A veces para no perdernos en un texto largo y complejo como Sacramentum Cari-tatis necesitamos una especie de mapa, o un estante donde ir colocando ordena-damente las grandes riquezas espirituales que vamos a encontrar en su lectura. Este segundo folleto que te ofrecemos va en ese sentido. Hay dos grandes ideas de fondo en Sacramentum Caritatis. La primera de ellas la toma el Papa del Sínodo de los Obispos, y es la relación que hay entre Eucaristía e Iglesia. Ya Juan Pablo II había afirmado esta relación: “La Eucaristía vive de la Iglesia” es el título de una encíclica que ya nos es conocida. Benedicto XVI lo dice de forma más fuerte, pero también más filosófica y quizás difícil de entender: la Eucaristía es causa de la Iglesia. O dicho de otro modo: gracias a que la Eucaristía existe, puede existir también la Iglesia. Sin la Eucaristía no habría Iglesia. Si quie-res hacer un poco de trampa, lee el final de la Exhortación Apostólica (el número 95) y encontrarás muy resumida la historia de los mártires de Abitinia. Si noso-tros profundizamos un poco en el espíritu cristiano que aquellos cristianos ten-ían, la Exhortación Apostólica habrá cumplido su misión. La segunda idea es también un poco difícil de entender, pero profunda y prove-chosa: la Eucaristía es Sacramento del Amor, como dice en latín el título de la Ex-hortación Apostólica. Una realidad sacramental es algo que podemos ver, tocar, etc., pero que a través de ello se nos da la gracia de Dios, su Espíritu, se nos da Él mismo. A través de la Eucaristía se nos da el Amor de Dios. “Amor” es un nom-bre de la Eucaristía. En resumen, la Eucaristía es “sacramento de la caridad”, es decir, don que Jesu-cristo hace sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre, y que espera de nosotros una respuesta. Sacramento del amor de Dios a la humanidad.
5, 14 y 94
La Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis de Benedicto XVI sobre la Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia.
Una invitación para
Mat
eria
les
para
la
lect
ura
pers
onal
Y la reflexión com
unita-ria
“En efecto, la Iglesia «vive de la Eucaristía». Ya que en ella se hace presente el sa-crificio redentor de Cristo, se tiene que reconocer ante todo que «hay un influjo causal de la Eucaristía en los orígenes mismos de la Iglesia». La Eucaristía es Cristo que se nos entrega, edificándonos continuamente como su cuerpo. Por tanto, en la suges-tiva correlación entre la Eucaristía que edifica la Iglesia y la Iglesia que hace a su vez la Eucaristía” (Sacr. Caritatis, 14).
La Eucaristía
EDIFICA la Iglesia
La Eucaristía
CAUSA de la Eucaristía
se entrega en la cruz por la
celebra la Eucaristía
La Iglesia
VIVE de la Eucaristía
En esta perspectiva, deseo relacionar la presente Exhortación con mi primera Carta encíclica Deus Caritas est, en la que he hablado va-rias veces del sacramento de la Eucaristía para subrayar su relación con el amor cristiano, tanto respecto a Dios como al prójimo: « el Dios encarnado nos atrae a todos hacia sí. Se entiende, pues, que el agapé (amor) se haya convertido también en un nombre de la Euca-ristía: en ella el agapé (amor) de Dios nos llega corporalmente para seguir actuando en nosotros y por nosotros ». (Sacr. Caritatis, 5).
¿Hemos leído la primera
encíclica del Papa, DEUS CARITAS EST? ¿Cómo entende-remos la Eucaristía sin saber
del amor de Dios?
Top Related