1. Introducción. (pág #3)
2. Venciendo la ‘pendiente social’: el reto ético y práctico de la desigualdad. (pág #4)
3. Infografías. (pág #8)
4. Lecciones de un mundo desigual. (pág #18)
5. Desigualdad, infancia y debate político en España. (pág #25)
6. Conclusiones y propuestas. (pág #28)
Este documento está basado en los datos y hallazgos delReport Card 13 de Innocenti: Equidad para los niños. Unatabla clasificatoria de la desigualdad respecto al bienestarinfantil en los países ricos, con una especial mirada a losresultados y la situación en España. La serie Report Card delCentro de Investigaciones de UNICEF tiene el propósito desupervisar y comparar el desempeño de los paíseseconómicamente avanzados en cuanto al afianzamiento delos derechos y el bienestar de los niños.
EditaUNICEF Comité EspañolC/ Mauricio Legendre, 36. 28046 Madrid. Tel. 913 789 [email protected] www.unicef.es.
Este documento ha sido escrito por Gonzalo Fanjul; Javier Pérez y Miriam Segovia (CIECODE). Han participado en la elaboración: Gabriel González-Bueno, Cristina Junquera y Maite Pacheco (UNICEF Comité Español).
InfografíasRoberto Juárez
Diseño y maquetaciónRex Media SL
Fotografías© UNICEF Comité Español/2012/Ajay Hirani
Depósito LegalM-11524-2016
Abril 2016
Este informe ha sido elaborado con la colaboración de Meliá Hotels International, sus empleados y clientes.
Queda permitida la libre reproducción de cualquier extracto de este documento siempre que se cite la procedencia.
EL CASO DE ESPAÑAEQUIDAD PARA LOS NIÑOS
0. Índice
UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños 3
“La medida de nuestro progreso no es cuánto pode-mos añadir a la abundancia de aquellos que tienenmucho, sino de qué manera podemos garantizar losuficiente para aquellos que tienen poco”.
Esta afirmación del Presidente Franklin D. Roosevelt ensu discurso de investidura de 1937 resumía uno de losprogramas de gobierno más integradores y reformistasque han conocido los Estados Unidos, y un anticipo de laconformación de los sistemas de bienestar modernosque alcanzaron su cénit en la Europa occidental de lasegunda mitad del siglo XX. En aquellas décadas nacióuno de los pilares del contrato social moderno que uneal Estado con sus ciudadanos, donde un régimen fiscalprogresivo y un sistema sólido de oportunidades y garan-tías sociales para todos generarían los círculos virtuososque sostienen una sociedad próspera y más equitativa.
Cuando ya han pasado ocho años desde que se desen-cadenase sobre las regiones más ricas del planeta unacrisis económica y financiera con pocos precedentes,este contrato social ha comenzado a ser puesto encuestión. Las desigualdades en ingresos, protección yoportunidades se han incrementado de un modo des-conocido hasta ahora, replanteando los fundamentosque fueron establecidos hace más de medio siglo. Enel conjunto de la OCDE, la diferencia media entre el10% más rico y el 10% más pobre de la población esde 10 a 1, siete veces más alta que hace 25 años. En elcaso de España, la diferencia se incrementa hasta 12 a11. Las señales de alarma llegan de actores tan dispa-res como las ONG, los organismos de la ONU o el ForoEconómico de Davos, que en 2014 calificó la brechacreciente de desigualdad como “la tendencia más sig-nificativa” de preocupación para la comunidad empre-sarial2. Desde entonces las cosas no han hecho másque empeorar3.
De entre todos los colectivos afectados por esta situa-ción, el de los niños y jóvenes destaca como uno de losmás alarmantes. Dicho de forma simple, los niños y lasniñas han sido golpeados más duro por la crisis y paga-rán las consecuencias durante más tiempo, en ocasio-nes de por vida. Caso tras caso, los países más desarro-llados del planeta han ido permitiendo el distanciamiento
entre este grupo y el resto de la sociedad, lo que supo-ne una doble dejación de sus obligaciones: con aquellosque padecen hoy niveles más altos de vulnerabilidad, ycon la sociedad que estos niños conformarán cuandosean adultos. España, en particular, se ha convertido enel paradigma de esta tendencia, en la que ni la genera-ción de nuestros hijos tiene la certeza de que vivirá igualo mejor que nosotros, ni las instituciones públicas y ni elesfuerzo de la organizaciones no gubernamentales hansido capaces de garantizar la red básica de protecciónque hasta ahora habíamos dado por sentada.
Este informe ofrece una fotografía actualizada de estarealidad. Sobre la base de la información contenida enla edición número 13 del Report Card de UNICEF4 yampliado con un estudio del comportamiento de lospartidos políticos españoles a lo largo de los últimosaños, nuestro análisis permite comprender los retosque enfrentan España y otros países de nuestro entor-no en un vínculo tan delicado como el que se estableceentre la pobreza infantil y la desigualdad. Tenemos lacerteza de que lo que hagamos para responder a estaemergencia dependerá en buena medida el mundo enel que vivan las generaciones futuras, pero nos susten-ta la esperanza de que los próximos años nos ofrecenoportunidades para revertir esta situación, como elempuje político de la agenda del desarrollo 2030, unatímida recuperación económica y un cambio en el pano-rama político y social.
La estructura de este informe es la siguiente: tras estaintroducción, la sección 2 explica la relevancia del proble-ma de la desigualdad y las oportunidades que ofrece elcontexto de la nueva agenda internacional; la sección 3desarrolla en cinco infografías temáticas (ingreso, educa-ción, salud, satisfacción vital y una comparativa agrega-da) la brecha que separa a los niños y niñas en peor situa-ción de la media de sus países; la sección 4 desarrollacinco titulares resultantes del análisis de esta informa-ción y de su contexto; la sección 5 analiza el comporta-miento de los partidos políticos y grupos parlamentariosespañoles en estos indicadores a lo largo de la últimalegislatura, así como sus propuestas para los próximosaños; y la sección 6, finalmente, ofrece algunas conclu-siones y recomendaciones.
1. Introducción
Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL4
Los investigadores sociales se refieren a la ‘pendientesocial’ para describir el modo en que los estratos másbajos de ingreso concentran los peores indicadores de pro-greso en ámbitos como la salud, la educación o el bienes-tar. A lo largo de los últimos años, esta ‘pendiente’ se haido inclinando en perjuicio de uno de los colectivos másvulnerables e indefensos de nuestro entorno inmediato, elque conforman los niños y los jóvenes.
Si es cierta la idea de que la dignidad y la inteligencia delas sociedades deben ser medidas por el modo en el quetrata a su infancia, pocos asuntos importan más que elincremento sin precedentes de las desigualdades deriva-das del ingreso, pero también del lugar de residencia, elgénero, la raza o la nacionalidad. Y, desde luego, de laedad. Las diferencias en el bienestar y la protección de lasfamilias no solo suponen hoy sufrimiento para quienes seencuentran en el lado vulnerable de la ecuación, sino quecondicionarán sus vidas en el futuro de un modo que resul-ta difícil de calibrar. Este doble castigo es más injustificableen el caso de los niños que en ningún otro, porque ellosno han tenido ninguna oportunidad para evitarlo.
La magnitud de este problema ha sido puesta de mani-fiesto por la nueva agenda global del desarrollo hacia2030, denominada Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS). Junto con el equilibrio medioambiental, la equi-dad se ha convertido en una aspiración transversal atodos y cada uno de los 17 objetivos y un objetivo en símismo (el número 10)5, reconociendo que la posibilidadde que grupos de población se queden atrás por razónde ingreso, raza, género, residencia o edad no solosupone un fracaso en sí mismo, sino que amenaza gra-vemente la consecución de cualquier otra meta. Lo quees igualmente importante, la nueva agenda del desarro-llo no se limita al progreso de los países consideradostradicionalmente ‘pobres’, sino que alcanza al conjuntode las naciones imponiendo metas que deben ser eva-luadas de acuerdo a las capacidades de cada una deellas, y no al mínimo común denominador. La inequidadjuega en este contexto un papel principal, porque el pro-greso medio en indicadores como el acceso a la salud,la educación o la protección puede esconder gravesdiferencias que hacen del país más desarrollado unasuma de realidades muy dispares.
La crisis financiera y económica de los últi-mos años impactó de manera particularsobre los niños y niñas de los países des-arrollados. En prácticamente todos los paí-ses analizados por UNICEF, la pobrezainfantil se incrementó más rápido o redujomás despacio que en el caso de otros colec-tivos sociales. Los últimos años se han con-vertido en un laboratorio de los efectos de ladesigualdad en los más débiles de nuestrasociedad8:
• La brecha de pobreza de los niños: esteindicador define la caída media de los niñosmás pobres con respecto a un umbral generalde la pobreza en una sociedad (definida nor-malmente como el 50% o el 60% del ingresomediano)9 . Es un indicador no tanto de lamagnitud como de la intensidad de la pobre-
za, utilizado como referencia fundamental enlas infografías de este informe. El análisis rea-lizado el año pasado para el período específicode la crisis muestra que los niños pobres vie-ron su situación empeorarse a medida queesta avanzaba. La trayectoria fue especial-mente preocupante en España y Grecia, peroen otros lugares la intensidad de la pobrezade los niños también fue abrumadora: en seispaíses de la UE en los que el volumen total dela pobreza infantil supera los 9 millones deniños, los que estaban en peor situación seencontraban más del 30% por debajo de lamediana del ingreso. La situación era similaren Japón y EEUU, de acuerdo a las estimacio-nes de UNICEF11.
• Familias vulnerables: Aquellos niños enentornos particularmente vulnerables –como
las familias de inmigrantes, de bajos ingresos,numerosas o monoparentales– tienden asufrir de manera especial, y su situaciónempeoró más rápidamente (o mejoró deforma más lenta) en la mayor parte de lospaíses estudiados. En España, por ejemplo,uno de cada dos niños de hogares migrantesvive en la pobreza. En Grecia, los niveles depobreza para los hogares de inmigrantes cre-cieron un 35% entre 2008 y 2012, más deldoble del deterioro general12. Los niñosnegros e hispanos de los EEUU ofrecen demanera sistemática niveles de privaciónmaterial por encima de la media.
• Los niños frente a otros colectivos deedad: Cuando se compara la situación de lainfancia con la de otros colectivos tradicional-mente vulnerables, como los mayores, los
La DESIGUALDAD y los niños de la recesión
2. Venciendo la ‘pendiente social’: el reto ético y práctico de la desigualdad
5UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños
La extensión de los ODS a las regiones más ricas constitu-ye una magnífica noticia para millones de niños que se hanquedado atrás en algunos de los países más prósperos delplaneta. Al impacto de la crisis financiera y económica enel ingreso de las familias siguió en muchos casos un perío-do de reducción y reorientación presupuestarios que haprovocado el quebranto de la capacidad protectora de lasinstituciones públicas. Como señaló con claridad la ediciónanterior del Report Card de UNICEF6 , el desempleo y eldebilitamiento de las redes de protección han generadouna brecha sin precedentes entre quienes viven seguros yquienes son víctimas de una vulnerabilidad estructural quedetermina su presente y su futuro.
España ilustra bien esta realidad. El 36% de los menoresespañoles viven hoy en riesgo de pobreza o exclusiónsocial (indicador AROPE), de acuerdo con Eurostat. Estacifra está seis puntos por encima de la media y multipli-ca por tres la de los mayores de 65, un grupo tradicional-mente vulnerable7. Solo cinco países (Rumanía, Bulgaria,Hungría, Grecia y Macedonia) están peor que España eneste indicador. Cuando el desempleo, la precariedad y la
deuda arrasaron con los ingresos de los hogares y lossometieron a una presión insostenible, la respuesta delas instituciones públicas fue retirar el débil entramadode protección social que se había construido duranteaños, lo que situó a España en la peor dirección posible:hoy nuestro país es el quinto país más desigual deEuropa, de acuerdo al índice de Gini, y la desigualdadcreció de forma acelerada durante los primeros años dela crisis para moderarse muy ligeramente en 2012, últi-mo año para el que existen datos.
Lo que es más inquietante, en muchos países se estállegando a aceptar que lo que estamos viviendo ahora separece más al futuro que lo que hemos dejado atrás,asumiendo como normal lo que es una respuesta injustay poco inteligente. Las familias con hijos, en particular,se sintieron solas ante una realidad en la que derechostan básicos como la vivienda, la educación y la alimenta-ción saludable se convertían en una batalla diaria. Frenteal discurso de la recuperación económica, los niños yniñas de la Europa post-crisis viven en una realidad dual(ver cuadro inferior).
resultados no son menos preocupantes.Mientras los primeros vieron su situacióndeteriorarse a lo largo de la crisis, los segun-dos mejoraron de manera creciente su posi-ción relativa con respecto a la media, a menu-do reduciendo los niveles de pobreza (ver grá-fico 1). En palabras del Report Card 13, “en elconjunto de la OCDE, desde los años 80 losriesgos de la pobreza se han ido desplazando
de los mayores a los jóvenes”13. Este resulta-do habla tanto de la eficacia protectora delmodelo de pensiones como del fracaso de losmecanismos de protección de los niños.
Para ser claros, esta situación está mejorexpresada por el incremento desmesurado dela vulnerabilidad de una parte que por lasdiferencias formales de ingreso. Existen for-
mas diversas de desigualdad y algunas tienenconsecuencias que van mucho más allá delingreso, como veremos más adelante. Lainseguridad extrema y la falta de oportunida-des han atrapado a una generación completade niños y adultos jóvenes que han contem-plado cómo se retiraba la escalera que permi-tió a sus padres y abuelos aspirar a una vidamás digna y segura.
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6 Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL
Las consecuencias de este fenómeno van mucho másallá de una emergencia puntual. Como ha señalado elDirector de UNICEF Anthony Lake y se explica a lo largode este informe, “hacer frente a las desigualdades no esuna opción: es una necesidad moral y práctica”. No haynada exagerado en esta afirmación14:
• El impacto hoy: En primer lugar, la desigualdadimpone en el presente una desventaja para losniños de familias con menos recursos (económi-cos, pero también educativos y culturales) enaspectos tan elementales para su desarrollocomo la educación, la salud y la vivienda, lo quese traduce en una vulneración de sus derechosmás elementales y en una percepción deterioradade lo que la vida les ofrece. Los indicadores obje-tivos esconden a menudo elementos subjetivoscomo la infelicidad, la ansiedad, el sufrimiento y elmiedo, que determinan las vidas de los niñosmucho más allá de lo que los adultos somoscapaces de entender.
• El impacto futuro: En segundo lugar, la des-igualdad hoy se puede convertir en el futuro enun cepo que atrapa al individuo en círculos vicio-sos de precariedad y pobreza, lo que implica unarestricción de la movilidad social de los niños.Como demuestran los datos que ofrecemos másadelante, en ausencia de mecanismos correctoreseficaces, existe una relación estrecha entre elpunto de partida que viven los niños y sus oportu-nidades futuras. Por otro lado, la brecha crecienteentre poblaciones seguras y vulnerables alimenta
el desinterés de los primeros por la calidad deservicios públicos que no utilizan, lo que perjudicaaún más la posición de los segundos.
• El impacto para el conjunto de la sociedad: Entercer lugar, el incremento de la desigualdad cons-tituye una estrategia poco sensata para el conjuntode la sociedad. Por un lado, las desigualdadesextremas suponen un lastre para el crecimientoeconómico y limitan las oportunidades de traducireste crecimiento en una reducción de la pobreza.Por otro, se convierten en el mejor caso en un fac-tor de desafección política, y en el peor en unafuente de inestabilidad social e inseguridad.
UNICEF entendió hace mucho tiempo la relevancia deeste debate y la magnitud del reto que plantea a la comu-nidad internacional. Dicho de forma simple, no hay ningu-na posibilidad de cumplir las obligaciones asociadas a laConvención sobre los Derechos del Niño en ausencia deun esfuerzo decidido y eficaz por reducir las brechas queseparan a unos niños de otros. A lo largo de los últimosaños hemos desplegado en nuestros programas e investi-gaciones una doctrina que sitúa la lucha contra la desigual-dad en el corazón de las prioridades institucionales. Estadecisión nos ha llevado en 2016 a dedicar a este temanuestras dos publicaciones principales: el Report Cardsobre la situación de los niños en los países más desarro-llados (ver cuadro de la página siguiente), y el próximoEstado Mundial de la Infancia. Ambos informes se basanen información actualizada para destacar la urgencia deesta agenda y apuntalar el esfuerzo de la comunidadinternacional por la equidad.
2. Venciendo la ‘pendiente social’: el reto ético y práctico de la desigualdad
UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños 7
La oficina de investigaciones de UNICEFInnocenti publica cada año su informeReport Card (hoja de evaluación) sobre elbienestar de los niños en los países másdesarrollados (todos aquellos que seencuentran dentro de la OCDE o la UniónEuropea). Cada edición del informe adop-ta un enfoque principal y ofrece tablascomparativas entre los diferentes países,así como algunas conclusiones que per-miten su interpretación.
La edición número 13 del Report Card secentra en el efecto de las desigualdadesen el bienestar de los niños. Es la segun-da vez en seis años que aborda estemismo asunto, pero el contexto del análi-sis –con una grave crisis de por medio–justifica la pertinencia de este enfoque.Un total de 41 países son analizados deacuerdo a cuatro variables esenciales:ingreso, educación, salud y satisfacciónvital. El informe incorpora datos actuali-zados procedentes de instituciones inter-nacionales como la OCDE (informe PISAy encuestas nacionales de condiciones devida), así como los resultados de lasambiciosas encuestas realizadas por laOrganización Mundial de la Salud a tra-vés de su iniciativa HBSC (por sus siglasen inglés, encuestas sobre elComportamiento en Salud de Niños enEdad Escolar). El detalle de las fuentesestá disponible en la edición completa delinforme.
Existen muchas formas de medir la des-igualdad, y con su metodología el ReportCard elige contestar una pregunta enparticular: ¿a qué distancia están losniños en peor situación con respecto alnivel medio? Dicho de otro modo, se
mide la brecha entre los niños y niñas quese encuentran en el nivel más bajo de latabla y aquellos que representan los valo-res medios de la sociedad, (medidos eneste caso por la mediana15). El panoramase completa con una serie de indicadoresque permiten considerar estas desigual-
dades en su contexto (cuál es la propor-ción total de niños de muy bajos ingre-sos, por ejemplo). Al fin y al cabo, es estacombinación de intensidad y magnitud laque permite entender el panorama com-pleto en el que se desenvuelven los niñosen cada uno de los países analizados.
Qué es el REPORT CARD 13 y qué mide
Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL8
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18 Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL
Los cuatro ámbitos de desigualdad que se describen enlas páginas anteriores ofrecen un panorama preocupan-te. Las diferencias sociales se han convertido en undeterminante del presente y el futuro de los niños en elconjunto de los países más desarrollados, alimentandoun deterioro que se aceleró durante la crisis y que notiene visos de corregirse en el corto plazo. De hecho, lafotografía fija no permite contestar algunas preguntasfundamentales de este debate: ¿Estamos mejor o peorque hace unos años? ¿Cuánto de todo esto depende dela pobreza económica de las familias u otros factores?¿Y de la mejor o peor intervención del Estado? ¿Existendiferencias apreciables entre regiones del mundo o setrata de una tendencia general?
El propósito de las próximas páginas es contestar breve-mente a estas preguntas. Para ello ofrecemos un resu-men de algunos de los argumentos más destacados delReport Card 13 de UNICEF, así como del análisis realiza-do por el Comité Español de UNICEF con respecto anuestro país. El resultado está expresado en los cincotitulares que conforman esta sección.
a) La desigualdad es persistente
Con la información disponible en el Report Card 13 esposible analizar la evolución temporal de cada uno de losindicadores principales de desigualdad infantil, aunquelos períodos de análisis no siempre sean los mismos. Lainfografía V ofrece una comparación de cada uno de loscasos, señalando la evolución media del indicador, lasvariaciones más extremas en uno y otro sentido, y laevolución particular del caso español. En lo que se refie-re a los dos primeros indicadores (ingreso y educación),la comparación captura parcialmente los años de la crisiseconómica y social, mientras que en el caso de lossegundos (salud y satisfacción vital) el período es másamplio y diverso.
Los resultados son ilustrativos. En el caso del ingreso,la desigualdad entre la media de los niños y el 10%que se encuentra en peor situación ha crecido demanera muy leve, pero las diferencias entre los paísesde la muestra son muy significativas. Lo que es másimportante, en solo cuatro casos la reducción de ladesigualdad se ha producido elevando a quienes seencontraban en peor situación, y no reduciendo elnivel medio de los niños. En otros ocho casos –entre
los que destacan los más golpeados por la crisis y elajuste, con España en la tercera posición por la cola–el conjunto de los niños redujeron su nivel medio, perola crisis golpeó de manera particular a los que estabanen peor situación.
La evolución de los niveles de desigualdad en el ámbitoeducativo se ha analizado a través del indicador de capa-cidad lectora de los test de PISA. Aunque el avancegeneral de los países es indudable, algunos casos comoRepública Checa, Chile o Alemania han logrado conver-gencias hacia una mayor equidad de más del 25% entan solo 6 años. Los que han empeorado lo han hechoen menor medida, pero España aparece de nuevo en elgrupo de quienes ven incrementarse –ligeramente, esosí– las diferencias entre el alumno ‘medio’ y el que seencuentra en desventaja. En conjunto, la reducción delas desigualdades ha sido compatible con un estanca-miento relativamente generalizado de la proporción totalde niños que se encuentran en una desventaja educativa‘absoluta’ y que, como veíamos en la infografía 2, alcan-za a más del 10% de la población escolar en casi dos decada tres países consultados.
En el ámbito de la salud, ningún país ha logrado unamejora real en los niveles de desigualdad, y más de lamitad han visto crecer la brecha como consecuencia dela mejora de los niveles medios o –lo que es más preo-cupante– de la caída del 10% en peor situación. La evo-lución se matiza cuando analizamos algunos grupos depoblación, como las niñas, cuya situación es notable-mente peor (por encima del 10%) en todos menos tresde los países analizados.
Los indicadores de desigualdad en satisfacción de vida,finalmente, han mejorado también levemente en elperíodo 2002-2014, aunque solo en seis de ellos se pro-dujo como consecuencia de una mejora relativa de laporción más vulnerable de los niños.
El resultado general de este ejercicio causa preocupa-ción. Los años de la crisis han visto un estancamiento oincluso un deterioro de la posición relativa de los niños yniñas que se encuentran en la parte baja de los nivelesde ingreso y bienestar. Si consideramos que en la mayorparte de los casos (como en España) la proporción deniños en situación de desventaja ha crecido durante elperíodo de análisis, la urgencia por reconducir esta situa-ción se hace aún más evidente.
4. Lecciones de un mundo desigual
UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños 19
b) Cuanto más desiguales, más pobres e infelices…
La segunda conclusión que fundamentan los datos delReport Card es casi intuitiva: en la inmensa mayoría delos casos, los países que fracasan a la hora de evitar quemuchos niños se queden al margen fallan también a lahora de proteger los intereses del conjunto de los niñosde su sociedad y dificultan la posibilidad de reducir losniveles generales de pobreza y privación. Y al contrario.El análisis de la desigualdad de ingreso (infografía I)muestra una relación estrecha entre la intensidad de lasdiferencias que separan a los niños más pobres y lamagnitud total de la pobreza infantil en el país: Noruega,Islandia, Finlandia o Dinamarca –que encabezan el ran-king de mayor igualdad de ingreso– muestran nivelesabsolutos de pobreza por debajo del 7% de la poblacióninfantil. En el extremo contrario, Grecia, México, Bulgariay Rumanía combinan grandes diferencias con niveles demagnitud superiores al 22% del total.
Este argumento se refuerza cuando consideramos unaperspectiva más amplia del concepto de pobreza, la queincorpora la privación material (y que, en el caso de laUE, a menudo se utiliza de forma conjunta con el bajo
ingreso). Este indicador mide la situación de los niños deacuerdo a nueve elementos que conforman el bienestarmaterial diario, desde la capacidad de pagar el recibo dela luz al acceso a transporte, vacaciones o una alimenta-ción adecuada16. De acuerdo con el análisis del ReportCard, esta relación vuelve a ser directa con los nivelesde desigualdad: en todos los países europeos, los niñosen peor situación tienen más probabilidades de sufrir pri-vaciones materiales (una conclusión tan evidente comorelevante por sus consecuencias sociales).
Finalmente, es posible utilizar como referencia el indica-dor general de bienestar infantil elaborado por UNICEFpara el Report Card 11 en 2013. Este indicador mide eldesarrollo de las sociedades de acuerdo con cincodimensiones de la vida de los niños: bienestar material;salud y seguridad; educación; conductas y riesgos; yvivienda y medio ambiente. Cuando consideramos elconjunto de estos factores y lo comparamos con elmodo en que las diferentes sociedades tratan a los niñosque están en peor situación (ver gráfico 2), el resultadoes poco sorprendente: los niños viven mejor dondetodos ellos son tratados de manera más equitativa. Ladesigualdad como lastre para la felicidad.
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Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL
c) … y cuanto más pobres, más desiguales
Si las implicaciones de la desigualdad para el bienes-tar y la seguridad económica de los niños están cla-ras, queda preguntarse si la relación contraria tambiénes cierta: ¿hasta qué punto el estatus socioeconómicode las familias predice el futuro de sus hijos en cues-tiones tan delicadas como la educación, la salud o lasatisfacción vital? ¿Se ha convertido la desigualdadexcesiva en un freno para el ‘ascensor social’?Mientras las diferencias se incrementan en el conjun-to de la OCDE –de manera intensa, en el caso de paí-ses como España–, entender estas relaciones tieneuna importancia capital.
Los indicadores sobre la salud y la percepción que losniños tienen acerca de su propia vida explican por qué.De acuerdo con las encuestas realizadas por HBSC a700.000 niños a lo largo del período 2002-2014, lasituación socioeconómica de la familia en origen predi-ce sus resultados a lo largo de la vida: en los 34 paísesanalizados, los niños procedentes de hogares con nivelsocioeconómico bajo tienen más posibilidades detener una menor satisfacción vital que los niños conmás recursos. La horquilla se desplaza de las peque-ñas diferencias de Finlandia y Grecia (un 7% menos desatisfacción para los más pobres) a la brecha deHungría e Israel (alrededor del 25%). En el caso de lasalud, estas diferencias se aprecian de manera particu-lar en las variables que no dependen de la proteccióndel Estado, pero que sí se pueden promover desde lapolítica pública, como la actividad física o la alimenta-ción saludable. De nuevo, los que están en peor situa-ción socioeconómica en todos los países enfrentanescalones que, en el caso de países tan prósperoscomo el Reino Unido, Holanda o Luxemburgo superanel 15% de probabilidades.
Una perspectiva particularmente preocupante sobreel efecto de las desigualdades en las oportunidadesfuturas es la que tiene que ver con la educación. Eneste caso es posible utilizar como aproximación elíndice de estatus económico, social y cultural vincula-do a PISA, estimando las probabilidades de que unniño de bajos recursos no alcance los niveles míni-mos en las tres materias básicas (matemáticas, cien-cias y comprensión lectora), en relación con un niñocon el estatus socioeconómico más alto. Los resulta-dos son llamativos:
20
La existencia de niños y niñas dejados atrás no es inevita-ble. Como demuestran las infografías de las páginasanteriores, incluso cuando el contexto económico generalno es el más favorable (véase Portugal en el ámbito de lasalud o Grecia en el de satisfacción juvenil), un númerocrítico de países consigue evitar brechas excesivamenteamplias en el bienestar de los niños y niñas. La mayorequidad es el resultado de un diagnóstico adecuado de lapoblación más vulnerable y una respuesta adaptada a susnecesidades.
España está en disposición de hacer algo así, comodemuestra el estudio publicado por UNICEF ComitéEspañol en 2012 acerca del bienestar subjetivo de lapoblación infantil17. Con este término –muy similar al desatisfacción vital incluido en este informe– se hace refe-rencia a la percepción expresada por los propios niñosacerca de su situación (en este caso adolescentes de 1º dela ESO). Un indicador que ofrece una perspectiva única dela realidad infantil y juvenil, y lo hace a través de sus pro-pias opiniones.
El resultado de la encuesta es esperanzador: en un rango desatisfacción de 0 a 100, más de mitad de los niños declaranestar por encima del 90, y ocho de cada diez por encima de75. Sin embargo, el informe identifica un grupo que sequeda ‘al margen’. Las características comunes de estegrupo incluyen el bajo nivel educativo y la baja empleabili-dad de sus progenitores; las carencias económicas y mate-riales; la inestabilidad familiar; la condición de inmigrante; lainseguridad en casa o en el colegio, o la falta de participa-ción en el ámbito doméstico. Se conoce también con ciertafiabilidad en qué territorios se ubican.
Estos niños y sus familias constituyen un grupo identifi-cable que, por lo tanto, podría ser objeto de una atenciónespecífica por parte de las instituciones públicas. UNICEFhace recomendaciones específicas en este sentido, quederriban el mito de que la desigualdad es inevitable o unamera consecuencia indeseable del progreso general.
Los que se quedan ‘al margen’:el BIENESTAR SUBJETIVOde los jóvenes españoles
4. Lecciones de un mundo desigual
UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños
• La brecha media en el conjunto de países de laOCDE es del 18%, es decir, existen un 18% másde posibilidades de que un niño de estatus socioe-conómico bajo fracase educativamente, con res-pecto a un niño de estatus alto.
• En un tercio de los países las diferencias superanel 20%, pero en otros tres (Estonia, Corea del Sur yJapón) las diferencias están en el 7% o por debajo,lo que demuestra que no es imposible evitar que losniños con menos recursos se queden atrás.
España se encuentra en los niveles moderados de preo-cupación con respecto a estos indicadores. Tanto en lasdiferencias de satisfacción de vida, como en las de saludy educación, el estatus socioeconómico de los niñosespañoles más pobres incrementará sus posibilidadesde vivir peor o menos educados en un nivel de entre10% y el 15%. En algunos casos, como en el de la acti-vidad física y la alimentación saludable, la evolución deEspaña entre 2002 y 2014 ha sido positiva y ha acercadoa los niños en peor situación a los niveles medios de lasociedad.
21
22 Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL
d) El Estado, una débil red de protección
Varios de los factores que determinan la posición relati-va de los niños en este debate dependen de la capaci-dad de las instituciones públicas para garantizar redesde seguridad y oportunidades. Los Estados de bienes-tar –presentes de manera más o menos sofisticada entodos los países desarrollados– ofrecen protecciónfrente a las enfermedades, la discapacidad o el desem-pleo, y garantizan oportunidades para todos a través dela educación y las infraestructuras sociales. En paísesen los que los niños pobres se concentran en familiassin empleo, por ejemplo, el Estado puede cumplir unainsustituible función de rescate e provisión de ayudas yservicios.
Lamentablemente, la respuesta de muchos gobiernos ala crítica situación del presente y el futuro de una gene-ración de niños ha estado muy por debajo de lo necesa-rio. En muchas ocasiones el problema es una inversiónexcesivamente baja en los niños, pero a menudo el pro-blema principal está relacionado también con la orienta-ción del gasto.
Los países ricos respondieron a la crisis social en dosfases distinguibles: una primera (2008-10) marcada por laexpansión del gasto en la protección de los niños y lasfamilias; y una segunda (2010 hasta el día de hoy) carac-terizada por la austeridad fiscal. Las dos fases coinciden
con un desempeño claramente diferente en la capacidadde los países para reducir la pobreza y la desigualdad delos niños y niñas.
Dicho esto, la idea de que más gasto implica necesaria-mente mejores resultados no siempre es evidente. Apesar de las notables diferencias en el esfuerzo presu-puestario (España, por ejemplo, dedica a la protecciónde los niños y las familias un 1,4% del PIB, casi la mitadque la media de los 28 y casi tres veces menos queDinamarca, el Estado más generoso con sus hijos)18 , lasdos décadas anteriores al inicio de la crisis conocieronun incremento continuo y sin precedentes en el gastodestinado a estas partidas, con un récord medio en laOCDE del 2,33% del PIB en 2009 (considerando tantotransferencias monetarias como en especie)19. Como haseñalado Dominic Richardson en un reciente informesobre este asunto, el hecho de que en este contexto losniveles de pobreza hayan permanecido en niveles tanaltos con anterioridad a 2008 merece una seria reflexiónsobre el efecto del gasto en la equidad20.
El carácter escasamente progresivo del gasto en paísescomo España, Estonia, Italia o Hungría está directamen-te ligado a estas ineficiencias y al debate sobre la res-puesta a los efectos de la desigualdad en la pobrezainfantil. En cada uno de estos casos (donde la situaciónde los niños ha empeorado de forma tangible a lo largode la crisis), las desgravaciones fiscales y las transferen-
4. Lecciones de un mundo desigual
UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños 23
cias no actuaron como un freno eficaz del deterioro delingreso de las familias provocado por el paro y la preca-riedad (ver gráfico 3).
Como explicaba un informe previo encargado por UNI-CEF Comité español21, las diferencias son más gravescuando se trata de los hogares con niños: si en el año2014 la intervención de las prestaciones sociales logra-ba de media una reducción de la pobreza de las fami-lias con hijos de cerca del 44%, en el caso de Españaeste efecto se limitaba al 30%22. En el caso de la edu-cación –y de acuerdo a los datos del informe PISA2012– el incremento de un 35% en el gasto público apartir de 2003 no solo no ha logrado situar a España enla media del rendimiento de la OCDE, sino que los indi-cadores de equidad han empeorado en ese mismoperíodo: “En 2012 los alumnos con un nivel socioeco-nómico favorecido superaron a los alumnos menos
favorecidos en 34 puntos en matemáticas (unos 9meses de escolarización), una diferencia 6 puntossuperior a la observada en 2003. (…) Más del 85% delas diferencias [entre comunidades autónomas] en elrendimiento en matemáticas es atribuible a diferenciassocioeconómicas, frente al 47% entre las regiones deItalia, el 16% en Canadá y el 26% en Australia23”.
Los efectos del ajuste en la protección más básica delos niños reflejan opciones políticas y económicas cues-tionables. En España, por ejemplo, una propuesta reali-zada al final de la pasada legislatura para reforzar lasayudas por niño que reciben las familias (una medidacrítica, según los expertos)24 por un coste total de9.000 millones de euros anuales fue rechazada en elParlamento. El rescate a las instituciones bancarias yaha costado al Estado desde 2008 bastante más de100.000 millones de euros.
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*El índice de Gini es una medida habitual de la desigualdad, que oscila entre 0 (igualdad absoluta) y 1 (desigualdad absoluta). El gráfico 3muestra la contribución de diversas fuentes de ingresos (renta de las economías domésticas, impuestos y transferencias sociales) a la evolu-ción en el índice de Gini entre 2008 y 2012. Las barras positivas indican que la fuente de ingresos provocó un incremento de la desigualdad enel periodo. En España, las tres fuentes contribuyeron a una mayor desigualdad.
FUENTE: EU-SILC (PARA BÉLGICA E IRLANDA LOS DATOS SE REFIEREN AL PERÍODO 2008–2011).
Gráfico 3. Contribución del ingreso, los impuestos y las transferencias a la desigualdad (medida de acuerdo al índice de Gini)*. UE, 2008-12
24 Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL
e) La desigualdad borra fronteras
El debate sobre la desigualdad y sus efectos se haestablecido con una fuerza sin precedentes en lasregiones más desarrolladas del mundo, pero en nin-gún caso su importancia se limita a éstas. La nuevaagenda del desarrollo deja atrás la tiranía de los indi-cadores medios para entender por qué los ingresos, laraza o la residencia determinan de manera fundamen-tal los derechos de los niños y las niñas. Desde laposibilidad misma de sobrevivir al parto, al derecho auna educación de calidad o a la protección frente a losconflictos, no existe ningún modo eficaz de abordar elprogreso de todos ellos sin considerar qué está ocu-rriendo con los grupos sociales que se encuentran enpeor situación.
El argumento de la inequidad como freno y determinan-te del progreso había adquirido una relevancia particularen el caso de las nuevas regiones emergentes, dondeprocesos dinámicos de crecimiento económico convi-ven con instituciones débiles y brechas intolerables debienestar. El esfuerzo realizado por UNICEF alrededorde su Promesa renovada25, por ejemplo, destacaba en2013 cómo en América Latina el principal enemigo dela mortalidad infantil evitable es el desigual acceso a
los servicios de salud. Constataciones como esta estánen el origen de algunos de las metas más destacablesde los ODS, como la extensión de los sistemas univer-sales de salud. Pero qué significa esta meta en entor-nos económicos e institucionales tan dispares comoAmérica, Asia o Europa será parte del trabajo quedeben realizar los países a la hora de definir sus agen-das hacia 2030.
El argumento principal es que las diferencias entre paí-ses y al interior de estos definirán nuestro futuro de unmodo aún más intenso de lo que habíamos previsto. Sila desigualdad extrema deteriora el interés general, enel caso de los niños impone la doble condena del pre-sente y el futuro, porque la brecha no resuelta en lainfancia puede ser una condena de por vida para el indi-viduo y el germen de más desigualdad para toda lasociedad. Los Estados nacionales y sus sociedades sonresponsables, pero parte de la respuesta incluirá inevi-tablemente una agenda multinacional de trabajo (porejemplo, en la generación de sistemas fiscales más jus-tos). Por eso es imprescindible entender bien el modoen que las diferentes variables se relacionan entre sí ygarantizar que contamos con la información suficientepara analizar este proceso, algo que ahora no ocurre(ver cuadro inferior).
El estudio de la desigualdad y sus efectossobre los derechos de los niños se topa demanera recurrente con un obstáculo fun-damental: la inexistencia o la mala calidadde los datos. Los autores del Report Card13, por ejemplo, dedican un espacio adetallar la existencia en muchos países degrupos ‘escondidos’ de niños que no apa-recen en las encuestas y cuya situación esrelevante para el análisis, como por ejem-plo los niños en escuelas especiales o losque representan la situación de las comu-nidades gitanas en diferentes países euro-peos. Estas carencias ilustran un proble-ma más amplio. En la medida en que la
situación particular de los niños y las dife-rencias que se establecen entre diferentesgrupos de ingreso o condición no hanestado en el centro del debate públicohasta hace pocos años, los sistemas esta-dísticos tradicionales han fallado a la horade reflejar su situación en detalle. Algunosde los indicadores más relevantes delbienestar social –como el índice de Gini ola distribución del ingreso 20/80– care-cen en España de datos desagregadospara menores de 18 años , por ejemplo.
Desde una perspectiva más amplia, lacomisión de la ONU que se ocupa de la
implementación de los ODS se enfrentaen el caso de los objetivos de inequidad aun problema muy similar: los Estadossaben de la provisión de sus serviciosbásicos muchos menos detalles de losque conocen acerca de sus economías osus exportaciones. Esta disparidadrefleja un desequilibrio político que solopuede ser corregido con un esfuerzointenso y sostenido para mejorar lossistemas de registro, garantizar lacalidad de la información y ponerla alservicio de investigadores y decisores enel formato más accesible que seaposible.
4. Lecciones de un mundo desigual
El problema de los DATOS
25UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños
El presente informe describe una preocupante realidad, en laque una creciente proporción de población se ha quedado almargen del bienestar, seguridad y oportunidades de las quedisfruta el resto de la sociedad y en la que los niños y jóve-nes están entre los colectivos más perjudicados.
Esta realidad, compleja por la diversidad e interrelación desus causas, requiere de una respuesta contundente e inme-diata por parte de las instituciones públicas. Para ello, losEstados deben poner en marcha un amplio entramado depolíticas públicas que incluyan desde herramientas concretasdestinadas a proteger los ingresos y necesidades materialesde las familias –como las transferencias sociales o la promo-ción del empleo digno – o a brindar el apoyo necesario paraque los alumnos con mayores dificultades obtengan el máxi-mo aprovechamiento escolar, hasta iniciativas que aborden eldelicado asunto del bienestar de los menores, desde ámbi-tos tan diversos como la vivienda, la seguridad, la participa-ción infantil o la conciliación de la vida personal y laboral. Paraque esta respuesta política pueda resultar exitosa, hace faltacontar con al menos los siguientes ingredientes:
• Un consenso político amplio, que garantice uncompromiso ambicioso y de largo plazo y que sitúela equidad en el centro de cualquier estrategiaorientada a la infancia.
• Una información suficiente y de calidad, tanto dela realidad social como de las políticas y medios dis-ponibles. • Un esfuerzo presupuestario estable y de una mag-nitud adecuada al problema al que se enfrenta. • La participación de todos los actores políticos ysociales involucrados, incluidos los niños y jóvenes,en el diseño e implementación de las políticas.
La realidad del debate político en España en los últimosaños, en relación con estos aspectos, ha tenido menosluces que sombras y presenta una serie de rasgos quemerece la pena destacar:
a) Actividad parlamentaria
El Congreso de los Diputados es el foro público de repre-sentación de la diversidad de intereses y sensibilidadesde la sociedad, en el que se debaten y aprueban las gran-des orientaciones políticas de nuestro país. Si tomamos,por tanto, su volumen de actividad como termómetro delnivel de compromiso y prioridad otorgados por la clasepolítica española a un determinado tema, debemos admi-tir que la realidad de pobreza, vulnerabilidad y falta deoportunidades que sufre la infancia y la juventud en nues-tro país sí ha sido una preocupación presente en el discur-
5. Desigualdad, infancia y debate político en España
Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL26
so y en el quehacer diario de nuestros representantespolíticos durante los últimos cuatro años. Así, durante laX Legislatura (2011-2015) se han llevado a cabo más de550 actos parlamentarios relacionados con temáticas tanespecíficas como el fracaso y el abandono escolar,pobreza infantil, comedores escolares, pobreza energéti-ca, infraviviendas, derecho a la salud infantil o malnutri-ción26. Sin embargo, detrás de esta nada desdeñablecifra de actividad política se esconde un impacto políticopráctico escaso. Más del 90 por ciento de esta actividadparlamentaria corresponde a preguntas al Gobierno y ainiciativas de orientación política (71 y 20 por ciento, res-pectivamente) que, aun siendo necesarias para el buenfuncionamiento de un sistema democrático, carecen dela relevancia práctica y el potencial transformador de lasnormas y leyes (que sólo ocupan el 9% de la actividadparlamentaria, ver cuadro inferior).
Si tomamos exclusivamente la actividad legislativa delCongreso e incluimos en el recuento no sólo las cuestio-nes mencionadas en el gráfico, sino cualquiera de losámbitos políticos relacionados con la infancia y la equi-dad –desde la gratuidad de la educación infantil hasta laprotección de las familias frente a desahucios y desalo-jos, pasando por la salud bucodental– observamos que
durante la pasada legislatura hubo 109 iniciativas legisla-tivas relevantes para este análisis, y que 13 de ellasestaban específicamente dedicadas a la infancia27. Por lotanto, los escasos resultados de la anterior legislatura enlo relativo al tándem inequidad-infancia no se han debidotanto a un problema de cantidad, como de calidad:
• En primer lugar, por la ausencia de propuestaslegislativas en ámbitos tan destacados como la gra-tuidad de la educación infantil, la instauración de unsistema de rentas mínimas garantizadas, el fomentode la participación infantil y juvenil y la alimentaciónsaludable o la lucha contra la obesidad infantil.
• En segundo lugar porque ninguna de las más de50 iniciativas legislativas presentadas por la oposi-ción fue aprobada. Estas iniciativas rechazadas ver-saban sobre asuntos como la mejora de las presta-ciones por hijo a cargo y del sistema de permisos yprestaciones de paternidad y maternidad, la pobre-za energética o el aumento de la inversión específi-ca para la lucha contra la pobreza y la exclusiónsocial. De haberse aprobado, sus efectos podríanestar ya beneficiando a las familias y los niños másnecesitados de nuestro país.
RADIOGRAFÍA DE CUATRO AÑOS DE ACTIVIDAD DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS SOBRE INFANCIA Y DESIGUALDADDatos sobre la distribución, en las tres funciones parlamentarias, de la actividad del Congreso de los Diputados específica sobre fracaso y abandono escolar, comedores escolares, pobreza infantil, pobreza energética, infraviviendas, derecho a la salud infantil y malnutrición infantil.
20%
79%21%
TOTAL DE ACTOS = 554
CONTROL AL GOBIERNO
97% 3%
71%9%
20% 80%
LEGORIENTACIÓN
POLÍTICA
ÉXITO FRACASO
Para la función legislativa y de orientación política, ÉXITO es sinónimo de iniciativas aprobadas y FRACASO de iniciativas rechazadas, caducadas o retiradas. En el caso de la función de control, ÉXITO es sinónimo de pregunta respondida o de petición de comparecencia aceptada.
A través de la función legislativa el Congreso aprueba leyes y presupuestos del Estado, ratifica tratados internacionales, etc. La iniciativa legislativa también puede corresponder al Gobierno, a las CC.AA y a los ciudadanos. En su labor de control el Congreso vigila las decisiones y políticas del Gobierno a través de preguntas, peticiones de comparecencia, etc. Con la función de orientación política el Parlamento aprueba mandatos políticos, no vinculantes, para orientar las actuaciones y prioridades políticas del Gobierno.
ACTOSFUNCIÓN% DEL TOTAL DE ACTIVIDAD
PARLAMENTARIA
Legislativa 49 9%
Orientación Política 112 20%
Control al Gobierno 393 71%
Total 554 100%
5. Desigualdad, infancia y debate político en España
27UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños
• Y en tercer lugar porque, a pesar de los importantesavances legislativos experimentados en algunasmaterias (especial mención merecen los relativos a laprotección de la infancia, a la edad de matrimonio yconsentimiento sexual, y el fomento de la conciliaciónde la vida personal y profesional), la nueva legislaciónen materia educativa (LOMCE) y las restricciones a launiversalidad de la atención sanitaria (Real DecretoLegislativo 16/2012) suponen un retroceso en los obje-tivos de equidad y ampliación de derechos y oportuni-dades defendidos por UNICEF en este informe.
b) La labor del ejecutivo
En un contexto de mayoría absoluta, durante los últimoscuatro años el Ejecutivo ha tenido una influencia decisivasobre el desempeño de la actividad legislativa. Al margende esto, el Gobierno ha llevado a cabo una serie de medi-das de carácter ejecutivo relacionadas directamente conla situación de la infancia y las familias españolas, comoson la aprobación del II Plan Estratégico de Infancia yAdolescencia (2013-2016), el Plan Nacional de Acción parala Inclusión Social 2013-2016 y la puesta en marcha delFondo Extraordinario contra la Pobreza Infantil, y del másreciente Plan Integral de Apoyo a la Familia (2015-2017).
Estas medidas deben ser consideradas como positivas,pero son insuficientes. Por un lado, no abordan decidida-mente los problemas de ingresos, estabilidad y oportuni-dades que están en la raíz de la inequidad y vulnerabilidadque sufren muchas familias y niños y niñas en España. Ypor otro, carecen de la dotación presupuestaria necesaria.
Así, por ejemplo, los 48 millones de euros con los que seha dotado al Fondo contra la Pobreza Infantil resultan muyescasos frente a la magnitud del problema, a la falta deprogresividad del gasto público y a los recortes presu-puestarios en políticas sociales llevados a cabo en los últi-mos años. Según estimaciones de UNICEF ComitéEspañol, la inversión en políticas de infancia del conjuntode las administraciones públicas por niño/a disminuyó enmás de 6.300 millones de euros entre 2010 y 2013, apesar del incremento en los niveles de necesidad desdeel estallido de la crisis económica28.
La inversión pública en infancia tiene un problema añadi-do que trasciende lo cuantitativo. La ausencia de indica-dores específicos sobre infancia en los presupuestospúblicos hace muy difícil la correcta cuantificación, diag-nóstico y evaluación de la inversión en infancia en nuestropaís y supone un obstáculo a la hora de visibilizar a losniños en el necesario debate social sobre políticas públi-cas e inversión en España.
c) Un panorama esperanzador en el nuevo contexto político
La campaña electoral de finales del año 2015 y la irrup-ción de nuevos actores políticos ha supuesto un impulsorenovado para el debate político sobre infancia e inequi-dad en nuestro país.
Los programas electorales presentados por los partidospolíticos son más ambiciosos y contienen propuestasmás detalladas en muchas temáticas que habían estadoprácticamente ausentes del debate político durante losúltimos años29. Así ocurre en materias tan relevantescomo la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado porla Infancia, de incrementar el salario mínimo y laprestación por hijo a cargo, de instaurar un sistema derentas mínimas garantizadas, de luchar contra laobesidad, de promocionar una alimentación saludable,de restituir el acceso universal a la atención sanitaria, deincrementar la inversión pública en sanidad y educación,de promover un pacto por la educación, de garantizar lagratuidad de la educación infantil de cero a tres años ode fomentar la participación de la infancia en lasociedad.
También han estado presentes en las propuestas progra-máticas asuntos que ya fueron prioridad política durantela anterior legislatura, como la lucha contra la violencia degénero, las medidas de apoyo para familias consideradasvulnerables, la respuesta al drama de los desalojos porimpagos hipotecarios o el fomento de la conciliación fami-liar y laboral. Por el lado de las ausencias, merece la penadestacar que sólo dos partidos incluyen un compromisode inversión específica en políticas de infancia y que nin-gún partido incluye compromisos concretos contra la des-igualdad, en línea con la petición de la sociedad civil, deque desarrollase un indicador de desigualdad y un órganosupervisor.
Todo parece indicar que estamos ante un momento políti-co más sensible e informado sobre las especificidades delas problemáticas de los niños y sus familias en España, yante un escenario más favorable y propenso a priorizar yadoptar las políticas públicas necesarias.
Resulta muy revelador que tanto el Congreso como elSenado hayan conseguido aprobar por amplias mayoríasla constitución de sendas comisiones parlamentariassobre familia, infancia y adolescencia, que están llamadasa convertirse en foros estratégicos para el debate y elacuerdo sobre temas de infancia, para visibilizar pública-mente los derechos e intereses de los niños y las niñas ypara hacer de ésta, finalmente, una legislatura “amiga dela infancia”.
Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL28
Proteger los ingresos de los hogares con los niños más pobres
Es evidente que la inversión eninfancia y las transferencias socialesdesempeñan un papel fundamentalen la protección de los niños máspobres. En algunos países con gran-des brechas de ingresos, comoBulgaria, Grecia, Italia, España yPortugal, las transferencias socialesa los hogares de los niños máspobres son exiguas.
En el caso de España:Con unos elevados niveles depobreza infantil, nuestro país es lanación de la UE que menos porcen-taje del PIB dedica a las prestacio-nes monetarias para familias einfancia (un 0,5%), menos de untercio de la media Europea.
Propuesta: Incrementar las cuantías y lacobertura de la prestación econó-mica por hijo a cargo de laSeguridad Social (de los actuales291 hasta 1.200 euros al año) paralos niños y las niñas con menosrecursos, teniendo en cuenta elumbral oficial de riesgo de pobre-za para la determinación de losniveles de renta que dan acceso ala prestación. Con un coste esti-mado de 3.068 millones de eurosanuales reduciría la pobrezainfantil severa en un 30%.
Apostar por la reducción de la brecha educativa
Ello no tiene por qué lograrse aexpensas de la calidad en general,como demuestran Dinamarca,Estonia y Polonia, donde se reduje-ron las brechas al tiempo que semejoraron los resultados generales.
En el caso de España:A pesar de que nuestro país noestá entre los peores respecto a labrecha educativa, las tasas de fraca-so y abandono escolar están entrelas más altas de Europa. Granparte de la reducción del presu-puesto en educación en los últimosaños ha afectado directamente alos elementos que contribuyen areducir la brecha educativa, como laeducación de 0 a 3 años, las becasy los servicios de apoyo escolar.
Propuestas: Reforzar el enfoque inclusivo delsistema: garantizar el apoyo esco-lar y las becas al alumnado quelo necesite, y en general, eliminarcualquier barrera que obstaculicela igualdad de condiciones en elacceso a estos servicios y recur-sos por parte de los niños y lasniñas; avanzar en la gratuidadreal y efectiva de la educaciónobligatoria.
Dotar de recursos y promoveractivamente el acceso a la ense-ñanza de 0 a 3 años, especial-mente en los casos de niños yniñas en desventaja por su situa-ción social, económica, familiar ode discapacidad.
Este informe ha ofrecido un resu-men de los argumentos principalesdel Report Card 13 de UNICEF, quemide la brecha entre el bienestarde los niños que se sitúan en elextremo inferior de la distribucióny los que se encuentran en elmedio. Sus conclusiones vinculanclaramente los niveles de des-igualdad a los niveles generalesde bienestar infantil y demuestranque, en general, los avances parareducir estas brechas han sidodiscretos. En numerosos países seha permitido que los niños másdesfavorecidos se queden todavíamás atrás que sus pares de lapasada década.
Los números muestran tambiéndiferencias notables entre los 41países desarrollados estudiados,un panorama en el que Españaforma parte de las malas noticiasen algunas dimensiones. Su posi-ción en el indicador combinadoque mide las diferentes brechasde desigualdad (puesto 22 sobre35) sugiere que tenemos muchocamino por recorrer a la hora degarantizar la igualdad de derechosy oportunidades entre los niñosque viven en nuestro país, sobretodo cuando se considera la mag-nitud de las cifras absolutas deniños y niñas que se encuentranen situación de vulnerabilidad.
Pocos asuntos son tan relevantespara el presente y el futuro de lasociedad española. El análisis delas propuestas realizadas por lospartidos políticos sugiere que enlos próximos años podríamos teneruna oportunidad para lograr eneste ámbito el consenso que hafaltado hasta ahora.
UNICEF Comité Español proponeun gran pacto por la Infancia, uncompromiso político real, queincluya las siguientes medidas.
6. Conclusiones y propuestas
#1 #2
29UNICEF COMITÉ ESPAÑOL l Equidad para los niños
Promover y apoyar estilos de vida saludablespara todos los niños
Los avances notables hacia la reduc-ción de las brechas de saluddemuestran que las campañas desalud pública pueden arrojar benefi-cios significativos. Sin embargo,estos han sido demasiado lentos enalgunos aspectos. La amplia y per-sistente brecha de género en losresultados de salud es motivo degran preocupación.
En el caso de España:La aplicación en nuestro país de res-tricciones al acceso universal a laatención sanitaria es un riesgo para elaumento de la brecha en salud paralos adultos extranjeros, pero tambiénpara los niños y niñas que viven conellos. Asimismo el incremento de laaportación de los usuarios al coste delos medicamentos puede comprome-ter la capacidad de accecer a ellos delos hogares con niños.
Propuesta:Reformar las medidas adoptadasen el Real Decreto 16/201230:
• Garantizar activamente el accesoa la salud de aquellos adultos ysus hijos e hijas que, por su ori-gen nacional o étnico, o por susituación administrativa, se puedaver comprometido. Promover ladifusión de información clara ytrasparente sobre las condicionesde acceso a la salud entre padresy madres, los propios niños y losprofesionales del sector.
• Reducir al 10% la aportación delos usuarios al pago farmacéuticoen el caso de que los beneficiariosde los medicamentos sean meno-res de 18 años y la renta nosupere los 18.000 euros, mante-niendo las exenciones actuales.
Tomarse en serio el bienestar subjetivo
Los responsables de las políticasdeben escuchar más atentamentelas voces de los propios niños. Losdatos relativos a la satisfacción en lavida demuestran que las desigualda-des sociales afectan al bienestarsubjetivo de los niños. En todos lospaíses examinados y en todomomento (considerado a lo largo deeste siglo) los niños de los hogarescon menos recursos presentan másprobabilidades que los demás dequedarse atrás en términos de satis-facción ante la vida.
En el caso de España:No existe ninguna encuesta o meca-nismo público oficial de seguimientode las preocupaciones, opiniones yel bienestar subjetivo de los niños,niñas y adolescentes.
Propuesta: Elaborar un “barómetro” anualdirigido específicamente a meno-res de 18 años que recoja deforma sistemática las opiniones,preocupaciones y la valoración delbienestar de los niños en distintosámbitos. Una encuesta que permi-ta a los responsables políticosidentificar los problemas y expec-tativas a las que se enfrenta lainfancia.
Poner la equidad en el corazón de la agenda de protección y bienestar de la infancia El principio de no dejar a nadie atrásdebería estar en todas las futurasdecisiones legislativas y estrategiasde políticas sociales. La mejora delas condiciones de aquellos queestán en peor situación garantiza elbienestar general de todos los niñosy niñas.
En el caso de España:La Agenda de los Objetivos deDesarrollo Sostenible traza las líneasque deben guiar un desarrollo másjusto y sostenible para todos. Losobjetivos uno y diez (respecto al finde la pobreza y la reducción de lasdesigualdades) deben guiar metas yacciones tanto de cara a las políticasinternas como en la cooperación aldesarrollo.
Propuestas: Desarrollar indicadores específicosde desigualdad en distintasdimensiones, que incluyan tam-bién a los niños y niñas, y estable-cer un seguimiento y supervisiónde su evolución desde las admi-nistraciones públicas. Establecermetas asociadas a la mejora dedichos indicadores de acuerdo conel necesario compromiso con losODS.
Garantizar que la infancia sea unaprioridad en la política de coope-ración, en coherencia con laEstrategia de Infancia en laCooperación Española, y que foca-lice sus esfuerzos en los niños enespecial situación de vulnerabili-dad y desventaja.
#3 #4 #5
30 Equidad para los niños l UNICEF COMITÉ ESPAÑOL
1 http://www.oecd.org/social/inequality.htm
2 http://reports.weforum.org/outlook-global-agenda-2015/top-10-trends-of-2015/1-deepening-income-inequality/
3 https://www.oxfam.org/en/pressroom/pressreleases/2016-01-18/62-people-own-same-half-world-reveals-oxfam-davos-report
4 http://www.unicef.es/equidadparalosninos
5 http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
6 http://www.unicef.es/actualidad-documentacion/publicaciones/report-card-12-los-ninos-de-la-recesion-el-impacto-de-la
7 http://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php/File:People_at_risk_of_poverty_or_social_exclusion,_by_age_group,_2014.png
8 UNICEF (2014). Report Card 12. Children of the Recession:The impact of the economic crisis on child well-being in richcountries. Innocenti Office of Research. Available athttp://www.unicef-irc.org/publications/series/16
9 En estadística, la mediana es el valor de la variable deposición central en un conjunto de datos ordenados, dejandoel mismo número de datos antes y después que él. Porejemplo: la mediana del ingreso de un grupo de cincopersonas, serían los ingresos de la persona que, ordenadaspor su nivel de rentas, estuviera en la 3º posición. Aunque elindicador utilizado habitualmente por la UE y en los informesnacionales de UNICEF Comité Español se usa como umbral el60% de la mediana, en el Report Card 13 y en otrascomparaciones internacionales más allá de la UE se sueleutilizar el 50%. Por ejemplo, en España el umbral del 60% en2014 sería una renta disponible 16.719€ anuales para un hogarcon dos adultos y dos niños, el del 50% de 13.932€.
10 Eurostat.
11 UNICEF (2013). Report Card 11. Child well-being in richcountries. A comparative overview. Innocenti Office ofResearch. Available at http://www.unicef-irc.org/publications/pdf/rc11_eng.pdf
12 Ambas cifras tomadas de Eurostat.
13 UNICEF (2016). Report Card 13. Fairness for children. Aleague table of inequality in child well-being in rich countries.Disponible en http://www.unicef-irc.org/publications/series/16/.
14 http://www.unicef.org/media/media_67945.html
15 Ver nota 9 para explicación del concepto de mediana.
16 Los nueve ítems son: poder pagar el alquiler o una letra;mantener la casa adecuadamente caliente; afrontar gastosimprevistos; una comida de carne, pollo o pescado (o susequivalentes vegetarianos) al menos 3 veces por semana;poder pagar unas vacaciones al menos una semana al año; uncoche; una lavadora; un televisor en color; un teléfono (fijo omóvil).
17 https://www.unicef.es/sites/www.unicef.es/files/Bienestar_Infantil_Subjetivo.pdf
18 Según datos de ESSPROS (2012), función familia e infancia,Eurostat.
19 Estadísticas OCDE y Richarson, D. (2015): Child Poverty AndFamily Policies In The OECD. BELGISCH TIJDSCHRIFT VOORSOCIALE ZEKERHEID - 1e TRIMESTER 2015. Disponible enhttp://socialsecurity.fgov.be/docs/nl/publicaties/btsz/2015/btsz-1-2015-richardson-nl.pdf).
20 Richardson (2015).
21 Cantó, O. y Ayala, L. (2014). Políticas públicas para reducir lapobreza infantil en España: análisis de impacto. Madrid:UNICEF Comité Español.
22 Datos Eurostat 2014.
23 Informe PISA 2012.
24 Cantó y Ayala (2014).
25 http://www.unicef.es/actualidad-documentacion/publicaciones/una-promesa-renovada
26 Puede accederse al detalle de estos datos en la sección“¿Cuánto les importa a los diputados la pobreza infantil?” delespecial “Pobreza infantil: la desigualdad del futuro” publicadopor Eldiario.es (http://lab.eldiario.es/pobrezainfantil/diputados/).
27 Datos obtenidos a través del escáner parlamentario delproyecto TIPI (www.tipiciudadano.es).
28 Centro de Estudios Económicos Tomillo (CEET), 2015. Lainfancia en los presupuestos. Estimación de la inversión enpolíticas relacionadas con la infancia en España y su evoluciónentre 2007 y 2013, Cuadernos para el Debate nº 4, UNICEFComité Español, Huygens Editorial.
29 Para el análisis de los programas electorales del PartidoPopular, PSOE, Unidad Popular-Izquierda Unida, UPyD,Ciudadanos y Podemos se ha empleado la información delproyecto Polétika (www.poletika.org). A esta información seha añadido el análisis ad hoc de los programas electorales delPNV y de Democracia y Libertad.
30 Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidasurgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacionalde Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones.
Notas