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ANTONIO MORALES M., MéridaLlegó por avión a El Vigía, a ini-

cios de la semana, pero dispuso decarro propio, con el que se movilizócon plena libertad y a gusto. No másdejar las maletas en un confortablehotel en una zona, que hasta no mu-cho era considerado afueras de laciudad de Mérida, recuperó fuerzascon una ‘pisca andina’ y aireó lospulmones con las ramas de matassecas que respiran aromas, en elMercado Principal. Recorrió con lacompañía de María Luz Salas, suprima, El Valle hasta llegar a LaCulata, cuando la carretera se con-vierte en camino de recuas, sin losartistas de alhajas artesanales y losque se ganan la vida con el alquilerde caballos por tiempo de montura.De vuelta y a mitad de camino co-mieron pastelitos y cochino frito yya de nuevo en la ciudad visitó laenmontada plaza de Julio César Sa-las, el primer sociólogo venezolano,su abuelo.

Dejó para el día siguiente la visi-ta al Museo y Archivo Arquidioce-sano, en donde fue atendida por sudirectora, Hilda Duque y el Arzo-bispo monseñor Baltasar Porras, ydescubrió cosas y hechos de los an-tepasados. Tiene tiempo para ser re-cibida en el Rectorado en la Direc-ción de Relaciones Institucionalespor la profesora Nancy Prado, quele otorga el ‘Botón de Oro’ de laUniversidad de Los Andes (ULA).Se escapa al Museo Colonial, quefue la casa del general Juan AntonioParedes, prócer de la Independenciade Venezuela, padre de la tatarabue-la Paz Paredes y Fernández de Peña.¿Qué mejor?, que las palabras delprofesor de Historia de la Universi-dad de Los Andes, el canario deMazo (Isla de La Palma), en el actovespertino de la Librería-Café ‘Ra-ma Dorada’, donde la escritora Ju-lieta (Juli) Salas de Carbonell, bau-tizó sus dos últimos libros:‘Caraqueña’ por nacimiento y defi-nitivamente venezolana, de la meri-deñidad de esta novel escritora quedilató casi por siete décadas su in-corporación a la dimensión de la es-critura compartida, habla el hechode ser nieta de Julio César Salas,prima segunda de Mariano PicónSalas y nuera del rector de la Uni-versidad de Los Andes entre 1917y1921, Diego Carbonell Espinal. De-dicada a compartir la vida con su es-poso, Luis Manuel Carbonell Parrae hijos, pospuso los estudios profe-sionales, los cuales realizó en laUniversidad Central de Venezuela(UCV) en Biología sin culminarlos;

pero preservó el espíritu investiga-dor propio de esos saberes, los cua-les complementó con las estrategiasmetodológicas propias de las disci-

plinas históricas, a las que se vincu-ló al realizar el Diplomado de His-toria de Venezuela en la Universi-dad Metropolitana (UMT) de

Caracas. Con esas herramientas y elconocimiento vivido de sus raíces,debutó como escritora en 2009 con‘Caminos y fogones de una familia

merideña’, editado por la FundaciónEmpresas Polar. Y no ha paradodesde entonces, prueba de ello sonno sólo estos dos títulos ‘El misteriode las fuentes’ (editado por la Aca-demia Nacional de Ciencias Físicas,Matemáticas y Naturales en 2013) y‘Vívido sur’ (editado por la Funda-ción Julio César Salas el año 2015);sino una novela que ya viene en ca-mino y una investigación sobre Mé-rida que está desarrollando para otronuevo libro.

A la cargada y precisa introduc-ción del profesor Rodríguez Loren-zo, en el acogedor espacio, entre li-bros de viejos y nuevos autores, demobiliario de no se sabe que años, lesiguen la palabras de ‘Juli’ queemocionada comenta que ‘El miste-rio de las fuentes’ surgió de las con-versaciones con Luis Carbonell, suesposo, que hizo de médico en laexpedición francesa-venezolano de1951, y se realizó para llegar porprimera vez a las fuentes de origendel Río Orinoco, después de losmuchos intentados desde el descu-brimiento por Cristóbal Colón desus bocas. Asimismo habló de susviajes al fascinante Sur de Venezue-la que recogió como crónicas y pu-blicó semanalmente en el postal denoticias Código Venezuela, que re-cogió en el libro ‘Vívido Sur’. Am-bos libros fueron bautizados con pé-talos de rosas y los presentesagasajados con un brindis.

Juli al día siguiente se adelantóen la ida a Tovar pasando por SanJuan y Lagunillas, el Museo del Ca-fé y de la Emigración en el cruce deLa Victoria, para en la tarde en laGalería de Arte, dentro de la tertulia,que se organiza los últimos viernesde mes, bautizar y presentar ‘Cami-no y fogones de una familia meride-ña’, con mistela, y preguntas rela-cionadas con la gastronomía andinay nexos familiares, para culminarcon intervenciones musicales, porparte de dos consumados cantantes.El día culminó en la casa-museo delprofesor Néstor Abad Sánchez, en-tre libros y obras de arte ingenuo, yun repaso al cancionero de la músi-ca romántica del siglo pasado, ame-nizado por los presentes. Antes dedespedirnos de Tovar, se pasó por elMercado Municipal, bien suminis-trado pero con pocos compradores.Desayunamos con pasteles y adqui-rimos recuerdos de artesanías. Julicontinúo, con su grupo para Zea,donde visitó a una antigua conociday se acercó a la Capilla del SantoNiño de la Cuchilla, en un empina-do paraje, que hizo que los frenosdel carro se resintieran al regreso aMérida.

Cumplió su deseo de dormir enel Ecoturismo Los Topes, antes deun opíparo almuerzo, alegrar la vis-ta con el paisaje, el vuelo libre depájaros de colores y escuchar el ru-miar de vacas, para en el turno delcorte del fluido eléctrico, cenar a laluz de las velas. En un estrelladocielo se pudo identificar las Osas, laCruz del Sur y el planeta Marte, pe-ro el caprichoso “relámpago del Ca-tatumbo” no quiso aparecer.

De nuevo en el Arzobispado deMérida pudo dar información sobrelos nombres de unas placas encon-tradas en un remozamiento del esta-cionamiento, que fueron fijadas enuna pared. Logró identificar algunasrelacionadas con sus antepasados,cuando dispuso regresar a Caracaspor tierra vía Páramo, en un día llu-vioso y frío. Curiosa, se desvió yacercó al Pico del Águila, en dondecasi nieva. Durmió sin aire acondi-cionado en Santo Domingo, para enuna jornada sin parada llegar a la ca-pital venezolana, después de días decultura y merideñidad.

AMMAtardecer en Ecoturismo Los Topes.

AMMBautizo en la ʻRama Doradaʼ.

AMMTomando café en Los Topes junto a Américo.

AMMEn la Galería de Arte de Tovar.

AMMCena a la luz de las velas.

AMMJuli en el Museo Arquidiocesano.

AMMJuli y el profesor Rodríguez Lorenzo.

AMMArtesano en Tovar.

AMMLa cena de Tovar.

Días de cultura y merideñidad

MAGAZINE ESPAÑOL11 - 24 julio de 201620 / Venezuela