VIGILIA DE ORACIÓN: JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES · * 4 personas que salgan a encender cada una...

VIGILIA DE ORACIÓN: JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

¿Qué hay que preparar?

* Para el exposición del Santísimo: custodia, corporal, seis cirios, paño de hombros, incienso e incensario.

* X copias de la guía de oración para los lectores, 1 para el sacerdote y suficientes copias del folleto base para los fieles

* Cruz colocada a un lado del Altar

* 4 velas a los pies del Santísimo o alrededor de la Cruz. Se irán encendiendo una después de cada momento.

* 4 personas que salgan a encender cada una de las velas.

* Astillas de madera colocadas a los pies de la Cruz (que cada uno cogerá al terminar).

* RadioCD + música ambiental // Coro para animar los cantos.

* Micrófono inalámbrico o fijo en un lugar retirado del altar.

I. AMBIENTACIÓN

Monición introductoria:

«Este pobre gritó y el Señor lo escuchó», estas son las palabras del Salmo 34 que enmarcan la II Jornada

Mundial de los Pobres y en torno al cual gira el Mensaje que el Papa Francisco ha querido ofrecer a la

Iglesia, cuyo contenido se desarrolla alrededor de tres palabras: gritar, responder, liberar. Son tres

verbos que identifican la acción de Dios y revelan su amor misericordioso en favor del hombre. Estos

verbos también nos conciernen y deberían prepararnos para salir al encuentro de los pobres que,

también en nuestro tiempo, gritan todos los días. Este grito, en efecto, a menudo no llega a nuestros

oídos ni toca nuestros corazones, dejándonos indiferentes e incapaces de responder.

Hoy queremos tener presentes en nuestra oración el grito de los pobres, y en especial el de nuestros

hermanos inmigrantes. Muchos son los que dejan su tierra, hogar, familia, y hasta su vida, en busca de

un futuro mejor. En la homilía que Francisco pronunciaba en Lampedusa, clamaba contra “la

globalización de la indiferencia”: “¿Estamos anestesiados ante el dolor ajeno?”, preguntó el Papa a

Europa. Contemplemos hoy en esta cruz el rostro de tantas personas que sufren, y contemplemos,

también, el rostro de la esperanza. Una esperanza que se concretará en cuatro actitudes que encarnan

una respuesta liberadora: acoger, proteger, promover e integrar.

Además de orar por nuestros hermanos inmigrantes, hoy pediremos por todos los pobres. ¿Quiénes

son?¿Dónde están? En el logotipo de la Jornada Mundial de los Pobres se ve una puerta abierta y sobre

el umbral dos personas que se encuentran. Ambas extienden la mano; una para pedir ayuda, la otra

porque quiere ofrecerla. En efecto, es difícil comprender quién de los dos es el verdadero pobre. O

mejor, ambos son pobres. Hoy estamos invitados más que nunca a sentirnos pobres, dejándonos

evangelizar por los pobres. Por eso comenzamos este encuentro de Adoración Eucarística, uniéndonos a

todas aquellas personas que, cerca o lejos de nosotros, viven en la exclusión, vulnerabilidad y

necesidad, las personas en situación de pobreza, aquellos que se ven despojados de sus derechos más

elementales, los sin hogar, las personas inmigrantes sin papeles, los hambrientos, los refugiados y

migrantes forzosos, las víctimas de la indiferencia.

De rodillas, adoramos la presencia real de Aquel que nos ha convocado y nos invita a seguirle.

Cantamos….

CANTO: No adoréis a nadie (Luis Alfredo).

Otros cantos: Vengo a adorarte (Hillsong), Pange lingua (Sto.Tomás de Aquino)

II. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

El sacerdote coloca en la custodia al Santísimo Sacramento. Se arrodilla y ora durante unos momentos

ante el Santísimo. Mientras tanto se puede entonar algún canto de adoración, y se procede a la

incensación.

III. ESCUCHAMOS Y ORAMOS DESDE LA PALABRA DE DIOS Y LAS PALABRAS DEL PAPA

FRANCISCO.

1ª PARTE: ACOGER: “No olvidéis la hospitalidad; por ella, algunos sin saberlo, hospedaron a ángeles”

(Hb 13,2)

Reflexión del Papa Francisco:

Acoger al otro es acoger a Dios en persona. No se dejen robar la esperanza y la alegría de vivir que

brotan de la experiencia de la misericordia de Dios, que se manifiesta en las personas que encuentran a

lo largo de su camino. Debemos trabajar y pedir la gracia de crear una cultura del encuentro… que

restaure a cada persona su propia dignidad.

Salmo 70 (a dos coros)

A ti, Señor, me acojo:

no quede yo derrotado para siempre;

tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,

inclina a mi tu oído, y sálvame.

Sé tu mi roca de refugio,

el alcázar donde me salve,

porque mi peña y mi alcázar eres tú,

Dios mío, líbrame de la mano perversa.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza

y mi confianza, Señor, desde mi juventud.

En el vientre materno ya me apoyaba en ti,

en el seno tú me sostenías.

Mi boca contará tu auxilio,

y todo el día tu salvación.

Dios mío, me instruiste desde mi juventud,

y hasta hoy relato tus maravillas. AMEN

Palabra de Dios: La encina de Mambré. (Gn 18, 1-5)

“El Señor se apareció a Abraham junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de

la tienda en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio a tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su

encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo: “Señor mío, si en algo he alcanzado tu

favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis

junto al árbol. Mientras, os traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que

habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo” Ellos contestaron: “Bien, haz lo que dices”.

Se enciende la primera luz mientras se canta.

CANTO: Recíbeme (Hermana Glenda)

2ª PARTE: PROTEGER: “El Señor guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda” (Sal 146)


“Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y

vecinos ricos sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados, a

aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc 14,14). No deben quedar dudas ni caben

explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios

privilegiados del Evangelio», y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que

Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los

pobres. Nunca los dejemos solos.” (Papa Francisco, EG 48.)

Salmo 91 (a dos coros)

El que habita al abrigo del Altísimo

morará bajo la sombra del Omnipotente.

Diré al Señor: Esperanza mía, alcázar mío;

mi Dios, en quien confiaré.

El te librará del lazo del cazador,

de la peste destructora.

Con sus plumas te cubrirá,

y debajo de sus alas estarás seguro;

escudo y protección es su verdad.

No temerás el terror nocturno,

ni saeta que vuele de día,

ni pestilencia que ande en oscuridad,

ni mortandad que en medio del día destruya.

Ciertamente con tus ojos mirarás

y verás la recompensa de los impíos.

No te sobrevendrá mal,

ni plaga tocará tu morada.

Pues a sus ángeles mandará cerca de ti,

que te guarden en todos tus caminos.

En las manos te llevarán,

para que tu pie no tropiece en piedra.

Me invocará, y yo le responderé;

con él estaré yo en la angustia;

lo libraré y le glorificaré.

Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.

Ecos del salmo al terminar

Testimonio

En este momento, un voluntario y/o junto un participante de algún proyecto, parroquia, entidad,

comparte su experiencia relativa a los verbos ACOGER Y PROTEGER

Sugerimos:

- Poner en valor la reciprocidad de las experiencias de ayuda

- A ser posible, implicar a personas de otras culturas o realidades

- Ser breve, no más de cinco minutos.

- En caso de no encontrar los testimonios, se propone leer el siguiente:

Me llamo Al Hadji Traore, soy de Mali. Salí de allí con 15 años. Mis padres murieron cuando yo era

pequeño, así que me crió mi tía. Ella me mandaba a estudiar árabe en la Escuela Coránica y no me

gustaba mucho, así que me pasaba el día en la calle. Un día pensé: “no puedo seguir así, nunca tendré

un futuro, tengo que cambiar las cosas”. Entonces conocí a un chico mayor que yo que me hablaba de ir

a Europa. Él se fue primero a Mauritania y yo me fui después. Cuando llegué no sabía adónde ir, no

conocía la lengua. Recuerdo que llegué a la estación de noche y me senté en un banco. Una mujer, al

verme solo buscó a alguien que hablara francés y nos sirviese como intérprete. Ella me llevó a su casa,

me dio copia de la llave y me trató como a un hijo. Pasé 10 meses en Mauritania, donde conocí a

compañeros de Mali que también me propusieron ir a Europa. No se lo dije a la mujer porque sabía que

no le iba a gustar. “Yo entonces era como una bolsa de plástico, que tú la tiras y el viento se la lleva

donde quiere”. No tenía miedo a nada. Nos fuimos al puerto y estuvimos escondidos todo el día sin

comer. De madrugada salimos en una barca hacia el mar, donde nos esperaba otra barcaza. Creíamos

que viajaríamos en un barco grande, pero nos habían engañado. Había que subir sin protestar porque

allí donde estábamos ellos prefieren tirarte al mar que aguantar quejas. No pasa nada, nadie les va a

decir nada. Subió mucha gente. Algunos tenían comida, yo no tenía nada. Estuvimos cuatro días en el

mar. Se rompió el motor y quedamos a la deriva. Algunos pensaban que íbamos a morir. El cuarto día

nos recogió una patrulla de la Cruz Roja y nos llevaron a Canarias. Estuve en un centro de Internamiento

35 días y me mandaron a Madrid. De allí me llevaron a Sigüenza. El último destino fue Murcia. Cuando

llegué me senté en un banco frente a la estación. No conocía a nadie. No hablaba el idioma. Entonces

vino un chico de Mali y me preguntó directamente en nuestra lengua, y ese chico fue quien me llevó al

centro de acogida “Jesús Abandonado”. Allí me mandaron a Cáritas, donde estoy desde entonces.

Al Hadji Traore entró en la casa de acogida de Cáritas en diciembre de 2008, con 16 años y sin ninguna

documentación. Se le tramitó el pasaporte y lo consiguió cumplidos los 17 años. El Servicio de

Protección de Menores de Murcia nos pidió que tuviésemos su guarda de manera excepcional ante la

imposibilidad de ofrecerle una plaza en un centro de menores, aunque ellos asumieron la tutela para

poder obtener el permiso de residencia para Al Hadji. Tras cumplir la mayoría de edad realizó la función

de Responsable de la Vivienda donde estaba acogido. Los Responsables de nuestras Casas son clave

para el buen funcionamiento de las mismas. Coordinan las necesidades de las viviendas y de sus

compañeros acogidos con el personal de Cáritas, y fomentan la armonía y la plena integración entre el

grupo de acogidos, que es muy diverso. Son personas de nuestra total confianza. Al Hadji Traore es

colaborador, conciliador, responsable y con una alta motivación para la formación y el trabajo. Estas

actitudes son muy importantes y no cesó en su empeño por regularizar su situación y encontrar un

empleo.

En febrero de 2015, un grupo de voluntarios de Cáritas puso en marcha el “Taller Triunfadores”, en el

que participaron Al Hadji y otros 20 chicos más. Al Hadji Traore recordaba que en el taller, los

profesionales de Recursos Humanos insistieron en que hay que ir a la entrevista de trabajo con

información sobre la empresa en la que se quiere trabajar. Así que conociendo todo lo necesario, fue a

una entrevista para cubrir un puesto en una cadena de panaderías. Al Hadji partía en desventaja. La

oferta era para 3 meses, pero para cambiar su Autorización de Residencia a Residencia y Trabajo

necesitaba una oferta de un año. En la entrevista el dueño empezó diciendo: “Como sabrás esta es una

empresa pequeña, familiar”, y Al Hadji le rebatió: “¿Cómo que pequeña? Ustedes tienen X tiendas,

tienen en Murcia y en Alicante, además usan X sistema de horneado.”… Y lo conquistó. Hoy Al Hadji está

trabajando en la empresa e incluso ha conseguido que le den una oportunidad a otro participante de

Cáritas amigo suyo.

Se enciende la segunda vela.

CANTO: En mi debilidad (Brotes de olivo)

3ª PARTE: PROMOVER: “Amaréis al emigrante porque emigrantes fuisteis en Egipto” (Dt 10,19)


“Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y

promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción

evangelizadora. Nos acostumbramos, lo repetimos casi mecánicamente, pero no nos aseguramos de

que tenga una real incidencia en nuestras vidas y en nuestras comunidades. ¡Qué peligroso y qué dañino

es este acostumbramiento que nos lleva a perder el asombro, la cautivación, el entusiasmo por vivir el

Evangelio de la fraternidad y la justicia! La Palabra de Dios enseña que en el hermano está la

permanente prolongación de la Encarnación para cada uno de nosotros: « Lo que hicisteis a uno de

estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis » (Mt 25,40). Lo que hagamos con los demás

tiene una dimensión trascendente y responde a la misericordia que Dios tiene con nosotros” (EG 141)

Salmo (a dos coros)

Dios mío, confía tu juicio a cada ser humano,

Para que actuemos con justicia,

Y tratemos con tu misericordia y rectitud a los humildes.

Que los montes traigan la paz,

que los collados traigan justicia;

que defendamos a los humildes del pueblo,

que socorramos a los hijos del pobre;

Que el Señor defienda a los humildes del pueblo

y quebrante al explotador.

Que en sus días florezcan la justicia y la paz

hasta que falte la luna.

Librará al pobre que suplica,

al afligido que no tiene protector;

se apiadará del humilde e indigente,

y salvará la vida de los pobres;

salvará de la violencia sus vidas,

pues su sangre es preciosa ante sus ojos. AMEN

Palabra de Dios (Mt 22, 1-14)

Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es

semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados

a la boda, pero no quisieron venir. (…) Después dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los

invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la

boda." Los criados salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la

sala de bodas se llenó de comensales.”

Se enciende la tercera vela.

CANTO: Muéveme, mi Dios hacia Ti.

4ª PARTE: INTEGRAR: “Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y

familiares de Dios” (Ef 2,19)


“Cada ser humano es hijo de Dios. En él está impresa la imagen de Cristo. Se trata, entonces, de que

nosotros seamos los primeros en verlo y así podamos ayudar a otros a ver en el emigrante y en el

refugiado, no sólo un problema que debe ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser

acogidos, respetados y amados. Una ocasión que la Providencia nos ofrece para contribuir a la

construcción de una sociedad más justa, una democracia más plena, un país más solidario, un mundo

más fraterno y una comunidad cristiana más abierta, de acuerdo con el Evangelio.(…) El verbo “Integrar”

se pone en el plano de las oportunidades de enriquecimiento intercultural generadas por la presencia de

migrantes y refugiados”.

Salmo 117 (a dos coros). Este es el día en que actuó el Señor.

Este es el día en que actuó el Señor

Sea nuestra alegría y nuestro gozo

Dad gracias al Señor porque es bueno

Porque es eterna su misericordia

¡Aleluya!¡Aleluya!

Que lo diga la casa de Israel

Es eterna su misericordia

Que lo diga la casa de Aarón


Que lo digan los fieles del Señor






¡Aleluya!¡Aleluya!

Abridme las puertas del triunfo

Y entraré para dar gracias al Señor

Esta es la puerta del Señor

Los vencedores entrarán por ella

Yo no he de morir, yo viviré

Para cantar las hazañas del Señor





¡Aleluya! ¡Aleluya!

Palabra de Dios (Hechos 2. 1-4)

"Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un

ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les

aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;

Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les

concedía expresarse."

Testimonio

En este momento, un voluntario y/o junto un participante de algún proyecto, parroquia, entidad,

comparte su experiencia relativa a los verbos PROMOVER E INTEGRAR

Sugerimos:

- Poner en valor la reciprocidad de las experiencias de ayuda

- A ser posible, implicar a personas de otras culturas o realidades

- Ser breve, no más de cinco minutos.

- En caso de no encontrar los testimonios, se propone leer el siguiente:

Hola. Me llamo Teodoro. Vivo en Burgos, con mis 80 años bien llevados, aunque gran parte de mi vida la

he pasado por África y América Latina intentando ayudar y a la vez recibiendo mucho de tan buena

gente. Pero bueno, lo que hoy os quiero contar es otra pequeña aventura, en la que me embarqué allá

por el año 2008. Burgos es una provincia relativamente pequeña, y aquí tardó en llegar la inmigración;

prácticamente hasta el año 2000 su presencia era inapreciable. Pero en estos últimos años han llegado

unas 35.000 personas procedentes de más de 110 países, y esto ha cambiado mucho, yo creo que para

bien. Me recuerda lo de Pentecostés: «entre nosotros hay partos, medos y elamitas, gente de Egipto y de

Libia, romanos, cretenses, árabes…». Y esto nos ha traído también una pluralidad religiosa. ¡Ay, las

religiones! Es un tema que me apasiona. Es bonita y enriquecedora la diversidad, pero siempre he

pensado que es más importante lo que nos une, un solo Dios, y el trabajo por la justicia y por el progreso

de las personas. Porque antes que creyentes, todos somos personas. Total, que un buen día conocí a José

Luis, un cura que era el delegado de migraciones de la diócesis, y me dijo que andaba buscando cómo

iniciar un grupo de conocimiento y diálogo cristiano-musulmán. ¡Y ahí que me metí! Lo empezamos 10

personas, 5 cristianos y 5 musulmanes (de Marruecos, Mauritania, Pakistán y Senegal). De aquellos 10

iniciales solo permanecemos 2, el resto han ido cambiado, emigrando o renovándose, pero el grupo

continúa. ¿Qué hacemos? Pues sobre todo conocernos y hablar. Nos juntamos seis o siete veces al año,

dialogamos de temas humanos y religiosos que nos unen o nos separan… No de grandes teologías, sino

sobre todo de la vida. Y con el paso del tiempo han ido surgiendo diversas iniciativas. Surgen otras

experiencias interesantes. Por ejemplo, hemos participado en jornadas de puertas abiertas en mezquitas.

Otras veces hemos hecho visitas mutuas entre una mezquita y la parroquia más cercana. Hemos

participado en concentraciones públicas, en presentaciones de libros, en charlas-coloquio, en tutorías de

algunos colegios, en visitas de musulmanes al obispo… Pero, sobre todo, nos hemos hecho amigos:

Abdel, Mohamed, Raquel, Khaira, Magdalena, José Luis, Paula, Moustapha, Sadía, Salka, Raquel, Eulalia,

Miguel Ángel, Alí… son nombres que llevo en el corazón, con su rostro concreto y su fe.

En Burgos ya se nos conoce, incluso hemos ido a contar nuestra experiencia a otros lugares. Algunos nos

consideran ilusos, dicen que es inviable el encuentro y el diálogo; ¡ellos se lo pierden! Pero supongo que

para otros somos una provocación positiva. Lo que tengo muy claro es que resulta mejor hablar que

callar, mejor dialogar que hablar solos, mejor conocernos que ignorarnos, mejor colaborar que no hacer

nada, mejor compartir nuestra vivencia de la fe que luchar en nombre de la fe.

Se enciende la cuarta luz.

IV. ORACIÓN DE LOS FIELES.

Las peticiones serán espontáneas. No obstante se sugiere tener algunas preparadas:

- Por la Iglesia, para que presente ante el mundo el testimonio auténtico del amor y del cuidado por los

pobres. Roguemos al Señor.

- Por los que dirigen las naciones y por los que tienen responsabilidades en el campo económico y social,

para que pongan sus esfuerzos en la promoción de los más desfavorecidos. Roguemos al Señor.

- Por las vocaciones a ministerio sacerdotal, a la vida religiosa o monástica, a la vida misionera y al

laicado comprometido, para que, quienes son llamados, escuchen con generosidad la voz de Dios que les

pide la entrega de sus vidas. Roguemos al Señor.

- Por los que están en desempleo, los enfermos, los que carecen de cultura y formación, los que viven

solos, los que tienen alimentos o agua potable, los que no tienen un hogar digno, los que han tenido que

migrar, para que encuentren en nosotros comprensión, consuelo y ayuda. Roguemos al Señor.

PADRENUESTRO

ORACIÓN DEL POBRE

PADRE, soy pobre y como pobre te pido: concédeme la gracia de permanecer alegre en mi pobreza, de

ser capaz de hacer silencio, para escuchar a los que son más pobres que yo, de exultar de gozo de ser

pobre con y por cada pobre, como Tu Hijo y mi Hermano Jesús, y de hacer sólo Tu voluntad.

JESUCRISTO, ayúdanos a comprender la bienaventuranza de la mansedumbre, a responder y ayudar a

liberar a todo hermano oprimido, sin hacer distinción de color, raza o religión. Maestro humilde, que

habitas escondido en cada abandonado, en el niño despreciado, en el anciano sólo, en la familia sin

hogar y sin pan, en el migrante refugiado, en el adicto y en la prostituta, en el joven que busca un

camino, en cada persona más necesitada que nosotros, Te pedimos por todos estos, por todos nosotros:

recuerda que somos uno en Ti, tu único cuerpo, abre nuestros ojos, sana nuestras heridas y, entonces,

en todo y en todos, encontraremos la ocasión de reconocerte y amarte, entregándonos como Tú, pan

partido y compartido.

ESPÍRITU SANTO, el único capaz de mover y renovar todo todas las cosas, haznos más bondadosos, más

acogedores, más cercanos. Que nuestro testimonio de vida inspire a otros corazones a vencer la

hipocresía, la insensibilidad, la indiferencia y el odio con el mismo amor que une a Jesús con el Padre.

SANTA TRINIDAD, Amor sin fin, haz que sepamos responder al grito de los pobres con esperanza, con

una sonrisa, con perfecta alegría, y que Te podamos servir, alabar, adorar y amar en cada gesto gratuito

y misericordioso a través de la invocación silenciosa y constante de Tu Santo Nombre. Amén.

V. RESERVA DEL SANTÍSIMO.

CANTO: Nadie te ama como yo

Se invita a recoger una astilla de madera, símbolo de la Cruz y de la madera de las pateras.

CANTO FINAL A LA VIRGEN MARÍA

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