ARTÍCULO CIENTÍFICO
Maestría en Educación UCC Módulo Informe de Investigación Upayadora: Patricia Posso Grupo Las Divergentes: Olga Lucía Zapata Trujillo1 Adriana S. González Andrade2. Bogotá, agosto de 2011
El docente competente disfruta su quehacer
“Cuando se nos otorga la enseñanza se debe percibir como un valioso regalo
y no como una dura tarea, aquí está la diferencia de lo trascendente”.
Albert Einstein
Palabras clave: Desempeño ingeniero docente; estrategias potenciar
competencias lógicas, operativas y creativas; cerebro triuno; tendencia tricerebral. Performance engineering teaching, strategies, enhance logical skills, operational and creative, triune brain, a trend tricerebral.
Resumen:
El ingeniero docente, debido a su marcada tendencia cerebral lógica, necesita
equilibrar las otras, la operacional, y por sobretodo potenciar especialmente la que
tiene más débil: la creativa. Esto lo hará competente por sus tres funciones
1 Olga Lucía Zapata Trujillo: Ingeniera de Sistemas, Especialista en Multimedia para la Docencia, en
Docencia Universitaria y candidata a Magíster en Educación.
2 Adriana Stella González Andrade: Comunicadora Social - Periodista, Especialista en Multimedia
para la Docencia, en Docencia Universitaria, candidata a Magíster en Educación, Teóloga Ministerial
y Coach en Competences de TISOC, España.
cerebrales: Por la lógica: acrecentará los resultados programados en el proceso de
enseñanza aprendizaje. Por la operativa: optimizará la práctica de su quehacer
pedagógico, adquiriendo habilidades y destrezas. Por la creativa: redundará en la
mejora de las relaciones interpersonales con sus estudiantes, al identificar sus
emociones, controlarlas y cambiar de actitud.
Abstract:
The engineering faculty because of their tendency logical brain needs to balance the
others, operational, and above all enhance especially the one with the weakest: the
creative one. This will make you competent for her three brain function: By the
logic: the results will increase scheduled in the teaching-learning process. For the
operation: optimizing the practice of his pedagogical work, acquiring skills and
abilities. For the creative, result unimproved relationships with their students, to
identify their emotions, control and change of attitude.
Introducción
A veces se toma a la ligera el oficio de maestro, sin pensar siquiera cuánta
responsabilidad tiene un profesor ante la invasión de tanto fracaso no sólo
académico, sino lo que es peor: de la vida misma. Innumerables sueños
desvanecidos, metas inalcanzadas, proyectos que se truncan y quedan a media
marcha, pero esto es el “pan de cada día”.
En su mayoría, el ingeniero docente desconoce o no aplica en su desempeño,
las bondades de identificar su tendencia cerebral. Debido a ello, no se conoce a sí
mismo, no sabe cuáles son sus fortalezas, ni cuáles son sus debilidades. Mucho
menos, podrá potenciar las unas y desarrollar las otras. De manera que, permanece
en una actitud de aparente insensibilidad, ante el hecho de que sus estudiantes dicen
no entenderlo. Bien porque no se da cuenta, o porque no sabe cómo solucionarlo y
prefiere evadirlo. En otras palabras, es indiferente y en ocasiones hasta inconsciente,
del porqué de sus propias actitudes y de su comunicación poco asertiva en el aula de
clases.
Se requiere entonces de:
“Un modelo descentralizado que persiga, al mismo tiempo, mayor
eficiencia, mejor calidad y creciente equidad educativa, en países
donde además está culminando o continúa avanzando una etapa
fuertemente expansiva de los sistemas educativos. Estos últimos
reclaman a su vez una reconceptualización del perfil, los roles y las
funciones del personal profesional dedicado al gobierno de la
educación (IIPE-Buenos Aires, 1999). Esto, a su vez, debe iniciarse con
la identificación de los problemas de los perfiles existentes y de la
formación que los produce”. Braslavky y Acosta, 2001.
Además, se justifica un modelo de enseñanza-aprendizaje como el anterior, no
sólo porque optimiza el desempeño docente, sino porque facilita la comprensión en
el proceso; y mejora las relaciones interpersonales del docente-estudiante y
viceversa. Como lo asegura el Grupo Editorial Norma, 2008:
“Durante los últimos años la educación ha experimentado cambios: la
enseñanza puramente memorística está dando paso a una que
privilegia el pensamiento crítico, cuyo objetivo es que los alumnos
desarrollen agudeza perceptiva, control emotivo, cuestionamiento
analítico, entre otras cualidades. El reto de los educadores es formar y
desarrollar personas críticas, autónomas, pensantes y productivas”.
Por otra parte, en Colombia, desde el 2009, el gobierno reglamentó el
ECAES, examen de calidad de la educación superior, dirigido a estudiantes de último
semestre de pregrado. Pero, si se desea mejorar la calidad de la educación superior,
no basta con examinar a los jóvenes. La mayor responsabilidad en esta cuestión
recae sobre el docente. Como el reto del educador es formar ciudadanos con
pensamiento crítico, reflexivo y autónomo; entonces, es ese mismo profesor quien,
en última instancia, deberá ser el ejemplo a seguir; tendrá, no sólo que capacitarse
en lo lógico, en lo operativo; sino también en lo concerniente a lo creativo.
Para Braslavsky, 2004, la formación inicial de los profesores sigue estando
fuertemente organizada en torno a la transmisión de contenidos que en el marco de
las actuales condiciones de desarrollo se desactualizan cada vez más rápido. En
muchos países del mundo esta tendencia incluso se reforzó con el desplazamiento
de la formación docente hacia el nivel superior o universitario, que tiene de por sí una
fuerte tradición cognoscitivista. Los aspectos emocionales y prácticos de la formación
se debilitaron cada vez más.
Pero, la transformación debe ser de adentro hacia afuera. Según lo afirma
Martins P., 2009: “La educación constituye un proceso simultáneo, tanto de
construcción de nuevos saberes y desarrollo personal, lo que exige en el mundo
contemporáneo una práctica de la Gestión Educativa interactiva y participativa en
que el directivo como impulsador de la innovación y del cambio permanente debe
intervenir como sujeto activo que aproveche el recurso humano de la institución, para
que sea partícipe en los diferentes roles a los cuales debe atender para lograr los
objetivos propuestos sin mayores dificultades, buscando adaptarse a situaciones
cambiantes”.
Por ello, sin una mirada retrospectiva al interior, sin el reconocimiento no sólo de
los dones sino de también de las falencias y sin una sincera disposición al cambio,
se hace muy difícil la transformación del individuo. Aquí cabe como “anillo al dedo” la
famosa frase de Sócrates: “Conócete a ti mismo”. Pero, luego, se deben tomar
decisiones y cambiar.
Para Goleman, 1996, “La auto observación permite una conciencia ecuánime de
sentimientos apasionados o turbulentos”. Además, él añade respecto a la
introspección, como la gran diferencia entre sentir una rabia asesina con respecto a
alguien, y poder elaborar un pensamiento auto reflexivo: ”Esto que siento es rabia”.
Goleman dice que incluso se puede lograr aún mientras se está furioso.
Por otra parte, la escuela potenció la educación y formación de la parte lógica del
cerebro, relegando a un segundo lugar la formación de las emociones. Según
Braslavsky 2004, en el siglo XX el equilibrio entre formación racional, práctica y
emocional se resolvió mal. Por eso, desde otro ángulo, se puede proponer que una
educación de calidad para todos debe ser diferente a la del siglo XX y atender a la
vez a la formación emocional, racional y práctica. De manera que, es necesario
proporcionalizar en el docente sus tres funciones cerebrales.
Luego, vendrá el “trabajo” en contra de los paradigmas que nublaron el
entendimiento. Esas “vacas sagradas” que para Kriegel, 1996, no son más que
“ideas viejas, mohosas, obsoletas, que dejaron de funcionar en un medio donde los
negocios exigen ideas de vanguardia y soluciones innovadoras y atrevidas” Esas
creencias, prácticas y procesos pasados de moda no permiten al educador tener la
otra mirada: la holística; sino que permean y contaminan sus actitudes y hasta sus
pensamientos. Es siempre refrescante limpiar el polvo de la mente y quitar las
telarañas que se han acomodado en ella. Pero, la realidad es que los maestros que
actúan limpiando y sacando lo que está enmohecido, no son la mayoría.
Sin embargo, también encontramos docentes que hacen gala de su título.
Maestros en todo el sentido de la palabra. Aquellos que con alma de líderes y con
visión holística están en la infatigable búsqueda de su especialización. Para Martins
P., 2009, se debe generar una aproximación a la Gestión Educativa fundamentada
en una perspectiva holística, que integre las dimensiones del Liderazgo
Transformacional en el docente.
De manera que, aquí cabe reflexionar en la trillada pregunta: ¿El maestro nace o
se hace? Es relativo puesto que se presentan los dos casos opuestos: puede nacer
alguien con dotes increíbles para enseñar, pero su interés puede no ser:
potencializarlas. O, puede también suceder lo contrario: que alguien que no ha sido
dotado de tales galas, decida convertirse en un profesor y lo logre a punta de
empeño. Ambas premisas son válidas. Así que lo mejor será que el educador se
prepare en todo aspecto del liderazgo, puesto que si se nace con tales genes, tanto
mejor; pero si no, aunque será un tanto más difícil, con decisión de cambio se puede
lograr.
Como lo afirma Velandia, 2011, el docente “es como un generador de sentido,
viéndolo a la luz de una epistemología sistémica y de una ontología constitutiva”. El
docente es el líder de la clase. Este mismo autor precisa que “el liderazgo se da a
partir del reconocimiento que los demás actores sociales le proveen”. En donde
éstos últimos serían los estudiantes e incluso los padres de familia.
Por otra parte, la aptitud para enseñar, para dirigir, para guiar; muy rara vez se
da de la noche a la mañana. Aunque se tenga el don, el liderazgo del maestro, como
cualquier otro liderazgo, requiere de formación. El maestro líder necesita prepararse
durante años para la enorme tarea que le corresponde.
Esto último exige de la persona que se dedica al oficio de maestro, más que en
cualquier otra profesión, características especiales: Integridad en toda la extensión
de la palabra, y a toda prueba. Como decían nuestras abuelas: “Tendrás no sólo que
ser, sino también parecer”. Pero, sería casi imposible si no se tiene en cuenta el
clima organizacional. Éste se constituye en un pilar para que se logre la calidad
educativa. Como lo asegura Martin, 2000:
“El clima de trabajo en los centros, desde una perspectiva
multidimensional y dinámica, puede ser considerado como uno
de los elementos fundamentales de las organizaciones
capaces de aprender y, con ello, responder a los retos que, en
el ámbito social y educativo, tienen planteadas las instituciones
y organizaciones. Retos de innovación en contextos complejos
y cambiantes que requieren soluciones globales de altas miras,
fundamentadas en planteamientos técnicos, con perspectivas y
retos de calidad, todo ello unido a la idea de equidad que el
propio sistema y las propias organizaciones educativas
reclaman”.
Además y como si esto fuera poco, una de las características básicas del líder –
maestro es la competencia comunicativa. Ella es un requisito “sine qua non”, sin el
cual el liderazgo docente no se podrá ejercer. Para Martins P., 2009, “las
instituciones educativas deben ser gerenciadas por individuos cuyas cualidades y
habilidades profesionales estén vinculadas a la comunicación, motivación y al
establecimiento de las relaciones interpersonales dentro de una gestión educativa,
en la cual tiene un rol protagónico las relaciones humanas”. De manera que, primero
hay que “tenerla clara” por dentro y por fuera, para luego comunicarla a sus
estudiantes.
Por lo anterior, un líder - docente necesita conocer su Visión, para dónde va; y
su Misión, con qué lo logrará. Sin ellas se arriesgaría a perder el norte de su rumbo y
podría extraviarse. Ellas son la ruta de navegación para la toma de decisiones y para
llegar a cumplir los objetivos planeados.
En ningún oficio y menos el de maestro hay recetas para el éxito, especialmente
por desenvolverse la educación en un ambiente dinámico, donde lo que funcionaba
en el pasado no necesariamente sirve hoy. Los líderes- maestros deben ser capaces
de innovar constantemente y de tomar las decisiones correctas frente a situaciones
novedosas, pero aquí juega un papel muy importante el saber escuchar. Para
Nelsen, 1999, las habilidades de comunicación se basan en saber escuchar, respetar
turnos, expresar claramente las propias ideas y respetar las realidades individuales.
A propósito, cuentan que cuando el rey Ho Lu, monarca de Wu, población china,
leyó el famoso libro: El Arte De La Guerra, Tzu, 500 A.C., fue impactado de tal forma
que decidió traer a su reino al mencionado autor para preguntarle si sus
pensamientos sobre la guerra y la forma de vencer eran aplicables a las mujeres. El
estratega afirmó que sí, e hizo traer 180 mujeres al palacio. Las dividió en dos
compañías, y puso a cada una de las dos concubinas favoritas del rey, al mando.
Les dio armas y les explicó detalladamente cómo presentar armas y cambiar de
flanco cada vez que él dijera, por ejemplo, "flanco derecho". Pero al dar esa orden,
todas las mujeres comenzaban a reír. Sun Tzu, sin inmutarse, dijo: "si las órdenes no
son claras y distintas, si las órdenes no son completamente comprendidas, el
culpable es el General”.
Entonces, Sun Tzu comenzó otra vez el ensayo y al dar de nuevo la orden de
"flanco derecho", las mujeres nuevamente estallaban en carcajadas. El estratega
replicó: "si las órdenes no son claras y distintas, si las órdenes no son
completamente comprendidas, el culpable es el General; pero, si las órdenes SON
claras, y los soldados de todas formas las desobedecen, entonces la culpa es de sus
oficiales."
Fue así como Sun Tzu mandó decapitar a las líderes de ambos grupos. Pero el
rey, intentando defender a sus concubinas favoritas, le pidió que no lo hiciera. El
famoso estratega replicó: "habiendo recibido de Su Majestad la misión de ser el
General de sus fuerzas, hay ciertas órdenes de Su Majestad que, actuando en este
rango, no puedo aceptar." En aquel momento las concubinas del rey fueron
decapitadas y Sun Tzu colocó a las siguientes en la línea de mando, y esta vez las
dos compañías obedecieron al pie de la letra todas las órdenes. Luego, le dijo al rey:
"sus soldados, Señor, están ahora correctamente entrenados y disciplinados, y listos
para una inspección de Su Majestad. Pueden ser utilizados para cualquier misión
que su soberano pueda desear; ordéneles que vayan a través del fuego o del agua,
y no desobedecerán.".
Es por ello que: el granito de arena que cada docente coloca en la playa de la
educación, convertirá en majestuosas olas los triunfos de sus educandos. La
excelencia hará su aparición después de que la calidad sea evidente, antes ¡no!
¡Qué satisfacción poder llevarlos a un caluroso día en la playa del Conocimiento,
mientras el ejemplo de su maestro se refleja en las aguas de la transparencia, y la
sensibilidad de su piel se broncea en las costas del Saber!
Germina la investigación…nueva visión
Tal y como ocurre en cada amanecer cuando el alba va en aumento hasta
despuntar el día, cada ser humano debe ir “creciendo” minuto a minuto hasta que,
como es natural, el ocaso de su vida decline por completo. “Dejar huella” en el otro y
en la sociedad es responsabilidad de todos, pero cobra mayor importancia cuando se
trata de un educador.
Hace varios años, al iniciar la formación en posgrados, se afianzó en las autoras
la pasión por la enseñanza al comprender lo que antes era mera intuición: “El
docente no sólo nace, sino se hace.”
Las especializaciones en Multimedia para la Docencia y en Docencia
Universitaria y la Maestría en Educación de la Universidad Cooperativa de Colombia,
al aportar todo el bagaje con que están dotadas, han logrado que germine, crezca y
se desarrolle la semilla de la investigación. En primera instancia, la visión de lo que
es la indagación científica se aclaró. Ahora, las investigadoras han ampliado el
panorama con respecto a la responsabilidad del actuar científico al potencializar
destrezas indispensables en el rigor científico.
En este sentido, Velandia, M. 2011a, referencia a Tamayo, L., 1999, quién
plantea: “La investigación formativa es aquella que se orienta a generar
competencias y habilidades para utilizar métodos científicos”i. Aquí se cumple
entonces uno de los objetivos de la oferta curricular del Máster en educación de la
UCC: “formar mejores estudiantes-docentes”.
Además, los paradigmas emergentes del día de hoy, sirvieron como hilaza para
tejer nuevas maneras para “ver” el multiuniverso, contrario al uni-verso, única verdad
posible, que no acepta ninguna otra distinta. “Lo uni-versal (único-verso) es
entendido como único conocimiento posible y única respuesta verdadera a lo
interrogado al/la estudiante, por el/la maestro(a)” (Velandia, 2011b).
La pregunta de la investigación: ¿Cómo mejorar el desempeño del ingeniero
docente, al potenciar sus competencias lógicas, operativas y creativas?, responde a
la necesidad de responsabilizar al profesor de su autoconocimiento para que al estar
al tanto de su tendencia tricerebral, logre potenciar la más débil. De esta manera
logrará una proporcionalidad en sus competencias lógicas, operativas y creativas, lo
que lo conducirá a un mejoramiento continuo en su quehacer pedagógico.
Por carecer de lo anterior, en ocasiones se observa que el maestro no logra
impactar a su estudiante, que no llega a encontrar “ese algo”: que hace vibrar a su
discípulo, que lo motiva al aprendizaje y que le facilita su comprensión. ¿Por qué
tanta indiferencia del docente ante la búsqueda de la causa del problema?
A menudo, el educador actúa ante sus estudiantes como el único poseedor de la
verdad, sin permitirle maneras diferentes de expresar el conocimiento. Tal vez el
educando ha realizado constructos que ni siquiera se le han ocurrido al docente.
Para Velandia, M. 1996, “sentir que somos los únicos(as) en el planeta y que
tenemos la respuesta adecuada, la conducta apta, la opción correcta, el
comportamiento esperado, las prácticas acertadas, nos hace creer que somos los
poseedores de la verdad, también nos permite olvidar que la verdad no es única, que
es relativa y que incluso es probabilística”.
Capacidad cerebral y relaciones de convivencia
Por la complejidad humana resulta obvio que las relaciones que se generan
alrededor de ella, especialmente en la convivencia, resulten también complicadas.
Más aún, en el aula de clases, donde el interactuar entre el maestro y sus
estudiantes es de varias horas al día, las relaciones entre ellos se tornarán difíciles si
el docente, quien debe ser ejemplo, no controla sus emociones lo que resulta de
conocerse a sí mismo. Sin ello, el conflicto tendrá un camino abonado y muy
rápidamente hará su debut, apareciendo furtivamente.
Por ello, de lo que se trata aquí, no es de su aparición, porque es inevitable, sino
de cómo se manejan las diferencias. La alternativa ideal sería utilizar el conflicto
como un medio para aclararlas, o para identificar errores y aprender de ellos. Sin
embargo, sea cual sea la estrategia o mecanismo utilizado, cuando el conflicto llega
a “mayores” es difícil solucionarlo.
Es en este sentido, que el Servicio Colombiano de Comunicación, propone un
modelo de convivencia pertinente para contextos como el latinoamericano. Para
ellos, las diferencias son el medio donde se desarrollan las personas en sociedad:
“La diferencia es positiva cuando se saca de ella conclusiones que
mejoran nuestra vida, la de nuestra familia y nuestra comunidad.
Cuando no se aprovechan las diferencias de manera enriquecedora,
se cae en enfrentamientos que se convierten en conflictos y que a
veces no se logran solucionar. Además, ellos aseguran que esto
puede ocurrir porque no se cree en la justicia o se considera que
acceder a ella es muy difícil, entonces se decide no hacer nada; nos
volvemos indiferentes ante el problema y terminamos ayudando a que
reine la impunidad donde vivimos. Para ellos, otra opción sería
intentar resolver los conflictos de manera personal, con decisiones
unilaterales y por tanto, violentas.
En otras ocasiones, se piensa que la única vía para obtener justicia es
acudir a un juez, porque se supone que la posibilidad de imponer una
decisión a nuestro adversario es por medio de la autoridad del Estado.
Pero esta posibilidad, con frecuencia, es muy dispendiosa ya que en
países en vía de desarrollo, los juzgados gastan mucho más tiempo y
dinero en cada caso. Además el hecho de acudir siempre donde el
juez, significa considerar que el contrario, es nuestro enemigo”.
Ahora bien, como en cualquier conflicto, en los que se presentan en el salón,
también se forman “bandos”, o posiciones adoptadas por los involucrados que varían
entre una postura oficial, que podría ser la del docente; una anti oficial, que podría
ser la del estudiante; y una oscilante, que podría ser la de otro actor de la comunidad
educativa, u otros estudiantes. Así lo contempla Waldemar De Gregori3, quien
caracteriza estas tres posiciones llamándolas subgrupos y explica la conexión que
existe entre éstos y las funciones cerebrales.
IZQUIERDO
CENTRAL
DERECHO
SUBGRUPO
ANTIOFICIAL:
SUBGRUPO OFICIAL:
SUBGRUPO OSCILANTE:
Rebelde, no se somete.
Utiliza la amenaza como
medio coerción.
Dominante, autoridad,
cumplimiento de las
normas. Utiliza la nota
como medio de
comunicación.
Mediador de la situación.
Escucha ambas partes. Medio
de comunicación.
META: No querer asistir a
clases, pero aprobar para no
tener inconvenientes
familiares.
META: Cumplir con
estatuto docente, dictar
clase, evaluar a sus
estudiantes y entregar
las notas.
META: Ayudar a llegar a un
acuerdo entre las partes,
presentar opciones que mejoren
la relación entre ambas partes.
Analiza el conflicto grupal y el
individual.
Del cerebro central, se deriva un conjunto de comportamientos cuyo
denominador común es “subgrupo oficial o el oficialismo”, ± 30% de un todo. Es un
cerebro de lógica simplista porque es monádica. Es la lógica de la conveniencia
unilateral: lo que es bueno para mí, es bueno para todos…
3 Waldemar De Gregori: Sociólogo brasileño autor, investigador de la Cibernética Social
Proporcionalista, miembro de Entovation International Ltd. y de la Comunidad Iberoamericana de
Sistemas de Conocimiento (CISC), desde 2007 es presidente(fundador) de la Academia Internacional
de Cibernética Social Proporcionalista.
Del cerebro izquierdo se deriva un conjunto de comportamientos cuyo
denominador común es “subgrupo anti-oficial o el anti-oficialismo”, ± 8% de un todo.
Su lógica es contradictoria: lo contrario, lo diferente, la heterodoxia, lo opuesto a lo
que está ahí, será mejor.
Del cerebro derecho se deriva un conjunto de comportamientos cuyo
denominador común es “subgrupo oscilante u oscilantismo”, ± 62% del todo.
Para De Gregori, “la lucha de clases es un juego triádico en el que falta
explicitar el lado oscilante. La esperanza de transformar a todo el proletariado en
subgrupo anti-oficial para la lucha de la toma del poder oficial no pasa de ser una
ilusión o desconocimiento del fenómeno triádico y, no sólo diádico de la realidad”. Es
Tomado de: http://www.waldemardegregori.net/espanhol/manifiesto/manifiesto.htm
curioso que falte explicitar el lado oscilante y éste sea, precisamente, el de mayor
porcentaje con respecto al todo, un 62% más o menos.
Por otra parte, para Velandia, 2011a, “la conciliación es una manera de resolver
de manera directa y amistosa los conflictos que surgen de una relación que involucre
la voluntad de las partes, con la colaboración de un tercero llamado conciliador, de
esta manera se da por terminadas sus diferencias, suscribiendo lo acordado en un
acta conciliatoria”.
Sin embargo, no es una tarea fácil puesto que como dice Velandia, M., 2011a: “La
educación de los sentimientos no ha sido tema preferente en la formación
universitaria. Nos hemos centrado en las competencias intelectuales dejando en un
segundo plano la educación de las emociones, la afectividad y los sentimientos,
dando lugar a una desproporcionalidad entre lo cognitivo, lo emocional y
procedimental en los contenidos curriculares”. Esta posición es anti oficial puesto
que es opuesta a la formación tradicional, (no la ideal), ya que esta última marca una
gran desproporción entre las funciones lógicas, operativas y creativas. Las autoras
de este escrito también asumen esta posición porque están convencidas de que la
educación integral requiere de una formación que abarque el saber saber, el saber
hacer, pero y por sobretodo el saber ser.
Jacques Delors4, 1996, también hace su aporte con su concepto del aprendizaje
para la convivencia, enfocado a la postura anti oficial porque también afirma que
para aprender a vivir juntos es necesario conocer mejor a los demás. Además,
Aprender a Conocer, Aprender a Hacer y por último, y sobre todo, Aprender a Ser.
Pero, en general, la escuela no enseñó a pensar, o mejor no se aprendió a
pensar más que en sí mismo, en los intereses personales, sin importar mucho el
otro. ¿Cómo entender al otro? Para Manuel Velandia, 2011a. la forma como nos
4 Jaques Delors: Político francés, dirigente de la Comunidad Europea (París, 1925 - ). Estudió
Derecho y Economía, trabajó para la Administración de la Quinta República desde su instauración por
De Gaulle (1959. Presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995.
relacionamos con los otros, sólo es posible gracias al desarrollo de nuestras
capacidades cerebrales.
Por eso para aprender a convivir, ante todo se debe cambiar de manera de
pensar. “Ver” la necesidad del otro es indispensable para convivir, pues sin esa
sensibilidad todo sería un caos, cada uno “jalaría” para su conveniencia. Pero, si en
el colegio no se enseñó a pensar, en la universidad mucho menos. “La educación de
los sentimientos no sólo es función propia de la familia ni una tarea que se añade al
quehacer docente, por el contrario, forma parte esencial e insustituible de la
formación integral en la universidad” Velandia, M., 2011 a.
De manera que, la convivencia se construye. Es una decisión personal y no se
logra de la noche a la mañana. “Para una convivencia armoniosa, ya que somos
seres vivos, la sumatoria será: acoplamiento, interrelación, aprendizaje, lo cual nos
dará una adaptación a la relación que deseamos entablar o mejorar. Somos seres
emocionales que actuamos y pensamos” Velandia, M., 2011 b.
Por otro lado, Galtung, 1981, asegura que “el conflicto puede enfocarse
básicamente como una de las fuerzas motivadoras de nuestra existencia, como una
causa, un concomitante y una consecuencia del cambio, como un elemento tan
necesario para la vida social como el aire para la vida humana”.
De manera que, Galtung mantiene una postura oficial, porque como se evidencia
en el trabajo de Percy Calderón Concha5, algunos teóricos afirman que la obra de
Galtung representa por sí sola el 50% de los estudios para la paz. “Sus importantes
aportes para una epistemología de la paz lo colocan como el punto de referencia
más importante en este nuevo campo del conocimiento".
5
Percy Calderón Concha: Investigador-colaborador del Instituto de la Paz y los Conflictos. Licenciado
en periodismo y en Ciencias para la Paz. Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en el Doctorado Paz,
Conflictos y Democracia de la Universidad de Granada España. Ex miembro de la Comisión de la
Verdad y Reconciliación del Perú y asesor en temas de cooperación internacional, mediación y
transformación de conflictos.
En la postura oscilante se podrían clasificar a los docentes que en ocasiones
fungen haciendo gran gala de su papel en la educación, como orientadores triádicos,
integrales; y en otras oportunidades, actúan con ligereza y mediocridad sin
reflexionar en la tremenda responsabilidad asumida al “tener en sus manos” el futuro
de nuestra patria.
Entonces, todo ser humano, y en especial el educador, por la esencia de su
quehacer, necesita aprender a convivir y esto surge desde un „aprender a ser’.
Velandia, M.6 sintetiza los inicios del tema, en su artículo para el módulo de
Educación para la Convivencia del Máster en Educación de la UCC, sede Bogotá: De
qué hablamos cuando lo hacemos sobre aprender a convivir, en donde él concreta:
“Ha pasado más de medio siglo desde cuando Faure y otros autores, 1972, con
relación al sentido de la educación afirmaron en “Aprender a ser” que la educación
ya no se trata de adquirir, aisladamente, conocimientos definitivos, sino de, a todo lo
largo de la vida, prepararse para elaborar un saber en constante evolución y de
«Aprender a Ser». Velandia, ( sin año, c )”.
Velandia, M., continúa: “En 1996 Jacques Delors insistió en ese aprender a lo
largo de la existencia y sobre la necesidad de educar para la convivencia. Según
este autor “Uno de los cuatro pilares presentados e ilustrados como bases de la
educación, para poderla implantar durante toda la vida en el seno de la sociedad, es
aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, su historia, sus tradiciones y
su espiritualidad y, a partir de ahí, crear un espíritu nuevo que impulse la realización
de proyectos comunes o la solución inteligente y pacífica de los inevitables conflictos,
gracias justamente a esta comprensión de que las relaciones de interdependencia
son cada vez mayores y a un análisis compartido de los riesgos y retos del futuro.
Los otros pilares son Aprender a Conocer, Aprender a Hacer y por último, y sobre
todo, Aprender a Ser”. Velandia, (sin año, c).
6 (Sin año).
Por otra parte, el docente debe ser consciente de sí mismo, de su mismidad. Para
Velandia, M., 2011 d, la mismidad “centra a cada persona en su propio desarrollo y
en consecuencia en aspectos tales como la autoestima, la autovaloración, el auto-
reconocimiento, la autoestima[sic], la autoeficacia, la autoimagen, el autoconcepto al
asumirse persona, pero al asumirse además sujeto de derechos y sujeto relacional;
por ejemplo, al participar en la construcción del conocimiento en una aula de clase, al
trabajar en un equipo, al decidir sobre sí, otros autos son igualmente importantes: la
autonomía y la autodeterminación”.
Pero además de la mismidad, la otredad o alteridad, que sería como “la otra cara
de la moneda”, es indispensable para el maestro pues es tomar conciencia del otro.
Velandia, M. 2011d, dice que: “es evidente que en el territorio particular se
encuentran otros y otras de quienes igualmente la persona debe tomar conciencia,
dado el énfasis importante que para cada uno(a) tienen sus interrelaciones,
interafectaciones e interdependencias”.
El emocionar del maestro en busca de sentido
Otro elemento importante en el ser del profesor es la capacidad de dar sentido o
de darse cuenta. En otras palabras es percatarse e identificar qué siente, por qué se
siente y valorarlo; pero ello sólo puede hacerse desde el emocionar y es
indispensable para la convivencia armónica, además conlleva a la reflexión. Manuel
Velandia, 2011d, lo define así:
La capacidad de dar sentido consiste en reconocer que
desde las emociones, las situaciones de la vida cotidiana
y lo que nos rodea todo lo que sucede o deja de suceder
adquiere un sentido y, si el sentido que se le provee es
considerado importante para nosotros(as) entonces la
situación adquiere un valor positivo, cuando no lo es
pierde importancia y pierde todo sentido; además, según
la emoción en la que nos hallamos, algo o alguien que
tiene un gran sentido puede perderlo o ganar en
significancia; por otra parte, algo que consideramos poco
valioso puede adquirir sentido o perderlo aun más.
Es en este sentido en el que el docente, impelido por los paradigmas educativos
emergentes, se ve obligado a cambiar su enmohecida y anticuada enseñanza
vertical, por ser un modelo de relación unidireccional, de una sola vía, donde no
existe la retroalimentación. El actor principal es el profesor a quien no le interesa lo
que opina o piensa el estudiante. Este último es pasivo y no participa. Por
consiguiente, no es el modelo que hoy se deba desarrollar, más bien está “mandado
a recoger”. Manuel Velandia, (2011d), lo define así:
“Modelo que plantea verticales y unidireccionales las
relaciones maestro(a)-estudiante, el conocimiento es el saber
que un(a) formador(a) o maestro(a) posee y deposita en los(as)
demás, asumidos(as) como estudiantes, siendo el/la
maestro(a) un proveedor activo que emite información y el/la
estudiante un(a) simple receptor(a) pasivo(a) y las
interacciones docente-Alumno(a). Dicho saber es reconocido
como verdadero por el/la docente cuando el/la estudiante se
limita a responder, casi de manera textual, la información que le
ha sido provista en dicha relación unidireccional centrada en
el/la maestro(a)”.
Entonces, sería pertinente la inminente huída de esos modelos anquilosados. En
otras palabras el docente de hoy necesita „aprender a ser‟. Como Velandia lo
asegura:
“„Aprender a Ser‟ es posibilitar que emerja la propia personalidad y obrar con plena
autonomía, juicio y responsabilidad personal” Velandia, M. (sin año, c ).
Sin embargo, las instituciones educativas, cual oso hibernando, padecen de un
letargo que las mantiene dormitando desde hace ya varias décadas. Velandia,
(2011d), dice al respecto:
“Las instituciones educativas se centran en las Competencias
Técnicas: se forma para Saber Conocer porque se enseña el
dominio de los conocimientos y cada vez más se forman las
destrezas específicas de un determinado campo profesional:
Saber Hacer; sin embargo, dichas instituciones no forman en
las Competencias Sociales, en consecuencia no se profundiza
sobre las motivaciones, los valores y la capacidad de relación
que los diferentes miembros de la comunidad académica
deben poseer para aprender a convivir en un contexto social
determinado, es decir la institución educativa parece no estar
interesada en formar para que sus miembros conozcan cómo,
por qué o para qué Saber Ser.
Desde otra perspectiva, el ser humano está lleno de emociones. Como dice
Velandia, M. (2011e):
“Durante mucho tiempo se ha dicho que somos seres
racionales. Recientemente los investigadores han llegado a la
conclusión de que nuestro cerebro y las emociones determinan
la manera de conocer, lo que decidimos conocer y cómo lo
explicamos, determinado que más que seres racionales somos
seres emocionales que actúan y piensan. Son precisamente
nuestras emociones las que nos mueven a actuar o nos
imposibilitan hacerlo. Cuando en el encuentro con el otro o la
otra surge la emoción del amor, las relaciones se hacen más
fáciles y agradables. Hecho contrario sucede cuando en el
encuentro surge la emoción del odio o del rechazo, en éste
caso se nos dificulta trabajar junto a la otra o el otro, nos
molesta lo que hace y dice, o lo que deja de hacer y de decir.
Otra emoción que suele surgir en el encuentro es la de la
indiferencia, en éste caso nos volvemos apáticos, poco
interesados. Por ello se afirma que las emociones son motores
de la acción humana”.
Por supuesto, el emocionar también afecta las relaciones maestro-estudiante
pues es desde éste que actuamos.
Stella Betancourt afirma que “las emociones pueden considerarse un mapa de
navegación que nos apoya en la toma de una decisión que emocionalmente
determinamos como correcta. Si dicho mecanismo emocional no funcionara la
persona quedaría a merced de sus procesos lógicos y estos no serían suficientes
para la toma de decisiones” (Velandia, 2011e).
Sin embargo, aún no se ha valorado como debiera, la importancia que representa
para cada uno de los actores del proceso educativo el ser competente
emocionalmente.
Para Stella Betancourt Guevara (2010), “Reflexionar sobre las estrategias que
desarrollan competencias socioemocionales es una actividad que reviste interés en
la formación universitaria. Colaborar en el cambio educativo es una tarea
apasionante. Además, ella asegura que: “la educación de los sentimientos no sólo es
función propia de la familia ni una tarea que se añade al quehacer docente, sino que
la educación socioemocional por el contrario debe formar parte esencial e
insustituible de la formación integral del ser humano y por tanto de su formación en la
institución educativa y por tanto en la universidad” Velandia, M. 2011f.
Para Velandia, M., 2011g, el cerebro debe ser entendido como una herramienta
cuya estructura interna –lógica, operativa y creativa–, en su interrelación con el
mundo, produce una serie de procesamientos en los que las emociones juegan un
papel determinante en la comprensión y relación con la cosa observada Para ello, es
indispensable que aprenda a ser y así a convivir, lo que conllevará a mejores
relaciones con sus estudiantes y esto a optimizar los resultados del proceso
enseñanza-aprendizaje.
Como lo asegura Velandia, “Aprender a Ser es fundamental para poder Aprender
a Convivir”, este sería el fin último de la realización del ser: lograr relaciones
armoniosas con los que lo rodean. Esto, entre otras, por medio de la autonomía
(gobierno de sí mismo), el control, la disposición, en fin todo lo que resulta de
„aprender a ser‟. “Sin embargo, „aprender a ser‟ requiere de trabajo en equipo,
liderazgo creativo y estrategias para resolver conflictos”, pero esto podría ser el
punto de partida para otra investigación.
En resumen, el ingeniero docente, debido a su marcada tendencia cerebral lógica,
necesita equilibrar las otras, la operacional, y por sobretodo potenciar especialmente
la que tiene más débil: la creativa. Esto acrecentará los resultados programados en
el proceso de enseñanza aprendizaje, por la parte lógica; redundará en la mejora de
las relaciones interpersonales con sus estudiantes, al identificar sus emociones,
controlarlas y cambiar de actitud; por la parte creativa; y optimizará la práctica de su
quehacer pedagógico, adquiriendo habilidades y destrezas por la parte operativa.
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