O P I N I Ó N

52 | PÁGINA

OO

OO

O O OO

O OO

“Learning from Gaudí”, oportunidad y modelo para la innovación empresarialMarià Marín. Comisario del Taller Gaudídel Museu Diocesà de Barcelona.Miquel Àngel Julià. Arquitecto, director de diseño de GRUP IDEA.Fotografías del fondo del Museu Diocesàde Barcelona / Marià Marín / GRUP IDEA.

Marià Marín Miquel Àngel Julià

Antoni Gaudí es el arquitecto con más obras declaradas Pa-trimonio de la Humanidad, hazaña sólo explicable si com-prendemos su método de trabajo y analizamos las nuevas facetas que se nos desvelan a medida que avanzan las in-vestigaciones. Una de las más sorprendentes, tal vez por insospechada, es su capacidad directiva y de planificación empresarial. Ya sea por su relación con su mecenas y ami-go, Eusebi Güell (seguramente el primer empresario del Es-tado, cosmopolita, político, amante del arte y la ciencia) o por su propia manera de ser (perfeccionista en extremo), o por ambas circunstancias, Gaudí vuelve a reclamar nuestra atención. Ahora por su capacidad de implementación de procesos, normas y directrices de trabajo; de control de los recursos materiales y de su stock; de la gestión del capital humano y de su productividad óptima; así como de la ins-tauración de normas de seguridad, calidad e higiene.

“No sé si le doy el título a un genio o a un loco”, era la duda de Elies Rogent, arquitecto presidente del Tribunal de la Escuela de Arquitec-tura de Barcelona, en el discurso de graduación de Gaudí en 1878. La historia ha resuelto la cuestión: Gaudí era un genio porque tuvo una idea audaz y la llevó a cabo. Maqueta de yeso y maqueta

funicular. Cátedra de Historiade la Construcción y Patrimonio Arquitectónico de Innsbruck (2008).

PÁGINA | 53

OO P I N I Ó N

O

A la dimensión de creador artístico, a Gaudí hay que añadirle la de gestor; y a la de innovador en arquitectura, la de innovador en planificación y ges-tión de una empresa constructiva. La innovación, sea artística, técnica o de procesos, es, para el binomio Güell-Gaudí (empresario-creativo), un activo irrenunciable. Por eso la influencia mutua entre ambos es evidente y se manifiesta a través de las empresas comunes. Entre ellos se establece una prolífica relación de auténtico coworking, de apuesta por la innovación y el diseño como oportunidad de negocio, un reto que va más allá del placer artístico para materializarse en un compromiso cívico, social y obrero.

El coworking y la gestión del capital humanoLa complejidad y el elevado número de encargos que recibió Antoni Gau-dí, le llevó desde un buen principio a plantear metodologías de trabajo no convencionales. Para Gaudí, obtener la máxima capacidad de cada trabajador era una de sus premisas. Más que discípulos, precisó de cola-boradores, cada uno especialista en su ámbito, trabajando en equipo y en constante replanteamiento mutuo de su quehacer. Introdujo una filosofía de trabajo identificable con el coworking, aunque todavía no era conocido como tal, presentándose, pues, como un auténtico pionero. Gaudí rede-fine, en cierto modo, la función y el rol del arquitecto. Se erige como el creador-gerente responsable de una empresa colectiva, de la gestión, de los recursos humanos, técnicos y materiales al servicio de una obra. Para poder “pensar colectivamente” es necesaria una visión conjunta. Su obra, es un buen ejemplo al respecto. Lo suyo no era crear escuela (“cada artista y cada tiempo tiene su espíritu”, decía) sino trabajar en equipo (cowor-king), a su vez multidisciplinar (codesign), de modo que se sacara la máxi-ma potencialidad de cada uno de sus miembros.La necesidad de un equipo interdisciplinar y de mente abierta y el conven-cimiento de que el mejor capital de una empresa son las personas son los principios sobre los que Gaudí asienta la invención de una nueva arquitec-tura. Precisa de nuevas metodologías y tecnologías para hacerlo posible y sólo hay un modo de hacerse con ellas: la investigación y el equipo, el de trabajo, el de colaboración externa y el de inspiración. Por eso no se en-tiende su obra sin la participación de un equipo singular. Gaudí trabajó con múltiples arquitectos: Jujol, Rubió, Bergós, Sugranyes, Berenguer, Puig i Boada, Bonet i Galí... y artistas: Ràfols, Matamala, Opisso, Llimona, Mani...Que sepamos, es el primer arquitecto que incorpora a un ingeniero en su equipo, Eduard Goetz. Colaboró con profesionales del Laboratori d’Assaigs de la Escola Industrial de Barcelona; químicos, ópticos, físicos, astróno-mos,…; empresarios liturgistas, teólogos, filósofos, músicos, escritores, intelectuales, excursionistas, políticos y obispos, maestros y obreristas; artesanos como vidrieros, carpinteros, forjadores, ceramistas, etc.

El reciclaje y el just-in-timePrácticamente medio siglo antes de que los japoneses se alzaran con la bandera del invento del just-in-time, Gaudí ya lo practicaba. Así lo de-

Proceso constructivo de la Cripta Güell.

O P I N I Ó N

54 | PÁGINA

OO

OO

O O OO

O OO

muestran las numerosas facturas firmadas por el propio arquitecto durante la construcción de la cripta de la Co-lònia Güell: un exhaustivo control de pedidos, almacena-miento, contabilidad, planificación y encargo, de manera que no hubiera en stock existencias que no se usaran en menos de un mes. Optimiza recursos y ahorra dinero, mientras el ritmo de la obra se mantiene constante. Ha-blando de ahorro, Gaudí es un maestro del reciclaje: aho-rra cuando cabe hacerlo y gasta cuando compete, pero siempre que la reutilización tenga sentido operativo, práctico y, además, artístico. Así, recupera los desechos de tejerías y fundiciones para construir muros dúctiles, ligeros y térmicos; o las maderas de las cajas de embalar de las máquinas de tejer y los flejes de acero de las balas de algodón de la fábrica vecina (proximidad = coste cero en transporte) para construir los bancos de la iglesia de la Colònia Güell: mecánicamente ultrarresistentes, a la par que bellos. Bajo coste para un objeto valorado hoy en más de 370.000 euros. No acabaríamos con los ejemplos de este tipo: siempre usando los materiales del lugar - los más adecuados y baratos - y reutilizando lo que pueda servir de mane-ra óptima en un lugar y función determinados.

La naturaleza: Investigación, creatividad y materialesGaudí tiene una visión compleja de la concepción de la naturaleza. Aprende de ella, es su maestra. Su sensibilidad le permite captar tanto la belleza como la construcción y el funcionamiento de la misma. Es un gran observador e investigador del conocimiento y la realidad última de aquello que aprende y observa de lo que le rodea. Gaudí no copia, no es como un pintor “realista”. Su arquitectura re-inventa la naturaleza, partiendo de su análisis. La naturaleza ha creado formas que son funcionales y por tanto óptimas. En la Colònia Güell, combina ideas, investigación y trabajos sobre la materia. La creatividad, la originalidad, como el mismo dice, consiste en “retornar al origen”. Se-gún Juli Capella, Si Frank Lloyd Wright es “el padre de la arquitectura orgánica”, Gaudí es “la madre”. Pero al estudiar la arquitectura de Gaudí no nos podemos quedar en la superficie, no es un formalista. La natura-leza para él, no es styling. Hay que buscar la concepción intelectual que hay detrás. Para él la naturaleza no es una mera cuestión superficial y por tanto ornamental. La arquitectura de Gaudí es como la naturaleza, a la vez, función técnica, ornamento y belleza. Gaudí resuelve lo que en apariencia sería una paradoja: aúna la investi-gación más de vanguardia con la tradición, de manera que obtiene como resultado una arquitectura moderna y radicalmente nueva a la par que heredera de múltiples raíces. Los materiales que escoge y la manera de concebir y diseñar cubiertas y fachadas lo demuestran. Veámoslo.

Factura del carpintero por la fabricación de los bancos de la Cripta Güell.

“Trencadís” en el Parque Güell.

Muro exterior de la Cripta de la

Colonia Güell

PÁGINA | 55

OO P I N I Ó N

O

La vida es movimiento y color, así que, para hacer obras vivas, debe dotarlas de color (fácil) y de movimiento, pero ¿cómo se dota un edi-ficio de movimiento? Gaudí se inspira en la naturaleza: las estructuras onduladas, curvadas, alabeadas nos dan esta sensación. Si los materia-les –sus cualidades de resistencia, durabilidad, reflexión…- se aplican sobre ellas de manera que escoges para cada ubicación, cada ángulo de luz, cada perspectiva, el material apropiado, el resultado es una construcción que a cada hora del día, a cada estación del año, a cada distancia desde la cual la observas, varía, cambia, vibra, se mueve… consigue vida.De ahí que Gaudí se incline por superficies curvas y para aplicar mate-rial a una superficie de estas características nada mejor que el invento fenomenal del ‘trencadís’, la revolucionaria aplicación del puntillismo pictórico a la arquitectura (fantástico admirarlo en el banco de la plaza hipóstila del Park Güell, donde podemos hacerlo a distancia), una téc-nica que, aparte de la belleza que aportan sus vidrios y cerámicas (¡qué invención aplicar vidrio no a una ventana sino a una fachada!), permite adaptarse a las superficies más complejas y, además, se limpia con fa-cilidad –sola con la lluvia- y es mucho más resistente. El trencadís, por si fuera poco, es material y técnica fácil para dibujar con ella formas abstractas, romper y deconstruir objetos (¿avance del cubismo que Picasso estaba viendo en Barcelona?), plasmar símbolos para comuni-carse con las personas que la admiren (Gaudí decía que todo el mundo ve las fachadas de los edificios y por eso las llenaba de palabras, escul-turas y símbolos, los retablos a la calle, decía, refiriéndose a la Sagrada Familia). Lo difícil del trencadís subyace en el estudio de la luz y de la refracción del color, de ahí las ‘cantadas’ de ciertas restauraciones.Con estas superficies y el invento del trencadís, el uso de la forja –que paradojal recuperación de la artesanía del hierro supuso la fabricación industrial de este material para la construcción, sino admiren la Pe-drera- se relanza, así como el trabajo multidisciplinar en equipo: una batería de ‘maestros’ trabajando colectivamente bajo la batuta de un director de orquesta, el arquitecto, que, con Gaudí, más que un divo, deviene un creador-coordinador.Otra ventaja de estas superficies es la capacidad que le regalan al arquitecto para abrirla y jugar con la luz. Gaudí llega a estar un año estudiando la inclinación y la insolación de la luz en la cripta de la Co-lònia Güell, el resultado son ventanas que no responden a caprichos ornamentales, sino a las formas necesarias para aprovechar todos y cada uno de los momentos de sol y de luna en cualquier momento del año. Luz para sus usuarios y habitantes, luz como símbolo, luz de colores con el otro invento genial de Gaudí, la tricromía, esa técnica que combina ensayada en la Catedral de Mallorca, en el Laboratorio de Ensayos de la Escuela Industrial de Barcelona y en la Colònia Güell, tres vidrios de colores para obtener, por el traspaso de la luz, infinitas gamas de colores, tonos y saturaciones que, según la intensidad y el

Vidriera Cripta Güell desde el exterior.

Piña de Joan Godó, carpintero de Gaudí en la Colonia Güell.

Pruebas de color. Vidrios pintados con pigmento verde y aceite de linaza por Tomás Cudós.

Vidriera Cripta Güell desde el interior.

O P I N I Ó N

56 | PÁGINA

OO

OO

O O OO

O OO

ángulo, serán, siempre, distintas: más vida a sus edificios, que resultan cambiantes, casi volátiles. Además, esta arquitectura sin límites cons-tructivos permite jugar con la física y moldea espacios que juegan con la reducción de la variabilidad térmica entre interior y exterior (ahorro de calefacción, por ejemplo).Al artesano, Gaudí le añade el técnico, el físico, el óptico, el astrónomo, el ingeniero, y lo que haga falta, porque el objetivo, tan visible en su-perficie, es altamente profundo. Otra vez forma y estructura, función y materialidad se funden. Esa es la lección de la innovación vanguardista con la naturaleza, una belleza a escala humana, sostenible.

La importancia de trabajardesde un laboratorio y en redDisponer de un departamento de innovación es clave para una empre-sa. Gaudí dispuso de ello en la Colònia Güell, había dinero y no había prisa. Mientras tanto, Güell creaba la Sociedad de Atracción de Foras-teros, una agencia de turismo de la época, que vendía innovación em-presarial y el arte de Gaudí como reclamos de la ciudad y el país. En la Colònia, la fábrica, las casas, la escuela, el ateneo, lo imprescindible, ya estaba hecho. Gaudí no tiene cortapisas creativas para diseñar la igle-sia y el empresario se lo permite y anima. En esas condiciones, Gaudí crea algo absolutamente nuevo que rompe, en palabras del arquitecto Arata Isozaki, los límites de las formas conocidas de la arquitectura, una obra que le convierte, tal vez, en el arquitecto más genial de la historia, en un activo turístico de orden mundial y en icono y marca de Catalunya.Utilizó formas estructurales y constructivas nunca antes utilizadas. Formas que él veía en la naturaleza y que calculaba con la nueva matemática reglada. Creatividad e innovación constantes, originali-

Maqueta estereostática de la Iglesia de la Colonia Güell.

Representación virtual/3D y maqueta de yeso. Cátedra de Historia de la Construc-ción y Patrimonio Arquitec-tónico de Innsbruck (2008).

Grabado de un dibujo de la Iglesia de la Colonia Güell de Antoni Gaudí.

PÁGINA | 57

OO P I N I Ó N

O

dad, esas son las claves de un planteamiento 100% I+D+I avanzado a su tiempo. “No improviso, lo calculo todo, soy un geómetra... “, son dichos de Gaudí, frases que desvelan su carácter y la voluntad férrea de convertirse en un científico del arte.Gaudí trabajó, en equipo y durante diez años, para concebir la fa-mosa maqueta polifunicular, la de los pesos proporcionales a las cargas estructurales, la maqueta cabeza abajo que, gracias a la gra-vedad, dibujó las formas constructivas que imaginaba. Pues bien, para inventar esta “calculadora” y “Autocad avant la lettre” de algo nuevo lo hace con el ingeniero citado, con un chaval de 14 o 15 años, y un albañil. ¿Por qué? Porque el primero le será útil para realizar cálculos; el segundo será un aprendiz eficaz (formación pro-fesional) y, por edad, pedirá el porqué de todo lo que los otros no se atreverán a preguntar. Por su parte, el albañil porque lleva en sus manos, por pura transmisión de experiencia, toda la tradición constructiva, que funciona, útil, barata, eficaz, reciclable, del lugar y, si cabe, de la humanidad.Esta insólita manera de trabajar para crear algo radicalmente nuevo no se produjo en la capital del diseño, la política catalanista y el Mo-dernismo, sino fuera de ella, en una colonia obrera. Pensemos pues en redes de creación e industria: en la actualidad, se puede crear para el mundo entero desde cualquier rincón si lo conectamos a los nudos neurálgicos apropiados. Proximidad, red, interconexión y globalización, factores complementarios de crecimiento. Eso fue la Colònia Güell: un laboratorio de ensayos con méritos propios para aplicarlos en la archiconoci-da y barcelonesa Sagrada Família, lugar que, en palabras del mismo Gaudí, vendrían de todo el mundo para verla. Trabajó duro, con ideas claras, y acertó.

© 2012, Marià MarínMiquel Àngel Julià

Maqueta estereostática de la Iglesia de la Colonia Güell.

Saquito y marcas de la maqueta funicular del

taller de Gaudí en la Colonia Güell.