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Directores
Eduardo Antin ( Quintn)Flavia de la FuenteGus tavoNoriega
Consejo de redaccin
los arriba citad os y Gu stavo J.C astagna
Colaboraron en este nmero
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Mximo Eseverri
Lis androd ela Fuen teDiegoB rodersenBiasE loyMartnezLeonardo M .D 'EspsitoJav ierP ortaFouzJuan VillegasSergio W olfHug o Salaslino yN orma P os tel
Secretaria
Natasha Alimova,lania d e n uestrosojosCadeteGustavoRequena Johnson, e lc lub de la peleaCateringNorma Postel,una sinfona gastronmca,y la maravillosa BenjaminaCorrectora
Gab rela Ventureira, la correctora idea lMeritorio de correccin
Jorge Garca, viviendo sin lmites
Jefe de archivo
Santiago Ga rcia,el extraocaso del h ombre lesbiana
TraduccionesLisandrode l a Fuente, una ire de familiaDiseo grfico
Araujo, D'Amore, dg, lo sdiseadores de nuestros sueosAgradecimientos
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ElAma nte e spropiedad de E diciones Tatanka S.A. D erechosreservados, prohibida su reproducc in total oparcia l s inautorizacin. Registro de la propiedad ntelectual en trmite.Las notasfirmadas representan la opinin de los autores ynonecesariamente lade la revis ta.
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38
Una entrevista y dos notas sobre laltima
obra del mejor director argentino.
L a e s p a o la d a d e T r u e b aHablamos con el realizador en Buenos
Aires con motivo del estreno de su ltima
pelcula La nia de tus ojos.
L a s l e s b ia n a s e n e l c in eUn viaje por el universo de la homosexua-
lidad femenina. La reconstruccin de una
zona oculta.
M a r d e l P la t a 1 9 9 9SOreseas de los films sobresalientes de
un festival en elque loms rescatable fue
elgran nmero de pelculas exhibidas.
3 Editorial
15 Lista de estrenos 1999
Crticas 20 Polmica: El proyecto Blair Witch
24 loy Story 2
26 El milagro de P. TInto
27 Bowfinger, el director chiflado
El club dela pelea
Romance
28 Viviendo sin lmites
Un esposoideal
El da final
29 De 10 al
30 Cartaabierta dePino Solanas
48 AmanteV
Gua de El Amante 50 Msica
52 Video
58 Cine en lV
62 Correo
64 Ultima pgina
mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/http://elamante.com.ar/mailto:[email protected]5/20/2018 El Amante N 93
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SECRETARIA DE CULTURAPRESIDENCIA DE LA NACIN
CENTENARIO DEL NACIMIENTODE JORGE LUIS BORGES
EXPOSICION ITINERANTEEN EL MUSEO NACIONALDE BELLAS ARTES
CICLO DE CONFERENCIASEL UNIVERSO DE BORGES
MARATON DE LECTURA
DE OBRAS DE BORGES
GRAN PREMIOINTERNACIONALJORGE LUIS BORGES 1999
GRAN CONCURSOINTERNACIONALDE PINTURA Y ESCULTURA
$i
PREMIO NACIONALBORGES yLOS JOVENES
A t
OPERA PRIMA~GUIONDE VIDEO
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Queridos lectores:Octavo aniversario deEl Amante en vsperas de nuestro primer cam-
bio de gobierno y, tal vez, de una poltica cinematogrfica que noatrase veinte aos como la del perodo menemista. Siel pas conocila estabilidad monetaria, vio tambin cmo se profundizaban la in-justicia y la desigualdad. El cine zigzague durante la era menemistapor situaciones variables.Se sancion una buena Leyde Cine que nofue aprovechada para el despegue sino ms bien para profundizar elestancamiento y el manejo irresponsable de los fondos pblicos. Eneste perodo se hicieron buenos negocios y una mayora de malas pe-lculas.Lasexcepciones llegaron frecuentemente desde afuera del sis-tema. Emergi una generacin de realizadores que promete un cineque no nos avergence, una sensacin que nos amenazaba como de-finitiva cuando fundamos la revista. Cerraron los grandes cines en la
Capital y el interior, la calle Lavallese convirti en un antro yemer-gieron los multiplex con su radical mejora en la imagen y el sonidode las salas y su aire de coto vedado a los sectores populares. Reapa-recieron los festivales de cine, aunque Mar del Plata, que abri el ca-mino para la llegada de la produccin internacional, fue, en el ba-lance, un despilfarro y una oportunidad perdida. Buenos Aires,y estefue un raro milagro, volvi a ser en los ltimos aos una ciudad cos-mopolita para el cine, recuperando a un pblico minoritario pero
ms nutrido de lo que lleg a pensarse y que pareca entregado a laresignacin frente a la penetracin de Hollywood y las rmoras defalso prestigio a la europea que ocupaban las pantallas. Pero las en-tradas siguieron siendo absurdamente caras en promedio.
La crtica recuper su lugar de sealamiento, de auxiliar del cinems hurfano de recursos y ms difcil de comercializar masiva-mente, una funcin que haba perdido, al parecer, para siempre. En1991, recordemos, muy pocos parecan dispuestos a gastar tinta enun film iran o en una produccin argentina independiente. El
Amante tuvo bastante que ver en ese renacer de la crtica, en ese es-fuerzo por hacer relativamente masivo lo que pareca reservado aun cenculo o a no ser visto nunca en la Argentina. No lo hicimosa propsito: a fines de 1991 ignorbamos que acabaramos partici-
pando en la batalla de la diversidad cultural en la que nos metimosde puro cinfilos para terminar modificando incluso nuestra propiacinefilia. Pero el cine del prximo siglo es una incgnita, mientrasque hace ocho aos pareca ms bien un caso perdido.En estos aos resistimos, sobrevivimos, nos demostramos a noso-
tros mismos que tenamos aguante yeso nos depar algunas re-compensas, como la de ser la revista de cine que ms nmeros pu-blic en Latinoamrica. Pero la mayor de ellas fue sin duda conver-timos en una referencia, manteniendo una absoluta libertad de opi-nin y una absoluta indiferencia por las modas, lo que sigue siendonuestro principal orgullo. Nunca hicimos la revista para complacera nadie pero creemos haber logrado que nuestros lectores aprecia-ran el gesto. La tapa de esta edicin es una promesa de que man-
tendremos esa poltica.En este aniversario que coincide con el cambio de gobierno en elpas les deseamos la vida digna y placentera que merecen todos loshabitantes del mundo.Hasta el prximo nmero, el primero del milenio. ~
$ 70 ARGENTINA(Q 2 PAGOS OE $ 35)
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Sentado en una sala, trabajando con una
com putad ora , t e sent iste ms l ibre que en
un rodaje?Porque vosd ij is t e muchas veces
que losrodajes te cansaban. Esto debe haber
s ido agotador, pero en o t ro sentido ...
Yodira que fue devastador. Primero,
porque me met en un mundo q ue desco- Leonardo Favio ha vuelto anaca totalmente. Apenas s marcar el te-
lfono, te imagins yo con una computa-
dora, con el AVID?Pero no tengo proble- sorprender con su documentalma con eso. Yo digo que soy burro yno
tengo complejo. El que sabe maneja. Pero
fue duro. Primero, el operador me pasaba de seis horas sobre el peronismorpido las imgenes y yo deca "no, vos
pasmelas como sifuera una moviola,
porque si no, no entiendo nada. Vos qu que, hasta ahora, nadie segans con demostrarme que sos rpido?
Yo ya sque sos rpido. Vos pasmelo
lentito, porque vos sabs que soy lento". atreve a emitir. Frgil y tierno,As fue como empec y despus ya tom
dominio de todo eso. Pero no fue fcil.
L etomaste el gusto a hacer un documental? Favio ha bla de poltica conNo, a m me gusta volar ms libre. Noquiero quedar hipotecado con fechas y
esas cosas. pasin y crudeza, a contramano
Pensaste en algn recorte, que no ent ren
ciertas cosas en part icular? Una cosa que me
impresiona, por ejemplo , es que decidiste no
mostrar a Lpez Rega. Ni para just i f icar lo n i
para no just i f icar lo.
Creo que para la etapa que estoy contan-
do, como ser Pern e n Madrid, todo ese
tipo de cosas, no hace a la cuestin. Y
cuando llega ac Pern, ya no era la cons-
truccin del peronismo, o sea que nocumpla esa funcin. Recin muerto Pe-
rn, empieza a tener un poder impresio-
nante Lpez Rega. Yo estoy contando la
historia del peronismo, no lo que es elPa-
pa Borgia para la religin cristiana.
Por eso tampoco ent ra Montoneros? Monto-
neros est como raleado .. .
Porque no es la lucha de Montoneros por
el retorno de Pern, sino que es el pueblo
el que quiere el retorno de Pern. Hubo
pibes buenos en Montoneros, que fueron
los que murieron. No son precisamente
los que despus pidieron rezar con Vide lapara romper el pasado. Pero ya fue eso.
Para qu? I~
p o r GUSTAVO NORIEGA,
JORGE GARCIA,
SILVIA SCHWARZBOCK
y JUAN VILLEGAS
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Hay frases que dicen Pern y Evita que los di-
rigentes polticos actuales nunca podran de-
cir de corrido. Incluso Rucci, que uno no lo...
Vistelo que es el discurso de Rucci? Y nolo lea,eh.Escomo en los evangelios. Note preocupes por loque vas adecir. Si vostens fe ytens elespritu, Dios te vaapo-nerentu boca lapalabra. Rucci empieza ahablar, y empieza a hablar, yno terminams. Yole cort comouna hora. Y note-naun apuntador oun librito. Me encan-ta cuando se come las eses.Y Evitatam-
bin se las deglutahermoso. Loquepasaes que ella eraprovinciana, es un proble-ma de provincianos. Hayun discurso quees paracomrsela: "Ustedesperaba una re -
puesta, mi general; actiene la repuesta".
Maravilloso. Espara comrtela. Ycuandole hagoaparecer palomitas? (Aplaude comoun nio feliz) Aplaudamos ac. Palomitas!
Estabas muy pendiente de evitar los c1ichs
a nivel deimgenes? Porque ms de una vez
te vas para otro lado. En el Renunciamiento
de Evita, por ejemplo, aparece el Rosedal va-
co. Culera tu idea?
Esque eso dala sensacin detristeza. Escomolovivimos todos. Yo tengo un cua-dro que medibuj mihermano quese ti-tula Evita est enferma. Estmiabuelita
planchando en el patio delrancho ymi
abuelito leyendo el diario. Esaera la sen-sacin que tenamos.
Cmose hizo lo del 17 de octubre?
Lo hice todo. Es que haba solamente to-mas diurnas, porque no fue previsto loque pas. Fueron de losnoticieros yfil-maron deda,pero despus, cmo carajoiluminaban? Lo que shaba eran fotos dePern de noche. En base a esas fotos no-sotros tomamos aotro Pern de otro dis-cursoy lo recortamos. Despus le movi-mos labocade acuerdo a estediscurso. Ylosde atrs sonextras. Sabsque seme
fuelamano ymet a un diputado del se-tenta ypico?Lotuve que sacar.Resucit avarios. Despus venan yme avivaban. Enel entusiasmo yolos meta atodos.
Es muy impresionante el travelling ese cerca
del final.
Eso esmaterial mo. Visteloqueeseserecorrido? Mujeres con rulerostirndole
besitos! Eso no lo tiene nadie. Esque Diosmeayuda.Vossabs que yotengo duen-desque me ayudan? Mismuertos, no s...Yotena eso guardadoyeso sali.Vos dirsparaqulo tena guardado. Yoqu s. Paramostrar el cario de la gente algn da.
Y despus,cuandoya est adentro de la
Casa Rosada?
Eso es Gaspar Campos. Yolo recort al
caminando, cuando le contesta al perio-dista quelepregunta: "Cul es la fun-cin de un gobernante?", yPern dice:"Y...que el pueblo est contento. Estandoel pueblo contento ..."
Vossos consciente de que contaste la histo-
ria del peronismo de una forma muy diferente
de como se la cuenta habitualmente?
Porque no tienen huevos. Todos piensan:"Ay,qu van a decir!". A m no meim-
porta un carajo.Yo pienso as y esta es mipelcula. Al que no legusteque haga otra.Quin te prohbe hacer otra?Hac otra yhac todo lo opuesto. Yo la hago como loveo. Ola tengo quehacer como les gustaa los dems?
Incluso enla primera parte hacs coincidir tu
mirada con la del General,como si tratarastodo el tiempo de mirar desde el poder. Los
nicos testimonios que hay son los del propio
General,y mostrs la obra de gobierno como
si estuvieras haciendola propaganda que en
ese momento deba hacer el poder.
Yopienso queloqueestoymostrando ahesun serexcepcional, de esos quenacenuno cadacien odoscientos aos.Esun gi-gante explicando con simplicidad que to-do es a partirdel amor y del respeto hacialagente. Porque en ltima instancia eseso. Es como dice SanAgustn: "Ama y
hazlo que quieras". Apartirdel amorvosno te pod sequivocar. Tepueden matar,
pero no te equivocs. Pern explicaba consimplicidad cmo eran las cosas. Y es ver-dad. Vos loves ydecs:"Pero carajo, esverdad". Porqueyolo viv adems. Yote-na un to,el toLen,que trabajaba enModart. Bueno, mi to, con mi taAndrea,un da seles ocurre pedir alas mquinasWanora queles den la concesin paravender. Y sela dan. Entonces les venden alosobreros,quepagaban religiosamente
porque lesdaban crdito como a diez
aos. Lafortuna que hizo mi to! Yeraun tipo humildsimo. Cayel peronismoy se fueron todos ala mierda. Con Pernvos veas alos obreros felices,toda la gen-te contenta. Porque todos trabajaban. Elque notrabajaba eraun vagode mierda.
No trabajaban porque noqueran.Cuando vos pons al Generalexplicando el
plan de gobierno, da la sensacindeque era
un mundo mucho ms simple de arreglar.
Haba una decisin poltica de arreglado.Esa erala diferencia. Porque si yo te digoque Portugal, por ejemplo, esuno de los
pasesdonde nohaydesocupacin, don-de tienen que ir los alemanes atrabajar,vos qumedecs? Es que hayuna deci-sin poltica. "Notegust el jean quefa-
bricamos? Bueno, compra teuno francs;cuesta 400 dlares, el nuestro cuesta 20
pesos." Punto, viejo.
Pero la misma idea deque lapoltica esunacuestin de voluntad y decisin, laidea de
hacer la revolucin desde la poltica, lains-
taur el peronismo. Yeso es algo quehoy pa-
rece como inalcanzable.
Vos te cresque enesa pocanoera inal-canzable? Te cagabasde hambre. En Men-daza, una vez,me contaba mi abuelita,unas bolsas de harina se cayeronde unoscarrosquepasaban y sereventaron al caer.Los vecinos, corriendo, semataban paraconseguir un poco deharina. Yotengocartas de mi abuelita con miabuelito que
temors, no lo pods creer loque estsle-yendo. Una miseria pavorosa. Igualqueahora. Van a tener que empezar aresguar-darlas fronteras. En el buen sentido. Noun nacionalismo expansivo, sinouno pro-tector de lotuyo. Para poder empezaragenerar laburo y generar cosas.Pero estosnotienen talento. Todo se reduce a note-nervuelo. Porque yo pienso que hay gen-te boluda ygente no boluda, nada ms.Estostipos pasan por la vida comiendo un
buen bife,ponindose un lindo traje.Mirellevita esteque acabade subir al poder.
Su actodegobierno msrevolucionario esvender el avinTango.Cmopodsdeclarar eso? Pero aprendan a mentir, notienen nivel ni para mentir! Dec: "Vayamatar a EstadosUnidos". Algo dec.Notienen vuelo, no tienen nada.
Yo lo pensaba desde el punto devistade que
hoyse necesita menos mano de obra para,
por ejemplo, poneruna planta.
No la pongas entonces. Mir, yono soynieconomista ni poltico, pero yopien-soque a partir del amor, la considera-cin yla solidaridad todo estotiene so-lucin. Quprefers, que gane ms elque vende las computadoras otardar unao ms en hacer una autopista? Yopre-fiero que tarden un ao msy que labu-
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ren todos. Cul es el problema?
Ahesdondeel documental suena ms sub-
versivo. Porquesi hay algo que caracteriza a
losdirigentes actuales es el consenso en que
hay cosas que no se pueden hacer,que ni si-
quierasepueden plantear. Y vos vens y plan-
tes todo. Es como que ni te enteraste de
queno se puede.
Mienten, mienten, mienten. Viven min-
tiendo, toman pastillas para mentir. Pero
no s si mienten o son tan cobardes que
no les da laluz, o dira que no tienen ta-
lento. A eso sereduce todo. Doce analfa-
betos, con un dirigente que lo matan en el
madero, hicieron larevolucin ms gran-
de que recuerde la humanidad, ynoso-
tros no vamos a poder revertir esta situa-cin? Cmo te pods imaginar que de un
pueblito de mierda, de una Palestina as
de chiquitita, conmocionaron el mundo?
Qu es lo que no se puede hacer a partir
del amor ydel respeto por tus semejantes?
Tal vez el problema es que unpas solo nolo
puedehacer.
Bueno, pero comienzo tienen las cosas.
O vos te cres que vamos a estar solos en
esta? No. Lo que pasa es que nos desin-
forman en forma permanente. Yo quisiera
saber si es verdad todo lo que nos dicen.
Pero se lesva a terminar. Seles va atermi-nar porque no pueden vivir parapetados
en un country. Y el amor vence, yla soli-
daridad vence. Y va allegar u n momento
en que los desesperados se van a unir, y
algo va a surgir. Adems andan muy suel-
tos de cuerpo con autos blindados y no
saben que un dirigente puede ser el que
les est limpiando el parabrisas.
Cuandovoshacsestainvestigacin con tu
equipo, no encontrs nadade la Revolucin
Cubana que seacompatible con el peronis-
mo,porque est totalmente ausente de tu
documental?
No, no la encuentro compatible porque
nunca hubo un criterio de operacin qui-
rrgica en la revolucin peronista. Y nun-
ca existi la idea de quedar dependiente
de nadie. Eso es algo como un gran miste-
rio, como un gran interrogante del Che:
creo que el Che tampoco estaba por la de-
pendencia, ni de Rusia ni de nadie. De al-
guna manera, estaba ms emparentado
con China, que repudiaba a laUnin So-
vitica ya los Estados Unidos por igual.
Hay dos o tres entrevistas que mantiene
el Che con Pern, en las que Pern le dice
-eso no lo pongo en el documental, por-
que espara sentarse y ponerse a hablar
pavadas, por que adems no me consta:
yo no lo vi sentado al Che: son todas hi-
ptesis- que tendran que haber seguido
el modelo del Paraguay de Lpez: ser au-
tosuficientes. Para eso no hay pas chico.Pero es jodido. Es como dice Pern: "Nin-
gn pas se pude liberar sino sel ibera el
continente". Eso esclaro como el agua.
Eso nos ocurri a nosotros. Dios quiera
que no le ocurra a Chvez, al que ya le es-
tn poniendo palos en la rueda.
VosaChvezlo identifics con esta corriente?
No, yo aChvez lo identifico con una co-
rriente ms humanista, o sea con huma-
nizar ms el capital, con estar ms cerca
de la gente. Yo porque todava sigo pen-
sando que la nica forma de que la polti-
ca cumpla el servicio que tiene que cum-plir esque el hombre sea el centro, el eje,
del hecho poltico. La economa, todo,
tiene que girar alrededor del hombre, co-
mo deca Pern.
Pero si uno mira el documental, el peronismo
aparece ah como un proceso clausurado,
como un momento de felicidad del pueblo,
pero que ocurri hace mucho tiempo.
Eldocumental ahora se est dando en vi-
llas ...as que ese no es el criterio. Es para
recordarle a la gente sus derechos yque a
partir de ah los empiecen a exigir, por-
que es como con un idioma: cuando vos
no lo practics te lo olvids. Cmo le ex-
plico a un chico de treinta aos todo eso?
Ah lo tiene. Es empezar a explicarle ala
gente lo que corresponde y lo que debe
ser. Ahora, las doctrinas, cuando son
grandes, por lo general lo superan asu
creador, y nadie sabe dnde van a hacer
metstasis. Las semillas ya estn. Hoy en
da, Su Santidad est diciendo que el co-
munismo es atroz, pero que esto es peor.
Quiere decir que el peronismo tan lejos
de la verdad no estaba. Esdecir que de al-
guna manera va aresurgir. Como son tan
puntillosos, lo llamarn de otra manera:
"tercera va", lo que vos quieras. Mir, de
ltima, yo no lo vaya llegar a ver.
El documental est dedicado -entre otros- a
los miembros de GrupoCine Liberacin (los
otrossonHctor Cmpora, Rodolfo Walsh, los
estudiantes). Vos decs que esta es laverda-derahistoria del peronismo, peroculhisto-
riasera?, porque elGrupo Cine Liberacin
tambin dealguna manera intent contar la
verdadera historia del peronismo, de laresis-
tencia peronista, sobretodo.
Esta historia esdiferente de aquella, por-
que era otra cosa lo que ellos necesitaban
y era otro el momento. Lode ellos era
llamar ala lucha y a tomar lo que nos co-
rresponda. Era un llamado a la moviliza-
cin, era otro momento. Esto, en cambio,
es un ayudamemoria. Tambin apunto a
que pueda interesarle a aquel que no sepanada del peronismo. Yo,como ignorante,
tengo muchas cualidades. Entonces tengo
que recurrir a gente que realmente profun-
diza en el hecho poltico. Y encontr en
Jos Mara Rosa, leyndolo y profundizn-
dolo, un tipo coherente ideolgicamente y
que saba decir. Pero no quiero entrar en
poltica, que esun terreno que me est ve-
dado, porque no tengo capacidad poltica.
Como dice Soriano: "Yo nunca me met
en poltica, yo siempre fui peronista".
Vos ves al documental tan instrumental como
La hora de loshornos, peroparaun contexto
distinto.
No, yo creo que es distinto, que tiene
mucho ms valor La hora delos hornos I~
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y todo lo que hizo Pino y lo que hicieron
estos chicos, porque era otro momento y
otra funcin. Yo creo que esto esms
"tranqui", es para que lo vea un pibe, para
que lo vea un adulto y recuerde, pero no
cumple otra funcin. Es un intento didc-tico de contar lahistoria, de decir "esto
ocurra en Guatemala", "esto ocurra en
Brasil". Igual, hay muchas cosas que me
quedaron por decir. Yo hubiera hecho diez
horas ms, porque da para ms. Por ejem-
plo, me hubiera gustado poner cuando
Pern arma la Unin Latinoamericana de
Trabajadores que seconcreta en Mxico.
Porque l deca que los gobiernos son fr-
giles y cambiantes, en cambio los pueblos
no, son permanentes. Era una CGT de to-
da Latinoamrica unida. Eso hubiera sido
glorioso. Ah lo pongo a Gaitn, que fue
uno de los tipos ms lcidos de la poltica
Latinoamericana de este siglo. Adems,
vos lo les y ests leyendo peronismo.
Todo loque escribi esbrillante. Yest
entroncado con lo que aconteca ac. Hay
que rever todo eso. Am no me gusta ha-
blar mucho del tema porque me da como
una tristecita, pero no es todo como nos lo
han pintado: dictadores terrorficos que
echaban los prisioneros a los leones. No es
tan as. Estaban enfrentados con los Esta-
dos Unidos muchos. Por ejemplo, Bala-guer, que es uno de los tipos ms brillantes
que an quedan, aunque est viejito ya.
Balaguer era lamano derecha, el asesor
deTrujillo, que era un tipo brillante y que
estaba muy enfrentado con los Estados
Unidos. Pern ledijo en muchas oportuni-
dades: "Miren que se los van acomer" y
termin muerto, terminaron matndolo.
ytodos decan que les daba de comer los
nios alos leones ... Ni nada estan tan
blanco, ni nada es tan tan negro.
Ahora, ms all de tu intencionalidad, vos po-
ns discursos de Eva Pern mucho ms com-pletos de lo que habitualmente se han visto en
otros documentales. Adems, elegs discursos
poco conocidos,que son muy polticos ...
Claro, porque todos piensan que Eva Pe-
rn era un instrumento dulce, hermoso ...
yno, para nada. Latena re-clara. Fue el
mejor Pablo que tuvo Pern, como difusor,
como propagador (me refiero asan Pablo).
Incluso cuando te refersal enfrentamiento
de Pern con la Iglesia, esa parte tiene una
dureza inusual tal como est presentada.
Esono esarbitrario. Cuando vos ahonds
en el tema, es as. Pero lo que pasa es que
yo no quise ahondar tanto, porque en este
momento la Iglesia esuno de los pocos
piolines a los que uno puede recurrir en
muchos aspectos. Vos viste que ahora la
Iglesia se est volcando contra elcapital y
contra todo eso. Todo este documental fue
una pesadilla. Pero cuando llegu altema
de Pern y la Iglesia me empantan, por-
que yo no quera mostrarlo como lo mos-tr. No entenda cmo un tipo decide ti-
rarse contra semejante poder ... por qu? Y
llamaba a historiadores, lo llam a Flix
Luna (alque le hice una consulta sobre la
poca de Illia tambin), porque yo no po-
da entender. Pern era demasiado inteli-
gente como para hacer esto. Hasta que
hurgueteando encuentro esto del cardenal
de los Estados Unidos y sigo buceando. Y
claro, me meto y ah est: lademocracia
cristiana que empieza agestarse en el Vati-
cano y se concreta -creo- en el 53, pero
que ya vena trabajando con la gente des-
de antes. Se iban introduciendo en las or-
ganizaciones obreras, en las organizaciones
profesionales, en las organizaciones estu-
diantiles y ya iban creando el alboroto. Esa
es larealidad. Fueuna cua introducida
por los Estados Unidos en todo el mundo.
Una cosa muy impresionante es que conesa
cosa autoritaria y represiva que pudo haber
tenido el peronismo, no hubo muertos. Todo
vino delotro lado.
Yo te digo, lo nico que sesque nunca
fui ms feliz. Era un nio pobre, de unapobreza muy linda. Coma como un len,
nunca tuve problemas, nunca me pegaron
en el patronato. Te llegaban a tocar eibas
hasta las pelotas. Ropa nueva, impecable.
Pero yo no me daba cuenta. Era muy pibe.
A mi to Arturo, obrero deYPF, le hicieron
un chalet impresionante en el barrio YPF
de Mendoza. Todava vive ah. Yte estoy
hablando de un obrero. Vos queras estu-
diar? Tenas la universidad. Los hijos de
mi to son todos arquitectos eingenieros.
Represin de qu? Tenas que defender
todo eso. Cmo lo defendas? Yo estuvecharlando mucho con Atahualpa Yupan-
qui. "Se dijeron muchas miserias", me di-
jo. "Yo estuve en cana por Alfredo Varela,
el autor de Las aguas baj an turbias. Me co-
m una cana de casi seis meses. Fuimos
muy huevones, Leonardo." Atahualpa Yu-
panqui, que me dign con su amistad to-
dos sus ltimos aos. Una vez charlando
con Torre Nilsson, en su ltima poca,
cuando cay el gobierno constitucional y
suba Videla, me deca: "No, mueco, yo
reconozco que he vivido equivocado". Ha-
blaba de Pern. Yas te puedo seguir enu-
merando muchos ms. Represin de qu?
Mentiras de mierda. Una vez se cay un
obrero en la siembra. Estaban haciendo un
canal de riego en Mendoza. Se cay. Tra-
bajaban mil y pico de obreros. Que se cai-
ga uno ... Bueno, se cay y semuri. Haba
una mujer (muy bonita, entre parntesis)
que era la dirigente comunista del pueblo.
La tenas que ver! Disertando adelante de
la comisara donde estaba elcadver del
obrero. Nadie le peg, nadie se la comi. Y
la mina letiraba con baldazos de mierda
al gobierno. En mi pueblo los radicales se
reunan todos los das. Yolo s porque ha-
can unas empanadas de la gran puta, asa-
dos, de todo. Yyo iba. Ibamos con mi her-
mano, bamos todos los vagos. Haba un
tal Morales que era el caudillo. No saba ni
leer ni escribir y andaba siempre con un
diario abajo del brazo. Un tipo amoroso,amoroso. El caudillo Morales era famoso.
Deca discursos. Buenos discursos, pero no
saba ni leer ni escribir. Cuando quera leer
algo, "m'hijito, me les esto que no traje
los anteojos?". Nadie los reprima, yeso
que le tiraban mierda aPern. Y este era
un pueblo feliz, hermano. Fuimos muy fe-
lices. Ynos hicieron cagar. Como hicieron
cagar aSolano Lpez en elParaguay. Eran
muy fuertes los intereses. Eraun mal
ejemplo, como dice Evita: "Esun mal
ejemplo y puede cundir". Puedo estar
equivocado en muchas cosas, qu s yo!Pero que ramos felices me consta.
Conrespecto alacuestin de la violencia
poltica, queda muy claro en el documental
que vos recortsel costadomsirritado de
Pern, como porejemplo el "5 por 1".
Eso sera una pelcula fantica. Simuestro
que dice eso, no es coherente con todo lo
otro. Adems, en un momento de irritabi-
lidad pods perder los estribos.
Tepareceun discurso que quedaafuera?
No tiene nada que ver con su doctrina.
Pern muri. Am lo que me importa son
los textos. Yo qu s siJess le dio veinte
trompadas auno, se lequed con un
vuelto a otro. Yotengo los evangelios.
Es unPernque prefigura al de ladcada del
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70, el dela prenda de paz.
Siempre fue prenda de paz, nunca entr
en beligerancia. Siempre fue convocan te,
adems. No te olvids que todas las fuer-zas del peronismo son conservadores, j-
venes radicales ... No exista el peronismo.
Era un poco loque les deca de esta ofici-
na. Sabs manejar elAVID? Ven ylabu-
r. Vostens talento, tens capacidad pa-
ra conducir... Te vaya preguntar si sos
radical? Siempre el peronismo fue eso, to-
da la vida. El famoso antisemitismo de
Pern? Mentira. Estaba lleno de judos.
Viste los chicos de HIJOS,que cuando salen
en los medios tienen que hablarde los
padres diciendo que ellos luchaban por un
mundo mejor,que tenan unasideas hermo-sas?Los tienen querescatar desde ese lugar.
yclaro, tienen un referente impresionan-
te. Sisos hijo de un chico que muri, de
Paco Urondo ponele, ms bien que vas a
hablar as. Pero eso solo sirve para un de-
terminado crculo. Yo creo que realmente
para hacer un anlisis tens que poder
parar la pelota ypensar ms en fro.
Eso hoyes muy difcil. Porque todo el mundo
est tocado de algn lado por esa poca.
Entonces viene un pibe, ve el documental
y dice: "Pero, cmo? Mi pap estaba en
Montoneros y ac aparece solamente enlaspintadas enlos trenes".
Pero no esla historia de Montoneros, es
la historia del Pueblo. Ah est la pelcula
que hicieron los Montoneros, Cazadores
de u topas. Cuando la piba esa, Lila Maza-
ferro (que era amiga ma), dice: "Y s, lo
amasijamos, le hicimos la boleta". No, no
pods hablar as, no pods hablar as. Eso
no es ninguna proeza, si todos vamos ha-
cia lo mismo. Es tan vertiginoso esto. "Le
hicimos la boleta", dicen. A vos te va a
hacer la boleta la naturaleza en un par de
aos ms. Qu ganaste con eso? Analice-
mos la situacin yresolvmosla. Yo era
muy amigo del padre Mugica. Era un in-
genuo de la puta que te pari. Muy dulce,
gran tipo. Una vez casi se caga a trompa-
das con Rodolfo Braceli. Estaban en casa.
Entonces Braceli le dice: "Pero entonces
vos sos peronista". "Qu? Tengo cara depelotudo que no vaya serperonista?"
Braceli le dice: "Yo no soy peronista y sin
embargo no soy pelotudo". "Para m sos
un pelotudo." "Ms pelotudo sers vos."
Yo,que estaba en el medio, digo: "Pare-
mos, par loco". Yte digo una cosa. Hasta
que muera sostendr que lo mataron los
Montoneros. Les tena terror. Cuando lo
mataron a Rucci para ltambin fue muy
duro. El tambin crea a muerte en el Mo-
vimiento Obrero. Bettanin, que mataron,
el que fue diputado de la JP, de Montone-
ros, era amigo mo. Elsiempre andabacon la !taca. Yole deca: "Limale la mira
porque un da te la van ameter en el or-
to. No subs ac con eso, no me gusta, me
desagrada. Este esun momento extraordi-
nario. Yo no entiendo de poltica, pero
ya vino el General? Qu mierda hacen
entonces ustedes todos armados?" "No,
porque hay que defenderse de ... " "No
sean pelotudos. Muvanse polticamente.
Les ofreci el 25% del poder en Diputa-
dos, en todos lados." "No, pero este hijo
de puta de Lpez Rega." "Par, par. Us-
tedes qu ganan con amasijado? Trabajenpolticamente, socaven polticamente. Si
ustedes trabajan polticamente van a
ganar porque son muchos. Esperen su
momento. Qu edad tiene el General?
Cuntos aos ms puede durar? Djenlo
de putear! Ustedes no lo pueden putear,
porque Lpez Rega ser un hijo de puta,
todo lo que vos quieras, pero es su secre-
tario privado, es su hombre de confianza.
Denle tiempo." Pero ellos queran ir con
el rifle, con el can. Voscres que
Pern merece que le griten: "Estamos
gobernados por una puta, una muerta y
un cornudo". Yo siempre he credo en los
tiempos, nada ms que en los tiempos.
Despus terminamos en lo del 76. Rom-
pieron tanto los huevos, tanto los huevos,
que terminamos con 30.000 desapareci-
dos, todos muertos, yo por la loma del
carajo, odindonos sin saber por qu. Nocomo con Osvaldo Soriano, que me ama-
ba y yo lo amaba al y no tenamos nada
que ver polticamente. Ocomo ledigo al
Perro Verbitsky: "Vos sabs que yo soy fas-
cista, y yo s que vos sos comunista". "Sos
un hijo de puta. No sos nada. Sosun
amoral", me dice. "Bueno", le digo, "pe-
ro, me quers?". "S, sos mi debilidad."
Ms all de lo inhumano del mtodo, la idea
delos Montoneros detirarle el cadver de
Rucci es increble. No s cmo podanpensar
que poda funcionar polticamente.
Anadie le convena eso, anadie. Lo hicie-ron para decide a Pern "ac estamos no-
sotros". A Pern atiros? Rucci era un hijo
para !. "Por el fruto conoceris al rbol".
Ah los tens a estos, Mo ntoneros S.A., co-
mo les pone Verbitsky. Yo no spor qu
habl tanto de poltica, porque am me
hace tanto dao. Vos sabs que Galimber-
ti me vino aapretar despus de lo de Ezei-
za?Una cosa de locos. Ellos queran que
declarara no squ cosa. "Yovoy a decir lo
que vi", les deca. "No, porque eso no nos
conviene polticamente." "Ah, no? Y
qu es lo que te conviene?" Siyo llegara aescribir la verdad ...Pero no. Es como dijo
Solano Lima: "Mir, m'hijo, lo mejor que
hay que hacer con todo esto esolvidado".
Cmofue lo de esa famosa leyenda de que
salvaste a un tipo amenazandocon suicidarte?
No uno, eran como seis. Fue as. Empec
a patear la puerta. Un momento horrible.
Qu feo, no? Era todo muy demencia!.
Se odiaban todos sin saber por qu, otros
se amaban sin saber por qu. Yodeca
"qu raro, el negro Quieto que era un ti-
po carismtico se muere, aquel otro v a en
cana y Firmenich va ascendiendo. Van
muriendo yl va ascendiendo por elimi-
nacin de compaeros". Y yo que no
quera hablar de poltica ... rn
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Hace pocos das me encontr en un aero-
puerto con una mujer dominicana de la
que no supe siquiera el nombre. Militante
de una organizacin barrial, la mujer con-
taba cmo su pas, uno de los ms castiga-
dos del continente por la desigualdad so-
cial, haba profundizado su miseria duran-
te la larga gestin de Balaguer, mantenido
en lapresidencia por elestablishment a
pesar de su ceguera y sus noventa aos. El
y su mentor, el legendario Rafael Trujillo,
entrenado por los marines y seor de la
Repblica Dominicana durante treinta
aos, pertenecen ala estirpe de los Somo-
za y los Stroessner, esos mediocres y san-
guinarios caudillos latinoamericanos que
tan poco favorecieron a sus pueblos. A
esos Balaguer yTrujillo llama Leonardo Fa-vio "hombres brillantes" en la entrevista
de El Amante, en una afirmacin con esca-
sosustento histrico. Pern, sinfona del
sentimiento se apoya muchas veces en de-
formaciones parecidas de la verdad y en su
mundo barroco los amplios recursos de Fa-
vio como cine asta y la originalidad de bue-
na parte del material conviven con el
kitsch y la simplificacin.
Pero no menos simple sera decir, ampa-
rndose en el ttulo del documental y en el
folklore que ha generado el peronismo,
que la intencin de su director es mera-
mente emotiva y que su larga (casi seis ho-
ras) exposicin didctica de la vida poltica
argentina entre 1945 y 1974 no debe ser
tomada en cuenta ms que como curiosi-
dad o divertimento.
El Pern de Favio es una empresa atpica,
anacrnica, casi absurda: es el intento de
recrear en el espectador una mirada que
dej de tener cultores hace un largo rato.
Aunque los tuvo, sin duda, en su momen-
to: serperonista, sobre todo en la poca de
la Resistencia (1955-1973), significaba ante
todo reconocer en Pern a un estadista
inspirado, en Evita a un auxiliar incompa-
rable de su causa y en las dos primeras pre-
sidencias justicialistas (1946-1955) el pe-
rodo en el que el pueblo argentino haba
sido feliz y la nacin sehaba engrandeci-
do. Significaba tambin creer en elantiim-
perialismo de la "tercera posicin" y, ya
con menos nfasis por la vaguedad de sus
enunciados, en otras consignas tales como
que las organizaciones sindicales eran "la
columna vertebral del movimiento" o que
el peronismo pona al capital al serviciodel hombre y era un movimiento "huma-
nista y cristiano". En sntesis, se trataba de
admirar a Pern, venerar a Evita, sentirse
parte del pueblo ydetestar alos gorilas,
vende patrias y aliados de la oligarqua que
haban derrocado al General ydesencade-
nado la represin yla miseria. No era dif-
cil ser peronista entonces ytambin es
cierto que la pertenencia permita seguir
siendo de izquierda o de derecha en polti-
ca, admirar a Fidel Castro oa Franco, ser
de comunin diaria o estar a favor del di-
vorcio, revistar en la polica o ser un estu-
diante progresista. Bastaba, sobre todo,
con desear la vuelta de Pern. No era dif-
cil y tena sentido poltico. Poco de todo
esto perdura, salvo la vaga nocin de que
hubo un tiempo en el que la globalizacin
estaba muy lejos y era posible creer en esa
clsica entelequia peronista llamada la ho-
ra de los pueblos. Quedan tambin unos
cuantos votos cautivos de toda boleta quelleve el escudo justicialista, dirigentes pol-
ticos y sindicales (profesionales) que perte-
necen al viejo partido. No se diferencian
demasiado de sus adversarios, pueden in-
tercambiar con ellos sus programas y sus
alianzas. Hoy casi no hay un solo cine asta
peronista, un solo escritor, un solo perio-
dista. Al menos que lo sostengan con fer-
vor yen pblico. Por eso la idea de Favio
es tan extempornea: hacer la defensa de
una plataforma poltica eideolgica que
no tiene seguidores, que ha desaparecido
en las brumas del tiempo, que est des-
prestigiada y al borde del olvido. Es posi-
ble pensar que volver una poca del mun-
do en la que la lucha por la dignidad ylos
derechos de los sumergidos vuelva a tener
fuerza y sustancia y que, en esa poca, el
peronismo sea reconocido como un legti-
mo antecedente. Pero nadie se har pero-
nista viendo la pelcula de Favio, no al me-
nos como lo fuimos entonces.
Loms notable dePern es, justamente,
ese intento solitario, esa batalla titnica
contra eltiempo y la opinin en la que el
cineasta est armado apenas con su talen-
to ysus recuerdos de infancia. Pero esa in-
fancia, que la memoria fij en lcomo un
paraso perdido, se articula cabalmente
con la obra y la persona de Favio, con su
manera tan particular de habitar el mun-
do. En el cine de Favio hay una dualidad
entre la orfandad y la omnipresencia del
padre. Sus criaturas perdidas en la vida,
entregadas sin remedio a sus pasiones tr-
gicas, no tienen otra contencin posible
que un padre bondadoso, dispuesto a reci-
birlos en su gloria y a perdonarles sus tra-vesuras. Pero si Juan Moreira o el Aniceto
necesitan a Dios para cumplir esa tarea,
Gatica puede contar con Pern para que lo
sustituya. El propio Favio tuvo en Torre
Nilsson esa figura patriarcal en el comien-
zo de su carrera y esa humildad por mo-
mentos caricaturesca se le adivina en cada
referencia suya auna personalidad podero-
sa, capaz de amparar, de proteger sin pedir
explicaciones. Eso vale para el Papa y has-
ta para esos dudosos tiranos alos que Fa-
vio parece mirar con ternura, con un res-
peto que los inviste a priori de probidad y
sabidura. Seaplica incluso a la ancdota
que relata Favio sobre su relacin con Ho-
racio Verbitsky. Su desconfianza hacia De
la Ra se explica tambin porque el presi-
dente electo y su gabinete de economistas
no dan la imagen de gente dispuesta a gui-
arles el ojo a sus ciudadanos. La Argenti-
na de Favio es un pas de hurfanos (desde
Crnica de un nio solo, no hay nunca pa-
dres biolgicos en sus historias), y si Pern
y Evita terminan siendo los progenitores
por excelencia, es porque pueden comple-
tar como nadie ese lugar vaco del cuadro,
esa necesidad de mitigar un dolor dema-
siado profundo.
De ese desamparo esencial surgen un amor
arrebatado y una pasin por fijarlo en la
obra, cada vez ms presente a medida que
eldirector envejece y las circunstancias rea-
les sealejan (sus nicos dos film s en los l-
timos veinte aos trataron ese tema). Y en
Pern Favio puso todo para poder creer que
hay una respuesta en la Tierra para la con-
ciencia desgarrada frente a la esencial des-
proteccin de los individuos. En su visin,
la orfandad deja de ser una cuestin psico-
lgica para transformarse en una obsesin
metafsica cuya nica respuesta concreta eseluniverso del peronismo tal como lo en-
tiende lapelcula. En la acumulacin de
imgenes, en las citas de discursos, en la
enumeracin de actos de gobierno y de re-
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ferencias a la doctrina partidaria hay algo
mucho ms poderoso que una retrica pro-
selitista. Es la voluntad de fijar los lmites
de un territorio perfecto, en el que el hom-
bre se ha curado para siempre de la terrible
desgracia de carecer de padre. Eseterritorio
es aquel en elque, con palabras de Pern,
"el gobierno se preocupa por hacer que el
pueblo est un poquito ms contento".
Una frmula polticamente minimalista
-aunque alude a una serie de conquistas
sociales explcitas- pero en laque Favio
capta elsecreto de un modelo de sociedad
que no tiene una definicin en trminos
estructurales o econmicos pero sen una
ecuacin de funcionamiento.
En esa sociedad donde el padre vela por
sus hijos, estos son finalmente libres: estn
aliviados de la carga de la violencia yla in-
justicia ("nadie nos tocaba en el orfelina-
to", recuerda Favio en la entrevista), pue-
den elegir su vida y vivirla, entregarse al
placer de celebrar el mundo sin renunciar
a la aventura ni a la picarda, volviendo a
ese estado ednico de la infancia que Cr-
nica de un nio solo describi con inolvida-
ble elocuencia.
Lo paradjico es que esa visin de la socie-
dad que parece limitada al sueo de un ar-
tista y a los avatares de su biografa es per-
tinente en un sentido mucho ms amplio.
Porque tanto los horrores que se produje-
ron en la Argentina apartir de laRevolu-
cin Libertadora (cuya vileza einiquidad
la pelcula rescata de un relativo olvido),
como elestado actual del mundo, mues-
tran que la intuicin de Favio se opone a
otra, mucho ms peligrosa yque tampoco
se formula con claridad. Represores, gori-
las, neo liberales, estalinistas, pedagogos d e
la buena ciudadana en general comparten
un horizonte que tiene otros planes para el
individuo. SiFavio concibe al hombre co-
mo un nio eterno, este difuso pensa-
miento nico lo piensa como un adulto
prematuro, condenado a saber desde el na-
cimiento que no tiene otra defensa que la
de hacer mritos para sobresalir y acumu-
lar, aunque esa lucha tenga todas las carac-
tersticas de una maldicin y sea desigual
en la mayora de los casos. En esa sociedad
que parece destinada a ser la de todos los
habitantes del planeta no cabe que un diri-
gente diga que lo importante es un poco
de felicidad. Y el terror globalizado es que
esa prohibicin para el manejo de los
asuntos pblicos se extienda ysea la felici-
dad misma la que est pros cripta de ante-
mano, tan absurdamente proscripta como
loestuvo el nombre de Pern.
Hacia mayo de 1973, estas ideas antagni-
cas se cruzaron de una manera inesperada.
Pern haba logrado volver y su partido
ganaba las elecciones. Dentro de l se li-
braba una batalla indita, que tom super-
ficialmente la forma de una lucha entre la
izquierda yla derecha. Algunos intuimos
que en realidad pasaba otra cosa y que la
decisin de los Montoneros de tomar el
poder mediante la "guerra popular y pro-
longada" era, adems de un gigantesco de-
satino poltico, una deriva de la Historia
que marcaba el fin del peronismo o, mejor,
dicho, del mundo en el que ser pero nista
tena un sentido ms o menos preciso. La
muerte de Pern en el 74 lleg antes de
que los acontecimientos pudieran seguir
otro cauce. Favio fue testigo de ese 20 de
junio en el que se decidi, no una batalla
entre facciones, sino el final de lageopol-
tica de la felicidad. Acusado injustamente
de participar en la matanza, su actitud ver-
dad eramente heroica de eseda (no solo
porque pudo salvar gente, sino porque tra-
t de evitar como locutor que se desatara
la violencia) levali despus el exilio, pro-
blemas de salud, la imposibilidad de fil-
mar. No es casual que no haya incluido a
los Montoneros en su pelcula (algo que
contribuir a irritar a los custodios de la
versin contraria y hoy casi oficial sobre
los hechos de ese perodo), ni haya men-
cionado la Revolucin Cubana, aunque
tanto unos como la otra fueron decisivos
en la Resistencia. Laomisin no es solo
una manera de decir que Pern tena ra-
zn y no los Montoneros (lo cual es en de-
finitiva cierto), sino de culminar formal-
mente una construccin cinematogrfica
que est ms orientada a pr esentar una
utopa retrospectiva que a discutir sus de-
talles materiales. Pero no es la ortodoxia
del peronismo (tal cosa nunca existi,
aunque el propio Pern haya recurrido
a ella en su tercera presidencia para inten-
tar explicar un tiempo que nos superaba
a todos) lo que Favio desarrolla en el
documental, sino un mito que nos perte-
nece ms all de que estemos dispuestos
a reconocerlo.
El Pern de Favio parece tener el destino
asegurado de las obras malditas: demasia-
do polmica para ser aceptada sin producir
indignaciones visceral eso descalificacio-
nes crueles, demasiado radical para ser uti-
lizada polticamente, demasiado larga para
ser exhibida en la programacin normal
del espectculo audiovisual. Sin embargo,
no dejar de fascinar. Si la pelcula esuna
formidable recuperacin de la infancia de
su director, tambin es la mayor batalla
que el arte haya intentado en la Argentina
contra la resignacin colectiva. rn
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L O SO N
El documental de Favio est dedicado a los
miembros del Grupo Cine Liberacin (los
otros que aparecen en la dedicatoria son
Hctor Cmpora, Rodolfo Walsh y los estu-
diantes). Cuando uno termina de verlo, se
da cuenta deque los nombres de Solanas,
Gettino y Vallejo estaban convocados desde
el principio como representantes de lavisin
peronista opuesta ala del film, alos que se
los invita cariosamente a reflexionar sobre
cmo se vean desde elpunto de vista org-
nico los mismos acontecimientos que ellosinterpretaron desde f uera y por izquierda.
Porque Favio recorta alperonismo respecto
de sus derivaciones revolucionarias en los 70
ylevanta contra ellas la figura de Rucci ydel
movimiento obrero organizado como los le-
gtimos herederos de Pern. Esa idea de invi-
tar cariosamente a lareflexin se aplica a su
vez atodos los nombres de la dedicatoria:
hasta un histrico como Cmpora aparece
all como un mensaje en clave para que
aquellos que pensaron el peronismo por
izquierda intenten reinterpretar su figura
como un ejemplo de lealtad sin fisuras. Talcomo se lo muestra en el film, es elperonista
ejemplar, el secundario de lujo de esta histo-
ria, el hombre que sala en las fotos detrs o
al costado de Pern, confundido entre otras
caras conocidas, presente en todas las coyun-
turas como parte del elenco de los leales. Pe-
ro que est all como Camporita, haciendo
gala de su condicin de secundario, significa
que Favio encabeza la dedicatoria con su
nombre para llamar ala reflexin a los q ue
piensan en l como El presidente queno fue
(segn el libro de Miguel Bonasso), como la
pieza clave de otro juego paralelo al del po-der al que Pern finalmente le dio la espalda.
Elotro nombre que se incorpora ala dedica-
toria en estas mismas condiciones es el de
Rodolfo Walsh, otra variante del peronismo
setentista concebido por izquierda, aquien
Favio le hubiera gustado hacer recapacitar
con cario, mostrndole un documental
donde se postula que los sucesos de Opera-
cin Masacre son tan abominables que no
justifican que sus medios sean santificados
en nombre de otros fines.
En este contexto, los estudiantes aparecen
como el verdadero puente entre el pasado y
elpresente. Ellos son convocados -en nom-
bre de su juventud- a revisar lo que apren-
dieron de sus padres, pertenecientes a la ge-
neracin con la que Favio discute su pero-
nismo. Ysi esos jvenes no hubieran cono-
cido una versin romantizada del pasado,
selos invita igualmente a conocer de pri-
mera mano un movimiento cuya idiosin-
crasia fue tan traicionada por su versin
pstuma (el menemismo como autoaniqui-
lacin del peronismo), que hace imposible
cualquier intento de embellecimiento.
Respecto de la imagen construida por elGru-
po Cine Liberacin, y sobre todo, por elcine
de Solanas, lade Favio aparece como la ima-gen oficial que el peronismo orgnico tuvo
de s mismo, con u n Pern ala cabeza soste-
nido por una insobornable columna verte-
bral. Se trata del peronismo visible, el de la
CGT ylas 62 Organizaciones, no del subte-
rrneo, que se gest con los que se volvieron
peronistas despus de la'proscripcin del
movimiento. El debate implcito con elGru-
po Cine Liberacin se abre con la ausencia
de FORJA dentro del documental. Segn Fa-
vio, se debe a que no quera sumar ms ele-
mentos que pudieran complicarle al especta-
dor la comprensin de lo narrado. Pero siuno ve el film a la luz de su dedicatoria, que-
da claro que FORJA representa al alter ego
del Grupo Cine Liberacin: es peronismo
desde fuera del peronismo, la muestra testigo
de cmo son los contenidos peronistas fuera
del contacto con el poder. Si bien es cierto
que laausencia de FORJA no equivale a su
negacin como discurso (el 17 de octubre es-
t narrado con el texto de La patria subleva -
da, de Scalabrini Ortiz), tampoco cabe duda
de que loque se quiere evitar es su romanti-
zacin del peronismo, la misma que lo lleva
a Jauretche adesencantarse del movimientocuando este se burocratiza para gobernar.
Esa visin romantizada, que termina expre-
sndose de manera desatada en elcine de
ficcin de Solanas, es la que se potencia con
la proscripcin del movimiento a partir de
1955 y esla que recoge el Grupo Cine Libe-
racin para leer la historia del peronismo en
el poder en clave revolucionaria. Favio, en
cambio, realiza un documental que solo po-
dra haber sido propaganda con el peronis-
mo de Pern en elpoder. Esdecir, est pen-
sado desde la lgica del poder que pudo ha-
ber manejado Pern. Por eso todo en les
apologa del arte de gobernar con la felici-
dad del pueblo como nico horizonte yla
unidad nacional como medio indispensable
para lograrla: hasta la audacia indita de
mostrar a un Pern laicista es un gesto en
este sentido.
Excluir todo gesto revanchista del peronis-
mo o del mismo Pern (desde el u5por 1u
hasta la histrica Plaza abandonada por
Montoneros) estambin una apologa dees-
ta idea de launidad nacional, a la que se in-
vitaba atodos los sectores y cuyo fracaso de-
riv siempre en tragedia (desde los bombar-
deos de la Libertadora hasta el genocidiodurante laltima dictadura). No es por eso
arbitrario que Favio ignore por igual los
atentados de laTriple A y los de Montone-
ros: para l, son dos formas igualmente trgi-
cas del fracaso de la unidad nacional a la que
siempre aspir Pern.
Dentro de esta visin orgnica, la nica re-
volucin peronista posible esla que hubiera
tenido un sentido continental. Elfracaso ge-
neral del peronismo, entonces, cuya obra de
gobierno pas a sersistemticamente des-
truida por la Revolucin Libertadora, por la
traicin de Frondizi ypor la regresin quesignificaron todas lasadministraciones pos-
teriores, es producto desu carcter local, de
su condicin de fenmeno aislado. En este
sentido, Favio trata de pensar al peronismo
no como un intelectual, sino como un esta-
dista, que -en este contexto- es decir como
el propio Pern lo pensaba.
En 1969, cuando a Solanas le preguntaron
por la relacin entre La hora de l os hornos y el
cine sovitico de la dcada del 20, responda
que Eisenstein y Vertov tenan detrs suyo al
poder del Estado, y l Y Gettino, a la polica.
Sihoy le hicieran a Favio la misma pregunta,
pero respecto de larelacin de su documen-
tal con elde Solanas, quiz respondera con
orgullo lo mismo, pero al revs. ~
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Estre n os hasta el 2112/99A primera vista (Irwin Winkler)A todo corazn (Robert Gudiguian)
Abre los ojos (Alejandro Amenbar)
Accin civil (Steven Zaillian)After Life, la vida despus de la muerte (Kore-Eda Hirokazu)Alerta en lo profundo (Renny Harlin)
Alma ma (Daniel Barone)Alto riesgo (KevlO Hooks)
Am rica m a ( G era rd o H e r rero )
Amrica X(Tony Kaye)Amor a colores (Gary Ross)
Amor prohibido (Marshall Herskovitz)
Analzame (Ha raid Ramis)Anda, corre, vuela (Augusto Tamayo)
Angelito (Helke Misselwitz)
Aprendiendo a vivir (Garry Marshall)Aprile (Nanni Moretti)Apuesta final (John Dahl)
Artemisia (Agns Merlet)
Asterix y Obelix contra el Csar (Claude Zidi)Aulas peligrosas (Robert Rodrguez)
Austin Powers, casi un agente secreto (Jay Roach)Austin Powers, ei espa seductor (Jay Roach)Babe, el chanchlto en la ciudad (George Miller)
Bailamos' (Masayuki Suo)
Bailando entre sueos (Pat O'Connor)Barney, el dinosaurio (Steve Gomer)
Beloved, amada hija (Jonathan Demme)Bowfinger, el director chiflado (Frank Oz )Carrie 2 (Katt Shea)Celebrity (Woody Allen)
Che, un hombre de este mundo (Marcelo Schapces)Cielo ciego (Sergio Acua)
Closet Land (Radha Bharadnaj)Comisario Ferro (Juan Rad)
Conflicto de amor en Metroland (Philip Saville)
Conoces a Joe Black' (Martn Brest)
Conozco la ca ncin (Alain Resnais)Corre, Lola, corre (Tom Tykwer)
Cosas que dej en La Habana (Manuel Gutirrez Aragn)Cosas que importan (Carl Franklin)Crimen verdadero (Cllnt Eastwood)
Cuatro das de septiembre (Bruno Barreta)Cuentos de otoo (Eric Rohmer)
Detrs de los olivos (Abbas Kiarostami)
Diablo, familia y propiedad (Fernando Krichmar)Diario de Medelln (Catalina V i llar)Das contados (Imanol Uribe)
Das de furia (Paul Schrader)
10 cosas que odio de ti (Gil Junger)Dioses y monstruos (Bill Condon)
200 cigarrillos (Risa Braman Garca)Dos vidas en un instante (Peter Hewitt)Dr. Akagi (Shohei Imamura)
Dragon Ball Z 2 (Daisuke Nishio)Ed TV (Ron Howard)
El abuelo (Jos LuisG arci)
El amateur (Juan Bautista Stagnaro)El amor es el diablo (John Maybury)
El rbol de la vida (Farah Mehranfar)
El bao turco (Ferzan Oztepek)El caso Thomas Crown (John Mcliernan)El club de la pelea (David Fincher)
Elcocodrilo (Steve Miner)
El coronel no tiene quien le escriba (Arturo Rpstein)El da final (Peter Hyams)
El divino Ned (Kirk Jones)El espejo (YafarPanahi)
El evangelio de las maravillas (Arturo Ripstein)El extranjero loco (Tony Gatli!)
El gran Lebowski (Joel Caen)
El gran Simn (Mark Steven Johnson)
El lado profundo del mar (Ulu Grosbard)El ladrn (Pavel Chukhrai)El legionario (Peter MacDonald)
El mismo amor, lam isma lluvia (Juan Jos Campanella)El padre (Majid Majidi)
El piso 13 (Joseph Rusnak)Elpoderoso (Peter Chelsom)
El prncipe de Egipto (B. Chapman, S. H ickner y S. Wells)El proyecto Blair Witch (Daniel Myrick y E duardo Snchez)
El rey y yo (Richard Rich)
El secreto de los Andes (Alejandro Azzano)El siglo del viento (Fernando Birri)
El tele-gur (Stephen Herek)El tren de la vida (Radu Mihaileanu)El triunfo de los nerds (John Fortenberry y Peter Markle)
El ltimo soldado (Paul Anderson)
El viento se llev lo que (Alejandro Agresti)El violn rojo (Fran
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" E L
patriaHace cinco aos, antes de que ganaras el Os-car por Bel le Epoque, t e h i c imos una la rga
entrevista y en el la disponas en un rbol ge-
nealgico a los di rectores que tenan que ver
con t u c ine . Cambi en algo ese rbol?
El rbol genealgico no se elige. Uno no
puede matar a su padre yelegirse otro.
Asque ya ves.
S olemos dec i r que T rueba es e l l t imo c i -
neasta americano clsico. A hora intentaste
continuar a Lub i t sch .
No s si se puede llamar as. La nia est
en el territorio de Lubitsch, pero es algo
propio, no mimtico. Eseterritorio est
en el origen de la pelcula, pero despus
te olvidas. Pas un poco en la Nouvelle
Vague, que tomaba al cine americano pe-
ro para hacer otra cosa. Pero no creo en
nacionalismos cinematogrficos. La patria
de uno eselcine.
Me da la impres in de que las pe l cu las a lo
Lub i t sch t e sa len ms f c ilmente que las de l
es ti lo Preston Sturges, como T w o Mu c h .Es cierto, el costado Lubitsch me sale ms
natural, sin tanto esfuerzo. En las otras
soy ms arquitecto constructor. Pero, en
general, creo que las pelculas que trans-
curren en el pasado van ms a lo esencial.
Ahora ves en el cine todo el tiempo orde-
nadores ytelfonos porttiles. Est bien,
esel mundo de hoy da. Pero sentarme en
el cine y ver la pantalla de un ordenador
me agrede, me resulta estticamente re-
pulsivo. Hay algo en el mundo actual que
me echa para atrs. No soy un cineasta
socilogo. Talvez por eso en las pelculas
de poca puedo hablar de la amistad, del
amor, de cosas ms esenciales sin distraer-
te con los electrodomsticos.
Co n La nia volviste a hacer una pel cula es-
pao la despus de Two Much, aunque parece
una producc in cost osa.
Two Much tambin esuna produccin
espaola, aunque la rod en Miami. To-
das mis pelculas lo fueron y tuvieron un
costo relativamente bajo. La nia habr
salido unos cinco millones de dlares.
Cuando laven los americanos piensan
que cost quince, lo que me hace sentir
orgulloso. Ellos tienen un verdadero pro-
blema. En la ltima comedia con Julia
Roberts, setuvieron que juntar dos estu-
"dios para poder pagarles a los actores. Es
un montn de dinero y para una come-
dia, no para Star Wars! El empobreci-
miento actual de Hollywood tiene que
ver un poco con eso: se lo llevan todo
los actores.
En aquel la ent revista nos decas que nunc a
ibas a poner en t us pe l cu las a Franco o a Pi-
nochet com o personajes, porque no podas
evi tar querer a todos los tuyos. Pero ahora
pu s is te a Go ebbels . ..
Me dijeron que pusiera un jerarca nazi
annimo. Pero Goebbels era muy funcio-
nal para lahistoria. El Goebbels de ver-
dad estaba muy mezclado en el cine, era
muy mujeriego. No es poner a Hitler, que
nunca lo hubiera usado. Estamos en el
ao 38, no estamos contando elHolo-
causto sino usando al Goebbels de alcoba.
Debo deci r te que, seguramen te a pesar tuyo,
t iene un costado simpt ico . . .
Espor elactor, que es un tipo extraordi-
nario. Pero trat de que, a pesar del tonode comedia y de que es una caricatura,
fuera un tipo que provoca miedo.
Te compararon con Ben ign i por La v ida es
bella?
S,y no lo entiendo. Cuando Lubitsch ha-
ceSero no ser, est en Estados Unidos, es
judo, Hitler est vivo. Corra muchos
riesgos. Es una comedia sofisticada pero
tambin una pelcula de combate y lo
peor que tiene es ese final un poco pan-
fletario. Pero era lgico. Lo mismo pasa
en Man Hunt de Fritz Lang o en Esta tierra
es ma de Jean Renoir. Hoy no corres nin-
gn riesgo haciendo eso. Benigni no solo
no me gusta, sino que no le veo ningn
mrito. Lo suyo es un ejercicio de chapli-
nismo, de fellinismo, esa cosa histrinica.
Incluso me preguntaron por el Oscar, si
yo haba vivido algo parecido, y dije que
baj a buscarlo por la escalera como todo
el mundo, no sobre la cabeza de la gente.
No hay ninguna sinceridad en Benigni,
hasta eso estaba ensayado.
Pero se hizo muy popular, como ahora est
ocur r iendo con A lmod var . ..
Es que es una cuestin de la moda. La
moda lo distorsiona todo, especialmente
en el arte. Los medios de comunicacin
abrazan solo la moda, y lo nico que se
opone a la moda es el tiempo, que nos
pone acada uno en su sitio. Estar de mo-
da es una suerte o una desgracia. El xito,
que va junto con el dinero, es un riesgo
para los artistas. Hay muy pocos artistas
que sobrevivan al xito. El caso ms
ejemplar, en cuanto a sobrevivirlo bien,
fue el de Picasso, que pudo seguir hacien-
do suobra. Pero hasta a Picasso lo afect
al principio. Su poca ms fea esla que
yo llamo la poca burguesa, que vino des-
pus de suprimer xito. Entra en elmun-
do de los ballets rusos, se compra un gran
piso en Pars, se casa con una bailarina.
Pinta eso que se llama el neoclasicismo
que es horrible. Pero inmediatamente se
recicla y consigue volver a ser elsalvaje
que era. Pero normalmente elxito te ex-
tingue. Por ejemplo, Scorsese, que es un
gran director pero desde que es amigo de
Armani sus pelculas son peores. En cuan-
to cambi Little Italy por Armani se ha
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ido ala mierda. No esque no tenga talen-
to y que no ruede bien. Eso est desconta-
do. Pero ya no te interesa. Yo nunca estu-
ve de moda. Hice pelculas que funciona-
ron, incluso xitos de taquilla, lo que me
permiti seguir haciendo las pelculas que
quera hacer, pero nunca fui Almodvar,
al que la gente tiene que ir a ver por obli-
gacin. EnEspaa, si no has visto lalti-
ma de Almodvar no puedes participar en
una conversacin. Es como si no hubieras
ledo el peridico.
Q u e s t p a s a n d o c o n e l c i n e e n E s p a a ?
Lo que a m me toc hace aos seha ex-
tendido. Cuando empec afilmar, en el
ao 80, se supona que si una pelcula la
iba a ver la gente, era mala, y si no iba na-
die, tena calidad. Era una locura. Yome
encontr en una situacin rara, que ahora
esms normal: la gente deca que mis pe-
lculas eran buenas, pero adems las iban
aver. Luego vino una generacin que em-
pez con Alexde laIglesia yEl da de la
bestia (que se convirti en elxito del
ao) yreconcili a la generacin actual
con el cine espaol. Hacen un cine que
les habla su lenguaje, les toca sumsica.
Los jvenes se sintieron solidarios, ami-
gos de lo que ocurra en la pantalla. Algo
que no haba ocurrido nunca. Lasde Alex
olas de Santiago Segura son pelculas
gamberras, pero hay un humor que a m
me parte de risa. Segura es elBelushi es-
paol. Y hay propuestas diferentes y ori-
ginales, como El milagro de P. Tinto, don-
de Fesser junta la Espaa profunda con
los efectos especiales. Por culpa del fran-
quismo, el espaol era un tipo acompleja-
do. No recuerdo que mis amigos dijeran
"vamos a ver una espaola". Pero ahora
esun pas abierto. Mi hijo de 18 no ha te-
nido nunca complejo de ser espaol. Eso
seaplica a todo. Los jvenes conside-
ran que Espaa es un pas tan bueno I~
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como cualquier otro, yeso se correspon-
de con una generacin que hace pelculas
que los representan. En fin, es un mo-
mento de euforia, que espero que seuse
para hacer buenas pelculas.
Vqu pasa con la cr t ica espao la?
La crtica est en un momento muy malo.
Esmuy difcil encontrar gente que escriba
desde el amor al cine. Hay mucho justi-
ciero que reparte certificados. A m no me
tratan mal, pero tampoco soy el nio mi-
mado. No tengo relacin con los crticos.
Hay directores que estn todo el da con
los crticos. Am me produce cierto pu-
dor. Me interesa mantenerme alejado pa-
ra que ellos hagan su trabajo yyo el mo.
Cmo fue que t e met is t e con Casab lanca al
f inal del f i lm ?
Jams pens en Casablanca, pero cuando
estbamos escribiendo sali la idea del
avin. Ests escribiendo y te dices: "Nos
van a echar Casablanca". y luego, rodan-
do en el aeropuerto, hay un tipo consombrero, un coche que llega ... es inevi-
table que todo el mundo asocie. Si se pa-
reciera aotra pelcula, a lo mejor ni te
das cuenta.
La n i a es tambin c ine en el cine, algo que
no habas hecho.
Me divert con eso. Intent no hacer
siempre lo mismo. En la pelcula hay un
director alemn y uno espaol y cada
uno tiene su estilo, que se refleja en los
planos -dela pelcula de ficcin. El alemn
tiende al montaje ruso y el otro quisiera
estar en Hollywood. Eloperador me de-ca: "Pero esa escena, es del espaol, del
alemn o de Trueba?". Yo pareca Pessoa
con los heternimos. Pero lo que ms me
gust rodar es esa escena en la que Pen-
lope hace el playback de una copla en
alemn. Para m, fue como la escena de
Belle Epoque en que llega la madre. Estba-
mos al borde del ridculo, pero yo me
quise tirar de cabeza ylograr que la gente
se emocione con una escena que parece
imposible y cursi. Yo deca, "aqu se ena-
moran de Penlope". Eso que haca
Hitchcock, de hacer el amor con lacma-
ra. Explotar esa sensualidad que tiene Pe-
nlope con la cmara. En Belle Epoque era
lo mismo: la indecisin del protagonista
frente a las cuatro mujeres tena que ser
la del pblico.
Cmo ves la c arrera de Penlope Cruz?
Ya est por ser una estrella, lo cual es un
problema porque ya no estamos en la
poca dorada de Hollywood, donde se
cuidaba alos actores. Yole dije que le
iban a ofrecer tanto dinero que le iba a
costar resistirse. Pero le ped que se resis-tiera, que no hiciera mierdas. Que eligie-
ra. "Eres muy joven, no te metas en la di-
nmica de ganar dinero de cualquier mo-
do. Haz una pelcula buena aqu, otra
all. No te conviertas en una estrella ame-
ricana que vive en Melrose y compra en
Rodeo Drive." Pero ya est lanzada, ahora
va a hacer una con Billy Bob Thornton y
otra con Johnny Depp.
Su fama puede superar a la de Banderas.
Yoespero que no y no lo digo contra An-
tonio. Espero que mantenga un lazo ms
fuerte con Europa, que haga pelculas
ms humanas, que no haga solo efectos
especiales y chorradas. Esos americanos
ahora hacen cosas irresponsables.
De dnde sal i ese acto r increble que hace
del trad uctor?
En un principio, el papel lo iba a hacer
un alemn. Fuimos a Praga para hacer un
casting de pequeos papeles. Buscaba
uno para hacer del ayudante de Goebbels
y all lo descubrimos a Tborsky. Haba
hecho algo de teatro, pequeos papeles
en cine, pero era un desconocido. Vol-
viendo en el avin a Madrid, me di cuen-
ta de que era un secundario de esos queya no existen. Tiene una humanidad, una
ternura, una inocencia en la mirada, una
sonrisa que no le cabe en la cara. Cuando
llegu, le dije a mi asistente: "Vamos a
usar al checo para el traductor". Me dije-
ron que era un actor desconocido y que
era un papel clave, que era muy riesgoso.
Haberlo elegido es uno de mis mayores
orgullos. Despus de ganar el Gaya con
La nia se hizo conocidsimo en la Rep-
blica Checa. Cuando volvi con el pre-
mio lo estaban esperando la prensa, el
primer ministro Havel y su mujer. Me lla-m llorando de Praga para decirme que le
haba cambiado la vida. Es un ser puro.
Uno de esos tipos que ya no existen. Ya
no se encuentra gente as en los pases su-
perdesarrollados, que viven en estado de
tontera galopante, donde se pierde algo
de alma, de humanidad. Aprendi espa-
ol para la pelcula. No la fontica, ahora
habla perfectamente. Nunca vi trabajar a
nadie as. Hizo algo sobrehumano.
C mo fue f i lmar en Praga?
A m me gusta salir de Madrid para rodar.
Cuando ruedas en tu ciudad, tiene algo
como ira la oficina. La gente Lega a las
ocho y seva a las seis, y a las cinco estn
pensando que tienen que ir a casa, que el
nio est malo y cosas como esa. Pero
afuera esdistinto, vas acenar con todos,
se crea una magia.
Puedo creer que se l lev aron b ien , pero lo de
las cenas... Es uno de los lugares en los que
peor se come en e l mundo.
Es el peor del planeta. Cuando rodamos
la cada del prisionero, el alemn se haba
empeado en saltar l, sin doble: era unatleta y haba rodado James Bond y esas
cosas. El checo que haca del prisionero
quiso hacer lo mismo. Pero tena vrtigo.
Todos estaban muy preocupados, pensan-
do que le poda pasar algo. Yl le pregun-
taba al especialista cmo caer, etc. Enton-
ces yo le dije: "No te preocupes, ms dura
ser la comida". Eso lo resume todo. Para
poder aguantar nos llevamos en el ca-
min de cmara cinco jamones deJabu-
go. Y cada dos semanas hacamos una
fiesta y nos liquidbamos uno entero. Es
que la comida era tan mala que necesit-bamos estas cosas. Lleg un momento en
que llamamos a Madrid y mandaron una
valija llena de gambas cocidas esa maa-
na. Nos dimos un festn. Si ests en Italia
piensas: "Ya comer jamn cuando vuel-
va", pero all es horroroso.
Qu vas a hacer ahora?
Tal vez ahora haga por primera vez dos
pelculas en un ao. Siempre hice una ca
da tres aos. Quiero hacer un documen-
tal sobre jazz latino, que me gusta mu-
cho. Hace poco prologu el primer diccio
nario sobre jazz latino que se hizo en elmundo. Va a ser un documental que es
pura msica. No es como el de Wenders
(Buena Vista Social Club), que es sobre los
seres humanos. Lo que tiene la de Wen-
ders es el drama de esos viejecitos que
han sido olvidados y,de repente, tienen
un da de gloria. Adems, algunos de ello
son santos, es imposible verlos y que no
se te caiga una lgrima al comprobar que
hay gente tan pura. En mi pelcula, los
msicos son profesionales que trabajan
hace mucho. Va a ser mucho menos co-
mercial, pero mucho mejor musicalmen-
te. Despus hay otros proyectos. Uno de
ellos es El artista y la modelo y el otro, un
rodaje que pasa buena parte en la Argen-
tina. Esla remake de unp,elcula de la
RKO del 47, They Won't Beleive Me con
Robert Young, ese actor tan malo, Jane
Greer y Susan Hayward.,Hice elguin
con David Newman, el pe Bonnie and Cly
de, Qupasa, doctor? Tanibip quiero ha-
cer una novela de Juan Mars: El embrujo
deShanghai. Vctor Erice escribi un
guin, pero no la quiere dirigir. Erice enEspaa es un mito de la crtica. Ya sque
las crticas van a decir que Erice la hubie-
ra hecho mejor. Pero am simpre me gus
t el riesgo. rn
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ESPAA
1999, 121'
DIRECCIDN Fernando Trueba
PRODUCCION Cartel, Fernando Trueba yL olaF ilms
GUION RafaelAzcona, David Trueba,
Carlos L pez y Manuel Ange l Egea
FOTOGRAFIA Javier Aguirresarobe
MUSICA Antoine Duhamel
MON TAJE Carmen Fras
INT ERPR ETES Pen lopeC ruz, Antonio Resines, Neus Asensi,JessB onilla, LolesLe n,Jorge Sanz, R osaM ara
Sard,S antiago Segura , MiroslvT borsky,
Johannes Silberschneider, Hanna Schygulla.
Co nejo s
Sibien elcine no tiene por qu ser verosmilysus historias no le deben nada a la llamadarealidad, ala que no debe imitar ni seguircomoun perro faldero,haysituaciones enlas que unapelcula tropieza con la necesi-dad de ser fiel a una circunstancia externa o,mejor dicho, de mostrar efectivamente lo
que dice estar mostrando. Siel cine es uneterno hacer creery,como deca Welles,se
parece al arte del prestidigitador, yaunqueeste pueda transformar un pauelo en unconejo, cuando saca por fin su mano de lagalera,nopuede sostener un mazo de nai-
pes sino inevitablemente un bicho blancoasustado por las circunstancias en que se en-cuentra. EnBleu, de Kieslowski,la pelculasostiene que el compositor que muere en elaccidente dej escrita una partitura sublime.Cuando, al final, la obra se escucha en la
banda de sonido, no pasa de ser un pompo-so fragmento de una sinfona mediocre queel espectador jams querr escuchar entera.Fiasco total, ms an cuando los personajesse pasaron todo el film insistiendo en que la
muerte de ese hombre era trgica porque laposteridad no iba a poder disfrutar de esamuestra insigne de su talento.EnLa nia de tus ojosel conejo mayor se lla-ma Penlope Cruz y responde en la ficcinal nombre de Macarena. No hayduda deque Penlope es una mujer de enorme be-
llezayque su pasaje al estado de gran estre-lla internacional es inminente. Pero el co-nejo verdadero es Macarena, un personajedel que se enamoran todos los hombres quela ven y sobre los que ejerce una fascina-cin que excede la hermosura fsica. En estecaso, el problema del prestidigitador es con-vencer a los espectadores de que elatractivode esa criatura de la pantalla es tan intensocomo elguin dice que es.Fernando True-
ba, elmago en cuestin, lo logra con crecesy crea (conla colaboracin del talento dela actriz) uno de los personajes femeninosms radiantes, ms encantadores que sehayan visto ltimamente en una pantalla.Si alguien entiende eso de hacer creer esTrueba: suconocimiento delcineclsico de
Hollywood le permite recuperar ese paradig-ma en el quelos cuentos ms disparatados
parecan razonables y los actores destilabanmagnetismo. Peroalgohaba en ese mundo,adems de un star system y una profesionali-dad casi perfecta, que contrasta con la fabri-cacin de albndigas que es el cine america-no actual. Y ese plus de gracia y de sensibili-
dad que marcaba la diferencia vena deEuropa.No es que los europeos hayan in-ventado el cine americano, pero lacomediade Hollywood nosera lo que fue sinErnstLubitsch. Lubitsch fue el gran responsablede que lavida de los individuos pudiera sermirada sin patetismo ni complacencia ydever en cada alma el escenario de dosbatallassimultneas: entre la lucha por sobreviviryel placer por un lado,yentre lo quelagentedice sery lo que verdaderamente espor elotro. Capaces de bajezas menores yde he-rosmos impensados, los personajes deLu-
bitsch fueron los ms ricos y los msjustifi-cados de la historia de la comedia ysu irre-sistible comicidad resida en la imposiblesolucin de sus propias dualidades. Losamericanos pisaron alguna vez ese territorio,
pero hace rato quelo abandonaron.En cambio, la excursin de Trueba por elmundo de Lubitsch,por esa atmsfera de
preguerra que dio Ser o no ser,es fructfera:latroupe de espaoles que descubre lascompli-caciones del mundo filmando en laUFAdeGoebbelsytermina refugiada en su propiaCasablanca arma un caleidoscopio deperso-
najes inolvidables, de unavida que seextra-a en el cine:son los conejos de Lubitsch,que empiezan siendo nombres en un repartoyvan apareciendo en la galera de Truebaasustados yconfusos pero llenos devida.Hace cinco aos descubrimos con Belle E po-qu e a un director distinto de sus contempo-rneos, empeado en transitar un caminocasi desierto: el que busca recuperar las cla-ves perdidas de un oficio que alguna vezreuni la sofisticacin con la popularidad.
No mediante la nostalgia llorona ni la imi-tacin oportunista, sino con la conviccinde quevivireneste tiempo no impide la lu-cidezni obliga a consumir las frmulas aluso.Es una suerte comprobar queTrueba si-gue siendo fiel a lo que parece imposible. ,.,
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TheBlair Witch Project
EE.UU.
1999,87'
DIRECCIDN DanielM yrick yE duardoS nchez
PRODUCCI DN Greg gHaley R obin CowieGUION DanielM yrick yE duardoS nchez
FOTOGRAFIA NealF redericksMUSICA Tony Co ra
MON TAJE Daniel M yrick y E duard oS nchez
DISEO DE PRODUCCION Ben RockINTERPR ETE S Heather Donahue, Michael Williams, J oshua
Leonard, B obG riffith, Jim King,Sandra Snchez,
EdSwanson,P atricia Decou.
Temor y t em b lo r
El 21 de octubred e 1994 t res jvenes estudian-
tes dec ine, Heather Donahue, Joshua Leonard y
Michael Williams se i nternaron en lasBlack
Hil ls deMaryland para rodar un docum ental so-
breuna leye nda local, l a d e "La bruja deBlair",
y nun ca fueron vistos nuevamente. U n a o m starde su material de rodaje fue encontrado (pla-
ca de apertura del film luego de su ttulo).
EL FENOMENO BL AIR WITCH. Esexcesivo
considerar aEl p royecto Blair Witch la sorpre-
sa del ao? Elconjunto -film, sitios web, pu-
blicaciones, un programa de TV- arma un
todo mayor que una pelcula: estamos ante
una sacudida a las expectativas del especta-
dor contemporneo, un formidable sobresal-
to en elcontexto de un cine que avanza en
sentido contrario (el de la omnipotencia de
lomostrable). No abundaremos en la des-cripcin del argumento ni en los datos sobre
laproduccin del film. Arriesgaremos, en su
lugar, estas hiptesis: tenemos aq u un film
de ideas aunque sus directores no parezcan
haberIas pensado, yun experimento exitoso,
aunque su lgica sea ms la del encuentro
fortuito que la de la bsqueda planificada.
FILMAR EL MIEDO. La pelcula original iba a
ser bastante distinta: una investigacin so-
bre leyendas locales, brujera y asesinatos de
nios, con entrevistas simuladas. Lahistoria
de los estudiantes era parte del relato, yno
la mayor. Pero el proyecto cambi sobre la
marcha. La historia de Heather, ]osh yMike
gan el lugar central recin en el montaje
(hasta all seiba aincrustar entre abundan-
tes testimonios -falsamente- documentales
sobre laleyenda). Y asElproyecto Blair Witch
encontr su frmula: por un ejercicio de sus-
traccin que lo aleja de ese hbrido bastardo
que los norteamericanos suelen llamar mo c-kum entary, se convirti en una experiencia
inslita que hurga en las races del terror en
el cine. No es exagerado comparar la pertur-
bacin presente con las que provocaron
films como La noche de l os m uertos vivientes o
Ma sacre en Texas (si bien en contextos hist-
ricos yestticos distintos) aunque esta reper-
cusin es a escala asombrosamente mayor.
Pero aqu elexperimento estambin ms ra-
dical: todas sus imgenes fueron registradas
por los actores, que encarnaron sus persona-
jes solo guiados por una sntesis de la mito-
loga de la bruja de Blairy un breve esquemadiario de marcacin, sin dilogos. Myrick y
Snchez se ocuparon del montaje de un ver-
dadero "material encontrado". Las entrevis-
tas quedaron para la emisin televisiva The
Curse ofthe Blair Witch (emitida por elSci-Fi
Channel). Pero en Elproye cto Blair Witch, la
amalgama entre elmaterial en crudo, cma-
raen mano, con problemas de foco y expo-
sicin, por una parte, yla sofisticacin que
reclama al espectador producen un ef ecto
demoledor. Primitivo yrefinado a la vez.
Con una tcnica de imagen rudimentaria
-no as elsonido, largamente trabajado- pe-
ro con una continua apelacin alos saberes
ymaniobras del espectador (para mejor des-
mantelarIos), el film es construido por elque
mira, solo para que descubra que est en el
centro mismo del experimento.
LA CAMARA, EL OJO , EL CUERP O. Mediante
el dispositivo de sus dos cmaras, Elproyecto
Bla ir Witch consigue sostener una pelcula
con una mayora de planos subjetivos. Las
dos cmaras son guiadas por dos de sus per-
sonajes: Heather rueda con una handycam
de video en color, mientras ]osh lleva una
cmara 16 mm, blanco ynegro. El reparto
tecnolgico se liga a los roles ydiscursos que
seintersectan: Heather hace un rodaje ca-sual ycasi continuo, algo as como el b acks-
tage de El proyecto. ]osh se encarga de las
tomas del documental sobre la bruja. Mike
registra el sonido. Poco a poco esta particin
sedesarma, como tambin la conexin en-
tre elobjetivo de la cmara yelojo del per-
sonaje. Amedida que la inquietud, los
momentos de pnico yladesesperacin
avanzan, las convenciones se disuelven yel
ojo ma