Vueltas de memoria: Contravida, de Augusto Roa Bastos · Reportaje a Augusto Roa Bastos», Los...

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Anales de Literatura Hispanoamericana ISSN: 0210-4547 1999, 28: 1223-1235 Vueltas de memoria: Contravida, de Augusto Roa Bastos PACO TOVAR Universidad de Lérida Augusto Roa Bastos confesaba en 1970 que las historias comprendidas en sus ficciones ofrecían «la versión de un personaje próximo a él, en tanto lec- tor de su obra y de mismo» 1. No es la primera vez, ni será la última, que el escritor reconoce el valor que le otorga a la representación o la relación que mantiene con sus propias imágenes. El núcleo genésico de la producción narrativa de Roa se descubre en Lucha hasta el alba, un cuento con el que el mismo autor admite haberse iniciado en su tarea literaria. En esta narración cabe descubrir, escondidos tras las máscaras de los personajes y confundidos con las situaciones expuestas, ciertos rasgos biográficos; el vitalismo y la habilidad técnica de un discurso que no ha de extrañar múltiples variables; y el carácter miste- rioso de un texto que, sin perder de vista el interés de la historia, llega a convertirse en símbolo2. Ese complicado ejercicio lo repetirá Roa Bastos en otros cuentos posteriores y en cada una de sus novelas, configurando con David Maldavsky. «Autocrítica. Reportaje a Augusto Roa Bastos», Los libros, n0 12, pág. 14. 2 El mismo Rna declara que la redacción original de «Lucha hasta el alba» antecede en más de treinta años a su primera impresión. Publicado el cuento casi simultáneamente en dos revistas (Texto Crítico, Xalapa, V. It 12, enero-marzo, 1978, págs. 3-lo; Caravella, Tou- louse, n0 33, 1979, págs. 167-173), se incluirá más tarde en diversos volúmenes de relatos (Lucha hasta el alba, Asunción, Arte Nuevo, Colección Linterna, 1, 1979; Antología perso- nal, México, Nueva Imagen, 1980). El original perdido y encontrado se modifica en la narra- ción impresa y constituye la nebulosa de un proyecto: e’ desarrollado por Roa en su obra pos- terior. 1223

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Analesde Literatura Hispanoamericana ISSN: 0210-45471999,28: 1223-1235

Vueltasdememoria:Contravida,de AugustoRoaBastos

PACO TOVARUniversidadde Lérida

AugustoRoaBastosconfesabaen 1970 quelashistoriascomprendidasensusficcionesofrecían«la versiónde un personajepróximo a él, en tantolec-tor de suobray de sí mismo»1.No es la primeravez, ni serála última, queel escritorreconoceel valor quele otorgaala representacióno la relaciónquemantieneconsuspropiasimágenes.

El núcleo genésicode la producciónnarrativade Roa se descubreenLucha hastael alba, un cuento conel que el mismoautor admitehaberseiniciado en su tarealiteraria. En estanarracióncabedescubrir,escondidostras las máscarasde los personajesy confundidoscon las situacionesexpuestas,ciertos rasgosbiográficos;el vitalismo y la habilidadtécnicadeun discursoque no ha de extrañarmúltiplesvariables;y el caráctermiste-rioso de un texto que, sin perderde vista el interés de la historia, llega aconvertirseen símbolo2.Esecomplicadoejerciciolo repetiráRoaBastosenotros cuentosposterioresy en cadaunade sus novelas,configurandocon

David Maldavsky.«Autocrítica.ReportajeaAugusto RoaBastos», Los libros, n0 12,pág. 14.

2 El mismo Rna declaraquela redacciónoriginal de «Lucha hastael alba» antecede

en másde treintaañosa su primeraimpresión.Publicadoel cuentocasisimultáneamenteendos revistas(TextoCrítico, Xalapa,V. It 12, enero-marzo,1978,págs.3-lo; Caravella,Tou-louse, n0 33, 1979, págs.167-173),se incluirá mástardeen diversosvolúmenesde relatos(Lucha hasta el alba, Asunción,Arte Nuevo,ColecciónLinterna,1, 1979;Antologíaperso-nal, México,NuevaImagen,1980). El originalperdidoy encontradose modificaenla narra-ción impresay constituyelanebulosadeun proyecto:e’ desarrolladoporRoaensu obrapos-terior.

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todo ese material la visión calídoscópicade un universoen continuomovi-miento.

Esa voz no era la suya,ni la de sumadre,ni la de las Escrituras,ni la voz que habíaentradomuchasnochesen su vigilia cuandoalresplandorfosfórico de las luciérnagasescribíaa su manerala histo-ria de Jacoby su lucha hastael alba. Sintió en lo hondo de si quetodo era falso. Un sueño.Peroesafalsedad,esesueño,eranla únicaverdadquele estabapermitida3.

«Juegosnocturnos»,«Contarun cuento»y «Él y el otro»4, ofrecenlasclavesde una tareaque, sin excluir la mentiray el encubrimiento,persiguesitiar la verdadquese sabeimposibley, sin embargo,se dejanotar Esostresrelatosno sólo ofrecendestellosde unarealidadobjetivaen dondetodo esyno es y en la queúnicamentese revelala invención de nuestrosvicios, sinoqueplantean,consucertezaindiscutible, la inseguridady la incertidumbredequiénse atrevea perseguiry recuperarsus sombrasaludiéndolasvagamente.Hay que entretenerseen contemplarnimiedadesaparentesparalocalizar ahilos signosqueinteresan:

lo vi claro desdeel primer momentopor esta maldita costumbrequetengode fijarme en los detallescuandoestágirandoalgo a todavelocidadlo mismoquecuandose mira el rolido de unaruedano seve en losbordesmásqueel soplodel trazobrillante y oscuroperosiuno corre la vista haciael centrohastase puedeleer allí la marcadelventilador quenos echa el viento o el titulo del disco queestamosescuchandoy esoquellamanel ojo de la tormentael puntito deteni-do y mansoen medio del gran despiporrede viento y agua lo

«Lucha hasta cl alba». La cita corresponde a la versión publicada en TextoCrítico, op. cii.Las fechasde composiciónde «Contarun cuento»,«Juegosnocturnos»y «Él y el

otro», son 1955, 1956 y 1958, respectivamente.Los tresrelatos, que, separados,repetiráelescritoren diversasrevistasy recopilaciones,sólo coincidirán juntos cn El baldío (BuenosAires, Losada, 1966), respetandola edición el ordencronológicoderedacción,aunqueman-tiene separadaslaspiezas,y enMoriencia (Caracas,Monte Avila Editores, 1969),configuran-do reunidosel segundoapartado,de los tresen quese divide el libro, y ordenándolosen for-madistinta: «Juegosnocturnos»,«Contarun cuento»y «Él y el otro», detalleestequeresultasignificativo en la medidaenquela nuevadisposicióncoincideconel desarrollotécnicoy losnúcleosde interésdelas dos primerasnovelasdeRoa: Hijo de hombre(BuenosAires, Losa-da, 1960)y Yo el Supremo(BuenosAires, Siglo XXI, 1974).

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encuentransi miran bien... hay queponer un poco de imaginaciónparalas cosasquesalendenuestraescala...5.

A travésde Miguel Vera, Roa enseñaen Húo de hombre6queel esfuer-zo por escribirsus recuerdosno es sino unamanerade sentir cómose mez-clan las inocenciasy los asombrosdel niño con las traicionesy los olvidosdel adulto,quizásparaencontraren el resultadode esalabor tanto sujustifi-cacióncomo la forma de expiar, aúnvivo, aquellasexperienciasqueel suje-to seempeñaen narrar comomejor sabey puede.El personajeVera, y la per-sonaque con él se identifica, va anotandoun cieno testimonio que, por sunaturalezay graciasa un voluntarioactode escrituraagónicoe impulsivo,seha vuelto irreal y, sin embargo,es tremendamentelúcido. Lo que cuentaimportaen lamedidaen queperteneceal individuo,devolviéndoleunosrefle-jos comunesque, al final, hastapuedenresultarútiles:

Ni unagotade aire. Silencio pesado,total, agujereadode vez encuandopor los ásperosgritos del guia.Tengo la sensaciónde hallar-me enun islote desierto.Veo el vapor quemanade mi cuerpo,mien-tras anotoestascosasen mi libreta. ¿Porqué lo hago?Tal vez parareleeríasen mi libreta más tarde,al azar.Tienen entoncesun aire dedivertidairrealidad,comosi las hubieraescritootro. Las releoenvozalta, como si conversaracon alguien, como si alguien me contaracosasdesconocidasparami. Sin embargo,hastaescribirme cansa.No siempreme entranganas’.

Me reservoparalo último, aferrándomea estefinal destelloderazón,a esterestode lápiz. Cadavez me resultamáspesado,comosi estuvieraescribiendocon el esqueletocarbonizadodeun árbol. Aratosse me ~aey me lleva muchotiempo encontrarlo8.

«Él y el otro», Moriencia, op. cit., págs. 72-73.

6 El escritoradmite haberdestruidoel primeroriginal de Hijo dehombre,volviendo a

redactarel texto integro a finalesde 1959. Esta versión,publicadaen 1960, secorrige en laterceraimpresióndel libro, realizadapor Alfaguara(Madrid, 1985), dondese añadeun capi-tulo: «Maderaquemada»,quehabiendoformadopartedelproyectoinicial, convirtiéndosedes-puésen un cuento independiente,el escritordeciderecuperar,enriqueciendoHijo de hombrey modificandola estructuracompletadel volumen.

Hijo de hombre,op. ciÉ, pág. 170.8 Ibid., pág. 201.

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Creo que el principal valor de estashistoriasradicaen el testi-monio que encierran.Acaso su publicidad ayude, aunquesea enmínimaparte,acomprender,másquea un hombre,a estepueblotancalumniadode América,quedurantesigloshaosciladosin descansoentrela rebeldíay la opresión,entre el oprobio de susescarnecedo-resy laprofecíade susmártires...~.

En Yo el SupremoiO, el autor del relato asumeel papelde compilador,recogiendolos trozosdispersosde unamemoriaquerevelatanto las fuentesy la naturalezadel procedernarrativocomo la fuerzade un dictado que, sinquerer imponerse,proponeuna sólida lección de escritura.En la novela sellega a negarla verdaddelos hechosquese cuentan,otorgandoa esosregis-tros plenasignificación.El discurso,identificándosecontodossusresponsa-bles, asumeel protagonismoque le correspondeparaconfirmarcon supre-senciael necesariodiálogoy el podertransgresorde los signos:

Así, imitando una vez más al Dictador aos dictadores cumplenprecisamente esta función: reemplazar a los escritores, historiado-res, artistas, pensadores, etc.), el a-copiador declara, con palabrasde un autor contemporáneo, que la historia encerrada en estosApuntesse reduce al hecho de que la historia que en ella debió sernarrada no ha sido narrada. En consecuencia, los personajes yhechos que figuran en ellos han ganado, por fatalidad del lenguajeescrito, el derecho a una existencia ficticia y autónoma al serviciodel no menos ficticioy autónomo lectoríí.

Vigilia delAlmiranteí2,aúndesplazandoel foco anecdótico,vienea repe-tir unahistoria ya contadaen Yo el Supremo o el sentidodela quese recoge

Ibid.. pág. 281.El autor suprimeestefragmentoen la edición corregiday aumentadadeAlfaguara,citadaen lanota6.

0 Algunos fragmentosdela novelasepublicaránen diferentesrevistas,adelantándosea

laedición íntegradel libro o despuésdeimprimirse esta<vid. «Bibliografla dey sobreAugus-to Roa Bastos»,recopilaciónelaboradapor Milda Rivarola, Suplementos.Antologíastemáti-cas, Barcelona,Anthropos,no 25, 1991). El escritortambiénutilizaráun pasajede Yo el Supre-mo paracomponerunapiezadeteatrocon su mismotítulo <Toulouse,PressesUniversitairesdu Mirailí, CollectionHespérides.Universitéde Toulousedu Mirailí, 1991).

~ Yo el Supremo,op. cii., pág. 467.2 La primeraediciónespañolade Vigilia delAlmirante (Madrid,Alfaguara,1992),coin-

cidecon lascelebracionesdel quinto centenariodel descubrimientode América, participando

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fragmentariamenteenH~o de hombre, sin olvidar la complejarelaciónconelresto de las fantasiasnarrativasroabastianas.La verdadnoveladadel perso-naje, aúnmásligadaa los maticesde la lengua,se acogeahoraen las pági-nasde un nuevo libro que rechazala veracidaddel discurrir histórico parareclamarlos derechosde su propia naturalezay la certezade particularesrelaciones.La voz agónicadel Almirante ruegaa quienesle rodeanque leperdonenla locura de su empresay el disparatede sus cuentos,declarandoque una y otros ponende manifiestola primera, encontrandosu sentidoenlos segundos.Debeadmitirseque «ningunahistoria tieneprincipio ni fin ytodastienentantossignificadoscomo lectoresaya»13.

Después de todo, un autor de historiasfingidas escribe el libroque quiere leery que no encuentra en ninguna parte; ese libro quesólo puede leer una vez en el momento en que lo escribe, ese libroque casi siempre no oculta sino un transfondo secreto de su propiavida; el libro irrepetible que surge, cada vez, en elpunto exacto deconfluencia entre la experiencia individual y la colectiva, en lapie-dra de toque de un personaje arquetípica

Es su solo derecha Su relativa justificación i4

La máscaradel autor se desearaen Elfiscalii, proporcionandoun textoque suenaa conocidoy en el que se añadennuevos datos,modificandolaperspectiva.En las páginasiniciales de la novela se adviertedel completo

en la polémicaquesuscitaronlas actividadesrelacionadasconesaefemérides.FI autor reco-noceráqueno permeneceajenoa la discusión,decidiendoparticiparen ella y entregarel ori-ginal concluidoala prensa.No obstante,tambiénconfesaráRoaquela narraciónpartedeunosviejos apuntesiniciales, elaboradosen su mayoríacuarentaañosantesde la publicacióndelvolumen,redactadoesteen menosde tresmeses.Han transcurridodiecisieteaños desilencionoi’elistico.

13 Vigilia del Almirante, op. ciÉ, pág. 370. Cabedestacarel detalleortográficode lafor-ma verbalqueconcluye la cita, unamuestrade la labor cuidadosadel transcriptor,cienoo fic-ticio, respetuosocon el tratamientode la lenguautilizadaen los documentosqueconsulta.

~ Prologoa Vigilia delAlmirante, op. ciÉ, pág. 12.iS Roadeclarahaberdestruidounaversión íntegrade la novela, despuésde entregarel

original a la editorial, pormotivos relacionadoscon la situaciónpolítica del Paraguay(coinci-diráesadecisiónconel golpemilitar quederrocóaStroessner,acabandoconla largadictadu-radelTiranosauro).Trassureelaboración,queduraríacuatromeses(deabril aJulio),sepubli-caráenEspañaElfiscal <Madrid, Alfaguara,1993), cerrandoasí el tríptico reflexivo sobreelpoder,quecomprendeHijo de hombrey Yo el Supremo.

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trasvestismo,pero tambiénse hablade la inutilidad de ese cambio si única-mentese mudanlas apariencias:

Sólo he tenido quetomarun nombrefalso, despojaral yo de suimposible sinceridad, mudar de aspecto, inventarmenuevassenasparticulares...,y sobre todo, dominarperfectamentela lenguacon elacentoy la entonaciónde provincias...

Hetenidopuesqueadoptarun nombreseudónimoy un cuer-po seudónimoquetornarairreconocibleel propio, no digo el verda-dero porqueéseya tampocoexiste. Puedeuno inventarseotra formade vida, pero no disfrazarsede otro paraseguirsiendoel mismo’6.

Es Félix Moral quién ahorasuplantaa un cercanoRoa desdeel mismomomentoen que aquel,y tambiéneste,se empeñanen registrarcuidadosa-mentelas imágenesde unaaventurapersonal,dirigida en principio a un des-tinatarioentrañable.La consideraciónde estaúltima figura no apartaacurio-sos impertinentes.Félix-Roa se obliga a encontrarla forma apropiadadecontarsin caeren las trampasde unaescrituramentirosa’7.Tambiénse impo-

‘~ El fiscal, op. ciÉ. pág 14.7 A lo largode El fiscal, Felix Moral va tomando notas más de lo que piensa, en rela-

ción a propiasexperienciascualquieraque seael motor de la reflexión, quede lo que pasa.Sólo aumentaráestosúltimos registrosa partir del último tercio dela novela, tras iniciar suviaje a Paraguay con la intención de ejecutar su tiranicidio. Ese proceso narrativo es semejan-te al que se manifiesta enHijo de hombre.Apenasiniciadala redaccióndel texto, el persona-je escribe:

Al comenzarlos apuntesde la historia, la dudaentre escribirlosdesdeelángulodel narradorimpersonalo desdeel punto devista del queutiliza el yo,siempre engañosoy convencional;el primero permite la visión precisay neu-tra, aparentementedesinteresada;ci segundootorgaal texto el beneficiode ladivagaciónsinuosa,segúnlos estadosde ánimo y la inspiracióno desganadelmomento.Prevalecióenmi, finalmente, la intenciónde narrar mis confiden-ciasenun largorelatooral; o mejor, en unaininterrumpidacadapóstumaaunasola destinataria:Jimena.Los que lleguena leerestos papeleslo tendránquehaceral sesgocomoquienviola furtivamente,con el rabillo del ojo, el secretodela correspondenciaprivadaquealguienva leyendoasu lado.

Trato deescribirloscon el máximo defranquezay lealtadqueJimenasemerece.No esquepadezcael temordeengañarmey engañarlaaúninvolunta-riamente,sino el desimular la sinceridadconaparentesreticenciasy olvidos;esoscortesy veladurasqueel narradorprofesionalpracticapor artificio todas

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nc el autor de los Papeles póstumos la invenciónde un juego, mezclaentrelinternamágicay calidoscopio,entreteniendoal adulto en mágicasdiversio-nesinfantiles:

Mediantelinternasy diapositivasproyectopequeñoscortos colo-readossobrela cal del muro. Inocenteesparcimientode cineastafra-casado.La oscuridadalternativamenteiluminadapor los coloresdelespectro¡nc relaja con su movilidad en una especiede ensoñaciónqueanulael pasodel tiempo’8.

Laspiezasque se mencionansirven paracomprenderla independenciaque mantienenentresi, aún formandopartede un sistemaexpositivomásamplio que,enúltima instancia,procuraevitar las trampasdel lenguaje,poneen evidenciael completomestizajede suparticulardiscurrir comúny enseñala naturalezaproteicadel procesonarrativo.Tras el yo autoritarioy silencio-so de los textos se encuentrael sujeto que los construye;se localizan losmaterialesutilizadosparaconfigurarel artificio, cualquieraque sea sufuen-te; y se manifiestaun terceroactivo capazdejuzgar«nuestraresponsabilidaden relaciónal acto sobreel cual debemosdecidir»’9. El resultadode la taborescrituralno pretenderesolverlos conflictosdel hombre;tampocoseplanteainsistir enlos términosde la denuncia:buscadevolveral individuo la posibi-lidad de enfrentarsesin temor a las imágenes,ofreciéndolela libertad deinterpretarlasy la posibilidaddecomponernuevamente,sintiéndola,unapro-pia historia antigua.

En definitiva, la característicadestacadadel fenómenotextuales la de daruna cosapor otra en e/juego de los signos y de las significaciones;cumplirla aventura ininterrumpida de los sentidos; recogeren forma adecuadalosecosde las voces y las sombrasde las letras;hacer que la palabra sea realsin convertir lo real en palabras. Fiel a su proyectoliterario, AugustoRoaBastos,componecadauno de sus relatoscon sinceridad,rindiendo fideli-

las veces que íe es necesarioparaacomodarel relato a susinteresesparticula~res; paradecir la verdadcomosi mintiera,ocultándoseél mismo en la como-didade impunidaddel testigo excluido. El procedimientodel narradoromnis-ciente me parecemás engañosoaún. Una convenienciafraudulentaque nosviene de la epopeyaantigua,o desdemáslejos aún: desdela Biblia y aún delos Evangelios. (El fiscal, op. ch., págs. 28-29).

‘8 Elfiscal, op. dL, pág. 30.‘~ YoelSupremo,op. ch., pág. 24.

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dadesaunavidarepletade experiencias,al plenoejercicio liberadordeldiá-logo y a la misma propiedaddel lenguajesimbólico, que consisteen movili-zar e/tropismo de los signos:

estapropiedadse manifiestano sólo en los dominiosdel lenguajeliterario sino también en todos los camposque necesitanla virtudiluminadoradel símbolo:mitologías,cosmogonías,cienciasdel hom-bre,de lanaturaleza,del cosmos:desdelascienciasinfusasdelpasa-do a las cienciasexactasdel presente(exactasen lamedidaen queincluyenel margende inexactitude incertidumbreque no las des-mientesinoquelas completa).

El carácterde la experienciasimbólica, particularmenteen lostextosde ficción, revelaun fenómenode interacciónprimeroentreelautory la produccióntextual. Luego entre el lector y el texto con-venidoen libro20.

Contravida seanunciaen Elfiscalcomoun ensayoinconclusoelaboradoporel jovenuniversitarioRoa-Félix,alhilo deuno de losrecuerdosde infan-cia queel adolescenteextraedel pozo de la memoria2t.La novela representaunanuevadisposiciónde los vidrios espiadosdesdeel otro extremodel cali-doscopioo unaremodelaciónde las sombrasvisionadasa solassobrelapared

20 AugustoRoaBastos.«El texto cautivo (apuntesde un narradorsobrela producciónyla lectura de textos bajo el signo del poder cultural)», Suplementos.Antologías temáticas,Anthropos,op. ciÉ pág. 91. Estetrabajo fue leido por Roa enlas sesionesdell] CongresodeEscritoresdelenguaEspañola,celebradoen Caracas,enoctubrede 1981.

2’ Felix Moral, coincidiendocon unos datosbiográficosconocidosde Rna,escribeensusnotas:

Cuando entré en la universidadrecordéel hechoy comencéa escribirsobreél. Aquel ensayoinconclusotratabadesdeel ángulodel sicoanálisisy dela antropologíacultural (Freud, Joung, Durkheim, Mircea Eliade, MarcelMaussy compañía,sin excluir las extensasreflexionesquehaceSanAgustínen sus Confesionessobresusrelacionesintrauterinascon su madre),sobreelmisteriodel nacimiento.Se titulabaContravida,Quedóabandonadoentreotrostantospapelesy libros inútilesdelos quefelizmentemeexoneróel exilio. Otrode los favoresquele debo.

Creo que en aquelensayo,a partirde un hechoa mediasreal, a mediasfantástico,existíael propósitodedemostrarqueel hombredetodaslas épocas,no natoperpetuo,buscabasuccionarconansiasen esacicatrizdel nacimientola nostalgiadel delicadoalimentoprenatal;acasoel presentimientodesu vidafutura. (Elfiscal,op. ciÉ. págs. 78-79)

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en blanco, trasun simplecambioen la disposiciónde los objetoso un senci-llo desplazamientodel foco. En cualquiercaso,el libro respondea los suce-sivos intentosde Roa:buscarentrelas ruinasy producirnuevosrestos,loca-lizándolosen ficcionestrágicamente divertidas.

AugustoRoaBastosno tratade impresionaral lector confalsasoriginali-dades;tampocose pierdecomponiendofórmulasde boticaliteraria, violentan-do así el naturalprocesode un discurrir personalque siga identificándolo. Seplanteamaterializarun viaje de retomoque, aisladodentro de sus límites, ledevuelvasusfiguras,permanezcaatentoa los maticesy encajeen el conjuntode su obra.De estamanerase ampliaun particularsistemasignificativo22.

Cabemencionarqueel propio Roaya hablahabladode la existencia de Contravidacuan-do todavíaeraun proyectoen cursodeelaboración.La edición españoladel libro no se lleva-ráacabohasta1995 (Madrid, Alfaguara). Hablandode Contravida,el autorcuentaquelo estáescribiendojunto auna seriederelatosbrevesquequiererecogerenun volumenqueya poseetítulo provisional:Elpais dondelos niños no quierennacer (esta informaciónseofreceenunaentrevistade JesúsRuiz Nestosaa Rna,que hallegado a nuestrasmanosy de la que carece-mos de otros datosqueno seanlos de la ciudaden que se publicó el diálogo periodistico:Asunción). En otra entrevista,Roa cuentade Contravida: «aparecerácomola última novelaqueescriba,poresosellamaasí...Esashistoriascasiprenatalesno lasrecuerdo,perosi recuer-do demuy pequeñocosasque Juegomis padresme confinnaron.Los recuerdosdeinfanciaterminansiendolos másnítidos» («La última novelaqueescribaseráContravida»,entrevistade Cipriano Torres con el autor,La Opinión, Páginasde Cultura, 18 de noviembrede 1992,pág. 31). Tambiéndeclarael escritorqueen la novelaconvergenlascoordenadasdeotrostex-tos suyos,paranegarlos:«Tiempos,épocas,preocupaciones,se superponeny nieganmutua-mente.Es un procesode negacióny destruccióno, utilizando un términodemoda:dedecons-trucción».(«Una doctrina luminosapuedecrearun infierno», entrevistade FranciscoJ. Satuéa Augusto Roa Bastos,Asunción,El Sigla, 12 de junio de 1995).

22 Es RosalbaCampraquien señala,tras unaserie de consideracionesprevias, que elprocedernarrativode Roa configuraun sistemacomplejoenel quecadacomponente.

«no se cierra en sí mismo sino que remite a un sistema textual más vasto, el dela totalidad narrativa de Roa Bastos,extraordinariamentehomogéneaen suespacio,su tiempo,susactores,sustemasy sus técnicas.

La constitucióndeun sistemaesobviamenteresultadode la lecturaenten-dida comoprocesomemorial,quereintegralos signosaisladosy los poneenrelaciónde ordeny de sentido. En el casodeRoa Bastos, la lecturade cadatexto dapor si sola cuentade un microcosmos,de unatotalidadsignificante.La lecturade todoslos textosqueforman un conjunto los coloca,sin embar-go, como definicionesparcialesde una misma realidad, y lo mismo puededecirsede la síntesis superior que resulta de la lecturade todos los conjuntos»(«Lecturadeun sistematextual.Los cuentosdeAugusto Roa Bastos», NuevaRevistadefilología Hispánica, XXXV, 1987,pág. 791).

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Contravida insisteen realizarun reflejo mecánicoqueconserveel impul-sode unaantigua obsesión23; vuelvea negaroportunamentela fiabilidad delos textos anteriores,alcanzandoa destruirlos; admitecomprenderel cursodel pasado24; permite una fuga hacia atrás25; sacafuerzassuficientesparadibujar la última palabraen el cuaderno26;y no renunciaa la tentaciónde«fundir en una sola unidadla transparienciay la oscuridad.Es decir, que latransparienciase conviertaen una tiniebla impura»27.En el espejodel librose refleja todo el ser misteriosode un sujeto que, con su mundoimaginativoa cuestasy amparadoen el anonimato,se exponea la vistade cualquiertes-tigo sensible,informadoe inteligente.

Dividida en seispartesdiferenciadas,a su vez resueltasen secuenciasconvenientementenumeradas,Contravida ajustael esquemaya utilizado porRnaen la organizaciónde I-Iúo de hombre. El escritor,además,se serviráde

23 Contravida, op. cit4 pág. 42.

En un quioscode la PlazaUruguayacompréun lápiz y un gruesocuader-no deescolarsin un fin preconcebido.Algo absurdo.El reflejo mecánicode laantiguaobsesión.

24 Ibid, pág. 79.

Queríarehilarel cursodel pasado.Pero el pasadono es sino unamultitudde momentospresentesdecoradosporvoracessustancias.

Acuden, se agolpandentro de uno, al menorllamado. Se enlaberintanentreellos, salpicadosdel moholunar,queriendoformarsu leyenda,sin lograrotra cosa que tejer el reverso de lo que no ocurrio.

25 Ibid., pág. 74.

Tengoqueretrocerderaún.Retrocedersiempre.Todahuidaessiempreunafugahaciael pasado.El último refugiodel perseguidoesla lenguamaterna,elútero materno, la placenta inmemorial donde se nace y se muere.

26 Ibid., pág. 302.

El pasadoestabaallí, en esehuecoardiente,de repenteinmóvil, sin des-perdicios,quemandosusimpurezas.

El hombresedespojódelos andrajosqueaúncolgabandeél. Quedócom-pletamentedesnudo.

Estabaentrandoen el mundo,por el fondo de todo lo creado, libro derecuerdos,de nostalgias,de pesares,deremordimientos.

Recogiódel sueloel cuadernodeapuntesy lo pusodebajodelbrazo.22 JesúsRuiz Nestosa,op. cit

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uno de sus cuentosparaenmarcarel relato: La excavación28,citando dentrode esoslimites anterioresregistros.En esa forma, se descubrentrozosdelquehacerliterario roabastiano,sometidosa modificación, confirmandoelsentidoprofundode los mismos,revelandosusmentirasy planteandonuevaslecturasen función del conjunto.

No cabe entenderque Augusto Rea Bastoselija «La excavación»aten-diendoa criterios arbitrarios.Esetexto le permite localizarel espaciode lamuerte,exhibir la agoníalúcidadel protagonista,repetir la aventuradel via-je, encontrarsecon losorigenes,darcuentadel engañoy abrir lapuertaa unaesperanzaque siempreaguardafuera del círculo y al margendc los tiempos.En lo fundamental,nadacambiay todo es distinto: la instantáneasigue ahí,con-fundiendolos planos y demostrandoque, sin embargo,se moverásindesenfocar[asimágenesrepresentadas.

Roa,en Contravida,añadealgunosdatossilenciadosen«La excavación».PeruchoRodi no se encontrabasolo cuandole sorprendióel hundimientodeltunel,quedandoatrapadoen la tierra antesde alcanzarla salidaen su fugadeValle’i. Juntoa él iba un compañerode celda. Esteúltimo logrará salvarse,aplazandosu ejecucióny convirtiéndoseen protagonistade la novela. Lasuertedirigirá sus pasoscamino del retomo al hogar paterno,demostrandoquemientela paráboladel hijo pródigo,siemprevictima de unahistoria quesabede exilio y no alcanzaa concluir sus fórmulas,segúnley de vida:

Penséqueel azarsólo es posibleporqueexisteel olvido. El azarrepite susjugadas,solo quede maneradiferente cadavez. Olvidarsus variantesesigual a no conocersus leyes,probablementelas másrigurosasquerigen los movimientosdel universo.

¿Quiénpuedejactarsede andarcomoguiadospor un hilo porestelaberinto inexorable,veladode espesopolvo matemático?29.

Dentrodel relato se multiplican lasreferenciasparatejer un nuevoartifi-cío, reduciendoal mínimo los huecosde la malta. En Contravida encajará

28 Este cuento, publicadopor primeravez dentro de El truenoentre las hojas (Buenos

Aires, Losada, 1953), formarápartede otros volúmenesde relatos(Los pies sobreel agua,BuenosAires,CentroEditor de AméricaLatina, 1967; Madera quemada,Santiagode Chile,Edic. Universitaria, 1967; Cuerpopresentey otros cuentos,BuenosAires, CentroEditor deAméricalatina, 1971; y Contar un cuentoyotrosrelatos, BuenosAires, Kapclusz,1984). Elrelato esuno de los quemásvecesharepetidoy modificadoRoaen sus libros.

29 Contravida,op. ciÉ, pág. 65.

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Roa grandespedazosde Jifia de hombre,rectificandodetallesque entoncesno respondíana la estrictaverdadde los hechoso informando de otros queno hablallegado a incluir en el libro30. El escritorutiliza ese recursoaten-diendoa la poéticade las variaciones,perotambiénparaseñalarel mestiza-je entreficciones,añadiendoal resultadode esa mezcla los signos que evo-can la realidad, poniendosobre la mesa, y a la vista, las cartasde suimaginario.

Atenciónsemejantemerecela figura de GasparCristaldo,ocupandoestegran partede la superficienovelada.Contravida se proyectarácon él hacialos cuentosde Roa, cuandomáslejos, y haciaE/fiscal, cuantomáscerca31.No es menorel sitio reservadoa las huellasde Lucha hastael alba, verda-deronúcleogeneradordel procederliterario roabastianoy piedrade toqueendondeconfluyenla biografia, las reflexionesy los sueñosdel autor, a la luzde la violencia y de la muerte.La revelaciónde «Luchahastael alba»,aho-ra, consigueatraernuevascitas propias,aunqueseatangencialmente,suman-do las de Yo el Supremoo Vigilia del Almirantee invitandoa buscarlecturasafines32.

Todos esosmaterialessostienenla estructurade Contravida,permitiendosu desarrollosin llegar a descubrirel secretoque,en la novela, permaneceescondidodetrásde las páginaso livianamentedispersoen sushojasbajolalámparade diferentesfrasesemblemáticas:no haycosatan biendicha comola que estápor decir. Lasclavesde la novelaquizáshayaquebuscarlasen loquecalla; en el juego de sombrasen el color de los vidrios del calidoscopio;

30 Entre otrascitas,cabemencionarlas queseocupan,paraañadirdatoso modificarsu historia, de Maria Regalada,SergioMiskovski o el mismo Cristóbal Jaray Saliu’i. Lainformación que se ofrece ahorade los dos últimos, descubreuna mentira (confirmada,obligarlaaprescindir,parcialmenteo en su totalidad,de granpartedelo escritoenHijo dehombre)y remite a una ficción sentimentalescrita por el boliviano AugustoCéspedes.(Cochabamba,1904, autordeEl dictador suicida, 1956; El presidentecolgado, 1966; Sala-manca o el inetafisico del fracaso, 1973; y Crónicas heroicasde una guerra esuipida,1975).

~‘ Gaspar Cristaldo, sin rechazarcualquier otra mencióndispersa,se incluye comopersonajeen varioscuentosde Roa; se mencionaen Hijo de hombre; y forma parte de lanómina deElfiscal. Tambiénpermite,en Contravida, relacionarla novelacon Yo elSupre-mo.

32 En Contravida sedescubrede unaformaevidentea Onetti,GarciaMárquezy Rulfo.Implicitamente.las referenciasseamplían. La novelamuestragranabundanciaen citaspro-pias, remitiendoa varioscuentosy aalgunostrabajosteóricos de Roa.

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en manteneren equilibrio la balanzadel lenguaje,fiel a la oralidad y respe-tuosoconlas reglasde escritura;en el dinamismode las narraciones,impo-niendogestoscontinuosy conservandoel espíritucritico; diluyendo el tiem-po sin perderde vista los espacios;y dejandoen suspensoal verdaderoresponsabledel relato33,mostrandoel ritual de un sacrificioquepermitecon-cebirfuturasresurrecciones:

Sinprisas,con movimientoslentísimosde alguienquesemueveya dentrodel sueño,el hombreanotóunaúltima palabraen el cua-derno.Lo volvió a ponerbajo el brazoy apoyándoseen unade lasraicesdel árbol, subió a acostarseen el hueco.

El cuerpoflaco, lleno de cicatrices,desaparecióporcompletoenllama&~.

Al cerrarel libro se sigueescuchandolavoz de GasparCristaldo,expián-do suson-ido en la lectura:

No se pierde la infancia. Se la lleva siempre adentro. ¿Cómoquieres regresar a un lugar dondenuncahassalido?

¿Hesalidoyo acasode laplacentaquemecontenia?...Hay lugaresquesubsistensolosy llevansu lugar consigo. Via-

jan dentro de ti...Salvoqueeselugar sehaya llevadoa otro lugar.. Pero entonces

tú eresel queestáperdidoyya nadie te encontrarájamás35.

~ Estepersonajeseidentifica conel protagonistadeLucha hastael alba y con el com-

pañerode fuga de PeruchoRodi,en «La excavación».Tambiéncon Miguel Vera, en [fijo dehombreo Félix Moral, enEl fiscal.Todos remitena AugustoRoaBastos.

~‘ Contravida,op. ch.. pág. 303.“ Ibid., pág. 269.

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