El Átomo Social Exploración y diagnóstico de un Grupo Terapéutico. Análisis de los aportes de la técnica del Átomo Social como medio de exploración y diagnóstico de un grupo de mujeres víctimas de Violencia Basada en Género
2011
Lery Mejías - Juan Facundo Barrios R. .
19/12/2011
Contenido
Introducción ........................................................................................................................... 3
Problema de Investigación ..................................................................................................... 4
Pregunta de Investigación: ................................................................................................. 6
Objetivos: ........................................................................................................................... 6
Marco Teórico ........................................................................................................................ 7
Violencia Intrafamiliar: ....................................................................................................... 7
Características fundamentales del Psicodrama. ................................................................ 9
El método psicodramático ............................................................................................... 10
Teoría de roles y vínculos ................................................................................................. 11
Técnicas ............................................................................................................................ 11
Enfoque metodológico: ........................................................................................................ 14
Técnica de Producción y Registro de los Datos: ............................................................... 15
Encuadre: .......................................................................................................................... 15
Descripción de las Sesiones y Actividades. ...................................................................... 16
Desarrollo de las Sesiones: ............................................................................................... 19
Conclusiones ......................................................................................................................... 46
Bibliografía: .......................................................................................................................... 50
Introducción
En los últimos años hemos sido testigos de diversas expresiones de la violencia en los hogares. La Violencia Intrafamiliar (VIF) ocurre en uno de cada dos hogares de la Región Metropolitana (SERNAM, 2001); no hace distingos de clase social y tiene consecuencias devastadoras y costos sociales vertiginosos.
El objetivo de este Estudio de Caso consiste en establecer un diagnóstico de la estructura vincular de un grupo terapéutico para mujeres víctimas de VIF en el CESFAM Bernardo Leighton de la comuna de Puente Alto a través de la técnica del Átomo Social. Los objetivos específicos son dos: (1) realizar una descripción de la estructura vincular de las usuarias a través de la técnica del Átomo Social y (2) describir y sistematizar los roles mencionados durante las sesiones a través de una pauta de registro.
En el marco teórico se describen las principales características de la VIF, de la teoría y técnica del Psicodrama y de la Teoría de Roles y Vínculos que se relaciona con los objetivos y el método de investigación propuestos en este Estudio de Caso.
El marco metodológico es de carácter cualitativo y se ubica dentro de los enfoques constructivistas de la realidad. Los datos fueron producidos usando principalmente la técnica del Átomo Social, mientras que el registro se realizó a través de grabaciones de audio y notas escritas tomadas durante la realización de las actividades y considerando también las diferentes producciones gráficas o plásticas de las integrantes del grupo.
El grupo estuvo compuesto por cuatro mujeres de entre 21 y 38 años cuya participación fue muy fluctuante y, como se verá en el desarrollo de este estudio, terminó siendo un elemento “sintomático” de la situación actual de sus integrantes, en lo referente a la violencia recibida y las consecuencias de aquello en su biografía.
En el análisis de las sesiones se pudo apreciar que el grupo comparte roles muy similares pero con matices relevantes en lo referente a la posición que cada integrante toma con respecto a esos roles y a la etapa de desarrollo de los mismos. Junto con ello, se pudo apreciar el peso de la conserva cultural de género, su impacto en el desarrollo de estas mujeres y las consecuencias que implica para ellas al momento de intentar solucionar la situación que están viviendo. Asimismo, se pudo constatar el peso de las variables transgeneracionales que inciden sobre la conformación presente de la estructura de rol de cada integrante y la incidencia de los aspectos negados de la masculinidad -ligados principalmente al padre- en la expresión de su propio ser, de la defensa de su persona y de la expresión de su feminidad más allá de los estereotipos machistas propios de nuestra sociedad.
Finalmente, los resultados del Estudio de Caso permiten afirmar que la estructura vincular del grupo en estudio se ve marcada principalmente por la conserva cultural de género y que la técnica del Átomo Social nos permitió elaborar conclusiones con respecto a diferentes aristas de esa conserva, expresadas a través de los emergentes grupales en la voz de cada una de las participantes.
Problema de Investigación
Al momento de hablar de la mujer como víctima, debiéramos más bien nombrar está forma
de violencia como Violencia Basada en Género o Violencia Contra la Mujer (VCM) ya que,
buena parte de los factores que explican dicho fenómeno se relacionan con la víctima por su
condición de mujer. Por ende, la situación de una mujer golpeada al interior de su propio
hogar y/o por su propia pareja no corresponde en rigor a una situación de VIF, sino más bien
a una situación de Violencia Contra la Mujer en situación de pareja. Al respecto, las cifras en
Chile son alarmantes: Un 50,3% de las mujeres de la Región Metropolitana son víctimas de
Violencia Basada en Género (VBG) en alguna de su formas (SERNAM, 2001), mientras que
un 51,4% de las usuarias de Atención Primaria de Salud con pareja que se atienden en los
grupos terapéuticos por depresión, refieren haber vivido hechos de violencia durante los
últimos 2 meses (MINSAL-Universidad de Chile, 2002).
Como era de esperar, la Salud Pública y, en particular los Centros de Atención Primaria de
Salud, no es ajena a esta situación; al respecto, el MINSAL (2001) señala que un 6% de las
usuarias de la Atención Primaria de Salud son víctimas de violencia grave en el hogar siendo
que, por otra parte, y a modo de ejemplo, se ha podido determinar que la tasa promedio de
detección de casos de VBG de los CESFAM de la comuna de la Florida es de 0,32%
(investigación personal presentada en el Cuarto Congreso Mundial de Salud Mental de la
Mujer, Madrid, 2011) sin que existan razones de peso para pensar que dicha comuna sea
una excepción en relación a otras comunas del país. Aquello se puede explicar por
problemas a nivel de la prevención, que es prácticamente inexistente (Cfr. OPS), de la
detección, en muchos casos deficiente por falta de formación de los profesionales o por falta
de herramientas prácticas de tamizaje y por la falta de herramientas de asistencia a las
víctimas cuyos resultados sean satisfactorios. En este punto, cabe señalar que el MINSAL
estableció un modelo de Grupo Terapéutico que funciona a nivel grupal pero que, a nuestro
juicio, no incorpora la dimensión grupal propiamente tal en su metodología de trabajo.
Debido a ello, carecen de medios de diagnóstico y/o evaluación de los resultados que sea
capaz de responder a las características, requisitos y dinámica propia de los grupos
humanos.
Producto de lo anterior, la VBG se ha convertido en un tema de salud pública de altísimo
costo, dado que el tratamiento es siempre más caro que la prevención y que, por otra parte,
existen evidencias que señalan que una mujer víctima de violencia al interior de su hogar:
- Presenta tasas más elevadas de tratamientos médicos y de salud mental, intentos de
suicidio y dependencia del alcohol (Plichta, 1992).
- Tiene mayor probabilidad de sufrir una pérdida o que su hijo nazca con bajo peso o
lesiones provocadas por la experiencia de violencia durante la gestación y el estrés
asociado al abuso de poder que implica (Heise et al. 1994).
- Tiene menor probabilidad de trabajar fuera del hogar y obtener ingresos y, si los
obtiene, estos serán considerablemente menores que aquellas que no sufren de VBG
(Morrison, 1997).
Debido a lo anterior, la situación de las mujeres víctimas de violencia en su relación de
pareja, ha dejado de ser un problema privado y se ha transformado en una problemática de
Salud Pública que exige ser detectada y asistida a tiempo, especialmente si se considera que
el sector público de la salud es un actor fundamental en este caso, dado su cobertura y, en
especial, porque constituye el punto de entrada de la Ruta Crítica de muchas víctimas de
Violencia Basada en Género (VBG).
El presente estudio pretende hacer un aporte en lo referente a la asistencia de los casos de
VIF detectados en un CESFAM de la comuna de Puente Alto. En concreto, propone describir
la estructura vincular subyacente de los grupos terapéuticos que se implementan en dicho
CESFAM mediante una técnica psicodramática orientada a este propósito.
La relevancia de esta propuesta radica en el hecho que ofrece la posibilidad de establecer un
diagnóstico previo de los grupos terapéuticos, que permita conocer su estructura latente y
ajustar los contenidos del taller a la misma con el fin de mejorar la eficacia y eficiencia de la
intervención. En forma secundaria, y en la medida que se masifique el uso de esta técnica,
permitiría sistematizar los diferentes hallazgos que se pudieran producir y dar cuenta de
eventuales elementos comunes que permitiría orientar intervenciones futuras en esta
materia.
Como se puede apreciar, la aplicación del Psicodrama y, más específicamente, de una de sus
técnicas de evaluación de la estructura vincular del grupo, aporta una mirada que a nuestro
juicio es fundamental para poder avanzar en la elaboración de intervenciones exitosas en
materia de VBG y que, creemos no existe en este momento. La posibilidad de conocer dicha
estructura es, por otro lado, necesaria para poder mirar a los personas ya no como individuo
sino como seres en relación y es precisamente en esa relación donde emergen los roles que
constituyen nuestra identidad y, por ende, forman la base que define nuestras posibilidades
(en términos de un espectro de roles disponible en la actualidad), el medio de acceso a
nuestros recursos y la forma en que los ocuparemos para enfrentar la realidad. Por lo tanto,
si conocemos la estructura vincular del grupo podremos en principio comprender la lógica
subyacente que da origen a los roles del grupo y sabremos por ende qué aspecto de la
dinámica de roles es necesario abordar a lo largo del Grupo Terapéutico.
Pregunta de Investigación:
¿Cuál es la estructura vincular subyacente de un grupo terapéutico para víctimas de VIF
psicológica leve en el CESFAM BL de la comuna de Puente Alto, explorada a través del
átomo social?
Objetivos:
Objetivos Generales:
Establecer un diagnóstico de la estructura vincular de un grupo terapéutico para víctimas de
VIF psicológica leve en el CESFAM BL de la comuna de Puente Alto a través de la técnica del
Átomo Social.
Objetivos Específicos:
1. Describir la estructura vincular del grupo terapéutico a través de la técnica del átomo
social.
2. Describir y sistematizar los roles mencionados durante las sesiones a través de una
pauta de registro.
Marco Teórico
La Violencia Contra la Mujer:
La Violencia Contra la Mujer o Violencia Basada en Género (VBG) constituye un problema
que la sociedad debe abordar porque atenta contra sus derechos humanos y porque genera
muchas consecuencias negativas para ella y su entorno social, sobre todo si se considera el
rol asignado a la mujer en una sociedad patriarcal.
Además, y tal como se puede apreciar en la tabla a continuación, es un problema, una
“enfermedad social” de alta prevalencia e impacto en la salud de la población y en el uso de
los recursos públicos.
Estudios de prevalencia de la VIF, SERNAM.
Por todo lo anterior, no cabe duda que la Violencia Contra la Mujer es también una prioridad
de Salud Pública; un ámbito en el cual se atiende más del 70% de la población chilena y en el
cual es fundamental poder hacer proyecciones epidemiológicas certeras y reducir los costos
a través de la mejora de la eficacia y eficiencia de los programas de intervención.
Cómo abordar este complejo problema desde la perspectiva de la salud pública es un tema
que no puede escapar a las realidades locales de cada sociedad ya que, de no realizarse
adecuadamente podría generar efectos diversos sobre la salud e integridad física de la mujer
en todas las dimensiones y contextos de su existencia y dentro de los cuales influye de una
forma u otra sobre el desarrollo de otras personas.
Existe entonces un imperativo de acción y otro de adecuación que es necesario reconocer
considerando las implicancias que tiene aquello en las víctimas, en términos de una
victimización que va más allá del daño directo provocado por estas situaciones de lesa
humanidad. Al respecto cabe señalar que, tal como se planteó en la introducción, la
principal víctima de Violencia Intrafamiliar es la mujer en su propia relación de pareja, si
bien, por otra parte, no es menos cierto que dicho daño no se detiene en ella sino que se
traspasa a los hijos, constituyéndose en un factor de riesgo para el desarrollo de las nuevas
generaciones.
Cabe destacar que en la Región Metropolitana:
- La Violencia Contra la Mujer en situación de pareja es un fenómeno que atraviesa
todos los estratos sociales si bien se aprecian diferencias en los tipos de violencia
ejercida por estrato y una menor probabilidad de ser víctima para aquellas mujeres
con mayores estudios en relación al conjunto (SERNAM, Ferrer, 2001).
- La violencia Psicológica se mantiene con una prevalencia similar en los diferentes
tramos de edad considerados, si bien se aprecia que las mujeres ubicadas en el tramo
de edad de 40 a 49 años son las que sufren en mayor cuantía de Violencia Física
(SERNAM, Ferrer, 2001).
- En la Atención Primaria de Salud (APS) el 6% de las usuarias del sistema son víctimas
de situaciones de violencia que pudieran comprometer su integridad física (MINSAL,
2001 en Provoste 2007, p.14).
- En lo referente a la APS, se ha postulado la existencia de una suerte de violencia
estructural, referida a los intersticios y fracturas que existen en el sistema y que
promueven de forma pasiva o activa una cultura machista que produce “por defecto”
situaciones de legitimación de la violencia. Aquello porque la violencia se considera a
veces como “normal” o porque se entiende como algo natural, “sui generis”,
“femenino” o “propio del matrimonio”.
Con lo anterior, se propende al asentamiento de una conciencia de mujer oprimida , es
decir, de una persona que se define ahora como un ser con derechos restringidos, cuyas
principales sensaciones serán las propias de quienes sufren abusos en la asistencia sanitaria:
sensación de pérdida de poder, de ser ignoradas, de haber experimentado un trato
vejatorio, de ser cuestionada en su definición de los hechos, de haber recibido un trato poco
empático y, en últimas instancias inútil para resolver su situación.
Frente a ello aparecen en muchas ocasiones diagnósticos iatrógenicos que individualizan a la
víctima, “psicologizan” su situación y catalogan estos abusos desde una perspectiva
individual en vez de considerar el proceso que produce sus dolencias. Con ello, la víctima se
queda con la sensación de perderlo todo, de que todo vale o que nada sirve y, por ende, que
todo da lo mismo: da lo mismo fumar, vivir o morir.
En la actualidad las intervenciones en el marco de la APS se han centrado en un tratamiento
sintomático de la víctima junto con un abordaje grupal desde la perspectiva de los grupos
terapéuticos con enfoque psicoeducativo. Luego de ello, y dada la baja adherencia de las
víctimas a los grupos, se ha optado por potenciar las intervenciones comunitarias si bien, por
otra parte, algunos CESFAM mantienen el grupo terapéutico como una estructura de
intervención válida pero que debe ser reformulada.
El presente estudio pretende aportar a una mejora en esta dimensión desde el Psicodrama,
razón por la cual se presentan a continuación las principales características de este enfoque.
Características fundamentales del Psicodrama.
El Psicodrama es una corriente psicoterapéutica creada por el psiquiatra rumano Jacob Levy
Moreno, que opera en los contextos individual, grupal, familia y pareja.
Desde el Psicodrama el hombre es concebido como un ser esencialmente trascendente y
creativo, capaz de generar, desde su espontaneidad, respuestas adecuadas frente a las
problemáticas que vive. Para ello Moreno postula que se debe buscar salir de lo que él llama
la “conserva cultural”, que se traduce en modelos estereotipados y rígidos de conducta que
no responden en forma sana y adecuada a los conflictos que el hombre vive.
Estrechamente ligados a lo anterior están los conceptos de tele y transferencia. La
Transferencia según Moreno es lo opuesto al Tele, entendiendo este último concepto como
la percepción recíproca, adecuada y empática entre dos personas en un encuentro donde
prima la espontaneidad y por lo tanto respuestas y conductas nuevas y creativas, libres de
patrones anteriores marcados por relaciones previas. Es decir, en términos Morenianos, la
Transferencia está directamente relacionada con la Matriz, que son las respuestas
defensivas que surgen a partir de un Locus o grupo de situaciones traumáticas que tienden a
reproducirse y repetirse en vínculos posteriores.
Desde un punto de vista técnico, el Psicodrama es un método de acción que pone en juego
el cuerpo en sus varias expresiones, en conjunto con las dimensiones mental y emocional,
abordando terapéuticamente al hombre en todos los ámbitos de su experiencia en busca de
una integración en la llamada tríada psicodramática. En el Psicodrama es a través del cuerpo
que se representa el mundo interno y es por donde se cuelan y salen a la superficie los
contenidos inconscientes, negados, o reprimidos que necesitan ser metabolizados,
resignificados e integrados a través de la razón y la emoción.
Aunque el Psicodrama hoy en día también opera en el contexto individual, su creador,
Moreno, lo concibió como un método que mira al hombre como un ser social, en relación e
interacción con otros. Por lo tanto, su planteamiento fue originalmente de un proceso
terapéutico grupal en donde el Protagonista de una escena, que ha sido elegida
sociométricamente por el grupo, es el vocero de los contenidos con que el resto del grupo
de alguna manera resuena. Es así como la escena del Protagonista responde al emergente
grupal, que aporta un material concreto y compartido por todos. Al psicodramatizar la
escena todo el grupo tiene acceso a algún grado de resignificación de los contenidos
develados en la situación que trae el protagonista.
El método psicodramático
El Psicodrama es definido como un método de acción basado en la técnica básica y madre
del Role Playing, en donde los participantes de una sesión actúan sus problemáticas, en vez
de limitarse al discurso verbal y narrativo de otros métodos psicoterapéuticos.
Sus instrumentos fundamentales son: el protagonista, alrededor del cual se centra la
Dramatización; los yo auxiliares, personas del público que ayudan en la re-creación de la
escena jugando los roles concretos o abstractos traídos por el Protagonista; el Director, quien
articula todo lo que suceda en la escena y mantiene el encuadre en cada una de las etapas; el
Público, que se encuentra en torno al espacio escénico, formado por pacientes y Yo-
auxiliares; y el espacio escénico del “como si” donde se desarrolla la acción.
Las Fases del Psicodrama.
Una sesión de Psicodrama se desarrolla en las siguientes fases:
1. Caldeamiento, que es el conjunto de procedimientos que intervienen en la
preparación de la escena psicodramática. La sesión comienza con el Caldeamiento
Inespecífico, orientado a disminuir los estados de tensión y facilitar la interacción entre
los miembros del grupo para continuar con el Caldeamiento Específico, cuyo objetivo
es preparar al Protagonista para que se encuentre en las mejores condiciones para
dramatizar.
2. La Dramatización que constituye el núcleo del Psicodrama y la caracteriza. El material o
escena aportada por el Protagonista es tratada con técnicas activas para concretizarlo
en el Escenario, y plasmarlo en un contexto particular y tratarlo dentro de un campo
terapéutico.
3. El Sharing, que es la última etapa de cada sesión psicodramática. La atención está
puesta en el Grupo, cuyos miembros ofrecen sus opiniones y comentarios, referentes
al Protagonista, a la Dramatización y a ellos mismos. Se trata de integrar los aspectos
individuales con los grupales y sus interacciones dentro del marco de la sesión, sin
olvidar que el material aportado por el Protagonista debe ser visto como un emergente
grupal.
Teoría de roles y vínculos
Moreno postula que el hombre se constituye como ser social, a partir de los roles que juega
en relación con otros. Tiene el rol, por lo tanto, un carácter vincular y desde ahí
características de complementariedad sana, funcional o patológica, disfuncional.
Es así como el hombre juega distintos tipos de roles: psicosomáticos, sociodramáticos y
psicodramáticos. Los primeros están asociados a las primeras experiencias del niño en su rol
de ingeridor, de defecador y de mingidor. Los segundos a los roles sociales como madre,
padre, hermano, sacerdote, médico, mientras que los roles psicodramáticos por su parte se
refieren a disposiciones más bien psicológicas como el tímido, el generoso, el competitivo.
En cuanto al proceso de aprendizaje desde los roles Moreno plantea tres etapas: el Role
Taking, Role Playing y Role Creating.
El Role Taking implica asumir un rol como conserva cultural, sin incorporar elementos
personales al rol. El Role Taking, por lo tanto, carece de espontaneidad y creatividad, se
juega el rol dado en forma imitativa con las características social y culturalmente definidas.
En la fase de role-playing el sujeto explora diferentes posibilidades de jugar el rol. Aquí el
sujeto, ensaya distintas maneras de jugarlo, incorporando elementos personales al rol
socialmente definido.
El Role Creating es la fase, podríamos decir, más madura o evolucionada, en que el sujeto ha
logrado integrar elementos personales al rol social, alejándose del rol como conserva
cultural, a través de la espontaneidad y la creatividad. Moreno postula que a mayor
espontaneidad, mayor será la diversidad y plasticidad en el role-creating, abriendo así
mayores posibilidades de salud mental.
Por otro lado, desde la Teoría de Roles, el Psicodrama plantea que ellos se dan en ramilletes
o clusters de acuerdo a las distintas etapas de desarrollo. El Cluster 1 se refiere a roles que
tienen que ver con la función materna, de contención y amor incondicional, mientras que el
Cluster 2 dice relación con roles asociados a lo paterno en términos de confianza, seguridad
y autonomía. Por último, el Cluster 3 habla de la etapa más evolucionada que dice relación
con la capacidad de competir y compartir con otros en relaciones fraternas, de pares o
simétricas.
Técnicas
En su búsqueda de la espontaneidad y de los recursos para su despliegue, el psicodrama ha
desarrollado un conjunto de técnicas que permiten explorar lo que la persona experimenta
en relación con el tema para el cual se ha realizado el caldeamiento. Unas de ellas son de
uso general para cualquier momento y otras son más específicas en el sentido de su
propósito.
Dentro de las técnicas básicas encontramos el doblaje, el espejo, el cambio de roles y el
soliloquio.
Doblaje
Esta técnica consiste en ayudar a una persona a verbalizar sus emociones; en concreto, implica hablar por esta persona, hacer de “intérprete” de lo reprimido, ayudar a sacar afuera lo que esta persona no logra decir. Como se puede apreciar, supone interpretar al otro en la dimensión de lo que no dice y, por tal razón, requiere un grado de conexión o empatía (tele) adecuado para evitar estar hablando más de sí mismo que del sujeto doblado. Quien vaya a doblar a otra persona debe sentirse primero identificado con la situación del sujeto a doblar, debe sentir un fuerte grado de empatía con él de manera que su comprensión tenga que ver con las emociones de esta persona y no con quien realiza el doblaje. Así, y con la cautela que corresponde, podrá intentar expresar lo que el otro siente, lo que vive internamente pero no logra decir; en este sentido, podrá realizar el soliloquio que el sujeto doblado no logra hacer.
Ejemplo de consigna: “¿Puedo hablar por ti? ¿Me permites intentarlo?”
NOTA: Al finalizar el doblaje es importante preguntar al sujeto doblado si lo dicho le ha
hecho sentido, es decir, si las verbalizaciones se han vivido como algo personal y propio. En
ambos casos es importante remarcar la respuesta. Esto es, que la persona doblada verbalice
concretamente si el doblaje lo representa o no a efecto de poder integrar estos contenidos a
la vivencia o diferenciarlos con claridad de la misma.
Espejo
La técnica del espejo se basa también en una fuerte empatía con el protagonista, esto es, la persona que se quiera “espejar”. Consiste en imitar al otro en un determinado momento de manera que éste pueda verse actuando como si se mirara en un espejo. Es importante no caricaturizar al otro y buscar reflejar con la mayor precisión posible su conducta, sus gestos y expresiones verbales de manera que la persona que estamos imitando pueda tener un reflejo de su persona en la situación en cuestión.
NOTA: el uso de videos genera efectos diferentes toda vez que promueve una mirada más racional y desapegada de las variables vinculares y emocionales que se activan en el “aquí y ahora” de la técnica del espejo.
Cambio de roles
El cambio de roles consiste en ponerse en el lugar del otro, es decir, experimentar la realidad
desde la perspectiva del otro y asimilar con ello el trasfondo de sus emociones más allá de
las propias.
Esta técnica es muy importante dado que permite cumplir un conjunto de objetivos dentro
de los cuales destacaremos los siguientes:
- Clarificar la comunicación
- Despejar la realidad de los hechos de las fantasías o temores que provocan
- Ponerse en el lugar del otro (empatía)
- Comprender y respetar al otro
Ejemplo de consigna: (En el contexto de un diálogo entre dos personas:) “Les voy a
pedir ahora que detengan esta conversación sin olvidar lo que han conversado y que
intercambien sus lugares. Ahora traten de ponerse en el lugar de su interlocutor.
Cierren los ojos y concéntrense en él. Imaginen su rostro, recuerden sus palabras, su
postura y traten de asimilar su actitud corporal, intenten encarnar su historia
biográfica. Ahora, desde estas nuevas coordenadas, desde el lugar del otro, jueguen
un poco a ser ese otro, a ocupar su cuerpo por un momento y dirigirse a quien tiene
usted adelante y que es… usted mismo.”
NOTA: al finalizar esta técnica es importante que cada persona retome su espacio original de
manera que recupere su rol y su propio espacio físico.
Soliloquio
Consiste en verbalizar las emociones, ponerle palabras a la experiencia, priorizando las
emociones. Aquello no implica que se dejen de lado los comentarios u opiniones pero
recalca la importancia del relato inmediato, a efecto de evitar que dichas opiniones o
comentarios se transformen en racionalizaciones u otras maneras de evitar conectarse y
nombrar las emociones.
Ejemplo de consigna: “Vamos a congelar un momento esta situación y le voy a pedir que diga en voz alta pero para sí mismo lo que está sintiendo, los sentimientos que le vienen en relación a lo que está sucediendo en este momento.”
Otro grupo de técnicas se orientan a propósitos más específicos y se ordenan en función de dicho objetivo. Dentro de este grupo de técnicas específicas encontramos las técnicas diagnósticas; estas son, entre otras:
Test de expansividad afectiva
El objetivo de esta técnica es conocer la cantidad de vínculos afectivos de la persona y la calidad que percibe en estos vínculos. Consiste entonces en establecer la red afectiva de la persona, la red que percibe ella misma más allá de los hechos reales.
Test de Frecuentación
Este test evalúa el volumen de la expansividad; se identifican las personas con quienes cada miembro del grupo se frecuenta habitualmente y los roles que desempeña en cada caso.
Átomo social (actual, pasado, proyectado)
El átomo social consiste en reflejar la percepción mental de los vínculos de una persona en un momento específico de su vida (presente, pasado, deseado o futuro).
Procedimiento: Realizar primero un caldeamiento relacionado con el contexto vincular que se quiera trabajar y solicitar luego a la persona que circunscriba primero un espacio dentro de la sala que represente el espacio vital de dicho contexto. Luego de ello se le pide que ubique en ese espacio (usando cojines u objetos que para ella representen a esas personas) a cada persona que forma parte de esa red ubicando más cerca aquellas personas que siente más cerca y más lejos aquellos con quienes siente mayor distancia. Luego se puede trabajar esta red con soliloquios, cambios de rol o analizar el atómo y los vínculos que representa buscando los medios y modos de mejorar las relaciones y, con ello, los vínculos que se dan en su interior.
Enfoque metodológico:
El presente estudio se enmarca en un enfoque hermenéutico de investigación toda vez que
funda su praxis en el método comprensivo, cuyo propósito es observar, interpretar y
comprender los fenómenos humanos y sociales. En este caso, el “fenómeno” u “objeto de
estudio” es por definición “subjetivo” o “relacional” ya que consiste en un emergente grupal
que se produce en el marco de una sesión regida por las diferentes fases del método
psicodramático (caldeamiento, dramatización, sharing) y a través de la técnica del Átomo
Social. De este modo, el objetivo general, expresado ahora en términos metodológicos,
consiste en comprender de modo inductivo la lógica subyacente, la representación concreta
y el sentido subjetivo de la trama de relaciones significativas de un grupo de mujeres que
participan en un grupo terapéutico para víctimas de Violencia Basada en el Género (VBG).
Producto de lo anterior, y a modo de síntesis, podemos afirmar entonces que este estudio
de caso se enmarca en el paradigma cualitativo de investigación y que se ubica dentro de los
enfoques constructivistas de la realidad, dadas las características de la teoría y la técnica que
ocupa y el valor que otorga a través de ello a los conceptos de “emergente” y de “elección
sociométrica”.
Técnica de Producción y Registro de los Datos:
Los datos fueron producidos en el marco de un proceso grupal estructurado sobre la base de
la teoría y la técnica psicodramática. En concreto se seguirán las fases del método
piscodramático - caldeamiento, dramatización y sharing - y se ocupará principalmente el Átomo
Social.
El registro de los datos se realizó sobre la base de los registros tomados de forma escrita
durante la realización de las actividades. Junto con ello, se realizó un registro de las
diferentes producciones gráficas o plásticas de las integrantes del grupo y se analizaron y
resumieron brevemente los principales aspectos de cada sesión al final de cada una de ellas.
Encuadre:
El presente estudio se realizó en el CESFAM Bernardo Leighton, el que se ubica en Miguel
Ángel 1929, comuna de Puente Alto. En dicho CESFAM no existían anteriormente iniciativas
de tratamiento grupal de ninguna patología tratable en este formato por lo que se optó por
iniciar un Plan Piloto en VIF que permitiera responder a los requisitos de la población usuaria
en esta materia y que entregara los elementos para una posterior implementación de
carácter más transversal de esta modalidad de intervención.
Se trata de un grupo de apoyo, con elementos psicoeducativos e intervenciones clínicas
orientadas a potenciar los recursos del grupo para la eventual mejora de su situación. Es un
grupo de carácter abierto durante las dos o tres primeras sesiones, luego se cierra a efecto
de potenciar el establecimiento y operativa de los procesos propios de cualquier grupo en
formación. En lo relativo a su conformación, este se realizó sobre la base de un tamizaje en
VIF que se realizó a una muestra de 307 mujeres dentro de la cual se eligieron
posteriormente los miembros del grupo principalmente por su edad y por las características
de la violencia referida en el instrumento. Son mujeres entre 21 y 38 años, la mayoría en
situación de Violencia Basada en Género (VBG) leve, si bien hay una participante víctima de
VBG severa.
En términos de infraestructura se contó con una sala adecuada para la ejecución del taller
(sala multiuso del CESFAM).
El taller constó de dos fases; en la primera se realizó un diagnóstico de la estructura vincular
del grupo a través del Átomo Social y se sistematizaron los resultados en el presente
documento. En la segunda etapa se pretende ordenar los contenidos en función de los
resultados de la primera etapa.
Descripción de las Sesiones y Actividades.
Primera Sesión Objetivos:
- Establecer el encuadre (propósito y objetivo del taller, horario, confidencialidad, etc). - Presentación de las participantes y coordinadores. - Primera aproximación al trabajo corporal a través de un ejercicio de relajación y
visualización. Propuestas Técnicas
- Caldeamiento Inespecífico. Coordinadores establecen el encuadre, especialmente en relación con el objetivo del taller y las participantes se presentan y manifiestan sus expectativas con respecto al espacio al que han sido invitadas.
- Caldeamiento Específico. Acompañadas de una música suave se les pide a las participantes que cierren los ojos y tomen contacto con su cuerpo a través de la respiración. Se les pide que centren su atención en cómo el aire entra y sale de su cuerpo.
- Ejercicio de relajación y visualización. Las participantes son llevadas a un recorrido corporal visualizando cómo el aire entra a distintas partes de su cuerpo en forma de una energía que las nutre, las acoge en forma cariñosa y las renueva. Al salir el aire en cada exhalación sueltan y dejan ir aquello que las bloquea y obstaculiza.
- Sharing y cierre. Se comparten las vivencias personales generadas a partir de las actividades realizadas durante la sesión.
Segunda Sesión Objetivos:
- Ofrecer una segunda instancia de conocimiento entre las participantes. - Conectarse con la capacidad lúdica. - Generar un clima de confianza. - Favorecer la comunicación verbal y no verbal.
Propuestas Técnicas
- Caldeamiento Inespecífico. 1. Apertura, bienvenida. Compartir cómo están, cómo vienen después de la sesión anterior. 2. Presentarse con el nombre, rítmicamente, agregando alguna característica propia. 3. Juego de contacto corporal “Hermanos de”. 4. Círculo, respirar, inhalando con brazos arriba, exhalando con brazos abajo. Cuelgan y descansan cuello, hombros, cabeza. Caminar por el reducido espacio chequeando cómo se siente el cuerpo. Después empiezan a mirar al otro, después saludarse, después saludarse de una forma loca, usando otras partes del cuerpo.
- Caldeamiento Específico
En pares A y B, tienen tiempo para conversar y presentarse. A después le devuelve a
B lo que percibió y viceversa. En círculo A presenta a B al grupo como si fuera B y
viceversa. Se intenciona incluir “si A fuera un elemento o un color o un objeto o un
animal o un personaje qué sería”.
- Presentación corporal. Presentarse en el espacio escénico con un gesto y sonido.
“Resonancia” del grupo cuando las otras participantes se presentan. - Sharing. Las participantes comparten sus sensaciones y emociones.
Tercera Sesión Objetivos:
- Explorar el entorno social y afectivo de cada una de las participantes a través de la expresión gráfica del Átomo Social.
- Facilitar la reflexión sobre las relaciones personales.
Propuestas Técnicas
- Caldeamiento Inespecífico. 1. Conversación informal con respecto a cómo han estado durante la semana y
cómo llegan a esta sesión. Se les pide que de pie cierren los ojos y se contacten con su cuerpo, con el aquí y el ahora a través de la respiración, focalizando la atención en cómo el aire entra y sale.
2. Acompañadas de distintos extractos musicales, se les pide a las participantes que se desplacen en el espacio al ritmo de la música. Que sea la música lo que las lleve a moverse de una forma u otra.
- Caldeamiento Específico.
A través de un Psicodrama interno se les pide que visualicen su vida actual, rodeadas de las personas, elementos o situaciones que les son significativas, positiva o negativamente. Una a una van visualizando a esas personas o elementos y se ubican ellas en relación a esos personajes significativos. A continuación se les pide que visualicen cómo les gustaría que estuvieran dispuestas esas personas en su espacio afectivo en 5 años más.
- Expresión gráfica del Átomo Social. En una hoja de papel las participantes hacen una representación gráfica de lo vivido y visualizado en el Psicodrama interno, tanto para su situación actual como para su situación futura. Le ponen título a ambas representaciones. En pares se comparten los átomos. Escultura. Soliloquio. Inversión de roles a partir de la escultura. Concretización de una parte del átomo (relación madre, hija, pareja). Maximización. Articulación kinestésica (dónde sientes la pena?)
- Sharing y cierre. Se comparten las experiencias y los átomos de quienes deseen hacerlo.
Cuarta Sesión Objetivos:
- Profundizar en el entorno social y afectivo a través de la dramatización del Átomo Social.
Caldeamiento Inespecífico - Observar el átomo social gráfico de la sesión anterior y conectarse con lo que haya
sido allí representado. Cada participante observa y pega sus átomos en la pared. - Caminar por el espacio observando todos los átomos desplegados en la pared y de a
poco conectarse con las relaciones significativas, positivas o negativas del momento actual que están viviendo personalmente. En cada paso hay contacto con uno de los elementos del átomo social gráfico y hay espacio para registrar las emociones que surgen a partir de ese contacto.
Caldeamiento Específico - Las participantes después de haber hecho el recorrido personal de su situación
vincular eligen socio métricamente la protagonista cuyo átomo será psicodramatizado.
Dramatización del Átomo Social - Se delimita el espacio escénico en que se representará el átomo elegido. La
protagonista elige a los yo auxiliares que representan a las personas y elementos significativos y los dispone en el espacio escénico de manera de representar la cercanía o distancia física y/o emocional con ellos.
- La intervención es hecha mediante diversas técnicas psicodramáticas como la inversión de roles, espejo, soliloquio, doble, señalamientos, maximización, focalización, cámara lenta.
Sharing y Cierre. Se comparten las vivencias, emociones, sensaciones experimentadas a partir de la dramatización. Los coordinadores facilitan la inclusión del concepto de emergente grupal para mirar el átomo como una representación de temas con los que el grupo resuena y que todos comparten en mayor o menor grado. Quinta a Décima Sesión. Ya que el objeto de análisis para este estudio son las 4 primeras sesiones, a continuación se presenta un resumen de las sesiones siguientes. 5ª Sesión. Exploración del Rol de género Masculino y Femenino. Exploración del rol complementario patológico hacia ellas mismas o hacia sus hijos para una posible integración. Exploración de las polaridades. 6ª Sesión. Exploración del Rol Mujer. Qué roles aparecen debajo del rol Mujer. 7ª Sesión. Exploración del Rol Madre. Rol transgeneracional de madre, rol de hija. 8ª Sesión. Emociones. Reconocimiento y expresión emocional. Tríada psicodramática. 9ª Sesión. Recursos Personales. Integración de las características que están en la sombra. 10ª Sesión. Evaluación grupal en relación al taller. Contrato de las participantes con ellas mismas con respecto a qué mínimas cosas pueden modificar para mejorar su situación. Lista de pasos a seguir en caso de verse expuestas a una situación de violencia. Ritual de término de un ciclo e inicio de otro focalizando en lo que dejo, lo que me llevo, lo que deseo. Resoluciones/metas para el 2012. Cierre.
Desarrollo de las Sesiones:
Sesión 1:
El objetivo de la primera sesión consistió principalmente en dar la bienvenida a las
integrantes del grupo, explicarles el propósito del taller, su estructura general y sus
principales requerimientos y realizar una primera aproximación al trabajo corporal y de
grupo a efecto de marcar una pauta para las siguientes sesiones.
En esta primera sesión asistieron 3 mujeres de un total de 20 personas citadas
telefónicamente y/o con una citación escrita que se les hizo llegar a su domicilio.
Muestra de las invitaciones que fueron enviadas a las usuarias del taller
Las tres integrantes tienen 33, 36 y 38 años respectivamente, son todas dueñas de casa sin
remuneración, viven en casa propia y tienen al menos un hijo. En términos de escolaridad,
dos de ellas lograron completar sus estudios de enseñanza media, mientras la tercera, figura
en su ficha electrónica con estudios de enseñanza media incompleta.
En lo referente a su situación de pareja, dos de ellas refieren que no son víctimas de VIF en la
actualidad mientras la tercera, que registraba también estudios de enseñanza media
incompleta, refiere ser víctima de VBG física y psicológica de forma sistemática.
NOTA: A efecto de resguardar la privacidad de los datos de las usuarias el presente
documento no usará los nombres reales de las usuarias y los reemplazará por los siguientes
seudónimos: Soledad (33 años), Patricia (36 años) y María (38 años) y Sonia (21 años, que
llega en la segunda sesión)
Desarrollo y análisis de la sesión:
El desarrollo de la sesión siguió la pauta establecida previamente en el diseño:
Estructura de la sesión uno, taller para usuarias del CESFAM Bernardo Leigthon.
Lo primero que llama la atención dice relación con la hora de llegada de las participantes:
María llegó a la hora, Patricia llegó con 20 minutos de atraso y Soledad llegó con sus tres
hijos y con 35 minutos de atraso. Esta situación tuvo la virtud de permitirnos empezar con
un diálogo más personalizado con María, pero potenció al mismo tiempo a María en
desmedro de la participación de Patricia y Soledad.
o María aparece en esta primera sesión con mucha necesidad de hablar, de
compartir su situación, de sentirse escuchada y apoyada. Refiere sentirse
cansada, agotada por la carga que le implica el hecho de tener un hijo con
discapacidad. No se siente apoyada, siente además que nadie la entiende ni
valora todos los esfuerzos que ha hecho para lograr que su hijo coma, se pare
y sea capaz de lograr articular algunas palabras. En términos clínicos, María
refiere haber estado en tratamiento psicológico y farmacológico por
depresión.
o Patricia viene con su bebé de 6 meses, refiere haber tenido una depresión
postparto muy fuerte luego de su nacimiento que fue posteriormente
diagnosticada como depresión bipolar. Con respecto a esta situación expresa
SESIÓN UNO
- Caldeamiento Inespecífico: Coordinadores establecen el encuadre, especialmente en relación con el objetivo del taller y las participantes se presentan y manifiestan sus expectativas con respecto al espacio al que han sido invitadas.
- Caldeamiento Específico: Acompañadas de una música suave se les pide a las participantes que cierren los ojos y tomen contacto con su cuerpo a través de la respiración. Se les pide que centren su atención en cómo el aire entra y sale de su cuerpo.
- Ejercicio de relajación y visualización: Las participantes son llevadas a un
recorrido corporal visualizando cómo el aire entra a distintas partes de su cuerpo en forma de una energía que las nutre, las acoge en forma cariñosa y las renueva. Al salir el aire en cada exhalación sueltan y dejan ir aquello que las bloquea y obstaculiza.
- Sharing y cierre: Se comparten las vivencias personales generadas a partir
de las actividades realizadas durante la sesión.
sentirse muy culpable por el rechazo que sintió por su hija inicialmente. Al
igual que María, señala sentirse muy sobrecargada, con muchas obligaciones
diarias sin que logre tener un momento para si misma.
o Soledad, llega con mucha timidez, habla con una voz muy baja, casi inaudible,
llora con mucha facilidad, evidencia dificultades para expresarse y mostrar lo
que siente. En su relación con sus hijos no muestra mucha capacidad de
control y cuidado con respecto a ellos. Se mantiene más bien callada y
observa. Al igual que María y Patricia manifiesta que no logra sentir un
espacio propio y articula igualmente su discurso entorno al rol de ser madre.
En esta primera sesión aparece con fuerza la sobrecarga como emergente grupal: el agobio
de la carga diaria, la sensación de sentirse como arrastrada por los acontecimientos sin
encontrar un apoyo que les brinde alivio y energía, ya que señalan tener parejas que no
participan y no las acompañan, como tampoco refieren apoyos en su familia extensa o en
sus vecinos. El cansancio del día a día parece dominar las vivencias y los cuerpos de cada una
de estas mujeres: refieren sentir un gran alivio con la sesión de relajación e imaginería,
recargan sus cuerpos con un descanso transitorio y se aprecia cómo cambia su rostro y cómo
sus hijos acusan la diferencia. De hecho la hija de Patricia se queda dormida en sus brazos,
suponemos producto de la calma que siente en su madre y, por otro lado, los dos hijos
“mayores” de Soledad se quedan mirándola en ese momento de paz que experimenta de
forma transitoria. Estas imágenes sugieren a uno de los dioses de la mitología griega: Atlas,
también conocido como Atlante que carga en sus hombros al cielo: son las portadoras,
quienes cargan y soportan el peso y la responsabilidad de mantener el equilibrio entre el
cielo y la tierra, entre los momentos de paz y los escapes de violencia latente en sus
relaciones; son quienes llevan marcado en su rol el deber de sostener la ilusión, la esperanza
y la fe que nutre de cierto modo el futuro de sus hijos como único norte o referente y como
muestra también de la rigidez del rol de género que internalizan como conserva-coraza
cultural.
Producto de esta sobrecarga que las agobia, este pequeño grupo no encuentra espacios para
renovarse y nutrirse de energía con lo cual difícilmente podría dar y recibir cariño de su
entorno o brindar un buen espacio de contención y cuidado a sus hijos. Aparece entonces,
desde este emergente, la necesidad de un espacio de cobijo, la necesidad de una re-
construcción desde los orígenes: clúster 1, Role Taking… un espacio para (re)conocerse, para
recuperar su propio ser desde las necesidades, los deseos, las ansias y las rabias de un
cuerpo, de una persona sin espacio ni tiempo para si misma.
Cuadro de análisis de roles:
Indicadores
Rol(es) Predominante(s)
Madres dedicadas al cuidado de los hijos y de la casa. Todas refieren tener dificultades en su relación de pareja y sentirse agobiadas por las labores domésticas. En su relato se deja ver que quisieran más ayuda con lo doméstico y con el cuidado de los hijos, pero no se observa un reclamo en relación a la vida de pareja.
Complementariedad / Suplementariedad
Los roles con la pareja se estructuran sobre la base de una complementariedad disfuncional: las participantes trabajan todo el día en la casa, haciéndose cargo de todo y las parejas asumen un rol pasivo en lo que al cuidado de los hijos y labores domésticas respecta. Dos de las tres participantes dicen que sus parejas no hacen más que ver televisión cuando están en casa. Hay una polaridad que ambos miembros de la pareja parecen reforzar desde sus roles.
Egosintonía / Egodistonía
El rol preponderante es egosintónico ya que no se cuestionan la posibilidad de que el desempeño de su rol pueda tener algo que ver en su situación. Parecen ver que el problema es externo, es como si sus parejas fueran el problema, de las cuales se quejan recurrentemente durante la sesión.
Funcionalidad / Disfuncionalidad
Parecen ser todas madres preocupadas del cuidado de sus hijos y en eso hay una aparente funcionalidad, especialmente porque hay niños pequeños o en el caso de María que tiene un hijo con discapacidad; todos casos que las demandan mucho en su rol de madre. Sin embargo, los roles que tienen que ver con ellas como mujeres, con una identidad propia y con necesidad de un espacio propio para desarrollarse no se ven presentes. Por otro lado el rol “dueña de casa” parece invadir el poco espacio que deja disponible el rol de madre, en una relación disfuncional con las parejas que no comparten la carga de llevar una casa.
Simetría / Asimetría
Una vez más los roles con la pareja son asimétricos puesto que son estas mujeres las que asumen una sobrecarga de trabajo, que de ser compartida su situación sería distinta, especialmente en términos de crear espacios para el desarrollo de otros roles. Es irónico, puesto que hay una actitud sumisa frente a su realidad, pero a la vez de omnipotencia al sentir que si ellas no se hacen cargo, las cosas se hacen mal o en forma deficiente.
Flexibilidad / Rigidez
Se observa bastante rigidez en los roles descritos, de acuerdo a la concepción clásica de madres y dueñas de casa. Sus relatos evidencian una vivencia histórica de esos roles desde la conserva cultural de género. Se quejan de su situación, pero no logran modificarla.
Role Taking, Playing, Creating
Los roles de madre y esposa parecen estar en la fase de Role Taking, dado lo estereotipado de las conductas referidas. Sin embargo, María declara estar experimentando algunos cambios en que está aparentemente incorporando algunos elementos personales al rol, que nos hacen pensar en una etapa de Role Playing. Creemos se requiere de mucho trabajo y tiempo para que estas mujeres puedan pasar a una etapa de Role Creating en conformidad con sus necesidades personales.
Sesión 2:
El objetivo de la segunda sesión, tal como estaba previsto inicialmente, consistía en ofrecer
una segunda instancia de conocimiento entre las participantes desde lo lúdico buscando
establecer un clima de confianza. Se pretendía con ello promover la expresión de
experiencias de vida que pudieran facilitar la constitución del grupo en términos de su
estructura, de la percepción de interdependencia de sus miembros y la génesis de un
“nosotros” que congregara al grupo y lo diferenciara de su entorno.
Sin embargo, la segunda sesión tal cual como estaba planificada no se realizó, dado que a
esta sesión llegó sólo una participante, además nueva. Debido a ello, decidimos conservar a
grandes rasgos la estructura original de la sesión (su fondo) pero modificar su forma dando
paso a la representación gráfica del átomo social.
El diseño de la segunda sesión quedó finalmente de la siguiente manera:
Estructura de la sesión dos, taller para usuarias del CESFAM Bernardo Leigthon
Desarrollo y análisis de la sesión:
Sonia, quien tiene 21 años y una hija de 1 año y medio, se muestra bastante abierta a
compartir sus vivencias al comienzo de la sesión. Señala estar complicada principalmente
con su relación de pareja, con quien vive. Al respecto relata que él tiene una adicción a la
cocaína y que combina trabajos esporádicos de ayudante de jardinero con “ayudar” a hacer
papelillos a una Sra. que vende droga. Señala que él es muy poco comunicativo y que no
logra saber lo que él piensa o siente. Dice que le gustaría que su pareja fuera más
participativa en tareas del hogar tales como reparar cosas o construir un cuarto para el
lavado. Le molesta que él pase el día viendo televisión o jugando en el computador mientras
ella está preocupada de que la casa esté limpia y ordenada. Lo siente lejos en la crianza de la
hija que tienen. Cuando se le pregunta por sus estudios o trabajo sostiene que para ella es
difícil pensar en dejar a su hija en una sala cuna, por ejemplo. Dice que va a todos lados con
ella y que de hecho se siente rara en este espacio sin su hija. Tiene ganas de trabajar, pero
pareciera que lo que le pasa con su hija también le impide hacerlo.
SESIÓN DOS
- Caldeamiento Inespecífico: Participante camina por el espacio y se le da la consigna de que se mueva de acuerdo a lo que su cuerpo le pide. Posteriormente se le indica hacer un recorrido corporal guiado, de la cabeza a los pies haciendo todos los movimientos que sienta necesarios para tomar contacto con cada parte del cuerpo.
- Caldeamiento Específico: A través de un psicodrama interno se le pide que visualice su vida actual, rodeada de las personas, elementos o situaciones que le son significativas, positiva o negativamente. Una a una va visualizando a esas personas o elementos y se ubica en relación a esos personajes significativos. A continuación se le pide que visualice cómo le gustaría que estuvieran dispuestas esas personas en su espacio afectivo en 5 años más.
- Expresión gráfica del Átomo Social.
En una hoja de papel la participante hace una representación gráfica de lo vivido y visualizado en el psicodrama interno, tanto para su situación actual como para su situación futura. Le pone título a ambas representaciones. El compartir los átomos es articulado por los coordinadores a través de técnicas tales como la escultura, el doble, el espejo, la maximización, la concretización, el soliloquio e inversión de roles.
En su relato se pueden apreciar visiones rígidas en cuanto a los roles de género como
conservas culturales. A modo de ejemplo, ella asume que su rol es el de cuidar la casa y la
hija y que el rol de él es proveer y hacer trabajos en el hogar. También se observa cierta
rigidez en ser ella quien aparentemente convoca al diálogo, la reflexión y la comunicación y
él quien se manifiesta superficial, escueto, cerrado, impenetrable. Por otro lado, el rol de
madre pareciera estar teniendo preponderancia en su vida, como madre de su hija, pero
también siendo un poco madre de su pareja. Por otro lado, aparece con fuerza la presencia
de su propia madre como elemento ordenador de sus acciones.
En lo relativo a la relación madre-hija, su relato da cuenta de un vínculo muy estrecho que
pareciera por momentos suplir los vacíos que siente en su relación de pareja. Asimismo,
pareciera estructurar su queja en torno a lo que su pareja no hace en vez de plantearse
también cuál es el rol que ella juega en este conflicto buscando por ejemplo alternar del rol
de madre al rol de pareja de manera funcional a los requerimientos del contexto y de
quienes participan en él.
En el caldeamiento inespecífico, Sonia participa activamente, si bien en sus movimientos
corporales se observa poca plasticidad y fluidez manifestada por ejemplo en que realice
únicamente movimientos de brazos. Sin perjuicio de lo anterior, logra conectarse con la
secuencia, lo que le permite posteriormente hacer la representación gráfica de sus átomos
sociales con fluidez.
Al compartir su átomo actual, se representa a ella misma pequeña, dice que es porque se
siente poco valorada. Muestra a su pareja lejos, a su madre, hermano e hija muy cerca. El
trabajo y el estudio también aparecen representados siendo el estudio más pequeño, pero
más cercano que el trabajo. En el átomo deseado la conformación no es muy distinta,
excepto que su pareja está más cerca y está del mismo tamaño que su hermano. En el átomo
actual su hermano aparece más grande que su pareja. Lo anterior se puede apreciar en las
imágenes de los átomos en la siguiente página.
Uno de los coordinadores ofrece hacer una escultura que la represente a partir de lo que ha
compartido de su átomo. Sonia la observa y declara que la escultura la representa, pero
quiere hacerle modificaciones que ella misma realiza modelando al coordinador. El
coordinador hace un soliloquio desde la escultura. Posteriormente ella asume la posición de
la escultura y hace un soliloquio dirigido a su pareja, momento donde se aprecia que tiende
a la verbalización prolongada y excesiva, con poca conexión emocional y en tercera persona.
Luego de ello se le pide que haga silencio y que se conecte con lo que está sintiendo. Dice
que siente pena en el corazón porque lo quiere y rabia en la cabeza. La disociación que
verbaliza en términos emocionales también se ve reflejada en la escultura en que ella parece
estar siendo tirada de dos lados distintos: por un lado se observa un movimiento ambiguo
donde una parte de su cuerpo se dirige hacia su pareja y por otra, algo de ella lo niega y se
cierra, se enraíza y arraiga en el presente a través de su hija.
Posteriormente, el otro coordinador hace de yo auxiliar y asume la posición de la escultura.
Se le pide a Sonia que invierta roles y asuma la posición de su pareja. El yo auxiliar entonces
repite lo que expresó Sonia desde la escultura anterior y Sonia responde desde el rol de su
pareja. Desde ese rol, dice que está todo bien, que Sonia es una amargada, que no disfruta y
que por todo arma problemas.
Llama la atención que Sonia declara que quisiera que el padre estuviera más cerca de su hija,
pero en ambos átomos lo ubica lejos de ella; de hecho, en la escultura ella misma bloquea la
posibilidad de que se acerque.
Cuadro de análisis de roles:
Indicadores
Rol(es) Predominante(s) Madre dedicada al cuidado de su hija y de la casa.
Complementariedad / Suplementariedad
Los roles con su pareja se estructuran sobre la base de una complementariedad disfuncional: Sonia trabaja todo el día en la casa, haciéndose cargo de casi todo y su pareja se muestra en un rol cómodo, en que nada parece inquietarle. Hay una polaridad que ambos miembros de la pareja parecen reforzar desde sus roles.
Egosintonía / Egodistonía
El rol preponderante es egosintónico toda vez que Sonia no se cuestiona la posibilidad de que el desempeño de su rol pueda tener algo que ver en su situación.
Funcionalidad / Disfuncionalidad
Su rol de madre es funcional con respecto al cuidado de su hijo si bien es disfuncional a la relación de pareja. Producto de ello, Sonia está sobrecargada de tareas y responsabilidades que no le dan espacio a jugar otros roles u otras formas de jugar el rol.
Simetría / Asimetría
Se puede apreciar asimetría, puesto que Sonia asume un rol dominante con respecto a su pareja (lo reta y le da instrucciones de lo que debe hacer).
Flexibilidad / Rigidez
Si bien Sonia puede asumir los roles con bastante soltura (lo que habla de su capacidad de empatía y flexibilidad en el Role Playing) se aprecia que, en su vida cotidiana los roles de madre y esposa se ven bastante rígidos y centrados en los estereotipos de género.
Role Taking, Playing, Creating
Los roles de madre y esposa parecen estar inicialmente en la fase Role Taking. No sabemos qué elementos personales estarán en juego como para aventurarnos a hipotetizar que pudiera estar en una etapa de Role Playing. Los roles están siendo muy rígidamente jugados de acuerdo a la conserva cultural de género y distan aún mucho de una etapa de Role Creating en su desarrollo.
Sesión 3:
La tercera sesión estaba planificada para hacer la dramatización del átomo social,
sociométricamente escogido por el grupo. Sin embargo, nuevamente, y al modo de lo que
podríamos suponer como una transferencia grupal en los términos de Moreno, llegó sólo
una de las participantes que habían asistido a la primera sesión (Patricia). Aquello nos lleva
inevitablemente a plantearnos la asistencia o inasistencia al grupo como un elemento
sintomático y, por lo tanto, diagnóstico que abordaremos luego en nuestras conclusiones
con respecto a este estudio de caso.
Considerando entonces la situación, fue necesario modificar el plan original y abocarse a la
representación gráfica del átomo social de Patricia, con lo que el diseño de la tercera sesión
siguió, a grandes rasgos, la misma estructura de la segunda anterior pero con algunas
modificaciones que se pueden apreciar a continuación:
Estructura de la sesión tres, taller para usuarias del CESFAM Bernardo Leigthon
Desarrollo y análisis de la sesión:
Patricia llega con media hora de retraso acompañada de su hija Valentina, de ocho meses y
su hijo Benjamín, de ocho años. Impresiona como agitada y acelerada, se la ve rígida y tensa
y con un rostro serio, como preocupada. Le preguntamos cómo ha estado desde la sesión
anterior y dice que como tema nuevo trae la disyuntiva de volver a trabajar ya que pronto se
terminará su post-natal. Sostiene que si dependiera de ella se quedaría en su casa porque, a
pesar de creer que resentiría no poder contar con sus propios ingresos –a los que está
acostumbrada- , dos de sus tres hijos son aún muy pequeños (Valentina y su otro hijo que
tiene un poco más de dos años). Por otro lado, manifiesta que si volviera a trabajar tendría
una carga mayor a la actual, puesto que no cuenta con apoyo en su casa para las labores
domésticas; como ejemplo señala que si ella no lava los platos, nadie lo hace, ya que cuando
su pareja está en la casa no hace más que ver televisión. En este punto Patricia muestra en
su relato una similitud notoria con Soledad, María y Sonia que llama la atención también por
SESIÓN TRES
- Caldeamiento Inespecífico: Participante camina por el espacio y se le da la consigna de que se mueva de acuerdo a lo que su cuerpo le pide. Posteriormente se le indica hacer un recorrido corporal guiado, de la cabeza a los pies haciendo todos los movimientos que sienta necesarios para tomar contacto con cada parte del cuerpo.
- Caldeamiento Específico: A través de un psicodrama interno se le pide que visualice su vida actual, rodeada de las personas, elementos o situaciones que le son significativas, positiva o negativamente. Una a una va visualizando a esas personas o elementos y registra su sentir en relación a esos personajes significativos. A continuación se le pide que visualice cómo le gustaría que estuvieran dispuestas esas personas en su espacio afectivo en 5 años más.
- Expresión gráfica del Átomo Social.
En una hoja de papel la participante hace una representación gráfica de lo vivido y visualizado en el psicodrama interno, tanto para su situación actual como para su situación futura. Le pone título a ambas representaciones y, luego de ello, se exploran ambos átomos a través de técnicas tales como la escultura, el doble, el espejo, la maximización, la concretización, el soliloquio e inversión de roles.
el grado de estereotipia que se puede apreciar en la descripción de pareja. Concretamente,
vemos ahí el peso de la conserva cultural, de la matriz de género operando en la relación y
promoviendo relaciones complementarias, circulares. Patricia continúa su relato, y nos
cuenta que su esposo no comparte la idea de que ella se quede en casa, que él prefiere que
retome sus actividades laborales para poder generar más recursos. Afirma que en estos
momentos siente que su pareja está muy lejos, que se comunican muy poco y resiente que
él se muestre indiferente e incluso hostil hacia Benjamín, quien es producto de una relación
anterior de Patricia. Nuevamente emerge con fuerza en su relato una queja del grupo con
respecto a las relaciones de género y su consecuencia en el espacio y reconocimiento del
que gozan estas mujeres. Por otro lado, llama la atención el grado de polarización con el que
describe a su pareja, toda vez que tampoco ve en él algún aporte o apoyo en algún grado o
en alguna dimensión de la relación. Es, virtualmente, o al menos así lo sugiere su relato y
actitud corporal con respecto a él, una suerte de lastre, un peso, una masa muerta que debe
sobrellevar como una carga diaria; de hecho verbaliza en algún minuto que él es como otro
hijo del que hay que hacerse cargo. Junto con ello, tampoco vislumbra espacios de diálogo
con él.
Patricia es muy delgada y se observa muy pulcra en su aspecto personal y en el de sus hijos.
Aquello se asemeja mucho a Sonia en su deseo de perfección y limpieza si bien se aprecian
diferencias debido principalmente a los rasgos de estructura de personalidad de base de
cada una de ellas (Patricia está actualmente en tratamiento por depresión bipolar).
Benjamín, por su parte, se muestra muy tranquilo a lo largo de toda la sesión, establece un
buen vínculo con su entorno, establece contacto visual, interactúa de manera adecuada y
asertiva. Durante la sesión, se queda dibujando y jugando cartas y se muestra muy cariñoso
con su hermana más pequeña, de quien de hecho se hace cargo mientras realizamos el
caldeamiento con su madre. El comportamiento de Benjamín durante la sesión es muy
diferente del de los hijos de Soledad, quienes se observaban muy inquietos. Si bien es cierto
que existen diferencias de edad, dicha diferencia no deja de ser relevante considerando que
Soledad fue víctima de abuso sexual sistemático durante dos años, entre los 10 y los 12
años. Suponemos en este punto diferencias en la evolución de los roles y cómo eso impacta
la crianza de los hijos, específicamente en lo que tiene que ver con la distinción de lo propio
y de lo ajeno, con lo cual creemos interesante indagar si Soledad se encuentra
principalmente ubicada en el clúster uno, mientras, en el caso de Patricia, nos encontramos
ante una persona cuyos roles principales se encuentran en el clúster dos, donde ya existe
mayor seguridad con respecto a si mismo, con respecto al espacio propio, a su espacio
privado y contenido y a su capacidad de dar cobijo. De ahí entendemos la diferencia entre
las conductas de los niños de una y de otra participante: los hijos de Patricia se observan
más contenidos y cuidados a diferencia de los hijos de Soledad.
Durante el caldeamiento Patricia muestra el mismo patrón de comportamiento que Sonia en
su sesión individual: se observa bastante rígida en sus movimientos, se mueve en bloque y
pareciera no saber qué hacer con su cuerpo. Por momentos esboza una sonrisa nerviosa
mientras se desplaza por la sala. Sin perjuicio de lo anterior, durante el recorrido de
focalización en las distintas partes del cuerpo, cierra los ojos y parece conectarse un poco
más, aún cuando sus movimientos son entrecortados y poco fluidos. Su propio cuerpo
parece hablar por ella, es la expresión no verbal la que aparentemente pone de manifiesto
su dificultad para integrar las experiencias corporales, las emociones y el diario vivir en un
todo continuo, en una historia de vida que se construya sobre la base de las experiencias
presentes. En vez de ello, el comportamiento de Patricia durante la sesión nos sugiere más
bien una necesidad de ir cortando los momentos, de ir bloqueando las emociones con una
actividad rígida y estereotipada. Entre cortes, entre movimientos rígidos y mecanizados se
aprecian entonces algunos aspectos relacionados con su modo de internalizar y de convivir
con su entorno. Ante ello, y en el marco de nuestro rol de coordinación, realizamos
desplazamientos y movimientos amplios a modo de ir indirectamente moldeando su
comportamiento hacia una mayor soltura corporal que pueda ayudarla a caldearse. Esto
parece tener un leve efecto en que ella se suelte un poco más, lo que se evidencia en
momentos en los cuales cierra los ojos y expresa con su rostro lo que interpretamos como
cierta plenitud y paz interior.
Patricia dibuja sus átomos y al compartirlos llama la atención que habla en forma fuerte y
seca, desapegada de sus emociones, en un tono que suena un poco directivo y que contrasta
significativamente con el tono suave que los coordinadores hemos venido usando durante la
sesión y que fue moldeando sus movimientos durante la fase de caldeamiento. Su forma de
hablar quiebra un poco la atmósfera íntima y de introspección que habíamos tratado de
crear con lo cual se aprecia nuevamente esta necesidad de cortar, de interrumpir el flujo de
la experiencia a efecto de modular o anular su impacto emocional o la toma de conciencia
de su realidad.
Al compartir su átomo actual vemos que Patricia se dibuja grande y que la relación con sus
tres hijos, su madre y su hermano son valoradas por ella como estrechas, positivas e
importantes. Como se puede apreciar en la imagen a continuación, su pareja aparece lejos.
Átomo Social Presente: “Agobiada”
Llama la atención que incluye un parque en la gráfica. Al preguntarle al respecto, señala que
cerca de su casa no hay áreas verdes y que el parque es un lugar agradable, verde al que van
ocasionalmente con los niños en un espacio de relajo y recreación. Pareciera ser el único
espacio que Patricia tiene con esas características y destaca el hecho que reconoce la
necesidad de un espacio como este y que está dispuesta a ir a buscarlo, es decir, de
movilizarse hacia él de forma consciente. A nuestro juicio aquello señala un recurso, una
capacidad y una necesidad relacional que sería importante indagar en forma posterior para
potenciar su espontaneidad en sus relaciones diarias. Titula a su átomo actual como
“Agobiada”.
Su átomo deseado está marcado por cambios importantes, dada la inclusión y exclusión de
algunos vínculos relevantes en su historia de vida:
Átomo Deseado: “Más Feliz”
Es así como aparece en el átomo deseado el padre de Patricia, que no estaba presente en el
átomo actual por estar, según refiere, “demasiado lejos”. Manifiesta que le gustaría tenerlo
más cerca pero que, por su distancia física actual, ya que vive en el norte, no lo había
incluido en el átomo presente. Junto con esta adición de un vínculo aparece también una
omisión de un vínculo: desaparece su pareja, con quien dice no quiere y no cree que vaya a
tener una relación en cinco años más. Al respecto, cabe señalar que no se visualiza con otra
persona en el futuro, sino que “sin él” y que, al momento de decirlo lo dice con un tono
plano, que no se condice con el contenido de su relato.
Sus hijos por otra parte aparecen no tan cerca de ella, ya que dice van a estar más grandes y
van a ser más independientes. Llama la atención en este punto una nueva “incongruencia”
entre su relato y, en este caso, la expresión gráfica a la cual se refiere: plantea un
distanciamiento, un proceso de independización importante que corresponde a la dinámica
de roles y relaciones propios del clúster tres, que sin embargo se refleja en la gráfica en dos
o tres milímetros de diferencia. Aquello sugiere o refuerza los comentarios anteriores acerca
del clúster predominante en Patricia: pareciera aún fuertemente involucrada con el clúster
dos, logrando ser una “buena madre” con sus hijos debido principalmente a la dependencia
propia de la edad actual de sus hijos que corresponde justamente al clúster dos. Existe en
este sentido una convergencia entre la “fijación” de Patricia en el clúster dos y el desarrollo
evolutivo de sus hijos en ese mismo dominio. En este sentido, el desafío de Patricia como
madre será posterior a la etapa actual de desarrollo de sus hijos: deberá enfrentar los
dilemas y desafíos del clúster tres junto con sus hijos.
En lo referente al trabajo, es el aspecto que aparece representado con mayor lejanía en
ambas gráficas. De hecho, en el átomo actual, aparece tan lejos como su pareja, lo que no
nos sorprende dada su preocupación por verse forzada a dejar a sus hijos pequeños, dado el
inminente término de su licencia maternal. Titula a su átomo deseado “Más Feliz”.
El átomo social actual es explorado a través de algunas técnicas dramáticas. Uno de los
coordinadores le pide a Patricia que nos muestre a su pareja para hacernos una idea de
cómo es, pero ella dice que es muy difícil. Le ofrecemos entonces la posibilidad de moldear
al coordinador en una escultura, lo que tampoco le resulta fácil. Sin embargo, de a poco la va
construyendo y llega a una postura en que su pareja se ve de hombros caídos, cabeza un
poco hacia adelante, brazos flectados a la altura de los codos y las dos manos colgando al
frente como si no tuvieran vida, como si fuera un monigote sin energía. Es la imagen de
alguien representado como si fuera verdaderamente inútil, como si sus manos no sirvieran
para nada. El coordinador hace un soliloquio: “Hola, la verdad es que no hago nada.. no
mucho… veo tele, me quedo ahí… y ahí estoy pu’… no hago nada, me quejo y… no sé pu… me
cuesta mucho… moverme… hacer cualquier cosa… estoy ahí y… chao… ”. Lo expresado en
esta intervención pareciera traer a la superficie aspectos de lo que, en un lenguaje junguiano
denominaríamos como “la sombra” de Patricia la que, en este caso se expresaría a través del
rol de su pareja y daría cuenta de aspectos masculinos negados a su conciencia. Aquello, nos
permite vislumbrar que a futuro habría que explorar ese rol para abrir el recurso oculto
detrás de esa postura para que Patricia pudiera eventualmente tomar ese rol e integrarlo
como propio.
Patricia se ríe. Dice que es como si lo estuviera viendo. Posteriormente le pedimos que se
siente y trate de asumir la postura de su pareja. El otro coordinador toma el rol de Patricia y
la muestra a Patricia haciendo los quehaceres del hogar sin un minuto de pausa y haciendo
mil cosas a la vez. Ella dice que es cierto, que así es su vida. Le preguntamos si pudo observar
eso desde el rol de su pareja o no, ante lo cual responde que no logró ponerse en el lugar de
su esposo, que lo hizo desde ella misma. Al preguntarle qué sintió, dice “cómo no me vuelvo
loca”, frase que, por cierto, puede puntuarse de dos modos: como pregunta o como
afirmación, siendo la segunda opción una declaración, el reconocimiento de los mecanismos
defensivos que pone en juego para manejar sus angustias, estructurándose en roles
complementarios y patológicos con su pareja que le permiten no sólo eludir sus emociones,
sinp repetir sus vínculos pasados al modo de una transferencia. De este modo, es decir, de
ser así, sería posible hipotetizar que Patricia establece una relación transferencial con su
esposo que refleja por un lado el impacto de las relaciones de género y su transmisión
transgeneracional y, por otro lado, la rigidez propia de la transferencia, entendida como
repetición, como conserva cultural rígida, inflexible y por ello patológica.
En el sharing el coordinador que hizo la escultura le devuelve a Patricia cuánto contribuye
ella a que su pareja no participe. Patricia responde que cuando ella le ha dado espacio para
que lo haga, “siempre deja la escoba”. Acto seguido, el otro coordinador le devuelve la
sensación de pesadez y las ganas de sacudir a la pareja de Patricia de la rigidez y pesadez
que proyecta. Manifiesta que da la sensación de que lo pusieron de esa forma, en ese lugar
como si hubiese aprendido que esa era la única forma conocida para él. Es como si alguien
en algún momento le hubiese dicho, eres un inútil y él responde en conformidad con ese
mandato o creencia. Sugiere de este modo un componente de género y, por otro lado, una
condicionante vincular, relacional en la construcción de esa relación diádica de la cual
Patricia se queja, pero con la cual no se involucra ni logra visualizar su participación en el
problema. En este punto, pareciera que vemos cómo el rol ha sido matrizado por las
relaciones de género, por la “tradición familiar” pasada y presente y vemos asimismo cómo
se estructura o se va tejiendo una realidad basada en una dupla complementaria signada
por los polos pasivo-activo o amor-odio. Como apoyo a lo anterior cabe señalar que el
esposo de Patricia no se comporta del mismo modo en su trabajo; con respecto a ello
Patricia manifiesta que él es completamente distinto en el trabajo; otra persona, otras
relaciones, otro rol que se actualiza en el trabajo. Cabe señalar además que el esposo de
Patricia vive con su madre, es decir, que Patricia y su esposo conviven con la madre de este
último.
Al finalizar la sesión Patricia manifiesta sentirse aliviada, como si le hubieran sacado un peso
de encima, ya que dice, no tiene con quién hablar. Manifiesta que aquí tuvo un espacio para
“sacar” cosas y ser escuchada en lo que le pasa. Creemos asimismo que aquello refleja su
necesidad de integrar la triada psicodramática, de integrar de mejor forma el cuerpo con las
emociones y el pensamiento en vez de huir mediante la aceleración de cualquiera de estos
registros en forma independiente y a costa de los dos otros y de ella misma como persona.
Cuadro de análisis de roles:
Indicadores
Rol(es) Predominante(s) Madre dedicada al cuidado de los hijos y de la casa.
Complementariedad / Suplementariedad
Los roles con su pareja se estructuran sobre la base de una complementariedad disfuncional con una marcada relación de oposición entre lo extremadamente activo y la extrema pasividad. En este sentido, se observa una polaridad que ambos miembros de la pareja parecen reforzar desde sus roles y moviéndose en las polaridades de lo pasivo-activo y, por otra parte, del amor-odio.
Egosintonía / Egodistonía
Si bien Patricia no se cuestiona la posibilidad de que el desempeño de su rol pueda tener algo que ver en su situación de pareja, no queda del todo claro que exista propiamente egosintonía, dado que aquello implicaría un grado de conciencia con respecto a sus aspectos que no pudimos observar.
Funcionalidad / Disfuncionalidad
Existe una funcionalidad dada por la convergencia entre una madre fijada en el clúster 2 y sus hijos que, en el marco de su desarrollo evolutivo normal, están pasando por esta etapa. En este sentido existe una funcionalidad transitoria que se verá probablemente comprometida al momento que crezcan sus hijos. Por otro lado, se aprecia una clara disfuncionalidad en la relación de pareja toda vez que la dinámica de la díada opera a costas de la espontaneidad de Patricia y de su esposo.
Flexibilidad / Rigidez/Empatía
En principio Patricia tiene dificultad para ponerse en el lugar de su pareja. Le cuesta observarse a si misma desde el rol opuesto, lo que también habla de cuán rígida está en su rol clásico de mujer a cargo de la casa y los hijos. El rol de pareja parece no estar presente en lo que respecta a su relación.
Role Taking, Playing, Creating
Considerando la falta de antecedentes nos es difícil hipotetizar en qué parte de su desarrollo se encuentra. Habría que explorar el impacto de lo transgeneracional en los roles femeninos con mayor tiempo para también poder hacer un seguimiento y observar eventuales cambios.
Sesión 4:
A la cuarta sesión asistieron Patricia, María y Soledad, por lo que fue necesario realizar una
breve reseña de lo realizado a la fecha a modo de caldeamiento inespecífico, de
aproximación al tema. Aquello nos permitió seguir luego adelante con el átomo social actual
dramatizado sin que quienes no hubieran participado en alguna de las sesiones anteriores se
sintieran excluidas o no lograran seguir el proceso grupal en curso, y logrando de este modo
seguir con nuestra planificación de manera satisfactoria. .
El diseño de la cuarta sesión quedó finalmente de la siguiente manera:
Estructura de la sesión cuatro, taller para usuarias del CESFAM Bernardo Leigthon
SESIÓN CUATRO
- Caldeamiento Inespecífico: Participantes en su lugar se les da la consigna de hacer un recorrido corporal guiado, de la cabeza a los pies haciendo todos los movimientos que sientan necesarios para tomar contacto con cada parte del cuerpo. Se les pide posteriormente que se conecten con su respiración y la observen.
- Caldeamiento Específico: A través de un psicodrama interno se les pide que visualicen su vida actual, rodeadas de las personas, elementos o situaciones que les son significativas, positiva o negativamente. Una a una van visualizando a esas personas o elementos y registran su sentir en relación a esos personajes significativos. Se les pide posteriormente que le asignen un título a esta imagen. Cada una de las participantes dice en voz alta el nombre de su átomo, para finalmente elegir socio métricamente a la protagonista.
- Dramatización del Átomo Social. Se delimita el espacio escénico en que se representará el átomo elegido. La protagonista elige a los yo auxiliares que representan a las personas y elementos significativos y los dispone en el espacio escénico de manera de representar la cercanía o distancia física y/o emocional con ellos. La intervención es hecha mediante diversas técnicas psicodramáticas como la inversión de roles, espejo, soliloquio, doble, señalamientos, maximización, focalización, cámara lenta.
Desarrollo y análisis de la sesión:
La sesión comienza 15 minutos tarde con la llegada de tres participantes. Soledad y Patricia
llegan acompañadas de sus hijos más pequeños, de seis y ocho meses respectivamente.
María, tal como se había observado en la primera sesión, viene con muchas ganas de hablar,
lo que hace necesaria la atenta moderación y encuadre de los coordinadores para poder
ceñirnos al tiempo disponible y para asegurarnos de que todas las participantes tengan un
espacio para expresarse.
Durante el caldeamiento inespecífico observamos respuestas muy distintas en cada una de
las participantes. Patricia se mueve, con su hija en brazos, en una forma notoriamente
distinta a como lo hacía en la sesión anterior. Se ve más plástica, más flexible, más
conectada, fluida y creativa en la búsqueda de movimientos. En su cara se observa una
expresión de agrado y disfrute. María, por su parte, hace movimientos que no son muy
amplios, pero hay un balanceo constante con movimientos ondulantes y de una cierta
cadencia. Su cara se ve relajada, a ratos alegre (se ríe sola) y a ratos con cierta tristeza que
trasunta en algún momento a través de las lágrimas que caen por sus mejillas y sobre su
rostro ya más compungido. Por otro lado, Soledad, a quien le ofrecemos sostener a su hijo
por un rato, está casi estática. Está con los ojos cerrados, el rostro serio, como concentrada,
pero ni la música, ni las suaves consignas que va dando el coordinador parecen ayudarla a
moverse. Su cuerpo está rígido, con los hombros hacia adelante y los brazos que caen en la
misma dirección en una proyección de los hombros. Su abdomen y pelvis caen laxos hacia
adelante. En su rostro también caen sus ojos y comisuras de los labios. Su cuerpo no
reacciona, es como si no escuchara, parece rendida, indefensa, desconectada, sin vida.
Sabemos que Soledad está en situación de VIF o VBG severa ya que había sido referida a uno
de los coordinadores en el marco de una intervención en crisis por este tema; desde ahí
miramos su corporalidad como un grito silencioso que habla de lo que ha vivido/sufrido por
mucho tiempo y de cómo esta situación relacional y de abuso ha ido permeando su cuerpo,
sus pensamientos y emociones rigidizando el conjunto y aplacando su espontaneidad y.
Luego del caldeamiento aparecen tres opciones o emergentes grupales que corresponden a
los títulos que cada participante le puso a su átomo social: “Hogar” de Patricia, “Paz” de
Soledad y “Convivencia al aire libre” de María. Luego de una elección sociométrica, el grupo
se dispone a trabajar el átomo de María.. En su átomo María nos dice que están su madre,
sus dos hijos, su marido, su comadre, y la naturaleza. La imagen ocurre en un lugar al aire
libre donde hay un río en donde se bañan los niños, todos parecen estar divirtiéndose y
María los observa desde la distancia. En este punto ocurre una “contradicción” flagrante: a
nivel de contenido María describe un espacio que define como bello y tranquilo pero a nivel
de las emociones fluyen en ella un conjunto de emociones que entrecortan su discurso con
sollozos, y que participan más de la pena que de la alegría. Habla de su comadre, de cómo se
enteró que tiene cáncer, de sus intentos de apoyarla, de cómo la naturaleza y el entorno la
impactan hasta las lágrimas, de cuánto echa de menos sus años de juventud y de inocencia.
María nos presenta en primer lugar a su madre, quien está a mayor distancia de ella que su
pareja y sus hijos. Nos dice que “es bien centro de mesa” y alegre, pero se entromete en su
relación de pareja, hablándole mal de su marido. Nos impresiona el entusiasmo y la facilidad
de María para jugar el rol de su madre: la muestra como una persona entradora, “que saluda
a todos de beso”, que le gusta que le digan “Teruca” en vez de Teresa, que tiene sus
achaques y preocupaciones propias de la edad. Primero le preguntamos cómo ve a su hija.
Nos dice que su hija es maceteada, enojona y muy callada, que aguanta mucho, guarda y
luego explota o bota todo de una. De cierto modo podemos observar aquello en su
comportamiento que linda con lo verborreíco y que debemos constantemente recentrar en
beneficio de ella y del proceso grupal en curso. Continúa en el ejercicio del rol materno y
complementa su descripción de María diciendo que María trata de no hablar para no hacerla
rabiar porque Teruca también es mal genio y acaba de quedar viuda, con lo cual entramos
en un núcleo más depresivo de su vivencia. Refiere que su marido estuvo muy mal, luego
llora y recibe el sostén del grupo a través del coordinador. Luego de ello se le pregunta si
Teruca quiere pedirle algo a María. Teruca le pide a María que pase más tiempo con ella, que
no la deje sola. Aparecen nuevamente los temas de dar y recibir, de llamar la atención y por
ende quitar al otro algo que le puede ser propio. En este sentido, Teruca acaparra la
atención para sí misma, desvía las miradas hacia ella con lo cual se pierden las posibilidades
de otras relaciones o vínculos paralelos al vínculo que María establece con su madre. Detrás
de esos llantos pareciera entonces que estuviera escondida mucha rabia, mucha impotencia
por no poder ser respetada en su propio espacio, en su propia casa con su propia pareja.
Teruca refiere miedos a quedar inválida y preocupación por su hija, miedo a quedar inválida
y miedo… a quedarse sin cuidadora.
Aparecen luego celos de Teruca hacia su hija en su relación de pareja: “es como que me
enojo cuando están juntos” refiere María en el rol de su madre. En este punto ofrecemos la
palabra al público ofreciéndole a alguna de las otras participantes que actúe de yo auxiliar
para representar a la madre. Sale de voluntaria Patricia quién sostiene, desde el rol de
Teruca, un breve diálogo con su hija: “Pucha María, tu eres mi hija, yo te quiero mucho, tal
vez no te lo digo muy a menudo, mi intención a lo mejor no es hacerte pelear con tu esposo;
con tu marido, pero sí me da mucho… siento mucho celo de que estén bien. Me gustaría que
estuvieras más conmigo, que compartieras más conmigo, que estuvieras sólo conmigo; a lo
mejor estoy equivocada y estoy equivocada en este sentido. Pero… eso… a lo mejor
también tengo que pedirte disculpas si te… si me meto en tu vida y la complico más.”. María
responde primero desde fuera de la escena: “Todo lo que está diciendo… me lo dice… pero…
no de esa forma. Entonces eso a mi m e causa rabia. Pena y me quedo callada”. Se le ofrece
la palabra, con lo cual responde a su madre ahora en primera persona: “Mami igual te quiero
pero estoy cansada que siempre tú porque trabaja mi esposo parte en la casa… que no
trabaja… que “¿por qué está en otro lado?”, que “Te pone el gorro” eh… que no me digas
nada… te quiero-te-quiero pero siempre, siempre siento celos. No sé… no sabría explicarlo.
(…) no puedo hablar con ella así”.
Interactúa posteriormente con sus hijos, a quienes los muestra inquietos y peleadores.
Refiere tratar siempre de estar con los dos, su discurso se aplana en lo emocional, se aprecia
mayor distancia o frialdad o cansancio en sus palabras: “Te quiero hijo, te quiero hijo, no
estén peleando, no estén con garabatos (…) juegen no más”. Como se puede apreciar la
intervención de María con ellos es más bien de disciplina para evitar que sigan peleando.
Intentamos reflejarle la disposición de las sillas en el átomo: están de espalada a ella; ante
ello, María llama de un grito a su hijo para que se de vuelta y poder hablar con él con lo cual
provoca un breve espacio improvisado entre ella y uno de los coordinadores. Luego hace un
breve intercambio a solas, con cambios de rol espontáneos para reflejar la interacción. La
conversación gira en torno a su hijo que no le responde, que luego la moja sin querer y
recibe por ello una reprimenda verbal bastante enérgica en el tono. Al respecto, es
importante señalar en este punto que no profundizamos más en este vínculo dado, por un
lado, el tiempo disponible para esta sesión y por otro, porque nos interesa explorar con
mayor profundidad el vínculo con su pareja. Cerramos esta parte del tema relevando la falta
de comunicación ante lo cual ella plantea la importancia de hablarle de frente a su hijo
(Bastian) porque tiene déficit atencional, re-interpretamos con ello la ubicación de las sillas
como una muestra de lo dis-traido del hijo; es decir, que está estructuralmente volcado
hacia otro lugar, que hay que llamarle la atención para que escuche. Por otro lado,
observamos cómo la relación con sus dos hijos está mediada por Bastian y ha sido la mayor
carga para María. Finalmente, llama la atención que prevalece una relación centrada
principalmente en la obediencia y el orden quedando de lado de cierto modo el aspecto más
íntimo o vincular de la relación; aquello refleja sin duda el grado de cansancio de María en
este vínculo donde refiere no recibir apoyo para el desempeño de este rol.
Llegamos a Alejandro o “Jano”, su pareja, un hombre fuerte, con una postura física que
proyecta seguridad en sí mismo. “Jano” llega a la casa imponiendo orden, describe su
relación con María como buena; de “pura pega no más, pura pega”. Al referirse a María la
define como una buena mujer, que es de repente enojona, que ella se queda callada cuando
se enoja pero que de un tiempo a esta parte está contestadora y que alega por todo con lo
que él le canta una canción de los “”: “Te enojai por todo”. Continúa diciendo que es buena
mujer, buena mamá, que la ve diferente en todo sentido, que habla más, que se preocupa
más de su cuerpo, que se arregla más ahora. Jano reconoce que a veces piensa mucho en él,
que se aprovecha y que con el trabajo no le da espacio a sus hijos y que, por otro lado “ella
se puso chora” y “yo me pongo medio mañosito cuando estoy curado y ella defiende a sus
hijos y los defiende. En este punto parece por primera vez el tema de la agresividad en las
relaciones de pareja, ligada en este caso, al alcohol. Luego María relativiza el hecho diciendo
que si bien aquello ocurre es importante no generalizar. Continúa como Jano, diciendo que
le gusta que defienda a sus hijos y que él necesitaba que ella fuera menos sumisa a sus
órdenes. . Surge una vez más la dificultad para poder comunicarse con él: como Jano refiere
que él llega cansado del trabajo y que por eso no quiere a veces hablar. Al momento de
preguntarle a Jano si tiene un deseo o un mensaje para María responde que desea que ella
trate de seguir superándose y que igual está agradecido por el cuidado que le brinda a sus
hijos. Se aprecia que le cuesta mantenerse en el rol de pareja, que tiende a hablar en tercera
persona para luego volver al rol; luego de ello refiere VIF en la familia y que aquello ha
provocado problemas al interior de su núcleo familiar. El coordinador de género masculino
ofrece jugar el rol de Jano. Lo vemos frente al televisor, con el control remoto en la mano.
María quiere hablar con él, pero resulta muy difícil dado que tiene puesta toda su atención
en la televisión. Después de intentar muchas veces, se rinde. En este punto les preguntamos
a Patricia y a Soledad cómo ven esta situación. Patricia dice que en su caso sucede lo mismo,
que para ella es imposible conversar porque la televisión está encendida todo el tiempo que
su pareja está en casa. Invitamos a Patricia a jugar el rol de María y ensayar alguna otra
estrategia para lograr comunicarse con Jano. Patricia juega un rol un tanto más seductor,
pero se muestra firme, clara e insistente en su propósito. Eventualmente logra “sacar” a
Jano de enfrente del televisor y le plantea que tienen que conversar de cosas importantes.
María desde fuera dice que no es posible, que ella ha intentado de todo, enojarse, ser
seductora y nada funciona. La respuesta de Jano es siempre la misma “¿para qué quieres
conversar si siempre hablamos de lo mismo?, te quejas de todo”. Patricia resuena con lo que
le pasa a María y dice que a ella le pasa lo mismo. María retoma la escena una vez más, pero
esta vez termina diciendo “voy a salir”, a lo que Jano le dice “bien, pero llévate a los niños”.
Se enfrascan en una discusión en que María se rehúsa, y defiende su espacio propio desde lo
verbal, pero termina no saliendo. El coordinador que jugó el rol de Jano, le señala a María
esta contradicción entre lo que verbaliza y sus acciones, a lo que ella responde diciendo “si
po”. Sin embargo, también agrega que ella, a pesar de la dificultad en la comunicación,
busca e intenta tener espacios de intimidad con su pareja. Habla de que les dice a sus hijos
“ya, ahora yo voy a estar un rato con su Papá arriba, necesito conversar con él, darle besitos,
así que ustedes quédense abajo”.
La declaración de María, nos resulta un recurso importante, y como emergente habla de un
rol que parece estar ausente en las otras participantes, que tiene que ver con ser mujer, más
allá de ser madre y dueña de casa. Desde este punto de vista, podríamos pensar que como
emergente, María habla de la necesidad del grupo de un reconocimiento propio del rol
mujer, del ser femenino, de un contenido que tiene que ver con un reconocimiento también
corporal y erótico de lo femenino.
La última interacción se hace con “la naturaleza”. Le pedimos a María que juegue el rol y que
hable desde ahí. Dice que ella es la brisa, son los árboles y que ella le aporta a María paz y
una sensación de plenitud. Uno de los coordinadores le pregunta si ella tiene cabida en la
vida de María, qué tan presente está, a lo que ella responde que está presente. Dice que
María disfruta con el simple caminar hasta el CESFAM, por ejemplo. Dice que no es necesario
irse de viaje al Cajón del Maipo para contactarse con la naturaleza. El otro coordinador le
devuelve que al parecer la naturaleza la contacta con su propia paz y plenitud a lo que María
asiente con la cabeza. Siguiendo con el concepto de emergente la naturaleza, pudiera
interpretarse también como un personaje sensual, femenino, vital que las conecta con su
propia naturaleza. Los movimientos cadenciosos de María al comienzo, también parecen
hablar de lo mismo, de lo sensual, aspecto que parece estar latente en Patricia y dormido en
Soledad.
En el Sharing, Soledad que ha participado más bien como observadora habla y expresa que
se ha sentido identificada con algunas secciones del átomo de María, especialmente en lo
que se refiere a su relación de pareja. En un tono completamente distinto al que acostumbra
hacer: se aprecia en su voz y en su rostro cierta rabia y dolor si bien lo más patente es,
nuevamente, esa desafección con que se expresaba al inicio de esta sesión. Muestra aquello
y luego dice que cuando ella quiere salir, su pareja la cuestiona, quiere saber a dónde va,
“¿para qué?” En ese momento cambia nuevamente su expresión no verbal: se retrae,
vuelve a su estilo común de hablar y se permite sonreír mientras nos dice “ahí me empieza a
palmotear”. Uno de los coordinadores le dice que el nombre de eso no es “palmotear”, sino
golpear. Patricia refuerza aquello diciéndole “pero eso es violencia intrafamiliar”, lo que, de
paso, resulta llamativo y sintomático toda vez que es capaz de distinguir con mucha claridad
la VIF en un otro, pero no en su propia situación. Tampoco parece ver cuán violento o
invalidante puede ser hacia su propia pareja el que ella, al hacerse cargo de todo, no lo deje
hacer nada, con lo cual suponemos se evidencia en este punto el peso de los componentes
de género en la generación de situaciones de VBG. Soledad, mientras le corren lágrimas por
las mejillas, continúa señalando que como ella le tiene “un poco de miedo” a su pareja,
mejor entonces se va a acostar; en concreto: “subo con mis niños y a las 20:00 hrs. ya estoy
durmiendo”. Patricia y María se muestran conmovidas por lo que escuchan y con su tono de
voz, su mirada y actitud corporal parecen solidarizar con Soledad.
Cuadro de análisis de roles:
Indicadores
Rol(es) Predominante(s)
En esta sesión se aprecia un cambio. El átomo de María como emergente grupal rescata el rol Mujer, como una necesidad de validación de las propias necesidades, distante de los roles de dueña de casa y madre abnegada, al cuidado y servicio de otros, que habíamos podido apreciar en las sesiones anteriores.
Complementariedad / Suplementariedad
Se observa un intento de cambio en la complementariedad disfuncional que habíamos visto en las sesiones previas. María, como vocera de las necesidades latentes del grupo, reclama al menos desde lo verbal su necesidad de espacios propios, para lo cual es necesaria la participación de la pareja en la distribución de tareas en el hogar. Desde este punto de vista hay una leve variación en la extrema polaridad de lo activo- pasivo y amor-odio que habíamos podido apreciar previamente.
Egosintonía / Egodistonía
En esta y en la sesión previa con María, pudimos apreciar un grado de conciencia y de egodistonía con respecto a los roles femeninos. Escuchamos a María decir cosas como “yo antes era la que hacía todo, pero ahora ya no”.
Funcionalidad / Disfuncionalidad
Se aprecia una disfuncionalidad instalada en la relación de pareja, a costas de la espontaneidad de María y de su esposo, aún cuando hay pequeños elementos que permiten visibilizar la posibilidad de leves cambios. Cabe señalar que dicha disfuncionalidad se relaciona con componentes transgeneracionales.
Simetría / Asimetría
Durante la sesión María se observó buscando con fuerza una relación más simétrica con su pareja. La búsqueda en esta etapa no le resulta exitosa, pero se ve con una fuerte disposición a seguir intentándolo.
Flexibilidad / Rigidez/Empatía
María impresiona por la facilidad y entusiasmo para jugar distintos roles durante la dramatización, lo que habla de su capacidad de empatía y de mirarse a sí misma desde los otros roles que jugó.
Role Taking, Playing, Creating
En este punto pareciera que María se encuentra ensayando nuevos roles como mujer, muestra de ello son los comentarios de Jano al respecto.
Conclusiones
El presente estudio se propuso hacer un aporte en lo referente a la asistencia de los casos de
VIF detectados en un CESFAM de la comuna de Puente Alto. En concreto, pretendía
establecer un diagnóstico de la estructura vincular de un grupo terapéutico para víctimas de
Violencia Basada en Género (VBG) en el CESFAM BL de la comuna de Puente Alto a través de
la técnica del Átomo Social.
Para lograr este objetivo general, se formularon dos objetivos específicos: el primero
consistía en realizar una descripción de la estructura vincular de las usuarias a través de la
técnica del Átomo Social, mientras el segundo consistía en describir y sistematizar los roles
mencionados durante las sesiones a través de una pauta de registro. Los resultados de estas
dos tareas fueron plasmados en la descripción y análisis de las sesiones realizadas con el
grupo terapéutico, por lo que quedaría ahora poder formular una integración que nos
permita establecer una visión de conjunto que nos permita conectar las sesiones entre ellas
y dar cuenta con ello de los aportes del Átomo Social para el diagnóstico del grupo
terapéutico ya mencionado.
En primer lugar, es importante señalar que el Átomo Social, como técnica
diagnóstica, nos permitió observar, como quien mira a través de una ventana, parte del
complejo entramado vincular del grupo de mujeres víctimas de VBG usado para este estudio
de caso. Vimos cómo el Átomo Social gráfico nos permitió entrar de forma sutil en el mundo
interno de cada una de las integrantes y cómo desde la primera sesión ellas fueron -con
dificultad- ordenándose como un grupo, estructurándose en torno a la imagen de cierto
modo fantasmática de un colectivo en formación, de un cuerpo grupal emergente cuyos
miembros ausentes nos hablaron de las fracturas y desmembramientos de sus propias
vivencias corporales.
En segundo lugar, si bien la violencia no es nombrada explícitamente por las
integrantes del grupo sino hasta la última sesión diagnóstica, podría afirmarse primero que,
de cierto modo, esta brilla por su ausencia toda vez que aparece de forma solapada en cada
una de las sesiones. Aquello puede observarse en la medida que se considere primero una
definición de la Violencia que no se circunscriba al acto y su tipificación legal o de contexto
(tal como se entiende la VIF por ejemplo), sino focalizando lo que podríamos denominar
como la causa raíz de esta violencia contra mujeres en el contexto de sus relaciones de
pareja. A nuestro juicio dicha raíz se expresa en un componente de género que opera como
motor de las desigualdades entre hombres y mujeres y como causa primera de la Violencia
Contra la Mujer (VCM). En términos psicodramáticos, el género sería una conserva cultural,
vale decir, lo que se determina culturalmente como propio de una persona
independientemente de ella y a costas de su espontaneidad y/o creatividad en las relaciones
que sostiene con su entorno.
Vista desde el psicodrama, la VBG aparece como una “enfermedad relacional de
género” amparada por una cultura y por sus múltiples canales de expresión y de presión
solapada hacia la conformidad y la obediencia de sus mandatos. Aquello redunda en una
violencia no siempre palpable en este grupo, sino más sinuosa, que se filtra en las oraciones
como verbos o adjetivos con connotaciones machistas como “es una amargada”, “se queja
siempre de lo mismo”, “ahora se preocupa de verse mejor”, “llora como una tonta”. Dicha
violencia decanta en relaciones de pasiva agresividad contra la mujer por su condición de tal:
debe ocuparse de la casa, debe estar lista y dispuesta para su hombre, se debe a sus hijos y
es, ante todo, una madre, una esposa, una hija, una tía y una trabajadora. Asimismo, esta
violencia de género se cuela en los significados personales de cada persona y define de este
modo los espacios de goce que se otorga, el tipo de relación que establece con su entorno y
consigo mismo. Es una violencia más sutil, más fina y más difícil de “remover”, dado que la
violencia es ejercida también por las propias mujeres hacia sí mismas, al ajustarse mental,
emocional, corporal y conductualmente a la conserva cultural; con lo cual ignoran y pasan
por alto sus propias necesidades. Es como si la conserva decretara el mandato de que no
tienen derecho a un legítimo bienestar.
En este contexto creemos entonces importante reformular el concepto de violencia y
entenderlo primero como una necesidad no atendida, esto es, como negación del “espacio-
tiempo vital” mínimo que requiere cualquier persona para poder satisfacer sus necesidades
básicas como ser humano. A nuestro juicio, las integrantes de este grupo muestran cómo
han “des-aprendido” a ser humanas a favor de una conserva cultural que termina ocupando
todo su ser y definiendo todo el espectro de roles que conforman su identidad. Con ello,
quedan encarceladas en la conserva, atadas a roles y formas de jugarlos que las dañan a
diario y sin otro recurso que su resiliencia de base para poder luchar contra el peso de la
cultura. Así, María intenta una y otra vez resolver sus problemas ensayando los diferentes
roles de género que ha heredado de su madre o que ha aprehendido en sus relaciones
diarias y se frustra asimismo a diario por no lograr resultados satisfactorios. Así también su
madre le recuerda el peso de la tradición, de los modelos transgeneracionales,
presionándola a conformarse con su situación, tal como lo hacía Sonia con su propia madre
o Patricia contra el modelo de madre que le propone su suegra con respecto al trato de su
esposo.
Otro elemento relevante dice relación con el lugar del padre en la estructura de
vínculos de las pacientes: en esta red de relaciones, aparece como el gran ausente, esto es,
como una figura cuyo valor vincular queda en suspenso, como si no fuera capaz de nutrir de
afecto, de devolverles una autoimagen positiva o de brindarles un modelo de relación de
género más equitativo.
A la luz de estos antecedentes surge la figura de María como un emergente en si
mismo que da sentido y conecta las diferentes sesiones en una solución de sentido que nos
resulta interesante: aparece como potencial del grupo, como deseo de salud del conjunto,
como necesidad de salirse del Role Taking y empezar a darle su propio estilo, su propio sello
al rol de mujer pasando así a una fase de Role Playing. Nos muestra también cómo ese
trayecto se puede dar únicamente desde la experiencia vital de la pérdida, del duelo de los
roles anteriores, de una suerte de migración hacia otros espacios de significación de ser
mujer: es un camino de fractura y cuestionamiento de la identidad, de re-significación de las
relaciones, de ensayo de nuevos roles buscando la espontaneidad para lograr un equilibrio
más satisfactorio. La sensación de posible pérdida entonces puede explicar la egosintonía en
la disfuncionalidad que observamos en las sesiones y la resistencia a abandonar los roles que
les son conocidos. Son mujeres cuyas experiencias de carencias las hacen aferrarse a lo único
conocido, que es su realidad.
Soledad, por su parte, aparece como la evidencia innegable del maltrato, de la violencia
sorda y de sus consecuencias, cabe señalar de paso que Soledad asiste a todas las sesiones a
las que asiste María, lo que no deja de ser un elemento interesante si se considera la función
que cumple cada una de ella en el grupo: María, como potencial y deseo del grupo y Soledad
como realidad negada y sufrida por todas de diferentes formas.
Sonia, surge en una sesión recordándonos cuan potente puede ser el anclaje de la conserva
con la identidad y hasta dónde puede permear en el espectro completo de los diferentes
roles que conforman la identidad de una persona. Nos recuerda una vez más que la
violencia, esa “desatención de las necesidades propias” no se relaciona solamente con la
pareja, sino también con la relación que cada cual establece consigo mismo, vale decir, de
los espacios que se otorga a si mismo o si misma para su propia persona.
Patricia nos entrega otro aspecto de las relaciones violentas, esto es, el aspecto circular de
las mismas y cómo los propios aspectos negados de la masculinidad en la vida propia pueden
afectar las relaciones con el entorno en la dimensión de aquello que se niega. Asimismo nos
muestra cómo opera la transferencia en los espacios psicodramáticos: como conserva
cultural opera en todas las dimensiones de relación, como proyección de fantasías atañe a
cualquier objeto en forma independiente de los primeros años de vida de la persona.
La naturaleza es otro emergente del grupo que nos parece importante destacar en estas
conclusiones: aparece como naturaleza fuerte, como poder creador, como fuerza que puede
crear y destruir, someterse o defenderse. Aquello nos sugiere el poder de Deméter o Gaya:
diosas que superan las barreras ideológicas de las relaciones de género, que van más allá de
la condición de hombre o mujer y nos hablan del ser humanas en una perspectiva mística,
trascendental, poderosa y creadora. Aparece ahí la sensualidad, la comunión, la necesidad
de correspondencia con la alteridad, la comunicación como proceso complementario que
nutre un ser y lo hace crecer, la necesidad de ser. Desde lo inconsciente, estas mujeres
parecen estar conectadas con el arquetipo de sabiduría femenina ligado a la Tierra, que en la
realización del Átomo Social sale a la superficie como un poderoso recurso del cual valerse
para futuras intervenciones.
Deméter Gaya
Deméter o Demetra es la “diosa griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte, y protectora del matrimonio y la ley sagrada”1.
Gea o Gaya es la diosa primordial que personifica la Tierra Madre en la mitología griega.2.
A nuestro juicio, la técnica del Átomo Social aparece en el contexto del Grupo
Terapéutico como un elemento bisagra o una suerte de interfaz entre lo real y lo imaginario
que concretiza las relaciones simbólicas del mundo interno de quien lo realiza y permite
luego explorar, desde la dramatización, el sentido de cada uno de sus elementos para su
autor. Así, permite un insight propiamente dramático, vale decir, no solamente cognitivo,
sino experiencial, que vincula una o varios de los diferentes componentes de la triada
psicodramática.
Finalmente, quisiéramos expresar en este Estudio de Caso que el Átomo Social nos
permitió también ver cómo la Violencia Contra la Mujer se constituye propiamente como
una experiencia límite que daña los tejidos íntimos de un ser humano, cómo pasa a ser parte
de los propios significados personales de las víctimas desde una perspectiva de género y
como el maltratador se internaliza y pasa a ser una parte del sí mismo, un aspecto negado
de la masculinidad propia o complementaria a su ser de mujer.
1 Fuente: extraido el 13/12/11 de http://es.wikipedia.org/wiki/Dem%C3%A9ter 2 Fuente: extraído el 13/12/11 de http://es.wikipedia.org/wiki/Gea
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