Introducción
Este trabajo consiste en una revisión de la idea del filósofo gobernante
planteada en República, para ello se expondrán las aporía que se presentan a la
teoría de las ideas ante la aparición del argumento del tercer hombre en el dialogo
Parménides. Para poder trabajar dicho tema, empezaremos haciendo un esbozo
breve de las características de las ideas que se plantean en República VI y VII,
luego pasaremos a revisar como estas se conjugan con la idea de que el filósofo
es el más apto para gobernar. Finalmente expondremos los argumentos que da
Parménides ante el joven Sócrates entre (130a y 135d) del diálogo, para usar
estos en una revisión de la teoría de las ideas especialmente la noción de
participación; con ello buscaremos concluir si es desechada a partir de aquí la idea
del filósofo gobernante o si aún es posible concebirla.
Es Cornelius Castoriadis quien plantea este asunto al concebir que, existe una
simultaneidad efectiva entre el cuestionamiento de la realidad de las ideas y las
soluciones políticas de la República1. Se ha de suponer por el momento en la vida
de Platón que puede existir dicha relación, ya que para el tiempo en el que se
escribe el dialogo este ha sufrido su segundo fracaso en la expedición ha
Siracusa, con lo cual se puede pensar que ya este no mantiene la idea de que el
filósofo debe gobernar por ser el más apto.
Finalmente la idea de este trabajo consiste en desarrollar dicho planteamiento
1 Tomado de la siguiente página de Internet: http://farmacon.wordpress.com/2008/10/31/platon-parmenides/
La Teoría de las Ideas en República2
Las características de las ideas que nos trae República, nos servirán para
comprender cual es la teoría de las ideas que se está desarrollando para esa
etapa del pensamiento platónico.
En 475e Platón nos dice que “verdaderamente filósofos son aquellos que
aman el espectáculo de la verdad”3 para poder hacer esta distinción habrá que
decir cual es este objeto de amor para el verdadero filósofo. Es en este punto
cuando Sócrates dice a Glaucón que aquellos que no son verdaderamente
filósofos son los que son incapaces de contemplar lo bello en sí. De esta manera
Platón plantea que sólo obtendrá conocimiento aquel que pudiendo contemplar la
idea en sí, puede diferenciarla de aquello que participa de esta; este es el
verdaderamente filósofo y no el sofista que cree que hay cosas bellas pero no cree
en la belleza en sí ni es capaz de seguir al que conduce hacia su conocimiento.4
Luego más adelante Platón establece la diferencia entre la doxa y la episteme
dejando claro que corresponderá a esta última sólo el conocimiento de las ideas
en sí.
Entre estos planteamientos característicos de las ideas, está la clara
diferencia entre el mundo sensible y el mundo eidético, en 477a Sócrates dice a
Glaucón “Lo que es plenamente es plenamente cognoscible, mientras que lo que
2 A parte de que haya leído el diálogo en sí gran parte de este desarrollo lo obtuve de la lectura del ensayo titulado: La ecuación filosófica de la teoría de las ideas. Prof. José Luis Ventura. Tomado de www.platonucv.blogspot.com. Por esta razón citaré en alguna ocasión dicho trabajo.3 República V 475e.4 Ídem. 476c-e
no es no es cognoscible en ningún sentido”. Es en estas palabras donde queda
claro el papel de las ideas como lo único que es real y que por serlo es lo único
que es objeto del conocimiento, y mas abajo Platón establece el mundo
intermedio, en el cual sólo hay opinión “Y si algo se comporta de modo tal que es y
no es, ¿no se situará entremedias de lo que es en forma pura y de lo que no es de
ningún modo?”5.
Resumiendo, en pocas líneas Platón ha expresado varias de las
características más importantes de las ideas, que serán fundamentales para el
desarrollo de la teoría de las ideas. La ideas son lo realmente real, el mundo
sensible es el que se encuentra intermedio entre lo real y lo que no es; por lo tanto
sólo puede haber opinión sobre este, mientras que de las ideas habrá
necesariamente conocimiento. El que es verdaderamente filósofo es aquel capaz
de ver las ideas en sí y por ello puede diferenciar el mundo sensible del eidético,
así que es este en único que accede al conocimiento mientras que el resto “los
amantes del espectáculo” sólo tendrán acceso a la opinión y se mantendrán en
esta.
Pero nos falta una parte esencial del desarrollo de este trabajo y de la teoría
de las ideas en República. La alegoría del sol, va a ser el elemento teórico con el
cual Platón desarrollará con mayor profundidad su teoría de las ideas, esta
complementada por las alegorías de la línea y la caverna.
5 Ídem 477a-b
“Al igual que la luz, que es visible y hace visible todo, así el bien es
conocimiento que hace inteligible todo lo demás”6. Con esta frase se resume de
alguna manera la alegoría, el bien es la idea máxima, aquella que ilumina y
permite que se puedan conocer las otras ideas y así diferenciar el mundo sensible.
De esta manera la idea de Bien es tanto ontológicamente como
gnoseológicamente primordial y primera ya que no solo engendra a las otras sino
que también permite que se puedan conocer. En relación así con el resto del
planteamiento sobre las ideas, se genera pues que hay una en especial que tiene
la capacidad de ser supraesencial por su capacidad generadora; de este modo
ella se convierte en el objetivo principal del conocimiento y del filósofo como
amante de este.
- El Filósofo Gobernante
“-A menos que los filósofos reinen en los estados, o que los que ahora son
llamados reyes y gobernantes filosofen de modo genuino y adecuado, y que
coincidan en una misma persona el poder político y la filosofía, y que se prohíba
rigurosamente que marchen separadamente por cada uno de estos dos caminos
las múltiples naturalezas que actualmente hacen así, no habrá querido Glaucón,
fin de los males para los estados ni tampoco, creo, para el género humano.”7
Con estas palabras Sócrates responde las inquietudes de Glaucón sobre la
manera de llevar a cabo las ideas del estado que plantea Platón, es aquí donde
este nos dice que un solo cambio con respecto a lo que se hace mal en los
6 La ecuación filosófica de la teoría de las ideas. Prof. José Luis Ventura. Pág. 87 República 473d-e
estados actuales hará que se puedan corregir los errores y avanzar por el camino
de la República; este cambio es sencillamente que el Filósofo sea quien gobierne
o que el gobernante filosofe de modo genuino y adecuado.
Más adelante en el diálogo Glaucón pedirá a Sócrates que este le aclare a
que se refiere con filósofo, y este aclarará a partir de los argumentos con los que
iniciamos las características de las ideas mas arriba. Este desarrollo llevará a
Platón a plantear las características de la teoría de las ideas en relación al filósofo
y la posibilidad que sólo este tiene de conocer.
En el inicio de República VI se da el desarrollo mas completo de los
argumentos por los cuales el filósofo es el mas apto para gobernar8, desde la
aclaración de nuevo de la diferencia entre los ciegos sofistas del mundo de los
sentidos, y los verdaderamente filósofos amantes del mundo de las ideas, hasta el
desarrollo argumentativo de la capacidad del filósofo de ser justo y correcto. Es el
filósofo aquel que siempre ama aquel estudio que les hace patente la realidad
siempre existente y que no deambula sometida a la generación y a la corrupción.
Por tanto el filósofo no puede ser corruptible ni corrupto per se, ya que estará
siempre en contacto con las ideas y a estas se dedicará plenamente abandonando
los placeres corporales, por otro lado aman íntegramente a la realidad y no son
capaces de amar una sola parte rechazando las otras; de esta forma el filósofo
cuenta con la veracidad y carece de falsedad, además de que se le hace
imposible no amar a todo lo que se relaciona con las ideas, amando así a todo el
mundo sensible por igual. Este hombre no tendrá por tanto ni miedo por la muerte
8Ídem VI 484a
ni creerá que la vida humana es gran cosa y si alejándose de las cosas mundanas
y los placeres no cultiva la riqueza ni lo desea; necesariamente se alejará de la
injusticia y la mezquindad.
No mostraré aquí los argumentos de Glaucón ante la idea del filósofo
gobernante, más si mostraré la respuesta que da Sócrates a este. El filósofo ha
sido abandonado por la sociedad, ha sido dejado de lado por pensarse que no es
capaz de gobernar y el barco del estado ha sido tomado por marineros inexpertos
que lo llevan irremediablemente a la ruina, sólo si se reconoce al filósofo como el
gobernante mas adecuado y se le entrega dicho barco a tiempo este podrá
encaminar de nuevo el estado a la gloria de la propia República platónica.
Luego Platón en boca de Sócrates desarrollará a fondo la relación que tiene
el filósofo con el mundo de las ideas y así con la verdad y el conocimiento. En
490b nos dice ¿y no defenderemos razonablemente que el que ama realmente
aprender es apto por naturaleza a aspirar a acceder a lo que es, y no se queda en
la multiplicidad de cosas de las que se opina que son, sino que avanza sin
desfallecer ni desistir de su amor antes de alcanzar la naturaleza de lo que es
cada cosa, alcanzándola con la parte del alma que corresponde a esto (y es la
parte afín la que corresponde), por medio del cual se aproxima a lo que realmente
es y se funde con esto, engendrando inteligencia y verdad, y obtiene
conocimiento, nutrición y verdadera vida?9 Con estas palabras se deja claro que la
necesidad y prioridad del filósofo se debe esencialmente a su relación con el
9 República VI 490b
mundo de las ideas, a su capacidad para acceder finalmente a la idea de bien y
con ello a la comprensión de todas las ideas; el filósofo accede al conocimiento,
pero es necesario como acota mas adelante Sócrates que este no se quede ahí
sino que también pueda comprender el mundo de los hombres, para poder educar
y generar simpatía hacia la filosofía.
En general esto es lo que se ha venido desarrollando desde el comienzo de
este trabajo, la relación entre la idea del filósofo gobernante y la teoría de las idea,
al final ha quedado mas que claro como no se puede concebir a un filósofo
gobernante sino es por la relación que este tiene hacia el conocimiento, que
solamente es posible entrando en contacto con el mundo eidético.
Todo esto se ilustra con claridad en el mito de la caverna, con el cual se
evalúa la responsabilidad que tiene este ante la sociedad, no se trata solo de
contemplar las ideas sino de volver para poder ayudar a que los demás entren
también en contacto con ellas.
Seguimiento de los argumentos del Parménides (130a-135c)
En esta parte revisaré el desarrollo argumentativo que hace Parménides
ante un joven Sócrates entre 130a y 135c, lo que corresponde a la segunda parte
del diálogo, específicamente me detendré en los argumentos del primer tercer
hombre y segundo tercer hombre; empezando con los problemas que se
presentan para la participación a partir de las aporías del uno múltiple, ya que
aunque no usaré esta aporía es necesaria para comprender como se llega al
primer tercer hombre.
En 130a Parménides pregunta a Sócrates por la separación entre las
formas en si y las cosas que participan de ellas, se ha de observar como se pone
hincapié en este asunto de la noción de separación. De inmediato se presenta el
problema del número y tipo de formas que existen, si hay un tipo para las formas
de belleza, bondad y justicia y otro tipo para las formas de hombre o fuego y
agua; es aquí donde Parménides pide aclaración sobre el asunto de si existen
formas de cosas despreciables existentes como barro y basura, a lo que Sócrates
responderá que aunque ciertamente existan de estas no hay formas. Es
comprensible la razón de la no existencia de formas de estas cosas ya que si la
forma es perfección absoluta, parecería contradictorio suponer formas de cosas
imperfectas y despreciables10. Hasta este punto se ha discutido el problema de la
extensión del mundo eidético.
Luego se desarrollará el problema de la participación en el cual se
cuestiona la posibilidad de que una cosa participe de la forma en sí, ya que si esta
cosa participa no se sabe si participa de una parte de la forma o de la totalidad de
ella. Este es el problema del uno múltiple que se plantea en 131a de la siguiente
manera: ¿Te parece entonces, que la Forma toda entera está en cada una de las
múltiples cosas, siendo una? De esta manera se empieza el cuestionamiento a la
participación que incluye en 130c el argumento del manto, cuando Parménides
dice que parece que la forma es como un manto que cubriendo a todas las cosas
se mantiene uno y que en su totalidad está sobre todo, cuestiona que sea posible
que las cosas participen de todas la forma ya que estarían en contacto con una
10 Tomado de la nota de Mª I Santa Cruz en Parménides de la editorial Gredos. 130d.
sola parte del manto mientras a la vez la forma se dividiría en partes; finalmente
entonces es imposible concebir la unidad de la forma si de esta participan las
cosas. Luego para desarrollar mas la idea, Parménides elabora la alegoría de lo
pequeño y lo grande, con la cual nos dice que si la idea de pequeño en sí misma
tiene una parte de la cual se participa, esta parte que participa será mas pequeña
que la idea en sí de pequeño, con lo cual la idea de pequeño en sí sería grande
respecto a la cosa, con lo cual esta no participaría de lo pequeño sino de lo
grande, cosa imposible.
Inmediatamente Sócrates pide a Parménides que aclare el asunto con lo
cual este dirá que la idea que tiene el propio Sócrates es que: Tú crees que cada
Forma es una por una razón como está; cuando muchas cosas te parecen
grandes, te parece tal vez, al mirarlas todas, que hay un cierto carácter que es uno
y el mismo en todas; y es eso lo que te lleva a considerar que lo grande es uno.11
A esta idea Sócrates asiente positivamente, con lo cual podemos visualizar que
este obtiene o asegura la existencias de Formas en sí mismas a partir de la
observación de los elementos que se supone participan de ella. Es en este punto
donde aparece el primer tercer hombre cuando dice Parménides: ¿y qué ocurre
con lo grande en sí y todas las cosas grandes? Si con tu alma las miraras todas
del mismo modo, ¿no aparecerá, a su vez, un nuevo grande, en virtud del cual
todos ellos necesariamente aparecen grandes? Acá lo tenemos finalmente si la
idea de grandeza se origina a partir de la observación de lo que creemos grande,
entonces si pudiéramos mirar aquello que creemos idea de grandeza, más lo que
11 Parménides 132ª. Editorial Gredos
creemos grande otro elemento aparecerá que es el que relaciona a ambas, y así
un nuevo elemento cometiéndose el error de reducción al infinito.
Para salir de este gran problema Sócrates intenta identificar las Formas
como modelos e ideas, con lo cual quiere decir que estas no se miden de la
misma manera que las cosas que participan de ellas, con lo cual la idea de belleza
en sí no es bella, o la de grandeza grande. Pero Parménides nos dirá que esto es
imposible ya que si las cosas están echas a imagen y semejanza de las Formas
viviríamos en un mundo de ideas sobre las ideas. En este momento se elabora el
problema de la semejanza, si las cosas ya no participan sino que se asemejan ha
de haber algo que es por lo cual se asemejan, es decir de nuevo un tercer
elemento, el segundo tercer hombre.
Las Formas no pueden ser conocidas, elemento conclusivo de toda la
travesía argumentativa, que aunque en el diálogo no se afirme como tal, se
mantiene que no es fácil de contra argumentar dicha afirmación de ser dicha por
alguien. Se afirma al final en 133c que de mantenerse que existen realidades de
las cosas que son en sí y por sí estas no están en nosotros, con lo cual se echa
por la borda la teoría de la reminiscencia y de alguna manera la de las ideas
también salen; ya que aunque pueda afirmarse que existen estas no pueden ser
conocidas. Luego pues se afirma que si bien existe el mundo eidético y el sensible
entre estos no hay relación y cada uno existe separadamente. Esta idea se
fortalece con la alegoría del siervo y el señor, con la cual se plantea que si
existiera un siervo este no lo sería del señorío en sí, ni el señor sería señor de la
servidumbre en sí; aún cuando existan dichos elementos, el siervo es siervo del
señor y este señor de aquel.
Luego viene la conclusión mas importante para el desarrollo de este trabajo,
la ciencia que poseemos es sólo de aquello que tenemos al alcance, la verdad que
está entre nosotros y nada más; y la ciencia en sí no sería alcanzable. “Por lo
tanto, ninguna de las formas es conocida por nosotros, dado que no participamos
de la ciencia en sí. En consecuencia, nos es incognoscible tanto lo bello en sí, lo
cual él es, como lo bueno y todo cuanto admitimos como caracteres que son en
sí.”12 De este par de afirmaciones podemos concluir que para el desarrollo teórico
y momento del pensamiento que se da en el diálogo Parménides, ya no es
concebible un filósofo gobernante.
12 Ídem 134c
Conclusión
El basamento teórico de República especialmente V, VI Y VII tiene como
fundamento lograr convencer de que el más apto para gobernar es el filósofo, y
este planteamiento a su vez tiene como pilar la teoría de las ideas, la
reminiscencia presente en el mito de la caverna y la noción de participación; el
diálogo Parménides en su parte trabajada entre 130a-135c, tiene como
consecuencias esenciales la destrucción teórica de todos estos planteamientos.
Lo que lleva a pensar definitivamente que ya no es concebible para Platón a estas
alturas de su pensamiento que el gobernante más apto es el filósofo.
Aquello que permite pensar al filósofo como el más apto para encaminar el
barco del estado hacia el ideal de la República, es el echo de que éste es el único
ciudadano capaz de poder estar en contacto con la idea del bien en sí mismo y así
poder contemplar el resto de las ideas, comprendiendo y diferenciando el mundo
sensible. Todo esto como en principio argumentamos, permitió a Platón proponer
al filósofo como la persona éticamente mas apta, ya que al estar en contacto
permanente con el conocimiento, es decir con la idea de bien; no podrá este ser
corrupto y más bien siempre practicará la justicia. Si en Parménides 130a-135c se
logra desequilibrar la noción básica de participación y luego la de semejanza, con
las cuales es concebible la posibilidad de conocer y estar en contacto con las
Formas y esencialmente con la del bien en sí mismo, si no hay manera de pensar
la reminiscencia porque como acepta Platón en boca de Sócrates las ideas no
están en nosotros, si finalmente se concluye que aún cuando las Formas existen
no tienen relación el mundo que vivimos, por lo tanto no son cognoscibles, el
filósofo ya no tiene los argumentos que hacían pensar que debía gobernar.