EL SABIO ..JESUITA ATANASIO KIRCHER POSEíA UNA AVIDEZ OMNíVORA QUE ABARCÓ
TODOS LOS CAMPOS IMAGINABLES DEL CONOCIMIENTO Y E..JERCIÓ UNA INFLUENCIA
DECISIVA EN LA FORMACiÓN DE LA CULTURA NOVOHISPANA. SU IMPORTANCIA CAPITAL
EN LOS PROCESOS DE LA DIFUSiÓN DEL CONOCIMIENTO -y EN PARTICULAR EN LA
HISTORIA DE LA EDICIÓN- PUEDE CONSIDERARSE A TRAVÉS DE LAS IMÁGENES QUE
ILUSTRAN ESTE NÚMERO . SU DESLUMBRANTE OSADíA ES EXPRESiÓN DE UNA DE LAS
VERTIENTES MÁS ENRIQUECEDORAS DE LA ACTIVIDAD CIENTíFICA DE LOS ..JESUITAS:
LA LIBERTAD DE FORMULAR HIPÓTESIS Y DE IMAGINAR NUEVOS PARADIGMAS PUDO
ENTREGARSE PRÁCTICAMENTE SIN CORTAPISAS A SU ILIMITADA CURIOSIDAD, PORQUE
SU TRABA..JO FLORECiÓ EN UNA ÉPOCA EN QUE LOS ESPACIOS Y LOS MÉTODOS DE
LAS DIVERSAS DISCIPLINAS NO SE HALLABAN CLARAMENTE DELIMITADOS Y EN LA QUE
NO SE HABíAN ESTABLECIDO TODAVíA LOS CRITERIOS ESTRICTOS QUE DETERMINAN
AHORA LOS LINDEROS DE LOS DISTINTOS TERRITORIOS DEL CONOCIMIENTO .
Carlos Ziller Camenietzki
Arriba:
froIllispicio de/libro de
AIDllasio Kircher
Oedip"s Aegyptiacvs ...
fmuJo reservada.
BiblWttta Nacional, UN.H!.
ER tsID lámina vemos a Kircher
El univ",o del pad<e Atanasio Ki"he<, m
mundo orgánico donde todas las cosas se
relacionan entre sí, estuvo abierto a innu
merables posibilidades que resultan impen
sables dentro de la estructura fUa de las
"leyes de la naturaleza" del mundo de Gali
leo. El universo de Kircher podía incluir
serpientes de piedra, sirenas, gigantes y
dragones, cosas posibles aun cuando no
pareciesen probables. Para el padre Atana
sia, establecer las "leyes matemáticas de la
naturaleza" equivalía a imponer límites al
acto de creación, lo que colocaría al fIlóso
fo natural en posición de dictar prohibicio
nes a la acción de Dios.
1 ... Las ideas de Kircher eran soluciones rea
les para el conocimiento aportadas en la
búsqueda de una nueva ciencia. Resulta
anacrónico no aceptar este aspecto de su
trabajo. No podemos examinar sus propo-
siciones básicas con la óptica de la meta
física moderna, pues ésta apenas nacía en
aquella época. Pero es preciso tomar en se
rio la ciencia de Kircher, pues de no hacer
lo nos arriesgamos a restringir el estudio
de la vida científica de aquel tiempo a un
grupo de fIlósofos naturales bien organi-
~ como Edipo, mientras zado y mejor apreciado.
PigiM anterior:
LátiII4 tkllibro deAtanasio Kircher
Iter Ertaticum Coeleste ...
Bibliottta NacWnal, UNA.I!.
IHS El análisis de las ideas de Kircher y de la
heterodoxia de sus bases metafísicas sugie
re la existencia de conexiones importantes
entre el pensamiento científICO y las mani
festaciones culturales en el siglo XVII . Era
la época barroca. Pero habrá que pregun
tarnos si el proyecto que Kircher compartía
29
con sus colegas puede hallar su lugar dentro
de ese amplio movimiento cultural.
1 ... Durante el siglo XVII, el uso de un lenguaje
científico lleno de imágenes y rico en metá
foras y alegorías era común en un conjunto
de medios científICOS que rebasaba con mu
cho el circulo bastante restringido de "eru
ditos kircherianos". Podemos hallar en los
trabajos de Redi, Galileo, e incluso Descar
tes, ejemplos interesantes del uso de los re
cursos literarios del estilo barroco. También
echaban mano de expresiones que encajan
bien en el proyecto de Kircher: "armonía del
mundo", "teatro del mundo", "proporciones
de la naturaleza" y otras. Pero nuestro ob
jetivo no es identifICar estas expresiones, si
no comprender el significado y el papel que
desempeñaron los conceptos en un intelecto
infatigable y la forma en que fueron tradu
cidos en palabras y expresiones comunes de
la época. Para Kircher y su colega Valentín
Stansel, tales expresiones revisten una im
portancia fundamental, pues traducen una
idea orgánica del mundo, una idea que equi
para a la naturaleza con un tejido de rela
ciones entre las cosas, del cual nada puede
quedar fuera.
IHS En cambio, aunque los giros de las frases,
las fIguras y las expresiones tradicionales de
la escritura barroca pueden hallarse en los
textos científICOS del fIlósofo galileísta-car
tesiano, en ellos no trascienden los límites
de la forma literaria o de una idea de armo
nía que no es, en absoluto, la de Kircher. Los
cartesianos echaron mano de esos recursos,
// " 1' . "" === ATHANASU KI1\CHERI E SOC : IESV: . 'o,
MAGNETlCVM NA TVRAE -!tE G NVM
S I v E
DlS CEPTATIO PHYS IOLOGIC A OC uipliQin NllUr.1 rcnlln MAGNET~.iLU:u
u ipJicClll ciurdc:m N1IUR¡ gndum dlgdlo
I N AN IMATO A N IMATO
SE N' SIF IVO
Qu, Oecub prodigio~mc¡wrt1ncbmmotjooumv~~
proprimtCSt quz iD triplici Nacut~ Occooomia nonnullü in corporihW noaifU dcudd: ob
feru,uuur. in 2pttam 1accm auuntur.
& lucu:: T~~r:criCQÓ:a
A d lad} U1I. a.: bmlitrm Viron,
ALEX/\NDR VM FABlANVM NOIIi orbb. JAI!j;:cmm .
En estas páginas:
Portada y frontispicio del libro de
Atanasio Kircher
Magneticum Naturae Regnum ...
Impreso en Roma, en 1667.
El libro está dedicado al poblano
Alexandro Favián, que sostuvo
correspondencia con el autor.
Fondo reservado.
Biblioteca Nacional, UNAM.
pero la expresión "armonía del mundo" sólo
tenía la función de embellecer su discurso
y de sugerir relaciones numéricas precisas
entre las cosas. Los filósofos kircherianos y
los cartesianos quieren decir cosas distintas
cuando usan esta expresión. Los primeros la
ven como una forma de concebir la organi
zación del mundo creado, mientras que los
segundos consideran que la "armonía" sólo
alude a la belleza y perfección del mundo.
Resulta interesante investigar la homolo
gía entre la forma barroca de escritura y las
presuposiciones de la ontología del jesuita, ya
que sus obras encontraron la recepción más
favorable, tanto geográfica como cronológi
camente, en aquellas regiones de Europa don
de floreció la literatura barroca, y más allá,
particularmente en el Nuevo Mundo, donde,
por ejemplo, se encuentran los trabajos del P.
Stansel, de sor Juana y de don Carlos de Si
güenza y GÓngora.
IHS Los estudios sobre arte y literatura ba
rrocos que han surgido desde principios del
siglo xx sugieren que la fascinación por las
apariencias y por la inestabilidad del mundo
eran rasgos importantes de aquellas expre
siones. Por otro lado, el abuso de la alegoría
era un problema que derivaba del arsenal
de recursos que tenían a su alcance los es
critores del periodo barroco. Pese a que los
autores usaban alegorías y metáforas en sus
obras, ellos mismos discutían sobre los lími
tes y las condiciones de este tipo de discur
so : Emmanuele Tesauro, Matteo Peregrini y
Baltasar Gracián se cuentan entre quienes
examinaron ese asunto a mediados del siglo
XVII. Y, sin embargo, si tomamos en conside
ración las discusiones de lo que se llamaba el
pensiero peregrino, no resultará sorprenden
te ver que, en la época, se había arraigado la
idea de que las cosas y los hechos mantenían
entre sí conexiones recíprocas.
IHS Pensiero peregrino: pensamiento viajero;
la pointe: el ingenio, la agudeza. Estas sutiles
metáforas hacían comprensibles tales concep
tos al descifrar las conexiones establecidas
entre ideas, sentimientos y acontecimientos.
Un buen ejemplo de agudeza en la literatu
ra es la obra del jesuita Baltasar Gracián, que
escribe al principio de El criticón: "sirve pues
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la isla de Santa Elena en la escala de un mun
do al otro de descanso a la portátil Europa, y
ha sido siempre venta franca, mantenida de
la Divina próvida clemencia en medio de in
mensos golfos a las Católicas flotas del Orien
te". La portátil Europa es la expresión de que
se sirve para describir los largos viajes de la
época de la navegación y su obra en tierras
lejanas. El lector debía descubrir el lugar de
una idea en una cadena de correspondencias
en el mundo. Así, por ejemplo, escribir sobre
un peregrino o una senda podía conducirnos
a una reflexión sobre la vida del hombre o por
la senda de la salvación.
IHS Ciertamente vale la pena ver las cosas y los
acontecimientos en los que Kircher concen
tró su energía intelectual como otras tantas
"agudezas": la serpiente de piedra, las cruces
que aparecieron en Nápoles tras la erupción
del Vesubio, los fósiles, los experimentos por
analogía y tantas otras. Utilizar la idea ba
rroca de la agudeza para explicar su mane
ra de abordar el mundo natural nos ayuda a
entender la naturaleza de sus explicaciones.
El experimento por analogía -cuya impor
tancia es absolutamente fundamental para
entender a Kircher- debe interpretarse como
la reducción de la metáfora barroca al ám
bito del "laboratorio": la reproducción dentro
de una habi~ación cerrada de las influencias
de Marte sobre los hombres, la bola de fuego
que lleva al planeta rojo. La comprensión que
Kircher tenía sobre los hechos era, sin duda,
comparable con esta idea de la agudeza ba
rroca. Según él, la cadena que conecta una
cosa con otra tenía su paralelo en la cadena
que lleva a los lectores de la metáfora a la idea
escondida tras ella. Ésta sigue siendo una hi
pótesis promisoria para acercarnos a cierto
entendimiento del pensamiento del sabio je
suita. Traducción de Maria Palomar
CARLOS ZILLER CAMENIETZKI es doctor en filosofía
por la Universidad de París. Actualmente es profesor de
la Universidad de Río de Janeiro. Su trabajo como inves
tigador se ha centrado en la historia de la ciencia y sus
v ínculos con la Compañía de Jesús. Entre sus publicacio
nes destacan The Cross and the Lens y, como coautor,
Jesuits, Education and Science, y Treated to the Sphere 01
Johannes de Sacrobosco.
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