VUELVEN LILA, RODI, JUANI Y DARÍO.
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VUELVEN LILA, RODI, JUANI Y DARÍO.
Se acuerdan de Lila, Rodi y
Juani? Bueno, hay más para
contar de ellos.
Ya habían pasado unos
meses desde la última vez
que los vimos. Ya estaban en
tercer grado, y eran inseparables
con Darío; lo recuerdan no?
El vecino que había llegado
enfermito al barrio y que ellos
habían ayudado a pasar de grado.
Estaban charlando en el recreo,
y Darío les contaba que había
visitado a su primo Julito, y que
“se había visto obligado” a darle
una “trompadita” porque se había
hecho el “muy buenito” diciéndole
-“eso no se hace”- cuando el lo invitó
con caramelos que compró con
cincuenta centavos que le dio de
mas el panadero cuando compró
el pan.
_Y yo le dije:¡pero que mal le hacen
al panadero 50 cts. con todo lo
que gana!.
-Si, pero no son tuyos,( me dijo mi
primo.¡Pero son 50 cts! le
expliqué.- Aunque sea poco no
son tuyos-, insistió el. Y así
estuvimos discutiendo un rato
y como no entendía le tuve que
dar una piña para que entienda.
¡Ni que le hubiera robado todo
lo de la caja!
Los chicos se quedaron pensando
y Juani dijo: no, yo creo que no
está bien.
No, claro que no, dijo Lila.
Rodi pensó un ratito mientas
hacía; mmmhh, y preguntó:
¿ y quien decide si es bueno o
malo?
Y,.. Dios?, dijo Lila.
¡Ah, claro, dijo Darío, Dios vino
y te lo dijo!
_Lila: no, no vino y me lo dijo, pero
todo el mundo sabe eso.
¡Bueno, yo no! y no creo que esté
mal.
¡Yo no sé cómo mis amigos que
me enseñaron tanto no saben
nada de nada !
Y se fue furioso.
Lila y Rodi se miraron y se
pusieron a pensar, y Lila dijo:
yo en realidad no se quien dice
lo que está bien o lo que esta
mal. Rodi dijo: y, yo creo que son
los padres.
Juani dijo: y yo creo que es Dios.
Y la conversación terminó allí.
“Pasando a otro ángulo de la
información”, ¿y se acuerdan de
el papá de rodi que era pintor?
Resulta que Don Mepomuceno,
(yo no tengo la culpa, él se llama
así), consiguió un trabajo con
Don Antonio, el que vive al lado
del super. Don Antonio lo
contrató para que le pinte la
cocina, y Don Mepo (le vamos a
decir así, es mas fácil) le preguntó:
Don Antonio, ¿Ud. tiene algún
problema si yo vengo a las siete?
y Don Antonio le contestó: ¡pero
no mi amigo! Yo me levanto más o
menos a esa hora porque escucho
un estudio Bíblico a las siete y
treinta.
Y el lunes, Mepo, estaba tocando
el timbre a las siete en punto.
Antonio le abrió la puerta con el
mate en la mano.
Adelante, adelante,-le dijo.
Me gusta la gente que madruga.
Mepo entró en la cocina que ya
estaba preparada, desocupada y
cubierta con trapos y diarios.
Comenzó a preparar la pintura
mientras Don Antonio charlaba un
poco:” pueda ser que no llueva,
pero a mí me duele la rodilla.”
“Tengo que comprar un paraguas
y nunca me acuerdo”. “Y ud.,¿ que
piensa de las próximas elecciones,?
y todas esas cosas aburridas que
hablan los grandes.
Pero a las 7,30 en punto, Antonio
prendió la radio y no habló mas.
se sentó en la galería con un
cuaderno y una lapicera y
comenzó a escuchar el programa
mientras tomaba algunas notas.
A Mepo le hubiera gustado escuchar
un poco de música, pero donde manda
capitán no manda marinero, así que
queriendo o sin querer no le quedaba
mas remedio que escuchar porque el
volumen estaba bastante fuerte.
El pastor que estaba predicando decía
que la Biblia es la palabra de Dios, y
que el que no la lee, no puede saber
lo que Dios quiere, ni lo que no quiere,
ni cómo es El, ni que nos ofrece, ni
como nos premia, ni como nos castiga.
Y el pastor dijo,(un poquito como
gritando)¡¿Como vas a saber lo que
Dios quiere si nunca te ocupaste de
escucharlo?!.....
Mepo dejó de trabajar un momento,
se quedo con el pincel en alto pero dete-
nido,...y casi le hacía ruido la cabeza
al pensar.....
Mepo sintió como un balde de agua fría.El toda la vida había pensadoen Dios, pero nunca se le había ocurrido que Dios podíaquerer decirle algo. Don Antonio vio que se había que-dado muy pensativo, pero no quiso interrumpir sus pensamientosasí que no le dijo nada. Durante el resto del día solo contestó con monosílabos hasta que se fue a su casa.Cuando llegó, después de darse un baño le dijo a su mujer, Doña Clotilde,(tampocotengo la culpa eh?), le dice:¿ No sabíahaber una Biblia por allí dando vueltas?Ella le contestó: creo que estáarriba del ropero.Y allí la buscó Don Mepo..
Y allí estaba la Biblia, toda llena de
tierra.
Don Mepo la limpió, se sentó con un
café con leche ha hojearla y leer
un poco. Rodi, que estaba pintando
unos libros lo miró extrañado
ya que don Mepo no leía mucho, y
le preguntó-¿que es eso que estás
leyendo? El pensó un poquito y le
contestó: es la Palabra de Dios, y
para saber lo que Dios dice hay que
escucharlo. Rodi también pensó un
poquito y preguntó; ¿ Y como se
escucha un libro? ¿No sería mejor
un teléfono por ejemplo?
Mepo le contestó: Dios no tiene
teléfono, a lo que Rodi volvió ha
preguntar:¿Por que? ¿Es muy
pobre?
Es que cuando Dios empezó
a escribir estas cosas todavía
no existía el teléfono.(le dijo)
Pero El determina lo que está
bien o está mal, y si no lo
leemos no sabemos que esta
bien o no.
¡Ay, no me digas!¡Justo de eso
estábamos hablando con los
chicos! Y queremos saber si
está mal quedarse con un
vuelto.
Y Don Mepo lo buscó con la
ayuda de Don Antonio, eso y
muchas cosas mas que
querían saber los chicos.
y como Don Antonio los invitó
tomaron por costumbre ir en
las tardes siempre que podían
para que les leyera la Biblia.
Al poco tiempo estas visitas se
volvieron una verdadera
aventura.
Los chicos aprendieron, por
ejemplo, que Jesús pagó en la
cruz todos nuestros pecados,
¡Es más, que vino al mundo a
eso!¡que recibió el castigo que
era para nosotros!
También que hay que nacer dos
veces, una vez física y otra espi-
ritual; todo eso los maravilló.
Y no pasó mucho hasta que
empezaron a asistir a una Iglesia
(la de Don Antonio, por supuesto)
y allí recibieron al Señor Jesús
como Salvador. ¡NACIERON
DE NUEVO!
¡Ahora sí se aseguraronque se van a ir al cielo.!¡Y aún aquí en la tierra Dioslos va ha cuidar de todo mal!¡Ahora sí son hijos de Dios!
FIN
Versiculo para aprender:
El que crea y sea bautizado,
será salvo; pero el que no crea
será condenado.
Marc. 16, 16