San Lucas, al
principio de los
“hechos de los
apóstoles”, nos
cuenta la Ascensión
de Jesús.
Es la primera
lectura todos los
años en la misa de
este día Hech 1,1-11Dice así:
En mi primer libro,
querido Teófilo, escri-
bí de todo lo que Jesús
fue haciendo y ense-
ñando hasta el día en
que dio instrucciones a
los apóstoles, que ha-
bía escogido, movido
por el Espíritu Santo,
Se les presentó después de su pasión, dándoles
numerosas pruebas de que estaba vivo, y,
apareciéndoseles durante cuarenta días,
Una vez que comían juntos, les recomendó: “No os
alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la
promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado.
Juan bautizó con agua, dentro de pocos días
vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.
Jesús contestó: “No os toca a vosotros conocer los
tiempos y las fechas que el Padre ha establecido
con su
autoridad.
Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros,
recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del
mundo.
Palabra de Dios
Quizá san Lucas, al hacer esta descripción, tiene en
cuenta, en sentido literario, la manera cómo algunos
autores terminaban la vida de sus héroes.
Este año, ciclo C, el
evangelio también es
de san Lucas.
Terminando el
evangelio, y como
consecuencia de su
presencia ante los
apóstoles el domingo
de Resurrección,
narra escuetamente
la Ascensión.
Sin dejar el cielo,
se presentaba a los
apóstoles
reafirmando su fe
y su amor durante
cuarenta días.
Hasta que
decidió
marcharse de
su vista,
enviándolos a
predicar por
el mundo
entero.
Comienza la segunda etapa de la
salvación: La de la ausencia material de
Jesús y la presencia del Espíritu Santo.
Es la etapa
de la
expansión
misionera
de la
Iglesia.
Este hecho de
la Ascensión
nos impele a
mirar más al
cielo, pero
puestos los
pies en la
tierra.
Jesús está en
el cielo; pero
no nos
abandona.
Automático
AMEN