Y tú qué harías por -...
Transcript of Y tú qué harías por -...
Primeraedición:Octubre2015Diseñodelacolección:ValenBailonCorrecciónmorfosintácticayestilística:EditorialVanirDelaimagendelacubiertaylacontracubierta:ShutterstockDeldiseñodelacubierta:©LorenaCaboMontero,2015Deltexto:LenaValenti,2015
www.editorialvanir.comDeestaedición:EditorialVanir,2015EditorialVanirwww.editorialvanir.comvalenbailon@editorialvanir.comBarcelonaISBN:978-84-944360-0-0
Bajolassancionesestablecidasporlasleyesquedanrigurosamenteprohibidas,sinlaautorizaciónporescritodelostitularesdelcopyright,lareproduccióntotaloparcialdeestaobrapormediooprocedimientomecánicooelectrónico,actualofuturo—incluyendolasfotocopiasyladifusiónatravésdeinternet—yladistribucióndeejemplaresdeestaediciónyfuturasmediantealquileropréstamopúblico.ComposiciónDigital:Publicón(GrupoUlzama)www.ulzama.com/publicon
Díasatrás,cuandotodosedesmoronó...
Tantasvecescomosehabíapresenciadoantelapuerta169deesasuitecolonial,yningunahabíasentidoesosnerviostanprofundosenelcentrodelpechoniesemiedoparalizanteenelcorazón.Estaba aterrada y triste porque esa sería la última vez que pisaría ese
hotelyesahabitación.Nuncavolveríaaestarallíconotro.Nopodría.Delmismomodo que nunca podría estar con otro en lamisma cama
que había compartido con Zac. Se compraría otra, porque habían cosasquemejornovulnerar.Olivia se recolocó el pelo sobre un hombro, pasó los dedos por las
puntas curvas y se aseguró de que las mangas de su blazer marineraestuvieran dobladas a la misma altura. Debajo llevaba una sencillacamisetablanca,yunostejanosdepitilloalgodesgastados.UnoszapatosdetacónPepeJeansconlapuntadescubiertaydelmismo
colorquelablazercompletabansuatuendo.Mirósurelojygolpeólapuerta.Toctoc.Dosveces.Siemprepuntual.Albertolaabrióylehizolamismareverenciadesiempre.Actuó como hacía todos los días. Tomaba su bolso y lo dejaba en el
vestidor.Después le pedía que se diera la vuelta, y le cubría los ojos con el
pañuelodesedanegrayquetantolehabíaprivadodeverydeconocer.Abriólaspuertascorrederasdeparenparyentonces,elolordeSairse
introdujo en sus fosas nasales, arremolinándose en su corazón. Seríaadicta a ese perfume para toda la eternidad. Lomejor era que nadie lollevabayque,portanto,nadielerecordaríaaél.Peroalmismotiempo,tambiéneralomástriste.Unsentidomenosdel
quepoderservirsepararecordarle.
—¿Sair?—Hola, Sundara —dijo con un tono que hasta entonces no le había
oído.Parecíacontroladoryhelado.Nirastrodelaternuraquetanbienlodefinía.—Hola,Sair—lecontestó.Esperó paciente a que él la tomara de lamano y la besara, que se la
comieraabesoscomosiemprehacía.Peronopasónadadeeso.—Acércate.Caminahaciadelanteydetentecuandoyotelodiga.Livfruncióelceñoperoleobedeció.—Para.Livcesósuspasosysequedóquietacomounaestatua.Sonrióproducto
delosnerviosypreguntó:—¿Quépasa?¿Vamosajugaralagallinitaciega?Nirastrodeesarisa
infantilquetenía.—Esnuestroúltimodíajuntos.Ledolióqueselorecordaraasí.—Sí,loes.—Ayermepedistequequeríasverme.Quenosmiráramosalosojosen
nuestrosúltimosminutos.—Sí—contestóemocionada—.¿Lohasconsiderado?—Sí.Peroantes,dime:¿porquéquieresverme?—¿Por qué? —no entendía—. Porque… —tragó saliva buscando la
mejorrespuesta,hastaqueencontró laúnicasinceraqueatesorabayquesalíadirectamentedelacuriosidaddesucorazón—.Porque,Sair,quieroatesorarunaimagendelhombrequerecordarétodamivida.EscuchócómolarespiracióndeSairsecortabaderepente.Ydespuésle
escuchólevantarsedelsofáydirigirsehastaella.Livqueríaqueél la abrazarayque ledieraunbeso sanador.Perono
sucediónadadeeso.En su lugar, percibió como Sair daba vueltas a su alrededor,
moviéndosecomounleónapuntodecomerseaunaovejita.—¿Ysinotegustaloquevesenmisojos?—preguntóSair.—¿Quéquieresdecir?—Ahorategustaelrecuerdodeloqueyosoy,deloquejuntoshemos
sido.Estásenganchadaacómotehetratadoyacómotehetocado.Pero
nopuedesobsesionartedeningunaimagennitampocopuedesenamorartedealguienaquiennuncahasvisto.¿Noquieresdejarloasí,Sundara?—Nopuedodejarloasí,Sair.Loharíasinosintiesenada.Peronoesel
caso.—¿Sientesalgopormí?—No sé lo que siento —se rectificó—. Pero es algo que no estaba
preparadanidispuestaasentirporotroquenofueraZac.Ymehevistosorprendidaaldarmecuentadequeempezabaasentiralgoaloquenoleséponernombre,yeshermosoyúnico—aseguróapasionada—.Túhasdichoqueestabasenamoradodemí.—Sí.—Peroestásdispuestoadejarpasar laoportunidaddeque teveay te
conozcadeverdad.—Sí.—¿Porqué?Amímegustaríapoderalargarnuestraaventura,Sair.¿A
tino?—No.Esarespuestaledoliótantoquetuvoquellevarselamanoalestómago
comosiestuvieraindispuesta.—¿Esporquetienesmiedo?—Tengomiedodeen loqueharéque te conviertas si sigues adelante
conesto.—¿Cómo?—preguntóincrédula—.Túnomeconvertirásennada.Soy
yolaquedecideseguiradelanteporpropiavoluntad.—¿Y tumarido?¿Quéharásconél?Porquenopuedes tenernosa los
dos,Olivia.Esoyatelodejomuyclaro.Oliviaserelajóalescucharesetonoysonriótontamente.Negóconla
cabezayestirólasmanoshastaalcanzarelcuerpodeSair.Loatrajohastaellaylotomódelrostro.Eserostroqueaunquenohabíavistonunca,sesabíadememoria.—Voy a divorciarme de él. Lo nuestro no funciona. Él me ha
decepcionado.Ytambiénmehaengañado.—Eso no responde a mi pregunta. Sé sincera conmigo. ¿Le sigues
queriendo?Dimelaverdadporquenopiensocompartirteconnadiemás.
—Zachasidoyserásiempreunhombreimportanteenmivida,peronoes el hombre de quien me enamoré. Ya no. Mi amor por él se hamarchitado,yensulugar,unosdíasjuntoatihansembradounasemillaquenoséquéflorpuededar.Peromegustaría,Sair—lepasólospulgaresporloslabios—quenosatreviésemosaregarla.Losdos.Sairlatomódelasmuñecas,besóelinteriordeellasydijodesahogado:—Nodeberíasser tanatrevida,Olivia.Perosies loquedeseas,deseo
concedido.Livaguantólarespiración.Loibaahacer.Sair ledesataría lavendayporfin lovería.Sintiósus
talentososdedosdeshaciéndoleelnudo,ycómopocoapocoelpañueloperdíafuerzayresbalabaporsunariz.Teníamiedo y tambiénmucha curiosidad. ¿Y si estaba desfigurado o
teníaalgúnproblema?¿Ysinolegustaba?Tampoco importaba demasiado porque a ella le agradaba cómo era,
cómo la trataba, el modo que tenía de hablarle y de cuidarla. ¿Quéimportaba el físico llegados a esosniveles?Además, lehabía reseguidolasfaccionesconlosdedosmuchasvecesyhabíallegadoalaconclusióndequenopodíaserunadefesio.Primero vio pelo negro y una frente ancha y perfecta que denotaba
muchainteligencia;acontinuación,vinieronsuscejasdeunaformasexyymuytupidas;ydespués,muyjuntasaellasunosojosnegrosquedejabansinaliento.Pero eran unos ojos conocidos y amados, que esta vez poseían una
miradaajenayqueLivnuncahabíasentidosobresímisma.PorelamordeDios.Sintióquelefaltabaelaireyqueunasensacióndeirrealidadlarecogía.Suanónimonoeraundesconocido.El hombre del que se quería divorciar, era el hombre que la tenía
enganchadaymedioenamoradaenlosúltimosdías.EraZac.Liv perdió todo el color de su rostro, y susmanos, que sujetaban las
mejillas de sumarido, resbalaron por su piel y cayeronmuertas a cadaladodesuscaderas.
Nopodíaserverdad.Eraimposible.Imposible.—¿Zac?—Dime,Sundara—contestóélconlavozdeSair.—No.Nopuedeser…—¿Quéesloquenopuedeser?—¡Deja de poner esa voz!—exclamómirando a su alrededor—. ¡¿Y
Sair?!—gritódesorientada.—YosoySair—aseguróconlamismavozdesumisteriosohombre—.
Sabes que siempre se me dio bien poner voces, preciosa. Te reíasconmigocuandoimitaba,¿recuerdas?—No…Nopuedesercierto.—Lohehechomuybien, laverdad—secongratuló—.Mehacostado
adquirirestatextura.Perocontrabajo,todoseconsigue.—No.TúnoeresSair.—Dale lavueltaalnombredeSair,Liv—espetóserenosinmoverun
solomúsculodesucara—.Yaveriguaquétesale,bonita.—Rias—contestóellatemblorosa.—RiasdeZacarias.Oliviaparecíaestarenunapesadilla.Abriólosojoscomoplatos.—No—loempujóyloapartódeella.Necesitabasalirdeahí.—Sí—asintió él mirándola compasivo—. Sí, mi Livi. El hombre de
quien te estabas enamorando, era el mismo de quien te habíasdesenamorado.Menudaparadoja—afirmósinremordimientos.—Es imposible—se cubrió la boca con lasmanos para que él no la
vierahacerpucheros,aunquelosojosselellenarandelágrimasgordaseinconteniblescomolasquelucióeneseinstante.—¿Imposible?¿Cómodeimposible?—¿Cómo…?Porquenopuedeser.Siemprehasestadoencasacuando
yollegaba,y…—Salíadeaquícorriendoparacogerlamoto.Llegabaantesquetú,que
tetragabastodalacaravana.—¿Lamoto?¿Quémoto?—Esa de los vecinos que tanto te incordia y que está siempre mal
aparcada. Te pido disculpas, ya sabes, las prisas… —se encogió dehombros,durocomounapiedrayfríocomoelhielo.—Dios…—Olivia se presionó el puente de la nariz—. ¿Y la pluma?
¿Estehotel?¿Lacolonia?Tuslujos…¿Dedóndelohassacado?¿Cómotelospuedespermitir?—leincrepócadavezmásavergonzadadesímisma.LosojosnegrosdeZacsiemprehabíanadmiradolohermosaqueerasu
mujer,peromásaúnlobuenaquehabíasidosiempre.Ahora,parecíaquenotuvierannadaqueadmirar.—Milibro,Liv.Losderechosdeeselibroenelquetúnoconfiabas,yel
mismo que yo no te dejaba leer, vale una millonada de euros. Locompraroninclusodíasantesdeacabarlo.Olivia se hacía cruces. Esperaba que alguien la pellizcara y le dijera
«Despierta,estonoesreal».Perocadavezestabamásseguradequesíloera.Yesolahacíapolvo.—Pero,Zac…—Noencontrabalaspalabras.Noentendíaporquéhabía
pasadoesto—.¿Quiénloshacompradoycuándo?—Hace tres semanas.Liv, soyperiodista—laagarróde loscodossin
demasiadafuerza,aunquedesearazarandearla—.Unomuybueno,aunquetúnolocreas.—Yosílocreo.Perocreoquecomomaridohassidopésimo.Élsonriócondesdénycontinuóconsuexplicación.—Durantemucho tiempohe tenido informaciónmuyprivilegiada.Me
pidieronun libroporencargo,aprovechandomisdotescomoescritorylos contactos que yo tenía. Pero ese libro, del que todavía no te puedohablar, revelarámuchos secretos y será un bombazo—se detuvo al verqueLivnodecíanada—.¿Noteinteresasaberporcuántohevendidolosderechos?—¿Creesquemeimporta?¿Creesquemeimportaeldinero,maldito?—Mehasdejadomuyclaroquesíteimportabaentodasesasvecesen
lasquemehasechadoencaraqueeraunputomantenido.—Me hasmentido, Zac—dos enormes lágrimas se deslizaron por la
comisurade susojos—.¿Tedascuentade loquemehashecho?¿Te lohaspasadobien?—Séloquehaspensadodemídurantemuchotiempo,Olivia.Sédelo
que hablábais tú y tus amigas a mis espaldas. Sé las veces que le hasllorado a tu madre diciéndole lo desgraciada que te sentías. Pero, enmuchasocasionesintentéacercarmeati—dijoconlosdientesblancosyapretadosporlafrustración—parademostrartelomuchoquetequeríayloimportantequeerasparamí,ytúyanomedejabas.Notepodíatocar.Eracomosimetuvierasasco—reconociódolido.—Pero,Zac…¡¿Puedes comprenderporqué cambiémi formade ser
contigo?!¡Fueculpatuya!—Nodigo que no.No obstante, eso no te excusa ante todo lo que ha
pasadodespués.ALivnolesalíanlaspalabras.—¡¿Porquémehashechoesto?!—gritódestrozada.—Queríaofrecertelaaventuraquehacíatiempoquenoteníasconmigo.
Comoesasqueleesentuslibrosrománticos.Queríasorprenderte,ydarteunaexperiencianovelesca.Paraquecomprobarasque incluso tumaridopodíaserunpersonajedelibro.—Quécabrón—dijoentredientes.—Noesperaballegartanlejos,esaeslaverdad.Despuésdelaprimera
noche,odespuésdelaprimeraentrevistaenlaquetenegasteatenernadaconmigo y declinaste el regalo de la pluma, pensé en decírtelo.Esomehizosentirmuybien—reconoció—.Djistequeno.—Sí.—Perolacláusulademicontratomeprohibíahablardenadadellibro
hastaquenoestuvieraalaventa,y no podía explicarte nada igualmente, con lo que en casa las cosas
seguiríanestandodelamismamanera.—Perolohashechoahoraytulibrosesuponequeaúnnoestáenlas
librerías.—Sí. Pero ya no importa y esto es una emergencia. Saldrá la semana
queviene.AOlivialaluzdelosojosseleapagó.—Entonces,hacíatiempoqueloteníasacabado.—No.Unlibronoestáacabadohastaquenoserepasamilveces.Yyo
loherepasadomilyuna.
—Ah,ya.—Esuntemamuydelicado,Liv,ypodríahabertepuestoenpeligrosite
lohubieracontado…—¡Me da igual! ¡Yo era tu mujer! —clamó derrumbándose por
momentos—.¡Eraconmigoconquienteníasquecontar!¡Yenvezdeeso,esdemídequientehasreído!¡Esamíaquienhastraicionado!—No quise alargarlo tanto. Pero después de nuestras discusiones en
casa…Olivia apretó los puñosde ambasmanos y esperó a que el dolor que
sentía por clavarse las uñas calmara el suplicio de su alma, pero nofuncionaba.—Decidistejugármelayseguircontupuestaenescena.—Sí.—¡Vetealamierda,Zac!¡Notequieroniver!—¡¿Ah,no?!—legritóatrayéndolaasusbrazos—.Soyelmismoquete
hadevueltolasonrisaestosdías—ellanegabaconenergía,intentandoapartarsedeél—.¡Soyelmismo
gandulmantenidoaquienhasrechazadodurantemuchosmeses!¡Ynoteculpo!¡Séquehesidomuydifícil!—¡Nometoques,hijodeputa!—lediounabofetadaylearañólacara,
enlamismamejilladondeteníaelmoretóndelpuñetazodeAmador.Zacseapartóygirólacabezaaunlado.Conhorrorsemirólosdedos
manchadosdelasangrequelehabíaprovocadosumujer.—¿Quién ha traicionado a quién,Sundara? Te ibas a divorciar demí
parairteconSair.—¡Nomellamesasí!—agarróunflorerodelamesilladenocheyselo
lanzóalacabeza,peroZacloesquivóconmuchosreflejos—.¡Tútambiénme engañaste con Janira! ¡No lo niegues! ¡Te escuché por teléfono lamismanochequeyoledijeaSairqueno!—estaba roja de la furia que sentía en su interior—. No solo me
abandonasteencasaymedejasteaun ladode tuvida, sinoqueademás,teníasunaaventuraconotramujer.Zac negó con la cabeza. Dos mechones de su pelo perfectamente
peinado cayeron sobre uno de sus ojos, sumándole más atractivo a su
apuestorostro.—¿Creístequeteníaunaaventuraconella?—¡Porsupuestoquesí!Ymásdespuésdequetepreguntaraconquién
hablabas,ytúmedijerasqueeraMateo.¡Mentiroso!—volvióaempujarleconfuerza—.EsefueelmotivorealporelquedecidíaceptarlaaventuradeSair.—Pueslacagaste,Liv.—Seguro—dijoincrédula.—Janiraes lamujerdelpersonajecentraldemi libro.Demichivato,
miinformador.Elotrodíamellamómuynerviosaporquetemíaqueasumarido le hubiera pasado algo. La información que él tiene pone enpeligrosuvida.Yahoraporfin,coneldineroporsusserviciosenmano,losdoshanhuídodelpaísyestánasalvo.—¡¿Dequévatulibro,porelamordeDios?!—preguntóasustada.—Demafiaycorrupción.Haymuchoscargoscomprometidosportodo
loquevaasalirenél.Nosabíaniquédecir.Zachabíaescritounlibroquevalíamillonesde
euros y, eso sin salir a la venta, y que iba a destapar mucha de lacorrupciónocultadelpaís.—Zac…—Olivia se cubrió el rostro con lasmanos, devastada al oír
todoloqueoía.Resultabaqueéleraelhombrequetambiénlehabíadevueltolasonrisa.
¿Cómopodíaestarpasándoleeso?—¿Yahoraquéharás,Olivia?—lepreguntóZac.—¿Acasotengoopcionesrealesdedecidiralgo?—preguntósumidaenladesilusiónyeldesencanto.—No—contestóél—.Porqueahorasoyyoelquetepideeldivorcio.Ellaencajóelgolpecomosifueraalgonuevo,porqueenverdadloera.
Se había querido separar de él alegando decepción, abandono, falta deamoreinfidelidad.Pero ahora que había descubierto el pastel, sus sentimientos estaban
encontrados.Nosabíaloquesentía.Solo podía reconocer la rabia y la ira del engaño y de que hubieran
jugadoconelladeesemodo.
—Loquevoyahacer,Zacarías,esalejarmedetiysalirdeestasuite.—¿Te vas?—preguntó incrédulo—.SoySair, ¿recuerdas? ¿Acaso no
quieresunaoportunidad?Estabasdispuestaalucharpormí—seburlódeella.Oliviasediolavuelta,conelgestoalicaído.—Ni siquiera sé quién eres. Zac, Sair…—se encogió de hombros—.
Unmentiroso,despuésdetodo.Unmentirosoquemeharotoelcorazóndosveces—sentenciópasándose lamangade lablazerazuloscuraparalimpiarse las lágrimas—. Quédate con tu nueva personalidad. No laquiero.Zacalzó labarbillaconorgullo,peroconsusojosnegros teñidosen
tristezayarrepentimiento.—En dos semanas te llegarán los papeles del divorcio. Fírmalos y
acabemosconesto,Liv.—Hasacabadoconmigo,Zac...—Livsequedóamediocaminocuando
fueconscientede loperdidaquesesentíaenesemomento.ZaceraSair.SaireraZac.Doshombresdiferentesqueenrealidaderanelmismo.Alosdos les había amado. Y los dos le habían roto el corazón. Sus dosaventurashabíantenidoelmismodesenlace:ellahechapolvo.—Yotampocohesalidodemasiadobien,¿nocrees?—lepreguntóSair
ofendido.Livnisediolavueltanilecontestó.Abrió las puertas correderas esperando encontrar aAlberto y decirle
queerauncapullo.Pero elmayordomonoestaba.A saberquién era enrealidad.Arrastrólospiescomolaperdedoraquesesentía,perosejuróquede
esaselevantaría.Sidecidíafirmarlospapelesdeldivorcio,loharíaconlacabeza bien alta y sin nada de lo que avergonzarse. Y firmaría con laplumadelavefénixqueél leregalódemilseiscientoseuros.Resurgiríadesuscenizas.Sería la puntilla a un final dramático de verdad. Porque…Ese era el
final…¿ono?
Capítulo1
—¿Liv?¿Erestú?—preguntóFinaangustiadaalotroladodelteléfono.Livseesperóunossegundosparacontestar.Necesitabacogerairepara
hablar.—Sí.—¡Perovamosaver!—legritó—.¿Túcreesquepuedesdejarnosdos
semanas colgadas de esta manera? ¿Sabes lo preocupadas que hemosestadoporti?¡Nopuedesirteasísinmásynodarseñalesdevida!No. Por supuesto que no. Pero lo necesitaba para coger fuerzas y
afrontarlamierdaqueteníadelanteyselehabíaechadoencimadegolpe.Porsuculpa.Hacíadossemanasquevivíasinvivirdeltodoenellamisma.Sucuerpo
era ajeno completamente a sus emociones, vacías y exentas desensaciones,ahoraquesuvidahabíadadoesevuelcotanhiperbólico.Eracurioso como a cada paso, a cada decisión, el camino de uno se volvíamás o menos empinado dependiendo de las consecuencias de los actosemprendidos. Y el de Olivia, era ahora muy cuesta arriba, como unsendero ascendente cuya cima era una felicidad y una paz mental tanurgentescomoinalcanzables.—Necesitoveros—fueloúnicoquepudodecirmientrassujetabacon
dedostemblorososlacartaqueteníadelante.No recibió una negativa de su amiga. Por muy mal que se hubiera
portado,ellasnuncaledaríanlaespalda.Dos semanas después de que Sair se desenmascarase ante ella, Livi
seguíaigualdefría.Heladaporlasorpresadesagradablequesupusodarsecuenta de que ¡estaba siendo infiel con su propiomarido!Avergonzadapor haber sido descubierta de un modo tan ruin y también salvaje. Ydesencantada porque, por segunda vez, se había enamorado del mismohombre, y el mismo hombre la había dejado ir; o peor, esta vez, él la
habíarechazado.¿Porqué?¿Ellasemerecíaesefinaldespuésdehaberaguantadotanto?
¿Zac teníarazonespara tratarlaasídespuésdedejarlaolvidadacomouncalcetínviejoenuncajóndelosrecuerdosdurantelostresmalditosañosqueestuvoacabandosulibro?¿Talvezellanoleapoyó?¿Talvezellanoestuvoasulado?¿Talvezpudohaberdadomás?¿Hizolascosasmal?No.Esonopodíaser.Seentregóencuerpoyalmaasumatrimonio,tal
y como le había aconsejado sumadre. Liv trabajó como unamula paraqueZacpudieracumplirsusueño,pocasvecesleechónadaencara.¿PorquéZachabíasentidoesedeseo irrefrenabledehaberle tomadoelpelo?¿Por qué se había burlado de ella así? Eran demasiadas preguntas sinrespuestas.Lociertoeraqueno teníani ideadecómolidiarcon los tormentosos
pensamientos que la recorrían como fuego y la marcaban cual hierrocadente.¿Eraculpa?¿Arrepentimiento?¿Rabia?¿Impotencia?No,entre todasesasemocioneshabíaalgosubyacenteque laponíade
uñas.Lahumillación.Lahumillacióndehabersidoun jugueteenmanosdelmismohombredosveces.Dos.Unadurantecasitresaños.Laotra,durantecasidosintensassemanasen
las que ella volvió a creer en el amor y en su poder como mujer,entregándose a un placer sensorial que jamás había experimentado,coqueteando con el misterio y el riesgo, para después de todo, ser elobjetivo de una trampa, descubierta de esa manera con el orgullopisoteadoyelamorpropiohaciendojuegoconlasbaldosasdelNacionalquesusConversenegraspisabanenaquelprecisomomento.Ahora, después de convocar a su dosmejores amigas, y de que ellas
accedieran desesperadas a su encuentro, Tere y Fina, a las que no veíadesdequeZac la ridiculizóen lasuitey lepidióeldivorcio, lamirabanenmudecidas,empatizandoconsuhumortristeyopaco,esperandoaqueella lescontase todo.Permanecían silenciosasy solemnes,comoaquellavíctimarefugiada,queaguardabaaqueunagranadadinamitarasucasaencualquiermomento.Necesitabasuterapiaconsusamigas,porquedesdequesaliódelhotel
1898conelraboentrelaspiernasyladignidadcontusa,nohabíavistoanadie,exceptoasuspadres.Durante ese tiempo de retiro y escondite, requirió mantener las
distanciasparaanalizarlotodoconmásobjetividad.Enesasdossemanas,nisiquierahabíaidoatrabajar.Sehabíatomado
unasvacaciones.Era la jefadesuempresa.Ellapodíahacerlo¿no?¿NoeraesoloqueSairlehabíainsinuadoalgunavez?Estandoenunaposicióndepoder,podríahaberhecholoquelehubieradadolagana.Pero esta vez no iba a trabajar por hobby o por amor al deporte; lo
hacíaporque,osalíadeBarcelona,oseríavíctimadeunacrisisnerviosasinprecedentes.Amanoladejabadellamar,interesadoporsuestadoyangustiadopor
lafaltadenoticias,yella,porsupuesto,nolecogíaelteléfono.Noqueríasabernadadehombres.TereyFinahabíanestadoapuntodetirarlapuertaparaverlaysacarla
del remolino de autodestrucción en el que se hallaba, pero Olivia noestabadispuestaaquenadielaliberaradeeseagujero,porquecreíaquelomerecía,queteníamerecidalaoscuridad,comoDemiMooreenLaletraescarlata. El adulterio y la infidelidad siempre venían acompañados dereproches, y ella ya se reprochaba mucho a sí misma, y no eraprecisamenteelhaberdecididoviviresaexperienciaconSair,sino,elnohaberse dado cuenta de que Sair no era otro que sumarido, con el queapenasseacostaba.Pero, ¡porDios!¡Noloentendía!¿CómoeraposiblequeZacpudierasertancamaleónico?Asíque,paranovolverseloca,huyóysefueunosdíasconsuspadres,
alosquetuvoqueexplicarlesqueestabapasandounamalarachaconZacyquenecesitabadistancia,cuandoloquedeverdadqueríaerameterseenunamadrigueracomounamarmotaynosalirdeahíhastaqueelmundohubiesecambiadoporcompleto.Queríaqueladejaranenpaz.Todos.Todosmenosuno,claro.Yeseunohabíasidoelquedeverdadlahabía
ignoradoentodoesetiempo,mientrasquelosdemásquemabansumóvilconllamadasdesesperadas,sinrendirseenningúnmomento.PeroZacno.Élnolahabíallamadoniunasolavez.Niuna.A veces, sentada en el balancín de la villa de sus padres, con su
inseparable perro a sus pies, se vio tentada de hablar con su madreCarmeny explicarle toda laverdad.Ellos insistíanmuchoen sonsacarlecosas,ymássupadre,quesiemprehabíasidomuyprotectorconellayno
teníaniideadelomuertoqueestabasumatrimonio.Pero Carmen... Carmen sí lo sabía, porque ella había aguantado las
llamadaslacrimógenasylasconversacionestelefónicasdeLivquejándosesobre su vida conyugal, y no dudaba en lanzarle miradas cómplices almismo tiempo que algo inquisitivas porque, aunque comprendía lasituacióndesuhija,nolacompartía.Carmenjamásaprobaríaloqueellahizo.Sumadresiempredecíaqueseteníaquelucharporelamoryporlapareja.Erapeleona.YLivtambiénlofue,hastaquesehartó.Metafóricamente,seenfrentóa
losAqueos,hastaqueZacsehizopasarporelfamosocaballodeTroyaylaengañócuandoyaerademasiadotardeparasalvarse.Lapalaciegacasaenlaquesuspadresresidíansiemprelarelajabayla
acunaba con sus recuerdos y ese olor a Azahar que la hacía sentirsepequeñayaniñada,comocuandono teníaniunasolapreocupaciónysuinocencia permanecía inquebrantable. En ese jardín, de pequeñita, soñóconunamorcomoeldeZac,casarseconunhombrecomoélyserfelicesycomerperdices.Perolasfantasíaserandemasiadoopuestasalarealidad.Creyócasarseconunpríncipeyseencontróalloboferoz.No pocas veces Liv se halló frente a Carmen, con un cortado sujeto
entre losdedos,apuntodeconfesarlo todo,deescupir todos lospecadoscometidos.Peroentonces,sedabacuentadequeelimpulsodehablarconsumadre nacía de la necesidad de que la apalearan de nuevo, de que lerecordaranlo«malamujer»quehabíasido,porqueesaerasumaneradepagarpor losucedido.Poreso,meditabaunossegundos, loconsiderabamejor,ysebatíaenretirada.Nonecesitabaquenadiemásledijeraloquehabíahechomal.Conelpasodelosdías,concluyóquenopodíasertanmasoca.Mejor
nodecirnada,ymenosenunmomentoenelquesesentíatanvulnerable.Asíque,enesosdíasderetiroespiritualenelqueselamíasusheridasylasreabríaconlaculpabilidad,procurónorevelarnadadelosucedido.Noobstante,cuandoregresóasucasadeCollserola,decididaaretomar
suvida—unacasaqueZacnovolvióapisardesdequela«echó»delhotelenplanPimpinela—,yseencontróconlacartapersonalenelbuzónverdedelaentrada,Livsedesmoronódenuevo.Estaba de vuelta en su día a día, tan negro como aciago y le daba la
bienvenida con una bofetada a mano abierta. Tenía que afrontar lo que
habíahecho,suserroresysusaciertos.Peronosabíavalorarsilapeticióndedivorcioquesujetabasentadaenlosescalonesdelporche,conCaballoapoyado en sus piernas, era lo primero o lo segundo. ¿Un error o unacierto?¿CómodebíaacabarlahistoriadeZacydeella?Por eso había decidido llamar a sus amigas, para que almenos, ellas
pudierandarle lasrespuestasqueera incapazdeencontrarporsímisma.Así que, ni corta ni perezosa, en la Tapería del Nacional, después desoportarlamerecidabroncaporsuaislamiento,searmódevalor,setragólosremordimientosylavergüenzayenfrentóasusamigasparacontarlestodolovividojuntoaSair.Noobvióningúndetalle.Nisusregalos,nisusencuentrossexuales,ni
sus conversaciones... Nada. Cada palabra suponía una liberación y unasensación de desahogo. Y, al final, cuando Tere y Fina aguantaban larespiración,conelmantel sujeto tensamenteentre susdedosyelcuerpoinclinadohaciaadelante,losojosmásabiertosquelosdeunalechuzaylabocaentreabiertaporlaestupefacción,LivlesrevelólaidentidaddeSair.Todoelpastel.—YSaireraZac.Yaquellofuecomounanochedefuegosartificialesperosinpetardos.
Capítulo2
—¡Yunamierda!—gritóTere.Oliviaasintióconimpotencia,paraañadirrenqueante:—Ymedijoquenoerayolaquelepedíaaéleldivorcio.Sino,élamí.Fina cogió aire y se removió incómoda, y su amigamorena de ojos
verdeseinteligentes,selevantódelamesaindignadaydioungolpesobreestaconelpuñocerrado.—¡Esunhijodeputa!—gritócontrariada,conlamiradaenfurecida—.
¡Vengaya,hombre!¡Esuncabronazo!Asualrededor, loshombresymujeresquecomían igualqueellas, la
miraronsorprendidos.Fina carraspeó, tiró del codo de Tere hacia abajo, para que tomara
asientodenuevo,ysonrióunadisculpaalrestodecomensales.—Tere, por favor—Le pidió Fina azorada, a pesar de que un brillo
febrilensusojoscastañosreflejabantambiénsuiraysuindignaciónporeltratoquehabíarecibidosuamiga.—¡NiTerenimierda!—gruñó con losdientes apretados conun tono
másbajo—.Livi...—murmurópreocupadaporella,tomándoledelamano—.Joder,Livi...—Cuandovioqueellaestabaapuntodeecharseallorar,acercósusillaaladesuamiga,ylaabrazó,asertivayempática—.Esunhijodeputa—legruñóenvozbaja—.Nohaymás.Hacerteestonotienenombre...Fina,encambio,guardósilencio.Livlonotó,yconsusojosacuososesperóarecibirsucrítica.Perono
llegó.Solosilencio.Ylacuestióneraqueelsilenciodecíamás,aveces,queunafrasecondescendiente.—¿Quépiensastú,Fina?—lepreguntóLivconvoztemblorosa.—Nomevayasadecirahoraquenohasidouncapulloquesemerece
quelodespedacen—señalóTeremirándolaconrecelo.
Lapelicastañaseencogiódehombrosyexhalóincómoda.—Nisiquierameimaginocómodebessentirteahora,Liv.Solopienso
en ti y en lo que pueda hacer yo para ayudarte, cielo. Lo demás noimporta.Yaestáhecho.—Esa no es la respuesta —inquirió Tere—. ¿Qué pasa, Fina? —la
increpó—.¿Creesqueesjustoloquelehapasado?Queyorecuerde,túlaanimasteaaceptarelregaloporquedecíasquesemerecíaquealguienlamalcriara.Fina negó inmediatamente, pero no se amilanó ante el tono
reprobatoriodeTere.—ParamíZacesunapersonanongrata, tantocomopara ti.Perohay
modosdehacerlascosas.YLivsabíadóndesepodíametersijugabaconfuego. No somos niñas. Somos mujeres. Todo lo que hacemos tienerepercusión.—¿Deverdadteparecejusto?—¿Justo?Yonoséloqueesjustoyloqueno—aseveró—.Tuveuna
conversaciónconLiviensusoficinasylepreguntésiestabaseguradeloquehacía.Yohabríahecholascosasdeotramanera,porquenotengosuarrojo ni sus ovarios, perome pareció divertido y seductor que ella lohiciera, porque la idea romántica de atraer a alguien así nos seduce atodas,nolovoyanegar.Sinembargo,siemprehayconsecuencias.YnopuedoignorarqueaZaclajugadalehasalidoredonda.Leodio,perohasidounpuntazo—reconoció.—¿Cómodices?—Terenoselopodíacreer.—NadadeestosehabríaagraviadosiantesdeiralencuentrodeSair,le
hubieradichoaZacqueibaadivorciarsedeél.Talcual.—Nopodía—contestóTere—.Liviqueríaqueantesacabarasu libro.
La tonta dadivosa de nuestra amiga ha aguantado tres años de espera yabandono,yesossonmuchos.Yencima,decidióesperarparanoecharaperderlahistoriadesumarido.YporquesesuponíaqueSairibaaestarsolounosdíasenBarcelona.¡Noibaaperderseesaoportunidad!¡Llevabatresañospudriéndosecon
sumarido,Fina!¿Tambiénteníaqueperderseesaexperienciaporél?—¡Claro que no! Pero lo que digo es que atreverse a hacer algo así
implica acciones y reacciones. Algunas veces nunca pasa nada, y los
matrimonios siguen con normalidad sin imaginar siquiera que hay unaalargadísimasombradelainfidelidadentreellos.Unoechaunacanitaalaireyelotronoseentera,eselpandetodoslosdíasyencasitodaslascasas.Lamentablemente,Livnohasalidoindemnedetodoesto.EngañóaZac,conZac—fruncióelceño—.Ergo,élseenteródetodo—sentenció—.Joder,¡quélío!—Pero a ver... —Tere negó con la cabeza, en un gesto de clara
incredulidad—.¿Estásdepartedeesemezquino?SiZacqueríadarleesasorpresa,siqueríademostrarlequeeraunescritormaravillosoquevendíalosderechosdesuslibrospormilesdeeuros—Olivianoleshabíadichoqueenrealidadnoeranmilesdeeuros,sinocantidadesdesietecifras—,siloquepretendíaerareconquistarasumujer...¿porquénolohizodeotromodo? ¿Se gastó el dinerito en esa desagradable sorpresa? Fue un putoquejugóconella.Sehizopasarporotro,porquenoteníaloscojonesdeenfrentarsealamujeralaquehabíadejadodeladodurantetantotiempo,yporesosemontósualterego.¡Sihastaseolvidabadesuscumpleaños!—esa parecía ser, para ella, lamayor afrenta de todas—.ALiv le hizocreer que no tenía dinero cuando, recientemente, había cobrado unpellizco por su maldito libro. ¡Después de que ella ha estadomanteniéndolodosaños!¡Dos!—Alzódosdedosdesumano—.¡Yeltíoescribiendo y comiendo Donettes! Y después, cuando tiene a su mujerentregada,sometidaasusencantosmisteriosos,alargaelengaño,sehacepasar por otro, permite que se abra, la traiciona y después se hace elofendido.¡¿Él?!¡¿Estamos locosoqué?!¡Queunhombre trateasíaunamujeryaesdeporsíunaofensa!—Aver,dejemosporunmomentonuestroladofeminista—sugirióuna
coherente Fina—. Porque si la cosa fuera al revés, estaríamosdespellejandoalpobredesgraciado.—Ono.Porque si el tío es infiel aunavíboraymalapersona,puede
quetambiénnosposicionáramosdesulado.Sehacometidounainjusticia,Fina.—Opuedequelollamáramoscalzonazospornodejarla.Mira,estees
untemadelicado—consensuóFina—.LoúnicoquecuentafuequeLivdijoquenoalprincipio.Ycon
eso es con lo que yo me quedo. Ya sabes, cielo —le explicó a Livtomándolelamanoconcariño—.Séque,sidecidisteserleinfiel,fuepor
la conversación que escuchaste a hurtadillas de Zac con Janira. Porqueentremujereshablamosbarbaridadesdequeyoharía estoyyoharía lootro,aunqueluegononosatrevamos.Perositúlohiciste,fueporloqueoísteporteléfono.Livasintiósorbiéndoselanarizrojaconunpañuelogranatequellevaba
laletraZbordada.Susamigaslohabíanadvertido.¿ElpañodelágrimaseraunpañuelodeZac?Menudacontradicción.—Que ella se negara y rechazara abiertamente a Sair en su primera
reuniónesloúnicoquelaexculpa.Loquehizodespuésfueunareacciónvisceral—dijoFinacontonocompasivo.—¡Queaquínosetratadeexculparanadie!Ellaerainfeliz,Zaclahizo
desgraciada. Liv hizo lo que cualquier mujer habría hecho, buscar supropiafelicidad.¡Seibaadivorciardeél!—Peronoselodijoantes.—DemasiadaconsideracióntuvoconZac,quehastaseesperóeltiempo
quefueranecesarioparaqueélacabarasunovela,puessabíaloqueibaaprovocarledarlelanoticiadequeseibaadivorciar.—Tere,noexculpoaZacdesuserrores—aclaróFina—. Ese hombre ha cometido tantos que no sabría ni por dónde
empezar. Pero eso no quita que la artimaña de Zac haya tenido éxitoporquesumujerlehasidoinfiel.Terelehablóentredientes.—Yquetúdefiendasalgoasíesparaquetecortenlacabeza...—¡Vale,porDios!—intervinoOliviaafectada—.¡No quiero que os peleéis pormí!Ya suficiente sufro con lo queme
pasa como para provocar un cisma entre nosotras—ocultó el pañuelodentro de su puño y carraspeó—. Lo que hice, hecho está. No puedoretrocederenel tiempo.—Aunquetampocosabíasiestabaarrepentidaono,osivolveríaahacerlotodoigual—.Miprincipalpreocupaciónahoraesquenotengoniideadecómoactuarenestosmomentos.Yo...Laverdades que es como una pesadilla... Yo no sé cómome ha pasado algo así.¿Cómohellegadoaesto?—lamentócubriéndoselosojosconlasmanos.TereyFinasedirigieronunamiradaairada,propiadeniñaspequeñas.—Porculpadeunarosayunboli—susurróFina.
—Está claro que estas cosas solo las viven las que tienen un par denaricescomoparaexperimentarlas—Teresuavizóeltono,enterrandoelhachadeguerraconFina.Finaseencogiódehombrosal tiempoquedabaunsorboasuTónica
Schweppes.EstabaembarazadayprocurabanoseguirelritmodevinoyMartinisDryqueimponíansusamigas.—Loqueyonopuedocomprenderesquenotedierascuentadequeese
hombreeratumarido—arguyóporencimadesucopa.Livagitólacabezadeunladoalotro.—Claro,ahoradiréisquevosotras lohabríaisdescubierto.¿Creesque
nomehecomido lacabezaconeso todosestosdías?Esmuydifícil.Escomosiatiteponenahoraaungorditoconentradas,delamismaestaturaque tu vinicultor adorado, cuya actitud, modales, manera de tocar,ambiente,vozycuyoolornadatienenqueverconél,ydices:«esteesmimarido».Ymenoscuandotehaceregaloscarísimosytellevaaunasuitecolonialquesabesqueélnopuedepagar.—Supongoqueno—murmuróFinacontrariada.—No, joder, claro que no dices eso. La verdad es que no lo puedes
adivinar.Demasiadasdistraccionescomoparapensarquesetratadeél.Finareconsiderósuabiertasuposiciónydijo:—Talveztengasrazón.—Haytantoshombresdemismascomplexiones—continuó Olivia—. En esa situación, la mente no vincula a esa
persona con nadie conocido. Crees que tu experiencia es nueva ymisteriosa. Me tenía completamente despistada, por eso nada me hizocreerqueSaireraZac.—¿Nisiquierasu...?—Tereseseñalólaentrepiernacondiscreción.—¡Vengaya!—protestóLiv—.Hacíamuchoquenome acostaba con
Zac.Además,anoserquetumaridotengaunapeca,ounamarca,ounaverrugaenelprepucio,algoquelocaracterice,tampocosabessieseeselpenede tumaridoono,pormuyparecidaquesea.Aquí todassoisunaslistas. Con los ojos cubiertos, en unas circunstancias excepcionales, loúnicoquecreesesque teestásacostandoconundesconocido,nocon tumaridito.—Puesmimariditonotienelamismapollaquemiex—aclaróTere.
—Claro —se burló Olivia—. Tú podrás notar las siete diferenciasporque te acuestas con él todos losdías, peroZacyyo estábamos en eldiqueseco.Yaúnasí,unapollaesigualaotra.Puedenhabermásgorditas,más largas, más delgadas... Lo que tú quieras, pero al tacto sonprácticamenteiguales.Anoserquealgunatengapinchos.TereyFinaseecharonareír.—Simedicesqueestoytocandounplátanoymepreguntan:«¿plátanoo
polla?»Puesestáclaroquedigoplátano.Porque lonotoy sécómosonlosplátanos.TereyFinaseecharonareírdenuevoantelacomparación.—Supongoqueescomplicado—TerecedióalaexplicacióndeOlivia
—.Mealegraquesigasteniendobuenhumor.—No lo hago para haceros reír —exhaló rendida con una medio
sonrisasumisa.—Tienequeserdifícilnoverunamierda.—¡Puesclaroqueloes!—exclamóOliviadesesperada—.Noveíanada
y seguí su juego.Medejé llevar sin imaginarmeni una sola vez que sepodíatratardeZac—exhalócansada—.Saireratandiferente...EraigualdecorpulentoyanchoqueZac,yteníasumismopeloycomplexión,perohabíaunateladearañaanuestroalrededorqueimpedíaqueyovieramásde loquepodíaver.Lasúnicaschivataseranmismanos,yqueyosepa,estasnotienenojos.Después,lamenteylaimaginaciónnospuedenjugarmalaspasadas.—¿Sabes qué?Que tienes razón.Esa experiencia hay que vivirla—la
defendió Fina—. Hay ejemplos claros de suplantación de identidades ytotal inopia,y sinnecesidadde tapar losojos anadie—anuncióFina—.LoisLanenosabíaqueClarkKenteraSuperman.YporelamordeDios,sololesdiferenciabaunasgafasyunrizo.Sinoshemoscreídoeso,¿nonosvamosacreerlotuyo,queesmuchomásenrevesado?—¿Y el zorro?—añadió Tere—.Un gorrito y un antifaz, y ya es un
enigma para todos, cuando se veía a leguas que se trataba de AntonioBanderas.—Lomíoerainfinitamentemásdifícil—sedefendiódenuevoOlivia.—Doyfe—convinoFinaasintiendo.—¿Y esa colonia? Su olor tiene que ser increíblemente peculiar —
explicóTere—.¿Nohabíanirastrodeellanientinienélcuandollegabasatucasa?Oliviasesonrojóychasqueóconlalengua.—Algunasvecesmeduchabaenelhotel.Otrasno—explicóconcalma—.Perolociertoeraqueyateníasuaromapegado
a la nariz, tan adentro que estaba todo el día siguiente oliendo a él. Eraimposibledejarsuperfumeatrás.AsíquenimeplanteésieraZacquiénolíaasí.DabaporhechoqueteníaelaromadeSairenmisfosasnasales,grabadoafuegocomounaesenciaaromáticaperenne.SusamigasentendierontodaslasexplicacionesqueLivlesdabasobre
cómoeraposiblequenosehubieradadocuentadequeZaceraSair.Nopodían juzgarla, nadie podría ya que esa experiencia se tenía que vivirparapoderhablardespués,yningunadelasdosibaaexperimentarnadaparecido,asíquesololesquedabacreerenella.Yasí,explicadodeaquelmodo,yalesparecíamuyconvincente.—¿Ycómotesientesahora?—preguntóTeremirandoelsobreconla
cartaqueelmismísimoZaclehabíaescritoydejadosobrelamesa.Livdirigióunamiradadedesdénalsobreysepensólarespuesta.—Zacquierequenuestrosabogadosseponganencontactoparapoder
tramitar el divorcio. No quiero firmar esos asquerosos papelessintiéndomecomomesiento,comosifueraunamierda,yunaperdedora,cuandoelquedebedesentirseasíesél.Noesjusto.—No—contestaronlasdosalavez.—Pero tampoco quiero convertir esto en una guerra. Lo único que
quieroes...QuierodejarleclaroaZacqueesélquienmehaperdido,noalrevés—alzólabarbillaconorgullo—.Necesitoecharletodaslascosasencara, y decirle cómome sientodespuésde loquemehahecho.Cuandoesténtodoslospuntosclaros,entonces,firmarélospapelesyyomismaselosmeteréporlaboca.Peronopiensofirmarnadasinhablarantesconél.—Bueno—apuntóFina—.Antesdeberíashablar.Loscónyuguestienen
quedialogaryestablecerunacuerdocomúnparalafinalizacióndelavidaen pareja y del vínculo matrimonial —leyó en voz alta a través de suiPhone tras buscar información sobre un divorcio express—. Para eso,tenéisquequedar.—Nosécómo.Loheintentadolocalizarestosdíasynomehacogido
elteléfononiunasolavez—lasmiróavergonzada—.TuvequellamarleparadecirlequemeibaconmispadresyquemellevabaaCaballo,porsiélqueríaveniraverlo...—seexcusó.—Ya—Terearqueóunacejanegraescudriñadora—.¿Ynosabesdónde
está?—Sé que no está en el hotel. Llamé allí para queme pusieran con la
suiteymedijeronqueestabalibre,queallíyanohabíanadie.—¿Sehafugado?—Notengoni idea—contestóobtusa—.Nomeha llamadodesdeque
descubrí el pastel. Es como si no le importase queme tragara la tierra.Comosiledieraigual—confirmóapenada.—¿ZactieneuniPhone?—preguntóTere.—Sí—dijoLiv.—¿Sabessitieneactivadasuaplicaciónde«BuscarmiiPhone»?LivasintióalcomprenderpordóndeibaTere.—Joder,sí.—¿Y conoces su contraseña? —sus ojos verdes chispearon con
diversión.EstavezOliviasonrióconsatisfacción,yaunquenofueunarisaquele
naciódelcorazón,sílasintióverdaderaynoforzada.Puede que hiciera demasiado que Zac y ella no intimaran, pero sí
conocíatodaslasclavesdeinternetydelteléfonodesumarido.Yaunqueen esos instantes era una patraña, siempre fue la misma para todos losaccesos:«ZacquiereaLiv+».Se metería en la aplicación y buscaría la localización exacta de su
futuroexmarido.Paraque los abogados reflejarannadaenel convenioreguladordeldivorciooficial,antesteníaquehaberunacuerdoentreloscónyuguesporlarupturadelvínculomatrimonial.Sí.Porsupuestoqueteníanquehablar.YLivnoibaadejardeladoesa
conversación.Almenos,selodebíanportodolovividoyporeltiempoquesífueronfelices.
Capítulo3
Zac ya no sabía lo que era correcto y lo que no. Lo único de lo queestabaseguroeradeldolorquesentíaenelpechoyenelestómago.Eraincapaz de desentenderse de sus emociones, de los recuerdos, y de larabia...Ytododebidoaella.Todo por culpa de Liv. La primera vez que la vio, cuando se
conocieron, supoqueeseángel rubioconcaradepecadosería la razónprincipalporlaqueviviría,ytambiénseríalaúnicapersonaquelopodríadestruir,porqueseerigiríaenlasoberanadueñadesucorazón.En esemomento, tumbado en su sofá tapizado de blanco, en el ático
dúplex tipo loft que había alquilado en la Diagonal, y en el que ahoravivía,observabaatravésdelosventanalesenterosdesuenormesalón,laslucesde loscochesque ibanyvenían.Muchosdeellosregresabanasuscasas, a sushogares.Ysintióunapunzadadeenvidiaydepenaaldarsecuentadequeélyanotendríaningúnlugaralquevolver.Esa lujosa vivienda en la que descansaba y meditaba no era su casa.
Estaba bien, eso sí: un edificio señorial en la avenidamás destacada deBarcelonanoeramocodepavo.Zacsiempresehabíaganadobienlavidacomoperiodista,yposiblemente,denoestarconLiv,élhabríavividosusolteríaenunlugarasí.Posiblemente, muchas cosas no serían iguales de haber tomado otras
decisiones.Perotomóunaquelecambiólavidagradualmente.Cuando decidió pasar el año de excedencia en el periodismo para
embarcarseenelproyectomásambiciosodesuvidacomoescritor,noseimaginó que tardaría tanto en elaborar el reportaje novelado lleno deinformaciónyexclusivasquehabíafinalizadorecientemente,yporelqueunas semanas atrás había recibido de mano de su editorial una sumaconsiderable de millones de euros. Un compañero que trabajaba en lasoficinasdePenguin,lecontóqueIldefonsoFalconesvendiólosderechosde edición de su Catedral del Mar por una millonada antes de serpublicada.AZac le llamómucho la atención ese dato. Eso quería decir
que,ariesgodeparecerunoskamikazes,loseditoressabíancuándoteníanpuro oro entre las manos, y no les importaba invertir por ello ya quesabían que recuperarían ese dinero en nada.A veces, eso no salía bien;como a J.K Rowling con su novela policíaca. Pero otras veces, lainversiónserecuperabamultiplicadapordiezomásdígitos.Puesbien.Aél lehabíapasado lomismoquea Ildefonso.Lahistoria
quecontabaensunovelaestabameticulosamentedocumentada,conunasbasespotentesy repleta dedatosquepondrían en la cárcel yqueharíansubiralestradoamásdeuncargopolíticonacionale internacional.Sinembargo,sumanuscrito,apesardehabersidounaminadeoro,tambiénentrañaba muchas complicaciones; si alguien descubría que él era elescritor,notardaríanenborrarlodelmapa.A Roberto Saviano, a quien conocía personalmente después de
entrevistarle,lesucedíaalgoparecido.SulibroGomorra,quehablabadelasmafiasitalianas,eraunbestsellerinternacional,perotambiénlehabíapuestoprecioasucabeza.PoresoZacdecidióutilizarunpseudónimo,yno colocar foto de él en la solapa. No quería reconocimiento público,preferíapreservarsuintimidadyquelodejarantranquilo.Élhabíahechosu trabajo, que no era otro que informar. A partir de ahí, que todo lemundo sacara sus conclusionesyque el dedoacusadorde la Justicia, laverdadera,cayerasobrequiénselomereciese.Cuando pensaba en todo lo que había arriesgadomientras escribía la
novela,seleponíaelvellodepuntayunasensaciónfríaloabrazaba.Eraenesosmomentoscuandomásenvidiabaaesoscochesqueregresabanacasa,abuscarcobijoyprotección.Zac ya no tenía nada que lo parapetara. Liv había sido su hogar, ese
lugarespecialalqueunopertenecíaunavezynuncamássedesarraigaba.Pero en esemomento, además de apestar por el dinero que reflejaba sucuentacorriente,noteníanadamás.Zac movió en círculo la copa de whisky con hielo que sujetaba y
colgabaentre laspiernas.¿Cómoibaahacerparaafrontarsuvidaysusnuevosproyectossinella?¿YsinCaballo?HabíarondadosucasadeCollserolaaescondidas,ynosabíamuybien
paraqué.TalvezqueríaveraLivparaasegurarsedequeesabeldadquetantoamabaeralamismaquelehabíatraicionado.Queríaregodearseenlabellezadesurostro,enelmodoquehabíatenidodedarseaél.
Ynoibaamentiranadie:tambiéndeseabaverlahundidaytristeporloquehabíapasado.LaLivquesehabíaentregadoaél, lohabíahechotandispuestaytanaciegasporquesetratabadeSair,ynodeélmismo.Yesolodestrozaba.Supreciosa,leal,ycariñosamujerlehabíasidoinfiel.Esaeralaverdad.Al margen de su artimaña o de su jugarreta fallida que dio como
resultadouncataclismodentrodesumatrimonio,larealidaderaqueLivhabíamantenidorelacionessexualesconotro.El día después de que Liv saliera del hotel, Zac no fue a su casa, de
hecho ya no pisó su hogar nunca más. Pero sí los aledaños. Caminabaalrededordelamanzana,omirabalafachada,inclusooteabaporencimadel muro que daba al jardín, desde la lejanía, en su moto, bajo elanonimatoqueleproferíasucasco.NoqueríaqueLivsedieracuentadequemerodeaba por ahí, pero cuando descubrió que Caballo no salía aljardín, y que ella ya no estaba y tenía las persianas bajadas como si sehubieraidodeviaje,elmalestarloinvadió.Habíahuidolamuycobarde.Enlugardeenfrentarseaél,demirarloa
lacara,ydedarlelasexplicacionespertinentes,Oliviahabíadesaparecido.Pero como ya la conocía, sabía dónde estaba. En casa de sus padres,
recomponiéndose, meditando, y avergonzándose en silencio de todo losucedido.O tal vez no lo hiciera, porque ella ya había dejado claro que su
matrimonioestabamuerto.Yéltambién.Zacsepasólamanoporlacaraybebióunsorbodellíquidoambarino.
Loshielostintinearoncontraelcristal.Eratodomuycomplicado.Ymuytriste.No la llamaría. Ella sí lo había hecho, lo había llamado, pero Zac
declinó la posibilidad de atenderla. No sabría ni qué decirle, puede quecosasdemasiadofuertescomoparadecirlasporunalineatelefónica.Y lo peor era que bajo toda esa animosidad y sus pensamientos
acrimonios,aúnsentíacosashaciaellaalasquenosabíaponerlenombre,nitampocovalorarsieranbuenasomalas.Estabahechounlío.Zac era de los que se enamoraban una sola vez en la vida. Cuando
entregabasualmaysuamor,lohacíaparatodalaeternidad.Puedequeesa
confianzaciegaenlapersonaqueamabafueralaresponsabledecavarsupropia tumba; la única culpable de sumirlo en ese estado desidioso ycontemplativo en el que vivía inmerso desde queLiv se fue de la suite,sabiendoqueéltambiénqueríaeldivorcio.Deseaba castigarla, infligirle daño... Vengarse, aunque no sabía muy
biende qué.Entre susmóbiles barajaba el despecho, la desconfianza, lavergüenza y la falta de comprensión que en ocasiones Liv le habíamostrado.Puedequeeltiempojuntoaélfueseunsuplicioparaella,peroellatampocolehabíapuestolascosasfáciles.Joder, y él no era unSanto precisamente.Sabía quenohabía dado lo
mejordesímismo.Yquecometióerrores.Elprincipal:creerqueelamoreraparasiempre,yquecuandoerade
verdad,nohabíanadaquepudieraapagarlo,ni siquieraeldescuidooelolvido de decirle a su mujer lo mucho que la quería a diario.Erróneamente,pensabaqueesosesobreentendía.Porque,paraél,suamorhaciaellaera indiscutibleynada lopodíacambiar.Asídepalurdohabíasido. Creyó que Liv comprendería su necesidad de escribir, que loapoyaríahastaelfinal.Yalprincipiolohizo,perodespués...Cuando vio que no lo acababa en los tiempos que ella convino, se
volviórecelosade todo.Ahora,mirandohaciaatrás,pensabaquepodríahaberhecho lascosasdeotromodo,apesardequenopodíadarlemásinformación de la que le dio. Su contrato de confidencialidad le poníacondicionesdedifíciltesitura,privándolededecirnada,másaúnalpensarquepudierateneralgúntipodeescuchaensupropiacasaquepusieraenpeligro,nosolosuanonimato,sinotambiéneldeLiv.Duranteuntiempo,leentróunpocodeparanoia,perodespuésdecidió
que debía dejar de temer a su propio manuscrito o no avanzaría.Obviamente, toda la información que manejaba sobre corrupción en elpaíslohabíapuestomuynervioso,yleobligóamantenersilencioconlapersona quemás quería, porque temía por ella o que la utilizaran parahacerledaño.Fueracomofuese,seequivocóconLivyconelamorquecreíaquese
profesaban.Confiótantoenlossentimientosyenlaspromesasquesejuraron,que
nuncaimaginóqueLivpudieraaburrirsedeélodejarlodequerer.Nuncacontempló esa posibilidad, porque el amor verdadero era intemporal e
imperecedero.¿Nodecíaneso?Habíasidodemasiadocréduloyrelajado.Ycuandopasóeltiempoylas
cosasentreellossepusieronfeas,Livnuncalepermitióqueélredujeraladistanciaquesehabíacreadoentreambos,hastaqueelhelorylaescarchaeranya insalvables,pormuchoqueél la reclamaraasu ladoo intentasedeshacerla.Despuésdelprimerañodeescribir,ycuandoZacdecidiónovolvera
trabajar y seguir tirando de los pocos ahorros que tenía, Liv torció elmorro, y toda esa comprensión y apoyo que ella volcaba en él alprincipio, se esfumó gota a gota, grano a grano, como se esfumaba eltiempoenunrelojdearena.Zac se levantódel sofáy caminódescalzopor el cálidoparquéde su
dúplex, sin dejar de lado su vaso de whisky ni unmomento. Se detuvofrentealacajaentreabiertaquehabíadejadoenlaentrada,apoyadaenlablanca pared. A continuación, se acuclilló y entrecerró los ojos paraobservarporenésimavezloquehabíaensuinterior.Cincuenta.Cincuentaejemplaresdesulibroyaeditado.Elsoberanismo
deJudas,asísetitulaba.Zacdejóelvasodewhiskyenelsueloysesentófrentealacajacomo
unindioindagador.Tomóunejemplarentrelasmanos,yloadmirócomoya había hecho otras veces. Su formato era rústico, de tapa dura. Unacubierta toda amarilla con el título en rojo, haciendo referencia a labandera de España. De la jota de Judas pendía un gorro de bufón,señalandolatomaduradepeloquehabíansufridotodoslosespañoles.Unlibrodequinientascincuentapáginasquenarraría,conlaprecisióndeuncirujano,lasidasyvenidasdeunmafioso,quenoeraotroquesuchivato,que trabajaba directamente con la cúpula del gobierno en el país. En latramasehablabadetodo;desdeextorsiones,hastaescandalososveredictosdictaminados en procesos judiciales contra mafiosos, asesinos ydelincuentes, a cargode juecespreviamente empapeladosparaque estossalieran impunes, ya que su dinero subvencionaba campañas políticas ycomprasdeterrenoyedificacionesdeunaenvergadurainimaginable.Losbeneficios de todos esos trueques iban destinados a empresas privadas,dirigentes,intermediariosybolsasdecorrupciónindividuales,ademásdeldesplazamiento de rentas y de los recursos públicos a institucionesprivadasytapaderas.
Aquellibroseríalasemillaparaquecadadía,enelpartedelasnoticiaspúblicasytambiénprivadas,unnuevocargopolítico,diputado,ministrooPresidente,aparecieraescoltadoporlapolicíadecaminoalJuzgadoparadeclarar su presunta inocencia. Una inocencia que nunca podría serdemostrada,porquenoexistía.Todoseranculpables.Zac trabajómuchísimopara verificar todos los datos, para esperar la
documentacióny la informaciónde suchivatoycontrastar información.Tresañosdehermetismo.Tres.Esehabíasidoelresultado.Y mañana, por fin, sería el gran día. La editorial había comprado
muchosespaciospublicitarios,tantoentelevisión,comoenprensaescritayradio,y tambiénen lasbocasdemetroyen lasparadasdeautobuses...Habíaninvertidounauténticodineral,puessabíanqueloslibrosentrabanprimeroporlosojos.Después,sieranbuenosonoloeran,soloestabaenpoderdelbocaabocaydeltalentodelescritor.Ysueditoraasegurabaqueélteníatalentoparadaryregalaryquesulibroeraunaobradeartedelainformación.Pero,alprincipio,debíadehaberunacampañademarketingdeacosoyderribo:asíseforjabanlosbestsellers.EntodasesaspáginasresidíaelmotivoporelcualLivyéleranhoylo
queeran.Unhombreyunamujeralbordedelfindesuhistoriadeamor.Zacabriólaprimerapáginadellibroyleyóladedicatoria.Ahora, seguramente, la habría cambiado, porque esa dedicatoria no
teníaningúnsentido.Cuandolaspromesasserompían,loprometidoseconvertíaenunavil
falacia,enlamuecadelamentira.LoqueelamordeLivhabíasido.NosabíasiLivhabíaregresadoono.Unosdíasatráslehabíaenviado
unacarta,paradecirlequequeríaeldivorcioyqueibaaseguiradelanteconél.A no ser que ella tuviera algo que decir. Y ese mismo día le había
enviadounejemplardellibroalacasaconunasorpresitaensuinterior.Mañanalorecibiría.Asíquetendríaqueesperarreacciones.YZacestabaintranquiloporverlapreciosacaradesumujermentirosa
cuandocomprendieraqueéleraelautordellibroquecopabalascallesylastelevisiones.Él,quehabíasidoconsideradoporellacomoungandulyunmuermo,
eraelcreadordellibroqueibaapasaralahistoriapordesenmascararla
corrupcióndelosaltoscargosdelpaísaldesnudo.Sonriósinganasyapoyólaespaldaenlaparedcontrariaparahacerun
brindisalaire.Su aportación a la Justicia era lo único bueno a lo que se agarraba,
porqueparasudesgracia,yanadalehacíaespecialilusión.
Capítulo4
Aldíasiguiente«Es increíble», pensabaOliviamirando anonadada los carteles de las
paradasdeautobusesenlaciudadcondal.EldíadespuésdehabercomidoconsusamigasenPaseodeGracia,recibióporlamañanaunpaquete.Aldesenvolverlo se encontró con un libro titulado «El soberanismo deJudas»,deuntalKassZ.Sair.Cuandosostuvoesanovelaentresusmanos, las rodillas lecedierony
unahorriblesensacióndevacíosearraigófuertementeenelcentrodesupecho,alaalturadelcorazón.Sesentíafatal.Caballohusmeabaasualrededor,comosiéltambiénsupieraqueaquel
era el libro deZac.El bandido había utilizado el nombre deSair comopseudónimoyOlivianopudoreprimirunasensacióndetraiciónyengañoqueprovocóqueselesaltaranlaslágrimas.PeronofueesoloqueimpulsóaLivaabrirlaaplicacióndeBuscarmi
iPhoneeiralencuentrodesumásqueprobablefuturoexmarido.Loquedeverdadlaespoleóahacerlofueladedicatoriadesuinterior,
juntoconelsobreblancoquehabíaadjuntadoentresuspáginas.La dedicatoria iba dirigida a ella. Suponía que estaba escrita mucho
antesdequeambos jugarana ser infieles sin serlo, porqueel amorquehabíaencadapalabratraspasabalosfoliosyleibadirectoalalma.¿Dóndeestabaeseamorcuandovivíanjuntos?«Ati,mimujer,elamordemivida,quienhatenidoqueaguantarmetodoestetiempo;laquehatenidoquesoportarcadasilencioycadauno de mis retiros, y lo ha hecho con comprensión, sin una malapalabra,sinunamalamirada.Séque,aveces,hasdesfallecidoyhasdejadodecreerenmí,peroyoteagradezco,ynosabescuánto,elquemehayaspermitidocentrarmeenestaarriesgadaaventuraque tieneunpropósitomayor.
Gracias por estar ahí, por cuidar de mí, por tenerme en cuentaincluso cuando ya estaba ausente. Mi retiro ya ha acabado, y almargen de la repercusión que pueda tener esta historia, lo que deverdadmellenaessaberquetetengoati,yquevoyaresarcirteporcadasegundoquetesentistesolayabandonada.Tequiero,mivida».
Laslágrimasnodejaronvermásalládeesefragmentoúnicodedicadoaella.¿CómoZachabíapermitidoque ella se sintiera sola?Livno entendía
aúncuánimportanteseríaeselibroenlapolíticadelpaís,pero,aunquelocambiasetodo,¿habíamerecidolapenahaberlaperdidoaella?Oliviasesecólasmejillashumedecidasdeunmanotazoviolentoyresignado,hastaque vio que entre el grosor de aquel libro sobresalía la esquina de unsobrevariostonosmásblancosqueelcolordeesaspáginasahuesadas.Cuando cogió el sobre condedos temblorosos y le dio la vuelta, una
fraseescritaaboliconlaauténticaletradeZac,noladeSair,leasestóungolpedemoledor.«Mihistoriaestámuydocumentada,yesreal.Perotúyyosabemosque
si hay algo falso en este tomo que sostienes, es la dedicatoria que, porcierto, ya no puedo borrar. Creo que con esto quedamos en paz. Es lamanutención de dos años que tuviste que pagar por tenerme en tu casaescribiendo.Graciasporhabermemantenido.Lamentohabertedadotantosproblemas».ZacAquello fue lagotaquecolmóelvaso.Que la trataraasí,quecreyera
que un sobre lleno de billetes de quinientos euros era todo lo que ellaexigía,laúnicarazónporlaqueambossehabíanseparado,laindignó.¡Nuncafueporeldinero,malditasea!SiLivyanoseencontrababien,
lasentenciadeaquelsobrelaespoleócomounlatigazoauncaballo,peroellanoteníariendas,yesanuevapersonaenlaqueseestabaconvirtiendo,unamezclaentrefuriosaydolida,noestabadispuestaaquesevolvieranareírdeellaoasufriralgunaafrentasinvengarsedeello.Zaclainsultaba.Por eso cogió su Rover negro, y dejó a Caballo entretenido con su
comida, para irse en busca deZac siguiendo elGPSque le facilitaba laaplicacióndeliPhone.
Duranteelcaminohasta laDiagonal,dondesesuponíaqueestabaZacsegún indicaba su teléfono, divisó muchas paradas de autobuses con laportadadeElsoberanismodeJudas,yaquellolapusomásnerviosa.Nose lopodíacreer.El librodeZaccopaba todas lasestacionesy lo
anunciabancomounbestsellerycomoellibroqueprovocaríauncambioenelpaís.Nodabacrédito.Su marido, o su futuro ex marido, acababa de dar un pelotazo
espectacular, cuando ella, equivocadamente, pensó que no tenía futurocomoescritor.Una parte de ella se sentíamal, porque no se veía identificada en esa
dedicatoria llena de amor y agradecimiento hacia ella, como si siemprehubieseestadoasuladoanimándoloconpomponesconunafeciegaensutrabajo.No.Nofueasí.Debíareconocerlo.Yteníaremordimientosyvergüenza
por ello. ¿Por qué? ¿Por qué después de descubrir que Zac la habíaengañadoeraellalaqueteníaesassensacionesdesagradables?Peroesonoibaadesviarladesuobjetivo.Despuésdellamarlotresvecessinéxito,puesZacnoqueríaresponder
al teléfono, aparcó el coche un par de calles más abajo del lugar dedestino.La aplicación eramuy exacta.Liv caminó sin dejar demirar lapantalladelcelular,hastacolocarsejustoenfrentedelaubicación.Inclinóelcuellohaciaatrásparamirarlafachadadeledificioquetenía
delante. Era magnífico, de formas parecidas a las del grandísimo ymágicoarquitectoGaudí, con una estructura palaciega que reflejaba la vertiente del
modernismocatalány suvariantedeArtNouveau inspirado en laFincaGüell.Erahermoso.Elsoldabadellenoenlafachadayenlasbalconadasde
coloresyformassinuosas.El ático de ese edificio parecía enorme, cuya extensión de la terraza
triplicabalaamplituddelasterrazasdelospisosinferiores.Oliviaentrecerró losojos,yesperóaversialgúnvecinosalíadeesa
elegante portería. A Zac debería costarle un riñón el alquiler de esavivienda.Nosabíaenquépisovivía.¿Cómoibaadescubrirlo?
—¿Vasaentrar?—preguntóunavozdemujerasusespaldas.Unamujermorenadepelocastañoconreflejosmásclaros,vestidacon
traje de falda y chaqueta negra rebuscaba las llaves en el interior de subolsonegroPrada.Teníalosojoscubiertosporunasgafasdepastaoscuraque le ocupaban casi toda la cara. Poseía unas facciones agresivas perohermosas, como las de una pantera.Y cargaba con unmaletín demanotambién Prada de color marrón y negro en una mano, y una bolsa decomida japonesa en la otra. El olor del Yakisoba noqueó a Olivia y leremovió las tripas. No había cenado la noche anterior, ni tampoco esamañana había desayunado, pues el regalo de Zac le había cerrado elestómago.—Puesesaeslaintención—contestóechándoseaunladoanteelarrojo
de la desconocida, que se hacía sitio como si fuera a abrir la puerta—.Peronorecuerdodóndevive...—Ah,joder—gruñólamujersinprestaratenciónaLiv—.Mehevuelto
a dejar las llaves—levantó la mano y presionó el timbre del ático. Elúnicoáticoquehabíaeneledificio.—¿Sí?—contestóunavozqueLivreconocióalinstante.—Zacari—dijo lamujer—.SoyAnna.Tumenú—sonrió—.Abre la
puerta,porfavor.AOlivialasangreselefuedelrostrorepentinamente,ylasmanossele
quedaronheladas.¿Sumenú?Unmomento.¿Quéestabapasandoahí?¿Quiéneraesamujeryporqué
ibaaveraZac?¿YporquélollamabaZacari?Élodiabaquelollamaranasí.Zacobedecióyabrióipsofacto.Lamujerentrótodavíarebuscandolas
llavesenelbolso.Entoncessedetuvo,comosilaacabasedeadvertirylamiróporencimadelhombro.—¿Pasasono?Sutonoeraalgoestiradoycapaz,comosicontrolaracadamovimiento
quetuvieralugarasualrededor.Liv carraspeó, tragó saliva y se secó el sudor de las palmas de las
manosenlostejanos.—Sí—dijoconvozdébil.Mientras la talAnnatomabaelascensor,Livsedetuvoenlosbuzones
demaderadenogalde la entrada, como si revisara el piso exactode lapersonaqueestababuscando,cuandoloacababadeaveriguar.Lociertoeraquesehabíaquedadounpocoparalizadaynoleapetecía
compartirascensorconesamujer,fueraquienfuese.Zacvivíaeneseespectacularático,eldelaenormeterraza.Yunamujer
muy atractiva tenía llaves de su domicilio y le acababa de traer comidaparacompartir.Cuando laspuertasdelascensorsecerraron,Oliviasequedóplantada
frentealespejodecuerpoenterodelaseñorialentrada.Sequedóahí,sinmoverse,durantevariosminutos.Semiróextraviadaensupropioreflejo.Vestía tejanosclarosydesgastados,unpocorotos,susConverseblancassin abrochar, una camiseta negra que le iba ancha y le colgaba de unhombro,yllevabaelpelorecogidoenunmoñorubioymalhecho.Nosehabíamaquillado.Seclavólasuñasenlaspalmasdelasmanosalverqueeraunamalditasombradesímisma,yqueseibaaencararaZacconlaimagen de una estudiante inmadura, sabiendo que él estaba acompañadoporunamujerdearmastomaryaspectodefelina.Noteníabuenassensaciones.Peronopensabaesperarniunminutomás
paraencararseconél.Todavíaestabancasados.Asíquetomóaire,cerrólosojosyseinsufló
fuerzasparapoderdesafiaralhombrequelehabíarotolavida.Zacvivíaenelático.Elúnicoáticodeledificio.Olivia se plantó frente a la puerta y recordó los nervios que pasó la
primeravezquefuealencuentrodeSair,yseparapetótraslaentradadelasuitecolonial.Entonces,laansiedaderaotra,muydiferentedeldolorquesereplegabaensupechoahorayqueprovocabaquesintieracada latidodesucorazónenlagarganta.Se cargó el bolso Michael Kors sobre el hombro, agarrándose
fuertementeasusasas,comosifueranasiderosalosquesujetarsecuandoelagualellegaraalcuello.Intentóoíralgo,talvezalgunapalabraentrelatalAnnayZac,perono
escuchónada.Comofuera,teníaqueenfrentarseaZac,hubieraalguiendelanteono,y
yaqueestabaahínopensabahuirconelraboentrelaspiernas.
Presionóeltimbre,yesperópacientementeaqueleabrieran.Los tacones de esa mujer golpeaban el parqué con contundencia, se
aproximaba y Liv intuyó que iba a ser ella quien le diera la ácidabienvenida.Cuando Anna abrió la puerta, ya se había quitado las gafas de
moscardón, y lucía unos ojos negros y repletos de hechizo y secretos,ahumadosyperfiladosconunkohlmuynegro.Era guapísima, joder. Liv rechinó los dientes y se compadeció de sí
misma.TeníaaunaMataharidelante,yellasepresentabavestidaconlasfachasdeunauniversitariainsegura.Annafruncióelceñoylamiródearribaabajo.—Ah...—fueloúnicoquedijo—.Creoquetehasequivocado,guapa—
Dibujóunasonrisacondescendienteensuslabiospintadosderojo.Olivia parpadeó aturdida, intentando reprimir las ganas que tenía de
darleunpuñetazoaesa,fuesequienfuese.Yaledabaigual.Laodiaba.Nohabíamás.Seobligó a reaccionar y esta vez respondió conuna sonrisa igual de
falsaquelaqueteníaAnna.—Metemoqueno—contestó—.Guapa—añadióconelmismotono.—¿Aquiénbuscas?—preguntómirándolacomosifueratonta.Olivianiseinmutócuandocontestó:—Busco amimarido.Zac. ¿Le conoces?—Ella lo llamabaZac y no
Zacari.Annaarqueólascejasnegrasyperfectamentedepiladas,ydespuésechó
loshombroshaciaatrás,confundida.—¡¿Zacari?!—gritóporencimadelhombro,sinapartarlavistadeella.Y¡cómolerepateóqueunadesconocidadecidierasidejarleentrarono
paraencontrarseconsutodavíaesposo!—¿Qué?—preguntóZaccondesinterésdesdeelinteriordelpiso.—Ven unmomento—Anna continuómirando a Olivia, con sus ojos
oscurosfijosensusconversedesabrochadas.ArqueóunadesuscejasaloAncelotti.Livarqueólasuyarubiaplatinoyseimaginómetiéndolelazapatillaen
laboca.
—Estoycalentandolacomidaquehastraído—dijoZac—.¡Sisonotravez los de la nueva compañía de la luz diles que no me interesa! —exclamó.Annanegóconsatisfacciónyañadió.—Noesnadiedeninguna compañía.Esunamujer quediceque es tu
esposa.Trasesaspalabrassehizoelsilencio,tantensoquesepodíacortarcon
uncuchillo.Yentonces,Zacaparecióbajoelarcodelhall.Liv clavó sus ojos azules en él, y sintió un mazazo que le quitó la
respiración.No sabía si era porque hacía tiempo que no se veían, pero el
reencontrarseconélladejónoqueada.Sumaridosiempre leparecióguapo,apesardeque fuerasiempreen
chandal ynunca se arreglarademasiado.Por eso, verlovestido conunacamisa blanca con los puños arremangados hasta los musculososantebrazos,unospantalonesdepinzacolorwhiskyyunoszapatosmarrónoscuros,ladejósinpalabras.Sehabíacortadoelpeloylollevabadeunmodoquelequedabagenial
ydibujabamejorsusapuestasfacciones.Supelonegrobrillaba,igualquesusojos tanoscuros,conaquellascejasbajasyespesasque leconferíanunamiradaintensaprovocafuegos.Olivia inclinó la cabeza a un lado para verlo mejor, ya que Anna le
privabalavisión.Zacrechinólosdientesydijofinalmente:—Olivia.Livse tragó laamarguracuandopercibióelolordesucoloniaúnica,
quelagolpeóyreactivósumemoria.Eraelmismoperfumequelellevabaa los recuerdosdeSairyde las tardesquepasóentre susbrazos.SairyZaceranlamismapersonaynopodíaobviarlo,pormuyperdidaqueesolahicierasentir.Suesencia,suimponentepresencia,eranlamismaahoraqueLivpodíaponerlerostroasuamanteanónimo.—Hola,Zac—contestóellaconunhilodevoz.—¿Quéhacesaquí?
—Tengoquehablarcontigo.—¿Cómomehasencontrado?Zacsemetiólasmanosenlosbolsillosdelanterosysebalanceósobre
lapuntadesuszapatos.Ella miró a Anna, esperando que la mujer tuviera la delicadeza de
dejarlossolos.Perolamorenanoseapartaba.—Tengo mis métodos —contestó—. ¿Podemos hablar a solas? —
preguntóconvozdébil.Zacexhalóconcansancio,ydespuésseacercócaminandohastaellas.—Anna, por favor —le pidió amablemente—. Déjanos solos un
momento.Annamiróaunoyaotro,yalfinalaccedióadesgana,alejándosedel
hallbamboleandolascaderasymirandoaOliviaporúltimavezcongestoincrédulo.Acontinuación,Zacsehizoaunladoylainvitóaentrar.—Subiremosamioficina—convinoZac.EnotraocasiónLivestaríamuertadelacuriosidad,deseosadevercada
esquinayrecovecodeesacasaqueZachabíaalquiladoocomprado,aúnnolosabía.Peroenesemomento,sololeapetecíadejarlelascosasclaraseirse.—No. No hace falta que entre —lo cortó Olivia—. No quiero
molestaros.Zaclamirómuyserioyseencogiódehombros.—Comoquieras.¿Quéhacesaquí?¿Cómosabíasdóndeestaba?—Porqueaúnnohas cambiadoningunade tus contraseñas—contestó
incómoda con Zac como nunca lo había estado—. He utilizado laaplicacióndeliPhone.—Vaya —asintió—. Qué exacta es. Mis claves se han quedado muy
obsoletasypasadasdemoda.Debocambiarlas—sepasólamanoporlanuca.Liv osciló las pestañas y pensó agriamente que tenía razón. La nueva
deberíadeser«ZacodiaaLiv+».Deserasí,tambiénlaadivinaría.—Bueno.¿Quéquieres?Estabaclaroqueélteníaprisaporperderladevistayellateníaprisapor
irse.Sentíaqueallísobraba.Livmetió lamano en el interior de su bolso y de él sacó el libro de
KassZ.Sair,comosipertenecieraaotrohombreoaotrotiempo.Sequedómirandolaportadasabiendoqueibaadespedirseinclusode
esos recuerdos; tragó saliva y cogió aire para armarse de valor. Teníamuchascosasquedecirle,perolosnervioslatraicionabanyunaprofundaangustiaseatorabaensugarganta.Talveznoibaasersumejorpuestaenescena ni su mejor discurso, pero se encargaría de dejarle claros lospuntosmásimportantes.—Vengoadevolverteesto.—¿Ellibro?—preguntaZacconunasonrisaganadora.—No —Liv alzó la cabeza ante su tono maquiavélico. Entendía que
estuvierafurioso,perosufurianoeranidelargotannocivacomoladeella—.Loscuarentamileurosquemehasdejadoenelinterior.Yonolosquiero.Zacalzólasmanos.Noestabadispuestoatomarlo.—Sontuyos.Invertistemuchoenmí.Eslojustoquetelosdevuelva.—No,capullo—ledijodandounpasoadelanteyplantándoleellibroen
elcentrodelpecho.Teníaquesobreponersea laenergíaquedesprendíaél,tanparecidaaladeSair.¿Cómonoibanaparecersesieranlamismapersona?Dios,quélocura.Teníaunauramagnéticaquelaatraía,apesardelasheridasquesuaventuralehabíancausado.—¿Porquéno?—lepreguntóagresivo—.Acéptalosporlosservicios
prestados.Livelevólascejasincrédula,dibujandounarcoperfecto,yentonceslo
señalóconelíndice.—Nome vas a tratar como a una puta. Te he lavado los calzoncillos
durantemuchotiempocomoparaquemehablesasí.Zacalzólabarbilladesafiándola.—Esolohasdichotú.Noyo.—Invertímuchasesperanzasennuestromatrimonio—explicóellacon
voztemblorosa—.Eldineronomeimporta,Zac.Nuncameimportó.Loque tendríasquedevolvermees laesperanzaqueheperdidoy la ilusiónquehicistequemurieraenmí.Tuconstanteabandonocambiólascosas.Ydespués,cuandotieneslaoportunidadderesarcirmeyarreglarlo,cuando
puedes darmeuna sorpresa y recuperarme,montas la escenita deSair ymeponesaprueba.¿Sabeslocruelquehasidoeso?—Alprincipiono fueunaprueba.Fueun regalo.Perodespués,pensé
quequeríaestarsegurodeque,apesardetodo,aúnmequeríasymeerasfiel.¡Porqueyateníamisdudas!Pero...—chasqueócontralosdientesconlapuntadesulengua—.Medecepcionaste.—¿Quién decepcionó a quién primero? —se puso de puntillas para
mirarlodirectamentealosojos—.Tresaños.¡Tresesperándote!—Hay escritores superdotados, con dones y esas cosas... que escriben
librosbuenísimos enunpardemeses.Pero lamayoríade escritores, elnoventa y nueve por ciento, no tenemos esa capacidad, porque noscomemosmucholacabezaysomosparanoicos.Ustedperdone.—¡Peroesqueesanoeslacuestión,Zac!¡¿Noloentiendes?!¡Comosi
hubiesesnecesitadocincoaños!¡Te loshabríadado! ¡Perono se tratóde eso!—exclamódesesperada
conlosojosrepletosdelágrimas.Liv sacudió la cabeza y se rindió a la situación. No había nada que
salvar ahí. El desengaño era tan zahiriente que cualquier posibilidad dereconciliaciónquedabaenentredicho.Zacpermanecióensilencio,observandocómoLivsedesmoronaba,y
nofuecapazdeconsolarla.—Como sea —añadió él finalmente, con sus negros ojos
ensombrecidos y atormentados tupidos de pestañas largas y rizadas—.Eresladueñadeloscaramelosquelevantanelánimo,¿no?Tienescajasycajasatudisposición.Podrástomartelosquetedélaganayeldisgustosetepasará.—Vetealamierda,Zac.—Hacemuchoquemefuialamierdaennuestromatrimonio,Liv—se
encogiódehombros,sinemoción—.Mucho.Nohassidolaúnicaquehasufrido.Encambio,ati,siempretequedaráelrecuerdodeSair.Aquellofuelagotaquecolmóelvaso.Oliviaseapartódeél,sorbiendopor lanarizcomounaniñapequeña.
Aún sostenía el libro. Lo contempló por última vez y lo tiró al suelo,dejándose llevar por la ira.Hubiera deseado tirárselo a su apuesta cara,peronoqueríarecibirunademandaporagresión.
Eltomosedeslizóporelparqué,alaespaldadeZac,yelsobrellenodedineroemergióentresuspáginas.—Sair y tú fuisteis una mentira. No quiero tener nada que ver con
ninguno de vosotros —declaró Liv recogiéndose un mechón de pelorubio y colocándoselo detrás de la oreja—. Por mí, se acabó. Que tuabogado seponga en contacto con elmíopara agilizar cuanto antes lospapeles del divorcio. Total, no tenemos nada que queramos el uno delotro,¿no?Seráfácil.—Quiero a Caballo—espetó Zac dañino. Sabía lomucho que quería
Livasuperro,peroéltambiénloquería.Los ojos azules de Liv se oscurecieron y lomiró por debajo de sus
pestañas.—Nilosueñes.Caballoesmío.—Locompréyo.Esloúnicoquequiero.—Peronopuedescomprarsufidelidad.Caballosequedaconmigo.Ysi
tanto te importa el dinero que te gastaste en él —finalizó—, coge esesobre llenodeegoydespecho,esesobreque tehacecreerque tienes lapollamásgrande,ydescuéntalodeahí.Amarróconfuerzaelbolsocontrasucuerpoysaliódelaentradadela
casaparadirigirseconandaresdignoshastaelascensor.Allí, en el habitáculo metalizado, ya tendría la oportunidad de
desmoronarse.Mientrastanto,noibaadarleaZaclasatisfaccióndequecomprobara
lo mucho que le dolía acabar así, sintiendo que era ella quien perdía,cuando,estabaclaroqueeraZacelperdedordeaquellabatalla.Aunque en una guerra, ¿de verdad había algún ganador? No. Todos
perdían.Zacfijólosojosenlaspuertasdelascensorquesecerraban.Trasellas,
Liv ledirigíaunaúltimamiradadedesprecioydepérdida.Como si nohubieravueltaatrás.Él se obligó a tragar esa bola de rabia y desdeño hacia sí mismo, y
despuéssevolteóparamirarellibroqueestabaenelsuelo,sufriendounabandonoparecidoaldesualma.Cerródeunportazoyfuearecogerlo.Noeranada fácilparaélhacerse fuerte frenteaOlivia.Perosuamor
propioysudignidadleempujabanapelearcomounpezquehabíapicadodelanzueloyluchabaporliberarse,pordesclavarseelpunzónmetálicoydejar de sentir dolor. Zac creía que devolviendo los golpes se sentiríamejor,peroestabaequivocado.Laafliccióncontinuaba,golpeandocomounmazoinmisericordeydespiadadoquenoledabadescanso.Conel libroen lasmanos,sedirigióa lacocinade lujo,unaSchmidt
blancadeespaciosamplios,geométricos,sincajonesniranuras,yhuecosiluminadosparaeldeleitedelmásvanguardista.Sentada sobre la silla de bar que había en la barra americana, Anna
masticaba losfideosconpollo,sindejardemirarenningúnmomentoaZac,queparecíaunzombie.—Asíqueesaestumujer—dijo—.Yyaveoquenoestáisbien.Zacsaliódesuensimismamientoycentrósuatenciónenella.—No estamos en nuestro mejor momento —asintió con la boca
pequeña.—Escuriosoquenomehablarasdeellaentodoestetiempo,yqueno
medijerassiquieraqueestabascasado.—No lonecesitábais saber paraqueyo escribiera este libro.A ti y al
sellosoloosinteresabaquetodaestahistoriavieralaluz.Mitrabajoeraloúnicotrascendente.Annahizoungestodedesagrado.—Vaya, Zacari. Pensé que en todo este tiempo sería algomás que tu
editora—seremovióincómoda—.Pensabaqueéramosamigos.Séquehasido muy arriesgado para ti realizar este trabajo y que has tenido queanular a las personas que más querías para protegerlas. Pero yo nuncahabríadichonadasobretussecretos.Zacseencogiódehombrosy se sentóen labutaca, frenteaella.Con
calmasesirvió lacomidaen losbolesdecerámicarojaqueAnnahabíasacadodelosmueblesdelacocina.Despuéssacólospalillosdemaderaysedispusoacomer.Annabebióunsorbodecervezayladejóconsuavidadsobrelamesa.—Te he ayudado en todo lo que he podido. No te he presionado
demasiado en los plazos —enumeró con más suavidad—. Te ayudé abuscar esta casa después de que firmaste el contrato millonario porElSoberanismodeJudas.Te traigocomida,porquesino, túnocomerías.Y
créeme, tu cerebro necesita alimento.Y ahora entiendopor qué eres tandesastre...—¿Soyundesastre?—Sí.Porqueestáshechopolvosentimentalmente.Notienesequilibrio.—Estelibrovaaacabarconmuchascosasenestepaís.Perotambiénha
acabadoconmimatrimonio.—Elpreciodeléxito—asumiócomosifueranormal.—Nodebióserasí—susurró.Annabajó la cabezay con lapuntade lospalillos japoneses jugueteó
conlosfideos.—¿Entonces?—tanteó levantando la mirada con curiosidad—. ¿Estás
divorciándotedetumujer?¿Síono?Zactragólacomidaqueteníaenlabocayasintió.—Esoparece.—¿Y...vasaserunhombrelibre?—Librecomounpajarito—asumiósindarleimportancia.Anna se limpió las comisuras de la boca con la servilleta y medio
sonrió.—Tu mujer parece muy joven, ¿no crees? Me la imaginaba más...
sofisticada.¿Estáestudiando?Zacalzólacabezaylafulminóconlosojos.—Novoyahablardeella.Annasonrióaltivacomosinoledieravergüenzahabersidocortadade
esemodo.—Bueno, no hablemos de ella si no quieres, pajarillo. Pero sí que
tenemosquehablardelcóctelquevamosacelebrardeaquíaunasemanaporeléxitomediáticoyenventasdetulibro.—¿Ya tienes cifras? Si ha salido hoy mismo a la venta —concluyó
asombrado.—Estamosbatiendorecords.Ytodavíanohaacabadoeldía—aseguró
pomposa—.Tenemosqueprepararnosporquetulibromarcaráunaépocaen el periodismo de investigación y en la realidad novelada, Zacari—alargó su brazo y lo tomó de la mano, agitándolo con un suavemovimiento—. Formamos un equipo buenísimo, ¿no crees? Deberías
estarmuycontentoporquevasaserunmultimillonarioanónimo.Ojaláfueratanfácil,pensóagriado.—Sí—Zacsesoltódesumanocondesinterésycontinuócomiendo.—Enfin—AlverelpocoentusiasmodeZac,Annavolteólosojos—.
Ahora,hagamoslalistadelaspersonasquequieresinvitaraleventoparaquecompartanjuntoatituanónimaalegría.Zac ya había recibidomuchísimo dinero por la novela en calidad de
derechos.PeroAnnaasegurabaquelasventasibanareventarelmercado.Y sí, seguramente debería estar eufórico, pero se sentía incompleto yvacío.Noobstante,seobligóatragarselaansiedadylaamargura.Siesaera
sunuevavida,debíahacerlefrente.
Capítulo5
Estabaadquiriendounamalacostumbre:ladefaltaraltrabajocuandolerotara. Bueno, en este caso, solo sería por ese día. Pero lo necesitaba,requeríaesetiempoparaella.Livpermanecíasentadaenelbalancíndesudesoladacasa,conCaballo
estiradoasuspies.SuhogarparecíamásvacíoquenuncaahoraqueZacnoestaba.Ynolo
comprendíaporque,durantelosúltimosmeses,ellosapenashablaban,yélse encerraba en suoficina comoun ermitaño, con lo cual no compartíaapenassumismoespaciocomoparaqueellapudieraapreciarsuausencia.Y sin embargo, sentía la soledad.La pesada, triste y descorazonadora
soledad.HabíanpasadotresdíasdesdesuvisitasorpresaaláticodelaDiagonal.
En ese tiempo, Olivia había vuelto a trabajar, pues necesitaba actividadparadejardepensarensusproblemas.Desdeentonces,esperóimpacientelallamadadesuabogadoparaconfirmarlapeticiónformaldedivorcio,pero no llegó en ningún momento, señal de que Zac no había movidofichaaún.¿Esoerabuenoomalo?LociertoeraquenosepodíasacardelacabezaaAnna,aesamujerdeporcelanaqueparecíatenercontrolsobreunavida
deZacqueelladesconocíaporcompleto.¿Quiéneraesachica?Livsesentíamuyconfundidaalrespecto.Habíaqueridoeldivorcio.Apesardelomuchoqueledolíaacabarcon
suhistoriaconZac,sabíaquetardeotempranoibaatomarladecisióndedejarlo. Porque era lomejor. Porque no podía estar con un hombre tansedentario y con ambiciones poco realistas, que además no le hacía nipuñeterocaso...Yahora,despuésde todo, resultabaqueZac tenía razón.Eraunescritorexcelente,unoqueseganaríalavidasobradamentegraciasasusmanuscritos.
Pero,¿cómodemoniosibaasaberloellasinuncaledejóleernadadeloqueescribía?Zacnoeradeesosquehabíandecididoserescritorsoloporquehabíanaprendidoaescribir.Zaceraescritordepuracepa.Noeraalguienquederepenteescribíaun
libro; porque el hecho de escribir libros con principio y final no loconvertían a uno en escritor. El escritor era mucho más. Nacía. Y Zachabíanacido,sinmás.Se sentía comounaperra apaleada. Indignada.Ypara colmo, también
arrepentida.HabíatenidoaSairyaZacenelmismocuerpoysumenteracionalno
lo imaginó en ningún momento. Tenía sensaciones contradictorias, ycuandopensabaenZac,suimagensemezclabaconSairhastaelpuntodeque ambos se hacían una sola persona: una persona que ella odiaba yanhelabaapartesiguales.Paracolmo,habíasidotanestúpidadecomprarunejemplardesulibro,
ya que el que él le había regalado estaba cargado de veneno, y no leapetecíaenabsolutoaceptareseregalo traicionero,poreso lodesprecióensuvisitaylodejóalospiesdeloscaballos,juntoconloscuarentamileurosqueéllehabía«devuelto»,encompensaciónporlosañosqueellalohabíamantenido.Yahíestabaeltomonuevo,pagadodesubolsillo,reposandosobresus
piernas. Tal vez, solo tal vez, leyendo esemaldito libro podría llegar acomprendercómoeraelhombrequesehabíaperdidoentresuspáginaslosúltimostresaños;pudieraserque,sumergiéndoseentreesasplanas,laimagen difuminada de sumarido que ella tenía enmente tomara formafinalmenteysemostraratalcualera.El hombre que quiso una vez. El mismo que había hecho que casi
enloquecieraconsussecretosysusdobleidentidades.Fuera como fuese, El soberanismo de Judas había destrozado su
matrimonio,yLivestabadeseandocomprenderporquésumaridoeligióesahistoriaenvezdeaella.Setomaríaeldíalibreparadescubrirlo.Sin más, Liv se acomodó en el balancín y se dispuso a leer a su
verdaderoenemigo.CasiCapítulo, trescafés,unamantitapara laspiernas,undíaenteroy
dos sándwiches fríos que se había preparado deprisa y corriendo, Livcerróel librosabiendoquehabíaleídounaobramaestradelperiodismodeacciónyunaodaalrelatobiográficonovelado.Ylodecíaella,queenrealidadnoeraunaacérrimalectora,perosívalorabalabuenaescrituraydiscerníaentreentretenimientoeiluminación.YlaobradeZaciluminabaa los ignorantes que, como ella, no tenían ni idea de los brazosconstrictores que la corrupción en estado puro habían extendido al paíshastaestrangularloyengañarymanipularmentalmentealosciudadanos,hastaelpuntodeenfrentaracomunidadesparaqueestuvieranentretenidosen sus disputas, en vez de en lamierda en la que poco a poco todos sehundían.LahistoriadeMarco,elinfiltradoenlatramadecorrupciónnacional,
sus relaciones con los capos y los altos cargos gubernamentales, susnegociosdeedificaciónyconstrucción,asícomoel tráficodepoderdelquehacíagalaenlosjuzgadosespañoles,lahabíadejadoabrumada.LarelacióndeMarcoconsumujerPerla,quenoeraotraqueJanira,la
impactó hasta el punto que le provocó un nudo en la garganta. ElinformadordeZacysuesposalohabíanpasadorealmentemal,tantoque,tal y como él le había dicho, habían tenido que abandonar el país parasalvarsusvidas.¿YZac?Zacfueunaauténticatumba,unconfidentelealyexcepcional,
objetivoyfidedigno.Unprofesionaldelospiesalacabezaquetuvoquetrabajarenabsolutosilencio,estandoencontactocon«Marco» todas lasmañanas, mientras Olivia trabajaba, e incluso algunas noches demadrugada.PoresoZacnodormíaconellalosúltimosmeses,porquelassesiones
deskypeerannocturnasynoqueríaqueellaseenterasedenada.Sudespacho,subuhardilla,habíasidosubúnkerysurefugio.Unlugar
dondelossecretospermanecíanysoloemergíanatravésdelosdedosdeZaccuando,mecánicamente,picabanlasteclasdeltecladodesuMac.Liv se frotó losojos, secosde leer con la luzdel atardecer.Nohabía
queridodejardeleerynoleimportólapenumbraenelporchedeljardín.¿Cómoponerfinaunahistoriatanapasionante?Caballoestabadormidoasuspies,sobresucamita,queellahabíatrasladadoalporcheparaquelehicieracompañía.Continuabaanonadada.Menudo trabajohabíahechoZac,eradignode
admirar.Sumaridoseibaaconvertirenunaespeciedehéroenacional,devengador justiciero que, bajo un pseudónimo, contaba toda la verdad yseñalaba a los corruptos con un dedo instigador y una plumamordaz yrelevante.Se levantó del balancín y Caballo lo hizo con ella, relamiéndose el
hocico, sin comprender por qué su dueña se iba de ahí si estaban tan agustito.LosfocosdelanterosdeuncochecegaronparcialmenteaLiv.Ellasostuvo lamantaconunamanoyel librocon laotra.Semiróel
reloj y comprobó estupefacta que eran las diez de la noche. ¡Se habíapasadotodoeldíaleyendoynisiquierasehabíadadocuenta!¡PorDios,nisiquierahabíasacadoasuperro!Ellibroeratanadictivoquenosupoponerfrenoalalectura.Yahora…Ahorasolohacíaquepensarentodoloqueacababadedescubrirmediantesuspáginas.Elcocheparódelantedesupuerta.Livfruncióelceño.¿Quiénlaibaa
visitaraestashoras?—¿Olivia?EralavozdeAma.Habíaestadodeviajelaúltimasemana,aunqueellos
no se veían desde que tuvo el encontronazo con Zac, ahí mismo. Él lahabía llamadomuchasveces,peroaLivno leapetecíahablarconnadie,por eso no atendió ni llamadas ni mensajes de whatsapps, aunque losleyera.—Hola,Ama—losaludóconserenidad.Ama vestía de punta en blanco, como siempre. Sus ojazos azules se
fijabanenellaylamirabandearribaabajounpocoperplejo.CaballosepusoenguardiaalverquenoeraZac,ypercibiólatensión
desudueña,asíqueseencargódeprotegerlacolocándosefrenteaella.—Hola,Caballo—losaludóélamablemente.—Caballo,sit.Nopasanada—lo tranquilizóLiv acariciándole detrás
delasorejas.Elperroobedeció,aunquenosemoviódelsitio.—¿Cuándohasregresado?—preguntóOlivia.—Lleguéayerporlatarde—explicóuntantodesorientadoalveraLiv
tantranquila.
—¿Hanidobienlasnegociaciones?—Sí…EnBrasil tienenunabuenísimacampañapara losSmileys,y…
Ya está todo atado. —Ama sacudió la cabeza y la miró esperandoencontraralgunacosaenella—.Olivia…¿Estásbien?—¿Cómodices?—Novoy amencionar tus vacaciones de dos semanas que te tomaste
haceunosdías.Nielhechodequenomecogieraselteléfononiunasolavez.Peroestoymuypreocupadoporti.Mehandichoquehoynohasidoatrabajar,porquehasdichoqueestabasindispuesta.Vengoaversinecesitasalgo…—AmasubiólosescalonesdemaderaysedetuvofrenteaCaballo.Entoncesfijólosojosenellibroqueellasostenía—.Joder,¿enserio?—¿Qué?¿Quépasa?—preguntóLivextrañada.—Todoelmundoestáleyendoeselibro—loseñalaconsorpresa—.En
elaeropuertodeElPratmuchosloteníanentrelasmanos.Estetíodebedeestarforrándose.«Niteloimaginas»,pensóLivdisgustada.—Bueno —Ama eliminó el libro de la ecuación porque no le
interesaba. Solo le interesaba ella—. A lo importante. ¿Qué te pasa?¿Necesitasquetellevealmédico?—¿Almédico?Ama—Livlomiróaúnanonadada.Almédicoyasabía
ir ella sola—. Son las diez de la noche, y vienes a mi casa parapreguntarme si necesito algo… Muchas gracias, pero estoy bien, deverdad. Es solo que me dolía la tripa. Aunque ya me encuentro muchomejor.—Ahá—asintióconacidez—.¿Ymevasadecirporquérazónmehas
ignoradoentodoestetiempo?¿Onoteapetece?—Hepasadounamalaracha,Ama.Yasabesquetengoproblemascon
Zac y… —comentó avergonzada. No le contaría a nadie los detallesescabrosos de su relación, y menos a él—, y bueno, he tenido muchaansiedadynecesitabaalejarmeparaverlascosasdesdeotraperspectiva.Amasecruzódebrazosylamiródearribaabajo.Sumiradaclaracentelleóentrelaoscuridad.
—Entiendo…Pensabaqueéramoscolegas.—Losomos.—No.Losamigossecuentanesascosas.LedíunpuñetazoaZacporti.—Yesonoestuvobien.Necesitabatiempoparaanalizarlotodo.Amanoencajódemasiadobienesarespuesta.—¿YZacyanovivecontigo?—preguntóconundejedeesperanza—.
NohayrastrodesuJeepviejoycantón.NoestáalladodetuMiniRover—señalóconlabarbilla.Yeraverdad.ElJeepWranglerdeZacyanoestabaahí.Comotampoco
lo estaba él. De hecho, su diminuto coche parecía abandonado bajo elporchedemaderasinelJeepquelocustodiabacomounprotector.AOlivianoledisgustabaesecoche.Eraunvehículoparapersonascon
muchapersonalidadyseguridad,yZaceraunadeellas.Además,ledabaunairemuysexyyauténtico.—No.Élyanoestáaquí—asumióseria.Amadiounpasohaciaella,ysurostroentrepenumbrasnoexpresaba
nicompasiónnipena,másbientodolocontrario.—¿Porfinhastomadoladecisión?¿Porfinlodejas?Olivianosabíadondemirar,porquelascosasnohabíanidoasí.Noera
ella quien lo había dejado al final. Era él quien le había exigido eldivorcio.YLivyanosabíacómosentirsealrespecto,loúnicoquereconocíade
toda aquella aleación de sensaciones que la sacudían era el vacío, quellenabadevezencuandoconira,yotrasveces,contristeza.—Noshemostomadountiempo—confesó.Noqueríadecir envozaltaque se ibanadivorciar,yno se loquería
deciraél,aAma.Porque,aunquelodisimulase,ellanoeratontayestabaclaro que ese hombre tenía un interés en ella que sobrepasaba el de lameraamistad.Ynoqueríamalosentendidos.Él siempre había sido atento, siempre estuvo ahí para sacarle una
sonrisaoparaanimarla.Sinembargo,susatencioneserancadavezmássignificativas,ysiLivcontinuabaaceptandotodoloquevinieradeél,alfinal,seencontraríaenunasituaciónincómoda.Ama sonrió como un diablo y se colocó las manos en los bolsillos
delanteros,meciéndosehaciadelanteyhaciadetrás.—¿Quieresquemañanahagamosalgoespecial?—¿Qué?—Olivianose lopodíacreer—.Ama,¿nomehasoído?No
estoyparasalidasniparafiestas.—Livi, no voy a estar aquí mordiéndome la lengua y teniéndote
compasióncomotodoelmundo.Creoqueesloúltimoquenecesitas.Oliviaabrióycerrólabocacomounpez.Nosabíaquédecir.—Nomeapetecedemasiado—reconoció.—Noseassiesa,Liv—protestóélseñalandoel libro—.¿Yquéharás?
¿Regodearteentutristezaleyendolibrosquesonparacortarselasvenas?—Estenoesunlibrodeesos…Dehecho—señalóalzandolabarbilla
—, creo que te iría bien leerlo, patán, para que aprendas un poco depolíticayveashastaquépuntolacorrupciónycadaunadetusdecisionesestánguiadasporlosdearriba.Aunquecreasqueeresunpajarillolibre.Amadorseechóareír.—Amíesonome interesamientrasnomesalpique.Tengouncoche,
unacasapagada,unatorreyhagoloquemedalagana—leguiñóunojo—.Solomehacefaltaunamujerparapodercompartirtodamisuerte.—¿Enserio?—dijoLivnadaimpresionada—.Eresunpresuntuoso.—Esbroma,tonta.—Ya.Seguro—recogiólamantayladoblósobresuantebrazo—.Ama,
deverdad,notepreocupes.Estoybien.Mañananosveremoseneltrabajo.—¿Yelsábado?—¿Elsábado?—Sí —la miró como si estuviera loca—. El sábado la gente sale a
cenar, o al cine, o las dos cosas.O nos vamos a dar unos bailoteos—arqueólascejasrubiasconpresunción.—¿Esquetúnotecansas?Amaserioensucara.—Liv, joder. Tienes que distraerte. ¡Vamos! Piénsatelo —le pidió al
tiempoqueretrocedióybajabalasescaleras—.¿Lopensarás?—caminabahaciaatráscomoloscangrejos,sinperderladevista.—Sí,lopensaré.Tencuidadootevasacaer—leadvirtió.Pero Ama sonrió de oreja a oreja y esquivó con habilidad una
antorchita colocada en los laterales del caminito de piedra que llevaba
desdeelporchehastalasalida.—Perfecto, rubia. Hasta mañana —Ama salió de la casa silbando,
satisfechoconsigomismo,comosihubieraconseguidoloqueacababadeproponerse.Liv entró en su hogar y cuando cerró la puerta, se apoyó en ella.
Entonces,pensativa,abrióellibroparareleerlaintroduccióndeeste.«Loshumanossomosincapacesdemoverundedopornada,anoserque ese nada golpee nuestro propio tejado. Pero si todos fuéramosigualdeegoístas,estanovelaquetienesenlasmanosnuncahubieraexistido.Trata sobre héroes y villanos, y sobre cómo todos los demásdebemos despertar de nuestro letargo para ayudar a decantar labalanza de su eterna lucha. Y sin una información correcta, nopodemoshacerlo.No tengopretensionesdehéroe,nunca las tuve,peromeconsideroun facilitador. Yo os facilito las herramientas para que juzguéisvosotrosmismos la verdad, a sabiendas de que la verdad nunca sejuzga, y que la única premisa que debemos seguir es que, si noactuamos, losvillanosganaránycelebrarán suvictoria riéndosedetodosnosotros».
Aquellanoche,LivsemetióenlacamapensandoqueZacteníamuchoque perder al escribir ese libro, y con todo y con eso, decidió hacer locorrectoydar la carapara contarunaverdadque losdemás, egoístasycómodosensuignorancia,nuncaquisieronver.Ysilovieron,hicieronlavistagorda.Porque, talycomohabíadichoAma,aélno le afectabaennada.Esa era ladiferenciaquehabía entreZacyAma.Zac fuevaliente.Un
héroeanónimo.ElNacionalPara Olivia, la semana había transcurrido bajo el impacto de haber
leídolanoveladeZac.Sedescubríacadamañanapensandoenlahazañadesutodavíamarido,
un hombre que no conocía tan bien como ella creía, y que habíasorprendidoapropiosyextrañosconsuhabilidadocultaysuexhaustivainformación.
Salía en los telediarios, en las cuñas de las radios, habían escaparatesdedicadosexclusivamenteasulibroenlaslibrerías.Era un éxito. Sair, ese personaje ficticio con el que ella tuvo una
aventura, se había erigido como la voz del bien, la voz de laanticorrupción,yelhechodeescucharsunombreacasicadamomentoenboca de informadores, locutores, políticos crispados, o en ciudadanos apiedecalle,solocertificabaunaverdad:suaventuraconSairhabíasidoreal.Sairexistió.Zachabíasidorealentonces.Yesoledolía.LedolíasaberqueZaclediotantaentregaytantapasión,
enpocosdías.Dehecho,leentregótodoloquenoledioentresaños.Éllapusoaprueba.Lediounfalsoregalorellenodeveneno.Primeroledijoquequeríaregalarlesupersonajedenovelaromántica,
su historia de amor. Aunque, después, la treta le sirviera para tantearla,para comprobar si, después de tanto tiempo abandonada, ella lo seguíaqueriendo.Laenfurecíasaberqueeseeraelmóbil.Deregalonada.Habíasidounasoberanaputada.YenesocoincidíanFinayTere, por finhabían llegadoaunacuerdo
entreellas.Zacpodríahabersedejadodemisteriosyhaberlehechootrotipoderegalo,perosinmáscarasniantifaces.—AnoserqueZactetuvieramiedoynosupierahacerlodeotromodo
—dijoFina.—¿Miedodemí?—preguntóLivconfusa.—Túyahabíasamagadovariasvecesconlaconversaciónpendiente,y
esehombrenoestonto,Liv—señalaFina—.«Eltenemosquehablar»essinónimode «se acabó».Así que utilizó su disfraz para acercarse a ti ymostrarteloqueteperdíasencasodequelodejaras.Con la cabeza un poco más fría, Olivia pensaba igual. Pero eso no
quitabaquelaartimañahubierasidocrueleinjusta.—Bueno,yosigocreyendoquehayotrasformasdehacercambiarde
opinióna tumujer.Oliviano secomeanadie,pudohaberseacercadoaella de otramanera—insistió Tere disfrutando de su sorbete de limón.Estabanyaenlospostres—.¿Verdad?Liv carraspeó y se removió inquieta.Muchas cosas despertaban en su
interioresosdíasylallevabanaotraconcienciamenossubjetivadeloquehabíasidosumatrimonio.¿Deverdadellahabíasidotanaccesibleconél?
¿Deverdadlepusolascosastanfácilespararecuperarlacomoellacreía?Yaempezabaadudarde todo. ¿Cuándodecidió tirar la toalla respectoaZac?—¿Liv?—volvióapreguntarTereinteresada.En el momento en el que Olivia iba a contestar con sinceridad, un
mensajero que ella ya conocía y al que vio por primera vez cuandorecibiólaprimeracartadeSair,secolocóasulado.Llevabaunamisiva.Unsobreblancoenlasmanos.—¿EsustedOlivia?—Otravezno…—susurróellaante lamiradaatónitadelchico—.Sí,
soyyo—contestóellaconunrepentinonudoenelestómago.—Estoesparausted.El joven leofrecióel sobre,queLiv tomónosin reparos.¿Dequé le
sonaba todo aquello? ¿Debía aceptarmás notas clandestinas teniendo encuentacómosaliósuaventura?—¿Dequiénes?—quisosabertemerosa.—Nopuedodecírselo, señora. Soy solo unmensajero—se excusó el
chico.Despuésdequeella firmara laentrega,Liv sequedómirandoaquella
carta,condedostemblorososeinseguros.Talvezeraloqueellaesperaba:unacitaciónformaldedivorcio,cosa
queleextrañabaporque,queellasupiera,losabogadosdecadaunonosehabíanpuestoencontacto.—Hazelfavordeabrirlamalditacarta—laanimóTereintranquila—.
Noalarguesmáslaintriga.—Nosésiquiero—murmuróella.Aunquealfinal,lohizoporquelacuriosidadlamataba.Delinteriordelsobresacóunatarjetadorada.Unainvitación.Está invitadaal exclusivocóctel que se celebrará este sábadoa las21.30henelhotel1989conmotivodeléxitode«El soberanismodeJudas».Serequiereetiquetaypuedetraeracompañante.Atentamente,EdicionesLaureus
—¿ElSoberanismodeJudas?—preguntóTere—.Eseesellibroquemeestoyleyendo—murmuraalgoconfusa—.¿Quétienesquevertúconeselibro?Que,porcierto,yaescasualidadqueeltiposellameKassZ.Sair…—Bah,essolounacoincidencia—dijoFina.—Enunmesheoídoesenombreyaunmontóndeveces—agrandólos
ojosy tomódelantebrazoaOlivia—.¿¡Te imaginasquefueraZac?!¿Yqueeltíoescribieraasídebien?TereyFinasemondarondelarisa.—Sí, ¡¿qué tontería verdad?!—rió Olivia nerviosa—. Sea como sea,
Zachavendidolosderechosdesulibrodelqueaúndesconozcoeltítulo—mintió.Estabahartadementir,perodecirlaverdaderainnegociable—.Tampocodebedehacerlotanmal.NiFinaniTeresabríanqueKassZ.SaireraZac.TalvezpensabanqueSaireraunnombrecomún,quenoloera,perono
sospechaban que sumarido era el autor de la novela del momento. Noataron cabos, aunque, con el tiempo no tardarían en sospecharlo. Perohasta que ellas no lo intuyeran o no lo señalaran, Liv no diría nada enabsoluto, y más conociendo el celo y el riesgo que suponía revelar laidentidaddelautor.Nolopondríaenpeligro.—Hadebidotenermuchasuerte—susurróTerepensativa—.¿Creesque
ZachafichadotambiénporLaureus?¿Tehamencionadolaeditorialquevaapublicarsulibro?Seinventóloprimeroquelevinoalacabeza.teníaqueimprovisar.—Nome lo ha dicho. Pero, Zac y yo estábamos afiliados a lasNews
Lettersde laeditorialy siemprecomprábamos librosonline…—sonriónerviosa,mirandolatarjeta—.Bueno,yono.Él.—Contudinero—aclaróTere.—Sí.—Seguramente, al ser una de sus mejores clientas, han decidido
invitarme —arguyó intentando parecer todo lo convencida que, enrealidad,noestaba.—¿Y por qué te han traído aquí la invitación? Este ha sido Zac —
vaticinóTere—.Quehabrárecibidotuinvitaciónporcorreo,ytelahabráenviado así para reírse de ti otra vez —musitó Tere desaprobando tal
acción.—Esosongilipolleces—dijoFina—.Talvezleestépidiendoquevaya.
Porqueélvaair—imaginóFina—.Comosiquisieraquesevolvieranaverallí—añadiósoñadora—,comoenunatragediagriega.Olivia se queríamorir.Nopodía decirle a sus amigasquién eraSair,
porque la identidad de Zac debía mantenerse por siempre en el másabsolutoanonimato.Eraunacuestióndeseguridad.Zac era un escritor de éxito, posiblemente el más relevante de las
últimasdécadas.¿Yella?¿Quéeraella?¿Quiénera?Unamujerdueñadeunaempresadecaramelosparalafelicidadyque
teníaelcorazóndestrozado.Esoera.¿Porquédiantressentíaculpabilidad?¿Porqué?Élselahabíajugado,
peroeraaellaaquienlepesabalaconciencia.—¿Sabesquéharíayo?—dijoTereentrecerrandolosojos.—¿Qué?—quisosaberOlivia.—Iría a la fiestecita de esta editorial con Ama. Si Zac va a estar ahí
comotodopareceindicar,yoiríaconelrubio.ParaqueZacvealoquesehaperdido.MepondríasupulseritadeThomasSabo,mepondríaguapaarabiar,comotúeres,yledaríalaestocadafinalalgandulparaqueveaquesujugarretalehasalidomuycara.—Esoesmuycruel.Lovasadejardepastadeboniato—apuntóFina
acabándose el sorbete de limón de Tere—. Lo siento, pero tengo unhambredemildemonios.Necesitoazúcar—seexcusóantelasonrisadeasombrodesuamiga.—Menudoembarazomásglotóntienes—Tereseechóareír.Oliviacarraspeóymeditótodaslasposibilidades.Amaestabadeseando
salirconella,yellaestabadeseandoaceptareldesafíodeZac.Porquelainvitacióneraloqueera:undesafío.Acababadelanzarleelguantedenuevo.Yellalotomaría.Porquepodíaser laperdedorade todaaquellaaventura,peronosería
unaperdedorasinorgullonidignidad.SiZacqueríaverla,lavería.
Capítulo6
La nuez de Ama se movió de arriba abajo en cuanto vio aparecer aOliviasaliendodelapuertadesucasa.Ella sonrió un tanto avergonzada. Se había vestido así precisamente
paraquetodaslasmiradasdeesanocherecalaranenella,ensupersona.Quería que Zac no pudiera dejar de vigilarla, que incluso el vestido
rojoylargo,quedelineabasuscurvascomounguanteyalzabasubustodemanerasinuosa,llamarasuatenciónanivelesinconscientes.Sehabía recogidoelpelo enunmoñobajo.Dosbrillantes adornaban
susorejascoquetamente.Suslabioslucíansensualesyborgoñas,igualquesusuñas.Unasombraoscuraenmarcabasusojosgatunosdelineadosconunapotentelíneanegra.En lamano derecha cargaba con un bolso plano demanoYves Saint
Laurent,yenelcuello,enelhuecodelaclavícula,reposabaundiamanteaconjuntoconlospendientes.Peroloquemáslavestíaerasuperfume.Elperfumeexclusivoquele
regaló Zac y que provocó que Ama cerrara los ojos con disimulo,afectadoporsuaromaalinhalarlo.—Estásespectacular—ledijoAmaabriéndolelapuertadelcopilotode
suAudiTT.—Gracias—asintióOlivia—.Tútampocoestásnadamal.—Gracias.Oliviaentróenelcochedemanerarecatada.Unavezdentro,agarróel
bolsitocondosmanosylasdescansósobresusmuslos.—¿Has estado alguna vez en el hotel 1989? —le preguntó Ama al
tiempoquearrancabaeldeportivo.Olivialomiródereojo.¿Quesihabíaestado?Conocíalasuitecolonial
alaperfección.—Sí—fueloúnicoquelecontestó.Nolecontaríajamáselaffaireque
vivióconsupropiomarido.—Heoídoqueesmuyseñorial.—Loes—aseguró.—Seacomosea—Amalamiródefrenteyesperóaqueellahicieralo
mismo—.Mehaagradadoquemeinvitarasaestecóctel.—Noesnada.—Nosabíaqueerastanamantedelaliteratura.—Megusta—contestódisimuladamente.—Esoesbueno.Porsisemeolvidadecírtelo—sonriópirata—.Melo
hepasadomuybienestanoche.Sí.Eraunaduladorysabíacómoagradar.Olivia se tocó el anular, que ahora parecía desnudo sin el anillo de
casada, mientras pensaba lo mucho que le gustaría aclarar sus ideas ycomprenderseasímisma.Loúnicoquesabíaacienciacierta,eraloquemenoslegustabaenesos
instantes:quesumatrimoniosehabíaacabado.Yque,posiblemente,enesanochetodoacabaríadefinitivamenteencuantoZaclavieraconAma.Aunque,sisemolestabamucho,¿noquerríadecirqueaúnlaquería?ZacescuchabaaAnnaatentamentemientrasellaseñalabaacadaunade
las personas que entraban en el salón del hotel para explicarles quiéneseranyenquémediostrabajaban.Él intentaba memorizar cada nombre y apellido. Habían muchos
invitados al evento, y como no podía revelar su pseudónimo, sepresentabacomoZach,ysededicóaobservaryagrabarcadarostroensumente. Pero su cabeza no estaba para esos trotes. Era curioso como,rodeadodetantísimagente,sesentíatansolo.—Hanvenidorepresentantesdelpartidopolítico«Laoposición»—leexplicabaAnna—.Tulibrohaabierto laspuertas
deunposiblecambio,Zac.¿Noestásorgulloso?—Sí —contestó él con una copa de champán en la mano, bebiendo
desinteresadamente. Lo cierto era que se sentía extraño. Su libro habíaprovocadounsismonosoloenelpaís,sinoensuvidaprivada.—Mira, Zac, atiende—le dijo su editora con disimulo—. Ese gordo
calvoqueacabadeentrar,eseldueñodelaproductoraGerónimo.Ladeal
lado es sumujer, Chelo, que tienemás cuernos que un ciervo. Todo elmundo aquí sabe que es un putero…pero escupe billetes lilas. Este nosinteresa—leguiñóunojoy losaludódesdela lejanía—.Esposiblequeesté interesado en comprar los derechos audiovisuales de tu libro —explicabalamorenaentredientes,sinperderlasonrisa,conunaemociónquehastaahoraZacnuncahabíavistoenella—.¿Tedascuenta?—lomiróestavez.Zacbajólacabezaparacontemplarla.Sueditoravestíaunvestidonegrocortoquebailabasobresusrodillas.
Llevaba el pelo suelto y lacio y los labiosmuy rojos. El tacón la hacíaparecermásaltadeloqueenrealidadera.Yeramuyguapayexuberante,yZacnoeratantontocomoparanosaberqueelinterésdeellahaciaéleraalgomuchomásquemeraprofesionalidad.Legustabasumaneradeseryelarrojoqueteníaenelmundoeditorial,
llenodetiburonesypecesgordosconlosqueAnnaluchabaadiario.Suvalentíaeraadmirable.Aligualquesucompetencia.Pero había algo en Anna que no le gustaba: era capaz de pasar por
encima de quien fuera con tal de conseguir su propósito. Le faltabadulzura y compasión. Le faltaban cosas que a él le encantaban en unamujer.Cosasqueteníasu…—Mira,yestaparejaqueacabandeentrarahora…—Annafruncióel
ceño—.Estosson…¿Estosquiénes…?¿Esachica…?—laeditoraesperóaqueelrecuerdolailuminara,hastaquesequedósinpalabras—.Joder…Nomelopuedocreer.Zacdesviólamiradaalaentradadelsalóncomedor,abiertoahorapor
completo y vacío de sillas; dispersadas estratégicamente, unmontón demesasaltasconcanapésybarralibrealfondo,moteabanlaestancia.Cuando sus ojos la vieron, algo en él se activó. Puede que fuera el
dolor, laemoción, lapena…O,simplemente,quelabellezayladulzurade Liv eclipsaba a la de cualquiera e iluminaba aquella sala atestada dehombresricoymediosdecomunicaciónqueapestabanainterésydinero.Estabatanhermosaquehastadolíaverla.Yhabíaaceptadosuinvitación.—¿Esa chica no es… tu mujer? —dijo Anna bebiendo la copa de
champándegolpe.
Zacnocontestó.Sí.Erasumujer.Yacaparabatodaslasmiradasdelosasistentes.Eranormal:Livdeslumbrabasinmás,tuvieraonotuvieraesaintención.La gente que entendía sobre belleza e impactos, lo llamaban «ángel».
Sinduda,Oliviateníamuchodeeso.Esperóaqueellalevantaralacabezayloviera.Yesohizo.Sealegróal
comprobarqueelradarqueambosteníanparadetectarseyencontrarseenlugaresrepletosdepersonas,aúnfuncionaba.Comoeldíaqueseconocieron.Enunconcierto.Susojossecruzarony
sesonrieronalavez,reconociéndosealinstante,deunmodoqueparecíaquesehubieranestadobuscandodesdelaeternidad.Como en esemomento. PeroZac no esperaba queLiv viniera con el
oportunistadeAma.Dehecho,aúnteníaganasdereventarlelacaraaeseengreído,ymásaúncuandovioelmodoenqueelrubioposabasumanoenlapartebajadelaespaldadesutodavíamujer.En ese instante, Zac dejó de escuchar a Anna, el sonido ambiente, la
músicadelasala…Paracentrarsesoloenelrugidodesuamorpropio,ydelaafrentaquesufríaporqueLiviasistieraaleventoconotrohombredeacompañante.PorqueLivi,además,no llevabayasualianzadecasada,yencambio, sí relucía lapulseradeabaloriosque lehabíaobsequiadosucomercial interesado y enchufado. El mismo hombre que le habíagolpeadoensupropiacasayquehabíahechoqueélsefuera.Semoríadelarabia.¿PorquéLivseloteníaquepasarporlacara?Livloatisbócomosiemprehacía.Noimportabacuántagenteleprivara
lavisión.SisetratabadelocalizaraZac,susojosbarríanrápidolazonahastaque,atraídosporsuoscuromagnetismo,seposabanenél.Ellaparpadeósorprendidaalcaptar todasuatención.Losojosnegros
de Zac la repasaron de arriba abajo hasta traspasarla y desnudarla encuerpoyalma.Noparecíacontento.—Oye,¿quéhaceahíZac?—lepreguntóAmaaloído,acercándosemás
delacuenta—.¿Sabíasqueibaaestaraquí?—No.Noteníaniidea—mintió.—Ah...Entonces,vamosasaludarle—laanimóAma—.Yanoshavisto.
Serádivertido.Aquellonoeraunabuenaidea.Ytampocolegustó.—Compórtate,Ama.Eracuriosocómolasemocionescambiabandeundíaparaelotro.Oliviahabíapasadodeladesidia,ladecepciónyladesilusióndeverse
en unmatrimonio sin futuro, a vislumbrar a su todavíamarido y sentirdolorypérdida.¿Porqué?¿Porqué,sihabíatenidotanclarodivorciarsedeélyhabía
percibido su vida marital como una causa por la que no valía la penaluchar,ledolíatantoveraZac?¿Porquépodíasentirconunalaceranteexactitudcómosesentíaél?Zacestaba rodeadodegente,peroen realidad,parecía sentirse soloy
desubicado.Hasta que la vio. Entonces, toda esa soledad se convirtió en fuego
furiosoydespechado.YlallamaradasehizomásgrandealveraAmaconella.En un principio, le había parecido buena idea asistir al evento de su
libroconAma.EsorepatearíamuchoaZac,ylaayudaríaaredimirseporlaafrentadelengañosufridoconSair.Necesitabasentirsemejor,vengarseunpoco.QueríaqueZacvieraque
ellapodíaserfelizsinél,quenoleibanafaltaroportunidades.Peroahora,alverle,noestabaorgullosadesuidea.¿Dequiénsevengaba?¿Porquéestabatanfuriosa?¿Conquién?¿Con
él?¿Conlavida?¿Conellamisma?Cualquiercosaeramejorquesentirse tanextraviaday fuerade lugar,
asíquetomóunacopadechampánqueservíauncamareroenunabandeja,yselabebiódegolpe.—Vaya—dijoAmaasombrado—.¿Tevasaemborrachar?Ellaninegóniafirmó.Necesitabareplegarvalorparamirarlealacara
yenfrentarsealamujerqueloacompañaba.Porqueesamujer,derepente,lahacíasentirseinsegura.Eramuybellaymordía.Aunque Livi esa noche estaba deslumbrante, el saber que Zac quería
divorciarse de ella y que estaba tan en contacto con una mujer que,probablemente,habíasabidodesdeelprincipioaloquesehabíadedicado
enesosúltimos tres años,despertabaenellaun sentimiento irresolutoyvacilante.Los dos rubios se detuvieron frente a los dos morenos. Las parejas
estaban intercambiadasy equivocadasy la situación era tanviolenta queOliviameditódarsemediavueltaysalirdeahícorriendo.Noobstante,no ibaa escapar conel raboentre laspiernas.Zachabía
tenidolaosadíadeinvitarla.Yellahabíatomadoelguante.Ahíestaba.—Hola,Zac—losaludóOliviamástiesaqueunapalo.—Olivia—asintiócomouncaballeroalqueladamanoleimportabalo
másmínimo.Perosuposerígidalodelataba.Anna sonrió por encima de su copa de champán, acercándose
conscientementealcuerpodeZac.Carraspeó.Zaclaadvirtióydecidiópresentarla:—EstaesAnna.Mieditora—aclaró.Oliviaentrecerrólosojosperocuidómuchodenodemostrarsuhastío
alveraesamujerdenuevo.—¿Tueditora?—AmamiróaLivydespuésaZac—.¿Esquedeverdad
tevanaeditar tu libro?—el rubiosonriócon inquina, sabiendoqueesecomentarioestabahechoparareírsedeél—.¿Túlosabías,Liv?Ella se removió incómoda. No le gustó aquel tono desafinate e
irrisorio,porqueellanopodíadecirlequiéneraZacniqueesecóctelsehabía hecho en honor a su libro. En ese momento, le habría gustadodecirloenvozaltaycallar alpomposodeAmadorqueenocasiones sepasabadearrogante.—Hola,nonoshanpresentado—intervinoAnnamirandoaAma—.Sí.
Soysuamigaysueditora.Amalaobservóadmirandosubellezamorena.—Hola,yosoyAma.—¿Ama?¿CómoeldeLaqueseavecina?Esperoquenovengasadar
salami por aquí, ya ves que este es un sitio con clase y no queremos agarrulos.Olivia sonrió disimuladamente. Le había hecho gracia, Ama se lo
merecíaporquerersertanbeligeranteconZac.
Unticaparecióenellabiodelrubio,ydespuéssonrió.—Nodebestenermuybuenojo—intentóbromearAma.—¿Aquéterefieres?—quisosaberAnna.—VasaeditarleunlibroaZacarías.Zacsemantuvoalmargenenesaconversación.Noqueríasabernadade
Ama y para él era mejor ignorarlo. Olivia lo comprendía y no podíaculparleporello.—Oh,siesporeso,entoncestengounavistadelince.Amasesorprendióantelarespuesta.—Zac tiene un talento inaudito y estoy convencida de que su libro,
cuandosalga,seráunéxito—AnnasonrióaZacconseguridadeidolatría.Olivia se hacía cruces de todo. Estabanmintiendo los tres. Fingiendo
que Zac no era el autor del éxito literario más sonado de los últimostiempos.Nadiedebíasaberlo,Amaniseloolía.Liv cada vez eramás consciente de la importancia de la figura de su
marido dentro delmundo de la literatura. Pero él no podía dar la cara,porquehabíapreferido laseguridadpropiaydesu familia,alestrellato.Sulibrodesenmascarabaalosdemonios,yélnoibaavendersualmanisupielporellos.—Puesfelicidades,Zac—dijoAma—.Lostresañossindarunpaloal
aguaydedicándotea fantaseary soloa escribir,pareceque tehandadoresultado — sus dientes blancos destellaron con malicia—. Tienes queestar cachondo con todo esto, ¿eh?—miró alrededor—. Seguro que teimaginasquetu librovayaa tenerelmismoéxitoqueeste tío…KassZ.Sair. Joder—riódesupropiochiste—.Lahasengañadobien.Losientoporti,Anna—sentenciórefiriéndoseasueditora.—Ama,yaestábien—locensuróOliviaasombrada.¿Eraimbéciloqué
lepasaba?Lasituacióneramuy incómodacomoparaecharlemás leñaal fuego.
AmaqueríaaprovecharlaparahumillaraZacantesueditora.Loquenosabía su acompañante era que, en realidad, era él quien se ponía enevidencia—.Losientomucho—seexcusómirandoaZac.Peroesteseguíaensilencio,paciente,guapoyelegante.Noteníannadaqueverelunoconelotro.AlladodeZac,Amaseestaba
comportandocomounmezquinochuloyprepotentesineducación.
—¿Sabesquépasa,Ama?—Annaeleganteymuydesafiantelofulminócon sus ojos oscurecidos—. Que hay personas que en tres años seríanincapacesdeponerseaescribirnada,porquenotienennadaquecontar.Suvidaesasídetriste.Paramí—sellevóunamanoairadaalpecho—,tienemuchomásméritoserconstanteenalgoquemotiveyestimulelacabezademiles ymiles de personas, que ganarse la vida… ¿cómo?Ah, sí—chasqueó con la lengua—. ¿Vendiendo caramelos placebo? ¿A eso tededicas,Olivia?—Nosoncaramelosplacebo—intervinoOliviaofendida—.Siguenuna
fórmulaquímicaquefunciona.Novendemoshumo,señora.—Señorita—aclaróAnnaconfalsedad.Seencogiódehombros.Nole
importaba su respuesta, solo dar una lección a Ama e indirectamentesalpicaraLiv—.Comosea,guapa.EllibrodeZacesbueno.Y,ahora,sinosdisculpas,tengoquepresentaramifuturoautoragentequesívalgalapena —Anna tomó del brazo a su escritor y los apartó de ellos—.Encantada de saludarte, Olivia. Por cierto—añadió cuando ya la habíapasadodelargo—,tequedamuybienelmaquillajeenlacara.Ella rechinó los dientes y dejó que Zac y su arrogante editora se
apartarandesulado.LociertoeraquepreferíaqueZacestuvieraalejadode Ama, porque aquella era su noche, y no se merecía que su pedantecarabinaleatacarapornada.SialguienteníaquedecirlealgoaZacseríaella.Nadiemás.Yentodo
caso,aquellanoeralamejorocasión.—Estosdosseacuestan—soltóAmapegándoseaLiv.Ella lomiró por encima del hombro y deseó darle un puñetazo, por
cómo se estaba comportando.Aunque su puntilla plantó la semilla de ladudaensuinterior.¿Annaerasolosueditoraoquerríaseralgomás?¿Ysiyaloeran?Laideanolegustabanada.—¿Aquéhavenidoeso,Ama?—loencaródegolpe.—¿Elqué?—fingiónosaberdeloquelehablaba.—Notienesquecomportartecomouncapullo,¿sabes?—Ah,vengaya…—nisiquieraparecíaarrepentido—.Liv,esetíonote
ha valorado en los años que ha estado encerrado en la buhardillaescribiendolamierdaqueseaquehayaescrito.
—Nohables con tan poco respeto—le pidió—.Ha sido su trabajo y,por lo visto, no lo ha hecho nadamal para que Laureus le publique ellibro.Almargendecómosehayaportadoconmigo,Zachasidosiempreunexcelenteperiodistayparecequetambiénesbuenescritor.—ZacnuncaseráunKassZ.Sair…Nohablesdeélcomosi lofuera.
Esosolopasaunavezen lavida,paraunelegido.YZacesunfantasmacon pretensiones de best seller. Un fantasma que no vio la maravillosamujer que tenía delante —dijo en voz baja, acercándose a ella—. Sinembargo,notodossomoscomoél.Yosíteveo,Liv.Olivia tragó salivaymarcódistancia conAma,que se jactóalver su
nerviosismo.—No te preocupes, rubia.No voy a comerte.Almenos, aquí no—le
guiñóunojo—.Demasiadagente.—Cortaelrollo,gigoló.—Porcierto,mipulseratequedademaravilla—asintiósatisfecho.Livcallóy la frotó insegura.Noeraadecuado llevar lapulsera.Se la
habíapuestoparaprovocaraZac,noparaagradaraAma.Dios. Necesitaba desaparecer aunque fuera un momento. Tenía que
aclarar sus ideas y descubrir cuál era el verdadero motivo de que ellaestuvieraahíesanoche.¿Quéintenciónhabía tenidoZacal invitarla?¿Yconquéintenciónveníaellaalaceptarlainvitación?¿Era solo una batalla para demostrar que el uno estaba mejor sin el
otro?¿Eraeso?¿Alardeardeltrofeoqueteníanallado?Quéridículotodo…—Discúlpameunmomento,Ama—adujodisimulando—.Necesitoiral
tocador.—Claro—contestó él mirándola penetrantemente—. Te esperaré con
unacopadechampán.PeroLivdesaparecióentrelamultitudyseperdióporlasala,porquelo
últimoquequeríaeraversupropioreflejoenelespejo.Noeraesalamujerquequeríaser.Noeravengativa,nisoberbia,ni…
Sacabaunclavoconotro.Noqueríadaresaimagen.
Capítulo7
Desde uno de los balcones del hotel, Olivia permitía que la brisarefrescara su acalorado rostro. Lo alzaba al cielo, con ojos cerrados,sosteniendosuavementeunacopadecavaen lamano,apoyadademodoabandonadosobrelabalaustradadepiedra.SinAmas,niAnnas...Soloellaylasoledad.Demasiadatensión,muchos
nervios.Yapesardetodo,veraZacenaquelámbitolahacíasentirseorgullosa
deél.PorqueeraZac.Ylohabíaconseguido.Sulibroeraexcelente,nohabíamás.Perodetrásdesuesfuerzo,detrás
de cada palabra, se le debía reconocer el titánico valor mostrado paradedicarse a él con tanto ahíncoy dedicacióny hablar de unaverdad tanincómoda que había puesto en riesgo su vida. Por eso era tan buenperiodista. Porque primaba la información para todos antes que subienestar.Aunqueesolehubiesehechodañoaellacolateralmente.Noobstante,unaobracomoaquelladebíaestarporencimadetodo.Los
grandeslogrosconllevabangrandessacrificios.Ahoraloentendía.Tanta gente importante en el coctel, tantos políticos, periodistas...
Todos,sinexcepción,queríanestarahí,apesardedesconoceralautordellibro,porquequeríanformarpartedelalabordeaquelhéroe:sumarido.Peronadie,soloél,Zac,eraresponsabledesuéxito.Ahora,quenadieseposicionaraasuladonisacarapechodiciendoque
siempre lo apoyó, porque no era cierto. Ella, por ejemplo, no lo haría,porque la verdad fuequeno supo confiar en él ni apoyarle.Por esonocreíamerecerunafotoasuladonisacarpechodenada.Zaclohizotodosolodesdeelretirodesubuhardilla.Loconsiguiósinella,ynoporquelaapartara, que lo hizo, sino porque ella tampoco supo insistir einvolucrarse.Livsetocóeldedodesnudo,sinsualianza,yseviomásdesprotegida
quenunca.
¿Quéestabahaciendoconsuvida?¿Quéquería?Deslizó lamiradahaciaabajo,donde loscoches ibanyveníanenLas
Ramblas.A esas horas todos regresaban a casa. Se sintió celosa de esaspersonasquesívolvíanasuhogar,dondeelcalordesusseresqueridoslesreconfortaríadespuésdeunarduodíadetrabajo.Otalvezno,talvezno tendrían una buena situación en casa, pero al menos, sabían dondeteníanqueiryaquélugarpertenecían.—Sonhipnóticos,¿verdad?Livsediolavueltadegolpe,paraencontrasedefrenteconZac.PorDios.Estabatanguapoquedolíaverlo.Consupelopeinadohacia
atrásquemarcabatanbiensusfacciones.Yalmismotiempo,habíaalgoensusojosnegrosquelaponíanensobreaviso.—Sí—contestóella.—Megustaverlosdesdecasa—explicóZaccaminandotranquilamente
hastacolocarseasulado,casicodoconcodo.Ella, nerviosa, se apartó ligeramente. Nunca, desde que le conocía,
habíaexperimentadotalsentimientodeinseguridadcomoenesemomentosentía.—¿Desde casa?—dijo ella—. Pero si desde ahí no se ven. Solo ves
montañaylasvistasdeBarcelona...Zacdesviósusojoshastalossuyosyparpadeóconserenidad.—DesdemiáticodelaDiagonal—aclaró—.Micasa.—Ah —primer planchazo—. Claro —dejó caer la cabeza e intentó
verse lapuntade lospiesquequedabanocultosbajo la faldadelvestidorojo.Sucasayanoeraladeella.Loacababadedejarclaro.Seaclarólagargantaehizodetripascorazón—.¿PorquénoestásdentroconAnna?—quisosaber—.Seguroquetienequepresentarteamuchísimagente...—Nome importan—sentencióZac—.Nadieaquísabeni sabrá jamás
quiénsoy.Mevencomoaunautormásdelaeditorial.Notengonadaquedecirles.Nibuscoreconocimientoni—sediolavueltaparaapoyarseenlabarandadepiedra,dandolaespaldaaloscoches—esperoampliarmiagendadecontactos.—¿Y no te molesta?—señaló echando un vistazo a la gente que no
dejabadeentrar—.HablandeSairynohablandeti.Zacdesviólamiradadesoslayoysonriósinsentirlo.
—En realidad, su nombre es Kass. Aunque entiendo que te hayasquedado solo con el apellido. Sair llamamás la atención, porque es unmisterio.Tienemayordondegentesqueyo,¿noestásdeacuerdo?Sí,yalocreoquesí.Aellalechirriaronlosdientesalrecibiraquelchuzo.—Yo soy solo un periodista —continuó— que durante tres años se
encerróenunabuhardilladesucasaparacontarunahistoriadeengaños,chantajes, traición y corrupción que el mundo debía conocer. Solo soyeso. Sair esmuchomás... Es todo lo que la gente quiere que sea—dijomelancólico—.Laimaginaciónnotienelímites,yestácomprobadoqueelserhumanoprefieresusfantasíasasurealidad.Esolodecíaporella.PorquehabíaelegidoaSair,unafantasíaentoda
regla. En la sala, comomúsica ambiente, sonaba una canción de LennyKravitz,Believe inme.Estaba convencidadeque lamúsicadel cóctel lahabíaelegidoél.PorqueaZacleencantabaLenny.—Creoquelarealidadesloquetúquieresquesea—explicóOlivia defendiéndose de su acusación—.Podrías cuidarla y
tratarlabieny...—Liv—Zaclacortódegolpe—.¿Quieresbailar?Ellamiróalrededor.
Estabansolosenelbalcón.La fiesta funcionaba por inercia. Las personas creaban corrillos
alrededordelasmesasyhablabandeloquesesuponíaqueintuíanyquesolo el libro había destapado y gritado a los cuatro vientos. Pero nadiebailaba.—¿Aquí?—Vamos, que no te dé vergüenza ahora —le pidió Zac—. Tú y yo
siempre fuimos capaces de hacer lo que nos rotara sin pedir permiso anadie—medio sonríoy susdientesblancos asomaronentre susgruesoslabios—. Si alguien nos mira, solo verá a una pareja en un balcón,bailandopegados.Nadiesabenada.Nollamaremoslaatención.Ella tragó saliva cuando Zac le ofreció la mano con la palma boca
arriba.—¿Mevasadecirqueno?¿TienesmiedodequeAmateveaconmigo?
—preguntóconveneno.—NomeimportaloqueAmaveaodejedever—contestófinalmente.
—¿Entonces?¿Nomevasadaresegusto?Livexhalóconcansancioyaceptólamanoqueleofrecía.Enelpunto
en el que se unieron, una sensación ardiente recorrió sus dedos. Fuegocargadodeelectricidad.Él la acercó a su cuerpo y encajaron a la perfección, como siempre
habíanhecho.—Llevaselperfume—dijoélinhalandocuidadosamenteyposandosu
mejillasuavementesobreunladodesucabezarubia.Olivia no sabía por qué se estaba acongojando, pero el nudo en la
gargantalaestrangulabasinmisericordia.—Sí—dijoella.—Meencantacómohueleenti...—¿Zac?¿Quéquieres?—preguntóinquieta.—No quiero que nos peleemos, pero solo quiero que me escuches,
Olivia.Esmiúltimaoportunidaddedartelasexplicacionesquenecesitas.—Zac...—TúpreferisteaSairenvezdeamí...—¿Tenemosquehablardeestoaquíyahora?¿Entudía?—Noesmidía.EseldíadeSair.Noelmío—recalcóserio.Susojosde
ónix brillaban febriles y decepcionados—. Supongo que era más fácilhablarconmigocuandomehacíapasarporSair,¿verdad?—Meengañasteigual.Losdossoisunapatraña—LivintentóapartarseperoZaclaretuvoentresusbrazos.—Por favor, Liv. Sé que tienes mucho que reprocharme, pero yo
también. Y no encuentro mejor momento de hablar de ello que aquí yahora,conlaúnicapersonaapartedemieditora,quesabequiensoyenrealidad.Megustaríaqueantesdequesigamosadelanteconeldivorcio,meescucharas.—Malditasea,Zac...—Porfavor,nomontemosunaescenaaquí.Liv sequedóquieta, aunque su expresión corporal reflejaba tensióny
disgusto.—Estábien.Teescucho.—Sé cuanto te has quejado a todo el mundo de mi abandono para
contigo.Séquehassidoinfelizydesgraciadayquetuvidajuntoamíhasidounatortura.—Esonoesloque...—Nomeinterrumpas,porfavor.Séqueahorasolorecordaráslomalo,
porqueestásenfadadaydecepcionada.Peromeparecequedebessermásobjetivaydartecuentadealgunascosas.Yrecordar...—¿Quétengoquerecordar?—TodoLiv.Desde el principio.O no serás justa con lo nuestro—la
acercómásasucuerpoyapoyóligeramentelabarbillasobresucabeza—.Estuveunañoencasaaportandotodoloquepodíaymásconmisahorros.Ese primer año a ti no te pareció duro. Te encantaba que saliéramos acenarlosfinesdesemana,ytehacíagraciaqueyotepreparaselacomidaolacena,pormuymalaqueestafuera.Entonces,tedabaigualqueyonote contara qué escribía. Te parecía romántica mi idea de ponerme adesarrollarunanovela:medecíasqueerasexyymuyintelectual—sonriócontristeza—.Ysiempre,siempre...Medecíasqueestabasconvencidadequeibaateneréxitoporqueyo,parati,eraelmejor.¿Recuerdaseso?—Livsemantuvocallada,aunqueasintiólevemente—.Perotodocambióencuantomequedésindineroydejédehacerteregalos.—Esonoescierto.—Yalocreoquesí—explicóZacconrotundidad—.Túteníasquetraer
dinero a casa, te cargaste toda la responsabilidad y cuando llegabas,siempremeveíashaciendolomismo.Escribir.Ynolosoportabas,porquesegún tú, no hacía otra maldita cosa, Liv. Y era cierto. Me dediqué atrabajar en casa y a no salir, porque este proyecto me absorbió. Yentonces,tedejédeparecerinteresanteysexy,conmisdonnetesymisofá—lamentóconsinceridad—ymeconvertisteenungandulquesoñaba
imposibles.Y todo loqueantes teparecíagraciosoyadorableenmí, loempezasteaodiar.—Zac...Nohasidofácil...—AntestegustabaquesacaraaCaballoymefueraacorrerconél,pero
llegóunpuntoenqueteempezóaparecermalquemancháramoslacasadebarro,oquenuestroperrosesubieraalossofásconlaspezuñassuciasdela
Carretera de les aigües. Incluso te parecía mal que el perro corriese
porque te daba miedo que le diera un golpe de calor. Así que dejé desacarlo para no tener que discutirnos y oírte decir que estabas harta delimpiarloqueensuciábamos.Después,mepedistequedejaradehacertelacomida porque cuando no estaba la pasta dura, la salsa tenía demasiadasal,olastostadasdeldesayunosequemaban.Nadaestababienparati.Asíque también dejé de hacer eso. Y, por supuesto, dejé de madrugar ylevantarmeantesquetúparahacerteeldesayuno,porquenovalorabasesegesto. Tú... Yamemirabasmal. Y lo intenté, Olivia. Te juro que yo lointentaba,peronadaerabuenoosuficiente...—Noesasí—dijoconfundida.—Recuerdas... ¿Recuerdas aquel día que llegaste de trabajar y me
encontrastedesnudo en la cocinay solo con el delantal, preparandounacremadeverduras?¿Recuerdasloquemedijiste?Livcerrólosojosconsternada,comoenunaregresiónforzosaalaque
lavozdeZaclainducía.Sí lo recordaba. Era el día de su cumpleaños. El primero del que se
olvidó.Llegóde trabajarconunamigraña increíble,yhabía tenidoundíade
mierda porque las máquinas de elaboración de caramelos se habíanaveriado.Loúnicoquequeríaerallegaracasaydescansar.Y,ensulugar,seencontrólacocinahechaundesastre,conunmontóndecazossucios,yen medio del islote, a Zac, con su ridículo delantal de Betty Boo quecubríasudesnudezyunasonrisadedisculpaenloslabios.—Tedije—recordóZac sindejardemecerla al sonde la canción—:
«Losiento,nena.Estoyvolviendoahacerlacremaporquelaprimerasemehaquemado—seencogiódehombros—.Nosécómohapasado.Estoysiguiendola
recetadetumadre—lemostrólalibretallenadelamparonesdeaceite—,perocreoqueelratoquedebedeestarcalentándosedebedesermenos...».Peroparatiaquellafuelagotaquecolmóelvaso.Entonces,túmemirastecon esa cara que pones cuando detestas algo y me dijiste: «Hazme unfavor,ynohagasunaputacosamás.Yquítateesedelantal,porqueestásridículoconél».Liv lamentó haber dicho eso. Aquella misma noche quiso pedirle
disculpas.Zaclohabíarecogidotodoperosehabíaidoalabuhardillaatrabajar, yLivno encontróni las ganasni el valor comopara subir las
escalerasymolestarle.—Teolvidastedemicumpleaños—lerecriminó.—¿Meolvidé,Olivia?—repitió incrédulo—.Nomeolvidé—aseguró
—. Tú jodiste mi regalo. Aquella era mi sorpresa para tu día. Habíaquemadolacremaporquemehabíaentretenidoconelpastel.—¿Quépastel?—Unodeesoscursisconfonduequetegustan...—¿Quédices?—Había hecho un pastel para ti, y estaba guardado en la nevera. No
teníaunduroparacomprartenada.Yantesmuertoquepedirtedineroparaesas cosas. Pensé: «Zac, hazle la jodida comida como a ella le gusta, ydespuésdecomerelpastelquetúmismovasahacer,tambiéntelacomesaella».Perotuactitudmeavergonzóypenséquenoqueríahacermaselridículo por ese día. Aquella noche hubiera querido hacerte el amor ydecirte lo importante que eras paramí, pero sabía queme ibas a bufarnadamásverme.Tiréelputopastel,quetantomecostóhacer,alabasura,ehicelomismoconlasilusionesqueteníadedarteunasorpresa.Olivia se mordió el labio inferior, apesadumbrada al reconocer su
equivocaciónymalhumorenesemomento.—Apartirdeeseinstanteintenténomolestartedemasiadoyagilizarlos
plazos de mi manuscrito. Me limitaba a escribir, a encerrarme en labuhardilla,atrabajar...Mecostabasalirasaludarteyveresacarade«tengo unmarido fracasado yme tengo que joder»... Pero aún así te
echabademenos—asumiómásafectadodeloquecreíaqueestaba—.Yquería verte, y quería acercarme a ti... Y tocarte, besarte, demostrartecuánto te necesitaba y te quería... Quería tranquilizarte, Olivia ytransmitirteloqueestabahaciendosinpoderdesvelarnada.Perotúnomedejabas.Noséenquémomentodecidistequeeraun fracasadoyquenovalíalapenalucharpormíyporlonuestro—lamentó—.Peroestáclaroqueenalgúnmomentopensasteeso,yyanoloreconsideraste,yanodistevuelta atrás—semantuvo en silenciounos segundos, valorando todo loqueestabadiciéndole—.Yo...Loúnicoque recibíade ti erandesplantes,malas caras,malas contestaciones...Tedabamiedoque aquella fueramividaparasiempre.—Estuveahíparati—sedefendióella.
—No,Olivia—dijorotundamente—.Yononecesitabaquemehicierasla comida ni que tú te hicieras cargo de toda la casa.Y que conste queestabayteestaréeternamenteagradecidoporhabermepermitidoescribirestelibroaexpensasdetuesfuerzoytutrabajo...Porque,síestuvisteparamí en ese sentido—aclaró—.Yyo creí que confiabas enmí y quemeapoyabas, que no necesitaba decirte que vendería los derechos del libropor una millonada para tenerte satisfecha y contenta. Iluso de mí —aseguró afectado—, creí que... Creías en mí a ciegas. Pero estabaequivocado,yfuemierrornodarmecuentadequehabíasperdidolafeenmí, y junto con la fe, también se apagaba el amor. Te di por sentada,porquepenséqueelamorquesentíapor tieracorrespondido, inclusoapesardequeduranteuntiempotútuvierasquetrabajarytraereldineroacasa. No creí que le darías tanta importancia a eso, porque yo no se ladaríasi fueseal revés.Amímehacías faltacomoamigaycomomujer.Nocomobanquera.Ysiyotefallé,tútambiénmefallaste.Sihubierasidoal revés,Olivia—aseguró con voz quebrada—, yo te habría apoyado aciegas,ymehubieradado igualsi trabajabasonoencincoodiezaños,porque estarías involucrada en tu proyecto. Yo, sí habría creído en ti...Pero supongo que todo cambia mucho cuando es el hombre el quenecesitaelapoyoeconómicodelamujer,¿no?AOliviaselecaíanlaslágrimasdevergüenza,depesaryderevelación,
porqueaunqueledolierahorrores,Zacteníarazón.Lopeoreraqueteníarazóndeverdad.Seestabadandocuentadequeno
todoeracomoelladecíaocomoellacreía.Talvez,susprejuiciosalteneral hombre en casa creyendo que no hacía nada, y ella trabajando paramantenerlo,hicieronqueseagriarayquedejaradevaloraroconsiderarlosesfuerzosdeZacparaayudarla.—Mesentíatanabandonada,Zac...—murmurórotacontrasuhombro.—Yono te abandoné.Estaba en casa, contigo.Conmimujer.Conmi
perro. Siempre estuve ahí. No hacía nada más, excepto estar ahí paraescribir.Porquenisiquierasalíaconmiscompañerosperiodistasporqueme daba reparo que pensaras queme iba de fiesta mientras tú llegabascansadadeltrabajo.Perotúnomeveíasya.Yahabíasdecididoloqueera.Hubounmomentoenelquetucomportamientomehizosentirqueaquellano erami casa, que no tenía derecho a estar ahí sin aportar nada...Quetodoeratuyoyyoahísoloestorbaba.
—Dios—susurróOliviasorbiendoporlanariz.—Ahora no tienes que sentirte mal, Olivia—le pidió Zac—. Estabas
enfadada porque sentías que yo no era el hombre de quien te habíasenamorado.Y ese era tumodo de echármelo en cara. Y lo comprendo.Creo que abusé, que confié en que nada iba a cambiar mientras yo tequisieraytelodemostrase.Perodejédedemostrártelo,porqueturabiaytudecepciónmevenció.Ahora, lascosassondiferentes—Zacseapartódeella,retirandolamiradadelrostrodeOlivia,porquenoleapetecíaverlo afectada que estaba por esa conversación—. Si pudiera volver alpasado,nosésiharíalascosascomolashice.Seguramentesí,volveríaahacerlas.Porqueyointentéserlomásfrancoysensatoquepude,teniendoen cuenta lo delicado demimanuscrito y el absoluto secreto en el quedebíadetrabajar.Peronuncadejédequererte.Ynuncaexistióotramujer.—¿Eso quiere decir que también volverías a engañarme?—dijo Liv
limpiándoselaslágrimasdeunmanotazoabatido—.¿Eh,Zac?¿Volveríasajugara lasmáscarasconmigo?¿Lovolveríasahacer todoigual?Paramítampocohubootrohombre.Erastú.—Quiseregalarteatuhombredenovela.—No.Metendisteunatrampa.—Noesningunatrampa—lerecordóélofendido—.Túmeengañaste
conSair,yyoteengañéconelmismojuego.¿Ysabesquéeslopeordetodo?—Zacmiróalrededorydespuésdiounpasohastasutodavíamujer,abarcandosuespaciopersonalparadecirleenvozbaja—.QueesaOliviaque se entregó a Sair era la que yo quería paramí y túme negaste—espetóconrabia—.YeseSairquesegúntúeratandiferentedemí,fueelquetevolvióaenamorar.Yerayo.Olivia osciló las pestañas hasta clavar su mirada clara en los ojos
negrosydiabólicosdesutodavíamarido.—¿Teestásdivirtiendo,Zac?—leespetóelladolidaporelmodoenque
leestabapasandolavictoriaporlacara—.¿Nocreesqueyatehasreídosuficientedemí?—¿Acaso ves que me esté riendo? —replicó él arisco. Un músculo
palpitabaensubarbillaporlatensión—.¿Notedascuenta?EnvidioaSairporquealmenosélmantuvotuatenciónhastaelúltimomomento.—Paraya,Zac...
—Demíteaburriste.Ylomástristedetodoesque...—sepasólalenguaporloslabiosresecos.—Yaestábien...—lesuplicó.—Es que sería capaz de hacerme pasar por él de nuevo..., Solo para
volveradisfrutardetisintenerqueverelascoquemeprofesas.Yaves—seencogiódehombros—.Soyasídepatético.—Tú no me das asco —dijo Olivia afectada por esas palabras tan
fuertes.Diounpasohaciaélyalargólamanoparatomarlodelantebrazo—.Zac,yo...—Oh,¡aquíestás!—exclamóAnna,interrumpiéndolosviolentamente.No lo podía disimular.Anna estaba disgustada al verlos juntos y con
tantaintimidadenelbalcón.Se detuvo en el rostro surcado en lágrimas de Olivia y después se
centróenlosojosvidriososyheridosdeZac.—Zacari —fingió una sonrisa de inadvertencia ante tanta tensión—.
Esta es tu fiesta —le recordó entre dientes— y no veo que la estésdisfrutando.Ven conmigo, te invito a una copa y así desconectas de tustemaslegales.¿Temas legales? Esa perra sabía que Zac quería divorciarse de ella...
Ergo,Zaclehabíahabladodeella.Olivialafulminóconlosojosyesperóasacarselapuñaladadelcentro
delpecho.Sesentíatraicionada.PorsupuestoqueZacestabadisfrutando.Lehabíadadouna lección.Acababade recordarlequeunmatrimonio
nosehundesielotronoquiere.Yqueellahabíatenidolamismaculpaomásensuinfelicidad.LedabarabiareconocerseenlosrecuerdosdeZac,y ahora se sentía corrida de vergüenza ymezquina por haber tirado latoalla con tanta rapidez, y sobre todo por no haberlo apoyado como semerecía.Habíasidounamachistainconsciente.Yhabíapreferidojuzgarloy etiquetarlo como gandul, antes que luchar por él, esforzarse y dar lacara.Por supuesto que Zac también podría haber hecho las cosas de otra
manera,peroyaeralodemenos.Porqueabochornadacomoestaba,solosentíalalosadelaculpabilidadsobresuespalda.Pero Anna, esa maldita mujer, no tenía ni idea de cómo era su
matrimonio,yno ledaba laganade tenerlahusmeandoalrededorcomounavecarroñera,nidequeopinaratanalaligera.—Disculpa—la detuvo Olivia de repente—. Estaba hablando con mi
marido—soltósacandolasuñas—.¿Adóndetelollevas?—Noteenfades,guapa—dijoellaguiñándoleunojo—.Peroestonoes
una velada romántica. Es trabajo. Tú ya lo has tenido durante muchotiempo.Ahoradejaqueotraslodisfrutemosylelabremoselcaminoqueélnecesita.Eslomejor.Oliviaabriólabocaanonadada.¡Será zorra!Zac ledirigióunúltimovistazopor encimadelhombro,
peronoseliberódelamanodeAnnaypermitióqueellaselollevaradesulado.Livfijósusojosensusmanosentrelazadas,ypercibiócomoelcentro
desupechoseencogíayseagrietabaporlamitad.Aquelloledolía.Las garras de los celos se clavaban en su carne hasta atravesarle el
alma.Aquellanocheleestabandandounabofetadatrasotrayladespertaban
delletargoydelengañodelapresuntainocenciaqueellacreíaposeerenelfindesumatrimonio.No.Noerainocente.Ningunodelosdosloeran.Derrotada, Olivia tomó la copa que había dejado reposando sobre el
murodepiedray sebebió el culoquequedaba echando la cabezahaciaatrásconungolpeseco.Necesitabalargarsedeahícuantoantes.
Capítulo8
Sedirigióalasalidadelhoteldeprisaycorriendo.DurantelaaventuraconSairnuncasintióarrepentimientoniculpacomolaquesentíaenesosmomentos.Alguienladetuvoporelbrazoprovocandoquecesaraensuhuida.—¿Olivia?—eraAma—.¿Dóndehasestado?Teestababuscando.—Porahí—contestósinmirarle.—¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? —preguntó Ama con el gesto muy
preocupado.—S-sí.—Parecequehayasvistoaunfantasma.Bueno,enciertomodo,asíera.Eran los fantasmas de su pasado, que venían a atormentarla para
mostrarle los pecados que ella había cometido y que su mente omitíainteligentementeparalibrarsedelaculpadesuscensurablesactos.Noeraunasanta,niunángel.Zactampoco.¿Quién lo era? Pero ya no lo podía omitir, porque Zac le había
recordadocómoerasuotracarayahorateníaquelidiarconello.—Necesitoirmedeaquí—murmuróangustiada.Ama pareció leerle la mente y comprender que había tenido un
encontronazoconsufuturoexmarido.—¿TehadichoalgoZac?—No…Bueno…El rubio tensó lamandíbula y se dio la vuelta para buscarlo entre la
multitud.—Le voy a partir la cara. Ese tío solo hace que convertirte en una
infeliz.—No.Nohasidoasí…—Nohacefaltaqueloniegues.Loveoentusojos
—aseguróapasionado—.Nadiedeberíahacertesentirasí.—Ama —lo reprendió ella—. Deja de comportarte como mi
guardaespaldas.Sédefendermesolitaynonecesitoquenadiesepeguepormí.Élgruñóconfrustraciónydejóvolcarensusojostodasuira.—Noteentiendo.—Notienesqueentendernada.—¿Por qué sigues defendiéndolo? Es un desgraciado. Un infeliz con
ínfulasdegrandezaqueteutilizó.¿No te das cuenta? A él le gustaría formar parte de algo así, Liv.
QuerríaescribiralgotanbuenocomoestedelReinadodeJudas…—SellamaElsoberanismodeJudas—locorrigióLiv.—Comosea.Legustaríaforrarsecomoestehombreytenerelmundoa
sus pies. Pero no puede. Porque es un pobre desgraciado al quemantuviste.Almenos,ahoratieneaotraquelepaguelasfacturas.—Ama,teestáspasando.—¿Por qué?—preguntó sorprendido—. ¿Es que crees que Zac no se
follaasueditora?—Dejadehablarasí—dijoafectadaporsupugnacidad.—Pero,¿porquélodefiendes?Además,noséporquéteimporta.Vasa
divorciarte de él —arqueó una ceja rubia que lo hizo parecer muyatractivo,perotambién,muyprepotente..—Nolodefiendo.Essoloquenomegustaqueseleacuseinjustamente.
Ysíhemoshablado,paratuinformación,peronodenadadeloque...—¿Dequé?—Denuestrascosas,Ama.—¿Quécosas?—insistióimpetuoso.Olivia arrugó el ceño y esta vez, ese color claro de sus ojos se
oscurecióconbeligerancia.Ama se estaba comportando como lo que no era. Y ella no iba a
permitirmalos entendidos respecto a su relación.Nadie tenía derecho ahablarleasíymuchomenosdecreersesudueño.—Bastaya,porDios—lodijodeunmodoquereflejólonerviosaque
laestabaponiendoylopococomprensivaqueseríasivolvíaaescucharuninsultohaciaZac—.Élestodavíamimaridoynovoyapermitirquenitúninadiese
metaconél,oleinsulte.Esosololopuedohaceryo,¿entendido?Túyalepegaste cuando no tenías que haberlo hecho, ¿recuerdas? Ya te haspropasadoigualqueloestáshaciendoahora.—Volvería a pegarle si tuviera la oportunidad. No me arrepiento—
aseguróserio.—Puesestuvomuymal.Igualqueestámalquecreasquetienesderecho
para hablarme de él así, o que te erijas comomi defensor o adoptes elpapel de un novio celoso y protector. Porque no lo eres—aclaró confirmeza, recogiéndose el bajo del vestido—. Eres solo mi amigo. ¿Tequedaclaro?Y,siquieresseguirsiéndolo,dejadecomportarteasí.Amano supocómo reaccionaraaquel rapapolvo.Abrió labocapara
deciralgo,hastaqueloreconsideróylacerródegolpe.Despuésinspiróparaencajarmejorelgolpeyacabóañadiendo:—Soytuamigoyquierolomejorparati.Yél—negóconlacabeza—,
noeslomejorparati.Notienenadaqueofrecerte.Notieneingresos,notiene trabajo ni futuro, ni ambiciones… Se cree escritor y nunca podrávivir de eso. Porque personajes como el Sair este salen uno cada pocotiempo…Míralo, Liv—Ama ubicó a Zac al lado deAnna, escuchandohablaraunseñormayorquedialogabaconellos—.Míralo.¿Esquenoloves?Quierehacerseun sitio,quiereque lo tenganencuenta,peroesundon nadie que ha conseguido que le publiquen un libro del que nadiehablarájamás,soloporquesehametidoentrelaspiernasdeesamorena.Ytú,siguesaquí…EscucharoírhablaraAmasobreZacdeaquelmodotandespectivole
removiólasentrañashastaoprimirlelospulmones.Eraasquerosooírhablaraalguiendeotrapersonadeesamanerasolo
porque uno tenía dinero y trabajo y el otro no. Denotaba una altainclinaciónhacialosprejuiciossocialesyalclasismo.¿QuésabíaAmade loqueellanecesitaba?¿Quésabíanadiedecómo
habíasidosurelaciónconZac?Solo Tere y Fina conocían sus pormenores, y puede que demasiado
agrandadosdebidoalaimpotenciaylarabiaqueellasintióporelcambiodesumarido.
Lascosasnoeranblancasonegras,niclarasyoscuras.Habían tonosmediosentrelosqueseperdíanmuchosdetalles.PuedequeAma,alverlaactituddesusúltimosmeses,creyeraqueera
unaauténticadesgraciadadelavidayquevivirjuntoaZaceralopeor.Peronohabíasidoasí.Oliviasesentíafatalporhaberincentivadotodas
aquellas opiniones negativas hacia Zac y haber puesto al mundo en sucontra.Endefinitiva,habíasidounamujerheridaydespechada.Soloeso.Yen
sunecesidaddedesahogarse,colocóaZacenunaposiciónendesventaja.Lohabíahechomal.Muy
mal.Él no había podido protegerse jamás de esos ataques, porque los
desconocía.Encerradoensuoficina,inmersocomoestabaensuaventuraliteraria, conocía parte de su desencanto, pero no sabía lo que ella ibadiciendoasusallegados.Oliviasolohabíaqueridotenerloasuladoyrecibirsuamor,queríaal
Zacdelprincipio.AlZacdelqueseenamoróperdidamente.Lomaterial,que tuviera trabajo o no, no le importaba. Tal vez, ella también se dejóllevarporlasreglasdelasociabilidad,lasmásmachistasyretrógradas,yaquellohubieraechadomássalypimientaensusheridasemocionales.Noobstante, la única verdad era que no estaba enfadada con él por suinterminableexcedencia…NoanhelabaalZacdeldinero,anhelabaalZacquelacuidabaylaamabaporencimadetodolodemás.Entonces, ¿había sido demasiado egoísta? Solo había necesitado que
Zacleprestaraatenciónyqueledijeralomuchoquelaquería…Peroahora,pensándoloenfríoydespuésdehaberescuchadolaversión
deZac,talvezélintentódecírseloyacercarsemásdeunavez,peropuedequefueraunadeesascosasquedejódehacerparanorecibiruncorteporsuparte.—Abrelosojos,malditasea—leincrepóAma.Aquellolasacódesuspensamientosyprovocóquelosabriera,sí,pero
paraveralhombrematerialistaqueteníadelante.—Élnotemerecenitemereciójamás.—¿Y quiénmemerece? ¿Tú?—Tenía ante sí a un amigo, que había
esperadocomounbuitrecarroñerolallegadadesumomentomásbajoy
doloroso para intentar comerse las sobras. Porque Olivia no se sentíaentera,nimuchomenos;sesentíapartidaporlamitad.Y Ama quería esa mitad. Ni siquiera era lo suficientemente exigente
comoparapedirlaentera.¿Yquésepensaba?¿Queibaacaerensusbrazosyadecirlequetuvo
queelegirleaélantesqueaZaccuandotuvolaoportunidad?—Pues sí—se reivindicó él—. Yo podría ser perfecto para ti. Y no
entiendo que no me veas como una apuesta firme de futuro —sonrióintentandoparecerelángelquenoera—.Losdostrabajamosjuntos,nosentendemos, estamos en lamisma onda, somos autosuficientes y nos vabienlavida...—seacercóenungestovanodeintentarconvencerla.Amaseestabavendiendocomouncandidatofirme—.Yopodríahacertefeliz,Livi.Siemprelohecreído.Olivia nunca imaginó que una declaración de amor y de intenciones
pudiera llegar a ser tan vacía y falta de tacto. Ama era comercial hastapara decirle a una mujer que lo considerase como pareja. Se vendíainclusoasí.Siemprevendía,porunpreciomódico,porsupuesto.Y,posiblemente,denecesitarOliviaesetipodeseguridad,yvalorarla
comodidadporencimadelamor;odequereraunhombrecondineroyaltaspretensionesparavivirsuvidaaunoquesolosetuvieraasímismo,elegiría a Ama sin dudarlo. Porque él daba lo que daba, y no seextralimitaba.Olotomabasolodejabas.Pero ella no quería eso. Porque no era así. Estaba convencida de que
consusquejaspodríahaberdadoesaimagendemujerquebuscabaenunhombre competencia, arrojo y bonanza, pero se había equivocado. Sucomportamientohabíasidocaprichoso.El de Zac estuvomuymal y fue demasiado confiado al creer que el
amor en la pareja no se tenía que regar cada día. Su ignorancia duródemasiado tiempo, porque era un relajado de la vida. Pero comomujerresponsableymaduraqueseconsideraba,Liviteníaquehacerautocrítica:ysuposturanoladejababienparada.Larealidaderaquetambiéncometióerrores.Alzó el rostro y la barbilla con orgullo, y miró a Ama como la
transacciónconpatasporlaquesehacíapasar.—Notecompro,Ama—aseveró.
—¿Cómo?—Gracias por querer animarme y por apoyarme como lo haría un
amigo.Peronuestrarelaciónnopuedepasardeahí.Élcambióelrictusaunodeincomprensión.—Dameunarazón.Ellasonrióynegóconlacabeza.—Podríadartemuchas.Perolaprincipalesque...Hequeridotantoaun
hombreque,apesardeldañoquenoshayamoshecho,yoaúntengopartedeeseamorenmí.—¿Yporesovasadejarpasarotrotren?—Noteequivoques.Enestecaso,unclavonosacaaotroclavo.—Si no lo intentas conmigo, no sabrás si somos compatibles o no,
preciosa—sonriódesplegandosuencanto.—Dios...Vasdemasiado rápido—era tandescaradoquehasta lehacía
gracia.—Claroquevoyrápido—añadió impaciente—.Olivia,mehehartado
deinvitarteacenar,deinvitarteabailar...Siempremehasdichoqueno.—Porquenoestoypreparadaparahacerlehuecoanadiemás—declaró
atreviéndoseadecirloenvozalta.Ycuando loescuchó, locreyóapiesjuntillas.Aquella era suverdad—.Nopuedohacerle sitio a otro cuandoaúntengorinconesocupadospormipasado,llenosderecuerdosquemehicieronfeliz,yquenotengointencióndesuplantar.—Lavidaescorta—élseencogiódehombros—.Sitefaltaconfianza,
Livi, yo tengo suficiente para los dos. Nuestros padres se conocen, sellevan bien... Nos llevaríamos de maravilla. Eres guapa, muy guapa—reconoció—.Yyo…creoquetegusto.—Eresunhombreguapo.Sí—reconoció.—¿Ves?Túyyotenemosunfeelingespecial.—No,Ama.Noelquehayquetenerparadaresepasoquemepides...—
dijosintiéndoloporél—.Almenos,pormiparte.Amaencajóesegolpeconladignidadquesepresuponíaenalguientan
segurodesímismo.Peronoevitóquesusojoscentellaranconlapromesadevolveraintentarlo.Liviteníaqueserdeél.Llevabademasiadotiempoesperándolayviendocómoseapagabaenbrazosdeotro.
—Vasaserunhuesoduroderoer—obvióintentandobromearconella.—Dios,¿esquetúnotecansas?Nohaynadaqueroer.—Noencajolosnoes.Ymedecepcionamuchoquesigaspensandoen
eseperdedor...Quecreasqueesefantasma...—Valeya—dijocansadadeescucharcómoinsultabaaZac—.Teestás
pasando.Eres demasiado arrollador—exhaló cansada—.Mevoy a casa—Olivianecesitabacortaraquellaconversacióncuantoantes.Noqueríahablarconéldenadaparecido.YmuchomenosdeZac.Amayellajamástendríanunaaventura.Porquesuamigoycompañero
detrabajocarecíademuchosaspectosqueOliviavalorabaenunhombre.Y, aunque era muy atractivo, habían defectos de su personalidad que lequitabanencanto.Aunqueesosdefectossolosepodríanverestandocercacomoenesemomento.De lejos, Ama cegaba por su belleza y su atracción. De cerca, si se
valorabanotrascosasrelacionadasconlamoralylosvalores,elangelitobromistaypizpiretoqueadorabaagradar,perdíaluz.—Yahablaremosdeestoenotromomento—dijoélsinmás—.Venga,
vamos.Tellevaréacasa.—No—senegótajante—.Necesitoestarsola.Iréacasaentaxi.—Nodigastonterías—insistióél—.Tehetraídoyoytellevaréyo.—Aver—ellasepresionóelpuentedelanariz,cansadadelidiarconél
—.Ama,¿quéesloquenoentiendesdequenoquieroquemellevestú?Tuscomentariosnomegustanunpeloy...—SeñoritaOlivia.Liv se giró de golpe al escuchar aquella voz conocida evocadora de
recuerdossublimesyagridulces.EraAlberto.ElmayordomodeSair.Yestabaahí,enaquellafiesta,comouninvitadomás.Menudasorpresa.Livitardóenreaccionar.Ladesubicabaveraeseseñorfrenteaella,en
elmismohoteldeSair,yenelcóctelofrecidoalosmediosporeléxitodesulibro.—¿Es usted la señoritaOlivia?—preguntó sabiendo la respuesta a la
perfección.
LivicarraspeóymiróaAmadereojo.Teníaquedisimularyfingirqueeralaprimeravezqueseveían.—Sí,soyyo.Alberto, que seguía teniendo la presencia amigable del escudero de
ÁguilaRoja,peroconsmoking,asintióymantuvolaexpresiónserenaeinexpresivadeunbuenmayordomo.—Tengoquedarleunmensaje.Liviparpadeóyesperóaqueelcorazónselebajaradelagarganta.—¿Unmensajedequién?—quisosaberAmacontrolandoalamultitud.—Eso es confidencial, señor —contestó Alberto con mucha más
educacióndelaquehacíagalaelrubio.—Estábien—concedióOliviagirándosehaciasuacompañante—.Ama,
yahablaremosdeestootrodía—argumentóapresurada—.Veteacasa.Yoregresaréentaxi.—Pero,Livi…—No—locortó rotunda—.Es lomejor.Meapeteceestar sola.Voya
atenderaesteseñor,ydespuésmeiréacasaadescansar.Ama los miró intermitentemente a uno y a otro. Al final, tiró de las
solapasdesuamericanaenungestoaltivo.—Comoquieras,Livi.TeveréelLunesyhablaremos.—No hay nada de qué hablar, Ama. Pero tomaremos un café como
siempre—quiso cortarlo en ese momento y borrar cualquier idea quetuvierarespectoaellosjuntoscomopareja.ÉlsediolavueltadisconformeydejóaAlbertoyaOliviaasolas,en
esasalaatestadadepersonasfamosasymedios.CuandoOliviacomprobóqueAmasehabíaidodefinitivamente,encaró
aAlbertoconactitudponderosa.—Antes de que me digas nada—alzó la mano para acallarlo—, ten
claroquenovoyaseguir tus instruccioneshastaquenomedigasquiéneres.—Pero, señoritaOlivia—dijo incómodo—…El señor Sairme pidió
discrecióny…—Mira, Alberto—no estaba para jueguecitos, así que se lo llevó al
balcón donde hacía un rato había estado hablando con Zac—. Tú y yo
sabemos—dijoenvozbaja—,queSairsellamaZac,yqueesmimarido.Albertobajólacabezaavergonzado.—Sí—confirmólaspalabrasdeOlivia.—Loquequierosaberahoraes¿quiénerestúyporquéestásjugandoa
esto?—¿Acasoesoimporta?Yosololedoyelmensaje…—Claro que importa. Se acabaron las máscaras — sentenció
rotundamente—.Seacabaronlosmisterios.¿Quiénerestúyporquéestásenlavidademimarido?Dímeloome
doymediavueltayhagocomosijamástehubieravisto.Zactepagaporloque haces, ¿no? —de otro modo no lo entendería—. Alberto, dímelo,porqueestavaaserlaúltimanochequeosvoyaseguireljuego.Alberto no sabía donde meterse. Olivia tenía una presencia fuerte
cuandosacabaelcarácteryesaenergíaleobligóadecirlelaverdad.—YotrabajabaconZac.—¿ConZac?¿Cuándo?¿Dónde?—Cuandoélestabaenlaplantaeditorialdelperiódico.Olivialomiródearribaabajo,sorprendida.—¿Eresperiodista?—No—Albertosonriótímidamente—.Estabaenelequipodelimpieza.
El señor Zac siempre me invitaba a cafés cuando me veía, yconversábamossobretodo.Éleraelúnicoquehablabaconnosotrosynostratabacomoaunomás.Élyyonoshicimosmuybuenosamigos.Harácuestióndecasitresaños,amímeecharondelaplantilladelimpieza,ymequedéenparo.Lopasémuymal.Teníadosniñaspequeñasymiesposaestabaenferma…Y—dijoemocionado—.Bueno,sepuedeimaginar…ElseñorZac seportómuybien conmigo ehizo cosaspormíquenohizonadie.Algunosmesesmemandabadineroparaecharmeunamano.Paracomida,sobretodo…—Entiendo—OliviaseimaginabaaZacayudandoaesehombreysele
caíaelalmaalsuelo.—Yo le pedía que no lo hiciera, pero él me ayudó durante muchos
meses,hastaquemedijoqueyanopodíadarmemásporqueéltampocotrabajaba.Aunquealgunasveces,encargabacompraenelsupermercadoy
memandabalasbolsasamipiso.Diosmío.Teníasentido.Zachacíacomprasdecomidaporinternet.Yel
supermercadolasllevabaacasa.Hubomesesqueeldinerodelacompraascendía mucho teniendo en cuenta lo que llegaba a la nevera y a ladespensa.OliviapensabaqueZacselocomíatodomuyrápido…Yquenoledejabanada.¿Eraporeso?Zacleenviabacomidaaeseseñor.¿Porquénuncaselodijo?¿Porqué?—Hace cuestión de un par demeses,Zacme llamóymepreguntó si
estaba trabajando. La respuesta fue negativa—continuó atribulado—.ElseñorZacmeofreciótrabajocomosumayordomo.Lehagolacompra,lelimpiolacasayejecutotodoslosrecadosqueélnecesita…Nohacefaltaqueledigaque,cuandoélmepidióqueformarapartedelodeSair,nomenegué.YoporelseñorZac—dijoconorgullo–,haríacualquiercosa.Esunbuenhombre—le recordóAlberto—.Yo, simepermite, comprendoquesuscircunstanciasahoraseanuntantoincómodas...—Ustednotieneniidea.—PerotodoloquehahechoelseñorZac...—Nocreoqueélnecesitedefensoresquehablenensunombre,Alberto
—dijoenfadada—.Soloélsabeloquehizoyporquélohizo.—Sí,señorita—agachólacabezademanerasumisa.EstabaclaroqueAlbertoloveneraba.Y Olivia admiraba el altruismo de su marido. Ella conocía su faceta
compasivaydesinteresada,peronoseimaginabaque,noteniendodinero,ayudara a un hombre y a su familia a pagar sus facturas. ¿Qué hubieradicho ella siZac le hubiese contado lo que estaba haciendo? ¿Le habríaapoyado?Dios... Si lo pensaba bien y fríamente, seguro que en esemomento le
habría dicho que no. Porque era ella quien debía hacerse cargo de lasfacturas, ya que él no tenía ingresos.Ypodría haberse responsabilizadoporque,porsuerte,dineroeraloúnicoquenolefaltabaaOlivia. Pero estando en la situación en la que estaban, medio rotos
comomatrimonio,¿cómoibaapensarennadiemásquenofueraellaysudesgraciadavidamarital?¿Laconvertíaesoenunaegoísta?¿Enunamalapersona?
Probablemente,Zactendríalasmismasreservashaciaella,poresoselomantuvoensecreto.¿Y qué mierda era ella entonces? ¿Un ogro con el que no se podía
hablar?—Alberto,ahoramismonotengopacienciaparaesto—sepresionóel
puentedelanarizparadestensarlapresiónquesentíaenlafrente.Laibanamatarentretodos—.¿Cuáleselmensajequetienequedarme?Élmiró aOlivia con compasión y sonrió feliz por poder cumplir su
misión.—ElseñorSairlaesperaenlasuitecolonial,señorita.Ella cerró los ojos porque el dolor que le provocó esa invitación la
tomóporsorpresa.¿Sairlainvitaba?¿Sair?De acuerdo. Aquella fue la gota que colmó el vaso, y no
desaprovecharíaesaoportunidad.Perfecto.QueríahablarconSairydecirleunascuantascosasy,depaso,
cerraríaunciclo.Asíque,contodalabeligeranciaylaincomprensiónqueseconcentrabaenelcentrodesupecho,aceptóelreto.—Nohacefaltaquemeacompañe,Alberto—lediolaespaldaycaminó
conpasoapresuradohaciaelascensor—.Conozcomuybienelcamino.
Capítulo9
La puerta de la suite estaba entreabierta. Él la había dejado así apropósito.¿Por qué la había invitado? ¿Confiaba que podría tener a Olivia una
noche más? ¿Para qué? Su matrimonio se había desmoronado, así que¿con qué fin programaba ese encuentro? ¿Aceptaría su todavíamujer aencontrarseconSairdenuevo?ZacnosabíamuybienquélehabíallevadoacitaraOliviaenlasuite
colonial.Perofueracomofuese,ahíestaba.Esperándola.Escuchó los tacones de Olivia pisar firmemente el pasillo; parecía
decidida.Él la esperaba a oscuras, de pie en el hall de la suite, apoyado en la
paredyconelcorazóngolpeandofuertementeensupecho.Cuandoellaabriólapuerta,superfumeloembriagó,yquisoatesorarlo
parasiempre,guardarloenunacajitaquepudieraabriravoluntad.Eraundeliciaenlapieldesumujer.PeroOliviacerró lapuerta trasdesíy sequedóapoyadaenella,con
susmanosatrapadasentresucuerpoylaentrada.Por un momento, solo se escucharon sus respiraciones, muy
conscienteselunodelotro.Seoían.Seolían.Peronoseveían.Ellarecordabamuybienesasituación.Ytambiénhabíamemorizadoel
hall de ese habitáculo; aunque ahora no lo pudiera vislumbrar, loobservabaensumente.—¿Estásaquí,Sair?—preguntóOliviaencorajada.Erasumarido,pero
aprovecharíaesaoportunidadqueteníaconélparazanjarsuviacrucis.Zacseobligóaquelesalieralavozyaadoptareltonodesualterego.—Hola,Sundara.Sí,estoyaquí—eralavozdeSair,nolasuya.—Vaya… Qué pronto has regresado de Canadá — aquella fue la
primerafrescaquelesoltó,yquerecordabaunadesusmuchasmentiras.—Elproyectosetruncóantesdetiempo—contestóexpectante.—Ya... Las cosas se truncan sin verlas venir, ¿verdad? Pero es más
flagrante verlas venir y no hacer nada por remediarlo… ¿no crees?—Olivia no osaba a mover un solo músculo. Ahí, en la penumbra, habíadisfrutadodeesehombre, conesehombre.Había aceptado susdeseosysus instintos, y se había permitido creer de nuevo en ellamisma, en supoder como mujer, para después descubrir que todo había sido unafalacia, una vil y falsa puesta en escena—. ¿Sabes? Me alegra que mehayasinvitado,Sair.—¿Porqué?—Porqueestoyenunafasededespedidasydefinalizacióndeetapas,y
quieropodercerrarlatuyacomoesdebido.—¿Quieres acabarla? —preguntó temeroso. Zac luchaba contra su
propianaturaleza.LaúnicaposibilidadqueteníadeacercarseaOliviadenuevoeracomo
Sair,enlaoscuridad,mientrasnosevieranlascaras.PorquesiendoZac,veíaenlosojosazulesdesuesposalarabia,lapenayladecepción,yesolodestrozaba.Ycomoaquelhabíasidosurecursoparavolveraverlayatocarla,loutilizó.—Sí.Quierodejardecreerenlosprotagonistasdelasnovelas.Túeres
unodeellos,¿no?Unpersonajecreadoparamí,expresamenteparamí—recordóOlivia—.Perosoloeresunproducto inventadopor lamentedemimarido, que no tuvo los pantalones demirarme a la cara e intentarreconquistarme,yporesosehizopasarporotro.Sinembargo,lajugadalesaliórana,porquelohizotanbien,ysevolcótantoconelpersonajeyconsertodoloqueélnoeraconmigo,quemegustódemasiado.Yahora,paramidesgracia,leechodemenos.—¿Aquién?—ASair,porsupuesto—unanuevapuñalada—.Yél,mimarido,esel
únicoculpabledemiañoranza.Melanzóalosbrazosdeotrohombrequeacabógustándomemuchomásqueél.¡Zas!UnabofetadanolehabríadolidomásaZac.Ellaescuchócomoél
se removía incómodo para salir de su escondite. Sintió su presenciaaproximarse,ypercibióunaenergíapeligrosaemanardesucuerpo.Zac
eraunanimalrondandoasupresa.—Olivia...—No.YonosoyOliviaparati—sulenguaeracomounlatigazosecoy
dolorosotrasotro—.Amínomellamesporminombre—carraspeóparatragarelnudoquelaatoraba—.Lacuestiónesquetuvimosunadespedidaabrupta—aseguró Olivia dañina—. Pero no quiero ese recuerdo agrioparanosotros.Quieroelmejor.Lamejordespedida.—¿Creesquetehepedidoquevengasporeso?Oliviariosinganas.—Mira... Ahora no me vengas con esas. No quiero hablar. Entre
nosotrossiemprehahabidoeso:elsexo,elmisterio,lanecesidad...¿Creesquemeimportaotracosadetiquenoseaelhechodequemehagassentirbien?Odiabacomportarsedeesemodo.PeroZacselohabíaganado.Sicreía
que después de descubrir todo el pastel, ella se arrepentiría y le iría derodillas para pedirle perdón, estaba muy equivocado. Aquí se habíanhechodañolosdos,yellanoibaaserlaprimeraensometerse.Estabatanfuriosacontodo,queloúnicoqueteníaeranganasdepegar
aalguienydegritar.YSair levendríadeperlascomochivoexpiatorio.Porqueélfueeldetonantedesucaídaenpicadoylaposteriordestruccióndesucorazón.Yqueríavenganza.Derepente,lamanodeSairsaliódisparadahaciasubarbillaylasujetó
bruscamente.Oliviasesorprendióporquenosabíaqueloteníatancerca,hastaelpuntodeolersualientoacava.Zacsesentíadesdichadopornopoderconseguirelfavordesutodavía
esposa.Noteníaniideadecómohacerlo,peroestabaconvencidodequesucóleraigualabaaladeella.—¿Esquemevasaecharelpolvodeladiós?—rugióconimpotencia.—Por supuesto. ¿Es que no lo veías venir? —dijo con los dientes
apretados,queriéndoloapartarempujándoloporelpecho—.Eresfrutodelamentedeunescritorymesorprendequenotengasmejoresdiálogosoquenoadivinescómosiguelatrama.¿Quéesperabas?¿Continuarconestaaventurasinsentido?Zac se quedó callado, reconsiderando la pregunta de Liv. No quería
perderla, pero su únicomodo de tenerla era haciéndose pasar por otro,porque siendo él mismo, Liv era incapaz de mirarle a los ojos con
respeto.Estabahundidoenlamierdaqueélmismohabíafermentado.—Estásapuntodedivorciartedetumarido—ledijoauncentímetrode
suslabios—,porquelehassidoinfiel.¿Yquieresseguirconesto?—Teequivocas.Nomevoyadivorciardemimaridoporunasupuesta
infidelidadqueélmismohaprovocado.Meconocía,sabíamuybiencómoengatusarme... Zac, mi maridito—explicó como si hablara con alguienqueno lo conocía—, loha tenidomuy fácil.Pero la cuestión esqueyojamás me habría planteado divorciarme de él, si se hubiera portadoconmigocomoelhombredelquemeenamoré,ynoelermitañoenelqueluego se transformóyque apenas estabapendientedemí.Zac seperdióentre laspáginasdesu libroyseolvidódelmundoyde todo lodemás.Hastaolvidarsedemí.—Yotengoentendidoquenofuedeltodoasí.Tú...—Sí. Sé lo que vas a decir. Que yo no era tampoco la dulce y
enamorada Olivia del principio. Y puede que tenga razón, también fueculpa mía porque me hice esquiva a sus atenciones. Pero llegarondemasiado tarde, no cuando yo las necesitaba. La cuestión es que simedivorcio de Zac es porque no ha sido sincero conmigo, porque me haocultado mucha información cuando entre nosotros no debía de habersecretos.Porquejuróquerermeycuidarme,ynolohizobien—sabíaqueestabahablándoleaZac,yaprovechóesemomentoenelsilencioyenelhalldeesasuitedondeempezótodoparaexpresarlaúnicaverdadqueellaconocía—.Yporquedespués,meengañóehizotrampas.Yahora,séqueél puede ser feliz porque ha conseguido dinero y éxito, aunque nuncapueda revelar su identidad.Y entiendo...—susurró acongojada—,que élcreaquemehadadounalecciónamíyatodoslosquepensábamosquevivíaamicostayqueeraunharagán.Ymealegroporsuvictoriaenesesentido.Deverdadquesí—admitiósincera—.Peronotienequesentirsesatisfechocuando,durantetresaños,metuvodesilusionadayprovocóquesemerompieraelcorazónlentamente.Ynohizonada—asegurótodavíaincrédula—. Nada por evitarlo. Y me importa un comino que con suhermetismo quisiera protegerme, porque ni siquiera podía imaginar ladificultadylagrandezadeloqueestabaescribiendo,peroesonohacequedejededolermeigualmente.Yesque…Nohayvictoriaenlavenganza—lointentóempujarporelpecho—.Solodolor.Unprofundodolor—
LivinspiróparahacersefuerteynoderrumbarsefrenteaSair,porqueno
queríaconsuelo,nidesuamantenidesumarido.Soloqueríauncombate.Algo que la hiciera sentir que revivía después de la insensibilidad en laqueestabasumidadesdequedescubrióqueZaceraSair—.Ynoimportaquiénganaoquiénpierde.Soloimportalapérdidaylasbajasquehayporelcamino.Ylonuestro,loquefueyloquepudoser,esunadeesasbajas.Así que vengo a despedirme de todo, y de paso a darme un homenajecomolosquemimaridoyanosabíadarme—otrapuñaladamás—.Creoquemelomerezco.Portodo—espetósoltándosedesuamarredemanerabeligeranteydesafiante—.¿Quémedices,Sair,«elquebuscayacimientosdepozodekimberlita»?—seriódeélydesumentiraensucara—.¿Nosdamosunúltimohomenajeparaenterraresta farsacomoesdebido?¿Otampocovasatenerlospantalonesahoraqueséqueeresunembustero?—¿Eso es lo que quieres?—preguntóZac hablando sobre sus labios,
deseosodemorderlaycastigarlaporhablarasí.—Sí,claroquesí.¿Qué ibaaquerersino?Vengoadecirteadiósa lo
grande,yaquetú,Sair,tedespidasdemíytevayascontuexesposa,esamujerqueahoraquierequevolváisporquetieneséxitoydinero—volvióa hacer referencia a otra de sus mentiras—. Contaste una historia quepodría tenerparalelismosconlamíay lademimarido,¿verdad?Fuistemuyocurrente.Pero,comoves,amínomeimportaloquetengasodejesdetener.Estaserálaúltimavezquenosveamos.Yanotenemosnadaqueperder.Aprovechémosloyatesoremosunbuen recuerdoelunodelotro—lodijosinalmaysinsabermuybienaquiénibadirigidoesemensaje.Loimperósindemasiadasganasdeserquerida,perosíconánimodedarunaúltimaestocada.—¿Yquéhaydetumarido?—Bueno…Élnoestáaquí,¿no?—espetóprovocándole—.Deélyame
ocuparéenotromomento.Esotromentiroso.Comotú—apuntilló.YZacdejóirungruñidoquereverberóensupecho,antesdedejarcaer
labocasobreladeellayaceptarelreto.Elbesodesesperadoybelicoso,setornóaguerridoenelinstanteenque
susbocasseunieron.Olivia se dejó hacer y se concentró en pensar que esasmanos que la
tocaban eran las de Sair y no las deZac. Pero en sumente ya no habíamisterio, solo el hermoso rostro de su marido, cuyos ojos negros yllamativoslamirabanconodio,perotambiéncondeseo.
Unacosaestabaclara:AZacsiemprelehabíagustadoellayloseguíaatrayendo.Ella hundió los dedos en su pelo y tiro de susmechones negros con
fuerza y desesperación, disfrutando de la sensación de acariciar esaguedejasuaveylisa;odiándoseporquetodavíaleencantabatocarsupelo.Noobstante,elbesosecortórápido.Derepente,OliviasintióqueSairlamovíaylaponíadecaraalapared.
Laspuertas correderas quedaban al salón estaban abiertas y a través deellas entraba la luz nocturna de la calle, no lo suficientemente poderosacomoparaquesepudieranadivinarlosgestosylascaras,exceptodivisarsiluetasyformasborrosas,comolaqueamboseranenesemomento.—¿Es lo que quieres? ¿Un polvo? ¿Eso has venido a buscar? —
preguntó él sobre el lóbulo de su oreja derecha y deslizando lasmanosporsusmuslosparaempezarasubirlelafaldalargadesuespectacularyelegantevestido.—EresSair,¿meequivoco?Contigoesloquehetenido.Sexo.—Y mucho más —reafirmó con certitud—. Entrega, intimidad y...
Libertad.—Dejémoslo en buen sexo—finalizó Olivia sabiendo lo destructivo
queeratodoesoparaellos.—Bien—Lebajóelescotedelvestidorojopalabradehonoryexpuso
sus pechos al aire—.Entonces te follaré comonunca—dijo ofendido ycontrariadoporqueLivnoaprovecharalaocasiónparahablarconZacenvezdeconSair.Bienmirado,selohabíaganadoapulsoporqueélmismocreóaesepersonaje.Erajustoqueesanocheéllodestruyerajuntoaella,aunque sabía con toda seguridad que, aquel intercambio, aquel últimoencuentro,tambiénlodestruiríaaél.¿Y qué más daba cuando ya habían pecado el uno contra el otro?
¿Importaba ahora cuando había perdido lo más preciado para él? Esanoche la tendría entre sus brazos, y la furia le impediría ser tierno ocariñoso.PorqueenaquelhallnoexistíanniZacniOlivia.SoloSairySundara.
Dosamantesinfieles.Yparaseguiradelante,ambosdebíandesapareceryserdestruídos.Zac tomó la suave tira del tanga deOlivia. No veía ni el color, solo
sabía que eran unas tiritas insignificantes que podrían romperse de untirón.Le subió la falda arremangándola sobre la cintura y exponiendo sus
nalgasaldesnudo.Liv teníaunculoestupendo,duroybienformado.Sedejó caer de rodillas, hipnotizado y deseoso de probarlo y empezó abesarlo.Ella apoyó la cabeza en la pared, gimiendo tensa.A tientas, alargó la
mano para buscar la cabeza deSair y cuando la encontró lo agarró delpeloytiródeél.—Sube—leordenó—.Saldeahí.Sair rechinó los dientes, y la miró a través de la línea negra que
dibujabansusespesaspestañas.Livnoqueríaatenciones.Solounpolvo.Unoquelehicieratantodañoaellacomoaél.Él se levantó, y manteniéndola contra la pared, se desabotonó el
pantalónybajólacremallera.Despuéssellevólamanoalpaqueteysacósumiembroduroyyapreparado.—¿Es esto? ¿Lo quieres así?—le preguntó inclemente, acariciándola
conlapuntadelpeneentrelaspiernas.—Sí.—Deseoconcedido.La empaló poderosamente, adelantando las caderas, escuchando con
placerelsollozodeLivaltenerloenteroadentro.Ambossequedaronmuyquietos,pechocontraespalda.Enganchadosy
conectados,aunquenovinculadosemocionalmente.ZaclecubriólospechosconlasmanosyobligóaLivacurvarsehacia
atrásparaquesintieramejorlapenetración.Aquello era sexo.Sexounidoal castigoyaldespecho.Creíanqueno
habían emociones de por medio, pero habían demasiadas, aunque nofueranamables.Zac se limitó a poseerla encolerizado por su propia incapacidad para
reconducirlasituaciónconLiv:yLivbuscódeSairloquelehabíadadoyloúnicoquesepodríallevardeél:placeryautoconocimiento.Él llevó la mano hacia delante y coló los dedos entre su sexo para
estimularleelclítorismientrasentrabaysalíadeella.
Ambos se movían al mismo tiempo, descarnados y faltos desentimientospero,almismotiempo,necesitadosdeesecontactoenelqueanhelaban marcar el ritmo y demostrar quién era el soberano y quiendebíamostrarpleitesía.Sinembargo,ningunoserindiónitampocogobernóenelotro.Cuando Zac se corrió en el interior de Liv, sin protección ni nada,
mordió el hombro de su mujer y le apretó los pezones al tiempo queeyaculaba. Y provocó, con su respiración y sus envites, que ella secorrieracasialavez.Solo ladignidadyel amorpropiohicieronqueambos se sostuvieran
contralaparedynocayeranalsuelocomofigurasdepapel.Solo el orgullo les mantuvo en pie, aunque muy en el fondo, se
sintieranmagullados.Livi no quería ni pensar en las consecuencias de lo que acababa de
hacer.Perosísabíalarazónporlaquelohabíahecho.—Salte—leordenóellaapoyandolafrenteenlapared,aturdidaporla
explosióndelorgasmo.Zac sequedóen silencioy reaccionó tarde, justo cuandoOliviaya se
escurríaparaliberarsedeél.Ellanosegirónisediolavueltaparamirarle.Se subió el tanga en silencio, intentando ignorar el hecho de que la
semilladeZacnotardaríaenescurrírseleporlaspiernas.Después,recogióelbolsodemanoquesehabíaquedadoenelsuelo,y
sepasólamanoporelmoñoparacomprobarqueseguíaensusitio.Ydijosinmás:—Adiós,Sair—atientas,abriólapuertadelasuitey,cuandolaluzdel
pasillo la iluminó, giró la cabeza permitiendo que los rayos de luzatravesaransusmechonesrubios.Lomiródesoslayo—.DileatuamigoZacquesepaseporcasaparahablardenuestrodivorcio.Oquedaconélpara hablar, porque me temo que vuestra situación es muy parecida, yseguroqueospodéisayudar.Era puro cinismo y sarcasmo. Liv lo sabía. Acababa de comportarse
conlafrialdadylaosadíaquenuncahabíatenidoconZac,porquesiemprese había dejado llevar por el corazón con él, intentando no herir susensibilidad con sus palabras y sus acciones. Amándolo por encima de
todo.Pero siempre debía haber una primera vez para ese todo. Y aquella
primeravezhabíasidoduraparaella,ytambiénliberadora.Porque acababa de darle a Zac donde más le dolía, aunque también
habíasalidoherida.ASairleechabaunpolvodedespedida,yaélleinvitabaasucasapara
quehablarandelascláusulasdesudivorcio.Diounportazo teatralysealejódeaquellasuiteque jamásvolveríaa
pisar.Mientras tanto, en el interior de la habitación, Zac todavía aturdido y
mediodesnudo,sehabíadejadocaerenelsueloparaquedarsesentadoenelparqué,pensativo sobre cómo, apesardehaberquerido lo contrario,acababadeahuyentaraOlivia.Estabahechounlíoysentíaascohaciasímismopornosabermantener
asuladoalaúnicapersonaenelmundoqueamabamásqueasupropiavida.Nofueelencuentromásromántico.Nielmássensual.Nimuchomenosfueelmásdeseado.En eso pensaba Olivia al llegar en taxi a su casa, y quedarse con la
miradaempañadaenlágrimas,fijaenelordenadordeZac.Impelidaporunaurgenciaquenosupodescifrar,sequitóloszapatosde
tacón,ascendiólasescalerashasta laúltimaplanta,ysefuedirectamentehacia labuhardillaen laqueélsehabíaenclaustradoduranteaños,en lamadrigueradesussecretos,paraquedarseahídepie,conelcuerpotensoylassensacionesturbulentasquerecorríansumentesindescanso.Nosabíaponerlasenorden.Loúnicoqueasumíaydeloquesíestabaseguraeradequesolohabía
sido un polvo por despecho, gestado en las raíces de la decepción ymaduradoenlamaquiavélicanecesidadquetieneunamujerheridaenserlaúltimaendarelgolpe.Oliviatambiénsabíalastimaryhabíatenidoesanecesidad.Entendía que el golpe asestado a Zac no había sido agradable. Al
acostarse con Sair le dio a entender que prefería al misterioso hombre
millonario y que siempre la trató como a unaReina, antes que a él, unmaridoquehabíatomadodecisionesdesacertadas.Yeldañoyaestabahecho,porlasdospartes.Livisorbióporlanarizydiounpasoyotrohastaalcanzarelescritorio
enelquesesentabaZac.Todoestabaigualqueeldíaenelquesefue.DespuésdelapeleaconAmaeneljardín,novolvióaaparecerporsu
casa.EralaprimeravezqueLivsubíaaeselugar.Yahoraentendíaporqué
nolohabíahechoaún.PorqueelsilencioahílatentecertificabalaausenciadeZacensuvida, laaplastante soledadque lacarcomíay le lacerabaelcorazón.Zacteníaropa,apuntes,yunmontóndecosasqueporlovistonoibaa
reclamar porque no había dicho en ningún momento de ir a buscarlas.Comotampocolareclamabaaella.Pasólamanoporlasuperficielisadelamesacaobayabrióunalibreta
conlascubiertasdepieldecolornegro.Ahoraeralibreparachafardear,libreparasercuriosaydescubriralgo
queyahabíadescubierto.Peronoimportaba.Enlashojasquepasabadeesecuaderno,reconociólaletradeZac.El
malditosupofalsificarsucaligrafíaparahacersepasarporSair...Sepensóhastaelúltimodetallepara llevaracabosuartimañadeseducción.Pasólas yemas de los dedos por encima de la tinta, como si fueran unafotografíaviejaymelancólicadeotrotiempoqueyaapenasibaconella.Habíannombres,fechas,opiniones,garabatos...Postitsenunashojas,postitsenotras...Y en un arrebato lanzó la libreta contra la pared, que rebotó y cayó
como peso muerto al suelo. A la libreta le siguieron los bolis, loslapiceros,ytodoloquehabíaencimadelamesa:libros,dossiers...Livsedejóllevarporelcorajeylohizovolartodoporlosaires.Peroloquemásrabia lediofuedarsecuentadequenopodía tirarni
eliminardeesabuhardillalaesenciadeZac.YnoeraelcaroperfumedeSair, sino el familiar y suave aroma de la piel de su marido, de suaftershave...La buhardilla olía a él, al hombre con el que se casó, al avispado
periodista,alescritorsoñador...A
todoloqueélrepresentaba.Yesoladestrozóylaabatióenlaañoranza.Noqueríadivorciarse.Noqueríaacabarasí.Queríaasumarido,alque
ella había fallado y engañado, y al mismo que la había abandonado yconfundido.LoqueríaaélynoaSair.Noobstante,esainfaustanochesediocuentadequenoteníaaninguno
delosdos.Soloasupreciosodogoqueleolíalospiesdescalzosylloriqueabacon
ellaporverlatantriste.
Capítulo10
Aldíasiguiente—¿Mamá?—Hola,cariño.¿Hapasadoalgo?¿Estásbien?Livsabíaquellamabamuytarde,poresosumadreestabasorprendida.
Eran las once de la noche del domingo. Había pasado el día viendoálbumes hoffmans de Zac y de ella, y se había descubierto llorandodesconsoladaantelaavalanchadelospoderososrecuerdosvisuales.Ahora necesitaba el consuelo de su madre y sus palabras, que eran
sabiasyreconfortantes.Ojalálatuvieracercaparaquepudieraabrazarla.Enlasfotos,Zacyellaseveíantanfelicesentonces...Ysumadresalía
muchasvecesabrazandoaZac,endistintoslugares,queriéndolocomoaunhijomás,comosiemprehabíahecho.Enesasinstantáneas,ambosaparecíanconlamiradabrillanteyllenade
sueños,yunassonrisasquenolescabíanenlacara.Comolasdeldíadesuboda.¿Yquéquedabade eso?Solodolor.Ypena.Muchísimapena al darse
cuentadequedeverdadesaépocasehabíaacabado;seesfumócomosinuncahubieseexistido.Acadaálbumquecerraba,portazoque ledabaauntiempoenelquehabíasidomásfelizqueeneseinstante.Yledolíaylahacíasentirdesgraciadacomonunca.—Perdonaquetellametantarde,mamá.—No pasa nada, cielo. No sabía nada de ti desde que regresaste a
Barcelona.Ynomehascogidoningunadelasllamadasquetehehecho—lareprendióCarmen—.Meteníasmuypreocupada.Nomelohagasmás.—Losé.Losiento—sedisculpó—.Teníaqueaclimatarmealritmode
trabajo,y...Ybueno,aestarsolaenestacasa...—lamentóacongojada.—¿Sola? ¿Cómo que sola? ¿No has hablado con Zac? ¿No habéis
arregladolascosas?—cuestionópreocupada.
Dios. Si fuera tan fácil... Olivia necesitaba hablar de lo sucedido conZac,peronopodíacontárselonisiquieraasumadre.ErataninjustoquenopudieradecirqueZaceraelhéroeanónimoquecopaba telediariosyperiódicos nacionales... Era injusto para él, que merecía esereconocimiento.—Mamá,noesfácil.—Porsupuestoqueno.Nuncaloes—aseveróella—.Peroporesono
tenéisquedejardeintentarlo,¿meoyes?Soisunmatrimoniojoveny...—Mamá,meheequivocadoconél—sentenció.—Vaya —dijo sorprendida con un tono de «ya te lo advertí»—.
Entonces,¿yanoesdeéltodalaculpa?—Déjameacabar...Aligualqueélsehaequivocadoconmigo.—Entiendo.Ahoraesdelosdos.Aver,¿cuéntamequéhapasado?—No...Nonoshemosportadobienelunoconelotro.Esoes todo.Y
puedeque lomejorparaél seaalejarsedemí,y talvezeso tambiénseabuenoparamí.—¿Porquédiceseso?—Porque no nos merecemos. No nos hemos sabido cuidar, mamá.
Éramosbuenos,perolohemoshechomal.Enese instantederevelaciónyconocimiento,Liventendióqueseguía
queriendo aZacmás de lo que ella creía y que, al no apoyarle y haberpuesto en duda su capacidad y su valía, nomerecía su compañía, ni unmaridocomoél.Zacmerecíaunamujerqueloapreciaseylovaloraseporsu capacidadpara sacrificarse por los demás.YLivnohabía tenido esapaciencia.Saber eso de símisma la hizo sentirsemal y provocó que volviera a
llorarinconsolablementecubriéndoselacaraconunamanomientrasconlaotrasujetabaelteléfonocontrasuoreja.—Cariño,porfavor,nollores,cálmate.Cojounaviónyvoyparaallá...
Voyallamaratupadrey...—No,mamá—lepidióella—.Porfavor.Noquieroqueningunodelos
dosvenga.Yasuficientetuvisteisalpresenciaresaescenademalgustolaúltima vez que estuvisteis aquí... Y estoy mejor, de verdad. Yo...Me lasarreglaré.Tengoqueespabilarmesola...
—Pero,¿quévasahacer?—Pues... Zac quiere el divorcio.Y hasta hace unas semanas yo estaba
convencidadequequeríalomismo.Peroahora...—jugabadistraídamentehaciendocírculosenelagua—.Ahoranoquieroesto.—Mealegraquedigaseso—afirmóCarmenorgullosa—.Elamorse
tiene que luchar, y más aún cuando hemos errado. Hay que sabe pedirperdón.Noabandonaralasprimerasdecambio.—Antesmesentíafuerteparatodo.Nocreíaqueyotuvieraculpademi
situación... Me cegué pensando en que todo era responsabilidad de ladesidiayelconformismodeZac.—Lo sé. Sé cómome hablabas de él y de lo cansada que estabas de
mantenerleyhacerletodo...Livlamentóprofundamentelaimagenquehabíavendidodesumarido.
Que era cierta, pero tal vez debió de ser más considerada y menosagresiva.Oalmenoscuidardenohablar asídealguienaquien todavíaqueríaoteníaunaaltaestima.—Estabamuyenfadadaconél,mamá...Peroahoraquesélaverdad...—¿Pero qué verdad es esa?Me estás impacientando. ¿Qué ha pasado
paraquecambiestantodeparecer?—Pues me he equivocado y me he dado cuenta de que yo no era
perfectatampoco.—Hijamía...—lacompadeció.—Yahoralascosassehancomplicadomuchísimo.—¿Complicadohastaelpuntodenoatreverteairahablarconélpara
darosotraoportunidadydecirlecómotesientes?—latanteósumadre.Livcerrólosojosyapoyólacabezaenlabañeradejandoqueelagua
calientelacubrieraporcompleto.Dios... Ojalá fuera tan sencillo. Ojalá pudiera verle y no ponerse
nerviosanitemblarantelacercaníadeaquellaseparación.Sinrencores.Sinreproches.Aunqueesoeraimposiblecuandosehabía
compartido una vida pasada.Y luego estaba la historia deSair...Que entodomomentohabíasidoél.Una tercerapersonaqueenrealidadnoeratal.—Noestanfácil—musitó—.¿SabíasqueLaureusvaaeditarsulibro?
—¿Sulibro?—repitióCarmenincrédula—.No,porsupuestoquenolosabía. ¿Esa es una editorial grande? ¿No es la del hombre este que estállevandoalapalestraalamitaddelospolíticosdeestepaís?¿EldelJudasese...?—Sí—asintióOlivia feliz por que sumadre conocía el librodeZac,
aunquenosupieraqueeradeél—.Laureuseslamejor.—Caray...EntoncesnuestroZacteníarazónyesunexcelenteescritor.—Niloimaginas,mamá—contestóconeltonollenodeadmiración—.
Sulibroes....Sencillamente,esunamaravilla.Cadapalabra,cadasentenciaescomositetocarayteabrieraconciencia.—¿Yalohasleído?—Sí...—TelodioZacparaqueloleyeras...—Sí,másomenos—nofueasíexactamente,perosumadrenodebía
sabermás.—Bueno,ycuéntamecuálvaasertusiguientepaso.¿Quéharás?—Yo...Soloséquenomequieroseparardeél.—¿Porqué?—Porquelequiero,mamá.—Peroquerer,comohasvisto,noessuficiente.Hayquedarmuchode
unomismoparaserfelizenelmatrimonio.Nohaynadamáscomplicadoquevivirenparejaconunapersonaquesesuponequedebedeserparatodalavida.Oslodijealprincipio:elamorsecuidaoserompe.Hayqueregarlo, estar por la otra persona, pensar en ella... Cuando vivimos enparejahayquedejardeseregoístas,cariño.Yamboslohabéissido.—Noessencillo—replicóOlivia.—Lascosasqueimportannuncaloson.¿Quétipodeamorsientespor
Zac? ¿Cómo le quieres? ¿Como un amigo o como se supone que unamujer ha de amar a la persona con la que quiere compartir su vida?Porque después de un tiempo, cuando la chispa del principio se ha ido,muchagenteseconfundeycreequesehadesenamorado,cuandoloqueha pasado en realidad es que ese amor ha evolucionado en algo másfuerte, real y duradero, en vez de algo tan fugaz como el capricho delprincipio.Peroparaqueesesentimientoperduredebemosmimarlo,ynodarloporconsabido.
—Losé,mamá.EsoesloquediceZacquelehapasadoconmigo.Quecreyóquenonecesitabademostrarmecuántomequería,porqueyalodabaporhecho,pero...Ahora...Soloséqueleamoylonecesito.Quenosésiheperdonadotodoloquemehahecho...Pero,ahoraquenolotengoyquemefalta...—Oliviahizounpucheroyenmudeció.—Esmuydolorosodartecuentadecuántoquieresaalguienunavezque
lohasperdido,¿verdad?—Sí—murmujeóllorosa.—¿Puessabesquétedigo?Queunonodice«esteeselfinal»hastaque
lo intenta por última vez y lo da todo, Livi. Yo no te eduqué para quefuerasorgullosaycobarde.Teeduquéparaquesupieraspedirperdón,ytambiénparaqueteenfrentarasconvalentíaatuserrores.Sihayalgoquenotegusta;cámbialo.—Pero,mamá...—Escúchamebien.Nimamánitonterías.VasairaveraZacdondesea
queestéyvas adecirle loque sientes.Tal cual.Sea loque sea, te salgacomo te salga. Tienes que ir a por todas porque es la persona másimportantedetuvida,laquetehacíareírcomonunca...Nopermitasquesevaya sin haber luchado,Olivia. Es tumarido, el hombre que elegiste, ytodas esas cualidades que amas de él siguen estando ahí. No handesaparecido.Veabuscarle.Noseastonta.Ellapermanecióensilencio,pensandoenaquellaspalabras.—¿Mehasoído,hija?—Sí.—¿Entonces?¿Loharás?Aquellapreguntaconvertidaendesafíosería,sindudaalguna,unpunto
deinflexiónensuvida.Ahorasólofaltabadecidirsidaresepasoono.DosdíasdespuésZacnoestabadehumor.Jugabaalanzarycogerlaalianzadecasadoal
vuelo, sentado en su sillón de masaje que había colocado de cara alventanalquedabaalaDiagonal.Lavidalesonreíaeconómicamente,sulibroibavientoenpopa,estaban
negociando el precio para comprar los derechos audiovisuales...Cualquieraensusituaciónsesentiríaeufórico.
Peroparaélnadadeesoerasuficiente.Porque se estaba dando cuenta de que todo lo que había querido
conseguirenlosúltimosaños,noleservíadenadasinolocompartíaconLiv,siellayanoestabaasulado.Durante tres años, se había imaginado la cara de alegría, sorpresa y
orgullo de su compañera al darse cuenta de que su trabajo tenía unreconocimiento, de que su sacrifico valía la pena: y de que su libroayudabaaconsentirasumujercomosemerecía,justocomoélnohabíapodidoenesetiempodeárduadocumentaciónyredacciones.PorqueLivmerecía que cuidarande ella y lamimaran justo comoella había hechocon él, hasta que su nivel de desencanto general cruzó la línea de lopermisible.No había sido culpa de ella. Él había sido el culpable al creer que el
amordeverdadnonecesitabadeatencionesnicuidados;creyendoque,sierasincero,eraparatodalavida.Había sido un mendrugo. Incluso las grandes obras de arte y los
grandes monumentos eran imperecederos por el mantenimiento que leshacíanyporlamanodelosrestauradores.Su amorporLivnecesitabauna restauración, yhabía creídoqueSair
pondríaesachispayrecordaríaloqueelloshabíansido.Perono.Fueunamaladecisión.Unaquelohabíallevadoaestarcelosodesupropioalterego.Miróelmovil,quereposabasobresumuslo.En la pantalla estaba el nombre de Livi, su contacto abierto. Habían
pasadotresdíasdesdeelencuentroconellaenlasuite,desdequelatuvofría y tensa entre sus brazos, y pudo disfrutar del calor de su cuerpo,aunquenodesuamornidesucariño.Desdeentonces,nohabíapasadoniunahoraenlaquenopensaraenllamarla.Sinembargo,sabíaqueLivnohablaríaconélsinoteníaunmotivo,yanoleregalabaconversaciones,yZaccomprendíaqueel temaquemás leapremiabade todoseraeldesudivorcio,peroniellaniélparecíaquequisierandaresepaso.¿Loestabanevitandoapropósito?¿Poresonoseponíanencontacto?Podría llamarle con la excusa de ir a recoger sus pertenencias de la
buhardilla,yasípodríaverlayhablarconella.Intentaría un acercamiento y, a lo mejor, afectado por su hermoso
rostro y aquella energía bondadosa que desprendía Liv, él se
desmoronaríaylediríaquenopensabadarleeldivorcioporque,aunqueellanoloquisieraya,élnoibaapermitirquesecasaraconotro.Noleibaa dar ninguna facilidad de ese tipo. Seguramente, eso haría que ella leodiasemássicabe,peroZacnopodíaimaginarseaLivconotrohombrequenofueraél.PoresoodiabaaAma.PoresohabíaacabadoodiandoaSair.Yporeso
seodiabaasímismo,porquehabíaechadoaperderelamorqueesamujerbrillante,inteligenteycariñosaleprofesaba.El timbre de la puerta lo apartó de sus pensamientos. Se levantó del
sillónadesganaysedirigióaabrirlapuertaparaverquiénera.Albertoya había pasadopor su casa para limpiar y traerle la cena.Zac le habíainvitadoacenarconélahímismo,aloqueAlbertodeclinóamablemente.Talvez,suamigohabíacambiadodepareceryseanimabaacocinarparalosdos,porqueZachabíasidoincapazdeprepararnada.No obstante, cuando abrió de par en par, no se encontró a su
mayordomo,sinoasueditora,Anna,vestidasugerentemente,apoyadaenel marco de la puerta de manera coqueta con sendas bolsas de comidahindúenambasmanos.—Me apuesto uno de cien a que todavía no has cenado—le dijo la
morenasonrienteysimpática,comosiempreeraconél.—Losganarías—aseveróZacdejándolaentrar.—¿Teapetececomer?—Annaentróenlacasa,moviendolascaderasde
unladoalotroysonriéndoleporencimadelhombro.Ellaya sabíadondeestaba todo, cómoprepararlo coneficiencia,y se
movíaporsucasacomosifuerasuya.—¿LehasdadolanochelibreaAlbertootravez?—preguntódesdelacocina.Anna lo conocía. No habían sido pocas veces las que se lo había
encontradolimpiandooponiendoenordenlosmuebles.Elladesconocíalanaturalezadesu relación,y lo tratabacomounapersonadel servicio.PeroAlbertonosoloerasumayordomo,tambiénerasuamigo.Comofuera,ledabalasnocheslibresparaquecenaraconsufamilia.Y,
aunque tenía una habitación para él, para que se quedara a dormir, Zacsiempreloinvitabaairse,porqueteníaunoshijosyunamujerquecuidar.En realidad, a Alberto, aunque no lo decía porque era muy discreto,
Annanolecaíademasiadobien.Selenotabaporlotensoqueestabaensupresencia.YZaclocomprendía,porquelaeditorateníauncarácteraltivodifícil de gestionar, aunque él había aprendido a no tomársela en serio.Esanocheno le apetecía sucompañía,peroesamujer tenía lamaníadeaparecerydesaparecerasuantojo.—He traídoMomoypizza India—explicó lamorenamientras servía
los platos en la barra americana de la cocina.Cenarían en los taburetesaltosdediseño.El momo era como unas empanadillas de harina, rellenas de cebada,
carneycilantro,servidaconvariassalsas.Ylapizzaconsistíaenunabasedeharinadelentejasyarrozquesepresentabacubiertaenocasionesporsalsadetomateypicadodecebolla,yestabanrellenas.—Laverdadesquenotengodemasiadahambre—explicóZacfrotándoselanucaconlamano.—Túyyosabemosqueesonoesverdad,escritor—lomirópordebajodesuspestañasysonriósalazmente—.Encuanto
huelasestosetevaaabrirelapetito.Enalgúnotromomento,Zac lehabríadado la razón.Peroeneseno,
porque, sencillamente, no estaba de humor para tener compañía ni oírlahablar sobre proyectos futuros y viajes y beneficios... Nada de eso leimportaba.—Anna,nomeapetece,deverdad.Ella alzó el rostro y entrecerró sus ojos morunos pretendiendo
averiguarasíloquelepasabaenrealidad.—¿Quétesucede?¿Estásdepresivo?—Meapeteceestarsolo.Ellaexhaló,seapartódelamesaycaminóhastaél.Vestíaconesaropa
informalya lavezmasculinaqueprovocaba respetoen losdemás.Conesosandaresyesostaconazos,yelpelocasisiempresuelto,eracomounaatractivaanacondaqueharíapuréasupresa,primeroatrayéndoloconsumirada,ydespués,machacándoleloshuesosconsupropiocuerpo.AZacle divertía que asustara tanto a los demás, porque a él, Anna solo leinspirabarespetoprofesional.Nadamás.—¿Esporlainsípidadetumujer?—¿Cómodices?—dijosorprendido.Noseesperabaunataquedeaquel
tipo.—Bueno,nomenegarásqueesunpocosiesa...—Si siesa es ser educada y discreta, entonces sí lo es —contestó
manteniéndolaarayasinquerertomarseapechosucondescendencia.Annaarqueólascejasnegras,ylascomisurasdesuslabiossealzaron
consoberbia.—¿Tevasadivorciardeellaono?—¿Qué?Annapusolosojosenblanco,comosifueratonto.—Notienesentidoquesigáisjuntos,¿noloves?Túeresunhombrede
muchísimo éxito ymereces a tu lado a unamujer capaz y que esté a tunivel.LosojosdeZactitilaronconasombroporsuosadíaysufaltadetacto.
Le llamó la atención que Anna no mencionara el amor en ningúnmomento. Para ella, la ecuación era fácil: hombre de éxito y mujer deéxitoigualaparejaomatrimonio.Porqueculturalmentedebíadeserasí.Pero Anna no sabía nada de Olivia, ni de lo culta que era, ni de lo
trabajadora que era, ni de cómo hacía funcionar la gran empresainternacionalquellevabaycuyamarcasehabíaextendidoporelmundo.Zac nunca le habló de Livi, y Anna no era adivina. Pero después de
aquel despotismo, la morena tampoco necesitaba saber nada más de sumujer.—Oliviaestáamialtura,soyyoelquenoloestáalasuya—contestó
sincero.—Por Dios—Anna puso los brazos en jarra y negó con la cabeza,
mirándolo de arriba abajo—, vaya calzonazos tonto estás hecho...Deberías abrir los ojos yver dequé está hecho elmundo.No sé cualesfueronlosmotivosparaqueosseparáseis...Pero,ellanoestáatualtura,desdeluego.—¿Yquiénloestá,Anna?¿Tú?—¿Lo dudas? Tú y yo podríamos hacer una pareja espléndida —se
acercóaélyposósusmanossobresupechoparamurmujearcoquetona—. No me digas que no lo has considerado nunca. Nosotros, nuestroéxito...
—pasóeldedoporsupectoralderecho—.Elmundoquenosvamosacomerdecaboarabo.Sialgunavezhabíanecesitadounapruebafehacientedelaatracciónyla
intención deAnna para con él, ahí la tenía, servida en bandeja.Y no legustaba,eraadulador,peronoloqueélquería.Tomósusmanosjuguetonasentrelasdeélylasinmovilizóparadecirle
amablemente:—Anna,eresmuyatrevida.—Lavidaesparalosvalientes,¿nodiceneso?—Yeresmieditorayunaprofesionalexcelente,conlaqueesunplacer
trabajar.Nopuedopedirmásaniveleslaborales.—Ya.¿Pero?—Pero...Cuandomehablasasí,olvidasquesoyperiodistayquesoyun
gran observador. Sé de qué está hecho elmundo, créeme.Y he visto lamierdaquenos rodea a cadaunodenosotros...Tantosprejuicios, tantasapariencias, tanta hipocresía... Es insoportable — afirma obligándola abajarlasmanos—.Poresomecaséconmimujer.Porqueellaeratodolocontrarioalaporqueríaqueveía.Ylosiguesiendoparamí.—Ohporfavor...—dijorojacomountomate,untantopicajosa—.¿Me
vas a decir que sigues enamorado de ella? ¡Pero si fue a tu fiestaacompañadadeotrotío!¡Teinsultóentucara!Sí. Eso era algo que a Zac tampoco le había gustado. Pero detrás de
cadagestoydecadaaccióncontrovertida,habíaunmotivo,unarazóndepeso.YOliviateníamuchasparahacerloquehizo.AunqueesonoevitólarabiaquesintióalveralcabróndeAmahinchadocomounpavorealaliracompañado de su esposa. Joder, solo tenía ganas de plancharlo apuñetazos.Zac se encogió de hombros. Y puso cara de no podermediar en los
sentimientosdesucorazón:—Todos nos podemos equivocar. Y sí, la sigo queriendo a pesar de
todo—ysobretodoapesardequeAnnanosabíadelamisalamitad.—Enserio,Zacari...Noesperabaquefuerastansumiso.—Anna—Zacnegóconlacabeza,censurandosuactitud—.Esunapena
que nunca te hayas enamorado y que nunca te hayan querido como temereces.Creoqueavecesteextralimitas.
Anna cambió el rictus por completo a uno de arrepentimiento yvergüenza, como si el golpe asestado fuesedemasiadobruscopara ella.Acababandedarledesumismamedicina.—¿Porquédiceseso?—quisosaberafectada.—Porque en el amor de verdad —dijo hablando con la mano en el
corazón,sabiendoqueporprimeravezdecía laverdad,queyanohabíavuelta atrás para él—. No hay dominantes. Todos somos sumisos,cedemos, y nos dejamos llevar por los deseos de las otras personas, apesar de que no sean como uno quiere, porque lo que queremos es lafelicidaddelotroporencimadelanuestra—élmismolohizoconSair,pero lohizomal,porquese sintió inseguroante la figura ficticiaqueélhabíacreadoparasumujer.Unpersonajedenovelaatrayenteyseductor.Sairtambiénestabaenél,eraunapartedeéldelaquesumujertambiénsehabíaenamorado—.Porejemplo,yonopuedoserfelizsinotengoamimujer igual de feliz que yo. A mi lado—sentenció al tiempo que esaafirmación actuó comouna bofetada y una revelación expresada en vozalta—.Nunca...Nuncapodréserfelizsi...Siellanoestá—tragosalivaysequedóinmóvil.Annaoscilólosojoshaciaarribayresopló.—Ay, por Dios —hizo un gesto de desdén con la mano—. Vete a
buscarla,anda,sitantolaquieres—laeditoraseapartódeél,ysedirigióalapuertadesalida.Seibasincenarysinprobarbocado,peroeranormaldespuésdehabersidorechazada—.¿Sabes?—miróaZacporencimadelhombroantesdecerrarlapuerta—.Ereselmejorescritorquetengoyvasadarmemuchodinero,ytequieroporeso.Deverdadquesí.—Yyoati.Ereslamejoreditoraquepodíatener.—Pudohabersidogeniallonuestro.—Malasuerte—chasqueóconlalengua.—Peromealegrodequemeabraslosojosrespectoati—unrayode
ternuracruzósusprofundidadescastañas—.Eresunllorón.Yamínomegustacambiarpañales.—Lárgate,serpiente—lesoltóélriendo.Anna se fue y Zac se quedó solo, acompañado del aroma de la cena
hindú.Eraparadospersonas.
Capítulo11
LiviacariciabaaCaballopordetrásdelasorejas.Estabansentadosenelbalancín del porche delantero. Su enorme dogo permanecía reposadoentrelaspiernasdesudueña,decaraaLivi.Asuanimal leencantabaque lo tocaray lehicieramimos,yhacíaun
par de días que reclamaba especial atención. Tal vez había cogido unaotitis o estaba un poco constipado. Si al día siguiente continuaba así demimoso y holgazán, lo llevaría al veterinario para que lo visitaran,porque Livi sabía cómo eran los animales, y cualquier cambio deconducta,puestoquenopodíanhablar,debíaservigiladoconlupa,ymásaúnenundogocomoelsuyo.—¿Tegustaqueterasqueaquí?—lepreguntóuniendosufrentealade
élmientraslerascabalapartetraseradelcuello.Caballo parecía sonreír muerto del gusto, y Livi lo entendía
perfectamente, porque a ella le encantaban las cosquillas y losmasajes,como los que antes le daba Zac. Ahora, días después de escuchar laspalabrasdesumaridoyoírdesubocaloesquivaqueellatambiénhabíasido con él y lo difícil que le había resultado a Zac acercársele, habíahecho inventario de recuerdos y se había descubierto siendo estúpida yfríaacausadeldesamparoalqueéllaabocó.Porque sí, era una mujer y, como tal, quería que la mimaran y la
cuidaran,comoellahabíaintentadohacerconélenesetiempo,aunquenocon tantadedicacióncomosu rencorysu faltadeculpa lehabíanhechocreer.Alfinal,laculpadeunaseparaciónodeunaruptura,norecaíasoloenunapersona.Recaía en losdos, porqueunohacíay el otro le dejabahacer.Liv tuvo que cuadrarse. Tuvo que haberle gritado y haberle hecho
reaccionarynotratarleconlapermisibilidadylamanosuaveconlaquelo hizo. Si se sentía abandonada, tendría que haberse encarado con él ymolestarlo,empujarleyhaberleechadoencarasuparsimoniaylopocoquelefaltabaaellaparaquedejaradesentirganasdeél.
Fuetonta.Yunacobarde.Ynobastababuscarexcusasenquesiéleraescritor,que si su trabajomerecíaconcentraciónypocas interrupciones.No.Nadadeeso.Cuandosetratabadeamorydelafelicidaddeuno,lodemáspasabaa
sersecundario.YLivi permitió que todo le pasara por delante, antes que sus propias
necesidades.—Séqueleechasdemenos—murmurósindejardeacariciaralperro
—.Éltehacíamuchacompañía,¿verdad?Estabacontigosiempre...Caballo torció la cabeza a un lado y la escuchó atentamente, como si
supieraquehablabade sudueño,deZac.Se relamióelhocicoygimió,buscándoloalrededor.Livsehabíaplanteadomuchasveces,despuésdehablarconsumadre,
el ir a buscar a su todavía marido. Y exponerle, como mejor supiera,cómosesentíacontodoysiestabadeacuerdoonoeneldivorcio.Después de todo lo dichoy todo lo hecho, parecía incluso surrealista
decirlequelequería,yqueeradeéldequienestabaenamorada.Quesuausencia lahabíamenguadoy leenseñabadíaadíaquécosas,dentrodetodolopermisivaquefue,habíahechomalconél.Zac y ella se habían enamorado locamente y habían tenido un
matrimonioconunpicoaltoymaravilloso,paraqueluegoañotrasañocayeraenpicado.Nolosupieronllevar.Nuncaimaginóqueconeltiempoaquellaruptura
acabaríapasando.Porquesussombras juntoserangigantes, tenían tantossueños...¿Paraqué?Paraquealfinal,lasmismassombrasqueellosreflejaban,
acabaranapagandotodalaluz.Pero,nadienacíaaprendido,¿verdad?—¿Olivia?Livselevantódegolpe,reteniendoaCaballoqueyaselanzabacontra
aquelinvitadoinesperado,quehabíallegadoapie.—¿Ama?La relación con Ama se había quedado en stand by desde el sábado
pasado,enelqueélledijounaseriedecosasdesagradablesquenoveníanacuentoyqueellanohabíaesperadooírjamásdesuboca.Si bien era cierto queAma no era sumejor amigo, sí resultó ser un
compañero de trabajo excelente.Un buen compañero, en definitiva, quesiempreintentóhacerlasentirbienycuyasbromasyveladasinsinuacionesnuncalaincomodaron.Perocuandosecruzabanlíneascomolasdehacíatres días, era muy difícil volver a mantener el mismo tipo de vínculo,porqueunodelosdosqueríaalgodelotroqueelotronoestabadispuestoa dar, o no estaba interesado. En este caso, era Ama quien se habíaconfundido.Livi leenvióunpardemensajesparaquehablaransobre lo sucedido
mientrasdesayunaban,peroAmalaesquivóaludiendoqueteníaquehacerunpardevisitas.Nopensóquetendríalaosadíadenuevodeiraverlasinavisarla,ymásdespuésdelosucedidolaúltimavezconZac.Yahora lo tenía ahí enfrente, conunacervezaen lamano,y losojos
enrojecidosquedemostrabanqueaquellanoera,nide largo, laprimeraquesetomaba.Así que abrió la puerta individual de la entrada del jardín y entró sin
más, caminando hacia ellos como si no tuviera ningún peso sobre susespaldas.—¡Caballo, sit! —ordenó Livi a su perro tranquilizándolo. El dogo
podíapercibirlasenergías,yAmadesprendíaunamuyebria.Deahíqueelanimalquisieraprotegerasudueña—.Nopasanada.Yaloconoces.EsAma.PeroCaballonoestabamuydeacuerdo,porqueeseAmanoeracomo
eldelavezanterior.—Hola,rubia—lasaludóalzandolabotelladecervezaqueteníaenla
mano.—¿Quéhacesaquí?—Puescreoque...Nosé—seencogiódehombrossonriendocomoun
niñoinocente.—¿Estásborracho,amigo?—lepreguntóamistosamente.—Esposible—nosubiólasescalerasdelporche,peroapoyóunpieen
unescalónydejócaertodoelpesosobresurodilla—.Esteesunodeesosmomentosenlosquenosabesporquérazónhacesloqueestáshaciendo.
—¿Ah,no?—Liventrecerrósusojosazulesparaestudiarloconrecelo—.Meextrañaenti,porqueeresdelosquelotienetodoestudiado.Amarióincréduloaloíresaspalabras.—Sí,sí...Estudiar.Esposiblequemegusteanalizarsituaciones...Pero
me sirvenparavender.Para que la genteme compre.Tenías razón—laseñalóconuníndiceuntantoinestable.—Ama...Heintentadohablarcontigoestosdías,peromehasignorado.—Bueno.Unhombretienesuorgullo—chasqueóconlalengua—.Yyo
necesitabaretirarmeparapensarquémierdahehechomalcontigo.—¿Cómodices?Caballo ladró, yLiv se obligó a encerrarlo en la casa, porque estaba
demasiadoenguardia;aunquenoinvitóaAmaaentrar.Saliódenuevoparahablarconélenelporche.—Sí,Liv—reconociódandootrosorboalacerveza—.Algohetenido
quehacermal...Porque llevoesperandomucho tiempoparaquedejesalperdedordetumaridoymeelijasamí—dijosininflexiones—.Yahora...Ahoraqueporfintehasdadocuentadequenotienesnadaquehacerconél,yqueporfinyopuedoentrarenescena,nometienesencuenta.Era impresionante ver a un hombre grande y apuesto comoAma, tan
desorientadorespectoaalgocomoelamor.Peroclaro,Amanosabíaquéera eso; él conocía la caza, el cortejo, el adulamiento...Y tal vez, pensóque con ella lo tenía muchomás fácil porque ya se conocían. Una vezeliminadoaZacdelaecuación,éltendríaelcaminolibre.Peronadamáslejosdelarealidad,porquenuncanadaeratanfácilen
losdesigniosdelcorazón.—PorDios,Ama—susurróincómoda—.Mira,nosécuántascervezas
tehasbebido...—Las suficientes como para que no me dé vergüenza llorarte y
humillarmeunpocomás—sesorbiólanarizconelantebrazo.—¿Perollorarmeparaqué?—Olivianoselopodíacreer—.Yatedije
lo que había el sábado, Ama. No he querido jamás ni confundirte nihacertecreernadaque...—Yoloquecreo—dijoaturdidoporelalcohollevantandoeldedopara
hacerlacallardegolpe.Subió lasescaleras—.Esqueno lohaspensadobien.
—¿Quenohepensadobien el qué?—diounpaso atrás—.Por favor,Ama,meestásponiendonerviosa.—Chist—seinclinóhaciaadelanteavasallandoaOlivia—.¿Cómovas
adeclinaralgoquenohasprobado?—¿Qué?Amalaagarródelacinturaylapegóasucuerpoparaecharleelaliento
acervezaenlacara.—No te atrevas, joder —lo regañó intentando apartarlo—. Te
arrepentirásdeestoymeobligarásahaceralgoquenoquierohacer...EnelinteriordelacasaCaballoladrabasindetenerse,porquepercibía
laansiedaddeLivi.—¡Que te estés quieto, joder! ¡Aparta las manos! Livi se estaba
enfadandoconél,Amaseponíapesado.—Lo mejor es que nos besemos. Así sabrás que también te puedes
enamorardemí.—¡¿Tehasvueltoloco?!—Noseasestrecha,Livi...—dijoentredientes—.Somosamigos...Es
solounbeso...TehastenidoqueaburrirmuchoconZac...—DejadehablardeZac.Éldesdeluegonuncasehacomportadocomo
tú.—Porquenoesunhombre.Esunputofantasma—justoenel instanteenelque ibaacomerle laboca,alguien tiródel
cuellodesucamisetablancaconfuerzahaciaatrás,ylohizovolarporlosaires.Liv se quedópálida al ver el rostro que las sombras de su porche de
maderaylaslámparasdeljardínocultabansinéxito.Porque a pesar de la oscuridad, unos ojos negros conocidos y más
agresivosquenunca,fulminabanalhombrequeestabaenelsuelo.Zachacíalomismotodoslosdíasdesdequesefuedesuantiguacasa.
Alanochecer,sequedabaaparcadoenlaaceradeenfrenteconsumoto,ocultoentre losárboles,yesperabaelmomentoenelqueLivyCaballosalíanalporcheasentarseoenelbalancínoenlasescalerasparadisfrutardelaapacibletemperaturadelatardecer.Aquelerasumododepermanecerahí,deseguirconellos,decreerque
nadahabíaacabadoyqueestabaal ladodesumujerydesumascota,sumejoramigo.Porsupropiodescuidoyconformismoloshabíaperdidoalosdos,de
ungolpedolorosoeinesperado.Eraunapérdidabrutaleinconmensurableparaelcorazóndeunhombre.Por eso vivía de esa fantasía, y los observaba desde la lejanía, para
autoconvencersedequesuhogarseguíasiendoeseynootro.Peroenesapostalquetantoañoraba,nocabíalugarparaAma.Asíque,
cuando lo vio aparecer y comprobó la actitud que llevaba el rubioprepotente,Zacnolopensódosveces:sefuecomoundemonioaporél.—¡¿Zac?!—gritóLivasustada—.¡Zac,Diosmío!—¡Ven aquí, hijo de perra! —Zac agarró a Ama por el cuello y lo
levantóparaacontinuacióndarleunpuñetazoentodalacara.Cuandolovolvióatumbar,ZacsesubióahorcajadassobreAmaylo
zarandeó.Así,losdosjuntoscomoestaban,Livcomprobóquesumaridoeramás
alto y más ancho, incluso más hombre que su amigo, que se habíacomportadodemaneradeplorable.—¡Esteeselprimeryúltimoavisoquetehago!¡¿Meoyes?!—legritóZacauncentímetrodelacara—.¡Dejaenpazamimujeryamifamilia!—¡Me...Mehasrotolanariz!—sequejóAma.—¡Dejaderondarlacomounahiena!¡Otedeformoesacaradeputón
quetienes!¡¿Entendido?!—cuandoAmanocontestóporqueaúnestabaenshock,Zacrepitió—.¡¿Quesimehasentendido?!—lediounabofetada.—S-sí—contestóAmaconelrostroensangrentado—.—Zac...—susurróOlivia con la boca cubierta por lasmanos—.Deja
quesevaya.Zac lamiró, volviendo de repente a la realidad, y se alejó del rubio
comositocarloledieraasco.Amaselevantórenqueante.—Tevoyadenunciar—espetórabioso.—No lo harás —lo cortó Olivia—. Lo que has hecho hoy no tiene
perdón,Ama.Estásdescontrolado...Estotendráconsecuencias.
Amaseapartólasmanosdelanarizsoloparacomprobarquelasteníaempapadasensangre.MiródereojoaLivygruñó:—Pueséchame.Págameunaindemnizaciónylárgame—laprovocó—.
Pero te aseguro que no voy a salirte barato.Además, cualquier cosa esmejor que ver como estemierda—dirigió aZac unamirada de odio ydespechoescatológico—,sellevaelpastelsinmoverunputodedo.—Créemequemuevomuchos—insinuóZacmoviendolosdedoscomo
si tecleara una máquina de escribir imaginaria. Sonrió solo paraenervarlo,yloconsiguióatenordelbramidointernodeAma.—Ama,veteacasa—leordenóLiv.Zac nomovió unmúsculo, puesto como un centinela entre Liv y ese
borracho.—Sí,Ama,veteacasa...—¿Esestoloquequieres,Liv?¿Auntíoasíatulado?—miródearriba
abajoalquetodavíaerasumarido.—Almenos,ahorasé loquenoquiero—contestómuydigna—.Yno
quierotenernadaquevercontigo,Ama.Mehasdecepcionadomucho.El rubio cambió el semblante a uno de dolor y desprecio hacia ella
cuandoescuchóaquellaspalabras.—Pues ahí te quedas —fue lo último que dijo—. Quédate con este
gandulconsangredehorchata.Yomevoyparasiempredetuvida.A Liv le supo mal, porque creía que Ama era un buen amigo, pero
estabaequivocada.Talvezsiemprequisolomismoyella,cegada,nuncaloadvirtió.CuandoAmasalióde lacasayLivyZacsequedaronasolas,ellano
sabíamuybienquéhacerocómoactuar.HastaquesediocuentadequeZacteníalosnudillosensangrentados.—Tehashechodaño—ledijoenvozdébil.—¿Eh?—elcuerpodesumaridosegiróporcompletoparaencararlay
su rostro la dejó sobrecogida. Su belleza continuaba dejándola sinrespiración.—Tumano,Zac—Liv dio un paso adelante, lo tomóde lamuñeca y
tiródeélparaentrarloenlacasa—.Dejaquetepongaalgo.
Capítulo12
Todoolíaigual.ALiv,aamor,ahogar.Elpechoseleencogióalestardenuevoenaquellacasatanqueridapor
él.Nadahabíacambiado.Todoseguíaensusitio.CuandoCaballovioaZac,selanzóencimadeélparalamerloydarlela
bienvenidaporsulargaausencia.—Hola,campeón—ledijoZacaturullado—.Sí.Yotambiénteechode
menos.—Puesnoloparece—intervinoLivsaliendodellavaboconelbotiquín
deemergencias—.Nohasvenidoaverloniunasolavez.—Lohevisto todos losdías—contestóZacapoyadoen lapuerta, sin
apartarlamiradadesuperro.Liv, nerviosa y agitada por la escena vivida, se quedó inmóvil ante
aquellacontestación.—¿Todoslosdías?¿Aquéterefieres?—Menoscuandotefuiste...Perotodoslosdías,alatardecer,vengocon
lamotoy...Leveo—tragósaliva—.Osveo.Elladejóelbotiquínconlentitudsobrelamesatipobarraamericanade
lacocina.Sequedópensativa,asimilandolainformación.—¿Por qué? —quiso saber. Maldita sea, nerviosa como estaba le
temblabanlasmanos.—Porque, a pesar de todo, a pesar de mi nueva casa y mis nuevos
proyectos,solocuandoteveíaatiyaCaballo,eraelúnicomomentodeldíaenelquemesentíaencasa.Señor...Livnoqueríaniimaginarseloquedebíadolertenerelhogaral
alcancedelamanoysaberquenoerasbienvenido.Zaclohabíapasadotanmalcomoella.—Ya...—musitó—.¿YAnnatepermitíaquesalierasdesucastillo?—
preguntócelosaypuntillosa.
—Anna es solo mi editora. Nada más—habló con contundencia, sinapartarsedelapuertabajoningúnconcepto—.Ytú...—¿Yo?—EsperoquenuncamásvuelvasaacercarteaAma...—Amayyosóloéramosamigosycompañerosdetrabajo.Y,aúnasí,
no sé por qué te importa lo que yo haga o deje de hacer si queríasdivorciartedemí.—¡Nomevengasconesas,Liv!—exclamóenmudeciéndolaycaptando
todasuatención.—Nomegritesasí—replicóLivenvozbaja.—¡Claroquetegrito!—continuóélacercándoseaella—.¡Claroquete
grito! ¡Porquequieroque tedes cuentade loque estamoshaciendo! ¡Séquehehechocosasimperdonables!—Latomódelasmuñecasylaatrajoasucuerpo—.¡Séquemeheequivocadomuchísimo!¡Ytepidoperdón!—se relamió los labios resecos y la miró apasionadamente, de maneradesesperada—.¡Losientoportodo!¡Lamentonohabersidolomejorparati!—latomó
delasmejillas—.Lamentohabertehechosufrir,Livi...Aellaselellenaronlosojosdelágrimasporque,eso, justamenteeso,
era loqueestabanecesitandodeZac.Vidaysentimientoensuspalabrashaciaella.Queríavereldolorensusojos,lapasión,larabia,elmiedoaperderlo
todo...Porqueesoeraloqueellahabíasentidoensilenciodurantemuchotiempo.Queríaveralescritor intenso,albestsellervehementededicarleunaspalabrasllenasdeintenciónaella;soloaella.Yenesemomento,Zaceraesoymuchomás.—Noséquédebodehacer...Séquetedijequequeríaeldivorcio.Pero
soyunmiserableporhabertepedidoeso,ymásdespuésdelasituaciónenlaquetepuse...Liv.—¿Qué?—apenaslesalíalavoz.—¿Quédebemoshacer? ¿Qué es lomejor para nosotros? ¿Crees que
separarnos es lo correcto? Porque yo... Yo pienso en romper nuestromatrimonio y se me cae el mundo encima. Yo no quiero que nosdivorciemos,Liv.¿Tantodañonoshemoshechoqueyanonospodemossalvar?Noquieroalejarmedeti.Porfavor,miamor...—lesuplicó—.No
meechesdetuvida.EseerasuZac.Elmásimpetuoso,porquetambiéneraelquemásmiedo
tenía.Livapenaspodíahablar.Hipabadel llorosilenciosoque leencogía la
barriga,ylaarrasabacomounríobravo.Peroellanoteníalasrespuestas.Después de todo: ¿qué debían de hacer? ¿Se merecían una segundaoportunidad?¿Selamerecíaella?¿Selamerecíaél?Agachólacabezaynegóperdida.—Yonoséquéeslomejor,Zac...Medamiedoqueolvidemos...Meda
miedoqueconeltiemponospaselomismoynorecuerdequéesloqueecho de menos de nosotros —murmuró abatida y con una honestidadsobrecogedora. Entonces, hizo un puchero y empezó a llorardesconsoladamente.Zac, le levantó el rostro entre las manos, y con ojos ardientes y
desesperadossentenció:—Entonces, déjame que te lo recuerde, Livi. Porque yo sí queme he
echadodemenoscontigoyteherecordadotodoslosdíasdesdehacecasidos años — justo cuando empezó el verdadero declive entre ellos—.Quierodedicarmeatiencuerpoyalma,Liv.Telomostraré.Zacbajó lacabezay labesócon toda la locuray lapasiónquesentía
porella.Livseviolevantadadelsuelo,conunbesoapabullanteyenmudecedor
quelearrebatabalossentidos.EraZacynoSairquienlabesabaasí,contantasganas.EraZacynoSairquienlemetíalalenguaenlabocaparaacariciarlay
saborearlaporcompleto.Era Zac y no Sair quien, conmanos presurosas, intentaba quitarle la
ropaaltiempoquebesabacadatrozodecarnequeexponía.YLivcreíavolar.Poresoseentregóaaquelfrenesídehacerelamor.
Comoalprincipio,cuandocualquiersuperficieerabuenaparademostrarcuántoseamabanycuántaprisateníanendecírseloabesos.Zaclasentósobrelamesatipodelacocinayleabriólaspiernaspara
colocarseentreellas.—Yosí terecuerdo,Liv...Yo.—ReiteródejandoclaroqueSairahíya
noexistía.
Livnoquería hablar, necesitabaque la siguiera besando, porque cadacontacto de sus labios sobre los suyos eran un chute de adrenalina portodosucuerpoyleponíalapieldegallina.Él le abrió la camisa tejana hasta que los botones saltaron en todas
direcciones, y entonces la dejó colgando por una de sus muñecas.Desabrochó el cierre delantero del sujetador y cuando pudo ver lospechos deLiv, todo su rostro se quedó compungido de placer, como siacabaradecorrerse.—Liv... —gimió cubriendo sus pechos con las manos, le cabían
perfectamente—.Liv...Nosabescuántotenecesito.Zac se abalanzó sobre ellos paramamarlos como sabía que a ella le
gustaba.Ylaenloqueció.Los mordisqueaba, los lamía, tiraba de ellos... Y después, vuelta a
empezarhastaquesevolvieronhipersensibles.Élnoaguantaríademasiado.Livlonotabaencómofrotabasuerección
entresuspiernas.Estabadurísimoeimponenteyqueríaentrarenellaconurgencia.Así que Zac le bajó los pantalones tejanos que llevaba y arrastró las
braguitasconellos.—Zac...—murmurócuandoéllaobligóaestirarsesobrelasuperfície.No ledijonada.Soloescuchócómosearrodillabaydespués,notóel
lascivocontactobestialylacerantedesulenguaenlavagina.Zac se comportaba como un oso ante un tarro de miel. La estaba
degustandocon tantoagradoqueLiv se excitabacadavezmáscon solooírsussuspiroscomplacidos.Leabríalaspiernas,selasapoyabaenloshombrosyZacaprovechaba
paraintroducirlelalenguaydespuésfriccionarlacontrasuclitoris.Livpalpitabaapuntodechillarporelorgasmoqueibaaazotarladeun
momentoaotro.Pero él quería torturarla.Así que sin dejar de comerla, introdujo dos
dedosensuinterior,hastalosnudillos,yempezóameterlosyasacarlosdandoestocadasconsulengua.Curvabalosdedos,losabríayloscerrabaydespuéslocalizabaesazonaerógenadesuinterior,paraacariciarlaconinsistencia.
Livseagarróasupelo,yseinclinóhaciaadelanteparagritarcuandoelorgasmo explotó en la boca de Zac, y en el interior más profundo deOlivia,queconvulsionabadeéxtasissobrelabarra.Zacnoladejódescansar.—Losiento,Livi—ledijoconloslabioshinchadosporsusbesos.Sellevólasmanosalabragueta,yselabajó.Respirabaatrompicones.
Entonces, se sacó el miembro para acariciárselo, pero tuvo que pararporque la imagendesumujerabandonadaaélprovocabaqueeyaculararápidamente.Acontinuación, la tomóde lasnalgaspara acercarla al extremode la
barra,yquesobresalieranunpocodelasuperfície.Guiósuerecciónhaciasuvaginaylaacaricióconella,disfrutandode
lohinchadayresbaladizaqueestaba.Liv lomirabaentre suspestañas largasy rubias,y semordíael labio
inferior.—Zac...Zaclatomódelpeloenungestoprimitivoyposesivoylaempalócon
lentitud, ensanchándola sin darle tregua y disfrutando de cómodesaparecíasupenesuccionadoporelsexodesuesposa.CuandosustestículosgolpearonlasnalgasdesnudasdeOlivia,yélya
no pudo adentrarse más, colocó la palma de la mano abierta sobre elvientreplanodeLivypresionóligeramentehaciaabajo.—¿Menotas?—lepreguntó.Livasintióensilencio,asombradaporlafuerzadeZacyporelmodo
que estaba teniendo demarcarla. Le hacía el amor para arruinarla, parahacerledependientedeél,yLivlosería,porqueaquellaposesióneratantotalquelosentíaportodaspartes.Entonces sus estocadas se hicieron firmes y persistentes, y su pulgar
empezóaacariciarsuclitorishipersensible.Enalgúninstante,nosabíacómo,seencontróconlaspiernasencimade
loshombrosdeZacyunodesusdedosjugandoconsuzonaanal.Noselopodíacreer.Sumiembroanchoygruesoleabríaelúteroyla
matriz, pero su dedo, estaba abriendo su parte trasera. Y cuando entróparcialmente, Liv tuvo que agarrarse a la mesa para no salir disparadadebidoalorgasmoquelarecorrió,hastaelpuntoenqueperdiólanoción
de la realidad y de las fantasías. Tenía la sensación de que se lo habíanhechodoshombresalavez.Peroallí,metidohastael fondo,corriéndoseahoraensu interior,con
susojosnegrosancladosenlossuyos,solohabíaunhombre.Solouno.Nodos.YesehombreeraZac.Cuandosedesplomóencimadeella,seencargóderecordárselo.—Soyyoquientehaceelamor.Soyyoquiente lohahechosiempre.
Recuérdame,Liv.Recuérdanos.Tú,yoynadiemás.Aquelruegoselequedógrabadoenlamenteyenelcorazón,juntocon
elsabordelaslágrimasdeZacquecaíansobresusmejillasacaloradas.
Capítulo13
Aldíasiguiente,Livnopodíanitrabajar.DespuésdehabersidoposeídaporZac,ellasequedómudacuandolo
viovestirseymarcharsecomosieldiablolepisaralostalones.¿Enserioseiba?Livpermaneciódesnudayfría.Hacíaunmomento,acariciabaelpelosuaveymorenodeZacmientras
él estaba apoyado en su hombro, disfrutando de las palpitaciones de sumiembroensuinterior;yunmomentodespués,Zacseapartabadeellaysevestíasinapenasmirarla.—Noquieroquejuguemosaesto,Liv—ledijoZacabriendolapuerta
de lacasayagachándoseparaacariciaraCaballocon todosucariño—.Yoyatehedicholoquesientoyloquequiero.Tequiero,nuncahedejadodehacerlo.Nisiquieracuandotehacíaelamorsabiendoquetúpensabasque era otro hombre. He dado mucho... —aseguró acongojado—. Ytambién me he equivocado mucho. No voy a mover más ficha, Liv. Siquieresalgodemí,yasabesdondeestoy.Lapelotaestáentutejado.—Selevantódelsueloylamiróporúltimavez,conlosojosveladosdeamorytambién de resignación—. Tú tienes la última palabra. Soy yo el quequierovolver.Túdirássimeaceptasono.Liv quiso haberle dicho que no hacía falta que se fuera, que podría
haberpasadolanocheahí,perohaceresoerajugaralmatrimonioquenoeran,aunqueelladeseabavolveraserlo.Porque sí. Había decidido recuperar su relación. Solo que no quería
precipitarse.Estabatanasustada...Taninsegura...Esamismamañana,susecretaria le informóqueAmahabíapedido la
cuenta,yqueseacababadedespedir.Al menos, no se había ido por las malas ni había forzado a que la
empresalollevaraaunjuicioqueélperderíacontodaprobabilidad.Erainteligente,ysabíaloqueeramejorparaél.Menosmal.
No tardaría demasiado en recibir noticias de sumadre y de su padrepreguntando qué había pasado conAma.Liv les diría la verdad, porqueestabahartadeocultarlescosas.Mientrastanto,nohablaríaconsuexdelegado.Solo el tiempo, si Dios quería, haría que ambos hablaran
civilizadamentesobrelosucedido.En un futuro próximo, desde luego que no. Ya que todo era muy
recienteynoestabademásadmitirqueloshechoshablabanporsísolos.Ama había cruzado una línea que se antojaba insalvable. Ya nunca
podríanvolveratenerlamismarelación.TereyFinasepresentaronensuoficinaparallevárselaadesayunar.Liv
habíaquedadoconellaspreviamenteparapoderhablarlesdecómohabíacambiadosuvidaenlosúltimosdías.Necesitabaapoyoybuenosconsejos.Ellaslaqueríany,seguramente,leaconsejaríanlomejorparaella.Después de que sus dos amigas escucharan toda la historia, desde el
encuentro en el cóctel hasta lo sucedido el día anterior, Fina ya habíaengullidodosmagdalenasMilkayTeresehabíatomadodoscafés.Ningunadeellasparpadeaba,incrédulasysorprendidasporlonarrado.—Enserio,Liv—dijoTerepatidifusa—.Lotuyoesdepelícula.—YyoquepensabaqueAmaeraunbuentío—confesóFinaconpesar—.Vayacagada.—No es mal tío—intento defenderlo Olivia—. Es solo que no lleva
demasiadobienquelediganqueno.—AmíAmamedaigual—aseguróTeretaquicárdica—.Vamosaver,
que Zac se ha despertado... Y se ha convertido en Follaman. Que ahoraresulta que es un empotrador, ¿te das cuenta? Tienes un maridoempotradorynolosabías—lamirócomosifueraunextraterrestre.—Sí lo sabía—afirmóOlivia comiendo un cachito de sumagdalena
antesdequeFinaselarobara—.Essoloque...Hubounmomentoenquelo dejamos de hacer. Nos olvidamos de que debíamos tratarnos bien ymimarnos.—Esodeberíadeserdelito—dijoFinaechándoseelpelohaciaatrás—.
Tengolosestrógenosporlasnubesynecesitofollarcasiacadamomento.Amímimaridonomepuededejarsinmidosis—pusolosojosenblanco—.Bueno,y...eliminadosaSairyaAmadelaecuación,¿quévasahacer?
¿VasadarleotraoportunidadaZacodascarpetazo?—Yo se la daría —Tere levantó la mano—. Y lo tendría como un
esclavosexual.—Tumenteestámuysucia—arguyóLivconunasonrisa.—Mira,siyanolevasahacerpagarpornada,almenosqueseesmere
encomplacerteapartirdeahora—expusolamorenadeojosverdes—.Eslojusto,joder.Quetelohahechopasarmuymal...—Bueno, yo tampoco he sido una santa... Pude haber sido de otra
manera y no cerrarme en banda. No es fácil actuar desde el despecho...¿Quéharíaisvosotrasenmisituación?Fina yTere semiraron y después fijaron sus ojos llenos de apoyo y
verdadenlosdeOlivia.—Túlequieresyéltequiere—explicóFina—.Sisoiscapacesdedejar
atrásvuestrasafrentasycentrarosenqueelamorqueosuneesmásfuertequeeldolorqueoshaintentadoseparar,entoncesnolodudes,cariño—dijosudulceamigatomándoladelamano—.ConZachaspasadotodoloquesepuedepasarenunavida,yhasconocidoenéladoshombresquetehanenamoradodecaboa rabo.SiZacasumequeademásdeClarkKenttambiénpuedeserSuperman,vasaserlamujermásenvidiadadelplaneta.Puedequetúhayastenidounapacienciaquenosotrasigualnohabríamostenido...—meneólacabezaconsternada—.Peroalomejorsetratadeeso.Deestaralasdurasyalasmaduras,¿nocrees?Sitenéiselvalordequerercontinuarjuntos,esqueesamordeldeverdad.Nolodejéisescapar.Tereseencogiódehombros.—Amínomemiréis.Zacahoramecaemuybienyeselprimerodemi
lista. La cuestión es que, después de todo, y de comprobar que nuestroradardetectamachos está totalmente atrofiado...Creemosquenohayunpichónmejorparati,Liv.Asíque:¿Ytúquéharíaspor...?¿Yquéharíaellaportenersuvidadeantes?¿Quéharíaellaporrecuperareseamorperdido?LanochepasadaZac
lehizoelamordeunmodoapasionadoyentregadoqueLivaúnnosabíacatalogar.Eranunmatrimonioquehabíanpasadopormuchísimasdificultades,y
aúnasí,despuésdeecharsedemenos,erancapacesdehacerelamorcomo
laprimeravez,dedescubrirsedenuevo.¿Noeraesomaravilloso?¿Podríanempezardesdecero?O mejor aún, ¿podían empezar sabiendo qué errores no volver a
cometer? Su matrimonio había estado apunto de morir de sueño, peroambos habían despertado. Si todavía quedaba amor, ¿por qué nointentarlo?Aquellaeralapreguntaquesehacíacuandoentróensucasa,yviouna
imagenquelesobrecogióelcorazón.Caballo no había salido a saludarla ni a darle la bienvenida porque
estaba tumbadode ladoenelsuelo,con la lengua ligeramentemoradayrespirandoconmuchadificultad,hiperventilando.Liv dejó caer al suelo el bolso y corrió a arrodillarse al lado de su
perro.—¡¿Preciosomío?! ¡¿Qué tepasa?!—lepuso lamanosobreel torso,
encimadelacajatorácicaqueseexpandíacondificultad—.¡Caballo!Su perro no tenía fuerzas ni para lloriquear. Liv lo intentó coger en
brazoscomopudo,peropesabamucho.Asíque,nolodudóunsegundo:laprimerapersonaqueselepasópor
lamenteavisarparaayudarlaasalvarasuperroera también lapersonaconlaquequeríavolver.Agarróelteléfono,controlandoelpulsodelhermosodogo,yesperóa
quedescolgara.—¿Livi?—¡Zac!—¿Liv?¿Quépasa?—preguntóasustado.—Es Caballo. No... No está bien —empezó a llorar presa de la
frustraciónyeldesconocimiento.—Voyparaalláahoramismo.Lohabíaningresado.CaballoestabaenelveterinariodeUrgencias,y lohabían intervenido
deinmediato.LivyZacsesentaronelunoal ladodelotro,conlasextremidadesen
contacto.Ellasorbíaporlanarizynopodíadejardellorar.Zacsemanteníaen
silencio,tenso.Había cargado con Caballo, lo había metido en el Jeep, y había
conducido tan rápido que era consciente de que le llegaría más de unamultaasucasa.Peronadadeesoimportaba.Loúnicoquetrascendíaerasaberquesuhermosoperroserecuperabadelatorsióngástricaquehabíasufrido.ZacyLivconocíanlapatología,yademástambiénsabíanquelasufrían
perros grandes de caja torácica ancha. Pero nunca imaginaron que superroseríaunodeellos.Tenían la suerte de que lo habían cogido a tiempo y rápido, y eso
posiblementesalvaríalavidadesuanimal.Porlamentedelajovennodejabaderondarleunpensamiento:siZac
hubieseestadoencasa,habríaadvertidoelcomportamientodeCaballoylohabríallevadoalmédico.Seguramente,nohabríasufridotantoy...—Liv,sevaaponerbien—latranquilizóZac.—Eso espero —dijo con voz débil—. Porque si le pasa algo... Me
muero,Zac.—Caballo es un bestia —aseguró para autoconvencerse—. Es muy
fuerte.Eseperrosehatragadouncalcetínynolehapasadonada.ElrecuerdohizosonreíraLiv.Seacordabadeeso.—Ese perro —continuó Zac pasándole una mano relajante por la
espalda—.Noteníadosmesesyyamachacabapiedrasconlamandíbula.Ynolehacíannada.—Sí —asintió Liv retirándose el pelo de la cara, intentando
sobreponersealmiedo.—Eseperrosecomiómialianzaylacagóentera—murmujeóZacriendo—.¿Teacuerdasdetucarade«nomepuedo creer queno se hayadeshecho»?—increíblementeLiv
dejó ir una pequeña carcajada—.Y lo que es peor—suspiró—.Caballonoshaaguantadoalosdos,Liv.Yhemossidomuydifíciles—lepasóunamano por el pelo rubio y fino que él adoraba—. Que se le gire elestómagoessolounaminucia.Selehatenidoquegirarmilvecesalverlogilipollasquehemossido.Livlevantólacabezaypestañeóparaapartarselaslágrimasyencararlo.
Élerasumarido.Elhombrequehabíaelegidoparapasarelrestodesuvida.Ysealegróalcomprobarquetodavíateníaeldondetranquilizarlaytemplarsusnervios.¿Cómonoibaatenerlo?EraZac.SuZac.—Saldrádeesta,preciosa—ledijocondulzura.—Zac,yo...Enesemomentoelveterinariointerrumpióloquefueraqueibaadecir
Liv.Teníabuenasnoticiasparaellos.Laintervenciónhabíasidounéxitoy,Caballo,talycomovaticinóZac
habíasalidodeaquel incómodoepisodioconéxito.Queestaríadosdíasingresadoyquedespuésselopodríanllevaracasa.Elabrazoquesedieronfueimpagable.
Capítulo14
LivleyóelwhatsappdeZacdiciendoqueCaballoestababienyquesehabíadespertado.Demaneraintransigente,lahabíamandadoasucasaadescansar.Ellallevabatodoeldíaenpie,nohabíanicomidonisehabíaquitado
los tacones,y él ledijoqueestuviera tranquila, queél sequedaría enelhospitalparacomprobarqueestabatodobien,ydespuésseiríaadormirpara al día siguiente, regresar a primera hora de lamañanay visitar denuevoasumascota.PeroLivno se podía relajar. Primeroporque los nervios de ver a su
perroasílahabíandestrozado,ysegundo,porquenoqueríademorarmássudecisiónrespectoaZac.No iba a poder dormir pensando en los dos seres que más quería,
sabiendoquehabíaestadoapuntodeperderlosalosdos.Ynoqueríaseguirconaquello.Queríadejardesentiraquellasensación
depenaydesesperaciónporextraviarloquemásquería.Cuando Alberto le dio su tarjeta en el cóctel, Liv nunca pensó que
echaríamanodeello tanpronto.Pero lohabíahechosinpensárselodosveces. Le pidió a Alberto que le abriera la casa de Zac para que ellapudieradarleunasorpresa.Elmayordomo,predispuestoyservicialsiempreparaecharunamano,
no le puso ninguna pega. Incluso quiso ayudarla a dejarlo todo listo,aunque,habíancosasquesolopodíahacerlasunamujer.Yahíestabaella.Enlacasade«soltero»desumarido,preparadapara
enfrentarseaélypararecuperarlo.Enunactodebizarríayfirmezaestabadispuestaaapostarlotodo.Ambossemerecíanaquello.Ambossemerecíanelunoalotro,consus
defectosysusvirtudes.Elsonidodelwhatsapplaalertó.
Era Alberto, que le decía que el Señor Zac acababa de entrar en laportería.Livtragósalivamásnerviosaquenunca,yledioalplaydelaltavozque
habíaportodalacasa.Zacabriólapuertadesuapartamento.Cansadocomoestaba,noalertó
ni la luz titilante que resplandecía del salón ni tampoco lamelodía queflotabaenelambiente.Había llorado de alivio como un crío al ver que su adorado perro
estaba bien y que, después de larguísimas horas dormido, por fin habíaabiertolosojos.Zaclellenóelmorrodebesos,mientraselgrandanéslomirabacomosiledieralasgraciasporestarahí,porhaberlosalvado.Ahora,despuésdelaadrenalina,estabahechounflan,abatido.YloúnicoenloquepodíapensareraenlosbrazosdeLivrodeándoloy
dándole consuelo, porque estaba convencido de que ella también lonecesitaría.Y de repente... Escuchó la música, y al darse la vuelta y dirigirse al
salón,suspiesandaronsoloshacialaluz,comounapolilla.OpenupyoureyesAndfeelyourheartbeat...Aswelaywithyourbodypressagainstmine...Abretusojos,ysientecómobatetucorazónMientrasyacemoscontucuerpopresionadocontraelmío...Allí,desnudaporcompleto,vestidasoloconsualianzadecasada,unas
gotasdeaquelcaroperfumey losojosemocionados,seencontrabaLiv,algotemblorosa,mirándolodefrente.Zac creyó estar viviendo un sueño cuando la vio así, tan bella, como
unaaparicióndivina.Supelorubioysueltodibujabaondasdoradassobresuprístinapiel.Sus
ojos grandes y rasgados eran su verdadero hogar y le encantaba versereflejadoen ellos; verse en aquel espejo azul era comomás segustaba;estandoconella,asulado.Aquella hermosa boca que tanto quería besar se fruncía en unmohín
queloabatíaconsuternura.Yaquellacanciónquetantosignificabapara
ellos, lacancióndesuboda, loenmudecióconvirtiéndoloenunamasijodehumildadydebilidadhaciaella.—¿Liv?—fueloúnicoquesuroncavozpudopronunciar.Ellalevantólamanoexigiendosilenciocomolareinaqueera.Reinade
sucasaydesucorazón.—Nodigasnada,porfavor...—lepidióconvoztemblorosa—.Antesde
nada, no te enfades con Alberto. Él me ha ayudado a preparar esto—señalósualrededor.PeroZacnoatendiónialasvelas,nialacenarománticanianadaque
nofueralabeldadqueteníacomoesposayque,porsupropiaignorancia,habíaestadoapuntodeperder.Quécapullohabíasido...Zacnegóconlacabeza.NoibaareñiraAlbertobajoningúnconcepto.—Estoyaquí,así,porque...Quierodecirtemuchascosas—Livsehabía
preparadoundiscurso,perolosnervioslaaturdían—.Tantasquenosénipordóndeempezar...—meneólacabezanerviosa—.Pero,supongoquetediré las dos más importantes: la primera es que... lo siento. Lo sientomucho, Zac—y entonces empezó a llorar, arrepentida y sinceramente,pero no detuvo su discurso—. Siento haberte presionado con lo de tulibro,ysientohaberteincomodadoalecharteencaratantasvecesqueerayoquientraíaeldineroacasa...Porque,dehabersidoalrevés,nosésitúhubierassidocomoyo.Estoyseguradequeno...—Liv.—No me detengas ahora. Necesito decírtelo —no dejó que él se
acercaraaellasinanteshaberlaescuchado—.Meencantaríahaberhecholas cosas de otra manera, pero no nos han enseñado a lidiar con estassituacionesyséqueyonolollevébien—carraspeóparasuavizarelnudoquesentíaenlagarganta—.Séqueyotambiénfuiduracontigo.Mesentíatanfrustrada,Zac...Odiabaquenoestuvieraspormí,ymefastidiabaverteencerrado.Peromearrepientodeelloporque...,mefastidiabaporque...notométuvocaciónenserio.Nocreíenti.Noconfiéenti.Ytehefalladoeneso. Pero...—se relamió los labios resecos y parpadeó para vaciar susojosacuosos—.Tulibroesincreíble.Esexcelente.Yaséquenosignificanadaqueyotelodiga—se encogió de hombros resignada—, porque tienes que oírlo decir
portodaspartes,pero...
—Sí,significa—dijoélemocionadodandounpasohaciaella.—Hashechountrabajomaravilloso.—Gracias, Livi—contestó con sinceridad—.Ninguna felicitaciónme
llenamásquelatuya.—Estoyaquíporquequierodecirteque...Que tequiero,Zac—alzó la
barbilla—.Tequeríainclusocuandoteodiaba.Estoyaquíparadecirtequenoquieroperderte.Quetu jugadadeSairhasidodura,yungolpebajo,peronecesariaparaquerecuerdeporquémeenamorédeti.TúeresSair.SairesZac.Soisindivisibles.Pero,Zac...Estoyaquítambiénparaempezarde nuevo, para reñirte y decirte que no puedes volver a encerrarte en timismo. No puedes volver a actuar de esa manera, ¿comprendes? —sellevólamanoalpechodesnudo—.Porqueyotequiero,tequieromucho,demasiado, incluso. Y dos desengaños son brutales de digerir, pero untercero...Acabaría conmigo.Y, sime quieres de verdad, sime quieres...Tienesqueprometermequemevasacuidaryquenotevasaolvidardemí.Solotepidoeso.Queteacuerdesdemíymeamesporencimadetodoydetodos.Zac se detuvo delante de ella. El silencio se hizo tenso y duró varios
segundos hasta que él cayó de rodillas, rodeó la cintura deLiv con losbrazosyseabrazóaellaparahundirsurostrosurcadodelágrimasensuvientre.—Oh,Zac...—leacaricióelpelomoreno,apretándolocontraella.—Livi,memoría al pensar que te había perdido.He cometido tantos
errores...Ytodossonimperdonablesporqueloshecometidocontigo,queereslaúnicapersonaimprescindibleparamí.Lamentonohaberhecholascosasdeotromodo.Sientohabertedesenamoradoyhabersidotanciegode no ver que te apagabas a mi lado... Es algo de lo que siempre mearrepentiré. Y tambiénme deploro por haber tenido que hacerme pasarporSairparaacercarmeati,porquelohabíahechotanmalquesabíaqueconZacnoquerríastenernadaquever.Perodealgoestoyseguro...—¿Dequé?—preguntóelladesmoronándose.—Deque,apesardetodosmiserrores—tomósumanoyacariciósu
alianza con ternura—. Sigues siendo tú lamujer demi vida—sus ojosprofundosynegros laatravesaron—.Laqueyoescogí.Ymevolveríaacasarcontigo,Liv.Unaymilvecesmás...Quierovolveraestarcontigo.—Sí.Sí...
Ella se dejó caer de rodillas para abrazarse a su marido y decirse abesos lo mucho que se habían echado de menos, y lo mucho que aúnteníanquearreglar.Ahorahabíanaprendidoquesoloconamarycon lapromesadeunos
votos no bastaba. El matrimonio era un ejercicio diario que ponía aprueba a las personas y su capacidad para amar y perdonar; para sertransigentesyaceptarse.Yparaquererseaunomismo.Y Zac y Liv estaban decididos a esforzarse una y otra vez, porque
mientrashubieraamorcomoelqueellosseprofesaban,nopodíantirarlatoalla;porquenadapodíaterminar.Recordad:amadycuidadloquetenéis,antesdequelavidaosenseñea
amarloqueperdisteis.FIN