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Page 1: Efecto Archipiélago. Entrevista a Juan Carlos Quintero Herencia€¦ · No eres mi tipo, Chloe Santana 3. Patria, Fernando Aramburu 4. Sin mentiras, Sophie Saint Rose 5. La Hermandad

1. En un rincón del alma, Antonia J.Corrales2. No eres mi tipo, Chloe Santana 3. Patria, Fernando Aramburu 4. Sin mentiras, Sophie Saint Rose5. La Hermandad (El Señor de lasMentes), Marcos Chicot 6. Estar junto a ti, Anaïs Valcárcel

7. Si me quieres, no me dejes ir,Amabile Giusti8. Calcetines rotos, Judith Galán 9. Los ritos del agua, Eva García Sá-enz 10. Al final del túnel, Miguel ÁngelCasaú

11. El asesinato de Pitágoras, MarcosChicot 12. El silencio de la ciudad blanca,Eva García Sáenz 13. Nunca me verás llorar, Kris L.Jordán14. Te veré bajo el hielo, Robert

Bryndza15. No soy un monstruo, Carme Cha-parro 16. Todo esto te daré, Dolores Re-dondo 17. Mujeres de agua, Antonia J. Co-rrales

18. Cartas a una extraña, MercedesPinto Maldonado19. De dioses, hombres y demonios,Miguel Ángel Casaú20. Los pilares de la Tierra, Ken FolletFuente Eriginal Books

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DOMINGO 7 DE MAYO 2017 5DLibrosELNUEVOHERALD.COM

E1

A utor de un sesudo librosobre la revolución cuba-na y de otro sobre goce,música, memoria: La

máquina de la salsa: Tránsitos delsabor (2005), Juan Carlos QuinteroHerencia (Santurce, 1963) nossorprende ahora con un libro sobreel Caribe: La hoja de mar (:) Efectoarchipiélago I (Almenara, 2016). Unlibro que se puede leer como unestudio y a la vez como un extensopoema.

Si contrapusiéramos La isla quese repite de Benítez Rojo y tulibro, ¿cuáles serían las principa-les diferencias entre lo que túllamas “efecto” y el meta-archi-piélago del estudioso cubano?

La principal diferencia sería, talvez, mi distancia ante cierta espiri-tualización,cierta fic-ción ritual,cierta meta-física real-maravillosa,que firmapor igual elmeta-archi-piélago,como “lacierta ma-nera” sobrela cualdescansa laproposiciónteórica deBenítezRojo. En sulibro, Bení-tez Rojoimagina locaribe apartir demarismas,ante ciertasperforman-ces litera-rias, sobretodo dice encontrarlo en esa suertede epifanía anti-apocalíptica queBenítez Rojo sólo dice haber vistoentre “[las] piernas nudosas, unolor de albahaca y hierbabuena ensus vestidos, una sabiduría simbóli-ca, ritual, en sus gestos y en [el]chachareo” de dos viejas negrasque paseaban bajo su balcón duran-te la crisis de los misiles en 1961.Mi efecto no es sustantivo ni unamarca de autenticidad.

De las varias violencias queconstruyen el Caribe: la planta-ción, la política, el clima… sueleobviarse la prostitución intelec-tual. ¿En qué lugar ubicarías

esta violencia?¡Bendito! Las p.... siempre co-

giendo palos (o metáforas) que enverdad merecen otr@s. Es unaforma contemporánea de la pasiónpor el poder y la visibilidad delintelectual que añora codearse oser interpelado por el Líder, laHistoria, su Identidad o La Institu-ción. Y este servicio, que muy biennombras, no sólo lo prestan a regí-menes o dictadores, también pasanel sombrero (real o simbólico) pordiversos salones de la genuflexiónpatriótica. Es una violencia discur-siva, pública que cuando se institu-cionaliza, digamos, en la Universi-dad, en el periodismo o en las “ins-tituciones culturales”, no puedeevitar hacerle el trabajo sucio a lanaturalidad anti-intelectual denuestros días. Es una obscenidadde difícil “verificación” en un mun-do protagonizado por emigrados,murallas, inmolaciones y la pobreza

abyecta peroestá ahísocavando yexpulsandola labor delpensamien-to. Tambiénhay otrospersonajes,no sé si tansiniestros obocabajoscomo losque bajan lacabeza antelos regíme-nes dictato-riales. Sonesos que seemocionany le escribenloas a lapauperiza-ción y alacaboseético quedichos regí-menes se-cretan y por

allí ya pasan recogiendo pergami-nos.

Escribes sobre Virgilio Piñera:en La isla en peso “se asedia críti-camente una obviedad identita-ria que ha tornado invisible sutrabajo político”. ¿Cómo se con-juntan identidad y política enPiñera?

El célebre patatús descalificato-rio que editara Cintio Vitier ante Laisla en peso es sintomático de losefectos, que he llamado, archipelá-gicos que se des-atan en el poema-firma de Piñera. Me parece que laalarma, racial y moral, de Vitierdescansa en un reconocimiento

(consciente o inconsciente) de ladespedida identitaria que “La islaen peso” pone en movimiento.Vitier lo lee muy mal porque algoha sentido demasiado bien en elpoema. Creo que la fuerza crítica yparódica del poema piñeriano y sumerecido devenir bitácora, sobretodo a partir de los años 90 delpasado siglo, nos ha evitado medi-tar sobre ese estar “por todas par-tes” del agua que agobia al poeta.Creo que esa agua es un derrameidentitario, glorificante y tautológi-co, que satura e inunda todo. Lalabor marina que en la tierra desdi-buja límite, especificidad y las hete-rogeneidades que son toda culturay que no puede evitar declinarhacia el homenaje y es otro nombrepara el discurso identitario quePiñera agrede y con el cual trabaja,en peso, sin adscribirse algunaperspectiva privilegiada.

En este primer libro estudias aBenítez Rojo, Ortiz, Palés Ma-tos… ¿Hacia dónde refluye La

hoja de mar en su segundo tomo?Avanza de manera mucho más

experimental y fragmentada. Creoque la insistencia marina cederá.Lo dudo. Abre con un texto auto-biográfico sobre mis escenas decara al mar, alguna reflexión sobrela tromba marina y hay páginassobre textos de Manuel Rueda,sobre El central de Reinaldo Are-nas, sobre Calvert Casey, La guara-cha del Macho Camacho, PedroPietri, Eduardo Lalo. También leoalgunos poemas de Roque Dalton,de Julio Cortázar. Hay un capítuloque desea pensar la “consistencia”del tiempo histórico en la poesía deHeberto Padilla, Antón Arrufat yReina María Rodríguez. Algo sobrelos puertorriqueños José MaríaLima, Ángelamaría Dávila, ManuelRamos Otero, y los dominicanosRené del Risco Bermúdez y Home-ro Pumarol. Por supuesto, habrácameos de Carl Schmitt, Jules Mi-chelet, Paul Valéry y FernandoPessoa.

Efecto Archipiélago.Entrevista a

Juan CarlosQuintero Herencia

CARLOS A. AGUILERAEspecial/el Nuevo Herald

FRANCISCO CORTESÍA