Wajdi Mouawad Sobrevivir en El Infierno

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    La vida me dijo: exilio, guerra, muerte!

    Hoy le respondo: teatro!

    WAJDI MOUAWAD

    UN CUCHILLO CLAVADO EN EL CUELLO

    La guerra, el exilio, la muerte, han definido al libans-canadiense Wajdi Mouawad y al conjunto de su obrade dramaturgo en la bsqueda de una identidad. Param el paraso est ligado a mi lengua natal, cuando elruido de los caones me expuls de mi tierra invadida,dijo. Nacido en Beirut en 1968, debi huir a Franciacon sus padres, quienes se establecieron finalmente enQuebec, Canad. Por eso se define a s mismo como li -bans en su infancia, francs en su forma de pensar yquebequense en su teatro. Su biografa, como en la ma-yora de los escritores, est ligada a su obra, aunque ensu caso se trata de algo ntimo con expresiones picas.Mi infancia dice se ha convertido en un cuchillo

    clavado en el cuello que no me atrevo a retirar. Aun-que su obra precedente es amplia, muchos lo conocie-ron con Incendios(2003), divulgada aun ms cuando, di -

    rigida por Denis Villeneuve, fue llevada al cine con elmismo ttulo, si bien se ha exhibido tambin como Lamujer que canta(2010).

    Esa pieza de teatro alcanz el xito al mantenerse entaquilla por largo tiempo en varios pases, algo que yahaba sucedido con Litoral, porque las historias y la for-ma narrativa de Mouawad resultaron particularmenteatractivas para los jvenes que atestaban los lugares dis-

    ponibles. En Mxico contribuy al xito de la puestaen escena de Incendiosla presencia de la actriz KarinaGidi, quien se posesion del papel de la sufrida y cons-ciente Nawal Marwan, la mujer que da sentido a la his-toria, dirigida con fuertes matices, al igual que el elen-co, por Hugo Arrevillaga.

    No era el primer acercamiento de ste con la obra delautor, porque poco antes haba participado como direc-tor residente en la obra Ni el sol ni la muerte pueden mi-rarse de frente(2009), en un proyecto de la CompaaNacional de Teatro encabezada por Luis de Tavira. La

    pieza fue dirigida por los colombianos Heidi y RolfAbderhalden Cors. El texto fue traducido con maes-tra para la ocasin por Esther Seligson en uno de sus

    Wajdi Mouawad

    Sobreviviren el infierno

    Carlos Martnez Assad

    Wajdi Mouawad naci en Lbano en 1968. Emigr a Francia y

    posteriormente a Quebec, a raz de la guerra civil en su pas. Es-

    critor de lengua francesa, ha destacado internacionalmente con

    su dramaturgia, nutrida de los conflictos polticos y la exploracin

    de las confrontaciones familiares. Carlos Martnez Assad, Premio

    Nacional de Ciencias y Artes 2013, revisa la presencia de Lbano

    en la escritura dramtica del autor.

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    ltimos trabajos y, aunque ella misma confes que alinicio la obra no le atrajo, concluy luego que cada re-presentacin podra resultar un verdadero acto de crea-cin original y originador de la Palabra.1

    La puesta en escena no fue recibida con entusiasmopor Olga Harmony porque deca los espectadoresdeban asistir a la funcin con un diccionario mitol-gico para desentraar a los personajes. La calific de pa-rafernalia y como una obra con demasiadas notas depie de pgina.2 Otros la elogiaron por la recuperacindel tono de la tragedia griega, pues la trama se divide entres partes de una misma historia que va de Cadmo aLayo y finalmente a Edipo. Se trata en esencia del cas-tigo a las atrocidades cometidas por el gnero humano(por los padres?) y lo mismo se refiere a Grecia que aLbano: la destruccin de Tebas es como la guerra liba-

    nesa que expuls al autor, como a muchos otros, de sutierra prometida.

    Cadmo abandonar su pas en la bsqueda de suhermana Europa raptada de las playas de Tiro por Zeus(disfrazado de un hermoso toro con cuernos de cristal)y en sus correras desde la tierra de los fenicios se con-vierte en maestro que ensea el alfabeto a los griegos.Primero es el sufrimiento: Abandonar mi tierra / Aban-donar mi lengua; despus el camino y el transcurso deltiempo que empaa los recuerdos: Muertos estn losmuertos / Ahogada la lengua de los ancestros / Ahoga-da tu memoria. Y todo para que Cadmo acepte su nue-va condicin de ser Extranjero en tu pas / Exiliado deexiliados (pp. 55 y 63).

    Plope, arropando el cuerpo inerte de Crisipo y Layoy los tebanos prisioneros con Tebas destruida, exclama:Slo los hombres lloran por los hombres / Pero los hom-bres no lloran ms / Demasiada pena / Para contarlo to -do / Demasiadas cosas por las cuales llorar (p. 127). Refe-rencias por lo dems cercanas pues remiten a las guerrascontemporneas.

    Y es Edipo, arrancado a luz como Layo arrancadoa su infancia y Cadmo arrancado a su ciudad (p. 172),quien a manera de conclusin de ese drama del pasadoy a la vez tan contemporneo, debe decir:

    Slo quedaron retazos de nosotros:FelicidadAmorClerasAlgunas palabras antiguasAlgunas historias perdidas (p. 172).

    Aun sin mencionar Lbano, el pas est all porqueson demasiadas las coincidencias compartidas por quie-nes han abandonado su tierra, su cultura, su lengua. Al-go que, cuando menos en la representacin en Mxico,fue reforzado por la escenografa de Pierre Henri Magninquien recre como escenario el lobbydel Hotel HolidayInn que, frente a la baha de Beirut, fue lugar emble-

    mtico de la guerra que inici en 1975: bombardeado,derruido, saqueado, incendiado, sirvi de base para losperiodistas que dejaban su testimonio diario informan-do al mundo de la tragedia. Su esqueleto de acero mal-tratado, adems, por la sal del mar, se mantiene pararecordar la culpa que motiv su destruccin.

    EL VNCULO CON LBANO

    No hay sesgo en la suposicin del vnculo de su obra con

    Lbano, pas al que nunca menciona, pero Mouawad loalude en su monumental tetraloga La sangre de las pro-mesas, iniciada con Litoral(1999), seguida de Incendios

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    1 Entrevista de Alegra Martnez en Wajdi Mouawad,Ni el sol ni lamuerte pueden mirarse de frente, Jus/Compaa Nacional de Teatro, M-

    xico, 2009, p. 31. [Las citas a la obra proceden de esta edicin; en el cuer-po del texto se consignan las pginas de donde proceden. N. del E.].

    2 Olga Harmony, Ni el sol ni la muerte pueden mirarse de frente,La Jornada, 2 de abril de 2009.

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    (2003), Bosques(2006) y finalmente Cielos (2009). Laprimera, dedicada a la figura del padre, parti de la ideade un espectculo donde se propona relacionar a Edi-po, a Hamlet y El Idiota. El primero mat al suyo, elsegundo quiere vengar su asesinato y el tercero nuncalo conoci.

    Por eso en Litoral, representada por primera vez en1997 en Montreal, el personaje Wilfrid va en la bsque-da del suyo, relacionndose con l ya muerto, cuandodebe sepultarlo, y para cumplir esa tarea debe regresar-lo al pas de sus orgenes y encontrar as el sentido de suexistencia, de su identidad. El motivo lo da la familia,porque los hermanos de la madre no perdonan al padreque el hijo naciera a costa de su vida: Tu padre es elasesino de tu madre! Ella era demasiado frgil para te-ner un hijo, no tena ni la constitucin ni la salud!.3 Porello le niegan el descanso eterno junto a su esposa falle-cida. La familia considera al padre un asesino y a la ma-dre una vctima, categoras que aparecern una y otravez en la obra de Mouawad.

    Confrontado Wilfred entre el recuerdo de la madrey lo vivido respecto del padre, decide llevar el cuerpode ste para darle sepultura en el pueblo en que nacien el pas lejano. El padre transmite sus vivencias a tra-vs de las cartas que el hijo ha rescatado: Tu madre viva.Las bombas cayendo mientras jugbamos cartas conlos vecinos reunidos en el refugio. T estabas todavaen su vientre. La vea y pensaba en ti, me dabas calor enel fondo de ese horror (p. 55). El padre termina pormaterializarse a los ojos del hijo en la bsqueda del sitiodonde debe ser enterrado para entablar dilogo franco.

    No ser fcil encontrar un lugar porque, debido pre -cisamente a la guerra, son escasos los cementerios y es-tn reservados para los lugareos. Los que han abando-nado el pas son culpados de ser extranjeros traidores?:Hay que hacerse enterrar all adonde han huido (p.76), afirma uno de los personajes. As pesa la condenarespecto de los exiliados que no enfrentaron los sufri-mientos de la guerra con torturas y castigos, en cuyasdescripciones el autor incurre hasta la sordidez. Esto

    slo se salva por el tono tragicmico de algunos pasajesdel relato que concluye luego de algo que parece el des-censo al infierno, resuelto finalmente cuando el prota-gonista encuentra la paz consigo mismo al reconciliar-se con el padre.

    Mouawad mismo llev esta historia al cine en 2004,aunque distancindose de la pieza teatral; por princi-pio, el personaje toma un nombre libans, Wahab, paradar ms sentido a su problema de la doble identidad delibans y canadiense. Y el filme se acerca a Incendiosal

    reubicar la trama en el sur de Lbano y aludir a KfarRayat, poblado en el que se encontraba la prisin de laverdadera Soha. Aunque conserva momentos de grancercana con el teatro, se termina por asumir que el delcine es un lenguaje diferente. Destaca ms el tono defarsa y con gran maestra el autor logra transmitir esabsqueda que, cual moderno Odiseo, emprende Wahab

    hacia la patria perdida para encontrar al padre.Y en esa bsqueda del lugar en el que el padre pueda

    ser enterrado surge en la pieza teatral probablemente laidea de su prxima obra cuando en una noche indica:Voz de una mujer que cantaba a lo lejos (p. 65). Params adelante encontrarse con ella: Eres t la mujer quecanta, pregunta Am a Simone. Luego le dice: Des-pus de las noches todas las noches escucho tus llama-dos (p. 85). Aunque en la pieza de teatro no mencionaa Lbano, en el filme Mouawad muestra la bandera li-banesa blanca con dos franjas rojas y el cedro verde en

    la parte central, y numerosas menciones a Lbano y Si-ria son constantes. Su encuentro personal con el pas esasumido.

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    Wajdi Mouawad

    3Wajdi Mouawad,Littoral, Lmeac/Actes Sud, Montral/Arles/Paris,1999, p. 45. [La paginacin de las citas siguientes se consigna en el cuer -po del texto. N. del E.].

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    INCENDIOS

    Luego de varias obras y de haber culminado sus estu-dios teatrales en Canad, Mouawad dirigi el Teatro delos Cuatro Centavos en Montreal a partir del ao 2000,cuando apenas tena treinta y dos aos. Muy rpidamen-te se dio a conocer y ya en 2009 fue invitado a abrir elLXIII Festival de Teatro de Avin con su tetraloga Lasangre de las promesas, otorgndosele el corredor de ho-nor para representar por primera vez juntas Litoral, In -cendios, Bosques y Cielos, que acababa de concluir.4

    Si con Litoral se acercaba con ciertos titubeos a supasado, a su herencia, con Incendiosrecuper la memo-

    ria y result, pese a la ficcin, su pieza ms realista paradesentraar el horror, la tragedia y el sinsentido de la(s)guerra(s) con predominio de la humillacin, la degra-dacin y el absurdo. La obra fue considerada una bellaleccin de dignidad de una mujer que instiga a sus hi -jos gemelos a buscar la verdad (por terrible que sea) dela madre, cuyo origen les ha ocultado.5

    Nawal ha decidido de pronto guardar silencio. Algoha provocado que en Canad decida dejarse morir. Loshijos reciben un testamento que pesa como fardo por-que obliga a que su hijo Simon busque al padre, y Jeanne

    al hermano, para entregar las cartas que ha escrito a cadauno. Mientras no las entreguen se niega a ser sepultadacomo corresponde en el rito cristiano de su familia.

    Como en Litoral, en el caso de Incendios, los hijosdebern marchar al pas de origen para cumplir el en-cargo de los ancestros. De nuevo, Litorales el viaje deOdiseo que debe superar los peores obstculos para en-contrar lo que se busca y en este caso es la guerra la queestablece todos los desafos. Sin mencionar a Lbano, esclaro que la trama que inicia con una historia de amorde una cristiana con un musulmn, que parece ser unpalestino, sucede all. Al hablar del novio lo relacionacon los 500 mil refugiados que un da llegaron del otro

    lado de la frontera, cuenta un personaje: Nos echa-ron de nuestras tierras, djennos vivir a su lado.6

    En la trama Nawal tiene indistintamente diecinue-ve, cuarenta y sesenta aos, edades en las que sucede-rn los eventos que la han definido y que resultan casiimposibles de unir en una sola vida. Primero se ena-mora, despus se involucra en la guerra de su pas y, pre-sa luego de perpetrar el asesinato del jefe de las mili-cias de la derecha cristiana, finalizar como refugiadaal final de su vida. Con el tono de la tragedia griega,Nawal como Yocasta de nuestro tiempo encontrar a

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    Wajdi Mouawad

    4 LOrient Le Jour, Beirut, 16 de enero de 2009.5 LOrient Le Jour, Beirut, 12 de octubre de 2008.

    6Wajdi Mouawad, Incendies, Lmeac/Actes Sud, Montral/Arles/Paris, 2003, p. 60.

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    Edipo, para seguir luego el itinerario que no desarro-lla la tragedia griega.

    Cuando los hijos se han enfrentado con los recuer-dos de la madre y han hecho recordar a los lugareos loshechos de la guerra, la verdad es develada: Ella busca-ba a su hijo, lo encontr pero no lo reconoci. l no lamat porque ella cantaba y l amaba su voz [...] T locomprendes: l tortur a tu madre y la madre fue tortu-rada por su hijo y el hijo ha violado a la madre. El hijoes el padre de su hermano y de su hermana (p. 124).

    La leccin de dignidad, como se ha calificado la his-toria de Nawal, es algo cultural y por lo mismo tienecierta ambigedad: se puede cuestionar si la verdad nohizo ms infelices a los hijos y la venganza result menosfuerte para el violador. Hay que recordar a Jerzy Andrze-jewski cuando afirmaba: No es la verdad sino la men-tira la que destruye todas las esperanzas. En la obraresulta difcil entender por qu la madre decide prime-ro guardar silencio para romperlo con su muerte. Parael autor hay algo que lo mueve a exagerar lo de por struculento, como puede apreciarse en sus piezas siguien-tes: Bosques y Cielos, ya demasiado rebuscadas.Aunquenada puede superar el proceso de concientizacin deNawal si, como parte de una comunidad cristiana, de-be conspirar en contra de un miembro de otra, hacien-do explcito, eso s, que el problema no es religioso sinopoltico. Como un eco resuena la sentencia de Gibran:Maldita guerra la que hace al hermano verdugo del her -mano! y al padre enemigo de su padre.

    BUSCAR LA REALIDAD PARA CREAR LA FICCIN

    El absurdo en una guerra del pasado parece aun mayoren una guerra de nuestros das. Charlotte Farcet, quienescribi el posfacio de Incendies, devela las bases realesdel relato de Mouawad. La crcel que aparece identifi-cada como Kfar Rayat no es sino la prisin de Khiam.l escuch hablar de ella al fotgrafo de Quebec, JoseLambert, quien la fotografi en varios recorridos por el

    sur de Lbano. Se trataba de una antigua caserna fran-cesa convertida en una crcel clandestina bajo el man-do de la Armada del Sur de Lbano (ALS), relacionadacon el ejrcito israel que ocupaba la zona desde 1978.All fueron encarcelados entre dos mil y cinco mil liba-neses y palestinos sin proceso, segn datos de la CruzRoja. Cuando en mayo de 2000 Israel se retir, la pri-sin fue abandonada.

    Mouawad viaj a Lbano, por primera ocasin desdesu exilio, en 1992, en cuanto se firmaron los tratados depaz. Escuch tambin los relatos terribles que le transmi-

    tieron los supervivientes a su amigo Jose y conoci el deSouha Bechara, que a los veintin aos fue encerrada allpor descargar dos balas sobre Antoine Lahad, el jefe de

    ALS en 1988. Cuando le preguntaron por qu dos y notodo el cargador, ella respondi: Una por los palestinosy otra por los libaneses. Una cristiana ortodoxa atentabacontra un cristiano maronita y, como resultado, una con-dena de diez aos para la joven, y la invalidez por vida deLahad, que as pag su participacin en la represin, allado de los israeles, sobre la poblacin local. Se afirmque varias mujeres fueron violadas all, muchas de ellasobligadas a escribir cartas en las que deban afirmar queno eran vrgenes en el momento de su detencin.

    Khiam es un nombre que se asocia con el horror, talcomo aparece en el filme Souha, survivre lenfer(2000)de la directora libanesa Randa Chahal Sabbag.7 Lasreferencias en la construccin del relato de Mouawadestn vinculadas a la ocupacin del sur de Lbano porIsrael, las masacres de Kfar Riad y Kfar Matra en 1978y la ms conocidas de Sabra y Chatila en 1982, cuandoel ejrcito israel rode esos campos palestinos en las in-mediaciones de Beirut e ingresaron las falanges cristia-nas para masacrar a cerca de dos mil palestinos.

    El autor volvi a Lbano en 2013 cuando fue invi-tado al Festival de Samir Kassir que lleva el nombredel periodista asesinado por oponerse a la ocupacinsiria del pas en 2005, y en una entrevista habl desu pertenencia a una cultura con talento sobresalientepara transmitir el gusto por la desconfianza a travs delos siglos, de generacin en generacin. Eso que l mis-mo ejemplific con el proverbio antiguo del pez quedesconoce la existencia del agua hasta que es sacado delestanque. A l le sucedi lo mismo porque creci detes-tando al otro y slo por haber salido, como el pez delagua, se ha dado cuenta del significado de detestar. Qui-zs eso le ha permitido contar sus historias, como l mis -mo deja ver, sin tomar posicin.

    En la preparacin del montaje teatral de Incendios,Mouawad reuni al equipo en 2002 y habl de la gue-rra en Lbano, de los conflictos fratricidas, de la cues-tin regional, de la presencia de Siria, de la ocupacinisrael, de Souha Bechara y les mostr el filme que sehizo de ella. Pero poco a poco el hecho histrico la

    ocupacin israel en el sur de Lbano se borr, per-di su referencia, su identidad, y se convirti en subte-rrneo, subyacente, para dejar aparecer un rostro, el dela Historia.8 La que pretende ser comprensible y uni-versal para que el espectador pueda apreciarla en dondese encuentra y aceptar que est ms cerca de ella (y delinfierno) de lo que podra suponer.

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    7 Sobrevivir al infierno. La autora obtuvo en 2004 el Len de Platadel Festival de Cine de Venecia por su filme Le Cerf volant, conocidoen Mxico bajo el ttulo de El papalote, que relata el amor, slo posible

    en la muerte, entre una libanesa y un israel; es ambientada en el sur deLbano, de donde la cineasta es originaria.

    8 Charlotte Farcet, Postface en Wajdi Mouawad, Incendies, op.cit., p.153.