Viva La Lluvia (Cuento)

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¡VIVA LA LLUVIA! En la tienda del señor Vázquez, hay zapatos de todos colores y tallas. Apretujadas una contra otra, dos botas rojas sueñan con saltar en los charcos y cantan: - ¡Tra la lá! ¡Qué vivan la lluvia y los charcos! De pronto, una extraña señora entra en la zapatería. Su sombrero puntiagudo parece tener cuernos y sus pies huelen a queso. Observa las botas rojas y refunfuña: - ¡Abracadabra! ¡Quiero esas botas! La botas rojas murmuran: - ¡Ay, no! La bruja Cracrabosa es demasiado fea. ¡Pronto, vamos a escondernos! La bruja está enojada. ¡Bruummm! Se va volando en su escoba de motor. Luego, un enorme y gordo personaje entra en la tienda. ¡Bing!, golpea su gran vientre contra la puerta. Las botas rojas tiemblan: - ¡Huyy! ¡Sus dientes son como espadas! El hombre enorme y gordo se prueba las botas rojas y grita: - ¡Caracoles! Estas botas son demasiado pequeñas. Son pequeñísimas. Se aleja furioso, calzando sus viejas botas de siete leguas. Las botas rojas exclaman: - ¡Uf, al fin se fue el ogro! Luego llega una niñita vestida con una capa roja, que lleva una canasta con bizcochos y un botecito de mantequilla fresca. La pequeña se pone las botas y exclama:

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Page 1: Viva La Lluvia (Cuento)

¡VIVA LA LLUVIA!

En la tienda del señor Vázquez, hay zapatos de todos colores y tallas. Apretujadas una contra otra, dos botas rojas sueñan con saltar en los charcos y cantan:

- ¡Tra la lá! ¡Qué vivan la lluvia y los charcos!

De pronto, una extraña señora entra en la zapatería. Su sombrero puntiagudo parece tener cuernos y sus pies huelen a queso. Observa las botas rojas y refunfuña:

- ¡Abracadabra! ¡Quiero esas botas!La botas rojas murmuran:

- ¡Ay, no! La bruja Cracrabosa es demasiado fea. ¡Pronto, vamos a escondernos!

La bruja está enojada. ¡Bruummm! Se va volando en su escoba de motor.Luego, un enorme y gordo personaje entra en la tienda. ¡Bing!, golpea su gran vientre contra la puerta. Las botas rojas tiemblan:

- ¡Huyy! ¡Sus dientes son como espadas!

El hombre enorme y gordo se prueba las botas rojas y grita:

- ¡Caracoles! Estas botas son demasiado pequeñas. Son pequeñísimas.

Se aleja furioso, calzando sus viejas botas de siete leguas.Las botas rojas exclaman:

- ¡Uf, al fin se fue el ogro!

Luego llega una niñita vestida con una capa roja, que lleva una canasta con bizcochos y un botecito de mantequilla fresca. La pequeña se pone las botas y exclama:

- ¡Vaya! ¡Estas botas son demasiado grandes!

Elige entonces un par de sandalias rojas. Las botas suspiran:

- ¡Qué lástima! No podremos darle puntapiés al lobo.

Ahora un extraño personaje entra en la tienda. ¿Quién es? No es el cartero ni el policía. Las botas rojas murmuran:

- ¡No, es el más listo de los gatos!

El minino atrapa un par de botas cafés y maúlla:

- ¡Miau! Con estas botas voy a correr muy rápido.

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Las botas rojas protestan:

- ¡No es justo, Gato con Botas, nosotras también podemos correr muy rápido!

La primera estrella tirita en el cielo. El señor Vázquez cierra su zapatería y, al guardarlas en su caja, las botas lloran:

- ¡Qué triste es vivir en una cárcel de cartón!

¡Toc, toc, toc! ¿Quién toca a la puerta a esta hora? Es un señor de barba blanca. El misterioso visitante dice:

- ¡Busco unos zapatos muy resistentes!

El señor Vázquez se rasca el mentón:

- Ya he vendido mis mejores zapatos.

Las botas rojas reconocen de inmediato a Santa Claus y golpean la caja con los tacones:

- ¡No es cierto, sáquenos de aquí!

Santa Claus abre la caja de cartón. Se pone las botas rojas y exclama:

- ¡Son ideales para mí!

Las botas rojas están tan felices que cantan:

- ¡Tra la lá! ¡Viva Santa Claus! ¡Con él, vamos a dar la vuelta al mundo!

Santa Claus sube a su trineo y, muy bien calzado, desaparece bajo la luna azulada.