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Vol.18 No. 1Enero 2008 - Junio 2008
Centro de Ecología, Pesquerías y Oceanografía del Golfo de México
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ISSN 0188 - 4700
Información y correspondenciaCentro EPOMEXAv. Agustín Melgar y Juan de laBarrera. Apartado Postal 520,C.P. 24030, Campeche,Campeche, México.Tel: (981) 811-9800 ext. 62300Fax:(981) 811-9800 ext. 62399
JAINA Boletín Informativo
Vol.18 No. 1
Enero 2008 - Junio 2008
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CONTENIDO
La ecología y la economíaL. A. Ayala-Pérez, Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
Macroalgas R. Tzel-Padilla, G. Oyosa-Ortega, E. González-Durán, T. Maldonado-Montiel, J. Gómez-Duarte, A. García-Cristiano y E. Manzanero-Rodríguez, Facultad de Ciencias Quimico Biológicas - Universidad Autónoma de Campeche
La gestión del riesgoG. Palacio-Aponte, Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
Serpientes, equilibrio ecológicoH. Uc-Bacab, E. Rivera-Arriaga y L. Alpuche-Gual, Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
Baculovirus penai R. E. del Río-Rodríguez, J. M. Rios-Quintal, J. J. Miramontes-Campos, A. D. Cú-Escamilla, Centro EPOMEX-Universidad Autónoma de Campeche
Exitosa eclosión: eretmochelys imbricata L. B. González-Estrella1 , R. E. del Río-Rodríguez2 ,L. G. Ordóñez-Ruiz1,1Facultad de Ciencias Quimico-Biológicos-Universidad Autónoma de Campeche2Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
Diagnóstico, en la nueva cultura de educación ambientalE. Rivera-Arriaga, L. Alpuche-Gual, A. Peralta-JiménezCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
Desarrollo de políticas: de la desconcentración a la descentralización, el principio de transversalidad e integralidad.G. Mixcóatl-TinocoFacultad de Ciencias Sociales - Universidad Autónoma de Campeche
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Avances en la valoración ecológico-económica de recursos naturales y servicios ambientales
L. A. Ayala-PérezCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
La ecología y la economía desde una per spect iva ge-
neral parecen disciplinas con una naturaleza opuesta,
ya que mientras la ecología busca el mantenimiento
de los ecosistemas que se basan en la estabilidad, el
equilibrio y la autorregulación, la economía busca el
crecimiento constante, lo que implica el uso continuo
de factores de producción entre los cuales los recursos
naturales juegan un papel importante. Parece no existir
solución real ya que la conservación implicaría renun-
ciar a los logros económicos que han sido incorporados
en nuestro estilo de vida.
A fines de la década de los 60’s, el enfoque del cre-
cimiento económico fue revisado a la luz de las críti-
cas que argumentaban que aún cuando muchos países
alcanzaron un crecimiento económico sustancial, este
no frenó la pobreza de Tercer Mundo, ni revirtió los
procesos de degradación natural y contaminación am-
biental del Primer Mundo.
El deterioro ambiental causado por la actividad
económica combinado con el deseo de seguir mejo-
rando la calidad de vida, ha suscitado la necesidad de
integrar la economía y la ecología con el fin último de
alcanzar el desarrollo sustentable; concepto que radica
en el sostenimiento de recursos a corto, y largo plazo
para el beneficio de las generaciones actuales y futuras
(Costanza 2001; Farber et al., 2002).
Probablemente la definición más popular de desa-
rrollo sustentable ha llegado de la mano del Informe
Brundtland, (Bruntland 1987) que plantea que el desa-
rrollo sustentable debe satisfacer las necesidades de las
generaciones presentes sin comprometer el derecho de
las generaciones futuras de satisfacer sus propias nece-
sidades. Pero también, el desarrollo sustentable deman-
da estrategias diversificadas que permitan mejorar la
realidad social, política, económica y ambiental específica
de cada lugar (Munasinghe, 1993; Leff, 1998; Guzmán
Pineda y Pretelin Pérez, 1998; Cantlon y Koenig, 1999;
Hediger, 2000; van Geldrop y Withagen, 2000).
Con el concepto de desarrollo sustentable se debe
discutir el significado de la ética y la equidad. La pri-
mera descansa en el hecho de que los seres humanos,
como la especie mejor adaptada y desarrollada, deben
asumir la responsabilidad por todas las demás especies
de la naturaleza. Además, el alcanzar el bienestar de
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todo el mundo implica eliminar la pobreza, para
lo cual se requiere satisfacer las necesidades
de todas las personas en materia de alimen-
tación, agua, vestido, vivienda, energía, em-
pleo, salud y ofrecer a todas las personas la
oportunidad de una vida mejor. Sin embar-
go, es evidente que la definición de “bienestar”
varía según los valores personales y socio-culturales
de cada comunidad (Brekke y Howarth, 1996; Hedi-
ger, 2000; Halme et al., 2004).
Considerando estos principios la sustentabilidad
presenta una visión holística y más racional del con-
cepto de desarrollo en lugar de sólo el crecimien-
to económico, pero uno de los criterios primordiales
para lograrla es la armonización entre la economía y la
ecología.
Sin embargo, el hecho de estar inmersos en una
economía de mercado, lleva a pensar lógicamente que
de alguna forma las soluciones a los problemas ecológi-
cos deban provenir de las estructuras de mercado, cuyo
basamento principal es la interacción entre la oferta y
la demanda. Pero el libre mercado presenta serios pro-
blemas para una correcta valoración de bienes y ser-
vicios ambientales ya que se presentan fallas entre las
cuales se encuentra:
a) La ausencia o escasa delimitación de los Derechos
de Propiedad.
b) La falta de representación de las generaciones futu-
ras.
c) La presencia de externalidades no consideradas (si la
demanda y la oferta no reflejan todos los beneficios y
costos de consumir y producir un bien determinado, los
precios resultantes no son correctos).
d) Beneficios particulares con costos sociales. (los pre-
cios no reflejan los verdaderos costos sociales de la pro-
ducción al no considerar la pérdida de la calidad de
vida por la destrucción del entorno natural) (Azqueta,
2002).
Los recursos naturales carecen de precio, al no exis-
tir un mercado donde puedan ser intercambiados. No
obstante, ello no quiere decir que carezcan de valor.
Por tanto, es necesario contar con algún método que
permita estimar dicho valor o contar con un indicador
de su importancia en el bienestar de la sociedad, que
permita compararlo con otros componentes del mismo,
para lo cual será factible utilizar el dinero como deno-
minador común (England, 2000; Farber et al., 2002;
Howarth y Farber, 2002).
En síntesis, los puntos básicos de consenso en la
visión de la ecología económica sobre un cambio de
estrategia en la forma de tomar decisiones es planteada
por Costanza et al. (1999) son los siguientes:
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• La visión de la Tierra como un sistema ter-
modinámicamente cerrado y que no crece en el
aspecto material, donde la economía humana es
un subsistema del ecosistema global. Esto impli-
ca que hay límites al rendimiento biofísico de los
recursos desde el ecosistema, a través del sub-
sistema económico, y de regreso al ecosistema
como desperdicios.
• La visión futura de un planeta sustentable con
una alta calidad de vida para todos sus ciudada-
nos (tanto humanos como otras especies) dentro
de las restricciones materiales que el punto an-
terior impone.
• El reconocimiento de que en el análisis de
sistemas complejos como la Tierra, en todas las
escalas de tiempo y espacio, la incertidumbre
fundamental es grande e irreducible y ciertos
procesos son irreversibles, por lo cual requieren
una postura fundamentalmente precautoria.
• Que las instituciones y la administración de-
berán ser proactivas en vez de reactivas y de-
berán dar lugar a políticas sencillas, adaptativas
e implementables basadas en una comprensión
avanzada de los sistemas fundamentales que re-
conozca completamente las incertidumbres im-
plícitas. Esto forma la base para la implantación
de política que sea en sí misma sustentable.
La valoración económica de los recursos naturales
es importante en la búsqueda del desarrollo sustenta-
ble, en términos económicos el usuario de los recursos
naturales tenderá a no tratarlo como un bien gratuito;
esto debido, a que su objetivo será el mantenimiento del
flujo de beneficios provenientes de los bienes y servicios
suministrados por ellos. En otras palabras, el usuario
racional de estos recursos tenderá a prevenir la depre-
ciación innecesaria del patrimonio materia prima e in-
ternalizarlo en la contabilidad empresarial y nacional.
La valoración económica de los bienes y servicios
ambientales arroja información sobre el valor mone-
tario que los miembros de un determinado colectivo le
otorgan a las distintas alternativas medioambientales
con las que se les confronta, definiéndose esta, como
un conjunto de técnicas y métodos que permiten medir
las expectativas de beneficios y costos derivados de al-
gunas acciones tales como: uso de un bien ambiental,
realización de una mejora ambiental, generación de
un daño ambiental, entre otros (Cogoy, 1999; Ropke,
1999; Wackernagel et al., 1999; Wunder, 2000; Nunes y
van der Bergh, 2001; Woodward y Wui, 2001; Farber et
al. 2002; Howarth y Farber, 2002).
La razón principal por la cual se valoran los bie-
nes que carecen de mercado, es la misma por la que
se valoran los bienes privados, es decir, probablemente
se hará un uso más eficiente de los mismos si dichos
bienes muestran un precio (Galván-Rico y Reyes-Gil,
1999; Klauer, 2000; Hannon, 2001).
Un rasgo característico de muchos bienes y servicios
ambientales, es la multitud de beneficios que propor-
cionan. Algunos de ellos están relacionados con el uso,
directo o indirecto, del bien ambiental, mientras que
otros, cuya cuantificación es más complicada, nada tie-
nen que ver con su uso.
Diversos autores, entre los cuales se puede mencio-
nar a Barbier (1994), Navrud y Pruckner (1997), Lewan-
drowski et al. (1999), Norberg (1999), Bockstael et al.
(2000), Ruijgrok (2001), de Groot et al. (2002), Howarth
y Farber (2002) y Chee (2004), coinciden en distinguir
cuatro tipos distintos de valor. En primer lugar, aque-
llos cuyo uso implica un consumo, como es el caso de
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la pesca o la caza. En segundo lugar, aquellos que su
uso no implica consumo, como puede ser la satisfac-
ción que se obtiene al observar una puesta de sol en las
orillas de un lago. En tercer lugar, aquellos que pro-
porcionan servicios mediante un uso indirecto como
por ejemplo la protección a la población que otorga un
bosque de manglar ante el embate de un huracán, y en
cuarto lugar lo que se denomina valor de existencia o
de herencia y que se refiere a la necesidad de pensar en
las generaciones futuras o simplemente dejar ser.
Reorganizando lo expresado anteriormente, se pue-
de realizar una primera distinción entre valores de uso
y valores de no uso. El valor de uso es el más elemental
de todos. Por ejemplo, una persona visita un parque
natural para contemplar la fauna y flora, para cami-
nar o hacer deporte, etc. y, por lo tanto como usuario,
cualquier alteración en la calidad del mismo afecta a su
nivel de bienestar.
Con relación a los valores de no uso, destacaremos
dos: el valor de opción y el valor de existencia. Para el
primero, se argumenta que un individuo que no estuvie-
ra seguro sobre una eventual visita a un parque natural,
podría estar dispuesto a pagar cierta suma de dinero
por un derecho de opción a visitarlo en el futuro. Por
lo tanto, para este individuo, la desaparición de dicho
parque natural supone una pérdida evidente de bien-
estar, mientras que la conservación del mismo, lo in-
crementa (Azqueta, 1994; Galván-Rico y Reyes-Gil,
1999).
El valor de opción se define como la disponibilidad
a pagar por la oportunidad de poder elegir entre usos
alternativos y competitivos de un bien ambiental. No
obstante, para evitar confusiones, conviene distinguir
entre el valor de opción propiamente dicho y el valor de
cuasi-opción. En relación al primero, es el que se deriva
de la incertidumbre individual que experimenta la per-
sona con respecto a si dicho bien estará o no disponible
en el futuro. La idea básica es que, dada esta incerti-
dumbre de la oferta, y dado el hecho de que a la mayor
parte de las personas no les gusta ni el riesgo ni la incer-
tidumbre, un individuo estaría dispuesto a pagar más del
excedente del consumidor esperado (ece) para asegurar
quepodrá hacer uso del bien ambiental más adelante. La
disposición a pagar se denomina precio de opción (po) y
comprende el excedente del consumidor esperado más
el valor de opción (vo), donde este último es el pago adi-
cional que se hace para asegurar la disponibilidad futura
del bien ambiental:
Finalmente, el valor de existencia es un valor que se
otorga a un bien ambiental y que no está relacionado con
ningún uso del bien, ni actual ni futuro . De hecho, existe
un grupo de personas que se ven afectadas en su bienestar
con respecto a lo que le ocurra a un determinado bien
ambiental aun cuando no son usuarios del mismo, senci-
llamente valoran positivamente su mera existencia. A pri-
mera vista, ésta puede parecer una categoría muy extra-
ña para un valor económico, puesto que seguramente el
valor se derivaría del uso (Common et al., 1997; Azqueta,
2002; Machín Hernández y Casas Vilardell, 2006).
PO = ECE + VO → → por tanto → → VO = PO - ECE
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Azqueta, D., 1994. Valoración económica de la calidad ambiental. McGraw-Hill.
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Norberg, J., 1999. Linking Nature’s services to ecosystems: some general ecological concepts. Ecological Economics, 29(2): 183-202.
Nunes, P.A.L.D. y J.C.J.M. van den Bergh, 2001. Economic valuation of biodiversity: sense or nonsense? Ecological Economics, 39(2): 203-222.
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Ruijgrok, E.C.M., 2001. Transferring eco-nomic values on the basis of an ecological classification of nature. Ecological Econom-ics, 39(3): 399-408.
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Wackernagel, M., L. Onisto, P. Bello, A. Callejas Linares, I. Lopez Falfan, J. Mendez Garcia, A. Suarez Guerrero y M. Suarez Guerrero, 1999. National natural capital accounting with the ecological footprint concept. Ecological Economics. 29(3): 375-390.
Woodward, R.T. y Y.S. Wui, 2001. The economic value of wetland services: a meta-analysis. Ecological Economics, 37(2): 257-270.
Wunder, S., 2000. Ecotourism and eco-nomic incentives -- an empirical approach. Ecological Economics, 32(3): 465-479.
LITERATURA CITADA
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MacroalgasComposición específica de macroalgas en las costas de Campeche y modificaciones estacionales de diversidad
INTRODUCCIÓN
La importancia de las macroalgas en el ambiente ma-
rino costero se manifiesta no sólo en su productividad,
sino también en la prevención de remoción del sustra-
to (al actuar como trampas de sedimentos), la filtra-
ción de agua de mar (al utilizar para su crecimiento
grandes cantidades de Nitrógeno y Fósforo), y el he-
cho de que proveen de un hábitat insustituible para la
fauna marina (al servir de sustrato, alimento y refugio
para peces e invertebrados marinos)(Robledo, 1996).
Algunas especies de macroalgas proveen ciertos
beneficios al hombre:
•Consumo directo como alimento (Arasaki y Arasaki,
1985).
•Materia prima para la extracción de coloides em-
pleados en la industria alimenticia, textil, farmacéutica,
cosmética y biotecnológica (Armisén y Galatas, 1987).
• Fuentes de pigmentos, los cuales son empleados en la
industria alimentaría y química (Tseng, 1981).
• Forrajes o aditivos en la producción de alimentos
animales (Indergaard y Minsaas, 1991).
• Fertilizantes (Crouch y Van Staden, 1993).
Los estudios sobre macroalgas en la península de Yu-
catán han sido principalmente de tipo taxonómico y da-
tan de inicios de los años 50´s (Huerta y Barrientos ,1952).
Se requiere de estudios de diversidad y abundancia de
macroalgas por ser considerados básicos para desarro-
llar su plan de manejo y explotación, en Campeche son
muy escasos. Callejas-Jiménez et al., (2005), encontra-
ron 51 taxa de macroalgas (28 Rhodophytas, 19 Clo-
rophyta y 6 Phaeophyta) y 19 nuevos registros para las
localidades del Faro, Santa Rosalia y Playa Bonita. En
total desde Isla Aguada hasta Playa Bonita 84 taxa (31
Clorophyta, 7 Phaeophyta y 46 Rhodophytas) han sido
registrados.
R. Tzel-Padilla, G. Oyosa-Ortega, E. González-Durán,T. Maldonado-Montiel, J. Gómez-Duarte, A. García-Cristiano y E. Manzanero-Rodríguez,
Facultad de Ciencias Quimico-Biológicas-Universidad Autónoma de Campeche
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ÁREA DE ESTUDIO
El área de estudio incluyó las localidades de En-
senada (19º44´087´´N –90º40´189´´W),Lerma
(19º47´569´´N – 90º37´469´´W) y Palmas
(19º52´703´´N– W90º31´063”W)(figura 1).
El régimen de mareas de la región se caracteriza por
ser de tipo mixto, semi-diurno amplitud de 0.588 m; las
temperaturas superficiales del mar, oscilan entre los 24 °C
para invierno y 28 °C en verano (Botello et al., 1995).
En la región existen tres periodos climáticos principales:
1) “secas” de febrero a mayo, asociado con descargas
mínimas de ríos y con predominio de vientos del este.
2) “lluvias” de junio a septiembre, con influencia de los
vientos del este.
3) “nortes” de octubre a enero, con frentes fríos (15-27)
de 2 a 3 días de duración y que cambian la dirección de
los vientos (Hernández-Arana et al., 2003).
Al área se encuentra localizada en la sonda de Cam-
peche, una porción intermedia entre dos ambientes se-
dimentarios: al norte ocurren sedimentos carbonatados
(contenido de carbonato de calcio > 75 %) y al sur se
presentan sedimentos carbonatos parcialmente mezcla-
dos con aportes de materiales terrígenos provenientes
de las descargas de los ríos (valores de carbonato de cal-
cio en el rango de 25 a 75 %) (Hernández-Arana et al.,
2003). La corriente litoral obedece al patrón general de
circulación del golfo de México, con una dirección do-
minante de este a oeste. La velocidad media oscila entre
los 0.9 y 0.5 nudos (Botello et al., 1995).
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Figura 1.- Localización de los sitios considerados en el estudio prospectivo. Modificado de: inegi (2006)
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MATERIALES Y MÉTODOS
En cada localidad de estudio se estableció un transec-
to de 2,560 m de longitud total. Todas las muestras,
con excepción de Palmas (estación somera) se colecta-
ron durante periodos de marea baja. Los muestreos se
realizaron a bordo de una embarcación de 15 ft con
motor fuera de borda de 65 Hp. Las colectas de algas
se obtuvieron mediante buceo autónomo (scuba), utili-
zando 1 cuadrante de m2 dividido en 16 subunidades,
de 0.0625m2. de las cuales se tomaron tres al azar por
sitios. El tamaño mínimo de muestra y el área mínima
de muestreo de macroalgas fueron determinados me-
diante el cálculo del índice de morisita y en muestreos
prospectivos (Zar, 1999). El área total de muestreo den-
tro de cada transecto fue 1.5 m2, El patrón de distri-
bución de especies fue considerado como homogéneo,
toda vez que se comprobó que no existen diferencias
entre la ocurrencia de especies en sitios de un mismo
transecto (p >= 0.05).
La clasificación taxonómica de las macroalgas se
realizó mediante el análisis de las estructuras anató-
micas externas de acuerdo con las claves de identifica-
ción propuestas por Littler et al. (1989) y Littler y Littler
(2000).
Para cada localidad y época climática, se realizaron
comparaciones de los patrones de dispersión de las es-
pecies de macroalgas colectadas, calculando para ello
el índice de diversidad de Shannon (H´) y de similitud
de Sorensen.
RESULTADOS
Durante las temporadas de “secas”, “lluvias” y “nortes”,
se identificaron 12 especies de macroalgas (figura 2). En
orden decreciente las comunidades de Lerma, Ensena-
da y Palmas, presentaron menor número de especies de
macroalgas. Adicionalmente, en la localidad de Pal-
mas, la proporción de pastos marinos: macroalgas fue
mayor en comparación con el resto de las localidades
analizadas.
Todas las especies que se presentaron durante la
temporada de “secas” en Ensenada, ocurrieron tam-
bién durante el periodo de “lluvias”. Durante esta
temporada, se presentaron (Caulerpa prolifera, Udotea
spinulosa y Laurencia filiformis) especies no detectadas
anteriormente. Halimeda incrassata, Halimeda opuntia
Division Chlorophyta
Caulerpa prolifera (Forsskäl) Lamouroux 1809
Caulerpa racemosa(Forsskäl) J. Agardh 1873
Caulerpa cupresoides (West) C. Agardh 1817
Udotea dixoniiLittler & M.M Littler, 1990
Udotea spinulosaHowe 1909
Halimeda incrassata(J. Ellis) J.V. Lamouroux 1816
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y Udotea dixonii, se presentaron en las tres épocas cli-
máticas analizadas. El único registro de Dyctiota carib-
aea se encontró durante la temporada de “nortes”.
En la localidad de Lerma, la ocurrencia de Caul-
erpa prolifera y Padina gymnospora coincidieron con el
periodo de “secas”. A pesar de que los organismos re-
presentantes de la familia Phaeophyta pudieron obser-Phaeophyta pudieron obser- pudieron obser-
varse en mayor abundancia en esta localidad, Udotea
spinulosa, Udotea dixonii, Laurencia filiformis y Dyc-
tiota caribaea fueron las especies de macroalgas comu-
nes entre épocas de muestreo. La presencia de Padina
gymnospora y Caulerpa prolifera, fue documentada
durante la temporada de “secas”.
Al comparar la composición especifica de macroal-
gas de diferentes épocas climáticas de cada una de las
localidades analizadas, se encontró que durante la tem-
porada de “lluvias”, la ocurrencia de especies de macroal-
gas en la localidad de Palmas incremento en 100 %, con
respecto a la época de “secas”. Este incremento, se aso-
cia con la ocurrencia de Halimeda opuntia, Rhipoceph-
alus oblongus, Udotea spinulosa y Laurencia intricata.
En esta localidad la ocurrencia de Batophora oerstedii y
Rhipocephalus oblongus, una fuerte presencia de pastos
marinos y la disminución en las biomasas (g/m2) de es-
pecies del género Udotea pudieron ser observadas.
Durante la temporada de “lluvias” y “nortes”, los
valores de H´ de Ensenada, Lerma y Palmas fueron si-
milares (p >= 0.05). En “secas”, los valores de H´ de
Lerma incrementaron en comparación con los observa-
dos durante “lluvias” y “nortes” (p < 0.05, figura 3).
En orden decreciente durante la temporada de “se-
cas”, la similitud de los sitios de colecta de la localidad
de Ensenada fue 2560 > 160 y 320 > 1280 y 640; en
Lerma 1280 > 320, 640 y 40 > 80 > 2560 y 160 > 20; y
en Palmas 1280 y 640 < cualquier otro sitio de colecta
Division Phaeophyta
Division Rhodophyta
Halimeda opuntia (Linnaeus) J.V. Lamouroux 1816
Rhipocephalus oblongus
Padina gymnospora(Kützing) Sonder 1871
Dictyota caribaea Hörning & Schnetter in Hörning et al., 1992
Laurencia filiformis (C. Agardh) Montagne 1845
Udotea spinulosaHowe 1909
Batophora oerstediiJ. Agardh 1854
Figura 2. Especies de macroalgas encontradas en costas de Campeche, localidades de Ensenada, Lerma y Palmas.
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dentro del mismo transecto. Los sitios de colecta en los
que la composición especifica logra mantenerse con una
similitud superior al 50% durante las diferentes épocas
climáticas fueron Ensenada: 160 y 1280; Lerma: 80; y
Palmas: 40, 80, 160, 320, 1280 y 2560 (tabla 1).
DISCUSIÓN
El 58 % de las especies halladas en este estudio, fue repor-
tado en trabajos previos: Batophora oerstedii, Caulerpa
prolifera, Caulerpa cupressoides, Caulerpa racemosa,
Halimeda opuntia, Halimeda incrassata y Padina gym-
nospora (Huerta y Barrientos, 1965 y Huerta et al.,1987).
Huerta y Barrientos (1965) reportaron en la presencia
de Caulerpa prolifera, Caulerpa cupressoides y alimeda
opuntia en la localidad de Lerma. Recientemente, Ca-
llejas-Jiménez et al. (2005) reportaron en la misma lo-
calidad la presencia de Caulerpa cupressoides Caulerpa
prolifera, Caulerpa racemosa, Halimeda incrassata y Pa-
dina gymnospora. La permanencia de estas 6 especies de
macroalgas en el litoral de la bahía de Campeche, refleja
DLC* (m) Ensenada Lerma Palmas
20
0.00 0.00 N + Ll + S
0.67 0.20
1.00 0.00
40
0.00 0.00
0.80 0.14
1.00 1.00
80
0.00 0.00
0.75 0.57
1.00 1.00
160
0.75 0.67
0.71 0.17
1.00 0.67
320
0.75 0.25
0.80 0.22
1.00 0.80
640
0.57 0.00
0.80 0.00
0.89 0.00
1280
0.57 0.57
0.86 0.33
0.89 0.33
2560
0.89 0.44
0.71 0.20
1.00 0.57
Figura 3. Seguimiento estacional del índice de diversidad de Shan-non para cada una de las localidades de muestreo. Las diferencias significativas de los índices son representadas con letras diferentes (p <= 0.05).
Tabla 1. Valores de similitud de Sorensen para sitios de colecta durante la temporada de “secas” (proyección vertical) y ponderación de similitudes estaciónales de sitios de colecta específicos (proyec-ción horizontal).
* Distancia de línea de costa, considerada a partir de la marea más alta
Los valores en cursiva, localizados en el recuadro inferior de cada casilla y marcados con la flecha sólida, indican la similitud existente entre un mismo sitio de colecta, a lo largo de las diferentes épocas climáticas (N: nortes, Ll: lluvias, y S: secas). Los valores localizados en el recuadro superior de cada casilla, indican la similitud existente entre los sitios de colecta de un mismo transecto. La fecha considerada cor-responde al periodo más diverso, (temporada de secas).
0
0.1
0.2
0.3
0.4
0.5
0.6
Lluvias Nortes SecasEpoca Climatica
Indi
ce d
e D
iver
sida
d S
hann
on (H
´)
Ensenada Lerma Palmas
LOCALIDAD EPOCA CLIMATICA Nortes Lluvias Secas
Ensenada 0.17 + 0.1150 0.49 + 0.0997 0.27 + 0.1422 a Lerma 0.11 + 0.0574 0.31 + 0.1326 0.63 + 0.1185 ab Palmas 0.35 + 0.0936 0.72 + 0.0520 0.85 + 0.0517 c
ab
b
c
un alto grado de aislamiento geográfico, posiblemente
relacionado con la extensión de la plataforma continen-
tal y por patrones de modificación causados por fenóme-
nos metereológicos y desarrollo de actividades en la costa
(Carranza et al., 1975 y Britton y Morton, 1989).
Halimeda incrassata y Halimeda opuntia fueron las
especies de algas que invariablemente se presentaron en
todas las localidades de estudio durante las diferentes
épocas climáticas. La ocurrencia de Halimeda incrassata
en la localidad de Palmas, coincide con el patrón de dis-
tribución reportado por Littler et al.(1989). Los resulta-
dos indican que la macroalga presenta cierta selectividad
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por sustratos cubiertos por pastos marinos. Halimeda
opuntia, en cambio es selectiva en suelos con grava y are-
na, y puede presentarse hasta los 25 metros de profundi-
dad. La importancia ecológica de las especies del genero
Halimeda, radica en que modifican el tipo de sedimentos,
a través de los aportes derivados del rompimiento de sus
pequeños segmentos calcificados. Litler et al.(1989) con-
sideran que H. opuntia es el mayor productor de arenas
carbonatas y sedimentos del Caribe.
En algunos casos, la ocurrencia de Halimeda opuntia
en apariencia limitó la presencia de Halimeda incrassata,
no se logró comprobar la existencia de alguna correla-
ción inversa significativa. Se sabe sin embargo, que varias
especies del genero Halimeda, producen diterpenoides,
los cuales les permiten evitar la herbívora (Paul y Alstine,
1988). A pesar de que este tipo de sustancias se relacio-
nan más con funciones defensivas frente a hongos y ar-
trópodos, existe la posibilidad de que ejerzan un efecto
alelopatico en especies del mismo género. Entre los da-
tos publicados relativos a la alelopatía de diterpenoides,
destaca el efecto inhibidor que el ácido 17-oxo-grindelico
ejerce sobre la germinación y el crecimiento de la raíz de
algunas especies de plantas (Macias y Galindo, 2001).
La presencia de Caulerpa prolifera en Lerma y Ense-
nada en la franja intermareal, es relativa a las modifica-
ciones anatómicas de las especies, las cuales le permiten
fijarse a sustratos altamente inestables. Los estolones de
Caulerpa tienen una gran capacidad de retención de se-
dimentos y favorecen la sedimentación y humificación de
los mismos (Sánchez- Moyano et al., 2002).
Es probable que con la disminución de los coeficien-
tes de extinción vertical y el incremento de la profundi-
dad de luz compensatoria, se haya logrado facilitar el
establecimiento y crecimiento de diferentes especies de
macroalgas. Lalli y Parsons (2006) sugiere que la biomasa
de macroalgas es correlativa con la intensidad de la radia-
ción solar y temperatura del agua.
Es probable que durante la temporada de “nortes” y
“lluvias”, con el incremento en los niveles de precipita-
ción y escurrimiento se haya acrecentado la exportación
de nutrientes de los manglares en la zona de Palmas; y
que posteriormente por efecto de mareas, corrientes y
oleaje se haya facilitado la redistribuyen los sedimentos,
formando bajos, mismos que en condiciones ideales de
aireación pudieron ser colonizados por diversos produc-
tores primarios (Agraz-Hernández et al., 2006).
Los valores de homogeneidad de Brillouin confirma-
ron que H´ de Lerma y Palmas, fueron diferentes duran-
te la temporada de “secas” (p <= 0.05). El valor de H´
para la temporada de “lluvias” fue 0.25, “nortes” 0.11 y
“secas” 0.32.
Los valores de similitud de Sorensen sirvieron para
comprobar la diversidad de localidades con composición
específica similar. De todas las localidades Palmas, pre-
sento sitios de colecta con valores de similitud constantes
a través del tiempo y el espacio. La constancia en los valo-
res Sorensen fue más evidente en sitios localizados cerca
de la costa, siendo que con el incremento de la línea de
costa se favoreció la heterogeneidad estacional en la com-
posición especifica.
Lerma en comparación con Ensenada, presento una
distribución de especies más homogénea respecto al per-
fil de distribución perpendicular a la línea de costa. La
variación estacional de la composición especifica fue En-
senada > Lerma > Palmas (tabla 1). Los valores bajos de
heterogeneidad observados en sitios someros y cercanos a
la costa, podrían relacionarse con el incremento de la tur-
bidez y el oleaje, mismos que permitirían la dominancia
de un grupo restringido de especies dominantes (Cauler-
pa prolifera, Caulerpa cupressoides y/o pastos marinos).
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Es posible que el repoblamiento de nuevas especies sea
correlativo al área de interacción disponible. En compa-
ración con los sitios localizados lejos de la costa, los sitios
cercanos a la costa y someros presentan un área de inte-
racción menor, la cual limita el intercambio de especies y
variabilidad de composición específica y abundancia; en
contraste, existe una mayor heterogeneidad de hábitat en
aguas profundas, la cual esta asociada al incremento de la
profundidad y amplitud de área. El incremento y amplitud
de área de sitios profundos o distantes de la línea de costa,
favorece el incremento de las distancias de reclutamiento
en cualquier dirección, promoviendo el reclutamiento de
nuevas especies (Middelboe y Sand-Jensen, 2004).
CONCLUSIONES
Se identificaron 12 especies de macroalgas, de las cuales
9 correspondieron a la división Chlorophytas, 2 Rhodo-
phytas y 1 Phaeophytas. Los registros más altos de diver-
sidad de las localidades de Ensenada y Lerma se presen-
taron durante la temporada de Secas.
La mayoría de las especies de macroalgas presentaron
un patrón de distribución espacial y temporal homogé-
neo. Halimeda incrassata, Halimeda opuntia y Udotea
spinulosa; Caulerpa prolifera y Padina gimnosperma úni-
camente ocurrieron en la localidad de Lerma, durante la
temporada de “secas”.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a la Biol. Marcela Espinosa Garduño por las observaciones realizadas al presente trabajo. También agradecemos a
Gisela Aguayo Martínez, Eduardo Rodríguez Becerra, Rocío Escamilla Pérez, Isabel Serrano Macgregor, Raquel Ongay Gutiérrez
de Velazco y Arturo Valle Canul, por el apoyo recibido durante la realización de muestreos y procesamiento de muestras.
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LITERATURA CITADA
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La gestión riesgodel
como estrategia integral en el manejo de los desastres y la planificación urbana
Hasta hace apenas unos años, en 1998 para ser pre-
cisos, después de la ocurrencia del huracán Mitch y sus
efectos desastrosos en Centroamérica, se ha ido cambiando
gradualmente la visión de los riesgos naturales y el ma-
nejo de los desastres.
Tradicionalmente durante los 60´s dominó la vi-
sión física de los fenómenos como sinónimo de desas-
tre, de manera que el fenómeno en si era considerado
un desastre. Posteriormente en los 70´s y 80´s domi-
nó la visión de exposición y vulnerabilidad como es-
trategia de mitigación, incorporando los conceptos de
amenaza física y vulnerabilidad social. Sin embargo,
y a medida que se entendió que las respuestas locales
son completamente diferentes para una misma amena-
za natural, se incorporó el concepto de gestión local
del riesgo. Se pasó de la administración del riesgo a la
gestión de riesgo, de la remediación, al seguimiento del
riesgo desde su inicio con una visión prospectiva, integral
G. Palacio-AponteCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
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PROTECCIÓN RESTABLECIMIENTO
Prevención reducción del riesgo
máximo
Énfasis sobre las medidas técnicas
-construccionesresistentes-diques-monitoreo-inventario-otras
Énfasis sobre las medidas de planeación
-zonificación -reubicación -otras
Formulación del plan: Formulación del plan: Formulación del plan: Asistencia:
PRONÓSTICOCorto, Mediano y Largo Plazo
Énfasis sobre los sistemas preventivos
-alerta temprana-entrenamiento-reservasestratégicas, etc.
-evacuación
-comida
-refugios
-medicinas
-otras
Reconstrucción y mejoramientodel sociosistemaafectable
- reubicación
GESTIÓN PROSPECTIVAGESTIÓN CORRECTIVA
GESTIÓN INTEGRAL DEL RIESGO
Mitigación reducción del riesgo
basada en restricciones
Respuesta salvar vidas antesque la propiedad
Recuperación
Ahora finalmente es una percepción generalizada
tanto en instituciones académicas como gubernamen-
tales, que los desastres no son naturales y que son en
realidad resultado de la capacidad de respuesta de los
grupos sociales ante la ocurrencia de fenómenos na-
turales peligrosos. Este nuevo enfoque se circunscri-
be dentro de la llamada Gestión del Riesgo, que es
un proceso social cuyo fin último es reducir el riesgo
existente y potencial, en el marco de la planificación
territorial. Se basa en el supuesto de que el tamaño
del desastre dependerá de las formas de adaptación y
niveles de desarrollo de la sociedad afectada. Por pri-
mera vez se considera al desarrollo como algo intrínse-
co a las situaciones de riesgo o desastre y no como un
sujeto expuesto y susceptible de ser dañado. Es decir,
la infraestructura, los bienes y las actividades econó-
micas afectables son reflejo y forman parte también
del desarrollo, de manera que el estado de desarrollo
de estos, favorece o inhibe los niveles de vulnerabili-
dad de la sociedad.
Figura 1. Gestión integral del riesgo.
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Dentro de la nueva concepción del riesgo se en-
tiende que, como proceso social, es dinámico y que en
muy poco tiempo puede cambiar su expresión espa-
cio-temporal. Que los pequeños y medianos desastres
pueden tener efectos acumulativos y que su expresión
espacio-temporal cambia totalmente cuando ocurre
un desastre o situación de riesgo.
La gestión del riesgo tiene dos vertientes: la correc-
tiva y la prospectiva. La correctiva implica corregir lo
que se ha constatado está mal, incluyendo en última
instancia, la reubicación de asentamientos humanos
e infraestructura. Es por tanto muy costosa en térmi-
nos de inversión y la mayoría de las veces socialmen-
te inaceptable. Por otra parte la gestión prospectiva
pretende evitar cometer los mismos errores del pasa-
do e impedir riesgos y desastres futuros mediante la
planificación asertiva del territorio, buscando conci-
liar la visión tecnico-científica con la transversalidad
institucional. En este sentido resulta indispensable
replantear en futuros planes de desarrollo urbano, la
evaluación del riesgo como una obligatoriedad legal
que realmente regule la pertinencia y formas de adap-
tación de asentamientos humanos e infraestructura y
que considere los niveles microsociales y territoriales.
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Serpientes equilibrio ecológico
Importancia de la conservación de serpientes en los poblados de Hampolol, Chemblas y Betania en el estado de Campeche.
H. Uc-Bacab, E. Rivera-Arriaga y L. Alpuche-GualCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
Oxybelis fulgidus
RESUMEN
Las serpientes son organismos terrestres que en el estado de Campeche conforman el 14% del total de especies a nivel nacional.
Por este hecho, las serpientes representan un símbolo de la riqueza de nuestra biodiversidad. Su posición dentro de la cadena
trófica garantiza el equilibrio ecológico de los hábitats que ocupan, ya que al ser depredadores, se encargan de controlar el
número de individuos de especies cuyas poblaciones tienden a incrementarse exponencialmente. El hombre ha destruido sus
hábitats y realiza quemas de extensas zonas para cultivos o pastizales, contamina con agroquímicos sus tomas de agua, elimina
en gran número a sus presas naturales, obligando a las serpientes a vivir a escondidas e inclusive a desplazarse de un lugar a
otro en busca de protección y alimento. Estos organismos son asediados tanto por enemigos naturales como por el hombre,
quienes les temen y por ello las eliminan sin razón. Los motivos para esta conducta pueden ser el miedo a ser mordidos o
simplemente por representar una amenaza para ellos, otros lo hacen por diversión, otros en actividades cinegéticas ya que sus
pieles se utilizan para la elaboración de diversos artículos como carteras, botas y cinturones que son de alto valor económico en
el mercado, estas actividades se llevan a cabo aunque la legislación mexicana prohíbe la caza de estos animales. Las creencias
tradicionales son otro motivo para la captura de serpientes, ya que su carne y grasa son utilizadas para diversos fines en la
medicina tradicional para aliviar diversas enfermedades e incluso como afrodisiacos. La expansión de las fronteras urbana y
rural es uno de los factores más importantes en la relación hombre-serpiente, ya que la probabilidad de encuentros aumenta
y esto trae consecuencias graves para las últimas. Este artículo es parte del trabajo de investigación de la tesis “Propuesta e
implementación de un programa de educación ambiental para la conservación de serpientes en los poblados de Hampolol,
Chemblas y Bethania en el estado de Campeche” que se está realizando en la Facultad de Ciencias Químico-Biológicas, a
través del área de Manejo de Ecosistemas Costeros del Centro epomex.
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Serpientes INTRODUCCIÓN
Las serpientes, por su apariencia de “vertebrados ra-
ros”, han despertado en las sociedades humanas una
serie de versiones de extrañeza, de curiosidad y morbo
(Casas, 2000). Sin embargo, a lo largo de la historia, las
serpientes han sido una parte importante del desarrollo
cultural del hombre. Su presencia en las diferentes cul-
turas se encuentra rodeada de mitos y magia (Zúñiga
et al., 2007).
Las serpientes son reptiles al igual que los lagartos,
tortugas, y cocodrilos. Las serpientes son totalmente
ápodas, carecen de extremidades externas y están cu-
biertas de escamas. La característica más notable de
una serpiente es su cuerpo extremadamente largo y
delgado.
Las serpientes habitan en diversos lugares, inclu-
yendo las áreas rurales y suburbanas como lo son los
poblados de Hampolol, Bethania y Chemblas, en los
cuales se han registrado 23 especies de las 47 que exis-
ten en el estado de Campeche y de las cuales 4 especies
son consideradas altamente peligrosas para el hombre
(Lee, 1996).
En los poblados de Hampolol, Bethania y Chemblas
del estado de Campeche aproximadamente más del 60%
de la población total se dedica a la actividad ganadera
y agrícola (inegi, 2006), por ello son muy frecuentes los
encuentros con serpientes. Sin embargo, existe un gran
temor hacia las serpientes en estos lugares debido prin-
cipalmente a la falta de información y el conocimiento
erróneo que se tiene sobre estos organismos. La mejor
manera de tratar a las serpientes es proporcionando una
educación sobre éstas a los habitantes de dichas pobla-
ciones. Se debe tener en cuenta que las personas han in-
vadido el mundo de la serpiente, no lo contrario.
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
Los poblados de Hampolol, Chemblas y Bethania po-
seen una gran cantidad de serpientes por lo cual son
muy comunes los encuentros entre humanos y serpientes
en esas regiones, principalmente en las áreas de trabajo
de la población que son mayormente la ganadería y la
agricultura (inegi, 2006). Estos encuentros resultan en
el sacrificio del ofidio en prácticamente todas las ocasio-
nes. Considerando que esto se debe principalmente a la
falta de conocimientos sobre serpientes por parte de los
pobladores de la región, se hace necesario diseñar una
propuesta de educación ambiental para protegerlas.
Cabe mencionar que previo a la elaboración o imple-
mentación de alguna propuesta de educación ambiental se
deben de conocer las necesidades e intereses de la población
acerca del tema, esta información puede ser obtenida a tra-
vés de la utilización de encuestas.
Esta propuesta deberá incluir la utilización de diversas
técnicas didácticas orientadas a proporcionar información
de interés para la población. Estas técnicas deberán propor-
cionar información que permita la identificación y la dife-
renciación de serpientes venenosas y no venenosas, así como
deberá de proveer de consejos prácticos para prevenir o si se
llegará a presentar mordeduras, como poder tratarlas.
En muchas ocasiones las creencias de la gente se ven in-
fluidas por diversos mitos y leyendas sobre los cuales basan
su manera de pensar y actuar. En los poblados de Ham-
polol, Bethania y Chemblas se encuentran muy enraizadas
diversas leyendas y mitos que han guiado a la gente a tener
pensamientos y creencias erróneas sobre las serpientes, los
cuales han provocado un temor infundado en la población.
Otra problemática que pone en riesgo a las serpien-
tes en el estado de Campeche es el empleo de activida-
des ilegales como lo es la cacería furtiva y captura de
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serpientes, esto es debido a que extraen a las serpientes
de su hábitat y son utilizadas para comercializar sus
pieles o para la venta de estos organismos como mas-
cotas.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Na-
turales (semarnat) en su Norma 059 (nom-059-ecol-
2001) ha incluido a varias especies bajo 4 categorías
especiales de protección: 1) En peligro de extinción; 2)
Amenazadas; 3) Raras; y 4) Sujetas a protección espe-
cial.
En estos apartados se encuentran algunas especies
de serpientes que se encuentran en el estado de Cam-
peche y que son consideradas amenazadas, estas son
las boas (boa constrictor) la falsa coralillo (Lampropeltis
triangulum y urotheca elapoides) y la serpiente de cas-
cabel (crotalus durissus).
Sin embargo estas actividades ilegales se siguen lle-
vando acabo sin impedimento alguno.
Los objetivos de la educación ambiental tienen
que ver con sentar las bases necesarias para desarro-
llar actitudes positivas hacia el ambiente, despertando
la capacidad de comprensión del entorno así como el
interés del educando, llevándolo a desarrollar un valor
ético sobre el ambiente (García, 2000).
En el ámbito no escolarizado de la educación am-
biental tiene como objetivo la transferencia de infor-
mación con la finalidad de desarrollar conciencia en
la población de cualquier edad, y es llevada a cabo en
espacios abiertos y áreas naturales, siendo un proceso
estructurado y sistemático aunque no estandarizado,
desarrollado fundamentalmente con actividades prác-
ticas y voluntarias; en ella no existe una metodología
específica, sino más bien, metodologías con sentido di-
námico que abordan la experimentación y la observa-
ción con la participación colectiva (Agüero, 1994).
Esta modalidad, constituye un “aula abierta” don-
de los educadores trabajan directamente con el entor-
no que los rodea, en contacto real con algún problema
ambiental para analizarlo y proponer posibles alterna-
tivas de solución (Cruces, 1994).
IMPORTANCIA DE LA CONSERVACIÓN
DE SERPIENTES
Las serpientes son parte de la fauna local (como lo son
pájaros y ardillas), son especies que se alimentan prin-
cipalmente de pequeños mamíferos, anfibios, reptiles y
aves que pueden llegar a formar plagas ocasionando
perdidas económicas en el ámbito agrícola o bien, ser
agentes transmisores de enfermedades para el ser hu-
mano como.
De igual manera las serpientes son el alimento de
diversas aves, mamíferos e incluso otros reptiles que
dependen en gran medida de la existencia de las ser-
pientes.
Las serpientes también son importantes en el ám-
bito medico ya que gracias al veneno que se extrae
de ellas se crean antivenenos o sueros para tratar las
mordeduras de serpientes, lo cual beneficia de manera
importante al ser humano.
Tomando en cuenta lo anterior se puede considerar
a las serpientes como parte fundamental del equilibrio
del ecosistema.
En diversos países como es el caso de Costa Rica, se
han iniciado proyectos por parte del gobierno y empresas
particulares con la finalidad de proteger a las serpientes.
Un ejemplo es el proyecto “Detengamos la matanza de
serpientes inofensivas” puesto en marcha en aquel país
y cuyos resultados están por evaluarse en los próximos
años. Otros casos similares ocurren en países como Chile,
Serp
ient
es: e
quilib
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coló
gico
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Colombia, Venezuela, e India; pero en la mayoría de los
casos estos proyectos son elaborados por organizaciones
particulares, lo cual disminuye su difusión y por lo tanto
la participación de la población.
En México existen algunas organizaciones particu-
lares como “Cuetzpalin” de cobertura nacional, que es
una organización formada por un grupo de profesiona-
les que se encargan de enseñar a la gente sobre el uso y
manejo de fauna (entre ellas las serpientes) así como su
cuidado y protección gracias a la información que le es
aportada a la gente a través de Internet.
El éxito de una nueva fase ecológica que se orien-
te hacia la preservación de las especies dependerá
en gran medida de la aparición de nuevas formas de
relación entre grupos humanos y de su interacción con
la naturaleza y de la difusión práctica generalizada de
un conjunto de pautas de comportamiento; de aquí la
importancia de la aportación de la educación ambien-
tal en la solución de la problemática medioambiental
(Otero, 2000).
Se debe respetar y valorar nuestra riqueza biológi-
ca, incluidas las serpientes. No se puede permitir que
a causa de nuestro de temor e ignorancia se ponga en
peligro la existencia de estos organismos.
Agüero, A., 1994. Paradigmas socioeduca-tivos y programas de educación no formal. Caracas, Venezuela. Universidad Nacional Experimental. Simón Rodríguez.
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LITERATURA CITADA
Bothrops asperBoa constrictor
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Baculovirus penaeiPresencia de baculovirus penaei en camarones silvestres del golfo de México. (Presence of baculovirus penaei in wild shrimps from southern gulf of Mexico).
R.E. del Río-Rodríguez, J.M. Rios-Quintal,J.J. Miramontes-Campos, A.D. Cú-Escamilla
Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
En las aguas del golfo de México habita un virus de la
Familia Baculovíridae, que como su nombre lo descri-
be, son virus en forma de bastón o báculo. Esta familia
de virus había sido ampliamente descrita en insectos
acuáticos, pero en 1974, Baculovirus penaei (BP) fue
descubierto por Couch en poblaciones silvestres de ca-
marón rosado (Farfantepenaeus duorarum) en las cos-
tas del noroeste de Florida.
Este virus posee tres curiosas particularidades: la
primera, es uno de los pocos virus de importancia zoo-
nótica de todos los existentes, que posee un nombre sis-
temático con nomenclatura con taxones de género y es-
pecie. La gran mayoría de los virus reciben su nombre
basados ya sea en su estructura (Rhabdovirus), algún
signo patonogmónico que caracteriza a la enfermedad
que produce (virus de la mancha blanca), u obedecen
al lugar en donde fue descubierto (Rift Valley virus).
Igualmente el debate que todavía existe sobre si los virus
se pueden considerar entidades con vida propia, hace
que la mayoría no posea un nombre taxonómico. En
segunda, es un virus poliédrico que forma un cuerpo
de oclusión muy característico de forma triangular en
el núcleo de las células que infecta (foto. 1). Este cuer-
po intracelular de formación relativamente tardía, hace
que sea uno de las enfermedades de más fácil diagnós-
tico; basta con un microscopio compuesto en campo
claro para poder observar estos cuerpos. Por último,
este virus es endémico del continente americano, lo
cual elucida una larga evolución con sus hospederos y
su aparición durante la formación de los continentes.
En la sonda de Campeche a partir de los 40´s, la
captura de Farfantepeneus duorarum ocupó la acti-
vidad económica más importante del estado. Sin
embargo a partir de los 90´s experimentó una fuerte
ABSTRACT
Baculovirus penaei (BP) is classified as a virus of epizootiological importance by the Office of International Epizooties (OIE) and received considerable attention in the Americas until the late 1990´s. With the advent of specific pathogen free (SPF) shrimp broodstock and larvae and as well as the application of biosecurity measures in hatchery controlled production, the impact of this pathogen to modern aquaculture has diminished to almost nil. Although in southern Mexico aquaculture is incipient, much effort is being withdrawn to the development of shrimp culture with native species. BP was recently found in low prevalence (≈2%) in wild pink shrimp Farfantepenaeus duorarum from Campeche bay, but it was not detected in Gulf of México´s white shrimp (Litopenaeus setiferus) neither in the introduced Pacific white shrimp L. vannamei. This finding reinforces the enzootic nature of BP in the American continent. Its presence in this region should be monitored as long as aquaculture attempts with native species remain depending on wild broodstock.
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disminución en los rendimientos como consecuencia de
un decremento en la abundancia del recurso, fenóme-
no al que se le ha a atribuido una causa multifactorial
(García-Cuéllar, et al., 2004).
Ante esta situación, entidades estatales y federales
plantearon la acuacultura del camarón como una alter-
nativa productiva del recurso y así convertirse en una
actividad económica de gran importancia para el su-
reste de México. (Gómez-Mendoza, et al., 1997). Esto
promovió la investigación científica desde mediados de
los 90´s sobre el potencial acuícola de las especies nati-
vas de camarones del golfo de México.
La Oficina Internacional de Epizootias (oie) con
sede en Francia, se encarga de promover la regulación
sanitaria que debe impedir la dispersión de enferme-
dades. México forma parte de la oie por lo cual esta
obligado a seguir sus lineamientos (Código Sanitario
Internacional para los Animales Acuáticos, 2006), aun-
que el estudio de enfermedades de camarón en nuestro
país es relativamente reciente. De acuerdo a las últi-
mas publicaciones de este organismo, hay más de 20
virus reconocidos como certificables para organismos
acuáticos por la oie, de los cuales 5 tienen profundo
impacto afectando a los camarones en cultivo y en el
medio natural (Lightner y Redman, 1998):
•Virus del Síndrome de Taura (tsv)
•Virus de la Cabeza Amarilla (yhv)
•Síndrome del Virus de la Mancha Blanca (wssv)
•Virus de la necrosis Infecciosa Hipodermal y He-
matopoyética (ihhnv)
•Baculovirus penaei (bp)
En un segmento de material de investigación ge-
nerado por el proyecto “Prevalencia, distribución y
factores de riesgo asociados a la presencia de ihhnv,
bp y tsv, en poblaciones de camarones silvestres (Far-
fantepenaeus duorarum) y cultivados (F. duorarum,
Litopenaeus setiferus y L. vannamei) en las costas de
Campeche y Yucatán” (conacyt 36780), se encon-
tró la presencia de partículas de inclusión viral de
Baculovirus penaei. Dicho hallazgo fue reportado
en primera instancia en el trabajo titulado “Análisis
descriptivo y comparativo de la prevalencia de en-
fermedades en juveniles silvestres de camarón rosado
Farfantepenaeus duorarum”. (Miramontes-Campos,
et al., 2006). El proyecto tuvo como objetivo gene-
ral, determinar el estado de salud de las poblaciones
naturales y cultivadas en el estado de Campeche du-
rante julio 2003 – junio 2004, con respecto a enfer-
medades virales certificables. Las muestras observada
corresponden a organismos peneidos de las especies
Litopenaeus setiferus, Farfantepenaeus duorarum
y Litopeneus vannamei y conformaron un total de
10,919 organismos, procedentes de las costas y sonda
de Campeche, así como de camaronícolas reciente-
mente establecidas en el estado.
Foto 1. Cuerpos polihédricos caracteristicos de Baculovirus pe-naei en hepatopáncreas de Farfantepenaeus duorarum.
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bp fue detectado solamente en camarones juveniles
silvestres costeros de la especie F. duorarum con una
prevalencia total que fue de 1.67% (estaciones C3 y C4,
meses de enero y abril, respectivamente – ver figura 1)
a 5% (estación C2 en los meses de enero y mayo). So-
lamente un caso positivo para adultos reproductores en
altamar de la misma especie fue detectado.
bp fue encontrado en juveniles de camarón captura-
dos entre las estaciones costeras C1 a C5 que se ubican
al sur del estado entre el poblado de Seybaplaya y el
estero de Sabancuy. Cabe destacar que la prevalencia
promedio de 12 meses de muestreo fue muy baja, pues
todos los valores calculados, no rebasaron el 2%. Esto
coincide con un estudio reciente reportado por Dorf
(2005) para las costas de Texas, en donde reporta este
mismo virus en F. aztecus (camarón café) con una pre-
valencia de 3%. En cuanto a nuestros hallazgos, aún
cuando la prevalencia promedio de este virus es baja,
se denota que su presencia se delimita hacia la porción
costera sur del estado de Campeche, lo cual denota un
sesgo en su distribución probablemente debido a fac-
tores tanto bióticos como abióticos. Por otra parte, la
discreta presencia de este virus en juveniles silvestres de
camarón rosado probablemente contribuye muy poco a
la mortalidad natural de esta especie.
Sin embargo, bp es considerado una enfermedad in-
ternacionalmente certificable debido a la gran pérdida
que pude ocasionar en fases larvarias de peneidos culti-
vados en Nauplieras para surtir a las granjas de camarón.
Pero en los últimos 8 años su importancia epizoótica
disminuyó debido al dominio de la producción contro-
lada de larvas en laboratorio con reproductores criados
igualmente en laboratorio, lo cual hizo menos depen-
diente a la camaronicultura, de larvas capturadas del
medio natural y potencialmente infectadas con bp.
La información generada en el presente estudio, de-
termina que bp se encuentra en poblaciones naturales
de peneidos de las costas de Campeche pero en una
baja prevalencia, que sigue teniendo carácter enzoóti-
co para las especies de peneidos silvestres de América y
que F. duorarum es al parecer, la especie naturalmente
más susceptible a este virus.
Figura 1. Distribución de las estaciones de muestreo en costa y altamar
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Dorf, B. A., C. Hons y P. Varner, 2005. A Three-Year survey of penaeid shrimp and callinectid crabs from Texas coastal waters for signs of disease caused by white spot syndrome virus or taura syndrome virus. Journal of Aquatic Animal Health, (17):373–379
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Gómez-Mendoza, G. E., A. J. Escamilla-González, J. A. Solís-Echeverría, R. Delga-do-Sotelo, J. Román-Tiburcio, P. Gómez-Mendoza, M. Guerrero-Castañeda, , R. León-Medina y J. Arzabala-Medina,1997. Producción de postlarvas del camarón blanco Penaeus setiferus en condiciones controladas en Tenabo, Campeche. Ocean-ología, Dirección de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar, 2 (14): 44-53.
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Éxito de eclosión en corral de Tortuga Carey (eretmochelys imbricata) en el campamento tortuguero Chenkan-Campeche, México.
Exitosa eclosión:eretmochelys imbricata
* L.B. González-Estrella1, R.E. del Río-Rodríguez2, L.G. Ordóñez-Ruiz11Facultad de Ciencias Quimico-Biológicos-UAC, 2Centro EPOMEX-UAC
ABSTRACT
Hatching success for Eretmochelys imbricata was measured at Chenkan a camp for the protection of sea turtles located in Campeche, Mexico. A total of 42 out of 102 randomly chosen relocated nest were measured during april-octubre season. The hatching success obtained was 77.77%; this rate of success proved to be statistically similar to the success of previous year at the same site (2000-2005), but significally different from rates obtained in other camps in Mexico and other countries of the Caribbean. Managerial activities in terms of turtle preservation by the hatching success of translocated nest of the current species are discussed.
RESUMEN
El éxito de eclosión en corral de Eretmochelys imbricata en el campamento tortuguero “Chenkan” ubicado en el estado de Campeche fue medido durante el ciclo abril a octubre de 2006. Se midieron 42 nidos en corral seleccionados al azar a partir de un total de 102, distribuidos siguiendo la matriz propuesta por Chacón (2000). El porcentaje de eclosión promedio en el campamento, fue comparado con porcentajes de los años 2000 al 2005 por medio de la prueba Kolmogorov-Smirnoff (Zar, 1996), así también se comparó con porcentajes de éxito de campamentos reportados en la literatura.
El porcentaje de éxito obtenido fue de 77.77%; este porcentaje no fue significativamente diferente (P>0.05) al éxito obtenido entre las temporadas 2000-2005 del mismo campamento, lo que sugiere que el cuidado y metodologías empleadas, han produ-cido un éxito de eclosión sostenido y constante. Por otra parte, al comparar el éxito de eclosión del campamento “Chenkan”, con valores reportados en la literatura, la ponderación estima una diferencia significativa con respecto a otros campamentos nacionales y ubicados en extranjero (P<0.05), siendo superior el éxito logrado en el campamento objeto del presente estudio.
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INTRODUCCIÓN
Históricamente en el ámbito mundial, las costas mexi-
canas han sido reconocidas como una de las áreas que
presenta mayor diversidad y abundancia de tortugas
marinas (Cliffton, et al., 1995). En ese aspecto, la por-
ción costera del territorio nacional ha sido considerada
como una de las áreas más importantes del Continente
Americano, ya que en ellas anidan 7 de las 8 especies
de tortuga marina existentes en los mares del mundo.
La costa de Campeche es una de las más importantes a
nivel mundial para la reproducción de la Eretmochelys
imbricata (Escareno et al., 1990), por el número de ani-
males que anida en ellas comparado con otras regiones
costeras del orbe.
En la actualidad todas las especies de tortugas ma-
rinas se encuentran declaradas en peligro de extinción
en razón al descenso tan brusco de las poblaciones.
Este descenso se ha atribuido a factores tanto biológi-
cos como antropogénicos tales como la modificación
y degradación de hábitat, pesca excesiva, comercio ilí-
cito, saqueo de nidadas, captura y sacrificio ilegal de
hembras anidadoras, captura incidental de juveniles y
adultos por barcos pesqueros, así como la destrucción,
contaminación de sus hábitat y zonas de anidación. Las
tortugas marinas tienen una gran importancia ecoló-
gica por su participación en los ecosistemas (León y
Bjorndal, 2002) y son consideradas uno de los mejores
biomonitores de la salud del planeta.
En el estado de Campeche, como parte de los es-
fuerzos en favor de la conservación de tortugas ma-
rinas, distintas instituciones gubernamentales y orga-
nizaciones no gubernamentales han realizado desde
hace 26 años proyectos enfocados a la conservación y
protección de las Tortugas Marinas (semarnat, 2000).
El modelo de conservación que se aplica en el estado
se basa en la reubicación de huevos en corrales, que
son vigilados hasta el momento en que nacen las crías
y pueden ser liberadas. Estos nidos en corral están for-
mados por huevos de nidos naturales encontrados a
lo largo de la temporada de anidación y trasladados a
corrales protegidos en el campamento donde se incu-
ban y protegen hasta la eclosión y producción de crías
(Ordóñez, 2004).
ÉXITO DE ECLOSIÓN
El éxito de eclosión hasta el nacimiento de crías provee
información fundamental para la conservación y el
manejo de las tortugas marinas. Estos datos son esen-
ciales porque ayudan a comprender la adecuación de
una porción de playa (o vivero) para actuar como sis-
tema de incubación alterno al natural de la población
anidadora. Las decisiones que se tomen con respecto al
manejo y cuidado de la especie deben sustentarse por
medio del registro del éxito de eclosión en estos nidos
“en corral” (figura 1), entendiéndose lo anterior como
el estado de desarrollo del huevo mediante el cual el
neonato abre la cáscara del huevo y sale de ella (Cha-
cón, 2000).
Para comprender el éxito del esfuerzo reproduc-
tivo de las tortugas marinas, es necesario determinar
Figura 1. Crías de Eretmochelys imbricata eclosionando.
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el número de huevos desovados, el número que se in-
cuba exitosamente y el número de crías que emergen
de los nidos. Esto es posible por medio del monitoreo
de los nidos colocados en un corral y posteriormente
analizando los nidos después de las primeras eclosiones
para determinar el número de crías vivas, crías muer-
tas, cáscaras vacías y huevos con ó sin desarrollo apa-
rente. El propósito general de la presente investigación
fue evaluar el éxito de eclosión en el manejo de nidos
trasladados a corral de Eretmochelys imbricata en el
campamento tortuguero Chenkan, Campeche (figura
2) durante la temporada abril-octubre 2006. Los resul-
tados obtenidos se compararon con el éxito de eclosión
histórico reciente del mismo y valores reportados en la
literatura.
MATERIALES Y METODOS
Metodología de campo
a). Construcción del corral de protección:
El vivero o corral se construyó en un área resguardada
en la playa, ubicado en un sector estable del campa-
mento que históricamente no ha sido alcanzado por las
más altas mareas. La dimensión del vivero fue de 10 x 8m,
las cercas se construyeron con malla de aproximadamen-
te 1.5 m de altura, sostenidas con clavos galvanizados en
20 postes de concreto de 20 cm. de diámetro aproximada-
mente. Posterior a la construcción del corral de protec-
ción, se limpió de yerbas, raíces, piedras y palos.
b). Distribución de nidos en el corral
La distribución de los nidos en el corral, se aplicó me-
diante la Matriz propuesta por Chacón (2000), forman-
do columnas y filas con un cordel plástico a una distan-
cia de 0.5 m entre nido y nido. A las columnas se les
asignó una letra, y a las filas números con el propósito
de asignarle un código a cada nido y facilitar el manejo
de datos.
El número total de nidos dentro de la matriz a utilizar
fue de 102 nidos, de los cuales se tomó una muestra al
azar del 41%, mediante un muestreo sin reemplazo, es
decir, que cada nido tuvo la probabilidad de ser escogi-
do una sola vez, quedando a muestrear 42 nidos.
c). Técnica de incubación
Los huevos fueron obtenidos de nidos naturales, mis-
mos que fueron trasladados al corral de incubación, en
donde se excavaron nidos artificiales con ayuda de una
gafa o excavador Hércules, procurando imitar la for-
ma original (cántaro), con profundidades utilizadas y
establecidas en el Programa Nacional de Tortugas Ma-
rinas, para esta especie (de 45 - 50 cm); seguidamente
se depositaron los huevos cuidadosamente y se taparon
con la misma arena extraída del orificio (figura 3).
Figura 2. Localización del sitio de estudio, campamento ChenKan.
Figura 3. Siembra de nido a corral (fuente: sepesca 1990).
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d). Eclosión de crías
Para llevar el control de las nidadas, se coloco un ci-
lindro de malla metálica ó plástica sobre cada nido,
próximo a eclosionar lo que sucesivamente se estuvo
rotando a los siguientes nidos, La malla se enterró en
la arena aproximadamente unos 4 cm, por encima del
nido; esto con el fin de proporcionar datos confiables
de las crías emergidas del nido. Los nidos fueron moni-
toreados durante los meses de julio, agosto, septiembre
y octubre.
e). Limpieza de nidos
La limpieza de los nidos se realizó inmediatamente des-
pués de que las últimas crías emergieron del nido o al
segundo y tercer día de la emergencia de las crías. La
limpieza de cada nido se realizó destapando cada nido
utilizando guantes de látex para sacar y contabilizar las
cáscaras, el número de crías muertas y huevos depre-
dados. Los residuos se enterraron en un lugar aleja-
do para evitar la contaminación del área del corral
(Arauz ,2000; Chacón, 2000; Dueñas, 2000).
El éxito de eclosión fue calculado por medio de la for-
mula de Miller (en Eckert et al. 2000) y de Chacón
(2000):
Éxito de eclosión= No. de Cascarones * 100
No. de Cascarones + hsd + hcd + hd
Donde:
hsd= Huevos no eclosionados, sin un embrión o desa-
rrollo embriólogico.
hcd= Huevos con embrión o desarrollo aparente.
hd=Depredados cáscaras abiertas, casi completas,
contenido residuos de huevo.
El porcentaje de eclosión promedio obtenido en el
campamento, fue comparado con porcentajes obteni-
dos en el mismo campamento entre los años 2000 al
2005 por la prueba Kolmogorov-Smirnoff (Zar, 1996)
con el fin de determinar si los porcentajes en este perío-
do han variado lo suficiente como para ser significati-
vamente diferentes.
Esta misma prueba fue utilizada para comparar el
porcentaje promedio obtenido en Chenkan contra los
porcentajes históricos reportados y obtenidos en cam-
pamentos de otros países y en México Todos los análisis
se realizaron con un nivel de significancia de P =0.05
(statistica ver. 5.0).
RESULTADOS
De los 42 nidos muestreados se obtuvo un total de 4,109
crías vivas (cv), 202 crías muertas, 916 huevos sin de-
sarrollo embrionario (hsde), 296 huevos con desarrollo
embrionario (hcde) y 25 huevos depredados (hd); se
calcularon los porcentajes para los totales anteriores,
representando el más alto el correspondiente a las crías
vivas con un 74.06 % (figura.3; tabla 1).
Figura. 3 Porcentajes totales.
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Sin embargo, al ponderar los datos de todo el pe-
riodo comprendido entre 2000-2006 del éxito de eclo-
sión de la especie, la prueba determinó que no existe
diferencias significativas (P>0.05), lo que sugiere que el
cuidado y metodologías empleadas en el campamento
Chenkan, han producido resultados sostenidos y cons-
tantes de crías vivas eclosionadas en corral a partir de
nidos trasladados de E. imbricata.
Por otra parte, al comparar el promedio de ese pe-
ríodo del éxito de eclosión del campamento Chenkan,
con valores que se pudieron encontrar en la literatura,
la ponderación estima una diferencia significativa en
el éxito de eclosión obtenido en este campamento con
respecto a otros campamentos nacionales y ubicados
en extranjero (P<0.05, tabla 2).
Como puede observarse, el valor obtenido en el
campamento estudiado, está entre los valores históri-
cos más altos que los registrados en otros campamentos
tortugueros, lo cual nos sugiere que existe una diferen-
cia significativa y positiva en los métodos empleados y
aplicados en este campamento en comparación con los
campamentos analizados. Sin embargo, las limitantes
de este estudio no nos permiten especular cual es el
efecto de distintos factores sobre el éxito de eclosión de
las crías, ya que no se cuenta con la instrumentación
necesaria para monitorear variables tales como al
temperatura y humedad del nido, factores que han sido
reportados como cruciales en el desarrollo embriona-
rio de crías de tortuga. Autores como Hendrickson
(1980) y Mortimer (en Eckert et al. 1999) aseveran que
factores concernientes a la temperatura, humedad y
tamaño del grano de la arena son características im-
portantes para la formación de los embriones y hasta el
momento de la eclosión.
Sin embargo, a partir de los resultados obtenidos
podríamos sugerir que las técnicas hasta ahora em-
pleadas, los cuidados y las condiciones del campamen-
to Chenkan, han producido un nivel de eclosión que
puede considerarse óptimo en comparación con los
porcentajes de crías vivas eclosionadas de nidos natu-
rales y también con los resultados reportados de otros
campamentos en el continente americano. Aún así, es
posible que la mejora en las técnicas de manejo de incu-
bación de huevos, pueda incrementar aún más el éxito
de eclosión de E. imbricata en Campeche. Se sugiere
investigar cómo mejorar las condiciones de traslado y
el efecto de distintos materiales y contenedores utiliza-
dos en el transporte de huevos de nidos naturales a los
nidos de corral, así como diferentes profundidades y
formas de nido excavados que disminuyan la presión a
la que son sujetos los huevos que quedan en los estratos
más profundos de una puesta. (Pritchard et.al, 1983).
LUGAR O CAMPAMEN TO ÉXITO DE ECLOSIO N % Fuente Xicalango 40.87 Guzmán 2006 Isla Aguada Campeche 55 (2005) SEMARNAT 2006 Isla Aguada Campeche 61.28 (2006) SEMARNAT 2006 Isla Mona Puerto Rico 79.20 Diez y Dam 1999 Cayo Perlas Nicaragua 67.2 Lagueux et al. 2005 Tabla 2. Éxito de eclosión reportados para campamentos nacionales y extranjeros.
Exito
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CONCLUSIONES
•El porcentaje promedio de éxito de eclosión obteni-
do en el campamento tortuguero Chenkan Campeche
durante la temporada 2006 fue de 77.77%.
•No existen diferencias estadísticamente significati-
vas (P>0.05) en el éxito de eclosión entre los años 2000-
2006. El valor promedio de este campamento es signi-
ficativamente diferente (P<0.05) en comparación otros
campamentos tortugueros nacionales y extranjeros re-
portados en la literatura.
•El trabajo que se viene desarrollando es óptimo to-
mando en cuenta que el porcentaje de eclosión se ha
mantenido sin diferencia desde el 2000. Sin embargo
debido a la vulnerabilidad de los huevos en los nidos
de tortugas marinas, es importante estudiar y conocer
las distintas variables que influyen en la incubación de
los huevos, su efecto en el desarrollo embrionario y la
búsqueda de mejoras de las técnicas de manejo de incu-
bación de huevos, con el fin de incrementar aún más el
éxito de eclosión de E. imbricata en Campeche.
LITERATURA CITADA
Arauz, R. M., 2000. Información general. tortugas marinas del pacífico oriental. Tall-eres de consulta comunal para la formu-lación de la estrategia nacional de conser-vación de la tortuga marina. Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales Co-mité Nacional de Conservación de Tortugas Marinas. El Salvador. P. 37.
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Diagnóstico, en la nueva cultura
de Educación AmbientalElaboración de un diagnóstico de Educación Ambiental formal en el nivel de educación medio superior de la ciudad de San Francisco de Campeche
INTRODUCCIÓN
El papel de la Educación Ambiental es un bastión
y herramienta imprescindible para la construcción de
una nueva cultura ambiental que es ahora más necesa-
ria que nunca. Con los efectos de problemas de enver-
gadura global como el cambio climático, el volumen
cada vez más grande de basura y la contaminación de
los ecosistemas base del sostén de la vida en el plane-
ta Tierra, la educación ambiental constituye la única
oportunidad para cambiar el paradigma del desarrollo
hacia patrones de consumo y producción sostenibles
(Samaniego, 1997). En este contexto, las autoridades
educativas del país están promoviendo la formulación
y desarrollo de programas curriculares encaminados a
promover la educación ambiental como una materia
obligatoria dentro de los programas de estudios en los
centros educativos de enseñanza media superior.
Una oportunidad de sumarse a la sinergia genera-
da por el Decenio de la Educación Ambiental (dea)
(2005-2014). Esta iniciativa fue aprobada por la resolu-
ción 57/254 de la Asamblea General de Naciones Uni-
das el 1 de enero del 2005. El objetivo de este Decenio
es promover la educación como fundamento de una
sociedad más viable para la humanidad e integrar el
desarrollo sostenible en el sistema de enseñanza escola-
rizada a todos los niveles. Para lograr esto se requiere la
ayuda de las instituciones públicas, privadas, y organi-
zaciones no gubernamentales.
Asimismo, las acciones del dea tienden a difundir y
promover los objetivos del milenio para que sean inte-
grados dentro de los programas educativos, se confor-
men redes de trabajo entre educadores y se establezcan
prácticas comunes, y políticas coherentes de educación
en todos los niveles.
La Educación Ambiental (ea) -desde preescolar has-
ta la universidad- debe abordar de manera adecuada cada
etapa de la formación integral de un individuo, de ma-
nera que adquiera conocimientos y valores ambientales;
cambie creencias, aprenda habilidades y tenga aptitudes
necesarias para el uso y aplicación de tecnología alterna-
tiva, y que modifique actitudes y conductas no adecua-
das para el ambiente. Todo esto en conjunto conforma el
aprendizaje significativo que se requiere para alcanzar la
sostenibilidad.
Para lograr esto, es necesario formular programas,
materiales didácticos, y memorias de información, así
como impartir servicios de asesoría y participar en eventos
donde se promueva una cultura ambiental para que la so-
ciedad conserve el ambiente y mejore su calidad de vida.
E. Rivera-Arriaga, L. Alpuche-Gual, A. Peralta-JiménezCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche
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Sin embargo, y a pesar de la importancia global que
la ea reviste para el desarrollo sostenible, se han hecho
muy pocos estudios de investigación sobre el tipo, al-
cance y resultados de la ea formal en el sistema educa-
tivo mexicano.
Este artículo es parte de la investigación de tesis
titulado: “Elaboración de Diagnostico de Educación
Ambiental Formal en el Nivel de Educación Medio
Superior de la Ciudad de Campeche” que se está rea-
lizando en el Área de Manejo de Ecosistemas Costeros
del Centro epomex. Este trabajo tiene el objetivo de ha-
cer un diagnóstico para determinar el impacto de los
programas de educación ambiental que actualmente se
están impartiendo en las preparatorias de la uac.
¿Importa la Educación Ambiental?
La Educación Ambiental (ea) es un proceso educati-
vo abierto a la vida social para que promueva valores,
conocimientos y actitudes que posibiliten formar capa-
cidades que conduzcan hacia un desarrollo sustentable
basado en la equidad y justicia social, el respeto por la
diversidad biológica y cultural.
La Educación Ambiental se comprende mejor si
la pensamos como un incesante proceso dinámico de
cambios; es decir, es la progresiva creación de estruc-
turas y funciones que solo en parte están determi-
nadas en las programaciones genéticas y culturales
(Novo, 2003).
Este proceso dinámico se va construyendo a partir
de conocimientos previos, de experiencias vivenciales
que en conjunto comprenden un proceso cognitivo per-
manente. El constructivismo es la teoría que mejor ex-
plica este proceso de aprendizaje, el cual tiene su origen
en la década de 1930 impulsado particularmente en
algunos trabajos de Jean Piaget, quien es reconoci-
do como su representante más significativo. Piaget se
interesaba en la forma en que se originan las catego-
rías básicas del pensamiento, tales como el espacio,
el tiempo y la casualidad, entre otras. Con respecto a
lo anterior a la ea contribuye a un cambio de pensa-
mientos y formas de actitud que ayudan a cuidar el
medio ambiente.
El constructivismo ayuda a los procesos de relación
cognitiva del alumno con el medio natural que le rodea
y le permite adquirir el aprendizaje significativo necesa-
rio para alcanzar un desarrollo sostenible. Además, los
preceptos que plantea el constructivismo explican las
diversas maneras en las que un alumno construye co-
nocimientos aprovechando el acervo con el que cuenta.
Todo esto al final resulta en una educación más acorde
con la conservación y el cuidado del ambiente. (Que-
sada, 2001).
Dentro de lo más importante para la EA derivado
del constructivismo está el binomio Enseñanza–Apren-
dizaje, el cual busca integrar conocimientos y habilida-
des en los alumnos a fin de conseguir un aprendizaje
significativo. Entendiendo que aprendizaje significativo
es aquel que conduce a la creación de estructuras de co-
nocimiento mediante la relación sustantiva entre la nue-
va información y las ideas previas de los estudiantes.
La Educación Ambiental Formal
La ea formal es aquella que se realiza a través de
las instituciones y planes de estudios que conf igu-
ran la acción educativa <<reglada>>, desde la edu-
cación infantil, pasando por la educación primaria
y secundaria, hasta la Universidad. (Novo, 2003.
p. 222)
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La ea formal se considera como la base principal
para promover la conservación del ambiente a través
de promover el aprendizaje significativo, el cual resul-
ta en la sustentabilidad fuerte, necesaria para atender
los problemas urgentes y los emergentes a los que nos
enfrentamos.
La ea formal aplica los principios emanados de la
Carta de Belgrado. Estos principios, aunados a los de
la Conferencia de Tbilisi, la Carta de la Tierra, la De-
claratoria de Ubuntu, y los preceptos del Decenio de la
ea, contribuyen a sentar las bases para que se incremen-
ten los conocimientos y la comprensión de lo que es el
ambiente y sus retos; se cambien las creencias y valores
por otros de carácter más amigable con el ambiente; se
adquieran aptitudes y habilidades que ayuden a bus-
car y aplicar soluciones alternativas para no impactar
al ambiente; y finalmente incidir en la modificación de
conductas nocivas para el ambiente (Novo, 2003.).
De acuerdo con resultados preliminares, es impor-
tante señalar que en México a pesar de los esfuerzos
que se han hecho por parte del gobierno federal (a tra-
vés del cecadesu, 2000), de algunos gobiernos estatales
(como Guanajuato y el Distrito Federal), y de algunas
instituciones de educación media superior y superior
(como la Universidad Autónoma de Guanajuato, la
Universidad Autónoma de Campeche y la Universidad
Autónoma de San Luis Potosí), en la mayoría de los ca-
sos los conceptos de ea sólo se encuentran como temas
insertos pero desconectados dentro de otras materias
relacionadas con las ciencias naturales (como biología,
ciencias naturales o ecología).
Dentro de los problemas a los que se enfrenta la
impartición de ea formal se destacan dos puntos: A) au-
sencia de curriculas desarrolladas en específico para ea
a nivel de educación media superior, y B) un porcentaje
alto 62.9 %) de los docentes que imparten ea o las rela-
cionadas con el ambiente, no cuentan con la formación
o la información adecuada para impartir el tema y sus
estrategias de enseñanza no son las pertinentes para los
fines que persigue una currícula que aborde la ea ni su
proceso de aprendizaje.
En la ciudad de San Francisco de Campeche en la
actualidad hay 28 escuelas preparatorias, con 16 priva-
das y 12 públicas. De este universo, sólo 7.14 % cuenta
con una materia específica de ea. Las demás no cuen-
tan con la materia de ea y tienden a la integrarla como
tema dentro de otras materias. Los resultados de este
trabajo muestran la ausencia de programas de estudio
y la carencia de conocimientos por parte de los estu-
diantes de nivel medio superior. Ante los retos que esta-
remos enfrentando en el corto plazo, se hace evidente
la necesidad de diseñar programas escolarizados de ea
para el estado de Campeche.
CECADESU, 2000. Educación ambiental para un desarrollo sostenible.
Novo, M. 2003. La educación ambien-tal formal, no formal e informal. En: La Educación Ambiental, Bases Éticas, Conceptuales y Metodológicas. 3ra Ed. Universitas. Madrid. Pág. 290.
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LITERATURA CITADA
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Desarrollo de políticas:
Reflexiones preliminares del 1er Taller del Programa de Manejo Costero Integrado para el Saneamiento de la Zona Costera
de la desconcentración a la descentralización, el principio de transversalidad e integralidad
G. Mixcóatl-TinocoFacultad de Ciencias Sociales - Universidad Autónoma de Campeche
Dos elementos parecen caracterizar a las políticas pú-
blicas en la actualidad: una mayor complejidad y una
mayor interdependencia. La complejidad se refiere a la
creciente necesidad de descubrir los vínculos causales
y las múltiples relaciones que guardan entre sí los pro-
blemas sociales. Es cada vez más evidente, por ejem-
plo, que las políticas contra la pobreza seguirán siendo
pobres políticas si no se le entiende como un fenéno-
meno multi-factorial con determinantes económicos,
históricos, sociales y políticos. La solución de un pro-
blema es cada vez menos debido a una única variable,
sino a la confluencia de muchas de ellas. La pobreza es
ciertamente un problema de distribución del ingreso,
pero también de acceso a oportunidades de empleo, de
educación, de salud, de alimentación, de vivienda y de
empoderamiento e interlocución política. La atención a la
pobreza por tanto, no es un problema que pueda ser re-
suelto con el modelo burocrático tradicional por departa-
mentalización, sino que requiere del concurso de muchos
sectores de política para avanzar en su solución.
La interdependencia por su parte, se refiere al des-
cubrimiento de las relaciones entre los problemas, a sus
mutuas determinaciones y dependencias, al peso espe-
cifico que tienen por ejemplo, las políticas de preserva-
ción del ambiente en el desarrollo de estrategias comu-
nitarias de sobrevivencia o al impacto que generan esas
políticas en el combate a la pobreza.
Lo que queda en evidencia con estas dos caracterís-
ticas es que los problemas sociales, y en consecuencia,
las intervenciones públicas, las políticas públicas, cada
vez menos tienen que ser la respuesta aislada de un sec-
tor de política, para convertirse en esfuerzos integrados
y coherentes, no de unidades burocráticas aisladas, sino
de aproximaciones post burocráticas para la resolución
de los problemas sociales. Las administración públicas
ya no puede ser entendida como el conjunto de uni-
dades centradas en sus procesos y en sus rutinas, sino
como nodos de una red de atención a las necesidades
de la población.
El principio de transversalidad de las políticas pú-
blicas apunta en este sentido. Se entiende por trans-
versalidad a la interacción conjunta y armónica de
estrategias, políticas, objetivos y acciones que llevan a
cabo diversas entidades y dependencias de la adminis-
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tración Pública Federal en áreas, programas o proyectos
específicos. El Programa Nacional de Medio Ambiente y
Recursos Naturales definió a la transversalidad como, “la
incorporación de criterios ambientales en el diseño y
formulación de las políticas públicas de los diversos sec-
tores de actividad económica, y las formas de conseguir
la coordinación entre sectores e instituciones para la
consecución de los objetivos y prioridades ambientales.
Por consiguiente, la transversalidad constituye una de
las más importantes estrategias del Ejecutivo Federal
para promover la sustentabilidad”.
Complejidad, interdependencia y transversalidad,
implican sin embargo, mejores y mayores dosis en ma-
teria de relaciones intergubernamentales, intersectoria-
les, pero también voluntad política. Es de reconocerse
que el modelo burocrático no está diseñado para la
atención orgánica de los problemas sociales, sino que
está estructurado por el principio de parcialización o
segmentación de los problemas, pero también por la
centralización y la verticalidad.
Hasta ahora, han sido variados los esfuerzos que se
han llevado a cabo en materia de reforma administrati-
va, particularmente en estrategias de descentralización
para abordar las cuestiones sociales con mayores dosis
de eficiencia. Sin embargo, las estrategias de descentra-
lización se han convertido en meros esfuerzos de reubi-
cación geográfica y de implementación de políticas y
programas. Así, la descentralización se ha convertido
en una mera desconcentración, a pesar de que toda
desconcentración implica cierto grado de descentra-
lización. Sin embargo, los recursos, las facultades, las
capacidades y la toma de decisiones, siguen alejadas del
nivel donde se generan los problemas. A los intentos
fallidos por descentralizar, se han sumado la falta de
instituciones locales capaces de comprender, imple-
mentar y coadyuvar con políticas y programas de in-
terés nacional, razón por la cual dichos esfuerzos han
fracasado.
Como se puede suponer, todo lo anterior presu-
pone pues, modificaciones sustanciales en terminos
institucionales, esto es, el conjunto de facultades que
le marca la ley a los distintos sectores de política, así
como los presupuestos y los recursos asignados a cada
sector, que tampoco ayudan a un abordaje integral de
los problemas sociales.
A pesar de ello, es fundamental crear espacios de
acción conjunta y redefinir las leyes que permitan a la
burocracia generar sinergias y favorecer una solución
holística de los problemas sociales. Por todo ello, el
Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 “plantea una
estrategia integral de política pública al reconocer que
los retos que enfrenta nuestro país son multidimen-
sionales. Avanzar en sólo algunos ámbitos de acción,
descuidando la necesaria complementariedad entre las
políticas públicas, es una estrategia condenada a un de-
sarrollo desequilibrado e insuficiente”. Particularmente
en lo relativo al eje No. 4, Sustentabilidad Ambiental,
señala que “un primer elemento en el nivel de las po-
líticas públicas para preservar el medio ambiente sea
la transversalidad. Ésta es imprescindible para que una
efectiva coordinación interinstitucional, así como una
verdadera integración entre sectores de gobierno, per-
mitan llegar a producir resultados cuantificables”.
Este breve conjunto de reflexiones pretenden ser
una guía para este taller y así estar en condiciones no
sólo de analizar las políticas públicas en gestión de re-
cursos hídricos y saneamiento, sino también para me-
jorar la coordinacón interinstitucional e intersectorial.
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Vol.18 No. 1
Centro de Ecología, Pesquerías y Oceanografía del Golfo de México
Universidad Autónomade Campeche
ISSN 0188 - 4700
Información y correspondenciaCentro EPOMEXAv. Agustín Melgar y Juan de laBarrera. Apartado Postal 520,C.P. 24030, Campeche,Campeche, México.Tel: (981) 811-9800 ext. 62300Fax:(981) 811-9800 ext. 62399