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Zhang Yimou, de cineasta creativo y crítico a icono

cultural de la "Nueva China"

ÀNGEL LÁZARO

Zhang Yimou, brillante cineasta y escenógrafo, icono cultural de la "Nueva China",

ilustra también las contradicciones del arte chino, en situación de difícil equilibrio

entre el control y la censura gubernamental, la desbordante creatividad de sus

vanguardias y el peso, aún considerable, de la tradición y los gustos convencionales

del público mayoritario

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Yimou ha experimentado por igual el elogio de la elitista crítica ilustrada europea

(ver, sino, sus films "Sorgo Rojo", "Vivir" o "Ni uno menos), la aclamación del público

por sus espectáculos de masas (inauguración de los JJOO de Beijing 2008 o la

franquicia de "shows" turísticos "Impressions"), la represión política (2 años de sanción

profesional y prohibición del citado film, Vivir), el escarnio por sus devaneos con

artistas y sus infracciones de la ley del hijo único (tiene 7 hijos reconocidos, 3 con su

actual esposa) y, últimamente, no pocas acusaciones de haberse vuelto

(artísticamente) algo "acomodaticio", quién sabe si por razones políticas o económicas

(o ambas).

No obstante, la belleza plástica, la elegancia escénica, la intensidad dramática y los

valores humanos de sus mejores films, que ahí quedan, superan cualquier debate sobre

el personaje (algo parecido a lo que le ocurre al escritor y premio Nobel, Mo Yan), y

le sitúan entre lo mejor del universo artístico de China y de su notable esfuerzo por

actualizar el discurso y los formatos de las artes visuales.

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Tras la Revolución Cultural, obra cumbre de la estupidez humana, los intelectuales y

artistas chinos, otrora denostados como "parásitos del pueblo" e incluidos entre las

categorías "negras", aprovecharon, en los años 80, el nuevo clima de tolerancia (y la

necesidad china de "reencontrar" un alma propia tras la década de nihilismo cultural

de los Guardias Rojos) para revisar mediante nuevos formatos su historia reciente, y

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recoger las inquietudes y la sensibilidad popular (y, porque no, los sufrimientos y los

abusos recibidos), igual que habían hecho los renovadores literarios Lu Xun o Lao She,

en los años 20

Chen Kaige, miembro de esa notable "5ª generación" de nuevos cineastas chinos y su

sublime film "Adiós, mi concubina" (1993) ejemplifican perfectamente esa tendencia

de entrelazar lo humano (sensibilidad, sufrimiento, resiliencia...) y lo social (guerras,

luchas políticas, cambios tecnológicos...) con el inimitable e inigualable toque de

simplicidad y elegancia tan propio del carácter artístico de China.

Zhang Yimou y casi toda su filmografía hasta "Vivir" (1994) encajan perfectamente

en ese patrón, con el singular añadido de su especial querencia por el retrato de las

sufridas pero resilientes mujeres chinas de todas las generaciones, en cuya particular

representación sobresale, por encima de todas, la maravillosa actriz Gong Li.

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Zhang Yimou, con la actriz Gong Li

Esta preferencia por el lirismo y la épica cotidiana, con formatos realistas e

hiperrealistas, salvando lo humano confrontado con las pesadillas del "monstruo

social", determina las elecciones narrativas de Yimou, que se convierte entonces en

magnífico ilustrador de espléndidos relatos literarios, entre los que conviene destacar

al "Nobel" Mo Yan (Sorgo Rojo), Su Tong (La Linterna Roja), Chen Yuanbin (La

Historia de Qiu Jiu) y Yu Hua (Vivir).

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"Sorgo rojo" y "La linterna roja" nos muestran mujeres, heroínas cotidianas,

sobreviviendo en un entorno tradicional que las somete o las esclaviza (matrimonios

concertados, concubinato...) pero en las que encuentran espacios para desarrollar sus

talentos y progresar, mediante carácter, inteligencia, astucia o sentimiento.

"Vivir" (1994) es, probablemente, el momento culminante y, simultáneamente, el

punto de inflexión de la filmografía de Yimou. A criterio de quien esto escribe, el film

no alcanza la sublime elegancia estética, visual y narrativa de las precedentes, e

incluso posteriores films (salvo, tal vez, por el juego de luces y "sombras chinescas" que

crean las marionetas del protagonista), pero su lucidez en el terreno de lo filosófico,

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lo social, lo político, en fin, el compromiso del artista por iluminar mediante la

emoción nuestro espíritu humano ante la crueldad del "tirano" social, supera todos

sus trabajos anteriores.

El absurdo sinsentido del Gran Salto Adelante (1958) y la Revolución Cultural

(1966-1976), y sus tremendos efectos sobre lo humano básico (hambruna y muerte,

odio y desconfianza y traición... ) quedan hasta tal punto desnudos ante la sencilla

medida del ser humano corriente, o artísticamente sensible, que resultan

demoledores.

A pesar de haber condenado oficialmente la Revolución Cultural en un congreso, el

partido gobernante consideró que el film de Yimou y su crítica despiadada

cuestionaba los fundamentos de su poder, y decidió prohibirlo, y sancionar a Zhang

Yimou con dos años de suspensión.

Igualmente sublimes (en lo artístico), pero ya mas discutidos (por la dimensión de

compromiso social que siempre se les exige a los artistas más creativos), hay que citar

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también "Ni uno menos", basada en un relato de Shi Xiangsheng, o "Vuelta a Casa",

adaptación de una obra de Bao Shi.

Estas dos películas, estrenadas tras su sanción de dos años, son magníficas,

especialmente, "Ni uno menos", rodada sin artificios, con actores aficionados y en un

entorno campesino, usando en la fotografía y la narración un tono hiperrealista, cuyo

centro (igual que Vuelta a Casa, debut de su nueva musa, Zhang Ziyi) es el mundo de

la educación rural.

Zhang Yimou, con la actriz Zhang Ziyi

Son films on excelentes cualidades artísticas, pero no pocos críticos creyeron adivinar

en su nueva mirada un paso atrás en su compromiso crítico. El recorrido comercial y

artístico de la película, promocionada por el gobierno chino, fue todo un ejemplo de

la tensión del artista entre su arte y su compromiso social: premiada en Venecia, la

película fue por contra excluida de la sección competitiva del festival de Cannes (se la

consideró "propagandística"), por lo que Yimou decidió retirarla.

En cualquier caso, los premios internacionales más importantes recibidos por Yimou

(Oso de Oro por Sorgo Rojo en 1987, León de Oro por la Historia de Qiu Jiu y Ni

uno menos en 1992 y 1999, respectivamente) coinciden con este período creativo.

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Sin perder sus innegables dotes para la puesta en escena, la fotografía y la dirección

artística (en 1998, por ejemplo, ya dirige la puesta en escena de la ópera

"Turandot"), Zhang Yimou adopta un nuevo formato con "Hero", una película de

género "wuxia" (artes marciales).

Yimou logra uno de sus espectáculos artísticos más completos demostrando gran

habilidad en el uso narrativo y escénico de los bellísimos espacios naturales chinos (ver,

por ejemplo, el precioso combate sobre las aguas azul cobalto de Jiuzhaigou, en

Sichuan), de las grandes masas de figurantes, de la música y el vestuario tradicionales,

y de la coreografía del combate con espada, para la que se inspira por igual en el

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fluido arte de la caligrafía tradicional o en las intensas melodías del "guqin",

instrumento musical tradicional de cuerda.

La secuencia de combate con espada entre los personajes interpretados por Jet Li y

Donnie Yen, con música de guqin, en este enlace de youtube:

https://www.youtube.com/watch?v=PFqmFcc79a8

"Hero" resulta ser una película total, en el que se reúne el romanticismo, la épica y el

"nuevo" discurso político del creador (el sacrificio del guerrero ante el tirano rey de

Qin, y futuro Emperador amarillo, para asegurar la unificación política del país, con

el lema "Todo bajo el cielo"). Logra una obra excelente mezclando actores "made in

Hong Kong" con fama de imperturbables (Jet Li, Donnie Yen) o carismáticos y

seductores (Tony Leung, Maggie Cheung) y su nueva musa, la bellísima actriz,

bailarina de formación, Zhang Ziyi.

Abajo, Zhang Yimou, los actores Takeshi Kaneshiro (izquierda) y Andy Lau (derecha), y la

actriz Zhang Ziyi

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Su talento para el "ballet" escénico alcanza un nuevo punto culminante en "La casa

de las dagas voladoras", con una nueva combinación de su "musa" Zhang Ziyi, y dos

actores "made HK" (Andy Lau y Takeshi Kaneshiro).

Finalmente, su universo visual y narrativo se eleva hasta grandes cotas de colorido

barroquismo "shakespeariano" en "La maldición de la flor dorada", con lejanos ecos de

"Macbeth" y "El Rey Lear", un film tan incomprendido y criticado como fascinante y

seductor

Abajo, Zhang Yimou, con la actriz Ni Ni, una de sus últimas musas, y el actor estadounidense

Christian Bale, ambos protagonistas de "Las Flores de la Guerra"

En los últimos tiempos, Yimou parece estar experimentando con diferentes géneros,

desde la comedia negra ("Una mujer, un arma y una sopa de fideos", delirante

adaptación del film de los hermanos Coen "Sangre Fácil"), hasta el cine romántico

con el implacable fondo de la Revolución Cultural ("Amor bajo el Espino Blanco",

basada en un relato de Ai Mi, e inspirada en hechos reales) y el histórico ("Las Flores

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de la Guerra", adaptación libre de la novela de Yan Geling). Son films muy notables,

pero sin la repercusión de sus obras precedentes.

Mientras, las nuevas generaciones de directores (Jia Zhangke, Diao Yinan, Lu Chuan,

Wang Xiaoshuai...), lejos de la comodidad de los grandes cineastas, experimentan con

un nuevo estilo de cine urbano hiperrealista, con resultados muy brillantes (ver mi

post sobre cine negro chino)

Fragmentos de la inauguración de los JJOO de Beijing 2008

En paralelo, Zhang Yimou, ya convertido en icono cultural de la "Nueva China", h

desarrollado sus inmensas cualidades escénicas con la ópera occidental, los

espectáculos de masas para turistas en bellos espacios abiertos y, finalmente, con la

formidable ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

La ceremonia deja al mundo boquiabierto fusionando lo mejor del arte y la cultura

tradicional es (ballet, percusiones, vestuario, fuegos artificiales, dragones...) con las

indiscutidas aportaciones de la civilización china (imprenta, navegación...) usando

para ello las técnicas visuales y sonoras disponibles más modernas.

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Yimou, junto con los organizadores, logran con este exuberante y apabullantes festival

visual y sonoro el objetivo de "presentar en sociedad" a la nueva potencia mundial, un

país asombrosamente transformado por el hiper-crecimiento económico, sin los

complejos del pasado y orgulloso de su presente.

Ese año, al día siguiente de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos, visité

por primera vez China, y pude percibir claramente ese orgullo, un cierto afán por

mostrarse, exhibirse y conseguir la aprobación internacional, en un país que dejaba

atrás los dañinos esencialismos ideológicos sustituyéndolos por lo mejor de su

pragmatismo y capacidad de esfuerzo

Aún con las sombras ya conocidas de este macro-desarrollo (daño medioambiental,

desigualdades...), Yimou dibuja como nadie el universo simbólico "con clase" que

necesitan los "nuevos emperadores" para asentar el nuevo orgullo nacional, sin

escapar del controlado guión político.

Show de introducción al espectáculo "Impressions Da Hong Pao", de Zhang Yimou, en

Wusyishan, Fujian, mayo 2015

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La escenografía de Yimou muestra en el terreno de la "cultura de masas" el

"gigantismo" inherente a un país-continente de la dimensiones humanas y sociales de

China, es decir, una enorme capacidad para movilizar y organizar enormes recursos

en poco espacio y tiempo, unido al talento de sus creadores para combinar lo

tecnológico y lo artístico,

La franquicia "Impressions", con cinco espectáculos al aire libre en puntos clave del

mapa turístico chino (Lijiang, Yangshuo, Wuyishan, Hangzhou y Hainan) se

caracteriza por un sabio uso combinado de escenarios naturales (montañas, ríos y

lagos) iluminados con gran colorido, música, ballets, vestuarios de inspiración

tradicional y vestuarios traidicionales tamizados por el diseño y la tecnología más

modernas y, por encima de todo, un universo simbólico en el que naturaleza y

cultura se combinan con lo étnico local (el fascinante mundo de la etnia "naxi" en

Lijiang, la cultura del té en Wuyishan...), la permanente recreación de "paraíso rural

perdido", tan del gusto del viajero urbano

Fragmentos del espectáculo "Impressions Liu Sanjie, Yangshuo, octubre 2014

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El resultado es un exuberante y colorido espectáculo, como pude apreciar en

"Impressions Liu San Jie", en Yangshuo, en octubre de 2014. Este musical con más

de 600 cantantes, bailarines y figurantes, incluidos los célebres pescadores con

cormoranes, se ofrece al aire libre con el fondo del río Li y los fascinantes acantilados

"karst" que lo rodean, uno de los grandes "iconos" del paisajismo tradicional chino.

El musical, que combina música tradicional y moderna, ofrece en un escenario sobre

el río escenas de la vida tradicional y recreaciones escénicas de los mitos locales, en

varios actos en los que predomina el uso dramático de diferentes colores, según los

sentimientos y pasiones del momento (rojos, blancos, azules, dorados....).

Un breve video doméstico, con fragmentos de la representación, en el enlace adjunto

de youtube:

https://youtu.be/qKCmWU-ENvk

La temática del espectáculo (precios entre 200 y 600 CNY, según asiento) son los

mitos locales de la etnia "zhuang", particularmente la historia romántica de la

cantante Liu San Jie (literalmente, Liu "Tercera Hermana") y el pueblo enfrentado

con un noble corrupto y abusón, que trata de prohibirle que cante. Es una leyenda

popular muy conocida en China por los relatos y adaptaciones operísticas y, sobre

todo, cinematográficas (en particular, la versión de 1961, con la actriz Wang Qiu

Huang)

Cartel del film chino "Liu Sanjie", de 1961