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La semiótica es una ciencia que depen-de de la “realidad de la comunicación”.

Primero vivimos y practicamos la co-municación, y en un segundo momentoreflexionamos sobre su sentido, su estruc-tura y funcionamiento. Eso es la semiótica.

En ciertos estudiantes, el lenguaje de lasemiótica y su lógica hacen surgir el temorde hallarse ante un fantasma inasible. Perono debiera ser así, sólo se trata de com-prender sus pretensiones y su enfoque. Es-to es lo que queremos explicar en este bre-ve capítulo. Y comenzamos precisando laterminología.

1. Discusión sobre los términos

El estudio de los signos tiene un largohistorial, prácticamente desde el origenmismo de la filosofía, pero este tema rela-cionado con la historia lo abordaremos enun capítulo posterior. En cambio, el asun-to de la terminología usada para designarel estudio y la teoría de los signos, ha teni-do sus vaivenes y discusiones sólo en épo-ca relativamente reciente.

La teoría de los signos fue bautizadacon el nombre de “semiología” por Saus-sure, y después de él, por varios estudiososdel lenguaje. Pero pronto el término entróen colisión con la palabra “semiótica”, uti-lizada con anterioridad. Ya en el siglo XVIIJohn Locke habló de una doctrina de lossignos con el nombre de semiotiké, y Jo-hann Lambert (1764) escribió un tratadoque incluía una parte llamada Semiótica.Sin embargo, ambos pensadores no seapartaron del enfoque gramatical y lin-güístico propio de su tiempo. El estatutocientífico de una disciplina de los signos, ytambién el proceso diacrónico de la eti-mología, sólo se planteó en el siglo XX,cuando se publicaron los estudios siste-máticos de Saussure y de Peirce.

Ferdinand de Saussure, desde la ver-tiente lingüística, reivindicó el derecho auna ciencia “que estudie la vida de los sig-nos en el seno de la vida social... la deno-minaríamos semiología (del griego se-meion, ‘signo’). Ella nos enseñaría en quéconsisten los signos, qué leyes los regu-lan”.1 Según Saussure la semiología no era

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¿QUÉ ES LA SEMIÓTICA?

1 En: Curso de lingüística general. Ed. Planeta-Agostini, Buenos Aires, 1994 - Introd. Cap.III, 3

En la semiótica hallamos diversas finalidades,

todas ellas tienen que ver con el lenguaje y los signos.

J. Lambert, 1763

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aún reconocida como ciencia autónoma,porque se creía que la lengua es más aptapara comprender los problemas semioló-gicos. Sin embargo, la lengua es un sistemamás entre otros sistemas de signos. Porconsiguiente -sostiene Saussure- la lin-güística es sólo una parte de la ciencia ge-neral de los signos, o sea, de la semiología.

De manera paralela a Saussure, el filó-sofo norteamericano Charles Peirce(1839-1914), agudo investigador de lossignos, había introducido el término se-miotics para indicar el estudio de los sig-nos.2 Este autor, a pesar de la riqueza de supensamiento, fue siempre poco leído porlo difícil que resulta entender su lenguaje.Peirce concibió la semiótica como uncampo científico articulado en torno a re-flexiones de carácter lógico-filosófico quetuviera como objeto específico de su in-vestigación la “semiosis”, es decir, el proce-so de significación donde participan “unsigno, su objeto y su interpretante”.

Históricamente, se instalaron dos tra-diciones etimológicas, cuyas dos palabrasrepresentaban una mirada de doble foco:la de F. Saussure que usó el término semio-logía, y la del filósofo Ch. Peirce que optópor la palabra semiótica. La corriente saus-suriana ha tenido su base sobre todo enEuropa, se difundió hasta Rusia y, en par-te, también en América Latina. Hablan de

semiología Roland Barthes (1964), LouisHjelmslev (1957), Luis Prieto (1966), Pie-rre Guiraud (1971), aunque cada uno laentiende desde posturas teóricas diferen-tes. Barthes, por ejemplo, invirtió la posi-ción de F. De Saussure y, según él, la se-miología forma parte de la lingüística,porque “parece cada vez más difícil conce-bir un sistema de imágenes u objetos cu-yos ‘significados’ pudieran existir fuera dellenguaje”. Por consiguiente, concluye: “lalingüística no es una parte, aunque privi-legiada de la ciencia general de los signos;es la semiología la que es parte de la lin-güística.” También el lingüista Hjelmslevsostuvo que la semiótica debería ser consi-derada más bien como el estudio teóricode las relaciones que se dan en los proce-sos universales de significación y calcadasobre el modelo lingüístico. Eso mismoafirmará más tarde Greimas, pero añadeque la semiología de los signos lingüísticosentró en crisis, y es preciso ensanchar lasfronteras para llegar a la “semiótica de losprocesos semánticos”.

El término semiótica se impuso más enlos países anglosajones, aunque prontodesbordó ese ámbito. Más recientementese han inclinado por esa palabra JuliaKristeva (1971), Umberto Eco (1975), A.J.Greimas y J. Courtés (1979), Paolo Fabbris(1980). En América Latina hallamos a

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2 Peirce en una carta a Lady Welby habla de “...la ciencia de la semiótica (semiotics) (semeiotikè), o cien-cia cenoscópica de los signos...” - The Corespondence between Charles S. Peirce and Victoria Lady Welby.

Bloomington, Indiana University Press, 1977 (Año 1908). La traducción es nuestra.

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Steimberg O. (Argentina), Marques deMelo J. (Brasil), Javier Esteinou (México),D. Blanco y O. Quezada (Perú), entre nu-merosos otros.

Es legítimo preguntarse: ¿a la diferen-cia terminológica corresponden tambiéncontenidos diferentes?

Ciertamente hubo concepciones dis-tintas en el origen histórico de ambas pa-labras. Saussure consideró la semiologíarelacionada con la psicología social y aso-ciada a los procesos que de ella se derivan,pero siempre dentro de los límites de lalingüística. Es comprensible, pues, que losseguidores de Saussure asumieran losprincipios de la semiología con una visiónlingüística, para trasladarla analógica-mente a otros campos de la cultura.

En cambio la perspectiva de Peirce des-de la lógica filosófica, fue más general. Pa-ra él todo está integrado en el campo delas relaciones comunicativas, donde larealidad entera se articula como un siste-ma total de semiosis, amplio e ilimitado,previo a cualquier descripción posterior.Esto explica que la tradición semióticaafirmara la importancia de abarcar el con-junto de los fenómenos de la semiosis co-mo parte integrante de una teoría del co-nocimiento.

A pesar de ser contemporáneos, Saus-sure y Peirce no se conocieron en vida, y

sólo posteriormente –después de la muer-te de ambos–los teóricos de la comunica-ción plantearon el problema de los térmi-nos.

En 1938, Charles Morris en un clásicotrabajo sobre los signos, y preocupado pordemarcar los límites de las ciencias, usó lapalabra semiótica refiriéndose a ella de es-ta forma: “La semiótica tiene un doble vín-culo con las ciencias: es una ciencia más y ala vez un instrumento de las ciencias. Lasignificación de la semiótica como cienciaestriba en el hecho de suponer un nuevo pa-so en la unificación de la ciencia, puesto queaporta los fundamentos para cualquierciencia especial de los signos, como la lin-güística, la lógica, la matemática...”3 Elpropósito de Morris y del grupo de empi-ristas científicos, era lograr la formaciónde un lenguaje general para la unificaciónde las ciencias, y la semiótica debía ser uneslabón importante para ello.

Más tarde Thomas Sebeok vuelve so-bre la palabra semiotics (en plural) paraseñalar su característica de ciencia.4

Finalmente en 1969, al instituírse en LaHaya, la Asociación Internacional de Estu-dios Semióticos, se convino en unificar lasposiciones, y se adoptó el término semió-tica. Sin embargo, hasta el presente, se ha-llan todavía estudiosos que gustan distin-guir entre semiología y semiótica, para in-

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3 Morris Charles: Fundamentos de la teoría de los signos. Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, México, BuenosAires, 1994. Pág. 24

4 Cfr. Approaches to semiotics. Ed. Mouton, 1964.

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dicar diferentes espacios de estudio de lossistemas de signos, reservando para la se-miología la descripción teórica y generaldel funcionamiento de todos los sistemassimbólicos, sin especificaciones ni parti-cularidades; mientras que a la semiótica leestaría reservada la indagación más espe-cíficas de los sistemas particulares (semió-tica del cine, de la publicidad, de la mo-da... etc.). A nosotros nos parece ya super-flua tal distinción, además de ser incluso,contraria a los sentidos estrictamente ori-ginales de los términos. Es verdad que am-bas tradiciones no son excluyentes, peroprecisamente por ello, consideramos másclara y práctica la postura unificada asu-mida en La Haya, que le otorgó existenciaoficial a la disciplina institucionalizandouniversalmente el nombre.

2. Motivo y finalidad de la

mirada semiótica

Las fronteras y los objetivos de la se-miótica, como hoy son propuestos por lacomunidad científica, no son ajenos a lahistoria de esta disciplina, y están dictadospor la reflexión científica como procesodiacrónico.

a) Una primera descripción

¿Qué es la semiótica? ¿De qué se ocu-pa?, ¿De qué trata? ¿Cuál es su espacio deestudio? De entrada conviene mantener ladescripción más simple sobre el objetoprimario de la semiótica, que la define co-mo la teoría de los signos, y cuyo propósitoes estudiar los conceptos básicos y genera-

les que atañen a la problemática sígnica.Según esto, a la semiótica le correspondeverificar la estructura de los signos y la va-lidez que pueden tener en las percepcionesculturales, procurando, además, enfren-tarse con explicaciones teóricas que denrazones coherentes de esos fenómenosque involucran la comunicación humana.A partir de esta acepción del concepto, sepuede, ulteriormente, ir perfeccionandolos contornos, pero manteniendo ese nú-cleo fundamental.

Entendemos que la semiótica está rela-cionada con el problema del conocimien-to, y con el modo mediante el cual pode-mos llegar a él a través del vehículo inelu-dible de los signos. La semiótica se presen-ta, entonces, como un punto de vista sobrela realidad, una mirada acerca del modoen que las cosas se convierten en signos yson portadoras de significado. Su radio deacción, sin embargo, no abarca sólo la des-cripción de los signos y sus significados,sino que incluye y presta atención a la se-miosis, es decir, a la dinámica concreta delos signos en un contexto social y culturaldado. La semiosis es un fenómeno opera-tivo contextualizado, en el cual los diver-sos sistemas de significaciones transmitensentidos, desde el lenguaje verbal al noverbal, pasando por los lenguajes audiovi-suales, hasta las más modernas comunica-ciones virtuales. Las áreas que investiga lasemiótica tienen que ver, pues, con las no-ciones fundamentales y generales que ri-gen el conjunto más relevante de signos yde semiosis. Ello no interfiere con los ob-jetivos de otras disciplinas que se ocupan

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de esos temas, ya que se trata de perspec-tivas diversas.

b) Lenguaje común y lenguaje científico

Otra observación atañe al lenguaje. Lasemiótica no se elabora a espaldas de loslenguajes que corrientemente se usan, co-mo si las interpretaciones que proporcio-na, fuesen totalmente ajenas a las prácticascomunicativas de los individuos. Existecierto desarrollo en continuidad entreuno y otro aspecto, teniendo presente sinembargo, que la semiótica -es obvio- utili-za un lenguaje y un instrumental metodo-lógico específicos, para darle consistenciaa su investigación. Como toda ciencia,también ella está sujeta a reglas de verifi-cación (o de falsedad si queremos estirarhasta acá la posición de Popper), y sus hi-pótesis deben sostenerse en certezas pro-porcionadas por argumentos de realidad,aunque no siempre es fácil demarcar ta-jantemente los límites entre las posiblesevidencias o pruebas plausibles.

De todos modos, no hay razón parasuponer (tal vez piensen así muchos estu-diantes), que hay una ruptura profundaentre las teorías semióticas y la razón co-mún aplicada a la comunicación. Aunquenos topemos con teorías distintas para ex-plicar un mismo fenómeno, es cierto queun modelo teórico nunca es totalmentefalso, siempre ilumina alguna parte de larealidad comunicativa. Y si una hipótesisse abandona, es porque se hallan motivospara refutarla, generalmente por ser de-masiado reduccionista y no poder abarcar

una cantidad de fenómenos extensional-mente relevantes. Las discrepancias entrehipótesis y resultados esperados sólo pue-den establecerse a posteriori, una vez quese verificaron las explicaciones aportadas.Porque -es preciso repetirlo- las cienciasoperan y funcionan con hipótesis, y eso ri-ge también para la semiótica. Esto da lu-gar a que a veces, surjan “paradojas” cuan-do se rompe el equilibrio entre el mundoreal de la comunicación y su teorización.Aparentemente cada realidad se rige connociones a escalas diferentes. Y es buenoque así sea, porque “la realidad” constitu-ye una “resistencia” para cualquier ciencia,pero eso permite una continua renova-ción de interacciones entre los fenómenosreales y las representaciones científicas. Ellenguaje de éstas se vincula con los nivelesde la realidad desde el estatuto del obser-vador (del semiólogo investigador), el cualaplica su inteligencia (un punto de vistateórico y el desarrollo de un método) a ladescripción y comprensión de los fenó-menos. La utilización de hipótesis funcio-na al mismo tiempo como argumentoseurísticos, como guías que orienten lamarcha de la investigación.

c) El punto de vista semiótico

El conjunto de mundos reales o idealeses susceptible de ser analizado desde múl-tiples puntos de vista. También la semióti-ca tiene el suyo. Ella presta atención a lamultitud de objetos, de seres y de hechosque llenan nuestra realidad, especialmen-te aquellos que son fruto de la cultura hu-

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mana. Pero, lo propio de la semiótica esconsiderar los fenómenos y los hechos decultura “sub specie communicationis”, es-to es, desde el ángulo o el punto de vistade la comunicación. Es ajeno a su interésincursionar o analizar la cultura con cien-cias que barajan intereses, métodos y ex-plicaciones etnográficas, físicas, biológi-cas, etc. y que no tienen una conexión ló-gica interna con la semiótica, que analizaespecíficamente la red de signos y de he-chos de semiosis que se tejen en las cultu-ras, con sus dimensiones de significadoscomunicados. Fijémonos en la siguientenota de prensa con una información acer-ca del genoma humano:

“En el año 2001 había más de dos milcolaboradores internacionales trabajandoen la construcción del gran libro del geno-ma humano, es decir, del enorme mapa detodas las combinaciones posibles de nues-tro alfabeto genético, cuyas letras básicasson cuatro: ATGC. Se estima que, una vezconcluido el libro del genoma, una perso-na demoraría 32 años en leerlo, siempreque lo hiciera a la velocidad de lectura de200 páginas diarias. El cálculo científicoarroja la cifra de 3,5 billones de caracteresque componen el código genético conte-nido en el núcleo de cada célula humana.En la actualidad sólo del 5 al 10 % de esoscaracteres forman las frases susceptiblesde ser entendidas”.

Estos datos ante todo tienen un interéscientífico para la medicina. Pero tambiénes un texto susceptible de ser analizado“semióticamente”, es decir, como un “dis-curso científico y social” que circula en la

sociedad, portador de significados paraespecialistas y para los ciudadanos en ge-neral. Los biólogos lo leerán e interpreta-rán desde su ciencia, y para los ciudadanoscomunes será un dato de divulgacióncientífica con un componente ideológicode importancia, que afecta al imaginariocolectivo por su referencia a la estructuraprofunda del ser humano. A la semióticale interesa esto último, es decir, averiguarel valor y el significado que tiene esa infor-mación en la semiosis social.

Los rasgos peculiares que caen bajo lamirada específica de la semiótica tienenque ver con el estudio de los fenómenosde semiosis en cuanto generadores de sig-nificados, o en otras palabras, el análisis delos hechos de comunicación en relacióncon la comunicabilidad de sus significan-tes. Un cartel publicitario será analizadopor la semiótica no como un fenómenoeconómico o de marketing, sino a partirde su estructura de lenguaje y de su iconis-mo, poseedor de formas estéticas (imagen,colores, texto) que fungen de significantesproductores de significaciones en la socie-dad y en la cultura urbana de hoy. Si que-remos teorizar un poco este punto, hemosde afirmar que la semiótica tiene la tareade buscar leyes y otras generalidades rela-tivas a su objeto de estudio, o sea, debe seruna ciencia de las representaciones sígni-cas y de los fenómenos de semiosis.

Vista desde esta óptica, aparece otracaracterística de la semiótica, y es que ellabasa su conocimiento en la construcción demodelos para que sirvan de marcos refe-renciales en la tarea de análisis y estudio

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de los fenómenos de comunicación. Me-diante ese instrumento teórico, se con-fronta y se evalúa la validez de la investiga-ción. En rigor, pues, no existe un métodosemiótico único, sino múltiples modos derealizar los estudios de los hechos que in-teresan. En cierto modo un modelo se-miótico es como una categoría a priori, decarácter más bien hipotético y con posibi-lidad de circunscribirlo a un determinadoobjeto de estudio. De hecho constatamosque así ha sucedido, se crearon modelos yse aplicaron al análisis de ciertos procesoso fenómenos comunicativos particulares.Surgió la oposición binaria, el cuadradosemiótico, las constantes estructurales deLévi-Strauss, los códigos de normas y des-viaciones icónicas, etcétera. Cada modelodebe verificarse, perfeccionarse, modifi-carse o abandonarse.

Resumiendo, el espacio semiótico, in-cluye todos los aspectos que tocan las for-mas y las relaciones sígnicas de las cosas,por tanto, es como si todo fuera materiasignificante de semiosis, o sea, signos y len-guajes que alimentan fenómenos de signi-ficación. Se pasó, pues, de la semiótica en-tendida como “ciencia de los signos”, a lasemiótica comprendida como “ciencia delas significaciones”. Pero ambos aspectosvan unidos, no pueden separarse. De estemodo, la semiótica permanece como laciencia de los signos que circulan y produ-cen sentido en el ámbito de las culturas ysociedades humanas, tomando en cuentasus lenguajes, lo que ellos revelan, lo quedicen y como dicen las cosas que la gentehace.

Hay quienes critican las pretensionesdemasiado extensivas de la semiótica, afir-mando que no le sientan bien, porquequieren abarcar demasiado. Sostienen quela semiótica debería ponerle límites a susaspiraciones totalizantes, porque en elfondo, el estudio de la estructura y de lasfunciones sígnicas de la cultura y sus sig-nificados, es una manera de colocarse to-talmente por encima de ella, incluso de lasideologías, y eso revelaría la pretensiónimperialista de la semiótica.

A esta crítica podemos responder di-ciendo que la semiótica no se cree omni-potente, ya tiene fronteras epistemológi-cas que regulan su quehacer. Como todoestudio de la cultura, también el análisissemiótico es sólo un aspecto de las múlti-ples miradas sobre la realidad. Presta aten-ción a aquellos espacios de sentido que secrean mediante el uso de los objetos y len-guajes. Más allá y al fondo todavía, quedanlos horizontes de la filosofía que indagalos criterios hermenéuticos para interpre-tar los contenidos y la verdad o falsedaddel lenguaje humano.

3. Las generaciones de la semiótica

Desde que comenzaron los estudioscientíficos de las comunicaciones socialesen el siglo XX, hubo necesidad de echarmanos de marcos o enfoques teóricos quedieran razón de cierto conjunto de fenó-menos. Así, desde la perspectiva sociológi-ca se organizó la indagación en torno a lasmúltiples relaciones existentes entre co-municación (medios de comunicación) y

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sociedad, los modos de recepción de losmedios, las expectativas del público, losefectos de los medios masivos en los gru-pos, sus repercusiones educativas, familia-res, grupales, sociales.

Desde otro ángulo, la vertiente psico-lógica abordó las comunicaciones socialescentrándose en las personas y los indivi-duos, sus experiencias estéticas, su valora-ción de los mensajes, las imágenes que desí mismos se forjan los sujetos ante el es-pejo mediático, las repercusiones en susimaginarios.

Los enfoques más filosóficos, en cam-bio, se centraron en el análisis de la natu-raleza y del sentido de la comunicación.Las preguntas y las cuestiones eran: ¿enqué consiste realmente la comunicación?¿Cuál es su esencia y su verdad profunda?

Es obvio que el conjunto de las teoríasutilizadas por cada rama científica, repre-senta un mapa diversificado. Con ellas sehan implementado no sólo distintos nive-les de estudio, de lectura y de investiga-ción, sino que se obtuvieron también re-sultados a veces difíciles de conciliar5. Amenudo los trabajos se han llevado a cabocon total independencia entre un enfoquey otro, sin ninguna interdisciplinariedad,de modo que la sensación producida es lade quien se halla delante de un rompeca-bezas.

Por lo que atañe a la semiótica, los re-corridos teóricos que se han desarrollado

a lo largo de la relativamente corta histo-ria de esta disciplina, se suelen clasificar entres etapas.

Esta división es tan sólo una maneradidáctica de poner orden en un terrenoque demanda ser constantemente esclare-cido, precisado y actualizado.

a) Semiótica de primera generación

Tuvo origen ya en la década de 1950,cuando apenas se iniciaban los estudios desemiología. Al inicio los enfoques fueroneminentemente lingüísticos en la línea dela tradición saussuriana. Entonces la pre-gunta básica era acerca de la “arquitecturade un texto”. Desde ese planteo, el acerca-miento a los problemas de la comunica-ción, consistía en hallar y descomponerlos elementos constitutivos de cada texto odiscurso. Una vez encontrada su estructu-ra fundamental y los elementos que laconforman, el problema semiótico se con-sideraba resuelto. No había aún preocupa-ción por analizar otras cuestiones concep-tuales básicas, que surgieron después, amedida que la semiótica asumió un perfilmás definido en la década de 1960 con laaparición del estructuralismo.

La semiótica estructural asumió el pos-tulado según el cual todo lector es un de-codificador y el mensaje una obra. RolandBarthes, uno de los exponentes más cono-cidos de esta semiótica, afirmaba, en efec-

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5 Como ejemplo de lo que decimos, ver la descripción de los diferentes enfoques en las investigacionesde los efectos de los medios que reportan Mc Quail D. (1980, 1983), y Mauro Wolf (1992).

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to, que toda obra es un fragmento de unasustancia que tiene un cuerpo y ocupa unespacio, lleva en sí misma un significado yes fruto de una tarea de producción. Aho-ra bien, todo texto se organiza en torno alconcepto central de estructura.6

No debemos olvidar que esta primerasemiótica fue deudora de toda la corrien-te estructuralista que en aquellas décadasimpregnó numerosas disciplinas, sobretodo los estudios de antropología cultural,de sociología, de lingüística. En sentidogeneral, cuando se habla de estructuralis-mo se entiende un método de análisis quepermite introducir un orden explicativoen un conjunto o serie de fenómenos apa-rentemente desconectados entre sí. Su ob-jeto de estudio es, por consiguiente, elanálisis de las relaciones que surgen entresus elementos. En este contexto la idea deestructura puede remitir a uno de estosdos significados: como un sistema de rela-ciones, es decir, como una totalidad no re-ducible a sus partes, y por tanto, dichas re-laciones son susceptibles de estudio y aná-lisis. En segundo lugar, del punto de vistaoperacional, una estructura es la interde-pendencia de elementos de un conjuntode dinámicas que interactúan recíproca-mente. Aclarado así el término, resultacomprensible que la idea de estructuralis-mo resultó útil para indagar una gran va-riedad de fenómenos: C.Levi-Strauss la

usó para estudiar las estructuras parenta-les de los grupos étnicos 7, mientras que aR.Jakobson la aplicó a la lingüística8. Enfin de cuentas fue posible buscar la estruc-tura de cualquier fenómeno, y por esta ra-zón se acuñó la expresión análisis estruc-tural, aplicable tanto al campo cinemato-gráfico, como al análisis de obras pictóri-ca, de una novela o incluso de un fenóme-no político-social.

Las semióticas de primera generaciónse remitieron a este bagaje conceptual es-tructuralista. Y con ese instrumental detrabajo, ellas se han detenido de modoparticular en el análisis de los objetos sig-nificantes de los lenguajes, y en los proce-sos de comunicación entendidos como elflujo informativo entre emisores y recep-tores mediante un desarrollo regular y li-neal.

A pesar de sus límites, estas semióticasde primera generación, han tenido el mé-rito de ensanchar el horizonte restringidode la vieja lingüística y se han preocupadopor abarcar no sólo el lenguaje verbal, si-no también las formas audiovisuales decomunicación.

b) Las semióticas de segunda generación

A partir de los años 1970, los estudiossemióticos sufrieron un viraje hacia nue-vas posturas teóricas y metodológicas. La

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6 Ver de Roland Barthes: La aventura semiológica. Edit. Paidós, Buenos Aires, 1994.7 En 1955 Claude Lévi-Strauss escribió Tristes trópicos, y en 1958 publicó Antropología estructural. En

1963 El pensamiento salvaje; en 1964 comenzó a publicar sus Mitologías.

8 La obra de R. Jakobson abarca más de quinientos títulos. Su enfoque estructuralista se refleja por ejem-plo en su importante trabajo Ensayos de lingüística general. (Seix Barral, Barcelona 1981).

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semiótica postestructuralista, se abrió ca-mino a medida que fueron desaparecien-do los modelos teóricos dominantes quepretendían acaparar la totalidad de las ex-plicaciones, como sucedía con el funcio-nalismo y el estructuralismo. Progresiva-mente se impusieron hipótesis más plura-listas que contribuyeron a cambiar los en-foques de los estudios y los proyectos deinvestigación. En semiótica se revisaronlas formas en que se relacionaban los sig-nos, los individuos o actores y las redes so-ciales. Entre esos elementos ya no existíaaquella unidad que aparentemente se pre-tendía. Por lo cual se empezaron a indagarotros hechos extra-lingüísticos y otrosprocesos comunicativos. En las semióticasde esta nueva generación hallamos diver-sos pensadores que se interesaron por elanálisis de textos concretos de los lengua-jes. No se trató de un horizonte completa-mente homogéneo, ya que aparecieronconcepciones teóricas diversificadas, perotodas, de una manera u otra, confluyeronen la indagación semiótica. En síntesis po-demos nombrar las siguientes tendenciasprincipales:

El deconstruccionismo que tuvo en la fi-gura de J.Derrida su agente principal.9 Es-te pensador de origen argelino, pero quevivió en Francia, propugnó que al estudiarun determinado texto, era necesario des-centralizarlo, apartarse de sus símbolos

centrales y reconstruirlo en torno a otrostemas que han sido marginados. La rein-terpretación de un texto, significa poneren el centro al lector, el cual lo puede “re-construir” incluso desde los elementos ex-cluidos. A nivel más amplio, se postulabarealizar una cultura que se debía constan-temente desintegrar y volver a combinar.Esta hipótesis –propia de reflexiones ensociedades desarrolladas– tuvo matices di-ferentes en Europa y en Estados Unidos.Por cierto que en América Latina se privi-legió un enfoque social del deconstructi-vismo.

En el surco de estas reflexiones, tam-bién R. Barthes aportó valiosas ideas parala concreta lectura de los textos.

La hermenéutica cuyos máximos expo-nentes fueron el filósofo alemán GadamerH. y el francés P. Ricoeur. Esta corrienteanalizó los factores que intervienen en lainterpretación de los lenguajes y de losmensajes. Se trata, por tanto de interpretaral mismo ser humano. Gadamer explica eldistanciamiento alienante que se da en elhombre, respecto a su experiencia de per-tenencia. En ese espacio se produce tam-bién la experiencia hermenéutica, y que éldivide en tres esferas: la estética, la históri-ca y la lingüística. Esta última permite do-minar las estructuras de los textos denuestra cultura, por eso atraviesa las dosesferas anteriores.10

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9 Jacques Derrida con sus Gramatologia y La escritura y la diferencia (1967), dio a conocer su pensamien-to que modificaba el modo de enfocar y de leer la realidad mediante la deconstrucción.

10 Ver de Hans Georg Gadamer: Verdad y método.

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P. Ricoeur por su parte, habla de lamutua interdependencia que se estableceentre las explicaciones de los fenómenos yla comprensión de los mismos, creando, deesa manera, el “círculo hermenéutico”:“...la correlación entre explicación y com-prensión, y viceversa, entre comprensión yexplicación, constituye el círculo hermenéu-tico.”11 Esta noción puede aclararse si aña-dimos que el “orden hermenéutico” esuno de los cuatro órdenes de la semánticade los textos (junto al orden sintagmático,el orden paradigmático y el referencial). Elcírculo hermenéutico incluiría un movi-miento en torno a cada uno de esos órde-nes.

Las teorías del lector implícito que in-cluyen autores como J.Lotman, Iser,Booth, Chatman, afirman la hipótesis deque el verdadero lector de un texto no es elindividuo concreto, sino una instanciasimbólica que se activa al interior del tex-to. Debe aclararse que el término texto nodebe ser referido solamente a los escritosliterarios, sino que se extienden a cual-quier producción audiovisual y mediática.

El nuevo problema que estas semióti-cas debían enfrentar era el funcionamien-to del texto. Pero al mismo tiempo teníanpendientes aún los interrogantes concep-tuales no resueltos por las semióticas de laprimera generación, más concretamente:la noción de estructura, ya que ella se re-

velaba insuficiente y demasiado estáticapara dar razón de la dinámica del texto.Éste, en efecto, no refleja exactamente lasideas que el autor ha querido expresar, esoes empobrecer el texto, el lector tiene tam-bién un rol activo; no es un simple deco-dificador, su tarea es más creativa e inteli-gente.

Al plantearse estas nuevas cuestiones,las teorías semióticas de segunda genera-ción reelaboraron su base conceptual, asu-miendo otros referentes. Aparece la figuradel lector como un interlocutor, y el men-saje es considerado un texto, es decir, uncampo metodológico que se lee en formatransversal, no cerrado sino abierto a nue-vas significaciones que desbordan la in-tencionalidad del autor y que abarca otrosespacios y experiencias lúdicas.

A nivel metodológico surge la nociónde contrato, para aludir al pacto enunciati-vo que interviene como lazo de unión sim-bólica entre el autor y el lector del texto.

Con estas nuevas prescripciones lasteorías de esta segunda tradición semióti-ca, aparecen con dos rasgos distintivos: enprimer lugar se indaga el proceso generati-vo del texto y se considera el relato comoel lugar de intercambio y de contrato; estoes notorio en la corriente francesa con ex-ponentes como A.J. Greimas, Brémond,Genette, E. Verón (durante su investiga-ción en Francia).

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11 Ricoeur Paul: Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II. Ed. Fondo de Cultura Económica. Mé-xico, Buenos Aires, 2001. Es la traducción de Du texte à l’Action. Essais d’herméneutique II (1986), unarecopilación de trabajos como continuación del anterior de 1969: Le conflit des interprétations

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En segundo lugar hay un acercamientointerpretativo al texto, considerado comoobjeto de fruición y lugar de interacción.Aquí se ubica el aporte de investigadoresitalianos con las teorías de la cooperacióntextual de U. Eco, de la conversación au-diovisual de G. Bettitini y las pasiones delos hablantes sugeridas por Paolo Fabbri.En América Latina ambas corrientes deja-ron sentir su influjo en los estudios de lacomunicación. Consideramos pertinentesa esas líneas algunos trabajos de OrozcoGuillermo (México), J. Martín Barbero(Colombia), Oscar Steimberg, Piccini Ma-bel, Lilia Chamberlani (Argentina), MaríaT. Quiroz (Perú), Faustino Pérez (Repú-blica Dominicana), Ana María Fadul(Brasil), entre otros.

En resumen, en estas teorías aparececlaro el interés por decir no sólo qué es untexto, sino también cómo comunica.

c) Las semióticas de tercera generación

A mediados de 1980 vemos aparecerun nuevo escenario semiótico, más com-plejo aún. Las semióticas anteriores ha-bían aportado el interés por los “actores”que desarrollaban roles sociales. Ahora seplantean dos nuevos problemas: a nivelempírico se quiere responder a la pregun-ta: ¿cómo interactúa un texto en su con-texto de recepción? En el plano textual setrataba de diseñar el perfil y el rol del in-

terlocutor, a partir de los límites que elmismo texto sugiere, pero yendo más allá.Esta nueva tendencia emergente traía im-plícita la pregunta acerca de los actores so-ciales y cuál sería la perspectiva con la cualhabía que postular su estudio.

Para responder a estas cuestiones, eranecesario abrir la semiótica al cognosciti-vismo de otras disciplinas que ayudaran aredefinir algunos núcleos centrales de laindagación sobre los sujetos de la comuni-cación, analizar su postura mental, las es-trategias de sus acciones, y las situacionesen que la desarrollaban. De manera gene-ral podemos afirmar que se instaló unnuevo paradigma, pero con un enfoqueplural: el interaccionismo. Éste se caracte-riza por la descripción de la comunicaciónen sus múltiples aspectos, de las formasdiscursivas y el análisis de los anunciadosubicados en sus contextos empíricos.12

Diversas disciplinas contribuyen a definircontenidos y métodos semióticos: la so-ciolingüística, la psicología social, la so-ciología cognitiva, la kinésica y proxémica,los estudios etnográficos, etcétera. El pos-tulado epistemológico de base, consistióen aceptar que los textos y discursos sonconstrucciones sociales realizadas pormúltiples actores. En adelante, para la se-miótica el lector es considerado como uninterlocutor que el texto halla delante de sí;el texto a su vez, construye a su lector o es-

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12 Ver por ejemplo de Kebrat-Oreccioni Catherine: Les cultures de la conversation en “Le Langage” – Scien-ces Humanines, nº 27 – Paris. Déc- 1999 Jan. 2000 p. 38 – 41-

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pectador dándole un espacio activo yguiándolo por cierto recorrido. Este enfo-que general ha sido asumido -aún conmatices diversos- por varias escuelas y au-tores. La llamada “escuela de Costanza”aportó fecundas reflexiones, lo mismo quelas teorías de interacción social estudiadapor la escuela de Palo Alto; la Escuela deBirmingham que analizó las relacionesprocedimentales de los diálogos y la es-tructura de sus léxicos; la Escuela de Gine-bra que propuso una tipología de los in-tercambios entre actores de diferentesrangos.13 Lo mismo hizo Halliday M. queestudió como se usa el lenguaje dentro delas diversas situaciones sociales.14 En Es-paña se destaca Ana María Vigara T. porsus aportaciones al estudio del español co-loquial, desde el chiste hasta los estilosconversacionales.15

Como podemos constatar, en lo meto-dológico emergió la figura teórica del con-texto y sus circunstancias enunciativas. Conesto se salía de las ambigüedades de losenunciados abstractos, y se tomaba encuenta la interacción pragmática de la co-municación. Los trabajos de la pragmáticalingüística inaugurada por J. Austin(1962) tuvieron amplia repercusión en eldesarrollo de otras indagaciones sobre lainteracción comunicativa y las condicio-

nes de la enunciación. Al acentuar la im-portancia de los contextos de la enuncia-ción, se puso de relieve las implicacionesparticulares que se crean en las situacionesconcretas de la comunicación lingüística,donde los enunciados asumen determina-das significaciones, que desbordan los có-digos estrictamente semánticos. El mapade las teorías que -directa o indirectamen-te- se apoyan en estos postulados de inves-tigación es muy rico, variado y complejo,aquí hallamos los grandes estudios de lapragmática del lenguaje de Seirle, Grice,Sperberg y Wilson, Anscombre, Ducrot.16,R. Odin y su semioanálisis, la semioprag-mática de Casetti, U. Eco y sus circunstan-cias enunciativas.

A su vez, toda la corriente de la semió-tica social o sociosemiótica concedió unnuevo espacio al estudio de los contextos,mostrando que en la producción social desentido, no sólo actúan como agentes losemisores de los mensajes, ni tampoco sólolas audiencias, sino que ambos tejen unared, de modo que los medios y el públicopreceptor se interrelacionan activamenteen la construcción de signos y discursos dedonde emergen los sentidos de la vida co-tidiana al circular en las estructuras de lasociedad.17

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13 Cabe nombrar de esta escuela a E. Roulet.14 Halliday Michael: Langage and Social Semiotic. Baltimore: University Park Press, 197815 Cfr. Ana María Vigara T. : Morfosintaxis del español coloquial. Esbozo estilístico. Edit. Gredos, Madrid

1992.16 En el capítulo sobre la pragmática del lenguaje retomaremos estos investigadores, para explicar un po-

co su pensamiento respecto al lenguaje.17 Ver el valioso trabajo de Klaus Bruhn Jensen: La semiótica social de las comunicaciones de masa.

Ed. Bosch Comunicación, Barcelona, 1997-

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Resumiendo, estas semióticas de terce-ra generación, además de preocuparse porindicar cómo se comunica un texto, pres-tan atención al modo como los actoresmediáticos interactúan en los más diversoscontextos.

4. La división de la semiótica en

tres ramas

A partir del siglo XX la semiótica se hasistematizado y se ha dado un estatutocientífico. Como otras ciencias se subdivi-de en varias disciplinas. La división pro-puesta por Morris es aún ampliamenteaceptada. Él distingue tres ramas en la se-miótica: la Semántica, la Pragmática y laSintáctica. Cada una de ellas posee objeti-vos y métodos específicos.

¿En base a qué criterios se establece es-ta triple división ? El punto de arranqueson las relaciones diádicas que establecenlos signos.

a) La semántica

En primer lugar pueden estudiarse lasrelaciones de los signos con los objetos alos que son aplicables, es decir, a lo que lossignos quieren significar al referirse o aldenominar cualquier tipos de seres o deentidades. Esta relación se denomina Di-mensión Semántica de la semiosis, y su es-tudio se llama sencillamente “Semántica”.

La semántica, por este motivo, es conside-rada una rama empírica de la semiótica,ya el estudio del sentido y de los significa-dos del lenguaje humano, hace referenciaa las relaciones concretas de los signos conlas cosas.

El conocimiento de los significados delos signos supone, pues, prestar atención alas “res designata”, es decir, a los objetos, alos hechos y a los fenómenos que los sig-nos señalan. Así por ejemplo, los hablan-tes de una lengua, al usar los signos lin-güísticos o los enunciados, proceden a in-dicar cosas, situaciones, eventos, senti-mientos, conceptos, etcétera. Todo ellopresupone la presencia de criterios de ín-dole semántica para el uso de los signos ysus significados. Hay, por tanto, una dobleperspectiva en la práctica semántica: una“intensional” por cuanto todo signo oenunciado designan alguna índole propiao nota de los objetos; otra perspectiva es“extensional” pues señala o alude al tipo oconjunto de cosas u objetos a los cuales seaplican las propiedades indicadas en lossignos o enunciados.

Evitamos aquí aplicar el término “se-mántica” a otros sistemas formales, comola teoría de los modelos de Tarski o la deGoguen, que están teniendo aplicacionesen los actuales estudios sobre los lenguajesde programación informática.18

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18 La llamada “Teoría de los modelos” tuvo su principal exponente en Tarski (1901 – 1983). Dicha teoríaapuntó a estudiar las estructuras matemáticas considerando las leyes que le obedecen. Tarski describiólos conceptos fundamentales de esa semántica, cuyo lenguaje fue aplicado a la programación. A su vez,el investigador en informática Goguen, afirma en su Teoría de las Instituciones, que la teoría general dela abstracción es una teoría semántica.

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La semántica se diferencia de la fono-logía que estudia los sonidos de la lengua,e igualmente de la sintaxis gramatical queanaliza los sistemas de clasificación ycombinación de las unidades lexicales. Encambio, las fronteras que separan la se-mántica de la semiótica son más difusas eimprecisas. La Escuela de París consideróla semiótica como una extensión o una es-pecialización de la semántica. Nosotrospensamos que la semántica es más bienuna disciplina descriptiva y técnica de lossignificados de un determinado lenguaje,por tanto su instrumental es aplicable nosólo a los textos verbales, sino también alos audiovisuales. En cambio la semióticaasume una perspectiva más global y teóri-ca del conjunto de los lenguajes, y desdeeste ángulo, la semántica entonces debeconsiderarse subordinada a la semiótica.

b) La Pragmática

También puede estudiarse la relaciónde los signos con los intérpretes con laspersonas que utilizan los signos de modoconcreto. En este caso, aparece la Dimen-sión Pragmática de la semiosis, y su estudiorecibirá el nombre de “Pragmática”.

Dentro de las ciencias del lenguaje laPragmática es la disciplina que analiza lasformas y las estrategias concretas que asu-men las expresiones comunicativas, con elfin de descubrir las leyes que las rigen y es-tablecer sus características generales. Leinteresa el estudio de los diálogos conver-sacionales, los casos que reporta la etno-lingüística, los enunciados de los medios

masivos en sus diversos contextos, situa-ciones, circunstancias.

La pragmática comparte con otras dis-ciplinas algunos aspectos de su universomental (por ejemplo con la psicología, so-ciología, antropología...), ya que trata dedescubrir los ejes modélicos del lenguaje y-en general- del comportamiento humanocomunicacional en sus realizaciones prác-ticas.

c) La Sintáctica

Finalmente se ha de considerar la rela-ción formal de los signos entre sí. Esta re-lación se incorpora en la definición de lossignos puesto que el uso habitual de ellos,incluye necesariamente la presencia de“un sistema sígnico” que funciona con co-rrelaciones internas y sugiere mecanismosmenemónicos y señaladores sintácticos.La sintaxis se interesa por los sistemas for-males (llamados “gramáticas”) diseñadospara analizar los lenguajes.

Es muy difícil imaginar la existencia deun lenguaje en base a signos aislados, almenos en potencia todo signo tiene rela-ciones con otros signos; puesto que tantolos emisores de mensajes como los desti-natarios, sólo logran interpretar un signo,cuando lo ven puesto en combinación es-tructural con otros. La presencia de estasrelaciones y combinaciones sígnicas, esta-blece una dimensión de la semiosis tanimportante como las dos anteriores (se-mántica y pragmática). Esta es la Dimen-sión Sintáctica de la semiosis, y su estudiorecibe el nombre de “Sintaxis”.

La danza de los signos / 21

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La semiótica se relaciona con estas di-versas extensiones de la semiosis, y trata

de dar razón de los fenómenos comunica-tivos que de ellas se derivan.

22 / Victorino Zecchetto

* * *

Palabras claves para recordar

Semiótica / Semiología: es la ciencia o el conjunto de conocimientos que analizany explican los signos y los fenómenos comunicativos, los sentidos y las significacionesque se producen en la sociedad a través de la actividad de la semiosis.

Semiosis: es la actividad misma de la comunicación. Es el proceso de interaccióncomunicativa que se produce entre las personas, los grupos sociales y las instituciones.

Semántica: (del griego “semantikos”=lo que tiene sentido), es el estudio del sig-nificado de los signos, de los enunciados y de cualquier texto o discurso mediático, den-tro del proceso que asigna tales significados.

Bibliografía

Chandler Daniel1998 Semiótica para principiantes. Ed. Abya-Yala, Quito.

Morris Charles1994 Fundamentos de la teoría de los signos. Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, México, Buenos Aires

(Ver: Cap. 2: “Semiosis y semiótica”).

Magariños de Morentín Juan A.1996 Los fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica. Edicial, Buenos Aires.

Rosa María del Coto1996 De los discursos a los códigos. Una aproximación a los lenguajes contemporáneos. Editorial Do-

cencia, Buenos Aires, (Ver: “La semiótica de primera Generación” -p. 33-75; “La semiótica desegunda generación” -p.240-250, p.274-300).