Primera Voz

Era la hora de pasear a Victoria, nuestra perra labrador de pura raza, y a Carlos nuestro hijo.

Cuando llegamos al parque le quit a Victoria su correa. De Inmediato apareci un perro callejero y empez a molestarla. Lo ahuyent, pero ese animal apestoso la persigui por todo el parque.

Le orden que se alejara, pero no me hizo el menor caso. Sintate, le dije a Carlos. Aqu.

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Estaba pensado qu cenaramos esa noche cuando me di cuenta de que Carlos haba desaparecido. Vlgame!, a dnde habr ido?

ltimamente hay unos tipos espantosos en el parque! Grit su nombre tanto que me pareci una eternidad.

Entonces lo vi platicando con una nia andrajosa. Carlos ven ac. Inmediatamente!, dije. Y ven aqu, Victoria, por favor.

Regresamos a casa en silencio.

Segunda Voz

Necesitaba salir de casa, as que mancha y yo llevamos el perro al parque.

Le encanta ir ah. Me gustara tener la mitad de la energa que l tiene.

Me acomod en una banca y revis el peridico en busca de empleo. S que no tiene mucho caso, pero no se puede perder la esperanza. Verdad?

Luego llego la hora de marcharnos. Mancha me levant el nimo. De camino a casa me fue platicando alegremente.

Tercera voz

Estaba solo en casa otra vez. Es tan aburrido. Entonces mam dijo que era la hora de nuestro paseo.

En el parque haba un perro muy amigable y Victoria la estaba pasando muy bien. Me hubiera gustado pasarla igual.

Quieres venir a la resbaladilla?, me pregunto una voz. Era una nia, desafortunadamente, pero de todos modos fui. Era buensima en la resbaladilla. De verdad se deslizaba rpido. Estaba asombrado.

Los dos perros correteaban como viejos amigos.

La nia se quit su abrigo y se columpi en el pasamanos, as que yo tambin hice lo mismo.

Como yo soy bueno para trepar rboles, le ense a ella como hacerlo. Me dijo que se llamaba mancha, un nombre raro, pero ella es muy simptica. Entonces mam nos sorprendi platicando juntos, y tuve que irme a casa.

Ojal que Mancha est ah la prxima vez. Estar?

CUARTA VOZ

Pap haba estado realmente harto, y por eso me dio gusto cuando dijo que podamos llevar a Alberto al parque.

A Alberto siempre le urge que le quiten la correa. Se fue derecho hacia esta perra adorable y le oli el trasero (siempre hace eso). Por supuesto que a la perra no le molest, pero su duea estaba enojada de verdad, la muy boba.

Me puse a platicar con este nio. Al principio pens que era un poco tmido, pero me cay bien. Jugamos en el sube y baja y casi no habl, pero despus fue un poco mas amigable.

Como nos remos juntos cuando Alberto se meti a nadar. Despus todos jugamos en el quiosco y yo me sent muy, muy contenta.

Carlos cort una flor y me la dio. Entonces su mam lo llam y tuvo que irse. Se vea triste.

Cuando llegu a casa puse la flor en agua, y le prepar a pap una buena taza de t.