¿Y si...¿ (en situaciones de discapacidad)

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José María Olayo septiembre 2011 olayo.blogspot.com

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… el ejercicio de la duda como inicio de una interrogación que nos abre a nuevas posibilidades, y nos aboca a compromisos nuevos para generar oportunidades.

Una conversación acerca de...

DEPORTE Y DISCAPACIDAD



Hasta ahora has vivido demasiado tiempo rodeado de temores injustificados, buscando culpabilidades ajenas, justificando tus miedos y revirtiendo en los que te rodean (y te quieren) todas tus dudas e incertidumbres...




Tienes dudas y crees que eres el único que las tienes; tienes miedo a hacerte esas preguntas que no te atreves, pero si no te lashaces ¿cómo podrás obtener las respuestas? ¿cómo podrás crecer como persona y generar pasión en ti y en los que te ayudan?




¿Y si probaras a desprenderte en parte del pasado, ese que ya no volverá y que no hace sino proyectar miedos y dudas antiguas que dificultan sobremanera tus expectativas puestas en el futuro?...




… que te impide volar más alto y más tiempo sobre el territorio de la esperanza, allí donde es posible conseguir tus sueños y aterrizarlos en la realidad...




… el territorio de los afectos, donde puedes crecer hacia la periferia de los recuerdos y recomponer el paisaje de la utopía, para perseguirla hasta su madriguera y cumplir deseos inconfesables.




¿Y si probaras a hacerte más visible y apetecible para los que te rodean y así eludir el angustioso sentimiento de soledad que tanto te amarga la existencia?...


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… para no quejarte más del paternalismo ajeno y experimentar en tu propia piel el afecto sincero y sentido, indispensable, por otro lado, para crecer y ser en la vida...




… para indagar las grutas de los miedos sin miedo y con confianza, recomponer los mimbres de la imaginación, eliminar pretextos prescindibles y saber elegir compromisos alcanzables.




¿Y si pararas a reflexionar y te preguntaras qué cosas, ideas o personas te aportarían más oportunidades para orientarte hacia mañanas mejores que el ayer?...




.. para soportar mejor la pesada mochila de las dudas, intercambiar caricias y afectos, romper definitivamente los perímetros del aislamiento, abandonar la monótona senda de las costumbres...




… utilizar la fantasía para volar pero con el firme compromiso de aterrizar sano y salvo ante posibles desencantos o desencuentros...




… dejar de delegar fragmentos de la propia voluntad al mejor postor o, simplemente, por pasividad o desgana, para no hacer y no tener, por tanto, compromisos...




¿Y si te decidieras a convertir tu vida en un hacer y conseguir, errar y rectificar, aprender y mejorar, prescindir y colaborar, querer ganar y saber perder...




… sacarle todo el partido a tus sentidos, descubrir tus talentos ocultos y probarlos, formar parte en la agenda de alguien, abandonar las cunetas de tus propias sombras...




… darte cuenta de que tú eres alguien para alguien y no puedes defraudar por no atreverte, por dejar de hacer, por sentirte menos capaz o más dependiente de lo que eres...




… todos necesitamos algo de alguien, no se trata de ser más o menos capaz que el otro, sino de estar pendientes unos de otros para intercambiar ayudas y alianzas, aprovechar las competencias ajenas para poner en valor las propias al servicio de los otros...




… aliarnos con los otros para aunar voluntades y conseguir mucho más que separados, colaborar en la adversidad y compartir amistades e ideales.




¿Y si actualizaras tu íntima conciencia de compromiso para responsabilizarte un poco más de tus obligaciones y de aquellas que compartes con los tuyos? ...




… para asegurarte a ti mismo que tu eslabón en la cadena de intereses de la que formas parte jamás fallará, que tu sentido de la responsabilidad es inmune al desaliento y te sientes con fuerza para agitar la sinergia de las promesas...




… que eres capaz de diseñar un mapa de atajos para llegar antes a la felicidad, en mejores condiciones y en compañía, sabiéndote único e irrepetible...




… capaz de intercambiar afectos y caricias, como combustible que son, para hurgar con decisión y valentía en el riesgo de ser curioso y atrevido...




… para atreverte más y atreverte a más, teñir de color las sombras y reírte de ellas, abrazar más y mejor, hacer que las cosas sean posibles, cambiar felicidad por tranquilidad, no ser marginal ni marginado voluntario.




¿Y si comenzaras a saciar tu hambre de afecto con afectos y con cercanía, dejar de sentirte aislado incluso en compañía, mantener ideales compartidos?...




… incrementar la confianza en ti mismo para estirar la esperanza, que es el territorio del aquí y el ahora, donde se cuecen las pasiones y se cocinan las emociones que te permiten ser y perseguir...




… para ser mejor, no necesariamente el mejor, luchar por el derecho a ser diferente y singular, utilizar cada día cualquier excusa para volver a empezar, saber errar y rectificar...




… mirar y atreverse, escuchar y extraer, agitar y apostar, explorar y dejarse querer, ser, hacer y lograr.




¿Y si, por fin, te atrevieras a reinventarte? Ser capaz de adelantarte a los problemas antes de que ellos te alcancen, mudar creencias, cambiar los cromos de tus miedos y dudas...




… dejarte abrazar y sondear, latir juntos o rodeados, atreverte con lo inédito, desarrollar la empatía y la amigabilidad, convertirte en la mejor versión de ti mismo ahora que estás todavía a tiempo...




… tomarte la libertad de estar preso en alguien, hacerle guiños al optimismo y apostar siempre por él como mejor caballo para la carrera de la vida...




… palpitar más con cada beso, besar más con cada pálpito, aupar la confianza en lo alto de tu ingenio, disfrutar la geometría de una lágrima, llorar de emoción...




... convertirte en donante de afectos, hacer inventario de tus temores y heridas, recuperar para siempre la energía de la intimidad compartida, seguir los destellos de las miradas ajenas.




¿Y si no fueras tú? Si no fueras tú, la vida no sería la misma sin ti.




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