FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADESDEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA
ESTRATEGIAS METAFÓRICAS EN LA CONSTRUCCIÓN DISCURSIVA DE LA IDENTIDAD EN UN JÓVEN MAPUCHE URBANO
TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE LICENCIADO EN LENGUA Y LITERATURA
Sebastián Núñez Torres
PROFESOR GUÍA: Marcela Ruíz
Santiago, Chile2014
Agradecimientos
Ezra Pound una vez dijo: “Ningún pensamiento es una posesión personal. Lo usual
es que el conocimiento sea un acto de colaboración”. Hoy, tras el largo proceso de terminar
esta tesis, su sentencia cobra un sentido indiscutible. Razón de ello es que ninguna de estas
palabras sería posible sin el apoyo fundamental de un grupo de personas que agradezco
sean parte de mi vida.
Entre ellas, quiero agradecer a mis padres, pilares de todo lo que soy, por su
inmensa sabiduría y su amor incalculable a través de los años. Saben que ninguna frase de
gratitud sería suficiente para expresar la medida de mi consideración hacia ustedes. A mis
hermanos con quienes he tenido la suerte de experimentar la más noble de las camaraderías
y el privilegio de estar siempre acompañado en los buenos y malos momentos. A María
Paz, por su amor, su compañía y su apoyo indispensable en esta tarea: eres una luz que
extingue la oscuridad.
A Marcela Ruiz, profesora guía y sabia consejera cuya orientación fue el faro que
permitió a este trabajo llegar a buen puerto. Y por último, a todas las personas cercanas que
compartieron su amistad desinteresada y sus valiosas opiniones que, sin duda, fueron un
aporte significativo para dar el primer gran paso en mi carrera académica.
Gracias a todos.
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Índice
1. Introducción……………………………………………………………… 4-7
1.1 Identidad étnica y discurso…………………………………………... 5-7
2. Marco teórico……………………………………………………………. 8-14
2.1 Metáfora, cognición y discurso……………………………………… 10-11
2.2 Acerca de la metáfora……………………………………………….. 11-14
3. Metodología……………………………………………………………... 15-17
4. Análisis………………………………………………………………….. 18-27
5. Conclusión………………………………………………………………. 28-30
6. Bibliografía……………………………………………………………… 31-32
7. Anexos…………………………………………………………………... 33
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Introducción.
La teorización y el análisis de la identidad étnica lidian con el problema de su
entendimiento como un fenómeno estático, es decir, como objeto sin tomar en cuenta su
proceso y el discurso como un factor constitutivo. Tal como lo consignan Merino y Tileaga
respecto a las limitaciones de una aproximación meramente objetiva, “no se puede ni
siquiera empezar a teorizar sobre las identidades de las minorías étnicas […], sin
preguntarse de qué modo la identidad está realmente puesta en juego, y en qué medida
constituye una preocupación esencial para los actores sociales” (2011, p. 571). Al respecto,
los autores proponen que un estudio sobre las identidades culturales debe suponer
elementos que subyacen a sus expresiones materiales, dando especial importancia al papel
del discurso. Por lo tanto, se considera que lo identitario consiste en un “rasgo de cómo las
personas se describen a sí mismas” (Antaki et. al, 1996, p. 474). Es decir, se tomará como
base que la identidad étnica no puede ser abordada en cuanto que objeto estático, sino como
discurso dinámico, resultante de un proceso flexible y contextualizado.
Sobre la relación entre discurso e identidad, Leonor Arfuch afirma: “no hay
identidad por fuera de la representación, es decir, de la narrativización, pues narrar es
hablar de una vida en donde cada sujeto, usando los recursos del lenguaje, de su cultura y
de su historia, se representa, es representado o puede representarse siempre” (2002, p. 22).
Si la identidad es más que un objeto resultante de las prácticas sociales de determinados
grupos y se inserta en el discurso, en la historia narrada de los sujetos mismos, luego
implica que es posible entenderla en función del lenguaje y de las estrategias usadas para
representar las experiencias humanas. Dentro de tales estrategias, Lakoff identifica que las
metáforas son un elemento esencial del lenguaje, tan arraigadas que incluso las utilizamos
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de manera inconsciente (1986). Por tanto, es pertinente afirmar que un estudio de la
construcción discursiva de la identidad étnica, basado en el lenguaje, debe contemplar
también las estrategias metafóricas que le resultan inherentes.
Identidad étnica y discurso
Dadas las nuevas y globalizadas formas de la sociedad, los estudios sobre las
identidades étnicas y, en general, el enfoque sobre las comunidades nativas ha aumentado
en los últimos años (Barbero, 2000). Tal es el caso del pueblo mapuche, grupo que
recientemente ha concitado el interés por rescatar su riqueza cultural, dando cuenta de los
problemas para preservar su identidad frente a un mundo cada vez más homogéneo.
Mauricio Neculmán (2011), a través de entrevistas a jóvenes mapuches de Santiago, analiza
su discurso identitario, resaltando la forma en que los propios entrevistados se ven a sí
mismos. Su estudio indaga en las experiencias subjetivas, expresadas a través de
construcciones semánticas, para extraer un posicionamiento basado en categorías que
funcionan como “constituyentes étnicos” y de los cuales se obtiene la evidencia del modo
en que estos jóvenes articulan su identidad dentro de la sociedad híbrida chilena. Esto
ocurre mediante una autodescripción de vivencias de los sujetos dentro de la comunidad
global, que revela que su identidad está profundamente influenciada por su desempeño
dentro de la sociedad como miembros activos. Así, su discurso es el de actores integrados
a la vida urbana, pero que conserva rasgos constituyentes como el uso del mapudungun, la
historia de los antepasados y los rituales, entre otros.
Merino y Tocornal (2012) también trabajan con la relación entre identidad étnica y
discurso. En su estudio entrevistan a jóvenes mapuches de Temuco y Santiago para
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comparar respuestas en torno a las estrategias discursivas que éstos utilizan para articular su
identidad. Sus resultados arrojan que la construcción de la identidad mapuche ocurre
mediante un posicionamiento activo o pasivo frente a la sociedad chilena. En éste, el
apellido, la lengua mapuche y las tradiciones culturales juegan un papel fundamental como
factores constituyentes de sus rasgos identitarios. Un escenario semejante se aprecia en el
ya mencionado estudio de Merino y Tileaga (2011), donde a través de entrevistas
semiestructuradas, se remarca la importancia del discurso para entender la complejidad de
las identidades étnicas, pues analiza la propia narración o la forma en que adolescentes
mapuches representan su identidad a partir de elementos lingüísticos.
Pero la relación entre la identidad étnica y el discurso no solo está dada por la
descripción autorreferente de jóvenes mapuches o la experiencia individual. También hay
un sustrato de lo identitario mapuche en su discurso público, de origen colectivo. Jaime
Otazo (2002) recoge esta evidencia en su trabajo sobre el rol del discurso público mapuche
en la configuración de su identidad. El autor argumenta que este tipo de expresiones suelen
asociarse a medidas de presión por parte de los mapuches para obtener respuesta a sus
demandas sociales frente al Estado chileno. Sin embargo, dentro del discurso público
mapuche hay “marcas identitarias” tales como las expresiones en mapudungun, la
adjetivación de conceptos asociados a su imaginario indígena y contenidos referenciales
propios, entre otros, que funcionan como estrategias para constituir su identidad y que, aún
cuando no sea su fin primario, poseen contenido étnico-cultural suficiente para activar
procesos identitarios. Por otro lado, Hugo Carrasco afirma que el discurso público mapuche
es un “tipo de comunicación intercultural” (2005, p. 1) que sirve como nexo entre el mundo
indígena y la sociedad global. Esto a raíz de las relaciones conflictivas que sostienen los
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grupos mapuches urbanos con la clase dirigente chilena. En dichos discursos, de acuerdo a
Carrasco (2005), también hay claros indicios de una propuesta identitaria que surgen del
Metadiscurso Mapuche donde se fundamentan sus creencias, sus prácticas y su visión del
mundo, a fin de reivindicar las tradiciones indígenas frente a la sociedad mayoritaria,
altamente globalizada.
Los trabajos revisados dan cuenta, por una parte, de un enfoque psicológico basado
en la acción y construcción de identidad, que obtiene evidencias de estrategias para definir
lo identitario a partir del discurso mediante entrevistas a grupos de jóvenes mapuches. Por
otra, se analiza el discurso público mapuche y la presencia en éste de contenidos étnico-
culturales que dan cuenta de una propuesta identitaria. En todos los casos el papel del
discurso es crucial, en virtud de que los rasgos identitarios van más allá de factores
fenotípicos, pues éstos se constituyen también en base a estrategias discursivas. Sin
embargo, aún no es predominante el interés por identificar el funcionamiento de las
mismas, sino más bien la frecuencia y los factores que las motivan, ya sean políticos,
religiosos, históricos, etc. En consecuencia, resulta necesario plantear: ¿Cuáles son las
estrategias metafóricas, dentro del discurso identitario, utilizadas por los jóvenes mapuches
urbanos para construir su identidad?
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Marco teórico
El discurso se trata de un evento comunicativo, una forma de uso del lenguaje y a la
vez de interacción social, que involucra el contexto y cuyo significado remite no solo al
lenguaje verbal y no verbal, sino también a una estructura cognitiva donde existen
estrategias para producir y entender el mismo (Van Dijk, 1993). Este estudio se enfoca en
el discurso situado como una forma de práctica social, cuyo análisis arroja tipos de
posicionamiento y estrategias discursivas que funcionan como constituyentes identitarios.
Sobre la asociación entre discurso e identidad, Díaz (2010) afirma que “En primer lugar, la
Identidad es un constructo narrativo que le permite al individuo definirse y construirse a sí
mismo” (p. 127). Esto implica que los constituyentes de la identidad provienen antes que de
factores fenotípicos, de la narración subjetiva de la experiencia. Ésta se establece
discursivamente y permite fundamentar y articular la identidad de los sujetos. Así, se
entenderá que los rasgos identitarios mapuches se estructuran a través del discurso y de sus
estrategias para autodefinirse.
Por otro lado, la identidad étnica es entendida como el sentido subjetivo de
pertenencia a un determinado grupo étnico con el que se comparten valores, creencias y
prácticas sociales (Phinney, 1990). Además, la identificación con elementos constituyentes
de lo étnico se complementa con relaciones dialécticas dentro de la esfera social, pues se
fortalece la identidad en el reconocimiento de los rasgos propios frente a los externos.
Sobre esto, es relevante el aporte de Bartolomé (2006) respecto a las identidades étnicas
entendidas como construcciones ideológicas nacidas del contraste entre grupos sociales. Él
afirma que “[…] la identidad étnica se construye como resultante de una estructuración
ideológica de las representaciones colectivas derivadas de la relación diádica y contrastiva
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entre un <<nosotros>> y un <<los otros>>” (2006, p. 29). Estas construcciones responden
no solo al ámbito cognitivo, sino también a las conductas de la vida cotidiana en el espacio
de pertenencia a un determinado grupo étnico. Por eso es posible abordarlas desde una
perspectiva ideológica, pues son un conjunto de preceptos, rasgos y actitudes establecidos
desde las comunidades originarias para expresar y proteger su alteridad frente a la sociedad
global. De esta forma, se efectúa una categorización fundada en la otredad, se establecen
los elementos que componen la estructura ideológica de su identidad étnica.
De acuerdo a Merino y Tocornal (2012) una base teórica adecuada para analizar la
forma en que los grupos étnicos narran su identidad, y en concreto cómo los jóvenes
mapuches realizan su autodefinición a través de estrategias discursivas, se encuentra en la
propuesta de Edwards y Potter (1992). Esta reconoce la importancia del lenguaje en la vida
social, pues los discursos pasan a ser constituyentes de los fenómenos psicológicos (Sisto,
2012). La construcción de la identidad mapuche, por tanto, es fruto de la narración de su
experiencia subjetiva. Mediante su discurso se da cuenta de su percepción cognitiva de la
realidad y su posicionamiento ante la misma.
Al respecto, la identidad es planteada como un proceso mediado por el discurso y
cuya expresión es social o de carácter público (Merino y Tocornal, 2012). El discurso
expresa una posición ante el mundo, una ideología y una selección de códigos preexistentes
en el lenguaje para articular lo identitario en el ámbito de la vida comunitaria (Potter y
Wetherell, 1987). De este modo, se afirma que todo sujeto construye su identidad mediante
acciones discursivas que responden a diversas estrategias. En particular, este estudio busca
trabajar con una categoría de análisis de elementos subyacentes al discurso: las metáforas
como estrategias constituyentes de la identidad mapuche.
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Metáfora, cognición y discurso
A partir de la concepción de Aristóteles (2001) sobre la metáfora se han
desarrollado, a grandes rasgos, dos corrientes principales en torno a su teorización. Por un
lado, la línea platónica donde el uso de la metáfora posee un fin didáctico, sin actitudes de
rechazo hacia la misma. Por otro lado, la aristotélica que rehúye de su uso por considerarla
un ademán poético y retórico que se aleja del rigor científico. Esta última aproximación, de
acuerdo a Osorio (2011) es la más cercana a la perspectiva objetivista del lenguaje que por
mucho tiempo subyació a los estudios cognitivos. Para Osorio (2011): “El objetivismo
concibe el pensamiento racional como un tipo de manipulación algorítmica de símbolos.
Estos símbolos poseen un carácter abstracto y arbitrario. Cada símbolo posee un significado
en sí, el que obtiene mediante su asociación con las cosas del mundo” (2011, p. 40). Aquí
se propone que el lenguaje construye mediante sus signos representaciones mentales de la
realidad externa donde no tiene lugar la experiencia subjetiva, pues estaría subordinada a
las convenciones estáticas de la lengua para entender y articular la realidad.
Sobre la base de críticas a la teoría objetivista, Lakoff y Johnson (1986) inauguran
la corriente experiencialista. Esta propone una aproximación semántica cognitiva en la que
se refutan las construcciones prototípicas del pensamiento derivadas de normas estáticas
presentes en el lenguaje. Así, la comprensión del mundo y los significados no provendrían
de estructuras dadas, sino de la experiencia subjetiva y de la capacidad de codificar
expresiones del lenguaje que devienen hacia construcciones mentales de donde el hablante
“extrae” un significado (Gärdenfors, 1995). Por tanto, a partir de la crítica al objetivismo el
enfoque cambia hacia la experiencia y las facultades cognitivas, dando énfasis a la
interacción entre el sujeto y la realidad como medio de aprendizaje (Osorio, 2011).
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Al respecto, Lakoff (1988) propone integrar al concepto de experiencia la
dimensión sensorial y emotiva, junto con las experiencias sociales derivadas de la vida en
comunidad. Ello implica un cambio rotundo en la perspectiva de estudio de los procesos de
conceptualización, pues se afirma que los conceptos no son únicamente de naturaleza
mental, sino que también están influenciados por la experiencia corporal y social. Dicho
proceso se denomina “proyección conceptual”, y en él se incluyen “mecanismos tales como
la categorización, la metáfora y la metonimia” (Osorio, 2011, p. 42). De este modo, al
analizar el lenguaje es posible obtener evidencias de los sistemas conceptuales que
subyacen al mismo; donde la metáfora sigue entendiéndose desde una perspectiva
lingüística, pero dentro del marco más amplio de los mecanismos cognitivos (Osorio,
2011).
Acerca de la metáfora
Aristóteles dice que la metáfora “consiste en dar a la cosa el nombre que pertenece a
otra”. Desde la semántica cognitiva esto corresponde al mecanismo para establecer
conceptos por asociación entre distintos dominios de la experiencia humana (Lakoff, 1989).
Sobre esto, Osorio (2011) postula:
“La metáfora es un tipo de concepto, es decir, una estructura en que está organizado
el conocimiento. […] El concepto metafórico resulta de la proyección de un dominio de
experiencias sobre otro. La lógica que rige en un dominio (el de origen), habitualmente un
dominio más concreto, se proyecta sobre el otro dominio (el dominio meta).” (p. 45)
Este fenómeno de transferencia entre dominios ocurre porque las experiencias más
inmediatas establecen asociaciones que permiten articular conceptos en relación a las
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facultades corporales. Por ejemplo, los sentimientos y estados de ánimo son percibidos
mediante la estructura arriba/abajo, como en la expresión “su humor estaba por el piso”,
que responde al desarrollo de las facultades humanas a través de la verticalidad. Esta
expresión a su vez resulta de la metáfora BUENO ES ARRIBA, la que permite organizar el
conocimiento respecto a dominios de índole emotiva, que son más abstractos, en relación a
dominios más concretos de la experiencia.
De hecho, de acuerdo a Lakoff y Johnson (1986) todo el sistema conceptual humano
es de naturaleza metafórica, pues la realidad es entendida a través de las significaciones que
son articuladas: los conceptos implícitos en el pensamiento no solo son de naturaleza
intelectual, también influyen sobre las acciones cotidianas, incluso en las más simples. A
través de éstos se estructura la percepción, la forma de desempeño en el mundo y la manera
en que son establecidas las relaciones sociales (Lakoff & Johnson, 1986). Así, se advierte
que las metáforas no solo son construcciones retóricas o adornos poéticos, sino también
conceptos que definen la realidad, dándole un repertorio de significación a las experiencias
que acontecen. Las metáforas, entonces, se entienden como “conceptos metafóricos” que
ayudan a entender los fenómenos del mundo en función de las convenciones del lenguaje.
Pero además de entender las metáforas como conceptos o expresiones metafóricas,
es importante destacar su rol como herramienta del lenguaje humano. Rivano (2004)
sostiene que las metáforas son posibles gracias a un vínculo entre conceptos. Estas uniones
ocurren de manera sistemática, son licencias que garantizan la producción semántica y
permiten entender fenómenos cotidianos, pues están presentes de manera tácita en los
hábitos cognitivos. Esto debido a que las metáforas no son una invención particular, sino
que están en el colectivo y devienen hacia la cognición individual como hechos ineludibles,
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como estructuras del pensamiento y la creación lingüística (Rivano, 2004). Un ejemplo
corresponde a la metáfora LA MENTE ES UN CONTENEDOR, de donde se desprenden
expresiones como “saca esa idea de tu cabeza”, “estar lleno de buenas ideas” o “no logro
que la idea entre en su cabeza”, entre otras. En todas ellas la unión entre los conceptos de
contenedor y objeto permite producir una serie de expresiones en torno a la mente y las
ideas (Rivano, 2004).
De este modo, las construcciones lingüísticas que funcionan como una red
conceptual para articular las experiencias subjetivas, remiten a un discurso estructurado en
base a metáforas conceptuales. Este término, ya abordado por Osorio (2011) en su idea del
concepto metafórico, se refiere a una construcción semántica que sirve para establecer una
semejanza entre la literalidad y la expresión metafórica. Al respecto, Soriano (2011) postula
que la metáfora conceptual es un proceso cognitivo en el que un dominio es representado
en términos de otro. Esto implica la utilización del conocimiento de un campo conceptual
más concreto, para articular otro usualmente más abstracto. Así, se habla de un dominio
fuente que es el campo conceptual de origen, y de un dominio meta o destino. Dicha
definición apunta a un esquema metafórico que subyace en el lenguaje e, incluso, en las
acciones cotidianas y que responde a la base experiencial planteada anteriormente por
Lakoff y Johnson (1986).
Por tanto, las metáforas conceptuales surgen en base a tipos de experiencias
concretas en el modo de relación con el mundo. Turner (1992) llama a esto la “experiencia
necesaria” (necessary experience) que subsume algunos esquemas de imágenes a partir de
los cuales se construyen las metáforas conceptuales. Dichos esquemas derivan de las
experiencias corporales y espaciales más primarias. La metáfora conceptual subyacente
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“más es arriba”, por ejemplo, se origina en rasgos biológicos que son comunes al sujeto en
cuanto ser humano, pues parte de su desarrollo en la infancia es aprender a erguirse y
adoptar la posición bípeda. Esta metáfora responde al esquema de verticalidad, cuyo
carácter pre-verbal posibilita que su aparición sea universal (Parente, 2000). Además,
existen metáforas conceptuales derivadas de esquemas propios de cada cultura. Esto se
ejemplifica en expresiones como: “tenía un gran futuro por delante” o “dejó atrás sus
problemas” que respectivamente articulan el dominio de lo temporal en términos del
esquema adelante-atrás. A su vez, esta direccionalidad del tiempo obedece a la disposición
biológica de la especie humana en que la interacción con el mundo se realiza con el frente
de los cuerpos. No obstante, el cruce entre estos dominios para entender la temporalidad no
es común a todas las culturas, pues existen otras, como la mapuche, en que el esquema se
invierte y el futuro se sitúa atrás, mientras que el pasado adelante. Por ende, todo el
repertorio de metáforas conceptuales en dicho caso responde a valoraciones culturales.
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Metodología
1) Enfoque teórico-metodológico.
Para el estudio se utilizó un enfoque cualitativo que mediante el análisis del discurso
buscó las evidencias de estrategias metafóricas en la construcción de la identidad étnica en
un joven mapuche urbano.
2) Participante.
De acuerdo a la pregunta de investigación, el participante corresponde a un joven
mapuche, cuya edad se ubica entre los 15 y 25 años. La vía de acceso fue a través de
CONADI Santiago, entidad que proveyó la información de contacto.
3) Instrumentos.
Para obtener el corpus, se realizó una entrevista semiestructurada dividida en dos
bloques según los siguientes temas: uno de etapas cruciales en la formación del
participante, y otro de aspectos ideológicos derivados de sus experiencias. Para este
propósito, se diseñó un guión de preguntas.
Además, bajo el consentimiento firmado del joven mapuche se utilizó una cámara
de vídeo para grabar la entrevista. Esta fue realizada en un ambiente académico
previamente acordado con el participante.
El guión de preguntas fue el siguiente:
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4) Estrategias de análisis.
Para realizar el análisis se estableció los siguientes pasos: primero se definió un
criterio de transcripción que consideró solo las partes de la entrevista pertinentes a la
pregunta de investigación, sin utilizar códigos para rasgos prosódicos como las pausas o la
entonación. Luego, se organizó el material de acuerdo a los ejes temáticos del guión de
preguntas, a fin de clasificar la información por etapas. Posteriormente se aplicó un análisis
de las metáforas conceptuales y los tipos de esquemas presentes en la muestra. Dicho
análisis se fundó en las siguientes categorías:
Metáfora Tipo
BUENO ES ARRIBA Orientacional
EL CUERPO ES UN CONTENEDOR Primaria
LAS EMOCIONES SON SUSTANCIAS Ontológica
COMPRENDER ES VER Estructural
EL TIEMPO ES DINERO De variascorrespondencias
LA VIDA ES UN VIAJE De variascorrespondencias
EL AFECTO ES CALOR Correlacional
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Se eligió estas categorías debido a que de estos tipos de metáforas se desprenden
una serie de esquemas que constituyen un repertorio conceptual generalizado en base a las
experiencias espacio-temporales del ser humano (Lakoff y Johnson, 1986). Tal es el caso
de esquemas como el de verticalidad arriba/abajo, el de movimiento adelante/atrás, el
primario dentro/fuera, entre muchos otros que devienen a partir de metáforas que operan
como una base de recursos para la producción lingüística. Por eso, cualquiera de las
categorías expuestas puede estar asociada, dependiendo del tipo de enunciado derivado de
las mismas, a estados de ánimo, desarrollo de capacidades, creencias, logro de metas,
valoraciones, sentimientos, etc.
Así, para reconocer los esquemas mencionados se identificó en el discurso del
participante la presencia de enunciados donde se recurrió a transferencia de dominios o
utilización de esquemas derivados de metáforas con base experiencial. Para este propósito
se prestó especial atención a expresiones lingüísticas de comparación, metonimia,
personificación, u otro aspecto que denotara transferencia entre campos conceptuales para
articular experiencias. Por ejemplo, se buscó marcas textuales de comparación que
implicaron un metasemema, es decir, una figura retórica que produce un cambio a nivel
semántico dentro de la lengua (Beristáin, 1995). Tal es el caso de expresiones donde el
sentido se establece mediante relaciones de analogía entre los objetos y cuya principal
marca textual es el adverbio de modo “como” que denota una idea de semejanza: “Bella
como el delantal gastado de una madre” (Teillier, 2004). El mismo criterio se aplicó para
los casos de personificación, metonimia o cualquier enunciado en que la idea fue expresada
mediante algún recurso metafórico.
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Análisis
1) Organización global.
La muestra se dividió en los segmentos temáticos preestablecidos por el guión de
preguntas y cada uno se sometió a las estrategias de análisis planteadas. Estos ejes fueron
los siguientes:
Infancia
Adolescencia
Intereses
Creencias
Identidad étnica
- Infancia: Se indagó en la niñez del sujeto a fin de encontrar evidencias identitarias en el
discurso sobre dichas experiencias. El segmento seleccionado para esta etapa fue el
siguiente:
1- E: ¿Cómo es Tracura?
2- S: Es un valle que está rodeado por cerros, el lugar donde vivo yo… está
Tracura, donde hay un fundo que también era parte de Tracura, pero una
persona compró un pedazo de ese fundo y le colocó Flor del Valle. Entonces la
gente lo tomó bonito y le llamó a ese lugar, al lugar completo, Flor del Valle.
Es un lugar bello, entre dos ríos, bien como llanura.
3- E: ¿Qué es lo que más recuerdas de ese lugar?
4- S: Mi recuerdo más profundo de haber estado en ese lugar: las salidas a
pescar.
5- E: ¿Eso te relajaba?
6- S: Me relajaba bastante, y el hecho de que, estar ahí, en esa espera silenciosa de
que mordiera el pez…era buena; y más encima mejor si conseguías sacar uno.
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El enunciado […] la gente lo tomó bonito […] del segundo segmento corresponde a
una metáfora conceptual de tipo ontológica derivada de la metáfora LAS IDEAS SON
OBJETOS, la cual está asociada a LAS EMOCIONES SON SUSTANCIAS, que pertenece
al mismo tipo. Las marcas textuales de esta metáfora se encuentran en el verbo “tomó” que
se refiere al nombre elegido para la zona descrita por el sujeto en función de un objeto
asible, seguido del adjetivo “bonito”, que añade una cualidad y que expresa una valoración
positiva del mismo. Los esquemas derivados de este tipo de metáforas, de acuerdo a Lakoff
y Johnson (1986), permiten articular abstracciones en términos más concretos del lenguaje
que responden a la realidad material de los sujetos.
Algo similar se aprecia en el enunciado Mi recuerdo más profundo […] del cuarto
segmento. Esto se trata de un concepto metafórico que corresponde a la metáfora
ontológica LAS EMOCIONES SON SUSTANCIAS. El sustantivo “recuerdo”, referente a
hechos del pasado registrados en la memoria del sujeto, es presentado como objeto dotado
de profundidad; con indicios de un arraigo a nivel emocional dentro de las experiencias,
pues el adverbio comparativo “más” denota preponderancia sobre otros eventos pretéritos.
Dichas marcas evidencian una estrategia metafórica para articular la identidad a partir de
experiencias pasadas que influyen en el discurso del sujeto.
La expresión […] esa espera silenciosa […] del sexto segmento, por su parte, es
una personificación que corresponde a una metáfora ontológica dentro de los posibles
esquemas de la metáfora LAS IDEAS SON OBJETOS. El adjetivo “silenciosa” es la marca
textual que otorga una característica humana al verbo “espera”. Dicho enunciado se
presenta como parte de una experiencia constituyente del discurso del participante, pues
éste demuestra que, al menos una parte de su personalidad, adhiere hacia actividades donde
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predomina la armonía y la tranquilidad de la vida retirada. Esto es una estrategia para
construir la identidad en base a experiencias provenientes del entorno en donde el sujeto se
desenvolvió.
- Adolescencia: Se buscó establecer vínculos en las experiencias pasadas del participante,
en especial aquellas relacionadas con transiciones significativas en su vida. Para este fin, el
segmento textual seleccionado fue el siguiente:
1- E: ¿Qué sentiste al darte cuenta que dejaste de ser niño?
2- S: Eh…se empieza a complicar todo, por lo menos a mí se me empezó a complicar
todo. Porque, cómo decirlo, tenía un camino grande por recorrer, así ancho, por
el que podía ir al lugar donde quisiera y de repente se achica…y empiezan a caer
responsabilidades.
3- E: ¿Tú sentiste esa presión?
4- S: Todavía la siento.
5- E: ¿Es producto de la responsabilidad de hacerse cargo de las cosas?
6- S: Sí, cuando eras niño tenías tus limitaciones porque tus padres te las imponían;
tenías tus reglas. Pero en esta edad es como que el mundo te pone las reglas; tus
padres pueden dejarte libre, pero el mundo te pone las reglas, entonces es más
complicado.
7- E: ¿Qué cosas representan lo que significó convertirte en hombre?
8- S: A ver, cómo decirlo…yo aún estoy en esa etapa de alcanzar la adultez, yo no
me puedo considerar una persona adulta hasta que sea independiente.
La expresión […] tenía un camino grande por recorrer […] es un concepto metafórico
de varias correspondencias que responde a la metáfora LA VIDA ES UN VIAJE. El
enunciado completo constituye la marca textual, pues funciona como un referente a la
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cantidad de posibilidades respecto a la situación por la que se consultó al sujeto. Así, se
observa que el participante articula esquemas metafóricos que le permiten expresarse en
términos de experiencias comunes a la especie humana y que, tal como plantean Lakoff y
Johnson (1986), provienen de metáforas arraigadas en el repertorio discursivo del sujeto,
pues se originan en sus experiencias primarias.
Por su parte, el enunciado […] el mundo te pone las reglas […] es una personificación
perteneciente a las metáforas ontológicas posibles dentro del repertorio de esquemas de la
metáfora LAS IDEAS SON OBJETOS. Las marcas textuales de esta expresión metafórica
se encuentran en el adjetivo “mundo” que bajo el contexto del enunciado funciona como
sujeto, seguido del pronombre personal “te” y el verbo transitivo “pone” que implica
realizar una acción personificada. Pero, además, es un caso de metonimia (“el todo por la
parte”), pues la expresión utiliza el concepto “mundo” para referirse, metafóricamente, al
entorno que influencia y rige las acciones del participante. En el caso de la expresión […]
caer responsabilidades […] se observa una metáfora ontológica que también corresponde a
LAS IDEAS SON OBJETOS. Su marca textual es el verbo intransitivo “caer” que alude al
sustantivo “responsabilidades” en términos de una entidad.
En tanto, la expresión […] alcanzar la adultez […] del octavo segmento es un concepto
metafórico orientacional correspondiente a la metáfora BUENO ES ARRIBA. Dicho
enunciado es parte de un gran repertorio lingüístico que deviene del esquema de
verticalidad abajo/arriba. Además, se trata de una personificación que concierne a la
metáfora LAS IDEAS SON OBJETOS. La marca textual es el verbo transitivo “alcanzar”,
que denota el entendimiento del desarrollo biológico hacia la edad adulta en el eje de
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verticalidad mencionado, a la vez que enuncia el adjetivo “adultez” como objeto dotado de
ubicación espacial.
- Intereses: Se rastreó marcas identitarias en las valoraciones subjetivas respecto a ciertas
actitudes sociales como los pasatiempos, las amistades y las metas personales. Fue
seleccionada la siguiente muestra:
1- E: ¿Cómo eliges a tus amistades o cuál es tu criterio para elegir amigos?
2- S: Me toma bastante tiempo elegir.
3- E: Sí, ¿por qué?
4- S: Porque no sé qué criterios busco en un amigo, pero siempre que conozco a una
persona me gusta conocerla, conversar…pero de a poco; si podemos salir, salimos,
no sé, a cualquier cosa. Pero busco una persona que sea confiable…no que irradie
confianza, puede no irradiarla pero se sabe que es confiable. Porque cuando
conozco a una persona yo entrego confianza, entonces me gusta que también me
den confianza.
En el enunciado Me toma bastante tiempo […] del segundo segmento vemos un
concepto metafórico que corresponde a la metáfora ontológica LAS IDEAS SON
OBJETOS. La marca textual es el verbo “toma” junto al adjetivo “bastante”, ambos
referidos al sustantivo “tiempo” que le confieren la calidad de objeto a la temporalidad.
Esto es un fenómeno común, de acuerdo a Lakoff y Johnson (1986), mediante el cual las
nociones abstractas se articulan en términos de objetos que permiten entenderlas como
experiencias concretas.
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La expresión […] irradie confianza […] del cuarto segmento es un concepto metafórico
correspondiente a la metáfora ontológica LAS IDEAS SON OBJETOS. Su marca textual es
el verbo transitivo “irradie” asociado al sustantivo “confianza”. Lo mismo se aprecia
respecto a […] entrego confianza […], donde la cualidad de ser confiable se entiende como
objeto transferible a partir del verbo “entrego”. Y al igual que en la muestra del segundo
segmento, se recurre a una objetivación de la idea enunciada, pero en este caso para dar
énfasis a la cualidad deseada por el sujeto para entablar relaciones personales.
- Creencias: Se abordan las convicciones y creencias que influencian el discurso del sujeto.
Para este propósito, la muestra seleccionada fue la siguiente:
1- E: ¿Cuáles son para ti los valores más importantes en las personas?
2- S: A ver, cómo decirlo…que no sea una persona como muy fría.
3- E: ¿Y en ti, cuáles son los valores que te definen?
4- S: No sé, yo soy muy compañero, cuando a algún amigo le pasa algo malo, a mí
siempre me gusta estar como apoyando.
5- E: ¿Qué crees que ocurre después de la muerte?
6- S: Después de la muerte…una vez una amiga que tengo me contó algo bastante
curioso, que me llamó bastante la atención: me dijo que ella cree, y yo también
confío en esa teoría, que en estos momentos estamos durmiendo, que esto es un
sueño, ahora; y que cuando llegue la hora de la muerte o cuando muramos, vamos a
despertar.
La expresión […] persona como muy fría […] del segundo segmento es una metáfora
correlacional que corresponde a la metáfora EL AFECTO ES CALOR. Sus marcas
textuales son el sustantivo “persona”, seguido del adverbio de modo “como”, que expresa
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una comparación, y el adjetivo “fría”, que es la cualidad establecida. El adverbio “muy”, en
tanto, indica un grado superlativo de significación (DRAE, 2001), lo que permite suponer
un valor especial atribuido por el sujeto al carácter descrito. Esta metáfora se rige por el
esquema calor/frio utilizado por los hablantes para referirse en términos de temperatura a
personas apáticas o poco afectuosas y viceversa.
El enunciado […] estar como apoyando […] del cuarto segmento es un concepto
metafórico perteneciente a la metáfora orientacional BUENO ES ARRIBA. Sus marcas
textuales son el verbo copulativo “estar”, seguido del adverbio de modo “como”, que
funciona como nexo hacia el verbo transitivo “apoyando”. La idea expresada se articula a
partir del esquema de verticalidad abajo/arriba, pues las expresiones referidas a socorrer de
la adversidad a otros se rigen en términos de un soporte físico. Aquí, nuevamente, los
factores de la experiencia biológica influyen el discurso, ya que el desarrollo del sujeto en
el mundo supone aprender a mantenerse erguido y evitar las caídas.
En la expresión […] confío en esa teoría […] del sexto segmento se observa una
metáfora ontológica que concierne a la metáfora LAS EMOCIONES SON SUSTANCIAS.
La marca textual de este concepto metafórico se encuentra en el verbo intransitivo “confío”
y el sustantivo “teoría”. Se trata de una personificación en la que el sujeto confiere al
sustantivo “teoría” el atributo o la cualidad humana de “confiable”, lo que equivale a decir
que la conjetura propuesta presenta argumentos convincentes. Este es un fenómeno
característico en la teoría de Lakoff y Johnson (1986) respecto a creaciones lingüísticas
donde se expresan ideas en términos humanos para hacer menos abstracta su articulación y,
además, para economizar recursos entre hablantes.
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- Identidad étnica: Se incluye la identidad en los ámbitos de pertenencia a la cultura
mapuche. La muestra seleccionada para este fin fue la siguiente:
1- E: ¿Qué es lo que representa para ti ser mapuche?
2- S: Para mi ser mapuche representa…como un pilar.
3- E: ¿En qué sentido?
4- S: En el hecho de que tu familia te haya criado con el respeto a la madre tierra o el
hecho de las ceremonias y las historias. Entonces, tú muchas veces te encuentras
solo, pero eso te mantiene de pie.
5- E: Se ha intentado hacer una norma con la lengua mapuche, ¿Tú cómo te sientes con
eso, crees que la lengua mapuche debería ser escrita?
6- S: Yo me inclino más por lo oral, porque si no lo escribieron debió ser por algo.
7- E: ¿Tú en vacaciones vas de nuevo al sur no?
8- S: Sí.
9- E: ¿Sientes que cambia algo en ti cuando vas para allá?
10- S: Sí, […] llegar allá y reencontrarme con la familia es lindo, compartir momentos y
todo; pero también está esa pena que le da a uno porque va y encuentra todo
distinto. Además que, como en esta época solamente estamos avanzando y no
estamos viendo lo que estamos dejando para atrás, entonces resulta más bien
doloroso…porque estamos destruyendo todo, se está destruyendo todo.
En el cuarto segmento se observa un concepto metafórico en el enunciado […] la madre
tierra […] correspondiente a la metáfora ontológica LAS IDEAS SON OBJETOS. Sus
marcas textuales son los sustantivos “madre” y “tierra”. El efecto producido es una
personificación del nombre propio “tierra” a través del término “madre”, que confiere la
condición biológica de la hembra que ha parido (DRAE, 2001) al primer concepto. En la
cultura mapuche, de acuerdo al testimonio del participante, se le atribuye una importancia
capital a la figura de la “madre tierra”, pues constituye una de sus principales deidades. De
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esta forma, su aparición en el discurso del sujeto es una evidencia de estrategias identitarias
fundadas en las creencias propias de su etnia.
La expresión […] eso te mantiene de pie […], en tanto, es una metáfora orientacional
que corresponde a la metáfora BUENO ES ARRIBA. El pronombre “eso” es la marca
textual que sirve como vínculo referente a las prácticas culturales enunciadas por el
participante. Luego, el acusativo “te” y el verbo transitivo “mantiene” acompañado del
complemento “de pie”, funcionan como una metáfora pertinente al esquema de verticalidad
abajo/arriba que se observó anteriormente en el cuarto segmento de la muestra escogida
para el eje temático de las creencias del participante. En este caso, nuevamente la idea
expresada revela una estrategia discursiva para referirse al enfrentamiento de la adversidad
en términos de objetos de apoyo. Así, las costumbres, las ceremonias y las historias
mapuches a través del concepto metafórico se articulan como soportes físicos para
mantener la integridad del sujeto, lo que indica que esta marca es un constituyente crucial
de su discurso identitario.
El enunciado […] me inclino más por lo oral […] del sexto segmento es un concepto
metafórico perteneciente a la metáfora orientacional BUENO ES ARRIBA. La expresión
funciona como la marca textual en la lógica del esquema de verticalidad abajo/arriba. Se
trata de un modo de entendimiento de las convicciones, tendencias o ideologías en términos
de una orientación espacial. Pero en este caso, la idea de la “inclinación” no supone un
detrimento, sino una señal de respeto o preferencia clara sobre la forma de transmisión de la
lengua mapuche. Además, es un caso de metonimia de “la parte por el todo”, pues “lo oral”
se utiliza para dar a entender una idea de totalidad de la lengua mapuche, enseñada
exclusivamente a través del habla.
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Finalmente, la expresión […] estamos avanzando […] del décimo segmento es un caso
de metonimia de “la parte por el todo” cuyas marcas textuales son los verbos “estamos” y
“avanzando”. El concepto es una alusión al progreso en términos de una metáfora
orientacional que responde al esquema adelante/atrás y donde el verbo “estamos” funciona
como referente a la sociedad en su conjunto. Lo mismo se aprecia en los enunciados […]
estamos dejando para atrás […] y […] estamos destruyendo todo […] que operan como
ideas de totalidad respecto a la acción humana irresponsable dentro de su entorno y como
denuncia del impacto social y ambiental del progreso sin conciencia sustentable.
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Conclusión
Respondiendo a la pregunta de investigación, se observan estrategias metafóricas
dentro de las muestras seleccionadas que confirman las propuestas de Lakoff y Johnson
(1986) respecto a esquemas conceptuales que permiten la creación lingüística a partir de
metáforas con base experiencial. En particular, el análisis identifica una clara preferencia
por el uso de metáforas de tipo ontológicas en el discurso del participante, lo que revela la
articulación de ideas y emociones en términos de objetos o substancias, pues de otro modo,
algunos conceptos resultarían demasiado abstractos y lejanos a la experiencia.
Así, las estrategias metafóricas presentes en el discurso del participante para
articular su identidad funcionan bajo la influencia de tres factores principales. Primero: las
experiencias biológicas que moldean los esquemas primarios tales como el de verticalidad
abajo/arriba o el orientacional adelante/atrás. Segundo: el entorno donde el sujeto adquirió
sus primeras experiencias. Tercero: las costumbres propias de la cultura mapuche. No
obstante, dado que las metáforas originadas por factores biológicos resultan comunes a la
especie humana, la evidencia de estrategias identitarias aparece con mayor claridad en los
conceptos metafóricos influenciados por el segundo y tercer factor.
En razón de lo anterior, los constituyentes discursivos de la identidad del
participante se conforman en base a referentes espaciales, temporales y culturales. Por
ejemplo, su vida pasada en la IX Región de la Araucanía, contrastada con su actual
residencia en Santiago, resulta en un discurso marcado por elementos rurales. Tal es el caso
de alusiones a la naturaleza y actividades al aire libre como la pesca. Dichas referencias
indican que una de las estrategias metafóricas del participante para construir su identidad es
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la comparación entre las circunstancias de su vida urbana versus la campestre. Esto resulta
en una identidad definida por el sentido de arraigo a un espacio geográfico percibido como
“ideal”.
Por último, en los aspectos étnicos se observa una clara influencia de las prácticas
culturales mapuches en el discurso del participante respecto a su identidad. De hecho, las
marcas textuales en la muestra seleccionada de dicho eje temático indican una percepción
del mundo fundada en el imaginario mapuche, además de un factor constituyente de la
personalidad del sujeto. De esta forma, las estrategias metafóricas utilizadas funcionan
como herramientas del discurso para autodefinirse y manifestar sus experiencias subjetivas.
En síntesis, las metáforas con base experiencial están presentes en el discurso del
participante como estrategias constituyentes de su identidad y como recursos para conferir
sentido a distintas vivencias, ya sean del pasado, el presente o el futuro del sujeto. Sin
embargo, este trabajo solo recogió la evidencia en las marcas textuales donde tuvo lugar
algún recurso metafórico asociado a un aspecto identitario, que luego fue analizado desde
un plano discursivo. Por ende, sus alcances son limitados en relación al funcionamiento de
estrategias identitarias presentes en el discurso, especialmente considerando que una
reflexión filosófica también es necesaria para establecer relaciones más profundas de
sentido en los enunciados que fueron objeto de análisis.
Así, este trabajo constituye un acercamiento preliminar en relación a la identidad
étnica analizada a partir del discurso. Un estudio posterior supone contar con una muestra
amplia que permita comparar tipos de estrategias metafóricas utilizadas en la construcción
de la identidad mapuche en distintos sujetos, además de un análisis multidisciplinario que a
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partir de la superficie sintáctica del discurso indague en las motivaciones filosóficas,
psicológicas y sociales de la identidad étnica.
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32
Anexos
1. El consentimiento firmado del participante.
2. Un dvd con la grabación de la entrevista.
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