AUTOESTIMA COLECTIVA EN LAS COMUNIDADES AYMARAS (PUNO-
PERÚ)
1Vicente Alanoca Arocutipa, 1Jorge Apaza Ticona, 1Roberto A. Quenta Paniagua, 1Guillermo
Cutipa Añamuro
Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Altiplano
Universidad Nacional del Altiplano de Puno, av. Floral 1153, [email protected]
RESUMEN
El estudio pretende identificar la autoestima colectiva en las comunidades asentadas en
la provincias aymaras de la región Puno, en esa perspectiva, el objetivo es describir las
características de la autoestima colectiva; del mismo modo analizar las formas de
conceptualización de las mismas e interpretar la autoestima colectiva viva de las
poblaciones objeto de estudio. La metodología que se utilizó fue de tipo etnográfico y
hermenéutico; el trabajo recogió las percepciones y actitudes vinculadas al tipo de
autoestima y la participación en las comunidades objetos de estudio, donde se aplicaron
entrevistas a profundidad y grupos focales en tres zonas: sur, centro y norte. Los
resultados nos evidencian, que la población de las comunidades aymaras, son conscientes
de su pertenencia a grupos y categorías sociales de identidad y estas están determinadas
y relacionadas con el entorno sociocultural, que inducen a tener una percepción positiva
o negativa de las prácticas colectivas y cotidianas. Se concluye que en las comunidades
aymaras persiste una expresión y manifestación de autoestima colectiva, los cuales se
viene reconfigurando según los cambios socioculturales. El estudio coadyuva a mejorar
las percepciones y decisiones vinculadas a las comunidades rurales aymaras en Puno.
Palabras clave: autoestima colectiva, identidad, percepción, actitud, aymara
ABSTRACT
The study aims to identify collective self-esteem in the communities settled in the Aymara
provinces of the Puno region, in that perspective, the objective is to describe the
characteristics of collective self-esteem; in the same way to analyze the ways of
conceptualizing them and interpret the collective living self-esteem of the populations
under study. The methodology that was used was ethnographic and hermeneutical; The
work collected perceptions and attitudes related to the type of self-esteem and
participation in the communities under study, where in-depth interviews and focus groups
were applied in three areas: south, center and north. The results show us that the
population of the Aymara communities are aware of their belonging to social identity
groups and categories and these are determined and related to the socio-cultural
environment, which lead to a positive or negative perception of collective practices and
everyday. It is concluded that in the Aymara communities an expression and
manifestation of collective self-esteem persists, which has been reconfigured according
to socio-cultural changes. The study helps to improve the perceptions and decisions
related to the Aymara rural communities in Puno.
Keywords: collective self-esteem, identity, perception, attitude, aymara
I. INTRODUCCIÓN
Hoy el mundo vive afrontando dos hechos más vergonzantes de la historia, como es el
colapso social expresado en la corrupción y el interés de las multinacionales y por otro
lado el colapso ambiental donde esa biodiversidad bajo el interés de las empresas
transnacionales se va extinguiendo, sabemos que, la expansión del mundo, lo que hoy
llamamos globalización, tuvo su primer momento en el siglo XV, a raíz de la
incorporación de América al destino de Europa Occidental (Santiago, 2014), en ese
escenario, en América Latina, los cinco siglos de opresión histórica han determinado la
invisibilización de los pobladores originarios de estas tierras. A nuestro entender, no se
trata de un hecho involuntario sino de una política decidida de ocultamiento de una
realidad que, a juicio de los gobernantes, obstaculizaba la construcción nacional; de allí
que la opción fuese la de un virtual etnocidio estadístico (UNICEF, 2004).
Los cambios sociales son tan espectaculares como los procesos de transformación
tecnológicos y económicos (Castells, 2000), en esa perspectiva, no todos los sistemas del
mundo son iguales, aunque hay categorías generales que atraviesan las divisiones
tradicionales de las ciencias naturales y sociales (Laszlo, 1997), en suma, los estados han
inducido a los pueblos originarios anteriores a su fundación a un proceso de
homogenización y hegemonización monocultural, donde las formaciones de identidades
y autoestima colectiva se fue construyendo de manera ficticia e impuesta.
En el caso peruano, se hace más vigente, la obra “peruanicemos al Perú” (Mariátegui,
1928), sabiendo que no hemos salido de la herencia colonial, porque, la tarea pendiente
de la constitución de un Estado-Nación se convirtió en el centro de preocupaciones de los
intelectuales de la burguesía de fines de siglo, preocupación que se ha mantenido a lo
largo del siglo XX (Cotler, 1992), el cual se ha recreado en el siglo XXI, por consiguiente,
sigue vigente el problema de la discriminación, exclusión y racismo son problemas que
han afrontado durante la colonia y aún vienen afrontando estos pueblos, éstas categorías
desde la lógica aymara se aproxima a “jisk’achasiña” o “jisk’achaña”, se asocia a la
condición humillante de la servidumbre (Rivera, 2010), como consecuencia, estas
situaciones son aspectos determinantes vinculados a la autoestima colectiva en las
poblaciones en las comunidades aymaras del Perú, en nuestro caso en Puno.
El presente estudio está estructurado en tres ítems; en primera instancia se inicia con la
caracterización de la autoestima colectiva en las comunidades aymaras; en segundo
término aborda las formas de conceptualización actual de autoestima colectiva y en tercer
lugar desarrolla la hermenéutica de la autoestima colectiva. Insistimos que en el abordaje
de los temas relacionados a los pueblos indígenas, es imprescindible comprender el
proceso histórico de los pueblos de la periferia, quienes fueron denegadas y mutiladas
durante la colonia y aún en la República, por cuanto que, la civilización mesoamericana
es una civilización negada, cuya presencia es imprescindible reconocer (Bonfil, 2001).
Sin embargo, pese a los procesos de desestructuración y desculturización que, como
todos, ha sufrido, su pueblo y su cultura siguen vivos. Ni la constitución de los estados ni
repúblicas pudo acabar, el pueblo Aymara es un pueblo sin ganas de morir (Albó, 1988),
pero no es ajena a la desestructuración (Llanque, 1990) y la crisis que afronta los pueblos
de la periferia, hoy fragmentado en cuatros países: Bolivia, Chile, Perú y Argentina. El
pueblo aymara se circunscribe en la confusión americana, porque se creó realidades
imaginadas: Estados nacionales, instituciones republicanas, ciudadanías comunes,
soberanía popular, banderas e himnos nacionales, etc. (Anderson, 1997), sufrió una
fragmentación geopolítica, cuyas consecuencias son asignaturas y facturas que vienen
afrontando (Alanoca, 2017).
El propósito de la investigación es visibilizar e identificar la autoestima colectiva, aún
vigentes entre las comunidades aymaras de la región Puno, a pesar de los cambios
acelerados que afrontan estas poblaciones. No se trata de sacralizar o caer en la trampa
del etnocentrismo, sino es descifrar la vivencia y vigencia de esas formas de expresión
que se manifiestan en diversas actividades, sean sociales, culturales, económicos,
ambientales y políticas en la actualidad, que muy bien podrían servir de soporte y
alternativa en estos tiempos de crisis social e ambiental, que podrían ser insertados en la
políticas educativas y en los diversos programas sociales.
En suma, la autoestima en las comunidades aymaras entreteje principios que orientan y
delinea la formación y construcción de la identidad cultural y el sentido de pertimencia,
sin embargo, han sido trastocadas profundamente las dinámicas y estructuras de proceso
de organización de las comunidades aymaras. Estos se expresan de manera explícita en
la vida cotidiana de los pobladores, sobre todo en la juventud y el cual nos induce y obliga
a desarrollar esta pesquisa a fin de descifrar los principales valores culturales. Bajo esa
perspectiva es necesario identificar, analizar e interpretar la autoestima colectiva en las
comunidades aymaras en las provincia de Moho, Huancané, El Collao, Chucuito y
Yunguyo, del mismo modo en los distrito de Acora, Chucuito y Pichacani estos parte de
la provincia de Puno.
II. MATERIALES Y MÉTODO
Por la naturaleza de la investigación y de acuerdo a los objetivos planteados, el trabajo ha
comprendido tres fases. En un primer momento se han rastreado las investigaciones
relacionadas y vinculadas a la autoestima colectiva de los pobladores de las comunidades
aymara. Como parte de este proceso se han visitado diferentes bibliotecas para recabar
información de primera fuente además las virtuales que hoy se tiene a disposición. La
segunda fase fue la realización de trabajo de campo propiamente dicho, por consiguiente
se ha visitado diferentes localidades ubicada en las provincias aymaras de la región Puno,
por otro lado se ha visitado a la ciudades de Tacna Arequipa, Lima, Ilo en el Perú, del
mismo modo se visitó las ciudades de Arica e Iquique(Chile) y La Paz (Bolivia) a fin de
tener una visión más real de los cambios que vienen ocurriendo en las diferentes
comunidades en relación con la formación de la autoestima colectiva en las comunidades
aymaras.
La autoestima colectiva está supeditado a los cambios y la predominancia del acceso a la
tecnología y la cultura de consumo, o la moda en las diversas expresiones y
manifestaciones colectiva, como las fiestas de aniversario, fiestas patronales,
matrimonios y reuniones familiares en las comunidades aymaras de Ilave, Moho,
Pilcuyo, Huancané y Candarave. Se utilizó el método etnográfico, donde podemos
describir las manifestaciones colectivas e individuales de la población, para entender el
sentido que da forma y contenido a los procesos sociales y es, por tanto, un método central
y –el único legítimo– para la investigación social (Hammersley, M. y Atkinson, P., 1994).
Se ha utilizado las técnicas de observación participante, las entrevistas y grupos focales,
cada uno con sus respectivos instrumentos de recopilación de datos.
III. RESULTADOS Y DISCUSIÓNES
La autoestima como un componente de la psicología puede ser abordado desde sus
diversos campos, en la actualidad tiene que ver con los grandes cambios a nivel de centros
urbanos, por ello, la autoestima colectiva es un concepto de la psicología que se refiere a
cómo la autoconfianza del individuo interactúa con la de otros individuos que forman
parte de su mismo grupo (Molina, 2017), en esa perspectiva existe todo una historia de
dolor y sufrimiento colectivo inolvidable, que un segmento de población en esas ciudades
que no pueden olvidar, los que fueron y son víctimas de sufrimiento, genocidio, opresión
y violencia (Santos, 2015), en ese proceso se ha entretejido sentimientos,
autoreconocimeinto y redefinición de identidades, no sólo individuales sobre todo
colectivas, que es propios de la cultura aymara, traducida en la frase: ‘jiwasaxa
mayaktanwa’ se traduce ‘nosotros somos uno solo’ una expresión en la actualidad de estas
paradigmas son la comunidades y los residentes en las ciudades, a pesar de las diferencias
expresan esta expresión del colectvismo, aunque puede tener una carga peyorativa hacia
quienes todavía se ha quedado en la comunidad.
En la actualidad la autoestima colectiva está con los valores culturales, los cuales son los
que relacionan a personas, cosas y otros seres respecto a un sentido y un significado
vivencial (Romero V. , 2006). En ese contexto, se practican otros valores, como la
solidaridad o ‘yanapt’asiña’ que no se ha perdido, aunque los elementos de la solidaridad
han sido recreados en relación a los cambios de la globalización, pero, siguen siendo una
práctica. Las instituciones de reciprocidad, son: Yanapa, Ayni, Chari o ch’artaña, Mink’a,
Sataqa, Chiki, Qhatichi, uñaqa, Waqi, Awatiri jaytata, Turki, Kala (Albó, 1988), algunas
son vigentes, pero otras ya se han extinguido. Los valores tienen una función social es el
de asegurar la convivencia y el respeto mutuo, cuando se piensa en una comunidad
valoramos una forma de agrupación o la valoración de la vida en sociedad. Los valores
se aprenden en contacto con las personas significativas en nuestra vida, es decir aquella
persona que te deja huellas profundas, estas pueden ser tus padres, profesores, los que nos
enseñan el amor, la esperanza, honestidad (Choque, 2017).
Ahora bien, el sentido de autoestima colectiva se aborda desde tres aspectos importantes,
que desarrollamos a continuación:
3.1. Caracterización de la autoestima colectiva en las comunidades aymaras
En primero lugar es necesario la caracterización del área de estudio, en este caso el
contexto aymara en Puno. En esa `perspectiva consideramos tres aspectos importantes,
en primera instancia la población de la región; en sentido de pertenencia étnica y la
presencia de las comunidades campesinas. El caso de visibilización o el reconocimiento
de los pueblos originarios o ancestrales son recientes en el Perú. Según el Ministerio de
Cultura (2014), los aymaras constituyen uno de los 52 pueblos indígenas u originarios del
Perú representan el 11% siendo el segundo pueblo indígena más numeroso del país.
Aproximadamente las tres cuartas partes de la población con lengua materna aymara vive
en la región Puno, esto comprende las provincias actuales de Chucuito, Yunguyo, El
Collao, Moho, Huancané y parte de la provincia de Puno. La regiones como: de Tacna el
10%, Lima y Callao 7%, Arequipa 4%, Moquegua 4%, y entre otras regiones del sur y de
la costa.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en los resultados
definitivos de los Censos Nacionales 2017: XII de Población, VII de Vivienda y III de
Comunidades Indígenas, la población total del país ascendió a 31 millones 237 mil 385
habitantes. Por primera se ha planteado sobre el sentido de pertinencia, del cual el 60,2%
de la población se autoidentificó como mestizo. Del cual una cuarta parte de la población
peruana se autoidentificó como persona originaria (quechua, aimara o nativa de la
Amazonía), estos censos revelaron que, el 22,3% de la población de 12 y más años de
edad (5 millones 176 mil 809) se autoidentificó como Quechua y el 2,4% (548 mil 292)
de origen Aimara. Asimismo, se registraron 79 mil 266 personas que dijeron ser nativo o
indígena de la Amazonía; 55 mil 489 personas Ashaninkas; 37 mil 690 personas de origen
Awajún; 25 mil 222 como Shipibo Konibo, y 49 mil 838 personas manifestaron ser de
otro pueblo indígena u originario. La población de la región Puno, entre los censos
nacionales del 2007 y 2017, ha descendido en un 8%: ahora somos 1’172,697, es decir,
hemos descendido en 101,438 habitantes, esta situación puede ser explicado desde
diverso puntos de vista, obviamente las condiciones de vida son cada vez más difíciles de
afrontar, por la mala gestión de la autoridades de los gobiernos locales y los gobierno
regionales, muchos de ellos comprometidos con hechos de corrupción.
Tabla 1: Población rural y urbana a nivel departamental en Puno según provincia-
2017.
Provincia Población Rural Población Urbana
Total Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje
Puno 80582 14.8 139912 22.0 219494
Azángaro 76823 14.2 33569 5.3 110392
Carabaya 40416 7.5 32936 5.2 73322
Chucuito 68841 12.0 24161 3.8 89002
El Collao 42040 7.8 21831 3.5 63878
Huancané 49937 9.2 7714 1.5 57651
Lampa 27624 5.1 13232 2.1 40856
Melgar 30713 5.7 36425 5.8 67138
Moho 16496 3.0 3257 0.5 19753
San Antonio Putina 11780 2.2 24333 3.9 36113
San Roman 28885 5.3 278532 44.2 307417
Sandia 46739 8.6 4003 0.6 50442
Yunguyo 25173 4.6 11766 1.9 36939
Fuente: INEI 2017.
De acuerdo, a los datos proporcionados del INEI 2017; en primer lugar, la provincia de
Puno tiene 14.8% de población rural, le siguen Azángaro 14.2%, Chucuito 12.0%, el
Collao 7.8%, Carabaya 7.8%, Sandia 8.6% y en último lugar está San Antonio de Putina
con 2.2. %. De modo que, la población rural sigue siendo más importantes; en la zona
quechua Azángaro es la que tiene mayor porcentaje de población quechua y en la zona
sur provincia de Chucuito sobresale la población rural aymara. Para nuestro caso se ha
considerado las provincias de Moho y Huancané.
Tabla 2: Población por pertinencia lingüística y étnica de Puno según provincia-
2017.
Provincias Aymara Quechua Otros
Puno 71019 81995 66 480
Azángaro 402 82961 27029
Carabaya 510 52770 20042
Chucuito 69588 845 18569
El Collao 49726 719 13430
Huancané 29439 17030 11182
Lampa 304 30659 9893
Melgar 246 48323 18569
Moho 15987 187 3579
San Antonio Putina 4124 21785 10204
San Roman 42603 168940 95874
Sandia 6061 31411 13270
Yunguyo 28351 347 8241
Fuente: INEI 2017.
La región Puno se caracteriza por la presencia de tres pueblos indígenas como son los
quechuas, aymara y los Uros, estos según el base de Datos del Ministerio de Cultura. Las
provincias del norte como: San Román, San Antonio de Putina, Puno y Melgar son mas
urbano y mayoría quechuas, en cambio, Lampa, Azángaro, Carabaya y Sandia, es más
rural y quechua; por otro lado, Chucuito, el Collao, Yunguyo, Moho y Huacané mayoria
es rural y aymara. Los Uros, constituyen un pueblo originario ubicado en la bahía de
Puno, cuya población mayoritaria se ha asentado durante siglos en enormes balsas de
totora denominadas “islas flotantes”, las cuales navegan sobre las aguas del Lago
Titicaca; y cuya lengua pertenece a la familia lingüística Uru-Chipaya (Ministerio de
Cultura, 2019).
Aunque estos datos pueden estar cargados de cierto elementos de desconfianza, por la
movilidad constante de la población, pero son las oficiales y reflejan un expresión real de
las características de población en relación a la pertenencia cultural y lingüística.
Tabla 3: Comunidades Campesinas en el departamento de Puno según provincia-
2016.
Provincia Total de
Comunidades
Reconocidas
y tituladas
Reconocidas
por titular
Extensión
titulada(ha)
Azángaro 284 230 54 172 170,92
Carabaya 51 46 5 490 102,68
Chucuito 146 125 21 292 155,00
El Collao 133 123 10 176 098,38
Huancané 126 111 15 140 839,77
Lampa 96 67 29 177 849,24
Melgar 78 66 12 88 233,24
Moho 25 21 4 27 370,40
Puno 213 168 45 232 862,80
San Antonio Putina 52 26 26 73 769,51
San Roman 38 25 13 44 044,47
Sandia 40 29 11 225 166,78
Yunguyo 21 20 1 21 649,84
TOTAL 1303 1057 246 2 162 313,04
Fuente: Directorio 2016, Comunidades Campesinas del Perú, IBC-Cepes.
De la tabla se desprende, que en Puno existen un total de 1303 Comunidades Campesinas,
distribuidas en las trece provincias de la región Puno; la provincia de Azángaro es la
cuenta con mayor número de comunidades con 284; luego sigue Puno con 213; seguida
de Chucuito con 146; El Collao con 133 comunidades y así respectivamente. En estas
comunidades los tenientes gobernadores cumplen la función según las tradiciones y
costumbres ancestrales, obviamente varía no sólo por provincia, sino inclusive por
comunidad.
Insistimos, que la población por provincias, el sentido de pertenencia y la presencia de
comunidades son aspectos importantes que configuran la autoestima colectiva,
obviamente está relacionado con otros aspecto, como lo económico, social, cultural y
político. La disciplina de la psicología considera a la autoestima como la percepción
evaluativa de uno mismo, referido a cuestiones estrictamente individuales y personales;
centrado en el ego, sin embargo para el presente estudio consideramos a autoestima
colectiva como la percepción colectiva de los pobladores de las comunidades asentadas
en el lado peruano, de hecho inicia con la fragmentación de la cultura aymara, o las
comunidades imaginadas (Anderson, 1997), por ejemplo, las creaciones de las provincias
de Moho, San Antonio de Putina son posteriores, si bien son aspiraciones de la población,
pero más han sido respuestas al centralismo y discriminación del rezago colonial regional,
como fue la creación de las provincias de Yunguyo y El Collao en el sur.
En esa perspectiva, muchas teorías psicosociales de la autoestima han destacado los
aspectos personales o más individualistas del autoconcepto. Desde este punto de vista, se
considera que las personas se esfuerzan por mantener, proteger y reforzar una imagen
positiva de sí mismas. Así, parece ser que las personas con alta autoestima personal
tienden a dejarse influir por el sesgo de autoenaltecimiento (pensamientos positivos poco
realistas, ilusión de control y un optimismo poco realista acerca del futuro) (Sanchez,
1999). Sabemos que el territorio, o la nación aymara, no sólo fue fragmentado, sino
relegado por los estados, a diferencia de Bolivia, donde se ha constituido en una fuerza
cohesionada por su dimensión geográfica, social y demográfica, sin embargo, persisten
las vinculaciones históricas, sociales, políticas, económicas, culturales, sobre todo
lingüísticas (Alanoca , Mamani, & Condori, 2019), a pesar de la fragmentación y los
cambios al que fueron sometidos, aun los valores culturales en el contexto aymara
entretejen principios que orientan y delinea la formación y construcción de la
personalidad, sin embargo, han sido trastocados profundamente las dinámicas y
estructuras de proceso de organización de la comunidades aymaras, los cuales se expresan
de manera explícita en la vida cotidiana de los pobladores, sobre todo en la juventud y el
cual nos induce y obliga a desarrollar esta pesquisa a fin de descifrar los principales
valores culturales (Alanoca, Apaza, Quenta, & Cutipa, 2019), el cual tiene una relación
con la autoestima colectiva.
Ya no es posible pensar o identificar comunidades estáticas, porque la crisis del modelo
civilizatorio que afronta el mundo actual, al que no son ajenos los pueblos indígenas, tiene
su origen en los grandes acontecimientos vividos, como nos ilustra Hobsbwam, la
humanidad sobrevivió, pero el gran edificio de la civilización decimonónica se derrumbó
entre las llamas de la guerra al hundirse los pilares que lo sustentaban (Hobsbawm, 1999).
La conciencia medioambiental ha calado en las instituciones de la sociedad y sus valores
han ganado atractivo político al precio de ser falseados y manipulados en la práctica
cotidiana de las grandes empresas y las burocracias (Castells, 2000). Los sistemas
políticos están sumidos en una crisis estructural de legitimidad, hundidos de forma
periódica por escándalos, dependientes esencialmente del respaldo de los medios de
comunicación y del liderazgo personalizado, y cada vez más aislados de la ciudadanía
(Castells, 2000), en suma, la autoestima colectiva es compleja en su abordaje, pero
vigente con ciertas particularidades entre las comunidades aymaras de la región Puno.
3.2. Formas de conceptualización actual de autoestima colectiva
Existen diversas formas de conceptualización de la autoestima colectiva, desde la lógica
intra está supeditada al sentido de pertinencia y el auto reconocimiento, que desde la
lógica de lengua corresponde responder a la pregunta: ¿Khitinakapxtansa? que desde el
español sería ¿Quiénes somos?, esta pregunta fue desarrollada en un trabajo con los
alumnos de la maestría de Lingüística Andina y Educación (Montoya & Lopéz, 1988),
Una característica común a los distintos instrumentos de medida de la autoestima personal
es su carácter individualista, centrada en las autoevaluaciones del individuo acerca de sus
atributos personales, tanto en el ámbito privado (valores, metas, ideas, emociones, etc.)
como en el interpersonal (atractivo, reputación o popularidad). Sin embargo, el
autoconcepto incluye también aspectos de carácter social o colectivo, es decir, los que se
derivan de la pertenencia a grupos o a categorías sociales (género, raza, religión,
ocupación, etc.). Así, mientras nuestra identidad social se refiere al modo en que las
personas consideran los grupos sociales a los que pertenecen, la autoestima colectiva se
refiere a la evaluación que hace el propio individuo y a la percepción de la evaluación
que hacen otros acerca de esos grupos (Sanchez, 1999).
Las poblaciones aymaras de Huancané, Moho, El Collao, Chucuito, Yunguyo, como las
poblaciones de Acora, Chucuito y Pichacani de la provincia de Puno, expresan y
manifiestan su autoreconocimiento en las fiestas comunales, reuniones, faenas, donde
generalmente se muestra la vigencia de reciprocidad en contexto comunal. Según Hinkle
y Brown, la autoestima colectiva estaría más relacionada con los valores colectivistas en
el supuesto de que la identificación grupal reforzaría los valores que guían la pertenencia
de los individuos a los endogrupos (Hinkle, 1992). Para los aymaras los valores
morales son aquellos que responden a las acciones como correctas o incorrectas que
llevan al “jaqi” (humano) a defender y crecer en su dignidad, las persona que conduce al
bien moral que mejora y completa, el valor moral que perfecciona al hombre en su
voluntad, su libertad y su razón además se puede tener buena aceptación. Al respecto uno
de nuestros informantes manifiesta:
Cuando en la comunidad uno de los integrantes no respeta a los demás, en muchas veces
es sancionado por una autoridad de la localidad, porque la autoridad es el padre de la
comunidad que tiene una conducta aceptada, están autorizadas el castigo la realizan con
el uso del chicote, el castigo para nosotros es corregir las conductas de los integrantes de
la comunidad, es decir a través chicote se transmite las energías positivas y correctivas,
para sanar los malos morales y las incorrectas actitudes en lo familiar y en la
comunidad(Informante Nº 1).
Desde una aproximación psicológica, la identidad es entendida como una
conceptualización subjetiva sobre uno mismo, la cual es construida a partir de la
interacción de distintos procesos cognitivos, afectivos y sociales, insertos en escenarios
culturales y contextos locales específicos (Tajfel, 1982). La autoestima así como la
autoestima colectiva (AEC) son importantes para sobrevivir como una identidad personal
y también en el grupo. La transición de la edad de la adolescencia a la edad adulta es una
etapa crucial de la vida de cualquier individuo. Durante esta fase el individuo se enfrenta
a muchos problemas y muchas veces es muy difícil mantener el nivel óptimo de
autoestima personal (AEP) y de AEC (Sharma, 2015). Las personas se evalúan a sí
mismas a partir de los éxitos y fracasos cotidianos, en comparaciones sociales con los
demás y en comparaciones con sus propios parámetros internos, así como con la
evaluación que hace el propio individuo y con la percepción de la evaluación que hacen
otros acerca de esos grupos: así se presenta el carácter personal (AEP) y colectivo (AEC)
de la autoestima. (Ramos, 2016). Al respecto tenemos testimonio de una de nuestras
informantes:
Nosotros cambiamos cada momentos, cuando somos niñas pensamos diferentes y creo
que en cualquier conversación nos imaginamos mucho y nos dicen está hablando porque
es wawa y aun no se da cuenta lo que dice. Así cada día y la medida que crecemos somos
diferente y nos damos cuenta solitas de los hechos y las cosas que hacemos. Claro
nosotros no conocemos con nombre autoestima, más bien nos saben decir hay que andar
mirando a los demás, eso para mí es andar en contexto familiar sin problemas, claro existe
pero dejar que no sea visibles en contexto comunal, cuando uno es así recibimos respeto
y nos solicitan para aconsejar a los jóvenes, así cada momento de nuestra vida nos damos
cuenta de la vida (Informante Nº 2).
La noción de Wawa en contexto aymara es vista como la construcción del ser natural al
ser social y dentro de ella, el camino que recorren los comunitarios desde su nacimiento,
a través de la vida, en su relación con la muerte, sus límites personales, que los llevan a
trascender a los límites comunitarios y espirituales de sus antepasados, al respecto
informante de la localidad de Acora nos relata:
Para nosotros la wawa es una palabra que podemos asignar a los niños y niñas, pero
también a los adolescentes y adultos, en algunos casos cuando ya son casados, sus padres
siguen diciendo mi wawa. Entonces la palabra wawa no corta las edades de una persona.
Bueno, también decimos wawa a los animales pequeños y a las plantas, porque necesitan
cuidado (Informante Nº 3).
Para el aymara, tener hijo no es problema, ni pobreza. Tener hijo es una gran bendición
de Dios, de las divinidades de la madre Pachamama. Tener hijo es tener felicidad, alegría,
calor, abundancia, etc. En el hogar. En la crianza del primer hijo se muestra el sacrificio
y más luego entre hermanos ya se van criando. Al respecto una de nuestras informantes
nos cuenta:
“… Tener wawa es muy lindo, es sentirse completo, donde se aprende a tener
paciencia, tolerancia, cariño, amabilidad, a querer y ser querido por las wawas,
con su mirada tierna y sonriente nos roba el corazón, por eso mi esposo me dice;
tener hijo es una gran felicidad es sentirse como un jardín llenas de flores…”
(Informante Nº 4).
Otra de nuestras informantes, nos cuenta:
“… Cuando una señora está gestando, debe continuar haciendo la chacra de esa
manera va ejercitando su cuerpo, de lo contrario la wawa va desarrollarse en un
solo sitio, cuando la madre hace ejercicio él bebé también se ejercita. A mí la gente
me ha recomendado que no debía estar sentado en un solo sitio, más bien debería
estar andando en la chacra, tampoco eso significa hacer mucho esfuerzo, siempre
toda las actividades con cuidado” (Informante Nº 5).
Uno de nuestros informantes nos dice, nos dice:
Para el alpaquero el nacimiento de un hijo es bienvenido porque el bebé que está
naciendo va a hacer respetar los derechos de la familia, además se necesita para el
pastoreo de ganado y por costumbre se dice: cuando nace un varóncito este niño
va defender a su padre en los líos, conflictos de terrenos y otros. Cuando es una
mujercita es considerada como la llegada de la bonanza va estar junto con sus
padres hasta que sea joven, ella va dar calor en el hogar (Informante Nº 6).
El niño(a) como un miembro más de la familia con su tierna edad es quien recrea el cariño,
la armoniosidad, la salud y el equilibrio en la familia, él o los niños son los que recrean
en forma de juegos las diferentes actividades de la familia, de la comunidad, etc. Así
mismo coadyuva en las diferentes actividades que realizan los padres; ya sea en las
labores agrícolas, pastoreo y demás quehaceres de la casa, los padres como personas
adultas siempre están enseñando a sus hijos sea consiente e inconscientemente de igual
manera las actitudes y reflexiones de los niños hacia los padres les motiva a aprender
nuevas experiencias.
Es necesario examinar los conceptos aymaras de la niñez en el contexto mismo de las
comunidades, por eso se hace necesario además, examinar el papel de las wawa en la
mediación de las ideas andinas acerca de la identidad y la diferencia, el mismo y el otro,
como parte vital de la interculturalidad andina. Según los criterios del multiculturalismo,
se presta más atención a la socialización de la wawa mediante las intervenciones sociales
en el desarrollo y la madurez de su corporalidad, que a su vida intelectual (Yapita, 2000).
La socialización de las wawas se realiza a través del “Thakhi” (camino) de la wawa, a
través del cual él (ella) llegará a ser una persona social que trabaje por la comunidad. Por
ello, desde que nace la comunidad es parte importante en el camino que realiza. Así él
(ella) aprenden a respetar a las autoridades, a sus padres, familiares cercanos y también
los espirituales. Pero también aprenderá siempre del ejemplo de sus antecesores. El
aprendizaje que realiza el niño en la comunidad lo realiza a través de caminos formales
institucionalizados en autoridades, rituales, costumbres, prácticas, enseñanza de sus
mayores, el juego, etc. al respecto se tiene testimonio de nuestra informante:
Las wawas siempre son lindos y es imprescindibles en nuestra vida, en la época de la
siembra nos busca los familiares para que nosotras realicemos la siembra, es porque
tenemos wawas, es para que la producción de cultivos se abundante. Las wawas no nacen
sabiendo todo sino aprenden con nosotros, por eso cuando estamos haciendo nuestras
actividades ellos también quieren hacer, por ello su papá sabe confeccionar las
herramientas en miniaturas para que juegue (Informante Nº 7).
La noción de “jaqi” (persona) en la cultura aymara es considerada a la personalidad de
varón o la mujer. La construcción de la personalidad del hombre aymara, se desarrolla en
el proceso de la actividad laboral, típica de las comunidades aymaras, y cada pueblo se
distingue por el tipo de llijla para el cargado de la wawa. Aunque estos ha cambiado
considerablemente. En la niñez, observando en la primera instancia en la espalda de su
madre y replicando a través del juego simbólico las labores de los padres y atendiendo las
orientaciones educativas de los mismos. Posteriormente en las edades mayores,
asumiendo las tareas encomendadas por los padres. Todo ello compartiendo con la acción
educativa de la escuela y el colegio, cuyo contenido no está relacionado con la cultura
aymara, ni con el quehacer concreto y aspiraciones de los aymaras de las comunidades
de las provincias de Huancané, Moho, El Collao. Chucuito, Yunguyo y de los distritos de
Acora, Chucuito y Pichacani, generando conflictos no solamente, cognitivos, sino de
índole moral y de identidad cultural.
Las comunidades aymaras está estructurada en base a la dialéctica de oposición
complementaria, es decir, que la “totalidad se divide en dos mitades opuestas pero
complementarias” (Montes, 2000). Podemos señalar entonces esta lógica se expresa en
los siguientes aspectos: el espacio está dividido en alto-bajo, el de la población por
oposición sexual varón-mujer, el de la bilateralidad de parentesco en materno-paterno, el
de la bilateralidad del cuerpo humano como derecha-izquierda. Aunque estas relaciones
son asimétricas también son complementarias porque cada uno tiene lo que le hace falta
al otro, de modo que, se complementan en un solo sentido vital. Aquí el papel de la
reciprocidad es fundamental, puesto que este mecanismo social el que se encarga de
establecer las relaciones de armonía entre las partes. El caso de Huancané es una forma
de identificación colectiva sobre los que Urinsaya y Janansaya, o Jila Sullca; o chiqa kupi,
en el caso de Ilave está cuestión se ha recreado, en Yunguyo y Chucuito, pero prevalece
la noción colectiva, pero con algunos cambios. Al respecto tenemos testimonio de una
de nuestras informantes:
En nuestra comunidad todos somos en pareja es para que nos ayudarnos en la vida, cuando
estoy enferma mi esposo cocina, entonces no solo la actividad de la cocina es para
mujeres, otro, mi esposo antes tejía ponchos en tejido plano y también telares, en la
comunidad no hay una tarea específica para varón y mujer (Informante Nº 8).
En suma, una de formas de conceptualización de la autoestima colectiva en las
comunidades aymaras de Puno en la actualidad, persiste en la autoidentificación y
reconocimiento como: “Aymaranakpxtanawa”, que se traduce ‘somos aymaras’ esta
forma de conceptualización está estrechamente vinculado a “jiwasaxa jaqinakapxatanwa
que se traduce como: ‘nosotros somos seres humanos’ esta cuestiones se ha podios
constatar y recopilar en las diferentes ciudades del sur del Perú donde han migrado los
pobladores de las comunidades aymaras, hemos estados en las diferente fiestas patronales
o de aniversario donde siempre existe algún grupo o colectivo de residentes que participan
en las festividades, aunque muchas veces prima el orgullo o la vanidad, que es producto
del proceso de cultura de consumo, lo cual ha establecido el “Homo videns” (Sartori,
1998), o el “homo brutus”, por otro lado, existen dilemas irresueltos del multiculturalismo
y la hibridación en América Latina (García, 1990), pero, existe la “sapha” que es la raíz
de expresión de la autoestima colectiva, pero cada vez más trastocada que va rompiendo
la unidad o el mayaktanwa o el ‘somos uno sólo’.
3.3. La hermenéutica de la autoestima colectiva en las comunidades aymaras
La interpretación de la autoestima colectiva para los pobladores de las comunidades
aymara está supeditado a las interrelaciones de parentesco que tienen cada grupo familiar
en otros espacios urbanos, como en Tacna, Arequipa, Moquegua y Cusco, como capitales
de las regiones, o en Lima, sus familiares en sus diversos grados, tiene vinculación con la
comunidad, sobre todo en las fiestas patronales, se desarrollan en cada localidad, sea
urbano o rural. Por ello, es importante, considerar que, el hombre moderno parecer creer
que deben aprenderse, que el llegar a ser un a que leer y escribir son artes que deben
aprenderse, que el llegar a ser un arquitecto, ingeniero o trabajador competente requiere
mucho estudio. Pero vivir es algo tan sencillo que el aprender no exige ningún esfuerzo
en particular. Precisamente porque cada uno “vive” de algún modo de vida, se la
considera como un asunto en el cual todo el mundo pasa por experto. Pero no es por el
hecho de haber llegado a dominar el arte de vivir el grado tal por lo que el hombre ha
perdido el sentido de su dificultad (Fromm, 2003).
Los testimonios de migrantes aymaras como el caso de Unicachi en Lima, que muchos
llegaron como ayudantes u obreros, y gracias al esfuerzo colectivo y el principio de
reciprocidad hoy se han convertido en comerciantes prósperos, no sólo en Lima, sino
aymaras en Arequipa, Tacna, Juliaca, Puno, por ejemplo nuestros informantes nos
indicaban:
Yo llegué a Puno, como triciclista, luego me compré una moto, ahora tengo un taxi, pero
siempre mis paisanos me han ayudado, muchas veces nos reunimos en la fiesta, tanto en
Puno y mi tierra que es Juli. Ahora mis hijos son profesionales, uno es arquitecto
(Informante Nº 10).
La aspiración y la esperanza de afrontar no sólo de manera individual, sino de manera
colectiva, eso es una situación que sobresale en los testimonios de nuestros informantes.
Los componentes autoestereotípicos influyen en la autoestima colectiva. De manera
específica, los componentes positivos la incrementan y los negativos la mitigan. En un
segundo momento, la autoestima colectiva influiría en el grado de identificación, y este a
su vez influiría directamente en el bienestar social, el cual afectaría positivamente en las
expresiones psicológica y subjetiva del bienestar (Espinosa, Freire, & Ferrán, 2016). Por
ejemplo, las fiestas de Yunguyo el 10 de octubre; el 08 de diciembre en Juli; el 29 de
seteiembre en Ilave; la fiesta de las cruces de mayo en Huancané, o el 06 de octubre en
Pomata; en Chucuito, entre localidades aymaras, es un clara unión de identidad y sentido
de expresión y pertinencia colectiva, pero en muchos casos prima el consumo de cerveza,
el cual es una particularidad del mundo aymara.
La historia del Perú, o la misma ciencias sociales, les cuesta abordar, es más se
circunscribe en el marco de la historia “oficial” monocultural y hegemónica de los
“intelectuales” y “académicos” de la academia, muy manipulada, se construye bajo las
crónicas e informaciones coloniales, con tendencias racistas excluyentes y
discriminadoras hacia los pueblos originarios (Alanoca, 2016). Desde las ciencias
sociales, en la línea del pensamiento complejo y la teoría crítica, nos permite visibilizar
y evidenciar, el error, la ignorancia, la ceguera, progresan por todas partes, al mismo
tiempo que nuestros conocimientos. Por tanto, es necesaria una toma de conciencia
radical (Morin, 2001), bajo esta perspectiva se puso en debate la crisis de la ciencias
sociales (Husserl, 2008). En esa perspectiva la autoestima colectiva, para las
comunidades es interpretada en su contemporaneidad, es producto psicosocial inmersa en
una cultura de miles de años de construcción, cuyos elementos materiales e inmateriales
fundamentales están presentes en pleno siglo XXI de los que no se profundiza en el
estudio de su contenido que hoy día tiene plena vigencia en el diario vivir de la gran
población aymara de la región de Puno - Perú.
La información existente más está centrada en el aspecto material y muy descuidada,
invisibilizada en su parte psicológica y psicosocial, odiada, estigmatizada y al borde de
ser destruida por la ideología y el pensamiento occidental hegemónico desde la presencia
de Europa al extremo de calificarlo como paranoia aymara (Olmedo, 2006) por su
resistencia durante cerca de 500 años con una cultura fundamentalmente ágrafa. El
análisis de la personalidad aymara enmarcada en una visión psicosocial nos permite un
enfoque interdisciplinario particularmente en el ámbito de las ciencias sociales, esto
permitirá una concepción integral de ella, destacando fundamentalmente una visión
cultural. La categoría personalidad con diferentes denominaciones en su traducción es un
concepto universal en las ciencias sociales, pero la sociedad y cultura donde se desarrolla,
asume una particularidad. La autoestima colectiva como una particularidad, consecuencia
su construcción dinámica al interior de la cultura aymara, después de siglos del proceso
de destrucción de las culturas nativas por parte de la cultura dominante europea ¿es
posible hablar de autoconcepto, autoestima, tanto individual como colectiva de las
comunidades aymaras, en su versión, por ejemplo, de autoestima positiva o saludable?
La respuesta es positiva cuando se asume el concepto de núcleo duro de las culturas
prehispánica propuesto por (López, 2001), según el autor, se define como “Complejo
articulado de elementos culturales, sumamente resistentes al cambio”, que permiten dar
una estructura única al acervo tradicional y permiten que los nuevos elementos culturales
se incorporen a dicha estructura dando coherencia al contexto cultural. Uno de esos
elementos centrales del complejo cultural resistente al cambio es la ideología, y, en el
mundo andino aymara es su religión centrada en torno a la Pachamama, y que, en el
proceso de la producción en las relaciones sociales diarias han generados pensamientos,
normas, instituciones y costumbres.
Esta situación en la actualidad es adversa, la crisis del modelo civilizatorio que afronta el
mundo actual, al que no son ajenos los pueblos indígenas, tiene su origen en los grandes
acontecimientos vividos, como nos ilustra Hobsbwam, la humanidad sobrevivió, pero el
gran edificio de la civilización decimonónica se derrumbó entre las llamas de la guerra al
hundirse los pilares que lo sustentaban (Hobsbawm, 1999), sobre ella, los sistemas
políticos están sumidos en una crisis estructural de legitimidad, hundidos de forma
periódica por escándalos, dependientes esencialmente del respaldo de los medios de
comunicación y del liderazgo personalizado, y cada vez más aislados de la ciudadanía
(Castells, 2000).
La autoestima colectiva desde la perspectiva emancipatoria es visibilizar, es muy
importante conocer la otra historia, el respeto y la dignidad que los pueblos indígenas
reclaman; es nuevo para quienes nunca los consideraron como seres humanos sino
simplemente como cifras en un mercado de trabajo o simples animales de carga
(Montoya, 2016). La “concepción del mundo” va determinada por la situación de los
intereses político-comerciales y político-sociales. Pero todo esto ocurre en una época en
la que el moderno capitalismo ha triunfado ya, emancipándose de sus antiguos asideros.
Así como sólo pudo romper las viejas formas de la constitución económica medieval
apoyándose en el incipiente poder del Estado moderno, lo mismo pudo ocurrir (diremos
provisionalmente) en sus relaciones con los poderes religiosos (Weber, 1984).
En América Latina al menos los procesos demuestran lo contrario: es de la tecnología, de
su logo-tecnia, de donde proviene uno de los más poderosos y profundos impulsos hacia
la homogeneización de la vida. Una de las "novedades" que presentarían las modernas
tecnologías de comunicación sería la contemporaneidad entre el tiempo de su producción
en los países ricos y el tiempo de su consumo en los países pobres (Barbero, 1991). La
generación de los jóvenes se ha desconectado con la realidad histórica de los pueblos que
han vivido en el dolor y discriminación sistemática. Las personas que tan ingenuamente
se dejan llevar por su propia ingenuidad y su inmadurez política, se sienten por una parte
ya como sujetos políticos, a los que incumbirían determinar un destino y organizar en
libertad la sociedad. Pero por otra tropiezan con que a tal empeño le vienen impuestos
unos límites férreos por las circunstancias (Adorno, 1970).
La existencia de las clases, cada uno lo sabe por experiencia, es una coyuntura de luchas.
Y ese hecho constituye sin duda el obstáculo mayor para un conocimiento científico del
mundo social y para la resolución (porque hay una...) del problema de las clases sociales
(Bourdieu, 1998), en estos últimos años hay un resurgir de los pueblos ancestrales en el
mundo y caso concreto de los aymaras en América Latina, pero es sabido que, tanto el
capitalismo como el comunismo tienen un enfoque antropocéntrico (aunque uno
individualista y el otro colectivista), ambos consideran al ser humano como el rey de la
creación y las demás formas de existencia se convierten en objetos que se pueden utilizar,
usar y abusar (Huanacuni, 2010). Estos cambios tienen que ver con que, el tiempo y el
espacio configuran nuestra percepción de la realidad, con los cambios en la tecnología la
sociedad ya está controlada por una élite no contenida por los valores tradicionales. Lo
que da cohesión a esta élite no es ninguna familia, ni raza, ni religión: es la perpetuación
de su oligarquía a través de herramientas tecnológicas y científicas (Brzezinski, 1979), a
pesar de ello, seguimos afrontando la crisis en todos los niveles.
En suma se viene generando una suerte de destradicionalización de las comunidades
aymaras, en sus formas de organización, antes estancias, comunidades, ahora centros
poblados, al que el sistema educativo fue por excelencia un elemento clave de la
colonización no sólo vía escuela, sino el colegio y la universidad, que vienen siguiendo
modelo de estandarización y homogenización para construir una identidad nacional,
fingida e imaginada, sin contar con los sujetos y actores colectivos. Porque, en el contexto
de los aymaras el sistema educativo es sustancial y facilita cambios en el consumo de los
alimentos de los pobladores en las comunidades, en los últimos años los hábitos en la vida
cotidiana, fueron trastocados en distintos aspectos (Apaza , Alanoca, Ticona, Calderon,
& Yuselino, 2019), a estas formas se suman el proceso de Colonización mediante los
programas sociales y los medios de comunicación social y de los TICS.
IV. CONCLUSIONES
En la actualidad entre las comunidades aymaras de la región Puno, se contextualiza desde
tres aspectos, una primera por la caracterización de la población, el sentido de pertenencia
étnica y la presencia de las comunidades campesinas; en el proceso han ido resistiendo
frente al etnocidio y genocidio al que fueron sometidos, fue fragmentado durante las
fundaciones de los estados, sin su consentimiento, la independencia sólo fue un cambio
de dueños a calor de la lucha de los propios aymaras.
En ese contexto existen formas propias de conceptualización de autoestima colectiva, que
se expresan en el sentido de pertinencia cultural, expresadas los cuales entrelazan con las
prácticas de valores culturales, a pesar de la globalización avasalladora vía tecnología,
aún persisten en la cotidianidad, los cuales se anclan en las actividades de la agricultura
y ganadería.
En las comunidades aymaras de la región Puno, existen formas propias de interpretación
de la autoestima colectiva, los cuales se expresan sobre todo en las fiestas patronales, que
están vinculados con las prácticas de valores culturales, que tienen una trascendencia no
sólo comunal, sino que rebasan el contexto geográfico, es decir, no sólo es rural, sino es
urbano. Por otro lado, es más vigente, la destradicionalización de las comunidades,
aymaras, los cuales deben ser tomados en cuenta, para evitar el proceso de extinción de
las comunidades que aún son reservas morales de la protección de la vida y el respeto de
la dignidad humana.
Agradecimiento
Nuestro agradecimiento a las comunidades aymaras de las provincia de Huancané, Moho,
El Collao, Chucuito, Yunguyo, y a los distritos de Acora y Chucuito y a todos los
informantes que nos brindaron información y relataron desde sus experiencias cotidianas
sobre el autoestima en las comunidades aymaras. A la Universidad Nacional del Altiplano
por el financiamiento, porque nos permitió la oportunidad de realizar un trabajo colectivo
e interdisciplinario.
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