¿Ya fue? - lavaca · rector de FM Qom 89.3. Los que “vinieron y dejaron las cosas” no son,...

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el periódico de lavaca verano 2012-2013 / año 7 / número 61 Valor en kioscos $ 12 ¿Ya fue? ¿Ya fue? El paradigma de la concentración mediática está agonizando. ¿Qué lo reemplaza? ¿Cómo es la vida sin corporaciones oficialistas ni opositoras? ¿Cómo hacemos para que los medios se pongan al servicio de la sociedad y recuperen la dignidad y la alegría? Raúl Zibechi entrevista a Ignacio Ramonet El fin de los latifundios mediáticos y la revolución de los lectores

Transcript of ¿Ya fue? - lavaca · rector de FM Qom 89.3. Los que “vinieron y dejaron las cosas” no son,...

el periódico de lavacaverano 2012-2013 / año 7 / número 61Valor en kioscos $ 12

¿Ya fue?¿Ya fue?El paradigma de la concentración mediática está agonizando.

¿Qué lo reemplaza? ¿Cómo es la vida sin corporaciones oficialistas ni opositoras? ¿Cómo hacemos para que los medios se pongan al servicio de la sociedad y recuperen la dignidad y la alegría?

Raúl Zibechi entrevista a Ignacio Ramonet

El fin de los latifundios mediáticosy la revolución de los lectores

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LA RADIO DE LA COMUNIDAD QOM DE FORMOSA

a forma que tienen los Qom deavisar al resto de la comunidadque hay visitas ya no es me-diante señales de humo, gritoso cantos ancestrales. Cada forá-

neo se presenta delante de un extraño arte-facto llamado “micrófono” que mágicamentehace llegar la voz a los oídos de todos. Antesque dar un beso o estrechar una mano, surgeuna frase: “Ya te escuché por la radio”.Esto es un medio de comunicación.

Aprender a tocar todo

l precio de la fama para la comuni-dad Qom de Formosa fue muy cos-toso: la vida de Roberto López. Fal-

ta un día para que se cumplan dos años desu asesinato, y la radio está que hierve. Nunca hay menos de 10 personas alre-

dedor del centro comunitario donde fun-cionan la radio, el consultorio sanitario y lagendarmería, que está asentada allí desdehace dos años, presuntamente para vigilarel conflicto. Hoy hay casi veinte. La mayo-ría son jóvenes y niños.Rolando, 17 años, y Ricardo, 18, están a

cargo de los controles. ¿Chicos? Son losmás grandes que veré manejando la conso-la y la computadora, dando aire a los locu-tores y marcando los tiempos del progra-ma. “El resto de los operadores tienen de 8a 12 años” cuenta Rolando, el hijo más jo-ven de Félix Díaz –el carashe de la comuni-dad– y el primero que aprendió, toquetean-

do todo, cómo sacar al aire la voz de suscompañeros. “Antes de que llegue la radioyo ya me había bajado un programa, el Vir-tual DJ, para mezclar música, porque megustaba… Cuando llegaron los equipos loprobé, tuve que aprender otras cosas y fun-cionó”, relata. Aclaración: el programa está en inglés, lo

que significa un tercer idioma que Rolandodescifró sin la ayuda de nadie, al igual queel manejo técnico de la radio. Los primeros meses Rolando era el úni-

co operador de la radio, que transmite de 6a 22 horas: “Me quedaba dormido acá arri-ba de la consola” se ríe. Los niños curiososque lo miraban y le preguntaban se fueronperfilando entonces como sus sucesores na-turales. “A nosotros nadie nos enseñó co-

mo poner una radio al aire. Vinieron, deja-ron las cosas y se fueron” dice Rubén, el di-rector de FM Qom 89.3.Los que “vinieron y dejaron las cosas”

no son, tampoco en este caso, gente del go-bierno. Al contrario, la gesta de esta radiooriginaria se debe en gran parte a la ayudade la radio FM La Tribu y a la Red Nacionalde Medios Alternativos que, a fuerza de pe-ñas y festivales, construyeron el transmisory donaron la consola, la computadora y lostres micrófonos con que hoy transmiten.

¿Derecho o favor?

l marco de la Ley de Medios le per-mitió a Félix Díaz acercarse al AFS-CA para reclamar la licencia que

esa norma contempla como un derecho delos pueblos originarios, sin necesidad deconcursar. Félix relata el encuentro con elentonces coordinador general del AFSCA,Luis Lázaro: “El tipo me conoce y me dice:�Félix, lo único que me traes son proble-mas’. ¿Por qué? �Porque hay una orden dearriba para que no te atendamos… Yo firmo,a mi no me importa. Si me corren, me co-rren. Vení esta semana y medimos la fre-cuencia y te damos la radio; después arre-glate con el gobierno de Formosa�”.La ley de Medios queda así como una

cáscara vacía que si bien permitió que enun dial de una radio se escuche la voz delos Qom, dejó esa posibilidad ligada a lasuerte. Y es la suerte de una comunidad deescasos recursos y con necesidades más ur-gentes, donde el equipamiento y la capaci-tación –contemplada en al artículo N° 125

Lograron la licencia como un favor y no como un derecho que garantiza la nueva ley.Los equipos los consiguieron con la ayuda de la red social que apoya su reclamo detierras. Aprendieron a manejarlos “tocando todo”. Hoy es la radio más influyente de lazona, que operan niños de 8 a 12 años y escucha hasta el gobernador Insfrán.

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de la Ley– corrieron por cuenta propia y demanera comunitaria y autogestiva. Hoy, con lo mínimo, transmiten todos

los días y tienen 27 programas diferentes,más de 50 locutores, 14 operadores y un al-cance de 60 kilómetros que les permite ase-gurar que los escuchan también “los crio-llos, los políticos y hasta el gobernadorGildo Insfrán”, que vive a 8 kilómetros.

Hablar el propio idioma

pesar de la variedad de programas–musicales, religiosos e informati-vos–, hoy la radio está monotemá-

tica: todos los locutores repiten la convo-catoria para mañana, en la ruta 86, escenadel crimen, para recordar al hermano Ro-berto López. Hasta el programa Música cristiana si-

gue su curso, pasa su música, pero no de-saprovecha la oportunidad de recordaraquella jornada represiva y señalar “a lospolíticos y la policía” como los responsa-bles: el tenor de denuncia atraviesa todala radio. Su conductor, Yael López, es el hi-jo de Roberto, el qom asesinado: “Mi sue-ño de ser locutor se cumplió”, asegura.Ahora, amasa otros dos deseos: que hayajusticia por la muerte de su padre y que laradio “siga y siga más”. Como el de Yael, la mayoría de los pro-

gramas son musicales: mucha cumbia, fol-klore y música originaria. La radio cuentacon un teléfono al que se le pueden hacerpedidos. Llega uno: Los querandíes de LosGardelitos. Suena entonces:

Somos los querandíes, herederos de esta tierraSomos nietos del indio que mataron esos hombres de mierdaSe llevaron el oro, nos quitaron nuestras tierrasPero nunca pudieron con la naturaleza No necesito las luces ni los lujos de la ciudad.

“Tener un propio medio de comunicaciónpara que la comunidad pueda entender lalucha, saber qué es lo mas importante deconocer”, dice el director de la radio Rubén,peleándole al español, “hablar de derechoindígena, en nuestro idioma, como estable-cen las leyes que se hable de su propiaidentidad y de los antepasados nuestros”,define sobre el perfil de la radio.En la radio FM Qom se tratan asuntos

que le atañen a la comunidad. Se pasa lamúsica que a ellos les gusta y los repre-senta. Se habla el propio idioma, se infor-

ma, se ayuda y se convoca. “Antes usába-mos celulares, ahora con la radio los her-manos con problemas de salud se acercanacá. Nosotros necesitamos un doctor ple-namente, pero desde las 18 horas no que-da nadie. Ahora que está la radio llama-mos a la ambulancia para que traslade aLaguna Blanca, y si no está, viene Gendar-mería, que también nos escucha”, dice Ru-bén. “Es una herramienta socio-económi-ca muy importante”.

La diferencia

n la comunidad ya era habitualacompañar el tereré del mediodíacon la radio, aun antes de la FM

Qom. Se escuchaban los programas de La-guna Blanca o de Nainek, los pueblos máscercanos. ¿Cuál es la diferencia? Eduardo,otro de los hijos de Félix: “En esas solo sehabla de cosas lindas”. Antonio, el únicoprofesor bilingüe de la comunidad: “Elloshablan de política, de las obras del gobier-no”. Yanina, otra de las jóvenes operadoras(“y conquistadoras” agrega una voz porahí), se planta: “Pasan música mala”. Félix, sobre más diferencias: “Nosotros

no tenemos horarios fijos. Acá no estamoscopiando a otras radios. No hay espaciospublicitarios. La forma de hablar es otra”.“Cuando se abrió esta radio no se escu-

charon más las otras”, asegura Pablo, uno delos locutores mañaneros. Toribio Cantón, eldirector técnico del equipo de fútbol de lacomunidad, tiene una teoría meteorológica:“Ahora sabemos qué pasa en la comunidad,no es que andamos en las nubes”. El profe Antonio dice que, con la radio,

“todo cambió mucho. En los otros tiemposse compraban las teles y los dvds. Pero aho-ra ya toda la mayoría volvió a comprar ra-dios y equipos de música. En las canchas,cuando van a jugar al fútbol llevan esa ra-dio chiquitita y van escuchando”. El DT To-ribio Cantón asiente con la cabeza: “Es im-portante. Importantísimo”.

Feminismo originario

manda conduce un programa lossábados llamado Voz originaria,donde pasan música “de otros

hermanos que cantaron”, como sus abue-los o su papá. Es la compañera de FélixDíaz y la prima hermana de Roberto Ló-pez. Sin embargo, no habla de la marchade mañana ni de la justicia por la muertede su primo: se dirige a las mujeres, paraconsolarlas y fortalecerlas. Les diceAmanda: “Es un dolor más fuerte que

siempre nos toca”. “Mi cortina musical esEl corazón, es un tema en nuestro idiomaque siempre me gustó porque es el cantode las mujeres. Dice que extraña mucho asus hijos y que le duele el corazón”. ¿Estriste la letra? “Sí. Pero me gusta porquesoy madre, porque siempre cuando estoyun poco lejos de acá me acompaña estacanción”. Alrededor de Amanda corretean las ga-

llinas y María Luján, que se ríe cuando lesacan fotos a su abuela. En el silencio –que este periodista apren-

dió en la comunidad a no interrumpir, por-que es parte del clima y porque en él losQom desarrollan la idea– Amanda piensa.El grabador capta el cantar de los pájarospor largos y tranquilizadores segundos, has-ta que dice Amanda: “Con la radio para mique hubo mucho cambio entre mujeres.Antes las mujeres no sabían si ellas tienenderechos. Pero yo siempre digo que noso-tras como mujeres también tenemos dere-chos, al igual como los pájaros, los perros”. Qué les dice a las mujeres en su progra-

ma: “Los blancos a veces no respetan a lasmujeres y me da lástima cuando embara-zan a las chicas y las dejan afuera. Siempredigo también que las mujeres tienen que le-vantarse para que los blancos no pisoteen”. Le digo que lo suyo es un feminismo ori-

ginario, y se ríe; no tiene elaborada la pro-puesta, ni le puso títulos ni teoría. Amandareflexiona sobre lo que ve que pasa y citasiempre a las enseñanzas de su padre. Suprograma Voz originaria interpela a los ene-migos al interior de la propia comunidad: elpatriarcado, el machismo, la violencia: “Aveces viene otra persona que no respeta alas mujeres y las mujeres no se pueden de-

fender porque ellas no saben. Hay muchachica que no sabe defenderse, a veces ellasdicen que no tienen derechos. Y hay mu-chos hombres que dicen que las mujeresno sirven para hablar, pero no es así”.Y transmite mensajes alentadores: “Yo

siempre valoro a los jóvenes, las chicastambién, porque de las chicas yo admiroque tienen nuestra fuerza”.Amanda dice que, desde que conduce el

programa, las mujeres la reconocen. “Yocreía que nosotras no podíamos hablar.Antes. Pero no es así”.

Milagros

élix descansa en una reposera en lapuerta de la casa de Amanda, de él,sus hijos y sus nietos, dos perros, ga-

llinas y pollitos. Y siempre algún invitado.Dos por tres le suena el celular, y se que-

da hablando largo rato. Es paciente en esademanda y generoso en el trato con cadainterlocutor, conocido o desconocido. “Elmédico le dijo que tiene que parar un mes,no atender más el celular” cuenta Amandasobre la salud de su compañero. “Él a vecesno me hace caso pero tengo que cuidarlo”.A Félix todavía se le está curando una he-

rida mal cicatrizada que arrastra desde el 7de agosto, cuando una camioneta negra loatropelló en la ruta provincial N° 2 de vueltaa su casa. “No podría decir que fue un acci-dente, porque es muy notorio que la inten-ción era tirarme o liquidarme. Me salvé demilagro”, dijo en esa oportunidad a lavaca. Desde entonces, salvo alguna escapada

para recibir premios que reconocen su lu-cha, ha elegido resguardarse en la tranquili-dad de su hogar. Hablar con él allí permiteescuchar su voz desacelerada. Cenar con sufamilia, una intimidad que nos lleva a co-nocer parte de su historia.Dice sobre Maradona: “El mejor de to-

dos los mundiales es Maradona. Ídolo, Ma-radona. Y ahora lastimosamente como so-ciedad somos más prejuiciosos. Cuestaayudar al otro cuando tiene problemas. Esetipo hizo el orgullo argentino, más allá de lacuestión personal. Hizo que nos conozcan”.El Che Guevara: “Pobre el Che Guevara.

Veo un oficialista con la remera del revolu-cionario, con la boina. Y vos cuando acu-dís, te da la espalda. Es revolucionariocuando le pagan”.De los temas más vulgares Félix saca una

enseñanza. Relajado, no le esquiva a nada.También habla de temas menos livia-

nos: cuenta sobre cómo los regímenes mili-tares cruzan tanto su vida como la de la co-munidad Qom, de manera indisociables.La llamada “Conquista del Desierto” ata-

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có Formosa por el lado del Río Pilcomayo.El pueblo nómade Qom escapó hacia el la-do inverso, el monte, y una parte devino encampamento de resistencia al exterminio.Así, cuenta Félix, se asentaron los primerosancestros de las más de 600 familias quehoy conviven en la comunidad Potae Na-pocna Navogoh, entre Laguna Blanca y La-guna Nainek, a unos 50 kilómetros de lafrontera formoseña con Paraguay.Un siglo después, 1977, Félix Díaz cum-

plía 18 años y entraba al servicio militar.“Ahí yo aprendí el español y a leer y a es-cribir”. Un año después llegaría el únicoMundial de Fútbol organizado en el país,para el cual Félix cumpliría tareas comoguardia de la Selección argentina, acompa-ñándola a todas partes. Se acuerda de Me-notti cada vez que alguien arma un cigarri-llo de tabaco. “No nos dejaban darnosvuelta, ver los partidos”, lamenta. La Selec-ción saldría campeona del mundo, y tam-bién pasaban otras cosas.“Nosotros no sabíamos nada”, asegura

sobre los crímenes de la dictadura. Seacuerda y acepta el nivel de violencia nor-

malizado: “Me quisieron obligar a disparara un auto que escapó a un control, pero nolo hice”. Describe que utilizaba un fusil tanpesado que lo maniobraba desde el suelo.“Tiraba 60-70 tiros por minuto”, cuenta. A Félix y a otros compañeros de la co-

munidad (“éramos 5 ó 6”) les ofrecieron,cumplido el plazo, quedarse en el ejército yascender de rango. No quiso.Cuenta que vio cara a cara a todos los

generales ideólogos de la represión y res-ponsables de las masacres de esa época.Describe como “respeto” el trato que los

militares mantenían con los originarios. Y, desde el principio, más allá de la

anécdota, encara esta historia para compa-rarla con su vida y la de su comunidad endemocracia. Un límite fino que Félix dibujacon astucia y minucia: “a los Qom les qui-taron las tierras y los mataron también endemocracia”.Enumera una larga lista de personas a

quienes en el último año “corrieron”, dice,por haberle dado una mano en su lucha:una periodista de Télam, una locutora deRadio Nacional, un guardaparque que lo

apoyó en su reclamo contra la soja, Luis Lá-zaro del AFCA, un director del INADI… Y si-gue: la lista es larga. Medio en chiste medio en serio, dice

que no quiere comprometer más a nadie:“Gente de La Cámpora que se me acercabay me dice: �Félix vengo como amigo, no co-mo representante. Que no me vean al ladotuyo porque alguien me saca fotos y ahí medespiden�. ¿Y quien le va a dar de comer asu familia? Yo lo entiendo. No quiero com-prometer a nadie”.Félix reparte la porción de gracias a todos,

pero sabe que nada hubiera sido posible sinla perseverancia y la resistencia Qom.

Fómula sin fórmulas

Son la primera radio de un pueblooriginario? “No, ya hay una en El Po-trillo (comunidad wichi de Formo-

sa), que justamente es una contradicción. Elcristianismo aprovecha para mantener la ra-dio, habla de religión y no habla de la políti-ca de los wichis. Porque en ese contexto di-

cen que cada gobierno fue elegido por dios yque las leyes también fueron creadas pordios y se supone que hay que aceptarlas. Ylos wichis lo siguen para mantener la radio.Pero en el corto tiempo que tenemos nospreguntan: ¿Cómo hicieron? Me gustaría queprimero nos organicemos acá y luego contarla experiencia a otras comunidades. Y no di-ciendo �así se organiza� sino ayudando a or-ganizar, no imponiendo”.No hay fórmulas para los Qom, que las

desafiaron todas: sin recursos, tejieron unared de compañeros que donaron el trans-misor y los equipos; sin conocimientos téc-nicos, toquetearon los controles y manejanla consola con el programa más básico; sinsaber cómo llevar adelante una radio, lohacen todos los días. Desde allí reclaman todo lo que les si-

gue faltando: tierras usurpadas, agua pota-ble, escuela propia, caminos asfaltados,electricidad, justicia. Y sacan a relucir aque-llo que les da la fuerza de la resistencia: elorgullo de ser Qom.Eso que tiene música, idioma, asuntos y

radio propia.

Félix Díaz, máxima autoridad de la comunidad, bajo la lluvia el día de la ceremoniaque recordó el segundo aniversario del asesinato de Roberto López, celebrada en elmismo lugar donde le dispararon durante un reclamo comunitario. En la radio, Yanina,

16 años, operadora. La mayoría de los técnicos tienen entre 8 y 12 años y se encargande manejar las consolas y computadoras para sacar al aire la voz de sus compañerosque escuchan todos, hasta el gobernador Gildo Insfrán.

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Las revistas culturales independientes

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A pesar del plebiscito, las ordenanzas y las movilizaciones, las multinacionalesmineras siguen presionando para quebrar el rotundo NO que los vecinos de Esquelsostienen desde hace años. Entre otras herramientas, crearon sus propios medios decomunicación, que incluyen web, radios comunitarias y paredes de toda la ciudad.Así lograron que hasta los periodistas de la zona se pronunciaran, en un comunica-do, contra las mentiras de la prensa comercial. Hace pocos días la batalla más durafue en Rawson y contra las patotas pro mineras. “Si hace falta volveremos a golpearsus palos con nuestras cabezas”, anunciaron los vecinos.

os ojos son un medio de co-municación. Por ejemplo,cuando se está a 2.700 metrosde altura. Esquel parece unmapa desplegado entre mon-

tañas que todos sabemos que guardan oro.La avioneta se sacude, pero es imposible de-jar de mirar hacia abajo, al vértigo. El estó-mago y otras intimidades tienden a subir ala garganta, pero no importa: hay que mirarincluso, y sobre todo, para superar el miedo.

El Beechcraft de 4 plazas vuela ahora a9.000 pies de altura, 2.700 metros sobre elnivel del mar, 500 metros por encima delos picos de las montañas. Vuela tambiénla posibilidad de comprender. Más allá deteorías, promesas, propagandas y ese uni-verso abrumador llamado etcétera, desdeel aire puede verse con precisión lo si-guiente: hacer minería en Esquel sería unabomba de tiempo. Para comprender, hayque abrir bien los ojos.

“Mirá”, dice Lalo Lemus, el piloto. “Ese esel lugar donde exploró la minera, ¿ves lamontaña dañada?”. Veo manchas amarillen-tas donde debería haber verde, como si lasuperficie fuera una cáscara rebanada. Unosmetros más allá, el pico de la montaña seasoma al abismo. Ladera abajo se ve un pri-mer escalón, y una sorpresa azul: la lagunaWillimanco, parte de la reserva de agua de laciudad. El siguiente escalón que se observahacia abajo, como en un tobogán de 1.500metros (un edificio de 5.000 pisos) es Esquel.“¿Ves? Cualquier cosa que hagas acá arribaafecta abajo. Y ahí al lado está La Hoya, elcentro de esquí. Y allá el arroyo de donde to-ma el agua la ciudad”. La distancia es míni-ma, un par de kilómetros. Desde la avionetaparece la separación que hay entre un vaso yun plato en una mesa. “Imaginate el pum-pumpum detonado acá, lo que provocaríaallá”. Imagino. Abrir los ojos es una condi-ción para activar las entendederas.

Cabezas vs. palos

as orejas son un medio de comuni-cación. “Esto arde”, explica CorinaMilán, docente que integra la Asam-

blea de Vecinos por el No a la Mina de Es-quel. “Por un lado las empresas están enuna ofensiva con el aval del gobierno paraponer en marcha los proyectos y, por el otro,aparecen cada vez más asambleas y gruposque resisten contra el avance minero”.

Lo de resistir no es metafórico. Los veci-nos de Rawson terminaron noviembre re-cibiendo una paliza tercerizada mediantela contratación de barras bravas y de sindi-calistas de la construcción (UOCRA). Lasasambleas chubutenses plantearon públi-camente el siguiente programa de acción:

“Si es necesario seguiremos golpeandosus palos con nuestras cabezas”.

Doctrina del calefón

a comunidad es un medio de co-municación.

Algunas vecinas y vecinos asistieron a lapresentación del proyecto de MeridianGold, en 2002. La empresa los convenció,pero de lo contrario. Salieron a radios, clu-bes, plazas y escuelas a explicar la situa-ción, hablaron de las voladuras, del cianu-ro, del drenaje ácido, del empobrecimientoque genera la minería. Tejieron infinitasconversaciones. Se formó la Asamblea deVecinos Autoconvocados por el No a laMina. Hubo marchas, paredes pintadas y,en marzo de 2003, un plebiscito históricorechazó a la minera por casi el 82% de losvotos. Dice la profesora jubilada MartaSahores: “Si los dejábamos instalarse, hoyestaríamos contaminados, desocupadosy seríamos un pueblo fantasma”. Luego se sancionó la Ley N° 5001prohibiendo la minería a cielo abiertoy el uso del cianuro en toda la provin-cia. Esquizofrenia: se permitía a la vezcontinuar las exploraciones y cateos.Un modo callado de detectar el oro, ju-

La guerra del oro L

EL MOVIMIENTO NO A LA MINA, DE ESQUEL

Desde el aire, en avioneta, los picos donde estaríala minera justo encima de Esquel. Un anillo de 3gramos de oro requiere volar 12 toneladas de ro-ca. “¿Qué parte del NO es la que no entienden?”preguntan los vecinos, que contagiaron a toda laprovincia para evitar que el gobierno burle la Leyque prohíbe la minería a cielo abierto. L

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gar al desgaste de los vecinos, y esperarel momento. Es tanta la ganancia po-tencial que las empresas pueden espe-rar varios años con las mechas apaga-das y el cianuro en el freezer.

Hace tres años pioneras como Marta, Nilday Chuni decían a MU: “Cuando no pasa na-da la Asamblea queda como el piloto delcalefón. La llama es chiquita, pero si pasa al-go, se enciende”. Y pasó.

Mutantes K y anti K

a gente de Esquel tiene la palabra,la acción y el mate siempre prepara-dos. “Después de las elecciones em-

pezó una embestida muy dura de las em-presas y el gobernador”, explica GustavoMacayo, librero y abogado de comunidadesmapuche. La secuencia fue la siguiente:

En 2011 ganó la gobernación Martín Buz-zi, hincha del ex gobernador Mario DasNeves (hincha de Eduardo Duhalde).Buzzi mutó a hincha K y antidasnevistade la primera hora. Los dasnevistas mu-taron a antimineros. Buzzi presentó un Marco Regulatoriode la Ley N° 5001 para habilitar en lapráctica la extracción, voladuras, cianu-ro y etcétera, por lo pronto en la Mese-ta chubutense, denominada “zona desacrificio”. El antiguo acertijo sobre laley y la trampa.

Ante tales actuaciones se encendió el cale-fón y se calentó la movilización social en laComarca Andina, Rawson, Trelew, Madryn,Pirámides, Dolavon, Comodoro Rivadavia.Flavio Romano, pediatra: “Esto tiene quever con cómo son los modelos y cómo cre-emos que debemos vivir. Es un debate quetrasciende a la provincia. Si queremos unapropuesta explotadora o una que no destru-ya la naturaleza ni comprometa el futuro”.

Googleá Suyai

inas Argentinas-Yamana Gold reali-za campañas publicitarias con lo-cutores acaramelados postulando

responsabilidad, cuidado del ambiente,respeto a la comunidad y anhelo de un fu-turo mejor. “Es el discurso del violador an-tes de que te subas al auto”, calcula Corina.

En la página web de la empresa, colo-reada de verde, apareció un proyecto lla-mado Suyai, que en lengua mapuchequiere decir “esperanza”. Pablo Quintana,vecino y periodista del programa La Tijere-ta: “Nos dimos cuenta de que se trataba deEsquel, pero no lo ponían para que nadiepudiera googlearlo”. Hasta el Concejo De-liberante repudió a la minera, que tuvoque pedir públicamente disculpas”.

El proyecto Suyai plantea dos noveda-des: no sería a cielo abierto sino por galerí-as, y la lixiviación con cianuro (separacióndel oro de la roca) no se haría en Esquel.Fernanda Rojas, fundadora de FM Kalew-che: “Dicen ¿qué es lo que no le gusta a lagente? El cianuro. Digamos que lo sacamos.¿No les gusta a cielo abierto? Digamos quees por galerías”. Marta reubica: “Hasta aho-ra el único proyecto es el original, que diceque por galerías no se puede hacer”.

Uno de los empleados jerárquicos deMinas Argentinas, Jorge Inthamossu, medijo: “Está todo en nuestra página web”.En realidad hay una animación con ca-mioncitos, cielo azul, música new age ycuando explota la roca parece vapor deuna taza de té de tilo.

Periodismo boutique

os medios convencionales pro-mueven la minera por razonesque cada quien puede imaginar.

Un caso curioso es el de Ricardo Bustos,de la FM Del Lago: “Es un Feinman esque-lense, esos tipos polémicos, hay gente quelo escucha aunque lo odie”, explica Pablo

Arriba, algunos de los vecinos autoconvocados por el No a la Mina, y el territorio que de-fienden. Sobre estas líneas Corina Milán, nueva generación de asambleístas, y una delas pioneras de la movida: la profesora de química Marta Sahores. Abajo, las futuras ge-neraciones ya están aquí, con el libro que cuenta a los chicos de qué modo la sociedadse organizó para decidir su destino. Esquel es un medio de comunicación.

Galperín, docente de letras y periodista.Bustos definió al proyecto Suyai como“minería boutique”.

Eso sí, tenía otro trabajo. Pablo: “Descu-brimos que era Gerente de Relaciones con laComunidad de Yamana Gold”. Ante la in-dignación general, la empresa lo relevó delcargo. Ahora es Gerente de Comunicaciones.

Marxismo Gold

a minera desarrolla otra estrategia.“Contratan gente que recorre losbarrios y ofrece trabajo a futuro a

quien apoye a la empresa”. Así organizarondos marchas por el Sí a la mina, calificadascomo masivas por los medios Jornada,Chubut y Mining Press. En la más grande,conté dos veces a los asistentes: 102 perso-nas de barrios periféricos, más los conduc-tores de 19 camiones y 4x4 de las mineras.El líder vecinal era el presidente del barrioCañadón de Borges, Oscar Prafil, hombrede la construcción y la política: “Yo hice vo-tar por un concejal peronista, ahora quere-mos que apruebe la minería”, me ilustró.“Acá los ricos son los que rechazan a la mi-na, y no dejan que los pobres y los negrostengamos trabajo. Si esto sigue así el pueblova a estallar”. Este relato sobre una lucha declases esquelense es otro hallazgo casi gue-varista de las multinacionales.

“Lo están haciendo también en España,en Costa de la Muerte, y en Grecia, han he-cho hasta marchas del Sí”, me diría luegoJuan Rodríguez, español-esquelense realiza-dor, junto a Alejandro Corbeletto, del sitio dela Asamblea www.noalamina.org, uno delos más importantes mundialmente con res-pecto al tema minería. Tiene 100.000 visitasmensuales y versión en inglés. “Con la crisis,las mineras se meten en Europa también co-mo el lobo en el gallinero, ofreciéndose co-mo solución para que exista trabajo”.

Marta y la falsa lucha de clases: “Loque buscan es dividir y aparentar que haydos posiciones opuestas, para que los inte-reses empresarios parezcan un reclamo so-cial”. Rosa, empleada doméstica: “A lagente que va a la marcha le pagan, ya sa-bemos. Pero en los barrios pobres la ma-yoría no quiere la minera. Lo bueno seríamás trabajo para todos”.

Flavio, el pediatra: “Usan geólogos, ytambién sociólogos. Las mineras tratan ala población como insumo y la sociologíaes el modo de entenderla para dividirla ymanipularla”.

Rocas y personas: lixiviación para todos.

Rayban + minería punk

n la marcha por el Sí había un gru-po de gerentes mineros con cáma-ras digitales y rayban oscuros. Fil-

maban a una señora que leía: “Queremos

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las reuniones legislativas para hacer ver surechazo a la minera. Allí llegó un sospe-choso acampe por el Sí a la Mina el 27N,compuesto por barrabravas de fútbol e in-tegrantes de la UOCRA, tras ciertas reu-niones porteñas del gobernador Buzzi ydel diputado oficialista Carlos Elicechecon el ex agente del Batallón 601 y caciquede la UOCRA, Gerardo Martínez. El gre-mio demostró ser combativo: combatió alos vecinos de Rawson con palos, gomas ycadenazos. Un menor y dos mujeres fue-ron hospitalizados. Todo ante el silenciode medios oficialistas y opositores a nivelnacional, reconciliados de hecho en el te-ma minero.

“Los cobardes de las patotas les pega-ban hasta a los chicos y mujeres, y ahí es-taban los diputados mirando todo desdelas ventanas”, me explicó Pablo Paliciodesde Rawson. De todos modos no vota-ron el Marco Regulatorio. La conflictividadsocial empezó a alejar esa posibilidad (ha-brá que confirmarlo). Y si la intención eraespantar a los vecinos, dos días despuéslas movilizaciones llegaron a 4.500 perso-nas en Esquel (sobre 35.000 habitantes) ya 3.000 en Rawson (sobre 23.000), propor-cionalmente más grandes que las mayoresvividas en Buenos Aires en los últimosaños. Pero lo principal no es lo cuantitati-vo. “Es mucho mayor el apoyo que la mo-vilización, todos lo saben”, dice CorinaMilán. “Por eso creemos que si hubiera unplebiscito provincial lo ganaríamos”. Elgobierno provincial intenta evitar eso, me-diante razonamientos lisérgicos y novedo-sos: “El pueblo no gobierna sino a travésde sus representantes, que son los diputa-dos”, manifestó alguien a quien nadie si-quiera votó, el ministro de gobierno JavierTouriñan, según lo reflejaron dos medios:El Chubut y Contacto Minero.

El vecino Néstor

n Esquel ocurrió otro evento: elConcejo Deliberante, por unani-midad, inhabilitó a Yamana Gold

para realizar allí actividades comerciales y

gumentos válidos o falacias? ¿Con frontali-dad hacia el receptor u ocultamientos?”.Otra: “Señalamos no sólo el peligro de con-taminación ambiental que afectaría a la so-ciedad, sino que también subrayamos cómose ha manipulado y deteriorado el procesoinformativo de esta comunidad. Creemos enla información como un servicio al públicoy no como una mera mercancía. Por ello,aclaramos que trabajar para una empresaperiodística no implica compartir y/o conva-lidar las posiciones o interés políticos, religio-sos, comerciales o de cualquier otra índolecon ese medio de comunicación”.

Mapa del sitio

a movilización provincial contra elMarco Regulatorio involucra aRawson, donde los vecinos van a

Periodistas sin patrón

a enumeración es rara: agentes inmo-biliarios, desocupados, pastores evan-gélicos, docentes, slalomistas, judicia-

les, comerciantes, trabajadores del hospital,guías turísticos, pediatras, artesanos, el Clubde Observadores de Aves, sacerdotes de laPrelatura, apicultores, abogados, pescadorescon mosca, fisioterapeutas, estudiantes secun-darios, andinistas, kinesiólogos, empleadosfiscales, tributarios y aduaneros, guardavidas.Etcétera. “Fueron decenas de pronunciamien-tos públicos sectoriales contra la minería.Nunca había pasado”, se asombra Macayo.

Entre estas expresiones se conoció la delos periodistas. Agremiados o no, asalariadoso cuentapropistas, cuestionaron la supuestaobjetividad periodística: “La discusión es dequé manera expone y analiza esa realidad.¿De manera honesta o mentirosa? ¿Con ar-

trabajo y progreso. Somos una minoría, pe-ro también debemos ser escuchados”.“¡Eso!” agitaba uno de los seguidores dePrafil sosteniendo el micrófono, para mar-car el momento del aplauso. Luego pasarondos canciones: Color esperanza, de Torres,Diego, y una del grupo punk español Ska-p:

“A la mierda reaccionarios, eskoria cerebral, me la suda todo lo que puedas ladrar”.

Luego me acerqué a esa señora, Cintia Pe-draza. Le pregunto: ¿Usted quiere específica-mente a la minera o aceptaría otro trabajo?Con su hijito alzado contestó: “Obvio, si nosdan algo, perfecto. Digámosle No a la mine-ría, pero que den otra opción”. Cintia meaclaró que no cobra asignación por hijo“porque mi marido trabaja en una minera”.

La explicación de Macayo: “Ahogan todaactividad productiva para que parezca que laúnica solución es la minera. Pero hace pococerró un frigorífico que tenía 86 trabajadores,la misma cantidad de esquelenses que em-plearía la mina en el mejor de los casos. Yhace unos años se fue a otra provincia unatextil con 150 trabajadoras. En ningún caso elgobierno provincial o el municipal hicieronnada para defender esas fuentes de empleo”.

Sebastián, taxista, agrega sin mucha su-yai: “A los políticos no les interesa, porqueel curro está en la minería”.

La Asamblea realizó este año un Forode Actividades Productivas, un modo dereunir experiencias que abran nuevos ho-rizontes de trabajo.

Otros desocupados que integran el Movi-miento de Lucha por el Trabajo, junto a la or-ganización territorial Guanacos en Pie, tomóla municipalidad hace poco exigiendo em-pleo, pero rechazando la minería. Nahuel,uno de los Guanacos: “Lo que hacen es per-verso, juegan con las necesidades reales. Delmunicipio te mandan a pedirle trabajo a laempresa, que reparte 100 ó 200 pesos por ira las marchas. La gente quiere trabajo en se-rio”. El nombre del grupo, que acaba de inau-gurar una biblioteca popular, proviene de dosoficios guanacos: escupir intrusos y saltartranqueras.

La marcha por el Sí a la Mina. Oscar Prafil al micrófono, puntero del PJ. Hubo 102 perso-nas. En Rawson aparecieron barrabravas y patotas de la UOCRA, vía el ex servicio Gerar-do Martínez: agresiones para todos, y apoyo a la minería en Chubut.

Los Guanacos en Pie y su biblioteca popular y centro cultural. Vienen de la Asamblea,pero quieren desarrollar un trabajo más volcado a lo social. “El guanaco escupe, y saltatranqueras”, dicen. Son testigos de cómo las mineras le pagan a la gente para que va-

yan a sus marchas. A la derecha el equipo del programa radial La Tijereta: Pablo Galpe-rín, Pablo Quintana, Federico Ovidi y la productora Milagros Barberis, que además orga-niza una radio escolar y el sitio web Puerta E.

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dece afemia: “Un puntito en el cerebro,que te dificulta hablar y decir palabras lar-gas. Tenés que pensar lo que decís. Parami en el cielo dijeron: ‘Vamos a avivar aesta pavota’. A más de uno le tendría queagarrar, para que piense antes de hablar”.(Futura novela: ¿Cómo serían el país, lapolítica y el periodismo, con una epide-mia de afemia?).

Chuni convirtió la dificultad en poten-cia: “La palabra es importante. Hay quecuidarla”. Le digo que la veo muy jovenpara ser abuela: “La lucha te mantiene.Hacés cosas todo el día. Te mejora la au-toestima”. Autoestima es una palabra lar-ga: “Pero me sale ¿viste? Es cuando unosabe que está respaldado por el otro”. Elejercicio de Chuni es impresionante, ymientras maneja. Hay que pensar lo quese dice, pero rápido para que la comuni-cación fluya. Macayo está en sintonía: “Nunca par-

ticipé en algo así. Se ve lo que puede lagente cuando se pone de acuerdo: es im-parable”.

Lalo Lemus, el piloto: “En los cursos devuelo aprendí que toda idea grupal es me-jor que la individual. Ahora hago cosascon el carnicero, con jubilados, con gente

tasma y pintaron: ‘El último que apague laluz’. La gente tiene memoria de cómo es-tos proyectos son pan para hoy y hambrepara mañana”.

El mapuche Marcelo Pitihueque, repre-sentado por la abogada Silvia De los San-tos, presentó un amparo para impedir to-da actividad minera en la provincia porviolar leyes internacionales sobre territo-rios originarios y demostrando que es im-posible dividir Chubut. “El agua sale de laCordillera, pasa por a Meseta y llega a laCosta”, explicó la abogada a Voces por latierra, programa de la Asamblea en RadioNacional-Esquel. Otro hallazgo: “En nin-gún caso se hizo en la provincia un estu-dio de impacto ambiental para la mine-ría”. Además, el 55% de las exploraciones(68 sobre 123) tiene la habilitación am-biental vencida, síntoma del surrealismoque es pensar que el Estado controlará alas mineras.

Epidemia de afemia

a vida es un medio de comunica-ción. Chuni Bottos me cuenta quetuvo un accidente de salud, y pa-

tener oficinas, bajo el razonamiento deque no tiene sentido la habilitación deuna actividad prohibida. Votaron los 6kirchneristas, 3 dasnevistas y 1 vecinalista.¿Cómo entender el rechazo minero K, si elgobierno nacional y provincial juegan ensentido contrario?

El presidente del bloque del FpV, Hora-cio Iturrioz, cuenta una escena: “Creamosuno de los primeros espacios kirchneristasfuera de Santa Cruz, ya en 2001. En 2005tuve mi última charla con Néstor. Yo sen-tía que teníamos una contradicción secun-daria fuerte con la política nacional mine-ra. Y Kirchner me dijo: ‘Mirá, si me metenun proyecto minero en El Calafate, yo ar-maría más quilombo que ustedes’. Mealentaba a armar más quilombo todavía.Y tengo testigos de la charla”. La interpre-tación es libre, pero permite entender, almenos, que el razonamiento del vecinoKirchner es el mismo que el de los vecinosde todo el país.

Iturrioz: “Aquí todos te están diciendoque no quieren la mina. Hay que pensarotra matriz productiva. Además ya pasóen los 70, con la represa de Futaleufú, granpromesa de progreso: terminó la construc-ción, Esquel quedó hecho un pueblo fan-

joven, con la comunidad. Para mí el votono alcanza. Esto es la democracia”.

Fernanda: “Esto regenera el tejido so-cial. Te juntás con gente con la que jamáshablarías, y creás un espacio nuevo”.

Corina: “La política es ver cómo la co-munidad debate, actúa y transforma lascosas. Me conmueve lo que está pasan-do”, dice con Camilo en brazos, e Iván ex-hibiéndome sus guantes con cara de tigre.

Chuni celebra otro abuelazgo al cierrede esta nota: Lucas pesó 3,750. Fulanitosrevoltosos a los que nos gusta llamar “ge-neraciones futuras”, mientras en Chubuttodos piensan bien, pero rápido y en puropresente, qué es lo que tiene esa sociedadpara decirnos.

Pareja binacional: el español Juan Rodríguez y la esquelense Fernanda Rojas, inspirado-ra de la FM comunitaria Kalewche, de las más escuchadas de Esquel. Juan administra elsitio No a la Mina, uno de los más importantes internacionalmente con 100.000 visitas

mensuales. Pablo Muñoz, 18 años, operador y asambleísta. Ana Valtriani conduce elprograma de la Asamblea que emite Radio Nacional de Esquel. Abajo, Chuni Bottos, elabogado y librero Gustavo Macayo y paredes que lo dicen todo.

www.noalamina.org

Uno de los mejores portales informati-vos del mundo sobre la resistencia so-cial a la actividad minera.

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gidos en la era Internet tienen enormesproblemas para sobrevivir si no estánadosados a un medio tradicional o aun multimedio importante. Como lacultura dominante en Internet es lagratuidad, el problema es de qué vana vivir los creadores y los periodistas.¿Vamos a vivir un derrumbe de la cre-atividad? Esto es un problema real. Conel control y el cierre de medios se bus-ca frenar la piratería. Por un lado hayun movimiento de la sociedad cuyoobjetivo es que Internet siga siendo gra-tuito. El otro tema surge con Wikileaks;es la misma problemática, pero en otroterreno que es impensable fuera de In-ternet. Estamos ante una situación si-milar a Watergate o los cuadernos delPentágono, situaciones en las que uninformante pasa datos reservados a losmedios, Washington Post y The NewYork Times respectivamente. En ese sen-tido no ha cambiado nada. Pero lo quesí cambia, es la cantidad de informa-ción que se puede difundir ahora y lamasividad de la misma. Toda la sociedad se está digitalizando ytodos los archivos, desde la salud hastalos de las fuerzas armadas, están digitali-zados. Y mientras usted hace años teníaque cargar camiones con toda esa infor-mación, hoy en día haciendo un click enuna computadora se marcharon miles ymiles de documentos desmaterializadosque se pueden difundir en todo el pla-neta. Wikileaks lo que ha hecho es di-fundir datos que perjudican a gente conpoder y eso es lo que ha creado esta si-tuación que ha convertido a Julián As-sange en el enemigo público númerouno de Estados Unidos.

En América Latina tenemos un fuerte debatesobre lo común, en el que se afirma que losbienes comunes no deben pertenecer a nin-gún propietario privado. ¿Usted cree que In-ternet debe ser considerado un bien comúnde la humanidad?

Es un debate que afecta a la cultura, ylo que decimos es que la cultura debecircular sin trabas porque considera-mos que esto beneficia al ser humano.En la medida en que Internet es hoy elmayor difusor de la cultura creo quedebe circular gratuitamente como unbien común. Ahora aparece otro pro-blema, y es qué hacer con los derechosde los creadores. Holllywood piensaque es más difícil la producción creati-

mos en los balbuceos iniciales, en el pri-mer segundo de la historia de Internet.Algunas de las realizaciones más espec-taculares de las transformaciones tecno-lógicas, como las tabletas, Facebook, elIphone, no existían hace sólo cinco añosy no podemos imaginar lo que sucederáen otros cinco.

¿Los monopolios?Los monopolios van a sufrir. Fueron larespuesta de la industria empresarial dela información a los avances tecnológi-cos de los años 60 y 70. Las tecnologíasanteriores eran específicas para lo sono-ro, lo escrito o lo icónico, pero en esosaños se convirtieron en una misma tec-nología, que es la tecnología digital. Apartir de ese momento no hay diferen-cia en cómo se construye un texto, unsonido o una imagen. Y se construyende la misma manera con las mismasmáquinas, las computadoras. Internetes la traducción de una forma nueva deexpresarse. Los seres humanos desde elcomienzo de la humanidad han usadotres sistemas de signos para comunicar-se: la palabra, el dibujo y la escritura,que es el más reciente. Con Internetaparece un cuarto que es la mezcla delos tres, más una dimensión suplemen-taria que es la velocidad y la extensibili-dad, lo que permite abarcar el planetaen un segundo. Todo esto no puede de-jar el paisaje de la comunicación comoestaba hasta ahora.

Al parecer a quien más afecta es a la prensa,que se está extinguiendo, según usted, comolos dinosaurios.

Porque la prensa sigue siendo pesada.Además de ser el medio más antiguo esel más marcado por la era industrial, conobreros y maquinarias y toda la lógicade la producción industrial. Por eso loscambios le están pegando tan fuerte.

Estamos asistiendo a una ofensiva represivaque busca controlar Internet y que se mani-fiesta entre otras en el cierre de Megaupload.¿Esta ofensiva puede triunfar o está destina-da al fracaso? ¿Intentar el control puede vol-verse en contra de quienes lo hagan?

El problema es que esta transformaciónradical no tiene sistema económico. Elsistema anterior, que hoy es arcaico, esun sistema con muchos defectos, peroes muy rentable. Todos los periodistasdel mundo que siguen con empleopueden vivir porque trabajan en me-dios tradicionales, pero los medios sur-

IGNACIO RAMONET ENTREVISTADO POR RAÚL ZIBECHI: LOS MEDIOS HOY

El lector al poder

concepción de la información viene dela prensa, que es el medio que ha influi-do en la radio y en la televisión, y su gé-nesis es el trabajo de la era industrial.

El fordismo, donde había una clara divisióndel trabajo...

Exacto. En el fordismo hay un proyecto,unos planos, y en base a eso se realizaun producto terminado, intocable. Esoya no funciona así ni siquiera en la in-dustria, donde luego de la revolución To-yota de los 80 se fabrica el coche quequiere el cliente, sale un coche a la medi-da de cada cliente. Y eso indica que ladecisión ya no viene de la empresa sinode abajo. Ahora sucede lo mismo. Se lepide al periodista un artículo con ciertascaracterísticas, pero luego los lectores lovan a ir completando, reformando,transformando y, por consiguiente, esuna obra en proceso. Esto es una revolu-ción muy importante.

Como consecuencia de los cambios técnicos yculturales, ahora el lector y las audiencias tie-nen un poder como nunca habían tenido. Si aesto le sumamos la crisis económica estamosante una crisis de los viejos monopolios de lainformación. Newsweek deja su edición enpapel, The Guardian debate la posibilidad dedar ese paso, El País despide un tercio de supersonal. ¿Estamos ante una crisis coyunturalo ante un viraje de larga duración?

Lo que está pasando en el campo de lacomunicación sólo es comparable con lainvención de la imprenta por Gutem-berg en 1440, que no sólo transformó laproducción de lo escrito, la difusión dellibro, sino también produjo el Humanis-mo como escuela de pensamiento, el Re-nacimiento y la explosión de las univer-sidades y del saber, con todo lo que esosignifica. El latín dejó de ser la lenguacomún y empezó a ser sustituida por laslenguas vernáculas que empezaron adesarrollarse. Ahora sucede algo similar.Estamos ante una revolución que des-borda el campo de la comunicación pa-ra ser una revolución societal, como loestamos viviendo con Internet que yainvolucra al sector financiero, al comer-cio, las relaciones sociales y la difusiónde la cultura. Una revolución tecnológi-ca lo transforma todo.

El periodismo recibe de lleno esta re-volución. La estructura de la industriade la información y la manera de hacerinformación se ve transformada. Sobretodo hay que tener en cuenta que esta-

aminamos las calles de Bogo-tá donde asistió al décimo ani-versario de la edición local deLe Monde Diplomatique, invita-do por Desdeabajo, colectivo

militante editor de libros y periódicos. Tuvotiempo, y ánimo, para deslizarse del bulli-cioso centro y dedicar unas horas a recorrerel sur pobre de la capital, Ciudad Bolívar,donde diversas camadas de campesinoserigieron una ciudad otra, donde sucedenalgunas de las más notables experienciasde base. No para de preguntar, y conoce al-gunos detalles de la historia y la vida de loslatinoamericanos que permiten asegurarque el colonialismo no es una barrera in-franqueable.

En algún momento, la conversación sevolvió más sistemática, un ping pong derespuestas y preguntas que no tuvo ni prin-cipio ni fin.

En La explosión del periodismo usted analizala crisis de la prensa y enfoca el nuevo poderque ha adquirido lo que antes era el lectorpasivo, la audiencia pasiva. Es lo que siem-pre habíamos soñado los periodistas críticos,pero usted apunta que este papel activo esuna de las causas de la crisis de los mediosactuales.

La gran transformación que produjo In-ternet en la circulación de la informa-ción es que donde antes dominaban loque llamo los “medios sol”, astros queenviaban sus rayos de sol sobre toda lasociedad que se impregnaba de su su-premacía, hoy la situación se ha modifi-cado. No hay emisores netos que tenganel monopolio de la información y recep-tores netos que tienen que resignarsecon la función de receptores, sino que larevolución que vivimos es que cada re-ceptor puede ser emisor. No como suce-de en la radio desde hace tiempo que eloyente llama e interviene. No: ahora elreceptor no sólo interviene sino quepuede él mismo constituir un medio.Puede hacer una página web solo o conamigos; puede hacer su blog, por Face-book o Twitter. Pero, además, ahora losgrandes medios tienen una vitrina digi-tal en la que se puede intervenir hacien-do comentarios que se añaden y com-plementan los artículos. El lector puedeindicar elementos que pueden corregirel artículo inicial, además de fotos o vi-deos. Lo que quiero decir es que la infor-mación ya no es algo limitado y fijo. La

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“Los monopolios van a sufrir” anunciaeste español, experto en análisis decomunicación y política. Una conversa-ción que levanta al cielo el debate has-ta colocarlo a la altura del desafíoactual: “Lo que está pasando en elcampo de la comunicación sólo escomparable con la invención de laimprenta. Estamos ante una revoluciónque lo cambia todo”. Cómo afecta a losperiodistas ese cambio.

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va porque la piratería le quita del 15 al20% de sus ganancias. Los principalesproductores musicales en el mundohan desaparecido, el disco casi no sevende y el CD quedó desfasado enapenas 15 años, como sucede con todolo material. Es evidente que la músicapuede circular como un fluido y esosucede también con todas las demásproducciones. Entonces hay un dilema.O bien el Estado asume este tema de lamisma forma que asume la produccióny circulación de la electricidad, o elagua que es tratada y transportada porel Estado, o bien habrá que encontraruna fórmula mixta para que el preciosea asequible a los usuarios y, a su vez,se garantice una remuneración al crea-dor. El problema es que mezclar al Esta-do con la cultura es algo muy delicado.Porque puede tener la tentación de fa-vorecer a unos y perjudicar a otros.

Pero el debate existe y está muy presente,como sucede con la ley de medios en Argen-tina. ¿Cree que en América Latina estamos enproceso de resolver este debate?

En ningún otro lugar del mundo se estádebatiendo este tema como en AméricaLatina, donde además se está haciendocon mucha pasión. La información era unmonopolio del sector privado que hacíalo que quería y además, como en el casode la televisión, abusando de un derechoque no es del sector privado, porque el es-pectro radioeléctrico es propiedad del Es-tado que lo subasta y puede exigirle alempresario que se comprometa a una se-rie de objetivos, como los culturales, ycuando el operador no los respeta se lepuede retirar la licencia. Lo que sucedióen América Latina es que se manejó du-rante mucho tiempo la información co-mo un monopolio más del sector priva-do. Por eso hablamos de “latifundiosmediáticos”. La cuestión es cómo reduciresa dominación salvaguardando la plura-lidad, porque la sociedad se enriquececuando existen varios puntos de vista.

Lo que está sucediendo es que en va-rios países se ha creado un servicio pú-blico de la información como existe entodos los países europeos, y el mejorejemplo es la BBC inglesa que tiene unaestructura de control separada del Esta-do, como si fuera el Poder Judicial. Queel Cuarto Poder se organice como unpoder separado del gobierno, con suspropias estructuras de control para queesté al servicio del público y no de ungobierno o del sector privado. Creo queen América Latina el debate es tan duroporque estamos en los primeros pasos,saliendo de casi un siglo de inmovili-dad y cuando algo empieza a moverselos afectados se colocan en una situa-ción beligerante, sobre todo porquetambién están siendo afectados por loscambios tecnológicos y la revolución deInternet. Esa confluencia ha llevado alos dueños de medios a una reacciónmuy intransigente.

¿Qué tipo de periodistas deberían surgir enesta nueva realidad? ¿Cuál es ahora la fun-ción del periodista? Los periodistas ya no so-mos los que iluminamos al lector o a una au-diencia pasiva y además están surgiendo unamultiplicidad de medios independientes crea-dos y dirigidos por periodistas que en muchospaíses juegan un papel muy importante.

Es el momento de repensarnos. Hacerbuen periodismo siempre fue difícil yhoy lo sigue siendo. Tener acceso a tec-

nologías que permiten hacer cosas im-pensables años atrás, el hecho de quedesde mi casa pueda hacer una televi-sión global, es muy importante. Peroesta revolución de las tuberías no solu-ciona la cuestión del contenido. El pro-blema, por lo tanto, es el mismo desiempre. El principal cambio es esa in-teractividad de la que hemos hablado.Se puede hacer un nuevo periodismodel tipo Wikileaks, colocar en la weblos informes y que la gente lo interpre-te o haga lo que quiera con esa infor-mación. Se puede hacer periodismo cí-vico como el que hacen algunasasociaciones en Estados Unidos, lo quese llama el periodismo sin ánimo de lu-cro. Como la mayoría de las grandesempresas están en crisis ya no tienenrecursos para financiar investigacionesserias, por tanto el periodismo a escalamundial está perdiendo calidad y cual-quier ciudadano sabe que un periodis-mo de calidad es indispensable para te-ner una democracia de calidad.

Aquello de que un jefe de sección separaba ados o tres periodistas del trabajo cotidianodurante varias semanas para que investi-guen, ya no sucede.

No hay recursos para hacerlo, menosaún para enviar un equipo a otra partedel mundo a elaborar informes. Poreso el periodismo de investigación estádesapareciendo, que es en realidad elgénero noble. Eso está vinculado al de-terioro de la democracia actual. Porquela democracia sólo puede funcionar sisurgen las críticas y exigencias de la so-ciedad que siempre han sido transmiti-das y reflejadas por el cuarto poder.Cuando éste no cumple su función, lacosa pública empieza a decaer.

Por eso algunas fundaciones han cre-ado el periodismo sin fines de lucro.Una fundación de Estados Unidos se haplanteado funcionar como un comité deredacción y le pide a los periodistas quele propongan temas de investigaciónque en sus periódicos no pueden propo-ner porque no se los van a admitir.Cuando llegan las propuestas, la funda-ción selecciona y financia las investiga-ciones que considera más adecuadas yluego las difunde a través de los medios.Llevan sólo cuatro años y ya ganarondos premios Pulitzer. Quiero decir que lasociedad empieza a producir los ele-mentos que compensan las carenciasdel periodismo de mercado. Pero las le-yes del viejo periodismo, el contrastar lainformación, la rigurosidad, siguen sien-do válidas.

La proliferación de medios de base, de me-dios comunitarios, como sucede en Argenti-na, ¿qué puede aportar?

He estado en encuentros de radios comu-nitarias, de blogueros, de contrainforma-ción, que tienen la gran riqueza de quevienen del terreno, donde palpita la vidacotidiana. Son mucho más interesantescuando reflejan la vida que no ven otros,que cuando editorializan. Esa riqueza ex-traordinaria puede pasar de lo local auna escala más amplia, porque hay ex-periencias que aún siendo locales tieneninterés para todos en todas partes.

¿El buen periodista no editorializa o lo hace através de la voz de los otros?

Creo que sólo debe editorializarse a par-tir de hechos concretos, esa es la cuali-dad de un buen editorialista, el estable-cer relaciones entre hechos que en

principio no están relacionados. La pri-mera función del periodista es dar infor-mación. A partir de allí hay que cons-truir ciudadanía, difundir materiales quevan a permitir a los ciudadanos comosujetos ser más dignos.

Pese a un cierto tono pesimista, en algunos desus últimos trabajos usted señala que el perio-dismo del futuro es aquel que ayude a la gen-te a comprender lo que sucede. La mentepiensa con ideas, no con información….

Hay varios estilos periodísticos. Creoque la crónica es insustituible y hay ex-celentes reporteros con la calidad de es-critura que ese estilo requiere. Ademásestá la investigación, el análisis econó-mico y geopolítico, pero en el fondo setrata de ayudar a entender una realidadcambiante. Tejido y texto tienen la mis-ma raíz epistemológica, un texto es untejido. Los periodistas tienen que tejertextos para proponer una visión quepermita a cada ciudadano situarse den-tro de un contexto y saber cuál es sufunción en el relato colectivo.

Usted asegura que ese tipo de medios estánsiendo exitosos.

Es el caso del periódico alemán DieZeit, muy denso, con mucha letra, contextos difíciles, y sin embargo es el granéxito de la prensa europea de los últi-mos años. Ha seguido un poco el cami-no de Le Monde Diplomatique, porquees necesario recordar que vivimos enlas sociedades más educadas de la his-toria, nunca hubo tantos estudiantes,tantos universitarios y, sin embargo, lainformación se ha degradado y envile-cido, con una enorme confusión entreinformación y distracción. Eso no pue-de satisfacer a gentes inquietas que sehan educado y tienen una exigenciahacia ellas mismas que las lleva a bus-car información de calidad.

El diario mexicano La Jornada también hacrecido por esos mismos motivos. La com-prensión del caos actual motiva y potencia amucha gente.

El hilo de Ariadna para salir del caos ac-tual lo vamos a encontrar entre todos yen ese camino el periodismo como elque mencionamos va a jugar un papelrelevante.

Y es un contramodelo frente a aquellos me-dios que colocan la información en los espa-cios libres que deja la publicidad.

Es muy triste comprobar que muchosmedios dependen de la publicidad, loque falsea la información que se brinda.Un periodismo de calidad debe contem-plar la autonomía financiera y para esohay que asociar a los lectores al medio.

Estamos ante un desafío generacional muyfuerte. En el mundo de Internet aparecencreadores de 12 y 13 años que son capaces dehacer programas innovadores. ¿Qué le sugie-re la irrupción de estas nuevas generaciones?

Es una lección de humildad para losviejos periodistas, esas generacionesson las que están transformando lastecnologías y nos colocan ante el desa-fío de escribir pensando en una genera-ción que no conoció ciertas cosas porlo que debemos escribir pensando enellos, aportando referencias que los in-volucren. No podemos hacer un perio-dismo para entendidos porque ahoratodos pueden ser periodistas y eso noscoloca en un lugar nuevo. Antes las ob-servaciones sólo venían de arriba yahora cualquier lector interviene y tecuestiona.

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Por intermedio de la presente te invitamos a imaginarla vida sin Clarín. Esto es: nuestra vida, la que pode-mos hacer juntos, sin monopolios informativos nicorporaciones mediáticas de ningún tipo: ni oficialis-tas ni opositoras. Ojo: Clarín no es sólo una empresa. Es una forma deusar los medios para concentrar poder. Es un modeloy también un molde. Lo que necesitamos, entonces,es que te imagines una vida cuyos medios estén alservicio de la sociedad con la mayor cantidad dedetalles posibles. Nuestra suerte depende de eso: detodo lo que seas capaz de imaginar vos, y otro vos yotra vos y otra … Y así, dibujando en cada cabezadiferentes futuros posibles, estaremos creando ya ycon nuestros sueños otra realidad.Sin Tinellis que le enseñen a mover el culo a nuestrasniñas, por ejemplo. Ése es para nosotros el símbolo de la corporaciónmediática, aquello que desnuda sin metáforas supoder prostituyente.

Queremos, también, compartir con vos lo que noso-tros vemos, desde esta década de transitar la comuni-cación por caminos no asfaltados.Nuestra hipótesis es la siguiente:El paradigma de la concentración está agonizando.Hicimos todo lo posible para que así sea.Nuestra fuerza social, nuestro deseo y nuestros ¡basta!lograron derretir el muro de hierro que erigió el mer-cado entre la sociedad y la noticia.Punto para la hinchada.

Ese muro de hierro lo derritió la calle.La calle real y la calle virtual, porque una fue cons-truida con la lógica de la otra: la del espacio público,abierto, comunitario. Y así fue porque la construyó lagente y no el mercado.Esa lógica social es la que ahora debe librar la batallapor lo que vendrá.

Sí: el paradigma de la concentración está muriendo.Lo que nos desafía hoy es cómo vamos a relacionar-nos con el nuevo que nos agita: el de la dispersión.En este nuevo paradigma la batalla ya no es entregrandes y chicos.Es el tiempo de Los Muchos vs. Los Pocos.

Los Muchos no cabemos en los estantes ni teóricos nireales que organizan al mercado porque ambos hansido concebidos para sostener El Orden.Un orden que consagra quién habla y quién escucha,quién manda y quién obedece, quién tiene y quiénpuede. Ese es el orden de Los Pocos.

El que está en crisis porque el flujo de lo nuevo lodesborda.Hay quienes quieren restaurarlo.Y hay quienes queremos hacer y pensar todo de nue-vo: desde las fórmulas hasta las formas.

Los Muchos ni siquiera sabemos cuántos somos por-que nos enseñaron a restarnos frente al espejo de lomismo, lo igual, lo idéntico.Pero ser muchos es ser distintos.Y crecer, tener más fuerza, es ser cada vez más diversos.¿Cómo lograrlo?¿Hay que confeccionar nuevas reglas para medir eléxito de nuestros proyectos?¿Hay que aprender a compartir en lugar de competir?¿Hay que armonizar en lugar de acumular?Sí, y mucho más.Y hay que hacer, también y al mismo tiempo, lo másdifícil: encontrar lo común.No lo que nos ata, sino lo que nos une.No lo que nos encadena, sino lo que nos ancla.

En nuestro horizonte vemos luces y sombras.Vemos un agujero negro gobernado por las mafias.El pensamiento único sembrado como monocultivo.La explotación a cielo abierto de cuerpos y montañas.La polarización.El combo tuneado del modelo corporativo, su versión 2.0.

Vemos, también, cientos de experiencias que espar-cen su luz.Titilan.Hay que hacer mucho esfuerzo para notarlas si nosencandilan los flashes de la fama, el rating, la tirada,pero son evidentes como un cielo estrellado cuantomás nos alejamos de lo artificial.Recién entonces, desde ese horizonte que logramosdescubrir con las patas en el barro formoseño y lasalas en Esquel, vemos algo distinto.Vemos que somos muchos.Vemos que podemos, queremos y necesitamos sermás.Vemos que hay espacio para todas las experienciasque quieran ocupar el vacío enorme que nos quedaen una vida sin Clarín.Un vacío enorme que nos obliga a imaginar formasde comunicación que recuperen el sentido, la digni-dad y la alegría.

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13VERANO 2012-2013 MU

Decí Mu es nuestra forma de hacer ra-dio. Desde hace 4 temporadas este in-forme sonoro de una hora de duraciónse puede escuchar en nuestra web(www.lavaca.org) y reproducir libre-mente. Los temas escogidos son aque-llos que creemos que no han sido sufi-cientemente difundidos. Los testimoniosy voces son aquellas que consideramosprotagonistas de la noticia. Ni funciona-rios ni políticos profesionales: gente.Durante estas temporadas nos hanacompañado con sus columnas doscómplices de lujo: la poeta Daniela An-dújar y la música Cecilia Pallés.Pero a nuestro juicio el mayor desafíode Decí Mu es haber probado que sepuede hacer un programa radial sin

El mensaje es el mensaje. Ese es nues-tro lema. Pero el mensajero es elmensajero. Esa es la motivación denuestro trabajo cotidiano. A partir deestas claves comenzamos a construirespacios de intercambio de saberes.Seminarios, talleres, charlas y otrasformas de conspiración que permitie-ran exponer necesidades y encontrarrecursos para darles respuestas.Nuestro principal combustible es eltiempo. Consume litros de meses queuna idea arranque, pero muchos másque se sostenga. Recién cuando en lapista ya hay 4 micros radiales recorri-dos, nos atrevemos a compartirlos, li-bremente porque así nacieron.Ese fue el origen de El hombre de la-vaca, el programa conducido por el

colifato Hugo López desde hace 2 tem-poradas.Este año estrenamos La esquina delhip hop, elaborado íntegralmente porAsterisco y Guillermina Guevara.Nuestro nuevo orgullo es El noticierode los juicios, cuyo guión y locución es-tá a cargo de Graciela Daleo, militantesocial y ex detenida desaparecida en laEsma. La producción y edición la reali-za Julieta Colomer, cuyo padre y tíofueron secuestrados y desaparecidospor la dictadura. Julieta fue integrante de H.I.JO.S. y laMesa de Escrache y hoy es la autora demuchas de las fotos de esta revista ynuestra compañera en lavaca. Gracielaes quién corrije las páginas de MU des-de hace 5 años.

ego: la voz que conduce no tiene nom-bre propio. Decí MU ha logrado ocupar así un lugaren la programación de 124 radios comu-nitarias de todo el país por el sólo méri-to de su contenido. Lo dicho: el mensajees el mensaje.Elaborando ese mensaje está el equi-po de lavaca. Mariano Randazzo es eleditor. Penélope Lauman comenzó adar sus primeros pasos en los cortesde audio. Nicanor Guetti produce y Die-go Gassi edita. María del Carmen Vare-la es la voz de la locución junto a Fran-co Danussi, ausente en estas fotos.Sergio Ciancaglini es nuestro chef: susguiones y su voz nos conducen por lossabores de Decí MU.

Mirá quién habla

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Todas estas producciones pueden escucharse siempre en www.lavaca.org

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14 VERANO 2012-2013MU

ÁNGELA URONDO RABOY

l pasillo está desolado, gris. So-lo hay una persona, que obser-va, atenta, sin entender. Cami-na. A su izquierda hay puertas.A su derecha hay puertas.

Temor. Ella ansía despertar, pero no puede.Ve una escalera, y también un jardín. Y

un tubo de metal que entra por una puertacon mirillas. Sonidos metálicos. Horror. Cuando despertaba, solamente decía que

había soñado algo feo. Se guardaba la ima-gen. El sueño, reprimido, volvía a repetirse.Después entendió. Mucho después. Y les

puso palabras. Y las llenó de significado. Hasta que el tubo de metal dejó de ser un

tubo de metal y fue una escopeta.

Será justicia

l poeta, escritor y militante FranciscoPaco Urondo y Alicia Raboy, perio-dista y militante, habían sido trasla-

dados a Mendoza por decisión de la conduc-ción nacional de los Montoneros, a pesar delinsistente pedido del poeta de no ser asigna-do a esa provincia ni a Santa Fe, ya que surostro era muy conocido y corría peligro deser identificado por los militares. Sin embar-go, Urondo fue elegido como responsable dela región Cuyo de la organización.Ángela tenía 11 meses cuando, el 17 de

junio de 1976, en la localidad de Guayma-

En su libro ¿Quién te creés que sos? le pone palabras a su historia. El trayecto sin fin quele llevó ser la hija del poeta Paco Urondo y la periodista Alicia Raboy, militantes monto-neros. De las pesadillas a los sueños, una vida narrada con arte y oficio.

Voz propia

Ellén, el auto en el que viajaban sus padresjunto a la compañera Renée La Turca Ahua-lli, fue descubierto en una cita cantada, yatacado a balazos. Tras la balacera, Urondodijo a las mujeres que él se había tomadola pastilla, que escaparan. Pero no fue así:Urondo no murió producto de la ingesta decianuro, sino de un golpe en la cabeza porparte de los policías. Alicia Raboy fue secuestrada y llevada al

centro clandestino D2. Sigue desaparecida.Ahualli logró escapar y su testimonio fue

vital para el juicio en Mendoza: fue la únicatestigo de lo que ocurrió. Ángela fue llevada, también, al D2 y lue-

go derivada a la Casa Cuna. Sería recupera-da por su abuela, adoptada por la prima desu mamá Alicia y comenzaría otra vida.35 años después, el 6 de octubre de 2011,

el Tribunal Oral Federal N° 1 de Mendozacondenó a prisión perpetua a:

Juan Agustín Oyarzábal, ex segundo jefedel D2, quien organizó el operativo queterminó con el asesinato de Urondo y ladesaparición de Raboy.Celustiano Lucero, alias Mono, quien ma-tó a Urondo al golpearlo detrás de la ca-beza con su arma reglamentaria.Eduardo Smahá Borzuk, alias Ruso, queencabezaba el sector de operaciones delD2. Ahualli lo reconoció entre quienesasesinaron a Urondo.Luis Alberto Rodríguez Vázquez, alias Pája-ro Loco, responsable de Inteligencia del D2.

Se hizo justicia. Un año después, Ángela recibió otra noti-

cia: recuperaría, tras años de lucha contra laburocracia, su identidad. Legalmente, seríaÁngela Urondo Raboy.

Un pedazo de cuerpo

ngela tiene la mirada y el ceño de supadre. Puede parecer un cliché, perosus ojos no pasan desapercibidos.

Habla segura, sin arrojar ninguna frase alazar. Todo se trata de ponerle palabras, dirámás tarde. En 2008, a través de su blog, Pedacitos,

Ángela fue juntando los retazos de su his-toria que ayudaran a reconstruir su identi-dad. Dos años después, casi en simultá-neo al inicio de los juicios, recibe elllamado de la editorial Capital Intelectualcon la propuesta de hacer un libro sobresus relatos. Aceptó, pero pidió tiempo pa-ra atravesar los juicios y poder escribir,también sobre ellos, porque sentía que eraun momento histórico, tanto desde lo per-sonal como en lo social. El libro está estructurado en tres partes y

tiene un sentido en la distribución de la in-formación. Comienza con los documentoshistóricos (cartas, testamentos) que explicansu historia, continúa con las crónicas del jui-cio y concluye con los relatos más introspec-tivos. “Este libro es un pedazo de cuerpo, deexistencia, cuyas palabras me significan.

julieta colomer

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Voy encontrando la identidad a medida queencuentro las palabras”.

Decodificación

l título del libro interpela, no tienefiltro: ¿Quién te creés que sos? Ángelareflexiona: “Es una frase que tiene

cierta agresividad, te increpa. Es una fraseque se me viene a la memoria desde la in-fancia, muy repetida y común; que, en micaso, me quedaba rebotando de un modoparticular. Yo realmente no sabía quién era.Además, no pregunta quién sos, sino quiénte creés que sos. Y en el creerse empieza a ju-gar mucho el entorno, el que te dice quiénsos. Y el quién es todo en este libro, porquese hace eje en quién se es y quién se creyóuno que era. Es una propuesta”.

Y vos ¿quién te creías que eras?Creía que era una chica de clase mediaalta de Núñez, que iba a un Club Náu-tico y se iba de vacaciones a unos cha-lecitos lindos. Hasta que a los 12 meempecé a manifestar, me animé. Empe-cé a ser una chica punk, a hacerme ta-tuajes. Eran cosas superficiales, peroque tenían una hondura en mostrarmeante la sociedad de forma diferente delpaquete en el que estaba envuelta.

De esto no se habla

urante toda su infancia, Ángela cre-yó que su mamá y su papá habíanmuerto en un accidente automovi-

lístico. Siempre se preguntó cómo fue posi-ble que hubiera sobrevivido. Cosas del azar,le respondían. Sabía, también, que su mamá adoptiva

era prima hermana de su mamá biológica, yque las respectivas abuelas eran hermanas.Pero la figura de su padre biológico, por otrolado, siempre estuvo nebulosa. “Yo no pre-guntaba. Hay que tener en cuenta que meadoptaron cuando tenía dos años: viví unocon mis padres, cumplí otro estando secues-trada, fui recuperada por mi abuela, viví po-quitos meses con ella, me dio en adopción aesta gente y estas personas me enseñaron ahablar. Ellas me enseñaron cuáles eran lasreglas de lo permitido y, de algún modo, lo

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ron y siento que alguno de los miembrosde la Conducción que todavía viven pue-den darme una respuesta.

¿Qué preguntas te hacés?Mi inquietud particular es por qué losmandaron a Mendoza. Hay varios he-chos que no termino de descular. Uno deellos es un vox pópuli que dice que a mispadres les hicieron un juicio revoluciona-rio por infidelidad. Los dos estaban en pa-reja o casados, pero se conocen y se ena-moran como un flechazo. Y como partedel castigo, ocurre la despromoción y loreasignan a otra zona. De haber sido así,cosa que a mí no me consta, creo que esejuicio fue aprovechado para sacarlos deljuego y no tengo claro por qué.

¿Cuál es tu hipótesis?Rodolfo Walsh deja entrever algunas cosasen sus escritos: las diferencias de los inte-lectuales con la Conducción, que no aca-taban ciegamente las directivas, que tení-an una visión crítica, que preveían el golpey querían anticiparse, mientras la Con-ducción no quería hacer nada al respecto.

El presente

ngela mantiene fresca la imagen delex presidente Néstor Kirchner bajan-do los cuadros de los genocidas Vi-

dela y Bignone en el Colegio Militar. “Ese díaencierra un simbolismo tras otro. Lo recuer-do y me emociono. Además, pidió perdónen nombre del Estado por los crímenes co-metidos por el propio Estado, abrió la ES-MA… Hubo una intencionalidad muy gran-de de devolvernos la dignidad a laspersonas que habíamos sido víctimas. Ellosme restituyen la capacidad de poder confiaren el Estado: toda la vida había sido mi ene-migo. No porque yo lo odiara, sino porqueme robó y me quitó y me sacó sin parar”. Pe-ro, aclara, que mantiene su postura crítica,porque considera que eso es lo más positivoque puede haber en cualquier proceso. “Laley antiterrorista da ganas de llorar. Y pode-mos hablar de Mariano Ferreyra, Julio López,Silvia Suppo, Daniel Solano, Luciano Arruga.Son muchas causas y muy graves, que nodebieran estar pasando en un Estado que, sesupone, está trabajando para el nunca más”.Ángela recién se animó a tramitar su “de-

sadopción” cuando quedó embarazada, pe-ro el trámite tardó muchos años y pasó porengorrosos laberintos burocráticos. Ella nosólo debía probar que era hija de FranciscoUrondo y Alicia Raboy, sino también que ha-bía habido un crimen.Sin embargo, Ángela supo, sabe y sabrá

que ella es Ángela Urondo Raboy. Lo dice sumirada, lo dicen sus ojos, su sensibilidad y eloficio que destilan sus crónicas y su tenazbúsqueda por recuperar la identidad de sumadre y saber cómo pensaba, qué escribía,qué sentía. Finalmente, y aunque el proceso de re-

construcción nunca está acabado, ÁngelaUrondo Raboy puede creerse quién es.

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que se omitía era parte de esas reglas: de es-to no se habla. Cuando alguien nombraba amis padres biológicos, ellos se ponían muynerviosos, especialmente mi ex padre adop-tivo. Y la verdad es que no quería causar esaconmoción: que era mi responsabilidad evi-társelo”, dice Ángela.

¿Sentias que cargabas con la culpa?Sí, y además es muy duro para un niñosaberse huérfano. La sensación de sole-dad y agradecimiento a los que te dan al-go es muy fuerte. El juego de la lealtad.Por eso digo que el año que viví con mispadres fue muy fuerte, porque sin dudasincorporé cosas que después no se pudie-ron corromper. Y tardé muchísimos añosen darme cuenta que me correspondíapreguntar y que tenía la obligación deexigir respuestas. Y cuando exigí, no melas dieron. Si tal vez ellos me hubiesenacompañado de otra forma en el procesode restitución, habría sostenido el vínculocon ellos.

Poner las palabras

e a poco, y a medida que fue cre-ciendo, Ángela tuvo cierta libertadpara preguntar un poco más. Y el

contexto era otro: la sociedad que hablabadel ex militar arrepentido y participante delos vuelos de la muerte, Adolfo Scilingo, losindultos, la reparación del Estado a las vícti-mas. Y, mientras, Ángela fue descubriendootras puertas: hermanos, reencuentros. De apoco, las pesadillas también fueron cobran-do significado: escopetas, armas, centrosclandestinos y Casa Cuna eran los lugaresque ella siempre había temido y no sabíapor qué. “Es que esto se trata de ponerle palabras”,

dice Ángela. Pero fue difícil. Tuvo que co-menzar a leer historia argentina para buscarel contexto que la traía hasta ese presenteque la sobrepasaba absolutamente. No fue ni es sencilla la reconstrucción de

los hechos para Ángela. Cuando su etapa deestudio y aprendizaje llegó a la década del70, realmente le costó mucho entender quéera lo que había sucedido. Recuerda haberleído Los Pasos Previos y La Patria Fusilada,ambos de su padre, sin comprender absolu-tamente nada: consideraba chino básico losnombres de las organizaciones políticas, pordar un ejemplo.La recuperación de la figura e identi-

dad de su padre y su madre la llevó a unaencrucijada: Ángela se dio cuenta de lagran cantidad de información que hay encirculación sobre Urondo, pero las pocaso muy específicas fuentes que podía con-sultar acerca de Alicia. Un gran bagaje deinformación fue el diario Noticias, dondeambos trabajaban, pero con un detalle:las notas no eran firmadas. Es la razónpor la que, actualmente, Ángela está tra-bajando junto a la periodista Mariana Ba-ranchuk para recuperar, gracias a un perfilde escritura, los artículos de su madre. De260 números, llevan revisados alrededorde 70.Ángela tiene un detalle más para agre-

gar sobre Alicia: “Mi madre, hasta el añopasado, no figuraba en las listas de perio-distas desaparecidos. No sé si se debe a unerror o qué, pero recién el año pasado pu-de lograr que la reincorporen. Mirá que elcaso es muy conocido, la caída fue rim-bombante. Es algo que los compañerosperiodistas estuvieron muy flojos”.

¿Cómo te llevás con la militancia de tu papá ytu mamá?Con respeto, porque ellos eran personasque decidieron su militancia; y con críti-ca, respecto a que yo soy la persona quetuvo que vivir sin ellos como consecuen-cia del genocidio. Tuve que elaborar mu-cho esta idea de que a ellos los mataronporque hubo un genocidio y no porquefueron militantes. Hoy estoy muy recon-ciliada con la decisión de mis padres demilitar, porque entiendo que los dos eraninteligentes y que ese era el momentohistórico para hacerlo. Pero soy muy críti-ca de las organizaciones. Y hay algunascosas que no tengo claras cómo ocurrie-

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obre la marcha loca de los medios sin óleo, ni oligopo-lio, ni pasantes, ni auspiciantes, el 7 de diciembre repre-senta una bisagra. El 8, otra. El 9, otra.

Y así, cada día. Por supuesto, la desinversión de Clarín será un Viagra, un suceso

histórico, digno de brindis sin pizza, ni champán, ni Noble, niYabrán. Pero la sobredimensión de una etapa, apenas una, del enor-me trayecto hacia una comunicación social, plural y popular, noshace temer la caída, por confundir la banderita con la carrera con-cluida: para nosotros, será un punto de partida.Los pibes de H.I.J.O.S. saben bien de qué hablamos. Desde la épi-

ca nulidad de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, hastael encarcelamiento efectivo de los soretes liberados por el menemis-mo, debieron pasar eternas e infinitas batallas, huevos, ovarios, aga-llas. De otro modo, el doble filo de la nueva ley podría ser fatal,cuando nos encuentre elucubrando por qué una radio toba funcio-na mal. O quién nos sigue digitando la moral. Pues la liberación deun medio alternativo no puede ser independiente de los canalesque habilitan su construcción de sentido. Y en ese punto, la deudaes alta. Cuánto nos falta.Tal vez, el 8D ensanche espontáneamente las tiras de las villas

que impiden el acceso de las ambulancias, negándonos el derechoa la respiración, que necesariamente precede al de la información.Quizás, ese día, se habiliten puentes inexistentes capaces de comu-nicar a nuestros barrios con la lógica universitaria vigente. A lomejor, incluso, aparezcan financistas comunitarios, dispuestos aponer la guita que hace falta para poder editar desde los barrios. Opor ahí, venga un mago con una bomba de humo, que cambie laneurosis del mercado de consumo. Y hasta en una de ésas, quiénsabe, aparezca un CEO compasivo, que elija a un villero para dirigirun medio masivo. Pero la verdad, dudamos de esa probabilidad.Sin desmerecer la Ley de Medios Audiovisuales que defendimos,

defenderemos e intentaremos mejorar, para poder hablar, sabemosque para hacernos oír todavía hay mucho por discutir. ¿O ustedescreen, con sinceridad, que las villas tenemos acceso a la universidad?¿Y entonces, cómo sería la nueva igualdad? Y aun si la hubiera, ¡lacurrícula es cualquiera! Desde hace varios meses, La Garganta nospermitió llegar con nuestro grito hasta distintos foros estudiantiles,donde compartimos atriles y reflexiones, entre las chispas de las fal-sas conexiones. Porque todavía nadie nos logra explicar cómo pue-de haber, en la casa donde el pueblo debe estudiar, una materiaque se llama “comunicación popular”. ¿Qué carajo sería, entonces,todo lo demás? De distintas cátedras, en diversas carreras, nos han convocado

para disertar acerca de nuestro proyecto de autofinanciamiento,pero cuando nos vamos de la facultad, vuelven al círculo de adoc-trinamiento. Porque no existe en la comunicación academicista niuna sola materia que aliente el pensamiento autonomista. Absurdamente, la oratoria universitaria repite como clichés las

máximas de la comunicación libertaria, una y otra vez, mientras adies-tra esclavos para presentar sumarios o volverse empleados del mes. No, gracias. Nosotros seguiremos de pie, aunque nos lleve diez mil 7D.

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EL GRITO DE LA GARGANTA PODEROSA

No, gracias

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tan negro como la melena negra y los ojosnegros, empuña soberanamente el micrófo-no y comienza: “Vengo de la provincia deBuenos Aires. Es un lugar que tiene más tie-rra cultivable que toda Europa y posee el se-gundo conglomerado urbano más grandede Latinoamérica. Es un territorio suma-mente rico y diverso por donde se lo mire,pero hoy en día no tiene representatividadartística. Necesitamos urgentemente buscaruna identidad audiovisual”.

Campusano ya es una figura reconocidadentro del mundo del cine en general y delFestival de Mar del Plata en particular, peroen esta oportunidad viene con un objetivodiferente: presentar y difundir los proyectosde Clusters audiovisuales, junto a MiguelÁngel Rossi, representante del cluster audio-visual de Bariloche, y Pablo Almirón, respon-sable del de Corrientes-Chaco. Campusanoexplica: “El cluster es una figura administrati-va muy fácil de instalar, que no tiene el pesoburocrático de un sindicato o una cámara, ypermite la interacción y cooperación entredistintos agentes del sector audiovisual paratener mayor visibilidad y representatividad.El problema es que la mayor cantidad desubsidios y beneficios está concentrada enunas pocas manos dentro de Capital Federaly los procesos burocráticos impiden que mu-chos realizadores puedan mostrar su obra.Los clusters convocan gente del sector de di-seño, servicios, movilidad, directores: son su-mamente heterogéneos e inclusivos. No sólose trata de subsidios, sino de tener peso fren-te a la Ley y poder intercambiar insumos yequipos entre nosotros, y de ese modo com-plementarnos. Esto no lo hacemos como unalimento al ego, sino como una forma deallanarle el camino a las nuevas generacio-nes, y por correspondencia con la sociedad.Vos tenés que hacerte cargo de quién sos, yquién sos depende del fruto de tu visión.Nuestra visión nos lleva a creer que mejorque crecer por separado es crecer juntos”.

Militante visual

ontinúa Campusano: “Yo soy mili-tante del área social y ecológica delconurbano y me di cuenta que inter-

venir no es lo mismo que esperar a queotros te digan lo que está pasando. Además,hoy en día no hay excusa para no hacer. Lascámaras están en la calle y son de fácil acce-so, las locaciones están, los contenidos inun-dan la calle. Si hay tantos contenidos, ¿Porqué el cine no los ve? Yo vivo en una zonadonde cada persona es un manantial decontenidos ¿Qué es lo que obstaculiza la mi-rada? Tenemos que democratizar la mirada,porque si no, siempre estamos frente a undiscurso monótono que no es para nadaprovechoso y nos deja fuera de lugar a noso-tros, que no hemos tenido acceso a esos pre-supuestos tan holgados y a esa frecuencia deproducción, por eso estamos en notable des-ventaja. Todo nuestro trabajo tiene que ver

por ese pasquín inusual que ocurre a lo lar-go de cuatro o cinco cuadras. Pero me tengo que ir.Porque en realidad vine a otro espectácu-

lo, el Festival de Cine Internacional, a en-contrarme con José Celestino Campusano,el cacique metalero de las profundidadesdel conurbano sur, que en esta edición es-trena su tercera película, Fango.

El bonaerense

ampusano primero va a dar unacharla, por eso sube al escenariocon su inexorable uniforme negro,

país, Señora deje de insultar nuestra inteligen-cia, Basta de injusticia y sobervia (sic), y com-pletan la performance con detalles memora-bles, como ese señor que lleva una “K”tachada con marcador en su reluciente pela-da, o aquella señora rubia, de lentes negros yaros dorados –podría ser mi abuela–, conuna bandera celeste y blanca enroscada alcuello, que se rasca y gime como un gorila–por suerte no es mi abuela– en respuesta alos cánticos que la mencionan como partede esa especie también conocida como ladel Gran Simio. Hay mucha expectativa, al-gunos insultos, intervención policial, picosde histeria, denuncias al viento de fraudeelectoral y dictadura, una ciudad empastada

unca fui a Mar del Plata y, co-mo siempre, llego armado demis prejuicios y mi ignorancia,que acaso son lo mismo, poreso de entrada presiento lo pe-

or: Buenos Aires pero con playa, la muche-dumbre insaciable, decadencia ochentosa, elreino de la farándula. Para qué seguir, si bas-ta con un par de días para darse cuenta deque Mar del Plata es una ciudad sobria, ama-ble, sin la artificialidad narco de Punta del Es-te ni la voracidad de Buenos Aires, con elvértigo urbano de toda metrópolis pero olora pueblo, edificios que respiran gracias a esaley que prohíbe determinados carteles publi-citarios, calles todavía libres de cámaras deseguridad, gitanas con la destreza suficientecomo para marear a un porteño desconfiado,como aquella que me dice que voy a tenermucha suerte –me saca veinte pesos–, que loque vine a buscar se me va a dar –me da unllavero de plástico– y que tenga mucha fe,mientras la cumbia suena en la rambla, y re-cuerdo a esa señora marplatense que algunavez me explicó, con esa naturalidad de quiencree estar diciendo una obviedad, que elprincipal problema de Mar del Plata es la lle-gada de toda esa gente del Gran Buenos Ai-res durante la temporada de verano.

Festivales

asa un helicóptero. Aterriza en el im-ponente Hotel Provincial que seconvierte así en escenario de un ac-

to presidencial. Apenas me acerco ya puedover las vallas cortando el paso, el unánimecordón policial, las calles colmadas por milesde personas, bombos y banderas, muchoschicos y chicas jóvenes, otros no tanto, el ca-lor que exalta el fervor popular y a mí se meestá haciendo tarde. Llega un puñado de per-sonas que parece tener un comportamientodiferente al de los demás. Recién cuando meacerque lo suficiente me voy a dar cuenta deque es un grupo de gente mayor y bien ves-tida, que se zambulle en el mar de banderas,golpean cacerolas con entusiasmo orgásmi-co y esgrimen sin pudor unas pancartas dise-ñadas a mano que rezan frases como Ni Cu-ba ni Venezuela, Basta de inseguridad en mi

Belleza y realidadJOSÉ CELESTINO CAMPUSANO

Crónica de un viaje hasta el hombre que recibió el premio al mejor director porFango, una película sin guión y con un gran protagonista: el territorio bonaerense.

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coordinar ese potencial, no escribí una solalínea que no esté antecedida por las imáge-nes, ellas por sí solas iban reclamando loque seguía”, comenta. En Fango hay un parde metaleros maduros sin demasiado talen-to, pero con mucho corazón, mujeres quese juegan la vida a partir de su sexualidad,y guían la acción con intervenciones cadavez más drásticas, como esa protagonistaimpredecible, Nadia, que parece la versiónbarra brava de Cumbio, y así, de a poco ycada vez más, Campusano incomoda y po-ne a prueba al espectador: no existe el lími-te entre lo dramático y lo grotesco, entre loromántico y lo porno, entre la persona y elpersonaje; por eso lo sutil es tan disfrutablecomo el despelote. El límite que hay queborrar, dirá Campusano, es el que existeentre lo bello y lo verdadero.

Gracias totales

Estas películas son portales para en-tender que todo lo que ese otro cineha considerado ilegal acá tiene su lu-

gar. Y la gente con la que filmo se da cuentade que la valoro por lo que es. Si no fuerapor ellos no existirían mis películas, estoyabsolutamente admirado y agradecido. Tra-bajo con la gente del barrio, y pienso queningún cuerpo es igual a otro, hay cosas delos rostros y del lenguaje corporal que no sepueden evitar, y lo que busco es dejar esedocumento. Porque si no, el producto es efí-mero. Y más cuando se trata de un oportu-nismo político o se busca algún beneficioconcreto. Lo que busco hacer es un cine im-perecedero”.

Campusano me invita a la entrega depremios. Otra vez hay vallas y un cordónde seguridad, pero ahora para recordarnosque en el mundo hay dos grupos de perso-nas: los que caminan por la alfombra roja ylos que no.

Campusano, curiosamente, ganará elpremio a mejor director de la competenciaargentina. Subirá al escenario con su inexo-rable uniforme negro, tan negro como lamelena negra y los ojos negros y dedicaráel premio a toda la comunidad de la pro-vincia de Buenos Aires. Confesará tambiénque si no fuera por ellos no existirían suspelículas. En definitiva, el cacique metalerodel conurbano sur, sabe que el premio amejor director no es más que el símbolo deun logro compartido.

con diversificar la mirada”.Termina la charla y nos juntamos en el

bar del Teatro Auditorium, sede central delfestival. Afuera, en la calle, la gente ya se dis-persó y las cosas parecen estar tranquilas.Campusano me explica que la industria au-diovisual en los últimos años creció más quela de servicios y proporcionalmente másque la energética. “Estamos en un mundocada vez más audiovisual, pero te aseguroque no hay ningún especialista. Si alguien tedice que la tiene clara es porque no sabe na-da. El gran problema de este medio es quenunca ha circulado abiertamente la informa-ción, y eso lo estamos cambiando”, razonaCampusano mientras devuelve el saludo deunos periodistas que pasan por ahí, y luegome confiesa que hace ocho meses pudo de-jar de trabajar en el rubro de la construcciónpara dedicarse de lleno al cine. Me revela al-gunos periplos del sistema: “Si querés entrara un festival de cine grande, tenés que tenersí o sí un vendedor o representante interna-cional. Entonces, como no queda otra, fir-más un convenio. El tipo más o menos te pi-de que le des las gracias por permitirteentrar. Además, ese contrato dice que se va aquedar con 40 mil euros por gastos de repre-sentación. Nosotros vendimos nuestra pelí-cula anterior, Vikingo, a Francia, Estados Uni-dos e Inglaterra, pasamos por muchísimosfestivales, y lo que te puedo asegurar es quede esa plata todavía no vimos un peso. Esnecesario compartir esta experiencia conotros realizadores. Ahora vengo acá, y gra-cias a la información que circula en estos lu-gares, me entero de que la gente de FarsaProducciones, unos chicos que hacen cine degénero, están subiendo su material a Inter-net y que Youtube les da aproximadamente2 mil dólares por mes, según la cantidad devisitas. Es un posible camino a seguir, y creoque nadie está lejos de eso”, explica.

El límite

ampusano me invita a la última fun-ción de Fango: sala llena, gente detodas las edades, y no hace falta mu-

cho más para entender que el de Mar delPlata es un festival popular que, en su diver-sidad, ofrece productos lúcidos e incluso in-novadores sin resignar la posibilidad de lle-gar a un público masivo, porque está claroque una cosa es tan importante como la otra.

Fango es una película sin guión y sin ac-tores profesionales, que transcurre en el co-nurbano sur, con una narración en dondelos códigos barriales están por encima delos cinematográficos, y no a la inversa.Campusano tiene un objetivo: diluir la no-ción de director ¿Cómo? Poniendo la orejapara que el barrio y la gente sean los voce-ros de su propia historia. “Yo lo que hago es

En los años 90, junto al grupo de teatro Los Desconocidos, grupo mí-tico del Oeste del Conurbano Bonaerense, comenzamos nuestro pro-grama de radio en una FM comunitaria del Barrio de Villa León; allíprobamos la mágica teatrería de voces y canciones cada semana, so-ñando comunicación. Como no existían los celulares ni Internet y laradio no tenía teléfono propio, corríamos, de a turnos, una cuadrahasta la casa de mi abuela Eva, pionera en tener línea en Ituzaingó,para copiar los saludos de lxs oyentes al número que cada tanto re-petíamos al aire. Y entonces, volaban los papelitos con los saludosde lxs compañerxs de la fábrica textil, también del barrio, que a esahora de la tarde sintonizaban el programa y festejaban la teatraliza-ción de Mafalda y sus amigxs, las novedades musicales, u opinabansobre “los prejuicios y los preconceptos” u otros temas que intentá-bamos como disparadores de reflexión. O simplemente mandabansaludos como ese incógnito e insistente Flaco que piropeaba a suGorda en una ritualidad de demostración pública semanal. Cadaprograma intentábamos hablar de un tema en particular y el día queel tema elegido fue ”la humillación”, terminamos todxs lxs Descono-cidos sentadxs en la esquina y bien humilladxs, sin entender muybien, frente al cartel de CLAUSURADO que colgaba de la puerta dela casita en donde funcionaba la radio, que nunca mas abrió, sin ex-plicación y sin siquiera una despedida.

Todavía guardo el afiche A4 con el logo que pegábamos por las pa-redes del barrio y esos “casettes” grabados con los programas, queen pleno Menemato intentaban poesía entre una canción de La ne-gra Sosa y otra de Spinetta… en un país que miraba deslumbrado asus nuevos shoppings, sus estrellitas televisadas y multimillonarias,su lógica de fiesta y descarte y poco conocía de esas redes peque-ñas y desprolijas pero acunadoras de lo nuevo… o de lo desconoci-do, como ese grupo de teatro enamorado que entendía que no haynada mejor que semejantes redes para reencontrase con lo propio,con lo local, con lo diverso.

Años después el grupo cerró su etapa de juego común, luego de 10años de nariz roja y de sueños de brillantina compartidos, donde locomunitario era no sólo una palabra bonita a enunciar sino el cami-no básico, a dónde y desde dónde, crecíamos todxs. Parte de misvuelos más frondosos, más rasantes, se los debo a esa etapa de resis-tencia cultural… una de las primeras; después nacieron otras…peroningún cartel de clausurado (y tuve muuuuchos después!!!!) tuvo elpeso inaugurante de ese primero, aunque nunca ningún otro hayaimpedido que lxs compañerxs de otras fábricas no sólo nos sigan es-cuchando y viendo en otras nuevas amorosidades clandestinas, sinoque inclusive hayan construido sus propias experiencias de comuni-cación, en las cuales otrxs incógnitxs e insistentes flacos y flacas ha-cen pública sus celebraciones del más diverso amor.

TRANSPIRACIONES

ClausuradoPOR SUSY SHOCK

Foro Nacional Cinematográficohttp://foronacionalcinematografico.blogspot.com.arforonacionalcinematografico@gmail.comToda la info sobre los clusters.

Arriba, Campusano recibe el premio enel Festival de Mar del Plata. Abajo, losprotagonistas de Fango: ninguno es ac-tor profesional.

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16-17 Campusano + Susy_Layout 1 03/12/12 15:19 Página 17

¿Con quién querés compartir tu mesa?Te proponemos que hagas pasar a tu casa el trabajo de campesinas y campesinos, de los trabajadores de fábricas recuperadas, el de propuestas de autogestión cooperativa.

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rrr, brrr, brrr. Marcos estabadurmiendo. Era la 1 de la ma-drugada y un sonido lo sacódel ensueño. Tanteó la mesade luz y descubrió el origen

del caos: su celular no dejaba de vibrar.Brrr, brrr, brrr.“Qué raro, seis mensajes seguidos”,

pensó. Chequeó a ver quién trataba deses-peradamente de contactarlo. Eran todostweets de un cordobés que ni siquiera co-nocía. Marcos no pudo evitar sorprender-se ante lo que leyó: “Estuve estudiando tutimeline y la gente que seguís –escribióesa madrugada su seguidor–. Tus caracte-rísticas son estas: estás casado en segun-das nupcias, tenés tres hijas mujeres, segu-ramente seas abogado o ingeniero…”

Todo el perfil era erróneo, salvo por laprofesión: abogado. Sin embargo, Marcosno podía creerlo. No podía entender cómoun tipo (¡un tipo!) había dedicado parte desu tiempo y de su vida para tratar de deli-mitar un esbozo suyo a través de sus twe-ets. “Si esto hace conmigo, no quiero ima-ginar lo que le pasa a una mujer que poneuna foto más o menos linda”, meditó.Por suerte, todo lo que le sucedió a Mar-

cos era sólo una novela.

El círculo vicioso

arcos Pereyra tiene 44 años, vive enTigre y realizó una maestría en De-recho en la Universidad de Michi-

gan, Estados Unidos. Trabajó en Tribunalesy en estudios legales, pero dice que escribedesde los 15. Realizó talleres de guión, litera-rios y hasta de crónica periodística.

Su pulsión narrativa lo llevó a escribirdos novelas, que no publicó. Pero no por-que no quisiera: las editoriales se la rebo-taban. “La novela está bien, pero no te co-nocemos, por lo que no queremos haceruna apuesta editorial grande. Mandala aconcursos”, le aconsejaban.

Y Pereyra las mandó.No le fue bien. “Estoy en un círculo vi-

cioso: no me conocen porque no publiqué,pero si no publico no me van a conocer”,razonaba.

Entonces... abrió una cuenta de twitter,un blog y empezó a publicar cuentos.

El círculo virtuoso

l resultado fue satisfactorio. Sushistorias comenzaron a tener re-percusión, Mario Pergolini leyó al-

guna en la radio y el número de visitas ycomentarios en su blog fue creciendo pau-latinamente. Hoy su contador marca casi200 mil cibernautas. Es decir, lo que laseditoriales le criticaron, Pereyra lo fueconstruyendo por una vía mucho más in-teresante y productiva. De hecho, la revis-ta semanal Oblogo, que difunde los rela-tos de las nuevas voces en la web, otorgóa Pereyra el premio al mejor cuento 2010(auspiciado por el Banco Hipotecario) porsu historia Querida Mariana.

Con un nombre ya medianamente insta-lado en las redes, el escritor publicó un cuen-to que no sería uno más, aunque él no lo su-piera. Te Sigo era un relato autónomo, sobreun hombre perturbado que, a través de lasredes sociales, pudo rescatar en el momentoadecuado a una joven que estaba a punto deser secuestrada por un stalker (o acosador,

según la jerga de las nuevas tecnologías),quien la había contactado por Twitter.

El cuento fue un éxito. No solo hablabade Twitter sino que fue por esta vía comomejor y mayor se difundió. “Un círculo vir-tuoso”, definió el autor a esta nueva etapa.

Pereyra decidió estirar el cuento. Ya pa-ra la quinta entrega supo que tenía unanovela.

Stalker & commodities

Si vos tenés algún perfil de stalker,las redes sociales son una muybuena herramienta porque la gen-

te se expone un montón”, dice Pereyra.“Empecé a ver que el nivel de interaccióny de exposición es muy grande. Pero meinteresaba que el libro no se restrinja aTwitter. Quería realmente que cualquieraque lo agarrara pudiera entender qué era.Este no es un libro de tecnología”.

Claro que no lo es. Te Sigo es un thrilleratrapante y vertiginoso que utiliza a las re-des sociales como un instrumento inmejo-rable para delimitar un nuevo perfil depsicópata. Y también una nueva figura de-tectivesca: el laburo cibernético que reali-za el protagonista, Ignacio, un diseñadorde videojuegos que, junto a su amigo, espropio de esta nueva era comunicacional.

La trama

gnacio es un hombre casado, conuna hija y un hijo. Su hija mayorhabía sido secuestrada y asesinada

por un contacto que había hecho a travésde las redes sociales. Él, como padre, nopuede perdonarse su desatención, e iniciauna búsqueda, vía Internet, de aquellos aco-sadores que se inmiscuyen en la vida de las

mujeres. Sin embargo, el primer capítulo dellibro ya deja bien en claro que el stalker queIgnacio detiene (mejor dicho, la stalker), essolo un peón de una red muchísimo másoscura y perversa. Políticos, jueces, policíasy empresarios mediáticos son los que com-ponen una trama tan terrible como actual:las redes de trata y prostitución. Resume Pe-reyra: “Esa es la mezcla entre sector públicoy privado”. Dos caras de un mismo negocio.

Te Sigo posee una estructura narrativainteresante: la gran mayoría de los capítu-los están narrados en primera persona. Sibien no es un recurso innovador, Pereyralo utiliza para sumergir al lector en los rin-cones mentales más inquietantes de lospersonajes. De hecho, la caracterizacióndel psicópata tiene momentos altísimos,al punto de llegar a reducir a la mujer alplano de un mero commodity. Un frasecomo ejemplo: “Exportarla como si fuerauna tonelada de soja”.

Usos del Twitter

ereyra se ve obligado a aclarar unacuestión: “Acá te puedo hablar dealgunas cosas malas de las redes

sociales, pero a mí me parecen fantásticas.Profesionalmente, me sirvieron un mon-tón. Sin Twitter, el libro no existiría o sehabrían vendido dos ejemplares. Cuandoabrí mi cuenta, cándidamente agarré unperiodista y le conté lo que hacía, pero envez de retwittear, se mofó: �Este piensaque soy Flavia Palmiero�, dijo. Yo no teníani un seguidor, y pensé: �guarda que estotambién puede ser una contra�. Pero esome enseñó algo: primero entrá, generácontenido y, después, tratá de mostrarlo”.

Para muchos, Twitter es un medidor de sta-tus: cuantos más seguidores tenés, más im-portante sos.

Hay un poco de snobismo. Igual, eso yaes ridículo porque los seguidores se pue-den comprar. Vos pagás y tenés un pa-quete de 10 mil seguidores. A mí me sir-ven los que tengo, porque son los queme leen, compran el libro, entran al blogy demás; pero si lo que querés es un nu-merito, es una pavada. Después, tambiéntenés en Twitter las historias divertidas.Me acuerdo la del tipo que se enamoróde una twittera que tenía un avatar deKate Moss, y se pusieron de novios vir-tualmente. Hasta que uno le dijo: “Che,ganso, esa mina es una modelo, no es tunovia”. Y el tipo salió a hacer una twit-cam diciendo que él había entregado sucorazón virtualmente. Por eso te digoque la gente se expone. Pelotudos gran-des como este no importa. Pero con losmás chicos el tema es más complicado.

De película

ereyra ya está trabajando en sunueva novela, también de suspen-so. No da muchos detalles, pero

adelanta el tema: periodistas. Y se muestraentusiasmado ante la crítica del libro queJuan Pablo Varsky realizó en su programade radio. Dijo: “Invito a productores, a lagente de la tele, a que lea el libro Te Sigo,de Marcos Pereyra. Lean ese libro y cuén-tenme si ahí no hay una película”.

Coincido. Y retwitteo.

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TE SIGO, DE MARCOS PEREYRA

La novela, con trama policial, revela el mundo tuitero, donde hay quienes paganpara tener 10 mil seguidores. Y quienes logran, como él, desafiar a las editoriales.

Tuiteame tu novela

18 VERANO 2012-2013MU

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http://www.2teclas.comEn esta web del autor se pueden leerseis capítulos de la novela Te sigo yotros textos que Marcos Pereyra publi-ca regularmente.

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ocas veces uno encuentra laposibilidad de leer una obraescrita por un hombre quenació en 1909, que murió enel 2002, que renació en el

2003 y que hoy asegura no traspasar la ba-rrera de los treinta años. El curioso caso noes el de Benjamin Button, ese famoso cuen-to de Scott Fitzgerald, sino que así se pre-senta a Sagrado Sebakis en la solapa de sulibro Gordo, un relato delirante y veloz so-bre la incertidumbre y el aburrimiento quegenera pasar un verano en la ciudad con150 kilos de peso. Sentado frente a su com-putadora, el protagonista pasa veinte horasseguidas vagabundeando por Facebookmientras fuma marihuana y consume dis-tintos venenos. Esa actitud nos parece ex-trema, pero hoy resulta más un dato antro-pológico que una fantasía.

Publicado por la Editorial independien-te Milena Caserola, el libro inaugura unacondición que más adelante seguramenteserá costumbre: en su contratapa, Gordopresenta un código QR que tras ser captura-do con el celular permite al usuario descar-garlo en formato PDF. Este exponente delanticopyright deja pagando a los paladines

de los derechos de autor, porque es el mis-mo creador el que dice: “No hay problema,acá lo tienen: pueden robar mi libro.”

El personaje principal de esta anti-tra-ma –dicho así porque no es una novela ytampoco un conjunto de cuentos; Gordodestila sistema propio– es un consumidorcrónico de pornografía y por supuesto ungran masturbador, un actor de cine, unadicto a la coca-cola, un hiperquinético,un obeso a la manera de Flaubert, unpervertido a la manera del marqués deSade, un paranoico conocedor de los tru-cos de la informática, un intelectual delsiglo 21 –o sea un trastornado un cuartogenial y un cuarto idiota–, un indiscipli-nado y un loco hijo prófugo de su genera-ción: casi un hombre sencillo.

Sagrado parece dedicarse en este libro asu destino solitario de narrador de pesadi-llas virtuales. Su originalidad se aleja deltono lúgubre, se fuga de la prosa untadacon melancolía, se ríe de él mismo y de to-dos nuestros errores: sabe mostrar con do-ble filo la paranoia de la vida misma.

Gordo es literatura nueva; de blogspot,de Facebook, de stand up, con ritmo debondi o incluso de tranvía. Son páginaslúcidas que no exigen fondo de violines ode campanarios, tampoco pensamientocatedrático o miradas de fantoche. Su mé-rito: se las puede apreciar con la mismaatención que le concedemos a un videode youtube o a un volante de peluquería.Su estilo es múltiple y cotidiano: por esomismo es renovador.

Decir que Sagrado Sebakis es el primerAdán de una especie nueva –casi comocronista alucinado de lo cotidiano– es unacto intempestivo. Pero en Gordo escribeuna frase que lo justifica: “Pertenezco a laúltima generación que se angustió.”

Este libro es la médula de la vida cíni-ca y moderna puesta en palabras.

GORDO, DE SAGRADO SEBAKIS

Un libro para robar

Con ritmo de stand up, un relato sobre las redes socia-les protagonizado por un personaje de 150 kilos.

http://sebakis.wix.com/sagradoEl blog de Sagrado Sebakis donde podés encontrar textos y agenda depresentaciones.

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ydia Vieyra entra al Congreso de la Nación, vestidito hip-pón colorido y ojotas, para apurar a los legisladores paraque aprueben una pensión a ex presos políticos y no lo ha-ce por ella, que es de las más jóvenes y tiene laburo, no lohace porque en 1977, con apenas 21 años, ella, militante

montonera, fue secuestrada por un grupo de tareas de la Armada y fuellevada a la ESMA, donde estuvo detenida durante casi dos años, dondefue torturada, ultrajada, y luego liberada y arrojada al exilio, donde so-brevivió como pudo en las calles de Madrid, Roma y Londres, vagando,sin aportar para una jubilación, no, Lydia no protesta por ella aunque po-dría, estaría en todo su derecho, no, Lydia protesta por sus compañeras ycompañeros que no tienen jubilación sino una vejez nada digna, a pesarde los años de cárceles y torturas y, como Lydia es la tía de una diputadade la Nación, aprovechó, ella que puede, ella que tiene una sobrina quele hace la gamba para entrar al Congreso e increpar a los colegas de susobrina, que es sobrina del corazón, porque si Lydia es la tía de Viki Don-da es porque ayudó a Cori, la mamá de Viki, a parir a Viki en la ESMA,y desde entonces la buscó, ella que era la única que sabía que aquellanena se llamaba Victoria, hasta que un día, las Abuelas de Plaza de Mayoencontraron a Viki, y es por eso que ahora Lydia está en el Congreso,también junto con su gran amiga Miriam Lewin, periodista y tambiénsobreviviente de la ESMA, para pedirle al Gobierno, a su Gobierno, alGobierno del que se siente orgullosa, porque con Néstor y con Cristinaella entró a la Esma y le pidieron perdón en nombre del Estado, querecuerde que fueron las y los sobrevivientes quienes atestiguaron unay mil veces y permitieron que los juicios se llevaran adelante, perocuando Lydia se para frente al diputado Roberto Felletti, presidente de laComisión de Presupuesto, y le cuenta la situación precaria de las compa-ñeras y los compañeros, Felletti le contesta que no va a poder ser, quecon esos 2.800 pesos por mes para unas 4.000 personas no cierran lascuentas, que esto “no es cosa de Cristina”, que es él, Felletti, quien tomaesa decisión, “Y yo me pongo en tu lugar”, le dice Felletti, y “No, vos notenés idea de lo que es estar en mi lugar”, le responde Lydia, pero Fellet-ti sigue mirando tras sus anteojos Ray Ban sin marco, canchero hasta elhartazgo o, peor aún, hasta el progresismo, que sí, si lo mirás sin escucharel tipo es lombrosianamente progre, porque no se puede ser tan insensi-ble pero, sobre todo (y eso es lo único que importa en este mundo no ap-to para el vestido y las ojotas de Lydia) no se puede ser tan imbécil comopara arrojar al desencanto a lo más noble de tu propia tropa; entoncesvamos a ver al Presidente de la Cámara, Julián Domínguez, que al escu-char hablar a Lydia de una “pensión para presos” pregunta “Son presospolíticos, ¿no?” y Miriam contiene la risa y las ganas de contestarle “No,para violadores seriales reincidentes”, con ese humor tan lúcido y tan ES-MA, y aunque Domínguez no entiende de qué hablan sí entiende y pro-mete que va a hacer algo, y salimos del despacho rococó, mármol, ma-dera tallada, otros tiempos, otra galaxia, y nos cruzamos con elpresidente del bloque del FPV, Agustín Rossi, viejo conocido de Lydiaque, tras fundirse en un abrazo, escucha y dice que tiene que salir, y en-tre Rossi y Domínguez, quién sabe si uno, otro o ambos, lograron que,tras la presión de Lydia y de Miriam, que se aprobara la ley con mediasanción en Diputados, que ahora haya que esperar hasta cuando se tra-te (si se trata) y se apruebe (si se aprueba) en el Senado, y que se salvaraasí alguna hilacha de honor para esa política que se ejerce en el edificiodonde se transforman en eternos los reclamos urgentes y donde nada separece a la vida real, si es que tal cosa existe todavía.

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CRÓNICAS DESDE EL FIN DEL PROGRESISMO

La ley del pasilloju

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20 VERANO 2012-2013MU

zar nuestra condición de ciudadanos, la posi-bilidad de ser gestores de nuestra propia vi-da. Con el teatro los vecinos tenemos voz,nos hemos hecho visibles.Edith (Matemurga):No hay una receta. Lo quees insustituible es el proceso en donde todosse sientan necesarios: tiene que haber unaidentificación para que el grupo defienda elespectáculo.

Vínculos entre vecinos

Edith (Matemurga): Las relaciones se modifi-can desde lo artístico. Para mí es inseparablede ese componente. Pero además se empie-zan a instalar prácticas que no existían en elbarrio: cortar la calle para hacer teatro. “Bicho” (Patricios Unidos de Pie): Inclusosurgen propuestas para acciones extra tea-trales: en nuestro caso, el reclamo por lapavimentación del acceso de tierra desdela ruta nacional N° 5 o la red de gas para elpueblo. Pero, además, en estos diez añoshemos entablado un cambio en nuestrasrelaciones con los vecinos. Aprendemos aver el valor del vecino, de su trabajo al la-do del nuestro, en conjunto, que logra re-sultados inesperados.Liliana (Los Villurqueros): Básicamente lo quese va modificando es el pensarse en soledad.Se empieza a pensar en grupo y a pertene-cer, a sacar el yo y poner el nosotros. Es lomás grato. Nosotros mismos nos fuimos mo-dificando y eso hace la diferencia con otro ti-po de teatro: nos estamos modificando conel otro.

Bueno y profundo

Edith (Matemurga): Para los directores el tea-tro comunitario es un campo de desarrolloprofesional increíble, lejos de lo que se po-dría suponer: no es hacer voluntarismo conlos vecinos. Tenés un campo artístico impre-sionantemente fértil. Te motiva y desafíaporque querés que el espectáculo sea cadavez mejor.Orlando (El Épico de Floresta): Queremos ha-cer buen teatro: el hecho de que hagamos te-atro con vecinos no significa que no lo sea.Tenemos necesidad concreta de que la obratenga más elementos que los que tenía la an-terior, por una cuestión de crecimiento. Pablo (Los Pompapetriyasos): El valor artístico

poder ser parte.Edith (Matemurga): Lo artístico es insoslaya-ble. El arte es un gran ensanchador del hori-zonte humano que te permite imaginarte deotra manera, con lo cual empiezan a ser po-sibles cosas que no habían podido imaginar-se juntos. Todo el tiempo se corre el horizon-te de lo posible. Esto es profundamentetransformador: para los que están en el gru-po y para los que están relacionados: institu-ciones del barrio, vecinos-espectadores. Enrealidad, el teatro comunitario se enfrenta alparadigma del consumo, que necesita seg-mentar. Y lo que nosotros hacemos es juntar:gente de distintas generaciones, inmigrantes,con o sin laburo, discapacitados. Es total-mente integrador.Carolina (Almamate): Y a la vez se van desdi-bujando los límites de lo individual paraconvertirse en una creación colectiva, unproducto de todos.

Creando territorio

Oscar (Los Villurqueros): Nosotros trabajamoscon lo que va trayendo el vecino. Empeza-mos por preguntarle qué quiere contar yporqué. Ahí es donde se va desatando es-to de la memoria, de la creación y de lacreatividad. Edith (Matemurga): Se habla de lo que esegrupo humano quiere hablar desde su terri-torio. Una característica fundamental del tea-tro comunitario es la territorialidad.“Bicho” (Patricios Unidos de Pie): El potencialde la creación artística y la liberación de laimaginación es lo que nos permiten valori-

10 AÑOS DE TEATRO COMUNITARIO

Una charla con integrantes de los 8 grupos que festejaron este año una década nospermite trazar los ejes de esta experiencia. Territorio, seguridad, autogestión, arte,medios y barrio son algunos de los temas que definen estos vecinos que aprendierona actuar y a compartir. Cómo salir del yo y crear un nosotros poderoso.

Los actores sociales

remover sensaciones y experiencias olvida-das, recuperar la memoria, volver al espíritude juego, la imaginación, la creatividad, todotransforma nuestro ser. En el teatro comuni-tario jugamos, creamos, trabajamos en con-junto grandes y chicos, gordos y flacos, sim-páticos y antipáticos: todos encaminados alograr que nuestra obra resulte de la mejorcalidad posible y represente verdaderamentelo que los vecinos queremos transmitir alresto de los vecinos. Andrea (3.80 y Crece): El vecino, al reincorpo-rarse en este lugar donde es aceptado, en-cuentra su potencia. Y eso lo transforma.Liliana (Villurqueros): A mí lo que me maravi-lla es el encuentro que produce: de personas,intergeneracional, niños actuando al lado demayores. Estábamos tan fragmentados en2001-2002, tan separados, tan individuos ycreo que lo que ganamos haciendo teatro co-munitario fue encontrarnos. El encuentropara ejercitar la memoria lleva a buscarnuevas formas de expresión donde aparecelo que quiere recuperar el vecino: la fiesta,la silla en la puerta, el encontrarse con otro.Empezás a ser productor, hacedor, no con-sumidor de cultura. Julieta (Res o no Res): Tenemos que decir algoy lo decimos en el barrio, y a través de esonos vamos transformando, enterándonos demás cosas, comunicándonos. Y se produceuna identificación.Andrea (3.80 y Crece): No solamente sentirseidentificados con lo que se cuenta, sino quela gente dice ‘Ah, pero vos sos es el que viveen la otra cuadra’. Si el otro está ahí, ¿porqué yo no puedo? Es fundamental el sentidode pertenencia: si no se pierde la magia de

e dice que crisis es oportuni-dad. Tal vez por eso la grietadel año 2002 parió tantos gru-pos de teatro comunitario que,entre otras expresiones auto-

gestivas y colectivas, fecundaron una nuevaépoca. Precisamente, ocho grupos que hacenteatro de, por y para los vecinos –siete de Ca-pital y uno de Patricios, provincia de BuenosAires– cumplieron a lo largo de este año unadécada de sueños realizados: Matemurga (Vi-lla Crespo), Res o No Res (Mataderos), Alma-Mate (Flores), El Épico de Floresta, Los Villur-queros (Villa Urquiza), Los Pompapetriyasos(Parque Patricios), 3.80 y Crece (La Boca) yPatricios Unido de Pie (Patricios, 9 de Julio).Con todos ellos se urdió esta charla coral

en la que, a partir de sus propias prácticas,brindan pistas para entender al teatro comu-nitario, lo que produce y también la década:del cacerolazo al cacerolazo.

Arte y parte

Edith (Matemurga): El paradigma fundamen-tal es teatro de vecinos para vecinos, el artede todos y para todos.Orlando (El Épico de Floresta): El teatro comu-nitario es siempre una fiesta. Lo es el teatroen sí mismo, desde sus orígenes, pero aquíse ve claramente: al romperse las estructurasde sala o de un espacio determinado, salir ala calle y hacerlo en cualquier lugar, haceque esa fiesta se multiplique.Mabel Bicho (Patricios Unido de Pie): Trabaja-mos convencidos de que el arte es transfor-mador en sí mismo: al atravesar el cuerpo,

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es también una militancia política.Edith (Matemurga): En estos diez años nossentimos que lo que hacemos tiene inciden-cia en la realidad. Antes, uno pensaba quetodo se decidía en otra parte. Y esta prácticatodo el tiempo te hace sentir que un grupo,muchos grupos, los vecinos, movemos los rí-gido, lo inmóvil, lo que supuestamente estádado. Entonces tiene una profunda vitalidad. Carolina (AlmaMate): Tiene que ver con ver lacapacidad de acción de las personas comoactores sociales.Julieta (Res o no Res): Eso es lo que nos mue-ve: como grupo te sentís motivado porquesos parte, contás y eso motiva a participar.

Otra seguridad

Edith (Matemurga): La práctica del teatro co-munitario modifica el concepto de seguri-dad. En vez de hablar de inseguridad yo ha-blaría de seguridad, porque estar juntos,conocerse con los vecinos, que en el mo-mento que cortás la calle los niños anden enbici o simplemente se sienten a mirar, gene-ra una fuerte sensación de seguridad. Lejosde encerrarse en las casas a lo que te invitatodo el tiempo es a estar juntos.Orlando (Él Épico de Floresta): Además ennuestras actuaciones nadie se agarra a piñas,no hay despelote.Andrea (3.80 y Crece): Porque justamente es laocupación de un espacio a través del arte. Lainseguridad pasa por la falta de ocupación.Cuando vos ves un lugar que está sin gente,es inseguro. Cuando uno lo ocupa desdeuna fiesta, un espectáculo, un escenario, seconvierte en un sitio seguro.Carolina (AlmaMate): La seguridad se da porhabitar los espacios y no por enrejarlos y asi-larlos. Por habitarlos y pertenecer.Liliana (Los Villurqueros): Por transitarlos.Edith (Matemurga): Y convertirlos en un esce-nario. El patio de una escuela, una plazapueden serlo. Podés ver la calle como un es-pacio de actuación.Liliana (Los Villurqueros): El pueblo que pro-duce teatro comunitario le está asignandovalor al espacio público y es conmovedorpara todos los que lo ven. Por eso debe serpeligroso para este Jefe de Gobierno queocupemos los espacios.

La red

Bicho (Patricios Unidos de Pie): Para nosotros,que somos de un pequeño pueblo de 600habitantes, la Red Nacional de Teatro Comu-nitario siempre ha sido de real importancia:nos permite intercambiar con los otros gru-pos, aprender junto con ellos, ver qué cosashacemos bien y qué tenemos que reforzar.Contamos con los referentes de la Red paraconsultar dudas, podemos efectuar comprasde instrumentos en conjunto. Así como launión como vecinos nos da fuerza, la uniónde la Red nos fortifica.Oscar (Los Villurqueros): Los Encuentros quehacemos con todos los grupos del país son

increíbles. En el último, en Rivadavia, éra-mos 1.200 personas en un pueblo con me-nos cantidad de habitantes. Lo que sucedióallí fue fantástico. Cada vez que nos encon-tramos es maravilloso. Vemos las obras delos demás grupos, cómo las hacen y eso teva estimulando.Edith (Matemurga): Ojo: estímulo no es com-petencia: está bueno decirlo.Liliana (Los Villurqueros): Nos enriquecemosmutuamente porque te estás reflejando en elotro. Orlando (Él Épico de Floresta): Y decir ‘¿qué tepareció, qué hay que mejorar?’. Preguntarleal otro.Edith (Matemurga): Seguramente esta ideasurge del momento en que Catalinas y elCircuito Barracas deciden expandir estapráctica, para hacerla crecer en diferentes te-rritorios. Hay una generosidad fundacionalcon la cual esto se propaga. El origen es gene-roso. De hecho sale una línea de subsidios yla comentamos para que se presenten otros.Liliana (Los Villurqueros): Es esto de lo que ha-bla Adhemar Bianchi (junto a Ricardo Ta-lento, los padres del teatro comunitario): ladesmesura. Todo se empieza a volver des-mesurado. Desde el grupo, hasta las ideas.Te potencia todo.

Autogestión

Julieta (Res o no Res): La organización fueun aprendizaje. Al principio nos mantení-amos con la gorra, luego el buffet. Des-pués pasaba eso de hablar con otro grupo,enterarse de un subsidio y ver cómo po-der hacer para encajar. Ir produciendo ygestionando en la práctica: probar. Y com-partir la experiencia. Liliana (Los Villurqueros): Te lleva a hacer ges-tor de tu propio proyecto, incluso dividir ro-les. Y también a pensar los espacios parafuncionar, porque la plaza está bárbara, peroen invierno tenemos que ensayar. Enton-ces, ¿qué pasa con esa parte de nuestraeconomía? Por eso estamos luchando. Sepagan alquileres muy altos para guardarsólo el vestuario. Es todo un costo y unagran preocupación.Edith (Matemurga): La autogestión, lo que va-mos inventando, te da poder, en el mejor delos sentidos, para ir a hablar en representa-ción de tu grupo. Vos no vas a hablar de vos,sino del proyecto en el que creés y defendés.

Medios y valores

Orlando (El Épico de Floresta): Los medioscomerciales, al igual que el poder, nos ig-noran, excepto que nos tomen como bi-charracos. Y no es una cuestión de canti-dad de espectadores: cualquier gruponuestro mete en una función más genteque 20 salas de 100 butacas.Edith (Matemurga): Tiene que ver con lalógica de los medios en general. Nos invi-sibilizan como se invisibilizan tantas co-sas en los medios hegemónicos. De todasmaneras creo que nosotros y nuestro pú-blico funcionamos independientementede eso. Liliana (Los Villurqueros): Los medios de co-municación masivos responden a un mo-delo en el que no encajamosCarolina (AlmaMate): Porque funcionan conlógicas de consumo y el teatro comunita-rio no está ligado a ellas.Julieta (Res o no Res): No tenemos un nego-cio atrás. Quizá los grandes medios estánbuscando promocionar otra cosa: la genteque sale en sus páginas sólo busca ganan-cias y el teatro comunitario transmiteotros valores.

La historia que será

Edith (Matemurga): Estos 10 años nos han de-mostrado que se puede ir tras los sueños,concretarlos y tener nuevos sueños y volvera concretarlos. Liliana (Los Villurqueros): En el 2002 estábamosdolidos, entristecidos, empobrecidos. Habíaalgo contenido y por eso la búsqueda fue queel grito fuera colectivo. Hay que seguir con esaesperanza activa, en acción y resistiendo. Julieta (Res o no Res): El cambio para mí estáen el encuentro. Encontrar la esperanza y de-cir que pudimos hacer esto. Somos variosque nos encontramos, nos unimos y nos or-ganizamos. Orlando (El Épico de Floresta): Lo peor que nospodría pasar es que fuéramos una repeticiónde nosotros mismos. Oscar (Los Villurqueros): Qué contar, para quéy cómo: esa es la cuestión. Nosotros tene-mos una escena de los cacerolazos, por losde 2001, y hoy significan otra cosa. La segui-mos haciendo de la misma manera pero tie-ne otro sentido: las cacerolas del 2001 no sonlas del 2012. Orlando (El Épico de Floresta): Es un desafío po-ner eso hoy en escena. Y es muy inquietante.

lina m. etchesuri

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22 VERANO 2012-2013MU

sistenciazinepunk y cuando le pone su bajo alas Kumbia , donde ese grito no es mero gri-to sino acción y actitud. “Somos lo que deci-mos y cómo lo decimos”, dirá Pila en nues-tra charla y otra vez la frase condensa eltodo: la cumbia como ritmo y la alegría co-mo bandera.

Ninguna todavía logra pagar la vida conla música, pero vive de ella. “Es importanteestar libre para hacer lo que te gusta”, diráFlor y eso implica que todavía combinantrabajos precarios con vocación. A lo Kum-bia: sin quejas, ni golpes bajos. “Todas vení-amos, desde hace mucho tiempo, tocando yarmando cosas: shows, libros, fanzines. Lasseis somos bastante batalladoras en circulosmuy reducidos y con muchísimas dificulta-des. Pero siempre seguimos. Todas sabemosque queremos ir para adelante con lo quenos gusta, y vamos a eso”, resume Juana. Ysintetizará Pila: “Somos lo que queremos”.

En ese goce de la propia elección, en esafiesta que representa ser artistas de la pro-pia vida, está todo lo que Kumbia irradiacon su música.

Que eso sea raro, entonces, no es culpade estas Queers.

cumental Todos están muriendo aquí, que re-lata la historia de su banda de punk rock LasUltrasónicas– , viajó en micro hasta Argenti-na para comprobar su teoría: el movimientosocial de mujeres acá era mucho más intere-sante, poderoso y divertido que el de su país.

Para que Juana y Ali se transformaranen las voces de las Kumbia Queers tuvoque suceder antes otro milagro: She Devils.Esa emblemática banda, formada por la rei-na punk Patricia Pietrafesa (bajo), Pilar Arre-se (guitarra) e Inés Laurencena (batería),que ya en el año 2000 gritaba “El abortoilegal asesina mi libertad”.

La última en sumarse fue Flor Lintera(teclados), que venía de romper moldes conlas Happy Makers.

El ancho futuro

Da a conocer tus ideas. No quere-mos perder el mundo!! Luchar y re-sistir”, es la consigna escrita a mano

que puede leerse en un fanzine mil veces fo-tocopiado que Patricia Pietrafesa editó en1984. También lo hace hoy, desde su blog Re-

KUMBIA QUEERS

La banda que se atrevió aunir en pareja al punk conla cumbia acaba de sacarsu tercer disco. Más ritmo ymás autogestión.

Raras

su biografía en un texto sin eñes ni acentosque publicó en su perfil de MySpace. Allícuenta desde quién le aconsejó que aban-donara el Conservatorio, hasta porqué vol-vió a estudiar allí durante 3 años. Desdeque escribió un libro con sus recetas de co-cina hasta cuándo dejó de soñar que iba aganar Wimbledon. Esa vocación tenísticaes la que ahora asoma en el desopilante vi-deoclip del tema Daniela, el primero de es-te último disco y con el cual ganó un trofeo:ya cosechó casi 50 mil visitas en Youtube.

Otro ejemplo: la leyenda cuenta que lamexicana Ali Gua Gua (voz y guiro) – que es-cribió sobre temas culturales en varios perió-dicos de su país, estudió cine y dirigió el do-

o dicen como sólo ellas pue-den decirlo: “El rock es MirthaLegrand”. La frase es picante,profunda y política. Es tam-bién popular: todos la entien-

den; periodística: implica una lectura críticade la realidad; y subversiva: ridiculiza. Es,además, una manera de hacer arte y hacervida. Y es, fundamentalmente, divertida.Ese es el estilo Kumbia Queers, música congénero propio, que enciende la fiesta y lascabezas para celebrar la diversidad de la vi-da y conjurar a las momias.

Ahora están agitando su tercer disco, Pe-cados Tropicales, que produjeron solita y so-las, luego de haber cursado un master conPablo Lescano, el señor Damas Gratis, quienlas dirigió en La gran estafa de Tropipunk, untítulo que ahora suena premonitorio. Ellas,que nacieron y se criaron en la autogestión,aceptaron para ese segundo round discográ-fico la oferta de un sello comercial. “Nosofrecieron contratar a un productor y que eldisco estuviera mejor distribuido. Había-mos leído que todas nuestras artistas favori-tas siempre decían: �No hay que hacer eso�.Pero igual pensamos: �Capaz que en este ca-so está bueno�. Y aceptamos porque la trabamás grande que tenemos los independien-tes es que es muy difícil que llegue tu discoa muchos lados, que no termine en un cír-culo re-cerrado. Nosotras queríamos viajarmás, que nos paguen los pasajes…. Pensa-mos, ilusamente, que con un sello atrás esoiba a funcionar. Obviamente no funcionópara nada. Adelantaron una plata que aho-ra estamos pagando con cada show que ha-cemos. Es decir: lo pagamos todo nosotras”.

De la experiencia les quedó la experienciay, por eso, este tercer CD lo pudo conducirInés Laurencena, la baterista del grupo. Tam-bién por eso los temas que lo componen sonmás reveladores de la identidad de estasKumbias. Hay más sabores, matices y enchu-fes. Una vuelta a esa orilla que las parió comocreadoras de un sexo musical propio: la cum-bia punk. El resultado es esa bomba que ex-plota en cada uno de sus shows. Pura fiesta.

El largo camino

ara llegar hasta acá, hasta esta bandade media docena de mujeres que sa-ben conquistar públicos desde el es-

cenario, cada una acumuló muchas millasde viajeras frecuentes. Sus viajes fueron geo-gráficos y musicales y abarcaron decisionesque, finalmente, produjeron este encuentro..

Juana Chang (voz y charango) condensa

www.kumbiaqueers.com.arPodés escuchar todos los discos, verlos videos y consultar las fechas de susimperdibles shows.

L

Las Kumbias eligieron sus propios nombres propios: Inés Laurencena es Inés Phektor, Ali Gardoki es Ali Gua Gua, Juana Chang puede sera veces Juana Charang, Pilar Jackson es Pila Zombie, Flor Lintera es Flor Linyera y Patricia Pietrafesa es Pat Combat Rocker.

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EventosHipólito Yrigoyen 1440. [email protected] de encuentro

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22 Kumbia Queer_Layout 1 03/12/12 15:16 Página 22

La presente edición de nuestro periódicoMU sumó el esfuerzo de:Redacción: Claudia Acuña, Sergio Cian-caglini, Carlos Melone, Franco Cianca-glini, Luis Zarranz, Lucas Pedulla, FrancoDanussi, Bruno Ciancaglini, Pablo Mar-chetti, La Garganta Poderosa, SusyShock y Raúl Zibechi.Fotografía: Julieta Colomer, Lina Etche-suri y Facundo Nívolo.Diseño: másSustanciaCorrección: Graciela DaleoIlustración: El Niño Rodríguez y MarianoLucano.Editor online: Diego GassiImpresión: Cooperativa de Trabajo Gráfica Patricios. Av. Patricios 1941 Distribución en Capital: Vaccaro Sánchez Moreno 794 9º, CapitalTel/Fax: (011) 4342-4031/32 Distribuidora en InteriorBertran S. A. C.Vélez Sarfield 1950, CapitalMU es una publicación de la Cooperativa de Trabajo Lavaca Ltda. Hipólito Yrigoyen 1440 Ciudad Autónoma de Buenos AiresTeléfono 4381-5269.Editora responsable: Claudia Acuña

ay gente que sostiene tenaz-mente que los domingos sonideales para suicidarse poreso de la melancolía, de quese viene el lunes y algunas

pelotudeces olímpicas más.El pobre Domingo, además del karma

religioso, del ritual futbolero generosa-mente acompañado de episodios policia-les y crónicas de guerra, tiene que cargarcon la culpa de la Depresión de la Moder-nidad Líquida

Resolví seguir vivo y me apersoné enla puerta del establecimiento. Una señora,veterana de mil batallas (de todo tipo) mededicó una mirada indiferente desde sumesita en la puerta de entrada y me pre-guntó con voz de soprano después de unaccidente ¿Cuántos?

Sólo estábamos ella y Yo.Imagino una metáfora perfecta. Pagué mis 5 pe, recibí un número anóni-

mo de un talonario en liquidación y atrave-sé la columna de humo cuyo órgano emisorera la robusta figura femenina. Observé uncascarriento cartel de prohibido fumar. Asíme gusta: rebelión y cáncer para todos.

El edificio, haciendo honor al despresti-giado talento de los ingenieros, es cuadra-do de toda cuadratura. Un frente con ven-tanales en la parte superior, cuidado apuro esfuerzo, y una panoplia, un escudode armas, un distintivo que enunciaba, sintemores, la realeza y distinción de una al-curnia sin dobleces: Taponazo Fútbol Club.

En el corazón de Claypole, tierra decriollos a pata y minas bien llevadas, ba-rrio sin guapos ni matones desde el arribode la pólvora, aunque inquietante segúnla vereda que se transite, está el TaponazoF.C., hijo de gringos castellanizados y elcrisol de razas relumbrando en los deltoi-des del Sur Conurbánico.

Allí, ese domingo, se jugó un partidode básquet. Lejos del Madison SquareGarden, del Luna Park, de Obras Sanita-rias. Lejos de cualquier tapa de suplemen-to deportivo, incluso de TyC Sports.

Allí, entre colores verdiblancos y algúncántico desesperanzado contra el rival, unos20 espectadores nos sentamos a la orilla,instalados en una franja de 50 centímetros

lavaca es una cooperativa de trabajocreada en 2001. Editamos una páginade Internet que todas las semanas di-funde noticias bajo el lema anticopy-right. Mensualmente profundizamosestos temas en MU.

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Taponazo a la esperanza

Hgrar algo de armonía estética. Un alero delvisitante le hizo comprender la dureza dela vida, la inutilidad de la búsqueda y lainexistencia de la piedad. El descoordina-do aterrizó en mi tobillo.

Los chicos gritaban poco, transpirabanmucho y el coro de grillos que producían suszapatillas, arrullaba (imagino) sueños de es-tadios llenos y jugadas fabulosas. O tal vezsimplemente estaban felices de poder jugar

En el tercer cuarto la superioridad delvisitante empezó a estirar el tanteador porlo que la hinchada resolvió dedicar a cadajugador visitante a tiro algún refrescanteescupitajo, vaya a saber buscando quéefecto en el juego. Ya les dije que no en-tiendo este deporte.

La iluminación era sorprendentementebuena por lo que caras, sopapos y proyectileslíquidos eran visualizados con toda nitidez.

La señora de la boletería-mesa de en-trada se encontraba paradita en la puertade entrada al gimnasio, fumando ajena alas reglas de salud y deporte, con una caraque significaba algo así como “pendejosde mierda, porque no van a estudiar”.

No puedo asegurarlo y me debo ponti-ficiamente a la verdad.

La doña estaba ajena a los entusiasmostribuneros, tenía una mirada de filosóficodesprecio, de altiva superioridad o simple-mente tenía un día de mierda. Era Domingo.

El Taponazo FC, aristocracia de pobres,contradictorio su nombre con la actividadque veía y enarbolando un término quecae en el abismo del olvido posmoderno.

La noche se deslizó remolona hacia la de-rrota de los esforzados jugadores del local.

Al finalizar el partido, eran simplemen-te chicos que habían ganado y otros quehabían perdido, saludándose.

Me acerqué al bufetero (que no habíavendido una gota de alcohol durante elpartido y que ahora resucitaba las cerve-zas) y le pregunté, en un acto de creativi-dad absoluta, por qué el Taponazo eligióel verde como color emblemático.

Es el color de la esperanza me dijo.Domingo de suicidios… Claro que no.Pibes con bolsitos para su casa, charlando

por la vereda brava. Casi nada. Casi todo.

CRÓNICAS DEL MÁS ACÁ

entre la pared y la línea de la cancha, en unasiento de cemento inexpugnable.

Equipos sub 23. Nada de bestias tipoNBA, de esos que se miden en metros cú-bicos y cobran por tonelada de dólar. Pi-bes, en su mayoría morochaje de la zonacastigada por Dios (si tal entidad existiera).Algunos se iban en alto y les faltaba enancho y otros viceversa.

Marcas sociales en cada cuerpo, en ca-da mirada, en cada desilusión.

Los visitantes, euro-agringados, perotampoco la pureza aria o el perfil griego ola charme francesa.

Saludos de los chicos, pitazo del árbitroy a jugar.

A poco andar noté 2 cosas: primero queel partido era de fricción, pero de fricciónen serio. El árbitro decía reiteradamente“suelto, suelto” mientras se repartían contoda dedicación empujones, sopapos, co-dazos y otras bellezas del espíritu olímpi-co y la gloria del deporte. ¿La palabra suel-to aludiría a algún animal mitológico quemerodeaba el misterioso Claypole?

Segundo, que el público, completamen-te local (unos 30 ahora) empezaba a gritarcon algo más de fervor y dedicaba encan-tadoras frases a los jugadores visitantesdel tenor de “el 6 es puto” o “23, te vamos aromper el orto” (nótese que es una varian-te del anterior), además de algunas convo-catorias al crimen, con frases edificantescomo “matalo, matalo”. Todo a centímetrosdel destinatario.

Este cronista, calladito, apretado contrala pared, incómodo como una mula en unlavarropas, ponía cada tanto el ceño frun-cido y anotaba alguna pelotudez con la es-peranza de ser confundido con un espe-cialista o algo así y no con la hinchadavisitante.

Cabe destacar que mis conocimientosde básquet son tan vastos como mis cono-cimientos sobre el efecto de los neutrinosen los tallarines.

Nada.Un morochazo (imposible decir negro

por razones de corrección política), de ta-maño considerable, intentaba desespera-damente coordinar sus movimientos a finde, a falta de embocarla, por lo menos lo-

¿Y Julio López?

www.lavaca.org

ma

ria

no

lu

ca

no

¿Y Luciano?

Cátedra Autónoma de Comunicación SocialDiplomado en Gestión de Medios Sociales de Comunicación

Abierta la inscripción ciclo [email protected] / www.catedraauonoma.org.ar

23 Retiración Contratapa_Layout 1 03/12/12 15:16 Página 23

el periódico de lavacaverano 2012-2013año 7 / número 61Valor en kioscos $ 12

Chubut vs. las minerasLa noticiainvisible

José Celestino CampusanoEl nuevo cine es bonaerense

Medios para todosAmanda, referente de la comunidad qom de Formosa,conductora del programa radial Voz Originaria. Unsímbolo que la nueva ley debe multiplicar y siguepostergando. ¿Hasta cuándo?

Contratapa Quom_Layout 1 03/12/12 15:14 Página 24