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JAINA Boletín Informativo Vol.18 No. 1 Enero 2008 - Junio 2008 Centro de Ecología, Pesquerías y Oceanografía del Golfo de México

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ISSN 0188 - 4700

Información y correspondenciaCentro EPOMEXAv. Agustín Melgar y Juan de laBarrera. Apartado Postal 520,C.P. 24030, Campeche,Campeche, México.Tel: (981) 811-9800 ext. 62300Fax:(981) 811-9800 ext. 62399

JAINA Boletín Informativo

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Enero 2008 - Junio 2008

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CONTENIDO

La ecología y la economíaL. A. Ayala-Pérez, Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

Macroalgas R. Tzel-Padilla, G. Oyosa-Ortega, E. González-Durán, T. Maldonado-Montiel, J. Gómez-Duarte, A. García-Cristiano y E. Manzanero-Rodríguez, Facultad de Ciencias Quimico Biológicas - Universidad Autónoma de Campeche

La gestión del riesgoG. Palacio-Aponte, Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

Serpientes, equilibrio ecológicoH. Uc-Bacab, E. Rivera-Arriaga y L. Alpuche-Gual, Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

Baculovirus penai R. E. del Río-Rodríguez, J. M. Rios-Quintal, J. J. Miramontes-Campos, A. D. Cú-Escamilla, Centro EPOMEX-Universidad Autónoma de Campeche

Exitosa eclosión: eretmochelys imbricata L. B. González-Estrella1 , R. E. del Río-Rodríguez2 ,L. G. Ordóñez-Ruiz1,1Facultad de Ciencias Quimico-Biológicos-Universidad Autónoma de Campeche2Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

Diagnóstico, en la nueva cultura de educación ambientalE. Rivera-Arriaga, L. Alpuche-Gual, A. Peralta-JiménezCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

Desarrollo de políticas: de la desconcentración a la descentralización, el principio de transversalidad e integralidad.G. Mixcóatl-TinocoFacultad de Ciencias Sociales - Universidad Autónoma de Campeche

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Avances en la valoración ecológico-económica de recursos naturales y servicios ambientales

L. A. Ayala-PérezCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

La ecología y la economía desde una per spect iva ge-

neral parecen disciplinas con una naturaleza opuesta,

ya que mientras la ecología busca el mantenimiento

de los ecosistemas que se basan en la estabilidad, el

equilibrio y la autorregulación, la economía busca el

crecimiento constante, lo que implica el uso continuo

de factores de producción entre los cuales los recursos

naturales juegan un papel importante. Parece no existir

solución real ya que la conservación implicaría renun-

ciar a los logros económicos que han sido incorporados

en nuestro estilo de vida.

A fines de la década de los 60’s, el enfoque del cre-

cimiento económico fue revisado a la luz de las críti-

cas que argumentaban que aún cuando muchos países

alcanzaron un crecimiento económico sustancial, este

no frenó la pobreza de Tercer Mundo, ni revirtió los

procesos de degradación natural y contaminación am-

biental del Primer Mundo.

El deterioro ambiental causado por la actividad

económica combinado con el deseo de seguir mejo-

rando la calidad de vida, ha suscitado la necesidad de

integrar la economía y la ecología con el fin último de

alcanzar el desarrollo sustentable; concepto que radica

en el sostenimiento de recursos a corto, y largo plazo

para el beneficio de las generaciones actuales y futuras

(Costanza 2001; Farber et al., 2002).

Probablemente la definición más popular de desa-

rrollo sustentable ha llegado de la mano del Informe

Brundtland, (Bruntland 1987) que plantea que el desa-

rrollo sustentable debe satisfacer las necesidades de las

generaciones presentes sin comprometer el derecho de

las generaciones futuras de satisfacer sus propias nece-

sidades. Pero también, el desarrollo sustentable deman-

da estrategias diversificadas que permitan mejorar la

realidad social, política, económica y ambiental específica

de cada lugar (Munasinghe, 1993; Leff, 1998; Guzmán

Pineda y Pretelin Pérez, 1998; Cantlon y Koenig, 1999;

Hediger, 2000; van Geldrop y Withagen, 2000).

Con el concepto de desarrollo sustentable se debe

discutir el significado de la ética y la equidad. La pri-

mera descansa en el hecho de que los seres humanos,

como la especie mejor adaptada y desarrollada, deben

asumir la responsabilidad por todas las demás especies

de la naturaleza. Además, el alcanzar el bienestar de

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todo el mundo implica eliminar la pobreza, para

lo cual se requiere satisfacer las necesidades

de todas las personas en materia de alimen-

tación, agua, vestido, vivienda, energía, em-

pleo, salud y ofrecer a todas las personas la

oportunidad de una vida mejor. Sin embar-

go, es evidente que la definición de “bienestar”

varía según los valores personales y socio-culturales

de cada comunidad (Brekke y Howarth, 1996; Hedi-

ger, 2000; Halme et al., 2004).

Considerando estos principios la sustentabilidad

presenta una visión holística y más racional del con-

cepto de desarrollo en lugar de sólo el crecimien-

to económico, pero uno de los criterios primordiales

para lograrla es la armonización entre la economía y la

ecología.

Sin embargo, el hecho de estar inmersos en una

economía de mercado, lleva a pensar lógicamente que

de alguna forma las soluciones a los problemas ecológi-

cos deban provenir de las estructuras de mercado, cuyo

basamento principal es la interacción entre la oferta y

la demanda. Pero el libre mercado presenta serios pro-

blemas para una correcta valoración de bienes y ser-

vicios ambientales ya que se presentan fallas entre las

cuales se encuentra:

a) La ausencia o escasa delimitación de los Derechos

de Propiedad.

b) La falta de representación de las generaciones futu-

ras.

c) La presencia de externalidades no consideradas (si la

demanda y la oferta no reflejan todos los beneficios y

costos de consumir y producir un bien determinado, los

precios resultantes no son correctos).

d) Beneficios particulares con costos sociales. (los pre-

cios no reflejan los verdaderos costos sociales de la pro-

ducción al no considerar la pérdida de la calidad de

vida por la destrucción del entorno natural) (Azqueta,

2002).

Los recursos naturales carecen de precio, al no exis-

tir un mercado donde puedan ser intercambiados. No

obstante, ello no quiere decir que carezcan de valor.

Por tanto, es necesario contar con algún método que

permita estimar dicho valor o contar con un indicador

de su importancia en el bienestar de la sociedad, que

permita compararlo con otros componentes del mismo,

para lo cual será factible utilizar el dinero como deno-

minador común (England, 2000; Farber et al., 2002;

Howarth y Farber, 2002).

En síntesis, los puntos básicos de consenso en la

visión de la ecología económica sobre un cambio de

estrategia en la forma de tomar decisiones es planteada

por Costanza et al. (1999) son los siguientes:

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• La visión de la Tierra como un sistema ter-

modinámicamente cerrado y que no crece en el

aspecto material, donde la economía humana es

un subsistema del ecosistema global. Esto impli-

ca que hay límites al rendimiento biofísico de los

recursos desde el ecosistema, a través del sub-

sistema económico, y de regreso al ecosistema

como desperdicios.

• La visión futura de un planeta sustentable con

una alta calidad de vida para todos sus ciudada-

nos (tanto humanos como otras especies) dentro

de las restricciones materiales que el punto an-

terior impone.

• El reconocimiento de que en el análisis de

sistemas complejos como la Tierra, en todas las

escalas de tiempo y espacio, la incertidumbre

fundamental es grande e irreducible y ciertos

procesos son irreversibles, por lo cual requieren

una postura fundamentalmente precautoria.

• Que las instituciones y la administración de-

berán ser proactivas en vez de reactivas y de-

berán dar lugar a políticas sencillas, adaptativas

e implementables basadas en una comprensión

avanzada de los sistemas fundamentales que re-

conozca completamente las incertidumbres im-

plícitas. Esto forma la base para la implantación

de política que sea en sí misma sustentable.

La valoración económica de los recursos naturales

es importante en la búsqueda del desarrollo sustenta-

ble, en términos económicos el usuario de los recursos

naturales tenderá a no tratarlo como un bien gratuito;

esto debido, a que su objetivo será el mantenimiento del

flujo de beneficios provenientes de los bienes y servicios

suministrados por ellos. En otras palabras, el usuario

racional de estos recursos tenderá a prevenir la depre-

ciación innecesaria del patrimonio materia prima e in-

ternalizarlo en la contabilidad empresarial y nacional.

La valoración económica de los bienes y servicios

ambientales arroja información sobre el valor mone-

tario que los miembros de un determinado colectivo le

otorgan a las distintas alternativas medioambientales

con las que se les confronta, definiéndose esta, como

un conjunto de técnicas y métodos que permiten medir

las expectativas de beneficios y costos derivados de al-

gunas acciones tales como: uso de un bien ambiental,

realización de una mejora ambiental, generación de

un daño ambiental, entre otros (Cogoy, 1999; Ropke,

1999; Wackernagel et al., 1999; Wunder, 2000; Nunes y

van der Bergh, 2001; Woodward y Wui, 2001; Farber et

al. 2002; Howarth y Farber, 2002).

La razón principal por la cual se valoran los bie-

nes que carecen de mercado, es la misma por la que

se valoran los bienes privados, es decir, probablemente

se hará un uso más eficiente de los mismos si dichos

bienes muestran un precio (Galván-Rico y Reyes-Gil,

1999; Klauer, 2000; Hannon, 2001).

Un rasgo característico de muchos bienes y servicios

ambientales, es la multitud de beneficios que propor-

cionan. Algunos de ellos están relacionados con el uso,

directo o indirecto, del bien ambiental, mientras que

otros, cuya cuantificación es más complicada, nada tie-

nen que ver con su uso.

Diversos autores, entre los cuales se puede mencio-

nar a Barbier (1994), Navrud y Pruckner (1997), Lewan-

drowski et al. (1999), Norberg (1999), Bockstael et al.

(2000), Ruijgrok (2001), de Groot et al. (2002), Howarth

y Farber (2002) y Chee (2004), coinciden en distinguir

cuatro tipos distintos de valor. En primer lugar, aque-

llos cuyo uso implica un consumo, como es el caso de

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la pesca o la caza. En segundo lugar, aquellos que su

uso no implica consumo, como puede ser la satisfac-

ción que se obtiene al observar una puesta de sol en las

orillas de un lago. En tercer lugar, aquellos que pro-

porcionan servicios mediante un uso indirecto como

por ejemplo la protección a la población que otorga un

bosque de manglar ante el embate de un huracán, y en

cuarto lugar lo que se denomina valor de existencia o

de herencia y que se refiere a la necesidad de pensar en

las generaciones futuras o simplemente dejar ser.

Reorganizando lo expresado anteriormente, se pue-

de realizar una primera distinción entre valores de uso

y valores de no uso. El valor de uso es el más elemental

de todos. Por ejemplo, una persona visita un parque

natural para contemplar la fauna y flora, para cami-

nar o hacer deporte, etc. y, por lo tanto como usuario,

cualquier alteración en la calidad del mismo afecta a su

nivel de bienestar.

Con relación a los valores de no uso, destacaremos

dos: el valor de opción y el valor de existencia. Para el

primero, se argumenta que un individuo que no estuvie-

ra seguro sobre una eventual visita a un parque natural,

podría estar dispuesto a pagar cierta suma de dinero

por un derecho de opción a visitarlo en el futuro. Por

lo tanto, para este individuo, la desaparición de dicho

parque natural supone una pérdida evidente de bien-

estar, mientras que la conservación del mismo, lo in-

crementa (Azqueta, 1994; Galván-Rico y Reyes-Gil,

1999).

El valor de opción se define como la disponibilidad

a pagar por la oportunidad de poder elegir entre usos

alternativos y competitivos de un bien ambiental. No

obstante, para evitar confusiones, conviene distinguir

entre el valor de opción propiamente dicho y el valor de

cuasi-opción. En relación al primero, es el que se deriva

de la incertidumbre individual que experimenta la per-

sona con respecto a si dicho bien estará o no disponible

en el futuro. La idea básica es que, dada esta incerti-

dumbre de la oferta, y dado el hecho de que a la mayor

parte de las personas no les gusta ni el riesgo ni la incer-

tidumbre, un individuo estaría dispuesto a pagar más del

excedente del consumidor esperado (ece) para asegurar

quepodrá hacer uso del bien ambiental más adelante. La

disposición a pagar se denomina precio de opción (po) y

comprende el excedente del consumidor esperado más

el valor de opción (vo), donde este último es el pago adi-

cional que se hace para asegurar la disponibilidad futura

del bien ambiental:

Finalmente, el valor de existencia es un valor que se

otorga a un bien ambiental y que no está relacionado con

ningún uso del bien, ni actual ni futuro . De hecho, existe

un grupo de personas que se ven afectadas en su bienestar

con respecto a lo que le ocurra a un determinado bien

ambiental aun cuando no son usuarios del mismo, senci-

llamente valoran positivamente su mera existencia. A pri-

mera vista, ésta puede parecer una categoría muy extra-

ña para un valor económico, puesto que seguramente el

valor se derivaría del uso (Common et al., 1997; Azqueta,

2002; Machín Hernández y Casas Vilardell, 2006).

PO = ECE + VO → → por tanto → → VO = PO - ECE

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Azqueta, D., 1994. Valoración económica de la calidad ambiental. McGraw-Hill.

Azqueta, D., 2002. Introducción a la economía ambiental. McGraw-Hill. 448p.

Barbier, EB., 1994. Valuing environmental functions - tropical wetlands. Land Eco-nomics, 70(2): 155-173.

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Bruntland, G. (ed.). 1987. Our common future: The World Commission on Environ-ment and Development. Oxford, Oxford University Press.

Cantlon, J.E. y H.E. Koenig, 1999. Sustain-able ecological economies. Ecological Economics, 31(1): 107-121.

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Cogoy, M. 1999. The consumer as a social and environmental actor. Ecological Eco-nomics, 28(3): 385-398.

Common, M., I. Reid & R. Blamey, 1997. Do existence values for cost benefit analysis exist? Environmental and Resource Eco-nomics, 9(2): 225-238.

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de Groot, R.S., M.A. Wilson y R.M.J. Bou-mans, 2002. A typology for the classifica-tion, description and valuation of ecosystem functions, goods and services. Ecological Economics, 41(3): 393-408.

England, R.W., 2000. Natural capital and the theory of economic growth. Ecological Economics, 34(3): 425-431.

Faber, M., T. Petersen y J. Schiller. 2002. Homo oeconomicus and homo politicus in ecological economics. Ecological econom-ics, 40(3): 323-333.

Galván-Rico, L.E. y R.E. Reyes-Gil. 1999. Asignación de precio a los ecosistemas como bienes ambientales únicos. Intercien-cia, 24(1): 14-16.

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Halme, M., C. Jasch y M. Scharp, 2004. Sustainable homeservices? Toward house-hold services that enhance ecological, social and economic sustainainability. Ecological Economics, 51: 125-138.

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Munasinghe, M., 1993. Environmental economies and sustainable development. World Bank Environment paper No. 3. The World Bank. 26 p.

Navrud, S. y J.G. Pruckner, 1997. Environ-mental valuation - To use or not to use? Environmental and Resource Economics, 10(1): 1-26.

Norberg, J., 1999. Linking Nature’s services to ecosystems: some general ecological concepts. Ecological Economics, 29(2): 183-202.

Nunes, P.A.L.D. y J.C.J.M. van den Bergh, 2001. Economic valuation of biodiversity: sense or nonsense? Ecological Economics, 39(2): 203-222.

Ropke, I., 1999. The dynamics of willing-ness to consume. Ecological Economics, 28(3): 399-420.

Ruijgrok, E.C.M., 2001. Transferring eco-nomic values on the basis of an ecological classification of nature. Ecological Econom-ics, 39(3): 399-408.

van Geldrop, J. y C. Withagen, 2000. Natu-ral capital and sustainability. Ecological Economics, 32(3): 445-455.

Wackernagel, M., L. Onisto, P. Bello, A. Callejas Linares, I. Lopez Falfan, J. Mendez Garcia, A. Suarez Guerrero y M. Suarez Guerrero, 1999. National natural capital accounting with the ecological footprint concept. Ecological Economics. 29(3): 375-390.

Woodward, R.T. y Y.S. Wui, 2001. The economic value of wetland services: a meta-analysis. Ecological Economics, 37(2): 257-270.

Wunder, S., 2000. Ecotourism and eco-nomic incentives -- an empirical approach. Ecological Economics, 32(3): 465-479.

LITERATURA CITADA

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MacroalgasComposición específica de macroalgas en las costas de Campeche y modificaciones estacionales de diversidad

INTRODUCCIÓN

La importancia de las macroalgas en el ambiente ma-

rino costero se manifiesta no sólo en su productividad,

sino también en la prevención de remoción del sustra-

to (al actuar como trampas de sedimentos), la filtra-

ción de agua de mar (al utilizar para su crecimiento

grandes cantidades de Nitrógeno y Fósforo), y el he-

cho de que proveen de un hábitat insustituible para la

fauna marina (al servir de sustrato, alimento y refugio

para peces e invertebrados marinos)(Robledo, 1996).

Algunas especies de macroalgas proveen ciertos

beneficios al hombre:

•Consumo directo como alimento (Arasaki y Arasaki,

1985).

•Materia prima para la extracción de coloides em-

pleados en la industria alimenticia, textil, farmacéutica,

cosmética y biotecnológica (Armisén y Galatas, 1987).

• Fuentes de pigmentos, los cuales son empleados en la

industria alimentaría y química (Tseng, 1981).

• Forrajes o aditivos en la producción de alimentos

animales (Indergaard y Minsaas, 1991).

• Fertilizantes (Crouch y Van Staden, 1993).

Los estudios sobre macroalgas en la península de Yu-

catán han sido principalmente de tipo taxonómico y da-

tan de inicios de los años 50´s (Huerta y Barrientos ,1952).

Se requiere de estudios de diversidad y abundancia de

macroalgas por ser considerados básicos para desarro-

llar su plan de manejo y explotación, en Campeche son

muy escasos. Callejas-Jiménez et al., (2005), encontra-

ron 51 taxa de macroalgas (28 Rhodophytas, 19 Clo-

rophyta y 6 Phaeophyta) y 19 nuevos registros para las

localidades del Faro, Santa Rosalia y Playa Bonita. En

total desde Isla Aguada hasta Playa Bonita 84 taxa (31

Clorophyta, 7 Phaeophyta y 46 Rhodophytas) han sido

registrados.

R. Tzel-Padilla, G. Oyosa-Ortega, E. González-Durán,T. Maldonado-Montiel, J. Gómez-Duarte, A. García-Cristiano y E. Manzanero-Rodríguez,

Facultad de Ciencias Quimico-Biológicas-Universidad Autónoma de Campeche

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ÁREA DE ESTUDIO

El área de estudio incluyó las localidades de En-

senada (19º44´087´´N –90º40´189´´W),Lerma

(19º47´569´´N – 90º37´469´´W) y Palmas

(19º52´703´´N– W90º31´063”W)(figura 1).

El régimen de mareas de la región se caracteriza por

ser de tipo mixto, semi-diurno amplitud de 0.588 m; las

temperaturas superficiales del mar, oscilan entre los 24 °C

para invierno y 28 °C en verano (Botello et al., 1995).

En la región existen tres periodos climáticos principales:

1) “secas” de febrero a mayo, asociado con descargas

mínimas de ríos y con predominio de vientos del este.

2) “lluvias” de junio a septiembre, con influencia de los

vientos del este.

3) “nortes” de octubre a enero, con frentes fríos (15-27)

de 2 a 3 días de duración y que cambian la dirección de

los vientos (Hernández-Arana et al., 2003).

Al área se encuentra localizada en la sonda de Cam-

peche, una porción intermedia entre dos ambientes se-

dimentarios: al norte ocurren sedimentos carbonatados

(contenido de carbonato de calcio > 75 %) y al sur se

presentan sedimentos carbonatos parcialmente mezcla-

dos con aportes de materiales terrígenos provenientes

de las descargas de los ríos (valores de carbonato de cal-

cio en el rango de 25 a 75 %) (Hernández-Arana et al.,

2003). La corriente litoral obedece al patrón general de

circulación del golfo de México, con una dirección do-

minante de este a oeste. La velocidad media oscila entre

los 0.9 y 0.5 nudos (Botello et al., 1995).

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Figura 1.- Localización de los sitios considerados en el estudio prospectivo. Modificado de: inegi (2006)

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MATERIALES Y MÉTODOS

En cada localidad de estudio se estableció un transec-

to de 2,560 m de longitud total. Todas las muestras,

con excepción de Palmas (estación somera) se colecta-

ron durante periodos de marea baja. Los muestreos se

realizaron a bordo de una embarcación de 15 ft con

motor fuera de borda de 65 Hp. Las colectas de algas

se obtuvieron mediante buceo autónomo (scuba), utili-

zando 1 cuadrante de m2 dividido en 16 subunidades,

de 0.0625m2. de las cuales se tomaron tres al azar por

sitios. El tamaño mínimo de muestra y el área mínima

de muestreo de macroalgas fueron determinados me-

diante el cálculo del índice de morisita y en muestreos

prospectivos (Zar, 1999). El área total de muestreo den-

tro de cada transecto fue 1.5 m2, El patrón de distri-

bución de especies fue considerado como homogéneo,

toda vez que se comprobó que no existen diferencias

entre la ocurrencia de especies en sitios de un mismo

transecto (p >= 0.05).

La clasificación taxonómica de las macroalgas se

realizó mediante el análisis de las estructuras anató-

micas externas de acuerdo con las claves de identifica-

ción propuestas por Littler et al. (1989) y Littler y Littler

(2000).

Para cada localidad y época climática, se realizaron

comparaciones de los patrones de dispersión de las es-

pecies de macroalgas colectadas, calculando para ello

el índice de diversidad de Shannon (H´) y de similitud

de Sorensen.

RESULTADOS

Durante las temporadas de “secas”, “lluvias” y “nortes”,

se identificaron 12 especies de macroalgas (figura 2). En

orden decreciente las comunidades de Lerma, Ensena-

da y Palmas, presentaron menor número de especies de

macroalgas. Adicionalmente, en la localidad de Pal-

mas, la proporción de pastos marinos: macroalgas fue

mayor en comparación con el resto de las localidades

analizadas.

Todas las especies que se presentaron durante la

temporada de “secas” en Ensenada, ocurrieron tam-

bién durante el periodo de “lluvias”. Durante esta

temporada, se presentaron (Caulerpa prolifera, Udotea

spinulosa y Laurencia filiformis) especies no detectadas

anteriormente. Halimeda incrassata, Halimeda opuntia

Division Chlorophyta

Caulerpa prolifera (Forsskäl) Lamouroux 1809

Caulerpa racemosa(Forsskäl) J. Agardh 1873

Caulerpa cupresoides (West) C. Agardh 1817

Udotea dixoniiLittler & M.M Littler, 1990

Udotea spinulosaHowe 1909

Halimeda incrassata(J. Ellis) J.V. Lamouroux 1816

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y Udotea dixonii, se presentaron en las tres épocas cli-

máticas analizadas. El único registro de Dyctiota carib-

aea se encontró durante la temporada de “nortes”.

En la localidad de Lerma, la ocurrencia de Caul-

erpa prolifera y Padina gymnospora coincidieron con el

periodo de “secas”. A pesar de que los organismos re-

presentantes de la familia Phaeophyta pudieron obser-Phaeophyta pudieron obser- pudieron obser-

varse en mayor abundancia en esta localidad, Udotea

spinulosa, Udotea dixonii, Laurencia filiformis y Dyc-

tiota caribaea fueron las especies de macroalgas comu-

nes entre épocas de muestreo. La presencia de Padina

gymnospora y Caulerpa prolifera, fue documentada

durante la temporada de “secas”.

Al comparar la composición especifica de macroal-

gas de diferentes épocas climáticas de cada una de las

localidades analizadas, se encontró que durante la tem-

porada de “lluvias”, la ocurrencia de especies de macroal-

gas en la localidad de Palmas incremento en 100 %, con

respecto a la época de “secas”. Este incremento, se aso-

cia con la ocurrencia de Halimeda opuntia, Rhipoceph-

alus oblongus, Udotea spinulosa y Laurencia intricata.

En esta localidad la ocurrencia de Batophora oerstedii y

Rhipocephalus oblongus, una fuerte presencia de pastos

marinos y la disminución en las biomasas (g/m2) de es-

pecies del género Udotea pudieron ser observadas.

Durante la temporada de “lluvias” y “nortes”, los

valores de H´ de Ensenada, Lerma y Palmas fueron si-

milares (p >= 0.05). En “secas”, los valores de H´ de

Lerma incrementaron en comparación con los observa-

dos durante “lluvias” y “nortes” (p < 0.05, figura 3).

En orden decreciente durante la temporada de “se-

cas”, la similitud de los sitios de colecta de la localidad

de Ensenada fue 2560 > 160 y 320 > 1280 y 640; en

Lerma 1280 > 320, 640 y 40 > 80 > 2560 y 160 > 20; y

en Palmas 1280 y 640 < cualquier otro sitio de colecta

Division Phaeophyta

Division Rhodophyta

Halimeda opuntia (Linnaeus) J.V. Lamouroux 1816

Rhipocephalus oblongus

Padina gymnospora(Kützing) Sonder 1871

Dictyota caribaea Hörning & Schnetter in Hörning et al., 1992

Laurencia filiformis (C. Agardh) Montagne 1845

Udotea spinulosaHowe 1909

Batophora oerstediiJ. Agardh 1854

Figura 2. Especies de macroalgas encontradas en costas de Campeche, localidades de Ensenada, Lerma y Palmas.

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dentro del mismo transecto. Los sitios de colecta en los

que la composición especifica logra mantenerse con una

similitud superior al 50% durante las diferentes épocas

climáticas fueron Ensenada: 160 y 1280; Lerma: 80; y

Palmas: 40, 80, 160, 320, 1280 y 2560 (tabla 1).

DISCUSIÓN

El 58 % de las especies halladas en este estudio, fue repor-

tado en trabajos previos: Batophora oerstedii, Caulerpa

prolifera, Caulerpa cupressoides, Caulerpa racemosa,

Halimeda opuntia, Halimeda incrassata y Padina gym-

nospora (Huerta y Barrientos, 1965 y Huerta et al.,1987).

Huerta y Barrientos (1965) reportaron en la presencia

de Caulerpa prolifera, Caulerpa cupressoides y alimeda

opuntia en la localidad de Lerma. Recientemente, Ca-

llejas-Jiménez et al. (2005) reportaron en la misma lo-

calidad la presencia de Caulerpa cupressoides Caulerpa

prolifera, Caulerpa racemosa, Halimeda incrassata y Pa-

dina gymnospora. La permanencia de estas 6 especies de

macroalgas en el litoral de la bahía de Campeche, refleja

DLC* (m) Ensenada Lerma Palmas

20

0.00 0.00 N + Ll + S

0.67 0.20

1.00 0.00

40

0.00 0.00

0.80 0.14

1.00 1.00

80

0.00 0.00

0.75 0.57

1.00 1.00

160

0.75 0.67

0.71 0.17

1.00 0.67

320

0.75 0.25

0.80 0.22

1.00 0.80

640

0.57 0.00

0.80 0.00

0.89 0.00

1280

0.57 0.57

0.86 0.33

0.89 0.33

2560

0.89 0.44

0.71 0.20

1.00 0.57

Figura 3. Seguimiento estacional del índice de diversidad de Shan-non para cada una de las localidades de muestreo. Las diferencias significativas de los índices son representadas con letras diferentes (p <= 0.05).

Tabla 1. Valores de similitud de Sorensen para sitios de colecta durante la temporada de “secas” (proyección vertical) y ponderación de similitudes estaciónales de sitios de colecta específicos (proyec-ción horizontal).

* Distancia de línea de costa, considerada a partir de la marea más alta

Los valores en cursiva, localizados en el recuadro inferior de cada casilla y marcados con la flecha sólida, indican la similitud existente entre un mismo sitio de colecta, a lo largo de las diferentes épocas climáticas (N: nortes, Ll: lluvias, y S: secas). Los valores localizados en el recuadro superior de cada casilla, indican la similitud existente entre los sitios de colecta de un mismo transecto. La fecha considerada cor-responde al periodo más diverso, (temporada de secas).

0

0.1

0.2

0.3

0.4

0.5

0.6

Lluvias Nortes SecasEpoca Climatica

Indi

ce d

e D

iver

sida

d S

hann

on (H

´)

Ensenada Lerma Palmas

LOCALIDAD EPOCA CLIMATICA Nortes Lluvias Secas

Ensenada 0.17 + 0.1150 0.49 + 0.0997 0.27 + 0.1422 a Lerma 0.11 + 0.0574 0.31 + 0.1326 0.63 + 0.1185 ab Palmas 0.35 + 0.0936 0.72 + 0.0520 0.85 + 0.0517 c

ab

b

c

un alto grado de aislamiento geográfico, posiblemente

relacionado con la extensión de la plataforma continen-

tal y por patrones de modificación causados por fenóme-

nos metereológicos y desarrollo de actividades en la costa

(Carranza et al., 1975 y Britton y Morton, 1989).

Halimeda incrassata y Halimeda opuntia fueron las

especies de algas que invariablemente se presentaron en

todas las localidades de estudio durante las diferentes

épocas climáticas. La ocurrencia de Halimeda incrassata

en la localidad de Palmas, coincide con el patrón de dis-

tribución reportado por Littler et al.(1989). Los resulta-

dos indican que la macroalga presenta cierta selectividad

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JAINABoletín Informativo

Vol.18 No. 1

por sustratos cubiertos por pastos marinos. Halimeda

opuntia, en cambio es selectiva en suelos con grava y are-

na, y puede presentarse hasta los 25 metros de profundi-

dad. La importancia ecológica de las especies del genero

Halimeda, radica en que modifican el tipo de sedimentos,

a través de los aportes derivados del rompimiento de sus

pequeños segmentos calcificados. Litler et al.(1989) con-

sideran que H. opuntia es el mayor productor de arenas

carbonatas y sedimentos del Caribe.

En algunos casos, la ocurrencia de Halimeda opuntia

en apariencia limitó la presencia de Halimeda incrassata,

no se logró comprobar la existencia de alguna correla-

ción inversa significativa. Se sabe sin embargo, que varias

especies del genero Halimeda, producen diterpenoides,

los cuales les permiten evitar la herbívora (Paul y Alstine,

1988). A pesar de que este tipo de sustancias se relacio-

nan más con funciones defensivas frente a hongos y ar-

trópodos, existe la posibilidad de que ejerzan un efecto

alelopatico en especies del mismo género. Entre los da-

tos publicados relativos a la alelopatía de diterpenoides,

destaca el efecto inhibidor que el ácido 17-oxo-grindelico

ejerce sobre la germinación y el crecimiento de la raíz de

algunas especies de plantas (Macias y Galindo, 2001).

La presencia de Caulerpa prolifera en Lerma y Ense-

nada en la franja intermareal, es relativa a las modifica-

ciones anatómicas de las especies, las cuales le permiten

fijarse a sustratos altamente inestables. Los estolones de

Caulerpa tienen una gran capacidad de retención de se-

dimentos y favorecen la sedimentación y humificación de

los mismos (Sánchez- Moyano et al., 2002).

Es probable que con la disminución de los coeficien-

tes de extinción vertical y el incremento de la profundi-

dad de luz compensatoria, se haya logrado facilitar el

establecimiento y crecimiento de diferentes especies de

macroalgas. Lalli y Parsons (2006) sugiere que la biomasa

de macroalgas es correlativa con la intensidad de la radia-

ción solar y temperatura del agua.

Es probable que durante la temporada de “nortes” y

“lluvias”, con el incremento en los niveles de precipita-

ción y escurrimiento se haya acrecentado la exportación

de nutrientes de los manglares en la zona de Palmas; y

que posteriormente por efecto de mareas, corrientes y

oleaje se haya facilitado la redistribuyen los sedimentos,

formando bajos, mismos que en condiciones ideales de

aireación pudieron ser colonizados por diversos produc-

tores primarios (Agraz-Hernández et al., 2006).

Los valores de homogeneidad de Brillouin confirma-

ron que H´ de Lerma y Palmas, fueron diferentes duran-

te la temporada de “secas” (p <= 0.05). El valor de H´

para la temporada de “lluvias” fue 0.25, “nortes” 0.11 y

“secas” 0.32.

Los valores de similitud de Sorensen sirvieron para

comprobar la diversidad de localidades con composición

específica similar. De todas las localidades Palmas, pre-

sento sitios de colecta con valores de similitud constantes

a través del tiempo y el espacio. La constancia en los valo-

res Sorensen fue más evidente en sitios localizados cerca

de la costa, siendo que con el incremento de la línea de

costa se favoreció la heterogeneidad estacional en la com-

posición especifica.

Lerma en comparación con Ensenada, presento una

distribución de especies más homogénea respecto al per-

fil de distribución perpendicular a la línea de costa. La

variación estacional de la composición especifica fue En-

senada > Lerma > Palmas (tabla 1). Los valores bajos de

heterogeneidad observados en sitios someros y cercanos a

la costa, podrían relacionarse con el incremento de la tur-

bidez y el oleaje, mismos que permitirían la dominancia

de un grupo restringido de especies dominantes (Cauler-

pa prolifera, Caulerpa cupressoides y/o pastos marinos).

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Es posible que el repoblamiento de nuevas especies sea

correlativo al área de interacción disponible. En compa-

ración con los sitios localizados lejos de la costa, los sitios

cercanos a la costa y someros presentan un área de inte-

racción menor, la cual limita el intercambio de especies y

variabilidad de composición específica y abundancia; en

contraste, existe una mayor heterogeneidad de hábitat en

aguas profundas, la cual esta asociada al incremento de la

profundidad y amplitud de área. El incremento y amplitud

de área de sitios profundos o distantes de la línea de costa,

favorece el incremento de las distancias de reclutamiento

en cualquier dirección, promoviendo el reclutamiento de

nuevas especies (Middelboe y Sand-Jensen, 2004).

CONCLUSIONES

Se identificaron 12 especies de macroalgas, de las cuales

9 correspondieron a la división Chlorophytas, 2 Rhodo-

phytas y 1 Phaeophytas. Los registros más altos de diver-

sidad de las localidades de Ensenada y Lerma se presen-

taron durante la temporada de Secas.

La mayoría de las especies de macroalgas presentaron

un patrón de distribución espacial y temporal homogé-

neo. Halimeda incrassata, Halimeda opuntia y Udotea

spinulosa; Caulerpa prolifera y Padina gimnosperma úni-

camente ocurrieron en la localidad de Lerma, durante la

temporada de “secas”.

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a la Biol. Marcela Espinosa Garduño por las observaciones realizadas al presente trabajo. También agradecemos a

Gisela Aguayo Martínez, Eduardo Rodríguez Becerra, Rocío Escamilla Pérez, Isabel Serrano Macgregor, Raquel Ongay Gutiérrez

de Velazco y Arturo Valle Canul, por el apoyo recibido durante la realización de muestreos y procesamiento de muestras.

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Vol.18 No. 1

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LITERATURA CITADA

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La gestión riesgodel

como estrategia integral en el manejo de los desastres y la planificación urbana

Hasta hace apenas unos años, en 1998 para ser pre-

cisos, después de la ocurrencia del huracán Mitch y sus

efectos desastrosos en Centroamérica, se ha ido cambiando

gradualmente la visión de los riesgos naturales y el ma-

nejo de los desastres.

Tradicionalmente durante los 60´s dominó la vi-

sión física de los fenómenos como sinónimo de desas-

tre, de manera que el fenómeno en si era considerado

un desastre. Posteriormente en los 70´s y 80´s domi-

nó la visión de exposición y vulnerabilidad como es-

trategia de mitigación, incorporando los conceptos de

amenaza física y vulnerabilidad social. Sin embargo,

y a medida que se entendió que las respuestas locales

son completamente diferentes para una misma amena-

za natural, se incorporó el concepto de gestión local

del riesgo. Se pasó de la administración del riesgo a la

gestión de riesgo, de la remediación, al seguimiento del

riesgo desde su inicio con una visión prospectiva, integral

G. Palacio-AponteCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

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PROTECCIÓN RESTABLECIMIENTO

Prevención reducción del riesgo

máximo

Énfasis sobre las medidas técnicas

-construccionesresistentes-diques-monitoreo-inventario-otras

Énfasis sobre las medidas de planeación

-zonificación -reubicación -otras

Formulación del plan: Formulación del plan: Formulación del plan: Asistencia:

PRONÓSTICOCorto, Mediano y Largo Plazo

Énfasis sobre los sistemas preventivos

-alerta temprana-entrenamiento-reservasestratégicas, etc.

-evacuación

-comida

-refugios

-medicinas

-otras

Reconstrucción y mejoramientodel sociosistemaafectable

- reubicación

GESTIÓN PROSPECTIVAGESTIÓN CORRECTIVA

GESTIÓN INTEGRAL DEL RIESGO

Mitigación reducción del riesgo

basada en restricciones

Respuesta salvar vidas antesque la propiedad

Recuperación

Ahora finalmente es una percepción generalizada

tanto en instituciones académicas como gubernamen-

tales, que los desastres no son naturales y que son en

realidad resultado de la capacidad de respuesta de los

grupos sociales ante la ocurrencia de fenómenos na-

turales peligrosos. Este nuevo enfoque se circunscri-

be dentro de la llamada Gestión del Riesgo, que es

un proceso social cuyo fin último es reducir el riesgo

existente y potencial, en el marco de la planificación

territorial. Se basa en el supuesto de que el tamaño

del desastre dependerá de las formas de adaptación y

niveles de desarrollo de la sociedad afectada. Por pri-

mera vez se considera al desarrollo como algo intrínse-

co a las situaciones de riesgo o desastre y no como un

sujeto expuesto y susceptible de ser dañado. Es decir,

la infraestructura, los bienes y las actividades econó-

micas afectables son reflejo y forman parte también

del desarrollo, de manera que el estado de desarrollo

de estos, favorece o inhibe los niveles de vulnerabili-

dad de la sociedad.

Figura 1. Gestión integral del riesgo.

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Dentro de la nueva concepción del riesgo se en-

tiende que, como proceso social, es dinámico y que en

muy poco tiempo puede cambiar su expresión espa-

cio-temporal. Que los pequeños y medianos desastres

pueden tener efectos acumulativos y que su expresión

espacio-temporal cambia totalmente cuando ocurre

un desastre o situación de riesgo.

La gestión del riesgo tiene dos vertientes: la correc-

tiva y la prospectiva. La correctiva implica corregir lo

que se ha constatado está mal, incluyendo en última

instancia, la reubicación de asentamientos humanos

e infraestructura. Es por tanto muy costosa en térmi-

nos de inversión y la mayoría de las veces socialmen-

te inaceptable. Por otra parte la gestión prospectiva

pretende evitar cometer los mismos errores del pasa-

do e impedir riesgos y desastres futuros mediante la

planificación asertiva del territorio, buscando conci-

liar la visión tecnico-científica con la transversalidad

institucional. En este sentido resulta indispensable

replantear en futuros planes de desarrollo urbano, la

evaluación del riesgo como una obligatoriedad legal

que realmente regule la pertinencia y formas de adap-

tación de asentamientos humanos e infraestructura y

que considere los niveles microsociales y territoriales.

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Serpientes equilibrio ecológico

Importancia de la conservación de serpientes en los poblados de Hampolol, Chemblas y Betania en el estado de Campeche.

H. Uc-Bacab, E. Rivera-Arriaga y L. Alpuche-GualCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

Oxybelis fulgidus

RESUMEN

Las serpientes son organismos terrestres que en el estado de Campeche conforman el 14% del total de especies a nivel nacional.

Por este hecho, las serpientes representan un símbolo de la riqueza de nuestra biodiversidad. Su posición dentro de la cadena

trófica garantiza el equilibrio ecológico de los hábitats que ocupan, ya que al ser depredadores, se encargan de controlar el

número de individuos de especies cuyas poblaciones tienden a incrementarse exponencialmente. El hombre ha destruido sus

hábitats y realiza quemas de extensas zonas para cultivos o pastizales, contamina con agroquímicos sus tomas de agua, elimina

en gran número a sus presas naturales, obligando a las serpientes a vivir a escondidas e inclusive a desplazarse de un lugar a

otro en busca de protección y alimento. Estos organismos son asediados tanto por enemigos naturales como por el hombre,

quienes les temen y por ello las eliminan sin razón. Los motivos para esta conducta pueden ser el miedo a ser mordidos o

simplemente por representar una amenaza para ellos, otros lo hacen por diversión, otros en actividades cinegéticas ya que sus

pieles se utilizan para la elaboración de diversos artículos como carteras, botas y cinturones que son de alto valor económico en

el mercado, estas actividades se llevan a cabo aunque la legislación mexicana prohíbe la caza de estos animales. Las creencias

tradicionales son otro motivo para la captura de serpientes, ya que su carne y grasa son utilizadas para diversos fines en la

medicina tradicional para aliviar diversas enfermedades e incluso como afrodisiacos. La expansión de las fronteras urbana y

rural es uno de los factores más importantes en la relación hombre-serpiente, ya que la probabilidad de encuentros aumenta

y esto trae consecuencias graves para las últimas. Este artículo es parte del trabajo de investigación de la tesis “Propuesta e

implementación de un programa de educación ambiental para la conservación de serpientes en los poblados de Hampolol,

Chemblas y Bethania en el estado de Campeche” que se está realizando en la Facultad de Ciencias Químico-Biológicas, a

través del área de Manejo de Ecosistemas Costeros del Centro epomex.

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Serpientes INTRODUCCIÓN

Las serpientes, por su apariencia de “vertebrados ra-

ros”, han despertado en las sociedades humanas una

serie de versiones de extrañeza, de curiosidad y morbo

(Casas, 2000). Sin embargo, a lo largo de la historia, las

serpientes han sido una parte importante del desarrollo

cultural del hombre. Su presencia en las diferentes cul-

turas se encuentra rodeada de mitos y magia (Zúñiga

et al., 2007).

Las serpientes son reptiles al igual que los lagartos,

tortugas, y cocodrilos. Las serpientes son totalmente

ápodas, carecen de extremidades externas y están cu-

biertas de escamas. La característica más notable de

una serpiente es su cuerpo extremadamente largo y

delgado.

Las serpientes habitan en diversos lugares, inclu-

yendo las áreas rurales y suburbanas como lo son los

poblados de Hampolol, Bethania y Chemblas, en los

cuales se han registrado 23 especies de las 47 que exis-

ten en el estado de Campeche y de las cuales 4 especies

son consideradas altamente peligrosas para el hombre

(Lee, 1996).

En los poblados de Hampolol, Bethania y Chemblas

del estado de Campeche aproximadamente más del 60%

de la población total se dedica a la actividad ganadera

y agrícola (inegi, 2006), por ello son muy frecuentes los

encuentros con serpientes. Sin embargo, existe un gran

temor hacia las serpientes en estos lugares debido prin-

cipalmente a la falta de información y el conocimiento

erróneo que se tiene sobre estos organismos. La mejor

manera de tratar a las serpientes es proporcionando una

educación sobre éstas a los habitantes de dichas pobla-

ciones. Se debe tener en cuenta que las personas han in-

vadido el mundo de la serpiente, no lo contrario.

DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

Los poblados de Hampolol, Chemblas y Bethania po-

seen una gran cantidad de serpientes por lo cual son

muy comunes los encuentros entre humanos y serpientes

en esas regiones, principalmente en las áreas de trabajo

de la población que son mayormente la ganadería y la

agricultura (inegi, 2006). Estos encuentros resultan en

el sacrificio del ofidio en prácticamente todas las ocasio-

nes. Considerando que esto se debe principalmente a la

falta de conocimientos sobre serpientes por parte de los

pobladores de la región, se hace necesario diseñar una

propuesta de educación ambiental para protegerlas.

Cabe mencionar que previo a la elaboración o imple-

mentación de alguna propuesta de educación ambiental se

deben de conocer las necesidades e intereses de la población

acerca del tema, esta información puede ser obtenida a tra-

vés de la utilización de encuestas.

Esta propuesta deberá incluir la utilización de diversas

técnicas didácticas orientadas a proporcionar información

de interés para la población. Estas técnicas deberán propor-

cionar información que permita la identificación y la dife-

renciación de serpientes venenosas y no venenosas, así como

deberá de proveer de consejos prácticos para prevenir o si se

llegará a presentar mordeduras, como poder tratarlas.

En muchas ocasiones las creencias de la gente se ven in-

fluidas por diversos mitos y leyendas sobre los cuales basan

su manera de pensar y actuar. En los poblados de Ham-

polol, Bethania y Chemblas se encuentran muy enraizadas

diversas leyendas y mitos que han guiado a la gente a tener

pensamientos y creencias erróneas sobre las serpientes, los

cuales han provocado un temor infundado en la población.

Otra problemática que pone en riesgo a las serpien-

tes en el estado de Campeche es el empleo de activida-

des ilegales como lo es la cacería furtiva y captura de

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serpientes, esto es debido a que extraen a las serpientes

de su hábitat y son utilizadas para comercializar sus

pieles o para la venta de estos organismos como mas-

cotas.

La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Na-

turales (semarnat) en su Norma 059 (nom-059-ecol-

2001) ha incluido a varias especies bajo 4 categorías

especiales de protección: 1) En peligro de extinción; 2)

Amenazadas; 3) Raras; y 4) Sujetas a protección espe-

cial.

En estos apartados se encuentran algunas especies

de serpientes que se encuentran en el estado de Cam-

peche y que son consideradas amenazadas, estas son

las boas (boa constrictor) la falsa coralillo (Lampropeltis

triangulum y urotheca elapoides) y la serpiente de cas-

cabel (crotalus durissus).

Sin embargo estas actividades ilegales se siguen lle-

vando acabo sin impedimento alguno.

Los objetivos de la educación ambiental tienen

que ver con sentar las bases necesarias para desarro-

llar actitudes positivas hacia el ambiente, despertando

la capacidad de comprensión del entorno así como el

interés del educando, llevándolo a desarrollar un valor

ético sobre el ambiente (García, 2000).

En el ámbito no escolarizado de la educación am-

biental tiene como objetivo la transferencia de infor-

mación con la finalidad de desarrollar conciencia en

la población de cualquier edad, y es llevada a cabo en

espacios abiertos y áreas naturales, siendo un proceso

estructurado y sistemático aunque no estandarizado,

desarrollado fundamentalmente con actividades prác-

ticas y voluntarias; en ella no existe una metodología

específica, sino más bien, metodologías con sentido di-

námico que abordan la experimentación y la observa-

ción con la participación colectiva (Agüero, 1994).

Esta modalidad, constituye un “aula abierta” don-

de los educadores trabajan directamente con el entor-

no que los rodea, en contacto real con algún problema

ambiental para analizarlo y proponer posibles alterna-

tivas de solución (Cruces, 1994).

IMPORTANCIA DE LA CONSERVACIÓN

DE SERPIENTES

Las serpientes son parte de la fauna local (como lo son

pájaros y ardillas), son especies que se alimentan prin-

cipalmente de pequeños mamíferos, anfibios, reptiles y

aves que pueden llegar a formar plagas ocasionando

perdidas económicas en el ámbito agrícola o bien, ser

agentes transmisores de enfermedades para el ser hu-

mano como.

De igual manera las serpientes son el alimento de

diversas aves, mamíferos e incluso otros reptiles que

dependen en gran medida de la existencia de las ser-

pientes.

Las serpientes también son importantes en el ám-

bito medico ya que gracias al veneno que se extrae

de ellas se crean antivenenos o sueros para tratar las

mordeduras de serpientes, lo cual beneficia de manera

importante al ser humano.

Tomando en cuenta lo anterior se puede considerar

a las serpientes como parte fundamental del equilibrio

del ecosistema.

En diversos países como es el caso de Costa Rica, se

han iniciado proyectos por parte del gobierno y empresas

particulares con la finalidad de proteger a las serpientes.

Un ejemplo es el proyecto “Detengamos la matanza de

serpientes inofensivas” puesto en marcha en aquel país

y cuyos resultados están por evaluarse en los próximos

años. Otros casos similares ocurren en países como Chile,

Serp

ient

es: e

quilib

rio e

coló

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Colombia, Venezuela, e India; pero en la mayoría de los

casos estos proyectos son elaborados por organizaciones

particulares, lo cual disminuye su difusión y por lo tanto

la participación de la población.

En México existen algunas organizaciones particu-

lares como “Cuetzpalin” de cobertura nacional, que es

una organización formada por un grupo de profesiona-

les que se encargan de enseñar a la gente sobre el uso y

manejo de fauna (entre ellas las serpientes) así como su

cuidado y protección gracias a la información que le es

aportada a la gente a través de Internet.

El éxito de una nueva fase ecológica que se orien-

te hacia la preservación de las especies dependerá

en gran medida de la aparición de nuevas formas de

relación entre grupos humanos y de su interacción con

la naturaleza y de la difusión práctica generalizada de

un conjunto de pautas de comportamiento; de aquí la

importancia de la aportación de la educación ambien-

tal en la solución de la problemática medioambiental

(Otero, 2000).

Se debe respetar y valorar nuestra riqueza biológi-

ca, incluidas las serpientes. No se puede permitir que

a causa de nuestro de temor e ignorancia se ponga en

peligro la existencia de estos organismos.

Agüero, A., 1994. Paradigmas socioeduca-tivos y programas de educación no formal. Caracas, Venezuela. Universidad Nacional Experimental. Simón Rodríguez.

Casas, G., 2000. Mitos, leyendas y reali-dades de los reptiles en México, Revista Ciencia Ergo Sum., 7(3):286-291

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LITERATURA CITADA

Bothrops asperBoa constrictor

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Baculovirus penaeiPresencia de baculovirus penaei en camarones silvestres del golfo de México. (Presence of baculovirus penaei in wild shrimps from southern gulf of Mexico).

R.E. del Río-Rodríguez, J.M. Rios-Quintal,J.J. Miramontes-Campos, A.D. Cú-Escamilla

Centro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

En las aguas del golfo de México habita un virus de la

Familia Baculovíridae, que como su nombre lo descri-

be, son virus en forma de bastón o báculo. Esta familia

de virus había sido ampliamente descrita en insectos

acuáticos, pero en 1974, Baculovirus penaei (BP) fue

descubierto por Couch en poblaciones silvestres de ca-

marón rosado (Farfantepenaeus duorarum) en las cos-

tas del noroeste de Florida.

Este virus posee tres curiosas particularidades: la

primera, es uno de los pocos virus de importancia zoo-

nótica de todos los existentes, que posee un nombre sis-

temático con nomenclatura con taxones de género y es-

pecie. La gran mayoría de los virus reciben su nombre

basados ya sea en su estructura (Rhabdovirus), algún

signo patonogmónico que caracteriza a la enfermedad

que produce (virus de la mancha blanca), u obedecen

al lugar en donde fue descubierto (Rift Valley virus).

Igualmente el debate que todavía existe sobre si los virus

se pueden considerar entidades con vida propia, hace

que la mayoría no posea un nombre taxonómico. En

segunda, es un virus poliédrico que forma un cuerpo

de oclusión muy característico de forma triangular en

el núcleo de las células que infecta (foto. 1). Este cuer-

po intracelular de formación relativamente tardía, hace

que sea uno de las enfermedades de más fácil diagnós-

tico; basta con un microscopio compuesto en campo

claro para poder observar estos cuerpos. Por último,

este virus es endémico del continente americano, lo

cual elucida una larga evolución con sus hospederos y

su aparición durante la formación de los continentes.

En la sonda de Campeche a partir de los 40´s, la

captura de Farfantepeneus duorarum ocupó la acti-

vidad económica más importante del estado. Sin

embargo a partir de los 90´s experimentó una fuerte

ABSTRACT

Baculovirus penaei (BP) is classified as a virus of epizootiological importance by the Office of International Epizooties (OIE) and received considerable attention in the Americas until the late 1990´s. With the advent of specific pathogen free (SPF) shrimp broodstock and larvae and as well as the application of biosecurity measures in hatchery controlled production, the impact of this pathogen to modern aquaculture has diminished to almost nil. Although in southern Mexico aquaculture is incipient, much effort is being withdrawn to the development of shrimp culture with native species. BP was recently found in low prevalence (≈2%) in wild pink shrimp Farfantepenaeus duorarum from Campeche bay, but it was not detected in Gulf of México´s white shrimp (Litopenaeus setiferus) neither in the introduced Pacific white shrimp L. vannamei. This finding reinforces the enzootic nature of BP in the American continent. Its presence in this region should be monitored as long as aquaculture attempts with native species remain depending on wild broodstock.

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disminución en los rendimientos como consecuencia de

un decremento en la abundancia del recurso, fenóme-

no al que se le ha a atribuido una causa multifactorial

(García-Cuéllar, et al., 2004).

Ante esta situación, entidades estatales y federales

plantearon la acuacultura del camarón como una alter-

nativa productiva del recurso y así convertirse en una

actividad económica de gran importancia para el su-

reste de México. (Gómez-Mendoza, et al., 1997). Esto

promovió la investigación científica desde mediados de

los 90´s sobre el potencial acuícola de las especies nati-

vas de camarones del golfo de México.

La Oficina Internacional de Epizootias (oie) con

sede en Francia, se encarga de promover la regulación

sanitaria que debe impedir la dispersión de enferme-

dades. México forma parte de la oie por lo cual esta

obligado a seguir sus lineamientos (Código Sanitario

Internacional para los Animales Acuáticos, 2006), aun-

que el estudio de enfermedades de camarón en nuestro

país es relativamente reciente. De acuerdo a las últi-

mas publicaciones de este organismo, hay más de 20

virus reconocidos como certificables para organismos

acuáticos por la oie, de los cuales 5 tienen profundo

impacto afectando a los camarones en cultivo y en el

medio natural (Lightner y Redman, 1998):

•Virus del Síndrome de Taura (tsv)

•Virus de la Cabeza Amarilla (yhv)

•Síndrome del Virus de la Mancha Blanca (wssv)

•Virus de la necrosis Infecciosa Hipodermal y He-

matopoyética (ihhnv)

•Baculovirus penaei (bp)

En un segmento de material de investigación ge-

nerado por el proyecto “Prevalencia, distribución y

factores de riesgo asociados a la presencia de ihhnv,

bp y tsv, en poblaciones de camarones silvestres (Far-

fantepenaeus duorarum) y cultivados (F. duorarum,

Litopenaeus setiferus y L. vannamei) en las costas de

Campeche y Yucatán” (conacyt 36780), se encon-

tró la presencia de partículas de inclusión viral de

Baculovirus penaei. Dicho hallazgo fue reportado

en primera instancia en el trabajo titulado “Análisis

descriptivo y comparativo de la prevalencia de en-

fermedades en juveniles silvestres de camarón rosado

Farfantepenaeus duorarum”. (Miramontes-Campos,

et al., 2006). El proyecto tuvo como objetivo gene-

ral, determinar el estado de salud de las poblaciones

naturales y cultivadas en el estado de Campeche du-

rante julio 2003 – junio 2004, con respecto a enfer-

medades virales certificables. Las muestras observada

corresponden a organismos peneidos de las especies

Litopenaeus setiferus, Farfantepenaeus duorarum

y Litopeneus vannamei y conformaron un total de

10,919 organismos, procedentes de las costas y sonda

de Campeche, así como de camaronícolas reciente-

mente establecidas en el estado.

Foto 1. Cuerpos polihédricos caracteristicos de Baculovirus pe-naei en hepatopáncreas de Farfantepenaeus duorarum.

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bp fue detectado solamente en camarones juveniles

silvestres costeros de la especie F. duorarum con una

prevalencia total que fue de 1.67% (estaciones C3 y C4,

meses de enero y abril, respectivamente – ver figura 1)

a 5% (estación C2 en los meses de enero y mayo). So-

lamente un caso positivo para adultos reproductores en

altamar de la misma especie fue detectado.

bp fue encontrado en juveniles de camarón captura-

dos entre las estaciones costeras C1 a C5 que se ubican

al sur del estado entre el poblado de Seybaplaya y el

estero de Sabancuy. Cabe destacar que la prevalencia

promedio de 12 meses de muestreo fue muy baja, pues

todos los valores calculados, no rebasaron el 2%. Esto

coincide con un estudio reciente reportado por Dorf

(2005) para las costas de Texas, en donde reporta este

mismo virus en F. aztecus (camarón café) con una pre-

valencia de 3%. En cuanto a nuestros hallazgos, aún

cuando la prevalencia promedio de este virus es baja,

se denota que su presencia se delimita hacia la porción

costera sur del estado de Campeche, lo cual denota un

sesgo en su distribución probablemente debido a fac-

tores tanto bióticos como abióticos. Por otra parte, la

discreta presencia de este virus en juveniles silvestres de

camarón rosado probablemente contribuye muy poco a

la mortalidad natural de esta especie.

Sin embargo, bp es considerado una enfermedad in-

ternacionalmente certificable debido a la gran pérdida

que pude ocasionar en fases larvarias de peneidos culti-

vados en Nauplieras para surtir a las granjas de camarón.

Pero en los últimos 8 años su importancia epizoótica

disminuyó debido al dominio de la producción contro-

lada de larvas en laboratorio con reproductores criados

igualmente en laboratorio, lo cual hizo menos depen-

diente a la camaronicultura, de larvas capturadas del

medio natural y potencialmente infectadas con bp.

La información generada en el presente estudio, de-

termina que bp se encuentra en poblaciones naturales

de peneidos de las costas de Campeche pero en una

baja prevalencia, que sigue teniendo carácter enzoóti-

co para las especies de peneidos silvestres de América y

que F. duorarum es al parecer, la especie naturalmente

más susceptible a este virus.

Figura 1. Distribución de las estaciones de muestreo en costa y altamar

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Dorf, B. A., C. Hons y P. Varner, 2005. A Three-Year survey of penaeid shrimp and callinectid crabs from Texas coastal waters for signs of disease caused by white spot syndrome virus or taura syndrome virus. Journal of Aquatic Animal Health, (17):373–379

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Gómez-Mendoza, G. E., A. J. Escamilla-González, J. A. Solís-Echeverría, R. Delga-do-Sotelo, J. Román-Tiburcio, P. Gómez-Mendoza, M. Guerrero-Castañeda, , R. León-Medina y J. Arzabala-Medina,1997. Producción de postlarvas del camarón blanco Penaeus setiferus en condiciones controladas en Tenabo, Campeche. Ocean-ología, Dirección de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar, 2 (14): 44-53.

LITERATURA CITADA

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Éxito de eclosión en corral de Tortuga Carey (eretmochelys imbricata) en el campamento tortuguero Chenkan-Campeche, México.

Exitosa eclosión:eretmochelys imbricata

* L.B. González-Estrella1, R.E. del Río-Rodríguez2, L.G. Ordóñez-Ruiz11Facultad de Ciencias Quimico-Biológicos-UAC, 2Centro EPOMEX-UAC

* [email protected]

ABSTRACT

Hatching success for Eretmochelys imbricata was measured at Chenkan a camp for the protection of sea turtles located in Campeche, Mexico. A total of 42 out of 102 randomly chosen relocated nest were measured during april-octubre season. The hatching success obtained was 77.77%; this rate of success proved to be statistically similar to the success of previous year at the same site (2000-2005), but significally different from rates obtained in other camps in Mexico and other countries of the Caribbean. Managerial activities in terms of turtle preservation by the hatching success of translocated nest of the current species are discussed.

RESUMEN

El éxito de eclosión en corral de Eretmochelys imbricata en el campamento tortuguero “Chenkan” ubicado en el estado de Campeche fue medido durante el ciclo abril a octubre de 2006. Se midieron 42 nidos en corral seleccionados al azar a partir de un total de 102, distribuidos siguiendo la matriz propuesta por Chacón (2000). El porcentaje de eclosión promedio en el campamento, fue comparado con porcentajes de los años 2000 al 2005 por medio de la prueba Kolmogorov-Smirnoff (Zar, 1996), así también se comparó con porcentajes de éxito de campamentos reportados en la literatura.

El porcentaje de éxito obtenido fue de 77.77%; este porcentaje no fue significativamente diferente (P>0.05) al éxito obtenido entre las temporadas 2000-2005 del mismo campamento, lo que sugiere que el cuidado y metodologías empleadas, han produ-cido un éxito de eclosión sostenido y constante. Por otra parte, al comparar el éxito de eclosión del campamento “Chenkan”, con valores reportados en la literatura, la ponderación estima una diferencia significativa con respecto a otros campamentos nacionales y ubicados en extranjero (P<0.05), siendo superior el éxito logrado en el campamento objeto del presente estudio.

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INTRODUCCIÓN

Históricamente en el ámbito mundial, las costas mexi-

canas han sido reconocidas como una de las áreas que

presenta mayor diversidad y abundancia de tortugas

marinas (Cliffton, et al., 1995). En ese aspecto, la por-

ción costera del territorio nacional ha sido considerada

como una de las áreas más importantes del Continente

Americano, ya que en ellas anidan 7 de las 8 especies

de tortuga marina existentes en los mares del mundo.

La costa de Campeche es una de las más importantes a

nivel mundial para la reproducción de la Eretmochelys

imbricata (Escareno et al., 1990), por el número de ani-

males que anida en ellas comparado con otras regiones

costeras del orbe.

En la actualidad todas las especies de tortugas ma-

rinas se encuentran declaradas en peligro de extinción

en razón al descenso tan brusco de las poblaciones.

Este descenso se ha atribuido a factores tanto biológi-

cos como antropogénicos tales como la modificación

y degradación de hábitat, pesca excesiva, comercio ilí-

cito, saqueo de nidadas, captura y sacrificio ilegal de

hembras anidadoras, captura incidental de juveniles y

adultos por barcos pesqueros, así como la destrucción,

contaminación de sus hábitat y zonas de anidación. Las

tortugas marinas tienen una gran importancia ecoló-

gica por su participación en los ecosistemas (León y

Bjorndal, 2002) y son consideradas uno de los mejores

biomonitores de la salud del planeta.

En el estado de Campeche, como parte de los es-

fuerzos en favor de la conservación de tortugas ma-

rinas, distintas instituciones gubernamentales y orga-

nizaciones no gubernamentales han realizado desde

hace 26 años proyectos enfocados a la conservación y

protección de las Tortugas Marinas (semarnat, 2000).

El modelo de conservación que se aplica en el estado

se basa en la reubicación de huevos en corrales, que

son vigilados hasta el momento en que nacen las crías

y pueden ser liberadas. Estos nidos en corral están for-

mados por huevos de nidos naturales encontrados a

lo largo de la temporada de anidación y trasladados a

corrales protegidos en el campamento donde se incu-

ban y protegen hasta la eclosión y producción de crías

(Ordóñez, 2004).

ÉXITO DE ECLOSIÓN

El éxito de eclosión hasta el nacimiento de crías provee

información fundamental para la conservación y el

manejo de las tortugas marinas. Estos datos son esen-

ciales porque ayudan a comprender la adecuación de

una porción de playa (o vivero) para actuar como sis-

tema de incubación alterno al natural de la población

anidadora. Las decisiones que se tomen con respecto al

manejo y cuidado de la especie deben sustentarse por

medio del registro del éxito de eclosión en estos nidos

“en corral” (figura 1), entendiéndose lo anterior como

el estado de desarrollo del huevo mediante el cual el

neonato abre la cáscara del huevo y sale de ella (Cha-

cón, 2000).

Para comprender el éxito del esfuerzo reproduc-

tivo de las tortugas marinas, es necesario determinar

Figura 1. Crías de Eretmochelys imbricata eclosionando.

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el número de huevos desovados, el número que se in-

cuba exitosamente y el número de crías que emergen

de los nidos. Esto es posible por medio del monitoreo

de los nidos colocados en un corral y posteriormente

analizando los nidos después de las primeras eclosiones

para determinar el número de crías vivas, crías muer-

tas, cáscaras vacías y huevos con ó sin desarrollo apa-

rente. El propósito general de la presente investigación

fue evaluar el éxito de eclosión en el manejo de nidos

trasladados a corral de Eretmochelys imbricata en el

campamento tortuguero Chenkan, Campeche (figura

2) durante la temporada abril-octubre 2006. Los resul-

tados obtenidos se compararon con el éxito de eclosión

histórico reciente del mismo y valores reportados en la

literatura.

MATERIALES Y METODOS

Metodología de campo

a). Construcción del corral de protección:

El vivero o corral se construyó en un área resguardada

en la playa, ubicado en un sector estable del campa-

mento que históricamente no ha sido alcanzado por las

más altas mareas. La dimensión del vivero fue de 10 x 8m,

las cercas se construyeron con malla de aproximadamen-

te 1.5 m de altura, sostenidas con clavos galvanizados en

20 postes de concreto de 20 cm. de diámetro aproximada-

mente. Posterior a la construcción del corral de protec-

ción, se limpió de yerbas, raíces, piedras y palos.

b). Distribución de nidos en el corral

La distribución de los nidos en el corral, se aplicó me-

diante la Matriz propuesta por Chacón (2000), forman-

do columnas y filas con un cordel plástico a una distan-

cia de 0.5 m entre nido y nido. A las columnas se les

asignó una letra, y a las filas números con el propósito

de asignarle un código a cada nido y facilitar el manejo

de datos.

El número total de nidos dentro de la matriz a utilizar

fue de 102 nidos, de los cuales se tomó una muestra al

azar del 41%, mediante un muestreo sin reemplazo, es

decir, que cada nido tuvo la probabilidad de ser escogi-

do una sola vez, quedando a muestrear 42 nidos.

c). Técnica de incubación

Los huevos fueron obtenidos de nidos naturales, mis-

mos que fueron trasladados al corral de incubación, en

donde se excavaron nidos artificiales con ayuda de una

gafa o excavador Hércules, procurando imitar la for-

ma original (cántaro), con profundidades utilizadas y

establecidas en el Programa Nacional de Tortugas Ma-

rinas, para esta especie (de 45 - 50 cm); seguidamente

se depositaron los huevos cuidadosamente y se taparon

con la misma arena extraída del orificio (figura 3).

Figura 2. Localización del sitio de estudio, campamento ChenKan.

Figura 3. Siembra de nido a corral (fuente: sepesca 1990).

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d). Eclosión de crías

Para llevar el control de las nidadas, se coloco un ci-

lindro de malla metálica ó plástica sobre cada nido,

próximo a eclosionar lo que sucesivamente se estuvo

rotando a los siguientes nidos, La malla se enterró en

la arena aproximadamente unos 4 cm, por encima del

nido; esto con el fin de proporcionar datos confiables

de las crías emergidas del nido. Los nidos fueron moni-

toreados durante los meses de julio, agosto, septiembre

y octubre.

e). Limpieza de nidos

La limpieza de los nidos se realizó inmediatamente des-

pués de que las últimas crías emergieron del nido o al

segundo y tercer día de la emergencia de las crías. La

limpieza de cada nido se realizó destapando cada nido

utilizando guantes de látex para sacar y contabilizar las

cáscaras, el número de crías muertas y huevos depre-

dados. Los residuos se enterraron en un lugar aleja-

do para evitar la contaminación del área del corral

(Arauz ,2000; Chacón, 2000; Dueñas, 2000).

El éxito de eclosión fue calculado por medio de la for-

mula de Miller (en Eckert et al. 2000) y de Chacón

(2000):

Éxito de eclosión= No. de Cascarones * 100

No. de Cascarones + hsd + hcd + hd

Donde:

hsd= Huevos no eclosionados, sin un embrión o desa-

rrollo embriólogico.

hcd= Huevos con embrión o desarrollo aparente.

hd=Depredados cáscaras abiertas, casi completas,

contenido residuos de huevo.

El porcentaje de eclosión promedio obtenido en el

campamento, fue comparado con porcentajes obteni-

dos en el mismo campamento entre los años 2000 al

2005 por la prueba Kolmogorov-Smirnoff (Zar, 1996)

con el fin de determinar si los porcentajes en este perío-

do han variado lo suficiente como para ser significati-

vamente diferentes.

Esta misma prueba fue utilizada para comparar el

porcentaje promedio obtenido en Chenkan contra los

porcentajes históricos reportados y obtenidos en cam-

pamentos de otros países y en México Todos los análisis

se realizaron con un nivel de significancia de P =0.05

(statistica ver. 5.0).

RESULTADOS

De los 42 nidos muestreados se obtuvo un total de 4,109

crías vivas (cv), 202 crías muertas, 916 huevos sin de-

sarrollo embrionario (hsde), 296 huevos con desarrollo

embrionario (hcde) y 25 huevos depredados (hd); se

calcularon los porcentajes para los totales anteriores,

representando el más alto el correspondiente a las crías

vivas con un 74.06 % (figura.3; tabla 1).

Figura. 3 Porcentajes totales.

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Sin embargo, al ponderar los datos de todo el pe-

riodo comprendido entre 2000-2006 del éxito de eclo-

sión de la especie, la prueba determinó que no existe

diferencias significativas (P>0.05), lo que sugiere que el

cuidado y metodologías empleadas en el campamento

Chenkan, han producido resultados sostenidos y cons-

tantes de crías vivas eclosionadas en corral a partir de

nidos trasladados de E. imbricata.

Por otra parte, al comparar el promedio de ese pe-

ríodo del éxito de eclosión del campamento Chenkan,

con valores que se pudieron encontrar en la literatura,

la ponderación estima una diferencia significativa en

el éxito de eclosión obtenido en este campamento con

respecto a otros campamentos nacionales y ubicados

en extranjero (P<0.05, tabla 2).

Como puede observarse, el valor obtenido en el

campamento estudiado, está entre los valores históri-

cos más altos que los registrados en otros campamentos

tortugueros, lo cual nos sugiere que existe una diferen-

cia significativa y positiva en los métodos empleados y

aplicados en este campamento en comparación con los

campamentos analizados. Sin embargo, las limitantes

de este estudio no nos permiten especular cual es el

efecto de distintos factores sobre el éxito de eclosión de

las crías, ya que no se cuenta con la instrumentación

necesaria para monitorear variables tales como al

temperatura y humedad del nido, factores que han sido

reportados como cruciales en el desarrollo embriona-

rio de crías de tortuga. Autores como Hendrickson

(1980) y Mortimer (en Eckert et al. 1999) aseveran que

factores concernientes a la temperatura, humedad y

tamaño del grano de la arena son características im-

portantes para la formación de los embriones y hasta el

momento de la eclosión.

Sin embargo, a partir de los resultados obtenidos

podríamos sugerir que las técnicas hasta ahora em-

pleadas, los cuidados y las condiciones del campamen-

to Chenkan, han producido un nivel de eclosión que

puede considerarse óptimo en comparación con los

porcentajes de crías vivas eclosionadas de nidos natu-

rales y también con los resultados reportados de otros

campamentos en el continente americano. Aún así, es

posible que la mejora en las técnicas de manejo de incu-

bación de huevos, pueda incrementar aún más el éxito

de eclosión de E. imbricata en Campeche. Se sugiere

investigar cómo mejorar las condiciones de traslado y

el efecto de distintos materiales y contenedores utiliza-

dos en el transporte de huevos de nidos naturales a los

nidos de corral, así como diferentes profundidades y

formas de nido excavados que disminuyan la presión a

la que son sujetos los huevos que quedan en los estratos

más profundos de una puesta. (Pritchard et.al, 1983).

LUGAR O CAMPAMEN TO ÉXITO DE ECLOSIO N % Fuente Xicalango 40.87 Guzmán 2006 Isla Aguada Campeche 55 (2005) SEMARNAT 2006 Isla Aguada Campeche 61.28 (2006) SEMARNAT 2006 Isla Mona Puerto Rico 79.20 Diez y Dam 1999 Cayo Perlas Nicaragua 67.2 Lagueux et al. 2005 Tabla 2. Éxito de eclosión reportados para campamentos nacionales y extranjeros.

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CONCLUSIONES

•El porcentaje promedio de éxito de eclosión obteni-

do en el campamento tortuguero Chenkan Campeche

durante la temporada 2006 fue de 77.77%.

•No existen diferencias estadísticamente significati-

vas (P>0.05) en el éxito de eclosión entre los años 2000-

2006. El valor promedio de este campamento es signi-

ficativamente diferente (P<0.05) en comparación otros

campamentos tortugueros nacionales y extranjeros re-

portados en la literatura.

•El trabajo que se viene desarrollando es óptimo to-

mando en cuenta que el porcentaje de eclosión se ha

mantenido sin diferencia desde el 2000. Sin embargo

debido a la vulnerabilidad de los huevos en los nidos

de tortugas marinas, es importante estudiar y conocer

las distintas variables que influyen en la incubación de

los huevos, su efecto en el desarrollo embrionario y la

búsqueda de mejoras de las técnicas de manejo de incu-

bación de huevos, con el fin de incrementar aún más el

éxito de eclosión de E. imbricata en Campeche.

LITERATURA CITADA

Arauz, R. M., 2000. Información general. tortugas marinas del pacífico oriental. Tall-eres de consulta comunal para la formu-lación de la estrategia nacional de conser-vación de la tortuga marina. Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales Co-mité Nacional de Conservación de Tortugas Marinas. El Salvador. P. 37.

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Diagnóstico, en la nueva cultura

de Educación AmbientalElaboración de un diagnóstico de Educación Ambiental formal en el nivel de educación medio superior de la ciudad de San Francisco de Campeche

INTRODUCCIÓN

El papel de la Educación Ambiental es un bastión

y herramienta imprescindible para la construcción de

una nueva cultura ambiental que es ahora más necesa-

ria que nunca. Con los efectos de problemas de enver-

gadura global como el cambio climático, el volumen

cada vez más grande de basura y la contaminación de

los ecosistemas base del sostén de la vida en el plane-

ta Tierra, la educación ambiental constituye la única

oportunidad para cambiar el paradigma del desarrollo

hacia patrones de consumo y producción sostenibles

(Samaniego, 1997). En este contexto, las autoridades

educativas del país están promoviendo la formulación

y desarrollo de programas curriculares encaminados a

promover la educación ambiental como una materia

obligatoria dentro de los programas de estudios en los

centros educativos de enseñanza media superior.

Una oportunidad de sumarse a la sinergia genera-

da por el Decenio de la Educación Ambiental (dea)

(2005-2014). Esta iniciativa fue aprobada por la resolu-

ción 57/254 de la Asamblea General de Naciones Uni-

das el 1 de enero del 2005. El objetivo de este Decenio

es promover la educación como fundamento de una

sociedad más viable para la humanidad e integrar el

desarrollo sostenible en el sistema de enseñanza escola-

rizada a todos los niveles. Para lograr esto se requiere la

ayuda de las instituciones públicas, privadas, y organi-

zaciones no gubernamentales.

Asimismo, las acciones del dea tienden a difundir y

promover los objetivos del milenio para que sean inte-

grados dentro de los programas educativos, se confor-

men redes de trabajo entre educadores y se establezcan

prácticas comunes, y políticas coherentes de educación

en todos los niveles.

La Educación Ambiental (ea) -desde preescolar has-

ta la universidad- debe abordar de manera adecuada cada

etapa de la formación integral de un individuo, de ma-

nera que adquiera conocimientos y valores ambientales;

cambie creencias, aprenda habilidades y tenga aptitudes

necesarias para el uso y aplicación de tecnología alterna-

tiva, y que modifique actitudes y conductas no adecua-

das para el ambiente. Todo esto en conjunto conforma el

aprendizaje significativo que se requiere para alcanzar la

sostenibilidad.

Para lograr esto, es necesario formular programas,

materiales didácticos, y memorias de información, así

como impartir servicios de asesoría y participar en eventos

donde se promueva una cultura ambiental para que la so-

ciedad conserve el ambiente y mejore su calidad de vida.

E. Rivera-Arriaga, L. Alpuche-Gual, A. Peralta-JiménezCentro EPOMEX - Universidad Autónoma de Campeche

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Sin embargo, y a pesar de la importancia global que

la ea reviste para el desarrollo sostenible, se han hecho

muy pocos estudios de investigación sobre el tipo, al-

cance y resultados de la ea formal en el sistema educa-

tivo mexicano.

Este artículo es parte de la investigación de tesis

titulado: “Elaboración de Diagnostico de Educación

Ambiental Formal en el Nivel de Educación Medio

Superior de la Ciudad de Campeche” que se está rea-

lizando en el Área de Manejo de Ecosistemas Costeros

del Centro epomex. Este trabajo tiene el objetivo de ha-

cer un diagnóstico para determinar el impacto de los

programas de educación ambiental que actualmente se

están impartiendo en las preparatorias de la uac.

¿Importa la Educación Ambiental?

La Educación Ambiental (ea) es un proceso educati-

vo abierto a la vida social para que promueva valores,

conocimientos y actitudes que posibiliten formar capa-

cidades que conduzcan hacia un desarrollo sustentable

basado en la equidad y justicia social, el respeto por la

diversidad biológica y cultural.

La Educación Ambiental se comprende mejor si

la pensamos como un incesante proceso dinámico de

cambios; es decir, es la progresiva creación de estruc-

turas y funciones que solo en parte están determi-

nadas en las programaciones genéticas y culturales

(Novo, 2003).

Este proceso dinámico se va construyendo a partir

de conocimientos previos, de experiencias vivenciales

que en conjunto comprenden un proceso cognitivo per-

manente. El constructivismo es la teoría que mejor ex-

plica este proceso de aprendizaje, el cual tiene su origen

en la década de 1930 impulsado particularmente en

algunos trabajos de Jean Piaget, quien es reconoci-

do como su representante más significativo. Piaget se

interesaba en la forma en que se originan las catego-

rías básicas del pensamiento, tales como el espacio,

el tiempo y la casualidad, entre otras. Con respecto a

lo anterior a la ea contribuye a un cambio de pensa-

mientos y formas de actitud que ayudan a cuidar el

medio ambiente.

El constructivismo ayuda a los procesos de relación

cognitiva del alumno con el medio natural que le rodea

y le permite adquirir el aprendizaje significativo necesa-

rio para alcanzar un desarrollo sostenible. Además, los

preceptos que plantea el constructivismo explican las

diversas maneras en las que un alumno construye co-

nocimientos aprovechando el acervo con el que cuenta.

Todo esto al final resulta en una educación más acorde

con la conservación y el cuidado del ambiente. (Que-

sada, 2001).

Dentro de lo más importante para la EA derivado

del constructivismo está el binomio Enseñanza–Apren-

dizaje, el cual busca integrar conocimientos y habilida-

des en los alumnos a fin de conseguir un aprendizaje

significativo. Entendiendo que aprendizaje significativo

es aquel que conduce a la creación de estructuras de co-

nocimiento mediante la relación sustantiva entre la nue-

va información y las ideas previas de los estudiantes.

La Educación Ambiental Formal

La ea formal es aquella que se realiza a través de

las instituciones y planes de estudios que conf igu-

ran la acción educativa <<reglada>>, desde la edu-

cación infantil, pasando por la educación primaria

y secundaria, hasta la Universidad. (Novo, 2003.

p. 222)

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La ea formal se considera como la base principal

para promover la conservación del ambiente a través

de promover el aprendizaje significativo, el cual resul-

ta en la sustentabilidad fuerte, necesaria para atender

los problemas urgentes y los emergentes a los que nos

enfrentamos.

La ea formal aplica los principios emanados de la

Carta de Belgrado. Estos principios, aunados a los de

la Conferencia de Tbilisi, la Carta de la Tierra, la De-

claratoria de Ubuntu, y los preceptos del Decenio de la

ea, contribuyen a sentar las bases para que se incremen-

ten los conocimientos y la comprensión de lo que es el

ambiente y sus retos; se cambien las creencias y valores

por otros de carácter más amigable con el ambiente; se

adquieran aptitudes y habilidades que ayuden a bus-

car y aplicar soluciones alternativas para no impactar

al ambiente; y finalmente incidir en la modificación de

conductas nocivas para el ambiente (Novo, 2003.).

De acuerdo con resultados preliminares, es impor-

tante señalar que en México a pesar de los esfuerzos

que se han hecho por parte del gobierno federal (a tra-

vés del cecadesu, 2000), de algunos gobiernos estatales

(como Guanajuato y el Distrito Federal), y de algunas

instituciones de educación media superior y superior

(como la Universidad Autónoma de Guanajuato, la

Universidad Autónoma de Campeche y la Universidad

Autónoma de San Luis Potosí), en la mayoría de los ca-

sos los conceptos de ea sólo se encuentran como temas

insertos pero desconectados dentro de otras materias

relacionadas con las ciencias naturales (como biología,

ciencias naturales o ecología).

Dentro de los problemas a los que se enfrenta la

impartición de ea formal se destacan dos puntos: A) au-

sencia de curriculas desarrolladas en específico para ea

a nivel de educación media superior, y B) un porcentaje

alto 62.9 %) de los docentes que imparten ea o las rela-

cionadas con el ambiente, no cuentan con la formación

o la información adecuada para impartir el tema y sus

estrategias de enseñanza no son las pertinentes para los

fines que persigue una currícula que aborde la ea ni su

proceso de aprendizaje.

En la ciudad de San Francisco de Campeche en la

actualidad hay 28 escuelas preparatorias, con 16 priva-

das y 12 públicas. De este universo, sólo 7.14 % cuenta

con una materia específica de ea. Las demás no cuen-

tan con la materia de ea y tienden a la integrarla como

tema dentro de otras materias. Los resultados de este

trabajo muestran la ausencia de programas de estudio

y la carencia de conocimientos por parte de los estu-

diantes de nivel medio superior. Ante los retos que esta-

remos enfrentando en el corto plazo, se hace evidente

la necesidad de diseñar programas escolarizados de ea

para el estado de Campeche.

CECADESU, 2000. Educación ambiental para un desarrollo sostenible.

Novo, M. 2003. La educación ambien-tal formal, no formal e informal. En: La Educación Ambiental, Bases Éticas, Conceptuales y Metodológicas. 3ra Ed. Universitas. Madrid. Pág. 290.

Quesada, C.R., 2001. Aprendizaje significa-tivo. En: Como Plantar la Enseñanza Estra-tégica. 1era Ed. Limusa. México. pág. 300.

Samaniego; V. N., 1997. Los desafíos de una nueva era. Infor Mar No. 39. SEP, DBC y tm, SEIT. México. Pág. 32.

Seminario Internacional de Educación Am-biental. La Carta de Belgrado. Disponible en línea en: www.medioambiente.gov.ar/archivos/web/EA/File/belgrado.pdf.

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Desarrollo de políticas:

Reflexiones preliminares del 1er Taller del Programa de Manejo Costero Integrado para el Saneamiento de la Zona Costera

de la desconcentración a la descentralización, el principio de transversalidad e integralidad

G. Mixcóatl-TinocoFacultad de Ciencias Sociales - Universidad Autónoma de Campeche

Dos elementos parecen caracterizar a las políticas pú-

blicas en la actualidad: una mayor complejidad y una

mayor interdependencia. La complejidad se refiere a la

creciente necesidad de descubrir los vínculos causales

y las múltiples relaciones que guardan entre sí los pro-

blemas sociales. Es cada vez más evidente, por ejem-

plo, que las políticas contra la pobreza seguirán siendo

pobres políticas si no se le entiende como un fenéno-

meno multi-factorial con determinantes económicos,

históricos, sociales y políticos. La solución de un pro-

blema es cada vez menos debido a una única variable,

sino a la confluencia de muchas de ellas. La pobreza es

ciertamente un problema de distribución del ingreso,

pero también de acceso a oportunidades de empleo, de

educación, de salud, de alimentación, de vivienda y de

empoderamiento e interlocución política. La atención a la

pobreza por tanto, no es un problema que pueda ser re-

suelto con el modelo burocrático tradicional por departa-

mentalización, sino que requiere del concurso de muchos

sectores de política para avanzar en su solución.

La interdependencia por su parte, se refiere al des-

cubrimiento de las relaciones entre los problemas, a sus

mutuas determinaciones y dependencias, al peso espe-

cifico que tienen por ejemplo, las políticas de preserva-

ción del ambiente en el desarrollo de estrategias comu-

nitarias de sobrevivencia o al impacto que generan esas

políticas en el combate a la pobreza.

Lo que queda en evidencia con estas dos caracterís-

ticas es que los problemas sociales, y en consecuencia,

las intervenciones públicas, las políticas públicas, cada

vez menos tienen que ser la respuesta aislada de un sec-

tor de política, para convertirse en esfuerzos integrados

y coherentes, no de unidades burocráticas aisladas, sino

de aproximaciones post burocráticas para la resolución

de los problemas sociales. Las administración públicas

ya no puede ser entendida como el conjunto de uni-

dades centradas en sus procesos y en sus rutinas, sino

como nodos de una red de atención a las necesidades

de la población.

El principio de transversalidad de las políticas pú-

blicas apunta en este sentido. Se entiende por trans-

versalidad a la interacción conjunta y armónica de

estrategias, políticas, objetivos y acciones que llevan a

cabo diversas entidades y dependencias de la adminis-

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tración Pública Federal en áreas, programas o proyectos

específicos. El Programa Nacional de Medio Ambiente y

Recursos Naturales definió a la transversalidad como, “la

incorporación de criterios ambientales en el diseño y

formulación de las políticas públicas de los diversos sec-

tores de actividad económica, y las formas de conseguir

la coordinación entre sectores e instituciones para la

consecución de los objetivos y prioridades ambientales.

Por consiguiente, la transversalidad constituye una de

las más importantes estrategias del Ejecutivo Federal

para promover la sustentabilidad”.

Complejidad, interdependencia y transversalidad,

implican sin embargo, mejores y mayores dosis en ma-

teria de relaciones intergubernamentales, intersectoria-

les, pero también voluntad política. Es de reconocerse

que el modelo burocrático no está diseñado para la

atención orgánica de los problemas sociales, sino que

está estructurado por el principio de parcialización o

segmentación de los problemas, pero también por la

centralización y la verticalidad.

Hasta ahora, han sido variados los esfuerzos que se

han llevado a cabo en materia de reforma administrati-

va, particularmente en estrategias de descentralización

para abordar las cuestiones sociales con mayores dosis

de eficiencia. Sin embargo, las estrategias de descentra-

lización se han convertido en meros esfuerzos de reubi-

cación geográfica y de implementación de políticas y

programas. Así, la descentralización se ha convertido

en una mera desconcentración, a pesar de que toda

desconcentración implica cierto grado de descentra-

lización. Sin embargo, los recursos, las facultades, las

capacidades y la toma de decisiones, siguen alejadas del

nivel donde se generan los problemas. A los intentos

fallidos por descentralizar, se han sumado la falta de

instituciones locales capaces de comprender, imple-

mentar y coadyuvar con políticas y programas de in-

terés nacional, razón por la cual dichos esfuerzos han

fracasado.

Como se puede suponer, todo lo anterior presu-

pone pues, modificaciones sustanciales en terminos

institucionales, esto es, el conjunto de facultades que

le marca la ley a los distintos sectores de política, así

como los presupuestos y los recursos asignados a cada

sector, que tampoco ayudan a un abordaje integral de

los problemas sociales.

A pesar de ello, es fundamental crear espacios de

acción conjunta y redefinir las leyes que permitan a la

burocracia generar sinergias y favorecer una solución

holística de los problemas sociales. Por todo ello, el

Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 “plantea una

estrategia integral de política pública al reconocer que

los retos que enfrenta nuestro país son multidimen-

sionales. Avanzar en sólo algunos ámbitos de acción,

descuidando la necesaria complementariedad entre las

políticas públicas, es una estrategia condenada a un de-

sarrollo desequilibrado e insuficiente”. Particularmente

en lo relativo al eje No. 4, Sustentabilidad Ambiental,

señala que “un primer elemento en el nivel de las po-

líticas públicas para preservar el medio ambiente sea

la transversalidad. Ésta es imprescindible para que una

efectiva coordinación interinstitucional, así como una

verdadera integración entre sectores de gobierno, per-

mitan llegar a producir resultados cuantificables”.

Este breve conjunto de reflexiones pretenden ser

una guía para este taller y así estar en condiciones no

sólo de analizar las políticas públicas en gestión de re-

cursos hídricos y saneamiento, sino también para me-

jorar la coordinacón interinstitucional e intersectorial.

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Centro de Ecología, Pesquerías y Oceanografía del Golfo de México

Universidad Autónomade Campeche

ISSN 0188 - 4700

Información y correspondenciaCentro EPOMEXAv. Agustín Melgar y Juan de laBarrera. Apartado Postal 520,C.P. 24030, Campeche,Campeche, México.Tel: (981) 811-9800 ext. 62300Fax:(981) 811-9800 ext. 62399