuncia. En realidad la responsabilidad de Baltimore es la de
haber asumido la defensa a capa y espada de Imanishi-Kari, sin aceptar la posibilidad de
haber sido l mismo una vctima del fraude. Un exceso de orgullo, el no querer aceptar su
propia falibilidad, y no querer estar relacionado con un fraude, lo llevaron por un camino que
no poda tener un final feliz. El caso ilustra una de las dificultades en la investigacin de los
fraudes cientficos: el sistema suele apoyar al falsario si es una personalidad importante de la
ciencia, y a sospechar de los motivos del denunciante. Es ms importante evitar el escndalo
que saber la verdad...
Un resultado demasiado seguro...
Tambin se encuentran en las publicaciones cientficas diversos fraudes reconocidos
por sus autores. As, en neurobiologa, el descubrimiento en 1974 de las encefalinas, morfinas
intracerebrales, desencaden tal conmocin en los neurobilogos que el nmero de trabajos
sobre las propiedades de estas molculas fue creciendo a una velocidad vertiginosa durante
los dos aos siguientes. De este modo, el 22 de julio de 1976 apareci en Nature un artculo
en que investigadores alemanes de un reputado laboratorio de bioqumica, el de Hamprecht,
exponan sus experiencias con la leucina-cefalina en cultivos celulares de neuronas. Segn
ellos los efectos bioqumicos de la leucina-cefalina sobre el metabolismo de las neuronas
comportaban principalmente una accin sobre una molcula conocida por los bilogos como
"segundo mensajero intracelular", el AMP cclico (28). A decir verdad, esto no tena nada de
extraordinario: esta accin tambin la realiza la morfina, y ello indicaba, una vez ms que la
morfina de origen vegetal y las morfinas intracerebrales actan del mismo modo sobre el
tejido nervioso. Slo que las experiencias descritas en este artculo jams se realizaron, tal y
como reconoci ms tarde, en Nature, Robert J. Gullis (29): Estaba tan seguro de sus ideas
que no se molest en efectuar la experiencia! En realidad haba publicado de este modo ocho
artculos en diferentes revistas cientficas desde 1973, antes de ser obligado a confesar sus
engaos.
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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Schubert y los quelantes del plutonio
En un campo cercano, el de la qumica, se ha puesto de manifiesto otro embuste. En
mayo de 1979, mientras se celebraba un congreso en Tokio, el qumico norteamericano Jack
Schubert confes que su colega S.K. Derr haba "inventado" los resultados que haban
publicado conjuntamente (30). Segn estos resultados, exista una "preparacin especial" de
quelantes del plutonio que permitan a estas sustancias franquear las barreras celulares y
trasegar del tejido heptico y de los tejidas seos el plutonio que hubiera podido acumularse
all accidentalmente. Por consiguiente, un tratamiento mediante esos quelantes habra sido
ideal, por ejemplo, para descontaminar a los trabajadores de la industria nuclear accidentados.
Se comprende todo el inters que estos trabajos haban suscitado, tanto ms crebles cuanto
que J. Schubert es un especialista mundialmente reconocido. Una vez ms, en los Estados
Unidos, el efecto inmediato del descubrimiento de este fraude fue el de rebajar los crditos
concedidos para este tipo de trabajos que, sin embargo, son prometedores, no slo en el
campo de la descontaminacin de los accidentados, sino tambin en el del posterior
tratamiento de los desechos nucleares.
La publicidad subliminal
En los aos 1950, el investigador de mercados y psiclogo aficionado neoyorquino
James Vicary dijo haber observado en sus experimentos que presentar intermitentemente la
frase "Coma palomitas" en cine o televisin aumentaba las ventas de palomitas de maz. El
espectador no poda leer el mensaje, deca, pero ste se le grababa en la mente de manera
subliminal.
La posibilidad de condicionar y manipular en secreto la conducta de la gente era
inquietantemente orwelliana; de ah que mucha gente pidiera la intervencin de la Comisin
Federal de Comunicaciones de Estados Unidos. Sin embargo, Vicary no pudo repetir sus
hallazgos en una demostracin hecha ante ella. La CBC, cadena de radio y televisin
canadiense, hizo un experimento similar: inst subliminalmente al pblico de cierto programa
de televisin a llamar en ese momento, pero las llamadas no aumentaron.
Vicary nunca expuso sus descubrimientos en ninguna publicacin especializada, y si le
pedan que repitiera el experimento, su equipo fallaba o arrojaba resultados contrarios a los
esperados. En 1962, Vicary admiti que no haba investigado lo suficiente y que su
informacin era demasiado escasa como para tenerla en cuenta. Lo cierto es que la persuasin
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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subliminal no funciona, pero persiste la idea contraria y algunos publicistas siguen
promovindola (31).
Galileo Galilei y la experimentacin cientfica
Los cientficos estn divididos en dos grupos: los empiristas, que sostienen que
ninguna afirmacin sobre el mundo natural es vlida si no pasa por la contrastacin
experimental, y los racionalistas, para los cuales la verdad se puede alcanzar a travs del
intelecto, mediante razonamiento puro. Son considerados platnicos: la teora expresa
que la esencia de las teoras no procede de la experiencia sino de la razn. La ciencia, segn
este enfoque, se hace a priori. La experimentacin es irrelevante, e incluso superflua. Esta
diferencia filosfica se puede rastrear hasta el siglo IV a.C., donde los griegos clsicos
oponan el trabajo manual al trabajo intelectual, o la prctica a la teora. Poder probar que el
padre de la fsica moderna, Galileo, era empirista o racionalista, dara un fuerte espaldarazo a
los seguidores de una u otra corriente, y ello ha causado una fuerte controversia en la
actualidad.
Galileo Galilei es considerado con justa razn el padre del mtodo cientfico moderno,
el mtodo experimental. Si bien posiblemente no lo invent, es quien lo sistematiz y propag
a partir de sus experimentos. Afirma en sus escritos (inclusive los inditos) que realiz
numerosas experimentaciones a partir de las cuales dedujo las leyes naturales que regan los
fenmenos estudiados. Pero en los aos 1920-1930, varios historiadores de la ciencia pusieron
en duda su versin. Segn ellos, Galileo no poda, con los medios de que dispona, realizar
mediciones suficientemente precisas como para sacar conclusiones de sus experimentos.
Autores como Paul Tennery (32) y Alexandre Koyr (33) afirman que a lo sumo los
pretendidos experimentos eran experimentos mentales. Llegaron a negar siquiera la
posibilidad de realizar esos experimentos, sin molestarse en verificar por si mismos si sus
afirmaciones eran ciertas. Claro, como verdaderos racionalistas, eso hubiera sido un
contrasentido. Si sostienen que razonando se puede llegar a la verdad, no es necesario
verificar si un experimento se puede o no realizar. Basta que mediante un razonamiento se
demuestre que no se puede realizar. Que el razonamiento pueda no corresponder con la
realidad, es inconcebible. Llegaron a decir que a Galileo le caba la gloria y el mrito de
haber sabido prescindir de experimentos (en absoluto indispensables, como lo demuestra el
mismo hecho de haber podido prescindir de ellos) y prcticamente irrealizables con los
medios experimentales a su disposicin. Aparte de la inconsistencia de citar una supuesta
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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prueba experimental para sostener su afirmacin (lo que est entre parntesis), Koyr est
acusando al padre de la fsica moderna de uno de los peores fraudes cientficos, la invencin
de experimentos y resultados que no se efectuaron en la prctica.
En los aos 1960-1970, otros historiadores analizaron los escritos inditos del sabio
italiano, y en muchos casos realizaron los experimentos descritos, y encontraron que pese a la
penuria de instrumental preciso debido a la baja tecnologa de la poca, estos experimentos
confirman la informacin consignada por Galileo en sus papeles. Todo el andamiaje
apriorstico de Koyr se vino abajo, aunque qued en pi algo: si bien Galileo se bas en
experimentos, tambin debi realizar un considerable trabajo de abstraccin y
conceptualizacin para obtener los esquemas tericos correctos y rebatir una gran cantidad de
pseudoevidencias acumuladas a lo largo de los siglos.
Esto lleva a una causa de sesgo en los trabajos cientficos, que fcilmente cae en el
fraude: la defensa de una tesis cara al investigador. No se puede decir que Koyr haya
cometido fraude al afirmar que los experimentos de Galileo no se podan realizar. Analiz al
menos los ms importantes experimentos del italiano y refut la posibilidad de hacerlos con
detalle, sobre una base puramente mental. No afirm haber tratado de efectuarlos y que no
funcionaron, as que en principio no minti. Pero sus razonamientos estaban equivocados,
porque otros cientficos s pudieron repetir los experimentos, obteniendo los resultados
informados por Galileo. Al no tener un mtodo objetivo para determinar si sus razonamientos
eran correctos, se equivoc.
Este no es un problema menor. Las ideas racionalistas no solo son sostenidas por
algunos epistemlogos e historiadores de la ciencia, tambin algunos cientficos las sostienen,
a veces conscientemente, a veces inconscientemente. Como seres humanos, los cientficos a
veces tenemos tendencia a los extremismos: un extremismo extendido, actualmente
incentivado por el auge de los ordenadores, es la creencia de que lo que sale de un ordenador
es la palabra revelada de Dios. Muchos cientficos tericos confan ms en los resultados
escupidos por la impresora de su PC, que en la realidad palpable. Creen que el modelo es la
fiel representacin matemtica de la realidad fsica, y que no hace falta contrastar los
resultados de los modelos con la realidad. Desde la prediccin de las catstrofes ecolgicas a
los efectos de un medicamento, todo puede ser predicho con un modelo adecuado, sin
necesidad de experimentos. La idea se ha extendido incluso a medios no cientficos, y
asociaciones de derechos de los animales se oponen a la experimentacin de nuevos
medicamentos con ellos, alegando que la modelacin por ordenador puede sustituir a las
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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crueles torturas infligidas en nombre de la ciencia a las pobres criaturas indefensas.
Obviamente, no saben que lo que se conoce de biologa, con ser inmensamente superior al
conocimiento que se tena apenas 40 aos atrs, es todava una gota de agua frente a un
inmenso mar de cosas que ignoramos. Un modelo puede predecir los efectos de fenmenos y
relaciones que ya sabemos, pero no lo que ni siquiera sospechamos que existe.
El lector habr adivinado a esta altura del trabajo que los autores no son racionalistas.
Pero no es enemigo de los tericos. Son muy necesarios. Alguien debe unir los fenmenos
naturales, a veces sin conexin aparente entre s, en una teora armnica que los explique y
permita hacer predicciones. Pero esa teora est siempre sujeta a revisin, sobre la base de la
confrontacin de las consecuencias de la teora con la experiencia. La historia de la ciencia
est llena de teoras que parecan explicar los hechos, hasta que algo las contradijo, y fueron
reemplazadas por otras, que eventualmente corrern la misma suerte. En qumica, la teora del
flogisto pareca explicar la combustin en forma muy racional, hasta que a Lavoisier se le
ocurri verificar si se conservaba la masa de un sistema que sufra dicho fenmeno. Sin esa
comprobacin experimental, todava seguiramos creyendo que los cuerpos combustibles
tienen la esencia de la llama, el flogisto3, que se va cuando el cuerpo arde, dejando materia
deflogisticada, y que el flogisto tiene peso negativo. Es decir, un racionalista puro, si se
equivoca en su razonamiento, est condenado a estar eternamente en el error.
La falsificacin de pruebas El problema de inventar resultados de experimentos que no se han realizado es que a
veces se necesitan presentar pruebas. El paso siguiente, si se quieren cubrir las huellas del fraude
con una cortina de humo, es falsificar las pruebas que apoyen las teoras o los resultados del
falsario. Examinemos algunos de los ejemplos que nos ofrece la historia de la ciencia.
El sapo falsificado de Paul Kammerer
Hay un fraude que reviste particular importancia para la historia de la biologa: el del
sapo falsificado de Paul Kammerer, bilogo viens de principios del siglo XX.
Este asunto constituy un episodio crucial y trgico de la querella entre los partidarios de
la herencia de los caracteres adquiridos (teora de Lamarck, pero que Darwin tambin admiti) y
los seguidores de la teora de Weisman, para los que esto era imposible. Paul Kammerer,
zologo del Instituto de Investigaciones Biolgicas de Viena, a partir de 1909 sostuvo que haba
3) Principio inflamable que supuestamente contenan todas las sustancias combustibles.
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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realizado toda una serie de experiencias que, segn l, probaban la herencia de las caracteres
adquiridos (34). La polmica se centr, sobre todo, en sus experiencias con el sapo partero Alyfes
obstetricans, animal esencialmente terrestre. Se acopla en tierra y el macho no posee cepillo
copulador, es decir, callosidades en las manos y los antebrazos. Por el contrario, los machos de
numerosas especies de ranas y sapos que copulan en el agua, poseen estos cepillos copuladores.
Segn un razonamiento estrechamente "utilitarista" que prevaleca en la poca (y que rige
todava a menudo en nuestros das), estos rganos permitiran al macho agarrarse fuertemente a
la hembra durante la cpula. Desde el punto de vista del utilitarismo, esto pareca ser
enteramente una adaptacin: los anfibios acuticos necesitan estos cepillos, ya que sin ellos
resultara difcil el abrazo en el agua, donde el cuerpo de la hembra es resbaladizo. Y siguiendo
con el mismo criterio, el sapo partero que se empareja en tierra no precisaba estos cepillos
porque la piel de la hembra es lo suficientemente seca y spera. A partir de 1909, Kammerer
afirm haber inducido a unos sapos parteros a acoplarse en el agua; posteriormente, los machos
as tratados adquiran cepillos copuladores, y este carcter se transmita hereditariamente, de
modo que en la quinta generacin tratada de esta manera, todo los machos los posean. El sapo
de vida terrestre adquira estas estructuras anatmicas cuando era obligado a realizar su abrazo
copulatorio en el agua, tarea de por s muy ardua y difcil, y las transmita a su progenie. Por
esto, los experimentos de Kammerer eran una demostracin perfecta de la herencia de caracteres
adquiridos, pero casi imposibles de reproducir.
A partir de 1910 se entabl la controversia entre Kammerer y William Bateson, el
genetista britnico ms conocido en aquella poca y weissmaniano convencido. Despus de varios
episodios, Kammerer realiz, en 1923, un viaje a Inglaterra para dar una serie de conferencias, y
llevaba consigo un frasco en el que haba el ltimo ejemplar conservado que le quedaba de los
sapos transformados. Pero los partidarios y adversarios de Kammerer no pudieron ponerse de
acuerdo sobre lo que vean en el sapo. Por consiguiente, la visita de Kammerer a Gran Bretaa
acab en "tablas". El asunto volvi a la actualidad en 1926, cuando G.K. Noble, conservador del
Museo Americano de Historia Natural, visit el Instituto de Investigacin Biolgica de Viena, y
le autorizaron a examinar el famoso sapo (en aquella ocasin Kammerer se haba ausentado del
Instituto, y fue su director, Karl Przibram, quien recibi a Noble). En su carta a Nature, del 7 de
agosto de 1926, G.K. Noble manifestaba que con la ayuda de una lupa binocular no observ
callosidades, ni espinas o asperezas en las manos del sapo. Por el contrario, haba advertido que
las superficies ventrales y dorsales de la mano izquierda eran de color negro, y que esta capa
negra pareca proceder de una capa profunda de la piel. Entonces examin minuciosamente esta
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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pata y vio una sustancia colorante negra extendida en gruesas capas que, sin posibilidad de error
identific como tinta china. De este modo habla sido falsificado el famoso sapo. En una carta a
Nature, que acompaaba a la de Noble, Karl Przibram reconoca que el espcimen examinado
actualmente no tena ya callosidades ni espculas pero que las haba tenido anteriormente y que
las numerosas dificultades para realizar demostraciones por el mundo le deban de haber
deteriorado y hecho perder sus espculas. En cuanto a la tinta china, reconoca que alguien haba
debido inyectarla, probablemente para luchar artificialmente contra el blanqueamiento
progresivo generado por la luz del da sobre la zona negra original de la mano. Segn Przibram,
el responsable no era el propio Kammerer, pues l haba permitido las investigaciones.
Kammerer se suicid el 23 de septiembre de ese mismo ao, y envi una carta a Przibram en la
cual juraba que no era el autor del fraude. Por otro lado, no es absolutamente cierto que
Kammerer se hubiera suicidado a causa de este asunto. Segn ciertos rumores, "pudo influir en
la decisin fatal de poner fin a su vida el hecho de que una artista vienesa, de la que estaba
enamorado, no se decidi a seguirle a Mosc" (34) (el nuevo poder sovitico haba invitado a
Kammerer a establecerse en la URSS).
Quin administr esta fraudulenta inyeccin de tinta china? Przibram sugiri, en un
artculo necrolgico, que en 1918 un colega, envidioso hasta extremos delirantes, haba intentado
refutar falsamente las "cambios hereditarios" obtenidos en la salamandra (otra experiencia de
Kammerer), y que despus este hombre haba pasado una temporada en un hospital psiquitrico.
No habra intentado el mismo "sabio loco" desacreditar a Kammerer realizando el fraude? El
escritor Arthur Koestler, que en 1972 public un libro sobre este tema, sugiere que tambin
pudieron haber habido razones polticas. Kammerer era conocido en Viena por sus ideas
comunistas y el gobierno sovitico le haba ofrecido continuar en la URSS sus investigaciones
sobre la herencia de los caracteres adquiridos. Koestler sugiere que, al producirse la ascensin
del nazismo en la Universidad de Viena en 1925-1926, tal vez un militante nazi quiso deshonrar
al comunista Kammerer. De todas formas, si se hubiera querido desacreditar mediante este
procedimiento la tesis de la herencia de los caracteres adquiridos, adems de perverso, habra
resultado perfectamente intil. Un descubrimiento realizado en 1924 anulaba toda conclusin
sobre los Alytes acuticos de Kammerer: se haba descubierto en la naturaleza un Alytes terrestre
que presentaba cepillos copuladores. Por consiguiente, los sapos de Kammerer podan tener
perfectamente cepillos copuladores, sin que su rgimen acutico interviniera para nada en ello.
Este trgico episodio seala varias caractersticas del fraude cientfico (suponiendo que
lo era y no un error o un intento de desacreditacin), las cuales parecen repetirse en casos ms
Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos
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recientes: primero el responsable era un individuo talentoso, bien informado y con una slida
formacin acadmica; segundo, trabajaba en un instituto de reconocido prestigio; tercero,
public la mayor parte de sus trabajos en revistas cientficas de primer orden: cuarto, present
sus trabajos ante auditorios del mejor nivel acadmico, y quinto, convenci, por un tiempo al
menos, a una buena parte de la comunidad cientfica.
Los ratones teidos de Summerlin
El apao del sapo de Kammerer lleva ahora a otro caso de fraude ms reciente, los
ratones de Summerlin. En 1973, La Recherche (35) dio cuenta de los espectaculares resultados
del inmunlogo norteamericano W.T. Summerlin. Este investigador trabajaba en el instituto
Sloan Kettering, uno de los centros de investigacin de ms renombre mundial, bajo la direccin
del no menos prestigiado inmunlogo Robert A. Good.
Se conoce de sobra el problema que plantean los injertos entre individuos no
emparentados; si se inserta a un sujeto, o receptor, un rgano o un tejido procedente de un
donante no emparentado, las defensas inmunitarias del receptor lo rechazan rpidamente. Para
evitarlo, se suele administrar al receptor un tratamiento inmunosupresor, que disminuye la
reaccin de rechazo, pero tambin merma la resistencia del receptor a las infecciones y a los
tumores. Summerlin tuvo la idea de realizar un cultivo de rganos con fragmentos de piel antes
de injertarlos. Daba la impresin de que los fragmentos as cultivados perderan su condicin de
tejido extrao: aparentemente no suscitaban ya reaccin inmunitaria y pareca factible el injerto
definitivo sin recurrir al tratamiento inmunosupresor. Mediante esta tcnica, Summerlin haba
obtenido varios resultados supuestamente notables, especialmente injertos persistentes de piel de
ratones blancos en ratones grises y, en el caso de la especie humana, de piel de mujer blanca en
un hombre negro. Estos trabajos presentaban perspectivas muy prometedores para la ciruga y el
tratamiento de quemaduras.
Lo experimentos de Simmerlin impresionaron al propio Good y a inmunlogos de la talla
de Medawar, Benacerraf y Kumbel; sin embargo, otros investigadores pronto empezaron a tener
dificultades para reproducir sus resultados y a plantear dudas sobre la validez de sus teoras.
Por desgracia, la gran esperanza suscitada por estas investigaciones dur poco tiempo.
Summerlin no consigui reproducir su primeros resultados, lo cual los hizo sospechosos a las
ojos de la comunidad cientfica. Exasperado, al tener que enfrentarse con una inminente
comisin investigadora, Summerlin debi querer, sin duda, salvar su prestigio. La noche del 27
de marzo de 1974 procedi a maquillar los ratones, tiendo con un marcador de fibra su pelaje
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para hacer creer que los injertos haban arraigado. Pero aquella misma noche fue sorprendido
realizando su fraude, y, por ello, suspendido de su empleo. La expectacin cientfica, los rumores
de un premio Nobel y el futuro promisoria para pacientes que requeran trasplantes se
desvanecieron en un instante (36, 37).
Summerlin era un brillante investigador en el rea de la inmunologa dermatolgica, que
lleg a ser conocido como el "muchacho de oro de la dermatologa". Trabajaba tanto, que
frecuentemente dorma en su laboratorio y empezaba sus labores a las cuatro de la madrugada;
daba, adems, la apariencia de ser un cientfico compulsivo, que en forma genuina haba
dedicado su vida entera a la investigacin. Estuvo en los mejores laboratorios y obtuvo el
asesoramiento, la crtica y la colaboracin de los hombres ms prominentes de su campo; sus
artculos se publicaron en las revistas cientficas de mayor trascendencia (37). Sus acciones no
pueden explicarse por ignorancia o por ingenuidad; por el contrario, son el resultado de un
ingenioso pero malvolo plan para obtener notoriedad y prestigio.
En un artculo crtico muy interesante (38), el profesor Prunieras, que haba intentado
reproducir por su cuenta los resultados de Summerlin en ratones, hace un balance de este caso.
Llama la atencin sobre el hecho de que el crdito otorgado a los extraordinarios resultados de
Summerlin proceda de la conjuncin de dos factores: los resultadas cientficos, que parecan
convincentes, y la garanta de eminentes especialistas internacionales, tales como el profesor
Robert Good. Si los resultados cientficos se han revelado, finalmente, como inexactos - no
existe injerto de piel persistente- diversas circunstancias pudieron hacer creer momentneamente
en un xito, y especialmente la persistencia - nunca explicada- de regiones de pelo blanco en el
lugar de la cicatriz de los injertos en el receptor; tales regiones de pelo blanco podan mover a
pensar, a priori, en la permanencia de la piel del donante. Finalmente, el gesto de Summerlin
quizs fue la accin desesperada de un investigador que crey encontrar un resultado importante,
que obtuvo unas conclusiones demasiado aprisa y que no supo resistir las exigencias de la
comunidad cientfica que le peda cuentas.
Interesa sealar que recientemente varios grupos de inmunlogos (por ejemplo, el de
Kevin Lafferty, en Australia, o la unidad de trasplantes del Hospital Hammersmith, de Londres)
realizaron experiencias similares a las de Summerlin, en las cuales parecen haber tenido xito.
As, pues, es una pena que el fraude de Summerlin desacreditara durante varios aos este tipo de
trabajos, que merecan ser efectuados mucho antes.
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El caso de von Darsee
El episodio de Summerlin no es, por desgracia, un caso aislado de fraude. John R. von
Darsee, un brillante investigador de Harvard que a los 33 aos contaba con cerca de 100
publicaciones, incurri en el mismo error. Se asoci con Braunwald, uno de los cardilogos ms
prestigiados de la Universidad de Harvard y colabor con un captulo de su Opus magnum:
"Hart Disease: A Text Book of Cardiovascular Medicine", publicada en 1980 en dos tomos de
2000 pginas cada uno. Su trabajo estaba orientado al estudio de ciertos medicamentos y
procedimientos que permitan una dramtica recuperacin despus de un infarto de miocardio.
Su labor era ardua y eficaz, sus datos limpios y consistentes, pero lleg el da en que aparecieron
las sospechas. Algunos de sus colegas dudaron que von Darsee pudiera llevar al cabo tantos
experimentos y otros lo vieron "fabricar" ciertos registros electrocardiogrficos cuando le
solicitaron sus datos experimentales para confirmar algunos manuscritos que estaban por
enviarse a publicacin. En 1981 se haba establecido que el doctor von Darsee, en los informes
de sus investigaciones en Harvard y Emory, sola incluir afirmaciones y datos falsos con la
intencin de presentar resultados y conclusiones exitosas sobre investigaciones en las que haba
fracasado. Despus de un complicado proceso de auditora, el brillante joven de Harvard confes
que haba fabricado muchos de sus datos (39, 40).
Ninnemann y los fondos federales de investigacin
El inmunlogo John L. Ninnemann, Ph. D., cuando era profesor de la Universidad de
Utah, fragu datos experimentales para obtener subsidios federales por 1,2 millones de dlares.
Este fraude puso en el tapete la discusin de si las universidades son vctimas o coconspiradores
de tales personajes, ya que las universidades involucradas (la de Utah y la de California) tuvieron
que devolver el triple de lo defraudado por Ninnemann. Sin embargo, ambas universidades
avalaron los pedidos de Ninnemann, pese a haber sido advertidas de problemas con su trabajo.
J.T. Condie, que fuera tcnico jefe de laboratorio en el de Ninnemann en el Departamento de
Ciruga de la Universidad de Utah, donde realizaba investigaciones sobre la causa de la
supresin del sistema inmunolgico luego de quemaduras, en 1983 haba encontrado
discrepancias entre los registros de laboratorio de la investigacin y las informes de Ninnemann
en publicaciones y congresos. Cuando lo inform en el Departamento, se le dijo que callara.
Ninnemann recibi una reprimenda de la universidad y se cambi a la de California en San
Diego. Irnicamente, Ninnemann fue perifricamente involucrado en otro sonado caso de fraude
cuando era un investigador joven: en 1974, era investigador en el Instituto de Investigaciones del
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Cncer Sloan-Kattering de Nueva York, donde William T. Summerlin colore los parches
negros sobre ratones blancos con una lapicera de fibra, cuando fallaron sus experimentos de
supresin del rechazo de injertos de piel. Ninnemann fue uno de las investigadores que no pudo
reproducir los resultados que haba informado Summerlin (41).
El hombre de Piltdown4
A propsito del caso Kammerer, que quizs se trataba de un asunto de rivalidades
personales, se ha visto que el fraude puede tener por objetivo desacreditar a un colega. Parece
que el clebre caso del "crneo de Piltdown" pertenece a este tipo, si se han de creer las
revelaciones hechas en 1978, ante de morir, por el gelogo britnico J.A. Dougias (42).
El 18 de diciembre de 1912 hubo una reunin en Burlington House, Piccadilly,
Londres, sede de la Geological Society de Inglaterra. Dos hombres se dirigieron a la audiencia
expectante: Charles Dawson, secretario de la Sussex Archaeological Society, y Arthur Smith
Woodward, gelogo del British Museum. Anunciaron haber encontrado el crneo humano
ms antiguo jams desenterrado en la isla. Ello halagaba la vanidad britnica, fuertemente
sacudida por el xito de franceses y alemanes en desenterrar fsiles antiqusimos. El eslabn
perdido era ingls, y consecuentemente Inglaterra era la cuna de la humanidad. El espcimen,
llamado el hombre de Piltdown, ocup un lugar de honor en los catlogos de fsiles por
cuarenta aos (43).
El crneo de Piltdown, fue considerado el famoso "eslabn perdido entre el mono y el
hombre, previsto por la teora de la evolucin: el crneo de este fsil se caracterizaba como
perfectamente humano, mientras que la mandbula pareca (y con motivo!) la de un
chimpanc. En 1953, el British Museum tuvo que reconocer oficialmente que el "hombre de
Piltdown" era una falsificacin: se haba combinado un crneo de hombre moderno con una
mandbula de orangutn y el conjunto haba sido cuidadosamente amaado para dar la
impresin de "antiguo".
En 1953 se descubri el engao, que haba resistido por cuarenta aos a las
investigaciones de los mejores especialistas del mundo. Fue planeado y ejecutado en algn
momento entre 1907 y 1911. La falsa calavera de homnido fue fabricada con el crneo de un
hombre moderno que fue engrosado por una enfermedad sufrida durante su vida, dndole un
aspecto primitivo, y media mandbula inferior de un orangutn, de la cual fueron removidas
4) Localidad de Gran Bretaa en el condado de Sussex Oriental, situada al NO de Uckfield. En sus inmediaciones fueron descubiertas en 1912 unas osamentas, conocidas con el nombre de hombre de Piltdown o Eoanthropus Dawsoni.
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partes que podan descubrir su procedencia, y cuyos dientes haban sido limados para parecer
dientes humanos, y un canino alterado suelto. Al mismo tiempo se plantaron en el lugar
artefactos antiguos y huesos de mamferos extintos. En total, se colocaron 37 piezas de hueso
y piedra, cada uno cuidadosamente elegido para un determinado propsito, cada uno alterado
y teido hasta alcanzar la coloracin de la grava donde se los encontr. Lo que es ms, otros
diez fragmentos de huesos humanos y animales fueron preparados y plantados en dos lugares
diferentes de la zona de Piltdown. Desde 1912 a 1913 los fragmentos fueron descubiertos,
muchos de ellos por Dawson, algunos por Smith Woodward, y el canino arreglado, por
Pierre Teilhard de Chardin, un seminarista jesuita que se transform luego en un famoso
paleontlogo y evolucionista. Smith Woodward us el crneo y la mandbula para reconstruir
una cabeza completa del homnido. Si bien muchos cientficos encontraron sospechoso el
material, muchos otros lo tomaron por legtimo. Sin embargo, an los ms crticos no
sospecharon que era un fraude. Hubo algunos que sospecharon la verdad, como G.S. Merritt,
del Smitsonian Institute, en 1930, que fue disuadido de publicar sus conclusiones por sus
colegas. En 1953, el antroplogo Joseph S. Weiner y el anatomista Wilfrid E. Le Gros Clark,
ambos de la Universidad de Oxford, y Kenneth P. Oakley del British Museum of National
History, probaron la falsedad (43).
En 1972 aparecieron dos libros sobre este tema: en uno de ellos se acusaba al
anatomista australiano G.E. Smith, de haber querido ridiculizar al eminente paleontlogo
Arthur Smith Woodward, conservador del British Museum y principal "defensor " del crneo
de Piltdown, con el fin de apropiarse de su cargo. En otro libro, publicado tambin en 1972,
se inculpaba a otro conservador, el del museo de Hastings, de haber querido vengarse por una
promesa incumplida efectuada por Charles Dawson, autor del descubrimiento del crneo de
Piltdown. Se sugiri que el autor del fraude podra haber sido Teilhard de Chardin. Segn las
revelaciones de Douglas, el autor no sera otro que su antecesor en la ctedra de geologa de
Oxford, William Sollas. El objetivo habra sido ridiculizar a su colega Woodward, por envidia
profesional. Otras hiptesis sugeran que el autor del fraude haba podido ser el propio
Dawson, (conocido ya como simulador), que conoca perfectamente el terreno, tuvo la
oportunidad de plantar los falsos fsiles y estaba desesperado por fama y reconocimiento por
la comunidad cientfica, y quera ser miembro de la Royal Society. Fue nominado varias
veces desde 1913, pero siempre sin xito, hasta que falleci en 1916. Pero l no tena acceso a
las 47 piezas plantadas en los tres sitios de Piltdown, ni tena suficiente conocimiento de las
varias disciplinas cientficas necesarias para producir un fraude tan exitoso. Necesitaba al
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menos un cmplice. Un cientfico con la preparacin necesaria y el acceso al material
necesario para la farsa: crneos humanos, restos de mamferos extintos, una mandbula de
mono, y antiguas herramientas de piedra. El historiador Ian Langham de la Universidad de
Sydney concluy en 1984 que fue Arthur Keith. Este no haba sido sospechado antes, por
haber cubierto cuidadosamente sus huellas. Por ejemplo, simul estar enfermo en la poca de
los descubrimientos. Sin embargo, el anlisis de su diario, publicaciones y cartas dan indicios
de que menta, y que intent cubrirse en su diario. Sabiendo que el crneo era
patolgicamente engrosado, fue fcilmente rastreado hasta el Royal College, donde Keith
trabajaba, y que tiene la mayor coleccin de esqueletos patolgicos del Reino Unido.
Ya antes de la conclusin de su culpabilidad, Keith haba sido acusado por colegas de
publicar informacin falsa. Por ejemplo, en 1914, E. Smith escribi de l que tena la
tendencia de publicar basura que l sabe que es falsa. Tobias da algunos ejemplos ms de
esta opinin de los colegas de Keith.
Parece que Keith tena dos motivos para el fraude. Uno era el establecimiento de un
concepto particular de la evolucin humana, el otro era simplemente el deseo de avanzar en la
carrera y la ambicin. Keith crea que los ancestros humanos tenan crneos esencialmente
iguales a los actuales, y que el espesor mayor no era importante. Habra plantado los falsos
fsiles para probar su teora, al ver que las excavaciones en serio no daban muestras de
antiguos crneos de la forma correcta segn l. El otro motivo surge de que de toda la gente
involucrada en el affaire, Keith fue el que ms se benefici en su carrera. Desde el comienzo,
Keith aplaudi el descubrimiento con gran entusiasmo, llamando al fsil uno de los
descubrimientos ms notables del siglo XX, uno, quizs no accidentalmente, que verificaba
toda su teora acerca de los orgenes de la humanidad. En 1912, Keith no era miembro de la
Royal Society, y su candidatura fue rechazada dos veces. Alcanz el honor en 1913. En 1921,
fue ennoblecido como Sir Arthur Keith. Muri en 1955, escapando a su descrdito.
Gupta y los fsiles del Himalaya
A fines de la dcada de 1970 comenzaron a circular rumores acerca de la confiabilidad
de los trabajos cientficos del gelogo indio Vishawa Jit Gupta, profesor de la Universidad del
Punjab e
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